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http://www.lainsignia.org/2001/mayo/cul_013.htm
autnticos
recuerdos.
Son
tambin
verdaderos
legtimos
la vida de los otros? Por qu de todas las posibles figuras del infinito eligi
justamente sta? Todos somos sensibles a la idea de infinito, y ya Leopardi ha
esclarecido esta cuestin, pero por qu un ojo de buey y no una arboleda o el
perfil de una balaustrada sobre mar? Como quiera que sea, la referencia a
Leopardi sugiere una sospecha. En qu medida, en la constitucin de uno de
estos descubrimientos-recuerdo, interviene el influjo de la contemplacin? De
cuntos de estos smbolos seremos deudores a los poetas que nos han grabado
la imagen en el corazn?
Es claro que el primer contacto con la realidad espiritual es una acto de
educacin y, por lo tanto, cada uno aprende a conocer las cosas en cuanto las
haya conocido gustndolas. Esto se entiende en el sentido ms lato posible: un
campesino, una mujer de pueblo, se habrn educado mediante la cancin, la
ancdota, la recordacin de la fiesta de pueblo. Tambin aqu se repite el caso
de la "segunda vez": nosotros admiramos de la realidad solamente aquello que
ya una vez hemos admirado. Pero, como admirar significa expresarse dentro de
s, la paradoja se ha resuelto aceptando que el primer descubrimiento de la
realidad lo hacemos a travs de las expresiones ejemplares que de esta
realidad se dieron en torno a nosotros. Con tales expresiones se vuelve al
punto inicial, a esa nica vez -que puede extenderse a varios momentos
acumulados en la experiencia- en que se form, dentro de nosotros, algo como
el mito de cada imagen: a ese momento velado en la fabulos intemporalidad,
cuando recibimos la impresin que deba dominar nuestro porvenir segn los
modos de ese mito. As, la oscuridad de la "primera vez" sera explicable por la
analoga que ofrece con la naturaleza del mito prehistrico: y por "primera vez"
sera, en definitiva, absolutamente, lo que sucede una vez por todas.