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ssh 1405-7794 HISTORIQS 47 Will Fowler y Juan Ortiz Escamilla La revuelta del 2 de diciembre de 1822 | Esteban Sanchez de Tagle Los calculos de la capital durante la ocupacién de 18481] José Aranda Mexicanos y anglos en Baja California en 1848 () Eulalia Ribera Orizaba, la imagen de una ciudad del siglo XIX Cl Rosario Baravalle, Nora Pefialba y Dario Barriera La compahia de Jesiisy los vecinos de Santa Fe O) Margarita Carbé La Guerra Civilespafiola y la posguerra, 1937-1975. Una bibliografia de ediciones mexicanas C (ACONACULTA - INAH @ publicaciones Serie: CUADERNOS DE TRABAJO DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS Edgar Omar Gutiérrez Lopez > Primera aproximacién el estudio del sindi calismo ferrocarrilero en México, nim. 51 Ingrid Ebergenyi > Una ciudad destrulda, nim. $2, tomo | Martha Rocha Islas, Marcela Tostado, Enriqueta Turion » Condicionesdevidaydetrabajoeniaciudad de México siglo XIX, nam. 53 Marla Gayén Cérdova > LaVilla de San Juan Zitécuaro y sus alrede- doras, nim. 54 Carmen Reyna > Bibllogratia comentada sobre xxicana, nlm. 55 Soledad Arbeldes, Concopcién Ruiz Funes, Julia Tunén, Martha Rocha, Enriqueta Tunon ‘mujer me- DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS 'ANEXO CASTILLO DE CHAPULTEPEC. TEL.: $53-63-57 DIRECCION GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA: Ma, Teresa Franco DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS: ‘Salvador Rueda DIRECCION: Caries Aguirre EDITOR RESPONSABLE: El titular de la Direccién de Publicaciones del INAH Mario Acevedo Andrade EDITORES: Dolores Pia, Isabel Quifinez, Esteban Sanchez de Tage, Guillermo Tumer, Antonio Saborit ASISTENTE EDITORIAL: Ma. Begotia Pulido, Dolores Avila CONSEJO EDITORIAL: Clara Garcia, Inés Herrera, Sonia Lombardo, Elsa Malvido, Sergio Ortega, José Emilio Pacheco, Roberto Sandoval CONSEJO DE ASESORES: José Aricé, Marco Bellinger, Marcelo Carmagnani, Juan Carlos Garavagla, Enrique Montalvo, Enrique Semo, lian Semo, Paco Ignacio Taibo li ‘CORRESPONDENCIA: Apartado postal 5-119, México, 0.F. CP 06500, Tel: 5553-80-52 Historias, Revista cuatrimestral del Insitulo Nacional {de Antropologia e Historia. Ceriicados de Licitud de Titulo y de contenigo en trémite. Reserva de titulo D.G.0.A ‘on trémite. INAH, Cérdoba 45, Col. Roma, 06700, D-F Imprasa enios Talleres Graficos delINAH, Av. Tlahuac3428, colonia Los Reyes Culhuacén, México, D.F. Distribuida por la. Coordinacion Nacional de Control y Promocién de Bienes ¥ Servicios INAH, Frontera 53, San Angel, 01000, DF. Disefo de portada: Roberto de la Torre. llustraciones proporcionadas por Esther Acevedo ¥ recopliadas en la Hemeroteca Nacional de la cludad ce México HISTORIQS 47 REVISTA DE LA DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA México, OF, ‘Septiombre-Diciombre 2000 INDICE ENTRADA LIBRE FRANCISCO L. URQUIZO Pincelada biografica. Siete afios con Carranza WILL FOWLER Y JUAN ORTIZ ESCAMILLA La revuelta del 2 de diciembre de 1822: una perspectiva regional 19 ESTEBAN SANCHEZ DE TAGLE Los célculos de la capital durante la ocupacién norteamericana de 1848 39 JOSE F. ARANDA JR. Diferencias cuestionables: mexicanos y anglos en Baja California en 1848 49 EULALIA RIBERA CARBO Orizaba, la imagen de una ciudad del siglo XIX 59 MARIA DEL ROSARIO BARAVALLE, NORA L. PENALBA, DARIO G. BARRIERA La Compaiiia de Jestis y los vecinos de Santa Fe. Relaciones sociales y frontera en el Rio de la Plata (siglo XVID) 1 CARTONES Y COSAS VISTAS 83 ANDAMIO MARGARITA CARBO. La Guerra Civil espafola y la posguerra, 1937-1975. ‘Una bibliografia de ediciones mexicanas 99 RESENAS un CRESTOMANIA 127 América La Compaiiia de Jesus y los vecinos de Santa Fe Relaciones sociales y frontera en el Rio de la Plata (siglo XVI) Maria del Rosario Barayalle,* Nora L. Pefialba* Dario G. Barriera** Lia instatacion de ta Compania de Jesiis en el ‘viejo sitio de Santa Fe modificé profundamente diferentes niveles de la historia de este espacio. Su Ilegada a esta pequefia ciudad de frontera, gestionada por burécratas locales y alentada por algunos padres provinciales desde la ultima dé- cada del siglo XVI, implico la insercién de un ele- mento dinamizante en todos los aspectos, de la economia a la politica, dejando ademas profun- das huellas en el plano de la culeura. En un trabajo anterior,’ describiamos y ana- fizabamos las manerasen que los miembros mas activos de la Compafifa —desde 1615 represen- ‘tados fundamentalmente por la figura del padre rector del colegio— se relacionaron, ya con los gobernadores de turno, ya con miembros de la lite santafesina y hasta con actores poco encum- brados socialmente, arreglindoselas para —en sun periodo de tiempo relativamente corto—con- vertirse en los duefios casi absolutos de las es- tratégicas tierras situadas a uno y otro lado del rio Salado, en lajurisdiccién de la ciudad de San- taFe. ‘Una veintena de transacciones, realizadas ba- jo condiciones tan disimiles como lo eran tam- * Investigadores proyecto PIP 4191, Parentesco y po- der: Santa Fe 1660-1780, dirigido por Nidia R. Areces, Universidad Nacional de Rosario, Argentina. * Groupe d'Etudes Hispaniquesde la Keole des Hau. tas Etudes en Sciences Sociales, Paris. bién los estatus sociales de sus partes, nos per- mitieron observar que, frente a un panorama s0- cial poco monolstico, los jesuitas supieron hacer una répida Jectura de este universo, de la cual resultaria la ejecucién de modalidades diferen- ciadas en el tratamiento de cada acuerdo que, finalmente, resolvia en la incorporacién patri- monial de tierras acompafiadas por titulos que certificaban su propiedad. Cuatro observaciones parecen erigirse como nuevo punto de partida. 1. Si bien la orden tuvo en el ambito europeo pautas de funcionamiento y reproduccién basi- camente urbanas, en el espacio americano se in- sinué y consolidé como una misién de frontera por excelencia, cuyas actividades “urbanas” (la instalacién del colegio y la administracién de los sacramentos en la ciudad, por destacar las mas importantes) eran sostenidas a partir de activi- dades econémicas desarrolladas en el ambito ru- ral. Para el caso que nos ocupa, lo destacable es la inmediata yacertada percepcién que tuvieron acerca del valor estratégico que significaban, por ejemplo, las tierras de la regién de los Cululi, las cuales ademés de encontrarse entre lo que por entonces podia denominarse como un espacio de riesgo, pero potencialmente productivo, cons tuian un paso obligado en la ruta que, camino de Cordoba, levaba al Potost. 2, Sibien, como dijimos, la orden se instala en. Santa Fe gracias al apoyo de la gobernacién de 71 América Hernando Arias de Saavedra, sus miembros su- pieron relacionarse con una base social amplia, que excedia a los miembros de la élite e inclufa, por ejemplo, a vecinos y otros miembros de esta pequefa comunidad que estaban enemistados cor. su principal mentor y mecenas. Los fuertes lazos de amistad —y hasta de parentesco— que Hernandarias sostenfa con miembros de esta corporacién religiosa (entre los cuales Loyola y Lisdrraga se encuentran como los més notables) tenjan origen en la experiencia asuncena que és- te y su padre —Martin Suarez de Toledo— ha- bian construido y afianzado lentamente. Sinem- argo, estoslazos nose tradujeronenun complejo cerrado e inhibitorio: tanto como el gobernador mantenia también una buena relacién con fran- ciscanos, benedictinos y el clero en general, los Jesuitas adoptaron una actitud muy abierta con toda lacomunidad, realizandoalianzasy transac- ciones de las que el tinico norteevidente eran sus intereses en sentido amplio. 3. La orden, entonces, se dio pautas bastante flexibles en cuanto a la base social de los actores con que se relacionaba y, como dijimos, opera- ba activando diferentes nudos de distintas redes de acuerdo con los requerimientos de cada situa- cién, Esto, que en su momento nos llevé a carac- terizar como “competente” asu racionalidad se- lectiva, nos lleva ahora a tener una percepeién de su ubicacién en esta sociedad: los jesuitas se convirtieron en un “punto de paso”, en un nudo por el cual transitaron hilos de redes diferentes, actores de facciones enfrentadas y, por lo tanto, los convierten para el andlisis en un escenario destacable cuando la materia de la leetura son Jas relaciones sociales. 4, Dijimos también que su presencia modificé seriamente los juegos de relaciones y, por ende, 1a configuracién del espacio en todos sus nive- Jes. Sibien esta afirmacién exige una explicacion compleja —por otra: parte iniciada en el trabajo que referfamos— a la hora de destacar otro ele- mento nos inclinamos por una préctica que—has- ta entonces— no se habfa presentado como urgente. Desde los afos 1615, 1616, el colegio aparece como el elemento que instala y dinamiza una preocupacién formal: la “ocupacién” lisa y lana de las tierras se veia ahora contrapunteada por una modalidad que planteaba laexigenciade titulos, de papeles que, acreditando la posesién como propiedad, comienzan ser paulatinamen- te mas “necesarios” ala hora de realizar una tran- saccién cuyo objeto fuera la tierra.? Siyanos habfamos ocupado fundamentalmen- tede las tierras del Salado y del primer cuarto de siglo de vida de la orden en la ciudad, aqui pre- tendemosdar cuenta deuna vision espacialmente ‘mas amplia (incluyendo lastierras dela “otra ban- da”) y temporalmente mas dilatada (cubriendo latotalidad del siglo XVID). En cuanto a lo tema- tico, presentamosamododereflexién unapropues- taen tornoa la primera expresién de un proyecto cuyoejeconsiste en abordar el modo de insercién de la Compaiiia a partir de las relaciones que en- tabla con los vecinos santafesinos en tres mo- mentos bien diferenciados: su legada (1587 a 1615), los aftos de prosperidad (1615 a 1640) y el contexto dado por el traslado al sitio nuevo en el marco de la redefinicién espacial de Santa Fe, la concentracién de los esfuerzos misionales y econémicos sobre la otra banda del rio Parand y el innegable protagonismo de la orden en la are- na de los procesos judiciales ligados a propieda- des rafees y derechos de vaqueo (1640-1700). Por ultimo, esbozaremos aqui nuestras primeras im presiones acerca de lo que significé la “Congre- gacién de Nuestra Sehora” como lugar de con- vergencia de laicos y religiosos en el tramado de las relaciones sociales. Relaciones sociales, ocupacién y explotacién de las tierras Los primeros afos (1587-1615): legada y celebracién Monsefior Francisco de Victoria (obispo de Tuc man y Cérdoba) gestionaba hacia 1587 la veni- da de algunos hombres mas para sumarlos a la tarea misionaria en su jurisdiccién. Fue de esta manera que, camino de Cérdoba, el caballero Die- go de Palma y el presbitero Francisco Salcedo pasaron por Santa Fe, sefialando la primera pre- sencia (esta vez ocasional) de jesuitas en la villa vieja. Poco después, el paso del italiano Leonardo 2

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