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“La Compañía de Jesús y los vecinos de Santa Fe. Relaciones sociales y frontera en el Río de La Plata (siglo XVII)”, en Historias, número 47, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, septiembre-diciembre de 2000, pp. 71-81; ISSN 1405-7794 – en colaboración con María del Rosario Baravalle y Nora Liliana Peñalba.
Originaltitel
La Compañía de Jesús y los vecinos de Santa Fe (2000)
“La Compañía de Jesús y los vecinos de Santa Fe. Relaciones sociales y frontera en el Río de La Plata (siglo XVII)”, en Historias, número 47, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, septiembre-diciembre de 2000, pp. 71-81; ISSN 1405-7794 – en colaboración con María del Rosario Baravalle y Nora Liliana Peñalba.
“La Compañía de Jesús y los vecinos de Santa Fe. Relaciones sociales y frontera en el Río de La Plata (siglo XVII)”, en Historias, número 47, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, septiembre-diciembre de 2000, pp. 71-81; ISSN 1405-7794 – en colaboración con María del Rosario Baravalle y Nora Liliana Peñalba.
ssh 1405-7794
HISTORIQS 47
Will Fowler y Juan Ortiz Escamilla La revuelta del 2 de diciembre de
1822 | Esteban Sanchez de Tagle Los calculos de la capital durante la
ocupacién de 18481] José Aranda Mexicanos y anglos en Baja California
en 1848 () Eulalia Ribera Orizaba, la imagen de una ciudad del siglo
XIX Cl Rosario Baravalle, Nora Pefialba y Dario Barriera La compahia de
Jesiisy los vecinos de Santa Fe O) Margarita Carbé La Guerra Civilespafiola
y la posguerra, 1937-1975. Una bibliografia de ediciones mexicanas C(ACONACULTA - INAH @
publicaciones
Serie: CUADERNOS DE TRABAJO
DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS
Edgar Omar Gutiérrez Lopez
> Primera aproximacién el estudio del sindi
calismo ferrocarrilero en México, nim. 51
Ingrid Ebergenyi
> Una ciudad destrulda, nim. $2, tomo |
Martha Rocha Islas, Marcela Tostado,
Enriqueta Turion
» Condicionesdevidaydetrabajoeniaciudad
de México siglo XIX, nam. 53
Marla Gayén Cérdova
> LaVilla de San Juan Zitécuaro y sus alrede-
doras, nim. 54
Carmen Reyna
> Bibllogratia comentada sobre
xxicana, nlm. 55
Soledad Arbeldes, Concopcién Ruiz Funes,
Julia Tunén, Martha Rocha, Enriqueta Tunon
‘mujer me-
DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS
'ANEXO CASTILLO DE CHAPULTEPEC.
TEL.: $53-63-57
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DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA:
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lian Semo, Paco Ignacio Taibo li
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{de Antropologia e Historia. Ceriicados de Licitud de Titulo
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¥ Servicios INAH, Frontera 53, San Angel, 01000, DF.
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llustraciones proporcionadas por Esther Acevedo
¥ recopliadas en la Hemeroteca Nacional
de la cludad ce MéxicoHISTORIQS 47
REVISTA DE LA DIRECCION DE ESTUDIOS HISTORICOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA
México, OF, ‘Septiombre-Diciombre 2000
INDICE
ENTRADA LIBRE
FRANCISCO L. URQUIZO
Pincelada biografica. Siete afios con Carranza
WILL FOWLER Y JUAN ORTIZ ESCAMILLA
La revuelta del 2 de diciembre de 1822: una
perspectiva regional 19
ESTEBAN SANCHEZ DE TAGLE
Los célculos de la capital durante la ocupacién
norteamericana de 1848 39
JOSE F. ARANDA JR.
Diferencias cuestionables: mexicanos y anglos
en Baja California en 1848 49
EULALIA RIBERA CARBO
Orizaba, la imagen de una ciudad del siglo XIX 59
MARIA DEL ROSARIO BARAVALLE, NORA L. PENALBA,
DARIO G. BARRIERA
La Compaiiia de Jestis y los vecinos de Santa Fe.
Relaciones sociales y frontera en el Rio de la Plata
(siglo XVID) 1
CARTONES Y COSAS VISTAS 83
ANDAMIO
MARGARITA CARBO.
La Guerra Civil espafola y la posguerra, 1937-1975.
‘Una bibliografia de ediciones mexicanas 99
RESENAS un
CRESTOMANIA 127América
La Compaiiia de Jesus y los vecinos de Santa Fe
Relaciones sociales y frontera en el Rio
de la Plata (siglo XVI)
Maria del Rosario Barayalle,* Nora L. Pefialba*
Dario G. Barriera**
Lia instatacion de ta Compania de Jesiis en el
‘viejo sitio de Santa Fe modificé profundamente
diferentes niveles de la historia de este espacio.
Su Ilegada a esta pequefia ciudad de frontera,
gestionada por burécratas locales y alentada por
algunos padres provinciales desde la ultima dé-
cada del siglo XVI, implico la insercién de un ele-
mento dinamizante en todos los aspectos, de la
economia a la politica, dejando ademas profun-
das huellas en el plano de la culeura.
En un trabajo anterior,’ describiamos y ana-
fizabamos las manerasen que los miembros mas
activos de la Compafifa —desde 1615 represen-
‘tados fundamentalmente por la figura del padre
rector del colegio— se relacionaron, ya con los
gobernadores de turno, ya con miembros de la
lite santafesina y hasta con actores poco encum-
brados socialmente, arreglindoselas para —en
sun periodo de tiempo relativamente corto—con-
vertirse en los duefios casi absolutos de las es-
tratégicas tierras situadas a uno y otro lado del
rio Salado, en lajurisdiccién de la ciudad de San-
taFe.
‘Una veintena de transacciones, realizadas ba-
jo condiciones tan disimiles como lo eran tam-
* Investigadores proyecto PIP 4191, Parentesco y po-
der: Santa Fe 1660-1780, dirigido por Nidia R. Areces,
Universidad Nacional de Rosario, Argentina.
* Groupe d'Etudes Hispaniquesde la Keole des Hau.
tas Etudes en Sciences Sociales, Paris.
bién los estatus sociales de sus partes, nos per-
mitieron observar que, frente a un panorama s0-
cial poco monolstico, los jesuitas supieron hacer
una répida Jectura de este universo, de la cual
resultaria la ejecucién de modalidades diferen-
ciadas en el tratamiento de cada acuerdo que,
finalmente, resolvia en la incorporacién patri-
monial de tierras acompafiadas por titulos que
certificaban su propiedad.
Cuatro observaciones parecen erigirse como
nuevo punto de partida.
1. Si bien la orden tuvo en el ambito europeo
pautas de funcionamiento y reproduccién basi-
camente urbanas, en el espacio americano se in-
sinué y consolidé como una misién de frontera
por excelencia, cuyas actividades “urbanas” (la
instalacién del colegio y la administracién de los
sacramentos en la ciudad, por destacar las mas
importantes) eran sostenidas a partir de activi-
dades econémicas desarrolladas en el ambito ru-
ral. Para el caso que nos ocupa, lo destacable es
la inmediata yacertada percepcién que tuvieron
acerca del valor estratégico que significaban, por
ejemplo, las tierras de la regién de los Cululi, las
cuales ademés de encontrarse entre lo que por
entonces podia denominarse como un espacio de
riesgo, pero potencialmente productivo, cons
tuian un paso obligado en la ruta que, camino de
Cordoba, levaba al Potost.
2, Sibien, como dijimos, la orden se instala en.
Santa Fe gracias al apoyo de la gobernacién de
71América
Hernando Arias de Saavedra, sus miembros su-
pieron relacionarse con una base social amplia,
que excedia a los miembros de la élite e inclufa,
por ejemplo, a vecinos y otros miembros de esta
pequefa comunidad que estaban enemistados
cor. su principal mentor y mecenas. Los fuertes
lazos de amistad —y hasta de parentesco— que
Hernandarias sostenfa con miembros de esta
corporacién religiosa (entre los cuales Loyola y
Lisdrraga se encuentran como los més notables)
tenjan origen en la experiencia asuncena que és-
te y su padre —Martin Suarez de Toledo— ha-
bian construido y afianzado lentamente. Sinem-
argo, estoslazos nose tradujeronenun complejo
cerrado e inhibitorio: tanto como el gobernador
mantenia también una buena relacién con fran-
ciscanos, benedictinos y el clero en general, los
Jesuitas adoptaron una actitud muy abierta con
toda lacomunidad, realizandoalianzasy transac-
ciones de las que el tinico norteevidente eran sus
intereses en sentido amplio.
3. La orden, entonces, se dio pautas bastante
flexibles en cuanto a la base social de los actores
con que se relacionaba y, como dijimos, opera-
ba activando diferentes nudos de distintas redes
de acuerdo con los requerimientos de cada situa-
cién, Esto, que en su momento nos llevé a carac-
terizar como “competente” asu racionalidad se-
lectiva, nos lleva ahora a tener una percepeién
de su ubicacién en esta sociedad: los jesuitas se
convirtieron en un “punto de paso”, en un nudo
por el cual transitaron hilos de redes diferentes,
actores de facciones enfrentadas y, por lo tanto,
los convierten para el andlisis en un escenario
destacable cuando la materia de la leetura son
Jas relaciones sociales.
4, Dijimos también que su presencia modificé
seriamente los juegos de relaciones y, por ende,
1a configuracién del espacio en todos sus nive-
Jes. Sibien esta afirmacién exige una explicacion
compleja —por otra: parte iniciada en el trabajo
que referfamos— a la hora de destacar otro ele-
mento nos inclinamos por una préctica que—has-
ta entonces— no se habfa presentado como
urgente. Desde los afos 1615, 1616, el colegio
aparece como el elemento que instala y dinamiza
una preocupacién formal: la “ocupacién” lisa y
lana de las tierras se veia ahora contrapunteada
por una modalidad que planteaba laexigenciade
titulos, de papeles que, acreditando la posesién
como propiedad, comienzan ser paulatinamen-
te mas “necesarios” ala hora de realizar una tran-
saccién cuyo objeto fuera la tierra.?
Siyanos habfamos ocupado fundamentalmen-
tede las tierras del Salado y del primer cuarto de
siglo de vida de la orden en la ciudad, aqui pre-
tendemosdar cuenta deuna vision espacialmente
‘mas amplia (incluyendo lastierras dela “otra ban-
da”) y temporalmente mas dilatada (cubriendo
latotalidad del siglo XVID). En cuanto a lo tema-
tico, presentamosamododereflexién unapropues-
taen tornoa la primera expresién de un proyecto
cuyoejeconsiste en abordar el modo de insercién
de la Compaiiia a partir de las relaciones que en-
tabla con los vecinos santafesinos en tres mo-
mentos bien diferenciados: su legada (1587 a
1615), los aftos de prosperidad (1615 a 1640) y el
contexto dado por el traslado al sitio nuevo en
el marco de la redefinicién espacial de Santa Fe,
la concentracién de los esfuerzos misionales y
econémicos sobre la otra banda del rio Parand
y el innegable protagonismo de la orden en la are-
na de los procesos judiciales ligados a propieda-
des rafees y derechos de vaqueo (1640-1700). Por
ultimo, esbozaremos aqui nuestras primeras im
presiones acerca de lo que significé la “Congre-
gacién de Nuestra Sehora” como lugar de con-
vergencia de laicos y religiosos en el tramado de
las relaciones sociales.
Relaciones sociales, ocupacién
y explotacién de las tierras
Los primeros afos (1587-1615):
legada y celebracién
Monsefior Francisco de Victoria (obispo de Tuc
man y Cérdoba) gestionaba hacia 1587 la veni-
da de algunos hombres mas para sumarlos a la
tarea misionaria en su jurisdiccién. Fue de esta
manera que, camino de Cérdoba, el caballero Die-
go de Palma y el presbitero Francisco Salcedo
pasaron por Santa Fe, sefialando la primera pre-
sencia (esta vez ocasional) de jesuitas en la villa
vieja. Poco después, el paso del italiano Leonardo
2