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La Perspectiva

Antn Makarenko

Texto tomado del libro La colectividad y la educacin de la personalidad,


Editorial Progreso. Mosc, 1977
Pginas 126 y 127

El verdadero estmulo de la vida humana es el maana dichoso. En la tcnica pedaggica, esa alegra
de maana constituye uno de los objetos ms importantes del trabajo. Debe empezarse por organizar la
propia alegra, hacerla aflorar a la vida y presentarla como una realidad. Despus hay que transformar insistentemente tipos ms sencillos de alegra en otros ms complejos y de mayor importancia humana. En todo
caso existe una lnea interesante: desde la satisfaccin primitiva ms simple hasta el ms profundo sentimiento del deber.
Lo ms importante que acostumbramos a valorar en el hombre son su fuerza y su belleza. Una y otra se
determinan exclusivamente de acuerdo con la actitud que mantiene hacia la perspectiva. La persona que
determina su conducta basndose en el futuro ms inmediato es la ms dbil. Si se contenta nicamente
con su propia perspectiva, aunque sea lejana, puede parecernos fuerte, pero no suscita en nosotros sensacin de belleza personal y valor autntico. Cuanto ms amplia es la colectividad, cuyas perspectivas son
tambin para el hombre las suyas personales, tanto ms bella y sublime es la persona.
Educar a una persona significa acostumbrarle a tener miras futuras. La metodologa de este trabajo
consiste en trazar nuevas perspectivas, en utilizar las ya existentes y en plantear paulatinamente otras ms
valiosas.
Se puede comenzar tambin por una buena comida y la asistencia a una sesin de circo, pero tambin
hay que hacer aflorar a la vida, ampliar gradualmente las perspectivas de toda la colectividad y elevarlas al
nivel de las de toda la nacin.
Los fracasos de muchas instituciones infantiles, de casas y colonias de nios dependen de la debilidad
e incertidumbre de sus perspectivas. Incluso establecimientos infantiles, bien dotados de todo, si no organizan esto no conseguirn buen trabajo ni tendrn disciplina.

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