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LA INTELIGENCIA CIEGA

Hemos tomado muchos conocimientos sobre el mundo físico, biológico,


psicológico. La ciencia ha hecho más grandes y fuertes los métodos de
verificación empírica y lógica. Los mitos ya son muy rechazados, por que el uno
de la lógica y la razón están más presente.

El error no está en los hechos, ni en la lógica, sino en la interpretación que se


le dé a las ideas; hay una nueva ignorancia que está directamente relacionada
con la ciencia, hay una ceguera que se da por el mal uso de la razón y las
amenazas mas grandes están relacionadas con el mal uso del conocimiento,
malgastándolo con las armas bélicas.

Esto es lo que los investigadores llaman errores en la organización del


conocimiento y con el conocimiento de la complejidad de lo real.

Este problema se trata de explicar a través de las operaciones que utiliza la


lógica y al aplicar principios de separación, unión, jerarquización y
centralización.

Los geocentristas no aceptan los datos inexplicables, según su concepción


como no significativos, mientras estos heliocentristas se fundaban en esos
datos para concebir al sistema heliocéntrico.

Ahora tenemos un problema en nuestro siglo que es el sistema


concentracionario (Gulag) en la unión soviética. Se pudo haber considerado el
Gulag como el núcleo central del sistema, revelador de su esencia de
totalitarismo.

Descartes formula el siguiente paradigma clásico de occidente, vivimos bajo el


imperio de los principios de disyunción, reducción y abstracción, “paradigma de
simplificación”, desorganizando a la cosas pensante y al a cosa externa, es
decir la filosofía y la ciencia.

Este paradigma controla el pensamiento de la cultura occidental desde el siglo


XVIII y esto ha ayudado al mejoramiento del conocimiento científico y al
pensamiento lógico; y sus consecuencias nocivas se dan a conocer a partir del
siglo XX.

La disyunción ha alejado entre sí a los principales 3 grandes campos del


conocimiento científico: la física, la biología, la ciencia del hombre. La única
forma de arreglar esta disyunción era a través de otra simplificación de la física,
la biología, la ciencia del hombre, la reducción de lo complejo a lo simple.La
idea del conocimiento científico era descubrir, detrás de la complejidad q
reflejan los fenómenos, un orden legislado de una maquina llamada cosmos
que q se llena de pequeñas partículas llamadas átomos que se reúnen en
objetos y sistemas.
Tal vez la mayor de las amenazas de la humanidad tiene que ver con el
crecimiento vertiginoso de la creación de armas nucleares, por ejemplo, las
manipulaciones genéticas, el daño ecológico causado al mundo, etc. Lo cual
quiere decir que el ser humano está haciendo un mal uso, o le está dando una
aplicación equivocada al conocimiento, no se está teniendo en cuenta la razón.

Al desprenderse de las dos concepciones una permutación entre tierra y sol


pasó la tierra a verse como elemento periférico y el sol como centro.

Lo que se pretende es evitar la visión desde la dimensión abstracta, de allí la


necesidad de tomar conciencia de la naturaleza y de las consecuencias de los
paradigmas que se apartan de la razón y el conocimiento, que solo atiende a
elementos de forma, color, estructuras, proporciones, etc., con exclusión del
sujeto, cualidades o consecuencias alterando la realidad por completo o
pretendiendo disfrazar o encubrir su verdadera intención.

Al reconocer la disyunción, reducción y abstracción como paradigma de


simplificación. La separación hecha por Descartes entre sujeto pensante y las
cosas extensas, entre filosofía y ciencia y postulando las ideas como principios
de verdad ha permitido la desunión entre el conocimiento y la reflexión
filosófica, lo que ha privado a la ciencia la posibilidad de conocerse, de
reflexionar sobre sí mismas y aún de concebirse científicamente así mismas;
dicha disyunción ha sido tan nociva que mantiene separados los tres campos
del conocimiento científico como son la física, la biología y la ciencia del
hombre pero tendría que haber solución a esta disyunción a través de la
reducción de lo complejo a lo simple, reducción de lo biológico a lo físico, de lo
humano a lo biológico; descubriéndose así el orden perfecto del cosmos hecho
de micro elementos (átomos) reunidos de diferentes maneras en objetos y
sistemas; a partir de aquí la necesidad de la medida y el cálculo, se reconocen
como verdad las fórmulas y las ecuaciones que gobiernan las entidades
cuantificadas; incapaces de reconocer la diversidad o el caso extremo
sobreponer la diversidad cancelando la unidad. La inteligencia ciega entonces
desmiembra los conjuntos y las totalidades; la metodología dominante
(manipulada por las grandes potencias de estado) produce ceguera intelectual
al no permitir asociación entre los elementos que conforman el saber, ni la
posibilidad de encajarlos entre sí y de reflexionar entre ellos. El conocimiento
está amenazado con sufrir mutaciones porque al no permitirse la reflexión y la
discusión por los sabios. Al no ser controlados en las prácticas, las
consecuencias de sus descubrimientos, ni el sentido intelectual ni la naturaleza
de su investigación, se da vía libre al oscurantismo científico, que es como si la
verdad estuviera guardada bajo llave y el custodio de la llave manipule a su
antojo.

Por supuesto que las consecuencias repercuten sin piedad sobre los seres
humanos por lo general con derramamiento de sangre y sufrimiento gracias a
la manipulación política que es otro de los males crueles del mundo y para lo
cual se requiere del conocimiento complejo.
Si se concibe la complejidad como lo enredado, lo desordenado, lo
inexplicable, la incertidumbre, el conocimiento tiene la tarea de poner en orden
los fenómenos rechazando el desorden, lo incierto, lo ambiguo, etc. es decir
anteponer operaciones necesarias para la inteligencia, lo cual pone en riesgo
de producir ceguera porque se eliminan otras características de lo complejo;
pero la complejidad retomando el camino de la ciencia física y se ha abierto a
la complejidad de lo real, en la simplicidad física y lógica, encuentra la
complejidad microfísica, que el cosmos no es una máquina perfecta sino un
proceso en vía de desintegración y a su vez de organización; hace evidente
que la vida no es sustancia, es fenómeno de auto-eco-organización complejo
que produce la autonomía; evidencia que los fenómenos antroposociales no
pueden obedecer a principios de inteligibilidad menos complejo que los
requeridos para los fenómenos naturales; son evidentes las carencias de
nuestro pensamiento que son las que producen la ceguera, las ideas parecen
estar estancadas en la prehistoria una híper-simplificación que ciega a la
complejidad de lo real, la idea oculta a la necesidad, solo el pensamiento
complejo nos permitirá civilizar nuestro conocimiento para evitar seguir en la
barbarie que estaba acabando con la humanidad y la naturaleza.

EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD

A lo largo de la historia se ha demostrado que el ser humano tiene multiplicidad


de personalidades, haciendo así al ser humano, que puede vivir de apariencias,
es decir que puede engañarse a sí mismo, indicando que no solo la humanidad
es compleja sino cada átomo del mundo.

Cuando se pretende ver al universo como una máquina perfecta, se supone


una inteligencia, de percepción, orden absoluto, de inmortalidad y la eternidad,
atributos atribuibles a Dios. Pero ese mundo va a desordenarse.

El paradigma de la complejidad debe comprender que hay un paradigma de


simplicidad que ya sabemos que está ligado a la disyunción y a la reducción, es
decir que mientras la simplificación nos obliga a desunir y a desintegrar la
complejidad, para hacer evidente lo simple, lo complejo, lo ambiguo y el
desorden de los fenómenos, los científicos sienten la realidad de buscar el
orden perfecto y eterno, y es así como se han llegado a descubrir leyes
mayores como la de la gravedad, el electromagnetismo, las interacciones
nucleares, etc. Esa obsesión persiste hoy día, los científicos y los físicos han
creído encontrar la unidad de base en la molécula subdividida cada vez mas
hasta el punto de desaparecer el más mínimo termino de simplicidad, lo que
demuestra que el desorden está presente en el universo físico, y que es capaz
de producir transformaciones.

La degradación y el desorden concierne a la vida que es necesario el desorden


y el orden para organizar el universo, se evidencia en la teoría del big-bang,
como desintegrándose es que se organiza el universo. Llegando por medios
racionales a ideas que llevan en si condiciones normales, la complejidad de la
relación orden-desorden- organización.

Surge cuando se evidencia que los fenómenos desordenados son necesarios


para la producción de fenómenos organizados.

Si comprendemos al universo en lo que se crea, mediante procesos auto


organizadores donde cada sistema tenga sus propios determinantes y sus
propias finalidades, así comprenderemos la autonomía y de esta manera
comprender que es ser sujeto; ser autónomo y al mismo tiempo dependiente,
algo incierto, es ser casi todo para sí mismo y casi nada para el universo.

La autonomía en el ser humano es compleja porque depende de las


condiciones sociales y culturales, se dice que es dependiente, porque se
depende de la educación, del lenguaje, de una sociedad para desarrollar
nuestras propias ideas, aunque tenemos la impresión de ser libres, de hacer
elecciones y tomar decisiones.

Se puede decir que somos una mescla de autonomía, libertad y heteronomía


(fuerzas de la voluntad que están por fuera de ella misma, estas fuerzas hacen
parte de la complejidad del ser humano).

La conciencia multidimensional nos debe llevar a una visión unidimensional la


cual debe ser ligada a otras dimensiones, no podemos escapar de la
incertidumbre, como tampoco podremos tener un saber total, siempre estará
presente el pensamiento incierto, un pensamiento que no tiene fundamento
absoluto de la verdad.

Si entendemos la razón como la facultad de discurrir (reflexionar, pensar.) es


decir de aplicar la inteligencia, la racionalización, como la capacidad de reducir
los conceptos racionales o pretender encerrar la realidad dentro de un sistema
coherente y la racionalidad como la capacidad del ser humano de razonar.

Es evidente que es muy difícil darnos cuenta en qué momento pasamos de una
a la otra, también que no hay fronteras entre ellas, que los seres humanos
tenemos una tendencia inconsciente a descartar lo contradictorio, es decir a
rechazar los argumentos contrarios, de aquí la necesidad de los macro
conceptos, si tenemos en cuenta que los conceptos no se definen por sus
fronteras, sino a partir de su núcleo y esa definición requiere de los macro
conceptos.

Existen tres principios de la complejidad, el dialógico que nos permite mantener


la dualidad en el seno de la unidad, conjugando términos a la vez
complementarios y antagonistas; el de recursividad organizacional, que
consiste en ser causa y productor de los efectos, es decir, una vez somos
producidos nos volvemos productores del proceso que vamos a continuar, y un
tercer principio es el hologramático. Este principio nos demuestra que el
conocimiento se puede enriquecer, a partir de las partes por el todo y del todo
por las partes.

La relación antroposocial, se dice que es compleja porque el todo está en la


parte, que está en el todo.

El pensamiento de la complejidad tiene la necesidad de al observador y a la


conceptualización, es decir al comparar la sociedad con un diagrama, podemos
encontrar, meta-puntos de vista de nuestra sociedad, lo cual nos permite
observar mejor nuestra sociedad y su ambiente exterior.

El paradigma de complejidad va a estar presente siempre que aparezcan


nuevos conceptos, nuevas investigaciones, nuevas reflexiones amparados por
la conjunción, complementando siempre la complejidad con la simplicidad,
porque como su palabra lo indica, debe ser un conjunto de dimensiones,
tendencias y diversos elementos en búsqueda del conocimiento, y de la razón,
pero también partiendo de la unidad para encontrar respuestas a lo
enmarañado, a lo difícil y a lo complicado está en manos de la ciencia y la
filosofía no caer en las profundidades de la ceguera intelectual para no mutilar
o desmembrar el conocimiento.

LAS CREENCIAS Y LA EDUCACIÓN

LA PREGUNTA POR EL SENTIDO DE LA VIDA


Al tratar de definir el término sentido nos encontramos con una multiplicidad de
definiciones, el sentido puede ser virtual como la capacidad de recibir por
determinado órgano la impresión de los objetos; sentido del humor, sentido
práctico, perder el sentido, sentido de justicia, en fin, nos gastaríamos todo el
tiempo del mundo dando definiciones, pero la que nos ocupa en este momento
tiene que ver con la relación de algo con algo, con algún fin, relación que nos
permite juzgar el papel juzgando por ese algo en el esquema donde se practica
dicho fin.

Lo que sugiere que abordemos el sentido desde el significado de la finalidad,


del objeto de algo, ese algo puede referirse al hombre mismo a su existencia,
específicamente a la dimensión moral, la cual requiere una comprensión y una
justificación, es decir que la existencia del ser humano trae consigo una
finalidad, un objeto, un sentido que haga de la existencia el principio y el fin, el
fundamento del ser humano.

Por ejemplo Hablar de filosofía es hablar de la actividad del pensamiento


humano, es centrarse en la interrogación del mundo, es plantear explicaciones
lógicas a lo que pasa en nuestras vidas, es el encuentro del Ser Humano con el
mundo y con lo que nos asombra.

Es por todo esto que la filosofía interviene en la mayoría de los aspectos de los
seres humanos, por que circunda nuestra realidad, y la de los otros seres que
nos rodean cotidianamente, es decir, lo que cada uno y lo que los demás viven.

La definición de la filosofía es muy compleja, tiene diversidad de significados;


para unas personas significa una cosa y para otras, otra. Es por eso, que esta
ciencia no tiene un campo específico de investigación, sino que se ocupa del
mundo, de la totalidad de la realidad y por ello tiene que ver con diversas
áreas.

Es por esto que el sentido y la finalidad de la ciencia madre, como es llamada


por muchos, busca encontrar la verdad y la razón que se aprende muchas
veces por la experiencia; el descubrir el sentido de lo que nos rodea hace parte
del saber de la vida cotidiana, en la medida que adquiere una importancia
especial para cada uno de nosotros.

La razón también juega un papel importante para el desarrollo de la filosofía,


pues esta ayuda a que reflexionemos sobre nuestra manera de actuar para que
lo hagamos correctamente y no nos vayamos a equivocar en la decisión que se
va a tomar.

Concluyo que la filosofía es el aprendizaje de cada día, el conocimiento y la


realidad de lo que vivimos, es la manera de preguntarse a si mismo lo que se
hace y reflexionar acerca de lo que está bien y de lo que está mal. Además,
que tiene como fin la búsqueda de la verdad a través de la razón o del logos
como también es llamado.
En la ética y la filosofía del conocimiento las llamadas a mostrarle al hombre
que fuera de él hay una realidad de la cual se debe ocupar, de la cual se
desprende el pensamiento, la cual debe ser desenredar, entender y
transformar; es así como se le debe dar sentido a la vida, cada ser humano
tiene un sentido diferente de la vida, para algunos el sentido lo da la felicidad,
para otros el poder, otros piensan que lo económico e incluso para otros la
existencia de un ser supremo en cualquiera de estos casos el sentido de la vida
se está sembrando en sí mismo, y en esas condiciones cada hombre tendría su
destino porque se realizaría solo dentro de su sensibilidad.

Si tuviéramos la certeza de la no existencia de la inmortalidad, de que con la


muerte todo terminaba muy seguramente para mucha gente el mundo no
tendría sentido porque no satisface la esperanza de la eternidad y de la
supervivencia.

Debe ser preocupación del ser humano su destino, no preocuparse tanto por la
partida o la permanencia sino el punto señalado para la llegada, es decir su
destino debe ser el referente para darle sentido a la vida misma mientras exista
ya que la vida humana intuye el sentido en diversas acciones al conocer,
valorar, tender hacia algo a veces de modo claro, a veces confuso, solo lo
percibe sin reflexionar sobre su sentido.

Los filósofos se han esforzado para dar respuesta al enigma de la vida, pero
resultan respuestas como que no hay ningún sujeto sin consciencia de sentido,
sin juicio de sentido, ni sin un querer relacionado con el sentido; pero siempre
está el sinsabor de haber obtenido respuestas a todas las situaciones
científicas, pero el problema de la existencia no ha sido resuelto. La solución
parece ser desaparecer el problema.

Para los filósofos teístas y creacionistas el sentido en el mundo es aquel mismo


que inspiró el plan creador.

Los filósofos ateos niegan un sentido en el mundo.

La ciencia sugiere que la existencia de organismos conscientes es un rasgo


fundamental del universo.

Al pretender que el mundo tenga sentido significa que se aprecie en él un


orden dirigido a un fin racional y que esto sea obra de un ser inteligente;
entonces si concebimos que toda la razón confiere sentido el mundo se verá
como una mezcla de sentido y de sin-sentido.

V.F. Frank otorga al hombre tres clases de creadores, vivenciales y


actitudinales, con lo primero hace cosas notables, con lo segundo realiza su
existencia cotidiana y con los terceros se enfrenta a las diferentes situaciones,
con ello da límite a su existencia, da sentido a su vida.
La muerte el fin de nuestra vida, no su finalidad, pero si vemos un límite, lo que
indica que debemos aprovechar el tiempo y las ocasiones que disponemos
para hacer lo que debemos hacer, es decir, llenar la vida de obras con sentido
humano positivo.

La existencia humana se describe oscilando, dice Lauth, entre un idealismo y


un realismo, por un lado el hombre tiene la necesidad racional de sentido y por
otro se encuentra en un mundo que en muchas cosas ofrece un sin-sentido, es
decir sumida en una contradicción sin resolver, es el ser humano mismo quien
debe dar la solución con su decisión optando por un estilo de vida digno que
haga valer la pena darle sentido a la vida.

Nuestro análisis de la vivencia del acto mental nos hizo comprender que el
pensamiento es la mención de la cosa, pero no la cosa misma, como pretende
el idealismo, de manera que cuando tengo el pensamiento de la cosa, no tengo
la cosa, sino su pensamiento, su mención, y cuando lo que tengo conmigo y
ante mí es la cosa misma, entonces no tengo el pensamiento de ella. Pero
estas evidencias resultan algo difíciles de expresar, y la razón de esa dificultad
con que se tropieza para expresar claramente estas sencillas evidencias es la
siguiente.

Para el idealismo, como ustedes recordaran, la realidad es lo indubitable,


aquello que no puede ponerse en duda, aquello sobre lo cual la duda llevada al
extremo exagerado y metódico de Descartes no puede hacer mella. Ahora
bien, según el idealismo, para que algo sea indubitable, tiene que ser
inmediato, sólo lo inmediato es indubitable. De aquí extrae el idealismo la
consecuencia de que, siendo el pensamiento lo inmediato, es el pensamiento lo
indubitable, y proclama que el pensamiento es la realidad en sí.

Pero el error que comete fundamentalmente el idealismo es proclamar esa


inmediatez del pensamiento, porque el pensamiento no es inmediato, presente
y patente sino cuando no tengo la cosa. Cuando tengo la cosa delante de mí y
vivo con ella, la manejo, la utilizo, la ejecuto, entonces no pienso en ella,
entonces el pensamiento de ella no me es patente, inmediato y presente.

Ese es el error fundamental cometido por el idealismo. En realidad, para


expresar claramente este error debemos distinguir dos modos de estar
nosotros en relación con las cosas: un modo vivo, que consiste en manejarlas,
en vivirlas, en usarlas, en gozarlas, en repudiarlas; y otro modo reflexivo,
secundario y posterior, que consiste en no hacer con ellas nada de todo eso, y
hacer con ellas una cosa absolutamente nueva, que es pensar.

Pero vivir no es pensar las cosas, sino que pensar las cosas es uno de los
tratos que puedo dar a una cosa y, cuando le doy ese especial trato que
consiste en pensarla, entonces es cuando la cosa desaparece para mí y surge
ante mí su pensamiento, su esencia, su ser.

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