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Zi EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE COLECTIVO* 87 Probablemente ninguno de mis conceptos empiricos ha tropeza- do con tantos malentendidos como la idea de lo inconsciente colectivo. En lo que sigue voy a intentar: a) definir el concepto, b) exponer lo que significa para la psicologia, c) explicar el mé- todo de demostraci6n y d) dar unos ejemplos. a) Definicién Lo inconsciente colectivo es una parte de la psique que se distin- gue de un inconsciente personal por via negativa, ya que no debe su existencia a la experiencia personal, y no es por tanto una adquisicién personal. Mientras q Jo inconsciente consta en lo est 8 90 a1 vo REMINEUeriros y Lo INCONSCIENTE COLECT en la psicologia de los hombres primitivos corresponden al con- cepto de Lévy-Bruhl de représentations collectives, y en el cam- po de las religiones comparadas fueron definidas por Hubert y Mauss como «categorfas de la imaginacién». Adolf Bastian las denominé hace tiempo «pensamientos elementales» 0 «primor- Idjaless: Estas referencias deberian dejar bastante claro que mi idea del arquetipo —de una forma preexistente, en su sentido literal— no es un concepto tinicamente mio sino que también ha sido observada y especificada en otros campos del saber. Mitesis, pues, es la siguiente: a diferencia de la naturaleza personal de la psique consciente, existe un segundo sistema psi. quico de caracter colectivo, no personal, ademas de nuestra cons- Ciencia inmediata, que es de naturaleza perfectamente personal y que nosotros —aunque le pongamos como aditamento lo in- Eonsciente personal— consideramos como la tinica psique empi- rica. Este inconsciente colectivo no se desarrolla individualmente sino que es hereditario. Consta de formas preexistentes, los ar- quetipos, que pueden Hegar a ser conscientes slo de modo se- eundario y que dan formas definidas a ciertos contenidos psi- quicos. b) El significado psicol6gico de lo inconsciente colectivo Nuestra psicologia médica, salida del ejercicio practico de la me- dicina, insiste en la naturaleza personal de la psique. Me refiero ante todo a las opiniones de Freud y Adler. Es una psicologia de Ia persona, y sus factores etiolégicos 0 causales son considerados casi en su totalidad como de naturaleza personal. Sin embargo, incluso esa psicologfa se basa en ciertos factores generales biolé- gicos, por ejemplo en el instinto sexual o en el afan de autoafir- macién, que no son peculiaridades meramente personales. La psicologia esté obligada a hacer esto porque pretende ser una ciencia explicativa, Ninguno de esos puntos de vista niega la existencia de instintos a priori, comunes a hombres y animales, ni su relevante influencia en la psicologfa personal. Pero los ins- tintos son factores impersonales, hereditarios y universales de cardcter motivador, ‘que muchas veces estan tan lejos del nivel de la consciencia que la moderna psicoterapia se enfrenta con la tarea de ayudar al paciente a hacerse consciente de ellos. Ade- ms, los impulsos no son por naturaleza difusos e indefinidos sino fuerzas motrices formadas especificamente, que mucho an ee hacerse conscientes e independientemente del grado ae sciencia que pueda haber més tarde, persiguen sus fines Pr 42 EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE COLECTIVO pios. Tienen, pues, analogias muy exactas con los arquetipos, tan exactas que hay razones para suponer que los arquetipos son las im4genes inconscientes de los Propios impulsos; con otras pala- bras: que son el modelo paradigmdtico del comportamiento ins- tintivo. La hipotesis de la existencia de un inconsciente colectivo no es por eso més atrevida que la suposicion de que haya instintos. Se puede admitir sin mas que la actividad humana esta influida en alto grado por los instintos, aparte de las motivaciones racio- nales del entendimiento consciente. Por eso, si se afirma que nuestra imaginaci6n, nuestra percepcién y nuestro raciocinio es- tn influidos de igual manera por principios formales innatos y universalmente presentes, me parece que una inteligencia que funcione con normalidad no podré descubrir en esta idea ni mas ni menos misticismo que en la teoria de los instintos. Aunque muchas veces esta concepcidn mia ha sido criticada por su carac- ter mistico, tengo que insistir una vez mas en que el concepto de lo inconsciente colectivo no es asunto especulativo ni filos6fico sino empirico. La cuestién es simplemente ésta: éhay 0 no hay tales formas inconscientes, universales? Si las hay, entonces hay también una zona de la psique que puede ser llamada lo in- consciente colectivo. No siempre es tarea facil diagnosticar lo inconsciente colectivo. No basta poner de relieve la naturaleza a 94 95 COLECTIVO Los ARQUETIFOS Y LO INCONSCIEN no, como exige la interpretaci6n, la madre, sino Aus simplemen- te queremos poner de relieve que, entretejido en 7 psicologia aparentemente personal, hay un motivo no Eemecpsl ‘ que cono- Beet aiieniporiotro conducto: Es,elimotivo de las dos madres, un arquetipo que se da en multiples variantes en el campo de la tmitologfa y la religién, constituyendo la base de numerosas re- présentations collectives. Podria mencionar, por ejemplo, el mo- fvo de la doble ascendencia, es decir, ascendencia de padres hhumanos y divinos, como Heracles, al que Hera adopt sin darse cuenta, concediéndole asf la inmortalidad. Lo que en Grecia era tan mito, en Egipto era incluso un ritual. Allt, el faraén era por naturaleza divino y humano. En las cimaras de nacimiento de los templos egipcios estén pintadas en las paredes la segunda con- cepcién y el segundo nacimiento, divinos ambos, del faraén: nacié «dos veces». Es una idea basica en todos los misterios del renacer, incluidos los del cristianismo. El mismo Cristo «nacié dos veces»: al ser bautizado en el Jordan renacié por el agua y el Espiritu. Consecuentemente, en la liturgia romana la pila bautis- mal es denominada uterus Ecclesiae, y como puede leerse en el Missale Romanum se la sigue llamando asi en la bendicién del agua bautismal el S4bado Santo. Como quiera que sea, de acuer- do con una antigua idea de la gnosis cristiana, el Espiritu que aparece en forma de paloma era interpretado como Sofia (sa- pientia, sabiduria) y como la Madre de Cristo. Gracias a este motivo de la doble paternidad-maternidad, los nifos de hoy, en lugar de tener hadas buenas y malas que los «adoptan» magica- mente con maldiciones 0 bendiciones, tienen padrinos, en inglés godfather y godmother. La idea de un segundo nacimiento se encuentra en todo tiem- poy en todo lugar. En los primeros tiempos de la medicina apare- ce como un remedio magico; en muchas religiones es la experien- cia mistica central; constituye la idea clave en la filosofia ocultista medieval y también, Jast not least, la fantasia infantil que se da en no pocos nifios pequefios y «mayores», que creen que sus padres no son verdaderos sino s6lo padres adoptivos a quienes ellos fue- ron entregados. Benvenuto Cellini, por ejemplo, también tuvo esa idea, como cuenta él mismo en su autobiografia*. Ahora bien, es completamente imposible que todas las perso nas que creen en una doble ascendencia tengan siempre realmen- te dos madres o, al revés, que los pocos que comparten el desti- PocreanilOaeh Vea eaten 44 EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE COLECTIVO no de Leonardo hayan contagiado al resto de la humanidad con su complejo. Antes bien, se impone el suponer que la universali- dad del motivo de la doble ascendencia junto con la fantasia de las dos madres responde a una omnipresente necesidad humana que se refleja en esos motivos. Si Leonardo da Vinci retraté realmente a sus dos madres en santa Ana y Maria —cosa que dudo—, slo expres6 algo que creian incontables personas antes y después de él. El simbolo del buitre (que también examina Freud en la mencionada obra) a lo sumo hace plausible tal opi- nién. Freud tiene razén al citar como fuente del simbolo las Hieroglyphica de Horapolo*, un libro muy difundido en la épo- ca de Leonardo. Se lee alli que los buitres son s6lo hembras, que simbolizan a la madre y conciben por el viento (griego: pneuma). Esta palabra tomé, sobre todo bajo la influencia del cristianismo, el significado de «espiritu». Incluso en el relato del milagro de Pentecostés, la palabra atin tiene el doble significado de viento y espiritu. En mi opinién, este hecho alude a Maria, que, virgen por naturaleza, concibié por el Espiritu, es decir, como un bui- tre. Ademas, segtin Horapolo, el buitre simboliza también a Ate- nea, que salié directamente de la cabeza de Zeus sin haber sido engendrada, fue virgen y por lo visto sdlo conocié la maternidad espiritual. Todo esto es realmente una alusién a Maria y al mo- tivo del renacer. No hay la mas minima prueba de que Leonardo quisiera decir otra cosa con este cuadro. Incluso si es correcto suponer que se identificé a si mismo con el Niio Jestis, muy probablemente él quiso representar el motivo mitolégico de las pi 0 onal. ¢Y qué pasa con 9 ? iSeguro que 97 98 Peeiirauarinos-y/Ua INCONSCIENTE COLECTIVO asf es desde luego una tentacion presuponer una causa tan simple y personal, pero la hipotesis no solamente es fnexacta sino totalmente falsa. Sin duda es dificil de comprender gue un motivo de doble maternidad —desconocido Para un médico que sdlo tiene estudios de medicina~ pues a fener un poder tan determinante como para producir el ecto de un esta Me traumético, Pero si consideramos las fuerzas inmensas que yacen ocultas en Ia esfera mitol6gica y religiosa del hombre, la importancia etioldgica del arquetipo resulta menos fantastica. En numerosos casos de neurosis la causa de la perturbacién reside en el hecho de que la vida psiquica del paciente necesita que cooperen esas fuerzas motrices. Sin embargo una psicologia pu- tamente personalista hace lo posible por negar la existencia de motivos arquetipicos, reduciendo todo a causas personales, y hasta procura destruir esos motivos mediante el anilisis perso- nal. Yo considero esto un procedimiento més bien peligroso que carece de justificacién médica, Hoy se puede juzgar mejor que hace veinte anos la naturaleza de las fuerzas en juego.

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