Sie sind auf Seite 1von 6
— FERNANDEZ, R. editor (1985); Espaita en el siglo XVIL, Homenaje a Pierre Viiar, Barcelona, Ed. Crki- a, 686 pp. — FERNANDEZ, E. y PEREZ, G. (1985): «El siglo XVII en Aragén: una economia dependienter, en, FERNANDEZ, R. ed. (1985), pp. 565-628, — FERRER. M. (1961): La region costera del Oriente Asiwriano. Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 207 po. — FORNIES, J, F. (1978): La Real Sociedad Econdmica Aragonest de Amigos det Pats, Madrid, Confederscisn Espafiola de Cajas de Ahorro, 516 pp. — GARCIA FERNANDEZ, J. (1975): Organizacicin det espacio v economia rural en la Espara attdntica, Ma- drid, Sigio XXI, 332 pp. —. (1988): Sociedad y organizacién tradicional det espacio en Asturias, Biblioteca Historica Astunana, Silverio Cattada ecitor, Gijén, 190 pp. ~ GACETA DE MADRID, La: Maérid, 1750-1911. ~ GONZALEZ. Rosa M? (1981); La Real Sociedad Eco ndmica de Amigos del Pats de Leén, Caja de Aboros y Monte de Piedad de Le6n, 534 pp. - GIMENEZ DE QUESADA, G, (Ca. 1530): Epitome de la conquista del Nuevo Reino de Granada, ¢8. Max uel Lucena, Jiménez de Quesada, 2 n° 13, Instituto Colombian de Culture Hispanica, Bogots, 1962 = LABRADA. José Lucas (1804): Descripcidn econdmi- ca dei Reyno de Galicia, Ferro, Imprenta de Lorenzo José Riesge Montero, Edicién de 1971 a eargo de Pie torial Galaxia, Vigo, 289 pp. ~ LJ. B. De M. y Q. (1803): «Noticia de la agricultra y ‘economfa cural d2 Asturias», Semanario de Agricults- ray Artes, Tomo XIII, pp. 145-153 y 161-167. ~ MELIDE, A. (1984): Testimonios hisidricas sobre el ‘culivo de ta parara en Galicia, Sads-Cotuia ~ MOLL, I. (1973): «La poltica agraria de la Sociedad ‘Mallonquina de Amigos del Pais (1778-1802)», Botetin de la Gimara de Comercio de Palma de Malforca, 0° 1680, pp. 91-116. = PIQUERAS, J. (1985): La agricultura yalenciama de ‘exporzacién y su formacién histérica, Madrid. Ministe vig de Agricultura, 250 pp, = POLO CATALINA, J. (1799): Censo de ta riguese te- rtorial é industrial de Espatia en ef afi 1799, Reim- ‘presion facsimil de 1960, 109 pp. = RODRIGUEZ, M. X. y DOPICO, F. (1980): «Novos ceultives e agricultura éradieionak: a pataca en Galicia nos séculos XVIII e XIX», Revista Galega de Esmedios Agraries, 0° 3. ~ RUMFORD, Benjamin (1800 Ensayos poiiticos, eco- ndmicos y flosdficas del conde de Rimford, raducidos de onden de la Real Sociedad Econémica de Esta Cor- ton. Madre, Lmprenta Real, 136 pp. ~ SAAVEDRA, P. y VILLARES, R, (1985): «Galicia en ef antiguo régimen: Ia forsaleza de una sociedad cionalv, en FERNANDEZ, R. ed. pp. 434-508. = Semanario de Agricultura y Artes drigiaio a tos parro- cas por ef Reul Jardin Botinico de Madrid, Madrid, 1797-1807, = SLICHER VAN BATH, B. H. (1974) Historia agra- ia de Exropa Occidental (500-1850), Barcelona, Fd Pentnsula, $18, pp. EL EMPLEO DE LOS VOCABLOS MAAR, CRATER DE EXPLOSION Y DIATREMA EN MORFOLOGIA VOLCANICA, Durante las iiltimas tres décadas el término maar ha sido objeto de un intenso debate, concer- niente a la amplia variedad de acepciones que se le han atribuido en cuanto a forma, dimensiones, gé- nesis, materiales, petralogta, ete. en la literatura voicanolégica y geomorfoldgica. De vor popular de origen alemén, concretamente de un dialecto del ea del Rhin, que designa exclusivamente & los la- 208 que ocupan Los eréteres volcdnicos en Eifel, ht pasado @ emplearse como un tétmino téenico con significados diversos, poco precisos y confusos. En efecto, si analizamos las definiciones reali- zadas por algunas de las méximas autoridades tanto del campo de la volcanologia como de Ia geomorfo- logfa comprobaremos que no estin exentas de cier- tus ambigtiedades y equivooos. Sin ir mds Icjos, uno de los maestros de 1a volcanologia como Alfred Rittman (1963, p. 90) sefiala: «Pero en caso de ex- plosiones gaseosas muy fuertes, las pumitas y las cenizas se dispersan sobre amplias extensiones y con débiles espesores, forméndose asi un voledn re ducido a un embudo de explosion o diatrema, Tales diatremas se rellenan a menudo de agua subterrdnea y se trunsforman en Maares», Por tanto, podemnos afirmar que Riftanann utiliza el voeabio maar en su significado original, es decir, para denominar a los lagos cratéricos, mientras que para definir a la for- ‘ma resultante, a saber, el embudo de expiosién, em- plea el término diatrema. No obstante, al explicar el mecanismo de las 89 erupciones tredticas Rittman (1963. p. 348) aseve- ra que: «Un mecanismo diferente determina las erupciones de tipo frestico que abren conductos 0 pozos de perforacién (pipes), a menudo profundos, de varias centenares de metros, sin emisién de ma- terial magmitico, Hay buenos ejemplos de diatre- ‘mas en el Terciario superior de Fgipto, en las cerca- nas de El Cairo. En el Bajo Egipto tienen lugar nu- ‘merosas emisiones de basaltos e intrusiones de sills 4 Tinales del Oligoceno y comienzos del Mioceno. Un potente filén-capa penetra en la base de una se- sie de estratos de arcillas, arenas y calizas, calentan- do hasta la ebullicién el agua que circula por el bbanco de arenas porosas. Las capas del entorno coustituidas por arcillas impermeables aistan el banco de arenas, jugando el papel de caldera: se forman altas presiones que finalmente vencen la re- sistencia del techo. El conjunto explosiona de for- ma que los vapores arrastran particulas o fragmen- tos de rocas como si de una corriente se tratase, tae ladrando en Ia espesa cobertera sedimentaria un po- zo justo encima de la superficie donde la diatrema termina en crater de explosién» De lo aqui expuesto se deduce que la diatrema en este caso se cortesponde no con las formas re- sultantes de la explosion fredtica sino con los con- ductos magmiticos 0 chimenea, toda vez que agqué- Ma termina en un pozo abierto por la erupcién ex- plosiva en forma de crdter de explosidn. Por consi- viente, podemos concluir que Rittmana como vol- canélogo alemin emplee la palabra maar en su sen= tido original, esto es, para detinir inicamente a los lagos cratéricos. Por esta raz6n, recure al empleo del vocablo diatrema de forma un tanto ambigua y confusa, si no errinea, al caracterizar tanto at con dueto volednico como al embudo cratérico (crdter de explosidn) originado durante la etupeiéa fredti- ca, Esta observacion parece ratificarse si tenemos en cuenta que otros autores alemanes usan la voz diatrema en idémiico sentido. Valga como muestra, para afianzar la opinion expresada, la alirmacién de K, Schneider (1911, p, 86) que teza asi: «Estos han sido usualmente Uamados diatremas, Presentan una tipica forma eliptica y penetran las formaciones ‘mas antiguas, sin construir conos en superficie, Es- tos tubos volcdnicos son comunes desde et Terci rio y offecen varios tipos, dependiendo de la forma eruptivan. Para como de males Rittmann (1963, p. 183) distingue ademés tres tipos de maares: los maares de gas (diatremas) que se caracterizan por su extre- ‘mada explosividad y aula emisién de materiales volednicos; maares con una delgada capa de rmate- tiales piroclasticos: y. por tiltimo, maares con bor- des anulares piroclisticns. En un clésico de a geomorfoiogia volednica como es la obra de C, A. Cotton encontramos tam- bign una gama variada de distintas acepciones refe- rentes a los maares, Para Cotton (1944, p. 254): Los mares y anillos de tobas son formas cratéti- 90 cas codeadas de anillos més que elevaciones topo- grfieas —e incluso pueden ser meras depresiones fn forma de tazén sin anillos— resultantes general- mente de explosiones esporddicas, que acontecen en una una nica erupcién, seguida por el cese completo de Ia actividad. A renglin scguido af de: «Tales depresiones ocupadas por un lago se cconvierten en una forma muy sobresaliente del pai- saje, denominadas maar en la regi6n alemana de Ei- fel», Por dltimo, Cotton (194, p. 255) sostiene ‘que: «Los maares de Eifel son embudos abiertos en tetrenos 1to volesnicos, cuyas explosiones dnica- ‘mente artojan cantidades pequetias de fragmentos, Estos von los maares en sentido estricto». ‘As{ pues, comprobamos como Cotton emples, Ja voz maar con tres significados distintos. Por un lado, los maares son formas eratéricas resultantes, de una tinica erupei6n, Por otro, los auténticos maa- res son embudos cratéticos resultantes de erupcio- nes explosivas que arrojan un escaso volemen de fragmentos volcénicos. Y, para finalizar, también son depresiones ocupadas por lagos. Se aprecian, por consiguiente, distintas categorias 0 tipos de ‘maares, pero sin conformar una clasificacién, 2 los que habria que sumar los amados por él volcanes embriones,0 ubehebes también denominados mact- res secos. Solo se vishimbra una menor indefinicién y ambigiledad en relacisn a la génesis de ios muares al prociser: «,..la mayorfi de los maares verdaderos han sido considerados por muchos geélogos como producto de una explosi6n frestica (...} tal como puede ocurrir (.,,) cuando (,..) un magma ascen- dente se encuentra con agua cerca de la superficie» (COTTON, 1944, p. 257). En obras de carécter mas genérico como ma- uses de geomorfologia y glosarios o diccionarios de geologfa de la déeada de los sesenta, el témino ‘maar se usa tanto para definir a un Iago cratérico como a un créter resoltante de una erupeién volcd~ nica explosiva. Asf, por ejemplo, Thornbury (1954, p. 501) insiste en que: «En el distrito alemén de Ei- fel hay numetosos lagos lamados maar 0 mares, Jos cuales ocupan créteres que parecen formarse mediante actividad voleénica, sin edificacién de co- 10s volednicos». El diccionario de términos geols- del Instituto Geolégico Americano (1962, p. 300) define al macir como: «Lin créter formado por ‘una explosién violenta no acompatiada de extrusién volcénica, cominmente ocupada por un pequelfo ago circulars, Por si fo recogido hasta el momento no fuera prueba suficiente, en el manual de Holmes (1965, p. 313) se aventia ain mas si cabe la confusisa, a distinguir dos tipos de créteres anulares (ring cra- ters 0 mares): 10s cratetes de explosién y los de fluidizacién, Los primeros se caracterizan morfolé- amente por disponer de créteres pequeitos en forma de embudos y con un alto contenido de piro- clastos angulosos y muy groseros. Los segundos, a diferencia, cuentan con eréteres de grandes dimen- siones y de fondo plano, asf come anillos anulares bajos. con depésitos de cenizas muy finos y de es- ‘caso espesor, cuyas pendientes son muy ligeras, Ante la situacién aqui reseiiada, sumamente desconcertante (1a locucién maar puede sugerir desde un anillo tobéceo, un Iago volcdnico hasta un ‘uso, una forma resultante de una explosién voleénica, ete), Ollier (1967) rea~ liza una revision exhaustiva de jas definiciones de maar efectuadas hasta la fecha por las diversas ax toridades en materia valcanol6gice, Para ello anali- za los criterias mas frecuentemente empleados, siendo éstos tanto de orden morfoldgico (profundi- dad, dismetro, forma citctlar 0 10, anillo alto 0 bi- jo, anillo simétrico © asimétrico, fondo plano 9 en fotma de embudo}, litaligico (presencia 0 no de materiales de proyeccidn y de roca encajunte) como relativos al tipo de erupcién y mecanismos erupti- vos (crupciones singulares 0 mniltiples, erupeiones catastroficas 0 tranquilas, erupeiones fredticas © no, esiructuras de colapso © formas de construccién, ttc,), Tras esa revisidn, Ollier propone como alter- nativa ef empleo de un térming sustitative como es el de crdter de explasién. Sin embargo, é1 mismo aorta esta posibilidad al rechazarlo, por las posi bles confusiones que el vocablo introdujese con ‘otros tipos de erateres voleinicos, Ante esta tesitu- 1a, sugiere una nueva definicién de maar, acompe- fiada de una clasificacién en la que distingue cuatro tipos de snaares mediante ejemplos reales muy Wpi- cos (Pulvermaar, Zuni, Koko y Red Rocks), La de- finieiga de maar reza como sigue: «los maares son formas resultantes de explosiones volednices, con- sistentes en un créter que aleanza v se extiende por dehajo de Ja superficie topogtéfica y es considera- blemente més ancho que profundo, redeado de un anillo o borde formado por material arrojado desde eleriter» (OLLIER, 1967, p. 66). Con todo, el esfuerzo de Ollier por precisar y aelarar dicho término no impide que la confusién sea la t6nica general en tome al mismo, Llama po- derosemente la atencién el hecho de que no s¢ reco Ja explicitamente cudl es la clase de erupcién voled- nico que genera ese tipo de formes, Cabe pues con- siderar que este es uno de los mayores defectos en {a definicién expresada por Ollier, méxime si tene- ‘mas en cuenta que —siguiendo las ideas del alemén H. Noll rechaza su génesis a partir de erupeiones fredticas (concibiéndoxe ésta por aquel entonces co- ‘mo la reaccién de un magma ascendente con agua subterrénea), Estas observaciones fueron claramente eviden- ciadas por V, Lorenz, miembro del Instituto Geolé aico de la Universidad de Mainz. Este, merced al estudio de los maares pleistovenos de Boos en Eifel y de los del Maciza Central francés, realiza una in- vestigacidn minuciosa en relacién con la formacién de los maares. Por consiguiente no emprende una (area de revision de a terminologia, sino un estudio cn el que aborda tanto el tipo. forma y estructura de Jos materiales como Tos mecanismos eruptivos, los fenémenos de subsidencia; y otros referentes a las chimeneas 0 diatremas y la composicién quimica de los magmas. El resultado vuelve tambign en esta ‘ocasién a materializarse en otra propuesta de defi- nicién, pero con Ia salvedad de incorporar uns terpretaci6n genética nueva: «Un maar es un gran cxdter volednico labrado en el sustraro racoso cue contiene un anillo bajo, compuesto de fragmentos piroclisticos, Por debajo, subyace Ja gran diatrema correspondiente. Un maar ve forma cuando vn mag- a en ascenso contacta con agua subterrénea 0 de origen superficial pero ¢ eierta profundidud por de- bajo de la superficie. La erupeign freazomagmatica resuitante da lugar a depésitos de oleadas piroclts- ticas y de proyeccién aérea constituidos por mate~ rial voleénice juvenil y del sustrato rocoso. Durante los periodos de tranquilidad el astillarniente (spa- Ting) de las paredes rocoses permite el ensancha- rmiento de las fisuras iniciales ¥ Ta formacién de una ‘cdmara de erupei6n (eruption chamber). Bl colapso ‘que se produce dentro de ta cémara de ery wavés de las fallas anulares y Ia consecuente ero- sién y deslizamiento (slumping) en la superficie ddan cuenta del gran erdter (...) Los amplios crateres de Jos maares se forman principalmente mediante la subsidencia como resultado de erupciones freato- magmaticas» (LORENZ. 1973, p. 201), De este modo Lorenz conttibuye a despejar cualquier resquicio de duda en torn0 a los concep tos de maar, anitlo de tobas y diatrema, Ya hemos tenido ocasin de referirnos al concepto de maar, tan sélo resta ocupamos de los otros dos, El anillo de tobas (tuff ring) es también, para él, resuleante del contacto de magma y agua pero a menor pro- fundidad, lo que motiva que el efecto de resquebra- jamtiento 0 astillamiento (spalling) sea pequeio y la iad de materiales de la roce encajante se site en tomo a un 10%, abundando por contra ios mate~ riales volednicos juveniles. En cuanto al concepto de diatrema, ésta se de- fine como un conducto voledinice en forma de pozo (pipe) repleto u obturado por Fragmentos piroclésti- cos (tohes volednicas y lepillis) y bloques de rocas del encajante. Esta aclaracién conceptual de los términos conlleva la implamtacién, en materia voleanokigica yy sobre. todo en el émnbite anglosajén, del cérmino ‘maar con las connotaciones anterionmente mencio~ nadas. Sin embargo, nos resulta so:prendente compro- bar cémo en otro Ambito, el de la geomorfologia francesa, existe una claridad, no hatlada hasta el ‘momento, en Is exposicién conceptual de los térmai= ros aqut expuestos. Nos referimos al «Vocabulaite franco-anglo-allemand de Géomorphologie» de Henry Baulig (19703. Este explica la voz fendme: znos explosives sintetizando de forma tan precisa y concisa cada uno de los einceptos objeto de debate, st ‘que nos obliga cuanto menos a reflexionar sobre la Jificultad de los volcandlogos en definir o analizar con soltura las formas volednicas. Para Henry Baulig (1970, p. 144): «Los fené- menos explosivos pueden simplemente abrit una chimenea, diatrema, que acaba en un eréter de ex- plosién 4 menudo ocupado por un laga (Maar) y ro- deado con frecuencia de una corona 0 anillo de pro- yeeciones poco sobresalientes. Las erupciones de este género han sido atribuidas ai encuentro de ‘magma incandescente y de agua infiltrada: erupcio- nes fredticas, Las chimeneas de explosia, rellenas de proyecciones, constituyen los pozos diamantife- ros del Africa austral; o lox voleanes embrionarios del Jura...». En esta definicién dota a cada uno de los té- Iminos de su justo contenido morfolégico, recupe- rando a la vez para la voz. crdter dle explosion los atributos morfoldgicos y volcanolégicos que impro- Piamente habian sido otorgados a ta palabra maar por la volcanologfa anglosajona, Adguiriend asf el vocablo créter de expiosién los contenidos y la re- Jevancia que le corresponden. Con unos afios de antelacién otro geomorfélo- go francés, J. Tricart (1968, p. 284), sefalaba en el ruismo sentido la primacta de Is voz ender de ex- losién sobre la de maar «Los maares son una va- riedad particular de créter de explosién, que toma su nombre de formas frecuentes en Fifel, Al inicio del Holoceno y al final del Wilrm, esta regisn ha si- do el asiento de-un voicanismo abortado, con slgu- nas emisiones besilticas que han alcanzado la su- perficie, Los erdteres de explosién se emplazan so- ‘bre la mayor parte de las bocas, Estén rodeados de tun anillo més 0 menos regular, de algunos metros de altura en el mejor de los casos, formados por es- corias y cenizas expulsados ducante la explosion. Un estangue 0 un pequefto Lago ocupa el crater de explosiéno. Sin duda algune. para el dmbito de 1a culeura {ating maar es una locucién practicamente descono- cida y de trascendencia local, caremte de toda ex- presivided si la comparartos con el término crater de explosién, cuyas connotaciones de cardeter ge- nético y morfolégico implicitas son bien elocuen- tes. No es extraito, a pesar de Ia imposicién del in- #lés como lengua de divulgacién cientifica, que los gcomorfologos y gedlogos franceses, sabre todo los Ucdicados al estudio del voleanismo, empleen atin hhoy ts palabra erdter de explosidn, adoptande coma sinénimo ta de maar o viceversa. En las publicacio- nes de P, Bout hallamos mumerosas referencias en relaci6n al uso de ambos términos tanto indistintae ‘mente 0 como sinénimos: «Los maares de Auvernia y de Velay son amplios eréteres de explosion de 600 @ 1,000 m. de didmetto, a menudo abiertos al ras de las planicies basiltices o cristalinas» (BOUT, 1970, p. 29), Al comienzo de otro articulo sobre los, mares de Saint-Geneys settala que: «Nosotros nos hemas ocupado ya de ios maares © criteres de ex- plosién de Velay y de Auvernia en varias publica- ciones de la presente revista...» (BOUT. 1974, p. 309), Por Gltimo, recogemos la opinién gue expresa Bout (1978, p. 74) acerca de los maares de Deves: «Los maares son eréteres de explosién de contorno perfectamente circular que se abren aqui y alld en los teritorios volesnicos y en Deves, tanto al ras de las mesas basélticas como entre los conos de ¢seo- rias que coronan los dltimos. Desde el punto de vis- ta morfoldgico son la réplica en oguedades de las protuberancias que constituyen los conos. Pero los productos expulsados de la abertura de los maares son diferentes a la de los conos. Los primeros con- tienen abundantes fragmentos provenientes de Ia ruptura del zécalo. 1.03 segundes ao retinen mis que escorias Ovo gedlogo como es J. M. Peterlongo utilize indistintameate ambos términos, a veces como si- Gaimnos y otras reforzando el de erdter de explo- sign: «...se constata que 1a diattema se ensancha hacia arriba como un pabellén de clarinete, paza absirse en superficie bajo Ia forma de un erdter de explasién de tipo “maar” rodeado de un anillo re- bajado...» (PETERLONGO, 1978, p. 93). Con pos- terioridad, al referitse al lago de Gour de Tazenat afirma: «...este Ultimo ocupa un erdier de explo- sin (maar) abiesto de manera terminante a través del zécalo...» (PETERLONGO, 1978, p. 207). Por Altimo, al abordar el estudio de la zona endorreica de la Narse d'Espinasse aciara que: «Este es un ‘maar, un exéter de explosi6n, y el monte del Infier- fo no es otra cose que la media luna de proyeccio- nes, expulsados én él momento de su formacién» (PETERLONGO, 1978, p. 211). Para concluir con esta exposicién de citas de la escuela volcdnica francesa, destacamos un pértazo de un trabajo reciente del geomorfélogo R. Battisti- ai (1989, p. 371}: «Los campos de eréteres de ex- plosién de Katwe y de Bunyaruguru estén situados en el fondo occidental del Rift Valley, al sur del an horts cristalino del macizo del Ruwenzori, en- tte los lagos Jorge y Eduardo, y a ambos lados del Canal Kazinga que enlaza los dos lagos. Constitu- yea uno de los ms bellos conjuntos de maares co- nocidos en el mundo; alrededor de 30 crdteres en el Katwe, y de 110.en el de Bunyaruguru...» Mientras tanto, en el dmbito anglosajén siguen produciéndose abusos en el empleo de la terminolo- gia como lo prueba el que Wobletz y Sheridan (1983) apliquen Ia palabra maar para designar a los stateres de los anillos y conos de tobus (auf rings y riff cones) situados por encima de la superficie pre- cruptiva, ‘Ademés Heiken y Wohletz auague definen Jos términos maar y diatrema con menor confusisn, mantienen Ja misma ambigiedad a la hora de dis- linguir ¢ 10s anifiy tobdiceos de los maares. Asé pa- ra ellos un maar es un «pequeiio volesn caracteriza- do por un créter que es ancho (de varias eentenas de metros a varios kilémetros de didmetro) en relacién a su altura y cuyo fondo del criter yace por debajo del nivel copografico circundante. Los maares se forman durante erupciones freatomagmaticas» (HEIKEN y WOHLETZ, 1985, p. 4}. Mientras que diatrema «es un tétmino genérico que designa a un conjunto volcdinico (...) formado por la energia ex- plosiva de magmas eangados de gases. La expresion morfolégica superficial de una diatrema es un eré- ter de tipo maar...» (HEIKEN y WOHLETZ. 1985, p. 3), Para finalizar, el anillo robddceo es un tipo de voledn que generalmente tiene laderas con &ngulos de inclinacién bajos (2 @ 10% y un amplio crater que es a menudo un maar...» (HEIKEN y WOH- LETZ, 1985, p. 7). No obstante, en las tltimas obras de volcanolo. ia publicadas recientemente en lengua inglesa se aprecia un uso mas acertado y preciso de los térmi- ios agaf abordadas, a la. ver que unanimidad en los criterios adoptados para clasificar Jos criteres de origen freatomagmitico o tredtico. En la actualidad se distinguen tres tipos, en funcidn tanto de factores morfolSgioos (depresién labrada por encima 0 por debajo de la superticie preeruptiva, altura ¥ forma de los bordes anulares, inclinacién de los mismmos, etc.) litolégicos (predominio de los materiales del sustrato rocoso o de los volesnicos propiamente di- chos, ete.), como det comportamiento eruptive y sus caracteristicas (grado de explosividad, eficien- cia en la interaccién del agua y del magma, 0 pro fundidad a la que acontece la explosiéin, etc.). Des tacan en este sentido Ios manuales de R. V. Fisher y H. V. Schmincke (1984) y de R. A. F. Cas y TV. Wright (1987), muy apreciados por los georontiske 1208 por el tratamiento de las formas volednicas y de los depésitos correlatives a su génesis, Ante ambos tratados, merece interés detenerse en ei dltimo, puesto que hace mayor hincapié en los aspectos morfol6gicos. Cas y Wright (p. 376) distinguen tres tipos de créteres freatomagméticos 0 tredticos reco- nocidos genéricamente: 10s muares, 108 anilles 0- baiceos y los conos tobdceos. Los primeros dispo- nen de un eriter Jabrado en el sustrate rocoso. Pre~ sentan secundariamente capas inclinadas hacia él interior y escarpes verticales debajo de los bordes anulares. El wamaiio del didmetro de los créteres os- cila desde unos cuantos metros hasta unos 3 km. Se forman cuando el magms en ascenso conecta con ‘un manto fredtico 0 con agua de origen superficial siruada bajo la superticie topogrdfica, Constan ade- nds de diatremas, a saber. conductes volesnicos en forma de poro o chimenes (pipe) rellenos de frag- mentos volesniens y del sustrato rocoso. Los anilfos tobdceos (tuff rings} tienen a dese mejanza de los anteriores, créteres situados por en- cima de la superficie preeruptiva, junto con bordes escarpados que presentan la misma inclinacién ha- cia dentro que hacia fuera, Estos se originan cuando el magma ascendente interacciona expiosivamente con agua préxima al nivel del suelo o en él. Otra di- ferencia es que contienen una mayor proporcién de materia? volcénico juvenil que los maares. Por dltimo, los conos tobéceos presentan erite- res més pequefios y de mayor profundidad que an- chura, Se forman en Areas donde la superficie del agua esté localizada encima del punto de emisién, Por otto lado. las capas estén inclinadas ce 20 a 25° cen las crestas de los anillos, Llegados a este punto sobre las apreciaciones de los usos y conceptos de los divetsos términos volednicos agut anatizados, consideramos oportuno aclarar con qué eriterios les empleemos en este tra- bajo. No puede negarse Is evidencia de que el tér- mino maar —sin gozar por nuestra parte de ningu- na antipatfa— resulta cuanto menos extrait, sino desconocido para la mayor parte ée les personas, con el agravante aadido de earecer de toda carga evocadora 0 de connotaciones de indole morfol6gi- 60 y genético, frente al de erdter de expiosidn. Muy a pesar, el térming maar ha terminado por imponer- se al de crater de explosién, y en estos momentos es mayoritariamente aceptado y empleado en el campo de la volcanologia. No obstante, creemos gic abandonar el vocablo crdter de explosidn por las conaotaciones expuestas. Por consiguiente, somos paitidatios, enlazando con las escuelas vol- canoldgica y de geomorfologia volcénica francesas, de seguir empleando dicho término, la par que el dé maar como sinénimo, con el empeito de no con- tribuir a la confusidn y al abuso en la utifizacion de tecnicismos innecesarios e ininteligibles, En este trabajo empleamos le palabra erdter de explosién y en su defect maar para designar a los edificion volednicos constituidos exclisivamente por grandes créteres labrados por debajo de la su- Perficie prevolcdnica, 2 partir de erupciones muy explosivas de tipo freatomagmética o fredtico, Esto significa que el magma durante st. ascenso interac ciona co un manto Fredtien o eon agua procedente de la superficie, o bien que el magma calienta me diante conduccién el agua continada en un acuifero sin que haya contacto entre sendos elementos. En cualquier caso, se producen mecanismos explosives muy violentos que originan nubes eruptivas anula- res y rasantes (base surges) constituidas por vapor de agua y gases volcdnicos; esto es, masas geseosas muy densas que, al desplazarse a ras de suelo a gran velocidad (atgunas veces supersnica), trans portan en suspensién materiales sélidos (fluidiza- Cidn), Por tanto, Jas nubes eruptivas anulares (bases surges) actiéan como flujos de cardcter gaseoso, en concreto como corrientes turbulentas de baja densi- dad y concentracién de particulas. Los materiales asi depositados son conocidos como oleadas piro- clasticas basales. El resultado final de las erupciones Sreatomag- maticas o fredticas desde el punto de vista morfols- fico es la apertura de una gran depresisin cratérica, por debajo de la superficie preeruptiva, cireundada por un reborde formado de brechas explosivas (ma 93 teriales emitidos belisticamente durante la primera fase explosiva, en Ia cual sc origina la boca erupti va) y por oleadas pirockésticas basales sean éstas, himedas 0 secas. Las dimensiones al igual que las formas de los ‘erdteres son muy variadas, desde varios centenares de metros hasta mas de on kilémetro de didmetco. Las formas externas pueden ser circulares, elipticas, BIBLIOGRAFIA UTILIZADA - AMERICAN GEOLOGICAL INSTITUTE (1962) Dictionary of Geological Terms. Nueva York, Dolphin Books. 800 pp. ~ BATTISTINI, R, (1989): «Les essaims de cratéves dexplosion du Karwe et du Bunyaruguru au sud clu Ruwenzori (Uganda)s, Bull. Ascoe. Geogr. Frang.. 2° S.pp 371-377, = BAULIG, H. (1970): Vocabulaire francosanglo-alte= mand de Géomorphoiogie, Paris, Editions Ophrys, 230 pp, ~ BOUT, P, (1970) ¢Problémes du voleanisme: Maar et ‘eines de scories d'Auvergne et du Velay, Rev. dau vergne, 134, 0° 1, po. 29-68. ~ BOUT, P. (1974): «Le maar de Saint-Geneys pres Ssiot-Paulien (He. Loire). Considsratins générales sur eS maar dus Velay et @ Auvergnen. Rev. d Auvergne, 88, n° 4, pp. 109-332, ~ BOUT, P, (1978): «Problemes de voleanisme en Aue vergne et Velayis, Rev. d'Auvergne. 326 pp. ~ CAS, R.A. Fy WRIGHT, 5. V. (1987): Voleanie suce cesions. modern and ancient. Londres, Allen and Un- win, 328 pp. = COTTON, C, A, (1944): Volcanoes as landscape Jonas. Coristehurch, Whitcombe and Tornbs, 416 pp. ~ FISHER, R. V. y SCHMINCKE. H. V, (1984}: Pyro. clastie rocks. Berto, Springer-Verlag, 472 pp. en media Juna, etc,, mientras que el interior puede ser de fonde plano o en embudo. Existe posible- ‘mente una estrecha relacién entre la morfologia y dimensiones de los eréteres y Is naturaleza litol6gi ca del raquedo donde se emptazan (BATTISTINI, 1989) MIGUEL ANGEL POBLETE PIEDRA- BUENA (Departamento de Geografia. Universidad de Oviedo), = HEIKEN, G. y WOHLETZ, K. (1985): Volcanic ash. Berkeley, University of California Press, 246 pp. — HOLMES, A. (1965}: Principles of Physical Geology. Londres, Nelson, 1.288 pp. = LORENZ, V. (1973): «On the formation of Maars», Bull. Voleanalogique, n° 37, pp. 183-204, ~ OLLIER, C. D. (1967):

Das könnte Ihnen auch gefallen