La noticia trata de aquellas vctimas que en la poca ms difcil de nuestro pas
tuvieron que luchar en contra de los que ellos denominaban terrucos, siendo testigos de atrocidades asemejadas solo a lo que en la segunda guerra mundial pas a los judos, que inocentes, buscaban huir. Pero en este caso, no era culpa del peruano campesino, sino de una mala interpretacin de una ideologa, que al igual que Hitler, no midi sus medios por buscar un fin, injustificable por donde se le mire. Dentro de la historia hecha noticia, encontramos a como personas huyeron de aquella pesadilla desde el punto donde el terrorismo dominaba, hacia Lima, sin saber que dicha zona tambin estaba afectada por el terrorismo, y sus tentculos malficos de cambios radicales a costa de vidas humanas, lleg a todo el Per. La lucha constante de peruanos sin tener ni el estado para protegerlos es una moraleja en cuanto a la unin que como peruanos deberamos tener, puesto que el poder, ms all del estado, somos nosotros, y nuestra participacin debe hacerse notar, y luchar para que los errores estatales no ocasionen una barbaridad semejante a la vivida por nuestro pas en esa triste etapa. No queda ms que reflexionar y no dejarnos llevar por apariencias, sino ser verdaderos ciudadanos. Es admirable la cantidad de sangre derramada en nuestro pas, pero tambin es admirable que tan pronto el peruano olvida, y as nos muestra que nosotros mismos destruimos a un pas, y a comparacin de los movimientos terroristas y el estado corrupto, el peruano destruye ms que un coche bomba a la patria, porque es el verdadero problema, nuestra sociedad, terca y testaruda, que no se da cuenta que el problema y la solucin somos nosotros.