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Artículo sobre el comportamiento 02

Cómo tratar el problema del ladrido excesivo

Su perro tiene un gran repertorio de ladridos diferentes y cada uno de ellos


significa algo distinto. ¿Tiene problemas para diferenciar entre un aullido seguido
de un ladrido o tres gruñidos y un aullido y no sabe qué hacer?

Esta actitud genera malestar en los vecinos cuando usted se encuentra fuera de
casa, puede crear situaciones embarazosas cuando lo deja en la puerta de una
tienda y provoca a los transeúntes que pasan por allí cerca o hace imposible
una conversación telefónica.

Desde el punto de vista del perro es sencillamente una forma de expresarse,


con la que comunica exactamente lo que siente. De hecho, la única vez que no
ladrará para comunicarse es cuando muestre una conducta sumisa.

El ladrido para evitar que alguien entre en su propiedad, en principio es algo


correcto. El problema se presenta cuando el perro ladra cada vez que alguien
pasa cerca de allí. En cualquier caso, en lo que a él respecta, el hecho de que la
mayoría de la gente se retire cuando esto ocurre es una prueba del éxito que
obtiene con esto.

Puede intentar mandarle callar chillándole. Desafortunadamente, a pesar de su


habilidad para la comunicación él no habla nuestro idioma. En realidad, pensará
que usted también está ladrando y lo que hará es doblar sus esfuerzos como
respuesta. Lo verá como una buena forma de llamar la atención, aunque usted
sólo le grite “Calla” y querrá ladrar incluso cuando no haya nadie alrededor para
conseguir una respuesta.

Después existe el perro que ladra para llamar la atención cuando su dueño se
encuentra en compañía de alguien. En alguna ocasión, es posible que haya
visitado a un amigo y haya tenido marcharse sólo porque los ladridos no le
dejaban mantener una conversación normal. Su amigo quizá intente hacer lo
imposible por callarle, desde intentar jugar con él hasta unas simples caricias,
consiguiendo que sus ladridos vuelvan a producirse en cuanto se sienta
ignorado.

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Artículo sobre el comportamiento 02

Cómo tratar el problema del ladrido excesivo

Hay parejas que tienen que comprobar primero dónde está el perro antes
de besarse o de darse un abrazo, a menos que no les importe que se les
interrumpa bruscamente con ladridos. El perro puede mostrar la misma
conducta para llamar la atención cuando habla por teléfono, está viendo la
televisión o está conduciendo.

Por irónico que parezca, una de las formas más fáciles de enseñar a un perro
a que no ladre es enseñándole a ladrar cuando se le ordene.

En primer lugar, encuentre la manera más tentadora en que el perro pueda


expresarse. Quizá sólo sea necesario mantener en alto su recipiente de la
comida, su juguete favorito o una golosina. Cuando ladre, felicítele y repita
“Ladra”. Vuelva a realizar el ejercicio con la frecuencia suficiente como para
que asocie esa orden al ladrido. De esta forma, conseguirá que ladre cuando
se lo mande.

En este momento, cuando esté ladrando introduzca las palabras “Quieto”


o “Calla” y ofrézcale un juguete o algo de comida cuando se calle. Con las
repeticiones, el perro asociará la orden con estar callado y su premio
correspondiente. Como en cualquier momento del adiestramiento, procure
felicitarle de inmediato cuando lo haga bien, no después.

Refuerce este buen comportamiento recompensándole cuando se porte bien


en situaciones en las que él normalmente se haría notar. Cuando el
comportamiento del perro le permita conversar tranquilamente con sus amigos
y no ladre cuando entre un vecino, felicítele con grandes elogios y obséquiele
con un premio. Es una buena receta para llevar una vida tranquila.

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