Sie sind auf Seite 1von 62
GIORGIO GILIBERT ROFESON ELA UERSIONO DESTIN DE ESSA, Quesnay Laconstrucci6n dela «maquina de la prosperidad” TR essen ris 4 ‘Antonio Quovedo Ferrer Formacién intelectual 12. Concepcidn mecancista Teas fundamentals Notas bibliogréticas EI «Tableau économique» desde Cantillon a Marx Un decenio de tableaux (cuadeos) Origenes del rablean EI analiss de Cantillon 1 ejemplo numérico en el ensayo sobre la natura leza del comercio El primer esbozo del iabieaw El ecesumen de ios resultados de fa dstibucion» La «Formula aritmétice» El tableau de Marx ‘Aplndice: El cuadro de Boisgillebert Bepast lena M. 288-1979 Run" eSBs El ubuen precio del gr 10» yla teoria dal valor-tierra El problema de os precios 32. Teoria del valor-tirra Nota critica sobre algunas interpretaciones Irnprime His ge E- Minae 5.1 ona ge ‘Teedoy24- Maana’s Papal Tar ahead, S.A cs n % 4. Trabajo productive e improductivo 41, La distncionfisiocrtica 42. Smith y Mars 5.1. Bl ecapitalism agricola 52. Bl modo fsioerdtico de production ‘Apéndice A: El «tableau économiquer, modelo de Leontiot ‘Apéndice B: Representacién geométrica del tableau» ot 1 97 os 103 109 us na ns Introduccién 1.1. Formacién intelectual Cuando Quesnay se ocupé plilicamente de economia por primera ver, a los sesenta y dos aftos de edad, habia obtenido {de su carrera profesional todos los frutos que podia esperar. ‘Quesnay, nacido en 1694 en Méré, una aldea de fa Tle de France, de familia campesina, fue autodidacta: aprendio a leer y a escribir a los doce anos con ayuda de un jardinero; su primera lectura fue un viejo manual de hacia un siglo, aunque popular todavia en aquel entonces, ttulado L ‘agriculture et la ‘maison rustique, de los médicos Jean Liébaut y Charles Bs tienne. En 1718, en Paris, obtuvo el titulo de cirujano; se costed los estudios grabando tablas anatomicas, Debié ser un hombre préctico, dotado de sentido comin ¥, sobre todo, de absoluta discrecion, virtud ésta que le sirvie de gran ayuda en su carrera como «médico de confianzan de aristécratas! * Gon ocasion dew ataque epic aa condesa d'Estrades, Quesnay stzangulsg alo presen 9 suns a enferma,armundo Guest taba solamente de ona ers de nrvios, fs ealmantes qu el caso reqr {Ep condesn, wets en, sup aprcarla gentle dl doctor y, cuando se [reson a ocson, io sesomendo ala marguesa de Pompadout» (J. Hecht {tose pas 25. Nov. -Lot aor que aparecenenze corchtes a contimuacl6n de Tos autores vemien als biogas que tal ial esa obra. WO QUESWAY. La cnstuciin de anna de prospered En 1734 entré al servicio del duque de Villeroy; en 1749, a los cincuenta y dos afos, se convirti6 en el médico personal de Mme. de Pompadour. ‘Su fama en la comunidad ciemtifica se debi6 especialmente 1a interminable disputa que enfrent6 a las corporaciones de ‘ivujanos y médicos; a partir de 1730, y durante veinte altos, fue un polemista muy combativo y prolifico en defensa de los ‘derechos conculeados de los cirujanos. Lo cual no le impidi6 ‘obtener, en 1744, la licenciatura en medicina, en la oscura fa- caultad de Pont-i-Mousson, como se apresuraron a hacer notar sus rivals parisienses, Las obras médicas de Quesnay estin hoy olvidadas, al pa- recer justamente, También sus contemporineos, excluidos los Cara aura ietada il abd Le Blac, Sin fecha. Le envi algunas nota inspradas Ta ecture de Hue. Esta obra es Spina pra Inlsters, lovoduccso 11 La lucha de Quesnay a favor de la experiencia y la téenica uirirgica y contra la pretendida ciencia de los médicos, que ‘se consideraban fildsofos, le valié la simpatia de los enciclope- distas. Diderot escribié en 1748: «No puede ser, un hombre experto, un Quesnay, s6lo por ser cirujano deberd calla fren- tea un P... porque éste ha adquirido, desembolsando dos mit escudos, un titulo de médico ignorantel, no es posible». ‘Casi seis aios mas tarde, Diderot y D’Alembert le pidieron ‘que colaborase en la Enciclopedia. Quesnay se ofreci6 a pre- pparar las voces «Evidencia» y «Puncién del alma, que respondian a su interés, entonces prevalente, por la psicologia (ametafisica», seg la elasificacion enciclopédica). El primer articulo fue publicado en el sexto volumen de la Enciclopedia; Quesnay se inspira en la tradicion cartesiana y, ‘especialmente, en la psicologia de Malebranche. Un plantea- miento destinado a no eosechar un gran éxito en el ambiente de los philosophes, poco dados a las sutilezas metafisicas. Quesnay —escribe D'Alembert— «se ocupaba también, por quel tiempo, de metafsica, su querida y vieja amiga, © hizo para Ia Enciclopedia el ariculo “Evidencia’”, que corrié la mis- ma suerte que todas las obras del género: ser leido muy poco, todavia menos entendido y ser muy criticadon* 'No es de extranar que el articulo «Funcién del alma», pre- visto para el Volumen siguiente, no fuera ya publicado. oi ee tee ode sealants apc Caaear tt a ae aa ae aL ton, 0, os hyn aka at's tag Aare et ee ao pin eee rat ole te cotremaae a Se Heese Sha steer pane Phi i, la en BIBLIOTECA DB FILK “DR. FGNACIO.CLL.0% . ? ce euoels le 12. QUESNAY, La consrocii dea umlquna del prospered BI articulo «Evidencia» habia aparecido prudentemente andnimo. En el mismo volumen sexto (enero de 1756) en- contramds también, bajo el transparente pseudénimo de M. Quesnay, le fils, el articulo «Colonos», de «economia Politica». Con la’ misma firma se publicé en el volumen si- guiente (noviembre de 1757) el articulo «Cereales», Son las Primers oasiones en que Quesnay se ocpa pilcamente de No es dificil remontarse a los origenes de este «nuevo» in- ‘erés por cuestiones agrarias y econémicas: su infancia campe- sina no habia sido, al parecer, olvidada. En Versalles le intere- saba mucho més discutir ude téenicas agrarias que de las intti- gas de la corte», recuerda Mme. de Hausset, camarera de la Pompadour. Un probable amigo suyo de aquellos anos fue el ‘lugarteniente para la caza del parque de Versalles», Georges Le Roy, autor para la Enciclopedia de la otra voz «Colonos», la de «economia agraria», y destinado a convertirse en uno de Jos primetos adeptos de la nueva secta En 1754, Quesnay aprovech6 las lettres de noblesse que le concedié el rey por haber participado en la curacion del ‘«Delfiny, afectado de virucla, para adquirir algunas «tiesras robles» en el interior de Francia. Quesnay envié a su hijo Blaise, al que habian ofrecido un fructuoso puesto de exactor, a adminisirar las nuevas propiedades: «Alli al menos no podrat enriqueverse mis que de modo til ala patrian. La coincidencia entre el ingreso de Quesnay en el campo de las discusiones econdmicas y su nuevo estado de terrate- niente no podia pasar inobservada. La versién de los hechos facilitada més tarde por el abad Mably, aunque excesivamente ‘malévola, quizé no esté muy lejos de la verdad: «Mientras que Ja doctrina de la libertad ilimitada ganaba créditos y adictos dia a dia, un hombre, que hasta ahora se habia ocupado sola ‘mente de operaciones quirrgicas y recetas médicas y también, por pasatiempo, de una metafisica bastante confusa, adquitid en Bourbonnais un terreno, que puso bajo la gestién de uno de sus hijos. He aqui, pues, a M. Quesnay entusiasmado con Incsin 18 el nuevo argumento... Su primer descubrimiento fue que si umentaba el precio de los productos del campo, aumentaban también det mismo modo las rentas de sus nuevas propieda- des, que se revelarian asi como una excelente inversién”’ 1.2, Concepeién mecanicista La formacién médica de Quesnay ha supuesto obviamente tun fil6n para las investigaciones:'se han preguntado si su and- lisis econdmico y, en especial, el tableau se han inspirado en analogias biol6gicast, EI paralelismo entre cuerpo humano y cuerpo social, entre sangre y dinero, es un lugar comiin poco significativo. Ya en el siglo XV era posible oir frases como ésta: «La moneda es para el estado lo que la sangre para el cuerpo» (Estados Generales de 1484); una frase que no implica una cultura médica es- pecial En el articulo «Economia», escrito por Rousseau para 1 quinto volumen de la Enciclopedia y leido sin duda por ‘Quesnay, se propane el parangén con todo detalle: «Las fi nanzas piblicas —se dice en €l entre otras cosas— son la sangre que una sabia economia, cumpliendo las funciones del ‘corazén, impulsa por todo el cuerpo para llevar alimento y vida», Quesnay no seré nunca tan explicit. 7 Bu commerce det rains, en G. Mably (179-1795), vol. Xl, pl sinus 25405" La udoctrna dela bead Himtaan ef de a weseuean de ‘igen Gournay: En cuanto a fe Wer compradas por Quesnay. see Contaban en elded en Nivea Un ess ns orig nteresite dete exe punto devia fe sugrida ‘or V; Foes [1973 El habit pall entrel ably lacieulecion dea ange lo ele proponer Foley ca fefteacla no ta vision del parato ‘Grelatoco que ee pole tener expats de or desotrmintos de Harvey ‘resin Xv, sing a aguell vison pecllar,yarasada en varios aspects, ‘Goese puede sacar dels obras medica de Ques. “"DiderocD'Alemben [1731-1737], vol ¥. pg. 338, Véase tambien “ung 1970p ee rel del en gue rans com parte a creiacion dela sangre encleuerpo animals 1 QUESWAY. La canst de eaauia do presprtd El problema de las eventuales ascendencias biolégicas del tableau puede replantearse desde un aspecto mas interesante: ZEI método empleado por Quesnay en el aniliss econdmico estuvo influenciado por su formacion médica? La respuesta no puede ser simple: Quesnay aplica a la economia una con- cepcién de la naturaleza que no tiene ningiin cardcter biolbgi- 0 peculiar (e1 modelo metodol6gico es en todo caso el de Ia fisica), pero que ha elaborado, no obstante, en el transcurso de sus estudios médicos. Quesnay tenia de la naturaleza una vision integramente me- ccanicista, de claro origen cartesiano. Si hemos de creer @ Pru- dent Hévin, su yerno, Quesnay leia y meditaba las obras de Descartes y Malebranche desde que tenia veinte atts. En esta vision, Dios, tantas veces citado, parece relezado al papel, vi- tal pero pasivo, de garante ade las leyes cientificas fundamen- tales»; arige Ia naturaleza segin leyes inmutables», escribe ‘Questiay parafraseando a Malebranche. Mas sies verdad que el mecanicismo de Quesnay se inserta cn la tradicion de la filosofia cartesiana, también es verdad —como se ha dicho— que los estudios médicos contribuyeron ampliamente a su formacién. En aquellos afios, la escuela ‘médico-mecénica, a la que pertenecia también Boerhaave, el ‘maestro de Quesnay, proponia interpretar los fendmenos fi- siolbgicos y patolégicos en términos puramente hidraulicos y ‘mecinicos. El movimiento muscular, por ejemplo, se estu- diaba por aquel entonces en base a las leyes de la fisica, uti lizando también la matematica superior; la digestién misma, ‘menos apropiada evidentemente para una ex a, era interpretada como una simple «trituraciéno. El producto tipico de este clima intelectual (Filosofia earte- siana y fisiologia mecanicista) fue el famoso Homme machine "© Nota manusrta cada por G. Weulerse (1910), vol. H, ple. 115. ‘ease tmbia Toque esibe, con rin, Supe (1959, oy pas 280 ZHI: wNinguna proposion sconomica de Quesnay se apaya cn premsas ‘eolgieas, pero Secu st equa lo que sabemos de sus eeencas rela, Invoduest 18 de Julien de la Mettric. No hay que extrafarse de que éste se tencuentre entre los pocos amigos de Quesnay"'. Puede ser interesante recordar aqui el episodio inicial de la polémica entre Quesnay y le corporacion de médicos. En 1730, queriendo refutar las opiniones sobre la sangria de un tal Silva, médico de moda, escribié Quesnay («ineompetente» cn fisiologia, en su calidad de simple cirujano) su primer libro: Observations sur les effets de (a saignée... fondées sur les lois de I'hydrostatique. a promesa contenida en el titulo Ja mantenia efectivamente (i bien pasando obviamente de la Inidrostatica a 1a hidrodindmica); las esis del libro se apoya- ban en los resultados de la simulacién, por medio de sencillos tubos y grifos, de la circulacién sanguinea. En una obra pos- terior se describe el modelo bajo la indicacion: Experiencia hhidréliea del autor sobre a derivacién y la revulsién. He examinado varias veces este hecho en un tubo de hojalata dividido en dos partes iguales; he repetido ef mismo experimento a continuacién con tubos mas complejos. ‘Advertimos, errGneamente, la diferencia existente entre nuestros vasos sanguineos y los tubos rigidos de Tos que nos hemos servido para efectuar nuestros expe- imentos, porque los vasos estin completamente some- tidos a la compresion del aire que tiende a cerrarlos, mientras que los tubos no sufren en absoluto esta compresién. Su calibre no puede variar después de la evacuaci6n, mientras que nuestros vasos deben enco- gerse durante la evacuactén y, quiz, este encogimien- to es mas considerable en aquellos que suministran la "Todos sus amigos etn my tres privados de su presencia y hay muchos que snesenan placentra Su compafa reconendabes su alen- {osm eaibe Quesnayen'una carta del 3 de octubre de 1745 el 9 dello fh misma ao, un lb de La Metre habla sido condenado al fue y el futor huyé'a Holand, Ua cara fe publeada por H. Teonehin (1905), plgin 87 16. QUESWAY, Le contracein de wie de prospedde sangre paral sangria, ya gue esos ¥950 son Ios Pr age fue reventen de a evacuaion J, qui de tes dea compresion del ae. Exe encopmiento se pendrin a deriacion, uta prevencion es aque ns induce aster, «i ho'prenamos atncioa al hecho de que It compre Son deve atta sobre nosotros siempre yen todas ek om la ms fuerza As, tos Tos vas dl tip sometdes ts aciOn est expuoN POF ey se mantenen, pues, en el mismo eaulbrio; el TRiuido sore por eos vasoscon Te misma Faciidad tan gue coreia dentro dels eanaes iis resister- AMS Sompresion. La iferenia advert ene los {itp de tubs no desrye, pus, a confornidad 30 ms reonocizo en lr dsbucion de guido Mambo casos De este modo, tod las comerues- Sas ge, hemos deduido de’ dstibucion tues empl, pueden apices, sn singin temor ater roves siniictvos, aia derivacion ¥ als fevusionpeneradss por a sangria flog experimental» de Quesnay e, porno desi snl nntaria, Pero es nteresnt a idea de qu e puss mac conctusioes generals sobre los efectos de u(r sea gnudeacon deunsenclo modelo hiro, Sse eee Muucer pues, un nexo ete medina y economia, se erin Sela sngre y rable (la maquina dl etalon) el teeno apropiado parece er el del método: cies e lveblen como un simple modelo eréfico para el Puro de os elects de proceimientos de poticaecondi- eri embargo, eta claro que cl planteamiento mesancia ta pit cm et uso de os modelos noe espeiiamente mé- ie haya encontrado aplcaion en medicina antes auetn economia, 7. Qussnay 1780, pi. 159y pigs. 173.174 Imvodvesto 1 En este marco, euadra perfectamente la confianza deposi- ‘ada por Quesnay en el método aritmético para la economia; uuna confianza tan absoluta que susctaba la ironia de sus con- tempordneos (a pesar de set una época que sentia devocibn por las ciencias exactas) ‘Se explican también los iltimos estudios de Quesnay, entre 1770 y 1774 (afio en que murié), buscando solucionar proble- ‘mas geométricos, tales como la triseccién del Angulo y la cuadratura del circulo. Los discipulos intentaron por todos Jos medios, mas sin éxito, impedir la publicacién de estas in- vestigaciones: «Son recreaciones de un anciano digno de todo respeto —escribe Dupont— que se ha ocupado por primera, vvez de gcometria a los setenta y seis aflos; no hay por qué cextrafiarse si se encuentran errores» , 1.3. Ideas fundamentales En el anilisis de Quesnay (y a menudo ya en los de sus pre- Adecesores de mil sescientos y setecientos) encontramos algunas "Bajo el emperadorH-Hong, eee en China una curios evlucion ‘spltul: Un smor desentrenado por el clealo se due de todas ls me ‘imi y 1 geometia persian habereconvertida eh lengua 0a {onal de un extreme oro del mpero ao se ecupeban mas que de hacer ‘Seulosrazoacos repost a todos os objets deponbls. Dest esa ‘no general nacio una neva cena mada ta chino Teofo-fou, 0 bien ‘Gencaecondmic, qe as ver gener una pasion oes por profundzar en losmistarion de gobierno por la valoracon de reton soberanos. Notas Fos cn slgiic abundant, eiquers: Two foufou carte de maltpicar Jas iquzas arte presioseyposeldo com es sahido~ por sebios¥potun. dos geonomistasy al menes ex China.» S. Lingus (178), ps3 " tenoe benevoloes el somentario de am matemaice de apace jefe deuna seta no debertaecuparse de teometiatcvando no la conoce;poraue ‘Sta malta cena daa media del rigor del pensaiento,y gue desatina fn mateméties, en la que un pensador Figures jamss dsaiara, es lS {qu sospechoso de no ranonar aa perfeéntampasa en oro amp, don ‘Sees de perder recta via Tura, deol ws verdaderamente etna ccndls, esl ge Scbren. Che. Hec ss, 18 QUESWAY. La construc de equa 68 prospered ideas fundamentales que sern més tarde caracteristicas de la ‘economia politica clisica». Estas ideas se iran aclarando en el transcurso de la exposicin; sin embargo, ya desde ahora, puede ser stil eliminar posibles equivocos haciendo alusion a algunas de ella. 1) Presentacién del sistema dle produccién y consurmo co- ‘mo proceso circular. En un sistema econémico vivo, la pro- dduecin debe ser suficiente para eponer las mercancias con sumidas en el proceso productivo (de modo que éste sea ca- paz, por lo menos, de reproducirse en el petiodo sucesivo)" Sila economfa produce més de este minimo necesario, hay ex- cedente. Es importante hacer aqui una aclaracion terminolbgice: el ‘producto neto» de los fisibcratas no es el excedente fisico, sino la diferencia entre ganancias y costes, monetarios, en la agricultura (en los demés sectores las ganancias igualan a los ‘costes por asuncién); por eso, producto neto es sinénimo de rendimiento neto¥. b) Andiisis en términos de clases sociales. Los indivi- ‘duos son agrupados por clases en base a la funcién que de~ sempean en el proceso de produccién y de consumo. En el Tableau actvan tres clases sociales: la de los terratenientes con- sume todo el excedente sin participar en la produccién, La Clase «estéril» comprende a los artesanos que fabrican manu- Was iquras de wo Son slamente un fo de productos comer ies sempre Souris ox consumo semoreraovadon pot i Te todd Cuta de\Guetmay a Forbonra del 19 de septembre de sy en F Quenay {1965 pas. 319, yen AAV. (198), ol ep TEE producto, digo, que excede aos gastos de clive yas cores pondione or antipos nesses pass puesta en culivo-Una ve fe {Shawos soe gastos onl progucto gue hacen nacer, lo que obra eel ee cto nea que connye rentapubin fa eta de fs provision, SAAS VV Tse ol pg 908 Ci embeds ada oos Sil. facturas. La clase «productivan incluye a los colonos, que or- fanizan le produccién agricola. Los braceros perenecen a la lase produetiva, pero en calidad puramente pasiva: su papel no es muy distnto del de los animales de labor. En el tableau se da comunidad de intereses entre colonos y braceros; el an- tagonismo, en realidad muy presente en el siglo Xviti", en- ‘entra expresion, en ottos eseitos de Quesnay, en la contra: posicién entre (cos) colonosy (pobres) aparceros. ©) Medios anticipades de produccién. La produccién requiere tiempo, un aflo por término medio, y, por tanto, se hacen necesarios los «anticipos». Por ejemplo, las subsisten- cias de los braveros deben estar disponibles antes de Ia co- secha. Quesnay distingue entre anticipos anuales, que se con- sumen completamente durante la produccién, y anticipos primitivos, que no lo son", Notas bibliogréicas No existe una edicion ertica de los escritos econémicos de ‘Quesnay. La Gnica obra que mereceria tal calificacion es la tra duccién alemana de los mismos a cargo de M. Kuczynski, de J que se ha publicado el primer yolumen; pero se trata de 30, de una tradueci6n, De hecho, los estudios recientes sobre Quesnay hacen refe- rencia, por 1o general, a la coleccién de sus escritos publicada © Chr. M, Bloch 1973), ig. 28 "Los primeres a considera, que soa los mds pedaimoselamediatos 2 laconecha, fon lon ontiips ameiy en ssn salancs de hombres y ele animales en sinentesyabonos qe se renuevan cada ao, y que se hacen Ataramene para prepara a produc, recogelay conserva Los sequn- fos gases products andando hacia irs son low antcpos primitive gue Schacen todos de una saa ves ena primera ntlacon de una empresa instrument, tenilos,migungs sntmale.» Ny Bawden, Explieacion {he evadroecondmico, en F Fevare 185), pg. 67. SF Quesnay 197 20. QUESNAY Le consrecin dole dq de propa por el Institut National d'Etudes Démographiques con oca~ sién del segundo centenario de 1a primera edicion del ‘a- bleau®, Esta edicion, muy eriticable desde casi todos sus aspec- tos, tiene, sin embargo, el valor de contener una biografia y tuna bibliografia muy detalladas, obra de J. Hecht. ‘La tercera edicién del rableau ha sido encontrada y vuelta ‘a publicar, en Berlin en 1965, por M. Kuczynski. El texto fue ‘después reeditado siete aflos més tarde con la traduecién inglesa". ‘Algunos manuseritos de Quesnay han sido publicados por G, Weulersse en su These complémentaire de 1910. No faltan traduccionesitalianas. La de mil ochocientos, a cargo de F, Ferrara para la Biblioteca dell’conomisia®, sigue fielmente, en la eleccion de los escitos, el criterio de la Phy- siocratie, la primera coleccion de escrtos fisiocrticos, apa- recida en 1767 y debida presumiblemente a la iniciativa de ‘Quesnay mismo. R, Zangheri se ha encargado de la traduecién de los escritos del periodo de colaboracion en la Encicfope- dia. Y, por iltimo, ha salido recientemente una coleccién de escrito econdmicos traducidos por M. Ridolfi®. Por lo que se refiere a la bibliografia de los escritos de 2 AAYV.0988, 2 F Qunay (1965, 1972, 2 6. Wealerse (1940. BF Ferre [1850], que contene: «El derecho natra; «Andi del cuadso coonomicon, sStagimar generals del gobierno, economico»; ‘Problema evan; «Ditogo Sobre el comerion; wegundo cilogo ‘sore el trajo delosextesanos» "SF Queinay (1966), que conlene: «Colonosn; «Ceralsy Hombres: slmpoestosn; wCuetonesconernents ala polacon, a Te aria y al Somer os carta a Torboanali Fe Guemmay [97]. Este volumen comprende: Toblem, primers, ‘ganda seer vin, Eaptlo VII dels Phlosophie rurale; «Andis dla emi rtntican: «Problema condom: «Sepando problema exondmi- fon: aRespuesta sia memoria sobre ventas de ainda ye comercion; “Dill tobe abajo dels artesanos; «Carta en torn lengua de fs ‘Senin econtnican wObservaciones en torno a inert del dnsron; «Col ‘osm weerealess Invesciin 21 Quesnay, es fundamental ef articulo de R. Zapperi, Per una ‘nuova edizione degli scritti di Francois Quesnay*, Las obras basicas sobre Quesnay y a fisiocracia son las de G,_Weulersse: Le mouvement physiocratique en France (de 1756 @ 1770); La Physiocratie @ la fin du régne de Louis XV (1770-1774); La Physiocratie sous ies ministores de Turgot et de Necker (1774-1781)?. La interpretacién més interesante del andlisis econémico| fisiocratico es aiin la propuesta por Marx en el primer volu- men de las Teorias sobre la plusvalia®, ® & Zanperi(1972 BG. Wealerse (1910, 1980, 1989 3 Mare 96H ——< El «Tableau économique» desde Cantillon a Marx 2.1. Undecenio de «tableaux (cuadros) A Io largo de los diez afos que siguieron a su presenta ion, el Tableau économique fue formulada de nuevo por ‘Quesnay al menos en cinco versiones diferentes. Las primeras, aquellas que més llamaron Is atencién de sus contempor’- ‘eos, fueron los famosos zig-zag: diagramas que representaban esquemiticamente los efectos del gasto de la renta por parte de un propietario (considerado representative de su clase) sobre los demas rendimientos. Cuando Quesnay quiso repre- sentar en el fableau toda la economia, abandon6 el 2ig-7ag. a favor de un ejemplo numérico mas compacto y manejable, «la formula aritmétican. El fableau no es tanto una representacion estadistica como un instrumento analtic, lo que hoy lamariamos un modelo. Sus sucesivas modificaciones, si bien presentadas a menudo por Quesnay mismo como adecuaciones ala realidad, respon- den casi siempre a dificultades tedricas surgidas en su interior las proporciones mismas entre las cantidades representadas en lfableau estin dictadas por la légica del modelo bastante mas ue por observaciones empiricas. Miabeau, discipulo fiel, aunque particularmente hostl a Jos formalismos matemiticos, aconseja expresamente no atti- 2A QUESNAY La conse de eméguia de prespritd buir excesivo valor estadistico a los datos contenidos en el tableau; «as verdades que encierra no dependen del mayor © ‘menor valor de aquellos jeroglificos llamados cifras» ‘Slo Ia titima de las versiones del rableau, la expuesta en el Analisis de ta formula aritmética, tuvo cabida en la Phy siocratie, coleccién semioficial¢e los escritos dela secta publi- eeda en’ 1767 a cargo de Dupont de Nemours'; algo muy signficativo, porque es casi seguro que la elescion de los es- critos de Quesnay se produjo bajo la supervision directa del maestro. ‘La Physioeratie, «acreditada hasta hoy como la seleccién ‘mas autorizada de los escritos de Quesnay, conforme a las il- timas disposiciones del autor y a sus concepciones teéricas més maduras»? sirvié de base para la edicién de mil ochovientos de los escritos fisideratas a cargo de Eugtne Daire (y para la traduccién italiana de la Biblioteca dell’economista, de Fran- ce2sco Ferrara). El tableau en zig-zag solo se volvié a publicar fen 1894, en Londres; esto explica que en el siglo pasado, y @ ‘eoes todavia hoy, la «férmula aritmétican sea considerada como el fableau por antonomasia. Sabido es que la interpretacion del ableau (el «enigma de la esfinge» para Engels) no es una empresa facil’. En las pré- ximas paginas se propondré una linea de investigacion poco ‘onvencional se interpretara el fableau reconstruyendo su his- toria, es decir, siguiendo las sucesivas modificaciones y re- rmonténdonos cada vez a las dificultades analiticas que Ques- nay se vio obligado a afrontar. En otras palabras, intentare- 1. Mirabea (1760), vol. I, pi. 130 2 Bi Andis fue pubic pe pnera vez en 176; aml rim ca del tle fu ada espa para eolver dos faroses problemas e2- Beg tris centile ena Posie Se Zapper (72, + tPero, decid, tnceramente, zonocts a alguien quo aye enten do? {Vowotos, dostoscomentarstas, que babes compllado Taras explce- flonss par desartolrio? El autor mis, ze ben lo que ha. qurio dec fom ets cits este elmo pus de palabras in sinifcad yeas sa sentido?» 8. Linguet (1771, vl, pa, 29 _raTaton banom@ues dense Canton 3 Mart 25 ‘mos reconstruir el itinerario logico que va de la llamada pri- ‘mera edicién del tableau a la formula aritmética de diez altos desputs. Se trata de una propuesta bastante obvia, que contrasta con los intentos de interpretar aisladamente una versién parti cular (casi siempre la ltima, por las razones hace poco dichas) del ‘ableau; 0, més raramente, de contraponer «f6r- mula» y zig-zag para intentar, prescindiendo de sus respecti- ‘vas historias, a interpretacion comparada, Veremos el primer zig-zag a la luz de la lectura quesnay- siana del Ensayo de Richard Cantillon; una tesis no muy nueva lertament, peto que puede ser rexaminada con pro La reconstruccién de todo el itinerario exigiré algunos pa- 0s bastante arbitrarios desde el punto de vista filol6gico (por ejemplo: [a formulacion de un hipotético tableau de Can- tillon), pasos que —esperamos— encontrarén justificacion en su utlidad expositiva. Probablemente, la mejor explicacion de la formula aritmé- tiea del tableau es todavia la proporcionada por Marx en el primer volumen de las Teorias sobre la plusvalia. Pero Marx ro se limit6 a estudiar el funcionamiento del tableau, sino que ‘propuso, en una carta famosa, una explicta y detallada refor- mulacién del mismo, El examen del tableau de Marx, el pri mer paso hacia los esquemas de reproduccién, es interesante ‘no s6lo en si mismo, sino también por la luz que proyecta sobre Ia interpretacion del tableau y toda la teoria fisiocrética Por es0, el recorrido que aqui se propone para explicar el ‘tableau de Quesnay, partiendo de Cantillon, legara hasta Marx. 22. Origenes del «tableau» La influencia de Cantillon sobre Quesnay se ha puesto fre- ‘cuentemente de manifiesto. Marx, quizé el primero, ve en la 49496 28 QUESIAY. La contoctn dels amfouine 6 pases ‘obra de Cantillon una fuente de la que Quesnay habria «bebi- do en abundanciay’. Schumpeter llega a reivindicar para Cantillon la «invencidn» del tableau: «Fue el primero en tra- zar un tableau économique. Y salvo diferencias que no ataiten a lineas verdaderamente esenciales, este ¢ableau,es el mismo {ue el de Quesnay, aunque Cantillon no lo resumiera en une tabla propiamente dichan®. Planteada en estos términos, 1a cuestién puede parecer ociosa, como siempre que se discute de «prioridades»; des- pués de todo, el interés del ‘ableau como instrumento analitico consiste precisamente en ese «resumir en una tabla» Tos efectos globales de un gasto. No cn balde los opositores ‘contemporineos, muchos de los cuales conocian bien el ensa- yo de Cantillon, a pesar de no escatimar criticas al tableau de ‘Quesnay, no pusieron jamas en duda su originalidad’. 'No obstante, merece la pena profundizar en la filiacién| Cantillon-Quesnay, si bien destle un punto de vista distinto; remontarse a las fuentes de inspiracién del tableau, con inde- pendencia de las cuestiones de prioridad, puede constituir “como se ha dicho— un buen punto de partida para su terpretacion. 'El Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general es la a Gig ee Fs a at sea ee Tees teaconigae cede Canton 2 Mare 27 liniea obra que nos ha quedado de Richard Cantillon; escrita, alrededor de 1730, fue publicada a titulo péstumo en la prima- vera de 1755. En aquel periodo iniciaba Quesnay su colabora- cidn en la Enciclopedia: en enero de 1756 salié la voz «Colo- nos», su primer escrito de caracter econémico; en noviembre de 1757, la voz «Cereales», donde cita expresamente a Can- tillon, La colaboracién debia haber continuado con las voces «Hombres», «lmpuestosy e «dnterés del dinero»; voces escr {as pero no’ publicadas porque el autor (que firmaba con el seudénimo de «M. Quesnay, le filsy.) interrumpi6 sus rela- ciones con la Enciclopedia, inducido a ello por prudencia ante cambio del clima politico’ Entre los dos articulos publicados existe, desde el punto de vista teérico, un verdadero salto cualitativa. «La voz ‘*Colo- nos" —escribe Dupont— presentaba algunas ideas-madres de ‘una nueva ciencia. En la vor \Cereales" se ve ya esta ciencia formada y casi completay?. En realidad, en el primer articulo encontramos s6lo una idea tebricamente fundamental: la su- perioridad del arriendo, caracterizado por vastas parcelas, el uso de caballo y la rotaciOn trienal, sobre la aparceria, carac- terizada por el uso del buey y la rotacién bienal; es decir, la superioridad del «gran cultivon organizado cepitalisticamente (rabajo asalariado) sobre el epequeno cultivon®, Sélo en el 5 Ba fect, en 1757, un desegilbrado mado Dans inetd spat le al yyy ef seaside prevent pas pont seta tds feta de opin, Elsépumo voamen des Eniopeda ie ai canon ede meet de ier fei, pu, un momento poco prope Toe ago convents pro. Te En 1959 prego concede Emaconeis fac Yevoradr o ‘Sig Guenay, sn ambien D'Alember y Turgotabandonaron a spe 5 B'S" Dupont De Nemours 10), vl. ga a Dupont emacs agands|veidadey ete arco: 1) «La sarc e inc fone de naan (aa see sie punto ‘Sremor™" Quenay enon mien seen) 2) «No bata fos taco y Ise vlaind prs cor pron aparece la grande ‘igus para empllas ene ctv (ie pa. 13). Mis concn el - tne Marten un ander nado i ayo OBE: Todo eaten iar como act er la spend das ike formers sobre os met 28 QUESHAY, te consmecin des mdquin de prosperity articulo «Cereales» encontramos las verdaderas «ideas: ‘madresn de la nueva ciencia: la distinci6n operativa entre pro- ducto total y producto neto; el principio de la productividad exclusiva de la agricultura. En este artieulo es citado Cantillon (en primer lugar, entre los economistas en sentido estricto): «Los terrenos no sélo ddeben procurar subsistencias a aquellos que los cultivan; de- ben proporcionar al Estado la mayor parte de los tributos, su ‘ministrar los diezmos al clero, las rentas a los propietarios, ‘beneficias a los colonos y ganancias a fos empleados en el cul- tivo, Las rentas del rey, del clero, de los propietarios, los be- neficios del colono y de los que trabajan para él vuelven a po- nerse en circulacién como gastos y se distribuyen a todas las ‘demas clases y profesiones. Un autor ha reconocido estas ver- ddades fundamentales al sostener que «la reunién de muchos terratenientes ricos, resdiendo en una misma localidad basta para formar lo que se llama una ciudad, donde comerciantes, fabricantes, artesanos, obreros y criados se cobijan en propor cién a las rentas que los propietarios se gastan; en cuyo caso, la grandeza de una ciudad es naturalmente proporcional al ‘nGmero de terratenientes 0, mas bien, al producto de las tierras que les pertenecen. Una capital se forma del mismo modo que una ciudad de provincia, con la sola diferencia de {que los mas importantes propietarios de tierras de todo el Esta- do residen en la capital». Como se ve, Quesnay le reconoce a Cantillon el mérito, aunque sea sin nombrarlo expresamente y en base a una cits ccuriosamente inadecuada (¢ imprecisa: se trata de unos pa- sajes provedentes de los capitulos quinto y sexto del Ensayo) dde haber reconocido «verdades fundamentales» que se nos ‘uestran como primeros pasos en direccin al rablea. En realidad, la influencia de Cantillon, imperceptible en ‘«Colonos», es évidentisima en toda la voz «Cereales»; tanto ‘que, por primera y iltima vez, encontramos en ella una tesis de ©, Quesnay (1973, pg. 295, ¥ A.ALV.Y. {1955 vol Th pg 482 sabor decididamente antfisioeratico, claramente imputable @ Ja lectura del Ensayo: se habla, come hemos visto, de wbenefi- cios de los colonos», y estos beneficios son considerados explictamente como una cuota (un cuarto) del producto neto. EI beneficio del colono fue suprimido ya en el articulo «Hombres», escrito ef mismo afo (1757) de publicacién de ‘«Cereales»; 6 el primer intento de disponer y ordenar en tun cuerpo coherente las tesis enunciadas en los dos articulos pre- cedentes. Y por primera ver se esboza un tableau, aunque sblo sea a nivel verbal. Es posible reconstruir, pues, con satisfactoria precision Ja influencia de Cantillon sobre Quesnay, con referencia special a origen del rableau. Quesnay debi6 leer el Ensayo en 1756, inmediatamente después de haber escrito la voz «Colo- nos», su primera toma de contacto con la economia politica. La lectura influenci6 de modo evidente —como hemos visto— la redaccién sucesiva de Ia voz. «Cereales», Ya a comienzos de 1757 encontré Marmontel a Quesnay hasta tal punto «ocu- pado en trazar el zig-zag del producto neto» que no le presté Ja menor atencién a una visita suya a le Pompadour!?, Y un primer esbozo del tableau se encuentra en la voz «Hombres», ‘scrita presumiblemente aquel mismo at. La tesis que me propongo demostrar es que la representa- cién en zig-zag de la circulacion de mercancias es resultado natural de la lectura, hecha con los ojos del Quesnay enciclo- pedista, del Ensayo de Cantillon. El primer tablea se nos muestra entonces como un intento de hacer visiblemente ‘comprensible la idea, vital tanto para Cantillon como para Quesnay, de que los empresarios y los asalariados de una so- ciedad wdependen» todos, ditecta o indirectamente, del gasto Gel rendimiento producido en la agricultura'® © Che 1. F Marmonte 1891}, vl I, ne. 3. © ‘eC ube erderado eu eabera el relia dessins, dio ena de que era inpesiie deseo comprensblement on Inna a9 (i dels palabras y que ea indispensable dibulaio. Esa idea produio el ‘abe économique.» V. Mirbens (17561760), oll page 126125. 30 QUESWAY. Lo contuccin de emi dol prospra 23. Elanilisis de Cantillon La economia descrita por Cantillon es cerrada: «Me limita ‘a considerar un Estado solamente por lo que respecta a sus ‘productos y a su industria, con el fin de no complicar el argu- ‘mento tratado con elementos ocasionales» ", Actéan en é tes clases sociales: los terratenientes (incluido el soberano), los ‘empresarios (colonos, comerciantes y artesanos) y os trabaja- dores asalariados. La tesis arriba aludida —«todos fos estamentos y todos los hombres de un Estado viven o se enriquecen a costa de los terratenientes»*— se justifiea en base a dos argumentos di tintos. El primero es aquel, bastante obvio, de que todos de- ben alimentarse; y esto s6lo puede hacerse gracias al cultivo de las tierras de los propietarios: «Si el principe y los terrate- nientes cercaran sus terras y no quisieran dar trabajo a nadie, esté claro que ya no habria ni comida ni vestidos para ningu- zo de los habitantes det Estado» #, EL segundo argumento es més interesante: aproximada- ‘mente la mitad dela poblacion (propietarios, comerciante, ar- tesanos y sus dependientes) vive en la ciudad, sin part Ja produccién agricola, Para que la economia pueda fun- cionar es necesario que las mercancias eirculen, e5 decir, que la ciudad pueda obtener las vituallas del campo a cambio de sus manufacturas; ahora bien, sies verdad que este intercam- bio se produce por obra de los comerciantes, tambien es verdad —tegiin Cantillon— que todo el mecanismo de circulacin se pone en movimiento por el gasto del rendimiento neto prod- ido en laagricultura.. EE propietario es el que, gastando su propia renta, permite {los empresarios y asalatiadas de Ia ciudad adquirir en el ° Canslon (195), pi. 32. "STi p31 Wt {a eTaten éonomes dade Canton» Maer 31 ‘campo las materias primas y los alimentos necesarios. Y son ‘estas compras las que permiten a los colonos pagar el arriendo dd las tierras y mantenerse ellos y sus braceros. «Se puede coneluir que, excepto el principe y os teratenientes, todos los, habitantes del Estado son dependientes; que se pueden subdi Vidlir en dos clases, a saber: empresarios y asalariados; y que los empresarios es como si tuvieran un salario inseguro, mientras que todos los demas tienen un salaro seguro durante todo el tiempo que lo dstruten, si bien sus funciones y rangos son muy diferentes». Esta relacion de dependencia es fundamental, aunque a veces se encuentre oscurecida por la complejidad de las rela- ciones econémicas: muchos empresarios «se sirven recipro- ‘camente los unos @ los otros, de mode que hay muchos que 0 trabajan directamente para los terratenientes y, por tanto, nO nos damos cuenta de que viven con sus fondos y a sus expensasnt ‘Velvamos a Quesnay. En el articulo «Colonos» sélo se re- vela todavia como admirador genérico de la agricultura y la vida en el campo (polemizando con los lujos de la ciudad ali- mentados por las manufacturas),siguiendo en esto la moda de la época. Sin embargo, en el articulo «Cereales»,fascinado por la tesis de Cantillon, llega a sus extremas consecuencias: nace, asi el principio de la productividad exclusiva de la agricultu- ra. La primera de las Maximas de gestién econdmica (una es- pecie de catecismo econémico que, después de la publicacion de Ia vor «Cereales», tend numerosas reediciones) se titula: Las actividades de la industria no muliplican las riquezas. YY, como aclaraci6n: «El origen de toda riqueza esta en Ia fuen- te de los medios de subsistencia de la poblacién. La industria transforma las riquezas haciéndolas aptas para el consumo de Tos hombres. Los propietarios, para poder disfrutar de ellas, © th. pe 37 "thi ba 38 [32 QUESWAY, Le conten de nua de prop pagan el trabajo de la industria y asi es como se subdi sus rentas entre toda la poblacion» Pero una cosa es enunciar un principio —sobre todo en su forma extrema, contrario al buen sentido comin®™— y otra hhacerlo aceptable y convincente. Para Quesnay, demostrar luna proposieién consiste en hacetla ver de modo evidente Esta es una de las palabras que se encuentra mas a menudo en Ia literatura fisioeritica. La evidencia es la wpercepcion clara y distinta» de Descartes, pero trasladada del plano puramente racional al empirico. El método supremo de hacer evidente tuna verdad econémica es cl aritmético, es decir, la construc- cién de ejemplos numéricos. «Las edleulos son para la ciencia econémica lo que los huesos para el cuerpo humano. Sin ellos, la ciencia permaneceria imprecisa, confusa y expuesta siempre al error y al prejuicion, escribe Quesnay a Mirabeau insistiendo en la publicacién integra de hasta doce ejemplos diversas del tableau en la Philosophie rurale % B, Quesnay (1973, pig. 31M; y AVN. 1958), vol. ty ings 647 'S“TET buen sentido comin» cel punta de referencia constant pa sn famosa y brilante de ls salva antfisocrdtes: EY hombre de ‘harntaeseuos, de Volt. Che Gs Weuless (190), vo. I, pp, 124 Ota cata de Quesay a Mires os puede dar idea dela conFaneadepositada cn mttodo arin feo Se tata da ese dew elonsio mantenido eon Betn nerventor [evra de finanza; ste expresn dues soe la ostbildad demir con pre fikinel daoocasonnda ss nacions por los gastos en manufactur de inj wPeroe cloulo dice ino es ales? ~ Est rego leespondo, ‘amiable nln rein de os clipes. sta respuesta sbrei el deus Sale pio qve edie a media dea fecuenela de estos como se dala lola reeuencin ses eclipses, pare poder hacer entrar en avin aos star dove foraue tenia gue enfretarce, Le he prometido la vito; pot ese Preparad algo gue ls ris i siencion(ctado ea Weulesse (191, oumen fp. #2). La fe de Quesnay en ls eles y en su evdenla se Prostaba ls irons wa evidenta ~esenibe el abad Oalian!— es una rbona qu a todos dee sig ha prometdo) dado tulosde credo a todas [deena pero solamente na pagado fos astra, que no por so son ‘menos misrgblesn Dialogues sur fe commerce des bis, en ©. Taglacorz2 11987), pe 238 eras économiques cede Conon 2 Mace 33 Ahora bien, en el Ensayo de Cantilion es posible encontrar un interesante ejemplo numérico, un ejemplo que no pudo es- ceapirsele a un lector que estaba —como eseribe Weulersse— «aposeldo por el demonio matematico». A partir del examen de este ejemplo iniciaremos la reconstruccién de la genesis del ‘ableas 2.4. El ejemplo numérico en el ensayo sobre la naturaleza del comercio Vamos a considerar una economia en la que la produccién agricola total representa el valor de quince mil onzas de plata. {La agricultura esta basada en el arriendo: los colonos pagan la renta a los propietarios, el salario a los braceros y, repuestas las provisiones (simiente, forraje, etc.),retienen el resto como ‘ganancia. Consecuentemente, se supone que el valor de la produccin agricola se divide en tres partes iguaes, lamadas «entasy: la primera, la renta propiamente dicha, la pagan los colonos a los propietarios y éstos Ia gastan completamente en la ciudad entre mercaderes y artesanos, La segunda «rentay cubre los costes de cultivos se trata, sobre todo, del mantenimiento de los colonos, de los braceros y del ganado: el autoconsumo agricola La tercera «rentay es Io que le queda al colono «para sacarle provecho a su empresa»; la mitad la gasta en la com= pra de manufacturas («cuchillos, tijeras, alfleres, agujas, felas...») en la ciudad, y la mitad en el campo «para vivir mas desahiogadamenter La contabilidad del ejemplo de Cantillon es simple; tla- mando P 2 la produccién agricola (por valor de quince mil onzas de plata) y Ry, Ry Ry a las tres rentas en que se subdivi- 4e equitativamente, tenemos: ® R. Canton 1988, p, 84 QUESWAY. Le construe de emia prota “Gastos efeciwados| (Gaston efestuados ‘ene campo fn ia chad R 5.000 5.000 R VaR, 2.500 2.500 1k, Total 7500 7.800 P Fijémonos ahora en un aspecto de este ejemplo que @ Quesnay le debi6 parececer insatisfactorio. Las tres rentas se encuentran, de alguna manera, sobre el mismo plano, y, sin tembargo, inchiso desde el punto de vista de Cantillon, repre- sentan papeles muy distintos. La segunda renta se traduce, en efecto, en un conjunto de gastos rigidamente determinados por los métodos de produccién (ncluyendo las costumbres alimenticias de los trabajadores). La primera renta esta, sin embargo, disponible, siendo los propietarios libres de gastarla fen las mercancias que prefieran o de no hacerlo de ninguna manera, Esti claro que solo del gasto de la renta de los pro- pietatios (y del beneficio de los colonos, pero sobre esto vol- ‘veremos) se puede decir que wdependen empresarios y asala- rados, ‘Lo que falta aqui es la distincién entre costes y rendimiento, entre rendimiento bruto y neto en agricultura, es decir, para ‘usar la terminologia de Quesnay, entre reproduccion total y ‘producto neto; distincién que constituye uno de los dos descu~ brimientos fundamentales contenidos en el artculo «Cerea~ les», como advierte Dupont en la ya citada Notice abregée. ‘A la luz de esta distincion, podemos examinar la naturale- za incierta de la tercera renta: Cantillon la lama beneficio del colono y, por lo que respecta a la mitad empleada en el campo «para vivie mis desahogadamenten, es sin duda asimilable, como rendimiento neto, a la renta de los propietarios. Bajo ‘este aspecto aparece también —como hemos visto— el bene cio del colono en el articulo «Cereales. eran deonamiguy dete Cain 9 Hae 38 [La mitad empleada en manufacturas no puede ser claifi- cada con certeza; no obstante, teniendo en cuenta que ésta es Ia tinica sede en que el campo se abastece de manufacturas ciudadanas, obviamente indispensables para la produccién agricola, podemos considerarla un coste La contabilidad de Cantillon, a la luz dela dstincion entre rendimientos y costes en agricultura, se puede volver a escribir (+ 1A) + costes = 7.500 (R + 172K) P rédito = 7.500 15.000 Intentemos ahora ilustrar («hacer ver de modo evidenten) Ja tesissegtin la cual «todos en un estado viven a costa del ren- ddimiento agricola», siguiendo paso a paso las vicisitudes de Ry + WR. 1. Punto de partida: Ia renta de los propietarios (R,) se asta en la ciudad entre comerciantes y artesanos; éstos, a sit vez, gastan en el campo las cinco mil onzas de plata que reci ben en la adquisicién de alimentos y de las materias primas due necesitan, DASTO DE LA RENTA DETLOS PROBIETARIOS campo a luda $000 S00 2. Lo que es empleado en el campo constituye para los colons un rendimiento bruto, es decir, destinado a reembolsar los costes y a garantizar un beneficio (R; + Ry). Ya sabemos cebmo se gasta este rendimiento: la mitad (R.)sirve para la ad- duisicién, en el campo, de subsistencias para hombres y anima- 36 QUESWAY, La conereciodets ams do prospud les; un euarto (1/2 R,) constituye el beneficio neto del colono, ¥ lotro cuarto sitve para adquirir manufacturas en la ciudad, ‘Asi, pues, las cinco mil onzas de plata recibidas por el campo se traduicen en compras de manufacturas en la ciudad por va~ Tor de mil doscientas cincuenta onzas, y asi sucesivamente. campo chudod Som: 1.250 1.280 3. Debemos considerar ahora el gasto del otro rendimien- {to neto, el beneficio de los colonos (1/2R,). Existe aqui el peli- {go de tin doble calcul: los colonos aparecen en el cuadro bajo tun doble aspecto, como detentadores de un rendimiento neto (beneticio) ¥, en su calidad de empresarios del campo, como perceptores de un rendimiento bruto (que comprende e! mismo beneficio). Naturalmente, el gasto en el campo de las dos mil ‘quinientas onzas de beneficio no constituye una nueva entrada para el sector; es slo dinero que pasa de manos de un colono a las de otro. “También el autoconsumo se traduce en gasto dentro del sec- tor agricola, Pero queremos subrayar aqui una diferencia: el be- neficio del colono es un tendimiento neto, y como tal puede m0 ‘ser gastado (es decir, ser atesorado); en este caso, el mecanismo ‘dela circulacin se atascaria, Los colonos, gastando sus benefi- ios, movilizan, por decirlo asi, larenta dela que estin en pose sion; esta renta se traduce en gastos del sector agricola tambien hacia el exterior, segun la acostumbrada proporcién: un cuarto ces empleado en la adquisicion de manufacturas en la ciudad. eran bonomauen dade Canton 4 Mare 37 GASTO DE LA RENTA DE LOS COLONOS: 2.300 ciudad (2.509 as as 1s Las dos mil quinientas onzas de plata en la columna wam- po» estin entre paréntesis para evitar el doble caleulo de que seha hablado, 4. Construccién del zig-zag: GASTO DE LA RENTA DE LOS COLONOS PROPIETARIOS campo 200 5.000 sda 2500) S00 5.0 es es 1230 1.250 156.4 ‘38. QUESNAY, La conccin domain do prosper El zig-zag muestra cémo el gasto de una renta de cinco mil conzas de plata y de un beneficio neto de dos mil quinientas, pone en movimiento un mecanismo que distribuye, en base a las costumbres de gasto descritas por Cantillon, siete mil 4uinientas onzas a los empresarios de la ciudad, permitiéndo- Tes mantenerse, a ellos y a sus dependientes, y siete mil uinientas al campo, permitienda a los colonos sostener los costes (Gubsistencias incluidas) para la produccién de una nueva cosecha, ‘La eosecha vale quince mil onzas y permite a los colonos pagar la renta (cinco mil) y obtener un beneficio (dos mil ‘Quinientas): la mitad de la produccién agricola es absor por la ciudad (para el mantenimiento de los propietarios, que senutren de los alimentos que les venden los comerciantes, y de tos, de los artesanos y de los obreros) y la mitad por el cam= ‘po (para el mantenimiento de los colonos, braceros y animna~ Tes). Como se ve, hemos vuelto a la primera contabilidad del ejemplo de Cantiton. ‘Si los propietarios y los colonos no se gastaran sus rentas, todo el mecanismo se atascaria. Asi se confirma la tesis de que todo empresario y todo asalariado depende, para su propio rmantenimiento, del gasto del rendimiento neto creado en la agricultura.. ‘Hemos visto eémo se puede pasar Fécilmente del ejemplo ‘contable del Ensayo a un cuadro en "Todo esto no prueba nada respecto a la prioridad de Can- tillon en la iavencion del tableau, pero hace verosimil la tesis de que Quesnay encontrara la inspiracion en la lectura del Ensayo, Prueba de Ia influencia del esquema de Cantillon en os cescritos de Quesnay de 1757-1758 no es sélo la anémala pre- sencia del beneficio, advertida en la vor. «Cerealesn; en las Cuestiones concernientes @ la poblacién,.a la agricultura y al comercio planteadas a las academias y demas sociedades Cientficas de las provincias, escritas poco después en colabo- racién con el barén de Marivetz, encontramos un razon miento en términos de ciudad y campo que reviste para nos- cttos un aspecto familiar: «La falta de libertad det comercio de vituallas en la provincia, autorizada con el pretexto de mantener la abundancia en las ciudades, oponigndose a la ampliacién de los cultivos, gno es datiosa para la prosperidad de las mismas ciudades por la disminucién de las rentas de los propietarios, de la que resulta necesariamente la disminucion de los gastos que proporcionan ganancias a los habitantes de las eindades?»™®, 2.5. Elprimer esbozo del «tableau» El ejemplo de Cantillon debia presentar a ojos de Ques- nay, aunque ilustrara bien algunas «wverdades fundamenta- les», un grave defecto. La productividad exclusiva de Ia agricultura lleva consigo, por definicién, la ausencia de rendimientos netos en los demés, sectores. Por es0, ¢s esencial que sean excluidos del cuadro los beneficios de los empresarios de la ciudad (comerciantes y ar- fesanos). Esto esté muy claro en el articulo «Cereales», tanto que Quesnay, para mantener el principio, se ve obligado a acrobacias poco convincentes: [No hay, pues, multiplicacion de riquezas en Ia pro duccidn de obras de la industria, porque el valor de és- 3 Fuso (966, ple. 295, y AAV. 1956, vol, i “Nl tat i ners emia de oben ssoniicoy ey, aniulo «Cerelen: what homes se mula, pac, cn proporcon aos Fendimientos de los Bienes iamobilarion.Algunos hacen nace eas grat fon el calvo, aos as atsforman pare qe fs hombre puedan dae it os qu disratan pagan nto unos como a otros Se neesan pcs, bene inmobiiaris, homies guess par tenes igus y nombre Pot lstos exranjerosy. F. Queena [973 pag. 3; ALA.V.V. [1988], vol I, laine 7 40, UESWAY. La concn de ler deposi tas aumenta solamente en cantidad igual al precio de los bienes de subsistencia que los obreros consumen. Las grandes fortunas de los comerciantes no se deben interpretar de otra manera, Son, en efecto, el resulta do de negocios comerciales de gran-entidad que con- sienten acumular ganancias de la misma naturaleza ‘que as de los pequetios comerciantes, en el mismo ‘modo que las grandes empresas industiales constitu- yen grandes fortunas sumando los pequefos beneti- ios sacados del trabajo de un gran nimero de obre- ros. Todos estos empresarios acumulan fortunas sola- ‘mente porque otros efectian gastos. Asi no hay ‘aumento de riqueza™, Esto introduce en ef cuadro una asimetriaevidente: Por qué solo los colonos, empresarios como los demas, deben go- ‘ar de un rendimiento neto «para hacer rentable la empresa»? ‘Sin negar a los distintos empresarios la posibilidad de ob tener beneficios eransitorios y, en todo caso, de «vivir mas de- sahogadamente» que sus asalariados, esta claro que el cuadro puede ser mas simple y coherente haciendo que la renta de los propietarios sea el inico rendimiento neto. Un paso que —como ya se ha dicho— da Quesnay esc biendo, inmediatamente después de la voz «Cereales», aquella titulada, con ambiciones més sisteméticas, «Hombres», En correspondencia con la supresion del beneficio del colono, aparece en esta voz el primer esbozo explicito del tableau; 0, mejor, el primer ejemplo numérico de Quesnay inmediata- ‘mente ilustrable con un sencillo 2ig-2ag. Un agricultor ha vendido 100 sextarios de grano a 1.600 libras. El propietario ha recibido 1.600 libras por el arriendo de la tierra y emplea esta summa en hia ‘cer que construyan para él; los obreros entre los que © F, Quesnay (1973), pg. 31; ALA.V.V. (1958), vol ps. $6 eo Tablnsdeonamioee dose Caton 9 Mare A aha distribuido compran con ella grano para alimen- tarse. De este modo, las 1.600 libras vuelven de nuevo al agricultor, que les vende el grano. El agricultor femplea esta suma en el cultivo, para que nazca mas tgrano. Asi, los gastos del propietario forman la ga- rnancia de los obreros, que devuelven al agricultor la sma que éste ha pagado al propietario®, Adviértase que el cuadro que resulta es parcial: porque aparece un solo propietario y porque el gasto representado no podrd agotar su renta (no se vive solo de edificios). El paso a ejemplos «macroecondmicos» no se dar —como veremos— sin problemas, La reconstruccion de esta tableau puede ser in- teresante de todos modos: RENTA DEL PROPIETARIO agicltor 11600 p= 1.600 obreros 1.60 | 1.600 1.500 El agricultor, con un coste de mil seiscientas libras, ob- tiene una cosecha de tres mil doscientas; el porcentaje, del cien por cien, es el mismo que en el ejemplo de Cantillon, y se mantendré en todo los fableaux que representen economias bien administradas. ‘Las mil seiscientaslibras de rendimiento neto se pagan, en forma de renta, al propietaro; el gasto de este altimo pone en ‘movimiento el mecanismo de circulaci6n que, haciendo volver las mil seiscientaslibras al aricultor, le permite afrontar nueva- ‘mente los costes del cultivo. Y asi sucesivamente. 2 Quesnay 1966, pe. 148, y A.A... 1985, vo IL pgs. 54-582 42 UESWAY. La consuecin dame de possess Ya con ocasion de este primer y rudimentario esquema, Quesnay se da cuenta de le potencialidad de sus representa: ciones simplificadas como. instrumentos de propaganda politica. Es fécil hacer ver que el gobierno puede apropiarse parte de la renta y susttuir a los propietatios en el gasto (el aso mas sencillo consiste en que a los obreros se les encar- guen edificios pablicos en vez de privados); con tal de que el gobierno no atesore, el mecanismo no se atasca, Pero iinicamente la renta de los propietarios esta dispo- nible para el fisco™; los fondos necesarios para la produccién ‘no pueden tocarse sin dato para la reproduecién. Considéren- se los dafios de una imposicién fiscal sobre fondos agricolas 1) Disminuiria el nimero de braceros empleados; 2) Dismi tuiria Ia produceién agricola y, por consiguiente, Ia renta, ¥y 3) Disminuiria el nimero de obreros mantenidos gracias al gasto del propictario. Como escribe Quesnay inmediatamente después del ejemplo citado, «si cl gobierno distrae las riquezas de la fuente que las reproduce perpetuamente, destruye las i- quezas ya los hombres», Se alcanzan asi dos objetivos politicamente importantes: hacer ver fos dafios de toda politica fiseal que vaya contra los fondos necesarios para la produccién (tanto industrial como agricola) y los de toda politica «colbertista» que, mortificando ‘la agricultura en favor de Ia industria, sequela fuente de la Fenta y, por tanto, de las entradas estatales. En una carta del 19 de septiembre de 1758, Quesnay propo- ne a M. Forbonnais volver a fundamentar Ia economia politica en base a un nuevo sistema de circulacion». Est claro que en realidad piensa ya en su tableau, Y concluye con tun cierto orgullo: «Es ésta una hermosa obra desconocida para los hombres hasta ahora. Se verén en ella todos los movi- Cir, las wexpicacione de Mirabesu: La rena ues a Gini riguers, porque se rata de a nea porcin disponible desde el tomentoe ols ‘lato se empion en permi movimento indapensae dela nsguieaccs ‘mca. V- Micabeau [1758-1760 vo Il, ag 2 HF Gcsnay (1966), ps. 148148, 9 A.A. VV (938), vol pl 42 erate bones dade Canton» Mare 43, smientos ities e initiles dela circulacion del dinero y todos los prejuicios ridiculos de las naciones en estas materiasy®, ‘La «hermosa obra fue puesta en circulacién por Quesnay en noviembre/diciembre de aquel mismo allo. «He intentado construir —escribe a Mirabeau— un tableau fundamental del ‘orden evondmico con el fin de representar en él, de modo fae cilmente comprensible, los gastos y productos, y poder valorar claramente las consectencias postivas y negativas determina- ddas por la actividad del gobierno. Vos versis si he alcanzado el objetivon™, Para hacer més comprensible el paso a la «primera cedicién» del tableau es oportuno hacer todavia algunas ob- servaciones sobre el mecanismo del ejemplo contenido en «Hombres». ‘Como se ve, el efecto combinado de haber eliminado el bbeneficio del colono (renta que se gaslaba en el campo) y hhaber mantenido la otra hipétesis de Cantillon (la renta de los propietarios se gasta completamente en la ciudad; los obreros emplean en el campo todas sus eanancias) redu- ce el zig-zag a s6lo dos fases y no permite tener en cuenta, las eventuales compras en la ciudad por parte del agri caultor. Para restablecer Ia simetria y obtener a la vez un cuadro ‘més articulado de la circulacién, es necesario diferenciar las ‘compras tanto del propietario como de los demas empresa rios; es decir, es necesario abandonar la hipOtesis de que todas las compras del propictario y del artesano tienen Iugar en la ciudad o en el campo. EI modo més simple, y mas satisfacto- > proyecto lo pesenta as: wEl prime paso es conocer le sua total Gel valor de rts de as producsionsnatraes- Los geeros mascara ‘Gos se toma también en comderacion solo como medos de venta de Ls froducsiones naturals, En cuanto la mano de obra, ua dstincion de lo {fucerrendimiento, deo que Son madios, elo qu es fasorendimentoy de {Sique son pats sin venta, estar ea a base de toda la economia plea {Confrontar Guero (1968), pag. 320;A.A.V.V. (1958) 0.1 a. 300, WF Quesnay (1973), pos io para un amante de la simetria, consiste en suponer que ‘cada gasto (el de la renta en cabeza) se divide equitativamente entre mercaneias agricolas y manufactures Como explica Quesnay en otra carta a Mirabeau: «En el ‘tableau podtis ver, en primer lugar, como-el gasto del pro- pietario se distribuye entre la agricultura y la industria y, des- pués, cOmo cada suma, tras haber llegado a una y otra, se slistibuye todavia mutuamente entre una y otra hasta el iti- ‘mo céntimo. Los obreros pertenecientes a la clase industrial ‘gastan Ia mitad de la suma total de sus salarios entre su misma clase, con el fin de procurarse las manufacturas que les son necesarias; la otra mitad vuelve al agricultor por las compras de subsistencias. Podéis observar lo mismo en el sector agricola: los colonos emplean la mitad de la suma recibida en compra de bienes de subsistencia y transfieren la otra mitad a la industria con el fin de adquirir las mereancias manufactura- das nevesarias para su mantenimiento. Asi, cada clase reparte cl gasto de las sumas que se les distribuye como los propieta- rios reparten el gasto de las rentas 26. Loszig-zag En los articulos publicados en Ia Enciclopedia, Quesnay estimé la produccién francesa de grano en cusrenta y cuatro millones de sextarios; teniendo en cuenta que, siempre segin sus estimaciones, cinco sextos de la tierra cultivable estaban Sujetos todavia al depreciado «pequenio cultivo» (aparceria), cl producto obtenible extendiendo el wgran cultivo» (arriendo) 4 todo el teritorio, se calculaba en sesenta y seis millones de sextarios®, 2% F.Quesnay 1973, pe. 10, 2 Eleesario equivaie a 152,286 ros La superficie culivads esti een 36 lone de apes (an arpende cute» 3,167 Sea) dela, ‘ue seis millones estaban en eran ctor ¥ 30 en wpequeo caltvon- El ‘eta deoromiguy dete Cann 3 Mare 48; Al precio «normal entre las naciones comerciantes» de dieciocho libras el sextario, el producto actual vala setencien- tos noventa y dos millones de libras y el potencial mil ciento fochenta millones; en 1757-1758 Quesnay creia que el producto neto (es decir —recordemos—, la diferencia entre ganancias y costes en agricultura: la rent) constituia la mitad de la pro- duccién total; por tanto, cerca de cuatrocientos y seiscientos millones, respectivamente. De forma més optimista, en el capitulo séptimo de Ia Phi- losophie rurale, el producto neto obtenible en el sector de ce- reales lepa a mil millones de libras aproximadamente, y el ob- tenible en todo el sector primario (vias, bosques, minas, pes- ca, etcétera, ademas de los eereales) a cerea de’ dos mil mi- ones. El lableau representa los efectos que tiene el gasto del pro ucto neto sobre las clases no propietarias. En el zig-zag se si guen las vcisitudles del gasto de la renta (producto neto) de un solo propietario, considerado representativo de su clase. Se supone que la clase de propietarios comprende a un millon de individuos. ‘Ahora podemos explicar una primera diferencia entre las sucesivas versiones del tableau. Se habla de tres «ediciones» dll zig-zag. La primera esta representada por una version ma- ruserita, de finales de 1758, que se conserva en los «Archives, Nationales» de Paris; este tableau esta construido en base a luna renta para el propietario de cuatrocientas libras. La. se- gunda y la tercera son ediciones a imprenta propiamente dichas, aparecidas durante 1759; el tableau esta construido en base a una renta de seiscientas libras.. ‘an caltvo adopt la oti enal sobre el arpende cultvado de grange, Prosucto anal es e 33 seaaroe. El pequetn cio adopt in roacton Bena sobre el arpendecutvade de grano el producto anual esas fs tdemsas inferior nieamente de 22 setarioe. Por any eprane produc. Alo de hecho debera haber sido (6/3 35.5 4 30/2 22) = 4a millones de Sextarios. Ye producto potensalmenteobtenble: 36/3 % 5,5 = 6 illones ‘reatron {8 QUESWAY. La cna demu de prosprad En mi segunda edicion —explica Quesnay a Mirabeau— razono en términos de una renta de-600 libras con el fin de aumentar un poco la cuota de cada uuno, dado que, partiendlo de un rendinmiento de 400 li- bras, era demasiado restringida y parecida ala desafor- tunada suerte de nuestros pobres habitantes del reinode ‘Atrofia o de Marasmo, que para colmo de desgracias hha caido en manos de un médico que no ahora sangrias y dietas, sin pensar en reconstituyentes” En la Philosophie rurale finalmente, el zig-zag (el iltimo) est construido en base a dos mil libras. Y esta renta (oportu- ‘namente multipliada por un millén) se conservaré en la «fér- mula aritmética», ultima versién (macroeconémica) del tableau, La variedad de rentas constituye Ia diferencia mis ‘evidente™ entre los distintos zig-zag, mas, una vez explicada fen ellos la sucesidn, esta claro’ que’ se trata de una ccaracteristica de escaso relieve para quien esta interesado ‘exclusivamente en el modo de funcionar Ia «miquina econé- Por eso prescindiremos, de ahora en adelante, de las cifras usadas en las diversas versiones, y se razonard siempre en base ‘uma renta (por propietario) de dos mil libras. El zig-zag al que Quesnay —en reconstruccién nuestea lega después de laboriosa asimilacion y revision del esquema dde Cantillon es el siguiente: © F. Quesnay 1973, pes. 1-12 Posibements mda encuestin es clinwrventor genera de nanza de ouloane, que desmpen cl carpe hia ilge mara de 1759, Tis inconstares, elnverostnies, extadistios de os brass poe tan ala ona de Volare: Un cuartoFetormador(Mirabeas) dematba ‘7, por amie, que no pola cosechar mas de stents cinco millones, pe fo gue le habia dado doscenoevelatcncon(Ehomre de los euarenta Sed, es). ft eTalns teonomiuon desie Canon» ax 87 «TABLEAU ECONOMIQUED neces Sea a 0 F, Quesny 1973), pg 9. Lasts van entre parntss porgue han sida adaptadar al jmplo gue agus tz, *cOtervad, Madame. ls anipos que anualmenthacevuesto clo no pats alentar-asu mayoral.» N. Bawden, sxpesiones del cued ‘Sompmiconen F Ferrara 1830), pee 602 ‘sitar sntiiposempleados en Insta no producen nada fuera de log salaios paeado aor obreros ademas el salar fo proporsiona el endl Iento que in agrevkara produce (carta de Quesnay 2 Mirabeas, et ‘Quesnay 1973, pis.) {50 QUESNAY. Le conten de edi de prospriade Hay una probable segunda razén de cardcter expositvo: uesnay pretende posiblemente subrayar la tesis (dle Can- tilon) sobre los individuos que wdependen» del gasto de los propietarios, inicamente respecto a la clase esterily; distin- uicndo entre anticipo y subsistencias, al parecer, quiere subrayar visiblemente que los artesanos (llamados en el Arn des hommes «clase mercenaria») son «mantenidos» por pro pietarios y colones. 2.7. El aresumen de los resultados de Ia dist ucién» Hay otto problema en el ableau cuyo examen puede ayu- ddarnos a comprender la evolucién del zig-zag. Preguntémo- nos a cudinto se eleva la «reproduccién totab»; es decir, el va- lor de la produccién agricola bruta. En las primeras dos edi- ciones, la respuesta viene dada por la suma de gastos producti vos y renta: cuatro mil libras en nuestro ejemplo. La razén de ‘esta primera eleccién es sencilla: el valor de la produccién ‘agricola debe ser tal que consienta la reposicién de las provi= siones (anticipos anual) y el pago de larenta. ‘Vamos a ver si recopilamos ahora: el sector agricola pro- ‘duce mercancias por un importe de cuatro mil libras y el sec- tor de manufacturas por dos mil; cada clase gasta la mitad de la suma que recibe en alimentos y materias primas y la mitad ‘en manufacturas. Asi, pues, en conjunto, las tres clases gastan tres mil libras por cada apartado. Quedan mil libras de rmercancias agricolas en excedencia y faltan mil bras de ma- nafacturas; debe existir, pues, un mercado externo donde in- tercambiar géneros agricolas por manufacturas. El zig-zag consiente explictamente esta solucién, incluyen- do en los gastos estériles, desde la primera edicion, la adquisi- cién de mercancias extranjeras. Ademés, le es propio este tipo de comercio exterior (exportacién de cereal contra importa ciones de manufacturas de lujo) que es siempre deseado por Quesnay: «En el comercio reciproco, las naciones que venden atau coreg dete Cann 2 Mare BY las mercancias mas necesarias se encuentran con ventaja res pecto a las que venden mercancias de lujo... Las demas na- tones creerin que en base al valor real de estas mercancias va- rias el comercio reciproco les es mas favorable. Pero la ventaja festa siempre de parte de la nacion que vende las mercaneias ‘mas dtiles y necesarias». En otras palabras, las naciones in: dustriales y comerciales podrin ser ricas, pero no indepen- dientes para las «amercancias precisas para las necesidades vita- lesm respecto a las naciones agricolas (como los artesanos no son «independientes» respecto a los agricultores). Esta solucién fue abandonada, no obstante, por razones doctrinarias, Hemos aludido ya a una definicién, formal por decirlo asi, de la esterilidad de la manufactura: no hay erea- cién de rendimiento neto, puesto que las ganancias son igua- les a los costes. Pero Quesnay también se expresa frecuente- mente de otro modo: los artesanos —eseribe—no «producen» ‘mercanclas, se limitan a «transformary los productos de la na- turaleza(materias primas y alimentos) en manufacturas. Queda claro —como se veré mejor més adelante— que este se- undo modo de expresarse implica una definicion de Ia esteri- Fidad distinta de la precedente Desde este punto de visa, el zig-zag tiene un defecto: la di- visién de cada gasto en dos apartados satisface el gusto por la, simetria, pero hace que las manufacturas entren en los an pos y en las subsistencias de los artesanos. La esterilidad de és- tos resulta asi atenuada de alguna manera, siendo satisecha solamente la primera definicién, formal, y no la segunda, 1a preferida por los fisicrates. Fl zig-zag —como hemos visto— conserva el planteamien- to del primitivo ejemplo del artculo «Hombres», consideran- do el gasto de la renta de un solo propietario en representa- cién de su clase. Esto esth confirmado por las explicaciones tseritas por Quesnay en el margen del tableau: «El propietario, ‘asta la renta.. saca la subsistencia de esta renta. Las libras 3, Quesay (1973), pg 3175 A.A.V-Y. 195, vo 1, pe, 502 CQUESWAY, Laconia dol pronparods distribuidas pueden mantener a un hombre en cada clase...» (primera edicién). No se excluye que Quesnay haya atribuido la falta descr al cardcter microeconémico del zig-zag; que, en otras pa~ labras, se contentara, en un primer momento, con observar ue las eventuales compras de semielaborados ¢ instrumentos ppor parte de los artesanos se habrian anulado en una eventual tepresentacién aftadida, disolviendose el gasto dela clase esté- en su totalidad, en la compra externa de materias primas y alimentos. Una soluci6n ésta claramente inadectada, que fue abandonada pronto a favor de aquella otra, definitiva, que excluye las manufacturas de los medios de produccién de los artesanos. La sugerencia provede de la reflexién sobre el paso del es- {quema microeconémico del zig-zag. al macroeconémico de la ‘ormula aritmética, Este paso se produce en la Philasophie nu- rate de 1763. Conviven aqul, codo con codo, un rableau en 2ig-zag, el dltimo (construido del modo acostumbrado: un solo propietario y artesanos que compran manufacturas), y un «Re- sumen de los resultados de la distribucion representados en el tableau», en el que los artesanos, abandonada bruscamente la tesis tradicional, se limitan a comprar mercanclas agricola. Examinaremos dentro de poco el «Resumen». Volvamos ‘ahora al zig-zag y consideremos una modificacién introducida (en 1739) entre la segunda y la tercera edicién, y que parece es- {ar en conexién con el problema que estamos analizando, En la tercera edicién del tableau, Ie reproduccién total es aumen- tada imprevistamente en un cuarto para hacer sitio alos «inte- reses» (en el sentido de amortizaciones) sobre los «adelantos primitivos» (aperos, ganado, etc.: 10s medios de produecion {que no son consumidos enteramente durante el proceso pro- ductivo) Detras de la aparente adecuacién a la realidad se esconde la respuesta a un problema exquisitamente analitico, que in- tentaremos aclarar. Quesnay supone que la clase de los propietarios abarca a erie bearemaues dete Canaon 9 tte 63 ‘un millén de individuos, de modo que para tener las cifras re- lativas a la economia entera deberia bastar con multiplicar por tun millon las cifras del rableau. La clase de los agricultores comprende a su vez dos millones de individuos; y lade los ar- fesanos, la mitad, ‘Supongamos ahora que la clase de los artesanos gasta todo Jo que recibe en la compra de productos agricolas; la repro- dduccién total se dividiria ast: dos mil millones a los artesanos, (ql para fos anticipos y mil para las subsistencias), mil millo- nes a los propietarios y mil millones a los agricultores; en to- tal, cuatro mil millones. La produecién de manufacturas, dos ‘il millones, seria absorbida, mitad por mitad, por los'pro- pietarios y los agricultores, Las cuentas resultarian, sin recurtir al comercio exterior, pero con una consecuencia aberrante: El consumo per cApita de Ios agricultores seria la mitad del de los artesanos (en la me- jor de las hipétesis, porque silos agricultores tuvieran que ob- tener, de los mil millones de productos agricolas, ademés de las subsistencias, también la simiente, el forraje, etc, el con- sumo personal se reduciriaaiin ma). Es preciso, pues, que los agricultores, ademas del millon en manufacturas, puedan adquirir dos millones en géneros agricolas. Sin perjuicio del consumo de las demés clases, la reproduccion total debe aleanzar ahora los cinco mil millones. Esto es lo que sucede en la tercera edici6n del tableau, en el que (volviendo a la escala microeconémica del zig-zag) las nuevas mil libras se contabilizan como «intereses» sobre los nticipos primitivos Podemos encontrar confirmacién indirecta a esta interpre- tacién en la Philosophie rurale. Quesnay escribe: «Hay que re- cordar siempre que las compras pagadas a la clase productiva, con las mil lbras de anticipos de la clase estéril, son las que reproducen para Ia clase productiva los intereses sobre los an- ticipos del agricultor. Efectivamente, si cualquier trastorno derivado de la administracion econémica determinara una re- duccién de los anticipos de la clase estéril, esta reducci6n 4 QUESWAY. Lx consrcein eb enuia do propa influria sobre la reproduccién de los intereses de anticipos de la clase productiva, hasta el punto de que la contraccion en la reproduccién de estos intereses seria igual a la reduecién de Jas anticipos de la clase estéri™. La frase es curiosa porque no se comprende como la ad- aquisictén, por parte de los artesanos, de una cuota de la pro- dducci6n agricola debe recaer precisamente sobre un apartado especial del gasto (sustituciones de los anticipos primitivos) de los agricultores. Pero pongimonos en el punto de vista de ‘Quesnay: el zig-zag parece dejar a la clase estéril en posesion (indebida) de mil libras de manufacturas; estas manufacturas deben set, pues, intercambiadas con el incremento (mil libras) ‘que, a partir de la tercera edicién, sufre la produccién ‘agricola; y gracias a este intercambio le manufacturas por gé- neros agricolas por parte de la clase esteril,entran los agricul tores en posesién de los productos destinados @ mantener in- tactos os anticipos primitives. El primer paso hacia una contabilidad coherente de esta intrincada situacion y hacia la superacin de los esquemas en 2ig-2ag, lo representa el «Resumen de os resultados de adistri- bbucion». Ahora estamos en disposicion de afrontar Ia interpre- tacion, RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LA DISTRIBUCION. TREPRESENTADOS EN EL uTABLEAU» spo 2.000, 2.0 2.000 aneipos 4.000 . Mt. Poslethwayt [179 con Book keeping. "Bsr Quesnay en una nota enol Andis de le formula arias Cada sume qe retbea Te clase preductva alse stn implica un doble “aor, porave hay una venta Yuna adqulsis y, por consguene, el vlor ‘defo ques vende ee ao: de fa supa pagada en Te compra. F Quesiay [H9Ta} pie. ts ¥.V [195 vo poe Fe Mars 965), ps 37 2 Tei ps 390 Constante implicito en ef tableau. «Nos interesa aqui lo si- suiente: una parte del producto total —que, como cualquier ‘tra parte del mismo, es, en cuanto objeto de uso, un nuevo resultado del trabajo anual desarrollado— es, contemporé- neamente, depositaria slo de un antiguo valor-eapital que re- aparece en la misma forma natural, Esa parte no circula, nero ‘queda en manos de sus productores, de la clase de los colo- nos, para volver a comenzar ahi su servicio de capital». FE segundo punto subrayado es la naturaleza capitalista del sistema fisiocratico: WE! representante del capital in- dustrial —la clase de los colonos— guia todo el movimiento ‘ccondmico, La agricultura se ejercita de forma capitalsta; es decir, como gran empresa del colono capitalista. El cultivador directo del suelo es un obrero asalariadon Quesnay habia conseguido, a su modo, resolver con la ayuda de unos «pocos grandes rasgos» el problema de la «re- Produccién y circulacién del capital social total» (que ocupa tran parte del segundo libro de £1 capital). Fl intento de cons- truir un tableau puesto al dia, es decir, limpio de incrusta- ciones feudlales, es fruto natural de la lectura de los esritos de Quesnay. EI primer paso que hay que dar es el de eliminar la «pro- ductividad exclusiva de la agricultura», es decir, en la in- ferpretacién de Marx, el caricter exclusivamente agricola del capitalismo fisioeratico. Se trata, pues, de extender la organi zacién capitalista de la produccién a la industria; y de sust- tuir la renta por el beneficio como forma principal de rendi rmiento neto. ‘Desaparecida la productividad exclusiva de la agricultura no hay razén para distinguir entre sector agricola (productivo) ¥y sector artesano (estéril). El segundo paso consiste en susti- tuir la vieja distincion fisioerdtica por otra: sector que produ- ce maquinas y materias primas, La nueva distincion refleja © thi. 377 Th pis 378 64 QUESWAY, La canteen dee amg ce prescaiods ‘quella otra, fundamental en la explicacién de Ia explots- cidn, entre capital variable y capital constante. El ‘ableau que se obtiene después de estos pasos puede ser representado, con algunas modificaciones no esenciales, de ‘modo simétrico al de Quesnay. Los nimeros son los propues- os por Marx y «significan millones indiferentemente».. TABLEAU ECONOMIQUEs DEL PROCESO "TOTAL DE REPRODUCCION Prodvedisn Benefico (eneicio Produesisn emesis Industrial interes, de maquinas de subitencia eat) materia ras 6635 100 ——plusvata > 200 «o 133) ——= Fis > 266% 14 ‘apt vaiable 4 plasvalla 4 capital constante = producto total a 6s oa 137 El tableau representa un proceso de reproduccién simple, cs decir, sin inversiones netas (wa escala invariable de la pro- duccibn>), Hay dos sectores: en el primero se producen medios de subsistencia, destinados al consumo tanto de los obreros co- ‘mo de los capitalists (no existe un sector productive distinto para bienes de lujo). En el segundo se producen méquinas y materias primas estinadas a reemplazar la cuota de capital constante que se consume en el proceso de produccién (que «entra en el pro- dducto»), En el manuscrito de 1862-1863, Marx supone que tal ‘cuota representa el 10 por 100 del capital constante. En ambos sectores, la produccién, organizada capitalista- ‘mente, da lugar a una plusvalia-beneficio «que se divide, no ‘obstante, en beneficio industrial (comercial incluido), en inte- vreses ademés, que el captalista industrial paga en dinero, y en renta, que paga igualmente en dinero». Comencemos por el ‘gasto’del beneficio obtenido conjuntamente en la economia: son 466 */s millones que se traducen (completamente, dada la hipotesis de reproduccién simple) en la adquisicion de medios de subsistencia. El sector de medios de subsistencia produce mercancias poor valor de 700 millones: 456 */s consttuye el consumo de los capitalists, 100 sirven para reconstituir el capital variable de este mismo sector (consumo de los obreros que fabrican me- dios de subsistencia) y 133 '/s sirven para reconstruir el capital variable del segundo sector (consumo de los obreros que fabrican maquinas y materias primas).. La produccién total de mAquinas y materias primas vale 933 '/s; 400 sirven para teponer el capital constante consumido en el primer sector, y $33 '/s quedan en el sector para reconsti- tuir el stock de capital constante. ‘«E} capital variable trocado en trabajo = 100, se reproduce como 300, de los que 100 sustituyen el salario obrero en el producto y 200 representan Ia plusvalia (plus-rabajo no paga- do). En esta relacion entre capital variable y plusvalia se supo- rhe que el obrero trabaja 1/3 de la jornada laboral para si y 2/3 de la misma para his natural superiors»'*, En el cuadro festa relacion se refleja también en Ia distribucién de los me- dios de subsistencia en total producidos: solo un tercio es con- sumido por los obreros, el resto se lo apropian los eapitalistas bajo forma de beneficio. EI beneficio obtenido por los capitalist en los dos secto- res, €5, pues, al final del proceso, de 200 y 2667/3 millones, res- pectivamente; suméndolos se obtienen nuevamente los 466 */s millones de beneficio total de los que habiamos partido, 2K, Man, F Engels 973, re 401 bid ps. 001, APENDICE Etcuadro de Boisguillebert ‘También Pierre de Boisguillebert (1646-1714) ha sido pre- sentado como precursor del tableau économique (el juego de la busqueda de prioridades no conoce limites de tiempo). La tesis es antigua: el resultado capital del cableaw —escribe Forbonnais en 1767— «es inducir a los homies a uitarle al dinero la funcién de bien ficticio estable, En gran parte, éste era el fin de una obra (de Boisgullebert titulada Le détail de la France, que aparecié a principios de siglo. La ‘oscuridad del estilo y Ia agresividad del autor le han negado a ‘este tratado los elogios que bajo muchos aspectos podia mere- cer. La base de su sistema es absolutamente idéntica a la del tableau économiquen™. Los fsideratas mismos reconacieron ‘en Boisguillebert, bastante més que en Cantillon, a un precur: sor: «Es el verdadero y tinico precursor de los economistas —escribe Mirabeau—, no le falta mds que el producto neton', La sociedad —dice Boisguillebert— esti dividida en dos clases, «una, que no hace nada y disfruta de todos los place- res, y la otra que, trabajando desde la manana a la noche, tiene lo estrictamente necesario para vivir y, frecuentemente, ni siquiera eso», FL. Forbonnais (1767 vol. lpia 1 2 Caria a Longo de $e sepiiembre de 175, etada por 3, Motinier i946) pie 88. Sr eDrsertation dela nature des riches en A.A. 1965, vol pina 979 {eTobay deononiues dense Cotton 0 Marx 67 La primera clase incluye al principe, los propictarios, Jos funcionarios, etc.; en suma, el gran mundo», Su renta Ja constituyen los atriendos do las tierras («rentas inmobi Tiarias»). El gran mundo no trabaja, mas, gastando sus pro- plas rentas en la compra de alimentos y manufacturas, per- a la segunda clase, compuesta por agricultores y co- rmerciantes, vivir eon los frutos de su trabajo (wrentas dela in- dustrian. Las profesiones ejercidas por los trabajadores son doscien- tas, pero s6lo una es fundamental y condiciona a todas las de- ‘mas: a produccién de fos wfrutos de la tierra». ‘Ya en base a estos indicios, esta claro que es posible cextraer del andlisis de Boisguillebert un esquema de circula- cig de la renta con afinidades obvias con el de Quesnay. La ‘peracién la llevé a cabo Jean Molinier en el ensayo citado. Insertamos, a continuacién, su esquema sin discutir —no es ste el lugar— en qué medida constituye una interpretacion fiel del andlisis de Boisgullebert En base a este esquema, las alabanzas de Mirabeau pare- cen incluso demasiado comedidas: la insercién del gran mun- do (que vive, y bien, sin trabajar) en el cuadro implica una no- cién bastante clara del producto neto, al menos en su aspecto de plusvalia. Rentse iy ‘nmobiiras sm inde pees 58 QUESWAY. La coniucci deriv de ono Pero todo esto no puede servirnos de mucha ayuda en la interpretacién del tableau de Quesnay; no sélo porque el pa- rentesco entre los dos esquemas es un tanto genérico (mucho ‘ms que el que es posible establecer con el de Cantillon), sino sobre todo porque no hay ninguna prueba de que Quesnay co- nociera los eseritos de Boisguillebert antes de concebir el zig-zag. Boisguillebert es citado una sola vez, en una nota al primer pirrafo de la «méxima de gobierno econdmicon que espera ‘aque se preste menos atencin al aumento de la poblacién que al de las rentas». Ahora bien, este parrafo se encuentra casi ‘gual en las tres ediciones del zig-zag y solamente en la alti- ima edicion aparece la larga nota con la cita de Boisguillebert, Quesnay, economista ain en sus primeras armas, parece hhaber conocido, pues, los eseritos solamente en 1758-1759 yy haber encontrado por eso confirmacin, més bien que inspi- raci6n, de algunas de las ideas expuestasen los zig-zag. La leetura de Boisguillebert(y de Cantillon) nos permiten, de todos modes, llegar a una conclusi6n importante: algunos de los «descubrimientos» que se suelen atribuir a los «ilés0- fos economistasy» —el cardcter circular de la produccién y consumo, el excedente como categoria analitica fun- formaban parte, aunque fuera tal ver de ma- del clima cultural de la época; eran, especial- ‘mente, patrimonio comin de aquellos economistas que de al- ‘gin modo se apartaban de la tradicién mercantilista, {eration deonamaues dséo Cantona More 69 {La etereraedcino del teow économique ent version de V. Mirabeau, ‘amt des hommes, ol I, 1760 (otek be Lui Einaudi) 70 UiesWAy, La cans ds wg de propre 1 bleaw en zie-zg, en V. Micabens, Plosophie rurale, ‘Amsterdam, 1963 (Bllotee de Let Ea ‘aerate bcnamigun dase Canton» Mare TH © See eit alin pte V. Mirabeat, Philsophierurte, Amsterdam, 1763 (Bite de lll scum de os ea de nna esa 7a QUESNAY a coneriein dew iq de prorpetncs 1a stoma erty al somo rata ae Pr iia bor 8, Dapont de Nemours, tbo de Lag Esa El «buen precio del grano» y la teoria del valor-tierra 3.1. El problema de los precios Los datos que aparecen en el tableau estan expresados mo- netariamente, es decir, en libras («a los precios constantes ¢s- tablecidos entre naciones comerciantes»'). La determinacion misma de la relacién entre producto neto y anticipos agricolas, el «parimetro estratégico del tableau» segin Mar- Buerite Kuczynski, exige un cdleulo en el que intervienen los ‘costes y las ganancias monetarias en agricultura. Se plantea, ‘pues, inevitablemente, el problema de los correspondientes, precios. ‘Marx pens6 superar Ia dificultad subrayando la posible homogeneidad, peculiar de la agricultura, entre anticipos y producto, entre simiente y subsistencias por un lado y cosecha por otro; si el surplus agricola y los correspondientes antci- pos pueden ser concebidos como cantidades fisicamente ho- ‘mogéneas de alimentos («grano»), est claro que su relacibn se puede calcular prescindiendo del conocimiento de los pre- cis. YF Quesnay [1973 py. 94 A.A.V.Y. [1988 vol. pe 798 7A QUESWAY, La sans okie de prospariadn En Ia manufactura, en general, no se ve al obrero producir directamente sus propios medios de subsis- tencia y el excedente de esos medios, En el proceso ‘median la compra y la venta, os diversos actos de la circulacion, y su comprension exige el andlisis del va- lor en general. En la agricultura esto se manifiesta in- ‘mediatamente en el exceso de valores de uso product dos sobre los valores de uso consumidos; se puede comprender, pues, sin andlisis del valor en general, sin clara inteligencia de la naturaleza del valor?, Esta tesis puede ser vélida, si se utiliza, reductivamente, para explicar el origen psicolégico del primado atribuido a la aericultura, Pero desde el punto de vista textual es totalmente infundada; hasta Kuezynski, la més rigurosa intérprete mar- xista de los fisideratas, se ve obligada a reconocer que la tesis « indefendible en el caso de la viticultura que, sin embargo, contribuia —segiin Quesnay— con un sexto & la formacién del producto neto, En general, no hay ningin lugar en el que Quesnay parez~ ‘e8 pensar que produccién y anticipos agricolas sean homoge. eos. Es itil recordar que el producto neto de los fsidcratas ‘no ¢s otra cosa que la renta de los propietarios®, En el tableau festa renta se gasta en la adquisieién de bienes de consumo, ‘mitad agricolas y mitad manufacturados. El conjumto de estos bienes de consumo constituye el excedente fisico producido en al sistema. Los anticipos agricolas (compuestos de alimentos, ‘materias primas y manufacturas) no son fisicamente homogé ‘eos, ni con la produccién agricola (alimentos y materias pri- ‘mas) nj con el excedente, 2K, Mar (1961, pg. 120 2 eXo per hav ato modo de termina producto nts no «través de la parte ue coreponte slo propieanen, que hess Satan en el mercado ene dl enono yt popcano, Deal ay stay ue gurl os encontrar atrapadony,cmle Gorn cn mance ‘Théorie de mpd de Mires. Cade en ©. Weulere {IO} ae 38 abo rai el ros Yt talc vlosora 7S Quesnay —eseribe M. Kuczynski— «se sirve del dinero pa- ra establecer costes y ganancias porque el dinero es el tinico comin denominador que permite reducir los costes y ganan- ‘ias més diversos a cantidades comparables, incluso en el caso ‘ain muy importante de la economia natural. Por eso, el pre- cio de los productos y precisamente el precio de venta inicia, cs decir, el precio de produccién, debe entrar en la cuentan*, Es significativo que, antes de Marx, los intérpretes tiendan 2 insstr precisamente sobre la naturaleza monetaria de los ra- zonamientos de Quesnay. «La renta que corresponde tspecificamente al propietario —eseribe Adam Smith— no as- tiende a més del producto neto que queda después de haber pagado totalmente todos los gastos necesarios que se deben Sostener con antelacién para cultivar el producto bruto, es de- cir, el producto total»’. Y Jean Baptiste Say, explicitamente: «Segiin él, el valor de las cosas producidas es la medida de la produccidn; digo ef valor de estas cosas, porque asi es como testima el producto neto (es decir, la diferencia entre el valor de la cosecha y los costes de cultivoyn®, 'No se puede dar de lado, pues, al problema de los precios. Por otra parte, Quesnay mismo’ concedia una importancia crucial, tanto en el plano analitico como en el politico, al tema dl buen precio de los cereales, entendiendo precisamente con ‘esto la relacién de intercambio entre productos agricolas y ‘manufacturas. Consideremos este pirrafo del tableau éco- nomique: El trabajo que géneros manufacturados e indus: trlales para uso interno exigen, es solamente costoso y ‘no una fuente de utitidad. Puede producir un beneficio ‘eto, mediante venta al extranjero, tinicamente en ‘aquellos paises en los que la mano de obra esté a buen 4 towrodueion a. Quesnay (1971 pi. ai. 5° Sth (1973), pe 8 © JoaSay aaa), pe se 78 QUESWAY. La connec de ws de prospered mercado debido al bajo precio de los productos agricolas que entran en la subsistencia de los obreros.. ‘Tal condicién proporciona un gran dafo a los pro- ductos de los bienes inmobiliarios, de modo que no se eberia verificar en los Estados que gozan de un co- ‘mercio exterior libre y ficil. Este comercio favorece la venta y sostiene el precio de los productos del eampo y hace desaparecer, afortunadamente, el pequeno producto neto que s¢ podria obtener del comercio con clexterior de géneros manufacturados, euyo beneficio se cimentaria en la pérdida resultante del bajo precio de los productos agricotas’. Existe, pues, un nivel del precio del grano (con relacion a las manufacturas) que Quesnay considera «bueno» y que s° alcanza estable y «naturalmente» en presencia de un libre co- ‘mercio interior y exterior. Pero la competencia se limita 8 vi- tar alejamientos del buen precio, no lo determina. En otro lugar, Quesnay eseribe explicitamente: «El precio precede siempre jamés a las compras y ventas... Este cambio, que se Produce entonces por la competencia del comercio, no es més ‘que una adecuacién de los precios» 1 Quesnay (1973), ps. 40: F. Quesnay (1972) ple. 12. Cit, G Wears 1910), ol, pl 692: «Elda! dt merci tabi do voces, reduc fo mis posible el producto eto del ucto,reclend, so tna serie de proemienos administration, el precio de vena au nivel ‘teano ol precio de conto: rac a Favorable mcado de waa gue ‘eau, funda un gran cometio de expovacone Indusls, cea a {G8 empresas de manufacturas cuyos jels, convertase los princples Personals de i nacin, serlan muy pronto baante hte par DroDer Sona i mayor pate das conebucones pubic. Esty al cmos oe pola a qu os iseratsscogen totalmente cesprveday. Veneta bien ota tras, sorpreadente a primera vista en un aul us conoce y are snl interpreacton de Mars: ula cnractrstea de su nash de no {ene en cuenta por dco aac sor deus, quem siguesescontiders do ppresamenie como requis dl alr ge canblon (ods pa, 18) Diogo sobre lcomercion,en © Pevars 1830 ig, 98; AAV. loss, vos hous 819 serie el agronomo Pall, presumiblemente bao la su- pervisin dreta del maestro: «El verdadero objetivo da l- ertad de esportacion el grano no debe sr otro que el de Cota caidas subs de posi, ex desir, manenerlos 3 un nivel miso menos contame y saint pars garntea Ts rena inmost pay coma lv aires por tiipos ya los esgos qu ex expestos>® (Palo esrive tn 1737; en agela pce —articlo «Cereals» considera bat Quesnay todavia beneiio de colono como na cuota Teitima del product nto). eis tarde, Quesnay explicara con precision el modo de opera dela compensa extranjera: Los precios, como he- tos dich, no estan sets a grandes variations en un reino fue tiene un Comercio mutuo de exportacin« importaion, fact y completamente libre, com ls demas nasonex: porqu top precios en este reino son ils alos precios extabecios Co os demas pases; porque las malas costs as conechas Sbunaanes no rovcan normals cee in wc tio de precioy porque ex un mismo 880, sien unos pases Honen cosechassbundanes 9 en otros malas, 9 mediante Un comercio Tire y fal ene estos diferentes pases, Tos que Un fo enan en Ta penura son abastsios por Tor ue se et Ghentran en la abundancia, y oto Bo os prmeros abastzen Sos segundos, que estan as ver ena penuria, yas com e+ ta eomunicacgn estas aterancissucesivasyreiprocas de sbundaniay penuria,permanecen siempre ls precios en es tos ates unidos por el somerio a un nivel medio, estalec- do sabre el precio medio fundamental ® Tn caro que tos precios internacionales susan en el andlsis de Quesnay pars inca los ebuenos precios», de Gi, aquellos que lamaremos ahors presios de equa de 1H. Pato £1758), pg. 218 ° ae ublomreso, 8 F- Quesay (968), pli. 1M; AA.V.V. (19581 volume Il ps 330 8. QUESWAY. La conarccin de esi de preside larga duracién, En este caso, un espacio suficientemente ex fenso (el mercado internacional) es el sustituto conceptual de ‘un tiempo suficientemente largo, En este capitulo intento demostrar que los requisitos sena- lados por Quesnay para el funcionamiento del tableau son ta- les que definen una precisa teoria sobre precios. Con el fin de simplificar la exposicién, consideraremos de ahora en adelan te el tableau en su iihima y mas conocida version, que se en- ‘cuentra en el «Analisis de la fOrmula aritmética» de 1766. Se supondri ademas que los sectores agricola y artesano produ cen solamente dos mercancias: grano y hierro, respectivamen- te; el problema de los correspondientes precios se reduce asi a la determinacién de la relacién de intercambio entre los dos séneras, 32. Teoria del valor-tierra La contabilidad del cableau se puede presentar del siguien- fe modo (los datos numéricos de Quesnay estin entre parén- esis): Valor del grano consumido por la clase Valor deta pro- productivaestéril ——propietaria duceion total de sano Se 4 Gp, + Gn = Go, (220 mit.) 2,000 mi) (1.000'mill) 5.00mi Valor del hierro consumido por la clase Valor de ta pro- duccién total de hierro ferrum) Fipy Fey Fo, Foy (1.000 mill.) (eex0) (1.000 mill.) (2.000 mai.) productiva —estéril propietaria 2 aber pros dt gran ys ee el ao tra 79 donde: G,, F, son las cantidades de grano y hierro usadas para pro- ducir el grano G: Gp Fy son las cantidades de grano y hierro usadas para pro- dlucir el hierro F; G, F son las cantidades de grano y hierro que componen elexcedente; Pes son los precios unitarios del grano y del hier. En la economia descrita por el tableau, los métodos usa dos para la produecién de las mercancias pueden ser represen- tados esqueméticamente del siguiente modo: ‘grano + hierro — grano erano — hierro El trabajo no aparece explicitamente en el sistema, Los ali- mentos de los braceros aparecen entre los medios de produc- cién, del mismo moda que el forraje para el ganado". Este ‘procedimiento es posible en la hip6tesis de que el salario esté rigidamente fijado a nivel de mera subsistencia: «El nivel de {os salarios y, en consecuencia, Jos placeres que los asalariados, pueden obtener de ellos, son fijos y estan reducidos al minimo por la competencia extrema que existe entre ellos» ; Poxlemos escribir también los métodos de produccién, mas cexactamente, usando os simbolos del esquema contable: G,+ Fy —G G —F Pero es necesario recordar que no podemos dar valores rnuméricos a las cantidades fsicas representadas porque los 1 Cie en el «Primer problema econdimicon: «Tad Ins dems especies de iqaern aval (tnt dl producto neo) ssn cases. V's iene {or sven pea mantener slo Hombres, de algun modo se senideran or vonogn FE. Ques (973), pg 28; AAV. [1988 ol Th, pg. 80 Ph uesnay (1973), aa 146: A.AV.V. (958), YoU pag 984 BO UESWAY. La concn de emia del prospariodn datos del tableau estan en términos monetarios; no conoce- ‘mos, por ejemplo, la cantidad de grano G producida, sino s6lo su valor Gp, (cinco mil millones de libras). Veamos ahora cuales son los requisitos que el sistema de precios debe satisfacer en la economia descrita en el rableaw, Los precios deben desempefiar, en general, dos funciones: 1. Permitir que el sistema se reproduzca; es decir, permitir Jas transacciones entre sectores necesarias para la pro- ‘ducci6n (la reconsttucién de las provisiones). En otras palabras, el precio de una mercancia debe al menos jgualar los costes de produccién”®, En palabras de Quesnay: «El precio fundamental de las mercancias ueda establecido por los gastos 0 costes que es necesa- rio sostener para su produccion o su preparacién; si se venden a menos de lo que han costado, su precio acaba en pérdida, y si se venden lo bastante caras como para producir un beneficio suficiente que favorezca el ‘mantenimiento 0 el aumento de Ia produccién, estén a ‘buen precio» 2. Garantizar una cierta dsteibucin de la renta entre las clases. En palabras de Quesnay: «Echad una ojeada al tableau économique y vertis que es la clase productiva rmjsma la que suministra la moneda con que las demés clases adquieren sus productos. Posteriormente estas clases le devuelven esa moneda haciéndole las mismas 2 a frmala ms simple para exprear la relacion entre precios yc. ‘es de preducclon esa sitet precios > cones de rodvesiin sta formula o es resultado de un andi encode los fendmenos ela vida econdlea: es smplecontatacn del heen soil de qu ing "a produesion puede perpeuars al menos durante un Geto period) fo {stor efectuados no Son cables por el prewo dl producto. Por lo gue fesillaentrade ature descubrimlento de exa verdad weste 9 aguel ‘omista (por ejeplo Boisgueber)». V_K. Dev (968), pae 21 A frien nF Qusay 1960, 132; AAV 9S 2 ebuan proce det gran ye tere dt alors 1 compras al afio siguiente, Podréis imaginar, sin gran esfuerzo, que todos esos pedazos de metal son como ‘otros tants billetes que llevan Ia indicacion de la cuota de produtos que corresponde a cada uno, en el reparto anual. Y la clase productiva les restituye regularmente los mismos billtes para que al afo siguiente se repita la distribucién del mismo modo. Por eso, lo que en el ‘comercio internacional llamais precio, en el comercio interno se 0s aparecerd como un conjunto de medidas ‘que regulan entre los ciudadanos la distribucién de los Bienes de subsistencian's, En el tableau, todo el rendimiento (producto neto) va parar ala clase de los propictarios; éstos perciben sus entradas, (entas) en cuanto poseedores de tierras cultivadas. Bl sistema de precios debe garantizar, pues, que se forme un redimiento, neto solamente alli donde Se usa la tierra, es decir, en la agri- cultura, En nuestro cuadro simplificado, este requisito se traduce al escribir un sistema de precios en el que solo aparece un ren- AAV. (1958, vol. th pd. 750, Quasnay se dvertiaredactando memoria antfisocettcs ats desputs ebatias; en ete cso a memoria {Tou correspondiente era fueron pubiadas ene Journal de gris, ‘Ggido por Dupont, glen va digida a exhortacion a sei el ensayo sobge ls pres. (Une abreos, por eempln,constryen una cas cuyo peecto,supon- ‘gamos, ex ds seinte mi Horas po or gnson que ls an pagado; esta case fo repisena un iqueza nas eae Estado, porge los obreros han entado pan, vin, cares, vestige elas vine mi bras aue ls fueron peas ‘hs pot el propltari. Est es paga To que ellos mismo ya an pagado; es ‘ina doble venta. Ast a0 hay ning aumento de iqueza. Aa so el peo tbsto dele Natraleza ex panantao renova de query woe producto ‘a industria» carta de Qheenay 4 Torbonnais da 19 de sepucmbre de st en Fs Queway TI986h, pigs. SIBSI9" ALA.V-V. (1988), Vol. [ple ina 29), 96 QUESWAY, La contuceén db amuina depos rnémico: «in la fuente de los medios de subsistencia es donde esté el origen de toda riqueza. La industria transforma las ri- quezas hacigndolas aptas para el consumo de los hombres. Los propietarios, para poder disfrutar de ellas, pagan el tra- bajo de la industria, y es asi cémo sus rentas se subdividen entre toda la poblaciony?, En el origen de la capacidad de la agricultura de generar tun producto neto estaba el don divino de la fertilidad; esa capa- cidad justificaba la productividad exclusiva aribuida al trabajo agricola. La referencia a la fertlidad eterna se consideraba esencial, hasta el punto de ser causa de duda sobre si poder incluir Ia explotacién de las minas (destinadas @ agotarse) ‘entre las actividades productivas, Este planteamiento Hlev6 a los fisieratas a atribuitle tam: bign a la produccién agricola otro cardcter wexclusivon: la in- dispensabilidad. «Parece —escribe Quesnay— que en el mun- do s6lo hay una cosa necesaria: el grano»"®, La afirmacién de Quesnay puede que recuerde al lector modemo Ia distincion, propuesta por Piero Sraffa, entre mercancias bdsicas y no bi sicas; y puede que esto induzca al lector a considerar el grano ‘como la tinica mercancla bdsica en el sistema fisioeritico (es decir, que le induzca a pensar que en tal sistema toda mercancia necesita grano para ser producida, cosa que no re- ‘quiere la produccién misma del grano). Pero no es asi: en el ‘tableau, Ia clase estéril produce, entre otras cosas, los instru- ‘mentos uutilizados en la producsion agricola (ast, pues, ma- rnufacturas bdsicas), mientras que los alimentos destinados al consumo exclusive de los hacendados se deberian considerar ‘como mereancias de lujo (no bésicas, pues). La nocién fisiocrética de producto indispensable es més cextensa y menos rigurosa que el de mercancia bdsica. Dicien- do que los alimentos (el ugrano») son los tnicos productos necesarios, inicamente se pretende afirmar que mientras que * F. Queanay (1972), pg 3115 A.A.V.V. (1958, vol. Hy pis 496497 B Quesnay (1766), ps 158, Total posvctvo « ingrodcave 97 tuna economia sin Ia clase de los artesanos seria, tebricamen- te, concebible, no lo seria una economia sin clase de los agri cultores. Las manufacturas necesarias a la agricultura se con- sideran lo suficientemente sencllas (a diferencia de las manu- facturas de lujo) como para poder ser producidas en el campo sin necesidad de un sector especializado. La clase productiva —afirma Quesnay— «puede subsistir siempre por si misma con el fruto de sus trabajos. La otra, abandonada a si misma, no podria procurarse ninguna subsistencia con sus trabajos es. tériles de por si En conclusién: Quesnay define productiva a la clase gra- cias a la cual se obtiene un rendimiento («producto») neto; ‘puesto que el producto neto es fruto de a fertlidad de la tierra, se ha de considerar como productiva exclusivamente a la clase dels agricultores. Se pueden obtener asi dos definiciones fisio- craticas de trabajo productivo: una de eardcter formal —es pro- ‘ductive el trabajo que genera un rédito neto— y una de caréc- ter sustancial —es productivo el trabajo agricola—. Adviértase ue las dos definiciones coinciden solamente en la economia sebien organizadan del tableau, 42. Smith y Marx La definicién «formal» de trabajo productivo atribuida a (Quesnay la encontrames, intact, en los escritos de Smith y de Marx. Puesto que esta afirmacion puede parecer inusitada, «Dislogo sobre et cometcion, en F. Ferrara (1850, pig. 935 AAWV.V. [938], vol Il pat 820, Las cosieracions de Quisnay sobre fos aracteresaproductivos» e a case agricola pueden parecer oblas, pe- eno son necearamentsisgnfcanes desde el punto de vista conse. ‘Query wabio ha conelado enna defini, ahora obeolet, nn sonst deracion de profundo buen sentido que muchos paises han tenido qe on'grandetsteificior durante sur intentor de despre’ ae For ‘Sela productvidad delos baladores agricola gue stegure el shaxecimen. to de tubsistenclasy mates prinasy.W. Peroni, Salva 1975 ser oportuno un rdpido examen de las nociones de trabajo productivo e improductivo en Smith y Marx. Nos Himitaremos a subrayar los elementos de continuidad que unen 2 estos dos autores y a Quesnay sin la pretensi6n —claro esté— de agotar el argumento. La distinci6n entre trabajo productivo ¢ improductivo fue introducida en la Rigueza de las naciones con una frase famo- sa; «Bxiste un tipo de trabajo que aliade valor al de la materia la que se aplica y otro que no produce tal efecto. El prime- ro, en cuanto que produce valor, puede ser llamado traba- jo productivo, el segundo puede Hlamarse trabajo improduc- tivon" ‘Smith afade en una nota que «algunos autores franceses, muy doctos ¢ ingeniosos, han usado estas palabras con senti- do distinto». Pero —observa justamente Maurice Dobb— «la nocién de trabajo productivo entendido como aquel trabajo ue no sélo paga los gastos directas de produccién, incluido al propio salario, sino que procura adems un beneficio o ex- cedente sobre estos gastos... era esencialmente igual a le no- cin fisiocratica» ®. En otras palabras, lo que cambia no es la definicion de trabajo productive, formalmente idéntica en Smith y Ques nay, sino el cuadro social al que se aplica. La definicién ad- quiere ademis nueva importancia en relacion con los intereses dlistintos del economista (yueltos ahora, sobre todo, al proble- ‘ma de la acumulacién del capital): puesto que solamente los capitalistas shorran e invierten, cuanto mayor sea la cuota de trabajadores productivos (que producen un beneficio) sobre el total, mayor serd, en igualdad de condiciones, la capacidad de 1a economfa para desarrollarse. Para ambos autores son productivos tos trabajadores cuando el valor de su produccién incluye un rendimiento neto; ‘puesto que en el tableau el ‘nico rendimiento neto es la renta, A. Smith 1973, pe 325, ML Dobb (973), pls 60. Tate woduee 8 novos 99 sélo aparece como productiva Ia clase de los agricultores. En la Riqueza de las naciones se convierten en productivos todos aquellos gracias a cuyo trabajo se perciben rentas y benef cios. Es significativo que Smith considere a menudo menos pro- ductivos a los asalariados industriales que a los agricolas, debi do a que éstos producen una renta ademés del beneficio" Como se sabe, tras el examen critico de Marx, Smith atribuia al trabajo productive una caracteristiea que conside- aba esencial: la de realizarse sobre un objeto vendible y dura- dero (es decir, que sobrevive una vez cumplida la actividad la- bboral), Se produce de este modo una situacion ya conocida; & la definicidn «formal» se le arrima un requisito «sustanctal el trabajo productivo debe generar «riqueza». Para los fl sieratas, que consideraban como verdadera riqueza dnica- ‘mente los productos primarios, era productivo el trabajo agricola; para Smith, que extiende la nocién de riqueza hasta abarcar todo producto material y itil, el trabajo productive debe realizarse sobre objetos concretos y vendibles. «Se puede Suponer razonablemente —observa todavia Dobb— que ‘Adam Smith no viera ningin conflieto entre las dos defini ciones al no parecerle posible obener un beneficio o plusvalia ‘mas que en la produccién de mercancias vendibles» Esté claro, sin embargo, que las dos nociones smithianas de trabajo productivo no eoinciden necesariamente: se puede ser trabajador productivo en base a la definicion «formal» sin satisfacer los requisitos de la definicion wsustancialy, y vice- « «Det mixmo modo que un matrimonio del que nace res jose més proivtiva ae age! oto del que nscen so dos, tambien el rao eos ‘tue el de low comerciantes,aranos 9 manufacureros. No obstant, fa su. ‘erided del producto una clave to hace qu aoa se est ipo ‘Eueuha.nA. Sith [1979] pg 668 Nd Dab (1973), pa ese ejemplo a coinera det ote: el sonsimidor des mton- ‘hops debe papel teaajo de In eocners tts proporiona 8 propietrio ‘st hte (presendiendo del tena) fondo con Que ete Save pando. fav. Ke Mar 1961 pon 386 100. QUESWAY. La contuccsn de emg de proses versa. Se abren de este modo, para quien quiera mantener viva la distincién, dos caminos separados. Malthus, por ejemplo, prefirié claramente la definicién sustancial: «Adam Smith, que consideraba riqueza todos los objetos materiales ‘tiles al hombre, entiende por trabajo productivo aquel que se realiza en la producci6n o en el aumento de valor de tales ob- jetos materiales. Este modo de aplicar el término trabajo pro ‘duetivo... es obviamente de enorme utiidad’” Marx, que declaré «exacta» la definicién formal de Smith, siguié el camino opuesto: «Trabajo productivo, en el sentido dela produccién capitalista, es el trabajo asalariado que, en el ‘cambio con la parte variable del capital (la parte del capital aque se gasta en salarios), no sélo reproduce esta parte del ca pital (0 el valor de la propia capacidad productiva) sino que ademas produce plusvalia para el capitalistan'™. Se pierde asi toda referencia al contenido de Ia prestacion o al uso a que se destina el producto: «Estas definiciones no se abtienen de Jas earacteristicas materiales del trabajo (ai de la naturaleza de su producto, ni de la calidad del trabajo en cuanto trabajo ‘concreto), sino dela forma social determinadan". La distincin de Marx se libera tanto de los anacronismos fisioeriticos como de los equivocos smithianos; pero su apli- cacién rigida, ademas de no resultar siempre fécil®, conduce 7 R. Malthus 19721, pi, 32 "Marc 19611 ps8 ° Toi pe. 276: Por empl, el obrero de un fabicate de panos es tu tenbaaio prodctvg. No ssl raja a camblo dl slsto que cons ‘me, ino que eve produto, en el plabo, en Ta metcania veld Por et Fabscant de panos se cle una plusvala por encima dl valor det sal Ho. Supongatos ahora que compra todo e material neesario para eons tou um pao (olism tabayador tiene eon materiales para mi) y oe tn verde compare pian en el comers Ras ae el comsraya ca cx SEI (obrer) del Mbriante de pianos o, nvete ease. un Wabsjador improducvo, porque su trabajo eintercambindiectamenie con mi ren {Gd ps, 370.200. En otras palabras ene emer cao se da une ela ‘Sin de producién capttitay, por tanto, un bentiso para el capital {ie abrconte de plana en el sopundo, no, j el coste dl trebafo dl abe fertesponde alo que gst SE) capltalia de stor comersat «puro (transporte exuidos) n0 Tati rosie inprdctno 101 a resultados que a veces pueden parecer inoportunos. Es un hhecho que en las discusiones recientes sobre la nocién de tra- bajo productivo, la definicién puramente formal de Marx es singularmente poco ulilizada (mientras que es frecuente el re- toro a argumentos que Marx habria encontrado de sabor fi- slocratico 0 smithiano), ‘Algunas de estas discusiones tienen evidentes e inmediatos ribetes politicos”, lo que no es ninguna novedad: Quesnay 1us6 de hecho como argumento politico su «distincién fisica y fe muy conocido el uso politico que de ello hizo Smith. Lo fue sucede e5 que Quesnay, Smith y Marx tuvieron siempre ‘bien presentes las razones anailticas que justificaban la distin- cida entre trabajo productivo ¢ improductivo, mientras que hoy esta referencia es incierta y nebulosa, cuando no esta ausente del todo. Esto ha permitido la proliferacién de signifi- cados atribuidos al término «productivon; significados que casi nunca se definen con precision y son frecuentemente contradictorios. ‘Unas veces, por ejemplo, se entiende ta expresion «trabajo productivo» como sindnimo de «trabajo esencialy (necesario para el funcionamiento del sistema econémico); una nocién ue recuerda el cardcter de indispensabilidad atribuido por (Quesnay al trabajo agricola. Otras veces, se considera trabaja- Aisrata de una plawvaliaproducda ex novo, sno qu se mls apropiarse Ade parte de In plu produida en lor sectors agiolae Indust, Tos {tabajadores asolarades del comersio no fe dete consdear product tes Ditld en abjnsors aoe prodacen ements riers (plusvalia y agutos que no Ia producen, se vale e introduc de {Se roguls de career wrutancly en i efiaion de abajo productvo. ‘Song's problema en general f- MC Lippl 1974). "pu cmp, Es Ha est alert atanimente un debate etre eo nomists en et tue la stn eit rebajo productive e improducive se {yout coninsament; ef puto en drcusion ets pretend ipertofa del Sector terra en general y dl empleo piblico en particular. Desputs de Tot sc produjo en oe prupoe de angers semana un bate sobre ec titer productno dl taba ints exaba en dscusion Ta estateia [Segui tas el desgaste del movimiento exadiant 102 Queena ta cnstvcein dee eau del prospered dor improductivo por excelencia al que esta adserito a los ser- vicios, volviendo a utilizar asi, de hecho, Ia idea smithiana de que un trabajo no puede decirse productive si no se realiza sobre una mercancia (y eso si no se cae sin més en la confu- sion de trabajo improductivo con trabajo iniitil, dando por descontado Ia presencia excesiva de trabajadores en el sector terciario) Problemas. interpretativos 5.1. Elacapitalismo agricolan El sistema fisiocratioo, que —como eseribe Adam Smith— «ao ha ocasionado nunca y probablemente no ocasionara ja~ ‘mas dao alguno en ninguna parte del mundo», est aparen: temente muy lejos no solo de la economia de nuestros dias, sino también de la francesa del siglo Xvull. Reconstruir mi- huciosamente sus mecanismos internos puede dar la sen= sacion de estar dedicindose a un ejercicio de puro interés Vopico. ‘Una preacupacién aniloga debié mover a Georges We lersse en la conelusién de la primera parte de su monumental bra: «En la base de las especulaciones (de los fisiberatas) es- tuvieron consideraciones financieras; la ejecucién de sus distin- {os proyectos presuponia una completa reforma del aparato fiscal. El sistema fisiocratico Hevaba consigo, pues, una revo lucida en el orden econémico; ya s6lo por esto... se podria [pensar que ocupé, en la historia de las ideas en Francia en el siglo XVI, un puesto lo suficientemente importante como ‘para merecer un estudio tan largo como ésten. "A. Smith L973), pi. 686 2 Weultse {1510}, vl, pis 605-66 04 QUESWAY. La contrecin de bg de prospadas Los economistas modernos, al estudiar a sus predecesores, jgnoran, a menudo deliberadamente, el cuadro hist6rico en el ‘que se enmarcan las doctrinas, para analizar solo el «nicleo analitico» y separar «lo que est vivo de lo que esté muerton, Esta actitud, criticable en general, es particularmente inade- ‘cuada en nuestro caso; para valorar el esfuerzo analitco de los fisibcratas es esencial intentar encuadrar historicamente sus doctrinas. Tal era también la opinion de Weulersse, que dedie6 al problema del significado histOrico de la fisiocracia los capitulos de la «conclusion general ‘También aqui, al final de un estudio rApido y limitado al ‘anilisis econémico de Quesnay, debe ser afrontado, al menos parcialmente, ese problema. Es preciso, en especial, examinar el tema de la cualificacion politica de la secta, es decir, el de su colocacién como clase; en resumen, si se debe considerar fruto de una reaccién nobiliaria o expresion de los intereses de tuna naciente burguesia capitalista. No se discuird, sin embar- £80, el peso politico que tuvo la secta, el influjo que ejercié sobre los acontecimientos de Ia época. El argumento es im- portante, pero ha sido tratado ya exhaustivamente por Weu: lersse (y aquella exigencia de no resultar «banales ¢ inexactos» ‘que impidié al mismo Weulersse escribir sobre las relaciones, ‘sobre las que ya se ha escrito pasablemente», entre fisiocra” cia y revolucién, es razén suficiente para evitarel argument). La etiqueta de un sistema se distingue de las de los demas articulos en que, entre otras cosas, no sélo en- gatusa al comprador, sino a menudo también al ven- dedor. Quesnay mismo y sus més files discipulos creian en su ensefia feudal. Asi hacen todavia hoy > Por ejemplo, es revador de exta actitud mental un inci de Blue lus70}, pia. «Por lo demds, cuando se cologue(l propre foci 3) ene! cooteto al ques refer al lector excreta pau conc Sona elativsmo..m No er de exvafar que, con semejanteplanteamieto, to loge desea nel rablau tra inadad que lade wus a enome. ‘no dela interdepedencia ene ectoresn Probie eapratsvoe 105 nuestros pedantes. Pero, de hecho, el sistema fisioeré tico es la primera concepcién sistemitica de Ia pro- dduccién capitalistas ‘Se puede discutir sobre las afirmaciones de Marx, pero es ‘un hecho que muchos de os seguidores de Quesnay, el primero centre todos el marqués de Mirabeau, erefan firmemente estar ‘colaborando en el saneamiento del orden econdmico existen- te, Del mismo modo que, por otra parte, los exponentes de la bburguesia comercial industrial eran hostles en bloque —es comprensible— a los programas fisioeraticos. En cuanto a los ‘epedantes», todavia recientemente ha habido quien ha enten- dido la fisioeracia como una racionalizacién de la vida econé- mica medieval’ Y, sin embargo, ya en su tiempo algunos opositores denun- ciaban las consecuencias sociales (el «propietarismon) del ‘programa fisiorético; y son consecuencias después atribuidas, ‘al advenimiento del capitaismo. Schumpeter dice que «la mejor critica jamas hecha» a la fisiocracia estuvo a cargo de Jean Grasln, joven receveur gé- néral des fermes en Nantes. Graslin previ6 que las reformas auspiciadas por la secta conducirian a una sociedad incurable- ‘mente dividida entre la clase de aquellos que «tuvieran algo» (os propietarios de todo tipo) y la mucho més numerosa de aquellos que tendrlan dnicamente su trabajo. Un siglo mas tarde, un historiador agudo, y conservador, al conde Alexis de Tocqueville, vio con alarma lo que se escondia bajo la tranquilizante superficie del sistema fsiocra- Lica: «Se reconoce ya en sus libros aquel temperamento revo- lucionario y democritico que tan bien conocemos; no sola- mente odian algunos privilegios, la misma diversidad les es odiose. Adoraban la igualdad hasta la servidumbre, lo que 4K, Mars 1968), pig. 78 2 Gin Me Beer (1929), Ve ol tableau como representacin de un reino surlcoln neo-mesievl en catia ma ‘obstaculiza sus proyectos debe ser destruido. Poco es el respe: {0 que sienten por los contratos, y nulo por los derechos pri- vados, mejor dicho, a sus ojos no existen ya derechos priva- os, sino slo utilidad pablice. Y, sin embargo, son, en general, personas de carécter dulce y tranquilo, gente-bien, honestos ‘magistrados, habiles administradores; pero van arrastrados por la peculiar inspiraci6n de su obrav®, La interpretacion de Marx es atrayente y justamente famo- sa: Quesnay, economista nada vulgar, aun vineulado por con- vieciones ¢ intereses al ancien régime, habria descubierto las nuevas leyes de la produccién capitalista y, en su sincero in tento por sanear el orden econémico feudal, habria propuesto, ‘medidas (la introduccién de nuevos sistemas productivos) des- tinadas a derribarlo definitivamente. En general, los fisidera- ‘as, en su continua y admirada confrontacién con la agricultu- 1a inglesa, en su estimulo por aplicar métodos para obtener :n en Francia rendimientos del «cien por sien», no se hhabrian dado cuenta de las transformaciones sociales habi- das en Inglaterra. La esencia del sistema fisioeritico —concluye Marx— bajo la envoltura feudal, se revela burgués De este conflicto entre intenciones y resultados analiticas nacerian las «ontradicciones» del sistema: «Es, en realidad, cl primer sistema que analiza Ia produccién capitalista, que representa las condiciones, dentro de las cuales es producido el capital y dentro de las cuales el capital produce, como eter- nas leyes naturales de la produccién. Por otra parte, parece ‘mas bien una reproduccién burguesa del sistema feudal, del ‘dominio de la propiedad territorial; y las esferas industriales, en las que el desarrollo del capital de modo independiente se verifiea antes que en cualquier otro lugar, aparecen més bien como ramas improductivas de trabajo, como simples apéndi- ‘es de la agricultura.. De este modo se reproduce y explica el feudalismo en forma de produccién burguesa, mientras que Ia © 8. de Tocqueville (1945), pigs 195-196. Protas intweetatios 107 agricultura se representa como la rama productiva en que se ‘manifiesta exclusivamente la produccién capitalista, es decir, la produccién de la plusvalia. Asi, mientras que se aburguesa el feudalismo, la sociedad burguesa asume una apariencia feudal” Para algunos aspectos peculiares de la fisioeracia, la pro- puesta interpretativa de Marx se revela plenamente satisfacto- Fla, Es legitimo hablar de «capitalismo agricola» desde el mo- mento en que en la agricultura (no asi en la manufactura que sigue siendo artesana) la production se basa, a través de siste- ma del arriendo, en el trabajo asalariado. Y en la agricultura tencontramos los métodos produetives més avanzados, fruto ‘de activas experimentaciones ¢ innovaciones. El argumento fundamental 1o constituye, claramente, ta presencia del trabajo asalariado en la agricultura de los fi sideratas (y una precisa teorla del salario en sus andisis). «Por 30 —escribe Marx— el minimo del salario constituye precisa- Imente el gozne de las doctrinas de ls fsidcratas»®. De hecho, estos pensaban en un salario rigidamente anclado en el minimo vital: Quesnay llega a precisar que el salario diario de tun pedn es siempre «igual a un veintavo del precio de un sex- tario de grano»?. La tesis del «minimo del salariom permitia a los fisidcratas considerar analiticamente a los braceros como simples instruments de cultivo: «Estas maquinas llamadas ‘breros» eseribe, por ejemplo, e! marqués de Mirabeau ‘Un ejemplo, que, segin Marx, ilusra la esencia burguesa del programa de lot fisidcratas 19 constituye la famosa pro- puesta del impo! nique, base de su politica fiscal. Se ‘proponia sustituir el conjunto de impuestos vigentes, farrago- 50 pero pesadamente a favor de los nobles, por un impuesto linieo sobre el producto neto, es decir, a cargo de los pro- pietarios de tierras; comerciantes © industrales quedaban 7. Mara (1961), pig. 14 5 hh. 128-128 # Gtr Fe Quesay (197), lg. 37. Quesnay 1972, pi. 10. 108 QUESWAY. La contruciin dense de protprade libres, en su esterlidad, e inmunes de tasas, «La aparente glo- rificacion de la propiedad territorial se invierte en su negacin ‘econémica y en la afirmacién de la produccion capitalista» ‘No obstante, esta interpretacion no esté libre de problemas; cl paralelo entre fisiocracia y capitalismo no puede traspasar un cierto limite. Basta preguntarse quién desempefia, en el ‘uadro de Quesnay, la parte de los capitalistas.. La primera condicion para el desarrollo del capital es la separacién entre propiedad inmobiliara y traba- Jo, y que al trabajador libre se le contraponga, de modo independiente, la tierra —esta condicién otiei naria del trabajo— en euanto potencia independiente, potencia que se encuentra en manos de una determi nada clase. En esta concepcién, el propietario de tietras aparece, por es0, como el iinico capitalist, es decir, como aquel que se apropia de la plusvalia, Pero este propiet perceptor de la plusvalia-producto helo es un capitalista sui generis, que posee la tierra «condi- cién originaria del trabajo, pero no los medios de produe- cién, que no anticipa los salarios, es decir, que no adquiere en el mercado la fuerza-trabajo, y que no tiene el control del proceso productivo. Todas éstas son funciones que deserrotia el colono, quien, sin embargo, no se apropia (aun poseyendo los medios de producci6n) la’ plusvalia ni siquiera en parte. ., Hay un caso solamente en el que el propietario (perceptor «la plusvalia) posee también los medios de produccién: la aparceria, un caso examinado ampliamente en el articulo «Colones»? y denunciado por Quesnay como strasado y danino. ‘También el ejemplo del impuesto Gnico es un arma de 1 Mave (1961), os 137. 1 Thi pi. 134 2 Cir. comentario de Marx ctado anterormente ena nots 10 del ca. pile, ‘blenes inaortaovos 108 doble filo y pone de manifiesto otra ambigUedad: sel sistema, fisiocratico se ha de interpretar como capitalismo agricola, es diseutible que su naturaleza encuentre confirmacion en una medida que favorece, de hecho, al sector (que se supone no capitalist) de la manufactura La interpretacién de la fsiocracia como un sistema capita lista puro y simple deja, pues, sin resolver el problema de las relaciones entre as clases: no esta claro quién, el propietario 0 el colono, desempefia la funcién del capitaista; como tampo- 0 esta claro el papel desempentado por el burgués, industrial comerciante 5.2. El modo fisiocrético de produccion La respuesta que aqui se propone a la pregunta originaria —si el cardcter del sistema fisioeritico es feudal o capita- lista— es andloga a la de Marx, pero basada en argumentos algo diversos. Puede ser iti, para aclarar los términos de fa cuestiOn, un breve y esquematico repaso a la nocibn marxista de modo de produecién, Caracteristicas distintivas de los modos de pro- ‘uccidn son aquellos mecanismos mediante los cuales uns ela- se obliga 2 los trabajadores, en beneticio propio, a prestar un plus-trabajo. En el modo feudal de produccin, los siervos cultivan su propio campo y poseen los aperos necesarios para el cultivo, pero se ven obligados a prestar gratuitamente una determina- fa cantidad de trabajo para cultivar la tierra del senor. Este busea naturalmente aumentar lo mas posible las prestaciones obligatorias de trabajo, teniendo como ‘imite la necesidad de salvaguardar la supervivencia de los eampesinos (y de no for- zarlosareacciones extremas, al sabotaje ola fuga)" i. W. Kula (1970), pig 5: aPuesto que la mano de obra campes: ra no contain nada, toda lzalon era venajosa pare et sefory Ie 10 QUEsWAy. La cneenci de eden de prospered Aqui es evidente que los seflores viven del producto del plus-trabajo campesino; como es evidente igualmente que todo esto acontece en base a precisas relaciones de fuerza centre las clases. Una de las novedades del eapitalismo es que se oculta la extracci6n del plus-trabajo mediante-et obrar im: personal de las «eyes econ6micas», mientras se encuentran en vigor relaciones formales de igualdad entre los ciudadanos, A pesar de que se paga solamente una parte del tra- bajo diario, mientras que la otra parte se queda sin ser pagada, a pesar de que, precisamente, esta parte no pagada, 0 super-trabajo, representa el fondo del que surge la plusvalia 0 el Beneficio, parece, no obs- tante, que todo el trabajo es trabajo pagado. Esta falsa apariencia distingue al trabajo asala- riado de las demas formas histéricas de trabajo, En base al sistema del salario también el trabajo impaga- do parece ser trabajo pagado. Cojamos al campesino siervo dela gleba como existia, podria decir, todavia hasta ayer en toda Europa Oriental. Este campesino trabajaba, por ejemplo, tres dias para si mismo en st ‘campo o en el que le era atribuido, y los tres dias si- tguientes realizaba el trabajo forzado y gratuito en la hhacienda de su senior. En este caso el trabajo pagado y cl impagado estaban visiblemente separados en el es- pacio y el tiempo, jy nuestros liberales se indignaban, cscandalizados por la idea absurda de hacer trabajar a ‘un hombre a cambio de nada! Pero en realidad la cosa no cambia, si uno trabaja tres dias a la semana para si en su campo y tres dias sin ser pagado en la finca de su sefor, o bien trabaja, cn la fibriea o la oficina, seis horas al dia para si y ‘otras seis horas para su empresario, da igual. Aun- Droduclanbeneficio incluso las formas de expotaién mis devastadorts, otal de que no provocara fa completa Fina de smpesinoy Pobemss ineprettvoe 111 ue, en este diltimo caso, la parte pagada y la impaga- da del trabajo se confuinden inseparablemente, y la naturaleza de todo este procedimiento esta copieta- ‘mente enmascarada por la intervencién de un contra to y por la paga que se efectia al final de Ia semana. El trabajo impagado parece dado voluntariamente en tun caso y, en el otro, parece tomado a la fuerza. Esta cs toda la diferencia. En los capitulos precedentes se ha propuesto una tesis, que —esté bien recordarlo— no es de Marx, segin la cual cl complejo mecanismo fisiocritico de produecién y consumo implica una precisa y peculiar teoria del valor; no es la corvée, sino el «buen precio del grano» el que garantiza a los pro pletarios que todo el excedente termine en sus manos, ‘Ahora bien, si se acepta esta tess, e ve que entre fisioera~ cia y feudalismo existe la misma wdiferencian puesta en evi- dencia por Marx entre capitalismo y feudalismo. De este ‘modo, es posible establecer entre el modo fisiocratico de pro- luccin y el capitalista un parentesco estrecho, si bien de ea- récter s6lo formal (las partes sociales en juego en el tableau no son las que descollardn en el capitalismo): en la economia fisiocratica, a diferencia de la feudal y a semejanza de ta capi- talista, el excedente es apropiado de forma mediata e imperso- ral gracias alas leyes que regulan las relaciones de intercambio {Una confirmacién importante de este hallado cardeter ca: pitalista esta en la vision fisiocrética de la sociedad ideal, que Se nos revela compuesta por individuos «libres e iguales»'bajo ‘muchos aspectos (sobre todo iguales, tanto que induce a Toc- queville a hablar de «temperamento revolucionario y de- ‘mocritico»). El feudalismo es condenado explicitamente por- que reduce a los hombres a «déspotas o esclavosn; la Tsiocra- °K, Mare 19789, pgs. 8031, 12 OUESWAY. Le conocer del propa cia sustituye al siervo de la gleba por el bracero, miserable pero fibre". De hecho, en el cuadro de Quesnay, Ia distinciones feuda- les pierden importancia. El rango social de un individuo es dictado exclusivamente por el papel jugado en el proceso de la circulacién y el consumo; no es el apelido el que da derecho al disirute del producto neto, sino la propiedad de la tierra. “Lo que les interes —escribe Weulersse de los fsidcratas— es que las fortunas pecuniarias se tranformen en inmobi- Tiaras; lo cual s6lo puede suceder con la progresiva expulsién de los antiguos propietarios empobrecidos. Mas, jeual serd tentonces el titulo de los nuevos amos? Unicamente el dinero con el que hayan pagado sus posesiones»”. ‘Al pasar los altos, y con la pérdlida de los favores de la corte, el rechazo de los privilegios de casta es (en privado) ra- dical. Al lado de una propuesta de Mirabeau (en el Supple- ‘ment @ la théorie de Vimpot de 1776) de consttuir asambleas de propietarios inmobiliarios, eseribe Quesnay, en el margen: «in las asambleas no quisiera tampoco sacerdotes como tales ‘0 como arzobispos, primados 0 papas, ni capitanes, coroneles ‘0 generales en calidad de oficiales, aunque pueden tener acce- so como propietarios. Hay que considerar al hombre Gniea- mente como ciudadano» ‘A su vez, esta vision en la que el individuo cuenta «iica- mente como ciudadano» (es decir, como adscrito ala produc cién 0 al consumo) lleva consigo, como consecuencia impor- tante, una concepcién particular del oficio de historiador. El "ir K. Mar 1975, pas. 35.96 wl slo de a lebapertence ala tier yd frat al stor ela era Em cambio, el obrero libre se vende & Barna [1975] ha propuasto una nueva formulacin de eee eh cién det sigs (7 n0.de i formule arin, como se ha hecho hasta ‘hora en mins de abla put-ouput con hasta mueve sectors. Eta pro- ‘uesa,iolgianente baste duct, no ene tere en ee eu, APENDICE B:. Representacion geométrica del «tableau» Usando una técnica grifica perfeccionada por Richard Goodwin’, es posible representar cantidades y precios de un sistema como el descrito por Quesnay. Se asume aqui que input y oufput estan determinados en ‘términos fisicos; las proporciones seran las hipotizadas en el ejemplo numérico del tercer capitulo, pag. 78. ‘Sean OA y OM, respectivamente, los ou/puts unitarios del sector agricola (grano) y del sector de manufacturas (hierro) y sean AB y MN los corsespondientes vectores de os inputs. Si se produjera s6lo grano, el vector OB representaria el ‘excedente disponible para el consumo final; y si se produjese solamente hietro, el excedente seria ON, Cada punto dela linea BN representa una posible combinacion de grano y hierro en el ‘excedente. Dadas las hipétesis del tableau, el trazo relevante de BN es el comprendido en el euadrante positiva (es decir, donde Jas cantidades de grano y hierro disponibles para el consumo fi- nal son positivas) EE excedente deseado (en la proporcién de una unidad de grano por dos unidades de hierro) estérepresentado por el vec- {or OC, al que corresponde el vector OD del producto bruto; el vector CD de los npuis exigidos para producir ODes una media "i. RM. Goodin (1972). 122 QUESWAY. La consacen deers dele prosper ponderada de AB y MN (D divide AM en las mismas propor- ‘ones en que C divide BN). lw Sil vector de los precios OP es perpendicular a ON, obte- ‘nemo la situacion hipotizada por Quesnay. El previo unitario del sector cle manufacturas lo da efeetivamente el producto det vector OM con el vector de precios, producto que puede ser vi= sualizado tomando la proyeccién de OM sobre OP : OE. Como se ve, el precio coincide en este caso con el coste unita Flo, es decir, con la proyeccién de MN sobre OP. Por el contrario, en el sector agricola, el precio OF supera cl coste unitario FG. La diferencia OG representa la renta unitaria BIBLIOGRAFIA A.ALV.V. [1958], Frangois Quesnay et ta physioerati, tsttut Na- ‘ional d'Etudes Démographiques, Pars AAN.Y. [1966], Pierre de Boisgulebert ou la nassonce de Iéo: rnomie politique, Institut National e’Etudes Démogrephiques, Paris BARNA, T. [1975], The Tableau Eeonomique in Modern Guise, en «

Das könnte Ihnen auch gefallen