Atmsferas hechas de luz y oscuridad se nos presentan ante lo
cotidiano. A travs de la ventana se nos devela la calle que transcurre en mi rutina diaria. He ah la villa del Zipa, y en el medio, mi casa: hogar que transmuta con mi rostro vertiendo en el cristal. He ah mi lente, dando certeza del instante en que se reflejaba a s mismo dando testimonio del exterior. El cerro del Zipa, la catedral, la mina de sal dan ciertas coordenadas para corta ubicacin en tan pequeo lugar.