Sie sind auf Seite 1von 1

Ahora quiero especialmente referirme a uno de estos ltimos, a las pginas que acaba de

publicar don Baltasar Champsaur, quien hace, a propsito de la futura suerte de la lengua
catalana, observaciones de peso.
En realidad, segn el seor Champsaur, esta cuestin del cataln, como todas las que se
refieren a las lenguas, es de simple mecnica biolgica. La lucha de las lenguas es como la
lucha de las especies.
Condiciones y circunstancias diversas dan a unas la vida y a otras la muerte. Flourens
dice que a la naturaleza lo mismo le importan los individuos que las especies. Las oleadas
de la vida llevan y traen formas variadsimas sin que parezcan tener predileccin por
ninguna. Nadie se entristece hoy por la desaparicin del celta y del latn, ni mucho menos
por la de tantas lenguas que ya no se oyen ni en Amrica ni en frica, perdidas para
siempre y sin remedio. Han desaparecido el etrusco, el dacio, el antiguo prusiano, y en el
siglo XVII el cornualls o cornico, sin que hayan perdido nada los descendientes de los
pueblos que los hablaron, porque es bien cierto, como afirma el seor Ruibal en su tratado
de filologa comparada, que no existe relacin necesaria entre lenguas y pueblos y pases y
lenguas, por lo mismo que jams concuerdan el carcter de los pases y el de los habitantes
con el de sus idiomas respectivos.
El idioma, por otra parte, no constituye la nacionalidad. Los imperios se forman y
deshacen sin tener para nada en cuenta los idiomas, como se form el imperio de Alejandro,
como se form Roma y como se ha formado Austria. La identidad de lenguas, dice Bry en
su conocido libro de derecho internacional pblico, es sin duda un elemento importante de
la nacionalidad, pero no es decisivo. En Suiza, el francs, el italiano y el alemn se reparten
la supremaca y yo no creo que la confederacin helvtica, a pesar de su diversidad de
origen y de lengua, est dividida en sus sentimientos nacionales y en su patriotismo, del
cual son testimonio las pginas de su historia.

Das könnte Ihnen auch gefallen