Sie sind auf Seite 1von 96
David HUME 1748 tnvestigacién sobre el conocimiento humano Altaya “Tatoos! Enq concerti he aman Understanding ‘Titulo en castellano: Investigacion sobre el conocimiento humano Traucsde, poo y nots “aimed Sola Orta Diesi Etna Ja de sar Director de Product Manuel Ataee "Dust de a colcrian: Vitor Viasra Disrbuye para Esp: Maco Ibis, Distbusln de Eons 8. ie rin, ka, 390 (Vaan de Fuenara 28034 Medic ‘istiuye prs Manca Dsl terme S.A, d8 ‘os Hanan 435: Co Pateolera 02400 Mexico DF. Disttuys pan Arges: Capital Feral Vacs Sanches ‘cy Moen. 94-9 pss CPD] Copal Federal Buns Nes (Argetna) . fatenor: Ditibudor Betran Av. vaez Sabi, 980 ‘GP dss Copia oder Beans Aes (Argent) Tenporuclon Argent el Atgentinn, Morcha 252/64 1309 Buenos Aes areata ine de Salas On pei 88,88, 90,192, ) © dea ratucct,prdtogoy nots (© Aline Eo A Mad, 14, 1, 1 (© Porestn ein: Baines Ataya,S.A, 196 ‘ost 08023 Baetons {SBN Ob Complets 84-17-0098 SBN feat O63. Dept Lesa B. 7740371994 ‘impeso en Expat Pred in pa Marzo 1995 Tigris og Ross (Buelon) ‘Bncusdaains Marmol, 8-8, (ScbaelrBacelons) -eseradesodos los derechos, De canfrmidad onl disput ene riculo 30-0 del eis ponelvignt pod seca con Tees de matey prvi de bead guteesrprodujsen 2 play, foto prt, una obra Irate, atten o cents "ian casa tp de spore, nin a pecetvaauoracn Prélogo de Jaime de Salas Ortueta .. Secciéa 1. Seeciéa 11 Seecién 12. De las distintas clases de filosofia . Sobre el otigen de las ideas De la asociacién de ideas Dudas esoépticas acetea de las of rasones del entendimiento mrs Solucién escéptica de estas dudas De a probabilidad 00... ses vos oe De la ides de conexiéa necesatia ... De Ia libertad y de la necesidad De la razin de los animales De os milagros : De la Providencia y de la vida futura De le filosofa académica 0 esofptica. Indice 9 32 39 a “6 104 128 133 159 176 UBIME DE CaM) pazveed2T% — Prblogo! La Enquiry concerning the buman Understanding fue cescrita por Hume para superar las limitaciones de su igran obra filoséfica, el Tratado de la Naturaleza Humana. Para su autor aguélla, que aparecié en 1748, ,es decir die ation despues’ del primer libro del Trestie, superaba por razones de estilo y de extensién la primers, de forma que pudo llegar a escribir en una nota afladida ‘a una edicién posterior: «a partir de ahora, el autor de- sea que se considere que sélo los trabajos que se encuen- tran a continuacién, contienen sus principios y pareceres filoséficos» *, «Sélo» significa que se esté rechazando Ia ‘vigencia del Treatise tan duramente castigado por autores como Thomas Reid y James Beattie ’— aque dirigen "Ale go del presente prone tendremos ccs, de car It Enauiry concerning the Human Understanding 9 el Trestze of Human’ Nature, por las ediciones. de 1. A. Selby Biggs, Oxford, 1975 y 1967, eapecivamente Uslisaremor ia siglas ESB y TSB rs fad un eels Pa a aera pt de pas i Treatise, por lo. eaera, nos hemos servido de la ediiin de F. Dague, Madrid, 1977, «In que aienamen la sigla D. Asimiso ‘Saemos Te pins de noctra teaduceidn de la Eng. Road A. ws Hume's Pizopby of Be, Lon, 18, Che S, Rebade: Hume y of Fonomeniomo moderno, Gredos Madtid, 1975, pigs. 385 9 ses 7 8 ime de Salas Orrcta toda su artilleia contra aquella juvenil cbra»*, Ha sido frecuente criticar el jucio de Hume porque ciertamente In obra en la que desarrolla de forma més pormenotizada sus andlisis filosdficos es el Treatise. Sin embargo, a pe- sar de los cambios entre una obra y otra, el jucio de Hume no resulta tan desacertado, sobre todo, en To que respecta a la Enguiry, teniendo en cuenta ta calidad y ‘madurez expositiva de Ja misma, que constituye a mi juicio une exposicién mis coherente y mejor presentada {et sistema bomen. ‘Una de las cualdades de Ia Enguiry, que ha contribui- do a hacer de ella una obra clisica de la historia de la Filosofia, es el hecho de que permite apreciar con clat- dad no sélo las conclusiones de su autor, sino también los argumentos que eonducen a dichas conclusiones. Lo espe- tifico de la Filosofia no son propiamente estas chimas, Sino las razones en vireud de las cuales se mantienen. Pot allo, Ia Filosofia no s6lo constituye un conjunto de afi maciones sobre la realidad, st podemos emplear este té mino, También es método, es decir, argumentaci6n fun- damentada, de acuerdo coh la etmeloga de la palabra tun camino, un camino hacia la verdad. Sin embargo, de hecho no es posible separar estas dos dimensiones de la Filosofia, pues las verdades que se enuncian, las conclusiones fas que se ega, dan paso al descubtimien- to de nuevas verdades y con ello edquieren a su vez un valor metodol6gico, Incluso puede decirse que vemos la realidad desde los conceptos filosficos y que éstos ihi- rminan y dan profundidad a nuestra visién de los hechos. ‘Mis concretamente, si qusiéramos precsar Ia trama de Ja obra, disfamos en un primer momento que viene de- terminada por la formulacién de los dos grandes ptinc- Bios del empitisno liso del silo xe. ‘AL mismo tiempo podemos apreciar emo, a parti de su formule Sin en lax sechones 2+ 42, el exer de Home basta Ia tlkima seccién de la obra va a consistir en aplicar di- chos principios metodoligicos a distintos problemes filo “Tider Prslogs ° séticos. Es decir, los principios metodolégicos no sélo se enuncian, sino que también se aplican, y la calidad del texto desde un punto de vista filoséfico exté en cl rigor y claridad de diche aplicecién. Los dos_princpios en Guestién podtfamos eminciarlos de la siguiente manera: A) Todas nuestras representaciones se fundamentan cen Ja experient B) Las cuestiones de hecho, es decir, as proposiciones ficticas no son reductibles a relaciones de ideas. A)_EL primer principio afitmanfa que todas nuestas perepciones dependen de Ia experience, Este principio ya se formald en el Essay de Locke’, Bor oposcion al feopetvine de ene slo, Home anid con Lake al entender que esta fundamentacon de las pereepeiones ¢s sna fuandamentacin genéiea, es decir, una fundamen- teitn n vr del onigen fn nota prepares se fundamentan en la experiencia precisamente porate en Sa instance hn gonctad deel En canbe, on diferencia sigifcativa entre los dos autores se encuentra en el modo de entender la superioridad de la expeiencia tuna ver admitide su anterioridad en el tiempo y su fan- cign genética, En este sentido conviene recordar que Locke entiende que las pereepeiones originerny, deri: mene dervades dea evpeticnla, fon idea simple, pot ‘oposicgn a ideas derivadas que son ideas compleis. En ‘mb, en el caso de Hlume apenas cuenta la contrspot- cién simple-complejo « In hora de casifcar noestees = pretentacones; Lo que es importante es, por el conti, fl grado de vivacidad que dstnguen las percepciones la. tnadas sensacione, ls primera en llegar ala mente, y las sadas ideas de in memoria y de Ia imaginaciin®. Esto fica que ln sensacign aventaja a as demds represen. 7. Locke: An Etsey concerning the Human Understanding 242, Eden de’. H. Nidlnc Oxford, 1973, pi. 104, Ec ‘paola de E. O'Gorman, Maio, 1956, née. 83. PT i13, $B 9, D 96 £ 2, $B 17 10 Jnime de Salas Orteta taciones cualitativamente, por tratarse de una experien- cia més perfecta. a Late entendié quel soperoiad del spain cia constiruye més que una mera tesis gnoseoldgica. Se trata del presupuesto del andlisis de la conciencia y de sus contenidos que se realiza en el libro 2 del Essay. En el eso de Hume también se da la conviccién de que esta verdad tiene un valor metodolégico, y aparece en varios Dasajes de la Enguiry dicha aplicacidn. La experiencia se presenta como un punto de referencia ineludible a la fora de querer precisar el valor de une determinade po- sicién filosdfica', La diferencia entre Hume y Locke en feste punto es, pues, sobre todo una diferencia de talante gue separa a quien, como Locke, se entiende a sf mismo Como pionero de una determinada manera de pensar que Trabajosamente se esfuerza por concretar a lo largo del Essay, y quien, por el contratio, entiende que Ia supe- rioridad de la experiencia es una verdad adquirida y, en teste punto, past a la posteridad por la fuerza de’ sus formolaciones de este verdad. B) Sin embargo, donde se halla la gran aportacién original de Hume a la historia de la Filosofia esté en el segundo principio, que se refiere no a los contenidos de onciencia, sino al modo de relacionarlos en la mente, 4 {o que clisicamente se llama juicio. Este principio s6lo fue parcialmente formulado por Locke y en ningin mo- ‘mento se constituye en un principio metodolégico funda- mental. Por otra parte, en la Enguiry estf profundamente vinculado a su extica de la nocién de causa que, de acuer- do con una tendencia ya apreciable en obtas anteriores Constituye el auténtico protagonista de la presente obra al tunificar las distintas secciones entre si* T angamido tengamos Ia mfs mining sgpecha de que se esté explcindn un termina festcg sin signiiedo at idea que le capespnda, comme ee cop demands freuen, po oes ‘SEs cue preguntas" gde qué impeesion se deriva dicha supuesta Bee fen apo akgnare na, sto, erviia pace ‘pte cate ngpeta © 2, $B 28. Noci ein, ng. 2. CE ad corn: El conociniento del mando externa 9 eh ro. Dlema’ sco en Leib y en Hume, Granada, 1971, pi. 1 Prslogo a Hemos utllizado come formulacén de este peineplo la siguiente proposicidn: las custiones de hecho son ire. duetibles« teaciones de ideas, El sentido de esta pro- posicin se aclaras se tene en cuenta que Hime divide {os juicios 0 las proposiciones, es decir, asocaciones de os percepciones, en dos clases: pot una parte, nds pro posiiones evidentes racionalmente, como «242=4», y, Por otta parte, unss proposicionesconocidas y comproba- Fic cmplrcamente como eel Sol selard mafianan, Una de las tesis constantes de Ta metafisia clisica —incla- endo en Gta también sus versiones medievales— et qve {o universal y lo raconal —que se tienden + equiparar— contienen Por tanto, son superores« lo,conereto, Este principio estd claramente presente en Ta nocin plaSnica de idea y en clerta medida reaparece en el universal ars: tovdlice. El conocimiento universal vale para, engloba y te algunos casos agota los peticalares, Por ello solo hay Clencia de lo universal y no de lo particular, de acuerdo toon el dicho aristodlico, En el caso de Hume las dos ca fes de proposiciones estin haciendo alusién a dos tipos de conacimiento, el propiamente taconal y el empirico. Ta afirmacin de que las cuestiones de hecho son isre- dlctibles 2 Relaciones de Ideas no es entonces otra co#s ‘que equiparary poner al mismo nivel el conocimiento ra- onal y el conocimiento empiico, As, lo racional —con su universalidad y necesided— ex equvalente —y no su perioral conotimiento empltico, TEnt equvale asimismo a antcipar de alguna forma el dicho posterior seyin el cual el conacimiento racial da certeza ton cuando no produce informacién nueva, mien- tras que 4 les representaciones que clertamente nos dan {nformacién no las acompaia I cetexa racial GB virtud de qué afirma Hume que no se puede legt- tintamente realizar dicha reducciGn? Se tata de mostrar fque las inferencas causales no son demostrabls racio- Gulmente. En primer lugar, ello exige precisa que para lpensadorestooés las tnieasinferencias sobre el mundo fexterno que tienen clerte validez son las ralizdas en 2 Jnime de Salas Orrcta virtud de una vinculacién causal’, Esto se debe a la conviecién de que s6lo estas vinculaciones dan lugar ‘erteza por parte del hombre —por oposicin a las otras dos formas de asociacién de proposiciones empiricas que Hume enumera, contigliedad espacio-temporal y seme- janza. Creemos que hay una relacin real entre causa y efecto, Jo cual no nos ocurre en el easo de dos percepcio- es enue en el pac o auras tempo, por ejemplo. La critica de Hume consiste en afirmar gue ninguna cbservaciéa. emplrca permite. mantener efecivamente gue el efecto esté incluido en la causa de manera andloga ‘1 como puede estat incluido «2-+2» en 4. «Ningin ol jeto llega a descubrir, por las cualidades que_sparecen 4 oe eo as cna geo ban produ a os efectos que surg |, ¥ sin la ayuda de la expe- iencia, nuestra razén no pode jamés realizar una infe- rencia acerca de lo realmente existentey de las cuestiones de hecho» ®, Esta tsis parte del presupuesto —discuti- bble— de la atomicidad de las percepciones, en virtud del cual unas son irreductbles a otra. ‘Al mismo tiempo, el planteamiento de Hume quiere ir mis lejos, No sélo pretende mostrar que la relacién causel no. es satisfactoria, sino también trata de aclarer por qué, de hecho, creemos que lo es. Por esto Hume se Getendré en el estudio de la creencia humane. Entien- de que toda creencia es una idea, es decir, una percep- cién débil que nosotros vivimos'con Ia intensidad de tuna experiencia inmediata, Ast se precise el problema en Is pregunta por la ra26n de la intensidad de unas percep- ciones que no estamos recibiendo inmediatamente, sino gque son producto de nuestra memoria o de nuestra iims- Sinacién, Para contestar més precisamente a este pre- VE 41, SB 26, Nuestra edi, pig. 34. ‘B44, SB 27, Nuestra edicién, pg. 35. «Aunque ae le atrbura 4, Adi capacdad raconal plepamenve desrollaa dead el prin ‘ipo de su exstencia, no podia por elo deducir de ta tudes y ttangpatencia del agus a capacidad de abogae, 0 dea lumino dad y calor del tego el que le podla consumiz» (12idem,) Prélogo B agunta se impone distinguir dos creencias distinta, si bien relacionadas entre sf: 1). La creencia en la existencia de la causa o del ef. toy cuando se nos he dado prevamente el cfeto ofa causa en la experiencia respectivamente. Ast, aqul serfa objeto de creencia Ia idea del segundo tctmino de le szociacién de ideas 0 juicio que en virtud de la expetien: cia pasada es producida por Ia mente (vemos humo y nos decimos que est ocurtiendo un fuego). La vivacidad de Ia idea objeto de nuestro creer, es una vivacidad trans. ferida autométicamente por la mente desde una sensacién Inca, en virtud de unos habitos que se han establecido a To largo de la experiencia pasade®, 2) La creencia en una vinculacién efectiva entre eau- say efecto, Este se deriva de una sensacin real, «saber, al moviniento mismo de la mente cuando pasa automé- tcamente de a eas al efoto, 0 verversa Sin ember so, también hay una intervencién del sujeto en este pro- ‘eso, en la medida en que concibe la forzosidad con que a mente pasa a representarse una percepcién determina. da en virtud de su experiencia pesada, como: propia de tuna relacin entre las dos cosas percibidas, En defini va, e5 el sujeto quien determina tnas vineulaciones cai. sales que en rigor nuestra experiencia no contiene Con todo, tampoco puede decizse que nuestra asocae clones equstles surjan_arbitrariamente. Hay ciertamente tuna explicecién para ellas que proviene del hecho de que se vean avaladas en mayor o menor medida por la expe- Flenciapasada, Si nosotros inferimos al ver humo la exis- tencia de un fuego, es porque en el pasado siempre ha ceurrido que fuego y. humo los hemos visto asociados. Por elo, las expectativas con sexpecto al futuro se han formado en virtud de nuestra experiencia pasada. En este sentido la experiencia pasada es mis que una explicacion de la pénesis de nuestras crcencias. ‘También en alguna "B52, $B 34. Nuestra edicéa, pig. 60. E72, SB 7B. Noestmn edicin, ple. 82. 4 Jaime de Salas Oxteta forma sitve para legitimarlas, Podemos decit que nues teas ereenelas no son tacionales, es decir, deducibles, pero fl hecho de que se apoyen en la experiencia pasada en tlguna medida las hace tazonables, Al misma tiempo Ve- gnos que Home intenta mds que la desripcign fética de fo.que de becho ocutre cuando ereemos, Aun cuando ésta sealaintencién de Hume, cuando en la primera seccién ae la Enquiry habla de sa propésito de realizar una «Reo fgrafla mental» ®, de hecho también introduce con su cf fica de la eausalided critrios para valorar el conocimien- to y para decidir si una proposicén es valida o no, En ests sentido es mis que un prcélogo del conocimiento Y con justicia entra en la historia dele teorla del conoc- Iniente. Por ello, debe afadise que la descripein humea- tna dele cavsalidad es ambivalente, es deci, tene un dable ‘alot. Por un ledo, es consecuencia de fa voluntad de Inostiar que nvestras inferences causiles no son dedu- ides ¥ que nuestro conocimiento del mundo extero, mis {ue ura comprension de lo que percibimos, e8 un proceso Sc habiteacid, es deci, de la formacién de unos hébitos pereeptives, Pero, por otto lado, hay una forma postiva Ge vilorar la inferencia causal, particularmente osten- Sible en las seccignes 10 y 11 dela Enquiry. La infrencia Causal, precisamente porgue se apoya en la experiencia pesads, es comprendida como conteniendo los reuistos f los que en general han de sjustarse todas nuestes infe- fencas sobre la realidad "El echo de que a experiencia asada avale, en parte al menos, algunas de nucstas Greco determi qo tar son comiderdis sper fsa aquells que carecen de esta apoyarura experiencia Be blaster ene hombre ge sess # experiencia pesada y aguel otro que se meve por sus pesiones a le bore de formarse su imagen del mundo. Pa inferencia ecbjeivan es superior a le supersticiosa y por ello la inferencia causal ex valorada positivamente © E 1, SB 13, Nuesta ediciéin, pi. 20, ° Gir eoptinente E1041, S810, Nuestra edi, pg. 113. Prélogo 6 1a valoracién negate se rein stl en In medida en ‘que se compata la inferencia causal con una proposicién realmente evidente desde el punto de viste racional. En ‘ambio, cuando se compara con proposiciones o creencies aque se derivan de la supersticién, Ia inferencia causal es valorada positivamente Le Enguiry es importante no sélo como formulacién in de un método empirico en Filosofia, sino tam. Porque se plantea explicitamente el problema del valor del conocimiento reflexivo en general. Esta diseu- sin se_reaiza fundamentalmente en el primer y vltimo libros de le obra. La discusién se centra en tomo # dos conceptos fundamentals, a saber: el de la Filosofia abs- trusa o Metafisca y el del Escepticismo, en las seccio- nes 1 y 12, respectivamente, AX i clin requicre determinadas matia tos representan una tensién que la obra de Hume asume. or una parte, se plantearia la dscusién sobre Ia posibi lidad de un conocimiento sltimo, a saber, el conocimien to metafisco, y por ot lado habria que reparar en el enjuiciamiento que Hume hace del escepticismo, es decit, de una teorla que niege la posibilided del conocimiento Tanto en un caso como en otro, Hume intenta encon- trar una via media entre quienes efirman o niegan redi- celments cuales de eta dos opones, Hume enten fe su obra como perteneciente al género de la Metefisica © Filosofia profunda, Mantiene que un anélisis minucio- s0 de nuestros procesos mentales retiene un interés gran- de y en ese sentido std decidido a realizarl. Sin em- Dargo, al mismo tiempo es consciente de que probable- mente no podemos leger a las leyes tltimas que tigen Wis fendmencs #, Con ello, la Metefisca seria un cono- imiento s6lo relativamente imo, Tiene la victud de cevitar de esta manera gue se imponge una metaflsica mis ambiciosa y menos ajustada a la vide corriente, y de facilitarnos —como he descrito— unas normas que nos E A, plas. 14 y 15. Noesra edi, ples 28 y 22. 16 Jnime de Salas Ortcta sirven para distinguir entre creenias admisibles y ereen- cias inadmisibles ®, Y, sin embargo, Hume sf posee creencias metafsicas que no es capaz de validar como tales, pero que tienen gn gan importance a I ora de determin poniSn frente al escepticismo y frente a la Metafisica, Piensa que, efectivamente, hay une naturaleza humana, aunque ‘posotros no la conezcamos radicalmente, Por elo, si bien hay una gran variedad de rezones por las que st puede defender una posicidn escéptica con respecto al valor del ‘onocimiento, al mismo tiempo entiende que no es viable vlamenie ang acd eeepc en Ia med en gue el hombre esté obligado por encima de todo a vivir. Le nato- raleza nos leva a representarnos la realidad de la misma manera que nos hace respirar ", En este punto se puede apteciar un avance muy not ble en Ia Enquiry con respecto al Treatise, que no se sefire tanto al contenido de gus doctrns, que com wn formulacién mds precisa y sucinta se repten, sino a algo anterior, a saber, In cocepcin misma del’ saber. Este Ponto habrfa quedado abierto al final del Treatise, y en a Enquiry se resuelve adoptando Ia perspectiva de un hhombre de accién. que acude a la Filosofia buscando po- isc oe actividades habits, Desde fe mement, saber no sélo ya no puede, sino que ni siquiera de justifcarse a sf mismo. El sentido del conocimiento es, pot el contrario, ayudarnos a vivir. Es un instrumento ¥, por ello, no tiene sentido exigirie evidencias absoli- tts, De ah{ que manteoga su valides aun cuando una reflexién tigurosa no pueda llegar a resultados concli- ener, La fuera importa del pélogo de a En ‘uiry estd precisamente en que expone un ides! de cono- cimiento, tipico de nuestro mundo, orientado a auxiiar ala accién, Tenemos, y asf queremos hacerlo constar, una deuda con A, Vézsuez, autor de una primera traduccién de la ™ Gi obra: El conoiento del mando extern y ol probe 1a eco en Letbiz ¥en Hume, ed cep. 3 eat an sear ete Prélogo 0 Investigacion sobre al entendimento. burrano, Buenos Aires, 1945, 2° edicin, Heios suid el two de I ein de Selby Bigs comparindola —y, en algunos puntos, complevindola— con la de Green & Grose. A lo largo de la sraduccién pudimos contar con la ayuda de Gerardo Lépex Sastre, José Montoys, Cristina de-Pereti della Roces, Antonio Royo Villanova, Rosario Zurzo y Esteban Villaejo. Sin alos Ie present ean inddablemente sein moy in fetior alo que es Daremos entre corchetes Ia paginacién de Ia edicién de Selby-Bigge, para facilitar la busqueda de passes ctados fen monograffas en inglés. JAIME DE SALAS Ealelones cltadas en las not = Essoys moral and plitizal. Edinburgh, printed by R. Fleming and A. Allison for'A. Kincaid, Bookelor and sold at hit shop Shove the Cross 1741, Badin Ay 1742. Segunds ediién corepda. Eaicién B — Exseye moral and political Volume II. 1742, Edicién C. 3 cc correrida, London, I vol. 1748, Edison D. — Philosophie? Esseyt concerning Humen Understending, Loo- do, 128, Edin E. nda eicin ampliada y cotregida. London, 1791. Edicin F. — Ae Enquiry concerning the Principles of Morel. Landoa, 179 Elian G. — Folia! Dicourses. Edinborgh. 1742. Ediciéa H, Edicion 1. = Ersay end Treatise om several Subjects, 4 wos. 175354, Bal on K, — Four Bisertetion: esson, 3,8 T = Fit proof of the a = Esser ond Treatises on several subjects. 1758, Béleibn M. Tendon end Edinburg. 1960.4 vols. Edcga N 1764, 2 vole. Bega 0. 1768. 2 vole. Bicign B. 1770. 4 vole. Edcga Q, 1777.2 vole, Bicga R: Tuo says. 1767. = Disogues concerning Natural Religion. 1779. Ealcin S. Se ba eegudo en esto la edicin de Green &¢ Grove, London, 1868, Noatusal History of Religion. 2. Of the "OF the standard of Taste: Bain L, yune T¥42 — Seccidn 1, De las distintas clases de filosofia La filosoffa moral, o ciencia de la naturalera humana, puede tratarse de dos maneras distintas. Cada una de ellas tiene su mézito particular y puede contribuir al en tetenimiento,ilustracin y reforma de la humanidad. La primera considera al hombre primordialmente como na- ido para la accién y como influido en sus actos por el usto y el sentimiento, persiguiendo un objeto y evi- tando otro, de acuerdo con el valor que estos objetos pafecen poet, sein el modo, en que press; ¥ puesto que la virtud, segtin opinién comin, es, entre {ols loesbjeton em talon, ena laze fisfos Ja pinta con los colores més apradables, valiéndose de la poesia y de la elocuencia, desarrollando su tema de una manera sencilla y clara, la mis indicada para sgradar a Ja imaginacién y movilisar nuestros sentimientos. Eligen las casos y observaciones més llamativos de la vida coti- diana, contrastan adecuadamente caracteres opuestos y, atrayéndonos a los caminos de la virtud con visiones de tlotia y felicidad, dizigen nuestros pasos por [6] estos faminos con los preceptos mas sensatos y los ejemplos » 20 David Hae nfs ilustres. Nos hacen sentir Ie diferencia entre el vcio y J virtud, excitan y regulan nuestros semtimientos as, nto pueden sino inclinar nuestros corszones al amor de la prébided y del verdadero honor. Con ello piensan ha- ber alcanzado plenamente el objetivo de todos sus es fuerzos. La otra clase de fildsofos consideran al hombre como tun set racional més que activo, e intentan formar su enteadimiento ms que cultivar su conduct, Consideran 4 Is naturaleza humana como un tema de especulaciSn, y Ia estudian con minucioso escrutinio. para encontrar {os principios que regulan nuestro entendimiento, exct rogers Satimients y nor hacen arobr o cearat cualquier objeto, accién o comportamiento concreto. Con. sideran un descrédito para cuanto se ha esctito que la filosofia, ain no hays fijado indiseutblemente el funds- mento de la moral, de la razén y de la erftica atistca y iteraria, y en cambio hable constantemente de verdad y falsedad, vicio y virtud, belleza y deformidad, sin ser capaz. de precisar In fuente de estas distinciones. Mien- ‘tas intentan esta ardua tarea, no se dejan vencer por diated alguna, sino que, remontindose de etoscon- cretos a principios generales, prosiguen sus investipacio- nes en busca de principios atin de mayor generaidad, ¥ no quedan satisechos hasta aleanzat los prinipios pri mordiales pot los que, en toda ciencia, ha de estar i tada la cutiosidad humana. A pesar de que sus especi- laciones parezcan ‘abstractas, incluso ininteligibles para Jectores normales, se proponen conseguir la aprobacién de los doctos de los sabios, y se consideran suficien- temente compensados por el esfuerzo de toda su vida si pueden descubrir algunas verdades ocultas que con- tribuyan a Ia ilustracién de la posteridad. Es indadable que, antes que la filosofia precisa y abs- tracta, sera la fécil'y asequible la que distrutaré de la preferencia dela mayor parte de In homanidad, y seré recomendada por muchos no s6lo como més agradable, sino también como més dtl [7] que la otra, Tiene mayor papel en Ia vida cotidiana, moldea el corszén y los sent- Tnvestigacéa sobre el conociniento humane a menos ya slanzar ls prinepios que mucven los hom Brey, florma su conducts y' les nena mole de perteccisn que’ describe. Por ef contatio, In esas Fitna, al cig on tlie leadcrdo partal'oege Gioy ln sci, Se desvanereevando a seo aeancoe in onutidady sno al lar dal a9, por tanto, m0 ple den mus prncpoe teh infu algo bre mycin bo ducta y comportamiento. Los sentimientos de nuestro Corsi ln aptacin de estas pasion, le ncenidad ie aa corer itan sus conclusiones y re- cen il feo profundo aun mer peo Se ha de reconocrasiniome To Sgucae: que la fama mis dutndras al come la mis Berea, be 26 caido sobre la filosofia fécil, y que los razonadores abs- ‘tractos parecen por ahora haber disfrutado sélo de una reputaclon momentines, debicn sl cxpho gran Gr de a1 pom, pero to han sido cefaet de mimnner ‘su prestigio en una posteridad més ponderada. Es fécil para un filésofo profundo cometer una equivocacién en Eis nzonamenioe mule, une eqvsccee ee ba Satiamente progenitors de ouayeanrdo el fest dex. trolls ls onsecnencis, no deja Ge seeptar a, So esiin a pour dela aputiencia cab de este sna, ‘© de su oposicién a Ja opinién comin, Sin embargo, el Fitéofo que no se propone més ie representa el wenico omtn’ de ha huraniged con les mis belles encant dors colores, spor un wccdente eae en el enor so avanza més, sino que, renovando su apelacién al sentido comin y lon catisientn nears es ems mel al camtng corecto y se pone rao de pel Hisones, Le fama de Citron force en Ja aca pero la de Aristételes esté totalmente en decadenci Eripite une bon met 7 en coer Sep pe ln gloria de Malebranche se limita nu propa aya propia pce, Addison srl etd con la ‘cer cuando Locke esté totalmente olvidado ' [8]. "Las woes By F afen ta pint no: «Exo 00 pe send ee Hl ae et a a Me SP ementen' pan ls yn nada fe ys 2 Divid Hume EL mero filésofo es un tipo humano que normal- mente no goza sino de poce aceptaciSn en el mundo, al suponerse que no contribuye nada ni a la utilidad ni al placer de la sociedad, ya que vive alejado del con- facto con la humanided’y esti envuelto en principios fgualmente alejados de la comprensin de ésta, Por otra parte, el que no es més que un ignorante es ain més espreciado, y no hay nada que se considere sefial més segura de caricter estrecho en una época y naciéa donde las ciencias prosperan que el estar totalmente desprovis- to de aficin por estos nobles entretenimientos. Se pien- sa cominmente que el cardcter mis perfecto se halla en- ar aon don extemor on career dad de It misma habilidad y gusto para libros, vida social y negocios, que Imus en tat el derimiento y fina debids alas Bellas Letras, y en los negocios la integridad y precisién, resultado natural de una filosofia correct Para difundir y cultivar un cardcter tan logrado, nada puede ser més Util que ensayos de estilo y desarro- Tio sencillos que no se spartan demasiado de Ie vida, que no exigen aplicacidn profunda 0 recogimiento para set ‘comprendidos, y que devuelven al estudioso a la huma- nided imbuido de nobles sentimientos y sabios precep tos, aplicables a cualquier exigencia de la vida. Gracias ‘estos ensayos la virtad resulta amable; Ia cienca, agra- able; la vida social, instructiva, y le soledad, entre- tenia EL hombre es un ser racional, y, en cuanto tal, recibe de Ia ciencta el alimento y la ‘nutricién que le’ corres ponde. Pero tan escaso es el alcance de la mente hu- ‘ana que poca satisfaccién puede esperarse en este pun- to, ni del grado de seguridad ni de la extensién de sus adquisicones, El hombre és un ser sociable, no menos {que un ser racional; pero tampoco puede siempre dis- frutar de una compafia agradable y divertida, 0 man- tenet Ja debida apetencia de ella. También el hombre ‘ado, Sélo se pretende mostrar ef destino comin de esa filosofla ‘beret Tnvestigaciéa sobre el conocimiento humane 2 cs un ser activo, y por esta dsposicién, asf como por las Givers neerdeder dela vide homana, ha de cometer fe a los negocios (91. Pero la mente requiere alguna re- lajaci6n, ye que no puede soportar siempre su inclinacién hacia la preocupacién y la faena, Parece, por tanto, que la naturaleza ha establecido una vida mixta como la. més aadccuada a la especie humana, y sectetamente ha ordena- o a los hombres que no petmitan que ninguna de sus predisposiciones les absorba demasiado, hasta el punto de hacerlos incapaces de otras preocupaciones y entreter mientos. «Entrégate a tu pasién por la ciencia —les ce—, pero haz que tu ciencia sea humana y que tenga ferencia directa a la acién y a la sociedad, Prohibo el pensamiento abstracto y las investigaciones profundas las castigaré severamente con Ie melancolia pensativa fgue provocan, con la interminable incertidumbre en que Te envuelve a uno y con la fia recepcién con que se aco- ‘erin tus pretendidos descubrimientos cuando los comu- iques, Sé filésofo, pero en medio de toda tu filosofia continda siendo un hombre.» Sila mayoria, dela humanided se contentara con preferit Ia filosofia fécil a la abstracta y profunda, sin Tamar conra taco despreioy centr, nose inc recto, quié, conformarse con esta opinién general y permitir a cada hombre que distrutase, sin impedimento, de su propio gusto y sentimiento. Peto como frecuente- ‘mente se lleva la euestién ms lejos, hasta el punto de re- chazar todo razonamiento profundo o lo que vulgermen- te se llama metafsica, ahora procederemos # considerat lo que, con fundamento, se puede alegar en su favor. Podemos comenzar observando que una ventaja con- siderable que resulta de Ia flosofta rigurosa y abstracta es su utilidad para la filosofia fécil y humana, que sin Ia primera no puede aleanzar un grado suficiente de exac- titud en sus sentimientos, preceptos ¢ razonamientos Las Bellas Letras no son sino un retrato de Ja vida ho- ‘mana en diversas actitudes y situaciones. Nos inspiran distintos sentimientos de elogio o censuts, admiraciOn 0 ridfculo, de acuerdo con las cuaidades del objeto que a David Hume nos presentan. Un artista esté mejor preparado para triun- far en [10] este esfuerzo si, ademés de un gusto delicado y una répida aprehensidn,’posee un conocimiento pre- ‘iso de Ia textura interna 'y las operaciones del entendi- ‘miento, del funcionamiento de las pasiones y de las diver- sas clases de sentimiento que distinguen vicio y virtud. A pesar de lo penosa que pueda parecer esta bisqueda o in- ‘vestigacin interior, se hace en alguna medida impres- cindible para quienes quieran describ con éxito las apa. riencias externas e inmediatas de la vida y costumbtes. EL anatomista expone los objetos més desagradables hhorribles, pero su ciencia es dtil al pintor incluso cuan- do dibuja una Venus 0 una Helena. A pesar de que éste utile los colores mis ricos de su arte y confiera e sus figuras un aire agraciado y encantador, aun asf ha de atender a la estructura interna del cuerpo humano, la posicidn de los misculos, la textura de los huesos y la utilidad y forma de todos los miembros y érganos, La precisiGn es siempre ventajosa para la belleza, y el raz0- nnamiento riguroso para el sentimiento refinado, Vana- ‘mente exaltariamos el uno despreciando el otto, AAdemés, podemos observar en todo oficio y_profe- si6n, incluso en aquellos que més conciernen @ Ia vida 0 In accién, que ef afin de exactivud, cualquiera que sea cl modo en que se haya adquirido, los acerca a su per- feccién y los hace mis beneficiosos para los intereses de la sociedad. Y aunque un filésofo pueda vivir alejado de los negocios, el espirita de Ia Filosofia, si fuere cul dadosamente cultivado por vatios, debe difunditse gra- dualmente a través de Ia sociedad entera y conferit se Iejante precision a todo oficio y profesién. El politico adquirisd mayor capacidad de previsién y sutileea en la distribucién y el equilibrio del poder; el abogado, ma yor método y principios més depurados en sus razona- ‘mientos; el general, mayor regularidad en la discipling ¥y mis precaucin en sus proyectos y operaciones. La ee tubilidad de los gobicrnos modernon con rexperto a Los antiguos y la precisién de la filosofia moderna han me- Tnvestiici sobre el conocimiento humane 2 jorado, y probablemente ain continuaréa haciéadolo en grados parejos [11]. “Tncluso sno se pudiers sleanear otra vents de estos estudios que Ia satisfaccién de una curiosidad inocente, sun asf no se deberfan desprecia, al trtarse de und via de acceso a uno de los pocos placeres segutos e ino- fos que han sido concedidos a la raza humana, El més dulce © inofensivo camino de la vide conduce través de las avenidas de la cienca y del saber. ¥ quien pueda eliminar un obstéculo en este camino o abr une pers pectiva debe ser considerado un benefactor de la hums. nidad.Y aunque estas investigaciones puedan ‘parecer penoss y fatigosas, ocurre con algunas mentes como con algunos euerpes, que estando dotados de una salud vi fgorosa y robusta, requieren un ejercio intenso y en- Cuentran placer en lo que para la mayotia de le Hume nidad resultaria trabajoso y pesado. La propa oa tivamente penosa para la mente, emo lo es para el oj, ‘pero sacar la luz de Ja oscuridad, por el esfuerzo que fea, ha de ser deleitable y product repocio. Pero esta oscuridad de la filosofia profunda y abs- teacta es criticada no s5lo en tanto que penose ¥ fat oss, ino también como una fuente inevitable de error © incertidumbre, Aqui, en efecto, se halla la més justa Y verosimil objecién a una considerable parte de la me- laflsica: que no es propiamente una cienca, sina que surge, bien de los exfuetzosesteiles de Ia vanidad he ‘mais, que quicre penetrar en temis que son totalmente inaccesibles para el entendlimlento, be de la a de las supersticiones populares que, siendo incapaces de ee Jealmente, levantan estas zarzas enma safadas ra cubric y proteger su debilidad. Ahuyentados del Expo aber, eros bundidos se efgian en el bose y esperan emboscados para irrumpir en todas las vias esguamnecidas de la mente * y subyugetia con temores * He teadocdo mind por mente. Con ello no solamente preten- ig salvar une Ineralidad verbal sino uillear cl tempo que, en 59 pat ls sro 3b gue Hume, cotnda or ed (Coa aduie nd! por alma, pero. dscaté esta pos Hi 2% David Hume ¥prejuiciosreligiosos, Incluso el antagonista mds fuerte, Si por un momento abandons la vgilania, es reducid, YY muchos, por cobardia y desatino, abren las puertas sus enemigos y de buena gana les acogen con reverencia ¥ sumisin como sus soberanos leftimos [12]. Pero ges éta razén suficiente para que ios filésofos deban desist de sus investigaciones y dejar que la su: Petstcin atin siga aduefada de su aslo? ¢No es correc. to llegar ala conclusién coneraria y admit la necesidad de evar la guerra a los reductos mis alejados del ene migo? Vanamente esperamos que los hombres, gracias a sus frecuentes decepciones, abandonen finalmeate ciew. cins tan etéreas y descubran el dmbito propio de la te 76n humana. Pues, demés de que muchas personas en- ‘uentran_un interés demasiado explicable en resucitar constantemente estas cuestiones, ademés de ext, digo, cl motivo de fa desesperanza ciega no puede nanca tenet ia laa en es oc, pus, or mo nro ac los intentos previes pudieran haber resultado, atin puc- de esperarse que fa laboriosidad, la buena suerte © el aumento de sigacidad de generaciones venideras quisd Jogren descubrimientos deseonacidos en épocas antetio- tes, Todo genio aventurero se lanzaré en busca de la di. fill recompensa y se encontraréestimulado, més que des snimado, por los fracasos de sus predecesores, pues es: pera que fa gloria de realizar una aventura tan ifell Te etd reervada a l solo. La Gniea manera de lberetinme- dlatamente el saber de estas abstrusss cuestiones es ine vestgar seriamente Ia naturaleza del entendimiento hi. mano y mostrar por medio de un andlisis exacto de sus poderes y capacidad que de ninguna manera esti prepe Para temas tan remotos y abstractos. Hemos de soportar esta fatiga para. poder vivie con eranquilidad 4 partir de entonces. También hemos de cultivar la ver ders metaisica con algin cuidado, a fin de destruir fener en cuente que normalmente el significado de alina ge ft tapes rnc con au eonanretiaee a cuspes Panis pools uilzar ert, pero ae tende'srlaconar ete ino con Th Calta: CN. del F) avestigcién sobre el eonodimiento humano a Ja metafsica falsa y adutereda. La pereza, que en algu- fas personas es una salvaguardia contra esta filosoia ngatiosa, e5, en otra, superada por la cutiosidad y la desespetanee, que en algin momento prevalece, puede ser sepuida por expectaivas ¢ iusiones confiadas, El ra onar riguroso y preciso es el nico remedio universal vilido para todas las personas y disposiciones, y sélo él es capaz de derrumbar aquella flosofia abstrisa y jerga metafisca que, al estar mezclada con la supersticion po- plat, Ia hace’ en cierto modo [13] impenetrable para ‘quien razona descuidadamente le confiere a apatiencia de ciencia y sabiduria, ‘Ademés de esta ventsja, de rechazar tras una investi facién minuciosa Ia rama més incierta y desagradable del saber, hay muchas veniajas importantes que provie- nen del examen preciso de les poderes y facltades de a naturaleza humana. Es notable, a propésito de las oper cones de Ia mente, que aun estindonos fntimamente pre- Sentes, sin embargo, cuando se convierien en objeto’ de reflex, parecen estar sumidas en la oscuridad, y el ojo ro puede encontrar con facilidad las lineas y limites que Jas separan y distnguen. Los abjetos son demasiado aut Jes para permanecet largamente bajo el ism cn la misma stuacién, y han de aprehenderse in ment, means unt Penetcin supra, deriva de te naturalezay perfeccionada por cl hibito y Ia reflexién De esta mancta se converte en un objetivo no desde le de la ciencia conocer meramente las diferentes opers cones de la mente, separar las unas de las otras, cas. ficarlas en los debidos apartados, y coreepit aquel des- orden aparente en que se encuentran cuando las hace mos objeto de reflexién e investigacién, Esta tarea de cordenar y distinguit, que no tiene mérito cuando se rea: liza con cuerpos externos, objetos de nuestros sentidos, sumenta de valor cuando se eetee sobre as operaciones de nuestra mente, de acuerdo con la difcultad y el es: fuerzo con que nos encontramos al realizala. Y aun si no vamos més allé de esa geografia mental o delimita- 28 Davia Home cin de lap distintas partes y poderes de la mente, es por lo menos una satisfaccién haber legado tan lejos Y cuanto més obvia pueda resultar esta ciencla (yd fangana manera es cia, mgs dxprecible an ba de juzgarse su ignorancia por todos aquellos que aspiren saber y's la filosofia, oa ,_Jampoco puede quedar sospecha alguna de que esta elec ea incerta y quincy no er gue mans Tamos un escepticismo totalmente contraio a la copes lacén ¢ incluso «ta acign. No puede dudar gee le mente (14] esté dotada de varios poderes y facultades, ue estos poderes se distinguen entre sf, que aquello que 6s realmente distinto para la percepcién inmedista puede set ditnguid por le rellesida y,consecuentement, que «en todas las proposiciones acerea de este teme hay’ vets dad 0 falsedad, verdad o falsedad tales, que no estén és alld del alcance del entendimiento’ humeno. Hay ‘tras muchas distinciones evidentes de esta clase, como la de entendimiento y voluntad, la de lmnaginaciGn y slones, que caen dentro de la comprensiGn de toda cia, tora humana, y las mas agudas y floséficas disinciones ‘no son menos reales y ciettas, aunque sean més diffiles de comprender. Algunos casos, sobre todo recientes, de zito en estas investigaciones nos pueden dar una nociSn iis justa de la certeza y solidez de esta rama del sa, ber, eDebemos estimar digno del esfuerzo de un filésofo el darnos un sistema verdadero de planetas y ajustar le Poricidn y el orden de aquellos cuerpos lejanos, mienteas gue pretendemos desdefar aquellos que con’ tan grin Srito delimitan las partes de le mente que tan fatima: ‘mente nos conciernen? 2 En iss ediciones E y F se afade la sguente nota: «Durante ‘mucho tempo sea, confundido la faclial por medio eis ted isemines To verdadero y fo fale, y aquela ore por ts ge ant bimes vii y vrtod, y sea sup ue tods ora dike sen Anus clin” Soc im ps mee Inteligente, eran tan nvaiables como calguer peoposce ments oc ania el miner Peo Hl ene tes fon, not ha eneiado con lor anguinntos mis connnce | moral no es nada que concerns ‘a la natunless Serge Tavestigacn sobre el eonocimieato humano 2 tivada cuidadosamente y alentada pot la arencién del biico, pueda evar sus investigaciones. ain més lejos y deseubrit, por lo menos en parte, las fuentes secreias ¥ Jos principios por Jos que se meve la mente humana ea sus operaciones? Durante largo tiempo los asono- mos se hablan contentado con demostrar, « partir de feodnens, fx movimients, laden Ik mapid verdaderos de los cuerpos celestiales, hasta que surgis por fin un fildsofo que, con los més felces razonamien- tos, parece haber deterininado también las lees y fuer. a8 por las que son gobernadas y divgidas las revolu elas cons, sino que depende totalmente del sentido o gusto men- tal de ends ser concreto, det mismo mode que ia distinc de To dulce y de lo agro, deo cliente y de lo iio surgen del Sent ‘miento paiclar cada sentido u Spano, Las peteepcones m0. tale, por tanto, no deben.clasifcare con las operaciones del ‘ntedimieno, sino con los gastos o seatinieatos, His sido a conumbre de fv fl6afon divide todas las pasiones 4s In mente en dos clases, ls egotsasy las aleritae gue, Sogn = iponla, se hallaben en constant oposiény contarodad. Se pen taba qué lt ltimas no podianaleanar su OOfeto propio mas gue sh eosta de las primeras Ente las polis se enconit fanz la avariin, In amblién, el desco de enganea, Ente fos benévolas, el afeco natural ia amistad, cl espintaclvco. Ahore den Tos f6stoe (vétse lee sermones de Batet)aptecet Ia ipl zie tan ements i al eo mia, eos uc, aungue Te satisaeion de estar panes nov pre duc tere endonin de ic ct no fears Bsn, sno qu, ps el conta Is pain cr antral act Ss Te primer, i hima no tend poubdad de exer, oe {aso stcamente el nso con respect lt lads pasones benévolis y que, por connigiente cm hombre no ek mie incr sad exando Bact propa gona Que Cando is feidad de 92 go eset objeto de Ss deseo, es is desineredo curd icin so tanlicad y comodidad en favor del ben pubee Sue cuando se esucren por in gratfeain desu vain fab én, Aus, por tanto, se da Un norble tesjste en ‘los Utes lax pastoaes que, haste ahora han sido confi por Ie ligne imprein de filduolos aniertores Estos dor cfemplos Peden basar para mortars Ie aatusiezs ¢ importance de ete Site de 30 David Home ciones de los planets. Lo mismo se ha conseguido con otras partes de la naturales. Y no hay motivo alguno para perder Ia esperanza de un éxito semejante en nucs. tras investigaciones acerca de los poderes mentales y su estructura, si se desarollan con eapacided y_prudencia semejantes, Es probable que una 15] operacién y princi pio de la mente dependa de otra la cual, « su vez, puede ser resulta en una més general) universal. Y hasta qué Punto puedan legar estas investigaciones, nos es ffl de determinar antes, e incluso después de tin cuidadoso intento, Pero es cierto que intentos de esta clase son rex. Jizados todos los dias, incluso por aquellos que filosofen smuy neglgentementc, y nada puede ser iis necesatio que comenzar la empresa con Fguroso cuidado y aten cién de modo que, si esuviera al aleance del entendi riento humano, sea felizmentellevada a cabo, y si no, que sea al menos rechazada con alguna confianca y segu” ridad. Esta sltima conclsién, desde huego, no es desea. ble ni debe aceptarse con demasiada prontitud. Pues te riendo en cuenta tal supuesto, geudnto tendrfamos que dlisminuir la belleza y el valor de esta clase de filosolia? Hiasta ahora, los moralistas, cuando consideraban a in tensa multitud y diversidad de las acciones que excitan nuestra aprobacién y censuts, han estado acostumbra 4 buscar un principio comin del cual esta vatiedad de sentimientos pueda depender. Y aungue en alguna oct. sign hin ido demasiado lejos en su pasién por un nico principio general, se ha de admit, sin embargo, que es ecusable su esperanca de encontrar algunos. prinipios generals en fos que hubslan de rsolverse correctamente todos los vicios y virtdes. Semejante ha sido la pre- tensién de los extcos, 1sicos © incluso politicos, Tam: poco hn sido sus esfuerzos del todo malogrados, aun- que quizi més tiempo, mayor precisién y una chtrega tis apasionada pueda llevar estas ciencias ain més cer ca de la perfeccién, Abandonar de inmediato las preten siones de esta clase, podria considerarse con razon mis temerario, precipitado y dogmitico que la filsolla mis Investigacin sobre el conceimiento humane a” atrevida y afirniativa, que jamés intenté imponer sus dic- tdmenes y principios a la humanided. 2¥ qué importa si estos razonamientos sobre la natu- leea humana parecen abstractos y de dificil compren- sién? Esto no permite [16] en modo alguno presumir #1 falsedad. Por el contratio, parece imposible que lo que hhasta ahora ha escapado a tantos sabios y profundos flé- sofos pueda ser muy obvio y fécil de comprender. Y sean los que sean los esfuerzos que estas investigaciones pue- ddan costar, nos podemos considerar suficientemente te- compensados no silo en ogo aula, tno ién en lo que concieme al placer, si por estos medios ppodemos’ afiadir algo al conjunto’ de nuestros conoci- ‘mientos en cuestiones de tan gran importancia Pero como, después de todo, el catécter abstracto de festas expeculaciones no constituyen una recomendacién, sino més bien una desventaja para elas, y como esta dificaltad quiz4 se pueda superar con cuidado y habili- dad y evitando todo detalle innecesario, en la investige- cién que sigue hemos intentado arrojar alguna luz sobre ‘temas de los que hasta ahora han sido alejados les sabios por Ia incertidumbre y los ignorantes por la oscuridad. [Felice de nottrs podem unit los limites de las cistineas clases de filosoffa al reconciliar la investigacién profunda con le clatidad, Ia verdad con la novedad!; y ini ms floes rzonando de et manera snc podemos socavar los cimientos de une filosofia sbscrus ‘que hasta ahora parece haber servido nada més que de cobijo para Ia supersticién y de tapadera para el absur- do y el exror! [17]. 4 Seccién 2. Sobre el origen de es ideas Todo el mundo admited sin reparos que hay una di- ferencia considerable entre la percepciones de la mente csando un hombre siete el dolor que produce el calor exeesivo o el placer que proporciona ‘un calor moderado, ¥, cuando posteriormente evora en Ia mente esta sensi” cién o la anticipa en su imaginacién. Fstas facultades podtin imitar © copiar ls impresiones de Tos senidos, eto nuncs podrén alanzar Ia fuerea o vivacided de Ia ‘experiencia sentiment) iniial. Lo més que decimos de estas facltades, aun cuando operan con el mayor vigor, ‘# que representan el objeto de una forma tan vive, que ati podtiamos decir que lo seatimos 0 vemos, Pero, & no ser que la mente esté trastornada por enfermedad © locars, jams pueden legar a un prado de vivacded tal como para hucer estas petcepciones absolutemente indiscemibles de las sensacines. Todos los colores de Is poesia, por muy espléndidos que sean, no pueden pin: tar objetos naturales de forme que la desripcion se con- funda con un psissje real. Incluso el pensamiento més inenso es infeior ela sensacién més debi 32 Inveriacién sobre el conocmiento humana 2 Podemes observa que vos distinién semejante »éta sfeca toda las peeepciones de la mente, Un howbre furioso es movi de manery, tay dstint. que eae che silo pions ests engin tse me dios que alpen Stk enamorado, puedo falmente comprendet To gee © tne dea enender y hacerne edecuadumente catgo dee Htowcén, pero ec pore gotinchr ens cope to con les desirenes J apitacones mins de In pai, Cando elena: abe nests emienese 8) feprsioos pancho, meta pessanien cs un wpe ih spac so event, po in oes tre gapls Son tenes 9 apagador en Sonesta con Zpullon belo los que nocsta pereeptdn onal se pre Sentaba, No se require ninguna epacdad de agus i tnd oi cabeza de metaltco pare ditnguroe He ag, ce, soe podemos divide toga lar pxcep ciones de lames en dos cages 9 expec, gue ve d- Singsen por sor ditncs prados de fuern © vaidad. at reat fucrce incase comnmente son lamades persamtentos ideas; a ita sepce cree de uh note freen nuestro idioma, como en fe mayor de fos dems, soyin ceo, porque solamente confines lesion era eesuio eadudtarlos bajo tn ein © denominacién General, Concedoanos, pcs nowotosmsmor un poco EE iestady y llamemoser Dnpresiones,empleando ee téemino en una avepign un poco detinta dee usual Con el sémino imprest, pues, quero denotar estas percepcones mis intense cuendo lnoe, vemos, SSitinos, oamamor odlmtor, 9 desea, 9 qoermos ‘Yims impresione s¢dstiguen de ls iden Que son Per Cepcioes menos intensa de las soe tenemos conten, Cando efleroramos sobre las sensacones © movinien. fos abe menconades, ‘Nada poode parecer, primera vss, més ilimitado que

Ingles no uv aceptacén alguna. Locke, Caske y Cudworth ai sigueraIatenen en cuenta, sino que en todo moreno dleron Bey apes ope le mata ene poder verdad, ane Subordinado y derivado, 2Por qué se ha vuelto tan popular entre ‘vestroe metfiscos moderos? nvertigacién sobre el conccimiento humane * dimiento sigue @ otto, peto munca hemos podido obser var un vinculo entre ellos. Parecen conjntados, pero no KY conectados. Y como no podemos tenet idea de algo que no haya parecido en alin momento a los sentidos ex teros 9 al sentimiento interno, la conclsin necearia pparece set la de que no tenemos ninguna idea de co- rexin o poder y que estas palabras carecen totalmente de sentido cuando son empleadas en razonamientos filo- séficos 0 en la vida cortiente, Pero atin queda un modo de evitar esta conclusién yuna fonte que toda no hemos examined, Cuando Se nos presenta un objeto o suceso cualquiera, por mu: cha safacidad y agudeza que tengamos, nos es imposible descubri, o incluso conjeturar sin Is ayuda de la experien cia, el suceso que pueda resultar de él o llevar nuestra previsién mis alld del objeto que esté inmediatamente Bretente « nuestra memoria y sentido. Inlao, después je un caso 0 experimento en que hayamos observado que determinado scontecimiento sigue a otto, no tene- mos derecho a enunciar una regla general o anticipar Jo aque ocurtird en casos semejantes, pes se considers tadamente una imperdonable eemeridad juzgar todo el curso de Ia nataralza tf de un solo cas preciso y seguro que sea. Pero cuando determi de acontecimientos ha estado siempre, en todos los casos, unida a otra, no tenemos ya [75] eserépulos en prede cir el uno con la aparicin del otro y en utilizar el tinico szonamiento que puede darnos sequtidad sobre una ‘euestién de hecho o existencia. Entonces llamamos a uno de los objetos cause y al otto efecto. Suponemos que hay alguna conexién entre ellos, alin poder en Ia una por el que indefectiblemente produce el otro y acta con Ia necesidad més fuerte, con la mayor certeza, Parece entonces que esta’idea de conexiGn necesaria entre sucesos surge del acaecimiento de varios casos si- mrilares de constante conjuncin de dichos sucesos. Esta jdea no puede ser sugerida por uno solo de estos casos ‘aaminados desde todas las posiciones y perspectivas po- sibles. Pero en una serie de casos no hay neda distinto 00 Devid Hume de cualquiera de los casos individuales que se suponen cexactamente iguales, salvo que, tras la repeticién de cx got similares, le ment es conduc por habit tener ln expectativa, al aparecer un suceso, de su acompafiante usual, y a creer que existiré. Por tanto, este conexién que Jentimos en Ia mente, esta transicidn de la repre: sentaciéa (imagination) de'un objeto a su acompafante usual, es el sentimiento o impresién a partir del cual formamos ls idea de poder o de conexién necesaria. No hay, mds en este cuestién. Examinese el asunto desde cualquier perspective, Nunca encontraremos otto origen para esa idea, Esta es la dnica diferencia entre un caso del que jamés podremos recibir la idea de conexién y varios casos semejantes que la sugieren, La primera vez pean hombre wo ls comuniactn de moving pr ‘medio del impulso, por ejemplo, como en el choque de dos bolas de billat, no pudo déclarar que un aconteci- miento estaba conectado con el otto, sino tan s6lo con. juntado con €l. Tras haber observado vatios casos de la ‘misma indole, los declara conexionedos. ¢Qué cambio tha ocurtido para dar lugar a esta nueva idea de cones Exclusivamente que shora siente que estos acontecimi tos [76] estin conectados en su imaginacién y facilmente puede predecir la existencia del uno por la aparicién del otto, Por tanto, eusndo decimos que un objeto esté conec- tado con otto, Slo queremos decir que han adquirido una conexién en nuestro pensamicnto y originan esta inferen- cia po I gue cada uno se converte en prucba dl oto, conclusiin algo extraordinaria, pero que parece estat fundada con suficente evidencia, Tampoco se debiltaré ésta a causa de cualquier desconfianca general en el en fendimiento o sospecha escéptca en lo que respecta a Jas conclusiones que sean nuevas y extraordinarias. Nin fquna conclusién puede resulasle més agradable al escep. ticismo que la que hace descubrimientes acerca de Ia debilidad y estrechos limites de la raxén y capacidad hu- a qué cjemplo, més fuerte que el_ presente puede presentarse de In debildad e ignorancia sorprendentes Investigcién sobre el concciniento humane 101 del enendimiento? Pues si nos importa conocer per fectameote alguna tlacisn ene cbjeon, con toda (> gurdad cs In de easy efecto. En ela se fundamenten {olor noerrosraznamlenoeaceen de costones de he: tho 0 exisencia, Solo gracias sca podemen leanest slgona seporidad sobve cbjtos alejadoy cel testimonio fctual_ dela memoria de fos sentido La tater Ut isd inmedirs de todas ls. cence es enemas céimo controlar» regult aontecinienos futur, Pot tmedo de sus cass, En todo momento, pucs, se dear Inn nuestros pensrmienios © investigations en torno cra rein Peo tan inp so oy ies Ge noe formamoe. acre, de ella, que os. e2 impo. Bible dar una definicin josta de’ causa, salvo lade Gut es aqullo que ex sxchdo de algo exit slena. ‘bjetossimlaressizapre estén eonjuntaos con obetos similares. De esto tenemos experiencia. De acuerdo con |] esta experiencia, podemos, puts defini umn usa come tov objeto seaido de ofr, cuando todos os objets segundo. O en otras palabras, ef segundo objeto munca ha existido sin que et primer objeto no se bubiera dado, ‘La apaticién de una causa ‘mente, por una transici ‘sto también tenemos experiencia. Podemos, por tanto, de 7 acuerdo con esta experiencia, dar otra definicién de cau- > tilares al primero son sequidos por objetor similares al . | Py| sy lamarla wn objeto sequido por otro y cuya aparcion |] siempre conduce al pensamiento a aguel otro. Aunque ambas definiciones se apoyan en citcunstancias extrafas 1 la causa, no. podemos remediar este inconveniente © slcanzar otta definicién més perfecta que pueda indicar la dimensién (circumstance) de la causa que le da co- Pi 2exSeqgon cele No. tenemos idea siuna de ee conexiGi, ni siquiera una nocién distinta de lo que de- Setmos conocer cuando nos esfreamos pot epresesttia (conception), Decimos, por ejemplo, que la vibracién de tuna cuerda es causa de determinado ruido. Pero equé queremos decir con esta afitmacién? Queremos decir 0 Bsa fase fue afadida en Ia edicién K. 12 David Home cue esta vibracion va seguida por este ruido y que todas las sibraciones similares bon sido seuidas por rudos Similars, 0 que eata sibraciGn es seguide por este rudo 4 qua, con ls aparciin defo wna, le mentee catia log tonsdos ye Jorma inmedatamente la tdea de la gir Poknch coir stein de tun ta ip curlgulera de estas dos perspectives, pero mas al devdstas no podemos tener iden de aquéls [78] Recapitulemos ls tazonamientos de esa seein: toda ® Segin estas expliceciones y defincions, le idea de poder es tan reliva como a de causa, y pe rtcren amas 4 un efecto 018 alot oto cect contanemente unico al primero, Cuando const feos a detcangie ropa remind un ojo Bak ie que se’ fia y determine el grado 0 cantidad de su efecto, anamos au oe scusrds con toy odo ffs se, ten queef efecto esl medic del pode. Bero tenes ies alguna ‘Sd poder tal coma es en sf misma, zpor qué ao lo mien directa ‘mente? a ducsion soe sa fceat de un mail esa elcid Gel cuadralo de su velocidad, esta dscusién, digo, no tends que Sects comparando sus fecion en tempos igeleso desiguses, Sino por media y eamparsciin discts "Gop eepecto Al empl frecwente do as palabras fuera, ener i, poder, ete, que por todas partes surgen en la converscion Sota al como en is Hao, eto no et prosba sguna de que ‘eros failiarzados en niga eas, con el principio de conextén toe causa y efecto, en tna ingtinca, que podamos dat resin fer ec acon po Fal tome monies Se usan a esas palabras se les ba signa acepiones muy inpeec Ss; tos ides ron muy incerts y confuses: Ningin animal poe ‘de poner coerposextethos en movimiento sin ef setimienta de un neyo 9 de un exferzo,¥ todo animal tiene sentimiento @ impr ‘én de un golpe © choque de_un objeto externo en, movimiento, Ese feds a mene ales 7 de as in 6 prior bo psimes scat inferenci sua, tendemos a transfer Foes bison innimadosy'n suponet que tinen alg seinen ‘nndo comunicen 9 Tecten movimiento, Con respecto alas coer. {ise desplegaroy sins Tes aigemos ten alguna decom. Ficacin de movimiento, solo tenemos en coenta la experiencia de Iicontnetn constant de sucron, 7 puesto gu Feimor una 6. sd sal ees royecoy ct sani ste fs bites, ya que nada es ies usual que epicr # objets externes {is senaacionesintenas due ocsionan ‘fia nos foe afndide's Ja edicign P ue, sin embargo, en lest cel aes pao Sc Ur cone in duno, a te gue ala impli precedanciay contighidad en el espacio ¥en el tiempo, ast come conjuncien constants, Un signo noe sino a le to coreativo dela misma causa). ovestigacion sobre el conocimiento fumano 103 idea es copia de alguna impresién o sentimiento prece: dente, y donde no podemos encontrar impresién alguna, ppodemos estar seguros de que no hay idea. En todos los casos aislados de actividad (operation) de cuerpos 0 mentes no hay nada gue produzca impresién alguna ni que, por consiguiente, pueda sugerir idea alguna de po- der 0 conexién necesaria. Pero cuando aparecen muchos ‘casos uniformes y el mismo objeto es siempre seguido por el mismo suceso, entonces empezamos a albergar la nociéa de causa y conexién, Entonces sentimos un nue vo sentimiento o impresién, a saber, una conexin hal tual en el pensamiento o en la imaginacién entre un objeto y su acompatiante usual. Y este sentimiento es el otiginal de la idea que buscamos. Pues como esta idea surge 4 partir de varios casos similares y no de un caso aislado, ha de surgir del hecho por el gue el conjunto de casos difiere de cada cato individual. Pero esta co- nexién o transicién habitual de Ia imaginacién es el Gni- co hecho (circumstance) en que difieren. En todos los ddemds detalles son semejantes. El primer caso que vir mos, el de movimiento comunicado por el chogue de ddos bolas de billar —para volver a este obvio ejemplo—, es exactamente similar a cualquier caso que en la actua- lidad puede ocurrireenos, salvo que no podriamos ini- cialmente inferir [79] un saceso de otro, 0 cual podemos hacer ahora tras un curso tan largo de experiencia unifor- me. No sé si el lector comprenderé con facilidad este rionemiento. Temo que si multiplicara palabeas sobre 4, 0 lo expusiera desde una variedad mayor de perspec- tivas, se baria mis oscuro e intrincado. En todo razona- ‘miento abstracto hay un punto de vista que si por for. tuna podemos alcanzarlo nos sproximamos més 2 la pposicin del tema que con la elocuencia y diccién més exuberante del mundo. Hemos de intentar alcanzar este punto de vista y guardar las flores de la retérica para temas més adaptados « ellas (80). Seccién 8, De la libertad y de le necesidad Parte I Podtia esperarse fundadamente que, en las cuestiones intensamente discutidas y debatidas desde los comien- 0s de la ciencia y de la filosofia, por lo menos el sight ficado de todos los términos hubiera sido precisado de comin acuerdo por los participantes en la discusién y Que nuestas investigaciones en el curso de dos mil afos hhubieren logrado pasar de las, palabras al tema realy verdadero de la controversia. Pues gno parece muy sen cillo defini con exscttud los términos empleados en el razonamiento y hacer de estas definiciones, no del mero sonido de las palabras, el objeto de anilisis y examen posteriores? Pero si consideramos la cuestién mis de cerca, tenderfamos sacar una conclusién opuesta. En virtud tan_s6lo del siguiente hecho, 2 saber, que una controversia se ha mantenido en pie mucho’ tiempo y atin queda por dirimie, podemos suponer alguns ambi- tiedad en la expresin y el que fos interlocutores estén asignando ideas distintas a los términos ulizados en la 104 Tavestigncion sobre ef conoeimlento humana 105 controversia. Pues como se supone que las facultades de Ja mente son naturalmente iguales en toda individuo de lo contrario nada serfa mis estéril que razonar 0 discutir puntos—, sera imposible, si los hombres asig- nan las mismas ideas a sus términos, que pudieran tanto tiempo mantener opiniones distintas con respecto al mis. mo asunto, especialmente desde el momento en que co- ‘munican sus puntos de vista y cada bando busca por todas partes [81] argumentos que le puedan dat la victo- fia sobre sus antagonistas. Es verdad que si los hombres intentan discutir sobre cuestiones que estén totalmente allende el aleance de Ia eapacidad humana, como las con- ‘cerientes al crigen de los mundos 0 In organizecin de un sistema intelectual o de una regién de espiritus, pue- den durante largo tiempo azotar el aire con sur’ exté- riles contiendas y no llegar jamés a una conclusiéa defi- nitiva, Pero sila cuestin afecta a cualquier tema de la vide y experiencias comunes, no pensaria que nada pudiera mantener por tanto tiempo la disputa sin decidiz, excepto algunas expresiones ambiguas que siguen distan- ciando a los antagonists y les impiden la lucha a cuerpo. Este ha sido el caso de la muy discutida cuestién s0- bre la libertad y necesidad y en grado tan notable, aue, si no estoy muy equivoctdo, encontraremos que toda la hhumanidad, culta e ignorente, siempre ha sido de 1a mi ‘ma opinién en esta cyestién y que unas pocas defini nes inteligibles inmediatamente hubieran puesto fin a la controversia entera, Reconozco que esta disputa ha sido tan tratada por todos y ha levado a los fildsofos a un Taberinto tal de oscura sofisterfa, que no seria extrafo que un lector sensato satisfaga st necesidad de trangui- lidad hasta el punto de hacer ofdos sordos a la propuesta dde tratar esta cuestién, de la que no puede esperar ni fensefianza nj entretenimiento. Pero el planteamiento del srgumento que agui se propone puede quiaé servir para renovar su atencién; como tiene mayor novedad, pro- mete, por lo menos, alguna solucidn de la controversia y no turbard su paz con razonamientos intrincados w 106 vid Hume pero dejar claro, por tanto, que todos los hombres han estado de acuerdo en la docirina de la berted y de ince spn ile enn ecole sue teigne 1 estoe tertines, Enpesaremee por eum Ie bcitinn de ln necesidad (821. Se sepa nivalente qe ly materi en tds st operaciones, es movida por tna fuerea neceatin © que todo efecto. natura ext tan precsamente determinado por la energia de au caus, que ningin oir efecto en cots Sreunstapcis concrets podria resltar de ella Bl grado ¥ dieecida de todo movimiento von Bjedon por lat eyes de Ia naturalezs con tal precsign que tan filles que Suria un ser viviente dl choque de dos cuerpos como {qr onutra un movimiento de otto grado o diecién, S Execs, por tant, fmcernoe ton iden corecs pre isa de I noveida, hemos de considera de dnd tar fr cain don cuando [x aplicnnoe « In operand los everpos. Parece evidente que si todas las escenas de la nar tuleza fuesan contimamente cambindss, de formu que ninguna partja de acontecimientos se paecera, sino que todo objeto fuera totalmente nuevo, sn semejana ap. na con lo previamente visto, nuncs en este cto habia fos alcanzado nf ams minima idea de ln neesdad © coneritn ente ests cbjetos. En tl caso alo pod toe decir que un objeto 0 scontecimlento ba sido 4 ‘tte, no que uno fue producido por el otf, Le huma: hdd rnecesarimente desconoceia Ia relaiSn rencia o el razonamiento acerca de las operaciones de la nturaleza, y la memoria y los sentidas quedarfan como los inicos conductos por los que el conocimiento de ‘cualquier existencia real tendria acceso a nuestra mente, jPor tanto, nuestra idea de necesidad y causacién pro- viene exclusivamente de la uniformidad que puede obser J varse “en las operaciones de la naturaleza, en las que constantemente estin unidos objetos similares, y la men: | te es levada por costumbre a inferir uno de ellos de la 4 aparicién del otro. Sélo estas dos ciscunstancias consti- ovestigcién sobre el conocimiento umano 107 tuyen Ia necesidad que adsribimos a la matsia, Més alld de la coniuncidn constante de objetos similares 9 la Consecuente inference del uno a parr del oto, no te femos nocién alguna de necesidad'o conexiéa [83], Si reultra gue Ia humanided enter sempre ha adm tido, sin duda'o vecicién alguna, que esas dos cr constancias se dan en las aceiones yoluntarias de los hom- tres y en ls operaciones de ln mente, se sigue neces Flamente que la humanidad ha estado siempre de neue oven fo que respecta a a dostina de In necesidad, y fue fasta shore oe hombres han dieutido por no bi Bers enteadido unos con otros Gon respec Ta primera crcunstanca, a saber, la conjuncén constante J unlforme de acontetimienon re files, podemos contentarnos con ls siguientes cons eraciones, Es universalmente admitido, que, bay, na fran uolformidad en lag aclones de los hombres de to dae Tas nacones yedades, y que la nautaleza homana petmanece la misma en lo que respecta ass prinipios Y operaciones. Los misinos inotivos han producdo sie pre las mismas aciones; los mismos acontecmientos se Siguen de as tsmas cass. La anblci, la vere, tlmor propio, la vanided, I amistad, ln generosidad, ef tspltitu eivico’ estes pusones, mescladas en aferentes ‘ombinacionesy repartidas por la sociedad, han sido des 4e el principio del mundo, ysiguensiendo, la fuente de toda scidn y empress que haya podido obvervatse en Js homanidad, ¢Se desean conocer los stntimientos, las inclinaciones y el modo de vide de los griepos y de los romanos? Estédiese bien el temperamento.y las cco ter do frets des nls No puede oad ry descaminado al proyeciat sobre lo primeros la me Jona dee eervacones tealizadas a proporito de oe ditimos. Hasta tal panto la humanidad cs la misma en todo momento y har que, en ste sentido, la Hstosia 10 nos da a conocer nada rucvo 0 cata, Sa priacipa Sida’ es an slo deeubrr os pringipios universes y constants de la naturaleen humana, af mostrarmos al hombre en todn suerte de situclones cincnstanis, 108 David Hume suministrarnos los materiales con los que podemos hacer ruestras observaciones y familiarizarnos con las fuentes Usuales de la accién y del comportamiento humanos. Es. tas erénicas de guetras, intrigas, facciones y revoluciones son otras tanta coleciones de experiencias (experiments), so politi ol filefo moral (4) flan ls ptincipios de su ciencia, dela misma manera que el «soo nara se fmirica con la Sates de plantas, minerales y otros objetos externos, por los expe- rimentos que hace de ellos. La tierra, el mer y los otros elementos estudiados por Aristételes ¢ Hipdcrates no son mis semejantes 1 los que, en la actualided, estén bajo auestra observacidn, que los hombres descritos por Pol bio y Técito lo son a quienes shori gobiernan el mundo. Si un viajero, al volver de un pals lejano, nos trajers informacién de’ hombres totalmente distintos de cual quiere de los que hemos tratado, hombres que catecen totalmente de avaticia, ambiciGn, deseo de venganza, que ‘no conocen mis placer que la amistad, Ia generosidad y cl espirtu civico, inmediatamente reconoceriamos la fal sedad de sus afirmaciones a partir de estos hechos demostrariamos. que era un mentiroso, con la. misma seguridad que si hubiera lenado st relato de centauros | nuestras facultades jamés nos lievarén, en el conocimiento | de esta relacién, mas alld de observar mersmente qué ob- jetos partcslaes esin constentemente andes, y que la mente es Hevada por transicién habitual de la aparicién {del uno ala creeniaen el oto, Pero aunque esta concls Sién acerea de In ignoranca humana sea cl resultado del fs ino ect de xe auto dtd formas os mbes tienen Una marcade propensién a creer ue pe- netran mis en los poderes de Ia naturaleza y que peteben tlgo asf como la conexién necesaria entre causa J elec Gitando ‘uevamente drigen ss reflexiones, hacia las operaciones de sus propias mentes no tienen la sense cién de cone alguna entre motivo y accién, entonces eden Sop ate hay ua eral ne fos ef aque resultan de la fiers material y los que surgen pensamiento y Ia inteligencia. Pero estando convencidos de que no sabemos de cualquier clase de causacién més pl que meramente la constante conjuncién de objetos y la | consecuente inferencia realizada por la mente del uno al ‘tro, y encontrando que universalmente se admite que se dan ambascirconstancias en los accones voluntaties, mas ficilmente nos vemos inducids a reconocer que la misma necesdad eg comin a toda eausa, Aunque ‘este razon Iniento pueda contraderit los sistemas de muchos fi sofos al atribuir necsidad «lat determinaciones de la voluntad,encontraremos, al reflexion, que disienten tan s6lo de palabra y no en sus auténticas opiniones (senti- Investigaciia sobre el conocimiento humane a sent), La necesidad, en le (931 acepcién en que se ba t0- mado agui, nunca ha sido rechazada. Ni puede serlo jamis, creo, por filésofo alguno. Sélo se puede pretender, aguiad, que in mente puede percibir, en lar operaciones de Jy itera una conerién mis, rofunda hie case ¥ efecto y una conexién que no tiene lugar en las aciones voluntarias de seresinteligentes, Ahora bie, si esto es © no ¢ asi, s6lo puede aclararse’ mediante un examen, incumbe a estos fildsofes demostrar su afirmacin al def nir o describir quella necesidad, y mostrdenosla en las ‘operaciones de las causas materiales, Parece, cietamente, como si los hombres empezasen a ‘atar esta cuestién dele libertad y Ia necesidad por donde ro deben, al iniciasla con el examen de las fecultades del alma, la influencia del eotendimiento y’ las operaciones a lt mente. Que dsctn primero una cust ms sen cilla, a saber, as operaciones del cuerpo y de la materia brota iercional, eintenten hacerse otra idea de causacién y necesidad que la de laconjuncién constante de objetos y la consiguiente inferencia de la mente del uno al oto. Si estas notas, en realidad, constituyen Ia totalidad de la necesidad que’ nos representamos en Is materia, y si unie senna ca oe re crensiais doe en las operaciones de In mente, la disputa ha llegado a su fin 0, por lo menos, ha de considerarse, a partir de ahora, como meramente vera. Pero, iets temeraamente supongamos que tenemos una’ idea més profunda de la ‘ausalidad y necesidad en las operaciones de los objetos extemos, y al mismo tiempo supongamos que no encontra- mos nada ms en las acciones voluntaiss de la mente, n0 serd posible enderezar esta cuestin hacia una solucién de- terminada, al apoyarnos en un supuesto tan erréneo, El Xinico modo de librarnos del engafio es remontarnos més alto, examinar el escaso aleance de la ciencia cuando se aplica a causas materiales, y convencernos de que todo lo ue sebemos de ellas es la constante conjuncién infe- rencia arriba mencionada. Quiza nos [94] cuesteinicial- mente fijar tan estrechos limites al entendimiento humano, pero después no encontraremos difcultad cuando aplique- us David Huse mos esta docttina a les acciones de la voluntad. Pues, como es evidente que éstas tienen una conjuncién sepulet con motives, circunstancias y catacteres, y como siempre sacamos inferencas de las una a las otras, estamos oblige os a reconocer de palabra la necesidad que ya hemos ad ritido en todas-las dliberaciones de nuestras vides y en todos los pasos de nuestra conducts y comporamien- 0? 1951. ual este sue cing de Ia Hh tye pr sido par cua as, «saber, ua fle seston © expec de Ibid’ indferencia que tenemos © poletos tent cn mocgoas scion, La nett de calgucr actin, mate 9 mental no , hblando con propiedsd, una calidad de agente fe pualy lhe agent, sino de cualquier ser pensante © iateligente Gee peda cana: la ecin, y conse pergcpameate ena propiedad de bus "pentamienor de infert aqua aticn de objeos precede iS fone ice, sand poe a a aud mos ‘atenia de cha determioaciony y deta vaguetad que sens ya op eh 2S et eae, Sbjeto eso. Ahora. bien, podemos observe ue, aunque ‘ellexionr sobre ls ecooes an, raaoentesetinos Sa {edad e indfeenia, sino gue por Io general somos eapaces de IBfeilas con considerable cvert de oe maven: doporaones de la gente sin embargo, ftecuetemente ooutre que; dedicat Tas eccones mismas, somos consents de algo vencjnte ell, {Feomo todo objeo ficlmente es tomado por otto semejante, eso fe hn uillido como roca intuitva © cio demoatuti de I lberad humana. Experinentamos Ta senusién de que notice scios extn sujton a nuesta voluntad en la mayocta de las Gor sioney y que auesta vluntad misma no estésujta a nada, por Ste, cuando al neptsenos sa se nos provoca a tarde eet algo, sentimos que c mucve ficient en todas drclones yin ‘obstéclo, y produce una Imagen’ deaf mismo (o una, elcdad, ‘como Talon la flsotlstraictonal,facuco ex aguel al bativas por fas que no se deride. Nos petsadios ue xt i {en 0 debi! nec podels haberme tantfomado en algo omcttp, ues, si se negara esto, encontrariamos, al latenatlo por sequndl ‘er, gue se puede en eh presente, No’ pensamon entngts que e Iolo sustcs ose el cxtvagnte. so it ues eso parece seguro que, pot iaacho ave maine iy ae se ea ‘denuo se nodatoe, on cpecador not SDaiente podria inferie nuesrasacciones, de nacstor totes ¥ Garicter e,incluso cunndo no pus, conclaye en gener ave BO ‘ia de cour pefccamente famiiaiado eon tous ls partatl: Invetiiciéa sre el conccinlento humano 9 Pero, para continuar con nuestro proyecto reconcil dor en Ie cuestin de la libertad y la necesidad, ch tema Inés discutidd de la Metafisica, la ciencia més discutida, ‘no hardn falta muchas palabras para demostrar que toda It hhumanided ha estado de acuerdo, tanto en la doctrina de Ia libertad como en In de la necesidad, y que toda la polémica, también en este sentido, ha sido hasta ahora tuna mera cuestién de palabras. Pues gque se entiende por libertad cuando se aplica a acciones voluntatias? Desde Juego no podemos querer decir que las acciones tienen tan ppoca conexién con motivos, inelinaciones y circunstancias Aue las unas no se siguen de lor otros y que las unas no fos permiten infer le existencia de los ottos. Pues. s¢ teata de cuestiones de hecho manifestas y reconocida Entonces, s6lo podemos entender por libertad ef poder de actuar 0 de no actuar de acuerdo con lar determiaco. nes de la voluntad; es decir, que si decidimos quedarnos guietos, podemos hacerlo, y'si decidimos movernos, tam- bien 3s hacerlo. Ahora bien, se admite universal mente que esta hipotética libertad pertenece a todo el gue no & pisoneo yencadenado, Agi, pues, no erbe scat. Gualquiera que sea la definicién de libertad que demos, debemos tener cuidado en observar dos requistos: pri ‘mero, que no contradiga los hechos; segundo, que sea coherente consigo misma. Si observamos estos requisitos y hacemos inteligible nuestra dfiniién, estoy convencido de que 1 humanidad entera seré de una sola opinién respecto a éta Se acepta universalmente que nada existe sin una causa de om eitenca yl azar, cuando se examina gues ‘mente, no es més que una palabra negstiva yo signifi tun poder real que esté en algtn lugar de la naturalez ero se pretende que algunas eausas son necessrias y que otras no To son. He aquf, entonces, la uilidad de las tidades de nyesta suacién y temperamento ¥ con las mds secre: {us farates de nuestra dlspsicion y canter. Ahora bien, sein 1a docrinsexpuesta peeviamente, esto es la esencin de In nevesidad

Das könnte Ihnen auch gefallen