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EL LENGUAJE DE
N A DIE
L
tJNIVERSIDAD DE MEXICO
VI.
Poesta
EL
LENGUAJE
(Viene de la pg. 6)
DE N A DIE
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
sas sucedian, en realidad como este lo haba dicho: en cuanto alguien. quienquiera que fuese, sorprenda borracho al Tiliches, le entraba a palos sin ms averigaciones, a pesar de que nadie supo
jams de ningn caso en que el pobre idiota intentara atacar a mujer
alguna, pero aquello se haba vuelto
costumbre, a causa de que todos
pensaban que El Tiliches se volva
muy malo y perverso cuando se
emborrachaba.
'Si el infeliz baldado entenda sus
palabras, por qu entonces no pasaba igual con Doa Aquilina?, se
dijo Carmelo con esa tristeza ql1 e
le entraba siempre al pensar en el
punto. "Es que como semos inditos
-pens de s mismo y de todos los
. , no nos
suyos- la gen t e 'd e razon
entiende porque a la mejor hablamos de otros asuntos". El slo deseaba poseer aquella tierra magra,
pobre, fea, para no despertar envidias, para no perjudicar a nadie,
para tener algo en la vida, pero
doa Aquilina no quera apearse
de su burro con eso de que l era
un indio pcaro, ladino, mentiroso,
ladrn.
"Pues hgame la gracia su merc -le deca Carmelo-, hgame la
santa gracia de venir a mirar la
tierrita, para que se convenza que
de a tiro no vale ni tantito as de
puro triste. de puro gena pa nada
que es". La anciana lo miraba cada
vez con mayor suspicacia. " Por
flu no me pides de otras tierras
-interrogaba maliciosa-, de las
tierras buenas que tengo en la hacienda, de las que dan todo lo que
quieras casi sin esfuerzo?". Carmela permaneca grandes instantes
sin responder, la vista baja, apesadumbrado, abatido. " Qu esperanzas! -suspiraba al cabo de un rato
con indecible desesperacin-o En
tonces s que la patroncita manda
que me den de azotes, y a f que
hara muy bien, pa no andar yo de
igualado". En esta ocasin la. anciana se haba puesto muy rOJa y
como si sus manos temblaran.
" Lrgate de aqu cuanto antes,
indio bruto". le grit en su cara,
"indio terco". No dejan que se les
haaa el bien, aun cuando uno se lo
pr~pono'a de todo corazn !.,. Carmela seo apresur a salir. tremendamente asustado.
El caso es que pasaron los das.
los meses, un ao, y doa Aquilina
no iba a cerciorarse, con sus propios
ojos, de que la tierra a que ~armelo
aspiraba careca de cualqUIer valor, y an hasta .p?~a regalrsela
sin el menor perJUIcIO para la hacienda.
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