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ACTIVIDAD:
En nuestra lectura cotidiana del diario, llevamos a cabo acciones de interpretación complejas. Interpretamos
imágenes, modos de organización de la información, niveles de importancia adjudicados a las noticias, todo
en forma simultánea. La familiaridad que tenemos con el diario hace que la complejidad de estas operaciones
nos pase, por lo general, desapercibida. Por lo tanto, para analizar un diario en la clase es necesario
“construir una distancia analítica” mediante conceptos y modelos que permita superar el nivel de sentido
común o anécdota de una primera mirada.
El primer impacto que recibimos de un diario lo produce la portada. Aun antes de comenzar a leer, con sólo
dar una ojeada podemos comenzar a formarnos una idea del modo en que el diario se va a dirigir a nosotros,
los lectores.
La portada es un espacio donde se condensa el estilo y el contrato que propone el diario a sus lectores.
Un principio metodológico sumamente útil es trabajar de manera comparativa. Esto sirve para ayudarnos a
detectar los rasgos específicos de cada medio, aquellos que, a fuerza de verlos todos los días, nos pueden
resultar casi imperceptibles.
Por ejemplo, dos portadas diferentes del diario La Nación, una de fines del siglo XIX, la otra reciente. Aun
sin leerlas, notamos que tienen diferencias profundas, relacionadas con los cambios tecnológicos e históricos
y, además, determinadas por la influencia de la estética de los medios audiovisuales:
• La densidad del texto, casi sin blancos en la edición antigua e interrumpida y fragmentada en la
edición contemporánea.
• En la edición contemporánea aparecen más blancos, que hacen más amigable la portada para
nuestra manera de mirar.
• En la edición contemporánea las imágenes ilustran las notas.
GUIAS PARA ANALIZAR LOS MEDIOS
CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
• En la edición contemporánea, los titulares, mediante diferentes tamaños de letra y posiciones en la
página, van guiando nuestra mirada y nos hablan de la diferente jerarquía que el diario asigna a las
noticias.
• En la edición contemporánea, la franja de pequeñas pastillas informativas que aparece sobre el
nombre del periódico actual, nos invita –a modo de “avance”– a recorrer otras secciones,
anticipando notas deportivas, del espectáculo y de interés general.
Cada medio organiza la portada –y hace lo propio con las páginas interiores– de diferente modo, es decir,
ordena los contenidos de una manera relativamente estable, lo que le confiere cierta identidad que resulta
familiar a sus lectores: ofrece más o menos títulos en su portada, los jerarquizar con mayor o menor claridad,
incluye más o menos ilustraciones. Este conjunto de operaciones se llama la “puesta en página”.
El orden del contacto tiene que ver con lo corporal y nos habla del tipo de vínculo que se propone al lector.
En los medios gráficos, en los que la presencia física del emisor desaparece, el orden del contacto apela al
cuerpo del receptor, guía su mirada y su atención mediante recursos verbales y no verbales, con los que
construye las relaciones de cercanía y distancia o de apertura y clausura.
El semiólogo Eliseo Verón ha relatado que, durante una visita que hizo a la ciudad de Sofía, Bulgaria, en
tiempos del régimen comunista, cuando observó la prensa del país –cuya lengua desconocía– sólo pudo
captar las “proposiciones del contacto”. Le llamaba la atención que se trataba de “un discurso masivo, sin
intersticios. Un discurso liso, que ocupa la totalidad del espacio disponible, lo contrario del discurso
fragmentado que caracteriza los medios modernos. Un discurso que postula una verdad sin intervalos, sin
blancos, sin reposo”.
La diferencia que señala el autor es similar a la de las dos portadas de La Nación que vimos mas arriba. En el
caso de estas portadas, la diferencia obedece a la evolución técnica y a la modernización de la prensa. Verón
considera que, en el caso de la prensa búlgara de hace unas décadas, en cambio, la disposición abigarrada es
un indicio del discurso autoritario propio de régimen estalinista, que deja poco margen de movimiento al
lector y clausura los resquicios que permitirían ingresar otras voces.
¿Cómo se construye el contrato de lectura? Subraya Verón que lo central no es tanto qué se dice sino
cómo: debemos fijarnos más en el plano de la enunciación que en el del enunciado.
• una imagen del que habla (el enunciador: en este caso el medio),
• un vínculo con lo dicho (afirmar, dudar, preguntar),
• un tipo de relación con el destinatario (pedagógica, cómplice, más o menos distante, más o menos
neutra frente a lo que se dice).
El autor ejemplifica con algunas revistas femeninas y establece algunos rasgos característicos del contrato
“pedagógico”, para diferenciarlo del contrato “de complicidad”. Veamos de una manera simplificada algunos
de ellos, ilustrados con ejemplos de revistas femeninas actuales (Vogue, Para Ti, Cosmopolitan).
Nos atenemos a los ejemplos tomados de revistas porque en éstas la variedad de contratos puede verse de
manera más nítida. Sin embargo, debemos aclarar dos cuestiones: en primer lugar, que estos recursos se
pueden rastrear en todo tipo de discurso y, por supuesto, también en los diarios. En segundo término, que es
necesario tener en cuenta que los modelos de contrato de lectura muchas veces no se dan de manera pura. Es
frecuente que en un mismo medio convivan “zonas” en las que se prioriza lo pedagógico con otras de mayor
complicidad.
• Usa con frecuencia un recurso pedagógico por excelencia como la foma interrogativa:
• Ofrece consejos directos o indirectos, manteniendo sin embargo una distancia frente a su
destinataria:
Hay que dejar que los chicos jueguen libremente sin miedo a ensuciarse
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CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
Cuando predomina el pacto pedagógico –explica Verón– se postula un vínculo entre “dos partes desiguales,
una que aconseja, informa, propone, advierte. En suma, una parte que sabe; la otra que no sabe y es definida
como destinatario receptivo, o más o menos pasivo, que aprovecha ese saber.”
Los medios (revistas o diarios) que privilegian un pacto de complicidad proponen una relación más simétrica
(entre iguales): marcan la cercanía con el/la lectora hablándole en segunda persona, incluyéndolo/a en un
nosotros (yo y tú), hacen referencia a saberes compartidos por el destinatario (lo que comúnmente se llama
“guiños”) retoman lo que dan por sentado que éste diría (“se hacen eco” de su voz).
El enunciador de un discurso de complicidad:
• A veces utiliza un nosotros/as que incluye a la destinataria o establece con ella diálogos
imaginarios:
Como dijimos, en el caso de los diarios, también podemos rastrear elementos de este tipo. Por ejemplo, las
portadas del diario Página 12 establecen un vínculo mas marcado por la complicidad. ¿Cómo? Por ejemplo:
El lingüista Tony Trew analizó en un famoso artículo el tratamiento que la prensa dio a la represión de un
motín de la población negra de Salisbury, Sudáfrica, en tiempos del apartheid. El autor analizó:
• “La utilización de la voz pasiva –señala Trew– coloca a los agentes (sintácticos) de las muertes, “la
policía”, en una posición menos focal que si apareciera como sujeto. Al día siguiente la tendencia se
incrementa: no sólo está en voz pasiva, sino que el agente sintáctico está suprimido [...]. No hay ya
ninguna referencia directa a quién llevó a cabo la acción: Negros amotinados muertos a tiros.”
• Ambos periódicos describen la circunstancia en la que tuvieron lugar los disparos como un “motín”
(...) Esto establece un marco de referencia para explicar lo que sucedió. No legitima por sí mismo la
intervención “armada” o el hecho de matar; pero es un paso que abre la vía hacia su justificación.
• Nótense las maneras en que son caracterizados los diferentes participantes en los procesos
relatados. Si miramos los fragmentos citados en primer lugar, encontramos que los agentes son
“policías”. Las víctimas son categorizadas como “africanos” y como “negros”, y se los describe
como “amotinados”.
Aun en informaciones que refieren a temáticas menos trágicas, estos recursos son una vía muy productiva
para analizar los titulares de prensa. Por ejemplo, ante la sanción de una ley podemos pensar entre opciones
que focalizan diferentes aspectos del tema:
Se suele hablar –por lo general, de manera crítica– de “el” discurso de los medios. Sin embargo, si
miramos detenidamente alguno de ellos, veremos que está conformado por materiales muy
diferentes entre sí, desde las crónicas hasta el horóscopo, pasando por la historieta, los avisos
publicitarios y los editoriales. Todos ellos son géneros discursivos.
Los géneros discursivos son –según la definición del lingüista soviético Mijail Bajtín– “tipos
relativamente estables de enunciados”, es decir, tienen rasgos que se mantienen de manera más o
menos constante, lo que nos permite distinguirlos y a los que resulta útil considerar a la hora de
analizarlos.
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CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
Cualquier medio de comunicación es, por lo tanto, un conjunto complejo de géneros discursivos
diferentes. Yendo puntualmente al discurso clásico periodístico, se puede establecer una primera
distinción:
• Géneros narrativos, que cuentan un suceso de actualidad (como la crónica o la noticia de interés
general) y
• géneros argumentativos, en los que se evalúa un evento o una situación consideran ya conocida y
fundamentan sus puntos de vista (como el editorial o la nota de opinión).
Vamos a detenernos a comentar las características centrales de algunos de ellos, como la crónica
periodística, el editorial, las notas de opinión o las imágenes, que también conforman un género
discursivo.
La crónica es tal vez el género más versátil de cuantos conviven en las páginas de los diarios y
también aquel sobre el que encontramos definimos más contradictorias y variadas.
En parte, estas discordancias se deben a que la crónica se emplea en todas las secciones del diario,
desde la política hasta el deporte y resulta –como la mayoría de los formatos narrativos– permeable
a variaciones de estilo asociadas a la línea del diario o al gusto personal del cronista.
Crónica viene del griego chronos, el tiempo. El origen del género está asociado, mucho antes de
que la prensa existiera, a la literatura y la historia (las crónicas de reyes, de viajes, de la conquista
de América, entre otros ejemplos).
De modo que encontramos definiciones que enfocan más la presentación ordenada de los hechos y
otras que destacan que se trata de un relato marcado de manera explicita por el punto de vista y las
valoraciones e interpretaciones del cronista.
Por ejemplo, entre las definiciones recopiladas por el periodista Juan Gargurevich
(http://tiojuan.perublogs.com) encontramos la de William Pepper, que la considera “el relato simple
de hechos en el orden en que ocurrieron”. Gonzalo Martín Vivaldi, en cambio, destaca que lo
característico de una verdadera crónica es la valoración del hecho al tiempo que se va narrando.
Quienes privilegian esta perspectiva distinguen la noticia de la crónica con criterios que podemos
esquematizar de la siguiente manera:
Crónica Noticia
Por ejemplo, el fragmento que transcribiremos corresponde a una crónica de Hinde Pomeraniec, enviada
especial del diario Clarín a Ucrania durante el proceso que culmino con la elección de Viktor Yuschenko. La
autora decide comenzar el panorama de la situación personal y política que enfrentará el nuevo Presidente a
partir de una consideración personal que marca la distancia que la separa del personaje, a la vez que la acerca
al punto de vista del lector. Su objetivo ya no es sólo contarnos el resultado de la elección. La información
está, pero lo más importante no es el resultado electoral sino la presentación del dato en su contexto y la
mirada personal de la cronista.
Quién sabe si el hombre habrá dormido tranquilo anoche. Es que, en rigor, lo que se avecina para Viktor
Yuschenko —un economista de 50 años conocedor de los resortes del poder— no será fácil. Una salud
quebrantada por envenenamiento, deudas políticas con quienes lo apoyaron desde afuera de su país; un
futuro a la cabeza de una sociedad partida brutalmente por dos proyectos de nación y un coro de ex
funcionarios resentidos ansiosos por verlo caer en picada.
Hacia el final de la nota, la autora presenta escenas de la euforia de los partidarios de Yuschenko:
Ayer, en la capital, no importó no poder sacar dinero del banco. Diversos y hasta contradictorios —chicos
malos que hablan de tomar el poder, señoras elegantes que quieren vivir en libertad y sin mafias,
profesionales cultos que quieren terminar con el aislamiento—, los manifestantes ayer liberaron la avenida
principal de carpas y tiendas para que los autos puedan volver a circular.
“Basta de Este y Oeste”, dice Jaroslav, unos 47 bien bebidos, semicalvo y pelo al ras. Lleva cintas naranjas
en los brazos y saca una Biblia de su maletín para mostrar que es muy religioso. (...) Un enorme globo
aerostático cruza el cielo de Kiev. Y no hace falta decir cuál es su color.
La galería de personajes nos permite ver a la “multitud” de cerca, como suma de individuos, como una
cámara que de pronto deja el plano general para enfocar de cerca de los participantes. La selección que hace
y los adjetivos elegidos para caracterizarlos da una idea de la variedad social que compone el movimiento
que se dio en llamar “revolución naranja”: por otra parte podemos notar el pasaje del pasado al presente, de
lo narrativo a lo descriptivo. Finalmente, las marcas de complicidad con el lector son abundantes: desde los
“47 bien bebidos” de Jaroslav hasta la frase final que nos invita a reponer un dato que, a esa altura de la
presentación, podemos deducir nosotros mismos, porque “ya conocemos” el clima que se vivía en esos días
en la ya no tan lejana Kiev.
Una nota de opinión es un texto argumentativo que expresa y demuestra la opinión de quien la firma. A
diferencia del editorial, la nota de opinión:
• Lleva firma,
• Hay un sujeto individual –el que firma– que se hace cargo de los argumentos. Puede tratarse de un
columnista habitual del diario o de un sujeto “autorizado” por su saber sobre determinado tema, ya
sea por méritos académicos, por experiencia, por su rol de liderazgo en determinada área, entre
otros motivos.
• Puede usar, por lo tanto, la primera persona del singular.
Editorial y nota de opinión exponen una hipótesis y una demostración o fundamentación de la postura del
enunciador. El hilo argumentativo se articula mediante conectores lógicos (por lo tanto, sin embargo, porque,
puesto que, pese a que, pero, entre otros).
Los diarios nos informan a través de signos de distinta clase: palabras, fotos, dibujos, gráficos... Los recursos
gráficos tienen que ver con la organización del conjunto. Para avanzar en su análisis resulta útil recordar los
diferentes tipos de signos que definió el lingüista Charles S. Peirce:
• Índice: tiene una relación real de proximidad real actual o pasada, con el objeto. Por ejemplo, la
huella de un pie en la arena indica que alguien pasó por ahí, el humo indica el fuego; el ruido de un
motor, un auto que se acerca. Los recursos propios del orden del contacto remiten a lo indicial: nos
señalan dónde está lo importante, la relación de una imagen con el titulo que la precede.
• Ícono: tiene una relación de semejanza con el objeto (fotografías, dibujos). Por cierto, la semejanza
es una cuestión de grado: ¿cuánto se parece el dibujo convencional del corazón a un corazón real?
• Símbolo: tiene una relación arbitratria con el objeto significado. No hay ninguna razón, por
ejemplo, para que al color rojo le corresponda ese nombre y no otro, así como es arbitrario
representar la santidad con una aureola sobre la cabeza. Son las convenciones sociales que
establecen esas relaciones.
Vamos a detenernos un momento para trabajar sobre las imágenes de prensa, elaboradas y consumidas con
criterios diferentes de los que rigen otras fotos, como –por ejemplo– en el álbum familiar o la foto artística.
La fotografía de prensa
La fotografía de prensa es un mensaje cuyo emisor es una entidad compleja: la redacción del diario, es decir,
el conjunto de equipos técnicos que intervienen hasta su publicación. A su vez, la imagen que llega a
nuestros ojos es fruto de un proceso de producción en diferentes etapas: la toma, la selección, la puesta en
página con sus títulos y epígrafes. Inserta en el diario, otros signos ayudan a configurar su sentido: la
fotografía está integrada al conjunto con los textos que la rodean: títulos, epígrafes, texto de la nota, el
nombre del medio.
Esta presencia necesaria del objeto fotografiado tiene dos consecuencias que hacen de ella un signo
particular:
• Por una parte la fotografía, indica que el objeto estuvo alguna vez allí, frente a la lente, en ese
sentido, es también un índice, como la huella en la arena.
• Pero indudablemente, es desde otro punto de vista, el icono “por excelencia”. La fotografía se
postula como una reproducción de lo real tal cual es.
A diferencia del mensaje verbal, que para ser descifrado impone el conocimiento del código (la lengua), la
fotografía puede ser comprendida –por lo menos en términos generales– de manera inmediata: por eso se la
postula como un mensaje sin código, idéntico a su objeto, analogía pura. Sin embargo, sabemos que una
toma implica elegir una perspectiva –y descartar otras–, elegir qué tipo de luz la iluminará, qué tipo de plano
–más o menos cercano– se utilizará. Cualquiera de estos procedimientos puede alterar profundamente el
sentido del mensaje fotográfico. Tales efectos de sentido no están en el objeto mismo y tampoco implican
falsearlo: un objeto visto desde lejos no es más ni menos verdadero que visto de cerca. Son rasgos asociados
al modo en que el mensaje fotográfico es enunciado: no pertenecen al objeto sino a la enunciación. De
hecho, lo mismo ocurría ya en pintura como podemos ver en estas dos versiones del Parlamento británico
pintadas por el impresionista Claude Monet en 1904 y 1905.
Procedimientos de connotación
Roland Barthes denomina “paradoja fotográfica” al hecho de que, por un lado, la fotografía es pura
denotación, pura copia del objeto; pero por otro, participa de códigos sociales que determinan su
sentido y los valores que transmite, a los que Barthes denomina mensaje connotado. Algunos de
los procedimientos de la connotación fotográfica que el autor describe son:
• Trucaje: Actualmente, las nuevas tecnologías y la fotografía digital han hecho del trucaje un
mecanismo habitual. Sin embargo, el procedimiento es tan antiguo como la fotografía misma y ha
sido usado con fines estéticos o políticos. Por ejemplo, en la década de 1920, cuando León Trotsky
cayó en desgracia, el régimen soviético procedió a borrar su imagen de las fotografías oficiales.
Barthes señala que la eficacia del trucaje reside en que “interviene sin dar aviso, dentro mismo del
plano de la denotación; utiliza la credibilidad particular de la fotografía (…) para hacer pasar por
puramente denotado, un mensaje que es, en realidad, fuertemente connotado.” En términos más
sencillos, el trucaje funciona cuando creemos que lo que vemos es lo que “de verdad” estaba ahí,
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CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
cuando en realidad es una composición fotográfica.
Un uso diferente, sin embargo, es por ejemplo el que se suele ver en las tapas de Página 12: esos
trucajes no aspiran a ser percibidos como copia del objeto, no se tratan de ocultar sino que se
exhiben como gestos deliberados del diario para producir efectos humorísticos o irónicos, o como
un argumento desarrollado a través de recursos gráficos. Así por ejemplo, se representó el efecto
que produjo el anuncio de la candidatura de Roberto Lavagna en otras fuerzas políticas de la
oposición.
• Pose: En este caso, el modelo “ofrece” a la cámara su “mejor perfil”. Al contrario de lo que ocurre
en las fotografías de los paparazzi, tomadas por sorpresa y –por así decirlo– arrebatadas al
fotografiado, en la pose existe una conciencia de lo que se desea mostrar, un acuerdo con quien
toma la fotografía. Hay un arsenal de recursos, codificados por la pintura y el dibujo durante siglos,
que han sido heredados por el periodismo gráfico. La sensualidad de una diva, la reflexión del
intelectual, el empuje del empresario, la energía de los jóvenes, tienen un “archivo” de poses
codificado históricamente. Por ejemplo, con esta foto ilustró Clarín el retorno de la Susana Giménez
a la televisión argentina.
• Objetos. ¿Qué objetos rodean al personaje fotografiado? ¿Qué escenario se construye? ¿Qué nos
dicen de él/ella? En general, los objetos conforman una escenografía destinada a ratificar el
estereotipo, el universo en el que se supone que se mueve el personaje: el despacho del
funcionario, la biblioteca del intelectual, los instrumentos del científico, la sencillez del hogar de los
humildes...
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CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
En la siguiente fotografía, publicada en El diario, de Córdoba, aparece el escritor Andrés Rivera. Al
fondo, los libros de su biblioteca, la lámpara de lectura, el escritorio con papeles, un portalápices,
varias fotografías en sus marcos. Un espacio personal, pero también un lugar de trabajo. Los
objetos funcionan como signos de una tarea y de un estilo, operan ratificando lo que sugiere la
pose reflexiva del novelista.
En resumen: entre los procedimientos de la connotación Barthes destaca el uso del trucaje, cuya versión
tradicional presenta como denotado el mensaje connotado; la pose –opuesta a la instantánea–, que intenta
representar en la actitud del modelo las condiciones que se quiere destacar, y los objetos, que organizan el
sentido de la escena donde se toma la fotografía y ofrecen mas información sobre el personaje.
El semiólogo Eliseo Verón plantea las siguientes pautas que nos resultan útiles para pensar acerca de las
funciones de la imagen de prensa. ¿Qué ilustra una imagen? ¿Testimonia un suceso? ¿Un estado de ánimo?
¿Ejemplifica un tipo social? ¿O simplemente se limita a identificar al personaje de quien se habla o a quien
firma un artículo?
Estas son las diferentes funciones que cumplen con lo que Verón
caracteriza como fotografía testimonial.
Este término designa un recurso habitual en los medios: usar una instantánea que ilustra el estado de ánimo
de un dirigente, para calificar determinada coyuntura política. Poco importa cuándo fue tomada la foto,
porque su función es otra. Por ejemplo, la siguiente imagen de Silvio Berlusconi, ex premier italiano, ilustró
la nota de Página 12 sobre el triunfo de su adversario, Romano Prodi, en abril de 2006. La retórica de las
pasiones está en las antípodas de la foto-pose, empleada por los políticos en las campañas electorales,
marcada por un mayor control sobre los efectos de sentido posibles.
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CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
La fotografía categorizadora
BIBLIOGRAFIA:
La que sigue es una guía para realizar un correcto análisis de alguna noticia aparecida en la prensa
gráfica.
Tema de la noticia:
Área y nivel de incumbencia:
Diario elegido:
Fecha:
1. 1. Análisis de titulares
o Léxico
o Orden sintáctico
o Actores y pacientes (voz activa y pasiva)
2. 2. Orden del contacto
o Tipografías
o Tamaño de letra
o Orden
o Jerarquización
3. 3. Tipo de género
4. 4. Análisis de imágenes
o Tipo de fotografía
o Relación texto-imagen
A MODO E EJEMPLO:
1. Observen en clase, entre todos, fotografías periodísticas de diarios y revistas. Pueden traer
material gráfico en clase o bien:
• Utilizar el material de la sección Materiales multimedia, como las fotografías de la revista Life.
• Consultar on line el archivo de fotografías del día que el diario La Nación publica ocasionalmente.
www.lanacion.com.ar
• Consultar on line el archivo de fotografías del Diario El País, de España www.elpais.es
• Imagen
• Epígrafe
• Noticia en la que aparece
• Tema de la imagen/Contenido (Breve descripción)
• Niveles de significación predominante
• Punto de vista de autor (marco, encuadre, campo, perspectiva)
• Procedimientos de connotación
• Objetos
• Tipo de fotografía
• Relación texto e imagen.
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CONCEPTOS Y METODOS PARA TEXTOS MULTICANALES
3. Establecer conclusiones entre todos a partir de los elementos recuperados en la ficha.