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GENERO, CULTURA, {noice PRESENTACION Dalia Barrera Rassols y Rail Arriaga Ortiz ¥ Inrropuccion Maria Guadalupe Huacuz Elias Secon T SEXUALIDAD, DISCURSOS LITERARIOS ¥ ART{STICOS LA MASCULINIZACION DE LA CAMARA: LA CONSTRUCCION DE LOS. DISCURSOS DE PODER EN LA LLAMADA MUJER FATAL DEL CINE MEXICANO JeAlberto Cabanas Osorio 35 LA SEXUALIDAD TRANSGRESORA DE SUSANA SAN JUAN: LA REBELDIA. YLA SUMISION EROTICA Dulce Isabel Aguirre Barrera 39 “SAL A RAILAR CON ESE, TE LO PERMITO... LA CONSTRUCCION DISCURSIVA DE LAS MUJERES Y LOS HOMBRES EN LAS CHILENAS. DE ALVARO CARRILLO Irma Aguirre Pérez 3 PALABRAS QUE MATAN. DISCURSO DEL ODIO ¥ FEMINICIDIOS EN MEXICO Carmen de fa Peza Casares 63 Srccion IT (Cuerpo, SexuALIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACION HAY DOS COSAS QUE UNA MUJER NO PUEDE EVITAR: LLORAR Y COMPRAR ‘ZAPATOS. GENERO(S), IDEOLOGIA Y PODER Josefina Guzman Diaz 81 (CUERPO, SEXUALIDAD ¥ MODELOS Dz MASCULINIDAD ¥ PEMINEIDAD. ANALISIS DE COMERCIALES DE TELEVISION Antonia Amador Arellane y Jorge Tvén Palacios Gonzdlez ANALISIS PRAGMATICO-DISCURSIVO EN LAS REVISTAS LESBICO- FEMINISTAS. LAS AMANTES DE LA LUNA, LESVOZ Y NOTA'N QUEER ‘Maria Isabel Barranco Lagunas ng LAS NOTICIAS, PRODUCTORAS DE IMAGENES DISTORSIONADAS ‘DE LAS MUJERES Trusts Laguenes Huerta 125 Seccén II ‘Ponee, SEXUALIDAD Y REPRESENTACIONES REPRESENTACIONES DEL PODER ¥ MECANISMOS DE EXCLUSION DE LAS MUTERES EN LOS GABILDOS, S{NDICAS Y REGIDORAS GUERRERENSES Datta Barrera Bassols 137 LIDERAZGO, VIOLENCLA ¥ DISCURSOS DE GENERO EN EL GUERRERO INDIGENA, Giseia spinosa y Rosalba Diaz 155 DESCOLONIZANDO EL DISCURSO DE LOS DERECHOS HUMANOS Y COLONIZANDO ESPACIOS DE PODER: EXPERIENCIAS, ‘DE LAS MUJERES INDIGENAS EN AMERICA LATINA Laura R. Valladares de ia Cruz 367 Szcaéw IV ‘Discunsos INSTITUCIONALES A DEBATE REPRESENTACION DE LA MUJER EN LA HISTORIA OFICIAL MEXICANA, Gractela Sanchez Gusvara, 135 EL MUSEO COMO CONTEXTO Dz DISCURSOS “\Y PRAGTICAS CULTURALES EN TORNO AL GENERO uz Maceira Ochoa 235 EL DEBATE SOBRE FLABORTO Y EL DISCURSO DE LA DERECHA, EN LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION Hisa Conde Rodrfyue= 337 LAS REFORMAS ALA LEY DE RADIO Y TELEVISION, SIN SENAL PARA LAS MUJERES Lurdes Barbosa 247 BL DISGURSO DE LA MATERNIDAD. EN LA POSMODERNIDAD Yanine Avila 255 UN NUEVO PEMINISMO EN ALEMANTA? Esther Aigner janowie= 283 Szccn V GENERO, JUVENTUD, SEXUALIDAD ¥ DISc#SO JUVENTUD, GENBRO Y SEXUALIDAD Maritza Urteuga Castro Pozo y Mauricio Sens Ramirez a ‘MUJERES BONITAS, INELDELIDADES Y HOMOFOBIA BN LA UNTVERSIDAD AUTONOMA CHAPINGO Vertnica Vazquee Garcia y Marfa Rugenia Chaves Arellano 23 EL DESEILE DE MODAS EN EL CONALEPIZTACALCO. LA ESCUELA COMO UN ESPACIO REFORZADOR DE ROLES DEGENERO SUBALTERNOS José Luts Powmian Landaverde 37 INTERACCIONES TAPADAS ¥ VESTIDAS: ANALISIS DEL PERREO ‘EN EL DISCURSO TRANSCENERO Raiil Arriaga Ortiz 339 DERECHOS SEXUALES Y REPRODUGTIVOS: UN DISCURSO ESTRATEGICO PARA MEJORAR LA SALUD SEXUAL Y REFRODUCTIVA DE LAS PERSONAS JOVENES Samantha Mino Gracia 2365 SecciowVI + -HisTORIA DE LAS MUJERES, SEXUALIDADES ¥ DISCURSD HISTORICO HISTORIA Y VIDA COTIDIANA. MUJERES DE ORIGEN AERICANO EN ACAPULCO, SIGLO XVII Luz Alejandra Cardenas Santana 375 DOLORES CORREA ZAPATA ¥.EL FEMINISMO “HIBERAL, MEXICANO (138¢a525) ‘Kost Marla Gotzglez jiménez 385, BL FODER DETRAS.DB,LAS PALABRAS: EL-DISCURSO HACIA LA MUJER ANTES Y DESPUES DE LA REVOLUCION ISLAMICA EN IRAN Laue Teresa Loyola Heméndes a "100% ZULU BOY": POLITIZANDO Y,CULTURIZANDO SEXUATIDADES. UNA LEGTURA DE.LA ACTUALIDAD SUDAFRICANA A PARTIR DE 1AS RESONANGIAS DEL CASO JACOB ZUMA Monica Tejas 43 EL MUSEO COMO CONTEXTO DE DISCURSOS Y PRACTICAS CULTURALES EN TORNO AL GENERO nz Maveiza Ochoa PoTTORA aN ISVESTAACIONES Enacaras Twskopucci6n Elrmseo esums dela institucionea modems de gran impocten- ss politicay social donde se producen, tranemiten einstituciona- Jizan conneimientosy discursas clemrtiiecs, sociales y eubtarales. Enaitosrecientes diversas inicativashan promovido el desarrollo delosmuseosy el mayoraccesn del piblice a éstos, no sin generar sua debate para sctualizarlos y revisar ous funciones y funefona~ ments, No obstante esas revisiones, en Méxioo—y posiblemente en Latinoamérica —los amsscosnokaa side crticadosa profund!~ ded desde una éptica feminista, Hata es una tarea pendiente deca- ‘icter urgente, pues dl poder que tienen los museos on nuestra so- cledad no es poco. yel desconovimtento delo gue sucede en ellos, ex térmiinos dela producci6n de discurses de género, sapone por ‘unlado, la falta delimitesa précticasy mensajes correspondiontes slorden degénezo tradicional, por ot, eldesaproveshamienta dene institueiin potente para el trabajo feminist LA VALORACION SOCIAT,E IMPACTO DE LOS MUSEOS yPor qué afirmar que los mnseos tienen gran poder en muestra sociedad? Las razones son mmuchasy de distinta indole; pero en Luz Mactisa enon, general, y desde sucreacién, éstos ee han visto como instituciones “soctalizado~ 148", Elaaeimiento del museo modema (siglo smn} se daextre varios desarrallos calturales & los que subyace wna fimei6n utilitaria para el gobierno: constitair vehioulos para €lejereisio de mneves formas de poder. Los nacientes gobiermas Iiberales, ala juz de la Istracién y del ulterior positivisme, request la eul~ sura perala trensformaciéa y la regulaciOn dees catabiantes soviedades y, més adelante, para civilizar al pueblo para sn autorregulaci6n (Bennett, 1997]. EL conociiiente “objetivo”, representado en el mseo, rejid uns red de ereencias necesariss y itiles para el nuevo orden y bien publicos. El museo, producter, organtwadory difusor del conocimiento, se constituyé en templo del saber. eus~ odio de la verdad y sitio oficial dela memoria social dominante. Desde entouces, elmaseo se ha ide trensformando, mas no ha perdido #1 funcide “socializadora” o“eduesdora”, En México, los museos nacionales han servido como medio para eduear a las generaciones ¢ informaries sobre a evolucién del pats, seerca de “nuestra histo~ 1a", respecto al desarrollo deo quees “nuestra actual aaeién” * Tanto ea los uma seos nacionales creados on México a finales delsiglo xy principios del x como cx loo achuales, hay un vineulo eon las nstitueionee escolares, recomaciénidose la fimcién educadora del museo en relacién con el patrimonio que custodian, Haas més de cien atts ée planteaba que los museos tenianla mision de sexvirel Estado ifundienda y conteniendo la ientidad nacional, y sizviende de apoyo ala en sefianza come centros de investigact6n y de difusiéa, poz lo que estaba adsert— tosa dependencias que tenlan a su cargo la educaciOn media superior y superior. Con leereaciSn del Institute Nacional de Antropologia ¢ Historia (nua), en 1989, como insiituciga encargada del petrimonto nacional, los museos quedason ads~ eritos a dicha dependencia, mas no perdieron su vinewlo cox la escuels. AdemAs de que el uaz permanesr hoy en dia formalments:relacionado con la Secretaria de Fducacién Pablice (ee), existen en ef Snstimnto y en sus iniseos reas de ser~ ‘icing educativos, 1. Fats ina de mustos tens an lt reconodinieteeimpalsasotaly politics ex runsto pats debide ‘enpatteasuuncién, qu el gabior ha eabldo recenocery cutis, ya la esterase Nacional 2 bnirapologiee Hstrte (wa, cue a desemperado un pape nporante en al cesarolay consol ‘cin de ate tpa de usoos. Delos 557 muszosceisrades en el pas an el aie 2002 po el stuto Necional de tsted tes, Geogr e ferrite (aa, 2 prtanecen alway sedaban ecmar geste ca ‘irs gloria, cams meato, sine arguselégcas y manumantosHstéran quo funconan como musacs antropelBgias [earclay Orr, 2005) 226 Gamo, emLTERA, DISCURSO ¥ PODER 1B Musto cole GONTEAZO DE DISTHRSOS ¥ PRACIICAS CULTIRAGES EN TORNO AL SENERO Mésallé de estevineulo formal con la educaci6n escolar, Ja importanciaastwal de los znuseas en la sociedad occidental se debe que enosiiltimos3e alas ésivs se han diversificado en gran medida—y prineipalimente « partic del movimiento conceido como “nueva rauseologia”—, y hora se reeonacen como potentes ins~ ‘sraumentos para cl dialogo entre seciedades y grupos, para la promociéa cultural, pera la formacién y consoitdacion de identidades individuales y eolectives, para Is expresiéa de simuaciones y pereptctivas, para favozecer el exeuentro, parw el esparcimiento y reereacién, para absrdar, informar, sensibflizary educaz sobre todos los aspecios de ln vida, a in de comsprender la realidad y-su evoluetéa. Som nstiructones clave en lo que hoy #6 Tama “el aprendizaje a lo largo dc toda la fs diffe encontrar wn maseo sin grapos eacolarea visitindolos, y también con visitantes individuales que no amumam que en el snuseo "van @ aprendez” (© que pueden hacerlo). ‘En os dltimos atios se han hecho fuertes eriticas a los “mmuseos tradisionales” para selalary erradicar su cardoter exchyemie: los nmaseos de tipo ancropol6~ gico (que incluyen historicos, etmogriicas y entropaldgieos) se les ozestiond su famciém como “aparatos de hacer creer”, como mediadores para entrar en coxt- tacio con la realidad y con la historia que custodian [Calvo, 1996961: y facron smalizados como parte de los dispositivos de reproducciéa y domainacién ideol6- ica, asmmiéndose cq los pablicos simplemente recibian y asiatilahan sus oon tenidos politicos, Aquf son pertinentes das anotaciones. La primera se refiere ala eoueepeién subyacente cobrelas ylosvisitantes,es decir, esos endlisistuvieron durante algiia tiempo un supuesto més bien mecanicista sobre ¢l proveso de “ideologizacién”, que es necesario austitutr por una perspectiva ms compleja que reconozca alos ‘piblicos eomo agentes, La segunda anotucién nevesaria es que en México yen snutchos otros paises dichas revisiones lim identifieado el sesgo étaico y de clase delumsseo, asi como sus implicaciones politicas entérminos de ideologias nacio- nalistas [Vasquer Olvera, 1996: Carcia Canelinf, 1990: Morales Moreno, 1994 7 2007]. Sin embargo, les crfticas no han shordado el sesgo de género de Jos min~ seos. A pesar de que el fevainisme ha replanteado ut siamimero de cuestionss relacionadas con el conoeimfento, la ciencia. la produceiéa de los saberes,y con. 1a comprensién misma sobre los sujetos cogaoecentes, in n0 se han Neva es ‘tos aportes ala revisi6n sistemdtice de los museos ni deste le mmuseologfa, ni des Gelos estudios de gener, 227 Tur Maceten OcHoA, “Un ANALISIS DE G#NERO DEL DISCURSO E INTERACCIONES EN EL MUSEO Laperspectivadeginsro supensecenocer quela avciedat esté organiza partis de relaciones de poderdesigusles=ntve horabresy mujeres, que estructurana perzep- cigny la organiasci6n coneretay simb élica delavida social, La perspectivade yénero brindaun enfoque ertiee para revisarlos museosy enestionarlasceionss, valores, ‘onceptosy normas deldisourvo histérice, nactonalyy cultural que coastruyen, La eflerién que presento ahora se basa ¢n ni investigacién doctoral en curso en dosdé loe principales mmaseos nacionales de México: el de Historia Qam)y alde Antropologia Gara), El trabajo de cazapo, proceso ex el que docamenté los datos que comperto en esta ponencia lo realieé principabnente en 2006, Metateress ex~ focarme en dos eucetiones: el diacurso del museo ylas reacciones dela gente Este, Eldiscurso del museo presente en las exposiciones permancntes,y el cual se conforma con elementos grificos. visuales, sonores y texmales tieng tn cardeter androcéntrigo que se nutre dey la vez refueraa el orden de génexo tradicional predominante en nuestra sociedad inextcana. Este se oonevem en ls representa ‘ida que s¢ hace de las mujeres, los hombres y ous rélaciones sociales de manera parcial y estereotipsda, partir de oposiciones entre las sexos, del énfzsis en Is jererquia © dessinia de lo masetilino sobre lo femenino, asf coma de Ia idea de invariabilided de estas relaciones y situaciones. Este discurso sobre género implica wna serie de eontenidos explicites, 0 por cleontrariv, de omisiones, relacionadas con actividades y espacios de horbres y de-mujeres, com distintos aspectos de la sexualidad, cov las relaciomes de pareja, con lavestimonta, con elpades, conel con‘licto, conle violencia, eon ls asyaniza~ «ibn socialy con la farilia, con la valoraciém socisl de hombres y de rmijeres, los cailes son peretbides e interpretados en distinta medida porlos pébblices, Come nno hay mucho espacio para describir todas las representations de género del smseo, he elegido un ceso para ilustrar tanto los discursos del mnseo come las prictieas de interaccién de los piblicos com dichos auensajes, para reflesionar posteriormente en sus posibles implicaciones sociales, culturales, pedagégicas, politieas, Hlejemplo queme interesa plantedr agus es el de “et amna de casa. AMAS DE CASA EN EL MUSEO Laconsimiecidn dela mijer como sujeto doméstico, que se consolida ena figura delana decase, es um procesoy producto dela sociedad industrializada modema, 228 (Ginexo, cour, sscumse ¥ FooER EL NUSED CoMa CONTESTO.TE DISCAT#8OS Y FRACTICAS CLLTIAISS EN'TORNO AL COVERS ‘enques familia ce separa dee pilico.y seinstituye su contrapartida, elespacio doméstico, al que las mujeres estamos adsorites [Murillo, 1996]. Las caracteristi~ casdel ral de ama decase son su exclusive aslguacidu alasmujeres, suasociacién conla dependencia econémics, su extatns como no-trabajo ¥ su primacia para la mujer, es decir, sa prioridad sobre otros roles [Oakley, 1587). Laasociacidn entre las mujeres la domesticidad se he justifivado a partir de Ia reproducetén biolégica, la cual ha transformado a las zaujeres en una funcién, hemos sido designadas como portadoras de los valores daméstieos: y asi, suje- tas a posibilidades diferenciadas respecto de los varones, del uso del tiempo y Gel acces @ eportinidades personles, excluidas de la etadadanta y del mercado Ishoral, Za tndustrializaeiin separd a los hombres de las ratinas diarias e inti- ‘mas de la vida doméstica, hizo econémicamente dependientes delos hombzes a nivios, nifiasy mujeres, aisi6 el trabajo domésticey Ta erianza de las y los hijes de otras trabajos, la cud signifies la restriccidn del anna de casa asw hoger, asi comma la fntroduccién de an elemento que afecta las relaciones de género: el conflicto, yaque se tensa la estructura del matrimonto entrelos dos espacios opuestes aque corsesponden tos y otzas (Oakley, 1987 +64]. Addemfs, ln domestiefdad tragciende espasios fisicos, tareas y responsabili- dades familiares, pues es un comportamfentn, una isposicin, wn juege de re- lasiones personales que reprodueen situaciones de renuncia, el aplazamiento de deseos [Murillo, 1996 -24-25]. Algo fandsmental que subyace a esta restriceia femenina y a la reproduceién de la domesticidad es que las mujeres no somos ssujetos individuedos, Como senale Celia Amorés [201 =26], el espacie damés- tico es el espacio de “las idémticas” (opuesto al de los pares o igtiales), el de la “indiscerntbilided”. ;A qué viene toda esta historia? No continuaré describiendo cfimo han influido distintas ideologias —muchas de ellas disfrazadas de discussos ientificos~-c instituciones en la consolidaciéa de la figura-funciin del ema de casa [y. Donazelot, 1990: Weeks, 1992: Hays, 1998; Cicehellt. 1999), sino que me interesa seftalar sa historicidad y contrastarla eon los discuzsos de Los mmuseos nacionales mexieanos analizades. Porejemplo, se parden recorrer las diez salas etnigréficas dela planta alta del ania —que corresponden a grupos émicos culturaly geogrificamente distintos— sin nota diferencias en le manera de representar a las mujeres, alos hombres, y sus relaciones. Yn el easo que equi me interesa destacar puedo deeir que en todes estas salas se encuentran mujeres —siemipre con sas bonitos trajestipicos, ador- 229 lave Maxcetna Ocwan, nos y, como dijo Datia Parvera, com sus rehonos que no perasiten alas mujeres uni ver ni ser vistas Las mujeres estén adentro 0 cerea de Tas casas, en cocinas, frente a comales, camiclas, metates; con cestos con alimentos; cargande algtin Inebéo cerca de uma cana, Esta mujer-ama de ease es pricticamerte igual —idén- ‘ica, en términos de Cella Amorés—en todos los casos, no importa queses otop" ‘me, nalaua 0 buichola, Reta figura es, ademis, reconooible pars personas urbanas ‘yo perteneoientesa ninguna de los geapos étuicos representados que scuden al mnuseo, En una exposicién sobre los pucblos indios eomtemporineos de un sma- ‘seo antropol6gice, no se nos brinda informaciéa que contexruslice y aynde a los piblicos a comprender la variabilidad de las relaciones eocisles, la historicidady la posible versatilidad de los aportes y oles de las mujeres Esta figura de ama de ona esté también presente en el 1H. La misma empe- ratriz Carlota es presentada y, sobre todo, interpretada porlos piblicos eomo waa mnijer “hogaredia", encarguds de scciones de hensficencia, ascciads « expacios ljosos pero no de poder politica. eomo go las camas con dosel, recdmaras con espejos, y sales de tt o de plano, es decir, doméstioos, Ast, puede establecerse ux continaum entre ambos rmscos en Ia figura del ama de casa. que trascieade Inga res, épocasy clases sociales, naturalizando esa funcién quecomo se vio en el breve recuento histOvieo surgi6 apenss en la época moderne, Dieho contfnmum puede serllevado 4 un extrem en el espacio y en el tiempo si vemosle que sucede con la internecidn dela gents com el distmrso del museo, en este caso, en el was ‘Batra un grupe de primaria, galado por la masstra, 2 la sala de Imroducelén ala An~ tropologis, Se agervan 4 la vitine Jlmnada "Evahusion de la vida social”, donde se proeentan distintas escense dela vida da un grape homtaide, Teds ef grupo se ecleea alrededor delavitina y emapfera,a paso lento, a iroular alrededor de éta: Magetra,—Miren, aqu‘ dla sesora embarumds, aquila queyavaatenerst bebé, In orale eat ayudando, Seguido las znajores 92 encargabvan entre elles de apoyamae,.. sigan avancando], pao se revarguenl... Yvean agut, las envargadas de cocinar eran Jss sunjeros.y lot hombres se encarguban de la coxa de eniasles. Meacereay miro que en el diorama eon la escena de caceriaque explicS le maestra naj dos figumae femeninas canguna piezas de earmo, una msseuling portande algunos palo, otra masculine earyando un antilope,y wicria, Delotrolado, enlaesvena donde ‘até el fuoge, hay una figura fernenina partiondo o frotando piedras, una msoulina ‘conn palo, junto la fogata, otras os figuras macoulinas alrededor, yuna eria. 230. Grex, coUTURA, SCURSO Y ROBES, Ft sltsto cone ConTakTo DE DISGUHSOS ¥ PRACTICAS CLLTUCALRS La TORNO AL ENERO Como podemas ver, el discurso visual de] museo clertamente ne marca singin elemento que ssigne alashominidas tareas distintas quealos hominidos, saimucho menos que exprese una idea de hominidas cocinerasy hominides pro- vyoedores. Sin embargo, en una vitrina dedicadaa la “evolueién dela vida soctal”, yep unasala cuyo propésito es iustrar¢] origen de la humanidadl, se ech en falta In axisteneia de algtin apoyo que explicitamente s¢ oriente a mostrar la organi- acid social de género como un products historieo, que ayude a los patblicos a reconocer el eazdcter social de dichas convenciones, que obligue a la gente aleer Je indiferenciaeién de roles que se maestra en el diorama. Aaf, en este caso, és ‘por omisién que por va mensaje erréneo, el musco no favorece el aprenidizaje de pautas bisieas de Ia antropslogia, como lo son la historicidad ¢ el orden social de geuezoryla gente lee desde su propio contento lo quest preseate en la expost- cign—yeon Srecuensia, de manera equivecada, He escuchado a nitas decir narraciones semejantes a la que repite la maestra que observé en ol ins, en les que, en las salas preistévieas, las nittas "ven clara zante cémo “las mujeres eocinan’, porgue los bombres “taventaron el encksilo"; ‘ven las salas etogrificas he observado eéuao se reconocen ¢ incluso identifiean, ‘personalmente tareas doméstieas como siento por eiento femeninas, sin cueetio~ nar dicha as{gnacién osin pensar en la posibilidad de tun arregio distinto, También he esenchado 2 guias y docentes repetir frente a sus grupos en € Ml qe: Carlota se sentaha com sus daorss de compatis, elles gqué haclan agus? Los hombres 40 estabau, Aprendian a leer, poesfa, literatura, aprendian 2 bocdar, azure, a eoser, ‘y aunque ellas no eocinaban, apzandian recetae de cosina, ofmo hacer platillos [1 spreudian franoésy oémio atender [as visitas con buencs mapiles, @ poner Ie mee, qué cova dar decomer, de guitado, de postre, hacia elzaent, Es decir, los piblicos hacen con frecuencia interpretaeiones que acaben co~ smunicando la idea de que Carlota, “ta esposa de Marimitiano, el emperador”, ha- cia cosas un poco ms volisticadas pero cimflares alas que hacia entonces yhiace ahora “cualquier mujer", Ciertamente, en este caso el lenguaje visual més biom apoya dichas interpretacionesy no aporta clememtos que ayadena eusstionarlas; yademés el discurso textual (el eedulacio) es ambiguo respecto del pare y acti- vidades de Carlota (mensions ou actividad politica, mss 1o hace en el cedulario corespondiente al sal6n de té y tras un pirrafo sobre 4] ceremonial de la corte, 231 Lye Maceisa Oesion, 1a couvivencia com las damasyTa labor sltruista de Carlota), Se mencione 0 no el proragonismo politico de la emperatris, y sea de Te forma més conveniente 0 no, ext general el discurso de ests mmteo earece de perspectiva de génera; privilegia Jo masculina 74 los hombres, escribe “la” historia de México a partir de ciertas ‘hazatias militares y politicas, eubardina lo femeninoy 2 las mujeres, invisibiliza Je historia eotidianay de la soatedad civil, entre otros aspectas, De este modo, en. ssabos amuseoa, deade el Afviea dela prebistoria hasta la pasta dela sienta Tara~ hurnara del presente, pasando por desiertos, selvasy castllos, vemins a las mmuje~ ses, siempre idénsicas, mazcadas por la domesticidad, por esta idea hoy en dia un ‘anto modificada en la forma, mas no en el fondo, Si el museo, instituetém cultural, templo del saber, no d2 euenta de lan dis- ‘intas formas de onganizaeién social y genérica que puede haber, © no explica, a través de une visién integral de cada sociedad representada—y en sus propios ‘écminos—cudles eon los roles, recursos y ipos de poder que cada uno delos gra- pos sociales de esa detorminada sociedad tiene, sigue naturalizendo, legitimando yy favorectendo la reproduccisn de diseursos de género radictonales. El discurso heteronormativo os otra clave fusrte de os mecanismos de nata~ ralizacién y reproducet seo, y se hace patente a través de omisiones de interesanies y pertinentes datos que podridn poner en tela de juicio el pensamiente binario predominante, Ua ejemplo os el hecho de que en el sore na haya un soporte discarsive que ayude a comprender par qué Carlota y Meximiliano, y Porfirio Diaz y Carmelita Romero, ‘enion recémarss separadas, cosa que con fremencia algunas personas desoubren con sorpress y confusion —~y siendo que la muccografia preeents las reedmaras ceparadac, in estas eatos, en le necesidad de entender, ya falta de otros secu del sistema de género tradicional presente en el mn- sos para hacerlo, los piblicas muchas veces acaban por normalizar dicha sits idm extratia de aeuesdo com parknetros contemperiagos sobre ls pareja hetero sexual y sobre las snujeres siempre acompatidas, nuns solas: Llege'un grugo de peisaris guiada nora mzestra, Ustin en el Aledsar. Se acercan ala recimara de Gzrlotar Nivise—jLa ouma de Maximilisno! Ninos y nites: —jLa cama de Mavisailianot Maveicas—yDe quit? Nino, —De Cazlots (rienio la cfu), 232 ‘Genzeo, cotrona, pisovasa ¥ rOBER EEL musa conte CONTEATO DE DISCOS ¥ PRACTICAS CULTUBALES 28 TORNO aL GENERO Macstra:—Las vecéamaras en ess ¢poess eran mis pequetias. Tene un dgutla... Nitto. z--y por qué tiene la M st es de Carlota? ‘Marstras—Es la secammara de Canlotay Maximilian. Nias Bo la rootmara de Cslotay Maximilian. Maestra; —Miren gua candelabros. Algenos nidos avanzan @ la afguiente puerta pera que se wsica la rowimara, 7 un. anit exclame: Los das rien lo ismot ‘luego el grupo empieza decir: {8s lo vaiemol La menstma dios que af, pore que cade lado cosvespondie a cada uno, ex deeir, uno a Carlotay otro a Maximiliano, luego eenals los fos floveres que lay en laa exquinas. cada tmne con susetratn.yrofterts Hn este espacio dormia Maimilisne y —sedala con el dedo eit la direccion opuesta Cazlota, Fjense en el color de suroper. Gomo puede verse aqui, la maestra, al igual que otras mamas, pepés; Jove nes, docentes, gutasy nifiosy nifias en apuros ante lo que parece algo que rompe nnugsica roméntica "nommalidad” de la pareja, pone en juego sus recursos imagi- _nutivos pare acomoda la situacién de la mejor manera, sin romper von las ideas snormalizedas a falta de informacién histérica, cultural, social, ete (que facilite dicha rupeura, Otro ejemplo més es el hecho de que el sit no aprovecha la sala cemografiea de Ocxaca para mostrar la existencia de los reuxes aapotecas, que si bien son um. caso excepeional, son también un cso excepeionelmente potente ‘para instrar la diversidad de formas de organtzaci6n genérica, y contribuir asi a esaataralizar el orden heteronormativo, Este apretado andlisfs ne pretends mis que dustrar Je manera ex que ae legitiman y refuersan estereatipos, roles y posi- ciones de género através de ciertos contenidos o de Ja omisiéa deotsos. Almenos en Méxieo, y oreo que éste puede ser una diferencia sustaneial co algunas museos europoos que he observade,* no bay siquiera la oeurrentia, ai 2-Homa avavo ahaceruna generalzact6n pero sf mee erconuado con a grata sorpesa de vecen Expat ingle tants en mutans pequefins coma es ota de gran rlovarclaexpzsicianas donde no ‘aan tas mujeres, an le es haee un estuerzo por rescatarydestacersusaportes al sociedsd, cen las que se expan aba ae afrutades lo skuactsn de dosventale que efentabsa as ruses en Aetermlnada conten seta B33 Luz Macema Gewon, saucho menos Ja voluntad ni ol trabajo sistemético para incluir 2 les mujeres como partede lasosiedad en la quea lg largo dela historia han hecho susapozia~ ciones ala vida cotidians, civil, econézaica, cultural, productive, politica, social, cepiritual, et.,y reflejarlo enlas exposiciones museisticas. Mucho menos a vo- Iontad de escribir una ernografla, uns antropologta o una historia nacional des~ de-una perspestiva de género, centrads en el andlisis del poder entre hombres, entre mujeres, entre hombres y mujeres, en sus efecios, en los mecanismos de reproduecin y subversion de dicho poder, que hisiera explicitas las rupturas, continuidades, conflictos y relaciones que se dan en cada contexte, como parte deum proceso historico, Ademés, y.como se pado ver, los pitblicasno son reeeptores pasivos de dichos isoursos, sino més bien bastante activas ¢ incluso ereativos, Reconocer st agen~ cia, su interacetin con los discarsos del mmsen, su consumo activoy sl proceso de signifigacifin y negoctaetén respecto de los discursos ne supone necesarizmente que se vean de manera eritica 6 que se rechatien, sino quea veces los palblicos los sefrendan, a veces los transforman, Jos complement, logasumen, log repradu~ con, Esto es ligion si se piensa que estos discursos del musea acerca del género son consistentes con otros mnshos que se transmiten en medias de comnmica- cidn, escuela, iglesia y otras instituciones social icdad es mis bien tradicional, porlo queno habrie que esperar que la gente que visita el musee fuera partfcularmente sensible —y sobre todo resistente—a los Ly que en general auestza s0~ comtenides de gener del museo, Con peser, reconnzeo que en mais observacio- nes he identificado que pocas veces los rechazan, aunque hay que decir que esto taribién sucede, ALGUNAS TMPLICAGIONES DE ESTE ANALISIS| Soledad Murillo identifica algunos delos dispositivas culturales que aetaalmemte seproducenla domesticidad femenina, y entre ellos se encuentran la distribuciéa de espacios, saberes y lugares que, entre otros medics, se legitiman mediante el Ienguajeylks nociones y controles del viemporlos pactos eatablecidosien el espacio ppiblico y el énfasis en les virmdes morales de las nmujeres y Ja familia [Mturillo, 2996]. Sin duda, os mmaseos, al menos los que tienen discursés sexistas, como los que beanalizado, son mecanismas eficaces que contin‘ian con lainstimeiénde esa segroquciény subordinacién delas mujeres al configursrunlenguaje quereiterale ‘imagen tradicional accrea de la fanuili y el ama de ease, Sobre todo sino inchuyen oa4- GGawee, coLTURA, piscyeso ¥ sam x szasta costo CONTENTO DE DISCITSSOS FRACTICAS CULTURALES EN TORNO AL CEXERD entre su labor educadora le intencién de ofrecer herramieatas o eonceinnientos que aynden a trasiocar los supuestos en que se basan les intexpretaciones de la _gentco cvidencias quelos cuestionen ca forma explicita, ¢ informacin pertinent que sivva para superar dichss rapturas. £Ediscarso es un fendmeno prictico, social y cultural, contextualizado, Aun~ quese interactie con ly pueda negoeiarse au significado, tiene un peso espe- cifieo, el enal es todavia mayor cuando lo emuncix uns institucién legitimada socislmente pera transmaitir conocimientos, frente a cuye poder los sujetos in~ dlividuales estén en una posieléa de clara desventaja. F diseurso que se ennuncis ao es uno de frecuencia que se costiene en el vacio, sino que realize y reproduce el poder, es una interaccitin social que tiene una inteneién, y coma podemos vee ‘en este caso, no es tina intencion transformadora del orden social de gémero, La ‘Mlcologia en que se sustenta el discurso del mmseo es clara y estd codifieada en distiatos aiveles y dimensiones discursives, y a través de les practieas sociales de Las y log vistantes se infiere que ésta es arapliamente eompartida en nuestra soviedad, y que el museo la sefuerzay logra consensvaria al naturalirarla. ‘REFLEXIONES FINALES Aumaner: de sieve, setalo que este andlisis eridencia mis bien algunas limita~ diones y riesgos de los diecursos del espanio maseistico y de algunas préeticas de interacci6n social con éste. Sin embargo, spunta también a pensar en ell museo como en un espacio potente pars la transformucién de las relaciones de poder 7 del orden de género predominante en nuestco context si se manejaran otras contenidos o se ineluyeran otras informaciones, Evidemtemente, uo seré féeil trensformar los dos grandes muscos nacionales aqutcitades, pero sf es posible cambiar la manera de visitarlos,y también es posible pensar en los museos y en sae exposieiones temporales y permanentes como blancos de mutstros andlisis feministee, como espacios de inelencla politica yeultusal; eincluso enla ereacién de emuseos coma herramienta detrabajo pera erradicarla desigualdad. Silagente ‘vail anseo dispussta a aprender, 2 encontrarse con ¢l acervo abl estudiadoyy eon los conovisnientos expuestos de manera sumamente atractiva, aprenderd algo: gaqud podriaimos ofseeerle para aprender? Fl disoarso es im recuzsosimblice para ejerver el poder, as feministas necesttarnos inihuir sobre éstey generar los mes ‘ros, asi como estudiar y aproptarnos de instituciones poderosas para diftndislos. 235 Luz Biacersa enon, BisuiocRaria Ammons, Cia saeot Pamlaismo, lied biferencia, Méaico, FRS-ENAN, Beaner, Tony’ to9q The Riskef he Muscum. Hisy, Thuy, Plies. Laaeos Nueva Yar, Rowe, (Calvo, Sista 1gg8“Laeatonsioneduastnsuna peopuescaparaclplles esl", enStniaAlderogal camp). tases pence. soos pars eduser, Basu Mews, Pid, Giochelli-Pagezet, Catherine Vinsenzo Giechelli 1499 Tas teorasscoelipteas dela fri, Boones res, Nuews Vision, Donretor Jace rojo _Lapelicta de lasforlas, Valencia, Pre-teros, (Ciseia Canelind, Néstor roge GularssMGvidas, Zurotetoepara snrary sas dela modemtdad, Méntco, Cio, (Gare Jeequliney Carlos Enrique Orurea eos Algunse clfov del apsendizsj informal en Méxic”, om Stadeite, nin, 96, ebreso-jlb, ‘Taaguepogis Jal 6, ps0 Hays, Sharon 198 Lastantraticconeseuburies do la materi Bexeclona, Paid, Macsira Ochoa, [zz eof “Céaeroy consume cultural en musenssandleisyperspestvas™ ena Ventana, nen Cusdalaene, ‘Morales Moreno, Lois Gezerdo 294 Orgece dete masealgla marian, Puntos pase esta isin del use» Nocona, p8o- gge, Meio, Unlversidaa Ibaraamerina, geez “Wily mers mmpoclogte an aut", en Ma, Tusa Bele Ga ed) Aprmndiondode Lai- ocméries, Fuso co protegoniata, Cijén, Teen Mari, Soledad 1996 Rito de lasidopriends, dete cntaguat seme propio, Madi, Siglozs Baltes, Osidey. 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