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Las interacciones complejas entre el trabajo, la identidad y la acci6n colectiva’ Osvaldo R. Battistini? La transformacién como parte de la historia ace diez aftos atrés empezamos a pensar acerca de las transfor- _maciones del trabajo y las consecuencias que estas generaban e Jos tabajadores. En principio, tratamos de identificar cémo sus orga- nizaciones respondian a los cambios que se generaban desde las empresas y desde el Estado, en la organizaci6n del trabajo y la legis- dial, con los vaivenes de la p nuestra mirada nunca dejé de lado el proceso histérico nacional para, s eran los factores que delimitaban las relaciones Con el tiempo, nuestras preocupaciones por os cambios mas estructu- rales y, quizas estructurantes, de la propia realidad de los trabajadores 24 | OsvatooR. Barrett ddejaron paso a intereses més relacionados con la forma en que esos trabajadores interpretaban esos cambios y se pensaban frente ae Fue as{ como comenzamos a tratar de analizar qué suced de ntialadale ius tabamcoreey como tate Petes mas de la representacién politico-sindical y a acci6n colectiva, En ese recorri abamos cuando también empezamos a preguntarnos acerca de la misma esencia del trabajo humano y sobre las formas que éste tomaba en nuestro pats, Observa- dirigiamos nuestra mirada a las formas tradicionales del empleo asalariado formal nuestra perspectiva quedaba centrada \snicamente en un pequefio espectro de los trabajadores. Estébamos endo momentos en los cualeseste tipo de empleo disminuia a costa del desempleo y de la informalidad en el trabajo. Fue asi como decid. mos estudiar el modo de estructuracién d lentitarias de estos otros dos grupos de trabajadores, asf como también las caracteris- ‘cas de sus organizaciones. De cualquier modo, atincada uno de ellos no se caracteriz6 por la homogeneidad existentes en su interior, en lo ue hace a las texturas que tomaban el empleo o el trabajo, por lo cual ‘nos abocamos a estudiar las nuevas formas emergentes en cada caso, Eneste proceso, nuestro foco de atencién estuvo puesto en el traba- jo, pero no como una entidad abstracta aislada de los procesos de vida YP lacionales de cada uno de los sujetos que le daban carnadu- trabajo, para nosotros, cuenta como tal en funcién de toricidades, culturas y pardmetros social esencialidades inmanentes e inmutables a referencia que devienen dels trayectorias sociales de cada uno dello, Entonces, nuestras lecturas sobre el trabajo estén situadas en tiem. pos y espacios reconocibles desde los sujetos que los encaman, pero ién desde los procesos que los conformaron como tales, Peroade- mas y sobre todo, cada uno de esos momentos y las hi devienen son el resultado de relaciones conflictuales en las cuales intervienen las distintas fuerzas sociales, que resultan de las configuraciones sociales de cada tiempo y lugar. Ast también, las pro. pias acciones individuales se inscriben en cada una de las zones walés que esas relaciones generan y dan lugar a e acepta oe rechazan més ome- nos relativamente cada uno de los preceptos dominantes. LAS IVTERACCIONES COMPLEIAS ENRE EL RABANO, IDENTIDADY LA ACCION, Estas son entonces las razones que funclan nuestro recorrido ar tico sobre las diversas problemétices del trabajo en Argentina. De esta ‘manera fuimos incorporando temas y sujstos a nuestras preacup: Tres. No Tae entonces el resultado de meras castalidades, proceso inducido por la misma evolucién de la realidad del trabajo. Los desocupados fueron motivo de nuestro interés no slo como un fendmeno novedoso de la realidad social argenti mente porque su presentacién en a esfera p ‘uh proceso sociohistérico que comenz6 a desarrollarsea mediados de Jos setenta, en p ar. Por otra parte, tampoco est trabajadores desocupados como un sujeto aislado di into de os trabajadiores, sino que pr contracara de otras formas del trabajo (los ocupados plenos, precarizados, los informates). Bs decir, que analizando a cada uno de ellos en particular, no estamos fragmentando la realidad sino que es- tamos viendo cada una de las caras que ella toma. Por otra parte, el trabajo colectivo nos permite ligar cada una de dichas caras para en- tender la logica de conjunto propia del sistema Asi, para analizar las transformacion abajo es necesario que busquemo: t6ricos que condicionaron la evelucién del ‘creemos que sea tro pats independientemente de hechos tan trascendentes como los vivides por nuestro pueblo desde la dictadura estos temas resulta as{ una apelaciéna la colectiva y también individual, a la biisque- toria de los hechos que marcaron los comportamientos inaron actitudes, ya que estos sujetos actuales, sus reali dades y sus futuros son también el resultado de esos hechos .Si se piensa a las transformaciones del trabajo en funcién de parame! que dependen s6lo de la logica de acumulacién del capits zando la empresa y atin las mismas organizaciones de dores como correlatos de laridades propi iades no es s6lo pensar sobre duo dice que es sino también sobre as multiples rela yenten ese decirse asi mismo. Es tambié como ese individuo se sitia frente a “otros” y cules son las valora- ciones o dichos que esos “otros” hacen de ese mismo individuo, La complejidad de esta mirada resulta del hecho que la identidad se 2% 26 | OsvauooR. Barnsni construye en el continuo ir y venir de esas relaciones, Pero estose hace axin més complejo si se tiene en cuenta que esa identidad no puede ada en un momento puntual dela historia, como aislada como tal es heredera de toda una vida pasada, a su vez construida en las des y cambios, al mismo proyectos futuros. Para pensarnos en lo que seremos no sélo es necesario pensarnos desde lo que somos sino desde lo que fuimos, desde nuestra memoria, desde nuestra propia historia y desde lo que queremos ser. Pero esa historia no es tinicamente la mas inmediata, que slo recorre nuestra vida y sus recuerdos, sino que debe ser aquella que también se ancla enlahhistoria de nuestros ancestros, en sus lugares, tiempos y proyec- tos, Se trata de historias situadas en territorios, en culturas y, por lo tanto, en realidades sociales atravesadas por los diversos detei nantes politicos y econdmi iempo que se constituye en la advocacion a lectivos que amalgamab: los grupos sociales jadores, etc.) sino que con: se disiparon las referencias historicas que les daban sentido. Fue el intento permanente de hacer perder la referencia a determinados hechos, nosélo en tanto a recuperacién del mismo hecho como constituyente de relaciones sociales sino como el relato que lo resignifica y le da nueva vida. En ese sentido, estamos hablando de una profunda ruptura con el pasado y por consiguiente de un intento de conformar una situacién de presente permanet pattir dela existencia de individuos aislados entre si. El aisla llidades de referenciarnos a otros y de expandir nuestras idades de insercién en espacios desde doncle pensarnos y pen- sar nuestro futuro, también son mayores. Cuando se nos afsla de los otros, cuando nuestros marcos de referencia cada vez son mas acota- dos a nuestro entorno inmediato, nuestras perspectivas en el tiempo se limitan a lo estrecho de nuestra propia mirada. Multiples historias individuales, y con ellas los hechos que las concatenaban y las liga- bana colectivos fueron “desaparecidas”; mediante la diana se imponfa una realidad pa jolencia co! que dejaran de ser nombradas y rwomonoviasca.. | 27 LLASINTERACCIONES COMPLSJASENTHE ELT recordadas, para que pasaran a ser s6lo mencionadas en su itimo ntoa partir del “por algo sera” *Esta frase trataba de resu- con ella la posibilidad de pensar importante de los individuos aislados comenzabaa el otro desaparecié porque algo hizo, yo no deb ponerme en el mismo peligro”. Este tipo de ideas reprodiicia en ellos, por el miedo, lasituacin de aislamientoen que se encontraba la poblacién. Cuando yo no hablo de alguien 0 algo que sucedié pierdo las referencias para pensar la historia demi pais ycon ella mi propia historia. Desde ali decimos que se perdi la memoria Pero también otros hechos posteriores contribuyeron a que la recupe- raciGn de la misma no sea posible, ya que los gobiemnos de la democra- cia rechazaron, hasta ahora, mediante el punto final, la obediencia debida y el indulto, la dignidad de hacerlo. Hablamos por lo tanto, de memoria y de historia porque conside- ramos que las transformaciones del trabajo en nuestro pais tienen absoluta relacién con la ruptura que como de gestién de la mano de obra no hubieran tenido las mismas consecuencias y quizés tampoco se habrian desarvollado de la misma forma en una sociedad con el mismo nivel de organizacién colectiva quela delos afiossetenta. ~ . Por otra parte, la implantacin del modelo neoliberal y sus princi- pales elementos aportaron al desarrollo de una sociedad asentada en solidarios entre la poblaci6n. » Pero come ia vida y la memati el no puede bora 2 liente y tozudamente, la Plaza de Mayo Quienes menos posiblidades tenfan de hacerlo eran los que siento ideologico-epresivo dentro del pas. 28 Osvato R. Barris) lucro, el consumo banal y suntuario, el rechazo a relaciones estables, Jajuventud como valor, etc. Si pensamos en una sociedad estructurada bajo esos pardmetros no es muy extrafo que las concepciones libera- 7 as HAVANT TEMES ERTOY SE Hayan propagado de Ta manta en quelo hicieron en Argentina, En esta sociedad pas6 a reproducirse ‘una cultura en la cual predominaron los anclajes dlébiles e inestables de los individuos (en relaci6n a los otros y con los espacios a ocupar). Los valores que podian convertirse en dominantes eran aquellos que aportaban a la idea de lo fluctuante, de la imposibilidad de construir Jazos que no fueran més allé de uniones circunstanciales determinadas por intereses efimeros. Eneste ultimo sentido, esos intereses estuvieron ligados a garantizar los mecanismos puntuales de la acumulacién vertiginosa del capital financiero.> Entonces, el trabajo pensado desde esa visién implicé la genera- ci6n de situaciones en las cuales lo que primaba era la perspectiva de loefimero, deo cambiante, y de la necesaria adaptacién de las perso- nas al ritmo de esos cambios, Se trataba de una sociedad que debia acomodarse a la velocidad que imponfan ahora las nuevas teenolo- gias y las premisas del valor econdmico. Era asi una sociedad para la cual todo el tiempo era novedoso y todo lo que ocurria era novedad. Las modernidades tecnologicas y el estallido visual que ellas generaban constantemente, aportaban a la jdea de que habla ocurrido una crisis de los modelos anteriores y habfan sucedido rupturas quenos imponian nuevos tiempos, nuevos valores y nuevas estructuras sociales y politicas. Ante esto, el que no seadaptaba quedaba fuera o era excluido, Las perspectivas analiticas también se sumaron, en cierta medida, a esta visi6n. Buscando encontrar novedades no pudieron observar la ‘magnitud niel origen de las rupturas, ni ciertas continuidades. En ese sentido tomaron e incorporaron os cambios comolo inevitable y como producidos por fuerzas externas a la realidad social, econémica y politica que nuestro pais estaba viviendo. Si bien esto tiene algo de verdad, dado que las transformaciones mundiales se dieron y genera- ron crisis en los modelos de acumulacién hasta entonces vigentes, su repercusi6n no fue la misma en todos los territorios, inmersos cada Ia grata de ert en dcp nuchal tansocal senator nde elevadas ganancas ols par de especulcin finances, desaleardo toa pond de sete aacmulacna tnvescelogaees productive (Baek, 201) LasinreACCIONES COMPLEASENTREELTRABAI, LA DENTIDAD Y LA ACCION... | 29) uno en realidades diferentes atravesadas por distintas historias, acon- tecimieritos, tradiciones y culturas. En Argentina, el terreno social, politico, econémico y cultural donde aportaron esas transformacio- RES FHUTTATRTES TOE PETITE TOCHTTCETIG BOF Ts ERTETGETCTA Ae Ta dictadura militar. Entonces, la ruptura no fue consecuencia del mismo devenir de los acontecimientos sino que fue producto de la implanta- cién “violenta” de una nueva cultura social. Cuando volvemos sobre osacontecimientos y nos damos el lugar para la critica certera y pro- funda de los mismos logramos recuperar valores, costumbres y soli- daridades que fueron tainbién “desaparecidas”. Nose trata entonces de hacemos cargo de las rupturas como algo definitivo e inevitable, sino de pensar desde dénde fueron generadas y cules fueron sus objetivos, se trata entonces de superarlas para recuperar historias, memorias y saberes, con el fin de poder observar cudles elementos significarl realmente novedades y cuales, por el contrario, son conti- nuidades inscriptas en las memorias sociales de nuestros propios pueblos. Interpretar una ruptura sin historia, es también enmascarar © contribuir al enmascaramiento ideol6gico de los hechos y relatos que se tratan de analiza. Espacios y lugares Hoy, una multiplicidad de espacios se entrecruza y delimitan refe- rencias que estén relativamente relacionadas con los trabajadores. Desde los tiempos en que el espacio de trabajo estaba fundamental- mente centrado en un lugar preciso (1a entpresa, la fabrica, el tale), ‘mas 0 menos lejano det hogar y con pautas relacionales instituidas por “otros” especificos (el patrén), que implicaban cumplimientos coaccionantes dentro delos limites de ese émbito y atin condicionantes de Ia vida en et hogar, se pasa a la existencia de miiltiples lugares posibles desde donde el trabajo toma forma, Conviviendo y condicio- nando el antiguo espacio de la empresa, lacalley el barrio han pasado a tener tanta preponderancia como el del empleo asalariado en la estructuracién de identidades atravesadas por el trabajo. I lugar seguro de la empresa se reforzaba con el acceso a una vvivienda y la seguridad de la propia familia, La experiencia de k noventa signific6 para la gran mayorfa de los argentinos la posi dad cierta de “quedarse ena calle”. En los primeros tiempos esa calle fue inhéspita y amenazante, representaba la caida de todos los valo- res construidos hasta entonces. Para muchos habia sido “el lugar de | (OsaLDOR. Baris Pero ese lugar era principalmente “la calle”. Para quienes estaban ya en ella fue el comenzar a ver cémo se compartia o competia con otros en el mismo lugar, fue comenzar a cruzarse con més gente y hasta pensar en formas de organizacién, que permitan luchar por los dere chos de cada uno, asf como ordenar los limites inciertos y difusos de es mismo espacio? As{ como la calle aparecié como un nuevo luger del trabajo, el ba- trio debié ser resignificado, Cuando el trabajador rei ro ese barrio representaba el orgullo del progreso personal y col Dea poco, ladrillo por ladrilloy peso tras peso, los trabajadores levan- taban sus casas y expandfan el barrio en las periferias de las grandes ciudades, Las zonas metropolitanas comenzaban a expandirse y a urbanizarse con el progreso del desarrollo econémico. El trabajador, ue recorria todos los dias un trayecto hasta su lugar de trabajo (a veces bastant al barrio para disfrutar del trabajo en la propia casa (arreglos, terminaciones, agregado de am- bientes, etc:). Hasta la construccién de esa misma casa lugar de encuentros con los vecinos ba con el del empleo, para ‘obreros). También fue el jiento econémiico que iba dando lugar al surgimiento de una nueva clase media, que a través del salario, primero habfa accedido a la casa, luego a los muebles y mas adelante al “cochecit En estos tiempos, por el contrario, la crisis socioeconémica por la que atraviesan los sectores populares hizo estragos en esos barrios, Los obreros yano son Jo que eran, ya no tienen los mismnos ingresos econémi= cosy ensu gran mayorfa yanosor LAS NTERACCIONES COMPLE}A BNTRE EL TRAM WeNTDADY LA ACCION, que empez6 a adquirir presencia es otro, es el delas tomas de tierras, el ercadoy donde el resto de a poblacion pudiente no pretendia tener su propia casa. Ese barrio no adqui tiempo. Desde ‘menzando porlas: legar al sustento diario. Entonces se palpable que lo que estaban viviendo era el resultado de lo que se les estaba cercenando, la posibilidad de trabajar. La pobreza, la margina- lidad social y las enfermedades a que exan sometidos todos los dias eranel resultado inmediato de la ausencia de empleo. Todos, hombres y mujeres que el desempleo dejaba también “en la calle”, asuimnian ese lugar como el espacio de lucha. La lucha hizo que las calles del barrio sirvan para encontrar el sustento, pero también y fundamentalmente para encontrarse o reencontrarse con el otro,con quien sera capaz de construir una nueva esperanza." empresa también sehabia modificado. Enel el res dirigidosa propagar modelos de c ron fuertemente la posibil ign y porlo tanto de cons 0s fuertes parala defensa de los intereses. Desde allf, las posibilidades de construcciones ‘dlentitarias pasaron por las tensiones inmanentes generadas por la i in de relaciones individuales entre trabajadory empleador y les resistencias de los primeros'a esas imposiciones. De cualquier modo, la mayor o menor seguridad que implica la relacién entre trabajo y espacio deja su impronta en las identidades. ‘Cuanto mayor son las seguridades y las perspectivas de desarrollo de proyectos futuros, cuanto mayores y mas palpables son los resultados i fado, cuanto mds sé ajusta el proyecto desarro- liado en el empleo al proyecto de vida, mas posibilidades existen de construccién de identidades relativas al trabajo.” Cuando esto no Bl articulo de M, Delfni y V. Picchetti, analiza la relacin entre estos dos espacios para los trabajadores desocupados Enel caso dela empresa Teyota de Argentina la relacién entre proyecto vida y proyecto wvés de lasseguridades que Inempresa otorga a kis. 52 | OsvatooR. Barns, ;pacios de referencia que se mantienen son ottos y el trabae jar de tener preponderancia, Claro que cuando hurgamos en la realidad de los que buscan cme subs ri comm eT abajo sigue siendo parte importante del proceso de vida,” La politica y las organizaciones Lalucha que habia determinado espacios y derechos para los tra- bajadores, se resignificaba desde otros lugares. Bl cardcter de obrero que habia actuado como agi hasta los setenta dejaba paso a la busqueda de nuevos sujetos que encarnaran luchas y valores propios de los sectores populares. ‘Las preguntas que nos interpelaron a partir de ese momento fue- ron: Qué carécter adquiririn las nuevas subjetividades? ;Tendran capacidad las nuevas organizaciones para tensionar las esferas del poder politico como lo habia hecho la clase obrera? Para analizar esa problemética no s6lo habfa que estudiar como evolucionaban los sujetos sino también qué pasaba con ellos y por fuera de ellos con las estructuras pol emprendimosla tarea| accién colectiva en el entorno de la érisis politica que vivi6 nuestro pais a fines de 2001 (Battistini, Ala salida de la dictadura democracia en los ochenta la pol Desde entonces, cualquier expresién que saliera de ese territorio era condenada por antidemocratica, asimilando la democracia al funcio- iciones formales de gobierno. Sin embargo, cuando parecia que el individualismo y el condicionamiento por el desempleo habjan dado resultados en la re- produccién de una sociedad totalmente disciplinada, desde los secto- res més sumergidos socialmente comenzé a sur la diariamente, vemos _ ‘Las inERACCIONES COMPLEJASENTRE ELTRAGAJO,LA IDENTIDAD ¥ LA ACCION, las mayores expresiones de estaba generando dia a dia, tm Dare RSP ‘quienes compren- dieron que organizarse y mostrar su realidad frente al poder era la inica forma de ser nuevamen pasaba de manos como instrumento de lucha, de los empleados a los Gesempleadios. Los trabajadozes que antes cortaban la ruta para que el trabajono se cont ta en capital, ahora la volvian a cort 0 para que su trabajo se conv "? Paraddjicamente esto stcedia en que la mayor parte de los empresari Ia posibilidad de que esto se lleve a cabo en forma masiva." Los trabaj jas armas de lucha para colocarse m resionan- a través de un vomentoen umenteenla escena os dela politica." tomar potencia, como.es- desde donde obtener derechos, el derecho trabajar pasaba a ser aho- ra la bandera enarbolada para unir voluntades frente al poder Era muy dificil pensar como, desde las fragmentaciones que el mo- elo reproducia para dominar surgrfanidentidades comunes que cues tionen sus premisas. Sin embargo, desde quienes mas habian suftido las sconsecuencias de esas politcas aparecia el sujeto que tomaba en sus ‘manos esa lucha, Cuando la calle estigmatiza, avergiienza y diferencia, Jaestrategia de unirse en ella y encontrar enla politica y la organizacion lunespacio comin permite reconstruiridentidades posibles, de empleo. 5i analizamos desempleacos podremos cbs aquellos quetienen un empleo es jadores dedican su dia a buscar empleo a fd ia de muchos trabajadores tén mucho mas ocupados que in parte de esos casos est 33 34 Osteo R. Barns Quizas estas identidades tenganla endeblezde los lazos etéreos de uienes aspiran a cambiar de lugar, y estén atravesadas pot las tensio- cas de corte més tradicional, per do obtener un lugar en la di modelo habia querido hacer “desaparecer” dela escena Por su parte, los sindicatos se debaten en el camino de buscar nue- vas formas de repensar la representacién. La heterogeneizacién del empleo, la precarizacién creciente y el aumento de la desocupacién reduce constantemente el ntimero de adherentesa este tipo de organi- zaciones. Se multiplican las formas de trabajo que no entran dentro de ssus formas tradicionales de representacién de intereses"* entonces la apelacién a nuevas estructuras y estrategias adquiere dos razones fundamentales: el mantenimiento de la organizacién como tal o la incorporacién de cada una de las nuevas expresiones del trabajo ala E508 son los dos modelos en pugina en gis, tratando de apelar a las précticas: ismo de origen peronista; y otro queemula, sin grandes diferencias el modelo de estructura empresarial, logrando alcanzar, atin participan- doen la gestién de emprendimientos directamente ligados al esquema ptivatizador,* organizaciones econémicamente poderosas con traba: jadores precarizados y de muy bajos salarios. En el segundo caso, se licar el spectro crece en el nvimero de representados.a costa de th fe Ia conjuncin entre las tecnologias jevas formas de organizacién del trabajo y una creciente oferta d res de altascaificciones, hace que cada vez ms los contratados resistana los valores propios dela clase cbrera tradicional, con cultuas resistents al sindie calismo y al peronismo (Battisti, 2003), 1 Enel articulo de Cec Yy It de las estrategias ye5e5 que ahora toman cuerpo den represent ‘Algunas organizaciones sindicales pariciparon en a gestion de empresas iga- ddas ala seguridad soc LAS INTERACCIONES COMPLEIASENTRE EL TRABAJO LA IDENTIDAD Y LA ACCION logran comp. tura organizacional en esta ima instancia, es la contradiccién entre una identidad iene dificultades para establecerse, como producto de sus mismas contradicciones, y una identidad de organizacién que no logra concretarse. De cualquier modo, debemos destacar que izaciones de trabajadores desocupados como en el apelacié zzacién y lucha similares a las herramientas que les permitieron hacer factibles sus re y las resignifican en una nueva lucha, En nuestro trabajo estuvo la preocupacién permanente, quizés ain por tratar de identificar la relaci6n entre la construcci6n identitaria y la accién colect cuencias una de la otra, Proyectos y proyecciones La determinacién econ6mica de las relaciones sociales hace que los proyectos de vida de los individuos aparezcan permeados por la ne~ cesidad de propagar los medios necesarios para asegurar futuros y carreras propias y de su prole. La existencia de lugares 0 espacios més ‘omenos estables de pertenencia, asi como de reproduccién econémi- cca, hace que esos proyectos tengan posibilidades de concretarse, ‘La heterogeneizaci6n de las formas de empleo y el crecimiento del desempleo hicieron que los lugares 0 los espacios desde donde cons- truir proyectos de vida, asegurados por el trabajo, se redujeran y se tonaranab: ente inestables. Proyectar implica poder mirarse desde donde se esta parado, para poder ver hacia donde dirigirse y como hacerlo, significa mirar hacia como las continuidades y rupturas con ver el artculo de J. Montes Cat OsvaLnoR, Barnett delante en funcién del lugar que se ocupa. Cuando esos lugares no existen 0 son inestables los proyectos no son posibles. Quizés en estos «casos, estos tiltimos tiendan mésa la biisqueda de salidas individuales, E] trabajo también implicaba un proyecto armado alrededor de saberes, aprendidos en el tiempo de formacién anterior al empleo que se ocupaba (casi en forma permanente) oen ese mismo lugar, en el transcurso del paso de Jos trabajadores por dicho empleo. Esos saberes, por otra parte se constitufan en garantias de lugares y reco- nocimientos. La generacién de nuevas formas de organizacién del trabajo, la introduccién de nuevas tecnologias y la multiplicacién de guienes buscan empleo presiona sobre los puestos de trabajo, ha- cienclo que las credenciales educativas y la formaci6n para el tral pierdan la capacidad de constituirse en factores que determinen la insercién.» Entonces el proyecto que se habia pensado en el colegio se trunca en la concrecién del empleo. En el mejor de los casos este empleo revalida o resignifica la formacién adquirida cuando consti- tuye en si mismo un proyecto de vida posible, pero hoy esa es una soluci6n para pocos, para algunos elegidos, En otras ocasiones lo ue sucede es que colisionan identidades y précticas de trabajadores que son obligados a realizar tareas similares en ambitos comparti- dos, cuando anteriormente realizaban tareas diferentes y tenian fun- ciones, jerarquias y posiciones socioculturales distinias, En estos £2505, las tensiones se generan también entre los matcos institucio- nales que presentan innovaciones y las'identidades de los trabaja- dores que se adaptan o resisten, no sin transformar aspectos de su propia identidad Ideologia, dominacién, disciplina En una sociedad fuertemente individualizada se facilita la aplica- ciGn de diversos mecanismos de dominacién. Cuando esa individua- lizacién fue reforzada a través dle la idea de competencia de unos Las contradicciones entre las idertidades construidas en funcién de sabeces técnicos desarrollados en y los que se deben poner en slo de M, Spinosa, fs el caso de los maestros y profesores ion General Bisica (EGB), en 6 e puede observat tun ejemplo de esta etacin, nempresa te [LastereRACCIONES COMPLEIAS ENTRE EL TRABAJO, LA IDENTIOAD VLA ACCHON, contra otros por un espacio de trabajo, todos esos mecanismos tienden ser utiizados para multiplicar esa competencia y reforzar desde alli En muchos casos, esos mecanismos suelen hasta virtualizarse enmascararse tras elementos externos ala misma relacién de domina. cin. En las formas de gestién “modernas” de la mano de abra, se genera una fuerte responsabilizaci6n de los trabajadores, a costa de que el mismo no sélo debe “saber hacer” las tateas diarias, sino tam- bin “saber ser”. Pero a este ultimo elemento se lo hace jugar frente a terceros en la relacin, que en ocasiones también son virtuales o in sibles (como por ejemplo a existencia del cliente presionando la rel mn entre el trabajo y el capital) Ciertos dispositivos tienden a trasladar a los trabajadores y sus relaciones denominaciones caracteristicas de funciones del capital, como sucede en el caso del “cliente interno”, del “asociado” 0 del “colaborador”, Para gran parte de los trabajadores més j6venes estas son las formas de ser llamados. Sus referencias de “si” estén impreg- nadas por valores propios de la empresa ® que incluso llegan a mar- car su propia denominacién como trabajadores. Cuando se era obrero, “se obraba”, desde allf la producci6n era un elemento que, por este actuar, pasaba a incorporar alguna forma de lo propio y desde alli permitia resignificar el lugar ocupado en la fabrica desde un espacio distinto y distintivo. Cuando se es colaborador, el papel ocupadio es absolutamente secundario, ya que s6to se colabora con otro que tiene el saber y controla todos los espacios del trabajo. El asociado es iscursivamente puesto junto al capital, colocéndolo como en una “caverna” platénica reproductora continua de elementos de domina- cién. Cuando, se le da el mote de “cliente” se lo identifica con “otro” * Lautilizacion deste tipo de dispositivs, asf como los que se hacen referencia Inds absjo, es analizada, para el caso de los supermercacoe,en el articulo de Paula Abal Medina -mpo que respond a ciertas expectatvas de los asalariados, la indivie

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