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DEPARTAMENTO DE BOONOMIA PUC/RI Junho 1983 TEXTO PARA DISCUSSKO Ne 51 LA DINAMICA DE LOS PRECIOS INDUSTRIALES EN LA ARGENTINA 1966-1982 UN ESTUDIO POONOMETRTOO Roberto Prenkel* * Roberto Frenkel - CEDES - Centro de Estudios de Estado y Sociedad. Professor Visitante do Departamento de Economia - PUC/RJ Bste trabajo es parte de un proyecto de investigacién sobre Politicas Macroeco nomicas y Empleo que desarrollartos en CEDES conjuntamente con Adolfo Canitrot. Agradecenos el apoyo financiero de BCIEL, Fundacion Ford y IDRC. Colaboraron los investigadores asistentes Omar Caino, Nora Berreta y Claudio Lozaro, Agradecemos Ja significativa colaboracién de Inis Acosta en los aspectos economitricos y de compatacién. Introduceién Pese a su titulo, el principal objetivo de este trabajo es analizar Ja dindmica de los precios industriales de 1a economfa argentina en el pe- rfodo 1975-1982. Sin embargo, el tftulo se justifica por la conveniencia de colocar este andlisis en una perspectiva de mayor plazo. No parece necesario fundanentar 1a significacién del tema para el and- lisie y formulacién de la politica econdmica. Mis alld de este obvio atrac- tivo, el estudio esta tambign motivado por las extraordinarias caracterfsti- cas que exhibe el perfodo. En primer lugar, las altas tasas de inflacién experimentadas, que promedian un 200% anual. En segundo lugar, 1a aplica~ cin de un var: ado nenG de polfticas de la Chicago cuisine, algunos de cuy efectos pueden ser observados y evaluados en este estudio. Por Gltimo,como inmediata consecuencia de la sucesién de polfticas, la existencia de abruptas. variaciones en los precios relatives, que proporcionan un contexto particular- mente favorable para este estudio. El trabajo se divide en tres capitulos, En el primero se expone una breve sintesis marrativa de los principales acontecimientos y polfticas del perfodo y se apuntan algunos rasgos destacables, comparandolos con sus homd- logos de 1a década precedente. En los capftulos II, III, téenicas economé tricas son utilizadas para explicar la dindmica de los precios industriales y discutir los efectos de las poifticas aplicadas, En el capitulo 11 se analiza el perfodo 1966-81 utilizando cono material estadistico series de medias anvales de precios, En el capftulo III se presenta un ox plazo mis corto del periodo 1975-1982 trabajando con series trinestrales. CAPITULO 1 1. Las fases de la politica econdmica 1975-1981 Las cifras del cuadro 1 ilustran elocuentemente el "salto" experiren- tado por el proceso inflacionario durante 1975. En la década precedente la wedia de tasas anuales de inflacién’ estuvo en el entorno del 30% -con pequefias diferencias segin el indice de precios que se considere-. Las tasas minimas se ubicaron entre el 6% y 8% (1969) y las udxinas entre el 60% y 70% (1972). En cambio, la media de tasas anuales del perfodo que se inicia en 1975 est4 alrededor de 200%. Los mfnimos estan entre 80% y 100% (1980) y los mixinos alrededor de 450% (1976). Enel salto del proceso inflacionario jugs un rol determinante el shock que se ejecuté en junio de 1975 (una maxidevalua- cién del orden de 100% seguida por aumentos salariales que buscaron neutra- lizar los efectos de la devaluacién sobre los salarios reales). Desde abril de 1976 en adelante el gobierno militar intenté una sucesién de polfticas de estabilizacién en la cual cada nuevo ensayo segufa el fracaso del ante rior. A los fines de este trabajo solo cabe aqui definir las etapas de 1a politica econdmica y delinear sintéticamente algunas de sus principales ca- 0, a, > 0, a, +a, =1,4 =9, enel caso de la hipstesis de mark-up constante y b) a, 7 0,a,>0,4,+4,=1, 4% #0 en el caso de variaciones del coeficiente de mark. Antes de pasar a la estimaciones y resultados queremos sefialar un punto que hace a gu interpretacién. La racionalizacién provista por el mo- delo de formacién de precios (2) es Gtil para interpretar la ecuacién diné- mica (1), pero restringe innecesarianente el conjunto de hipétesis de forma- cién de precios de las que puede derivarse esa ecuacién. Mas concretanente! en el siguiente capftulo, en lugar del modelo de mark-up sobre costos actua- les, 1a dinémica de plazo corto es analizada con una hipStesis mis compleja de formacidn de precios, pero de la que se deriva un modelo similar a (1) cuando se la extiende para explicar la tasa anual del precio industrial. -15= En consecuencia, la periodicidad de las series utilizadas debe tenerse en presente en la interpretacién de los resultados de este capftulo, cuidando de observar que dicha periodicidad no permite inferencias directas sobre el mecanisme de formacién de precios en perfodes mis cortos. 3. Esti Los shocks. Varias cuestiones de interés derivan de la estimacién del modelo (1). Las expondremos en forma sucesiva, conenzando en este punto por el andlisis del impacto de los shocks. A los fines de estimar dicho impacto definimos dos variables dummy 2), = 1 en 1975, 0 en otros afos y 256 7 1 en 1976 , 0 en otros aiios; y estimanos la ecuacién Pra cm ta, ta zeta ae ta (4) Los coeficientes a,, y a5, son estinadores de la parte de 1a tasa de inflacién anual del respective aio atribuible a 1a variacién del nark-up. Corregides por la correspondiente tasa de incremento del costo variable, proporcionan estimadores de la tasa de increwento de la relacién precio- costo variable en los respectivos aios.* 4 La aproxinacién continua desarrollada en (3) desprecia los efectos multiplicativos de los incrementos conjuntos del costo variable y de! nark- up. Esto no puede hacerse en la estinacién con datos discretos, particular- mente por la sagnitud de las tasas involucradas. Considerando imerenentos discretos, el desarrollo de (3) resulta: Poa, em +a, cw ta, . (14a) cm +a, cw) donde p= Op/P, cm = Acn/cm, cw = Dow/ow. y age Aks cae). En consecuencia, 4); y a), de 1a ecuacién (4) estinan el efecto con- jaibles y del mark-up en los respectivos junto del aumento de los /éostos vai -16- Aunque no discutanos la cuestién por el momento, debe indicarse que adoptanos la hipStesis de costo normal para el costo salario. En las esti- maciones que siguen el cémputo del costo salario normal resulta de susti~ tuir la serie de productividad corriente por la curva de tendencia de la productividad. Para los afios 1966-70 utilizanos la tendencia del perfodo 1965-70 y para los afios 1971-81 utilizanoa 1a tendencia del perfodo 1970-81. Formalmente: cw sw -aqlt donde qlt es la tasa tendencial de crecimiento de la productividad, especificada como indicamos.° La estimacién de (4) por el método de mfnimos cuadrados ordinario (M.C.0.) resulta: P = 0.627 cw + 0.355 em + 0.713 2), + 0,910 2), - 0.026 (5) (11.930) (5.326) (7.066) (3.032) (-0.746) 0.997 E.E.Re = 0.0792 D.W.=2.304\8 Es innediato verificar que el ajuste es satisfactorio. El grdfico 3 ilustra la calidad de las estimaciones de 1a tasa de crecimiento de los pre~ clos industriales que resultan de la ecuacién (5). Las elasticidades ayy am tienen altos valores de t y suman 0.982. La constante de la ecuacién no es significativanente distinta de 0 (952). Este conjunto de resultados per- mite no rechazar la hipStesis de mark-up constante para el perfodo 1966-81, excluyendo los afios 1975 y 1976. ~ Por otro lado, los altos valores de t de los coeficientes a, y & in- dican que en los afios de shock se registraron increnentos significativos en el coeficiente de mark-up. Las estimaciones de esos coeficientes sefialan que de las tasas de inflacidn experimentadas durante 1975 y 1976, 71.3 y 91 5 La forma discreta utilizada en la estimacién es cw = (liv) / (itqlt) -1, De 1a misma manera: cm = (1 + pm) (Ite) - 1 RY : coeficiente de determinaciéns E.E.R.: error estandar de regresién estadfstico de Durbin-Watson. Los ndmeros entre paréntesis corresponden 4 losestadisticos t de los respectivos coeficientes. “175 epewr3sa d :--~ vpeazasqo d :—_ UQTOBTIUT ap sepewrisa < sepeasasqo sesey T o1avis 18 puntos porcentuales,respectivamente, se deben al incremento del nz -up. El siguiente cuadro resume estos resultados y permite estimar las tasas de aumento de 1a relacién precio-costo. Las cifras estan expresadas en por- cientos. Aiio p. observado — Tasa del. Efecto aumento ‘Tasa relacidn costo primo del mark-up precio-costo G@) Gi) Gai) Gy) 1975 243.0 174.3 n.3 26.0 1976 455.2 367.3 91.0 19.5 La colunna (i) registra las tasas observadas de aumento del precio in~ dustrial. Las cifras de 1a colunna (ii) corresponden a 1as tasas de aunen- to del costo primo calculadas con las elasticidades de 1a ecuacién (5). Estas constituyen estimadores de 1a tase de aumento del precio industrial que se habria experinentado de mantenerse constante el coeficiente de mark up. La columna (iii) recoge los efectos del aunento del mark-up, estinados POr A), ¥ 2,4, En 1a coluana (iv) estos efectos han sido corregides por el increnento de 1s costes princs a fin de obtener estimaciones de 1a tasa de aumento de la relacién precio-costo primo en cada afio.’ Se concluye que la relacién se increnents un 26% en el aio 1975 y otro 19.5 % en el ako 1976. Evidencia adicional sobre 1a relevancia de 1a inclusién de las varia~ bles 2 en consecuencia, sobre 1a significacién de los incrementos 75% 776 ¥ de mark-up de esos aos, puede obtenerse estimando el modelo (1) sin inclvir las variables dummy. —,__La ecuacidn que se obtiene es 0.672 ew + 0,485 cm - 0.099 (7,824) (10.183) (1.679) R’= 0.986 -E.E.R. = 0.151 DAW. = 1,816. 7 (iv) = Gai) / G+ Gi) /100) 8 Una discusién de las causas del incremento del mark-up requiere espe~ cificar con mayor precisién el mecanisno de formacién de precios. Dejamos esta discusién para el capitulo siguiente, limitandonos en este andlisis con series anuales a indicar la existencia y magnitud de estos efectos. ~19- Aunque las elasticidades tienen altos valores de t, suman 1.157 . Ademas, aumenta la nagnitud y significacién de la constante. £1 error de regresién es 90% ms alto que el de la estimacidn (5). Es interesante observar que en el ajio 1981, pese a haberse producido licaron un a una sucesién de devaluaciones que mento de 262% del precic de las inportaciones, no se registra variacién significativa del coeficien- te de mark-up. El residuo de 1a estimacién (5) en el afio 1981 (p observado- Pp estimado) es -0.011. Evidencia adicional puede obtenerse definiendo otra variable dunny: 2g) = 1 en el aio 1981, 0 resto del perfodo e ineluyéndola en la regresién. Se obtiene entonces 1a ecuacién P = 0.667 cw + 0.352 em + 0.519 295 + 0.748 zy¢ ~ 0-068: z_) - 0.033 (7.059) (2.551) (3.486) (2.257) (-0.417) (-0.708) 0.995 E.E.R. = 0,101 D.W. = 2.436 El coeficiente de zg, tiene signo negativo y no es significativanen- te distinto de cero. 4. La evolucién del mark-up Los resultados de la estimacién pueden utilizarse para obtener un fn~ dice de la evolucién de la relacidn precio-costo primo. Estimanos una se~ rie de costo primo normal y otra de costo primo corriente utilizando los coeficientes de 1a ecuacién (5) (a, = 0.627 y a = 0.355) y computando el costo salario normal, en el primer caso, y el costo salario corriente, en el segundo. Con 1a serie de precios observados calculanos entonces 1a relacién precio-costo en la forma de fndices con base 100 en 1973, que pue~ den verse en el cuadro 4 y grafico 4. EL incremento del mark-up durante 1975 y 1976 y la estabilizacién de una nueva relacidn precio-costo desde 1976 aparecen ilustrados en el grafi- co. Un andlisis estadistico de la serie reafirma la evidencia del grfico. ~20- @ Gay Relacién de Relacién Tasa de base 1973-100 variacién | base 1973-100 variacién x x 1965 110,5 1966 106,5 = 3,6 - 3,1 1967 100,8 - 544 -7,9 1968 104,8 39 4,3 1969 102,2 - 2,5 -1,8 1970 98,0 = 42 - 2,8 1971 100,5 246 a7 1972 107,3 6,8 6,5 1973 100 - 6,8 100 - 5,8 1974 92,5 -7,5 93,8 = 642 1975 10942, 149 116,0 23,7 1976 126,7 16,1 135,0 16,4 1977 123,3 - 2,7 129,3 ~ 4,2 1978 128,4 42 134,6 41 1979 139,9 8,9 1414 4a. 1980 133,9 4,3. 131,5 - 71 1981 131,1 = 21- 130,8 = 0,5 (4) Computada con el costo salario corriente (ii) Competada con e1 costo salario normal. 216 eausTI409 oFaeTeSs 03509 Ta uoD : ——— Teurou ofzetes 03609 Ta woo ; ob us \ 5 59 Se tk oe St AR Nek otk Ik 9 85 ey GF me s H | col t re | \ f eS | ! ~4 ( + oll OOT=EL6T aseq seotpuy ouzad 03 -orsexd ugroetoy 7 ooTaWiD oot=e26T e5eq saotpUL yeutou ofIe TPs 03809/sauoTIeIZOdUT 01509 UgTIPTAY Tv oTavad 236 oyoerd / Tewsou oyaeTes 03809 opsezd / Teuxou o3s09 + oyserd / seuotseaz0dmr o3sop + |“ 7° \e-s OOT=EL6T aseq seorpur Terzasnpuy oyoead/otzeatun 02809 uotoeToy 9 ooTavao tcl =24 Considerando 1a relacién precio-costo normal se obtiene lo siguiente: Relacién precio-costo normal Media Desviacién estandar Perfodo 1965-74 101.7 4.86 Perfodo 1975-81 131.2 7.80 Perfodo 1976-81 133.7 4.24 La media del perfodo 1975-81 es 30% és alta que la del perfodo pre~ cedente, La raz6n t para la diferencia de medias entre anbos perfodos es altanente significativa: 9.67. La mayor dispersién de la relacién precio- costo en el perfodo mas reciente es solo aparente, pues obedece exclusiva~ mente a la inclusién del afio 1975. Si se excluye este afio, como hacemos en la @itima 1fnea del cuadro, se observa que 1a desviacién estndar de la re~ lacién precio-costo en el perfodo 1976-81 ea 4.24, algo menor que la del perfodo 1965-74. La raz6n t para la diferencia de medias entre estos dos perfodos resulta entonces 13.33, 5. La dindmica de precios industriales y las polfticas del perfodo 1975-84. El andlisie precedente proporciona una explicacién de la dinfmica in- flacionaria de los precios industriales basada ésencialmente en el ritmo de devaluacién, la tasa de aumento de los salarios nominales, y"saltos" en el coeficiente de mark-up asociados a shocks de oferta. Esto equivale a de~ cir que la "historia" del proceso inflacionario de los precios industria— les y de los canbios en los precios relativos puede ser bien contada con este modelo. La direccién de 1a causalidad -de los costos a los precios- aparece nitida en cuanto se considera el perfodo posterior a 1975. Efectivanente, los diferenciales en el ritmo de crecimiento de salarios y tipos de cambio que dan lugar a fuertes cambios en la estructura de costos, no dejan du- das sobre el sentido de la correlacién. Los experimentos de polftica eco- nmica realizados en afios recientes tienen 1a "virtua" de introducir ta~ les fluctuaciones en los precios relativos que excluygn la posibilidad Ge colinealidad espGrea. -25 A continuacién exploramos algunas de las cuestiones de mayor inte- rés que suscita el perfodo posterior a 1975 ayud4ndones con un par de grGficos que, complementados con el grafico 4, proporcionan una visién de conjunto. El primero (Grafico 5) muestra 1a relacién costo importa~ ciones -costo salario normal. F1 segundo (Grafico 6) las relaciones costo-precio, costo importaciones-precio y costo variable nornal- precio. (Esta Gltina es la inversa de la serie reproducida en el Grafico 4). Es innediato ver que el shock devaluatorio de 1975 no alterd sus- tancialmente la estructura de costos porque los salarios nominales rea- justaron répidamente. En cambio, 1a congelacién de salarios que siguié al shock de marzo de 1976 modificé bruscamente dicha estructura. En an- bos perfodos, como ya sefialanos, 1a tasa de los precios fue mayor que la del costo variable, por aumento del mark-up. Vale la pena anotar en los os casos el autiento del mark-up coincidié con contraccién de 1a demanda y del nivel de actividad. La politica canbiaria y e1 comportamiento de los salarios nominales alteran a partir de 1978 1a estructura de costos. Entre 1978 y 1980 el costo de importaciones aumenté 191% y el salario nominal 548%, esto ex- plica el crecimiento de los precios de 354 % en el perfodo. Los cambios resultantes en los precios relatives pueden seguirse fAcilmente en los sraficos 5 y 6. La desaceleracién de 1a inflacién durante 1980 por un lado, y el “atraso" caubiario en relacién a los precios industriales por otto, son explicados sin dificultad por el modelo. La desaceleracién resulta de la ineidencia del ritmo de devaluacién sobre la diniiiica inflacionaria, por la via " structural" que recoge la ecuacidn (5). El atraso cambiario se explica a su vez por el crecimiento de los salarios nominales en relacién al tipo de cambio, Durante 1979 y 1980 los salarios nominales crecieron mucho més que el tipo de cambio, y en tanto los precios industriales ten- @ieron a mantener un mark-up constente sobre los costos variables, los salarios crecieron tanbign en relacién a los precios industriales’. 9 Atendiendo a los objetivos de este trabajo consideramos los salarios como una variable exSgena. Pero la investigacién de la que este trabajo es parte incluye una explicacidn enddgena de 1a dindmica salarial y la ela~ 26 Esta situacién se revirtié durante 1981 y 1982. Adends de la incidencia estructural sefalada, existe evidencia de un efecto adicional de 1a polftica canbiaria y arancelaria sobre el proce- 80 inflacionario? Este es un punto altanente debatido que merece atencién. Aunque volveres a él en el siguiente capftulo, vale la pena explotar las rt 8 indicaciones en este sentido que proveen los datos anuales E1 siguiente cuadro muestra los resultados de la estimacién de la ecuacién (5) para los aiios de “pautas canbiarias". P observado pestinado —_residuo : % x x 1979 148.4 140.8 77 1980 82.8 92.7 - 9.9 E.E.R. (%) = 7.9 Como se ve, el residuo es positivo en el aio 1979 (1a estimacién es menor que la tasa observada) y negativo en el afio 1980, El residuo es algo menor que un error estandar en el primer aio y 1.25 error estén~ dar en el segundo, Anbos son estadfsticamente insignificantes. Tomando en conjunto los dos ajios, 1a inflacién observada es practicamente idénti- ca a la inflacién estimada por la ecuacién estructural. Dejando de lado la significacién estadfstica de los residuos podria argumentarse que la tasa observada es menor que la estimada en el afio 1980, y que esto cons- tituye evidencia de una influencia independiente de la “apertura coner- cial" sobre la tasa de inflacién. Adn aceptando este argumento, la ne- ra observacién de las cifras ilustra la infima magnitud de esta hipotéti- ca influencia, : Hay, ademas de lo indicado, evidencias adicionales sobre la cuestién. La ecuacién (5) esta estimada con el costo salario normal; esto es, consi- derando en el cAlculo del costo salario no el costo corriente sino el que resulta de la tendencia de largo de 1a productividad, la diferencia entre esta tendencia y los aunentos efectivos de la productividad es muy marca~ boracién de un modelo simultaneo de determinacién de precios y salarios. Estos resultados seran objeto de otra publicacién. da en los afios 1979 y 1980, cuando, respecto al ajo precedente, la produc- tividad aument6 14,3% y 7%, respectivamente. En consecuencia, la tasa del costo salario de esos afios, computada con la tasa corriente de la productividad resulta significativanente inferior a la del costo salario normal, Si, utilizando las elusticidades de la ecuacién (5), se calc una estinacién del costo prim corriente (ver cuadro 4) se observa que durante el bienio 1979-80 la relacién precio-costo prino se habfa incre~ nentado. Mientras que la relacidn precio-costo nornal se redujo en el bienio un 3.3% respecto 1978, 1a relacién precio-costo corriente aunenté 4.2% en el mismo lapso. El procediniento del ejercicio no es totainente correcto, pues nos estanos manejando con variaciones estadfsticamente in- significantes. Pero, ain asf, el célculo enfatiza 1a inexistencia de evi- dencias de una influencia independiente de 1a"apertura" sobre la tasa de inflacién que, de existir, deberfa observarse como una contraccién del mark-up durante el perfodo. 6. El costo salario y 1a productividad. El propésito de este punto es discutir y fundamentar la adopcién de la hipStesis de costo normal para el costo salario. La discriminacién econométrica entre el costo salario corriente y el costo salario normal como variable relevante en la ecuacién de precio encuentra obst&culos que se traducen en la dificultad de definir un test concluyente. Para sortear esta dificultad utilizanos varios métodos diferentes y discutinos sus re~ sultados. El obst&culo proviene de las siguientes caracterfsticas de la evo- lucién de 1a productividad y del proceso inflacionario. En el perfodo de tasas de inflacién menores, la tasa de aumento de la productividad es, groseo modo, positiva y mas o menos uniforme. En consecuencia, los da- tos de este perfodo diffcilmente permiten discriminar entre productividad corriente y productividad tendencial como variables relevantes en la ecua~ cién de precio. Por otro lado, en los ajios de alta inflacién, si bien Jas variaciones de corto plazo de 1a productividad son significativas, la 28" 18-9 wrowapuaz (z) TOL ‘OL-¢9 eroUepusy (1) Peprarsonpord 8] Sp UDYST TONG -29- nagnitud de las tasas de los salarios -respecto de las cuales la tasa de la productividad es relativamente pequefia~ también opone dificul ta- des. Un primer test consiste en estimar 1a ecuacién (4) con el “costo salstio corriente: ew = w-ql, donde ql es la tasa de la productividad corriente’®. se obtiene entonces P = 0.691 cw + 0,308 em + 0.551 2), + 0.937 2), - 0.027 (6) (9-551) (3.570) (4.489) (2,522) (~0.635) 0.995 E.E.R. = 0.0970 DeW. = 2.426 En términos de calidad del ajuste, esta ecuacién es tan satisfac~ toria como la ecuacién (5). La principal diferencia, que es un argunen- to en favor de esta Gltima, reside en que el error estindar de regresién con el costo salario corriente es 22% mayor que ‘con el costo normal. Ee~ te argunento se refuerza cuando se observa la distribucién de los resi- duos. Gran parte de la diferencia entre los errores proviene del residuo del aio 1979. Mientras 1a ecuacién (5) estima la inflacién de este afio con un residuo de 7.7% (p observado = 148.4% , p estimado- 140.8%), la ecuacidn (6) produce un residuo de 20.3% (p estimado - 128.1%). Esto avala la hipétesis de costo normal (ec. (5)) porque esta subestinacién, mayor a dos errores estandar, se produce precisamente en el afio 1979, que Por su alta tasa de aumento de la productividad (14.3%) ofrece mejores condiciones para discriminar entre hipétesia. Adicionalmente, hemos ensayado otros tests que tienen el siguiente fundamento intuitivo. Si los precios tienden a ajustarse al-costo sala- rhe corriente, Estos mostraran sensibilidad a la tasa de 1a productividad, ademis de la tasa del salario nominal. Ld contrario si los precios tien den a ajustarse con el costo normal: 1a tasa del salario nominal debe ex- Plicar la varianza del costo salario y la productividad relevante debe resultar mis 0 menos constante. 10 En términos discretos ew = (14w) / (14ql) - 1 =30- El primer método ensayado con este fundanento consiste en introducir inal y la tasa de la separadamente en la ecuacién la tasa del salario no: productividad corriente: pray what ql tal cmt ays 215 tang ty + a, Si 1a variable relevante en 1a ecuacién de precio fuera el costo sa- lario corriente deberfa obtenerse un coeficiente de la tasa de productivi- dad significative, negativo y semejante al de la tasa del salario. La re- gresién resulta P = 0.631 w ~ 0.274 ql + 0.349 cm + 0.684 255 + 0.901 z,, - 0.048 (7) (20.358) (-0.440) (4.545) (5.890) (2,764) (-1.018) R? = 0.997 E.E.R. = 0.0841 DW. = 2.239 Aunque el signo de 1a tasa de productividad es el correcto, el coe- ficiente no es estadfsticamente diferente de cero. Ademds, el error es~ tandar de 1a ecuacidn es mayor que el de 1a ecuacién (5). iste en suponer que la tasa de productividad El segundo métode con: relevante es una constante qlt: Pra, ralt) +a, tay. 256 + ay 295 = Tay Fal em tans 275 + ang La regresidn obtenida es: P= 0.619 w + 0.362 cm + 0.704 275 + 0.867 27, - 0.060 (8) (11,648) (5.339) (6.833) (2.84.4) (-1.648) ? = 0,996 +R. = 0.0809. DW. = 2,222 La constante es significativa al nivel de 80% y el error estdndar es menor que el de la ecuacién (7) y ligeranente superior al de 1a ecuaciéa (5). Cono ya sefialanos, los resultados no son muy fuertes, pero tienden en conjunto a rechazar el costo salario corriente como variable relevante en 1a ecuacién de precio y a avalar 1a hipétesis de costo salario normal. Ca~ -31- be agregar a este comentario una consideracién nds intuitiva. Desde 1a Perspectiva del andlisis de 1a dindnica inflacionarie 1a diferencia prin- cipal entre anbas hipdtesis reside en la sensibilidad que muestra la ta- sa de los precios a la tasa de 1a productividad corriente. De existir esta sensibilidad, aunentos de productividad se traducirfan en desacclera~ S_paribt Los tests realizados tienden a rechazar esta hipétesis y a enfatizar la cién de la inflacién, cete la tasa de los salarios noninales. Sensibilidad de los precios a 1a tasa del salario nominal, con independencia de las variaciones de corto de 1a productividad. =32- CAPITULO IIE 1. Propésito Fn este capitulo focalizanos el andlisis en la dinfnica de corto pla~ 20 de los precios industriales durante el perfodo 1975-82. £1 referente espirico de las variables est4 constituide por series de medias trinestra~ jes. Las principales hipdtesis analizadas con este material estadfstico son las siguientes: a) A excepeién de los perfodos de shock, 1a dindmica de corto plazo puede EL ser explicada por un modelo de mark-up constante sobre costo esperado, costo esperado es una expectativa adaptativa de los costos primes, represen— fados en el agregado industrial por el costo de importaciones y el costo salario. ») Loo shocks agreyaron un componente adicional de inflacién y provocaron un incremento permanente del mark-up. ©) En los perfodos que siguen innediatanente a los shocks se altera la fun- clon de expectativas: desaparece 1a inercia inflacionaria inplicada en las expectativas adaptativas de costos y las decisiones de precio tienten a fundarse en la tasa actual del costo salario y el costo importado. Mostrarenos que el modelo de plazo corto de fornacién de precios hipo- tetizado en este capitulo es congruente con los resultados enpfricos obteni= dos en el capitulo precedente con series de medias anuales. La idea intui- fiva es que la inercia inflacionaria implicada en las expectativas adapta~ fivas de las decisiones de precio tiende a diluirse cuando el perfodo res- Pecto del cual se observan las variaciones de“precio es mis extenso. Para perfodos extensos, durante los cuales los precios han sido modificados nu- merosas veces se observard entonces una correlacién entre la tasa del precio y las tasas de los costos prinos del mismo perfodo. 3% Como en el capftulo precedente, discutins 1a hipStesis de costo nor- mal concluyendo, como en el andlisis con datos anuales, la irrelevancia de Jas variaciones de corto de 1a productividad. Los resultados de 1. 5 estinaciones son utilizados para explicar los e~ fectos de las politicas ensayadas en el periodo, destacando particularnente los efectos observables de las "pautas cambiarias". Por Gltimo, utilizamos cl modelo estinado para proyectar la tasa de los precios industriales fuera del periodo de estimacién. 2. El modelo La forma general del modelo que utilizanos para explicar la dinémica de corto plazo de los precios industriales est a, Bem, +a, Few, + ay @) donde Ecm y Eew representan las expectativas de las tasas del costo de impor- taciones y del costo salario, respectivamente. El modelo puede ser racionatizado como lo hicimos en el capitulo prece- dente, suponiendo que los precios industriales se determinan por la adicion de un margen bruto a los costos variables esperados de produceién y que en el agregado industrial estas expectativas se sintetizan en el costo es- perado de la materia prima importada y en el costo salario esperado. En consecuencia, sin necesidad de repetir el desarrolle_del capitulo precedente, a, ¥ a, representan, respectivanente, la tasa de 1 +k; la ic Proporcién de costo de inportaciones y 1a proporcién de costo salario en el costo variable total. Como antes, 1a capacidad explicativa del modelo debe juzgarse por a a> % a> Oa,tarniyan b) a> 0, a> Oa +a =a, mark up. = 0, en el caso de mark-up constante,y #0, en el caso de variaciones en el, Kk ~3- Suponenos que las expectativas de costo son un promedio ponderado de las tasas actuales y pasadas del costo salario y del costo de inportaciones. Suponenos también que 1a estructura de rezagos es la misma para anbos cos~ tos y que tiene una distribucién geométrica: t-5 eeu =- D> Mow, (10) ° o q Een, * @-)) 2 ca, qa i Las ecuaciones (9), (10) y (11) definen un modelo de rezagos distri- butivos que no puede estinarse directamente. Pero haciendo 1a transforna~ cin de Koyck se obtiene una forma autoregresiva que utilizamos en parte de las estimaciones, Por (10) es: e; 2. i we ad Cet Z Mo, TA ca] = a-d) cu, (12) De la misma forma, por (11) es: Fen, - Nem, = GQ - X) ca, as) Entonces, por (12) y (13) se obtiene G@-d) oy +a, G-d) ca, ta a=) ppt Ary ta, a-ha ta @-Nd em +aa-) aa fue es 1a forma autoregresiva del modelo definido por las ecuaciones (9) a G1). La estimacién de este modelo permite obtener directanente X5 y los coeficientes a, a, y a, como cociente de coeficientes de regresign, Loa Problenas econonétricos que presenta la estinacién de la forna autoregresi- va serdn oportunamente discutidos. 3. El modelo "ine "de plazo corto y el 1 renso. Antes de exponer las estimaciones querenos indicar 1a congruencia en- tre el modelo "inercial" de plazo corto descrito por 1a ecuacién (14) y jos resultados obtenidos con el modelo (1) cuando se trabaja con series de medias anuales. Una simple transformacién de la ecuacidn (14) permite pre~ Sentar claranente los argumentos intuitivos. Supongamos a, = 0 y defini- mos c, = a, cw, +a, cm,. Restando p,_, a ambos nienbros de (14) se obtie- e ne entonces: Pe~ Peas A -ND Cy ~ mp as) La variacién de la tasa del precio de un perfodo respecto al preceden- te es una proporcién 1 - \ de la diferencia entre la tasa actual del coa- to variable y la tasa del precio del periodo precedente. La tasa de aumen- to del precio va siendo "corregida" por la aceleracién o deceleracidn del tipo de canbio y el salario respecto de la tasa de inflacién precedente. Esta es la idea esencial de la adaptacién de las expectativas. Es facil ver que si éste es el modelo de plazo corto de ajuste de precios, cuando se ex- tiende el perfodo de observacién respecto del cual se mide la variacién de Precios y costos, las tasas observadas son tiayores y dieminuye la significa ciOn relativa de la diferencia resultante dela inercia de corto plazo. En consecuencia, para periodos mas extensos se observaré una correlacién marca~ da entre la tasa del costo prino y la tasa del precio. EL argumento puede desarrollarse fornalmente como sigue. Suponiendo "0 ¥ con la indicada definicién de ¢,, (14) puede escribirse Aeata-dye, y también 4 log P Datos? +O-d) arog o, conde d indica derivada respecto del tiempo. Integrando respecto t se ob- Sg tos PL = dg a tog Pea tG-d) gP dtose, y toe (Fy /P) = dts (yy /P yy + A-N) tos G, /c,) Ahora bien, definimos % tal que PsP, nn / Pig = OC P/ Py, en consecuencia PsP =k h ° Pat re. 1 ¥ también log (P,/7,) = log + los (Fy /P 4) € es una medida de la variabilidad entre puntas del perfodo extenso, de 1a tasa de inflacién del periodo corto. Reenplazando en la precedente ecuacién logaritmica obtenemos log (7, / P,) = Xd toe (, 1?,) ~ Xtog x + =) ) tos (c, /,) entonces ¢ - log (F, /?.) = log (C, /,) - dtogyfaa -d) La ecuacidn expresa la relacién entre la tasa de aumento del costo y ja tasa de aumento del precio en el perfodo largo, como logaritmos de las respectivas proporciones de aumento en el periodo. Es inuediato observar awe Gsta diferencia no depende de 1a extensiGn del perZodo largo (h). Por “37 lo tanto, dada la tasa de inflacién, la diferencia seré menos significati- va en términos relatives cuanto mayor sea yy mayor en consecuencia 1a Proporeién de aunento de precio y costo. La diferencia depende del grado de inercia presente en las decisiones de precio ( ) y de la vatiabilidad de las tasas de ioflacién (A), Dada‘la inercia, cuanto més estable sea la tasa del costo, mas se ajusta la proporcidn de aumento de precio a la Proporcién de aumento del costo en el perfodo extenso, Lo misno ocurre, dadoK , cuanto menor sea la inercia. 4, Estimacién (1). Los shocks Presentanos en este punto la estinacién del modelo en 1a forma de 1a ecuacidn (14) sobre las series del perfodo que va del trimestre I de 1975 al IV de 1981. El Enfasis del andlisis esté colocado sobre los efectos de los shocks realizados a principios de los trinestres IIT de 1975 y II de 1976. Desglosanos estos efectos on dos hipétesis: i) Ambos_shocks resultaron en increnentos del mark “up que implicaron una aceleraci6n adicional de 1a inflacién, observable en los periodos inmedia~ n (III 75 y IE 76). tamente siguientes a su ejecuc. ii) Les shocks inducen un cambio en la formacién de expectativas. La in- formacién sobre la evolucién pasada de los precios pierde toda relevancia ¥ las expectativas de costos tienden a basarse exclusivanente en informa- ci6n sobre la tasa actual del precio de las importaciones (esencialmente el tipo de cambio) y del costo salario (esencialmente el salario). En conse- cuencia, en el perfodo que sigue inmediatamente al shock, la "inercia" de ja inflacién pasada pierde toda significacién como elemento explicativo de Ja tasa de inflacién. Lo mismo ocurre en el perfodo subsiguiente, una vez que se han nanifestado los efectos innediatos del shock. En el perfodo sub- siguiente al shock, 1a informacién sobre el pasado os aumentoa del tipo de cambio y los salarios inducidos por el shock~ es irrelevante para conje- ‘urar el nuevo ritmo de incremento del costo importado y el costo salario. ~38- En consecuencia, también en este perfodo desaparece la inercia y las expectativas de costo se basan en informacién actual sobre las tasas de esas variables. Operacionalizanos estas hipétesis del siguiente modo. En relacién a la hipdtesis i) defininos dos variables du aditival Zj5 = 1 en el trimestre TIT de 1975, 0 en otros trimestres, y 276 = 1 en el trimestre II de 1976, 0 en otros trimestres. Los coeficientes de regresién de estas variables son estimadores de la tasa de inflacién del respectivo trimestre atribuible a la variacién del markeup. Para analizar la hipétesis ii) definimos otra variable dumay: Py €n los trimestres III y IV de 1975, y II y IIL de 1976, 0 en otros trinestres. Esta variable permite analizar el cambio en el coeficiente de regre~ si6n de p,_, en los dos trimestres que siguen a la realizacién de cada shock. La hipStesis ii) no ser rechazada si el coeficiente de 2p, ¢s significativo, de magnitud similar y de signo contrario al coeficiente de Peas Con estas especificaciones estimamos la ecuacién. pet Avia tay cw, tat cm, + ay, 275 a 75 conde a = 2 -D) ayy ah =D) ay ae = Gh) Esta ecuacién resume entonces tres modelos: =39- = doug tat, cu tah om tat en todo el periodo, menos los trimestres I1i y 1V del'75 y II y III del "76, . en los trimestres inmediatamente siguientes a los shocks, III del "75 y IV del "76. Ce en los perfodos subsiguientes a los shocks, IV del '75 y TIT del '76. Peevio a la presentacidn de 1a estimacién debenos indicar, como hi- cimos en el caso de las estinaciones anuales, que adoptamos 1a hipdtesis de costo normal para el costo salario: ow =u ~ qie donde Git es 1a tasa trimestral tendencial de 1a productividad en el perfodo 1970-1981. La estimacién por M.C,0. de 1a ecuacién (16) es Pe = 0-294 p__, + 0.488 cw + 0,412 cm - 0.251 apy + 0.217 216 + (2,147) (4.763) (8.421) (-2.256) (2,261) + 0.304 276 - 0.045 an (4.783) (-1.397) 2 2 0.974 E.E.R. = 0.0627 D.W.= 2,025 EL ajuste es satisfactorio, Todos los coeficientes son significati- vos y la constante no es significativamente distinta de cero. El grafico 8 nuestra las estimaciones de 1a tasa de inflacién de los precios industria- Jes oar Ser ay assy ater debt Gerpiges reer teaacripertagperas es opewyase d :----— opeazesqu d :—__ © corTsvED ~u)- tes que se obtienen con 1a ecuacién (17). Estos resultados permiten no rechazar las bipStesis resumidas en el modelo, Posterganos por el ronen~ to el examen més detallado de los coeficientes ), a’ , i ¥ de la cons- fante, para privilegiar aqui el andlisis de los sho El signo y la significacién de los coeficientes de z. 25g prue~ geno y enifi le los coeficientes de 2,5 y 2.6 ban que en los erimestres innediatanente siguientes al shock se vepistran significativos aunentos del mark-up! En otro trabajo’? ensayanos una fundamentacién microeconémica de es- fe fendmeno basada en el sGbito aumento de incertidunbre asociado al Shock, Demostramos aldf que decidir tasas de aumentos de precio superio~ res a 1a tasa esperada de aumento de costos -y en consecuencia increnentar c} mark-up efectivo si las expectativas de costo son acertadas- es una con Gveta que minimiza los riesgos de pérdida asociados a la decisién, Concluf- mos que el grado conveniente de "sobreestimacién" -el incremento anti del mark-up sobre costos esperados- depende positivamente del grado de in~ certidunbre y negativamente de la tasa de interés. Bajo el supuesto que ll _En este punto, nos limitamos a indicar el efecto acelerador auténono gel shock, sin intentar una estimacién de la magnitud del increnento del Zark-up, ‘como hicimos en el capftulo precedente. Esto por varias razones. En primer lugar, la estimacién del incremento del mark-up requiere "despejar™ del efecto multiplicativo conjunto, el correspondiente incremento del costo Primo en el perfodo. Este calculo es sensible a las elasticidades costo salario y costo importado utilizadas. Por corresponder a perfodos distintos, con diferentes costos relativos, las elasticidades del modelo de plazo corto del presente capftulo son diferentes a las elasticidades del modelo con da- fos anuales, En segundo lugar, si bien es claro que el shock de junio de 1975 implicé un incremento del mark-up, hay evidencias de que este incre- Bento no explica la totalidad del aumento del mark-up medio de 1975 Tespecto del medio de 1974. Fstas evidencias indican que la pérdida de efectividad de los controles de precio fue acompaiiada de incrementos del Bark-up, antes del shock de 1975. Pero una discusign pornenorizada de es- tos procesos cae fuera de los objetivos de este trabajo. 12 Roberto Frenkel (1979). el grado de incertidumbre est@ asociado a 1a magnitud de la expectativa “tasas muy altas son m4s inciertas- podria concluirse, ceteris paribus ja tasa de interés, que el increnento del mark-up est asociado a la mag~ nitud de la expectativa inflacionaria. adas Tos resultados econométricos de este trabajo avalan las mencio. Presunciones, pero sugieren la inexistencia de una relacidn mas 0 menos continua entre mark-up y expectativa inflacionaria. En contrario, los resultados sugieren una relacién discreta: el arkcup tiende a elevarse como reaccién al brusco aumento de la incerti dumbre provocada por el shock, y tiende a mantenerse constante en el resto del perfodo, pese a las sensibles aceleraciones y deceleraciones experimen- tadas por el proceso inflacionario. En este sentido, los resultados proveen sustento empfrico a la nocién de normalidad de la expectativa inflacionaria: un rango mds o menos anplio de tasas esperadas e incertidumbre asociada a ellas, dentro del cual las tasas de aumento de precios decididas son senejantes a las tasas esperadas de aumento de los costos y, en consecuencia, tiende a nantenerse un matt 4B constante sobre costos esperados. El shockes un sGbito quiebre de 1a normalidad, Una vez que sus efectos se han desplegado, una nueva normali- dad tiende @ reconstituirse. Los cambios en la estructura de las expectativas en los trinestres siguientes y subsiguientes a los shocks son congruentes con esa interpre tacidn. EL coeficiente de zp,_; en la estinacidn (17) es significativo, Regativo y de valor absoluto practicamente igual al estimador de © . Estos resultados permiten no rechazar la hipStesis ii). E1 componente inercial se anula en los trimestres siguiente y subsiguiente a los shocks Este “reacomodamiento" de las expectativas de costo explica los saltos del ritmo inflacionario, de otra manera incomprensibles. En el trimestre inmediatamente siguiente al shock de junio de 1975, 1a tasa de los precios industriales fue 105.2%, que se redujo a 31.1% en el trinestre siguiente. ‘Gn ms pronunciada fue 1a reduccién de 1a tasa de los precios industriales después del shock de 1976: 1a tasa fue 90.2% en el trinestre II y se redus Jo 213.7% en el trimestre ILI. En el resto del perfodo, 1a presencia de una estimacién significativa’de X no rechaza la hipStesis de adaptabili- dad de las expectativas y el consiguiente elenento inercial en 1a tasa de inflacién trimestral. La moderada inercia detectada puede interpretarse como una de las caracter{sticas de la normalidad del proceso inflacionario. 5. Estimacién (IL La ecuacién (17) estima X= 0.294, af = 0.412 y af = 0.488. De és- tos resultan estimadores de las elasticidades costo salario y costo impor~ tado: a, sal / (=) = 0.691 a, at (=X) = 0.58% a que suman 1.275, significativamente mayor a1. Adem4s, la constante de la ecuacién, si bien no es significativamente distinta de cero el 95%, lo es al 90%. Estos resultados provienen de que el canbio de estructura de los pe~ rfodos siguiente y subsiguiente a los shocks no est bien reflejado en la ecuacién (16). Efectivamente, si el coeficiente X se anula en estos pe- rfodos, también deberfan cambiar a' y a’ para proveer en estos perfodos regresién no est contemplado en la ecuacién, los coeficientes que se obtie- nen son una especie de promedio entre a, (en el trimestre siguiente y subsi- guiente al shock) y a, (1 -)) (en el resto ‘del periodo), para el caso de a,i ¥ un promedio entre a, y a, (1 - \), para el. caso de a’ ‘3, En conse cuencia las clasticidades resultan sobreestinadas. Una forma de atacar el problema es obtener los estinadores sobre un perfodo que excluye los trinestres siguiente y subsiguiente a los shocks. Estimamos entonces 1a ecuacién (14) sobre el perfodo comprendido entre el trinestre IV del '76 y el trimestre IV del ‘81. 13 El cambio de los coeficientes a! y a! podria atacarse introduciendo otras dos dummies de estos coeficielites de regresién. Pero este método no puede utilizarse porque los tres d y at) son alta- mente colineales, " wy aw oy vpeurisa d :--—~ epearesqo d :—__ 6 ooTa¥¥9 -45- La estimacién por M.C.0. est P= 0.343 p,_y + 0.338 cm + 0.320 cw + 0.0006 (18) (2.529) (4.822) (2.431) (0.014) x? = 0.716 E.E.R.= 0.0416 DAW. = 1.981 Los coeficientes tienen el signo correcto y altos valores de t. Fl ajuste es satisfactorio, El gréfico 9 muestra las estimaciones que resultan de la ecuacién. La constante no es significativamente distinta de cero. Los estimadores de las elasticidades son: sal / (1-2) = 0.487 at / =X) = 0.514 que suman 1.001. Estos resultados no rechazan entonces la hip6tesis i), de nark-up constante sobre costos esperados. Las elasticidades estinadas son diferentes de las obtenidas para el periodo 1966-81 con low datos anuales (costo salario = 0.627 y costo de im- portaciones= 0,355). La menor elasticidad salario de la estimacién (18) ~y le consiguientenente mayor elasticidad tipo de cambio es congruente con los diferentes costos relativos vigentes en los perfodos de estimacién. Efectivamente, respecto a una base 100 en 1973, 1a relacién media costo im- portado/coste salario es 109.9 para el periodo completo-1966-81 y 137.2 pa- ra el perfode 1976-81. 6. Estimacién (111) La estimacin por el método da minimos cundrados ordinario de 1a forna aucoregresiva (14) tiene conocidos problemas econométricos. $i los errores del modelo (9) son serialmente independientes, los errores del nodelo (14) tendrn correlaciGn serial. Ha sido observado que, en consecuencia, 1a es tnacién por M.C.0. de 1a forma autoregresiva tiende habitualnente a resul- =46- tar en altos valores de, exagerando 1a inercia 0 sugiriendo largos 14 lags **. Fn nuestro caso, esto podria no representar problema porque las estina~ cionés de A implican una moderada inercia del proceso inflacionario -la tasa de inflacién del trimestre precedente repercute solo en alrededor de un ter~ cio de 1a tasa trimestral-. Sin enbargo crefnos conveniente contar con otra estinacién de los pardmetros del modelo, obtenida por un nédoto diferente, para dar nayor firmeza a los resultados. Realizanos para esto una extensién a varias variables de un método de estimacién directa del modelo de rezagos distribuides, sugeride por Klein, El método empleado es el siguiente. F1 modelo de las ecuaciones (9) a (11) puede escribirse: © a, a-d yD Mow s+ & j Pe Fai Te, +a 9) Las sumatorias pueden descomponerse: bet era dD Noy ta aed 0D Nos * . are so. ye + ig we Nea, ta, a-Ad & Rea 5 ta (20) yo donde el subindice 1 indica el punto inicial de la serie disponible y es cla~ ro que las "colas" no pecen ser estinadas. Ahora bien, hacenos zm, “odo dew, 5 y. zea, = (1 ~ A) Bite t y, sacando \" como factor comfn de las “colas", de (20) resulta: 14 G,S, Maddala (1979), cap. 16. 15 G.S. Maddala, pag. 361, El desarrollo fue realizado por el autor con— juntamente con Luis Acosta. El programa de tonputacién fue realizado por Luis Acosta. -47- x Wie say zou, ta, com, + [e add Kes + . 2 ot ‘ + a-hy Dd Wea de (ay ow SLI Maciendo i = j-t la expresién entre corchetes es: a-hy 2 Xap ta iS que, por (19), es igual a p, - a,1®. Entonces, definiendo & = p, - ays (21) way sey tay sen, +B a (22) t ‘ donde, dado on valor do A , pueden ser conputados zev,, een, y Nyy esti- mados con estos datos a, a, - y a.. El procedimiento empleado consiste te tar BY en experinentar con Mnasta determinar e1 valor que hace winito el error cuss dratico medio de las regresiones con (22). Los resultados obtenidos son los siguiente: d = 0.3665 a, = 0.538 (6.336) a, = 0.546 (3.444) a, = - 0.016 (-0.334) con un error esténdar de regresién de 0.0396, algo inferior al F.E.R.= 0.0416 de 1a estimacién (18). El estimador deA es ligeranente superior al que re- sulta de (18). La constante no es significativamente distinta de cero. Los 16 Esto es porque estamos obviando en la formulacién del modelo el térmi- no aleatorio. La expresién es la esperanza de p, ~ a). ia ae etinadores de las elasticidades tienen altos valores de t y nagnitu s muy semejantes a las que se derivan de los coeficientes de (18). Este conjunto de resultados constituye, por un lado, un test adicional de nuestras hipdtesis. Por otro, reafirma los estimadores de la forma auto- regresiva (18) y da mayor fundamento a su capacidad explicativa. -49- En forma andloga al capftulo precedente, nos proponemos en este pun- to discutir en el contexto del modelo de plazo corto la hipétesis’ de costo normal adoptada para el costo salario. Los resultados son congruentes con las conclusiones precedentes, mostrando que la tasa de los precios no mues~ tra sensibilidad a las variaciones de corto plazo de la productividad, aj tAndose,en canbio, a la tasa del salario nominal. Para sinplificar el an@lisis exclufmos en las estimaciones el perfodo que incluye los sh cks de 1975 y 1976, trabajando sobre las series que van del trinestre IV del '76 al trimestre IV del ‘81. El primer método ensaya~ do consiste en estimar 1a ecuacién (14) considerando 1a tasa del costo sala~ rio corriente en lugar del costo salario normal. Entonces: ww ql donde ql es la tasa de la productividad corriente.1? Se obtiene de esta ma~ 0.372 py 0.292 cw + 0.264 om + 0.019 (23) (2.840) (2.514) (3.781) (0.529) “R? = 0.720 E.E.R. = 0.0412 D.W. = 2.031. El ajuste es similar al de 1a ecuacién (18), que considera el costo sa~ lario normal, Pero, mientras que en aquel caso 1a suma de las elasticidades es 1.001, en la ecuacién (23) 1a suma es 0.928. Esta reducciéa de la suma de los coeficientes proviene de 1a disminucidn de las tasas del costo salario im Plicadas por los aumenton de Ya productividad corriente (cf, grafico 10). 17 En términos discretos cw = (1 +w) / (1 + ql) - GRAFICO 10 Evolucién de la productivi dad — Productividad corriente (desestacionalizada) = Tendencia 1970-81 a —s1- P, = 0-343 py, + 0.318 w + 0.338 - 0.002 (25) (2.521) (2.431) (4,822) (-0,034) = 0.715 EER. = 0.0416 D.wW. = 1,981 La estimacién con la tasa del salario nominal es pricticanente idénti- ca a la (18). Cono 1a tasa trinestral tendencial de 1a productividad es pe~ quefia, la tesa del salario nominal resulta econonétricamente indistinguible de la tasa del costo salario normal. Por esta razén,la constante, que deberfa indicar 1a tendencia de largo de la productividad, no es perceptible y no aparece significativa en la ecua~ ciGn. Sin embargo, no ocurre asf en la regresién equivalente realizada con series anvales, donde la tendencia de largo de la productividad resulta per- ceptible. & Las polfticas del perfodo 1975-81 Volvemos aqui a la discusin del proceso inflacionario y las polfticas del perfodo, a 1a luz del modelo de plazo corto de las paginas precedentes. Hemos colocado en ellas una importante parte de 1a atencidn sobre los efectos de los shocks , por lo que ne nos detendremos nuevamente en ese punto. Nos interesa, en cambio, sefalar algunas cuestiones que plantea la dindmica infla~ cionaria. Una primera cuestidn es la reaceleracién inflacionaria que experinentan los precios industriales desde finales de 1976, una vez que se hubieron disi- pado los efectos del shock y de 1a congelacién de salarios dispuesta inicial- mente por el: gobierno militar. En esta fase de 1a politica econdmica, como hemos sefialado en el priner capitulo, los efectos desinflacionarios debian sobrevenir de la reduccién del déficit del sector piblico, y mas generalmente, de la reduccién del gasto cau~ sada por 1a fuerte cufda de los salarios reales, en un contexto de libertad de mercado. La reaceleracién de la inflacién fue el primero de los fracasos de 1a politica de estabili: 46n del gobierno militar y, como tal, antecedente inme- diato de 1a politica de contraccién monetaria aplicada desde mediados de 1977. Notivé amargas reflexiones piblicas de 1a conduccién econdmica, quejosa de la “inhabilidad" del sector empresario para manejarse en un sistena de precios 1i- bres. Explicada con el modelo de paginas precedentes, la aceleracién de los precios industriales resulta de 1a aceleracién de los costos prinos en ese perfodo, sobre cuyas expectativas tiende a mantenerse constante 1a nueva pro- porcién de mark-up a que se llegé después del shock de 1976. Esto puede verse ns de cerca observando las tasas de aumento de los precios efectivas y esti- madas del siguiente cuadro: perfodos p observatla P estimada con ecuacién (17) con ecuacién (18) x a. III 76 137 13.8 16.1 ww 76 16.2 14.5 15.7 to77 2h. 28.8 26.2 * esta tasa estimada sin inercia, con las elasticidades detivadas de la ecuacién (18), La observacién de las estimaciones muestra claramente como 1a acelera~ cidn de 1a tasa de los precios industriales es explicada por 1a aceleraciéa de los costos, Fn esta fase, anbas variables eyplicativas eran efectivamente maneja- Gas por la conduccién econ6mica. La tasa del tipo de canbio de inportacio~ nes era ajustada de forma de mantener 1a paridad alcanzada después del shock. Fn relacién a los salarios, después del perfodo de congelacién fueron decre- tados con periodicidad trimestral tasas de aumentos noninales tendientes a Sostener la capacidad adquisitiva -~en relacién a los precios al consumidor- de mediados de 1976 (los salarios reales habfan cafdo més del 30% durante el trimestre 11 del '76). Por otro lado, 1a conduccién econdmica determina- ba una tasa de devaluacién mayor que 1a del tipo de caubio de importaciones Para el tipo de canbio efectivo de exportaciones agropecuarias, via la pro- gresiva reduccién de los im estos de exportacién, con el propésito de uni~ ficar los mereados canbiarios a fin de aio. Esta politica incidfa sobre los precios domésticos de los alimentos; Cofiponente importante de los precios al consumider. La conduceiéa econdmica no tenia muchos motivos de queja: 14 reaceleracidn de la inflacién era producto de su interés por cambiar los Precios en favor del sector agropecuario, en un contexto de "Libertad" de uD industrial, y en condiciones socio-polfticas que impulsaron a descartar mercado que supuso la permanencia de las nuevas proporciones de mark vna contraccién atin mayor de los salarios reales. Una segunda cuestién de interés se refiere a los efectos sensibles de 1a politica de "pautas canbiarias", los resultados del modelo de plazo corto reafirman las conclusiones adelantadas en el capftulo precedente: 1a decele~ racién de la tasa de los precios de los bicnes industriales en el perfodo es 93U2TII09 oFIETPS 03509 J opeazodat ofsead + Yeurou oTavyes 03809 / opeazocut oysead :—__ cons (OOT =€16T @8eq) SoatqeTax s03s0) OT ooTavY9 555 cuapRo 5 Residuos Ecuacién (18) Feri, PCRSERVAGA = ESTING —RESTOUD 2 PESTIUNS PESTINAOA 1s1sa1 186281 5 TOES 241233 zal7ld = REND 216889 S258 sors 5835 as1I34 283639 ~ 0222882 u 1378 98 230571 = O32446 36 1978 65 Sarees 1 eoes e578 2245 ts 132 ules FLL cassia 12 use 5 2.60609 Lasse 25.8788 153152 ~8 6824 5 1350 46 158822 “1 6S 4 130 6 2453 165488 22.8347 Taser “LTS 7 aszeay 51st 0254933, 59855, 56 bien explicada por 1a misma ‘ecuacién "estructural" -en su versi6n inercial de plazo corte, en este caso~ que explica en general la dindmica inflacio- varia. No existen evidencias de que 1a "apertura" de 1a economfa ocasionada por las polfticas canbia fas y arancelaria ~concretada en la prfctica en un fuerte aumento de las importaciones y de los gastos en el exterior~ haya afec~ tado la tasa de los precios industriales por la supuesta via de 1a competen- cia en el mercado doméstico. Los siguientes datos enfatizan este argunento. El cuadro 5 muestra los residuos de 1a ecuacién (18) destacando el perfodo de "pautas cambiarias". La informacién que nos interesa aqui se resume a continuacién: Residuos ecuacién (18) (p observada ~ p estimada) Perfodo completo 179-1 81 Media 0 ~ 0.0031 Desviacién Estandar 0.0393, 0.0298 El cuadro indica claramente 1a inexistencia de un sesgo sistemético en las estinaciones del perfodo de "pautas canbiarias". Mas atin, 1a desvia~ cidn estandar de los residuos es definidamente menor en dicho perfodo que en el perfodo completo. La mera: observacién de los residuos, sin necesidad de abundar estadfsticamente en el punto, evidencia la inexistencia de una tenden= cia definida. EL argumento en relacién a 1a "apertura" que puede fundarse en estos resultados merece un breve desarrollo adicional. Los resultados no pueden rechazar la hipétesis de que los precios domésticos de determinados bienes comercializades hayan sido afectados por 1a competencia de bienes importados via la sustitucién en la demanda. Los resultados no dicen, simplemente, nada sobre esta cuestign. Mas atin, el indice de precios industriales no incluye algunos bienes ~por ejemplo, automéviles- cuyos mercados donésticos registraron vna importante proporcién de oferta importada durante las “pautas". Pero es~ -57- tos no son loa puntos. La conclusién relevante que puede derivarse de los resultados es 1a debilidad de los efectos sustitucién sobre los {ndices ge~ nerales de precios de 1a economfa.2® En el rol desinflacionario de estos efectos se apoya la fundamentacién nis general -la que reconoce 1a existencia de bienes no conerciables~ que se ha propuesto para la "apertura" comercial cono politica de estabilizacién. Los resultados muestran que un modelo estructuralista, que ignora los efectos sustitucién, explica bien la historia de la tasa de inflacidn de los precios industriales durante 1a "apertura" y, en consecuencia, contribuye a explicar e1 "atraso canbiario" y sus derivaciones. En este sentido, el node~ Jo estructuralista proporciona una teorfa mejor de los precios industriales que la que basa su capacidad predictiva en el buen funcionamiento de merca- dos walrasianos. Desde la perspectiva de 1a polftica econémica, la cuestién no est& co- locada sobre si en el "largo plazo" los efectos sustitucién hacen 0 no su trabajo. La cuestidn est en determinar ex-ante si esos efectos sustitucién hacen su trabajo antes de inducir tales deficit en cuenta corriente que hipo~ tecan la economfa y desencadenan la crisis externa. Como es bien conocido, Pagaros un alto costo por la prediccién errada. Cabe, por Gltimo, un comentario sobre el perfodo que siguié al abando- no de las pautas cambiarias. La observacién de las Gltimas 1fneas del cuadro 5 muestra que la ecuacién (18) explica bien el nuevo salto en el ritmo infla- cionario, Entre el trimestre IV del '81 y el primero del mismo afio los pre- cios industriales aumentaron 121%-y-e1 modelo estima en el mismo perfodo un incremento de 124%. ~ El canbio de polftica significd el pasaje de una tasa de inflacién 18 Esta conclusién no depende de la estructura especifica de ponderaciones del Indice de precio industrial que utilizamos. Resultados similares (ain no publicados) fueron obtenidos utilizando el Indice de Precios al Consumidor, cuya composicién y estructura de ponderaciones difiere del aquf utilizado y proviene de 1970-71. 19 CE. por ejemplo, Carlos Rodriguez (1979). 58+ practicanente uniforme de 13% trinestral durante 1980 y el primer trimestre de 1981, a una tasa del orden de 20% trimestral durante el resto de ese aiio. El motor de este proceso, como ya indicamos, fue la sucesién de devaluacio~ nes con que se enfrenté 1a crisis externa. Entre los trinestres I'y IV del En el mismo perfodo, los "81, €1 costo de inportaciones se increnent6 217 salarios nominales aumentaron 68%. En el grAfico 10 puede observarse el consecuente cambio en la tendencia de los precios relativos. Es interesante indicar que el nuevo ritmo de devaluacién no fue unifor- me. Al contrario, un fuerte aumento del tipo de canbio real se concentrd en el segundo trimestre del ‘81. Esto puede verse en el siguiente cuadro, que muestra tasas de aumento trimestral en porcientos. cw om P 1981 17.0 15.0 12.3 IL 16.3 66.7 28.3 iL 14.3 45.1 34.8 iv 26.4 31.1 28.0 La forma en que se reflejé en el proceso inflacionario 1a politica canbiaria que siguid al abandono de las "pautas" proporciona -por 1a mag- nitud del cambio en el ritmo de devaluacién- una situacién particularnente ventajosa para evaluar la capacidad explicativa del modelo y, por lo mismo, para destacar ciertas caracterfsticas de la inflacién. En el segundo tri- nestre del ‘81, el traslado a los precios de los costes actuales ~calculado con las elasticidades derivadas de 1a ecuacién (18)- hubiera implicado un aunento de los precios industriales de 41.5%. En cambio, la tasa del tri- “iner- mestre fue 28%, ligeramente inferior a la tasa estimada con el modelo cial". Pese a la maynitud de las devaluaciones, la reaccién de los precios no muestra ninguna de las caracterfsticas que exhiben los shocks de 1975 y 1976: ni desaparece 1a inercia ni tiende a incrementerse la proporcién de rk-up. El ajuste se realiza de acuerdo al modelo "normal" del perfodo. =59- La observacién da algin pie para comparar las modalidades de ajuste y ensayar una explicacién de las diferencias. Una diferencia evidente re- side en la forma de 1a maxidevaluacién. Fn el segundo trimestre de 1981 el tipo de canbio no se incrementé de una vez sino que fue elevandose via dos devaluaciones del orden del 30% en abril y junio y pequefios ajustes en= tre ellas. Esta circunstancia sugerirfa que la diferencia puede encontrar~ seen la magnitud del ajuste instantdneo del tipo de cambio, pero pueden ensayarse otros argunentos, que involucran las condiciones de 1a demande y del costo y estado financiero de 1as empresas, que exponemos en el punto siguiente, -60- 9. Proyeccién fuera del perfodo de estimacién Proyecci6n fuera del peffodo de estimacién, En este punto utilizanos el modelo de 1a ecuacién (18) para proyectar Jas tasas de inflacién del aio 1982. Le proyeccién permite, por un lado, corroborar la capacidad explicativa del modelo y observar su estabilidad. Por otro lado, da lugar a una discusién adicional sobre las polfticas. EI comienzo del afio 1982 coincidié con 1a inauguracién de una nueva politica de corte ortodoxo. ¥1 efecto antiinflacionario debfa provenir de una abrupta caida en’ la tasa de creacién monetaria doméstica. A este fin, Se procuré una rapida reduccién del déficit del sector piblico basada esen- cialmente en el congelamiento por tienpo indeterminado de los sueldos y sa~ laries pagados por el sector. (Se esperaba, ademas, que ste tuviera efec- tos de simpatia sobre la tasa de aunento salarial del sector privado). F1 mercado de cambios fue unificado y "Liberado" -existfa en ese ronento un doble mercado de cambios con control sobre las transacciones comerciales- Se anuncié una flotacién "sucia" del tipo de cambio, que en la préctica re~ sult6 un régimen de libertad de cambio con tipo fijado por el Banco Central, bajo reglas de ajuste no explicitadas. La medida implicé una devaluacién inicial del tipo de cambio de importaciones del orden de 30%. A partir de este nuevo nivel se esperaba decelerar abruptamente el ritmo de ajuste, fun- dando esta expectativa en la reduccién de la tasa de creacin monetaria. FL programa de Roberto Alemann era, sin duda, el mds fiel a 1a ortodo- xia monetarista puesto en practica desde 1976. No-es este el lugar para discutir sus efectos. Tampoco tuvo 1a oportunidad de desplegarlos con am plitud pues vino a ponerle dramftico fin la guerra de las Malvinas. Los acontecimientos mpusieron e1 control de cambios, destinado a permanecer por largo tiempo. Con el fin de la guerra se pusieron en practica nuevas medidas de po- Aitiea econdmica, Bajo el régimen de control de canbios se puso en vigencia un sistema de canbios méltiples. En julio, el tipo de cambio para transac- ciones financieras se elevd un 150% respecto del valor medio del cambio ofi- cial del mes anterior, sosteniéndose en el nuevo nivel nominal durante los ~61- siguientes tres meses. 1 tipo de cambio de importaciones se increnenté en forma continuada durante el tercer trimestre del '82, a una tasa mensual sedia de 23%, via el ajuste del tipo "basico" y nodificaciones en la com- posicin requerida del mix de compras en el mercado "basico" y financiero. En el mismo perfdo, el tipo de cambio del mercado "paralelo" fue, en prome- dio, 31% mAs alto que el tipo financiero. Para el propdsito de proyectar las tasas de inflacién del period me- diante el nedelo, la existencia en la prdctica de restricciones cuantitativas en el mercado oficial de délares comerciales durante el tercer trinestre de 1982 supone una dificultad, pues no es sencillo ni debfa serlo para las enpresas~ determinar el tipo efectivo de cambio de importacién. A fin de eludir esta dificultad integranos el tercer y cuarto trimestre de 1982 y aplicamos el modelo a la proyeccién de 1a segunda mitad del afio. Mas preci- samente, hacemos lo siguiente. De acuerdo al modelo debe ser: Sumando las ecuaciones se obtiene: = al em, cn, Yow, cw Porn * Pay AO tM tA mre + ey tal Cy toy) C5) donde los subindices en niimero romano indican trimestres. Entonces haceno Prot * Pry = Pay yar * Pay / My 7} es decir, calculamos la tasa de crecimiento del precio del segundo semestre como el nivel de precio del cuarto respecto del segundg, De la misma forma hacemos: ~62- 1 emt eMy My yy = My / Oy - L ey t yy ow =o tt LIL Iv win 7 My fy oD sustituyendo en (25) es: toy” APrar 8% Swart Mry,r1 (26) con la que proyectamos el segundo semestre de 1982 utilizando los coeficientes de la ecuacidn (18). En el caso del primer y segundo trimestre utilizamos la ecuacién (18) considerando como p,_, la tasa de inflacién efectiva del trimes- tre precedente. Los datos y resultados de la proyeccién se resumen en el siguiente cua~ dro (en porcientds): Primer semestre 1982 Trimestre Poy oom ow pest. p obser. I 28.0 53.6 743 29.2 33.9 IL 33.9 33.0 5.9 24.7 22.7 Segundo semestre 1982 est. obser. Print “ivyrr “ivyir Pry, 11 Pry, IL 97.5 194.1 147.7 146.3, 146.5 El error del primer trimestre es ligeramente superior a un E.E.R. y el del segundo trimestre es inferior a medio E.E.R, La tasa proyectada del se- gundo semestre es practicamente idéatica a la tasa observada. 63+ Com indicanos arriba, estos resultados reafirman 1a capacidad expli- cativa del modelo y sefialan su estabilidad durante 1982. Tor lo mismo, des~ tacan la misma caracterfstica del proceso inflacionario reciente observada en 1981. Cone en ese caso, y a diferencia de los shocks de 1975 y 1976, el ajuste de los precios a las devaluaciones que siguieron al fin de 1a guerra se efectud de acuerdo al modelo normal. Los episodios de polftica econénica del segundo senestre del '82 amplfan el nfimero de observaciones con que contaros para sugerir una explicacién de Ja diferencia en las modalidades de ajustes. Un rasgo que el increnento del tipo de canbio del tercer trimestre del '82 comparte con el del segundo del *81 es que 1a maxidevaluacidn no se realizé de una vez. Este rasgo pareciera enfatizar el argunento ya indicado en el punto precedente, sobre 1a magnitud del ajuste instantaneo del tipo de carbio, Interpretando esta cuestign en la linea del modelo microeconémico a que ya hicimos referencia”? , 1a importancia de 1a magnitud de 1a devaluacién ~comparada con 1a tasa a la que venfa ajustén~ dose el tipo de canbio~ est asociada al grado de incertidusbre que introduce en 1a expectativa inflacionaria, or esta razén, una sucesién de devalusciones podrfa dar lugar a un ajuste diferente que una maxidevaluacién equivalente. Sin embargo, aunque al fin de la guerra de Malvinas el tipo comercial no fue incrementado de una vez en magnitud similar a 1975 y 1976, dificilmente pue- da argumentarse que el grado de incertidumbre de las expectativas era inferior al de aquellos -perfodos. En consecuencia, no parece que este sea el principal elemento de la diferencia. La observacidn del contexto macroeconédmico en. que. se produjeron los shocks devaluatorios orienta la explicacién en otra direceién. Los riesgos de pérdida asociados a la decisién de precid no son sélo funcién del grado de incertidumbre sino tanbién del costo de oportunidad del exceso de exis~ tencias en que puede incurrir la empresa por caida de sus ventas. Este costo depende de expectativas de demanda y de la tasa de interés. En términos mas generales, dicho costo depende tanblén de 1a’ posicién financiera de 1a enpre co mis robusta sea Ja posicién fi- 20. Roberto Frenkel (1979). cia a preciar por arriba de 1 terios separan en forna def julio 1975 abril 1976 abril i981 Tendencia del producto industrial en el senes- tre precedente 0.8 - 32 - 6.5 - 1.6 Tendencia del producto industrial en el trines- tre precedente - 48 - 85 Tusa de interés real men- sual en el senestre pre- cedente - 6.8 - 9.8 2.2 0.2 Tasa de interés real men- sual en el trimestre pre- cedente - 7.0 = 17,2 aa 0.3 Tas dos prineras fneas se refieren a la tenéencia del nivel de acti- vidad industrial (desestacionalizado). La primera es la tesa porcentual de variaciGn del senestre que precede a cada una de las fechas indicadas en el cuadro (respecto del semestre anterior). En la segunda Wnea, el mismo indica dor se refiere al trimestre que precede 2 las fechas indicadas. Las @Itinas dos Mneas indican e] costo del crédito bancario utilizado pot las empresas, cién al precio industrial- medido por la tesa de interés real mensual -en re? del semestre y del trimestre, que preceden las fechas indicadas. -65- El cuadro proporciom una idea de los diferentes contextos. En ju~ lio de 1975 e1 sector industrial se encontraba en la cresta de un perfodo expansivo, con abundantes beneficios, costo real del crédito my negative y sélida posicién financiera, La situacién no era my diferente’en abril de 1976, ain tomando en cuenta 1a recesign que se produjo en el segundo senestre de 1975, Fn cambio, tanto en abril de 1981 como en julio de 1982 el sector industrial se encontraba sobre una tendencia fuertenente recesi- va. Desde fines de 1979 las tasas de interés reales eran elevadas y, en gran parte como resultado de estos mismos procesos, muchas empresas tenfan una @il posicién financiera y enfrentaban restricciones en el mercado de cré- dito. Aunque el ndmero de casos no es suficiente para dar fuerza conclusi-~ va al an@lisis -y es deseable que nuevos experimentos de polftica econémica no nos proporcionen oportunidad de ampliar la muestra~ 1a comparacién es sugestiva de los factores que inciden para diferenciar los ajustes. ~66- CANITROT, Adolfo: La _ddsciplin ayo sobre el_prograi Estudios CEES, Volone “Teoria y practica del liberalismo. Apertura ec tica antiinflacionaria, Argentina 1976-1981. Desarrollo Econémico, néimero 82, Buenos Aires, 1981, CAVALLO, Domingo F. Los efectos recesivos e inflacionarios iniciales de las polfticas monetaristas de estabilizacién. Ensayos Econémicos, NE 4 pte, 2, diciembre 1977. FRENKEL, Roberto: ‘ones de p! en alta Volumen 2, nfimero 3, Buenos Aires, 1979. Estudios CEDES, es politicas de estabilizacién en Argentina: de la vieja va ortodoxia. 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ATL anuales Precios indus- | Precio salario Produetividad | triales* importado horario 1965 15,8 1,41 ais 70,1 1966 19,7 14,33 15,33 73,6 1967 24,0 21,95 20,14 81,3 1968 26,0 23,67 2,77 85,8 1969 27,5 25,85 24,63 89,7 1970 29,5 29,66 28,20 93,2 1971 38,8 35,52 38, 88 96,3 1972 65,8 66,5 57,94 99,3 1973 100,0 100,0 100,0 100,0 1974 129,8 135,9 143,22 100,3 1975 46542 39544 396,28 95,5 1976 2.47641 2.72942 1.428,12 94,4 1977 5.719,8 6.32641 3.696,28 100,3 1978 14.562,6 13.918,4 10.250,12 99,7 1979 36.180,1 26.102,3 29.337,34 114,0 1980 66 .140,7 40.564,3 66.382,42 ~}.--122,1 1981 140.100,7 106 .308,0 131.040,3 122,2 * Precios mayoristas no agropecuarios netos de alimentos y bebidas -69- CUADRO_A = 2 SERIES BASICAS TRIMESTRALES Indices base 1973-100 Ir 1977 IL qn Ww 1978 IL qIL wv 1979 II PRECLOS LNDUS- TRIALES 200,5 275,2 564,7 740,6 1.305,8 2.4842 2.8244 3.281,9 4,073,8 4.748,8 5.936,0 8.114,8 10.284,3 12.886,5 15.656, 19.462,2 25.192,9 31.387, 4 39.959,2 47.8916 PRECIO INPORTADO SALARIO HORARIO 157,9 248,8 463,1 666,6 1.281,3 2.738,9 3.200,5 3.7040 4.698,3 5.488,9 6.65149 8.512,0 10,8401 12.748,4 14.9574 17.229,9 20.549,4 24.195,0 28.097,4 32.024,6 195,2 2684 510,5 64949 1,044,9 1.357,0 1.574,7 1,859,2 2.541,5 3.185,0 4.057,6 5.288,8 6.494,6 9.468,5 11.460,9 14,154,5 18.980,1 24.795,2 33.060,0 41,172,0 99,9 98,9 96,9 95,5 94,5 9442 94,7 94,5 95,0 96,6 98,9 100,1 9855 98,0 97,7 99,2 103,5 108,6 11,7 113,6 -70- \TPRECIOS INDUS-[ PRECIO IMPORTADO] SALARIO HOR PRODUCTIVIDAD ‘TRIALES | i980 ~ — — L 53.914,3 39, 785,3 49.351,0 117,5 IL 61.093,1 39.290,8 60.352,9 17,5 qt 69.280,9 42.412,5 72.603,1 119,5 wv 80.1414 45.029,1 86 ..808,5 122,1 1981 1 89.999,8 51.7880 102.154,0 124,2 11 115.451,0 86.345,4 119.496,0 124,2 TIT 155 .668,0 125.314,0 137.475,0 123,0 v 199.284,0 | 164.3320 174.834,0 122,5 -n- CUADRO A ~ 3 TASAS TRIM! RECIOS TNDUS- BALARIO HORARLO ‘TRIALES ~ —— Le ~ . _ 1975 I 28,0 16,5 20,0 = 0,4 I 37,3 57,6 27,3 - 1,0 IIL 105,2 86,1 105,5 = 2,0 Ww 31,2 43,9 27,3 -1,5 1976 I 76,3 92,2 60,8 =. i 90,2 113,8 30,0 = 0,4 m1 13,7 16,9 16,0 0.6 IV 16,2 15,7 18,1 = 0,2 I 2441 26,8 36,7 o, Esa 16,6 16,8 25,3 1,7 ur 25,0 21,2 27,4 244 Iv 36,7 28,0 30,3 1,2 1978 I 26,7 27,4 22,8 -1y Ir 25,3 17,6 45,8 0, IIL 21,5 17,3 21,0 - Vv 24,3 15,2 23,5 5 1979 I 29,5 19,3 34,1 43 11 24,6 17,7 30,6 4,9 ur 27,3 16,1 33,3 29 Ww 19,9 14,0 24,5 1,7 TIVIDAD PRECIO IMPORTADO | SALARIO HORARIO PRECLOS INDUS. PRODUCTIVIDAD ‘TRIALES 1980 1 12,6 11,7 19,9 344 11 13,3 9,8 22,3 ° LIL 13,4 8,0 20,3 1,7 iv 15,7 6.2 19,6 2,2 1981 I 12,3 15,0 17,7 1,7 1n 28,3 66,7 17,0 0 ur 34,8 45,1 15,0 - 1,0 v 28,0 31,1 27,2 = 0,4 fe Deu: who Rapa tosoate de Feeninia PUC/RI TEE /1s83 1. Lava Resende, A. “Imconpat ibilidade Distribotiva e Inflagho Estrurs (esgot edo) 2. Malan, Pedro S. 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