Salvador Giner,

Emilio Lamo de Espinosa

y Cristóbal Torres (eds.)
Alianza. Diccionarios
. ,

,.,
·.
, ,"', Diccionario
de Sociología

l' •.

Alianza Editorial
----~_ ....... _---_._.
~epresentación proporcional
representación se configura así como una
continua tensión entre el ideal y el logro y,
como realidad política, sólo podrá medirse
por la existencia de instituciones encami-.
nadas a conseguirla. El gobierno represen-
tativo es una excelente ilustración de este
fenómeno. [I.D]
• PITKlN, H., El concepto de representa-
ción, Madrid, Centro de Estudios Consti-
tucionales, 1985.
representación proporcional Principio
de representación* política según el cual
debe establecerse una relación proporcio-
nal entre la representación electoral y la re-
presentación parlamentaria de los parti-
dos*. La distribución debe, por tanto,
efectuarse de acuerdo con el porcentaje de
votos obtenido por cada candidatura en
unas elecciones*. Históricamente la idea
de la representación proporcional se abre
camino, a finales del siglo XIX, en paralelo a
la adopción del sufragio* universal y a la
democratización del proceso electoral.
Este principio de representación requiere
de circunscripciones electorales* plurino-
minales. Los sistemas electorales* basa-
dos en el principio de representación pro-
porcional recurren a un tipo de candidatura
básica: el voto* de lista: se vota por listas
de partidos; aunque también es utilizado el
voto único transferible, en este caso los
electores votan a candidatos individuales
según el orden de sus preferencias. En la
modalidad del voto de lista se distingue, si-
guiendo la clasificación propuesta por
Lijphart, entre Jos sistemas de las medias
más altas (divisor) y los de los restos ma-
yores (cuota).
Los sistemas de los restos mayores más ha-
bitualmente aplicados son los que utilizan
las cuotas Hare, Droop e Irnperiali. En
cuanto a los que aplican las medias más al-
tas los más utilizados son el d'Hondt* y el
Sainte-Lague. De todas las fórmulas cita-
das, la que consigue una mayor proporcio-
nalidad es lade Hare, seguida de la Droop y
Saint-Lague, siendo la fórmula d'Hondt,
que se utiliza en España. y la Imperiali las
menos proporcionales. La proporcionali-
dad resultante de la aplicación de estas fór-
mulas varía según el tamaño de la circuns-
cripción electoral, es decir, depende del
648
número de escaños atribuidos a esta última,
siendo menor a medida que desciende el
número de escaños asignados. [P. C.V.]
• LIJPHART, A., Sistemas electorales y.
sistemas de partidos, Madrid, Centro de '."
Estudios Constitucionales, 1995. :Il:; ."I( .
1; 'J~:p
representaciones individuales/colectivas
El punto de partida fundamental desde el
que cabe interpretar toda la teoría de
DURKHEtM sobre el conocimiento humanq
radica en su concepción de la doble natura,
leza del hombre, ·como ser individual y
como ser social. Al igual que su escuela.
Durkheim insistirá una y otra vez en la su,
premacía intelectual y moral de la sociedad
sobre el individuo, ya que aquella no puede
reducirse a la mera suma de éstos. .,. ¡:¡
A la dicotomía individuo-sociedad reS1
ponde el dualismo entre conocimiento· in1
dividual y conocimiento colectivo. El C(}l
nocinúento individual proviene de las sen,
saciones que los objetos producen en los
sentidos del organismo, y a partir de dichas
sensaciones se construyen imágenes y r~
presentaciones individuales. Pero Durk~
heim es tremendamente claro en establecer
el límite de estas sensaciones, de estos esta·
dos de conciencia que resultan de las rela, .
ciones diarias del indi viduo con el mundo
material y que, en último término, serían
incluso incomunicables sin la existencia
de un lenguaje*, de unos conceptos y de
unas categorías que trascienden al indivi,
duo en cuanto que no han sido creadas po~
él, sino que anteceden a su nacimiento y se"
guirán existiendo después de su muerte. El
conocimiento individual muestra sus lími,
tes ya que, incluso para pensar, los indivi,
duos han de participar de un lenguaje, de
unos conceptos* y de unas categorías que
son fundamentalmente colectivos. Las re-
presentaciones individuales están subordi-
nadas a las representaciones colectivas. Y
frente a la simplicidad del conocimiento
individual basado únicamente en las sen·
saciones y percepciones, las representacio-
nes colectivas se pueden considerar según
un grado de complejidad creciente: len·
guaje, conceptos, categorías, mitologías*,
religión* y ciencia*' [J.M.G.]
• DURKHEIM, E., Las formas elementcJ/~s
de la vida religiosa, Madrid, Alianza Edj.
torial, 1993. LAMO DE ESPINOSA, E., GON-
ZÁLEZ GARClA, J. M., Y TORRES AWERO,
c., La sociología del conocimiento y de la dios de producción* y la fuerza de Irabajo*,
ciencia, Madrid, Alianza Editorial, 1994,
cap. 9: «Durkheim y la escuela francesa».
. reproducción La sociología ha importado
este ténnino de las ciencias de la naturaleza,
donde designa el proceso por el que uno o
más organismos individuales generan a
otros de la misma especie. En ese sentido
metafórico, la reproducción es el proceso
por el que la sociedad, considerada como un
sistema*, o alguna de las instituciones* que
la fomlan, considerada como subsistema,
se reproducen y aseguran su perpetuidad.
La sociología no ha dejado nunca de prestar
atención, claro está, a la reproducción en
su sentido más estricto, biológico. Por u V
lado, como parte de las relaciones de géne-,... reproducción cultural Reproducción* y
co·,la familia*, etc., y, por otro, como ob-
jeto de la demografía* (así, por ejemplo, se
definen las tasas bruta y neta de reproduc-
ción como las hijas nacidas por cada cien
mujeres en edad de procrear, sin descontar
'( o descontando su mortalidad*).
Pero la relevancia del concepto en la socio-
logía procede sobre todo de su uso por
MARX. Para éste, como para cualquier eco-
nonusta, la reproducción es, en su sentido
más elemental, la producción*, de nuevo,
al final de cada ciclo producti vo, de los ele- hay cultura sin reproducción. En el mismo
mentos de que partió; un balance que debe
aplicarse lo mismo a una empresa que a
una sociedad tomadas aisladamente. Así,
la unidad campesina de subsistencia debe
conservar constantes las capacidades de la
tierra, apartar semilla para la siguiente co-
secha y mantener cotidiana e intergenera-
cionalmente su capacidad de trabajo, etc.
. La reproducción de los factores del proceso
'. de producción en una cantidad similar era
denominada por Marx reproducción sim-
pie, '¡ en cantidad mayor, reproducción
ampliada o acumulación*. Una de las ca-
racterísticas distintivas del capitalismo* es
que su objetivo sistemático y omnipresente
no es la reproducción simple, como para la
generalidad de las formas económicas an-
leriores, sino la acumulación.
Sin embargo, el atractivo de la idea de
Marx reside en olro punto: al producir. en el
contexto capitalista, el Irabajador no sólo
reproducción cultural
reproduce los elementos materiales de la
producción. o su valor equivalente (los me-
o su precio), sino que también produce y
reproduce las relaciones de producción·
mismas. Al final del proceso, el trabajador
recibe sólo su salario, que le permite mante-
nerse pero le obliga a vender de nuevo su
fuerza de trabajo, mientras que el capitalista
recupera su capital*, incluso ampliado, lo
que le permite volver a comprarla incluso
en mayor cantidad. La reproducción, pues,
lo es de los elementos materiales, pero tam-
bién de las relaciones de producción y, por
tanto, de las clases sociales* configuradas
en torno a ellas. [M.F.E.]
• MARX, K., El capital, libro 1, sección
VII; Madrid, Siglo XXI, 1975 [11l72].
cultura* son, en cierto modo, una misma
cosa. En la primera definición clásica de la
cultura como «ese todo complejo que ¡n-
cluye el conocimiento, las creencias, el
arte, la moral, la ley, las costumbres y cua-
lesquiera otras capacidades y hábitos ad-
quiridos por el hombre en cuanto miembro
de la sociedad» (E. Tylor, Primitive cultu-
re, 1871), va implícito que la cultura se re·
produce a través de su interiorización por
los individuos; dicho de otro modo, que no
sentido hay que entender a MALlNOWSKI,
Kardiner o Linton cuando consideran la
cultura como una herencia social. Según el
primero de ellos, «esta herencia social es el
concepto clave de la antropología cultural
l...). Normalmente se la denomina cultura
en la moderna antropología y en las cien-
cias sociales. f...] La cultura incluye los ar-
teractos, bienes, procedimientos técnicos,
ideas, hábitos y valores heredados».
Sin embargo, la verdad elemental de que el
individuo es producto de la sociedad, de la
cultura, ha sido extrapolada e hipostasiada
hasta el extremo, dando lugar a lo que se ha
dado en llamar teorías o hipótesis unilate-
ralmenle estrucluralistas* (por ejemplo,
ALTlIlISSER y su leuríade la ideología*), hi-
persocializaduras (por ejemplo, I3ER(iER y
LucKMAN y su ya clásico La cullJtruccián
social de la r('(jli<locl). rcproduccionislas
(130llROIElJ y Passeron en L,(J rCf'ruduc-
 reproducción social
ción), etc., en las que el papel de los agentes,
individuales o colectivos, se desvanece tras
la omnipotencia demiúrgica de la cultura,
la sociedad, el sistema*, la estructilla*, etc.
Se ha subrayado en especial el papel de ins-
tituciones pretendidamente neutras o Unl-
versaJistas, como la escuela*, en la repro-
ducción de la (sub)cultura de la burguesía*
o la pequeña burguesía urbanas.
Como reacción, y apoyándose principal-
mente en los trabajos del historiador E. P.
Thompson y el crítico cultural R. Williams,
y particularmente su ataque contra el es-
tructuralismo, ha surgido una corriente que
puede denominarse culturalista, represen-
tada especialmente por el Centre for Con-
temporary Cultural Studies de la Universi-
dad de Birmingham y por autores como
Paul Willis. Esta corriente subraya que, aun
cuando el resultado final de un proceso
social pueda ser reproductivo, los actores
intervienen en él en papeles activos, me-
diando, reelaborando y recreando los signi-
ficados recibidos en lo que denominan pro-
cesos de producción cultural. [M.F.E.]
• WILLIS, P., «Producción cultural y teo-
rías de la reproducción», Educación y so-
ciedwl5, 1985 [1983]. WILLIAMS, R., «Re-
productiol1», New Society, 5 de mayo de
1977.
J reproducción social Aunque, en el ámbi-
" to de las ciencias sociales, la expresión no
puede pretender en sí ningún significado
distinto del término reproducción a secas,
tiende a emplearse para designar dos tipos
de procesos: por un lado, las relativas per-
manencia y homeostasis de las institucio-
nes, las relaciones y las fom1as sociales;
por otro, la herencia de la pertenencia de
clase; y, en ambos casos, con inclusión no
sólo de los procesos materiales de perma-
nencia o replicación, sino también de los
mecanismos simbólicos de legitimación
de los mismos y de sus resultados. En un
caso se aplica al orden social* y a las insti-
tuciones que lo forman; en el otro, a los in-
dividuos y a su inserción en ese orden.
En la primera acepción mencionada, popu-
larizada en general -pero no sólo-- por el
neomarxismo en el análisis de diversos fe-
nómenos sociales, la reproducción social
es un fenómeno similar al de la reproduc-
650
ción económica (de los elementos materia·
les y de las relaciones sociales de la pro-
ducción), pero de mayor amplitud. La re·
producción de la sociedad capitalista, por
ejemplo, comprendería no sólo la produc.
ción, de nuevo, de los factores de produc-
ción y de las dotaciones iniciales de los in'
dividuos y grupos que intervienen (y, por
tanto, de las relaciones de producción y de
las clases sociales), sino también de insti'
tuciones* no propiamente o no exclusiva·
mente económicas como el estado moder-
no o la familia nuclear*, así como de la
legitimidad* de unas y otras. En esta pers-
pecti va, la reproducción social no es sino
el trasunto marxista de la estabilidad es-
tructural; y la contribución a ella por pacté
de tal o cual proceso y/o institución, otro
tanto de la función *. El concepto de repfOó
ducción social lleva al marxismo* al en: .'
cuentro con el funcionalismo*. A la idea
de reproducción, considerada en este senti~
do, se han opuesto las de conflicto* y con·
tradicción*. 'J
En la segunda acepción indicada, se deno-
mina reproducción social a los procesos
por los que los individuos nacidos en una
clase o un grupo social* terminan pertene-
ciendo a ellos como adultos, o por los que
los adultos de una generación transmiten
su posición de clase a sus descendientes,
en particular a través del sistema educativo
(BOURDIEU y Passeron). En este sentido,la
idea de reproducción social se equipara a la
de herencia social y se contrapone directa-
mente a la de movilidad social *, elemento
básico de la concepción abierta y merito-
crática de la sociedad. [M. P.E.]
• BOURDJEU, P., y PASSERON, J. c., La re·
producción, Barcelona, Laia, 1977 [1970]:
requisitos funcionales y estructurales'
En la explicación funcional un elemento
resulta explicado por su consecuencia ob-
jetiva (función*), es decir, por la referencia
funcional de ésta, la cual tiene una doble
connotación: designa (a) el criterio por el ....
que tal elemento es relevante (criterio de
ref. funcional) y (b) el otro elemento para
el cual es relevante la consecuencia del pri-
mero (nivel de ref. funcional). D. F. Aberle,
en su artículo «The Funcional Prerrequisi-
tes of a Society» (1950) explicitó los crite-
rios (prerrequisitos) que han de satisfacerse
para que una sociedad se mantenga y evite
una de las cuatro formas de desaparición:
por extinción o dispersión de sus miem-
bros, por apatía de los mismos, por la gue-
rra de todos contra todos o por absorción
en otra sociedad. Tales prerrequisitos son:
relaciones adecuadas con el ambiente del
sistema y reproducción sexual de nuevos
miembros; diferenciación y asignación de
roles*; comunicación; orientaciones cog-
nitivas comunes; fines comunes; regula-
ción nOffi1ativa de los medios; regulación
de la expresión afectiva; socialización ade-
cuada; socialización*; control de la con-
ducta. T. PARSONS recoge el concepto e
integra un catálogo de prerrequisitos fun-
cionales en The Social System, para siste-
matizarlos definitivamente en los cuatro
imperativos funcionales del sistema AGIL
en An Out[ine 01the Social System (1961).
En correspondencia, los requisitos estruc-
turales son las pautas de acción y sus es-
tructuras concretas, de cuya actividad se
sigue la producción de los requisitos es-
tructurales. A nivel societal tales estructu-
ras serían: las organizaciones familiares* y
de parentesco*; los gobiernos y organiza-
ciones afines; organizaciones de tipo eco-
nómico, religiosas, educativas, científicas
ydeocio. [J.A.P.]
• ALMARAZ, J., La teoría sociológica de
Ta[cott Parsolls, Madrid, Editorial Uni-
versitas, 1997.
resentirnjento El resentimiento es un
complejo psíquico en el que se mezclan la
frustración, la envidia y el afán de vengan-
za. Se produce en quienes se sienten infe-
riores a otros, lo cual les hace sufrir, pero
reprimen su deseo de vengarse y lo subli-
, man en indignación moral. Es algo así
como una «intoxicación psíquica» -la ex-
presión pertenece a Max SCHELER- provo-
cada por tragarse un veneno que uno debe-
ría ser capaz de expulsar sin dilación. El
resentido rumia la frustración que le lacera
ante una excelencia que no se siente capaz
de igualar y la convierte en repudio ético
de las cualidades que envidia: fuerza, cora-
je, talento, salud, belleza, gloria, riqueza,
etc. Las convierte en estigmas malignos,
mientras que como contrapartida la debili-
residuos y derivaciones
dad, la humildad, la enfermedad o la po-
breza son consagradas como timbres de
superioridad moral. Podría decirse que el
resentimiento es una forma perversa y da-
ñina de admiración.
NIETZSCHE ve en el resentimiento el funda-
mento de los actuales criterios morales na-
cidos con el cristianismo*. Los primeros
valores fueron afirmados por los más fuer-
tes, agresivos y sanos de los homl>res, que
llamaron bueno a lo que se les parecía (el
ténnino virtud, por ejemplo, proviene de
vil', la excelencia viril del guerrero); des-
pués este criterio fue invertido por la ma-
yoría de los más débiles o menos audaces,
que denostaron la arrogancia al no poder
compartirla y se ensalzaron a sí mismos
por oposición como santos. Primero, «esto
es bueno porque yo soy así»; luego, «yo
soy bueno porque no soy como ellos». En
su psicología de las masas, FREUD apoya
desde sus propios presupuestos el análisis
nietzscheano.
Cabe objetar, empero, que a veces se de-
nuncia como resentimiento cualquier críti-
ca del mérito injusto o la defensa del princi-
pio democrático, otra forma de buscar la
excelencia a través de la dignidad igual de
los humanos. ¡F.S.]
• NIE17.5CHE, F., Genealoíiía de [a moral,
Madrid, Alianza Editorial, 1979. SCHELER,
M., E[ reselltimiento en [(1 moral, Madrid,
Revista de Occidente, 1927.
residuos y derivaciones Dos conceptos
acuñados por PARETO en su te.oría general
de la acción. Pareto distingue entre la ac-
ción lógica y la no lógica y afirma el predo-
minio de la segunda en la conducta de los
individuos. El objeto de estudio de la so-
ciología es el estudio de las teorías no lógi-
cas como fundamento de la determinación
de la fonna y el equilibrio sociales*. No
trata de estudiar la estructura de la acción
social*, sino de analizar la clasificación de
los dos principales componentes de ésta:
los residuos y las derivaciones.
Los residuos son las manifestaciones de
tendelll:ias y sentimientos universales en
principios, supuestos o creencias* que
subyacen tras la acción o el razonamiento
no lógico. Por medio de un razonamiento
inductivo Pareto señala los elementos resi-
servicios
ríe temporal es una secuencia de medicio-
nes realizadas en distintos momentos (con
frecuencia, equidistantes). Las series tem-
porales presentan características distintas
de las de una muestra de corte transversal o
de una muestra aleatoria; por ejemplo, el
orden de la secuencia no puede ser altera-
do, y las observaciones son dependientes
entre sí. Esta dependencia temporal es típi-
camente grande y plantea problemas meto-
dológicos importantes.
El análisis moderno de series temporales
representa la convergencia de dos corrien-
tes: una, la teoría (matemática) de proce-
sos estocásticos (Wold, Cramer, Kolmo-
gorov, Wiener. ..), que se desarrolla sobre
todo en Europa continental. Un proceso
estocástico es una variable aleatoria cuya
función de distribución varia en el tiempo.
La necesidad de tener estas funciones bien
definidas limitó la teoría a procesos esta-
cionarios, en los cuales la variable tiende a
regresar a su valor medio, independiente
del tiempo. La segunda corriente, asocia-
da con el mundo anglosajón (Yule, Kuz-
nets, Kendall, Holt...), se orienta a proble-
mas prácticos tales como predicción,
ajuste estacional, estimación de tenden-
cias y ciclos, o interpolación. Puesto que la
mayoría de las series reales no son estacio-
narias, esta corriente adoptó una visión ad
!loe, fundamentalmente empírica, basada
elliel uso de filtros (combinaciones típica-
;né~te lineales de las observaciones), es-
cogidos en base a sus características es-
pectrales. Sobre los años sesenta comenzó
a generalizarse una metodología que in-
corpora ambas corrientes. La serie tempo-
ral se ve como una realización finita de un
proceso estocástico, una vez resueltos los
problemas de no-estacionariedad. Esta vi-
sión permite resolver, con un fundamento
teórico sólido, los problemas prácticos
mencionados antes. En esta convergencia
entre aplicación y teoría, han jugado un
papel importante el desarrollo del Filtro de
Kalman y de los modelos ARIMA* (Auto-
Regressive /n/egra/ed Moving Average),
junto con la metodología de Box y Jen-
kins. La proliferación de estas técnicas se
ha visto facilitada por la explosión infor-
mática. En los últimos treinta años el análi-
sis de series temporales ha sido objeto de
678
investigación intensa, y sus técnicas se
usan en multitud de disciplinas científicas
(la econometría* ha contribuido a esa in-
vestigación en forma notable, especial-,
mente en cuestiones de no-estacionarie-
dad). Quedan aún problemas importantes
por resolver; por ejemplo: la extensión del
análisis a series con frecuencias muy altas,
como son muchas series financieras; la au"
tomatización inteligente de las técnicas
para su aplicación rutinaria a bases de da-
tos con cientos de miles de series; y la mo-
delización de las interacciones entre las
variables (modelos multivariantes). En-
contrar un procedimiento de modelizar, a
la vez, la dependencia en el tiempo y las
relaciones entre las variables sigue siendo
un desafío importante, particularmente re-
levante en ciencias sociales. [A.M.I
• HARVEY, A. C., Time Series Mode/s,
Deddington, Philip Allan, 1981. MILLS, T,
C., Time Series Teehniques for Eeono·
mis/s, Cambridge, Cambridge University.
Press, 1990.
servicios La continua expansión de las
actividades de servicios (también llamadas
terciarias) constituye uno de los rasgos
más relevantes de la evolución de las eco-
nomías avanzadas. Los servicios son ya el
sector con mayor peso en términos de em.
pleo y por su contribución al producto na-
cional en las principales economías del
mundo. En Estados Unidos los ocupados
en las distintas ramas de servicios superan
el70 por 100 del empleo total yen la Unión
Europea este porcentaje varía entre el 60 y
el70 por 100 según los pafses.
El crecimiento de los servicios ha dado lu-
gar a diversas teorías explicativas. Alguna
de ellas, como la de los estadios del creci·
miento económico*, vinculó los cambios
en la estructura productiva de las econo-
mías a una secuencia de fases, la última de
las cuales estaría siempre dominada por los
servicios. En una línea similar, aunque más
sociológica, Daniel BELL planteó su tesis
de la sociedad posindustrial*, que alcanzó
gran difusión en los años setenta. La crisis
económica iniciada a mediados de dicha
década y los análisis más recientes sobre el
funcionamiento de las economías y los
efectos de las nuevas tecnologías* han lle-
vado, sin embargo, a reali7,ar propuestas
menos simplistas. La industria ocupa de
nuevo una posición clave en el crecimien-
to, pero se destaca la íntima relación exis-
tente entre industria y servicios. La pro-
ducción de bienes requiere cada vez más
servicios y, simultáneamente, la oferta de
muchos servicios necesita más equipos y
capital. Las estadísticas sobre empleo sec-
torial no reflejan, pues, algunos cambios
muy importantes y pueden inducir cierta
confusión.
Los servicios presentan algunos rasgos di-
ferenciales, El primero es que, en la mayor exentos del estigma* que suele acompañar
parte de los casos, su producción y consu-
mo son simultáneos, o Jo que es lo mismo, a
diferencia de los productos industriales.
los servicios no son almacenables. El se-
gundo es que, como consecuencia de lo an-
. , erior y por el carácter personal de gran
parte de ellos, los aumentos en la deman-
da* impulsan incrementos en el empleo,
siendo difícil la sustitución de trabajo por
capital* (especialmente en ramas como el
transporte, la sanidad y las éomunicacio-
nes). El tercero es que los incrementos de
la renta* por habitante conllevan un mayor
gasto en servicios (transportes, ocio, edu-
cación, sanidad). Y el cuarto es que las
fluctuaciones cíclicas de los servicios son
menos pronunciadas que en la industria.
En parte por la vinculación de ciertos ser-
vicios al sector público, pero también por-
que una serie de ellos son difícilmente
prescindibles incluso en las fases de menor
crecimiento económico o de carácter rece-
sivo. [J .C.R.]
• CUADRADO ROURA,J. R., y DELRfoGó-
MEZ, C., Los servicios en Espalla, Madrid,
Pirámide, 1993.
servicios sociales En su significado más \/servidumbre Si bien el término procede
amplio el término se refiere a todos los ser- "del latín servlls, esclavo rural, la servidum-
vicios personales relacionados con la me-
diación que el estado* ejerce entre los ciu-
dadanos* y el acceso a oportunidades de
bienestar*. Su significado más restringido
y común se refiere a las actividades que lIe-
van a cabo los trabajadores sociales*, lo
cual presenta no pocos problemas de aco-
tación, dado que, según la institucionalila-
ción* que la política social* tenga en cada
país. éstos pueden estar adsCl;tos a un de-
servidumbre
partamento administrativo propio. o re par-
tidos entre los de sanidad, vivienda, educa-
ción* y seguridad social*.
Los orígenes más próximos de estos servi-
cios h¡¡y que buscarlos en las transforma-
ciones que la beneficencia religiosa ex-
perimentó a medida que se extendía la
industrialización* y la urbanización* de
las sociedades occidentales. Movimientos
filantrópicos* de distinto signo ide(llógico
han impulsado, desde finales del siglo XIX,
un mayor protagonismo del estado en favor
de servicios sociales universales que estén
a los asistidos. Sus usuarios. empero. conti-
núan siendo mayoritariamente los pohres.
los viejos y los incapacitados en general.
Los servicios sociales son, pues, herederos
de las fonnas más antiguas de asistencia
social* y. paradójicamente. son los menos
documentados y propensos a dejarse medir
en fonna de indicadores sociales* y, en
consecuencia, a ser objeto de investigación
sociológica comparada.
En los servicios sociales es donde más pa-
tente se hace el carácter de control social*
que pueda tener el Estado de Bienestar*,
La estrecha relación personal entre usua-
rio y proveedor del servicio y la frecuente
injerencia de éste en la privacidad* y 010-
dos de vida del primero despiertan no po-
cos recelos en torno a quién está más auto-
ri7.ado a jUlgar la calidad de vida de una
persona, si ella misma o el profesional dcl
bienestar. [S.S. U.]
• SARASA, S" E/ servicio de lo social, Ma-
drid, Instituto de Servicios Sociales, 1993,
KAHAN, A, 1., YKAMERMAN. S. B., Los ser-
vicios socia/es en perspectiva in/ernacio-
na/, Madrid, Siglo XXI. 1987.
bre fue modelada por el derecho germáni-
co, que reconocía al no libre como persona.
En general, el siervo estaba incapacitado
para adquirir o alienar bienes raíces, some-
tido a la autoridad política yadministrati-
va, judicial y fiscal del señor, obligado a
prestarle colaboración militar cuando lo
requiriese y. sobre lodu, a entregarle una
parte de su lraoajo o de su producto. lo que
hizo de ella la forma de explotación* típica
 índice de autores y términos
¡"dice de autores y términos
[J.M.T.] José María autoridad legal-racional vivienda, sociología [L.S.] LuisSaavedra
Tortosa legitimidad juicio de valor tabla de contingencia
de la S. Aznar
centro/periferia W.Sombart método hipotético-deductivo TST (Twenty Statement
división internacional del J. Balmes organización Test)
tipicidad [UF.] LIuis Flaquer
trabajo tipificación J. Donoso Cortés organización formal variable
1. J. Bachofen J.deMariana
mundialización tipo ideal palrimonialización varianza
catalanismo R. de la Sagra
sistemas-mundo, teoría de E. Troeltseh relativismo
comunidad/sociedad
los vocación relativismo cultural " lM.F.E.) Mariano
consanguinidad [L.S.C.] LuisdeSebastián
Tercer/Cuarto Mundo SapiI-Whorf. tesis de " Fernández Engulta
familia extensa Carazo
[J.R.M.G.] José Ramón F. Saussure alfabetismo/analfabetismo
A.Ferguson subdesarrollo
[J.M.V.] JosepMaria Montero Gibert sociología de las credencialismo
incesto
Vallés efecto adhesión/rechazo organizaciones educación
kibbutz [L.T.] Luis Toharla .
elecciones (bandwagon/underdog) valor esclavitud
~lj~ j ,
voto econonúa positiva estamento
linaje mano de obra
(J.N.M.] JavierNoya voto útil [M.B.C.) Margarita explotación
monogamia mercado de trabajo
Miranda Barañano Cid reproducción
parentela paro
maximin (J.R.S.E.] José R. clase ociosa reproducción cultural
parentesco .. ' ! 1 población activa
minimax Sebastián de Erice empleado reproducción social
privatización población ocupada
peligro distancia de rol Th. Veblen servidumbre
público/privado segmentación del mercado de
perfil de estatus distancia social F. Tonníes trabajo .
riesgo doble vida; doble vida doble [M.C.] MercedesCabrera [M.F.ES.] Manuel
dramatlÍrgico, enfoque . autarquía FernándezEsquinas
[L.G.M.] Luis Garrido [L.V.R.] LuisVegaReñón
[J.P.F.] Juan Pablo Fusi E.Goffman Escuela de los Anuales cuestionario
Medina Círculo de Berlín
liberalismo institución total mentalidad desarrollo tecnológico
libertad categoría socioeconómica Círculo de Viena
dependencia encuesta
regeneracionismo conocimiento, teoría del [M.C.T.] María Cátedra entrevista
(J.R.T.P.] José Ramón ocupación
Torregrosa Peris Tomás método experimental
ocupaciones, clasificación de [M.A.] Manuel Atienza
[J.P.L.] JosepPicóLópez psicología social kula observación participante/no
persona social filosofía politica
humenéutica C. Levi-Strauss participante
profesión H. Kelsen
postmodernismo, [J.S.] Joan Subirats magia revolución tecnológica
postmodernidad políticas públicas L. H.Morgan
(L.M.] LuisMoreno [M.A.C.] Miguel Ángel nomadismo [M.G.] Montserrat
colonialismo interior Cainzos
[J.P.L.N.] Joaquín P. [J.S.D.] Juli Sabaté pastoreo Guibernau
consociacionismo estratificación social
LópezNovo Delgado trabajo de campo R.Aron
Estado del Bienestar
clientelismo criminología federación [M.A.D.H.] MaríaÁngeles
estatus adscrito/adquirido delincuencia juvenil [M.E.] Modesto Escobar lM.G.F.] Manuel Garcia
federalismo DuránHeras
familismo delincuencia organizada análisis de componentes Ferrando
jacobinismo discriminación
familismo amoral principales deporte, sociologCa del
meltingpot discriminación positiva
institución (J.V.] Jesús Vlcens análisis de contenido Gini, indice de
partido politico división sexual del trabajo
lealtad sociologCa de la salud análisis linear-logarítmico P. Lazarsfeld
politeya" feminismo
palrimonialismo empirismo Lorenz, curva de
regionalismo feminización
pluralismo (L.E.A.] Luis Enrique error de muestreo metodología
pluralismo cultural género escala Phillips, curva de
Alonso (L.P.L.] LaureanoPérez
universalismo/particularismo masculinidad escala de Bogardus de sociología matemática
estandarización Latorre rninoría distancia social triangulación
fordismo/postfordismo causa, explicación causal
[J.P.V.] José Pérez Vilariño E.O.Mayo escala de Guttman turismo
causalidad (M.A.S.) Manuel
galleguismo . necesidades escala Likert variable
explanandurnlexplanans Alcántara Sáez
problemas sociales escalamiento dependiente/indepen-
explicación peronismo
(J.R.B.M.] José Rubén productividad mullidimensional diente
fines/medios
Blanco Merlo sociología del consumo escalas de rango variable discreta/continua
hipótesis [M.B.] Miguel Beltrán
epistemología F. W.Taylor panel variable
idiográfico/nomotético Administración pública
taylorismo parámetro endógena/exógena
inducción/deducción análisis/sCntesis
[J.R.M.] Javier Rodríguez ponderación variable interviniente
método científico apariencia/realidad
Martinez [L.C.A.] LuisCortés replicación
neopositivismo burocracia
ascetismo Alcalá sesgo (M.G.G.] Moisés González
positivismo burocratización
autoridad, tipos de urbanización significación estadística. Garda
teleología funcionario pruebas de G. Vico
890
----"-..-,,-------.. _._---_._---------