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Y habindolo hecho, encerraron gran multitud de pescado, que su

red se rompa.
E hicieron seas los compaeros que estaban en el otro barco, que
viniesen ayudarles; y vinieron, y llenaron ambos barcos, de tal
manera que se anegaban.
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Lo cual viendo Simn Pedro, se derrib de rodillas Jess, diciendo:

Aprtate de m, Seor, porque soy hombre pecador.
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Porque temor le haba rodeado, y todos los que estaban con l, de

la presa de los peces que haban tomado;
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Y asimismo Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran

compaeros de Simn. Y Jess dijo Simn: No temas: desde ahora
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pescars hombres.
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Y como llegaron tierra los barcos, dejndolo todo, le siguieron.

Y aconteci que estando en una ciudad, he aqu un hombre lleno de

lepra, el cual viendo Jess, postrndose sobre el rostro, le rog,
diciendo: Seor, si quieres, puedes limpiarme.
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Entonces, extendiendo la mano, le toc diciendo: Quiero: s limpio.

Y luego la lepra se fu de l.
Y l le mand que no lo dijese nadie: Mas ve, djole, mustrate al
sacerdote, y ofrece por tu limpieza, como mand Moiss, para
testimonio ellos.
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Empero tanto ms se extenda su fama: y se juntaban muchas

gentes oir y ser sanadas de sus enfermedades.
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Mas l se apartaba los desiertos, y oraba.

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Y aconteci un da, que l estaba enseando, y los Fariseos y

doctores de la ley estaban sentados, los cuales haban venido de

todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalem: y la virtud del
Seor estaba all para sanarlos.
Y he aqu unos hombres, que traan sobre un lecho un hombre que
estaba paraltico; y buscaban meterle, y ponerle delante de l.
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