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MEDIOS PACÍFICOS DE

SOLUCIÓN DE CONFLICTOS

INTERNACIONALES
El Derecho Internacional Público clásico aceptaba como lícito el
ejercicio de la fuerza armada como medio para resolver los conflictos
internacionales. Esta postura no se superó sino hasta la adopción del
pacto briand kellog, firmado en parís el 27 de agosto de 1928. En dicho
pacto, las partes condenan la guerra como medio para resolver los
conflictos internacionales y renuncian a ella como instrumento de
política nacional en sus relaciones reciprocas.

Confirmando los postulados del pacto briand kellog, la carta de las


naciones unidas establece en su art. 20, parr. 3:
Los miembros de la organización arreglaran sus controversias
internacionales por medios pacíficos, de tal manera que no pongan en
peligro la paz y seguridad internacionales.

Dicha obligación se impone incluso a los Estados no


miembros de la Organización, como se indica en el art. 20,
parr. 6:

“La Organización hará que los Estados que no son miembros


de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos
principios en la medida que sea necesaria para mantener la
paz y la seguridad internacionales”.

Con ello, actualmente solo son lícitos los medios pacíficos de


solución mencionados en el art. 33 de la carta.
INTRODUCCIÓN

Existen dos clases de medios pacíficos para dar solución a los


conflictos internacionales:
MEDIOS DIPLOMÁTICOS
El artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas relativo al arreglo
pacífico de controversias prescribe:

1.Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible


de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales trataran de buscarle solución, ante todo, mediante la
negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el
arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos
regionales u otros medios pacíficos de su elección.

2.2.El Consejo de Seguridad, si lo estimare necesario, instara a las


partes a que arreglen sus controversias por dichos medios.

Solución Pacífica de Conflictos


Según Sorensen, “… controversia puede ser entendida como
desacuerdo sobre una cuestión de derecho o de hecho, una
oposición de puntos de vista legales o de interés entre las partes
(Caso Mavrommatis jurisdicción 1924, PCIJ, Ser. A. N2, p.11).

En sentido restringido, por otro lado, puede decirse que surge una
controversia cuando una parte presentada a otra una reclamación
basada sobre una presunta violación de la ley, y esta la rechaza.

Controversia
Se entiende por esta, dilucidad formal e imparcialmente los hechos
comprendidos en una disputa internacional, pues se considera que su
solución puede facilitarse si aquellos son precisados de modo
objetivo.

El procedimiento correspondiente conlleva la designación de una


comisión investigadora, llamada también de conciliación, la que,
luego de haber cumplido su cometido, rinde un informe con el
resultado de sus indagaciones a las partes o a una organización
internacional. A menos que la investigación la sigan procedimientos
de arreglo pacifico, como mediación o conciliación, las partes quedan
en libertad de determinar el uso que harán del informe.
 

Investigación
La mediación es un procedimiento por el cual una tercera parte ayuda
a los litigantes a encontrar una solución mediante el ofrecimiento de
propuestas substanciales. La mediación puede ser requerida por las
partes o brindada por un tercer Estado.

En consonancia con la práctica internacional, los litigantes no tienen


derecho, aun en el curso de hostilidades, a considerar una oferta de
mediación como un acto inamistoso, y tampoco están obligados a
aceptar una oferta no solicitada por ellos.

Mediación
Una mediación exitosa supone la reducción de la tensión entre los
querellantes y la conciliación de sus pretensiones opuestas. Lo
primero exige una gran sensibilidad y un finísimo tacto; lo segundo
demanda gran habilidad para hallar una fórmula que permita a los
disputantes desistir de sus posiciones extremas y arribar a un
compromiso que resuelva sus diferencias.

El mediador no es un juez ni un árbitro, y su principal deber reside en


la imparcialidad, por lo que no ha de favorecer a cualquiera de las
partes. Por el contrario, debe esforzarse por congeniar las posiciones
de los dos contendientes, dentro de un ambiente de cordial relación
con ambos.

El mediador propone varias soluciones especificas que las partes


pueden aceptar o no.

Mediación
La conciliación es un procedimiento por el cual los representantes de un
grupo de Estados ponen en claro los hechos de una disputa
(contemplados los puntos de derecho) y los utilizan como sustento para
proponer una salida.

La intervención en el arreglo de una diferencia internacional de un órgano


sin autoridad o política propia que, gozando de la confianza de las partes
en litigio, propone una solución que no es obligatorio para las partes.

La conciliación, que a menudo se vincula a la investigación, puede ser


vista como una mediación de grupo. Las comisiones de conciliación
pueden crearse “ad hoc”, y también están incluidas en las disposiciones
sobre solución pacifica de muchos tratados bilaterales y multilaterales.

Conciliación
La conciliación ofrece varias características ventajosas por que implica
procederes formalizados y cuasi judiciales, y sus recomendaciones
llevan el peso de un criterio de grupo. Conforme a la Carta de las
Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad puede designar una
comisión de conciliación o puede invitar a hacerlo a las partes en una
disputa. Sin embargo, en muchas ocasiones, el Consejo de Seguridad
mismo actúa como un órgano de conciliación al intentar resolver las
pugnas entre los Estados, en cumplimiento de su responsabilidad de
conservar la paz y la seguridad internacionales.

La negociación, la investigación, la mediación y la conciliación son


técnicas diplomáticas para resolver controversias. Ahora debemos
examinar el arbitraje y la solución judicial, que son medios jurídicos
empleados con dicho fin.
Otros Medios
CONVERSACIONES DIRECTAS

Esto es la conversación directa entre las partes interesadas, o sea, la


negociación por excelencia, se puede entablar bajo cualquiera de las
siguientes 4 categorías:

1) Cuando diversos Estados comparten el convencimiento de que


deben considerar una específica situación internacional con el objeto
de mejorarla o resolverla.

2) Cuando un Estado grande o potente solicita a uno más pequeño


abrir negociaciones sobre determinada situación. Naturalmente, el
Estado más pequeño no se siente capaz de rechazar la invitación.

3) Menos comunes son los casos de negociación directa interestatal


que se dan por la sola amistad o hábitos de negociación de los
Estados.
4) Y menos frecuentes son los casos en que el motivo para iniciar
negociaciones directas deriva de la rivalidad entre los Estados.

BUENOS OFICIOS

En la gama de negociaciones, la interposición de buenos oficios por


uno o más Estados o individuos se parece a la mediación y la
conciliación.

Esto consiste en la intervención amistosa de terceros Estados,


autoridades o personas destacadas, para buscar un arreglo pacífico a
un problema que ha desbordado la capacidad de solución de las
partes. Se acude a ellos cuando se han agotado las negociaciones
directas.

En la práctica, no siempre es posible distinguir entre buenos oficios y


mediación. En todo caso, se dice que esta tiene un carácter más
solemne y constituye una injerencia más acentuada que aquella.
POURPARLERS

Son conversaciones informales generalmente preliminares a


negociaciones substantivas, y que tienen por objeto promover una
resolución pacífica del conflicto.

A tal respecto se asemejan a los esfuerzos de conciliación, pero unos


se efectúan directamente, mientras que los otros son a través de un
conciliador o mediador.
MEDIOS JURÍDICOS
SOLUCIÓN JUDICIAL
Se ejerce a través de un órgano permanente de justicia, de carácter
internacional, como la Corte Internacional de Justicia.

Diferencias con el arbitraje:

1) Los árbitros están más inclinados a las transacciones, arreglos


intermedios, en cambio los jueces profesionales se restringen única y
exclusivamente a juzgar.

2) La existencia de tribunales organizados, facilita el recurso a ellos


para la solución de disputas, porque representan una garantía de
acierto y serenidad que no siempre brindan los árbitros.

3) Por último, habría que tener en cuenta que el proceder judicial, es


mucho menos oneroso que el procedimiento arbitral.
CONFERENCIAS ESTATALES AD HOC

Si por una parte se encuentran los procesos de negociación las


conversaciones o tratos directos entre las parte, por el otro lado se
encuentra la negociación mediante una conferencia. En esta se
reúnen las partes directamente interesadas, junto con otras cuyos
intereses pueden verse perjudicados, o que pueden ser considerados
como Estados vecinos, amistosos o preocupados.
Diferencias entre la Corte Internacional de Justicia, el Consejo de
Seguridad y el Tribunal Permanente de Arbitraje (CPA)

En contraste a la CIJ, la CPA no solamente resuelve controversias


entre dos o varios estados. La CPA provee servicios para la
resolución de controversias entre varias combinaciones de estados,
entidades estatales, organismos internacionales, y partes privadas.
En este sentido, la CPA se sitúa en la intersección entre el derecho
internacional público y el derecho internacional privado.

Principio del Arreglo Pacífico de las Controversias

Los miembros de la Organización de las Naciones Unidas Arreglarán


sus controversias por medios pacíficos, de tal manera que no se
pongan en peligro la paz, ni la seguridad internacionales, ni la justicia.
De esa forma, los Estados deberán arreglar sus controversias
internacionales por medios pacíficos, procurando llegar a un pronto
acuerdo mediante la negociación, los buenos oficios, la mediación, la
conciliación, el arbitraje o al acudir a la Corte Internacional de Justicia.

Tradicionalmente, la mayor parte de la doctrina ha distinguido entre


diferencias jurídicas y diferencias políticas, distinción que ha tenido
también un reflejo en la práctica de los Estados. Se dice que las
primeras se podrán resolver si se aplica el derecho vigente, y su
conocimiento corresponde a órganos con carácter jurisdiccional en
cambio, las segundas se basan en una pretensión cuya problemática
rebasa los límites jurídicos, y su solución corresponde al Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas.
EL ARBITRAJE INTERNACIONAL
El arbitraje es definido por el art. 37 del Convenio de La Haya de 1907
sobre el Arreglo Pacífico de Diferencias como aquel que:

“Tiene como objeto arreglar los litigios entre los


Estados, mediante jueces elegidos por ellos y sobre la
base del respeto al derecho”.

“Acudir al arbitraje implica el compromiso de someterse


de buena fe a la sentencia”.
Según Miguel Antonio Vasco, “la mayoría de autores y las
Convenciones de La Haya (1899) y (1907) sobre esta materia,
coinciden en afirmar que el arbitraje es aplicable a las controversias
de orden jurídico, Pero hay quienes expresan, no sin razón, que su
esfera de acción es más amplia, dada la dificultad que a veces existe
de distinguir entre los conflictos de carácter jurídico de los de índole
política. Entre los últimos se encuentra Accioly, quien sostiene que “el
arbitraje es aplicable a todas las controversias internacionales, de
cualquier naturaleza o causa”. Este último es el criterio que prevalece
en los últimos años”.
Para obtener una breve y generalizada definición de lo que es el
arbitraje, dividiremos dicho concepto en cuatro bloques: Compromiso,
De los Árbitros, De la Sentencia y su Clasificación.

COMPROMISO

El compromiso es un documento en el cual se registra el acuerdo de


las partes para someter su controversia al arbitraje. En él se define la
materia de la disputa, se designa a los árbitros, se fija los poderes de
que estarán investidos y se establece el compromiso formal de
aceptar, respetar y ejecutar la sentencia arbitral. Muchas veces se
señala también las normas que debe aplicar el árbitro, en la
apreciación del litigio.
En el compromiso se suele indicar asimismo el método que deberá
seguirse, pero si las partes no lo hacen le corresponderá entonces al
árbitro. Para ello puede recurrir a las disposiciones pertinentes de las
Convenciones de La Haya de 1899 y 1907.

El procedimiento arbitral es comúnmente escrito, y se acostumbra


usar el idioma del árbitro, aunque en los tribunales internacionales se
admite muchas veces una defensa oral después de los alegatos
escritos.

Tratándose de los conflictos menos graves o de carácter técnico, se


aplica un proceder de índole sumaria, más expeditivo y menos
oneroso que el ordinario, acorde a como consta en la segunda de las
Convenciones.
DE LOS ÁRBITROS

La libre designación de los árbitros es un principio fundamental del


arbitraje. El juicio arbitral puede confiarse a uno o varios árbitros.

Hasta comienzos del presente siglo se escogía a menudo un


soberano o jefe de Estado, pero en la actualidad se elige a simples
particulares, jurisconsultos, altos funcionarios, jueces o tribunales de
un Estado; tribunales internacionales como la Corte Permanente de
Arbitraje de La Haya, a instituciones como facultades de Derecho, o
corporaciones como un senado.
Según afirma Accioly, “Tratándose de la institución de un tribunal
arbitral, cuando las partes no pueden llegar a un acuerdo sobre la
elección de los árbitros, cada una de ellas designa un número igual de
estos y, para prevenir las dificultades que pueden surgir en caso de
empate, los árbitros así designados escogen, a su vez, un
superárbitro. Si los árbitros de una y otra parte no consiguen
concordar en la elección del superárbitro, su designación se confía
una potencia neutral. Como también pueden surgir dificultades para la
designación de ésta, cada parte designa entonces un Estado distinto
y estos dos se ponen de acuerdo para la designación del
superárbitro”.

Conforme al Art. 20 de la Convención de La Haya de 1899, las


potencias signatarias se comprometieron a organizar una corte
permanente de arbitraje “accesible en cualquier tiempo y que
funcione, salvo estipulación contraria de las partes, de conformidad
con las reglas de procedimiento establecidas en la presente
convención”.
La Corte de Arbitraje de La Haya, cuya jurisdicción no es obligatoria,
no constituye propiamente un tribunal que funcione de manera
permanente, sino más bien un conjunto de personas de reconocida
autoridad en cuestiones de Derecho Internacional, entre quienes
pueden escoger las partes las que más les convengan como árbitros.
Dichas personas son designadas por los Estados signatarios, a razón
de cuatro por Estado.
DE LA SENTENCIA

Ya hemos visto que una de las particularidades del arbitraje es la


obligatoriedad del laudo, como figura en el compromiso. Pese a no
existir una autoridad internacional en hacer cumplir las decisiones
arbitrales, de ordinario estas se cumplen plenamente, pues como
explica Ulloa “… el arbitraje representaba un compromiso de honor,
fundado en la buena fe de los Estados que lo pactaban, mucho más
que en la respetabilidad o en el poder del árbitro, pues este carecía
de derecho para imponer su resolución”.
En casos especiales, un fallo arbitral puede ser rechazado. Son
reconocidos como tales:

1)La ultra petitia, o sea, cuando el árbitro decide sobre una cuestión
que no le ha sido sometida o excede sus poderes;

2) Cuando el laudo es consecuencia del fraude o de la deslealtad del


o los árbitros, o cuando ha sido dictado por árbitros en situación de
incapacidad de hecho o de derecho; y

3) Cuando una de las partes no ha sido oída o fue violado algún otro
principio fundamental del procedimiento.
Contra la sentencia no cabe recurso alguno de apelación, salvo que
así se acuerde entre las partes; no obstante, éstas pueden oponer
tres tipos de recursos ante el propio tribunal:

a)Aclaración: opera en caso de desacuerdo entre las partes acerca


del verdadero sentido de la sentencia.

b) Reforma: las partes pueden reclamar el exceso cometido por los


árbitros en el ejercicio de sus facultades.

c) Revisión: este recurso se puede oponer cuando aparezca un nuevo


hecho que, de haberse conocido antes, habría ejercido una influencia
definitiva en la sentencia.
CLASIFICACIÓN

El arbitraje puede ser obligatorio o permanente cuando se trata de


compromisos de tipo general por los que dos o más Estados se
obligan a llevar a decisión arbitral, sin excepción alguna, todos los
diferendos que puedan surgir entre ellos en el futuro. En cambio, es
voluntario y facultativo (llamado también aislado) cuando las partes
acuerdan recurrir al arbitraje para resolver una divergencia que ya ha
aflorado entre ellas.

Todo arbitraje resulta de haberse estipulado en un tratado, que puede


ser de dos clases: de arbitraje propiamente dicho, y con cláusula
compromisoria.
Puede clasificarse los compromisos arbitrales en generales y
especiales. En los generales, dos o más Estados se obligan a llevar a
arbitraje:

1) Todas las discrepancias que puedan emerger entre ellos


(arbitraje general);

2) Todas las cuestiones de naturaleza específica (arbitraje


limitado); y

3) Todos los asuntos surgidos de la aplicación de un convenio


internacional que contenga la cláusula compromisoria.
Se denomina compromiso especial a aquel que ajustan dos o más
Estados que, no habiendo previsto arbitraje, lo acuerdan luego y
terminan las condiciones para resolver un conflicto; o aquel otro en
que por estar prescrita la solución arbitral en un compromiso general,
los Estados se limitan a establecer las condiciones de aplicación a
ese caso.
Del Consejo de Seguridad

El arreglo pacífico de controversias es una función que tiene el


Consejo de Seguridad con la finalidad de que se mantenga la paz y la
seguridad internacionales, de acuerdo con lo que establece uno de
los Propósitos de las Naciones Unidas (art. 1.1), consistente en que
por medios pacíficos se alcancen ajustes o arreglos de las
controversias o situaciones internacionales.

Una función propia que la Carta otorga al Consejo de Seguridad para


el arreglo pacífico de controversias es:
En el caso de controversias cuya continuación sea susceptible de
poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales, el Consejo de Seguridad podrá:

a) Recomendar los métodos pacíficos de solución de


conflictos (negociación, investigación, mediación, conciliación,
arbitraje, arreglo judicial, recursos en organismos regionales o
cualquier otro medio pacífico de su elección) (Art. 33).

b) Recomendar los procedimientos de ajuste que crea


adecuados para terminar con esas controversias o situaciones de
índole semejante (Art. 36.1), tomando en cuenta previamente:

i) Todos los procedimientos que las partes


hayan adoptado previamente (Art. 36.2).
ii) Las controversias de orden jurídico que, por regla general, deben
ser sometidas a la Corte Internacional de Justicia, de conformidad
con los Estatutos de la propia Corte (Art. 36.3).

No obstante lo anterior, el Consejo de Seguridad puede dejar de


considerar tanto los procedimientos previos adoptados por las partes
como la regla general de que las controversias de orden jurídico las
conocerá la Corte Internacional de Justicia, en aquellos casos en que
la controversia sea realmente susceptible de poner en peligro el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales,
determinando en estos casos los medios de arreglo que considere
apropiados (Art. 37.2). La opción por una u otra recomendación es
una facultad discrecional del Consejo de Seguridad.
Las características propias del arbitraje, que lo distinguen de otros
medios de solución, son las siguientes:

a)los árbitros son elegidos por las partes;

b) mediante el arbitraje se resuelve definitivamente la controversia;

c) la sentencia que se dicta es obligatoria y, por tanto, vinculativa


para las partes en litigio.

Para que se instaure un tribunal o comisión arbitral se requiere el


consentimiento de las partes.
Esta sumisión al arbitraje puede estar contenida en un acuerdo
internacional único, denominado compromiso arbitral, o en una
clausula compromisoria contenida en un tratado, en el cual se
establece la obligación de recurrir al arbitraje para resolver las
controversias que se susciten en relación con dicho tratado.

Ahora bien, la sumisión a una clausula compromisoria de un tratado, o


la celebración de un tratado previo de arbitraje, no excluye la
necesidad en algunas ocasiones de suscribir un compromiso arbitral
ad hoc en el que se designe al órgano arbitral, se determine de forma
especifica el numero de arbitro y se establezcan tanto el derecho
aplicable como el procedimiento por seguir. De esta forma, el
compromiso se convierte en la fuente jurídica que modela las
atribuciones de los árbitros en cada caso concreto, al tiempo que fija
el procedimiento por seguir.
Finalmente, conviene hacer una referencia especial al Tribunal
Permanente de Arbitraje, el cual tuvo su origen en la Conferencia de
la Paz de La Haya en 1899 y cuya reglamentación se reestructuró en
la Convención de La Haya en 1907.

Conforme a la Convención de La Haya de 1907, la finalidad del


Tribunal Permanente de Arbitraje consiste en facilitar a las partes de
la Convención recurrir al procedimiento arbitral como medio de
solución para sus diferencias cuando éstas no se hayan podido
resolver por la vía diplomática.

Como señala Díez de Velasco, su nombre es equívoco, ya que no se


trata de un órgano jurisdiccional con carácter permanente. La Oficina
Internacional, órgano del Tribunal Permanente de Arbitraje, da a
conocer a las partes la lista de árbitros inscritos con el título de
miembros del Tribunal y las partes. Con base en dicha lista,
seleccionan a los miembros de su Tribunal arbitral.
Los Estados partes deberán nombrar como miembros del Tribunal a
personas con reconocida competencia en cuestiones de derecho
internacional, que gocen de la más alta consideración moral y se
hallen dispuestas a aceptar las funciones de árbitro.
Fuentes Bibliográficas

Derecho Internacional Público – Loretta Ortiz Ahlf

Manual del Diplomático – Hubert Wieland Alzamora

Guía Práctica para el Arbitraje Internacional – James A. Graham

Los Casos de México en el Arbitraje Internacional – Luis G. Zorrilla


Integrantes del Equipo

Berrelleza Tapia José Miguel

García López Osvaldo

Guerrero Bazzoni Sergio Eduardo

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