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José Luis Petris crénicas y naciones Estilos de diarios/Estilos en diarios Cantaro EO Coleccion El Caldero Proyecto editorial: Rail Gonzélee Direccién de Colecciém: Maite Alvarado Tmagen de tapa: Vera Storman Diagramacién: Silvia Ojeda y Marcelo Colombini Correceién: Lic. Cecilia Biagioli © Puerto de Palos S.A, - Casa de ediciones 1998 © Céntaro editores 1998 LS.BN, N.* 950-753-043-6 Honotio Pucyrsedén 571 (1405) - Tel. 904-1215/1216 Buenos Aires - Argentina Hecho en depésivo que marca la Ley 11.723 Inpteso en Argeotina - Prince in Argentina 2 construida por esa lectura atenta, concentrada, podemos imaginar que reflexiva, que hace el padre de Mafalda. Esce tipo de lectura estilistica de los elementos que podemos en- contrar hoy en los diarios de Buenos Aires es el que guinré este traba- jo. Pero el objetivo no es proponer un mapa estilistico, tarea ardua, sino ejemplificar una lectura analitica que puede detectar de qué manera la sociedad “crabaja” sobre los diaries “contamindndolos” con 4 sus estilos y de qué manera los diarios, y sus estos, procesan lo social 4 y sus particularidades (también) estilisticas. * 2. MANUALES DE ESTILO. Probablemente, sea esse un capitulo polémice. Refleciona sobre el aleance dela presripcitn de extlos gue exponen los manuales de estilo, Revise paar ello la biblingrafia sobre el periods. Compara ls casos ‘parviculares de los manuales de estile de La Nacién y Clavin, y discute ef aso de los diario que no los tienen. Pod encontrarse también wna referencia a la ambigiiedad del concepto ‘noticia’ En el capirulo anterior no se ha saldado ninguna discusién sobre el concepto de estilo. Sélo hemos explicitado la manera en fa que trarare- mos la cuestidn: estilo como “modo de hacer” gne conlleva “decisio- nes” de organizacién discursiva, de sclecciones teméticas y de propues- tas de situaciones comunicacionales textuales (que no tienen por qué reproducirse exactamente asi en la realidad). “Decisiones” que son culturales, antes “autométicas” que conscientes. Se puede imitar un estilo no propio, y cuando se lo hace hay plena conciencia de ello. Por dl conttario, el estilo propio es aquel que profesamos sin percibidlo, con la apatiencia de que vivimos sin més, sin aditamentos, “segiin co- rresponde”, “sin estilo” (imposible, siempre para el otro tenemos esti- lo ——distinto—, o adolecemos de falta de él en una versién valorativa negativa). Estilo, segiin ya dijimos, como variable de clasificacién no ‘muy consensuada en la sociedad, que si acuerde una clasificaci6n se- gtin géncros de esos mismos rextos précticas, Este caricter no consciente del propio estilo es importante de des tacar cuando lo que nos proponemos aqui es hablar de los manuales de estilo, de una “prescripcién” de estilos. En 1997 coincidieron fa edicién y circulacién masiva del Manual de estilo de Clarin {Arte Gréfico Editorial Argentino S.A. Claria, 1997) y el Manwal de Estilo'y Etiea periodistica de La Nacién (Sociedad Anénima La Nacién, 1997); el orden es el de su apasicién en el mer- cado, que fue con la diferencia de apenas semanas. Primera cuestién: aqué son los manuales de estilo? En principio, un género que en Jos 45 24 witimos aiios ha dejado de acotar su tradicional circulacién a la redaccién de los medios a los que pertenecen para empezar a circular también en [a sociedad, entre sus lectores y no lectores. En este movimiento, Jos manuales de estilo pasaron de ser pautas normadas, internas, de trabajo de los integrantes de un medio, con la declaracién © no de principios de 1a empresa, a ser un compromiso claro y preciso (en muchos casos, Le materializacién concreta de fa declaracién de 4 principios) con los lectores y la transparentacién del modo de trabajo. ‘Algo as! como el pasaje de ser los planos de fabricacién del diario a ser una especie de posible manual de instrucciones para su consumo més un certificado de garancfa acerca del “producto”. Ahora, squé ¢s estilo en los manuales de estilo? Para Clarin es una SE conducta periodistica, una mancra de informar. Su manual define qué j es noticia para el diatio, cémo deben producirse sus textos, c6mo de- § ben editarse, c6mo deben trabajarse las fotografias, las infografias, | como debe ser la diagramacién, etc, El manual incluye también infor. 4 macién para sus petiodistas sobre orcografla, gramética y sintaxis, un breve diccionario de dudas, un glosatio de siglas, cuestiones de trata- 4] micnto y protocolo, ¥ un anexo con la sintesis de guerras y conflictos de teferencia habitual en la informacién cotidiana, La Nacién, en cambio, diferencia ya desde al titulo ia conducta pe- Fiodistica, a la cual alude con el concepto de ética, del estilo, reserya- do para las cuesciones de la correcta utilizacién de la lengua castellana. Es asf como su manual esté dividido en dos partes: la primera, sobre | érica periodistica, contienc las normas de conducra profesional que el lari se daa si mismo, cual debe sec el tratamiento del informacidn, endl el de las forografias e infograftas, ycambign normas legales, los cé- digos de conducra periodisrica de The Washington Posty de la prensa 4 britdnica (a modo de grandes refecentes) y finalmenre sintéticas histo- rias de Ia comunicacién, de los diarios y de la propia La Nacién. La segunda parte se ocupa del estilo de la escriruta: contiene un dicciona- tio de dudas y un buen nilmero de pequefios articulos sobre, esencial- mente, cuestiones gramaticales. El manual concluye con un anexo que | ~ contiene notas (auevamente) sobre aspectos gramaticales, adcmds de © glosarios espectficos, siglas, cablas de conversién de unidades de medi- da, etc. Corresponde sefialar que, a pesat de esta asociacién de “estilo” con utilizaci6n y cuidado de la lengua castellana, en ef manual el con- © cepto también aparece en la primera parte, fugazmente, cuando se ha- bla de “estilos y génetos periodisticos”. Lo dleimo nos remite a un problema, el del estilo 0 estilos periodis- tico/s, que vale la pena discutic, Si revisamos los manuales o cursos de periodismo encontraremos la utilizacin y desctipcién ranto de la for- ima singular como de la plural. En Géneros periodisticos, Gonzalo Mar- un Vivaldi se pregunta: “Pucde hablatse, con rigor ciemiificn, de un lengusje y de un estilo pe- riodisticos? ;Seria admisible, cientificamente, la teoria de una posible ‘Redaccién estructural’ como técnica expresiva propia det periodismno? “La respuesta debe set afirmativa. El petiodismo estn medio espectfico de comunicacién y expresién del pensamiento, [..] Existe un ‘modo de ;acet’ petiodistico, claramente diferenciable del modo propio del estilo lirerario puzo, del didctico, del filaséfico, del cientifico y hasta del habla popular 0 coloquial.” (Martin Vivaldi, 1993: 23) * A continuacién, el autor toma de Santiago Ramén y Cajal, cuando este cita a un bibliotecario de Washington, lo que serian las “normas esenciales det estilo periodistico”: “1. tener algo nuevo que decir; 22, de- cirlo; 3, callarse en cuanto queda dicho, y 4. dar ala publicacién tftu- lo y orden adecuados’ (Mactin Vivaldi, 1993: 24). Sin discutirlas, que- da claro que son norms de Ia actividad y no de la etcrituca periodistica, Paginas después, Martin Vivaldi escribe debajo del titulo “El estilo y los estilos”: “Concebido el estilo, subjetivamente, como una proyeccién de la pro- pia personalidad, y, objetivamente, como un modo de hacer consecte * Todis les citas son transevipciones files al origi 26 tivo al género literario que se cultiva, cabsia recordar que no existe un solo estilo petiodistico, sino mil estilos diferentes {...] Depende todo del momento en que se escribe, del sema, del cfreule de lectores para los que escribimos y del enfégue personal”. (Martia Vivaldi, 1993: 28) Resume entonces las que serian “las cualidades 0 requisitos del buen estilo —periodistico o literario—: la claridad, la concisién, la densidad (cantidad de informacién por linea), la exactitud, la preci- sin, Ja sencillez, la naturalidad, la originalidad, la brevedad, la variedad (expresiva), la atraccién, el ritmo (de la prosa), el color (pi toresquismo de la descripcién y/o nattacién), Ja sonoridad (mental sugicre Martin Vivaldi contra quienes proponen la auditiva), el deta- llismo, y la correccién y propiedad. Agrega también como preferibles las cualidades de la elegancia, Ja discrecién, el tacto y la mesura (Mar- tin Vivaldi, 1993: 29-36). Termina caracterizando el estilo propio/re- comendable de cada géncro periodistico en particular: pata el reportaje {no como sinénimo de entrevista sino segiin su acepcién espafiola: in forme sobre tema o suceso de actualidad) prescribe el “estilo directo puro. Lo que significa que se cuenta o nazra sin comentario alguno”; para la crénica permite un estilo libre siempre que se respete Ja “obli- gacién informativo-noticiosa-vatorativd; y para el articulo, “libertad absoluta. Nada de normas ni de reglas. El estilo del articulo es ele lo del articulisea. Salvo las narurales limitacfones impuestas por el buen gusto, la moral, el derecho y la sociedad en que se vive”. (Martin Vie valdi, 1993: 73, 132 y 177) : Es evidence que el término “estilo” es utilizado por Martin Vivaldi de distineas maneras: como esencia casi ética de toda la préctica perior distica, como especie de rellejo autoindtico propio de cada petiodista’ en tanto individuo, como adecuacién a una situaci6n comunicacional concreta, como rasgos valorativos de la escritura y como las caraccerts ticas de cada género periodisrico en particular. Algunas apreciaciones. El periodismo es una pricrica social que de limita claras dreas de desempefio. Se espera de sus discursos particula- ridades bastante estables, Estas previsibilidades varian segiin Ins carac- reristicas materiales del medio al que pertenece el discurso periodistico (no permite iguales desarrollos expresivos el periodismo gréfico que el eelevisivo) y segiin el género en el que se inscribe, aun dentro de un mismo mnedio (no es lo mismo noticiero que programa politico de opi- nin). Lucgo, si pensamos en un género periodistico cualquiera de un medio determinado, este tended caractecisticas estables derivadas, algu- nas, del medio y sus posibilidades técnicas; otras, del géneto y sus grados de previsibilidad. Por su parte, los textos concretos que lo con- forman podrin diferenciarse por caracteristicas “externas” provenien- tes de estilos en Los cuales se inscriben. Podemos comparar esta postura con la qne expresa José Luis Martines Albertos en Curso general de redaccién periedistica, Lemnos alli “£..] cada uno de los canales por los cuales hoy dia se difunden los mensajes periodisticos tiene su propio sistema de signos, su propio ob- igo de sefiales para expresar ideas, para dar forma inteligible alos con- tenidos. Hablar, por consiguiente, de cédigos propias de los medios de comunicacién de masas equivale a hablar de lenguaje propio para cada tuna de las modalidades periadisticas que utilicen estos medios. Si hay tun periodismo escrito, un periodismo radiofénico, un periodisme tcle- visual y un periodismo cinematogrifico, hay también consecuente- mente, ua lenguaje del periodismo escrito, un lenguaje del periodisino tadiofénico, un lenguaje del periodismo televisual y un Tenguaje del petiodismo cinematagratico. “[..] Coloquialmente, es admisible la referencia corriente e indiscrimi- nada a un lenguaje periodistico, como si se watara de un todo tinico ¢ indivisible, de la misma manera que caloquialmente se habla de un cs- tilo periodistico —a la manera de un sublenguaje o apartada de menor extensién conceptual dencro del lenguaje periodistico—, Pero desde tuna perspectiva semiolégica —que es la que aquf se desea seguir— no hay un solo lenguaje periodistico, sivo cuatro difecentes lenguajes petiodisticos, fos actibs setialados. ¥ no hay un sole estilo periodistico, sino tres estilos periodisticos perfecramente delimitedos entee sf: el « essilo informatico, el exile editoriulizante (o de solictud de opinién) y el 27 28 lamado esta ameno (al que otros aucores califican también de ertla fo- Uetinisea), Estos dos acaparamientos de significado se explican, sin em- 4 bargo, por razones hisebricas: ol denguaje periodistico pot antonomasia * «sel lenguaje periodistico de la prensa escrita, migatzas que el estilo pe- riodisico, sn ods matizaciones, cesponde al estilo informativo, es decir a los modos expresivos que sirven para la transmisién de datos con cierto dnimo de elaborar un relato objetivo de los acontecimientos” (Martinez Albertos, 1992: 176) En otro momento de su libro aclara: “Fisqueméticamente dirfamos que con el exile informativo se busca in- formar a tos lectores,transmitiles datos con énimo objetivo; con le tile de solicitacién de opinisn se pretende orienta el juicio del recepton con un cierto grado de intencionalidad proyectada subjerivameae en el mensaje; y, finalmente, con el esti ameno o folletinista el petiddico Intex Louseguis aus fines no esperificamente periodisticos (Ia infor- macién o sl comentaria), sino cargados de cierra significacién social y cultural: la divlgacién, la creacidn literaria, el éntretenimiento, © incluso una funcién de psicoterapia social come instrumento para la climinaciéa de tensiones, etc.” (Martinez Albertos, 1992: 210-211) Quiero recuperar también de Martinez Albertos ss comentario acerca de los factores que afectan al “estilo periodistico”: la exigencia 6 expectativa del destinatario, la sradicién de la escricura periodistica en relacionan “génetos literarios no especificamente periodisticas: novelas’ por entregas, cuentos, natraciones costumbristas, humor, cnsay! (Martinez Albertos, 1992: 269-270). Podemos asf reconocer en este autor la importancia del medio en la sque parece confunditse con las caracteristicas particulares de ciertos mneros. Distinto del concepto de estilo propuesto por nosotros. Pero cl objetivo no es observar diferencias con estos aurores sino rescatar las posturas comunes que se encuentran en la bibliografia gobre periodismo. En ella coincide la clasificacién genética de los textos periodistices, segtin formas estables, consensuadas y de fuerte previsibilidad. ¥ también se repite, independientemente de la mirada tedtica con que se trabaje el concepto estilo, la prescripcidn {en mayor ‘9 menor medida) de uno o vatios estilos periodisticos {en Martinez Albertos, por caso, claramente asociados a géneros periodisticos). En realidad, el movimiento es uno solo: son los rasgos propios de estos gé- neros (rasgos retéricos, teméticos, de situacién comunicacional cons- stuida por los textos) los que son estudiados como caracteristicos del estilo 0 de esilos periodisticos que de esta manera pucden prescrbir- se, que entonces “deben respetarse”. “Tal vee este haya sido un. camino largo, pero es dtil pata poder dis- cutis los manuales de estilo, un género caracterizado por Ja presctipeién de una “forma de hacer”, propia, pero que por su fundamentacidn ter- ‘mina casi proponiéndose como “la maneta’ de hacer petiodismo, o un diatio. Los manuales de periodismo prescriben una forma “estlistica” de hacer periodismo (forma que puede incluir a mis de una, segiin cul sea el géneio). Por su parte, los manuales de estilo prescriben una forma perticular de hacer petiodismo, que en gran medida se acota a los pre- ceptos de los manuales generales, pero como se abocan a cuestiones no tratadas en ellos, Jos exceden. Dicho de otra manera, los manuales de estilo tratan temas que para los manuales de periodismo no son estlis- «os, sino que tlenen que ver con la defintcién y ética de la prictica pe- riod{stica, patalelamente se acotan y ajustan a sus mandacos “estilisticos’. De Ja manera en la que nosotcos nos propusimos trabajet género y estilo, podemos sostener que mientras los manueles de petiodismo son un fondmeno meradiscursivo fijador de las caracteristicas estables de cada género periodistico, los manuales de estilo fijan internamente las 29 30 © por ambos diarios, cambios que se explicitan en Jos mismos manuales. Patecen mostrarse, cntonces, fijando conductas y estilos en ua mo- mento de modificaciones. Ambos diarios recuperan en los manuales sus historias (La Nacién con mayor desarrollo gracias a su rico pasado); yal hacerlo, a le vez que se comprometcn piblicamente con sus lectores en las formas por guardar en medio de transformaciones, estos manuales de estilo se constituyen en una especie de resguardo de la tradicién de cada diatio. Posicionamiento peculiar porque se trata de [a fijacién de un “estilo” en momentos en que el estilo varia, Suerte de contrapeso ante los cambios ensayados que podemas relacionat con las earacteristicas conservadoras que son comunes a toda la prensa grifica, por lo menos hasta ahora.! Por otro lado, podems preguntarnos: zqué es noticia para Clarin y para La Nacién? variables estilisticas propias de cada medio. A pesar de que los manua- les de periodismo rellexionen extendidamente sobre cl los estilols pe- tiod{stico/s y aunque los manuales de estilo prescriban caracteristicas de los géneros periodisticos. j Lo hasta aqut dicho no da cucnta de las diferencias que existen | entre los distintos manuales de estilo sobre temas o drcas comunes de sus prescripeiones. Diferencias que son importantes en los casos de Clarin y La Nacién. Volvemos entonces a ellos. el segundo, el estilo se consticuye como su preocupacidn central, Al respecto, la entrada del manual de Clerfa es una especie de 4 decilogo que excede al petiodismo grifico y bien podrla constituirse Para Clarin son noticia los sucesos que la opinisa piiblica accesita conocer por su significacién e irapacto sobre la actualidad cotidiana, la paz externa o interna, la vida social, la convivenca, las costumbres; 0 porque marcan tendencias que deben ser detecradas 0 investigadas.” (Arte Grifico Editorial Argentino S.A. Clatin, 1997: 19) Inego de la identificacién de los géneros y componentes del periodi mo grifico; aunque todo prologado por la preocupacién estilistica, que ¢s Ja preocupacién por el idioma. De esta manera, el estilo que se propone Clarin, en sus principios basicos, lo excede (bien podria ser: de una forma de hacer periodismo, sea cual fuere el medio) y el estilo que se propone Lz Nectén cambién lo excede, es el de la buenas usilizacién del idioma sea cual fuere el cardcrer del escrito resultante. Para La Nactén: “La noticia es la informacién sobre un asunto importante que ocurre en un tiempo que podemos considerar actual, Fn la realidad pasan cotidianamente infinidad de cosas; sélo algunas de ellas son noticias, porque interesan a un grupo amplio de personas. “La noticia es un dato de ia realidad, eseé allt, en el mundo ciecundan- te, que le da existencia y relieve sobre otros datos que a su lado son neutios.” (Sociedad Andnima Ja Nacién, 1997: 27) - 9 Taxis los maios mus que los vos has si ax ag de poco de cambio my ler y muy cauor Dela iuna maner, jambs lor Rein de dss oon > meta coneradors 20 hbo canbe de lease dsanions de ea danoy pes Meleedie de oe 4 De hecho, en las “Palabras preliminares” de su presidenta y directors editorial, Eenesting’ Fierrera de Noble, podemos lec: "Clarin fue desarollanda una ‘manera de hacet perodismo) Un exile." estilo que leas mis abajo descibe como “exdlo de informa’ que aos ef propio", (Arte Grifieo Edioriat Argentino S.A. Cleef, 1997: 13.) E a “Ambas definiciones de noticia evidencian la ambigiiedad del con- 4 i ied jecionati ¢ desprende entonces que no es una falencia de los man cepto ya presente en la misma definicién de diccionario: Se desps q wales de estilo la ambigiiedad con la que queds definido el concepto “noticia” Sin embargo, no deja de set cutioso que el esfixerzo de estos manuales por uniformar los criterios de trabajo de quienes se desempefian en los F diarios, y de explicitarlos a sus lectores, tenga como punto de partida la dificultad en definir cual es su objeto de sex. ‘Lal vez estas indefini- ciones nos estén hablando de un espacio, ef “petiodistico”, no tan fé- _. cil de acotar, que es entonces teansitado de muy distintas maneras pot Jos medios periodisticos. Algunos de ellos, con el compromiso contraf- doval hacer circular masivamente sus manuales de estilo; otras con el compromiso de ser Beles al estilo habieual con el que llegan a sus lectores, sin necesidad de explicitarlo en un manual, y en conjunto compartiendo algunas normas y disintiendo de ouras de las qne habi- qualmente encontramos en los manusdes de petiodismo. Lo dicho recién encictra una idea: todos los diatios poscen sus “manuals de estilo”. Algunos son escxitos (con cisculacién social 0 - ‘circulacién restringida al medio), otras no: son criterios de trabajo convérsados en cada redaccién o implicitos en el estilo que se repite en “cada ediciba. Peto todos los diatios poseen “manuals de estilo”, En realidad, Jo que estamos diciendo es que todos los medios periodisticos poseen su estilo, algunos explicitados en mannales y otros no, Tal vez por ello los manuales de estilo de Clarin y La Nacién puedan leetse no BE solo como fa explicitacién del estilo propio de estos dos diatios sino F también, y wl vex no en forma secundaria, como {a diferenciacién E—explicita— respecto del estilo de diarios “sin manuales de estilo”, ‘por ejemplo, Péginall2 y Crénica. Un capitulo importante cn esta diferenciacién es el refecido a la * forografia. Por ejemplo, el manual de estilo de Clarin dice: “noticia: Nocién, conociiento. !/ Contenido de una comunicacin antes desconocida.” que también pucde rastrearse en los manuales sobre periodismo: “noticia: [..] Ortego Costales dice que noticia es ‘todo acontecimiento actual, interesante y communicable’ [.] Acaso la mas sencilla y expeesiva definicién de la noticia sea la que da Gil Tovar en. su ‘Introduceiéa a las clencias de la comunicaciéa social’: 'Es todo lo que imtetesa y que “4 no se sabfa antes.. De abi dice el auzor citado— ‘los dos principales cancreres de la noticia: interés y novedad, La noticia vieja no es HEY noticia: y deste el punto de vista periodistico, tampoco lo es aquello gue no interesa a nadie’.” (Martin Vivaldi, 1993: 369) oyu wher ns y aun en bibliogtafia te6rica! Teun A.'van Dijk define noticia come: “Nueva informacién sobre sucesos, objetos o personas” (1980: 17}.4 mientras que Angel Léper Garcia dice: 4 “Las noticias no existen sin mis, no estin dadas, Cualquier hecho no es noticia, sélo aleanza categoria de tal cuando un periodisia lo jurga 4 digno de ser comunicado. Pero esta cominicabilidad de la noticia no responde a un capricho del orador o del periodista (..] un hecho sélo % mereceri transformarse ca noticia cuando le resulte dil al lector conocerlo, cuande sea capaz de acepearlo y cuando existan precedentes que lo pongan en relacién con otras noticias similares. La ausencia de ceualquicra de estos rasgos convieste a la noticia en istelevante” (Lopez Garefa, 1996: 198-199} Vine ae “Restricciones *. Clarin no publicaré fotos sangrientas o escandalosas de muertos, . . mutilados, suicicios, desnudas, exc. (..] 6 Real Academia Bspaticla: Diccionaris de le Lengua espatata, vigsiona primera elicény 32. Madiid Espasa Calpe, 1996, pig. 1449. — © No se admiten registros fotogrificos de gestos equivocos (ties, mue- cas, posturas, etc.) que por su ambigtiedad den jugar a interpretaciones falsas © distorsionadas de un acontecimiento. La ética profesional ge cratar con imparcialidad y respeto a las personas ¢ instituciones’ (Arte Grafico Editorial Argentino S.A. Clarin, 1997: 121) Por su parte, el de La Nacidn dice: “a existencia cierta de infinitos recussos electrSnicos de manipelacion en cualquier imagen forogréfica abte la postbilidad de cambiar el as- pecto visible de la realidad de una forma que no es periodistica, LA NACION nunca debe utilizar este recurso salvo en los casos de ‘fozoi- fustraciéa’, que debe ser identificada, como dijimos, pues existe en nuestra sociedad la firme creencia en la forografia como tinico decu- ‘mento ‘teal, esta credibilidad pesiodistica debe ser sostenida por LA WWACION con absoluta honestidad” (Sociedad Anénima La Nacién, 1997: 39) . *{..] Modificar una foro por motives estéticos, entre otros, sugiet= que Al periédico acostumbra a cambiar la realidad” (Sociedad Anénima La Nacién, 197: 50) (Sobre Ia fotoilusteacién) “{..] Se la utilizar con poca frecuencia y nunca en primera pagina del diario” (Sociedad Andnima La Nacién, 1997: 39) La prohibicién de la manipulacidn estética y/o significante de laf tografia puede leerse como contraste con procedimientos habitusles de, § igina/12, donde la foto opina. La prohibicién de fotos “sangrientas en Clarin parece distanciasse de Crénica, explicitacién que no bace La ‘Nacién, cal vex porque su estilo histérico ya nos dice que no las publi ca. : La diferenciacisn con Pégina/l2 también puede rastrearse en Le Nacién cuando sefiala: Para que e! lector no pueda ser inducido al error de confundir noticia con opinién, y viceverss, los textos que expresan pensamientos,, comentarios, juicios de valor, creencias 0 inserpretaciones de los redactores deben set presentados grificamente de un modo diferente de las evdnicas, gacesillas y referencias a hechos y datos registrados por el periodista” (Sociedad Andnima La Nacién, 1997: 45) Esra diferenciacién con estilos que pueden ser rastreados en ocros diatios, 0 en general con otros estilos posibles, puede observarse cambién en La Nacién en sa capitulo “Estilos y géneros periodisticas”, que dedica un apartado para “pasquin”. Alli rastrea la historia del rét- rmino luego de decir que con él “se denomina a un periddico de muy bajo nivel moral e intelectual” (Sociedad Andnima La Nacién, 1997: 35). El procedimiento también podemos encontearlo en el Libro de estilo de El Pais, de Espafia. En su prélogo dice que este “servitd —si somos capaces de utlizarlo bien— para defender a los lectores del sen- sacionalismo, el amarillismo y el corporativismo de los profesionales? (El Pafs, 1990: 9). Esta lectura de los manuales de estilo, no solo como explicitacién deun estilo en particular, sino también como diferenciacién de otros extilos reconocibles o posibles, apnea a subcayar una catacteristica que suele cener el metadiscurso sobce los fenémenos estilisticos contempo- rineos: su cardcter valorativo. Los manuales de estilo, lefdos en con- junto, y no aludo sole a los casos de Clarin y La Nacién, no se diferen- cian demasiado entze si, ¥ tampoco mucho de los manuales generales de periodismo. Tomemos una definicién acotada de manual de estilo: “Libro de estilo: Conjunto de normas que tienen los redactores de una publicacién, agencia o emisora para unificar los crterios orrogeéficos y de presentacién de originales. Son muy conacides les libros de estilo de las agencias AP y UPI, Las normas de estilo periodisrico suelen variar segiin el medio: Prensa, Radio, Televisién, Cine Informativo.” {(Léper de Zuazo Algar, 1990: 82) 35 36 Eyidentemente, “los criterios ortogrificos” deben responder a fag 3, LOS DIARIOS, SUS ESTILOS ¥ LOS ESTILOS normativa del idioma con el cual se srabaje, Por su parre, la forma det “presentacién de originales” puede responder a: 1) caracteristicas reed ricas de pedido de construccién de los textos que en realidad ya est bastante acoradas por el imaginario de un estilo periodisrico, al que pa recen responder los manuales, segin hemos descripro al comienzo di este capitulo; 2) caracterisricas de disefio del armado de la nota, 4m! bico en el que sf Jos diatios se diferencian claramente y sus manu: explicitan en mayor 0 menor medida, Podemos agregar que los ma! auales de estilo también incluyen o pueden incluir normas del trabaje periodistico (de Fontcuberra, 1993: 109}, normas que se encuentrajay bastante regladas por debates deontolégicos sabre el periodismo.” consecuencia, salvo en lo que respecta a cuestiones de disefio, los tintos manuales de estilo tienden a prescribir su mismo estila, “Estilo que se diferencia de los estilos particulares de diarios que no posecty manuales de estilo, Finalmente, agui se cumple com lo prometida: analizar estlos de las diaries y etilas en los diaries. Bl capitulo eseddividida en cuatro partes. "nla primera se diferencian rstlisvicamente las portadas; para bacerl se iprvilegian los elementos grdfcesy le presencia de testor no necesdriamente periodisticos, Antes, ¢ dicuse la vida de la porsada como ginero medianamense aurénomo. Ent ta segunda parte, se contrasan distinees conssrucciones exiliticas para tres informeciones que ponen a prueba especialmente los enilas “popular” y “seria” robos bechos por “© jévenes sin necesidades econbmieas, a participacién de un club de futbol la Bolsa de Comercio la celebracién de San Cayetano, Se hace aqui “alguna referencia a las secciones de ls diavios. La tercera parte analiza el casa de los suplementes y se deriene en los destinadbs a ls jvenes. Por sisimo, la cuarta describe distinsosestilos presentes an avuos clasificados. Se expone tambitn sna refleciom acerca de la “mediaciém” de bos diarios sabre textos publicadas en ells que na son de sw autaria (se la hace en dana extensés nuta al pie que ejemplifica con la secchin Corres de lector). Estamos en presencia, asf, de una especie de postulacidn de estilei petiodistico/no estilo periodistico que tiene fuerte carécter valorative} pero que también podemos encontrar en la otta orilia, en los diariagy sin manuales de estilo. Un ejemplo es Pégina/I2, del que se public una compilacién de articulos apatecidos en sus piginas con el rfrulo Nuevo periodismas otto ejeraplo es Créniea, cuando publicita que ded terminada primicia periodistica le corresponde, y lo hace con al eslo gan “Ast se informa”, Al comenzar se justificé por qué podemos tratar a los diarios como ‘Héncros. Luego se discurié con algin detalte el concepto de estilo, Se ifata ahora de ver cémo rrabajan concretamente los estilos sociales fobre los diarios (de Buenos Aires) y cémo el estilo de los diarios sobre Jos hechos sociales. Fue dicho: no nos proponemos armar un mapa ¢5- tico totalizador, sine revisar en algunos casos concreros el didlogo, Ia interrclacién y también la disputa entre estilos. Para hacerlo debemos tener ea cuenta que si bien Ja sociedad con- Sune al diatio como género, este esté compuesto por una gran colec- cin de géneros. Algunos de ellos son de carscrer periodisticos muchos, ‘no? Los primeros son imprescindibles, hacen a la previsibilidad del 7 Ver, por ejemplo, Booete Petales, Rarique esordinadorls Eueas de li infirmaciin J; deancologias del periodisma, Madrid, Teenos, 1995, 8 Buenos Aites, Hditosa/l2, 1987, 2 ka euacidn,presentada lg proveninameme, cama desde Js Li enindey cea dal face conponente to pein prceate ex ls dias, qu sin enbugy no af € carder exencialmenteperiaeaico con que la sociedad Ios consume y tats 3

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