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ANTROPOLOGÍA, ETNOMARXISMO
Y COMPROMISO SOCIAL DE LOS ANTROPÓLOGOS
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Este libro, sin dudas, constituye un referente significativo para la formación crítica de
los jóvenes científicos sociales latinoamericanos. Sus páginas reúnen valiosas
reflexiones sobre los orígenes y fundamentos del etnomarxismo; los desafíos de los
antropólogos en la actual etapa de transnacionalización neoliberal; la denuncia de la
antropología mercenaria utilizada en la intervención y ocupación militar
de Afganistán e Irak; y las experiencias autonómicas indígenas así como las
transformaciones sociales en el México contemporáneo.
SOBRE EL AUTOR
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ISBN 978-1-921438-16-5, 346 páginas + 20 páginas con fotos
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Almodóvar ISBN 978-1-921438-43-1/ 170 páginas
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ISBN 978-1-921438-68-4/ 328 páginas
FOLLETOS
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363 páginas
Índice
Prólogo
Presentación
I. Etnomarxismo y Antropología
• Algunos antecedentes necesarios
• Formación del Consejo Latinoamericano de Apoyo a las Luchas Indígenas
• Las experiencias prácticas de las tesis etnomarxistas
• Las críticas al propio marxismo
Conclusión
Conclusiones
Notas
PRÓLOGO
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En la presentación de esta obra, su autor, el destacado antropólogo y militante de la
izquierda mexicana Gilberto López y Rivas, afirma que su propósito es «coadyuvar a la
formación crítica de los jóvenes científicos sociales latinoamericanos». Sin lugar a
dudas, esta compilación de cuatro artículos de Gilberto no solo servirá a ese propósito
–que a todas luces él define con su bien conocida modestia–, sino que lo desbordará
con creces, tanto por su valor político y didáctico, como
porque será de gran interés y utilidad para un público
mucho mayor y más diverso.
En momentos en que la lucha de los pueblos
latinoamericanos rompe con las nociones
preconcebidas y en muchos casos incluso lleva «a
rastras» a los partidos y movimientos políticos de la
izquierda que se suponía los guiasen, cuando la
sorpresa provocada por la diversidad y la efectividad de
esa lucha ha llevado a algunos a catalogar a los
indígenas, los negros, las mujeres y otros sectores, de
«nuevos» sujetos o «nuevos» actores sociales, como sí
todos ellos no hubiesen existido y actuado con vigor en
defensa de sus intereses desde muchos siglos antes de
la «caída del muro», esta obra explica la importancia de
que el etnomarxismo, nacido hace cuatro décadas, haya acumulado el conocimiento
científico suficiente y la madurez política necesaria para comprender la diversidad y
complejidad del bloque social que tiene ante sí el gran desafío histórico de diseñar y
construir una nueva América Latina, y para fundamentar el lugar y el papel que dentro
de ese bloque –y dentro de esa nueva América Latina– le corresponden a los pueblos
originarios.
El estudio de la cuestión étnico-nacional a partir de una apropiación latinoamericana
del instrumental teórico del marxismo, no data de los años sesenta del siglo XX,
momento en que surge el etnomarxismo. El pionero en esta labor fue José Carlos
Mariátegui (1894-1930). Como muchísimos otros acontecimientos y procesos –entre
los que cabe mencionar el clímax en los Estados Unidos de los movimientos
estudiantiles, por los derechos civiles de los negros y en contra de la Guerra de Viet
Nam; el mayo francés de 1968; y la liberación de Argelia–, el nacimiento del
etnomarxismo es un producto de la crisis sistémica que prenuncia el fin de la
posguerra e incuba en su seno el proceso de concentración de la propiedad, la
producción y el poder político, comúnmente conocido como globalización neoliberal.
La década prodigiosa, la que inmortalizó al Che Guevara, consagró a los Beatles y vio
a la Tierra romper la barrera del Cosmos, parió una de las generaciones más
humanas, sensibles y soñadoras de luchadores populares. De esa generación son
hijos los antropólogos revolucionarios que fueron capaces de fundir y desarrollar, a la
par, la antropología y el marxismo, y por sí ello fuera poco, fueron capaces de hacerlo
en el preciso momento en que ello se necesitaba para estudiar la transnacionalización
capitalista y desentrañar su impacto en las condiciones en las que se libran la lucha
popular, y en la composición y las características de los actores sociales que la
protagonizan. Esa labor ha sido crucial para demostrarnos que sí hay una luz al final
del túnel en el que nos encerró el derrumbe de las utopías y los paradigmas socialistas
del siglo XX.
Aleccionadora es la contraposición que nos ofrece Gilberto entre la antropología
cultivada por los pueblos con el fin de utilizarla en la lucha por su liberación, y la
antropología hija del colonialismo, aplicada por las grandes potencias imperialistas
como instrumento de dominación. Desgarrador es la palabra que viene a mi mente al
leer su análisis sobre la «antropología mercenaria» utilizada en la intervención y
ocupación militar de Afganistán e Irak, la cual no solo está al servicio de la dominación
imperial «en sentido general», sino que llega al extremo de recomendar los métodos
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de tortura que considera más eficaces teniendo en cuenta la idiosincrasia, la cultura y
costumbres de esos pueblos.
Por último, a partir de las experiencias acumuladas por el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional en las Juntas de Buen Gobierno y en La Otra Campaña, el
antropólogo y el marxista, que se sintetizan en Gilberto, abordan el tema de las
autonomías como componente fundamental de la democracia participativa que, junto a
otras formas de democracia, han de sustentar las utopías y los paradigmas socialistas
latinoamericanos que estamos avocados a construir en el siglo XXI.
Roberto Regalado
La Habana, octubre de 2009