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Entre los siglos VIII y XI se consolida este sistema gracias al afianzamiento de la nobleza
laica y a su poderío militar, que deriva en un poderío jurisdiccional. La iglesia, por su parte, es en
Galicia la propietaria de la mayor parte de las tierras.
A partir del siglo XII comenzará el período llamado Era Compostelana, de la mano del
Arzobispo Gelmírez, que traerá esplendor económico y cultural a Santiago de Compostela. La
lírica trovadoresca profana, la llegada del arte románico a través de la francesa Orden de Cluny, el
Camino de Santiago, la composición del Codex Callixtinus … serán un fiel espejo de este apogeo
cultural.
El siglo XIII supone una época de mejoría económica y demográfica en la Galicia medieval
–en general en toda Europa-, pero ya desde finales de este siglo se aprecian síntomas de
agotamiento del sistema feudal y el siglo XIV con la guerra de los Cien Años (iniciada en 1340) y el
Cisma de Occidente (1378/1417) se puede considerar como un profundo foso en la historia de
Europa. La crisis demográfica y una mala climatología provocarán plagas de hambre.
En este marco de hambres, con la consiguiente debilidad física y peores condiciones sanitarias
sobre todo en las ciudades, de crecimiento incontrolado, aparece la peor plaga que asoló Europa
entre 1348 y 1350, la peste negra. En Galicia entró por vía marítima, en 1348 aparece documentada
en Baiona, Tuy, Ourense y Betanzos.
Pedro I intenta una política de centralización del poder en detrimento de los señores feudales,
satisfaciendo así las pretensiones municipales. Le apoya la mayor parte de la gran nobleza gallega y
algunos señores extranjeros como el duque de Láncaster y Fernando I de Portugal. Se opone el
señorío eclesiástico y casas menores de la nobleza. Finalmente Pedro fue derrotado y con él las
ansias de modernización de los concellos gallegos. Un nuevo grupo de señores, los aliados de los
Trastámaras, se harán fuertes en Galicia. Entre ellos está Fernán Pérez de Andrade o Boo.
Si esta situación es en general negativa para Galicia, resulta beneficiosa para Betanzos por ser
la ciudad de residencia de Fernán Pérez de Andrade, aún siendo ciudad de reguengo y por tanto libre
de su señorío. De este modo, Enrique II le da libertad de pesca, facultad de carga y descarga en el
puerto y su litoral, libre aprovisionamiento de 100 mollos de sal -Pedro I favorecía a Coruña en la
batalla por el mercado de la sal- y otros favores que convierten a los betanceiros, a decir del
historiador López Ferreiro, en los genoveses de Galicia. Enrique IV, en agradecimiento a su lealtad en
las guerras irmandiñas, le daría categoría de ciudad en el siglo XV y en la división provincial de los
Reyes Católicos fue capital de la provincia de su nombre.
Los Andrade estuvieron siempre, desde sus orígenes, presentes en la política de la corona de
Castilla, en la que, a pesar de momentos de deslealtades, contribuyen a imponer el nuevo orden en
Galicia, desde el primer Trastámara hasta los Reyes Católicos.
Los Andrade
ANNI DOMINI: Pedro I, apodado por unos el justiciero y por otros el cruel, sucede a su padre
Alfonso XI en el trono el año 1350. Desde el comienzo de su reino tuvo que hacer frente a las
facciones que se disputaban el poder. Los diversos hijos bastardos que había tenido Alfonso XI con
Leonor de Guzmán, los infantes aragoneses, primo del rey y la reina madre, María de Portugal. Su
valido, el portugués Alfonso de Alburquerque le aconsejó que apartase de la corte a los partidarios de
la antigua favorita Leonor de Guzmán y a los hijos de esta, hermanastros del Rey, entre los que
estaba Enrique de Trastámara. Esto provocó un clima hostil en su contra y se produjeron los primeros
levantamientos.
Puentedeume, como villa, comienza en 1270 cuando el Rey Alfonso X otorga a los vecinos
de Pruzos y Bezoucos privilegio para poblar el lugar llamado Ponte do Eume y hacer villa en el. Les
concedió además el derecho de celebrar un mercado anual y el fuero de Benavente para juzgarse.
La villa se gobernó sin otro señorío que el del Rey hasta que en 1371 Enrique de
Trastámara la donó a Fernán Pérez de Andrade, o Boo, uno de los personajes más importantes de
la historia de Galicia, con quién adquiere verdadera relevancia la Casa de Andrade. A la donación
de los señoríos de Pontedeume y Ferrol se uniría en 1373 la del señorío de Villalba con lo cual,
comienza la ascensión de la Casa de Andrade hacia el primer rango de la nobleza gallega.
Pontedeume, a partir de entonces, quedará íntimamente ligado al destino de esta familia, por ser
la capital de todos sus estados.
Nuevo problema sucesorio en el trono de Castilla entre Isabel y Juana la Beltraneja, hija de
Enrique IV. En este caso el de Andrade lucha contra sus otrora aliados Álvarez de Sotomayor y
Pardo de Cela. Ya afianzados en el poder los Reyes Católicos, recompensan la lealtad del
Andrade, confirmándole en la posesión de todos los bienes que heredara. Le otorgaron una renta
de cien mil maravedíes de por vida; lo nombraron regidor de A Coruña en 1476 y capitán de la
misma ciudad en 1477; formó parte del consejo del rey en la corte y reafirmado como señor de
Villalba, reedificó su castillo. Murió en 1492, tras haber asistido el año anterior a la reconquista
de Granada.
Pero será su hijo, Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, el conde más relevante en
lo referente a hechos de armas. Acompañó a su padre en la guerra contra los árabes y sobre todo
se destacó por sus victorias en Italia contra los franceses, ganando en la batalla de Seminara los
territorios que antes perdiera el “Gran Capitán” Gonzalo de Córdoba, y añadiendo al escudo las
dieciocho banderas ganadas en esa batalla.
Y de la casa de Lemos, por la de Lerma a la de Alba, siendo el titular actual del condado de
Andrade la Gran Duquesa Cayetana de Alba.
Una cierta forma de patrocinio
En tierras gallegas, en la primera mitad del siglo XII, la principal de estas cortes nobiliarias
es la de Rodrigo Gómez, conde de Trastámara, biznieto de D. Pedro Froilaz de Traba –el gran jefe
de la nobleza laica en tiempos de Gelmírez-. Conocido por su mecenazgo literario aparece en
algunos documentos como “príncipe de Galicia” o “barón de Galicia”. Hecho conde en 1217,
muere hacia 1261. Participa activamente en los hechos político-militares, la toma de Córdoba o
Sevilla, junto con el arzobispo de Santiago Xoan Arias, si bien destaca sobre todo en su actividad
cultural.
A partir del triunfo en 1369 de la nobleza trastamarista tiene lugar una ofensiva señorial
que constituye el rasgo definitorio de la historia bajomedieval de Castilla y León. En el reino de
Galicia produce efectos específicos:
-Cambio de hegemonía en la clase señorial; nace una nueva nobleza laica que consigue
desplazar, por la fuerza, a los señores eclesiásticos –excepto al arzobispo de Santiago- del poder
social: son los señores de las fortalezas.
-Reseñorialización de las relaciones sociales. Implantación de un señorío sobre otro.
-Normalización del abuso, de la violencia y las armas, como medio de validar el nuevo
poder e imponer las transformaciones sociales.
Respuesta final: la revuelta de la hermandad de los agraviados en 1467 contra las
fortalezas y los señores malhechores. Aunque la nobleza consiguió unirse y vencer a los
irmandiños en 1469, pronto volvieron las luchas dinásticas entre ellos lo que, unido a los intereses
del nuevo Estado de los Reyes Católicos, acabó con su definitivo desarraigo del territorio gallego.
Surge pues, en el siglo XIV, una nueva nobleza laica muy guerrera y agresiva. En este
nuevo sistema de valores, la voracidad por lograr éxito y riqueza, se contrarresta luego en una
actividad constructora y promotora de obras públicas o artísticas que recuerda a los condottieros
italianos, que devolvía en forma de obras públicas o de patrocinio de artistas, el dinero que
consiguieran con el uso de la espada o la traición que todo valía si el resultado era bueno.
En el caso de los Andrade, sólo destacan en este aspecto, Fernán Pérez O Boo y Fernando
de Andrade, primero y último Andrades que fueron señores de Puentedeume. Con todos sus
defectos, y a mucha distancia de sus sucesores, Fernán Pérez O Boo, es el más destacado en
todos los aspectos. Ni siquiera el Grande de Villalba, disponiendo de recursos superiores y fácil
acceso a la Corte de Carlos I, le iguala. Parece que quisiera emular la grandeza del anterior Traba,
con cuya familia quieren emparentarle algunos cronistas.
El fue quien engrandeció la casa de Andrade. Con una especial habilidad, sin ser siquiera el
primogénito, y comenzando su camino como modesto escudero segundón, devolvió a la sociedad
una gran parte de su fortuna en forma de obras de arte que aún hoy producen sorpresa por su
refinamiento. No se intenta decir que Fernán Pérez fuese un filántropo, pero sus obras eran de
utilidad y supusieron un enriquecimiento de la cultura gallega y por tanto universal.
El primer señor de Puentedeume llevó a cabo una inmensa obra constructora muy
variada, en un estilo gótico con gran influencia románica. Entre sus obras destacan las de carácter
señorial como pazos, castillos y fortalezas de las que actualmente quedan las ruinas de la torre
defensiva de Nogueirosa, y la torre del Pazo do Conde de Puentedeume.
Entre las obras de carácter civil
destacan los puentes, de ellos A
Ponte do Eume que fue en ese
momento -1380- el más importante
viaducto de Galicia, con 900 m. y 79
arcos, da idea de su tamaño el que
sobre él había un hospital y dos
capillas; hoy sólo quedan el oso y el
jabalí, emblema de los Andrade,
situados al comienzo del actual,
reconstruido en 1887. Sí se conserva
una muestra de uno de los 7
puentes que mandó construir sobre
el río Lambre, con un solo arco ojival y poco más de tres metros de ancho. Otros puentes que se
le pueden atribuir son el de Xubia, el de Ferreira y el de Sigüeiro.
Si todas estas obras reunían características de evidente sentido artístico, donde mejor se
traducen las preocupaciones artístico-culturales de Fernán Pérez es en la promoción de obras
literarias. Concretamente es de destacar la versión al gallego de la Crónica Troiana de B. de Saint
Maure, realizada sobre una versión castellana ordenada por Alfonso XI y que demuestra la
preocupación del de Andrade por temas de carácter caballeresco, en este caso el ciclo troyano.
En este libro, el clérigo Fernán Martins afirma que escribe solo parte de la obra: sabbean
quantos este liuro vire que eu Ferna Martiis, clerigo e capelan de Ferna Perez d’Andrade, escruiu
este liuro desde onde sse comeca esta estoria ata aqui… por madado do dito Ferna Perez…, lo que
parece indicar que está acompañado de un equipo de colaboradores por lo que posiblemente,
como apuntaba Murguía, podría haber otras obras de este tipo, hoy perdidas.
En los laterales aparecen escenas de cacería, lo mismo que en los bajorrelieves del muro
del altar mayor. La estatua yacente intenta representar fielmente a Fernán Pérez, escoltado por
un ángel, un monje rezando y sus perros de caza. En la cabecera, dos ángeles sostienen el escudo
de los Andrade: banda cruzada y en la bordura leyenda “ave maría gratia plena”.
Una inscripción en gallego
rodea el borde de la caja: Aquí jaz
Fernán Pérez Dandrade Cavaleiro
que feco este moesterio ano do
nascemento do noso sennor
Ihesucristo de mil e trecentos e
oitenta e sete anos.
El conjunto se apoya sobre dos animales simbólicos para la Casa de Andrade: el oso y el
jabalí, pero con hechura que imita a altares votivos prerromanos que entroncan con relatos
mitológicos sobre el bien y el mal y el guardián del mundo de los muertos en los arcanos célticos.
La victoria sobre la bestia es un símbolo de la posición social del noble, como vencedor del
pecado, que Dios premia con el paraíso.
También realizó obras de
carácter benéfico: hospitales para
pobres -están documentados el que
estaba sobre el río Eume y el de San
Bartolomé en Betanzos-. En el
aspecto religioso, el monasterio de
Santa Catalina de Montefaro y entre
las numerosas iglesias construidas o
reedificadas, destaca en Betanzos la
que guarda su sepulcro, San
Francisco, en la que en el año 1397
estableció un importante centro de
estudios teológicos y humanistas.
En los muros de la nave se repiten las escenas de caza y en el testero aparece un jabalí con
la cruz sobre el lomo rematada en forma floral, idéntica a la que daba nombre al Ponte de Porco,
sobre el río Lambre, -hoy aparece en ese lugar una réplica- y la que ocupaba el mismo lugar en
Montefaro y que hoy se guarda en el museo del castillo de San Antón en Coruña.
Todo esto nos lleva a concluir que este Andrade actuó como patrocinador y mecenas de obras de
todo tipo y, sobre todo, obras artísticas y literarias. Que la finalidad de las citadas obras fuera más
suntuaria que artística, no les quita valor, sino que nos ayuda a entender el papel del arte como
instrumento de propaganda, destinado a perpetuar y engrandecer su imagen y el de su linaje, al
tiempo que puentes y hospitales son obras de interés social.
LOS IRMANDIÑOS
En 1037 la Corona de Castilla anexiona el Condado de Galicia, la gran importancia del medio rural
y el poder del clero y de la nobleza hacen que sea un condado muy importante.
El gran poder del clero y de la nobleza se convierten en una gran molestia para la corona.
Las revueltas Irmandiñas son una serie de revueltas que tuvieron lugar en Galicia durante el S. XV,
contra la opresión señorial.
Enrique IV (1454-1474), apoya a los Irmandiños. Las ciudades y los obispos son fieles a Enrique,
no así los grandes señores.
Enrique IV, hijo de Juan II de Castilla y María de Aragón. Se casa con Blanca de Navarra y luego
con Juana de Portugal con la que tuvo una hija, Juana la Beltraneja.
Tuvo que enfrentarse a una parte de la nobleza que apoyaba a su hermano el Infante Alfonso.
La nobleza:
Los jefes del movimiento pertenecen a la baja nobleza, entre ellos estaban Pedro de
Osorio, actúa en el centro de Galicia (zona de Santiago de Compostela), Alonso Lanzós, en el
norte de Galicia (en la tierra de los Andrade, zona de Pontedeume), Diego de Lemos, en el sur de
Lugo y norte de Orense (Tierra de Lemos).
La sociedad Gallega Bajomedieval rechaza las injusticias cometidas por los señores,
considerados popularmente como malhechores. Los señores contra quien había de luchar eran
los Nobles Dueños de castillos y fortalezas y el Alto clero que gobernaban monasterios e Iglesia.
Los irmandiños destruyeron más de 150 castillos y fortalezas durante los 2 años que duró
la Revuelta Irmandiña.
Los nobles más importantes contra los que había que luchar eran: Los Lemos, Andrade y
Moscoso, por el contrario no atacaron a los eclesiásticos. En un primer momento los nobles
huyeron a Portugal y/o Castilla. En 1469 Pedro Madruga inicia desde Portugal el ataque feudal
con el apoyo de otros nobles y el arzobispo de Santiago.
La derrota moral, social, militar de 1469, significa el principio del fin de la nobleza feudal
de Galicia, que da entrada a la Edad Moderna.
EL FEUDALISMO EN TIERRAS DEL EUME
LOS ANDRADE
- El Feudalismo en Galicia
- Los Andrade
- Una cierta forma de patrocinio
- Los Irmandiños