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EL FEUDALISMO

EN TIERRAS DEL EUME


LOS ANDRADE
EL FEUDALISMO EN GALICIA

Se llama feudalismo a una organización sociopolítica y económica basada en la tierra o


feudo que aparece en Europa entre los siglos VII y XV. Económicamente, esta sociedad tiene su
base en la propiedad de terrenos, feudos, cultivados por siervos, que han de entregar una buena
parte de su producción, como arriendo, al señor de las tierras.

Entre los siglos VIII y XI se consolida este sistema gracias al afianzamiento de la nobleza
laica y a su poderío militar, que deriva en un poderío jurisdiccional. La iglesia, por su parte, es en
Galicia la propietaria de la mayor parte de las tierras.

El siglo XII va a ser un siglo esplendoroso en Galicia. El aumento de la demografía permitirá


la extensión de actividades agropecuarias, con el consiguiente aumento de las mercantiles
basadas en el trueque, en los centros urbanos, de productos agrícolas por otros manufacturados.

Como consecuencia de esto, se produce un renacimiento urbano y nace la burguesía,


organizada en gremios establecidos en barrios o rúas, según su oficio. Las ciudades, al contrario
de los núcleos rurales, son dominio de los reyes y no de los señores feudales.

A partir del siglo XII comenzará el período llamado Era Compostelana, de la mano del
Arzobispo Gelmírez, que traerá esplendor económico y cultural a Santiago de Compostela. La
lírica trovadoresca profana, la llegada del arte románico a través de la francesa Orden de Cluny, el
Camino de Santiago, la composición del Codex Callixtinus … serán un fiel espejo de este apogeo
cultural.

La lírica trovadoresca surge debido al excedente económico de la época y a la paz


conseguida. Gracias a estas circunstancias, los señores feudales de la Compostela del s. XII no
estaban obligados a organizar justas ni torneos con la finalidad de adiestrarse, sino que podían
vivir rodeados de lujos y dedicarse al cultivo de las letras.

También influyó en el desarrollo de nuestra lírica trovadoresca el hecho de que


coincidiesen en ese momento en la corte trovadores en gallego y en provenzal, debido al exilio de
los poetas occitanos tras las luchas contra los cátaros.

El siglo XIII supone una época de mejoría económica y demográfica en la Galicia medieval
–en general en toda Europa-, pero ya desde finales de este siglo se aprecian síntomas de
agotamiento del sistema feudal y el siglo XIV con la guerra de los Cien Años (iniciada en 1340) y el
Cisma de Occidente (1378/1417) se puede considerar como un profundo foso en la historia de
Europa. La crisis demográfica y una mala climatología provocarán plagas de hambre.
En este marco de hambres, con la consiguiente debilidad física y peores condiciones sanitarias
sobre todo en las ciudades, de crecimiento incontrolado, aparece la peor plaga que asoló Europa
entre 1348 y 1350, la peste negra. En Galicia entró por vía marítima, en 1348 aparece documentada
en Baiona, Tuy, Ourense y Betanzos.

Irónicamente, esta catástrofe, reduciendo drásticamente la población, restablece el equilibrio


entre población y recursos. Lentamente se produce una recuperación demográfica y económica. Las
ciudades se recuperan con población procedente del rural, que se recupera más lentamente.
Asistimos a un proceso de cambio de predominio del mundo rural al urbano y al modo de producción
capitalista.

Lamentablemente, el enfrentamiento rural-urbano se resolverá momentáneamente con la


derrota de estos últimos en la contienda entre Pedro I y los Trastámaras, de funestas consecuencias
para Galicia pero no tanto para Betanzos.

Pedro I intenta una política de centralización del poder en detrimento de los señores feudales,
satisfaciendo así las pretensiones municipales. Le apoya la mayor parte de la gran nobleza gallega y
algunos señores extranjeros como el duque de Láncaster y Fernando I de Portugal. Se opone el
señorío eclesiástico y casas menores de la nobleza. Finalmente Pedro fue derrotado y con él las
ansias de modernización de los concellos gallegos. Un nuevo grupo de señores, los aliados de los
Trastámaras, se harán fuertes en Galicia. Entre ellos está Fernán Pérez de Andrade o Boo.

Si esta situación es en general negativa para Galicia, resulta beneficiosa para Betanzos por ser
la ciudad de residencia de Fernán Pérez de Andrade, aún siendo ciudad de reguengo y por tanto libre
de su señorío. De este modo, Enrique II le da libertad de pesca, facultad de carga y descarga en el
puerto y su litoral, libre aprovisionamiento de 100 mollos de sal -Pedro I favorecía a Coruña en la
batalla por el mercado de la sal- y otros favores que convierten a los betanceiros, a decir del
historiador López Ferreiro, en los genoveses de Galicia. Enrique IV, en agradecimiento a su lealtad en
las guerras irmandiñas, le daría categoría de ciudad en el siglo XV y en la división provincial de los
Reyes Católicos fue capital de la provincia de su nombre.

Los Andrade estuvieron siempre, desde sus orígenes, presentes en la política de la corona de
Castilla, en la que, a pesar de momentos de deslealtades, contribuyen a imponer el nuevo orden en
Galicia, desde el primer Trastámara hasta los Reyes Católicos.
Los Andrade

ANNI DOMINI: Pedro I, apodado por unos el justiciero y por otros el cruel, sucede a su padre
Alfonso XI en el trono el año 1350. Desde el comienzo de su reino tuvo que hacer frente a las
facciones que se disputaban el poder. Los diversos hijos bastardos que había tenido Alfonso XI con
Leonor de Guzmán, los infantes aragoneses, primo del rey y la reina madre, María de Portugal. Su
valido, el portugués Alfonso de Alburquerque le aconsejó que apartase de la corte a los partidarios de
la antigua favorita Leonor de Guzmán y a los hijos de esta, hermanastros del Rey, entre los que
estaba Enrique de Trastámara. Esto provocó un clima hostil en su contra y se produjeron los primeros
levantamientos.

En 1363, Pedro IV de Aragón ofrece su ayuda a Enrique a cambio de un sexto de su reino.


Estalla entonces lo que se puede llamar la primera guerra civil de España que se prolonga hasta 1369,
entre los partidarios de Enrique de Trastámara y los partidarios de Pedro I.

En la hueste de Enrique de Trastámara que formaban mesnadas de vasallos, caballeros,


órdenes militares y príncipes extranjeros, se une gran servidor y valido del Rey Don Enrique II de
Castilla. De él escribe el licenciado Molina en su Descripción del Reino de Galicia , y lo reproducen
Argote de Molina y otros autores: Que al tiempo que el Rey D. Pedro I y el Rey D. Enrique II, su
hermano, se combatieron en la tienda del condestable Beltrán de Claquin –Beltrán Du Glesquin-,
como luchando los dos Reyes, D. Enrique quedase debajo, visto por Fernán Pérez de Andrade,
socorrió a su Señor diciendo:

“Yo no quito ni pongo Rey, sino libro a mi Señor”,


y dio lugar a que el Rey D. Enrique se mejorase y
matase al Rey D. pedro. Por esto, el rey D.
Enrique le dio ciertas villas en Castilla que son el
Condado de Andrade. Esta versión la corrobora
una de las antiguas historias de Galicia, que dice:
Porque su fecho también se publique
Que un grande privado de D. Enrique,
Fue, contra D. Pedro, su hermano, el abrigo
“La casa de Andrade aquí vos la digo,
Y en una contienda le fue tan amigo,
Que viéndole estar caído, le quiso dar tal ayuda, socorro y aviso
Que, dándole vuelta, mató a su enemigo.

¿Pero quienes fueron los Andrade?


La familia Andrade aparece desde finales del siglo XII
como parte del séquito de los Froila-Traba, como
escuderos, caballeros y prestameros en los condados
de Pruzos y Bezoucos. El primer miembro del que se
tiene noticia es Fortunio Bermúdez de Andrade. Su
hijo, Pedro Bermúdez (1182-1235) fue el primer
Señor de Andrade y abuelo de Fernán Pérez de
Andrade.

Puentedeume, como villa, comienza en 1270 cuando el Rey Alfonso X otorga a los vecinos
de Pruzos y Bezoucos privilegio para poblar el lugar llamado Ponte do Eume y hacer villa en el. Les
concedió además el derecho de celebrar un mercado anual y el fuero de Benavente para juzgarse.

La villa se gobernó sin otro señorío que el del Rey hasta que en 1371 Enrique de
Trastámara la donó a Fernán Pérez de Andrade, o Boo, uno de los personajes más importantes de
la historia de Galicia, con quién adquiere verdadera relevancia la Casa de Andrade. A la donación
de los señoríos de Pontedeume y Ferrol se uniría en 1373 la del señorío de Villalba con lo cual,
comienza la ascensión de la Casa de Andrade hacia el primer rango de la nobleza gallega.
Pontedeume, a partir de entonces, quedará íntimamente ligado al destino de esta familia, por ser
la capital de todos sus estados.

Fernán Pérez de Andrade “O Boo” fallece en 1397. Por carecer de descendencia, le


sucedió su sobrino, Pedro Fernández de Andrade. Su gobierno sería breve y de escasa
importancia. A este le sigue Nuño Freire de Andrade, apodado “O Mao”, pues de él se decía que
tenía un carácter despótico y cruel. Fue implacable con los monjes de Sobrado, con quienes los
señores de Pontedeume siempre mantuvieron una guerra incesante. Sometió a sus colonos a
constantes alzas de impuestos para costear sus campañas de Castilla, por lo que los burgueses y
marineros de las villas de Ferrol, Betanzos y Pontedeume se unieron a los campesinos para
formar la “IRMANDADE FUSQUENLLA”.

El conflicto se desarrolló principalmente en el territorio controlado por los Andrade,


destruyendo alguna fortaleza nobiliar, como el castillo de esta familia en Betanzos. Sitiado Nuño y
su familia en su fortaleza de Pontedeume, consiguió derrotar a los irmandiños con la ayuda del
rey de Castilla.
Nuño Freire muere el mismo año en que es sofocada la sublevación de sus vasallos, 1431,
sucediéndole su hijo Pedro Fernández de Andrade.

La hija de éste, María de Andrade, es la siguiente heredera del señorío de Pontedeume,


pero muere sin sucesión, por lo que las posesiones pasan a su tío Fernán Pérez “O Mozo” en
torno al 1443, quien tendría que hacer frente a la segunda revuelta irmandiña, entre 1467 y 1468.
Alonso de Lanzós invade y consigue apoderarse de Pontedeume, haciendo huir a Fernán Pérez,
pero de nuevo la rebelión es sofocada y las posesiones reintegradas a los de Andrade.

En 1470 Diego de Andrade, hijo del anterior, se convierte a su fallecimiento en el séptimo


señor de Pontedeume. Tiene numerosos litigios por herencias con su esposa María das Mariñas.
Consigue para su hijo Fernando documento de emancipación del padre y le envía a educar a la
corte de los reyes.

Nuevo problema sucesorio en el trono de Castilla entre Isabel y Juana la Beltraneja, hija de
Enrique IV. En este caso el de Andrade lucha contra sus otrora aliados Álvarez de Sotomayor y
Pardo de Cela. Ya afianzados en el poder los Reyes Católicos, recompensan la lealtad del
Andrade, confirmándole en la posesión de todos los bienes que heredara. Le otorgaron una renta
de cien mil maravedíes de por vida; lo nombraron regidor de A Coruña en 1476 y capitán de la
misma ciudad en 1477; formó parte del consejo del rey en la corte y reafirmado como señor de
Villalba, reedificó su castillo. Murió en 1492, tras haber asistido el año anterior a la reconquista
de Granada.

Pero será su hijo, Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, el conde más relevante en
lo referente a hechos de armas. Acompañó a su padre en la guerra contra los árabes y sobre todo
se destacó por sus victorias en Italia contra los franceses, ganando en la batalla de Seminara los
territorios que antes perdiera el “Gran Capitán” Gonzalo de Córdoba, y añadiendo al escudo las
dieciocho banderas ganadas en esa batalla.

En sus últimos años, siguiendo el ejemplo de su


predecesor “O Boo” y preocupado seguramente por su
salvación eterna, construye en Pontedeume el
convento de frailes agustinos, del que solo queda una
parte del claustro, y la capilla mayor de la iglesia de
Santiago, donde será enterrado a su muerte, alrededor
del año 1540.

Todos los sucesores de O Boo impusieron su


poder señorial sobre el mismo territorio, pero viéndose
en la obligación de solicitar a los reyes la ratificación de
las concesiones originales, sin poder constituir un
morgado. D. Fernando, además del título de conde y
un incremento considerable de patrimonio, adquiere
relevancia social y política de grande y la constitución
de morgado para sus bienes autorizado por los Reyes
Católicos.
Pero su éxito constituirá también el fin de la dinastía Andrade en cuanto a territorio ya
que casa a su hija Theresa de Andrade con Fernando de Castro y Osorio, conde de Lemos, y en su
nieto Pedro de Castro y Andrade se fusionarán los dos importantes linajes gallegos de Andrade y
Lemos pero sus herederos tendrán como casa principal un solar prestigioso aunque lejano en la
casa de Lemos.

Y de la casa de Lemos, por la de Lerma a la de Alba, siendo el titular actual del condado de
Andrade la Gran Duquesa Cayetana de Alba.
Una cierta forma de patrocinio

El papel de las cortes nobiliarias en la implantación de la lírica gallego-portuguesa, fue


capital, igual que anteriormente en Occitania. Y la corte en Galicia en el s. XII estaba en Santiago
de Compostela y aunque no tiene mucho que ver con aquellas, a esta ciudad llegan con las
peregrinaciones de toda Europa, innovaciones poéticas que serán combinadas con la tradición
gallega.

En tierras gallegas, en la primera mitad del siglo XII, la principal de estas cortes nobiliarias
es la de Rodrigo Gómez, conde de Trastámara, biznieto de D. Pedro Froilaz de Traba –el gran jefe
de la nobleza laica en tiempos de Gelmírez-. Conocido por su mecenazgo literario aparece en
algunos documentos como “príncipe de Galicia” o “barón de Galicia”. Hecho conde en 1217,
muere hacia 1261. Participa activamente en los hechos político-militares, la toma de Córdoba o
Sevilla, junto con el arzobispo de Santiago Xoan Arias, si bien destaca sobre todo en su actividad
cultural.

Rodrigo Gómez acoge a su alrededor, en su hogar o cuando va de camino a esas


“reconquistas” a un grupo de pequeños nobles. Buena parte de los trovadores hidalgos del conde
de Trastámara estarán presentes, junto con otros juglares de Galicia, en la corte literaria de
Alfonso X -1252/1284-, en detrimento de la alta nobleza, en un ambiente de igualitarismo,
tolerancia y liberalidad, cosmopolitismo y creatividad intelectual, que no tuvo parangón en la
Edad Media peninsular.

A partir del triunfo en 1369 de la nobleza trastamarista tiene lugar una ofensiva señorial
que constituye el rasgo definitorio de la historia bajomedieval de Castilla y León. En el reino de
Galicia produce efectos específicos:
-Cambio de hegemonía en la clase señorial; nace una nueva nobleza laica que consigue
desplazar, por la fuerza, a los señores eclesiásticos –excepto al arzobispo de Santiago- del poder
social: son los señores de las fortalezas.
-Reseñorialización de las relaciones sociales. Implantación de un señorío sobre otro.
-Normalización del abuso, de la violencia y las armas, como medio de validar el nuevo
poder e imponer las transformaciones sociales.
Respuesta final: la revuelta de la hermandad de los agraviados en 1467 contra las
fortalezas y los señores malhechores. Aunque la nobleza consiguió unirse y vencer a los
irmandiños en 1469, pronto volvieron las luchas dinásticas entre ellos lo que, unido a los intereses
del nuevo Estado de los Reyes Católicos, acabó con su definitivo desarraigo del territorio gallego.

Surge pues, en el siglo XIV, una nueva nobleza laica muy guerrera y agresiva. En este
nuevo sistema de valores, la voracidad por lograr éxito y riqueza, se contrarresta luego en una
actividad constructora y promotora de obras públicas o artísticas que recuerda a los condottieros
italianos, que devolvía en forma de obras públicas o de patrocinio de artistas, el dinero que
consiguieran con el uso de la espada o la traición que todo valía si el resultado era bueno.
En el caso de los Andrade, sólo destacan en este aspecto, Fernán Pérez O Boo y Fernando
de Andrade, primero y último Andrades que fueron señores de Puentedeume. Con todos sus
defectos, y a mucha distancia de sus sucesores, Fernán Pérez O Boo, es el más destacado en
todos los aspectos. Ni siquiera el Grande de Villalba, disponiendo de recursos superiores y fácil
acceso a la Corte de Carlos I, le iguala. Parece que quisiera emular la grandeza del anterior Traba,
con cuya familia quieren emparentarle algunos cronistas.

El fue quien engrandeció la casa de Andrade. Con una especial habilidad, sin ser siquiera el
primogénito, y comenzando su camino como modesto escudero segundón, devolvió a la sociedad
una gran parte de su fortuna en forma de obras de arte que aún hoy producen sorpresa por su
refinamiento. No se intenta decir que Fernán Pérez fuese un filántropo, pero sus obras eran de
utilidad y supusieron un enriquecimiento de la cultura gallega y por tanto universal.

El primer señor de Puentedeume llevó a cabo una inmensa obra constructora muy
variada, en un estilo gótico con gran influencia románica. Entre sus obras destacan las de carácter
señorial como pazos, castillos y fortalezas de las que actualmente quedan las ruinas de la torre
defensiva de Nogueirosa, y la torre del Pazo do Conde de Puentedeume.
Entre las obras de carácter civil
destacan los puentes, de ellos A
Ponte do Eume que fue en ese
momento -1380- el más importante
viaducto de Galicia, con 900 m. y 79
arcos, da idea de su tamaño el que
sobre él había un hospital y dos
capillas; hoy sólo quedan el oso y el
jabalí, emblema de los Andrade,
situados al comienzo del actual,
reconstruido en 1887. Sí se conserva
una muestra de uno de los 7
puentes que mandó construir sobre
el río Lambre, con un solo arco ojival y poco más de tres metros de ancho. Otros puentes que se
le pueden atribuir son el de Xubia, el de Ferreira y el de Sigüeiro.

Si todas estas obras reunían características de evidente sentido artístico, donde mejor se
traducen las preocupaciones artístico-culturales de Fernán Pérez es en la promoción de obras
literarias. Concretamente es de destacar la versión al gallego de la Crónica Troiana de B. de Saint
Maure, realizada sobre una versión castellana ordenada por Alfonso XI y que demuestra la
preocupación del de Andrade por temas de carácter caballeresco, en este caso el ciclo troyano.
En este libro, el clérigo Fernán Martins afirma que escribe solo parte de la obra: sabbean
quantos este liuro vire que eu Ferna Martiis, clerigo e capelan de Ferna Perez d’Andrade, escruiu
este liuro desde onde sse comeca esta estoria ata aqui… por madado do dito Ferna Perez…, lo que
parece indicar que está acompañado de un equipo de colaboradores por lo que posiblemente,
como apuntaba Murguía, podría haber otras obras de este tipo, hoy perdidas.

Obra sobresaliente de este Andrade es el encargo de su propio sarcófago –el sepulcro


lleva fecha de 1388 y él falleció en 1397-. Resulta de una gran originalidad ya que introduce
importantes innovaciones en la escultura funeraria gallega, como la concepción litúrgica de
yacente, los temas venatorios y el enterramiento exento –hasta esa fecha iban adosados al muro-
. La iconografía de este sepulcro parece transparentar una doble idea: la armadura y espuelas
representan valores de la alta nobleza anterior, y los relieves cinegéticos se asocian a la
caballería, pero al mismo tiempo representan las nuevas armaduras a las que debía su
promoción. Nos ofrece la doble dimensión, la del caballero esforzado y la del caballero cristiano
que hace méritos para la vida eterna. Por una parte presenta ante el juicio final credenciales de
buen caballero y por otra deja constancia ante los hombres de sus hazañas.

En los laterales aparecen escenas de cacería, lo mismo que en los bajorrelieves del muro
del altar mayor. La estatua yacente intenta representar fielmente a Fernán Pérez, escoltado por
un ángel, un monje rezando y sus perros de caza. En la cabecera, dos ángeles sostienen el escudo
de los Andrade: banda cruzada y en la bordura leyenda “ave maría gratia plena”.
Una inscripción en gallego
rodea el borde de la caja: Aquí jaz
Fernán Pérez Dandrade Cavaleiro
que feco este moesterio ano do
nascemento do noso sennor
Ihesucristo de mil e trecentos e
oitenta e sete anos.

El conjunto se apoya sobre dos animales simbólicos para la Casa de Andrade: el oso y el
jabalí, pero con hechura que imita a altares votivos prerromanos que entroncan con relatos
mitológicos sobre el bien y el mal y el guardián del mundo de los muertos en los arcanos célticos.
La victoria sobre la bestia es un símbolo de la posición social del noble, como vencedor del
pecado, que Dios premia con el paraíso.
También realizó obras de
carácter benéfico: hospitales para
pobres -están documentados el que
estaba sobre el río Eume y el de San
Bartolomé en Betanzos-. En el
aspecto religioso, el monasterio de
Santa Catalina de Montefaro y entre
las numerosas iglesias construidas o
reedificadas, destaca en Betanzos la
que guarda su sepulcro, San
Francisco, en la que en el año 1397
estableció un importante centro de
estudios teológicos y humanistas.

En los muros de la nave se repiten las escenas de caza y en el testero aparece un jabalí con
la cruz sobre el lomo rematada en forma floral, idéntica a la que daba nombre al Ponte de Porco,
sobre el río Lambre, -hoy aparece en ese lugar una réplica- y la que ocupaba el mismo lugar en
Montefaro y que hoy se guarda en el museo del castillo de San Antón en Coruña.

O Boo escoge dos animales salvajes que


abundan en su comarca para convertirlos en símbolo
de su poder. Los utiliza también para señalar las
obras realizadas por él. Hay una asociación entre
símbolos heráldicos y cinegéticos: osos, jabalíes y
otros animales relacionados con la caza (en su tumba
un halcón) se repiten en toda su obra, y se presentan
asociados al escudo de los Andrade.
Vemos pues que, en los motivos
decorativos que adornan las obras arquitectónicas
levantadas por este Andrade, se repiten formas
similares, como el uso reiterado de la estrella de
cinco o seis puntas –las vemos en Santa María del
Azogue y en las iglesias de Santiago y S. Francisco
en Betanzos y en el yacente de su monumento
funerario- y los motivos zoomorfos y de caza. Todo
ello da sello de autoría e indica la intervención del
propio señor de Andrade en la planificación de sus
obras y la existencia de una cuadrilla de artesanos y
artistas en torno a Fernán Pérez, que desde
Betanzos y Santiago, dejaron su sello en otras
comarcas .

Todo esto nos lleva a concluir que este Andrade actuó como patrocinador y mecenas de obras de
todo tipo y, sobre todo, obras artísticas y literarias. Que la finalidad de las citadas obras fuera más
suntuaria que artística, no les quita valor, sino que nos ayuda a entender el papel del arte como
instrumento de propaganda, destinado a perpetuar y engrandecer su imagen y el de su linaje, al
tiempo que puentes y hospitales son obras de interés social.
LOS IRMANDIÑOS

En 1037 la Corona de Castilla anexiona el Condado de Galicia, la gran importancia del medio rural
y el poder del clero y de la nobleza hacen que sea un condado muy importante.
El gran poder del clero y de la nobleza se convierten en una gran molestia para la corona.
Las revueltas Irmandiñas son una serie de revueltas que tuvieron lugar en Galicia durante el S. XV,
contra la opresión señorial.

Enrique IV (1454-1474), apoya a los Irmandiños. Las ciudades y los obispos son fieles a Enrique,
no así los grandes señores.

Enrique IV, hijo de Juan II de Castilla y María de Aragón. Se casa con Blanca de Navarra y luego
con Juana de Portugal con la que tuvo una hija, Juana la Beltraneja.

Tuvo que enfrentarse a una parte de la nobleza que apoyaba a su hermano el Infante Alfonso.

La nobleza:

Los Osorio: Monforte de Lemos y Sarria


Los Andrade: Pontedeume
Los Moscoso: Vimianzo
Los Ulloa
Los Sarmiento
Los Soutomayor en Pontevedra

Los abusos de la nobleza


patrocinan el bandolerismo. Aumenta la
presión fiscal y las victimas de estos
abusos de poder son sobre todo el
campesinado.

El campesinado junto a la burguesía y la


nobleza menor protagonizan revueltas contra la Nobleza:

Revuelta Fusquenlla (sobre la nobleza eclesiástica, obispos).


Año 1431, en las tierras del señor de Andrade. Nuño Freire de Andrade o Mao, trataba con
extrema dureza a los vasallos.
Se inicia en Pontedeume y Betanzos y se extiende por los obispados de Lugo y Mondoñedo e
incluso llega al arzobispado de Santiago.
Fue dirigida por Roi Xordo, hidalgo de A Coruña que murió en la represión posterior, en 1435.

Ya en 1418 se organizan en algunas villas Hermandades, encaminadas a proteger el orden


público, pero en seguida se convirtieron en levantamientos contra el señorío eclesiástico y a favor
de la condición realenga. Los acontecimientos de este momento son confusos.

En 1467 aparece conformada en Galicia la Hermandad según el modelo que funcionaba en


Castilla. –En 1465 los concejos castellanos se unieron en la gran Hermandad, en alguna de cuyas
juntas generales consta la presencia de procuradores de Galicia-. Cada villa eligió a su alcalde, que
con la vara de la justicia, ejercía jurisdicción asistido por los cuadrilleros –grupos de cien hombres-
. En el campo se repite la estructura en cada distrito jurisdiccional. El órgano máximo de decisión
son las Juntas de Hermandad a las que acuden las diversas instituciones de Galicia. Todas ellas, y
las familias, debían aportar fondos para sostener económicamente a la Hermandad. Como
organismo con funciones judiciales y de orden público, actuó imparcialmente y con gran dureza
en represión de los delitos comunes. Según los cronistas, el éxito en su misión fue total. Pero el
gran problema era cómo poner fin a los abusos cometidos desde las fortalezas por los agentes del
poder señorial y esto sólo podía hacerse expulsándolos de ellas.

2ª Revuelta Irmandiña. Entre


los años 1467 y 1469. Formados por el
grupo campesino popular, que no
puede resistir el agravio, la violencia y
los tributos que estaban obligados a
pagar a los señores de los castillos y de
las fortalezas.

Fue Alonso Lanzós, con el


apoyo de varios ayuntamientos,
Coruña, Betanzos, Ferrol, Lugo, los que
crearon la Irmandade Xeral: motor
inicial de la Revuelta, autentica guerra
civil por la participación social.

A la represión que ejercía la


nobleza se suman años de malas
cosechas y las pestes, lo que provoca la revuelta popular.

En la guerra irmandiña participan varios grupos sociales, campesinos, burguesía, baja


nobleza (hidalgos) e incluso miembros del clero.

Los jefes del movimiento pertenecen a la baja nobleza, entre ellos estaban Pedro de
Osorio, actúa en el centro de Galicia (zona de Santiago de Compostela), Alonso Lanzós, en el
norte de Galicia (en la tierra de los Andrade, zona de Pontedeume), Diego de Lemos, en el sur de
Lugo y norte de Orense (Tierra de Lemos).
La sociedad Gallega Bajomedieval rechaza las injusticias cometidas por los señores,
considerados popularmente como malhechores. Los señores contra quien había de luchar eran
los Nobles Dueños de castillos y fortalezas y el Alto clero que gobernaban monasterios e Iglesia.

Los irmandiños destruyeron más de 150 castillos y fortalezas durante los 2 años que duró
la Revuelta Irmandiña.

La gran Revuelta Irmandiña.

Los nobles más importantes contra los que había que luchar eran: Los Lemos, Andrade y
Moscoso, por el contrario no atacaron a los eclesiásticos. En un primer momento los nobles
huyeron a Portugal y/o Castilla. En 1469 Pedro Madruga inicia desde Portugal el ataque feudal
con el apoyo de otros nobles y el arzobispo de Santiago.

La victoria de la nobleza se debe en parte al apoyo de los Reyes de Castilla y Portugal y a la


división de las fuerzas irmandiñas. Se puede considerar la Revuelta Irmandiña como el fracaso
total e irreversible de la clase dirigente. Se puede considerar como el paso de la Edad Media a la
Edad Moderna que se manifiesta en Galicia.

La derrota moral, social, militar de 1469, significa el principio del fin de la nobleza feudal
de Galicia, que da entrada a la Edad Moderna.
EL FEUDALISMO EN TIERRAS DEL EUME
LOS ANDRADE

- El Feudalismo en Galicia
- Los Andrade
- Una cierta forma de patrocinio
- Los Irmandiños

UNIVERSIDADE SENIOR DE A CORUÑA


Curso 2009/2010
Trabajo realizado dentro del OBRADOIRO DE ROSALÍA CASTRO
Por
Brunhilde Rasser
José Luis Reigosa Martí
Carmen Chorén Rey

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