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LOS MAGOS DE MEDIA Maria TERESA ROMAN LOPEZ. UNED. Madrid BIBLID: [0571-3692 (2006) 307-316] RESUMEN: Los magos eran una uibu de los medos especializada, al parecer, en medicina, adivinacién, astrologfa, oniromancia, culto al fuego y magia, debiéndolas ésta su nombre, Para el mundo griego, los magos eran expertos en astrologfa y en magia y estaban en posesién del monopolio sacerdotal. En un determinado momento abrazaron la religién de Zoroastro, cuya forma original quiz transformaton en. buena medida PALABRAS CLAVE: Antiguo Inén. Magos. Pricticas mégicas. Sacerdotes. Autores de la Antigtiedad. Zoroastro. ABSTRACT: The Magi were a tribe of the Medes. It seems thae they were specialized in medicine, in prophecy, in astrology, in the foretelling through dreams, in che worship of fire and in magic. The lat- ter one giving them the name, In the Greek world, the Magi owned the priestly monopoly and were experts in astrology and in magic. At a certain point, they embraced the Zoroastrian religion, transfor- ing pethaps its Fundamental content, KEY WORDS: Ancient Iran. The Magi. Magical practices. Priests, Authors of the ancient word. Zoroaster. Introduccién Irdn, tertitorio habitado por tribus heterogéneas que en el transcurso de los tiempos constitu- yeron culturas diversas y muy valiosas, ha desempefiado un papel de primer orden en la historia de la humanidad: «Abreviatura de Iran-shahs, “Pats de los aryas” [...] El territorio en que los ira- nios se asentaron comprendia, aparte del Irn actual, Beluchistén, Afganistin, Turkestén ruso, hasta el Syr-drya (Iaxarttes), mar de Aral y Caspio, y una regién de Rusia meridional hasta las ori- llas del Mar Negro. Este tertitorio se dividié dialectalmente en cuatro regiones principales, con Boletin de la Asociacién Fspatiola de Orientalistas (2006) 307-316 308 Romin Lépez, Marla Teresa una papel propio en la historia de toda la nacién. El Este, separado del Oeste por el gran desier~ to central de la meseta itania, salvo el rosario de oasis que pasan al mediodfa del Caspio, fue el sitio de nacimiento y de expansién primera de la religién zoroastriana. Bl Noroeste, es decit, el sur del Caspio y del Céucaso, era el pats de los medas, cuyo rey Deyoces fundé el primer impe- tio iranio (Herddoto, I, 96). El Sudoeste, a lo largo del Golfo Pétsico, pertenecta a los persas, de dialecto claramente caracterizado. Su rey Ciro, a mediados del siglo Vi, funds el imperio aqu ‘ménida [..] El Norte se hallaba ocupado por los némadas, los saces o escitas [..] Un siglo y medio después de la muerte de Alejandro, la hegemonia pas6 a los partos, llegados del sudeste del Caspio. Fue el imperio arsicida, Desde el 224 d. J.C., el centro politico del Irén volvid a Persia con los sastnidas, que reinaron hasta la conquista musulmana. El zoroastrismo, cuya historia es obscura hasta entonces, se transformé en la rcligidn oficial de los sasénidas. Tavo que combatir no sélo con el cristianismo y el maniqueismo, sino con un fatalismo astral muy propagado, el zetvanisino o religién del Tiempo, Tolerado por los conquistadores musulmanes, el zoroastrismo, a pesar de numerosas conversiones al nuevo orden, lorecié durante varios siglos»'. Pocos pueblos han tratado y expuesto con interés tan claro y constante el £mbito religioso, como lo hicieron los indoiranios’, una importante rama del exuberante érbol indocuropeo: «Al principio del siglo x0x parecié que la solidaridad de lenguas y de civilizaciones que desde hacta tiempo se les reconocta a griegos y romanos debia hacerse extensiva a los pueblos que, hacia el final del Neolitico, ocuparon el norte de la In Baltico, Europa central y occidental y las islas Bricénicas, De modo que germanos y celtas, per sas y escitas, a quienes Roma habfa considerado bétbaros, se revelaban estrechamente empa- rentados los unos con los otros, del mismo modo que también estaban emparentados con los ia, Irdn, las Hanuras de Rusia, las costas del partos, los armenios, y hasta con los propios griegos y romanos, amén de con otros pueblos de cuya existencia no sospechaban siquiera los antiguos. El reconocimiento de este parentesco fue obra de los lingiiistas que, en los afios 1780 y siguientes tuvieron acceso, por ver. primera, a los textos sagrados de la India y del Inn: el andlisis del sénscrito védico, y después el del avéstico, y el latin y el gtiego. May répidamente, con la ayuda del antiguo aleman, del eslavo, del antiguo iclandés, etc., fue posible elaborar una especie de norma gramatical de la lengua arcaica de la que, evi- dentemente, derivaban los diversos idiomas. Naturalmente, a esta lengua se le dio el nombre de indoeuropeo, puesto que los elementos que pusieron en evidencia el estrecho parentesco que existfa entre estas dos lengua sirvieron para su reconstruccién se repartfan en un Area geogrdfica que se extendfa desde Islandia hasta el golfo de Bengala [...] Progresivamente, a medida que la investigacién ampliaba el campo 'VVAAA., 1958: Las religiones del antiguo orient, Rit, Casal Vall. Andorra, pp. 107-108. 2Cf, DUCHESNE-GUILLEMIN, J., 1962: La religion de Ian ancien, Edit. PUR, Paris; WIDENGREN, G., 1968: Les religions de UTnan. Kat. Payot, Paris. Bolettn dela Asociacién Expaitola de Orientalistas (2006) 307-316 Los magos de Media 309 de los conocimientos, se iban trazando las lineas maestras de una sociedad sorprendentemente rica y compleja, portadora de una ideologia original de la que las lenguas derivadas aestiguaban a un tiempo tanto su perennidad en emplazamientos geogréficos heteréclitos, como las incvitables adaptaciones debidas al contacto con poblaciones de origenes diferentes, Este tiltimo rasgo expli- ca cémo fue posible que la civilizacién indoeuropea en sentido estricto diese origen a naciones tan diversas como la Galia céltica, el Imperio hitita 0 la Repiblica romanay® La religién indocuropea, segiin Duchesne-Guillemin, «se elevé en Irén a un nivel superior, a medio camino de himalayas misticos y de archipiélagos filosdficos. Irin aventajé incluso a sus dos vecinas, India y Grecia, en la afirmacién del monoteismo, gracias sin duda a la fuerte personalidad de Zaratustra, que es comparable a los profetas israelitas. Lo que més chocé a los gtiegos fue el dualismo, la oposicién del demonio Ahtimén al dios Ormazd, lo mismo que las costumbres de los magos y los conocimientos, astrales 0 no, que se les atribuycron con o sin razén. Se sabfa el origen iranio de los misterios de Mitra. El maniquefsmo, que fue con el mitrafsmo el gran competidor del cristianismo, no era més que una variante, poco ortodoxa, a decir verdad, de la religién iranias4 Los persas* han hecho palidecer con su gloria militar a muchos otras poblaciones iraniass pero aun en esta gloria se le adelantaron los medos. Derrotados éstos por Cito IT el Grande (558-528 a.C.), perseveraron en su lucha contra los aqueménidas, antagonismo que en el terre- no religioso vino marcado por la actuacién de los magos‘, una tribu meda muy antigua que se ® BONNEFOY, I. (dir), 1996: Diccionario de las mitologias, Edit. Destino, vol. 1. Barcelona, p, 319. “VV.AA. obccity pe 105, > «Entre las diversas religiones persa, la que obtuvo mayor favor en Caldea fue la doctrina de Jos magos. Esta secta, de origen medo, fue bien acogida bajo todos los regimenes polfticos en un pals que debfan atravesar sus adeptos para dirigirse al eino del Ponto, donde ejercfan profunda influencia. Adivinos, encantadores, astrélogos y mi los magos habfan asimilado y propagaban la eiencia babilénica; ellos la transmitieron al mitralsmo y después al .] Desde el siglo III antes de nuestra era el babilonio Beroso ensefiaba alos griegos el dogma de los lo siguiente, es otro babilonio, Didgenes de Seleucia, quien toma, sucediendo a Crisipo, la direccién del Pértico, Reconozeamos, ademds, que en la medida en que se convirtieron en “chaldaei, asteSlogos yy brujos, los magos se apartaban de su autenticidad primitiva, fel al tipo iranio ya la fe mazdetsta, sin préctica algu- na de “magia. Pero lo que los orientales y occidentales iban a buscar a las escuelas de Orchoé, de Babilonia y de Borsippa, cuya reputacién menciona Estrabén, no era s6lo la interpretacién de los suefios 0 de los presagios, sino tambien la aritmética de los mathematic’ y la ciencia astronémica 0 médica, vatias veces milenariay, MASSON. OURSEL, P, 1947: La filosofta en Oriente. Edit, Sudamericana. Buenos Aires, p. 75. CE. HICK, J., 1993: Los per sas. Edi Folio, vo. Il. Barcelona. Palabra derivada del griego magos, que a su vex procede del persa antiguo mags, emagor. Esta palabra aparece una sola vez en el Avesta y no figura en los Giathd, No obstante, en este timo aparece el nombre de maga, que pre- sentaba cierta semejanza con ella y con la que quiz4, estuvo emparentada, Al parece, la existencia de este vocablo hizo posible que las magos se advefiasen del zoroastrismo, Cf. VV.AA., olscit, pp. 108-109. La procedencia de los magos no estd clara; segiin Herédoto era una tribut de Media a cuyos miembros se atribufa en Irda la especialidad, de las artes sacerdotales, En un-determinado momento adoptaron fa seligién de Zoroastro, cuya forma original Boletin de la Atociacién Espafiola de Orientalistas (2006) 307-316 310 Romdn Lipes, Marla Teresa habfa especializado en el culto del fuego, la medicina, la adivinacién, la astrologia, la onito- mancia y la magia, debiéndoles ésta diltima su nombre. Herdédoto nos oftece en el libro II de su Historia una interesante informacién sobre los magos durante el periodo aqueménida (558-330 a.C.). En efecto, segiin el gran historiador gtiego, afios después de que Cambises II (c. 528-521 a.C.), hijo de Ciro TI, ordenara a Prexaspes que matara a su joven hermano Bardiya (Esmerdis), fue desposefdo de su corona por una sublevacién de los magos, ditigida por Gaumata, Durante los primeros afios del reinado de Dario, mientras que el monarca conquistaba Egipto, el mago Gaumata se apoderd del poder con la pretensién de que era Esmerdis, el hermano del difunto Cambises, de cuyo fallecimien to se habia enterado. Darfo regres6, le dio muerte’ al mismo tiempo que a muchos otros y reind, El hecho se celebré cada afio con una fiesta llamada ematanza de magos 0 magofonia»: «Darfo [...] asesté una pufialada y tuvo la suerte de darle al mago. Después de haber dado 1 y los otros cinco salicron corriendo con las cabezas de los magos [...] Entonces los persas, al enterarse de lo que habfan hecho los siete y de la inttiga de los magos, se creyeron en el deber de hacer tam- muerte a los magos y de haberles cortado la cabeza, dejaron allf a sus heridos [, bin ellos otro tanto y, desenvainando sus pufiales, se dedicaron a matar magos [...] ese dia los persas lo conmemoran oficialmente més que ningiin otto, y en él celebran una gran fiesta, que entre ellos recibe el nombre de Magofonta» (I11,79-80). La repeticién de tal fiesta representaba para los magos un recuerdo de su condicién politica subordinads’, Asimismo, Herédoto infor- ‘ma que no era costumbre ofrecer tn sacrificio sin la presencia de un mago: «Una vez que los ha depositado, un mago, presente al efecto, entona una teogonfa [...] pues ocurre que sin un ‘mago no tienen por norma hacer sactificios» (1,132). Esto parece indicar que los magos ten{- an ka exclusividad en temas relacionados con la casta sacerdoral. En la época de los partos arsécidas (250-191 a.C.), los magos, después de haber estableci- do su centro en Babilonia, se extendieron por Asia Anterior, donde fueron conocidos con el 4quiz4 transformaron en buena medida. En el Ambito grecolatino, los magos eran conocidos como sacerdotes 2070+ Astticos. Cf. BENVENISTE, E., 1938: Les mages dans Zancien Iran, Edit. Maisonneuve. Paris; BIDEZ, J. y CUMONYS F, 1982: Les Mages helléniss: Zovoastres, Ostanes et Hyrtaspe. Edit, eLes Belles Lettres», 2 vol. Pars 7 La inscripcién trilingiie encontrada en las rocas de Behistun testimonia que fue el propio tey Dario el que maté « Gaumata, Sin embargo, Esquilo, en su tragedia Las pers, atribuye la muerte de Mardis o Fsmerdis a Artafrenes: sMardis fue el quinto, el baldén de su pattia y del antiguo trono real, pero el noble Artafrenes lo asesinés. En la cedicién de ALSINA, J., 2001: Esquilo, Tragedias completas. Edit. Cécedra, Madtid, p. 72, *Habjendo perdido la esperanza de recuperar el gobierno o el gran predominio poltico que disfrutaron durante aiios con algunos reyes (Astiages, por ejemplo), toda su actividad se ditigié a convencer a los ciudadanos de Persia dde que su presencia en los rtuales religiosos era muy importante; yen la consecucién de sus objetivos tuvo mucho que ver su antigua reputacién de casta sagrada entre los medlos,y la historia difundida por ellos de que Zoroastro cra de su misma etnia, Al parecer, a Jos magos debemos la conservacién de las partes en verso del Avesta y la elabo- racién de las partes en prosa. Cf, MOULTON, J.H., 1913: Henly zovoastrim. Wiliams and Norgante, Londres, pp. 197-198. Bolerin dela Asociacién Espatiola de Orientalistas (2006) 307-316 Los magos de Media 31 nombre de maguseo!, con un bagaje de astrologia, astrolatria caldea y escatologta semitica, Por otro lado, estaba reservado a los magos que habfan permanecido en Persia el adoprat, bajo la cid nacionalista de los sasdnidas (224-729), el papel de clero oficial: «los magos de este petiodo se nos presentan constituidos en corporacién poderosa y cerrada, duefia de vastos tertitorios y con ciudades propias, cuyo centro era Rhage [...] En aquellos territorios parece que cjercfan una especie de soberania independiente, siendo Rhage el asiento de su jefe y cabeza. Como pretendfan formar un clan, descendiente directo de Zarathushtra, aquel alto sacerdote, especie de papa zorodstrico, investido con ambas potestades, a espiritual y la temporal, Ileva- ba el titulo de Zarathushtratema, o “jefe Zarathushtta’, literalmente, el “més Zarathushtra (de todos los Zarathushtras)”. Despréndese de esto que el nombre se usaba a veces como titulo»'®. Costumbres y creencias de los magos Pocos pueblos oftecen tantas dificultades para la investigacién de sus creencias filoséfico- religiosas como los medos y los persas'", Junto a informaciones escasas y poco claras en Ia lite~ ratura medopersa, se encuentran fuentes greco-latinas, que son tardias, indirectas y la mayorta fragmentarias, lo que dificulta en gran medida cualquier estudio, Tenemos algunas descripcio- nes de Herédoto, pero apenas quedan fragmentos del libro de Teopompo sobre la religién de Jos persas. Los fildsofos neoplaténicos se interesaron mucho por las ideas persas, y de sus escti- tos quedan restos transmitidos por Plutarco, Plinio y Didgenes Laercio. También tenemos noticias de escritores armenios, sitios y arabes. Lo que est4 claro es que la religién de Iran en ningdin momento dejé de interesar al mundo occidental, en especial por la luz. que esperaban hallar en ella sobre su propio pasado. Las referencias més antiguas a los magos se encuentran en algunos profetas del Antiguo Testamento, Jeremfas, por ejemplo, refiere que un jefe de magos forma parte de la delegacién enviada a Jerusalén por Nabucodonosor: «y penetraron en la ciudad todos los jefes del rey de Babel y ocuparon la puerta Media: Nergal-Sareser, Samgar, Nebu-Sasgan, camarero mayor, Nebu-Sareser, jefe de los magos» (Jeremias 39,3). 9 Se trata de magos occidentalesIlegados con las tropas persas a Asia Anterior al comienzo de la propagacién del calko al fuego en esta regidn. Cf. DU BREUIL, P, 1978: Zararhoustra et le transfiguration du monde, Fic. Payot. Parts, p. 16. "RAGOZIN, Z.A., 1892: Media, Babilonia y Persia, Desde la caida de Ninive hasta fas guernas médicas. Bit. El Progreso, Madrid, pp. 275-276. "Parientes muy cercanos, bifurcaciones de la rama irania, separada del tronco indocuropeo que invadié parte del Oriente Préximo, donde se superpuso a una compleja mezcla de etnias y culturas con las que en gran parte se fusio- nnd. Quiad su lugar de origen seal sur de Rusia Boletin dela Ataciacién Expafiola de Orientalinas (2006) 307-316 312 Romdn Lépez, Maria Teresa Por su parte, el profeta Ezequiel describe como autores de la peor de las abominaciones a aquellos hombres, unos yeinticinco, que de espaldas al templo de Yahveh y cara a oriente, 0 sea al sol, lo adoran y hacia oriente se postran y llevan la zemora, es decir, el ramito, a sus nari- ces! «a la misma entrada del santuario de Yavé, entre el vestibulo y el altar, habia unos vein- ticinco hombres, de espaldas al santuario de Yavé y cara al oriente, que hacia el oriente se pos- traban [...] ¥ hasta llevan la zemora a sus narices» (8.16-17). Suponiendo que fueran magos, la informacién suministeada por el texto biblico tiene una clara explicacién, pues los magos adoraban al sol y empleaban ramos de tamarindos para sus précticas adivinatorias. Los persas, escribié Estrabén (XV.3.15): «tienen Pyraetheia, notables recintos; y en el centro de éstos hay un altar, donde hay una gran cantidad de cenizas y donde los Magos mantienen el fuego ardiente, Y alli, diariamente, realizan conjuros durante una hora, sosteniendo delante del fuego un haz de varillas», La semejanza entre las pricticas religiosas referidas por Ezequiel y las des- critas por Estrabdn, sugiere q\ plo de Jerusalén. ‘También en el profeta Daniel (5,11-12) hallamos una clara alusién a los magos: «Nabucodonosor, tu padre, joh rey!, le hizo jefe de magos, astrélogos, caldeos y adivinos, por- e eran magos los individuos que descubrié Ezequiel en el tem- que se hallé en Daniel, llamado Baltasar por el rey, un espfritu superior de ciencia c inteligen- cia, la facultad de interpretar los suefios, de explicar los enigmas, de resolver las dudas» Irén fue para los cristianos sobre todo el pais de los reyes magos, al menos uno de los tres, que vinieron «del Oriente» a adorar «al rey de los judios» (Mateo 2,1-2). Es posible que sean los magos de los que nos habla el profeta Daniel que no supieron interpretar el suefio de Nabucodonosor: «Lo que pide el rey es un misterio que ni sabios, ni astrélogos, ni magos, ni adivinos son capaces de descubrir al rey» (2,27). Laafirmacién de que la filosofla griega no fuese una cre (én de los griegos, sino que hubie- ra sido esculpida sobre modelos orientales més antiguos se retrotrae a Sobre la filosofla, obra de Aristételes (384-322 a.C.) y a sus alumnos, que trataron de la «filosofia de los batbaros»; por supuesto, tuvieron en cuenta a los egipcios, los caldeos, los magos iranios y los sabios de la India, etc, Segin Didgenes Laercio (I, 4, 1); «Dicen algunos que la Filosofia, excepto el nom- bre, tuvo su origen entre los bétbaros; pues como dicen Aristételes en su Médgico, y Socién, en el libro XXIII De /as Sucesiones fueron los magos sus inventores entre los persas; los caldeos entre los asirios y babilonios; los gimnosofistas entre los indios; y entre los celtas y galos, los druidas, con los llamados semnoteos», Y mds adelante, Diégenes Laercio (1, 4,7) sefiala: «Estos que hacen detivar de los barbaros la Filosofia exponen también el modo con que la traté cada s filosofaron, por enigmas y sentencias uno de ellos, Dicen que los gimnosofistas y los drui "Los parsis utiliza alambres en lugar de ramitos o varllas. "CE BURKERT, W., 2002: De Homero a los Magos. Bdit. Bl Acantilado, Barcelona, p. 53, Boletin de la Asociacién Espattola de Orientalitas (2006) 307-316 Los mages de Media 313 que “se ha de adorar a Dios"; que a nadie se ha de hacer dafio, y que se ha de ejercitar la for- taleza”, Clitarco, en el libro XI, afiade que los gimnosofistas no temfan la muerte; que los cal- dos sc ocupan en la Astronomia y predicciones, y los magos en el culto, sactificios y depreca- ciones a los dioses, como si sélo a ellos oyeran, y manifiestan su sentir en orden a la esencia y generacién de los dioses mismos, creyendo que son el fuego, la tierra y el agua. Que no admi ten sus simulacros o esculturas, y reprueban Ia opinién de los que dicen hay también diosas». En la Metafisica (1091b) de Aristételes, leemos: «Los poctas antiguos opinan de modo semejante: que rigen y gobiernan no los primeros, como la Noche, el Cielo, el Caos o el Océano, sino Zeus. Sélo que sucede que dicen tales cosas porque, segiin ellos, cambian los que gobiernan a las cosas que son: en efecto, aquellos que mezclan dos tipos de explicacién al no decir todo en forma de mito, como Ferécides y algunos otros, ponen lo Perfecto Primero, como principio de generacidn, y también los Magos». Herddoto (1,101,2) se refiere a los magos como una de las seis tribus medas: ebusas, pareta~ cenos, estrucates, arizantos, budios y magos»; hay entre ellos, dice el gran historiador, intérpre- tes de suefios a los que consultaba Astiages: «Sometié, entonces, la visidn al juicio de los magos intérpretes de suefios» (I, 107); «ante esta visién, que sometié al juicio de los intérpretes de sue- fios» ([, 108); «mandé llamar a los mismos magos que habfan interpretado su ensuefio de aque- lla manera; cuando Ilegaron, Astiages les pregunté cémo habfan interpretado su visién y ellos repitieron la misma explicacién [...] Porque, a veces, algunos de nuestros vaticinios han tenido cumplimiento en hechos insignificantes; y especialmente las cuestiones a los suefios suelen abo- car a la postre en una nimiedad» (I, 120); eordené, ante todo, empalar a los magos intérpretes de suefios que le habjan aconsejado dejar marchar a Ciro» (I, 128); oftecen libaciones: «los ‘magos ofiecieron libaciones a los héroes» (VII, 43); celebran sactificios: «por el Sus, abarca hasta el propio Esttimén, al que los magos oftecieron un sactificio propiciatorio, degollando unos caballos blancos» (VII, 113); utilizaban practicas como la de adivinar y conjurar: «el temporal, en concreto, se prolongs por espacio de tres dias; finalmente, mediante la inmolacién de victi- mas propiciatorias y entonando salmodias ditigidas al viento -ademés de ofrecer, asimismo, sactificios a Tetis y a las Nereidas~, los magos lograron que se aplacara a los cuatros das» (VI, 191). Bl historiador griego se muestra sorprendido por la supuesta crueldad de los magos: «los ‘magos, por el contrario, matan con sus propias manos toda clase de seres vivos, excepcién hecha intamence hormigas, serpientes y todo tipo de reptiles y volitiles» (I, 140). Sin embargo, Herédoto pudo muy bien del petro y el hombre, y lo consideran una gran hazafia, pues matan ind haber juzgado a los magos sin conocimiento de causa. Lo que él vela como prueba de crueldad pudiera muy bien haber hallado explicacién en la creencia de los magos de que muchas criatu- ras representan fuerzas malignas y que por tanto merecian la muerte, Por otro lado, la exposi- cidn de los muertos, que tanto horror idea zoroastriana de que la tierra, al igual que el fuego, era algo sagrado, por lo que la crema- cidn o enterramiento de los muertos hubiera profanado a estos elementos. En lugar de enterrar zaba a los escritores clésicos, parece tener su origen en la Boletin de la Asociacién Expafola de Orientalistas (2006) 307-316 314 Romén Lopes, Marka Teresa 6 quemar a los muertos, los exponfan a las aves y a los perros: «el caddver de un persa no reci- be sepultura, mientras no haya sido desfigurado por un ave de rapifia o un perro, Desde luego, los magos sé positivamente que lo hacen asi, pues fo hacen piblicamence. En cualquier caso, los persas impregnan con cera el cadaver y, después, lo entierran» (ibfd.). ¥ Estrabén (XV, 3.20) afirma que antes de darles sepultura, los magos dejaban durante algunos das los cuerpos de los muertos a merced de los cuervos y de los buitres: «illos uncan los cadéveres con cera antes de enterrarlos y no los entierran sino que los abandonan para ser comidos por los péjaros». Los magos practicaban el matrimonio consanguineo, al menos eso es lo que afirma Eserabén (ibid. sus propias madres». Por su parte, Diégenes Laercio (I, 5,7) afirma: «por cosa justa casar uno con su madre o con su hija». AA parecer, habrfan adoptado como deidad principal a Ahura Mazdl (Sefior Sabio»), pero le opu: En bss y Osiris (369D y E), Plucarco sefiala: «Y ésta es la opinidn de la mayorta y de los mas sabios; en 4¥ estos Magos, por las costumbres ancestrales, tenfan relaciones sexuales con fon las clisicas fuerzas malignas, resultando asi seguidores del dualismo. efecto, unos piensan que existen dos dioses, como si fueran rivales, uno artifice del bien, ef otro del mal; ottos llaman al mejor “dios”, al otto “demon”, como Zoroastres el mago, que, cuen- tan, han nacido 1co mil afios antes de la guerra de Troya. Pues bien, éste llamaba a uno Horomances, al otro Arimanios y declaraba ademds que uno se parecta, entre las cosas percep tibles, a la luz ante todo, el otto, al contrario, a la oscuridad y a la ignorancia, y que en medio de ambos estaba Mitra, por lo cual también a Mi Mesttés (cMediador»); prescribié hacer a uno sactificios propiciatorios y de accién de gracias, al otro a los persas lo lamaba apotropaicos y ligubres. En efecto, machacando en un mortero una hierba llamada éméini, invocan a Hades y a las tinieblas, y después, habiéndola mezclado con sangre de lobo degolla- do, llevan la mezcla a un lugar donde no llega el sol y la vierten». Y en palabras de Didgenes Laercio (I,V-VI): «Aristételes, en el libro primero De da filosofta, hace a los magos més antiguos que los egipcios, y que ponian dos principios en el mundo, que eran un genio bueno y otro malo, llamados el uno fiipiter y Orosmades, el otto Plutén y Arimanion. Estos puntos de vista son confirmados por Hermipo, en su primer libro sobre los magos; Eudoxo, en el Viaje alre- dedor del mundo, y por'Teapompo, en sui Filipica. Dice éste, por sentencia de los magos, que “los hombres han de resucitar, y entonces serdn inmortales. ¥ que las cosas existentes existen en beneficio de sus oraciones”», También afirma cl escritor griego que los magos: wjercitan las adivinaciones y predicciones [..) Visten de blan- co, duermen en tierra, comen hierbas, queso y pan ordinario; llevan una cafia por béculo, y en su extremo ponen un queso y se lo van comiendo» (I,V). En el tratado hipocrético Sobre la enfermedad sagrada (2), los magos son tratados como charlacanes: «Me parece que los primeros en sacralizar esta dolencia fueron gente como son ahora los magos, purificadores, charlatanes y embaucadores, que se dan aires de ser muy dosos y de saber de més, Estos, en efecto, tomaron lo divino como abrigo y escudo de su Boletin dela Asociaci6n Espaitola de Orientalistas (2006) 307-316 Los mages de Media 315, incapacidad al no tener remedio de que servirse, y para que no quedara en evidencia que no sabfan nada estimaron sagrada esta afeccién». ‘Asimismo, las habilidades de los magos son mencionadas por Euripides en Orestes (1496) «por medio de bebedizos 0 de artes de magiays y en el Politico (2800), Platdn afirma: «Y al arte de la magia concerniente a los antidotos» ‘También Posfirio nos informa sobre algunas costumbres de los magos en su obra, Sobre la abstinencia (IV,16): «entre los persas, por otra parte, los que se ocupan y cuidan de los temas divi- nos reciben el nombre de “magos” [...] Y tan importante y respetada se considera esta clase entre los persas, que incluso Dario, el hijo de Histaspes, cuidé de que se inscribiera sobre su tumba, aparte de otros tieulos, que habia sido maestro de artes mdgicas. Se hallaban divididos en tres sec- tas de magos (...] Los primeros de ellos son los mds instruidos y no comen ni dan muerte a los seres animados, porque se mantienen en Ia antigua abstinencia de los seres vivos. Los segundos practican el consumo de carne, pero no matan animal doméstico alguno; los terceros, de un modo parecido a los anteriores, tampoco ponen sus manos sobre todos los animales», Zoroastro y los magos En ka época de Platén, los magos fueron considerados disefpulos de Zoroastro", al que, inclu- so fuentes griegas mencionan como tno de ellos y se referfan a él como «hijo de Ahura Mazdév En efecto, la magia, de la que depende una gran parte de la religién (al mismo tiempo que ka medi- cina y Ia astrologfa) segiin Plinio el Viejo, se remontaba hasta Zoroastro en cuanto ciencia de los magos"*: «Sin duda la magia surgié en Persia con Zoroastto» (Historia natural XXX, Il, 3). El eéle- bre naturalista menciona los nombres de Apusoro y Zarato (0 lo que es igual, Zaratustra y Zoroastro), de Media, de Marmaro y Arabantifoco, de Babilonia y de Tarmoenda, de Asitia (XXX, I, 6). Segtin ‘Tarcan: «irculaban escritos ~sobre todo un “Octoteuco”- bajo el seudo-epigrafo de 4 Hermodoro, Plutarco, Plinio el Viejo, remontan la fandacién de la secta de los magos a Zoroastro y citan a Budoxo que dice que vivié 6000 atios ances de fa muerte de Platén; y Hermipio afitma que Zoroastro compuso dos millones de versos y que Agonaces, fue el maestro de Zoroastro, nacido 5000 afios antes de la guetta de Tioya [..] Beroso cree que Zoroastx0 Vivié 2000 atios antes de nuestra er [..] Herdeito del Ponto cree que es un supervivien- tede la AtKintida». DU BREUIL, P, 1984: Histoire de la religion et de la philesophiezoroastriennes, Bit. Du Roches. ‘Ménaco. pp. 25-26. '4Se le ha llegado a considerar incluso el “fundador o ereador de la magia”, a causa de que Platén, en el Primer Aleibfades, al hablar de la “ciencia de los magos”, la califica también como “ciencia de Zoroastro, hijo de Oromaxés". Esto se relaciona con la idea de que el profeta iranio era de hecho “un caldeo” practicante de la astrologia (posible mente a causa de la palabra "astto” que se ha erefdo reconocer en st nombre, ignorando que era una forma griega —fonéticamente aberrante- de su verdadero patrontmico: Zaratustra)s. VARENNE, J., 1976: Zoroastro. Edaf. Madrid, p. 9. Boletin de la Asociacién Espariola de Ovientalstas (2006) 307-316 316 Romdn Lépec, Marta Teresa Ostanes»!6, Este mago, que pretenda ser el heredero de las doctrinas de Zaratustra, «acompafé al rey persa Jerjes en su invasién de Grecia, y sembré lo que yo llamarfa las semillas de su arte mons- truosa, infectando todos aquellos lugares por donde habla pasado» (XXX, II, 8). En la época de Plinio el Viejo, este mundo inmerso en la magia encajaba con el Imperio Romano, Recordemos que Tiridates, calificado de mago”, a su legada a Roma para hacerse coro- nar rey de Armenia, habfa iniciado a Nerdén en «los banquetes magicos» (XXX, VI, 17). Nerén. aspiraba a «mandar sobre los dioses» (XXX, VI, 14). En Vidas de los Doces Césares, Suetonio narra que después de haber mandado ascsinar a su madre, el cruel emperador romano habrfa utilizado a los magos para llevar a cabo un sactificio, con el objetivo de conjurar a los Manes de Agripina: «Confesé que el fantasma de Agripina le persegufa [...] Adin més, intenté incluso evocar a sus Manes y aplacarlos mediante un sacrificio celebrado por los magos» (Nerd, IV, 34, 4). ‘A causa de su condicién de astrélogo, el nombre del profeta se transformé en Zoroastres (de ahi Zoroastro): «Los escritores de la antigiicdad transmitieron el nombre del célebre legislador y profeta de los persas bajo muy distintas formas. Los griegos anteriores a Jesucristo le escribi- an; Zéroaestrés 0 Zéroastros, de donde se derivé la palabra Zardes, De esta tiltima debemos dis- tinguir el nombre Zandtas, Zdratos, Zaras 0 Zarés de que hacen mencién Plutarco, Clemente Alejandrino, Suidas y ottos [...] Pero atin es ms probable que algunos escritores hayan co fundido ambos nombres como el Zéromasdrés de Suidas, con Zéroastrés y Oromasdeés [...] Estas y otras formas con que los escritores griegos modificaron el primitive nombre de Zoroastto, tienen ficil explicacién admitiendo el hecho probable de que le recibieron de los babilonios o de los persas que ya le habfan modificado>". En el periodo helenistico, la admiracién por el mundo oriental Ilegé a un nivel ral que, para dar autoridad a cualquier obra de alquimia, astrologia o magia, no se hallé otra cosa que atri- buirlo a la autoridad de Zoroastzo o de algtin otto supuesto mago. La proximidad fonética entre Zaratustra y Zaratus, un personaje legendario de la tradicién babilénica evocado por Plinio, Porfirio y Clemente de Alejandrfa, llevaré a confundir a los dos personajes y a la crea- cién de la leyenda de los dos Zoroastros. El primero, ligado al mundo persa, fue el reformador de la religién irania antigua. El segundo, padre de la astrologia caldea, habfa sido, sogtin Luciano (s. 1). Porfirio (s. 1) y Amiano Marcelino (6. 1¥), el maestro de Pitdgoras”, “TURCAN, R., 2001: Los eultas orientales en el mundo romano, Biblioteca Nueva y Universidad Nacional de Educacién a Distancia, Madrid, "CE TACITO, Anales XV, 29-30, Es una aficmacién muy extendida que los Magos de Mateo 2 son un caleo base do en este homenaje de los Magos al emperador romano, "GARCIA AYUSO, F, 1874: Las pueblos iranios y Zoroasto. Edit. Imprenta de J. Noguera. Madsid, pp. 6-7. "aLa Antigiiedad considerd a Zoroastro y a los magos, ms © menos auténticos, como los precursores y garantiza- dores de su propia sabidurla, ast pagana como cristina, Se decta que Zoroastro habia instruido a Pitégoras; la filo- sofla la astrologta, Ja alquimia, la teurgia, a magia, ct., se encontraban en las doctrinas lamadas ealdeas como en un espejo, y la mayorfa de los escrtos attibuidos a estos sabios eran apécrfos, en los que se encontraba una inter- vvencién masiva de concepciones griegas mezcladas a una infima parte de ideas iraniase, VV.AA., 0b ct, p. 105. Boletin de la Asociacién Fspaftola de Orientalisas (2006) 307-316

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