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traduccién de AURELIO CARZON DEL CAMINO: ¢HACEMOS TABLA RASA DEL PASADO? A propbsito de la’ bistoria y de los bistoriadores por JEAN CHESNEAUX INDICE, uA Presentacién 7 1. La historia como relacién activa con et.patado 21 2. Historia y prictica social: en el campo del siglo veintiuno, aigio velntiung de espafia editores, sa : | poder. 2 ——_—_————————,, —_ +3. Historia y practica social: en el campo de las ‘igio veintiuno argentina editores, sa luchas populares ° 0 —_—— zEra Marx un “historiadoe"? siglo yelntiane de colombia, da 3 Ynverir In telion pudocspsente 80 —— 6. Las falas evidencias del dicurso histhrico 71 7. Pequeia sociologia del saber histbrico 87 8. Las trampat del cuadripartimmo histrico 97 9. La nostalgia del “dixcurto sobre la historia univers” 105 10. ¢Tienen una historia comin las sociedades recapitalistas? 113 11, Eleapitaismo, agente unificador de la historia 120 WHd2! La interiridéd ‘nacional en la histor 128 13. Hacer entrar la historia natural en la historia social 139 * 14, Tiempo corto y tiempo largo, continuidad y discontinuidad 148, sicin a condo de prenentaion pine de sin 15, Historia por arriba e historia por abajo, Las st thc ante hefeondex Ines pulenaTea\ is bias 159 tenern edicién en eapatio, 1977 15 16. Ritmos de la evolucién: progresos y retrocetos, Ehartn airion en expat 1981 desfases y resurgencias ae) ere 17, [La inaereidn dela historia en el expacio: Ia BN 964 2.05209 geopolitica 180 as francen -* 18, Desenclavar el territorio del hintorindor: aqué permet tentn ‘Puidueinanaed? 12 That gin da pao nso tabi rave U1, 19, ae historia para In revolueién? 201 gine edn Argenting, 1986) Rawat 9 i Mure epi qu matey 1.723 Iinprewss Augenina Pented in Argentina a LA INSERCION DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO: LA GEOPOLITICA Los factores geogréficoe actian en relacién con un modo, de produccién determinado.— Insularidad, continentalidad, con- tigiidad.— La ley de correspondencia entre el contenido de tur fenémeno y su localizacién privilegiada— Desplazamiento del centro de gravedad de las luchas obreras en funcién de su meta — Los casos de Alemania, de Gran Bretafia, de Chi Desde mayo del 68, Paris aprende a “seguir” a la provine Los desfases, los bloqueos, los contrastes de medio am- biente se inscriben en el espacio. Tienen una expresin itica. sega ino asusta, tiene mala prensa. En el siglo xm de tener la vocacién de dominarla; Rusia, Hlanara. sin término, jestaba abierta de por si a todas las conquistas del oeste y del este! Contra estas ingenuidades, el marxismo clisico pro- nuncié una condenacién dogmatica y definitiva, por boca de Stalin: unog parrafos de su compendio de materia- lismo histérico. Basta con esto? Es preciso abrir de nuevo el expediente de la geopolitica. Indudablemente, ¢s irrisorio. definir los hechos geogré- ficos como _determinantes en ultima instanci: TMenos irrisorio_atenerse 2 ni : ratico burda, El espacio ¢s una realidad obje- £180} TL) La configuracion de las Tranuras y d en Tas costas orientales de la peninsula indochina ha ~orientado estrictamente la “marcha hacia el aur” (Nam- Tien) de los campesinos vietnamitas en el curso de los siglos, por lo cual ha modelado de manera muy precisa $i territorio nacional: ensanchado en los deltas de ambas extremidades, estrecho y distendido en el-centtro, ullf don- de la montafia se une casi,con el mar. Pero esta configura- cién ‘no ha sido determinante sino en relacién con las eyes del modo de produccién, predominante entonces en Vietnam: el feudalismo “asidtico", fundado sobre pueblos auténomos y sobre la irrigacién publica de Ha- ‘ura, [El aislamiento continental de Bohemia ha in- fluido:en mucho en su ‘“bloqueo” a partir del siglo xv1, en'el momento en que a fines de la Edad Media los brotes protocapitalistas se encontraban ya muy desarro- Jlados: minas y manufacturas, grandes casas comercia- les, impulso cientifico y técnico, en el que participaban sabios Hegados de toda Europa, radicalismo intelectual y religioso con el hussismo. Esta situacién continental fue ‘una desventaja muy grande en el amanecer del capita- lismo, en una fase de desarrollo econémico en el que el ‘comercio a larga distancia por mar (Inglaterra) era casi indispensable para la acumulacién primitiva del capital, para la puesta en marcha de la reproduccién ampliada, A partir de la era de los ferrocarriles, Ia situacién conti- nental de Bohemia dejé de dificultar el desarrollo de la gran industria checa, os naturales intervis formacion soc i 3 O Ast la insularidad, La on pi Grecia antigua deja de favorecerla en Gran Bretafia aproveché su situacién insular ya en €f siglo xv1, pero Japén no pudo hacerlo sino una vez (revolucién del Meiji, 1868) as estructuras feudales- estatales antiguas. Las estaciones carboneras del imperio briténico se habian desgranado a lo largo de los itine rarios maritimos en el siglo xix, para aprovisionar los steamers a través de los seven seas. Era cl “monopolio | insular” britinico, que tanto admiraba Fourier el: visio- nario: Pero esas innumerables islas y.escalas han perdido: su valor geopolitico en la era de 1a navegacién a diesel. [1 Asi la continentalidad. Se ha descrit> de manera apresurada a China como encerrada en su continentali dad masiva, condenada por ello al estancamiento hist6- rico, De hecho, segiin el contexto econémico, la historia de China ha oscilado entre periodos en los que-o bien las relaciones por tierra o bien las relaciones por mar eran las més importantes, politica y econémicamente, Por tierra, en la época de las dinastias olasicas hasta la época | mongol incluida, que le abria un espacio continental inmenso. Por mar, en la época de los Ming (siglos x1v- xvi), con el “descubrimiento” de Africa mucho antes de los portugueses, y con los comienzos de la inmigra- cién en el sudeste asidtico. Por tierra de nuevo con el repliegue voluntario de la dinastia manchii, y el “cierre” de una China inquieta por la penetracién occidental y poco deseosa de sufrir la suerte de la India, que conocia. _ Por mar de nuevo, en la época del imperialismo, de los tratados desventajosos, de los grandes “puertos abiertos” 4 como Shanghai, Por tierra, en la época del bloqueo capi- talista y de la alianza estrecha-con la Unién Soviética, Por mar, desde la ruptura con Moscii, en direccién de todo el Tercer Mundo y ya no tan sélo del Occidente, (2) Asi la contigiiidad, La frontera no funciona de la misma manera en economia feudal y en economia cape INSERCION DE LA HISTORIA EN EL ROPACIO 108 talista. En el primer Caso, es una zona de intercamblos comerciales y humanos, de estatuto politico impreciso; hay soberanias locales que se instalan a caballo sobre los ‘macizos montafiosos (condes de Foix y reyes de Navarra, condes de Saboya, pequefioe principados ardenneses). Ex Ja “frontera-zona”, dicen los gebgrafos. En el segundo caio, se pasa a la “frontera-linea”, a una delimitacion estricta, en funcién de las exigencias estatales mAs extre- ‘madas, del control policiaco y fiscal de las personas resi- dentes o migrantes, de las obligaciones militares, de la atribucién de los recursos del subsuelo, de os estatutos ‘monetarios..., cada metro cuadrado, cada individuo se atribuye a la soberania de un estado o del otro, De la misma manera, la contigiidad entre China y ‘Vietnam ha sido decisiva en la época feudal; ha permi- tido la integracién de Vietnam en e! mundo confuciano. En la época colorial, los confines sino-vietnamitas no eran ms que una zona de bajas presiones historicas, puesta aparte por los contactos muy minoritarios entre Fevolucionarios vienamitas y chinos; lo esencial de las relaciones del Vietnam colonial pasaba por mar, en direc- ién de la metrépoli y del mercado capitalista mundial. En la época de las guerras contemporéneas de libera- cién, los signos se invierten de nuevo. Ya contra Francia a partir de 1950, y més todavia durante la “escalada” norteamericana de 1965, esta frontera del norte desem- peiia un papel de primer plano; asegura el vinculo entre i pueblo vietnamita y la “gran retaguardia” que es para él China, Més gerieralmente, la contigiiidad, la posibilidad de disponer mis alld de Ia frontera de una base de apoyo favorable, o al menos de una neutralidad favorable, ha resultado ser una ley geopolitica ri de las guerr revolucionarias de mediados del siglo xx. Sin duda, los “factores internos” gozan de prioridad; una guerra revo- jucionaria esté enraizada en la voluntad de lucha del pueblo mismo. Pero los maquis argelinos del FLW se apo= yaban en Tiinez y én Marruecos, los de los khmers rojos tet IWAERGION DE LA MIBTORIA EN BL en Vietnam y Laos del Sur, los del nordeste de Tai dia en China, los del Pathet-Lao en Vietnam del No Tenfan la seguridad de encontrar en el otro lado de frontera un refugio para sus campos de entren: una base de abastecimiento y la posibilidad de comuni se con el mundo exterior, Esto, porque la relacién mun- dial de Jas fuerzas diplomaticas prohibja a las tropas de +4 represién perseguirlos en sus “santuarios”, Cuando la. Unién Soviética cerré sus puertas en 1946 a los revolucio- narios de Azerbaidjan a cambio de una hipotética conces si6n petrolera soviética en Irén del Norte, concesién que el sha. dejé habilmente caducar, hubo una gran carnicerig. de comunistas aziris: decenas de millares de muertos en. ‘Tabriz. Cuando Tito rompié en 1948 con el Kominform, ‘sell el destino de los andartes. griegos, guerrilleros de izquierda adosados hasta entonces a las montafias yu- goslavas. Los procesos histéricos actian:siempre en condiciones ficas concretas, diferentes _segun los as ‘egiones, Se realizan, pues, de la manera lara, mas ‘cabal, en las regiones cuyos caracteres geogrAficos les fre» cen las condiciones econémicas, politicas y sociales: mas, apropiadas. Es la ley de correspondencia entre ¢l conte- 4 nido econdmico y politico de un fendmeno.histérico, y © su localizacién geogrdfica, Esta ley no es mAs que una aplicacién conereta del principio de sobredeterminacién en historia (§ 14). Una contradiccién general fun- ciona en condiciones concretas, sobredeterminadas, y por Jo tanto se expresa en una localizacién especifica: (J La India de los portugueses correspondia a unas 4 factorias establecidas en las ricas ciudades mercantiles de la India del Sur: Goa, Calicut, Misore, La India de los ingleses tenia sus bases principales més al norte, : 4 Bombay, Calcuta, Delhi, situacién que correspondia 2 un contenido econémito diferente del imperio colonial britanico, con vistas a una penetracién continental y no ilo litoral, seguida de un desarrollo industrial. 3 [ED Los pequefios puertos costeros del centro de Viete \UINSERCION DE LA HISTORIA EX #1 KAPAGIO. * nam, Benthuy, Faifo, Quinhon, hablan desempefiade un ‘Papel esencial en la'vida nacional vietnamita de la época feudal; ofrecian una cadena de relevos comerciales y politiéos entre los grandes deltas del rio Rojo y del ‘Mekong, en el norte y en el sur del pals, A partir del si- glo xu, dentro del marco de la economia capitalista colonial, fueron marcados, por el contrario, con un signo negativo; los capitales coloniales no se ocuparon de ellos. pues se seritian ztraidos hacia las zonas directamente ielacionadas con el mercado mundial: Saigon, Haiphong. (2) Les ‘puertos mas activos de Italia se encontraban en el sur en la época bizantina y durante 1a Alta Edad Media, como Amalfi, Pero el centro de gravedad de la vida italiana se desplazd después hacia el norte, a Pisa, Génova, Venecia, con el protocapitalismo mediterréneo activo a larga distancia; més tarde subié por la Nanura el Po, més favorable a la industria moderna, El sur se adormecié. como el sefior napolitano Don Caesare de la novela de Roger Vailland, La ley, La correspondencia entre el contenido de la' vida econémica y su localizacién principal ha funcionado rigurosamente en toda la histo- ria de las grandes ciudades italianas. [1 La China “itil” a los occidentales, la que a media- dos del siglo x1x les ofrecta el mejor campo de actividad, ‘era la China del té y de la seda, en el sudeste; los cinco puertos cuya apertura fue impuesta como resultado de la guerra del opio se encontraban todos en esta zona, En la poca del imperialismo financiero, medio siglo det- pués, fue en el norte donde se implantaron los grupos Financieros extranjeros, promotores de minas y de ferro- carriles. Todavia en 1950, los cinco puertos abiertos en 1842 no tenian ferrocarril alguno, 0 s6lo estaban co- municados por Iineas de importancia local. Esto en cuanto a la correspondencia entre el conte- nido del desarrollo econémico y los focos en que # localiza sucesivamente, por lentas migraciones y_alter- nancias, Lo mismo ocurre en cuanto a las contradicciow nes politica: y sociales, en cuanto a las tuchat de clases, 196 INAERGION DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO Se encuentra cn cllas la misma alternancia, el mismo carkcter migratorio. A cada etapa de la evolucién hist6- rica, el centro de gravedad, el Jugar privilegiado de la contradiccién principal se desplaza alli donde aparece més clara, mas significativa, mis operatoria, Asi, hacen observar en Pekin, el centro del movimiento obrero se encontraba hacia 1830 en Inglaterra, con el movimiento chartista; era alli donde la industrializacién capitalista, “jncontrolada” se habja desarrollado desde los comienzos del siglo x1x, y era alli donde la lucha de clases entre obreros y patrones operaba de Ileno, con enfrentamientos directos y brutales, El centro internacional del movi- miento obrero, con las formas de lucha més avanzadas, se desplazé después a Francia, a mediados del siglo xxx. Las luchas politicas eran alli las mas radicales, las revoluciones Jas més frecuentes. En Francia, la lucha de clases de los obreros era la que mejor podia insertarse en una dimensién politica; alli era donde se planteaba ‘con mayor agudeza el problema del poder politico, pro- blema nuevo para el movimiento obrero, pero esencial: jornadas de junio de 1848, Comuna de Paris. Con la socialdemocracia de la II Internacional, el centro de gravedad, la, zona de altas presiones, se desplaza hacia Alemania; en adelante, todo el movimiento obrero mun- dial mira con admiracién hacia este pais. Por referencia a los objetivos reformistas y parlamentarios dominantes a la sazén en ia IL Internacional y el movimiento obrero, Alemania ofrece el mis “hermoso” partido socialdemé- crata, los periédicos y los sindicatos mas numerosos, las mejores finanzas y el grupo de diputados mas fuerte del Parlamento, Con 1917, se derrumban las opciones poli- ticas sobre cuya base se afirmaba la preminencia de la socialdemocracia alemana, El polo principal del movi- miento obrero se desplaza una vez mas hacia Mosc; 40 cual refleja la fundacién del Komintern en 1919, La revolucién bolchevique, como contradiccién sobredeter- minada, concentra todas las tensiones del mundo de la posguerra. Después de la segunda guerra mundial, las INSERCION DE LA HISTORIA EN EL EAPACIO 107 luchas de fiberacién de los pueblos oprimidos pasan 2 primer plano, y las victorias del comunismo chino colo- can a Pekin en una situacion privilegiada, central, El resplandor internacional de la Ohina popular es conside- rable, a la vez en los paises industriales de Occidente y enel Tercer Mundo, la “zona de las tempestades”, La Unién Soviética de la gran época del bolchevi- quismo, la China de después de la liberacién han realmente “centros”, en el sentido de que concentraban de la manera més vigorosa las contradicciones_ mun- diales de la época, Pero, de “centro de las contradiccio- nes”, es facil deslizarse a “centro de las decisiones”. Es Jo que ocurrié en la URSS con el Komintern estalin zado; en China, al intento de una nueva “Internacional” siguié inmediatamente la ruptura con Moscii, cuando Peng Chen y Liu Shao-qi dirigian en este sentido la politica exterior de Pekin. Mao pone en guardia, en sus .inéditos”, contra este peligro de cristalizacién institucio- ‘nal: “A mediados del siglo xx, el centro de la revolucién mundial se encuentra en China; en el porvenir, desde luego, se desplazard....” Los mismos desplazamientos, el mismo movimiento ambulante y migratorio pueden observarse a la escala de un solo pafs, El centro de gravedad de las luchas popu- lares, el lugar en que alcanzan el nivel mds elevado y, por lo tanto, aque! hacia el cual tiende todo el resto del pais, se desplaza en funcién de lo que se ventila en estas luchas, en funcién de su contenido social y politico. En Inglaterra, a comienzos del siglo xix, Londres era el centro de las luchas més radicales, con sus artesanos combativos y sus intelectuales militantes y visionarios co- mo William Blake. A medida que progresa la industria- lizacién, la zona de los Midlands, con sus grandes fébri- cas del Lancashire y del Yorkshire, se convierte en el corazén de las luchas obreras. Estas, en los comienzos del siglo xx, se desplazan hacia el norte, a lot foros in- dustriales donde la explotacién capitalista cs mis dura, a saber, los Lowlands de Escocia: Jas huelgas de 1917 contempordneo: las luchas més. militantes zadas en las regiones del Reino Unido donde 3 social se halla multiplicada por 1a. opresié Irlanda del Norte, Pais de Gales, Escocia, En Estados Unidos, el mismo desfase en el. reflejo del escalonamiento en el tiempo, A fine! glo xix ya comienzos del xx, las luchas mang se sittan en el norte de las grandes llanuras,.6f nesota, en Wisconsin, en Illinois, alli donde #¢:9 tuna clase obrera militante y unos campesinow’ con una fuerte influencia del socialismo et . tida por los emigrades alemanes y escandina\ esos en esa regidn: huelgas de Chicago, campesino del gobernador Lafollette, etc, En: 1930, bajo-el golpe de la gran'depresiOn, fue obrera de la muy grande industria metaldrgice, al del centro-este la que se halla en primera linea, en! en Pensilvania, Después de la guerra mundial y fria, que congelan por dos veces las luchas p norteamericanas, las fuerzas.anticapitalistas levantar Ja cabeza en los ajios 1960, gracias a leg de Vietnam y a la crisis de la sociedad: bungues, Los intelectuales radicales desempefian en ello ua + papel, tanto como las minorias de negros, de india chicanos y de puertcrriquefios. En Nueva I en Nucva York y en California es donde la co cién de todas esas corrientes radicales se opemn manera mas combativa, Unos afios antes, cuand@ti via no habia habido ese despertar de la new left, d sur el que se encontré en el centro en las Juchad quierda, con el movimiento de Jos civil rights; Ia _ estados ms. reaccionarios y més rac Louisiana, Virginia Lox problemas de geopolitica exigen del histo DE LA HISTORIA EN EL EAPAGIO. revisiones fundamentales que los dems aspectos ‘taber histérico. Invertir la relacién pasado-presente, ‘a los profesionales de sus privilegion, definir ftaciones de estudios que respondan a las cuestiones las por la préctica social. Todos los elemento randlisis geopoliticos que acaban de rer presentados no simple evasién pintoresca en el pasado, simple dis- especulativo. Conciernen antes que nada Ia estra- politica. La revolucién china presenta un caso excepcional- te demostrativo de esta movilidad geopolftica de tas ,, En 1924-1927, su centro de gravedad se localiza amente en Cantén, base roja de Sun Yat-en, en ai, gran centro revolucionario proletario, y uhan, dltima tentativa de frente unido democré- bo, En estas ciudades, unas tras otra, es donde la lucha’ ‘ariza su nivel mis elevado, sus formas mAs avanzadas. 4 mandos y los militantes se desplazan de una ciudad otra, en funcién de una estrategia muy mévil, mode- sobre Ja diversidad de las condiciones politicas y ed en 50s tres centros, De los “soviets chinos" esta- dos hacia 1920 en el sur, a las “zonas liberadas” lecidas en el norte hacia 1940, la mutacién geopo- es més fundamental todavia: cs la espectacular a Marcha, Este desplazamiento del centro de gra- d de las luchas a 3.000 kilémetros de distancia co- ponde a un cambio profundo del contenido politico ‘combate revolucionario, a una inversién de prioridad, Bi sur era un terreno privilegiado de lucha contra el Bhuomindang y contra su capital Nankin; el norte ofre- tuna localizacién privilegiada para la lucha armada ntra el invasor japonés. Los dirigentes de la revolucién hhan pesado y concretado constantemente en tér- geopoliticos su estrategia; “China no es mAs que B solo y dilatado tablero” (Mao). Y en Francia? Las luchas del siglo xix, para no re- tarnos.a la revolucién francesa, se han desarrollado pperfiles regionales muy desiguales, muy diferenclae 190 INSERCION DE LA HISTORIA EN Ki, BAPAC dos, segiin la diversidad de Jas condiciones locales, Aa, Ja resistencia a Napoleén III ha sido la més fuerte en of mediodia, donde adopté sus formas mis radicalea: masse de lucha armada de masas en los Bajos Alpes y el Var, pagina bastante olvidada de Ja historia politica entrapahy lamentaria de Francia. La Comuna Hamada “de Parle! fue igualmente un hecho occitano en Narbona y #f A pocas otras ciudades. Era la expresién de un republieae nismo de extrema izquierda, alimentado con toc la pnt: testa anticentralista de los occitanos. El federaliamo #fa de izquierda, ya entonces. Sin embargo, se crela #H@ terminado, terminado del todo. Se creia que, en udelant, la vida politica francesa estaba para siempre esterwotly pada en el mapa de los ferrocarriles franceses, prendida a esa rigida telarafia cuyo centro es Paris, Pero Iu real tencia antinazi ha demostrado que no habia nada de eso, y més todavia las Juchas populares posteriores mayo del 68. Entre 1942 y 1944, las grandes ciudades del mediodia, como Lyon y Toulouse, han sido focos de resistencia mucho més activos que Paris. La geopolitica de los ma: quis y otros focos de lucha armada contra los alemanes ponia en evidencia la capacidad de ciertas regiones con. sideradas como “atrasadas”, para desempefiar un papel politico de vanguardia: el Ariége, el Limousin, el Jura, el Morvan, siempre la law of retarding lead. La liberw- cién de 1944 fue una real toma del poder por el pueblo ‘en Limoges, en Valence, en Toulouse, en los Alpes, mu- cho més claramente que en la Francia del norte, donde el juego politico funcionaba desde arriba. Desde mayo de! 68, es mis claro todavia. Roma no eat ya en Roma, Paris no esta ya en Paris. Los paris han aprendido a bajar de su pedestal, a ir a Francia en lugar de esperar que “suba” hacia ellos “la provincia” —término amable: pro-vincere, tomar a cargo a los ven- cidos. Asi se dibuja la geopolitica de las Juchas obreru nuevas, las que no estén frenadas por el “respeto de In herramienta de trabajo” y por Ja obediencia pasiva « ANSERCION DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO unos “delegadce” tinicos soberanos de las negociaciones con los patronos, En la Francia del oeste es donde tuvo jugar la mayoria de las luchas mAs avanzadas, con #0 cuestro de patronos, cooperacién con los campesinos radi- cales y a veces gesti6n de la produccién: Saint-Nazaire, el Joint Frangais en Saint-Brieuc, Fougtres, Cerisay. Se trata de regiones de industrializacién reciente, menos marcadas por el condicionamiento sindical; en ellas, 1a clase obrera comprende una proporcién més importante de trabajadores “incontrolados”, indiferentes a ln herra- mienta de trabajo: campesinos desarraigados, jovenes, inmigrados, mujeres. Ya en mayo de 1968, podis obeer- varse un des{ase geopolitico muy claro de la huelga en los diferentes centros del complejo automévil Renault, en funcién inversa de la antigiiedad y de 1a “experien- ‘ca” de las diferentes fabricas, La huelga se inicié en Cléon, en Normandia, casi en pleno campo, y después se extendié a Flins, en Ile-de-France, y el “bastién” de Billancourt fue el Gltimo en entrar en la huelga: alli se encontraban Jos “mandos curtidos” de la oat, que acabaron por tener que ceder. Pero una cosa es registrar como un hecho positive este descentramiento de las luchas populares de Francia, y otra cosa es reconocer que se desarrollan cada una por sf misma, 2Qué es una estrategia anticentralista uni- ficada? DESENCLAVAR EL TERRITORIO DEL HISTORIADOR: éQUE PLURIDISCIPLINARIDAD? cAmpliar la lista de las ciencias auxiliares de la historla, Paner de nuevo a discusién la autonomia del saber hisibtiee en relacién con las demés ciencias sociales?— Pluridiecipl: naridad al servicio de la instituci6n académica, 0 al servica de Ia prictica social?— Etnohistoria o solidaridad activa con Jos pueblos del Tercer Mundo.— La guerra de Vietnam y la pluridisciplinaridad “incontrolada”. El confort corporativo tiene sus limites, En los medios de historiadores profesionales, existe cada vez mas la preocu- pacién de la “pluridisciplinaridad”, y se afirma el deseo de hacer caer las barreras que separan Ja historia de las demés disciplinas, Para algunos, es ‘inicamente cuestién de moda y de entusiasmo pasajero, algo que permite renovar un poco de paso cl instrumental, mantener un buen ritmo de expansin y presentar en términos nuevos proyectos de investigacién “seductores”. La pluridisci- plinaridad, ofrece un campo nuevo a todo el sistema de saber-poder sobre el cual reposa el pequefio mundo eli- tista de los historiadores (§ 7). Hay que ser ingeniow, hay que localizar los puentes y Jos puntos de convergen- cia utilizables, entre unos campos que hasta entonces no se habia pensado en confrontar. Un segundo lenguaje técnico que adquirir, algunas lecturas bien escogidas en uun sector hasta entonces més conocido de los colegus historiadores, y he aqu{ una espectacular puesta en ér- bita, el comienzo de una “hermosa carrera”: etnomusi- L192] OO cQvé PLummiscirLiNamDAD? Ww cologia histérica, antropologta econémica, andliae semid. tico de los documentos de historia... Para otros, el saber histérico tlene realmente necesl- dad de abrir nuevas pernpectivas, de oni con toda la experiencia de Ins demds clenclas soctalee! econo: mia, lingiiistica, sociologia, pslcoandlisls,.. Paro ene en- Tiquecimiento, Jejos de poner a discuslén tas regia y Ina convenciones del discurso histérico académico, dark a este discunio més sustancia y autoridad, Bl historlador, s6lidamente instalado como propletario en toda Ia dimen. sién del Tiempo, dominar& mejor, gracias a In pluridis- ciplinaridad, el estudio del conjunto de Inv actividades humanas; al menos reivindica esta posicldn central, Para algunos, Ja busqueda de esta plurldiseiplinaridad imposible de encontrar representa una inquletud mas fundamental, y la discusi6n del saber histérico mismo, camo disciplina “constituida”, En el interior de la institucién universitaria, Ia plurl- disciplinaridad puede, por lo tanto, significar pare los historiadores profesionales tres cosas bien distint C) Ampliar ta lista de las “‘ciencias auxitieres de la historia”. Aunque se evita la formulacién de Ins cosas de este modo, para no herir el amor propio de tos “‘cole- gas” de las demés disciplinas, cuya cooperacién es in- dispensable para el éxito de esta operacion patchwork, Las ciencias auxiliares tradicionales corutituian clerto nimero de técnicas necesarius para el manejo de los materiales hist6ricos: diplomética y paleografia para In Edad Media, epigrafia o numismdtica para ta Antigile- dad, archivologia para !a historia moderna ahora la lingiistica: inventarios de vocabul 4 determinado momento histérico, estudio de las eatruc- turas del discurso que caracterizan determinado perlodo. La matemética y la informatica, indisperuables para el tratamiento” de Jos materiales cuantificados, ellos mix. mos cada vez més indispensables para el atending del historiador y para las formalizaciones abstractas en el 6s: tilo cliometriciano, La psicosociologia y el priroandlisis, OO LL 194 DRSENCLAVAR EL TERRITORIO que enriquecen el instrumental intelectual y ayudan al historiador a plantear mejor los problemas de la con- ciencia colectiva, de a mentalidad de masas, Y Ia lista se alarga sin cesar... Todas estas colaboraciones nuevas no son ni buenas ni malas en si mismas. Pueden contribuir sin duda a una mejor comprensién objetiva de los fenémenos. Existe, por ejemplo, un “‘discuro” tipicamente estaliniano, in- cluso en su sintaxis y en sus periodos; los instrumentos lingiiisticos permiten captar mejor el hecho politico de! estalinismo. El psicoandlisis ayuda a precisar lo no dicho colectivo, los impulsos profundos; ayuda a descifrar los comportamientos aparentemente inocentes o superficia- les... Pero estos nuevos instrumentos no valen més de lo que vale el propio saber hist6rico, No alteran su papel social profundo, cerrado sobre si mismo, No pueden me- jorar la calidad de las respuestas del historiador més que ten el caso de que las preguntas se hagan de otra manera, Lo mismo puede decirse de las ciencias naturales, mo- vilizadas recientemente al servicio de la arqueologia, asi como de! estudio cronolégico de las “sociedades sin histo- ria”, Los recursos son aqui inmensos, tanto como los peligros de gadgetizacién de estas nuevas “ciencias auxi- liares”: dendrocronologia (fechado por los anillos anua~ les de! tronco de los Arboles) ; carbono 14 (radiactividad decreciente de los metales antiguos segiin su edad) ; estra- tigrafia de los suelos (aluviones de los rios, depésitos de los glaciares, depésitos de los vientos) ; arqueomagnetis- ‘mo (variacién del magnetismo en el tiempo largo) ; co- prolitologia (estudio de los excrementos fésiles, de su edad, de su composicién y su emplazamiento) ; anslisis de los pélenes {ésiles; paleoetnobotinica (estudio de las plantas cultivadas, explotadas por las sociedades prehis- téricas) ; paleopatologia (enfermedades descubribles en Jos restos humanos, especialmente en las tumbas) ; espec- troscopia de los metales fésiles, que permite el conor: miento de las aleaciones conocidas en las metalurgias primitivas; arqueologia submarina; arqueologia por foto- QUE PLURIDISCIPLINARIDAD? 19 grafias aéreas... La lista es larga y las seducclones con- siderables para los especialistas de ciencias humanas im- pacientes por “tocar lo concreto”, deseosos de aparecer tan rigurosos y tan bien equipados técnicamente como sus colegas cientificos. Tanto més cuanto que los atrac- tivos intelectuales de estas nuevas “‘ciencias ~uxiliares” van unidos a ventajas més sensibles: vida al aire libre, manejo de instrumental complejo, todo lo cual viene a alegrar y a animar fa vida un poco apagada y austera del especialista en ciencias sociales. Aqui también, la cri- tica no recae en esas técnicas, sino sobre el uso que de ellas se hace, Acumulacién minuciosa de informaciones buscadas como un fin en si mismo, y que son de paso fuente de prestigio y de ventajas. O mejor conocimiento activo de un pasado sin duda lejano, pero que tiene, sin ‘embargo, un sentido para nosotros, que habla a nuestras preocupaciones. La arqueologia puede ciertamente tener una finalidad politica. El poblado neolitico de Panpo, cerca de Zhengzhou, que excavaciones atentas han exhu- mado por completo, recibe a diario millares de visi- tantes, Para éstos los guias y los carteles insisten en la continuidad de los esfuerzos milenarios del campesinado chino, en la sucesién histbrica de las formaciones sociales, y también en la division sexista de ‘los papeles socia- les desde esas épocas lejanas. Cl Yuxtaponer disciplinas distintas, para et estudio de un fenémeno concreto, Esta prictica de la pluridis- ciplinaridad se adapta particularmente bien a los meca- nismos de la burocracia universitaria, Cada especialista continia funcionando en el interior de su propio discurso, rederiico, histérico, econémico, linglilstico, y se ponen uuno a continuacién de otro los resultados de cada cual. Los créditos vienen més facilmente, ya se trate de Nepal © de un pueblo bretén como Plozevec, entregado hacia 1960 a los asaltos conjugados de equipos de lingilistas, de historiadores, de socidlogos, de etndlogos, cada uno de los cuales trabajaba finalmente para sl mismo, EA resul- tndo fue decepcionante como no podia menos de rerio, 196 DESENCLAVAR BL TERRITORIO La pluridisciplinaridad no es aqui més que una formula publicitaria atrayente. (Ol Reconsiderar en profundidad las relaciones entre el saber histérico y otra disciplina, Por ejemplo, la eco- nomfa, o la antropologia, 0 la sociologia. Conducida de manera consecuente y radical, esta préctica de una pluri- disciplinaridad a fondo podria dar por resultado el poner de nuevo a discusién la actual compartimentacién, Ia actual divisién del trabajo entre las ciencias sociales. Act, la ciencia de los hechos econémicos tiene ciertamente necesidad de historizarse, lo mismo que la ciencia de las formaciones sociales. Porque los fenémenos que estudian han variado considerablemente con el curso del tiempo, en sw indole profunda y no sélo en sus modalidades, Pero cuanto mas se cargan de historicidad fas diversas ciencias sociales (lo cual plantea de paso el problema de su des- compartimentacién mutua), més discutida es la funcién especifica del saber histérico. Cuando ciertos historia- dores, de muy buena fe, proponen operar una unién a fondo entre la historia econémica y a economia teérica, gtratan solamente de enriquecer el discurso histérico clasico con instrumentos teéricos mejores? zO bien acep- tan que a deteiminado plazo se disuelva el saber histérico en un estudio global de las sociedades humanas? Si se permanece en el interior de la esfera académica, existen pocas posibilidades de que esta cuestién se resuel- va. :No es la pluridisciplinaridad un falso problema? Ingeniosos reformadores, sobre todo desde 1968, han propuesto no pocos dispositivos. Coloquics interdiscipl- narios, ;de preferencia en una vieja abadia! Proyectos plurianuales de investigacién, de preferencia con misio- nes lejanas, batallones de obreros especializados y bate- rias de computadoras. Exploracién “epistemolégica” por ‘un pionero que habia dominado a la vez dos o varias dis- ciplinas. . . Pero todo esto no es finalmente otra cosa que recetas técnicas para debutantes o para veteranos, todo esto permanece en el interior del sistema, reposa sobre las mismas bases ideolégicas y no hace sino ampliar sus {Qué PLURIDICIPLINARIDAn? 197 efectos sobre la minisociedad historiadora: intelectualls- mo, profesionalismo, productivismo... No e: una casa- lidad que los sindicalistes y ex sindicalates gestionarice de las universidades, en especial los préximos al ror, se encuentren particularmente a sus anchas en estas empre- sas de revoque pluridisciplinario del viejo edificio aca- démico, ‘Asi los esfuerzos muy efectivos hechos recientemente para derribar los tabiques entre Ia historia y la antropo- logia. Como réplica al estructuralismo que reseca, valia Ja pena demostrar que las supuestas “‘sociedades sin his- toria” (por no tener trazas excritas de su pasado) se insertan también en la dimensién del tiempo —que su pasado es susceptible de ser conocido, a la vez por su propia tradicién oral, por los relatos de los viajeros extranjeros y por unas técnicas modernas muy especia- lizadas como la estratigrafia o la dendrocronologis. Y que 20s pueblos tienen ellos mismos conciencia de su inser- cién en el tiempo. Asi, los cherokees saben muy bien que su nacién se ha constituido histéricamente, y se ha establecido hace dos milenios en ia region del Little Tennessee, con todas sus caracterlsticas culturales pro- pias (texto citado, § 3). Todo esto se ha llamado etno- historia, o etnologia histérica. Igualmente, es util recor- dar % jos occidentales que no existe corte cuslitativo entre las sociedades “primitivas” no occidentales, y las sociedades histéricas muy antiguas de las cuales proce- den ellos mismos en occidente. Los griegos antiguos, los celtas y los germanos han sido también “salvajes” en el sentido de los etnégrafos. Pero gqué vale esta reconquista de la dimensién hist6- rica, a propésito de las sociedades no nacionalizadas de otro tiempo y de hoy? ¢No son estos pueblos otra cosa que la materia pasiva de discusiones entre intelectuales de occidente, o son parte interesada? Plantear esta cues- tidn es sobrepasar las curiosidades intelectuales de la etno- historia, por seductoras que sean en relacién con el filgebra estéril e inmévil de la antropologia estructura. 198 DRAENCLAVAR kL, TREMITORIO lista, Porque plantear esta cuestién es colocarse en el punto de vista del futuro de estos pueblos. Y, por lo tan- to, invertir una vez mis la relacién pasado-presente. ‘Afirmar que ningdin pueblo est excluido de Ja historia, Jo cual es una de las bases de la etnohistoria, es afirmar que cada pueblo tiene derecho a un futuro que le sea propio, Un futuro que no esté, por Jo tanto, definido desde el exterior, por otros, a través de las nociones- trampas como la aculturacién o el subdesarrollo, cargadas todas ellas de imperialism econémico y cultural. Para definir este futuro, cada pueblo tiene derecho a un pa- sado realmente suyo, y lo necesita, Pero gquién ejerce este derecho, y quién afirma esta necesidad, en el futuro y en el pasado a Ja vez? 2B antropélogo incluso con- vertido a la etnohistoria, incluso comprometide como Robert Jaulin en un combate valeroso contra el etnocidio en Amazonia? ;O esos propios pueblos? 3O una con- juncién de los dos? Una vez més ¢cémo definir la rela- cién entre el saber del intelectual incluso de buena vo- Juntad y las luchas populares (§ 19) ? Si no se desemboca en esta cuestiOn la pluridisciplinaridad no es mas que un juego de sociedad para fabricantes de cursos y tecné- cratas de la investigacién cientifica. EI verdadero federador pluridisciplinario se encuen- tra en el exterior de Jas instituciones universitarias. Es la préctica social, siempre ella, y con ella la reflexi6n tebrica unificante, emanacién de la practica, que en cambio le proporciona su sustancia y su cohesién. Cualquiera que, por ejemplo, pretenda preparar un expediente de infor- macién con el que apoyar las luchas de los trabajadores inmigrads, o una campafia contra la banca mundial, 0 Jas compaiiias militantes de teatro occitano, deber4 nece- tariamente practicar la pluridisciplinaridad. Deberé ne- cesariamente, y esto no podré ser un esfuerzo individual, reunir hechos, documentos, reflexiones relativos a la ver 2 Ia historia, la economia, la psicosociologia, la lingiils- tica, la sociologia médica... Y no procederd por simple ‘cuxiaposicién, simple cosecha de informes particulares {90% PLURIDISCIPLINARIDAD? 199) tomados a los lingiiistas, a los historiadores, a los econo mistas. Por Jo general, el saber parcelario de los diversos especialistas no responde a las cuestiones planteadas. La préctica suscita curiosidades nuevas, revela que'el saber académico es inadecuado. Se debe buscar por s{ mismo. Les militantes norteamericanos comprometidos en la lucha contra la guerra de Vietnam hicieron la experie ‘ia, por ejemplo, contra la empresa gigantesca de Mi neapolis, Honeywell Inc., fabricante de lax bombas de balines de triste memoria, Querfan denunciar a esta gran corpcracién multinacional, como criminal de guerra, y demostrar su responsabilidad, Pero la enorme masa de 210s ectudios producidos cada afio por los “Departments ‘of Economics” de Jas universidades norteamericanas no les servia précticamente de nada. Estos estudios tan espe- cializados respetaban las reglas administrativas, las habi- lidades fiscales y los secretos politicos tras de los cuales se disimulaban las grandes sociedades multinacionales. Pretendiéndose técnicos, se vedaban por lo dems toda interrogacién sobre los grupos politicos y sociales que di- rigen esas sociedades, sobre su ideologia, sus colusiones, su papel politico paragubernamental, Fue preciso prac- ticar la “investigaci6n incontrolada” con militantes voluntarios ¢ inexperimentados, que estudiaban deteni- damente los Who's who del mundo de los negocios. los organismos de estudio extrauniversitarios han desempe- ‘lado un gran papel en la denuncia de la guerra de Viet- nam y de las demas empresas del imperialismo norteame- ricano: el NaRMIC y sus investigaciones sobre el complejo millitar-industrial, el wacta para América Latina, y ¢! ntisPa (cientificos ¢ ingenieros comprometidos en In nc ci6n politica) . La pluridisciplinaridad habia Hegado a ser una exigen- cin de la lucha y ya no era un fin en af mismo. Para desenclavar el territorio donde tantos historla- dores han instalado su domicilio, es preciso una vex may plantear de nuevo el problema de la condicién privile- 200 DESENCLAVAR EL TRURITORIO giada, y sin embargo patéticamente miserable, del inte- lectual que contempla el mundo tras de los vidrios de su ventana y que, sofiador, traza en ellos, para su propio entretenimiento, garabatos sobre el vaho del amanecer que los empafia, como dice Lu Xun. 19 QUE HISTORIA PARA LA REVOLUCION? {Qué “historia inmediata"?— {Qué divisién tecnica del tra- bajo histbrice? 2A peticién de quién?— La “‘prketicn tebrica” es una rana en el fondo de su pozo.— Demanda popular en historia y memoria popular.— Las trampas del culto al, pasado revolucionario: aniversarios rituales, jefes histbricos y esque- mas estratégicos reproducidos— El pasado como fondeadero de lucha y fermento revolucionario: ejemplos, no modelos. Fl espectro del jdanovismo, conjurado por intelectuales orgé- nicos a lo Gramsci,— Un balance de conjunto del pasado, un historicismo absoluto, pero que termina Ia historia como saber especializada. Entre jos historiadores profesionales, se ha entablado recientemente una discusién sobre la “historia inme- diata”, En efecto, la historia olfsica’se encuentra cada vez mis inc6moda a medida que se acerca al presente: necesidad del “distanciamiento”, dificultad de ser “ob- jetiva”” en terrencs demasiado “candentes”. El secreto ‘de los archivos, forma tipica del poder de las clases diri- gentes sobre la historia, se invoca aqui no slo como una excusa, sino como una exigencia intelectual: treinta afios para el estado, cincuenta para tas familias, ciento para el Vaticano. .. Algunos, por reaccién, por el deseo de extender el campo del discurso hist6rico a 4os sectores més familia- 1es al piblico, insisten por el contrario sobre tas facil dades de Ja historia inmediata: variedad y abundancia de los documentos; recurso a la investigacién oral, al testimonio directo, ‘a los sondeos de opinién; coopera- (201)

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