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Cultura

FERIA DEL LIBRO


Fin de semana
entre páginas
Recomendaciones y actividades
destacadas del segundo fin de
semana del evento cultural.

PÁGINA 2

Sección
E 4 páginas. Córdoba. Argentina. Jueves 10 de setiembre de 2009

Entrevista a Federico Andahazi

“Nunca
fui un
escritor a
la moda”
El autor de “El anatomista” acaba de
publicar “El oficio de los santos”, una
colección de cuentos escritos en la
década de 1980. “Ya entonces iba contra
la corriente”, dice.

Federico Andahazi cuenta que sigue escribiendo en los bares, como lo hacía cuando era un escritor inédito y desconocido.

EMANUEL RODRÍGUEZ –Todos los cuentos están firma- CUENTOS breve y local de aquella novela. Y tam-
DE NUESTRA REDACCIÓN dos en bares de Buenos Aires... bién es muy curioso encontrar cómo al-
erodriguez@lavozdelinterior.com.ar –Yo sigo trabajando en los bares. Es “El oficio de los santos”, por gunos cuentos estaban haciendo alusión
un hábito que no pude abandonar. Prác- Federico Andahazi, Editorial a determinados momentos históricos sin Entrá a www.lavoz.com.ar y leé el
n las otras mesas del Bar La Aca- ticamente vivo en los bares. Es más, re- Emecé, Buenos Aires, 2009, 129 que yo me diera cuenta al momento de cuento “Votos de silencio”.

E demia se habla del Mundial de


fútbol en México, de la ley de obe-
diencia debida, de la ley de punto final.
cuerdo que cuando empecé a publicar,
yo trabajaba mucho en el bar La Aca-
demia, en Callao y Corrientes, y cuan-
páginas.
Precio: $ 49.
escribirlos. Por ejemplo, El sueño de
los justos, está escrito en el ’86, duran-
te los días en los que se firmaron las le- los relatos...
Pero en la mesa en la que se sienta Fe- do empecé a poder vivir de la literatu- yes de punto final y de obediencia debi- –Quinta del medio es un pueblo que
derico Andahazi sólo hay una máquina ra, me compré mi departamento arri- da, y a ese cuento lo leo ahora y descu- se va desplazando por el territorio ar-
de escribir: el murmullo incesante le ba del bar, para tener la oficina cerca. bro que si bien cuenta una historia de gentino. Por momentos es una ciudad
ayuda a concentrarse, y el escritor –aún –¿Qué te atrae de los bares como fines de 1800 en un lugar imaginario, cla- de desierto, por momentos es claramente
inédito– termina un cuento ambienta- lugar de escritura? ramente es una alusión al debate en tor- una ciudad rural de la pampa húmeda,
do en la guerra civil argentina. El cuen- –Muchas cosas. Pero una en parti- no de esas leyes. Es un cuento sobre un en otro momento es un paisaje patagó-
to será enviado a un concurso y ganará, cular. Es muy difícil conseguir el si- soldado que le dan la orden de matar a nico... es una especie de comodín que se
y la misma suerte correrán otros rela- lencio perfecto: no hay cosa más mo- una prisionera... Y el cuento intenta de- va moviendo. Esto también fue azaro-
tos escritos sobre esta misma mesa cer- lesta para trabajar que el falso silencio mostrar que hay una opción... que se so, cuando escribí los cuentos el esce-
ca de la ventana. Apenas lleguen las de las bibliotecas, donde vuela una mos- puede desacatar una orden... nario era distinto, pero después decidí
computadoras, el autor los digitalizará ca y parece que pasara un jumbo, o don- que todos estos escenarios se llamaran
y los guardará en un disquete de 51/4. de cruje una silla y parece un movi- La guerra de la misma forma. Los personajes tam-
El tiempo pasará, y Andahazi llegará a miento telúrico, hay un murmullo y pa- –La guerra es un tema constante en bién se van repitiendo, desde 1860 has-
la fama, una década después, por ganar rece que fuera una multitud. En cam- todos los cuentos del libro. ¿Por qué? ta Malvinas... hay algo ahí, una inten-
otro concurso y escandalizar a Amalia bio en el bar hay como un bullicio pa- –Lo que tiene la guerra de interesante ción de hablar sobre algo que insiste en
Fortabat con una misma novela polé- rejo que es lo más parecido al silencio. no son las grandes gestas, las grandes los argentinos que hace que siempre es-
mica, El anatomista. Los soportes de Además me gusta tener el paisaje ur- campañas, sino esas pequeñas épicas cribamos la misma historia. Que los per-
almacenamiento cambiarán tanto co- bano cerca, siempre me siento al lado –Por ejemplo descubro, cuando leo que se dan en un determinado personaje sonajes del pasado aparezcan en el pre-
mo las computadoras y los programas de una ventana, y perder la mirada en uno de los cuentos, Por encargo, que que en muchos casos va en contra de la sente. Esto se puede ver hoy: muchos de
de procesamiento de texto. Por acción ese paisaje sirve para concentrarse. el protagonista tiene como compañero gran guerra, esos personajes que van los personajes que gobiernan, que par-
involuntaria del avance tecnológico, los a un chimango carroñero, que es exac- en contra de la Historia con mayúscu- ticipan de la política argentina parecen
cuentos se convertirán en una especie Aquel tono tamente el cuervo de El anatomista. Y las para cumplir una pequeña historia, resucitados del siglo XVIII y del XIX.
de tesoro ilegible, indescifrable. Casi un –¿Corregiste mucho los textos antes hacia el final, este personaje del cuento con minúsculas, que tiene que ver con –En esas estrategias hay también
tesoro perdido. de publicarlos? tiene el mismo destino que el de Mateo su propio destino. Creo que es un libro una elección estética particular...
El autor en cuestión seguirá su ca- –Apenas. Tuve la tentación de co- Colón de El anatomista... De manera que, finalmente, de lo que habla es del –Sí. Lo que buscaba con esto era re-
rrera y se convertirá en uno de los es- rregirlos, pero le hice caso a la máxima que releerlo, fue reencontrarme tam- destino, de cómo el destino es algo que cuperar cierta tradición literaria. A mí
critores más leídos de la Argentina. ¿Y de García Márquez que dice que si uno bién con parte de mi novelística. Si bien nos toca pero que también se constru- no deja de llamarme la atención por
aquellos cuentos? Tres de ellos sobrevi- se pone a corregir no termina más. Y la prosa es diferente, encuentro que los ye, se busca. Me parece que hay algo de dónde iba mi literatura en aquellos años
virán y llegarán a formar parte del libro además yo quería que tuviesen el tono, recursos siguen siendo los mismos... tragedia griega, algo de oracular en el y por dónde iba la narrativa argentina
El árbol de las tentaciones. El resto, la prosa de aquel entonces. Me parecía –Además, el cuento “Almas mi- destino de cada uno de los personajes, de aquella época: iba completamente
seguirá durmiendo el sueño de los jus- que corregir se podía convertir en re- sericordiosas” tenía como título ori- que todo el tiempo pareciera que están contra la corriente. Pero completa-
tos, en un disquete tan obsoleto como escribir, y yo no quería que de ningu- ginal “Las piadosas”, como otra de diciendo y anunciando su destino, pero mente. Si vos te detenés en los escrito-
una radio a galena. Hasta que aparece na forma esto fuera una reescritura. tus novelas... no lo conocen hasta que no llega el pun- res de aquel entonces, como Forn, Sac-
un amigo capaz de recuperar los datos, –¿Qué líneas en común encontrás –Y si vos te detenés en el cuento te das to final de la historia. comanno…
y los cuentos vuelven a la vida. Como fo- entre aquella estética y tu escritu- cuenta de que en realidad es muy pa- –Y otra constante es el ámbito ru- –Escenarios urbanos, temáticas
tos viejas que salen de un cajón olvida- ra actual? riente de Las Piadosas, es una versión ral, por lo menos en la mayoría de contemporáneas…
do. –Completamente. Yo creo que eso
“La verdad es que fue un reencuen- quedó expresado en la antología McOn-
tro muy sentimental –cuenta, ahora,
Federico Andahazi–. Porque por una
parte me encuentro con mis primeros
Puro cuento do, que editó Alberto Fuguet, que ex-
presaba cierta ruptura con el realismo
mágico y con esa tradición latinoame-
escritos, pero por otra puedo reconocer –¿Creés que las editoriales le están escritores más jóvenes? ra ese prejuicio se va rompiendo po- ricana. Ojo, yo cuando escribía me da-
perfectamente cómo los artilugios a los dando más lugar a los cuentos? –Creo que hay una muy buena ge- co a poco. ba cuenta de que estaba yendo contra la
que hecho mano hoy son aquellos mis- –Pareciera ser que sí. Y además neración de escritores jóvenes. Bue- –¿Tenés contacto con escritores corriente, y que la cosa pasaba por otro
mos con los cuales empecé a escribir”. con un poco de sentido común, por- na, en todo sentido. Me parece que más jóvenes? lado, claramente. Quiero decir, nunca
Los textos recuperados tienen aho- que uno puede pensar que todo está hasta hace algunos años el campo de –Accidentalmente soy usuario de fui un escritor a la moda. Pero no es que
ra la forma de un libro, El oficio de los dado para que el cuento sea mucho la literatura era un territorio mu- Facebook, y descubro que muchos de yo ignorara por dónde pasaba la cosa,
santos, que acaba de ser publicado por más leído que la novela, habida cuen- cho más hostil. Estas nuevas gene- mis “amigos de Facebook” son estos sino sencillamente que nunca estuve de
Emecé. ta que la gente tiene mucho menos raciones tienen un espíritu diferen- jóvenes escritores, quienes están com- acuerdo con esa proclama de McOndo,
“Además –continúa Andahazi– pu- tiempo para leer, que la gente lee de te. Sobre todo porque quizás esté pa- pletamente despojados de prejuicios. que hablaba de “macdonalización” de la
de reencontrarme con mis primeros lec- manera más fragmentada... el cuen- sando esto que en la música pasó en Y yo creo que uno de los grandes pro- escritura. Yo siempre fui un deudor de
tores, de cuando yo era inédito, que eran to te permite justamente repartirte los ’60 y en los ’70, cuando dejaron blemas que tuvo la literatura argen- García Márquez. Lo conocí en París, y
jurados: muchos de los cuentos fueron ese tiempo de una manera más orga- de ser válidas las discusiones sobre tina fueron los prejuicios, no sólo los el tipo en muy poco tiempo realmente
premiados en distintos concursos, por nizada. si tal o cual artista se habría vendi- de los autores, sino los de los edito- me dio lecciones de literatura. Un tipo
jurados muy prestigiosos, por tipos co- –Después de tantas antologías, do al mercado debido a que vende res. La ruptura del prejuicio es una sumamente generoso, un tipo que ejer-
mo Juan José Manauta, Héctor Tizón, el cuento parece ser el territorio muchos discos... a ningún músico se muestra de madurez intelectual. Pen- ce el título de maestro. Creo que en El
Luisa Valenzuela, Liliana Hecker, Mar- de exhibición de las generaciones le reprocha que venda muchos dis- samiento y prejuicio son dos ele- oficio de los santos se puede percibir
co Denevi...”. nuevas... ¿Cómo te llevás con los cos, y me parece que en la literatu- mentos completamente antagónicos. un pequeño homenaje a él.

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