leía pero no dejaban huella profunda. Mi abuelo es un escritor de primera línea, mi madre que es poeta a su manera también. Samir Nazal el poeta oculto en la casa vieja de club hípico... Junto a ellos obviamente algo de Lihn no pasa desapercibido, aunque los que me acompañaron por años, con esa desesperación de la lectura, fueron de Rokha, Winet, Rimbaud y Pessoa, tengo una especie de adicción aguda a la tristeza y la furia. 2) ¿Cómo defines tu trabajo poético?
A esta altura es pos-erótica, intimista y
tanatológica. 3) ¿Qué necesita la poesía actual?
No sé qué necesita la poesía actual, quizás
tiempo, calma… todos necesitamos tiempo y calma. El poeta es un ser desvergonzado, no tiene miedo de mostrar sus miedos, se muestra constantemente, más que el actor, por que el poeta no se viste de otro: se entrega todo el tiempo. Yo no se si este exhibicionismo sea o no un absurdo, pero sería lindo tomarlo con calma, en cuestión de ofrecerse en pedacitos (o de lectura en lectura) darse tiempo, trabajo, así después mostrarse perfecto, al menos sentirlo, y volver al trabajo, a la calma.
La poeta chilena Amanda Durán
nació en 1982. Ha publicado Zona primavera (RIL Editores 1994) y Ovulada (Mago Editores 2007 y Ediciones Amargord Madrid, España. 2008).