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EL PAPEL DE L O SiMBÓLICO 87
NACIMIENTO, DESEO Y SOCIEDAD 103
11
III
PROLOGO PRÓLOGO
"~-
L
VI
INTRODUCCIÓN
íts:1)ICE INTRODUCCIÓN
r
L_
tigaciones de ese tipo, abarcando una amplia diversidad va de abordar temas para los que otras técnicas son in-
de temas.
suficientes.
En el prólogo a esa edición del boletín, Aspacia En honor a la verdad, me sería difícil justificar
Carilargo dejaba constancia no sólo de aquella afluencia con argumentos sofisticados mi original elección de
de investigadores hacia esta forma de investigación; esta técnica. Cuando comencé a interesarme por ella,
aprovechaba también para hacer algunos señalamieros era escasa mi preocupación por las cuestiones relativas
cie interés en cuanto al estado de la discusión sobre esa a las técnicas de investigación social. Tampoco recuerdo
técnica. Según la autora, a diferencia de lo ocurrido en si había escuchado hablar de ella antes de pensar en la
la Antropología (disciplina en la que se había ido pro- historia de vida como modo de aproximación a mi
duciendo un modelo ampliamente compartido de rela-, tema. En todo caso, en el momento en que hice la elec-
(
ción entre teoría y método), en la Sociología seguía exis- ción no recordaba nada al respecto. Lo que quería era
tiendo una multiplicidad de paradigmas. Frente a esa hacer la historia de una generación que amaba y a la
sit unción la autora afirmaba: que habían masacrado. Fue el tema lo que me llevó a
Esa diversidad, que no es de por si negati- reinventar la técnica. Cuando comencé a pensar sobre
va, exige concentrados esfuerzos para lo-
esa investigación, me pareció angustiosamente urgente
grar una cuidadosa definición de los pro-
cedimientos, etapas y prerequisitos básicos la necesidad de grabar e imprimir las voces de todos
de cada enfoque (p.39) aquellos que habían visto cerrar sus gargantas con ba-
Dicho ésto, la autora llamaba a emprender la ta- las, cárceles, torturas y asesinatos. Otros ya se habían
rea de definir cuáles pueden ser los 'tipos de' circuns- dedicado a hacer la cronología e interpretación global
tancias, problemas, reflexiones y áreas" en las cuales las de esos acontecimientos 2 /. Pero no eran los grandes
historias de vida son más relevantes. hechos sino las pequeñas y cotidianas construcciones
En este libro me propongo atender ambos recla-
mos; uniéndome así a los esfuerzos de un número cre-
2 La historia de los años sesenta y setenta había sido en gran
ciente de investigadores que han encontrado, en las parte reconstruida o estaba en vías de serlo mediante el aná-
técnicas cualitativas, una forma gratificante y producti- lisis de documentos políticos, artículos s de revistas, periódicos
y fuentes por el estilo.
IN I.RODUCCIÓN INTRODUCGÚN
4
lo que me interesaba en ese momento rescatar; y ellas gado a producir una justificación teórica que habilitase
sólo estaban en el recuerdo de la gente que había par- el respaldo de mis generalizaciones usando otras re-
ticipado; de una u otra forma, en la epopeya que estaba
glas. En toda posible generalización de un testimonio 1
finalizando. Para fundar la pertinencia historiográfica
de esa técnica, no creo tener mejor evidencia que mi in- individual está presente la necesidad de resolver el fa-
genuo r edescubrimiento, p rovocado por la inmeltata moso problema de la relación entre individuo y sacie: j
MI fonexión del testimonio individual con el objeto. dad. La conocida frase en la que Marx definió al indivi-
Fue sólo después de tomar la decisión de entre- duo como "un conjunto de relaciones sociales" me pare-
vistar a los p articipantes de aquellos acontecimientos, ció la clave para iniciar el tratamiento de esa cuestión.
que comencé a interesarme . por la práctica académica ly El apotegma )no dejaba lugar a una dualidad esencial
las discusiones e p istemológicas concernientes a esa (entre individuo y sociedad) que impidiese las traduc-
forma de investigar. Esas lecturas me introdujeron en ciones . y generalizaciones entre uno y otro término.
nuevas p reocupaciones. Fue entonces cuando para mí Pero tampoco eran fáciles ni su exacta interpretación ni
nació el otro asunto al que se refiere Aspacia Camargo: su correcta aplicación. En los años setenta, esa frase era
el de la cuidadosa definición de los procedimientos. como una de esas llaves que todo el mundo se regoci-
jaba de tener, pero que nadie se atrevía a perfeccionar,
Al leer los relatos de vida, se me hacía difícil ex-
traer conclusiones o aceptar posibles resultados que justificar o utilizar 3/.
Por su parte, pese a sus innegables virtudes, la
trascendiesen la mera anécdota individual. La preocu-
teorización sartreana —a la que recurrí en procura de
pación por la cuantificación (a la que me había ido acos-
instrumentos para esa traducción— era insuficiente
t umbrando durante mis estudios de Sociología) me de-
jaba la sensación de que, lo que se decía en los testi- para determinar la medida en que puede llegar a predi-
monios, era insuficiente. Para resolver esa sensación carse la clase de representativid a d atribuible a una na-
rración individual; entre otras razones porque, aunque
debía trasponer los límites de aquellos paradigmas (por
entonces dominantes) que agotaban toda p osible gene-
3 Años más tarde Burkitt, 1. (1991) hará una muy útil revisión
ralización en los cánones de la estadística. Llegar a 'esa de diferentes abordajes a la cuestiai.
conclusión no fue sencillo: para lograrlo me sentí obll-
4
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abordó el tema, su interés principal no estuvo nunca positivistas para aprovechar el potencial de la historia
mi me interesaba. Fue así como, cuando pude dedi- ) En el segundo capítulo, expongo los supuestos
carme a estos ternas, mi esfuerzo principal se desplazó, epistemológicos y metodológicos que, en sus comien-
durante un buen tiempo, desde la inquietud original zos, orientaron la investigación. En el relato de esta
—la de la reconstrucción de un movimiento social— parte comienzo explicando las principales razones que
;lacia la sistematización de una teoría que permitiese me llevaron a reemplazar el método hipotético deducti-
elaborar las mediaciones presentes en la relación entre vo por una aproximación de tipo constructivista; po-
investigación. Narraré las principales experiencias y col' del modelo heurístico con el que organicé el comienzo
trucción del encuadre teórico-metodológico hasta la Luego de indicar cuáles fueron los supuestos
Quedarán fuera de este texto las experiencias mismo capítulo relato las principales preguntas que
hasta ahora hechas en el análisis de los testimonios. orientaron la investigación.„
Tomé esa decisión debido a la real imposibilidad de En el tercer capítulo el tema es el de la relación
hablar del análisis sin exponer el material mismo de las entre individuo y sociedad desde el_punto de vista del
ent revistas, lo que alargaría demasiado este primer li- análisis a base de historias de vida. En él torno partido
bro. Queda pues pendiente el compromiso de una se- en contra de toda forma de individualismo teórico y, en
gun(la publicación con esos experimentos. particular, en contra del llamado individualismo meto-
El ensayo está dividido en cuatro capítulos y dológico; de tan grande atractivo en la sociología actual.
unos comentarios finales. En el primer capítulo hago Para ello parto de la premisa básica de que "el hombre
una somera descripción de los primeros usos de la his- es un conjunto de relaciones sociales" y que, por ende,
toria de vida en la investigación socia); reseña en la que no hay separación esencial entre uno y otro Qolo de la
RODUCCIÓN INMIODUCCIÓN
relación individuo-
's '
Mi razonamiento durante
todo el capítulo tendrá por objetivo desarrollar dicha
fórmula; p yentes de los sujetos individuales. La segunda parte de
ues, como antes afirmara
texto t eórico en el ► ni ella —ni el con- este capítulo está dedicada a su tratamiento.
que fue por
pr imera vez e Producción y ruptura del orden que unifica las
aclaran cómo es que esa xpuesta-
tal. condición humana llega a ser comunidades son dos procesos permanentes y esa dico-
INTRODUCCIÓN
IN FRODUCCIÓN
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INAIMDUCCIÚN
IN I IZODUCCIÚN
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CAPI tvr.o 1 cAPITu Lo 1
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Con intenciones ya más definidamente ubicadas Tal como lo recordara Haward Becker, en el De-
dentro del campo del saber científico, fue esa misma partamento de Sociología de la Universidad de Chicago
veta la que explotaron los antropólogos norteamerica- se habían reunido, hacia 1916, un grupo de investiga-
nos. Dentro de esta segunda vertiente, S. M. Barret pu- dores interesados en examinar los problemas' que ocu-
blicó, en 1906, Las memorias del indio Jerónimo. Auto- rrían como efecto de la inusitada expansión industrial y
biosuafía de un gran guerrero (1945). 1 urbana que se vivía en la época. Sus temas iban desde
En todos estos primeros "ensayos científicos" lo la preocupación por los grupos étnicos minoritarios
--—
predominante era el interés pintoresquista. En cambio, hasta la enfermedad mental, la drogadicción, la delin-
hacia fines de la década del '20 el uso antropológico de cuencia juvenil, el análisis de los vecindarios y la es-
*i„esta técnica trascendió el mero interés por most r los tructura urbana. Con la particularidad ), acierto de con-
rasgos de una cultura o de una subcultura extraña. En_ siderar a todos aquellos problemas no como un agrega-
su lugar se comenzó a intentar una serie de análisis o
do heterogéneo de eventos sino como manifestaciones
que pretendían contribuir al desarrollo de la teoría. En de un mismo proceso.
1930, Clifford R. Shaw, iniciando esta nueva tendencia, Desde esta perspectiva, las principales obras de
publicó lo que luego sería un clásico en la materia: Jack- esa escuela fueron: The Ghetto, The Gold Coast and The
Roller, A delinquent bov's story (1930). Slum, Professional Thief, The Hobo, Brothers in Crime y
Con esta obra no sólo cambió el interés princi- The Gang. En éstas obras se trataba, mediante el uso de )
pal, sino que se iniciaron las incursiones en la historia historias de vida, de abordar asuntos para los cuales las (f
de vida de una escuela de pensamiento que marcó un teorizaciones existentes parecían insuficientemente
rumbo de gran importancia en la investigación social: la explicativas; abarcando, particularmente, ternas que
llamada "escuela de Chicago" 8 /, cuya guía teórico-ideo- fueron englobados en el valorativamente cargado (pero
lógica estuviera a cargo de Robert E. Park y en la que por entonces usual) concepto de "conducta desviada".
participaran varios sociólogos de gran influencia en el Esa técnica también fue fructíferamente utilizada para
k}`9 estudiar fenómenos como la movilidad social, y, parti-
posterior desarrollo de la teoría sociológica.
cularmente, el tema de las migraciones.
19
9 Que fue sobre todo alentado por la influencia del psicoa- ciertas tipologías que les permite utilizar las experiencias ob-
nálisis. tenidas en los análisis individuales para su aplicación en
1 °Con la particularidad, importante en relación con lo explo- otros casos.
rado en este trab¿kjo, de que entre los psicólogos se trataba 1113na serie de revaloraciones de esa obra puede encontrarse
del estudio de un caso único (donde lo individual era to- en Dulczewski, Z.; 198(3.
mando como un privilegiado universo de sus indagaciones). 12 De esa época es posible recordar textos cuino los de
Por lo que, como enuncia Marsall, no les preocupaban los po- Anderson (1923); Blumer (1939); Gottsci yalk (1945); Kroeber
sibles vicios de representatividad y objetividad que sí preocu- (1945), Park (1952).
pan en otras disciplinas sociales; aunque eso no impidiera
que los psicoanalistas recurrieran luego a la construcción de
CAPhilL0 1 CAPÍTULO 1
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CAP I TULO 1
CAP ÍTULO 1
22 23
ción y las metodologías (funcionalistas y positivistas) Los científicos sociales han contrapuesto
de tipo cuantitativo. Así, cinco o seis años después de con frecuencia la capacidad de los estu-
dios cualitativos, para acercarse a la ri-
que comenzara a imponerse nítidamente esa tendencia,
queza, complejidad e infinidad de varia-
Blumcr (respondiendo a una invitación de la Comisión bles de la infraestructura social humana,
de Evaluación del Consejo de Investigación en Cien- con las limitaciones de los estudios estadís-
cias Sociales de los Estados Unidos de Norteamérica) ticos...
Tal consideración, elaborada por alguien que ha-
escribió una arrasadora crítica a la pionera obra de
er. bía hecho uso de ese procedimiento como instrumento
Thomas y Znaniecki 14/.
autosuficiente en el desarrollo de la investigación so-
Caída en desgracia en la academia, la vigencia de
cial, fue confirmada por sociólogos inscritos en la línea
la historia de vida sólo se mantuvo, por más de veinte
cuantitativistas. Refiriéndose a las cualidades diferen-
años, gracias a la curiosidad e interés de algunos pocos
ciales que existían entre las técnicas cuantitativas y
investigadores. En las capillas de los científicos positi:
cualitativas, autores como Goode y Han afirmaron:
vistas, la técnica comentada sólo se usó en forma su-
Es como si la estadística tuviera una visión
• bordinada al ejercicio de las técnicas cuantitativas y con horizontal que cruzara una vasta área de
objetivos muy limitados. datos, mientras que el estudioso que em-
I .AS VIRTUDES RECONOCIDAS: plea el método casuístico observa verti-
calmente un pequeño número de casos in-
Los autores que usaron la técnica desde esa dividuales notando muchos detalles... 15/
perspectiva encontraban en ella sólo dos méritos. Uno Parecía entenderse así que en la academia, exis-
de ellos era su mayor poder de focalización (mediante tía una equilibrada evaluación de las cualidades dife
el cual se incrementaba notablemente la riqueza de de- renciales de ambas técnicas. Pero eso siempre fue falso
talles captados); y el otro, la capacidad de captar más Pese a las apariencias salomónicas de ese reparto, la di
plenamente, mediante su uso, la dimensión temporal visión de tareas —entre el enfoque cualitativo y el cuan
en los acontecimientos investigados. titativo— no fue acompañada por una simétrica distri
Refiriéndose a ese enfoque, Marsall (1975) pudo
decir:
15 Citado por Marsall, •1. F.; 1975.
9.49•
CAI'l I ULO 1 CAP I- IIILO 1
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9.;
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CAPITULO 1 I
CAPI1ULO
L L
t.
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c'os p(..),- los propios cultores de los paradigmas cuanti- si la verdad de una declaración se vinculaba o
:2:;-ístas. La nex:esidad de satisfacer el requisi'o de
no con un hecho 'afectivamente indiferente"
confiabilidad impulsó, por ejemplo, la creación de una para el testigo,
gama de controles que han sofisticado substancialmen- si el objeto de la invest i gación podía llegar a
te el uso de la historia de vida y que serán el tema del ser comprometedor para el informante o para
próximo apartado.
sus intereses,
D. LOS CONTROLES DE "LA CONFIABILIDAD" DEL si los hechos tratados eran o no "cuestiones
TESTIMONIO: LAS PRIMERAS CORRECCIONES A LA de conocimiento público",
TÉCNICA
si la parte de la declaración que más interesa-
Mediante la invención de la antes citada serie de ba al investigador era a la vez incidental a la na-
"controles de confiabilidad" los investigadores qul usa- rración e intrínsecamente probable,
ron la historia de vida trataron de prevenir deformado:. 5) si el informante hacía o no declaraciones con-
nes en la información que pudiesen emerger de cues- trarias a sus expectativas y anticipaciones.
tiones tales como las Tallas en la memoria", 'la raciona- Si se consideraba necesario, se recomendaba una
lización inconsciente" o 'las tergiversaciones conscien- segunda serie de controles que permitieran determinar
tes del testimonio". con mayor exactitud el alcance de esa confiabilidad.
Dichos controles incluían dos etapas. En la pri- Entre ellos merecen destacarse principalmente dos:
mera se decidía cuáles de los relatos debían ser some- la crítica interna del informe; que correspon-
tidos a un control más riguroso y cuáles, en cambio, día a un juicio sobre su coherencia y consisten-
podían ser aceptados como válidos sin ningún análisis cia y
posterior. Para juzgar el grado de vigilancia a que debía la crítica externa; que se refería a la corrobo-
someterse una entrevista, en esa primer selección se re- ración de sus datos mediante tres tipos de meca-
comendaba tener en cuenta las siguientes consideracio- nismos:
nes: a) la confrontación del informe con los
datos provistos por otras fuentes o con
CAPI 1 ULO
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aquellos que el investigador acumuló por rial al que por definición se consideraba absolutamente
su propia experiencia;.
singular.
el careo del informante con otros testi- Según se afirmaba, aunque el investigador tenga
gos del mismo evento o una colección más o menos amplia de historias de vida,
el uso de entrevistas repetidas en dife- no existe forma alguna de probar que éstas representa-
rentes momentos y en las que se volvía rán, válida y efectivamente, un proceso colectivo.
sobre el mismo tema con el ol:In jetivo de En síntesis, la opinión mayoritaria consideraba
corroborar la perseverancia del informan- que el dato construido mediante historias de vida era
te. un dato demasiado individualizado y demasiado subje-
Tales recaudos contribuyeron a mejorar mucho tivo; por lo que su representatividad se consideraba nu-
la credibilidad de los informes de historia de vidf. Pero la y su objetividad deficiente. Sin embargo para muchos
nunca la acusación de subjetivismo pudo ser definid-- quedaban algunas preguntas que esa crítica no había
vamente superada. Pese a los controles antes indicados, contestado. Quedaba por cuestionar, por ejemplo, el pa-
se mantuvo la compartida certeza de que lo vertido en radigma teórico sobre el que ellas descansaban: ¿era
un relato de vida --a diferencia del dato provisto por cierto que en las técnicas cuantitativas se lograba eludir
encuestas otcni_c_4s análogas— siempre estaría "con- el llamado `\./icio" de subjetivismo? ¿Acaso mediante
taminado" por los sistemas de selección usados por el esas técnicas efectivamente se conseguía una tal neu-
informante y por los valores y categorías analíticas uti- tralización del sujeto que lo real fuese captado en toda
lizados por el destinatario y el analista_deaales relatos. su infinita magnificencia y esplendor? ¿Frente a quién?
Por otra parte, si mucho , se avanzó en cuanto a Como brevemente mostraré enseguida, tanto la
satisfacer los requisitos de confiabilidad (logrando dis- rigurosidad descalificadora de los críticos como la inca-
minuir la frecuencia y sostén de las críticas al respecto) pacidad defensiva de los partidarios de la historia de
mucho menos exitosa fue la defensa respecto a la acu- vida eran el fruto del predominio de paradigmas muy
sación de que la historia de vida es garan- primitivamente empiristas o demasiado positivistas.
tizar algún grado de representatividad: nadie parecía
confiar en la posibilidad de generalizar desde ese mate-.
CAPÍTULO 1 CA P 1TuLo
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en la que la subjetividad del investigador lograría Besa- que se transforme: límpidamente integrado al cuerpo
parecer. Frente a la crítica, ellos, explícita o implícita- del recolector 21/.
mente, oponían la creencia de que la mera transcrip- En dicha metáfora, la ideología empirista encon-
ción "técnicamente perfecta" de un relato oral contenía tró una vía de reproducción casi espontánea en una in-
,
una imagen sin interferencias de lo que verdaderamen- midad de investigadores. Y esa atracción espontánea
te ocurrió. se manifestó con especial énfasis entre los que se incli-
I.a mayoría de las primitivaS discusiones entre naban por los relatos orales, ya que, en el caso de los
st. \
cuantitativistas ycualitativistas giraron en torno a un que usan el relato de vida, a esa metáfora de la fuente
eje común: defensores y atacantes reivindicaron la ca- y de la recolección" (que ubica al investigador en un lu-
pacidad que cada una de ellas tendría para brindar un gar predominantemente pasivo) se agrega otro elemen-
inmaculado reflejo cognitivo de la realidad empíricra. to. En tal relato la fuente es una fuente activa; una
Uno de los síntomas típicos de ese predominio fuente que habla; que vierte sobre el investigador el
empirista en la práctica de las ciencias sociales puede caudal que éste procura. Por ese camino, el éxtasis
encontrarse, por ejemplo, en el apelativo de "técnicas de ante lo real puro llega a su momento culminante: la
recolección de datos" con que los libros solían referirse realidad parece captable sin mediaciones.
a esta y otras técnicas de investigación. Como si el in- Esa ideología también se manifestaba entre
vesi igar fuese algo semejante a un simple acto de cose- aquellos que decían anular lo subjetivo mediante una
char. En ese, como en otros usos de términos lécnicos", serie de controles. Esas técnicas, que se elaboraron para
la metáfora teórica (inseminada de empirismo) terminó corregir aquellos defectos de la información provocados
apresando y conduciendo el hilo del razonamiento 20/. por la presencia del sujeto, fueron incapaces de erradi-
Para el investigador
de esta estirpe, el entrevistado se car la subjetividad. El defecto de esta otra óptica radica-
preSentaba como una fuente, en la que el dato es reco- ba en que, si era aceptada la presencia de lo subjetivo
gido (tal como se recoge el agua de un manantial) sin
en el testimonio, tal presencia no era vista como algo ca del dato ni es ni puede ser la crítica de su objetividad
ineludible en todo proceso de investigación. Muy por el sino la crítica de su proceso de construcción. Crítica/
contrario, la idea seguía siendo conseguir un dato que que tiene como propósito el encuadrar al dato (sin in-
fuese un testimonio puro de lo real. Lo subjetiv6 era coherencias subrepticias) en el proceso de construcción
pensado como ganga o escoria que se había colado en el de un cierto cuerpo teórico; que será aceptado como
proceso de recolección y que debía ser descepada. La válido mientras asegure algún grado de operatividad
crítica de las deficiencias subjetivas y los controles de 24/.
confiabilidad se presentaban, entonces, como un proce- Por otra parte, en el dato histórico —a diferencia
so de separación entre la paja y el trigo; una especie de del que se produce para una predicción sociológica— lo
tarea de limpieza. Al llegar a su fin el dato sería la7pura construido es una objetivación que nunca podrá en-
realidad 22/. frentarse con lo real, pues ese real ya no existe. Debido
Pero, como se sabe, el dato nunca es y nunca 2_2- a ello, en el caso de investigaciones históricas, el dato
drá ser lo real mismo. En tanto material simbólico, el no puede tener más pretensión que la de lograr una
_________ .. •
dato es siempre una determinada estructuración de la forma teóricamente coherente y creíble ¿Cómo evitar
realidad; la transposición de lo real a lo simbólico siem- entonces lo subjetivo en la construcción del dato?
del '20, el círculo de Viena retomó estos desafíos del de poner en ejecución el lenguaje. Para sostener ésto,
empirismo y del p sin apartarse de los beneficios de la experiencia, esta-
ositivismo. Dicha Escuela se distin-
guió por una s istemática y amplia blecieron una clara distinción entre los juicios sintéticos
p roducción, llegando
a lograr una clara hegemonía en el p (que caracterizan el conocimiento experimental) y los
ensamiento cientí-
fico occidental durante muchos años juícíos analíticos (concebidos como estructuras tautoló-
El p royecto p gicas). El proceso de conocimiento podría entenderse
rincipal de esa escuela fue edificar
un :m'iodo que p como vinat actividad tendiente a establecer diferentes
ermitiese la unificación de las ciencias. n°11't“'-
Por un lado, su proyecto maneras de articulación de esos dos tipos de juicio.
Intentó establecer reglas que
Esa distinción presentó, sin embargo, problemas
_
hiciesen posible el desarrollo de enunciados si
g nificati-
que a la larga resultaron irresolubles. Pero mientras
vos dentro de un lenguaje que fuese común a todas las
CAPÍTULO 1
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duró la vitalidad y la convicción de sus primeras inves- parecía llegarse a la preciada desaparición de todo ves-
tigaciones, el prestigio de esta epistemología tuvo una tigio de la arbitraria subjetividad. Ese prestigio de las
importancia estratégica en la divulgación de las meto- técnicas cuantitativas fue llevando a olvidar que fueron
dologías y técnicas cuantitativas. Hasta tal punto que, los propios investigadores —o (peor aún) que fueron
en lo que va del siglo, el positivismo lógico fue uno de otros, de quienes las copiaron— los que construyeron
los principales responsables del imperio de las mate- las categorías que conformaron los datos que ellos in-
laticas y de la lógica como lenguajes privilegiados de trodujeron en sus computadoras. La defensa que, ante
todas las ciencias, incluidas las ciencias del hombre. Y esa sofisticación metodológica, pudieron establecer los
ese predominio fue facilitado por la propia ideología defensores empiristas de la historia de vida fue escasa y
espontánea de los productores -de ciencia. destinada al fracaso. El muestreo estadísticamente re-
El sentido común de los científicos sociales presentativo y la encuesta tenían todas las de ganar.
acon-ipañú y avaló esta prédica del positivismo lógico. El actual desarrollo del pensamiento en las cien-
Para dicho sentido común, siempre resultó espontá- cias sociales le debe muchas de sus actuales certezas y
neamente atractiva la utopía de una cientificidad en la usos a las posturas asumidas por el positivismo lógico.
que Fuese imposible introducir 'Incertidumbres subje- Como balance de esa influencia es indispensable reco-
t ivas', corno las que produce la aceptación de que el su- nocer que hubo sobre ellas un efecto indudablemente
jeto interviene en la construcción del objeto de cono- positivo en cuanto a la prédica tendiente a anular las
cimiento. Como consecuencia del éxito que durante oscuridades provenientes de un uso poco claro del len-
tanto tiempo tuvo esta ideología, la estadística y los mé- guaje. Sin embargo, terminó en fracaso el intento de en-
todos y técnicas de investigación fueron alentados a contrar un conjunto de estructuras lógico-matemáticas
dirigir sus mayores esfuerzos en esa dirección, produ- coherentes que permitiesen extirpar del proceso cogni-
ciendo en los científicos una especie de vértigo) hipnóti- tivo toda intervención de los condicionantes histórico-
co procedente del maravillosamente claro y distinto
universo de sus construcciones matemáticas 25 /; en él
brir ciertos rasgos del objeto. Tal es, por ejemplo, lo Esa necesaria participación del sujeto en la rela-
ocurrido en el caso de la física donde, según Bachelard ción cognitiva fue postulada por varias corrientes que
(1980: 103-112), en las matemáticas se encontró el ins- reaccionaron contra el reduccionismo lógico del Círculo
trumento que permitió a los científicos eludir esas de Viena. Piaget, por ejemplo, afirma en uno de sus es-
"evidencias de lo empírico" que durante mucho tiempo critos:
habían cumplido el rol de aniquiladores de toda inda- En diversas oportunidades hemos insistido
gación. is respecto de la necesidad de recurrir a la
psicogénesis, sea cual fuere el método epis-
De lo que en cambio se trata, es de repudiar la temológico utilizado. La razón general de
-----
fetichización de esa forma de razonamiento mediante ello radica en que, contrariamente a la ló-
la que llega a olvidarse que también en la manipulación gica, cuyo campo no es otro que el de la
validez formal, la epistemología trata de
cuantitativa hay un salto a lo simbólico (y por ende a la las relaciones entre érs'újét-;) y los objetós
intervención del sujeto) que no puede ni debe ocultarse \ (Piaget; j 970.'1 . 12) •
tras la fascinación del número 29 /. Si esa trampa tiene No es el propósito de este trabajo explorar el
éxito, se está ante una especie de versión invertida del conjunto de las consecuencias epistemolúgicas que se
problema aludido por Bachelard; en esta oportunidad desprenden de este postulado; pero es obvio quesigl___
cpnionala-
es el deslumbramiento ante la exactitud matemática lo proceso teórico —incluyendo en M la1 r
.2<2pip
que sirve de velo que oculta la p resencia del sujeto en ción del dato— es un _proceso que ocurre sólo en el
el conocimiento. Con ello, como bien se sabe, el empi- plano
ielp_ensam
c iento ; si su materia misma es lasubje-
rismo y el positivismo ingenuos demuestran ser los tiyidad (o la intersubjetividad posible en los marcos
idealismos más a-críticos de todos los existentes. más o menos laxos de un mismo parad 1a), lo que
queda no es iniciar un vano intento de eliminarla, sino
"Adeun'ts, el uso generalizado de los métodos estadísticos por el contrario, asumirla a fondo como forma de con-
obliga a preguntarse: ¿Hasta dónde la lógica aditiva de las _jrolarlalno es la cirugía sino la inmunología la mejor
matemáticas sirve para representar las complejas interrelacio-
nes de lo social? ¿No será conveniente pensar 'que la lógica forma de tratar con ella. Como se verá, es ésto lo que
matemática es aplicable sólo en ciertas investigaciones socia- permite la historia de vida. Pero antes de llegar a la dis-
Ir.` pero no lo en en ;mins; y que ello depende de los niveles
de generalidad en que se ubique la investigación? Sobre tales
preguntas se volverá en el próximó apartado.
CA PI -rno 1 CAP! ruLo 1
L
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45
1
En el capítulo anterior hice una reseña de algu-
nos de los principales momentos en la evolución de la
historia de vida. Esa revisión me permitió mostrar cómo
el predominio empirista y positivista en las ciencias
sociales de la primera mitad de este siglo impidió el uso
óptimo de la historia de vida. Mostré cómo, durante una
etapa bastante prolongada de la investigación socioló-
gica occidental, la historia de vida se liinitó a ser un
instrumento auxiliar; por lo que no se le prestó la mis-
ma atención que obtuvieron las técnicas cuantitativas.
Si bien ese uso limitado permitió algunos refi-
namientos técnicos, sobre todo en el área de los
"controles de confiabilidad" 30/ el resultado final de esa
puesta a punto no siempre fue positivo para el desarro-
llo de esta técnica. Debido al predominio empirista en
CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 2
46
47
recuperaría sus laureles debido a su especial capacidad dentro del cual uno de los primeros representantes la-
para , hacer posible esa inmunización. Con la crítica a tinoamericanos ha sido el Dr. Hugo Zemelman.
.
esa rémora empirista y positivista se abre un aspecto Entre las proposiciones metodolOgicas hechas
del razonamiento sobre el uso de historias de vida que por este investigador, la construcción de los "conceptos
será el que desarrollare en el capítulo cuarto 31 /, pero
32 Sobre la conexión entre teoría, m é todo, t é cnica e investi-
gación, véase Bourdieu, P.; 1979.
31 Ver las páginas 164 y ss.
CAPITULO 2 cApí-r-yro 2
L
48 49
ordenadores básicos" es un momento clave en la cons- nen que ser cada vez producidas; tanto en lo que guar-
— --_ ___ ______ • -- n:\ .. —'r -
trucción del objeto 33 /. En este capítulo retomaré par- dan de semejanza como en lo que son diferentes a los
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cialmente los aportes de esa metodología, aunque inser- otros casos. En rigor, no hay conceptos ni hay teoría
........
. _. . , . ,_ . . _ .
tando sus propuestas en un paradigma teórico bastante desde los cuales pueda ser deducida una hipótesis que . .
diferente al utilizado por el teórico chileno. Mi preocu- pretenda ser verificada en el caso singular: la teoría es \>(-,.-5,
, -
pación estará dirigida a pensar en la selecdiún de los una producción constante que debe recomenzar en
y conceptos ordenadores básicos en investigaciones basa- cada investigación.
_
das en el uso de historias de vida. Tomando como tras- Con el propósito de crear una estructura de ra-
fondo la investigación antes aludida, el doble propósito zonamiento capaz de estimular la actividad creadora y
de esa exposición será: a) explorar la utilidad d'ie dicho el más original descubrimiento de lo real, Zemelman
enfoque en investigaciones en las que se usa esa téc- (1988) ha propuesto una interesante guía metodológica.
nica de investigación y b) estudiar las formas en que Uno de sus postulados esenciales es la separación entre
podría ser aplicado en investigaciones sociológicas.. lo que él llama las funciones epistemológicas 35 / y teó-
Si se acepta que lo común de los hechos históri- ricas de los conceptos.
cos se estructura como parte (sólo analíticamente dife- En su función teórica, los conceptos participan
renciable) de los universos particulares 34 /, el estudio de una sistematicidad global que pretende hacer afir-
9 de un proceso social no puede ser el equivalente de _____
una maciones válidas sobre toda aquella porción de realidad
t\ . , __,________—___ _ ,
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--_________ . .._
u \--- ''''' deducción desde la teoría hacia el hecho. El caso singu- que ha tomado corno objeto. Desde este punto de vista,
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lar no debe ser considerado como un simple paso _al la teoría presenta una imagen acabada del hecho. Pero,
*,,^ .-- ---
acto de una idea universal. Por el contrario, el objeto del en la medida en que cada hecho social
conocimiento histórico-social debe ser pensado como (conceptualmente configurado) establece su realidad de
11:1 1 > ara una ts xposicilm completa de esa perspectiva y tina de- 35 A lo que yo mejor llamaría 'función heurística", para enfa-
finición de "conceptos ordenadores básicos" véase Zeinelman, tizar esa procura del descubrimiento que tienen en este caso
1987 y 1989. los conceptos ordenadores.
4 Esto es, lo común a todas las cosas agregado a lo específi-
co de cada una de ellas. (--)`
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CAPÍTULO 2 s 1..\ .n -.1%.'"\CAPITULO 2
r
50 51
abrir paso a la investigación, lo que hace es obturarla; teórica siempre contendrá, como su eje y punto de par-
ya que lo real sólo es visible cuando ha sido invocado tida, una toma de posición del investigador en el campo
__-
por una Jis j,lunta 36 /. De allí que sea necesario encon- de los valores. Lo que lleva a cualquier teórico a privile-
ti
t un método que permita abrir el campo de las pre- giar un determinado territorio de conocimientos por
puntas y de las hipótesis, pero que también sobre otro es una singular configuración valorativa;
a lono conjeturado. La simple deflucción de mientras que lo que lo conduce a delimitar su objeto no
\ las hipótesis (sobre todo si ellas se establecen a partir será una supuesta emanación de las determinaciones
1„-\_•0. puras de lo real sino el efecto de un compromiso entre
de un único marco teórico) pondrá al investigador en
contacto sólo con aquella parte de lo real que le es pre- ese "real" y lo que, para simplificar, se podría denomi-
visible. No con el resto. nar "sistema perceptivo", compuesto de sensaciones
rj
A diferencia de aquellos conceptos usadoS desde discursivamente estructuradas mediante la organiza-
una perspectiva teórica, la misión de los conceptos ción de un campo conceptual. Cada una de la perspec-
empleados desde una perspectiva epistemológicács tivas teóricas existentes —más allá de sus mistificacio-
abrir el campo de la percepción. Esa apertura hace posi- nes ideológicas— posee algo del secreto de lo real; al
ble la captación de lo que no pocha ser previsto por no %.0^\\.1 menos, mientras esa construcción teórico/ideológica no
ser algo deductible de la anterior organización concep- --asea una elaboración absolutamente delirante y arbitra-
tual. .
‘1,
52 53
serán considerados en su función teórica (esto es: expli- definición, una postulación de cuál es la articulación de
cativa) sino en su función "epistemológicá" (es decir, determinaciones que describen o explican al objeto. Tal
como instrumentos aptos para la percepción de ciertas como propone Zemelman:
facetas del objeto no detectables desde un única ópti- La subordinación de la teoría a la forma de razo-
ca). Dice Zemelman, refiriéndose a la función epistemo- namiento consiste en no considerar a la teoría, stricto
lógica de los conceptos: sensu, como el único o más importante punto de par-
...consideramos que la función episterlioló- tida, sino como elemento que, conjuntamente con el
gica no manejo a los conceptos y a las es- razonamiento, facilita la definición de un objeto (1977:
tructuras conceptuales en función de su
contenido (a través del mecanismo de la 67).
formulación de hipótesis), sino mediante Si se entiende por i l p roblematización" la cons-
su apertura haría las múltiples trucción del modelo hipotético de un objeto a base de
des de concreción de la realidad objetiva.
En ese sentido, ningún concepto utilizado conceptos tomados en su aspecto epistemológico (esto
en función epistemológica es una afirma- es, como propuesta de un recorte particular de lo real)
ción sobre modalidades particulares de
concreción, sino que, mós bien, implica la en el comienzo de la investigación no puede haber nin-
posibilidad de reconocer una amplitud de guna estructuración teórica en busca de verificación.
concreciones posibles (Zemelma n, 1 977: Estrictamente hablando, no se trata de comenzar por
55 - 56J
hipótesis-a-ser-verificadas sino por modelos-de-relacio '"-r.-- -.
En el momento "epistemológico", la relación de
nes-posibles que, por medio de la investigación,
. perrni-\,
la razón cognitiva con la realidad no queda determina-
tan ir reconstruyendo el segmento de realidad seleccio-
da por la relación teórica sino por la necesidad de cons-
nado como una totalidad interrelacionada y original;\
truir objetos en función de lo que Zemelman (1977)
siempre abierta a posibles reorganizaciones discursivas
••-•
llama `_in razonamiento articulado". En la primera fase
mediante otros intentos reconstructivos.
de la construcción del objeto de investigación es inade-
De todas formas, existen al menos dos razones
cuado, dentro de esa estrategia, el cierre teórico del
por las que el simple "diversificar" y "desarticular" de
campo en que se configuran las determinaciones posi-
las teorías no puede ser garantía de éxito en la apertura
bles del objeto. Esas múltiples determinaciones no pue-
den estar contempladas en la teoría pues ésta es, por
cAdrtn.o 2 cAi i i . nn o 2
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57
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61
CAPI"PULO 2 CAPITULO 2
L_—
r T
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64 65
cia individual 46 /. Sobre todo en las explicaciones sobre ponder agresivamente contra lo que considera
la acción colectiva, esa tendencia siguió normalmente causa de esa frustración (N1elucci, 1976 y 1982).
dos líneas: En todos los casos, las hipótesis presentadas por
La primera de ellas puso su esfuerzo en la esas corrientes teóricas son atendibles y pueden contri-
identificación de una serie de recursos sociales buir muy fructíferamente a la explicación histórica.
que los grupos pugnan entre sí por / controlar. Pero, como se podrá notar, ambas ópticas tuvieron en
Desde esta perspectiva, la identidad de los movi- común la certeza de que la unidad de un grupo se ges-
mientos se explicaba como efecto de esfuerzos ta, casi automáticamente, por la presencia de bienes
comunes para ejercer dicho control frente a la colectivos que los actores defienden o quieren conquis-
oposición. de otros grupos, que bregan, en el tar. Según lo supuesto, esos actores, con intereses e
mismo sentido o que ya tienen su control esta- identidad propios, son capaces de:
blecido sobre los mismos. valorizar ciertos recursos y luchar por su con-
vivencias de frustración experimentadas por al- sentirse frustrados y proponerse la lucha con-
guno de los grupos que componen la sociedad. tra las causas o los responsables de esa frustra-
de una pérdida de posiciones en la jerarquía so- La acción colectiva es el efecto de algún de esas
derna del antropomorfismo que reine() categorías analí- 2) es la interacción entre ellos (sea por la produc-
ticas concediendo habla, pensamiento, voluntad y pro- ción de un contrato o por la simple acumulación
yecto a entidades colectivas como las clases sociales, los de interacciones) lo que crea la sociedad.
pueblos, etc.. De esa crítica florecieron con bríbs distin- En el campo de la sociología, Olson (1958) fue
tas manifestaciones de lo que dio en llamarse uno de los defensores pioneros de esa perspectiva.
'Individualismo metodológico" 47/. Esas nuevas tenden- Usando las premisas antes indicadas para refutar al co-
cias fueron ejemplos significativos de la reincorpora- lectivismo metodológico fue uno de los autores que
ción de valores liberales 48 /; y en particular de dos de más influencia tuvo en el impulso al individualismo.
sus premisas ontológicas fundamentales: Según este cultor de la llamada Nueva Economía
1) los individuos son esencialmente racionales y Política, la existencia de un interés o bien común (sobre
egoístas y el que el colectivismo metodológico basa la explicación
social) es absolutamente insuficiente para explicar la
'1 Escuela que suele coincidir con los defensores de la
"elección racional", corriente metodológica que ha tenido participación individual en una acción colectiva. Esto se
gran influencia en el desarrollo de la filosofía y del pensa- debe a que, si un bien es colectivo, sus beneficios se
miento) sociológico de la última década. Parte del axioma de
que la explicación de la acción individual es posible sólo si se obtienen independientemente del grado con el que se
supone que ésta es siempre guiada por el cálculo de costos y haya participado en la lucha por su obtención. Por lo
beneficios. Tal es el caso de V sieber. M., Popper, K., Olson, M.
y Elster, J. , por citar algunos de los principales representan- tanto, siendo fieles a un estricto cálculo de los costos y
tes de esta corriente en distintas épocas y raices filosóficas. beneficios que se obtendrán por participar en la acción,
Véase sobre este tema, las aclaraciones hechas por Preze-
worski, A. (1987) y Leine, A. (1987) y las críticas de Pizzorno, nadie se verá impulsado a luchar por ese bien.
A (1985) y Levine, Soher y Wright (1986). Un comentario so- Olson explica esta aparente paradoja recordando
bre esa escuela puede encontrarse en Dieterlen, P.; 1990.
Entre los que siguieron reivindicando algunas de las propues- que, como resultado de un cálculo de costos y benefi-
tas marxistas el individualismo metodológico dio existencia a cios, cualquiera concluirá que: en tanto el bien colectivo
lo que algunos bautizaron "marxismo analítico" y uno de cu-
yos más conocidos cultores es Jon Elster. es, por definición, algo que todos obtendrán por el
` 18 incorporación que entre los marxistas fue facilitada por las mero hecho de ser parte del grupo, los que no hagan
manifiestas continuidades existentes entre marxismo y libera-
lismo en el terreno filosófico. Sobre todo por el común tras- nada para obtenerlo lograrán, si eses bien se obtiene, un
fondo utilitario) de sus respectivas teorizaciones sobre el tema
de "los intereses" individuales o de clase.
CAPITULO 2 CAPITULO 2
►_ L
69
68
ta de una ganancia inmediata la acción es, por el con- duales de lo que es el interés de cada uno_de partici-
trario, sumamente irracional. No lo es, en cambio, sí se pantes. Debido a que todos vivimos en situación de in-
interpreta la valoración individual como parte de una formación imperfecta, la posibilidad de que un agente
estructura valorativa de tipo social en la que sla propia tenga certeza sobre cuál puede ser su interés en una
actuación sea valorada p ositivamente y constituya en sí determinada situación (sobre todo si los efectos pueden
misma un valor. Según Pizzorno, ha de ser esa estruc- percibirse en el largo plazo y en relación a contextos
tura valorativa lo que, al mismo tiempo, p ermitanten- complejos) depende de los criterios que• comparte con
der:
la colectividad a la que pertenece: es dicha colectividad
los conceptos políticos de bien e interés indi- la que le asegura que los criterios por él utilizados son
vidual y los adecuados. Por eso es que Pizzorno primordialmen-
el tipo de racionalidad que puede atribuirst a te explica la participación individual en la acción colec-
la acción que emprenden los individuos de tiva corno el producto de la necesidad individual de in-
acuerdo a esos intereses. sertarse y fortalecer los trazos de ciertas identidades
Su argumento clave es que todos los 'bienes" colectivas en las que son posibles sus opciones. Tales
que orientan las acciones colectivas, sean colectivos o identidades son indispensables
_.„ para certificar la
individllilleti, sólo toman tal carácter cuando son reco- y permanencia de los valores a los ideberá ajus-
nocidos como bienes
. por la colectividad a la que stlor- tarse el cálculo individual sobre los posibles costos y
t a d or pertenece lique es la colectividad
_ la que Izekrnite beneiicros----deCa acción.
4 los individuos tener criterios que le faciliten criterios Si la acción colectiva es entendida como una ac-
valorativos concernientes a lo deseable o indeseable_de ción tendiente a confirmar la pertenencia del actor indi-
J.ipobjetivo. El dinero, por ejemplo, es un bien sólo vidual a un cierto grupo, ese acto de participar es un fin
cuando es reconocido en la colectividad dentro de la en si mismo y por lo tanto un no-costo. De allí su racio-
cual se lo quiere hacer circular. nalidad. Si la acción colectiva no es un costo y en cam-
Algo semejante ocurre con la noción de Interés. bio ella permite el beneficio de un contexto en el que
l'ara l'izzorno, no es posible que en la acción colectiva sea posible prever las condiciones de otras acciones, la
sean determinantes los criterios exclusivamente
72:: 73
participación en la acción colectiva siempre será racio- demostrable que el individuo permanezca
nal. idéntico a sí mismo en el campo, inmuta-
dos sus perfiles de preferencias y sus crite-
Como puede verse, Pizzorno no niega que los in- rios para calcular el valor de los costos y
dividuos calculen racionalmente de acuerdo a los cos- beneficios. Cada experiencia humana no
ligera confirma cuán amenazada está esa
tos y beneficios que les producirá su acción. Lo que
identidad. La seguridad de la misma,____,su
niega es el carácter a-social de la definición cly lo que es estabilidad, son buscadas en unaidentifi-
cación colectiva iiidividup puede _per-
un costo y lo que es un beneficio. Según cl teórico ita-
Cibirsi idéntico en el tíempo sólo si otros lo )
liano, es sólo asumiendo activamente la participación perciben an... (Pizzorno, 1985, 2:28)
en el núcleo social (en el que se definen los valores que Si la participación en la acción contribuye a que
permiten decidir sobre la racionalidad de las acciones el individuo se integre en esas identidades colectivas,
individuales) que se puede pensar la participación en la su acción es racional.
acción colectiva como el efecto de un cálculo de costos La misma necesidad de fundar ese carácter so-
ficios (Pizzornó, 1985: 24-37). cial de la identidad individual ocurre al estudiar el ca-
Mediante su crítica de las teorías individualistas rácter de los "beneficios selectivos" (propuestos por
y utilitarias Pizzorno llega a la conclusión de que: Olson como clave para explicar la acción colectiva).
...no se puede tener el concepto de utilidad Dinero o prestigio únicamente pueden tornar los rasgos
sin implicar el reconocimiento finte_ rsubjetí- e
yo de los. vgl57-:1- de beneficios selectivos si el auto-reconocimiento
ee . 70 —éOn jucen a esa,utíli-
aa—d ' j; porConSiguienie los * procesos de sa- identidad del individuo se asienta en sus interacciones
tisfacción de las necesidades varían según con otros miembros de su comunidad. La vigencia de
las diferentes identidades colectivas que
las sostienen (que las reconocen). [...] el esos beneficios selectivos sólo puede explicarse si el
cálculo por parte de un individuo de los individuo es pensado como un ser socialmente confor-
efectos de una cierta acción es posible, al mado. Esto es, como resultado de las relaciones sociales
menos sin grandes dificultades, sólo si los
costos y los beneficios de la mismas son en las que se inserta y no, a la manera del individua-
,
bastante cercanos en el tiempo. Si el cál- lismo, como un supuesto previo a toda sociabilidad.
--Y-
culo se realiza para un largo período de
tiempo, y debe considerar consecuencias
inciertas de la acción a .emprender, no es
Ese mismo criterio es sustentado por un autor no es suficiente preguntarse c6iTi . se forman las prefe-
que, como Prezeworski, se ha visto atraido por la posi- rencias individuales. También es necesario preguntarse
bilidad de usar las técnicas del individualismo metodo- desde qué punto de esa heterogénea y complejamente
lógico en el análisis de la acción colectiva. Refiriéndose estructurada identidad es que el individuo trae a su
a la tradición gramsciana, el escritor polaco dice: consideración las preferencias que lo orientan en el
Como se podrá deducir de esa lectura, en la que la versión del testimoniante según la cual su padre ha-
se recuerda la conceptualización weberiana, el tema bía tomado una decisión con arreglo a fines sociales. Al
merece un desarrollo que puede hacer del concepto ra- mismo tiempo, el observador puede detectar el oculto
zón algo mucho más complejo e interesante de lo que carácter de acción racional con arreglo a fines persona-
es en el individualismo metodológico. Sobre/ todo si se les, captable mediante la evaluación del lapsus del hijo
piensa en las posibles combinaciones entre diferentes y el síntoma depresivo manifestado por el padre, corro-
formas de racionalidad y su incidencia en la acción borado luego por su muerte y la interpretación filial de
la misma.
La virtud de la historia de vida como técnica de
Lo mismo ocurre si se introduce la otrafdicoto-
mía weberiana: "racionalidad formal-racionalidad ma- investigación es su apertura a la captación de esta com-
pleja gama de determinaciones en las que es preciso
terial', y mucho más apasionante y compleja se con-
vierte la investigación si, junto a esos tipos ideales we- navegar paracomprender la acción humana, pero para
que esa misión sea posible es necesario replantear con
berianos, se incorpora al análisis la dicotomía conscien-
mayor profundidad cuál es el ti.1()de relación que se es-
te - inconsciente y la distinción entre fines individuales
tablece entre la conformaciónindividual el ..entorno
y fines sociales.
Entre otros efectos de esa combinación podría social en el que ella . ocurre. Tal es la tare a emprender,
encontrarse, por ejemplo, que lo que para el actor en el próximo capítulo.
y organizan las conductas y la comunica- historias de vida contribuirían de manera clave en esa
cA p try Lo 3
CAPÍTULO 3
,
80 81
,reconstrucción. Pero para hacer posible su interpreta- puntos de apoyo para enfrentar dos problemas básicos
Q°1, 1,
ción era menester retomar a la vez temas como los pro- de la conceptualización individualista: por un lado, la
,Y
puestos por Pizzorno y que me encargara de sintetizar idea de`un individuo homogéneo y absolutamente idén- G
al final del capítulo anterior. tico a sí mismo, que actúa como garantía de la raciona-
El planteo del autor italiano, sin embargo, abre la lidad de sus decisiones y, por otro, la definición del
controversia sin ir a fondo en la investigación sobre 1,a concepto "razón" como un simple cálculo de costos y
forma en que se produce la relación constitutiva de los beneficios en el que, de hecho, se adjudica al decisor
individuos con su entorno. Pese a la agudeza y seriedad —como supuesto metodológico muy difícilmente justi-
de la solución propuesta por el teórico italiano, queda ficable- la potestad de una información perfecta, en la
. .
sin embargo por preguntar si la informaciónrimperfec- que no parecen existir errores
• que introduzcan elemen-
ta, o los posibles_cambios de las identidades individua- tos impredictibles en el estudio de la acción social. Este
....... .....
les en el curso del tiempo,._son suficientes como tema será retomado en el texto dedicado al análisis de
cación della—net~ria la participación individual en el las historias de vida. En este capítulo podré en cambio
consenso de ciertos grupos como forma de organizar su sugerir un enfoque alternativo para la primera es esas:-
acción. Creo que no. Por el contrario, pensar más pro- cuestiones aclarando cuáles fueron los supuestos teóri-
fundamente la relación entre identidades individuales y cos que organizaron la metodológica de la investiga-
CAPÍTULO 3
cArh-trin 3
L L L L_
82 83
truir. De esa forma la indagación se instaló desde el co- dividualiza en sociedad. Aceptando ese axioma, en un
mienzo en el campo de la antigua discusión sobre la informe de aquella investigación que estoy comentando
relación entre individuo y sociedad 50/. sostenía que:
A diferencia de lo que suponen los defehsores ...las formas típicas de la moderna
del individualismo de origen liberal 5 1 , el individuo está `psicología individual' —sobre la que se
deberá razonar para hacer útil el testimo-
lejos de ser esa esencia fundante capaz dq explicar las nio de historia de vida 54/— no son otra
1 formas de la sociedad sin ser explicado por ella 52/. cosa que un efecto de las relaciones socia-
Muy por el contrario, el individuo es el producto de una les en las que el hombre moderno se inser-
- •- ta al nacer; por lo que entre individuo y
determinada forma de existencia de la sociedad. Forma sociedad no hay ruptura, ni superposición,
- -
sumamente reciente; ya que la generalizaciónrde la in- ni relación unilateral de causa a efecto.
Hay, por el contrario, una compleja sus-
dividuación es parte de las transformaciones sociales tancia común. Si esto es así, se podrá fá-
que, aproximadamente desde el siglo XV en adelante cilmente entender a cada uno de los testi-
53 /, habrían de conducir a la constitución del capitalis- monios -como ún testímon- io de la 5ociabilí-
dad queio— constituye (Saltalamacchia,
mo moderno. Marx (1977) se refería a ese origen social
de lo individual cuando dijo que el hombre sólo se in- Tal fue el principal supuesto que la tradición
marxista de pensamiento aportó a mi investigación.
`' () En los últimos años, esa problemática fue nuevamente
puesta en discusión por los modernos exponentes del Pero ese aporte se limitaba a mostrar el hecho sin apor-
"individualismo inetodológico". Ver nota 47. tar explicaciones convincentes.
51 Sobre el individualismo en general ver Birnbaum, P y Leca,
1 . 1986 y Lukes, S.; 1975. Es cierto que la investigación histórica puede
l' 2 Una revisión reciente de la bibliografía sobre este tema de servir como fundamento a la idea de que el ser humano
la relación individuo/sociedad puede encontrase en Ilurkitt, 1,
1991. varía en su constitución al ir variando el tipo de relacio-
53 En todo caso era una subespecie reinante sólo en las altu- nes sociales en las que se socializa. Esa es la vía analí-
ras del poder social y particularmente entre las ciudades co-
merciales de Italia; sobre todo a partir del siglo XV. No era tica dé Marx y sus continuadores. Pero tal estrategia no
conocido, por ejemplo, en la misma época, en la mayor parte, provee las razones teóricas que permitan explicar satis-
de las ciudades germanas. Cf. Hale, J. R. (1980); Von Martin,
A. (1977); Cassirer, E. (1980); Ou, 1). (1981). Sobre este tema
hice una fundamentación más elaborada en Saltalamacchia "Con motivo de tratar de entender como es que ocurre la in-
(1989; parte II; cap. 1). terrelación entre "individuo" y "sociedad".
CAPÍTULO 3 CAPÍ TUL° 3
L L
84 85
56 Los textos siempre son el lugar de un trabldo productivo y posición mucho más profunda —y a la vez no única-
que por ende es difícil no encontrarse con versiones "libres".
La necesidad de enfatizar el carácter libre d.e la versión se mente negativa— en la constitución del individuo. El
debe a dos razones : 1) mi propósito no es el de los analistas,
por lo que se trata de extraer conclusiones para las cuales
esos argumentos no habían sido pensados y 2) el carácter
muchas veces enigmático del discurso lacaniano unido a otras 57 Que tomó nuevos bríos en la filosofía occidental luego del
particularidades sobre las que *se refiriera Francois Roustang re descubrimiento de Nietzsche y Heiddeger.
(1989), obligan a una tarea de traducción. CAPITULO 3
CAPITULO 3
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87
mano se constituye ery_por la _palabra;_ haciencio__del La lengua puede ser vista desde una doble pers-
significante algo coextensivo con lo humano. pectiva. Por un lado, es el lugar en el que se van acumu-
En la tradición cristiana se reconoce así, en los lando 63 / las riquezas de toda una experiencia social
hechos, que la legalidad de la lengua interviene, junto (Sapir, 1912) 64 /. Por otro, es el límite que todos tene-
con otras leyes y lenguajes del mundo material, en la mos para lograr una más o menos directa comprensión
propia edificación de lo humano; siendo a la 1 vez estruc- de lo real 65 /. También la mitología se encargó de recor-
turante de la acción y estructurada por ella, en un per- dar que esa comprensión nunca es perfecta. El mito de
manente intercambio (Lee Whoff, 1841) 62 /. Aceptados la famosa Torre de Babel es uno de esos monumentos
esos supuestos es necesario también reconocer que, es- singulares mediante los que el imaginario social fue de-
tar en el interior del mundo simbólico, es inescindible jando rastros ele la aventura de los seres humanos y sus
de la participación en el orden que regula las cOnstruc- palabras: búsqueda soberbia de lo sublime frustrada
ciones lingüísticas. Dicho orden (que se suma a otros por aquella falla en el lenguaje que impidió, a los auda-
ordenamientos que regulan la vida social) estructura ces constructores, la superación de las fronteras de su
las conductas al menos por dos vías: 1) fijando los lími- humanidad.
tes de lo real perceptible y 2) determinando las leyes Siendo humana, la cultura constituye a los hu-
que es necesario acatar para formar parte de esa reali- manos a condición de asegurar, en los límites que le
dad. dan forma, su eterna y necesaria castración; es decir, su
potencia limitada: sus distancias respecto al mito de
62 i, Que es el lenguaje, en efecto, sino una concreta manera de Dios; su imposibilidad de comprender y manipular la
organizar y de darle sentido al mundo; de tratar de referirse a totalidad; la certeza de que lo real" (como distinto de
él y de intentar controlarlo? ¿Qué es el lenguaje, por otra par-
te, sino la materia prima y el vehículo básico de toda produc-
ción cultural, hasta el punto de confundirse con ella? Pero, ¿es 63 Mediante superposiciones sólo arbitrarias para un observa-
el lenguaje reductible a sus formas verbal o escrita? La polé- dor ingenuo o mal informado.
mica es aquí abundante. Ilay lenguajes del cuerpo que comu- 64 Aunque hay otras que no siempre se manifiestan en la len-
nican tanto como el verbo y también la materia tiene sus len- gua; lo que no impide que siempre tengan algún contenido
guajes. Pero sería por ahora imposible tenerlos a todos ellos significativo.
presentes en el trabajo interpretativo; valga solo el recordar- 65 Esta convicción, que en su forma moderna tiene estirpe
los para evitar cualquier creencia en lo acabado de nuestros kantiana está en la base de razonamientos como los de Vsreber
trabajos. en sociología y de Lacan en psicoanálisis.
cAP1TuLo 3 CAPITULO 3
90 91
lo simbolizado) estará siempre allí, produciendo lo de Dios. Si, en ese mito, conocimiento y ser se confun-
inesperado 66/. den, esa identidad no es aplicable al conocimiento hu-
Ese orden de lo simbólico entonces, a la vez crea mano. Por lo que, si es cierto que para cualquier huma-
al sujeto humano y lo limita. Límite al que Lacan se re- no, lo que previamente no ha sido simbolizado sim-•
fiere cruzando con una barra ( / ) la S con la que denota plemente no se ve, también es cierto que esa visión
el significante, cuya escritura será (8 ' ) 67 /. aceptar es- siempre será una reproducción parcial y parcialmente
tas premisas me permitiría tanto adoptar la teorización ficticia del objeto. Y ésto vale tanto para las historias
- -
lacaniana sobre el deseo —en tanto móvil de la conduc- individuales como para las colectivas.
ta humana— como comprender las posibilidades y lími- Debido a ese carácter transformador de la pro-
tes de las pretensiones. hegemónicas de todos los pro- ducción de representaciones, es imposible aceptar la
yectos políticos y la indispensable parcialidad de todas ingenua conclusión de que basta estar frente a un obje-
las identidades y homogeneidades de los universos to para ver una misma entidad, o estar ante un mismo
simbólicos individuales. problema, para que el ejercicio de la razón lleve a idén-
La lengua es el medio y el lugar donde se produ- ticas conclusiones. Es también ésto lo que obliga a con-
cen y acumulan los conocimientos. Pero el conocimien- '
vertir esas representaciones cognitivas en un objetó
to no es deglusión sino representación. En esas repre- privilegiado de cualquier investigación. Evitando toda
sentaciones cognitivas, el objeto está presente, pero es historización exclusivamente fáctica era necesario privi-
sometido a una serie de selecciones, torsiones, forclu- legiar las interpretaciones que organizaron las conduc-
siones y agregados. Todas esas conversiones hacen del tas de los actores. Para ésto era indispensable dar sen-
conocimiento algo diferente de la perfecta identidad en- tido a las semejanzas y diferencias conceptuales con
tre objeto y sujeto que normalmente se atribuye al mito _que los testimonlantes reconstruían sus historias; sien-
do particularmente importante captar rastros del uni-
" Por ello, también inspirando terror.
verso simbólico en el que viviera el entrevistado
.• en
G7 Sólo mediante fantasías los humanos ocluirán esa castra- cada una de las épocas_ de la historia que debía recons-
ción constitutiva. Cf. Lacan (1983) y (1975). Al comienzo de
su libro "El malestar de la cultura" Freud se refirió a esa nece- truir.
sidad de absoluto con la referenCia a aquel "sentimiento
oceánico" que está en la base de la experiencia mística.
CAPITULO 3 CAPÍ I uLo 3
I
92
93
Las culturas se diferencian entre sí por el desa- sible para el recién llegado o para cualquier "extranjero"
rrollo de particulares refinamientos conceptuales que pretenda comprender uno de esos mensajes 70/.
(capaces de descubrir ciertos ámbitos de la realidad) Para esas incomprensiones a veces hay solución.
que en otras lenguas no existen 68 /. Tales diferencias Otras no. Pero todo el proceso de interacciones que allí
conceptuales permiten discriminaciones sutiles que, se origine (incluyendo el de la guerra) obligará a un in-
para el que no posee el respectivo concepto, lson defini- tento activo de creación de universos comunes de refe-
tivamente imperceptibles 69 /. Esa "ceguera" y todos los rencia o, al menos, zonas limitadas en las que es posi-
otros efectos de la selectividad conceptual son particu- ble la comprensión. Al logro de ésto contribuyen tanto
larmente evidentes y p roblemáticos cuando se hacen el trabajo de los ideólogos como el propio azar.
estudios comparativós entre distintas culturafl, pero Cuando no se participa de cierta comunidad lin-
también son visibles en el interior de una cultura (por güística, la producción cultural de los seres humanos
ejemplo, en los diversos usos regionales de una misma tiene, para el "extranjero", las mismas características
lengua) y se repite en los enfrentamientos entre distin- inaprehensibles de lo real natural". Esa incapacidad de
tos proyectos hegemónicos. Frente a la falta de ciertos comprender que limita la comunicación sólo puede ser
conceptos o representaciones claves, los "extranjeros" superada cuando ocurre una cierta 'Insistencia" de lo
siempre deberán hacer un duro aprendizaje para dife- real (producida por el conflicto que emerge de esas in-
renciar "en lo real" aquello que es obvio para sus adver- comprensiones). Y aunque la dinámica de las batallas
sarios o anfitriones políticos, sociales o culturales. por la hegemonía (o de los cuidados de la propia identi-
Mientras ese aprendizaje no tenga, éxito, lo dicho y he- dad grupal) hace ésto difícil, la negociación y el inter-
cho por los "aborígenes" será simplemente incompren- cambio podrían brindar las claves que hagan posible
una relativa comprensión mút ua.
Sin embargo, fuera de esos hechos, cuyos con- jetivos finales de dicho proceso. Tanto las representa-
ceptos se llegan a compartir, quedarán otros; captables (41 <L\
ciones previamente existentes (que se manifiestan en,
únicamente para uno u otro de esos universos discursi- lps_ . conceptos y actitudes de cada persona), como las
vos o tan ignorado por todos como todd aquello que tecnicas que hacen posible ese conocimiento, son pro-
c.))
hoy se encuentra del otro lado de la siempre demasiado ducto de una larga experiencia y acumulación social he-
cercana frontera de lo conocido 71 /. En la investigación N chas por grupos de diferente extensión e intercomuni-
que estoy comentando, uno de los principales propósi- cación. Al mismo tiempo, la presencia permanente de
Y -- •
tos de las historias de vida fue captar síntomas de esas tales representaciones ocurre en un campo de interac-
_ — .-
diferentes construcciones conceptuales y de las interpe,- ciones en el que la intercomunicación únicamente es.
netraciones e interacciones que generaron aquella posible si se construye un universo simbólico común.
r reu-
niún de jóvenes Por todo eso, al analizar las huellas que el conflicto so-
,.........___. de
_ . orígenes
. ‘ ..._:• políticos
» » y culturales tan
. . ....—• _
diversos. cial podría haber dejado en los testimonios debía tener
Sobre este terna será necesario volver cuando en cuenta que podría encontrar esas comunidades
sintetice la forma en que espero que operen los concep- (posiblemente en la forma de simples inversiones valo-
tos de hegemonía y movimientos sociales. rativas o cognitivas) aún entre aquellos que ocuparon
Es necesario recordar, por último, que la produc- los campos opuestos de un enfrentamiento entre gru-
p o s 72/.
ción activa de representaciones cognitivas ocurre tanto
en el nivel individual como en el social; ya que si es in- Ser conformado en y por la palabra es entrar en
dividual el propio acto de conocer, no tienen el mismo un determinado continente cultural; con su compleja y
carácter los instrumentos técnicos y conceptuales que no siempre coherente topografía de mandatos, prohi-
cada individuo pone en acto en el proceso de conoci- biciones y silencios. Esas comunidades culturales
miento; y tampoco son puramente individuales los ob- (posibilitadas por algún grado de comunidad lingüís-
71 En lo social, la hegemonía es una de las formas típicas de 72 Retomando una discusión que en su furnia actual lleva casi
organización discursiva de esas identidades formadas tanto un siglo, Moscovici (1979, 1984) estudio este proceso de crea-
por lo que "se ve" como "por lo que no se ve", por la posibili- ción de representaciones sociales distinguiendo tres aspectos
dad y por la imposibilidad. Ver particularmente Laclau, E. y principales: 1) el de su emergencia; 2) el de su consolidación y
Mouffe, Ch.; 1988. 3) el de su diferenciación en formas típicas-de existencia.
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 3
96 97
tica) son comunidades históricas; cuyos principios uni- Por el contrario, la homogeneidad de lo social sólo co-
ficadores son más laxos y complejos mientras más bra realidad en aquellos escasos momentos en que se
amplia y compleja es la historia de la comunidad. producen intensas emociones colectivas 74 /; y esa ho-
Esas historias comunes, con sus semejanzas e mogeneidad se circunscribe a los momentos históricos
interpenetraciones lingüísticas y culturales, tienden a y a los aspectos de lo cultural que aquellas emociones
unificar las experiencias de esas comunidadys. Pero esa conmueven 75 /. Producción y ruptura del orden que
unificación nunca es total. Ni en sus formas más sim- unifica las comunidades son dos procesos permanen-
ples y primarias tales comunidades llegan a una com- tes.
pleta homogeneidad. De allí, por citar sólo algunas, las Lo dicho me conducía a la idea de una sociedad
diferencias nacionales, regionales y locales detro
c de siempre abierta y complejamente segmentada; siempre
una misma comunidad lingüística; y de allí tam ién las cruzada por la doble tensión que producen los reitera-
diferencias entre las grandes comunidades culturales. dos proyectos de unificación y cierre y las constantes
Se ha sostenido que también las clases y las profesiones tendencias disgregadoras 76 /. Esa imagen debía conver-
e ienden a generar sus propias modalidades lingüísticas tirse en un indispensable criterio metodológico para la
(I3erstein, 1974; I3ourdieu, 1969) 73 / y ésto no era indife- construcción del instrumento heurístico. Los conceptos
rente para la investigación que estoy discutiendo. Sólo
aceptando tales premisas podía comprender la comple-
74 Uno de los grandes méritos de Durkheim ha sido el de f-
ja segmentación mediante la cual los entrevistados se identificar a esas emociones colectivas como la fuente de
grandes movimientos sociales.
relacionaron con la sociedad global.
75 La unificación de sentidos y la anulación de las diferencias
El carácter unitario de lo social no podía ser un interpersonales no pudieron llegar a concretarse ni en aque-
_._ llos experimentos en los que más estrictamente se ha procu-
axioma y tampoco podía serlo el conocimiento homogé- rado, como es el caso de los monasterios. justamente, fue la
neo de los actores sobre la realidad global. Para los suje- lucha entre los intentos de unificación absoluta de sentido y
....._ .._ ._ ....._.._ _______. ... las tendencias disgregadoras que atentan contra dicha unidad
tos, la simultaneidad de acontecimientos no supone lo que expresaron las utopías y anti-utopías políticas y cultu-
conocimiento igual, ni idéntica percepción o valoración. rales mediante las que se ha producido, pensado, impulsado
o simplemente soportado la evolución dél género humano.
76 Es importante, en este contexto, la crítica sartreana al con-
73 Este tema será retomando cuando me refiera a lo que lla- cepto de "totalidad" y su propuesta del concepto de "totaliza-
maré los "determinantes sociales de la conducta individual", ción" Cf. Sartre, J-P.; 1970.
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 3
L.
98 99
ordenadores básicos debían ser capaces de abrir el cam- laicas; ya que tales búsquedas de unidad invaden cons-
po a la observación tanto de las tendencias disgregado- tantemente cada una de las esferas de la actividad so-
ras como de esas otras que pugnan por reconstruir al- cial. Tener ésto presente me llevó a eludir la quimera de
guna forma de unificación 77 /. Esa misma estampa . po- que las elecciones humanas puedan entenderse como
día aportar, además, criterios importantes para la inter- una pura acción racional 79/ entre costos y beneficios
a
pretación de los testimonios. en los que no se dan invasiones de una esfera a otra de
Sociedad e individuo son continentes abiertos y la realidad. Ese mito, con que suelen tratarse las razo-
fragmentados. Siempre sometidos a más o menos frus- nes que llevaron a los individuos a tomar ciertos parti-
trados intentos de reunificación. Esas búsquedas de dos políticos y/o ideológicos en cada uno de los mo-
unidad condujeron frecuentemente a la idea de uVer mentos de su historia 80/, poco ayuda en la compren-
Absoluto y por ende absolutamente ajeno y superior; sión de las elecciones humanas. Olvidarlo me hubiese
despojado de todo límite 78/; capaz de disolver todas llevado a no ver, y confundir o simplificar indebida-
las angustias que producen la incerteza y la disgrega- mente, los rasgos de esa genealogía compleja mediante
ción. la que los entrevistados fueron abordando cada una de
l'ara Freud (1 98 1), ese "sentimiento oceánico" es sus decisiones y tomas de partido 81 /. Además de la
el fundamento de todas las religiones. Esto es verdad elección consciente_yfacionalmente orientada, en cada
sólo a condición de reconocer que esa religiosidad no una de esas historias es necesario encontrar los vesti-
sólo toma la forma deísta propia de las religiones sino gios de esas diversas causalidades.
que también toma, muchas veces, la forma de creencias
Dado que la constitución de un movimiento so- nizaron, en diferentes momentos de su historia, la con-
cial siempre supone la presencia (más o menos explícita ducta de los testimoniantes. A su vez, los rastros de
- - - -
y abierta) de una utopía, era posible prever, por ejem- aquellas disposiciones me permitirían reconstruir los
plo, que una de esas causalidades de gran impacto ha- proyectos hegemónicos e- Fi- los que los entrevistados
bría de ser esa búsqueda de absoluto a la que acabo de fueran incluidos en cada etapade su historia.
referirme 82 /. Siendo ésto cierto, en las historias de vida Sintetizando: Los humanos se constituyen en 'el
muy p robablemente podrían encontrarse vestigios de interior del lenguaje y se integran en una lógica univer-
su existencia y de la manera en que conformó la expe- sal; la de la estructura de las lenguas (basada en la pare-
riencia de los entrevistados. ja ser-no ser) y luego en las reglas de sus gramáticas y
Por otra parte, tener presente la segmentación de sus poéticas. Buena parte de la naturaleza humana
„. universal es efecto de la común inserción en el orden
constitutiva de os individuos y de la sociedad rne obli-
gaba a evitar la trampa que ofrece la ficción de unidad y de lo simbólico y en los referentes morfológicos comu-
desarrollo lineal con que casi siempre organizamos nes a la propia especie en los que pueden encontrarse
nuestras narraciones históricas; incluyendo . la_biográfi- las raíces de muchas de las semejanzas entre dichos
ca. En todos los casos, la " v igilancia epistemológica" universos simbólicos. Es en relación a ésto que los inte-
(11ourclieu, 1979) debía llevarme a reconocer cuáles ha- grantes de las más lejanas culturas pueden parecerse
bían sido los principios que organizaron las conductas entre sí. Pero más allá de esos límites, la universalidad
del entrevistado; siendo para ello inevitable estar alerta de lo cultural y la homogeneidad humana pierden vi-
para detectar los principios que organizaron el testi- gencia; ya que el lenguaje universal no existe. Lo que
monio mediante el que llegaría al conocimiento de su existen son las lenguas efectivamente habladas; con
historia. Escuchando esos discursos debía intentar el toda su pesada carga de ser los continentes generales
conocimiento de las disposiciones a la acción que orga de concretas producciones culturales. Lenguas que son
un tipo general de cosmovisión; que se especifican, y
82 Entre los autores que hace unos años han impulsado la delimitan formas cada vez más singulares, hasta llegar
discusiOn sobre el moderno individualismo nietodolOgico
pueden encontrarse: Pizzorno, A. (1985); Przeworsky, A.
(1987); Elster, J. (1985) y muchos otros. Ver la nota n° 47 de
este capítulo.
cArt-FuLo 3
cA p iTtwo 3
102 103
al estilo individual 83/. Esta premisa me obligaba a in- Como dije antes, la primera tarea implicó una
crementar el grado de concreción de mi objeto. Al me- exploración de la teoría psicoanalítica. La segunda diri-
nos, debía llegar a sus determinaciones regionales, epo- gió la atención hacia diversas escuelas de teoría social.
cales, de sexo, de clase; y a las formas en que se concre- C. NACIMIENTO, DESEO Y SOCIEDAD
taba la fusión con que esas determinaciones actúan en Por medio de la madre y del resto de la familia (y
)
los sujetos. de los amigos, los médicos, etc.) el retoño ha vivido en
T Esa especificación era el único medio adecuado su cultura desde siempre (ha vivido en su país, en su
para emprender un análisis de cada una de las historias clase, en su región, etc.) y ha sido conformado por ella
de vida. Quedaban dos tareas: A desde el momento en que comienza a existir. La manera
Primero, reconocer los principales momentos en f en que es efectuado el nacimiento (siempre específica-
que llegaba a concretarse —mediante una serie de "dife- mente cultural) imprime una cualidad determinada a
rencias"— la .constitución social de lo individual y la ese caos de sensaciones de las que el feto emerge; y esa
producción de sus prácticas sociales; influencia continúa durante los seis meses posteriores,
Segundo, determinar, en cada uno de los testi- en los que el "estar en el mundo" de ese nuevo ser está
monios, cuales fueron las búsquedas de identidad y los caracterizado por sus radicales insuficiencias para
intentos hegemónicos (esto es: los proyectos de unifica- adaptarse al medio y por la manera siempre singular en
ción y organización personal y social) que circularon en que el medio intenta satisfacerlo 85 /. Así se producen
el período definido para la investigación. las primeras impresiones que se guardan en los plie-
Sólo esa doble tarea podía incrementar mi capa- gues sensibles del cuerpo. Ellas instituyen moldes per-
cidad de producir conclusiones adecuadas a partir de
los testimonios 84/. 8S En cada uno de esos seres que se encargan de la función
alimenticia y en los instrumentos que usan para ese y otros
83 E1 "Otró", respecto de cuyo deseo se organiza el in- cuidados se encarnan los "habitus" de clase, de región, de
consciente, es siempre una entidad sólo relativamente genéri- edad, de sexo, etc.. Aunque difusa e inarticulada, ya en esa
ca y universal. época hay "vida mental", dominada por las [s omas del rostro
y del seno materno e incluso por otras formas, roces y olores
84 11aciendo posible, por ejemplo, decidir sobre cuál época de
la vida del testimoniante habría de considerar adecuada a mi repetidos, así como por el arrullo de aquella partitura coral en
objeto de investigación y, luego, qué hacer analíticamente con la que se destacan, mediante inflexiones repetidas y siempre
singulares, los sonidos de su nombre.
ese testimonio.
cArtruLo 3
cAPi. i .w.o 3
L L
L
L
104
cAPITL-Lo 3
_
106 107
mirada de los que lo rodean, será el paradigma de todas participar en el orden del discurso, el individuo
los reconocimientos mediante los que el sujeto jugará (mediante un acontecimiento que lo conforma en su
su ser en sociedad 88/. unidad a condición de cruzarlo desde el exterior) tam-
Esa aparición de la imagen, en la que el niño ve bién comienza a participar de las leyes y ordenamientos
proyectada su propia unidad, no es sin embargo todavía de la sociedad. Será recién con este paso que es real-
una verdadera distinción. Sobre todo cuandp el padre mente posible su integración como miembro activo de
brilla por su ausencia, el niño aún sucumbe a la tenta- la sociedad.
ción de pensarse y valorarse como complemento de la Como antes dijera, en las indispensables mira-
madre en el goce; esto es, fantasea que ocupa el lugar das de los otros se articula y encarna, para el individuo,
de la falta" en el regazo: origen de su deseo. Mientras tanto la propia identidad como el indispensable vínculo
7
esa esperanza no se frustre el niño puede, recons- social. Pero los otros son muchos y diversos, de allí que
truyéndose imaginariamente como pleno, impedir que la llamada 'identidad" se aparte tanto de cualquier sí-
nazca su deseo y la necesidad de simbolizar; ya que la mil con la identidad matemática (salvo en la estructura
palabra adviene con la única función de llenar el lugar de ciertas formaciones inconscientes corno la del
de lo que no está. Producir la ruptura de ese lazo es lo "automatismo de repetición') 90 /. Al principio, el neo-
que en nuestra cultura recae sobre los hombros pater- nato se estructura como sujeto en la familia; con el cre-
nos. Ese tradicional representante de la ley y, en los va- cimiento serán otras las principales instituciones de re-
rones, ejemplar para la identificación 89 /; alguien que ferencia; y en cada una de ellas reiniciará su proceso de
prohibe y al mismo tiempo Indica el camino hacia la
posible, aunque desplazada, realización del deseo, Me-
diante la aceptación de la ley, encarnada al principio en
9 °Es tarea yolca la de confirmar psíquicamente la unicidad de
el padre, el individuo es lanzado hacia la cultura y el in- cada quién; Imagen unitaria usualmente tironeada y hasta
desgarrada por interpelaciones diversas o divergentes. Tarea
tercambio en sociedad. Desde ese momento, además de
unificadora para lo cual encuentra ayuda en los datos de los
sentidos, ya que es cierto que, si aceptarnos sus adiestradas
"Esa diversidad que es una, pues la sentimos instalada en informaciones, cada uno de nosotros es corporalmente una
un mismo cuerpo; del cual, por suerte, no acostumbramos a unidad. Es esa heterogeneidad lo que también intuyó la socio-
poner en cuestión su solidez. logía funcionalista al crear el concepto de "haz de roles" para
"Esto es, fuente sinniltanea del super yo y del ideal del yo. referirse a una determinada conformación personal.
CAPITULO 3 CAPITuLo 3
108
109
(
,n-Nrelentificación 91 /. Cadá
una de esas relaciones con ins- grandes, es conveniente salir del vocabulario sartreano
tituciones o personas lo introducirá en una particular
y tener en cuenta que:
sociabilidad. En el cruce de todas esas sociabilidades, El ser humano es inteligible como un punto
cada individuo será una especie de ' p udo" en el que se
objetivado en el tejido social (como lugar de
interceptarán diferentes maneras de interacción social y tránsito de los diferentes discursos sociales que
distintos sistemas de referencia y obligación moral. lo han estructurado como individuo en su singu-
Pero ¿debemos entonces pensar al individuo ¿orno al- laridad), pero ningún ser humano puede expre-
guien absolutamente sujetado por la determinación sar al conjunto del que forma parte 92/.
ajena?
Si el individuo no se agota en sus propias de-
Entre el individuo como lo determinado y el indi- terminaciones, es porque puede volver sobre
viduo como lo determinahte (rompiendo la separfción ellas para reconocerlas y transformarlas.
metafísica entre individuo y sociedad) Sartre (1963) ins- La primera de las premisas fue discutida más
taló la praxis —guiada por el proyecto— que para él era arriba: ¿cómo entender la segunda? Ella supone la exis-
un momento indispensable de la intersección entre lo tencia de un momento de libertad. Es esa libertad lo
obj etivo/subjetivo/objetivo. La propuesta es sugerente.
que le permite a Sartre hablar de proyecto. Pero ¿qué
Pero, para evitar perdernos en abstracciones demasiado habilita a creer en esa capacidad individual de proyec-
tarse eligiendo el propio rumbo? ¿Será que el individuo
está más allá de las determinaciones? ¿Debería retor-
I Por eso, si quisiéramos reproducir en una metáfora ese
, juego superpuesto de identificaciones podríamos traer a la m- nar mi investigación a la idea de lo individual corno el
ente la estructura de un palimpsesto en el cual el dibrkjo ori- origen increado de lo social? ¿Debería aceptar el reinado
llinal dará siempre las pautas sobre lo que puede y de la ma-
l. nera en que se puede escribir sobre él. O también se podría de la libertad absoluta? ¿O, por el contrario, debería
usar el ejemplo de un caleidoscopio, imaginando esa misma pensar esas creaciones individuales y al proyecto corno
tiranía invisible de la figura original sobre las configuraciones
sucesivas. En este último caso, cada una de las futuras for-
maciones será la representante de una de nuestras Identida- 92 En esta parte de la investigación se trataba de reconstruir
des institucionales: padre de familia, empleado, espectador la determinación objetiva de lo subjetivo; 'esto es: cómo el
deportivo, etc., etc. Es entre ambas metáforas que puede des- complejo proceso de diferenciación y unificación de lo social
lizarse la aventura de la interpretación de nuestras conduc- se expresó en particulares formas de significación y resigni-
tas.
ficación individual.
c A ph in .0 3
C_AP 1- ru Lo 3
-
I10
cArtruLo 3 CAPÍTULO 3
L
114 LIS
vismo metodológico. El objetivo buscado en las páginas especificidades, señalé que cada una de las categorías
siguientes es entender esas categorías —agrupadas bajo antes nombradas se presentan como respectivas 'Venta-
el nombre de "determinantes sociales de la conducta nas" desde las cuales los individuos pueden abrirse a la
individual"- como delimitando zonas y formas típicas experiencia del mundo. Por un lado, esas ventanas re-
de producción, circulación y consumo de discursos. Los cortan y dan forma a la experiencia posible; y, por el
individuos son pensados, al mismo tiempo, pomo pro- otro, estructuran zonas específicas de circulación de los
ducto de esos discursos y como agentes creadores de intercambios simbólicos. Esas ventanas actúan como
CAPÍTULO 3 CAPITULO 3
L L L L
116 117
118 11
ido cargando de una fuerza singular a ciertos signifi- formaciones inconscientes que son similares en el inte-
cantes, dándoles, en cada individuo, una tonalidad sin- rior del contexto social y que organizan conductas que
gular. Distinta en algunos casos, y similar en otros, a la pueden ser consideradas como típicas de un cierto sub-
tonalidad que esos significantes puedan llegar a tener conjunto. Lo que debe quedar claro, sin embargo, es
en aquellos semejantes que participan del mismo uni- que —en la medida en que los individuos participan de
verso cultural. muy diversos subconjuntos sociales— lo importante es
Si ésto llega a suceder, lo que permanece activo trascender la consideración separada de ellos para en-
C-"3-)no es el recuerdo de los acontecimientos que generaron
J. y consolidaron la fuerza de tales significantes sirio la
contrar formas específicas de combinación.
Es posible encontrar una serie variada de
capacidad de esos significantes de imponerse como or- 'habitus" con relaciones complejas entre ellos. Cada
%,_)‹._ %kv-N- \k'N -
ganizadores de los datos de las nuevas ex er encias. familia constituye un "habitus" específico; como tam-
Experiencias posteriores podrán hacer más complejas, bién ocurre con las clases, las regiones y los grupos de
aún transformarán esas estructuras de significantes. edad y sexo. Esa complejidad lleva a la creación de va-
Pero ellas nunca llegarán a desaparecer en tanto estruc- riadas formaciones sociales y culturales. Multiplicidad
turas que aseguran la conformación básica del incons- de representaciones que coexisten guardando múltiples
--
ciente. Los determinantes sociales de la conducta indi- relaciones entre si; entrecruzadas, aisladas o con-
, - - -
vidual son eficaces en tanto organizan las coordenadas taminandose, pero incapaces de llegar a una homogé-
•-- ••
nea unidad 97 /. Es en ese tejido
en el interior de las cuales los sujetos individuales ad- complejo que entra, en
quieren su conformación específica.
Tal interpretación establece una corrección im- 97 En los últimos años, el individualismo metodológico ha
cobrado un nuevo auge; emprendiendo una interesante bata-
portante en la teoría de los 'habitus", que pasarán aho-
lla contra la adjudicación de capacidad de voluntad a entida-
ra a ser considerados en su relación con una cierta or- des colectivas; batalla en la que retorna la idea weberiana de
que sólo el individuo es portador de "motivos". La debilidad
ganización del inconsciente sólo reconocible por sus
de muchas de las posturas que defienden esta saludable op-
efectos en la producción de conductas típicas. Sin em- ción teórico metodol6g-ica radica en que se basan principal-
mente en argumentos lógicos o en principibs filosóficos sin
bargo, mantener el recurso a dicho concepto permite
entrar, en cambio, en una investigación teórica que individua-
concentrar la atención sólo en • aquellos efectos de la lice, corno he tratado de insinuarlo en el texto, cual es la ínti-
ma constitución social del sujeto individual. Esa inclinación
CAPITULO 3 CAPITULO 3
1_1
120«
121'
alguno de sus puntos, el sujeto vidual —exponente `Dime con quién andas y te diré quién eres", dice el re-
siempre único y parcial de su mundo.
frán. Parafraseándolo en sentido inverso también se
La singularidad de lo individual no anula las ge- podría decir que, en el despliegue de su ser C111 la narra-
neralidades de las que ese individuo es efecto; en tanto ción, es posible detectar los discursos que anduvieron
resultado de un entrecruzamiento de aquellos determi- en el entrevistado, y mediante ellos reconstruir su en-
nantes sociales. De allí que se hubiese dad? tanta im- torno social. Conocer la eficacia de los determinantes
portancia (en la investigación que estoy comentando) a sociales me permitiría conjeturar sobre la posible ex-
los componentes, de lo que Sartre llamó "espíritu objeti- tensión y origen de tales discursos (Saltalainacchia;
vo". Pues se trataba de determinar dentro de qué crea- 1987).
ciones objetivadas fueron construyéndose los sujetos; La tarea no sería fácil ni se agotaría en pocas lec-
determinar cuáles eran los materiales desde los 'que los turas de los testimonios. Sería necesario hacer un lista-
participantes erigieron sus propios proyectos. Para eso do de tenias y significantes claves y completar las in-
fue necesario construir un modelo que pudiese dar formaciones testimoniales mediante el uso de otras
cuenta de las principales fronteras de los campos típi- fuentes. Pero, en todo ese ir y venir de la pesquisa, se-
cos de circulación discursiva en la que cada uno de los rían de fundamental ayuda los criterios con los que la
entrevistados estuvo inserto. muestra fue seleccionándose.
En lo antes expresado queda.. claro que cada indi- Como afirman varios autores que trabajan técni-
viduo —todo él- es un testimonio de su sociedad. Pero
• ••.... • . • •
de investi-
cas cualitativas (Bertaux, 1980), en este tipo
no sólo como testigo y narrador de la historia de una gaciones la muestra no se obtiene al comienzo de la
sociedad que le tocó en suerte conocer como especta- exploración con el objetivo de establecer parámetros
dor. En la narración del entrevistado (cuanto más des- firmes que luego el investigador deberá tener en cuenta
prevenida e incstructurada mejor) se pueden vislum- y acatar. Si bien es conveniente partir de criterios bien
brar los rastros de esa sociabilidad que lo constituyó. fundados que permitan seleccionar a los primeros en-
trevistados, el propio proceso de la investigación irá
teúrica puede verse en aquellos autores citados en la nota 47 definiendo la necreskiaCi de ampliar esa muestra inicial
de este capítulo. Sobre las posturaS de Weber al respecto, o alterar los criterios con los que ella fue pensada en el
- .
véase Aguilar, L.; 1987. • '" '"' " •
CAPITULO 3 CAMTULO 3
122 123
inicio. La muestra con la que comenzó la investigación 2.- LOS PROCESOS DE REUNIFICACIÓN DE
que tomé como ejemplo fue inicialmente el producto de SENTIDOS Y SUS FRACASOS
una matriz conceptual en la que se cruzaron "clase", Las categorías antes propuestas permitieron
"sexo" y `región" con otros conceptos que serán explici- abrir espacios de observación para reconstruir el am-
tados en el apartado siguiente. biente social en el que se constituyó y actuó el entrevis-
Debido a su importancia en la construcción de tado. Se pudieron concretar así dos tareas básicas: a)
las identidades individuales, en las primeras lecturas definir los integrantes de la muestra y b) distinguir los
interrogué a los testimonios para obtener información 'núcleos de socialización" en los que cada uno de esos
sobre la manera específica en que aparecían, discursiva- integrantes podría haber sido conformado en tanto su- (0 Q
1-‘ (.)-W.:
mente estructuradas, -las categorías de regiórr sexo, jeto. La conceptualización de esas diferencias formaba )ves, l
)
clase, edad y otras. Pretendía saber cómo esas determi- parte del primer paso en el proceso de elaboración del n
_ _ .•••••• • • • • • -•-
naciones de la conducta individual habían sido concep- instrumento heurístico. Por ese camino se logró ir re-
tualizadas o ignoradas por cada uno de los testimo- construyendo herramientas para captar la substancia
momento en que ocurrió el hecho narrado. Luego se- permitieron reorganizar discursiVá-friefité- aquellas dife-
rencias. Debía preguntarme sobre cuáles habían sido
rían pertinentes otros análisis cuyos ejes estarían situa-
las `unidades de sentido" que en cada época pugnaron,
dos en la manera en que los entrevistados se represen-
con diferente éxito, por cimentar ciertas identidades
taban el mundo circundante y su propio papel en dicho
mundo. sociales típicas.
Tal corno puede desprenderse de lo dicho en el
apartado anterior, la identificación es un proceso por
98 Este momento de la creación del instrumento heurístico
medio del cual un sujeto asimila un atributo de otro y
debía necesariamente trascender la construcción e interroga-
ción de cada uno de los testimonios individuales para, en
cambio, establecer un contrapunto..gat_re_todos_ellos,._y_-¿Dtre
esos testimonios y la informaciónproveniente de otras_fuen-
tes.
CAPITULO 3 CIA_P 1 -ru Lo 3
L L—
124
125
3
se transforma sobre el modelo de éste 99 /, respondien-
componentes han llegado a internalizar un conjunto de
do a su deseo. Cuando el ser humano .se introduce en el 1
representaciones, pautas de conducta y sentidos de le-
q. orden familiar y en los diferentes órdenes de lo social, gitimidad, con sus consecuentes premios y castigos. El
realiza un complejo trayecto en el que se va personali- éxito alcanzado en tales empresas está en los cimientos
zando (y en nuestras culturas, individualizando) me- del auto-reconocimiento perdurable de sus miembros
diante identificaciones que implican ciertos modelos de como parte de una entidad social. Consecuentemente,
conducta. La identidad personal termina siendo así la la constitución exitosa de un movimiento social se ex-
unidad precaria de diferentes identificaciones y sus co- presa en el predominio compartido de ciertos ideales
rrespondientes normas de relación _con..eLentprno. Los del yo y sus consecuentes mandatos de acción social.
proyectos hegemónicos 100 / se ubican en ese campo de Fuera de esos ideales y mandatos, otros sistemas identi-
la constitución de las identidades individuales. Cada ficatorios serán excluidos (haciéndose imposible toda
uno de ellos tiende a concretar alguna forma de unifica- posibilidad de ser compartidos) o permanecerán su-
ción social y de acción colectiva. bordinados en la conformación de una identidad típica
Desde este punto de vista, la constitución de las 101 /. Para captar ese proceso de unificación y acción
identidades personales no es únicamente el lugar de re- colectiva, y sus posibles fracasos, se eligieron tres con-
conocí mien( o de singulares dramas individuales. Las ceptos ordenadores básicos: "orden hegemónico',
luchas tendientes a producir unidades de sentido co- "crisis orgánica" y "movimiento social".
munitario encuentran sus núcleós principales de ope- El concepto "orden hegemónico" corresponde a
ración en la constitución de las estructuras de relevan- un tipo de ordenamiento social, pero no a las formas
cia que dan origen a las identidades individuales. Las de las relaciones sociales en las que ese orden cobra vi-
identidades colectivas sólo se mantienen vigentes si sus gencia: En ese tipo de ordenamiento pueden mante-
99 E1 tema de la identificación es abordado por Freud (1979) y " l Retomando una formulación de Oscar Landi, puede afir-
por Lacan en el seminario "La Identificación"; ver comenta- marse que toda sociedad requiere de:
rios a este seminario en David-Menard y otros; 1983. ...determinados principios de individuación a través de los cua-
I ()() Para un tratamiento mhs profundo, desde una óptica se- les se aceptan y estimulan ciertas Identidades políticas, se alte-
mejante a la aquí sustentada, ver: Laclau, E, y Mouffe, Ch.; ran y resignifican otras, se estigmatizan a las no deseables
1987. (1.andi, O.; 1981: 8).
cAPITui.o :3 cAPiTul.o 3
I
126 127
verse diferentes formas de explotación de clases, de di- una determinada manera de concebir la acción política
ferenciación social y de subordinación política. Lo ca- y 3) una singular manera de reconocerse. Para ellos esas
racterístico de tal orden hegemónico es la consolidación tres determinaciones eran sintetizadas en el apelativo
de un determinado sistema de identificación y reglas de de peronista, por lo que no se podía hablar de clase
relación entre los miembros de la sociedad que traerá obrera a secas, sino de "clase obrera peronista". Lo mis-
aparejada la desaparición de ciertos actores, mientras mo puede pensarse en el caso de otros tipos de "confi-
que otros serán transformados o marginados de los guraciones sociales" tales como las naciones o los movi-
principales recursos de poder. Lo singular en la consti- mientos sociales. Debido a ésto, un buen indicador de
tución de un nuevo orden hegemónio c_ es que los ac- la aparición de un nuevo orden hegemónico será el que
tores individuales y colectivos ya no podrán s(1. los ocurra una transformación en los actores sociales que
mismos que antes. En todo el proceso de transformacio- produzca la emergencia de nuevos nombres y formas
nes sociales que llevan a su constitución, son los acto- de identificación mediante las que sus integrantes se
res los que cambian y no sólo, corno afirman el viejo y reconocen.
el nuevo contractualismo (Vecca, 1982), las reglas que Si bien las formaciones sociales hegemónicas se
regulan sus relaciones. constituyen mediante actores típicos, esas creaciones
Ese efecto de los sistemas hegemónicos fue des- nunca agotan el bagaje significativo de los seres que vi-
cubierto "en estado práctico" por aquellos teóricos y ven en su interior. Como todo hecho simbólico, las
militantes peronistas que, en el debate con sus iguales identidades e interpelaciones sociales y políticas siem-
marxistas, insistían en que 'la clase obrera tiene nom- pre dejan un 'Plus" que no llega a ser simbolizado; o
bre y apellido"; con lo que, frente a los teóricos marxis- que es simbolizado (y por ende convertido en parte del
tas, trataban de hacer notar que el concepto "clase" no juego social) desde otras Interpelaciones y proyectos.
sólo se componía de individuos ubicados en ciertas Esa abundancia de sentidos explica la precariedad de
posiciones en las relaciones de producción. Además, en todas las formaciones sociales y su posibilidad de
tales individuos debían encontrarse: 1) una determi- transformarse.
nada manera de concebirse a sí mismos en relación al Parte de lo que constituye la precariedad de los
tipo y formas de lucha que son posibles y necesarias, 2) proyectos hegemónicos" es su incapacidad estructural
de triunfar, en forma absoluta, en la reunificación de nidad, Gramsci les dio el nombre de "crisis orgánicas".
los sentidos en una sociedad. Esa incapacidad estructu- La "crisis orgánica" es el efecto de un debilitamiento del
ral se explica por varias razones. Por un lado, debido a sistema de referencias que mantienen la coherencia de
la constitutiva incapacidad de cualquier estructura una formación social nacional. Esas crisis pueden tener
simbólica para cubrir totalmente lo real siempre per- una pronta resolución o llegar a prolongarse a lo largo
manece un campo de ausencia que en c9lquier mo- de varias décadas 102 /. Mientras ellas perduren habrá
mento puede ser llenado por estructuras simbólicas al- un conflicto endémico que impide el predominio de
ternativas o diferentes. Por otro, siempre es esperable la cualquier estructura jerárquica permanente en el seno
aparición de pugnas entre proyectos hegemónicos con de lo social.
fuerza relativamente semejante o, al menos, con: fuerza Cuando se produce tal prolongación de las cri-
suficiente para corroer los límites normalmentt impre- sis orgánicas se generan actores típicos, que organizan
cisos de todo orden hegemónico. Y, además, la propia sus identidades y sus relaciones como parte de ese con-
existencia de todo orden hegemónico en un universo flicto. Esas identidades, en el polo opuesto al tipo ideal
heterogéneo de estados y naciones en creciente inter- de orden hegemónico, son prácticamente incapaces de
acción continuamente permite el efecto corrosivo de es- entablar acuerdos y negociaciones duraderas entre
tructuras simbólicas diferentes o alternativas. Por todo ellas, entrando en luchas y representándose la pugna
esto, la pretendida unificación absoluta de sentidos es con otras fuerzas como un conflicto suma cero; en que ;
un horizonte inalcanzable. Cuando esa corrosión llega el propio logro de objetivos siempre conlleva la pérdida
a crecer más allá de los límites en que un orden hege- neta de los del adversario. Justamente esa creación de
mónico puede asegurar el sostenimiento de sus rela- actores típicos tiende a dificultar la desaparición de una
ciones típicas se crea la posibilidad de un nuevo siste- crisis orgánica cuando ésta se ha establecido por un
ma de relaciones que dan origen a un cambio de orden
o a una situación de indefinición que corroe las formas 102 En el límite extremo de esa crisis se encuentra la guerra
anteriores de relación orgánica entre sus miembros. civil y hasta la disolución de los antiguos lazos nacionales. En
esta época, el caso más patéticamente parecido a esta forma
A las situaciones caracterizadas por la ausencia de eventual disolución es Líbano. La Argentina, sobre todo
de lazos orgánicos estables, en el interior de una comu- desde 1955 hasta 1983, es otro caso menos patético pero no
menos grave, de esa situación.
CAPÍTULO 3
CAPITULO 3
1
130
1.31
tiempo prolongado. Tales luchas intestinas terminan tento activo de creación de universos comunes de refe-
por edificar un sistema de referencias de los actores ca- rencia o, al menos, zonas limitadas en las que es posi-
racterizado por la negación del derecho de los otros ac- ble la comprensión. Al logro de ésto contribuyen tanto
tores a participar en una misma comunidad; las reglas
el trabajo de los ideólogos como el propio azar.
son las de la guerra, sin que pueda reconocerse un Cuando no se participa de cierta comunidad lin-
`bien común" que salvaguardar. La aceptaci9 general!- güística, la producción cultural de los seres humanos
zada de que no hay otro camino que el de las armas tiene, para el "extranjero", las mismas características
frecuentemente puede interpretarse sólo en el contexto inaprehensibles de lo real natural". Esa incapacidad de
de esta particular crisis orgánica. comprender que limita la comunicación sólo puede ser
En un apartado anterior había recordado que las superada cuando ocurre una cierta "insistencia" de lo
culturas se diferencian entre sí por el desaAllo de real (producida por el conflicto que emerge de esas in-
particulares refinamientos conceptuales (capaces de comprensiones). Y aunque la dinámica de las batallas
descubrir ciertos ámbitos de la realidad) que en otras por la hegemonía (o de los cuidados de la propia identi-
lenguas no existen 103 /. Lo mismo ocurre entre los acto- dad grupal) hace ésto difícil, la negociación y el inter-
res típicos de diversos órdenes hegemónicos. Frente a la cambio podrían brindar las claves que hagan posible
falta de ciertos conceptos o representaciones claves, los una relativa comprensión mútua.
actores típicos de un determinado ordenamiento hege- Sin embargo, fuera de esos hechos, cuyos con-
mónico siempre deberán hacer un duro aprendizaje ceptos se llegan a compartir, quedarán otros; captables
para comprender aquello que es obvio para sus adver- únicamente para uno u otro de esos universos discursi-
sarios. Mientras ese aprendizaje no tenga éxito, lo dicho vos o tan ignorado por todos como todo aquello que
y hecho por los actores típicos de otros proyectos u or- hoy se encuentra del otro lado de la siempre demasiado
denes hegemónicos será incomprensible. cercana frontera de lo conocido.
Para esas incomprensiones a veces hay solución. Lo que torna aún más problemática e impercep-
Otras no. Pero todo el proceso de interacciones que allí tible las dificultades en la comunicación entre los acto-
se origine (incluyendo el de la guerra) obligará a un in- res típicos de diferentes proyectos hegemónicos dentro
de un mismo país es la ilusión de compartir una misma
1 "Ver pág. n° 92
CAP' ruw 3 cAPÍTuLo 3
L L
132
133
108A la Importancia
importancia de esas redes en la formación de un mo-
I "Usado aquí de una manera parecida a la que fuera mérito vimiento social se refieren Oberschall, A.;1973 y Gerlach, L. P.
inicial en Norbert Elias. Cf. Saltalamacchia, H. R.; 1984. ;1971.
CAPITULO 3 cApl-ruLo 3
L L L
136
137
138
posible comprender que si bien no ocurre con todos los se les podía atribuir la función de fijar el sentido de
movimientos sociales, es posible encontrar a muchos de en cada uno de los dis-
toda la cadena significante 114 /
ellos que son portadores de verdaderos proyectos he- cursos que habían habitado al testimoniante en cada
gemónicos alternativos en los que se pone en discusión una de las épocas de su vida. La exploración emprendi-
------ --
toda o una parte de la estructura simbólica que organi- da por Laclau y Mouffe (n87) sobre ese tema sirvió
za el proyecto hegemónico dominante. para sugerir algunas de las formas en que se encaró la
En todo el período analizado es posible encon- búsqueda 115/.
trar diversa intensidad y diversidad de movimientos
sociales con una mayor o menor conexión entre ellos. 114 A esos significantes claves Lacan dio el nombre de points
de capito. Concepto que Laclau y Mouffe tradujeron corno
Mientras más diversificada y abundante sea la estt iructu- puntos nodales.
ra y existencia de movimientos sociales más complica.- 115 Retomo de estos autores un trozo significativo que inc
permite ilustrar el método empleado para el análisis de este
do será el análisis; pues será necesario suponer que los aspecto de mi tema.
entrevistados participarán o serán influenciado de ma- En la medida en que toda identidad es relacional, pero
nera variable por estos diferentes movimientos sociales. el sistema de relación no consigue fijarse en un conjunto esta,
ble de diferencias; en la medida en que todo discurso es sub-
En esos casos, la identificación de tales movimientos y vertido por un campo de discursividad que lo desborda; en tal
sus interferencias en el interior de un testimonio será caso la transición de los "elementos" a los "momentos" no pue-
de ser nunca completa. El status de los "elementos" es el de
sumamente compleja y requerirá de un auxilio mayor significantes flotantes, que no logran ser articulados a una ca-
de fuentes externas y de la comparación entre varios dena discursiva. Y este carácter flotante penetra finalmente a
toda identidad discursiva (es decir, social). Pero si aceptamos
testimonios relativos a una misma época. el carácter incompleto de toda formación discursiva y, al mis-
En mi trabajo, la posibilidad de percibir uno u mo tiempo, afirmamos el carácter relacional de toda identi-
dad, en ese caso el carácter ambiguo del significante, su no fi-
otro proyecto hegemónico se basó en ciertas jación a ningún significado, sólo puede existir en la medida
cias de Lacan. Lo esencial del método fue la determina- que hay una proliferación de significados. No es la pobreza de
significados, sino, por el contrario, la polisemia, la que desarti-
cien de la presencia o ausencia (en el discurso de los cula una estructura discursiva. Esto es lo que establece la di-
entrevistados) de ciertos significantes claves a los que mensión sobre determinada, simbólica, de toda formación so-
cial. La sociedad no consigue nunca ser iaénrica a sí misma,
porque todo punto nodal se constituye en el interior de una in-
jo de Silvia Sigal y Eliceo Verón Perón o muerte es un esfuer- tertextualidad que lo desborda. La práctica de la articulación
zo sugerente para comprender esa problemática. consiste, por tanto, en la construcción de pintos nodales que
CAPh111.0 3 CAPITULO 3
L
140 141
lijan parcialmente el sentido; y el carácter parcial de esa fija- importancia de usar historias de vida como instru-
ción procede de la apertura de lo social, resultante a su vez del mento para acercarme a ese conocimiento.
constante desbordamiento de todo discurso por la Infinitud del
campo de la discursividad (Laelau, E. y Mouffe, Ch, 1987: 130).
116Con lo que se incluía una nueva dimensión conceptual,
traída, en este caso, de la combinación'entre lingüística y po-
lit ()logia.
CAPITULO 3 CAPI I -uLo 4
L — L— r
42 143
La decisión de usar historias de vida me obligó a una fórmula final, la pretensión fue, en todo momento,
problematizar la relación existente entre los entrevista- la de aportar algunas experiencias a la discusión sobre
dos y su contexto social. Únicamente esa problematiza- el tema.
ción podía mostrar cuáles eran las preguntas y precau- Según lo expuesto en el capítulo segundo, frente
ciones que dicho uso implicaba. a las influencias subjetivas con que todos los datos son
Intentando avanzar en el razonamientp sobre las organizados, el antídoto es la vacunación y no la ciru-
condiciones que permiten un uso productivo de las his- gía. Eso obliga a que todo investigador se esfuerce en
torias de vida en la investigación social, en el segundo mostrar cómo organizó su objeto de investigación. Para
capítulo discutí una de las principales premisas meto- ello es necesario que, hasta donde le sea posible, haga
dológicas sobre las que está articulado el métr'do re- explícitos los supuestos sobre los que ésta se basó y
constructivo. Aceptando con Zemelman que, en los que, al exponer esos supuestos, que tenga en cuenta:
comienzos de una investigación, la teoría tiene como los propósitos de la investigación y
función abrir el campo perceptivo mediante la construc- los principales nudos problemáticos que en-
ción de una serie de "conceptos ordenadores", emergie- frentados en relación con:
ron principalmente dos preguntas: (1) ¿cuál es el grado el objeto elegido y
de apertura racional que es posible esperar de un in- las técnicas de investigación que utili-
vestigador en el momento de seleccionar dichos con- zará.
ceptos? y (2) ¿hay criterios generalizables que permitan Como primera instancia, fue necesario recurrir a
el uso de la experiencia pasada' en el planteo de nuevas desprendimientos de teorías que versasen sobre la ma-
investigaciones? nera en que podía encararse el uso de los testimonios
Las dificultades que encierran tales preguntas individuales y más tarde teorías que me permitiesen la
hacen para mi imposible una solución definitiva. Cons- primer selección de los conceptos ordenadores.
ciente de esa limitación, el método seguido en el capítu- En la discusión sobre los supuestos teórico-me-
lo segundo fue el de reconstruir las principales decisio- todológicos que orientaron la selección de los concep-
nes teórico-metodológicas que orientaron la estructura- tos ordenadores se encararon fundamentalmente tres
ción original de mi objeto de investigación. Más que dar
temas: a) la relación individuo - sociedad; b) el papel de posible un razonamiento general sobre la experiencia
lo simbólico en la constitución individual y c) una teo- adquirida en el diseño de la muestra-base y en el proce-
rización sobre "el deseo" como vinculo entre determi- so de producción de las entrevistas. Este capítulo trata
nación y creación. Como resultado, los conceptos orde- ambos temas.
nadores básicos, desde el comienzo, debían cubrir dos A. LA MUESTRA Y SU REPRESENTATIVIDAD:
ángulos: el de los procesos ligados a la dife(-enclación
Sobre todo desde los fines del siglo pasado y co-
social y los procesos ligados a la unificación, organiza-
mienzos de éste, una de las preocupaciones más nota-
ción y acción colectiva. Entre los primeros, se eligieron
bles de la sociología empírica fue encontrar métodos
los conceptos "clase", "región", "sexo" y "edad". Entre
que le permitiesen construir muestras con un grado
los segundos, los eonce-ptos "hegemonía", "crisfs orgá-
conocido de representatividad. Esto es comprensible si
nica" y "movimiento social".
se consideran los problemas prácticos implicados en el
Todos y cada uno de esos conceptos pueden te-
estudio de poblaciones completas. Lo discutible no es
ner diferentes relaciones entre sí. Esas relaciones, sin
pues la necesidad de contar con una teorización precisa
embargo, sólo pueden ser captadas por medio de una
sobre la construcción de muestras sino la exclusividad
investigación del proceso que se quiera historiar, por lo
atribuida a los criterios teóricos que habitualmente se
que su discusión sólo podrá ser retomada en momentos
consideran adecuados para su selección. Ese es el punto
posteriores del trabasjo. Tal investigación podrá produ-
que abordaré en el presente apartado. La discusión so-
cir dos conversiones en el enfoque con el que se co-
bre este aspecto del problema es importante debido a
menzara el trabajo: por un lado, rectificaciones tendien-
las repercusiones negativas que las convicciones pre-
elaboración de conceptos cada vez más deter-
tes a la
dominantes sobre los criterios de selección de las
minados y con relaciones más precisas entre sí; por
muestras han tenido sobre el prestigio de las técnicas
otro, la necesidad de adoptar nuevos conceptos para
cualitativas.
complementar o sustituir algunos de los primitivos.
La primera dificultad obvia que debe enfrentar
Pero todo eso forma parte de una historia sobre la, que
cualquier teoría del muestreo es que la muestra nunca
no w puede entrar en estos momentos y que, en reali-
dad, todavía continúa. En cambio, en este momento es
CA PITU1 0 4 CAPITULO 4
146
147
será el todo, por lo que las conclusiones que puedan ex- les son lbs criterios que permiten elaborar una muestra
traerse de su estudio nunca serán idénticas a las que se con el menor número de sesgos posibles.
podrían haber obtenido estudiando
.
.
la totalidad de la
••• • • En la actualidad existen muy diversos criterios a
población. Eso ocurre no importa cuantos sean los cui- disposición de quien pretenda establecer una muestra.
dados con que se escoja la muestra, lo que se debe pro- Pero el que se disponga de esa diversidad de criterios
curar es encontrar: a) formas de evitar que ras dife- no indica que entre éstos haya una misma jerarquía en
rencias sean demasiado grandes y b) formas de conocer cuanto al prestigio o la cientificidad que se les concede.
cuál es el margen de error probable con el que se traba- En el muy imperioso sentido común de aquellos que
jará en la muestra. Ambos requisitos pueden obtenerse —de un modo u otro- se relacionan con las ciencias
mediante una acertada teoría del muestreo, ya que esa sociales, lo válidamente científico se asocia casi exclusi-
teoría tiene como propósito establecer, justamente, los vamente con los estudios hechos a base de ¡nuestras
procedimientos por medio de los cuales se establecen probabilísticas. La triple virtud que fundamenta ese
generalizaciones válidas para toda la población. particular prestigio de las muestras probabilísticas es:
La certeza con que se trabaje en la generaliza- que todos los componentes del universo tie-
ción será mayor mientras mayor sea el grado de cono- nen una probabilidad conocida de ser seleccio-
cimiento que se tenga sobre la homogeneidad de la nados,
población. Tal es, por ejemplo, el criterio y la ventaja asegurar que en esa selección no intervienen
con que se opera al extraer una muestra de sangre y sesgos provenientes de las habilidades o prefe-
hacer generalizaciones a partir de su análisis. Supo- rencias subjetivas del investigador,
niendo que la sangre del paciente tiene un alto grado 3) hacer posible el conocimiento del margen de
de homogeneidad, el médico podrá generalizar para error o de desviación respecto a la media de la
todo el cuerpo del paciente los resultados obtenidos en población.
la observación de ese centímetro cúbico de sangre. Pero El gran mérito de la estadística fue permitir la
en las investigaciones de las ciencias sociales, esa ho- elaboración de muestras que satisficiesen todos esos
mogeneidad no se logra fácilmente. Para ello es nece- criterios. Debido a ésto, durante el predominio del para-
saria una teoría que tenga por objetivo establecer cuá-
Si el único criterio de representatividad al que el monopolio de la estadística desde esta última pers-
puede recurrirse fuese el estadístico, sería cierto que la pectiva es, en síntesis, la siguiente.
No es cierto, dicen, que la estructura, o la lógica,
historia de vida sólo puede cumplir roles subordinados
en la investigación. Pero ese es justamente el supuesto de todos los objetos de la investigación sociológica sea
isomórfica con los axiomas y conceptos estadísticos. El
que merece discusión, ya que, frente a esa pretendida
exclusividad, se abren dos interrogantes: álgebra normalmente usada por la estadística, se funda
básicamente en dos principios: en el principio de identi-
1) ¿es cierto que los axiomas de la estadística le
permiten adecuarse a los requerimientos de -los
118 En palabras de Cicourell, A. ( 1964), lb existencia o no de
isomorfismo.
I I 7Un comentario interesante sobre ciertos aspectos de esa
polémica en la actualidad puede encontrarse en Catani, M.;
1990.
CAPITULO 4
CAPITULO 4
L••n••n•• Lomammm
150 151
dad y en el de aditividad de sus unidades. Ambos prin- maciones diferentes sobre el mismo tema. Esas alterna-
cipios sólo son aplicables a 'conjuntos homogéneos. tivas pueden a veces no importar, pero otras veces esto
Para lograr que las unidades de estudio puedan ser puede afectar la investigación de una manera decisiva.
comparadas y sumadas será entonces necesario una ri- En tal caso, por haberme visto obligado a diluir aquellas
gurosa abstracción de todo lo específico del objeto. diferencias mediante su inclusión en una categoría co-
Ocurre, sin embargo, que no todos los objetos de la in- mún de hechos adicionables, el uso de entrevistas es-
vestigación social aceptan esa simplificación. tructuradas afectará negativamente mis conclusiones.
Es evidente que si se quiere comparar la canti- Lo mismo puede ocurrir cuando lo investigado
dad de unidades contenidas en las subclases del sexo constituye una unidad con importantes estructuras de
(esto es, cuántos hombres y cuántas mujeres hay, en relación y de jerarquías internas. Por la vía de las mues-
cada país), los axiomas de la "identidad" y el de "lfadi- tras aleatorias pierde, aún antes de comenzar la investi-
tividad" son absolutamente coherentes con los existen- gación propiamente dicha, lo que constituía una carac-
tes en la lógica de las instituciones jurídicas desde las terística básica de la población. Si ésto ocurre, sería evi-
que el sexo se define como categoría censal. Eso permi- dentemente ilegítimo afirmar que las conclusiones que
te una efectiva manipulación estadística de los datos; se saquen al fin del trabajo tengan alguna validez; y ese
ya que las lógicas en uso son isomórficas y la traduc- error no será evitado pese a los altos coeficientes de re-
ción no produce alteraciones de ninguna especie. Pero, presentatividad que se obtengan de una evaluación de
¿seguirá existiendo ese isomorfismo si lo que debo los errores standard de la muestra. Pero si el terna no
manipular son respuestas a una pregunta sobre la opi- ha calado en la conciencia de los investigadores o sus
nión ante un suceso? Esto depende, y es algo que debe críticos, el error cometido no será percibido y se actuará
ser evaluado cuidadosamente. como si los resultados fuesen correctos y siempre se
Al dar la misma respuesta a las preguntas de hubiesen seguido los carriles normales de la investiga-
una entrevista estructurada, existe la posibilidad de que ción.
los entrevistados: 1) estén pensando en aspectos dife- En su libro sobre metodología, i3ourdieu (1979:
rentes del mismo evento o 2) estén reaccionando de la 224-25) incluyó un texto de E. Katz en er que se mues-
misma manera pero a partir de concepciones e infor-
tra cómo una Investigación sobre opinión pública había más sofisticada- se deslizaría por vías absolutamente
arriesgado sus posibilidades heurísticas al estructurar divergentes a las del objeto que se pretende investigar.
su muestra como si ésta fuera una suma de elementos Y como no todos los objetos de las ciencias sociales son
homogéneos e independientes. Los criterios usados en reductibles a los axiomas básicos de la estadística, es
la confección de la muestra impidieron a los autores la necesario concluir que no todos los objetos de investi-
posibilidad de captar cómo se estructuraban los lideraz- gación en ciencias sociales pueden abordarse mediante
gos de opinión y las líneas de influencia quel, desde el uso de muestras probabilísticas siendo por ello nece-
esos liderazgos, extendían los dominios de esas opinio- sario encontrar otras vías de construcción muestral y
nes a partes importantes de la población. Al no pensar una ampliación de los criterios de legitimidad con que
las posibles heterogeneidades entre la lógica estadística se juzgarán dichas muestras.
(puesta en acto al construir la muestra) y la de las tela- Desde la "muestra estratificada" en adelante,
ciones que se quería investigar, los investigadores ac- existen una serie de técnicas de muestreo que permiten
tuaron como si hubiesen olvidado que no todas las solucionar esas deficiencias implicadas en la traslación
opiniones tienen el mismo peso. ..Y el error fue más ilegítima de la lógica matemática a la lógica de las rela-
grave debido a que lo que ellos trataban de averiguar, ciones sociales. En todas esas técnicas se hace necesaria
era cómo estaría conformada la opinión pública en un una intervención importante de lá teoría social como
futuro cercano 119/. Eso es justamente lo que no podía garantía de una buena construcción muestra'. Conside-
averiguarse con el método seguido. rando ese antecedente, una de las alternativas posibles
La traducción entre los conceptos de las ciencias (para cuando por una u otra razón no se puede cons-
sociales y los conceptos estadísticos únicamente será truir una muestra probabilística) es la de examinar los
posible cuando pueda probarse un isomorfismo teórico criterios de representatividad de la muestra a partir de
que garantice la fidelidad de esa traducción. Faltando los propios instrumentos de la teoría sociológica; esto
ese isomorfismo, la elaboración estadística —aún la es, mediante una evaluación teórica del material a ser
analizado. En el próximo apartado se considerará esa para establecer generalizaciones teóricas respecto a la
posibilidad 120/. sociedad de la que forman parte? ¿cuáles pueden ser
2.- LA MUESTRA CUALITATIVA los criterios que permitan construir una muestra repre-
Como se insinuara antes, pese a que el término sentativa apta para el uso con historias de vida?
-muestra" ha sido tan fuertemente asimilado a las La respuesta individualista a tales problemas se-
muestras aleatorias, esas muestras no son las inicas ría absolutamente denegatoria. No hay muestra repre-
posibles ni siempre son las más adecuadas para la in- sentativa si no existe la posibilidad de calcular estadís-
vestigación social. Por el contrario, los tipos de muestra ticamente la probabilística que cada individuo tiene de
a los que se puede recurrir son varios; y en cada uno de entrar en esa muestra.
esos tipos las unidades de la muestra se seleccionan Para esa tradición de pensamiento, ese es el pro-
con criterios diferentes a los usados en las muestras blema más importante: siendo los individuos pensados
aleatorias. Tal es el caso, por ejemplo, de las muestras como mónadas o esencias autosuficientes y —por la vía
predispuestas, las muestras intencionales y las mues- de sus interacciones- fundantes de toda sociabilidad,
tras por cuotas. En todas ellas, muy por el contrario de sus postulados se adecúan perfectamente a los de una
lo que se recomienda para las muestras probahilísticas, tómbola en la que cada individuo es absolutamente
se elige intencionadamente un subconjunto de la po- homogéneo con una de las bolitas numeradas.
blación en el que están presentes aquellas característi- De esa manera, no se plantea la cuestión de la
cas que se pretenden estudiar. En tal caso, los problema :, no coincidencia entre los supuestos que construyen el
que se plantean son formidables de la siguiente mane- objeto de investigación y los supuestos empleados en el
! ra: ¿en qué medida, y dentro de qué límites, uno o va- cálculo estadístico. Siendo pensada la sociedad como
( dos testimonios individuales pueden ser utilizados un agregarlo de individuos, sólo una muestra estadísti-
camente representativa podría crear las bases para infe-
rir las características de una población a partir del es-
1 2 °Teniendo en cuenta lo que se ha venido afirmando, es po-
sible concluir que, en éstas cuestiones, no es suficiente ni tudio de un subconjunto de ella. Cualquier agregado de
aceptable la proclama de un único paradigma de clentificidad historias de vida (por más interesantes que fuesen en el
sino que, por el contrario, la investinaciím metodológica debe
permanecer abierta para una constante' adaptación a nuevas
necesidades planteadas por el objeto de investigación.
CAPÍTULO 4 CAPITULO 4
L
156 157
develar la riqueza de una o varias vidas) muy poco con- uno de los posibles usos de los relatos de vida en el
tribuiría, en cambio, para dar cuenta de la estructura de análisis social. En él se procuró desentrañar algunas de
la sociedad; que, según esta corriente de pensamiento, las principales formas por medio de las cuales se puede
es el producto de una inmensa multiplicidad de interre- llegar a entender cómo cada persona es sujeto y actor ( -
:2...
'aciones que se producen entre sujetos que actúan se- en la compleja cadena de ciertas relaciones sociales.
,
gún sus propias e irrepetibles disposiciones, clencias, También se procuró mostrar por que, desde un punto
..„
recursos, etc. 121/. Desde el punto de vista individualis- de vista analítico, cada historia._....
de vida puede ser consi-
..___. .. .
ta, las historias de vida no serían más que meros rela- derada un verdadero testimonio de la sociedad en que
_....._................
........._.
tos de un acontecer singular. Sin posibilidad alguna de se desenvolvió. Como se recordará, mediante ese razo-
........
que sus características permitan inferencias hacia ,un namiento se concluyó que aún la aparentemente irre-
contexto explicativo más amplio. ductible fortaleza del yo, está cruzada y constituida por
Por el contrario, . • ,..... muy diferentes conclusiones
. _ se lo social y que la capacidad de creación individual, in-
pueden extraer si se supone que los_ individuos, lejos de
....... centivada por el deseo, está posibilitada y sostenida por
ser esencias fundantes, son primordialmente productos las fallas que abren en el otro nuestra posibilidad de ser
" . _•
(aunque también a su vez productores) de las partícula objeto de sil'. desear. Partiendo del axioma de que todo
res configuraciones sociales en las que han desplegado deseo humano es deseo del Otro pude en ese capítulo
sus vidas. afianzar la idea de que toda psicología es una psicolo-
Todo el capítulo anterior tuvo el propósito de fi- gía social 122/. Se rompía así con la idea de que entre in-
jar los contornos de un modelo desde el cual fundar dividuo y sociedad puedan predicarse rupturas, super-
posiciones o relaciones unilaterales de causa y efecto.
ibil•nnn L_
160 161
CAPÍTULO 4 CAPiTULO 4
1
162 163
sería aquella que permite distinguir lo singular de lo tras cualitativas y la cuantitativas. La más importante
común a toda la colectividad en el relato del entrevista- radica en que, mientras en la muestra estadística el
do. número de entrevistados se determina antes de la in-
Pero esa es una simplificación insostenible. De vestigación y es imposible rectificar esos criterios luego
acuerdo a lo dicho, cada individuo es un singular e ir- de comenzada la investigación, en la muestra cualitati-
repetible efecto de las relaciones sociales de Vis que. va la elaboración de la muestra forma parte del propio
participa. Esa historia es un proceso variado y complejo proceso de la investigación. Son los resultados que se
de anudamientos en los que intervienen distinto tipos van obteniendo los que indican la mayor o menor nece-
de relaciones sociales. En esa medida, en losindividuos sidad de ampliar el universo de la muestra.
no se podrá nunca encontrar identidades sino sem9,an- Los propios criterios puestos en juego durante la
zas. Esas semejanzas son sólo perceptibles p91. contras- construcción de la muestra habrán de ser precisados y
te con otros anudamientos aún reformulados en el proceso de investigación. En esa
Siendo imposible suponer la absoluta represen- medida, durante el desarrollo de la misma se debe ir
tatividad de un solo entrevistado, es necesario plantear verificando o rectificando el número y la calidad de los
el problema de su cantidad: ¿cuántos es necesario en- entrevistados. De ese modo, tanto el tipo como la canti-
trevistar? También sobre este aspecto hay diferencias dad de entrevistados será definitivamente fijada al ter-
importantes entre la forma de construcción de la mues- minar la investigación. De hecho, la muestra definitiva
será una parte de los resultados de la investigación; y
ésto hasta tal grado que podría afirmarse que toda la
125 De allí que sea tan importante que la investigación siem-
pre determine cuáles son sus parámetros de comparabilidad. exposición de los resultados de la investigación puede
Son las comparaciones lo que permitirá destacar la especifici- también concebirse como una prolongada Justificación
dad del objeto que se quiere abordar en la reconstrucción
teórica. El que no siempre se acepte el carácter relativo de de los criterios utilizados durante el muestreo.
toda idea de "identidad" ha llevado a los sociólogos a inter- El número óptimo de entrevistados será aquel en
minables e inútiles discusiones. Un caso típico en este sentido
es la discusión sobre qué es una clase y cuáles son los sujetos el que se logra la "saturación" de la muestra; es decir,.5,
que están o no están en cada una de las clases. Si se piensa cuando el agregar nuevos entrevistados sólo agregaría
que las diferencias entre clases son esenciales y captables sin
comparación será siempre imposible • determinar dónde co-
mienza y termina una cierta clase social. '
CAPÍTULO 4 CAPITULO 4
1,11.••••*I
L____
fl 165
164
126 Con otro tipo de argumentación, es este mismo criterio de como único acceso a esa información. Desde el punto
"saturación" lo que proponen Strauss (1987); Bertaux (1982)
y Poirier et. al. (1983) para la decisión sobr'e la cantidad de en-
trevistados necesarios.
CAPITULO 4
cAPITuo 4
r
' 166 167
de vista de la información acumulada, el entrevistado tanto desde su instrumental cognitivo como desde los
tiene normalmente dos ventajas sobre el investigador: intereses materiales o simbólicos que organizaron su
ha vivido en la época y en la región en el que participación. En tanto informante, el dato que nos pro-
se fueron desarrollando los acontecimientos que vee debe ser evaluado a partir del conocimiento de esas
interesan y/o circunstancias.
se ha interesado por ellos de una u otra for- Además, en el caso específico de las investigacio-
ma; al punto, al menos, en que les dedicó tu nes a las que hago referencia, el entrevistado se refiere
atención y que los recuerda. a un movimiento o actividad cuyo ciclo ya ha termina-
A partir de esa situación privilegiada el entrevis- do. De esos acontecimientos él conoce el desenlace y,
tado puede proveer dos tipos básicos de información: posiblemente, sufre en alguna medida sus consecuen-
sobre acontecimiento directamente vividos; cias; eso es así tanto si el movimiento o actividad han
sobre acontecimientos de los que fue infor- resultado exitosos como si han fracasado. Difícilmente
mado en ese momento o al poco tiempo. alguna de esas circunstancias deje de teñir la potencia
Pero ninguna de éstas ventajas (propias del en- de la memoria y la presentación de los hechos y secuen-
trevistado) deberían llegar a desarmar la vigilancia del cias recordadas. En todos los casos, el entrevistado ten-
investigador. Por un lado porque, pasado el tiempo, la derá a organizar el discurso de su memoria desde sus
memoria puede irse debilitando; haciendo confusos o actuales convicciones e instrumental cognitivo 128/.
disolviendo los principales rasgos del evento. Pero tam- Es imposible suprimir totalmente todos esos
bién por otras dos razones que sin demasiado rigor condicionantes. Pueden, sin embargo, ser neutralizados
técnico, pueden ser incluidas en el concepto de mediante su introducción en el discurso interpretativo.
"racionalización" 127/. Es bueno tratarlas brevemente. En el caso de las "historias de vida", en la medida que
El entrevistado es, casi por definición, un actor el constructor del dato está frente al investigador, se
de los sucesos narrados. Vivió e interpretó esos hechos puede intentar un proceso conjunto de deconstrucción-
reconstrucción del dato que permita avanzar con más Normalmente, forma parte principalísima de la investi-
seguridad a la investigación. gación tanto el conocimiento de lo ocurrido como toda
Las características principales de ese proceso al información sobre cómo, en el rnómento narrado, el
-------- _
que llamo decons trucción-reconstrucción serán exami- entrevistado interpretaba
___los datos de su realidad y
nadas en el próximo apartado. cómo comprometía sus valores en esas interpretado-
...
1.2.- en la reconstrucción del sentido. nes.
1 Si bien importantes, los datos fácticos (recogidos Lo cual no quiere decir que las opiniones de los
• tanto de fuentes secundarias como de boca del entrevis- entrevistados al respecto deban ser tomadas en forma
tado) no son suficientes para comprender el paso a la absolutamente desprevenidas. El tiempo transcurrido
actividad de personas que antes no lo estaban, ni tras —entre los hechos relatados y el momento de la entre-
experiencias que llevaron a la gestación de creencias y vista- puede ser un obstáculo para reproducir ese senti-
adversiones comunes. Para ello se requiere una recons- do implícito en su actuaciones e interpretaciones del
trucción del sentido. mundo de años anteriores. Por un lado puede actuar el
Defino en este momento como "sentido" el lugar olvido. Pero además, el entrevistado muy difícilmente
que ocupan los hechos en la "estructura de rele- podrá separar claramente sus valores y conocimientos
vancias" que organizan la percepción activa del sujeto. actuales de los que poseía en el pasado; correremos por
Esa estructura de relevancias está fundada, por supues- ello el riesgo de tomar sus ierspectivas actuales como
to, en los valores, saberes y certezas que, según se su- si fueran las que él tenía en aqUella época. Peligro que
pone, el interpelado comparte, en algunos casos, con se acentúa si se recuerda que en la entrevista (como en
casi todos sus contemporáneos y en otros con sólo al- toda relación transindividual) la tentación es la de ubi-
gunos de ellos. Esas estructuras le permiten distinguir carse en el lugar del deseo del otro, adivinándolo 13°/.
lo importante de lo que no lo es, lo repudiable de lo En este caso, el relato se verá afectado por la imagen
admirable, etc. 129 /. La historia de vida permite pregun- que el entrevistado tiene del investigador o de los posi-
tar al entrevistado sobre ese sentido particular que para
él tuvieron los actos en el momento de ocurrir.
130 Recordar lo dicho sobre el deseo en la pág. 110.
bles lectores o escuchas del informe de investigación. dor y entrevistado que pueda emerger esa reconstruc-
Según cual sea esa imagen, su tendencia será la de en- ción del sentido.
fatizar uno u otro aspecto en la reconstrucción del sen- 2.- LA INTERVENCI Ó N DEL ENTREVISTADOR.
tido. Esto deberá ser comprendido por el entrevistador El infinito y caótico mundo de lo real sólo puede
y esa comprensión debe llevarlo a ensayar formas de in- ser conocido si en él se impone un orden. No porque
terrogación que permitan revisar el relato y quir esas sea necesario presuponer que ese mundo esté en sí
adherencias del presente que inhiben la comprensión mismo desordenado. Pero si, en todo caso, porque ese
1 del sentido en hechos pasados. orden de lo infinitamente grande del mundo es inase-
Tampoco en este caso el problema es que el en- quible a la finitud de la mente humana. Conocer,_en-___
trevistado haya Interpretado los acontecimientos tonces, es un largó proceso de selecciones y. reconstruc-
(vividos o presenciados) desde ciertos valores e instru- ciones 131/. Pero si esa certeza impide caer en la inge-
mentos de conocimientos que le eran propios. Más que nuidad de una realidad que se impone por su propia
un problema, ése es justamente el material que busca- potencia ¿cómo evitar en cambio el solipsismo de un
J1-íos. De lo que se trata es de interpelar al entrevistado proceso teórico que encuentra, en lo real conformado
tornándolo concierne de los posibles peligros de la ra- por los propios conceptos, una confirmación tautológi-
cionalización para obtener en él un aliado que permita ca de sí mismo?
reconstruir los sentidos dormidos en la densa humare- Tal como ocurre en varias versiones del método
da del pasado. hipotético deductivo, pensar el conocimiento corno
Por todo ésto, también aquí deberá iniciarse un mera deducción lleva forzosamente por ese camino. Es
proceso de deconstrucción-reconstrucción del dato en
1 para evitar ésto que, al menos en sus comienzos, el
el que la colaboración del entrevistado será indispensa-
ble. Por ese medio, se tratará de revivir los hechos in-
tentando, en lo posible, reconstruir el sentido atribuido 131Este es un tema que preocupará particularmente a los
a los mismos en el momento en que ocurrieron. Una de epistemólogos neokantianos, entre ellos quien hizo aportes
de mayor importancia en las ciencias sociales es sin ninguna
las grandes ventajas de la historia de vida es su capad- duda Weber. Ver lo dicho sobre el tema en las páginas 50 y SS.
dad de permitir un tipo de interacción entre entrevista-
CAPÍTULO 4 CAPÍTULO 4
II
•••nnn•••n••
•2 173
proceso de investigación debe estar abierto a otras po- y su cuerpo se encarnen imágenes y fantasías que le
sibles definiciones de lo real 132/. dan una fisonomía precisa y compleja en la cabeza del
Tener presente esta condición, en el proceso de entrevistado. Y el entrevistado le habla o le narra a ese
las entrevistas de historia de vida, significa: ) aceptar entrevistador que en parte él reconstruye. Por lo que,
rectificaciones sucesivas en la selección de la muestra y para comprender su discurso, es indispensable saber
2) aceptar un momento inicial en que la intervención cuáles son los significados que el entrevistador encierra
del entrevistador debe reducirse a un mínit ino para para el entrevistado. Como así también qué significa,
permitir que aparezca toda una riqueza temática e in- para él, el acto mismo de la entrevista en relación a su
terpretativa que de otra forma, hubiese quedado oculta vida actual o futura. Las respuestas hipotéticas a esas
o reprimida. Sobre éstos temas volveré más adelante. preguntas podrían ser varias. Podría hablarse del posi-
Pero antes señalaré cuáles son algunos de los prin rcipa- ble temor que toda entrevista ocasiona como también
les problemas surgidos en la relación entre entrevista- de la posibilidad de que sea pensada como el primer
dor y entrevistado, paso a una carrera hacia la popularidad o muchas otras
3.- Los PROBLEMAS DE LA. RELACIÓN. cosas. Pero lo que aquí interesa no es la respuesta sirio
Lo que no siempre queda lo bastante presente, la pregunta. Es la presencia de esa pregunta lo que
en la cabeza de aquellos que usan la entrevista, es que permitirá que el investigador tome conciencia de los
la misma siempre implica la producción de una relación múltiples significados que se estructuran en cada en-
social 133 /. Reconocido ésto, se comprenderá que ella trevista. Tal conciencia permitirá introducir esos signi-
no puede ser identificada como el libre y desprevenido ficados como un nuevo elemento en la interpretación y
permitiendo por su sola presencia, sin hacer nada para el entrevistador pueda captar los significados que la en-
que ello ocurra y sin poder evitarlo, que sobre su rostro trevista adquiere para el interlocutor. Dado que la en-
trevista no debería ser (como suele considerársela) una
Vease pltg. SO y ss. forma de "recolección de datos", sino una propuesta de
133 Sobre las implicaciones analíticas que surgen de conside-
rar la entrevista como una relación sbcial y, por ende, mar-
cada por el conflicto ver Grele, R.; 1991.
CAPÍTULO 4 4
cAPÍ t uLo 4
'4"•1111
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-1
investigación conjunta, los propios significados de la Lo había señalado antes. En un relato de vida
entrevista deberían ser discutidos durante la relación. nos encontramos ante una fuente muy particular. Una
Esto confirma la idea de que, en definitiva, la mejor fuente que habla y que se relaciona con nosotros inter-
manera de combatir los sesgos subjetivos no es ocul- subjetivamente. No es pues una fuente inanimada
tando su existencia en el proceso de la investigación, (como en el caso, por ejemplo, de los documentos per-
sino, por el contrario, haciéndolos absolutamente pre- sonales). Frente a este tipo de fuentes nos veríamos en
sentes y conscientes en todo momento del proceso de la obligación de elaborar y poner en juego una serie de
investigación. Comó antes se afirmara, es la inmunolo- procedimientos "arqueológicos" capaces de reconocer
gía y no la cirugía el método adecuado al tratamiento los vectores que sostienen cada dato: esos vectores que
de los aspectos subjetivos de todo relato de vida 134/f. lo conformaron de la forma en que se nos presenta ac-
4.- LA ENTREVISTA COMO CO-INVESTIGACIÓN : tualmente. En el relato de vida eso no es indispensable.
En el curso del apartado anterior hice repetidas El relato de vida tampoco tiene los límites de las
referencias a un proceso al que llamara de deconstruc- entrevistas estructuradas; en las que el entrevistador
ción-reconstrucción del dato. Es el momento de explicar debe cumplir estrictamente el plan previamente diseña-
en qué consiste. ¿Qué es, en definitiva, lo que se está do para la entrevista.
afirmando al usar ambos términos en forma combina- En la medida en que el relato de vida sea pensa-
da? do como parte de un proceso de co-investigación, el
Si en el análisis de la emergencia de movimien- dato puede tener otra manera de ser, otra presencia. Es
tos sociales, o de cualquier otro tipo de evento social, justamente la posibilidad de interactuar los entrevista-
nos encontramos siempre ante datos ya construidos dos (esos complejos mecanismos de producción de
¿cuál es la ventaja de los relatos de vida en relación a sentidos) lo que privilegia positivamente a la historia de
otras técnicas en el proceso de construcción teórica de vida.
nuestro objeto de investigación? Quiero ser claro. No es el carácter de -narración
de acontecimientos" lo que le da a la entrevista ese ras-
go especial; en cuanto narración el resultado de la en-
1341Zecordar lo dicho en la página 43 y subsiguientes sobre
este tema.
CAPITULO 4 CAPITULO 4
LO11n1M Lizználi
176 177
trevista no sería muy diferente al de cualquier forma de que, lejos de comprometernos en una tarea de desecho 1
"entrevista estructurada" ni tampoco llegaría a dife- de los elementos subjetivos, de lo que se trata es de una
renciarse de los resultados de una autobiografía 135/. tarea de reconocimiento de los criterios interp.retativo
Para tomar un ejemplo aparentemente muy cercano al que hicieron que dicho dato fuese posible.
relato de vida: a diferencia de lo que ocurre con este úl- Y no sólo, en verdad, una tarea de reconocimien-
1
timo, en la autobiografía el texto se presenta torno ab- to de esos criterios. Ese reconocimiento, en efecto,.pue-
solutamente acabado e indiscutible. Lo aceptamos o lo de situar al investigador en un grado de comprensión
dejarnos. Pero no podemos volver sobre los recuerdos mucho más preciso que si tuviera simplemente que
del autor para ver cómo fueron construidos. No pode- aceptar el dato que se le proporciona. Pero mediante la
mos analizar las opciones dejadas de lado por el /elator entrevista se puede lograr algo más. Se puede iniciar
en su interpretación. No podemos discutir los criterios una tarea conjunta de desestructuración de las explica-
interpretativos buscando otras alternativas. En cambio, ciones que el entrevistado ha asumido como definitivas;
eso sí es posible en un relato oral. se puede profundizar en ellas discutiéndolas desde dis-
No es que esa interacción entre entrevistador y tintos puntos de vistas; completándolas con informacio-
entrevistado permita, simplemente, poner en juego con- nes adicionales y que anteriormente no habían sido to-
troles más efectivos respecto a la confiabilidad de los madas en cuenta; se puede introducir hipotéticamente
datos. En esa interrelación hay algo mucho más sustan- un alerta sobre los posibles efectos del paso del tiempo en
cial. la estructuración del recuerdo; se pueden analizar las
Como ya lo expresara, es insostenible toda hipó- 1 posibles alteraciones que provengan de las varias inter-
tesis que piense el dato como la presencia pura de lo ferencias a las que nos refiriéramos en el apartado ante-
real rodeado de una escoria subjetiva que debe ser de- rior.
sechada. Todo dato es un compuesto indivisible de sub- Como es evidente, con esta propuesta se recha-
jetividad y objetividad. En tanto producto simbólico, es zan los cánones comúnmente aceptados para la realiza-
el efecto de una realidad ya interpretada. Es por eso ción de las entrevistas tradicionales. Si bien es cierto
que las diferencias entre entrevistador y entrevistado se
135 Sobre los límites de la autobiografía véase Bourdieu, P
(1986); Clot, I. (1989) y Saraceno, Ch. (1989)i
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178 179
mantienen, ya no se trata de la presencia de un entre- aunque se sepa que esa unificación no pasará nunca de
vistador que hace preguntas y escucha y de un entre- ser una utopía útil.
vistado que contesta. Más allá de eso, se trata de una Es justamente el esfuerzo que supone esta ma-
tarea de búsqueda compartida. Tarea difícil, pero de re- nera de entender el relato de vida lo que posiblemente
sultados mucho más eficaces, al entrevistado se le exi- sea difícil de lograr en ciertas investigaciones. Pero eso
girá —en la medida de lo posible- una ardua tare a inte- es harina de otro costal; y tema de otra discusión.
t
lectual; en la que el entrevistador deberá actuar como 5.- 1..A. PREPARACIÓN DE LAS ENTREVISTAS
estímulo, pero nunca como reemplazo. Opiné que la historia de vida es una forma de
El entrevistador, como es lógico, aportará a las hacer participar a los entrevistados de una investiga-
entrevistas sus instrumentos analíticos, su entrena- ción conjunta sobre áreas de interés común. Uno de los
r
miento en el análisis de situaciones y un conocimiento beneficios de esa participación es el epistemológico, en
quizás más global sobre el proceso; conocimiento logra- la medida en que la interacción con el entrevistado
do tanto mediante el previo estudio de fuentes secun- permite un proceso de deconstrucción-reconstrucción
darias como de otras entrevistas. Pero, una vez en la de los datos. El otro beneficio proviene de la posibilidad
relación, ese bagaje es sólo uno de los insumos. La en- de transformar el proceso de entrevistas en un aconte- ..1
trevista debe ser entendida como el marco de una ela- cimiento útil no sólo para el entrevistador sino también
boración teórica conjunta en la que no necesariamente para el entrevistado; en tanto le abre un espacio en el
surgirán acuerdos totales o aprovechamientos semejan- que poder pensar sobre acontecimientos pasados. Pero
tes; pero sí interpretaciones que no existían antes de la ni una ni otra característica releva al investigador de su
relación. mayor responsabilidad en el proceso de investigación. Y
En muchos casos, la entrevista se convertirá en uno de los momentos en que esa responsabilidad se
el espacio de interacción de dos lenguajes; uno princi- pone a prueba es justamente el de la preparación de las
palment e teórico, el otro cercano al lenguaje de la vida entrevistas. La espontánea productividad de una entre-
cotidiana. El efecto de esa interacción debería ser el de vista sólo es asegurada si, antes de ella, el entrevistador
una confrontación o unificación tendencia' de sentidos; se familiarizó profundamente con el universo fáctico y
CAPi I (H.() 4 CAPI I U1.0 4
:í
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cultural del entrevistado y se hizo cargo, además, de tener presente las explicaciones de los hechos
cualquier tipo de interferencia que pudiese restar flui- más difundidos pues pueden estar presentes en
periencia hecha, deben ser tenidos en cuenta en esa hasta suplantando su memoria.
preparación 136/. poder confrontar esas explicaciones y recons-
5.1. Producción de datos pertinentes mediante t uen- trucciones con la lograda al fin de la investigación; ha-
1 tes secundarias:
ciendo posible el reconocer los aportes del propio traba-
Tal como había señalado anteriormente, el uso
jo.
de la historia de vida no implica la exclusión de otras 5.2. Guía de la entrevista:
técnicas de construcción de datos. Por el contrario,itbs Ninguna conversación con un familiar, amigo o
datos recogidos mediante otras técnicas proporcionan vecino se desarrolla tornando en consideración una
un material de gran importancia como complemento en guía previamente escrita en la que se indique a cada in-
cada fase de la investigación. Tal es el caso, por ejem- terlocutor lo que debe preguntar o responder. Que un
plo, de las cronologías del período investigado, o la entrevistador lleve consigo una guía escrita (de la cual
configuración de las principales líneas del conflicto servirse para orientar el intercambio con su entrevista-
global entre los principales actores, o los agrupamien- do) siempre rompe el encuadre introduciendo un ele-
tos político-ideológicos, o de otro tipo, que pudieran mento que subraya que no se está en una simple con-
haber influido en las conductas de los entrevistados. versación. Lo óptimo es no llevar ninguna guía escrita.
El análisis de un material como el descrito per- Pero para ello el investigador debe estar muy bien pre-
mitirá: parado. En caso de que esa preparación sea imposible,
a) construir preguntas y campos problemáticos lo recomendable es un tipo de guía y una forma de con-
para ser incluidos en las guías de entrevistas por sulta que no llama demasiado la atención del entrevis-
si es necesario recurrir a ellas en algún momen- tado.
t o.
5.3. Determinación del lugar en que se llevará a cabo
la entrevista:
136 Coment arios útiles sobre este aspecto pueden encontrarse
en Flarnmer, 1) y Wilodawsky, A.; 1990.
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No es posible dar recetas sobre cómo seleccionar niendo especial énfasis en aquellos acontecimientos
el lugar de la entrevista. En ciertas ocasiones, es imposi- más ligados a su experiencia inmediata y muy espe-
ble encontrar alternativas y la entrevista se llevará a cialmente al recuerdo de anécdotas 137/.
cabo allí donde sea posible. En otras, esta selección se
3. Las intervenciones del entrevistador deberán
hace posible. En todos los casos es indispensable recor-
tender únicamente a:
dar que el contexto es parte de la situación dy interac- reducir el discurso del entrevistado ha-
ción. Si la selección es posible, el entrevistador deberá cia el tema cuando resulte evidente que
pensar cuál es el lugar más adecuado para que la entre- éste se ha alejado demasiado del mismo,
vista se lleve a cabo en forma espontánea y tranquila. volver la atención del entrevistado ha-
En el caso en que esa selección
. sea imposible, el co,ntex- cia períodos poco abordados por el mis-
7
to deberá ser con más razón incorporado a la interpre- mo: hacia períodos y no hacia aconteci-
tación, por lo que es indispensable que el investigador mientos pues en ese caso perderíamos la
a
se inquiera sobre cómo puede haber influido en desa- información que provee el testimonio al
rrollo de su encuentro con el entrevistado. no hablar de ciertos acontecimientos.
6.- EL NÚMERO DE LAS ENTREVISTAS Siempre el entrevistador debe anotar, durante la
Según la experiencia acumulada, es deseable entrevista, cuál es la causa de sus intervenciones y
(aunque no siempre posible) la realización de tres en- cómo es el lenguaje gestual del entrevistado.
trevistas cuyas características paso a exponer inMedia- En esta primera entrevista, la intervención del
tament C. entrevistador debería reducirse a un mínimo. El objeti-
Primera entrevista:
vo de esa abstinencia es el evitar, en lo posible, que las
Se informa al entrevistado sobre los orígenes,
objetivos y métodos de la investigación.
137Las anécdotas se asemejan, según mi experiencia, a una
Se le solicita colaboración. Si él está de acuer- especie de fotografía en la que la memoria guarda aspectos
do), se le pide que recuerde —en lo posible en forma que, si no fuera por ellas, normalmente desaparecerían de las
reconstrucciones históricas o serían mucho más radicalmente
cronológica- lo que le parezca respecto a su vida ( o, en reconstruidos a partir de las demandas y determinaciones del
otros casos, respecto al tema de • la investigación); po- presente.
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Como es posible notar, esta segunda entrevista señalar cómo llegaría a ser verdaderamente posible la
constituye el momento más activo de la co-investiga- co-investigación.
ción.
Tercera entrevista:
Completado el segundo ciclo de entrevistas, el
investigador redactará un informe preliminar en el que
reunirá los principales elementos de su propialreconst-
1 rucción. Es conveniente realizar entonces una tercera
entrevista con uno o varios grupos de entrevistados. En
ella el investigador someterá su informe a la crítica del
grupo con el objetivo de: - z'
devolver a los entrevistados el fruto de la in-
vestigación.
estimular nuevas elaboraciones por parte de
los entrevistados ahora en presencia de una in-
terpretación global del período o acontecimiento
sobre el que testimoniaron.
c) dar a los entrevistado los elementos que le
permitan juzgar sí autorizarán o no que el inves-
tigador incluya sus nombres en el informe de la
investigación.
Queda claro que este sistema de tres entrevistas
no siempre podrá lograrse debido normalmente a limi-
taciones presupuestarias o de tiempo. El mismo cum-
ple, sin embargo, el papel de una utopía que es útil para
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Hace muchos años, Freud había dicho que: el campo reservado al analista. El investigador social
el inconsciente, vale decir lo "reprimido", tiene allí una frontera que debe ser reconocida y acepta-
no ofrece resistencia a la cura, y aun no da. Pero el investigador social podrá acceder a otro tipo
aspira a otra cosa que a irrumpir hasta la
consciencia a despecho de la opresión que de conocimiento. Importante también, ya que conocer
lo aplasta o hasta la descarga por medio exclusivamente la mecánica de la formación y desem-
de la acción real.
peño del deseo, como búsqueda infinita y renovada, no
Todas las grandes creaciones culturales son for-
resuelve preguntas corno las que me planteara en la
', mas específicas de manifestar en símbolos eso que las
investigación. Para ello es necesario ir más allá, recons-
pulsiones inconscientes pugnan por actuar.
truyendo las distintas instancias de la determinación
Pero sería ridículamente unilateral pensar que
social.
cualquier cosa puede ser interpretada como un malicia-
Por una parte será imperioso recordar que en las
to de Ello. Como intermedio habrá siempre que contar
actuaciones sociales ese deseo aparece normalmente
con el papel de la estructura lógica y las determinacio-
revestido con formas serias y severas, propias del dis-
nes sociales con que se produce y manifiesta la produc-
curso racional; es esperable, por ello, que el entrevista-
ción cultural. Pues si Ello es, logra serlo por esa barra
do nos lo presente incluido en una explicación en la
que lo oprime y constituye como un resto rebelde, ya
que él puede llegar a describir móviles muy diversos,
que no hay rebeldía sin la barra que constituye al re-
como su inagotable necesidad de "creación", o de
belde en la opresión. Por lo que, si Ello es "embarrado"
"éxito" o de • "enriquecimiento" o de "nirvana" o de
en Otro, su "embarramiento" no es sino el reflejo de lo
"comunicación con Dios o con los Dioses" o de "amor
simbólico. Es sobre esa barra que se cruzan aquellas
al prójimo" o de "deseo de justicia" o, simplemente, de
otras historias que se vuelcan sobre cada individuo de-
I
"placer y tranquilidad". Esos relatos sí los podremos
terminando socialmente su conducta.
captar y con ellos podremos reconstruir, con nuevos
Mediante las técnicas sociológicas (incluyendo a
rasgos, una historia que ya otros se han encargado de ir
la historia de vida) "el deseo" de los entrevistados sólo reconstruyendo desde ópticas que, por diferentes, no
podrá ser captado en sus efectos más tenues y en sus
son menos importantes en la tarea de reencontrarnos
formas menos despojadas de disfraz. Ir a la caza de ese
en la lucha por aprender.
deseo, en sus formas más propiamente individuales, es
UTOPIAS Ul 01'1AS
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APÉNDICE
APLNI)ICE
L •
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ternas permitía la sigilosa huida de los restantes com- Mi viejo era judío italiano y mi vieja tam-
pinches. Conjurados por esa secreta señal, cada uno de bién... y como todos los italianos muy pa-
triótico y muy patriotero; hasta cierto
ellos salía de sus casas adoptando las suaves maneras punto, gran amante de Italia, del idioma:
de los espíritus para reunirse bajo la sombra de una no dejaba que los amigos de él hablaran
(...) un italiano incorrecto "el italiano se
casa abandonada o tras los muros semi-erguidos de al-
habla en mi casa" te decía.
guna otra morada todavía en construcción.
Llegó un momento en que se hizo fascista, se
Fue allí donde A escuchó de sus amigos histo- hizo mussolinista, como casi todos los italianos en el
rias que abrieron los horizontes de su imaginación y exterior, de clase media. Porque veía en Mussolini el
donde supo que aquellos caminos que dejaban atrás los tipo que había sacado a Italia, ésta de la bandolina, que
dominios de su barrio se sumergían en otros barrio?! . había hecho un gran país... El padre de A nunca pudo
desconocidos y llegaban hasta la capital. Fue también
abandonar su amor por Italia: perderlo era como per-
en esas calles, estremecidas por los gritos exaltados de
derse. Por eso es que cuidaba a su idioma como se
muchachitos corriendo tras de una pelota donde apren-
cuida el sagrado fuego ancestral ... por eso su adhesión
dió a dar sus primeras trompadas.
al fascismo.
A aseguraba que esa niñez, en ese barrio, fue Quiero en este contexto ya entrar en tema lla-
una de las cosas que marcó su vida más intensamen- mando la atención sobre la multiplicidad de significa-
t e...i.uego siguió con el recuerdo de su padre: dos culturales que siempre encierra cada acto humano.
Como todos los (anos 145/ mi padre tenía Lo que, como se verá, torna ingenua cualquier simplifi-
un profundo amor por la Argentina, y al
mismo tiempo un gran amor por Italia cación demasiado apresurada en las interpretaciones de
¿no? Entonces, era muy contradictoria la tales acontecimientos.
cosa: él no la amaba más por las dudas, -
Entre los inmigrantes, adherir al fascismo fue
porque le parecía que si la amaba más, ya
no volvería, y de hecho no volvió (..) para los inmigrantes una de las tantas maneras de
APÉNDICE APÉNDICE
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206 207
mantenerse unidos a la patria 146/. Pero hubo otras. Esa ber si las proclamadas identidades internacionaciona-
necesidad de recomponer identidades conmovidas por listas de tantos inmigrantes aludían exclusivamente a
la migración puede también encontrarse en las emocio- la asumida identidad de proletarios o también a esa
nes despertadas por himnos y canciones revoluciona- otra identidad de desterrados y trashumantes que era
rias, como es el caso de "La Internacional". Es de inne- la que los distinguía en esa actualidad. González Tuñón
gable importancia reconocer también este rasgp entre (poeta comunista de esa época) se hizo intérprete y tes-
timonio de aquellos inmigrantes sintetizando esa iden-
1 los componentes de esa emoción con que entonaban
esos himnos los concurrentes de las innumerables re- tidad mediante la elocuente figura de "Juancito Cami-
uniones sindicales o partidarias en las que se agrupaba nador" 147/. Ni de aquí ni de allá, íntima e impercepti-
buena parte del contingente migratorio, ¿era ese e?tu- blemente muchos niigrantes se sintieron algo así como
siasmo exclusiva manifestación de una convicción polí- unos ciudadanos del mundo: en medio de su relato,
tica?. mostrando sin querer aquella situación provocada por
Leyendo algunos de los testimonios de vida que la migración, una de las entrevistadas, mucho más jo-
se refieren a esas reuniones es evidente el carácter abi- ven, asoció el origen judío de su familia con una actitud
garrado de las emociones despertadas por los acordes según la cual: para sus padres "todo lo que ocurría en el
de aquellos himnos. La Internacional es un himno mundo parecía afectarles de la misma manera".
obrero pero también un himno de trashumantes, tal Sigo con el relato de A referido a su padre.
como lo eran los artesanos europeos de mediados del Me acuerdo estarlo viendo ahí, con la ca-
misa negra, salir a la calle y todo ¿no?.
siglo XVIII. Escuchando aquellas historias, es difícil sa- Hasta que en el 42-43 Italia se alió con
Alemania y entonces, como era judío, le
dijeron muy cordialmente que tenía que
146 Aunque también, luego vuelvo sobre este punto, una for-
separarse del país. Yo me acuerdo la cara
ma de sentir continuidad con los grupos de referencia de la
oligarquía local, en la que importantes sectores se sintieron
atraídos, en esos años, por el "El Orden impuesto por el 147y desde hace veinte años esa identidad trashumante se
Nazismo". Ese apoyo fue particularmente intenso, tal como vio consolidada por una debacle económica y política que
luego se señalará con mayor detalle, entre los militantes cató- obligó a muchos a migrar nuevamente: hoy , hay hogares ar-
licos. gentinos en todos los rincones del mundo.
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Y éste fue mi acercamiento y, naturalmen- reciente confrontación bélica mundial, produjo en esos
te, como consecuencia de eso y como con- sectores una sensación de haber pasado por una guerra
secuencia de. que los militares habían su-
que se perdió. Esto le dio un carácter muy particular a
bido, yo me convertí automáticamente en
anti-golpe, anti-militar, anti-golpe del 43. las interpretacione s difusas existentes sobre la llegada
Y yo no me puedo olvidar (a pesar de que de Perón al poder: como si, en el imaginorio de esos sec-
los amigos de la Juventud Peronista de-
cían....). Yo recuerdo muy bien que Perón, tores, esa llegada no se hubiese producido luego de una
en ese golpe militar, se metió a los medios elección que se cuenta entre las más limpias de la his-
de comunicación y así empezó a hacer su toria argentina sino, por el contrario, como el producto
propaganda; una propaganda a mi juicio
cínicamente fascista, porque era demagó- de una usurpación.
gica y demás... Entonces yo estaba... a par-
tir de ese momento empezó la lucha en la
Federación Universitaria de Buenos Aires,
en la FUBA, contra los militares y contra lo
que fue después el peronismo ¿no? Yo ya
estaba definido esa noche. Y bueno, yo te
aseguro que antes de que subiera Perón,
en el 46, yo rebajé 10 kilos para que no
subiera. No dormía. Me había hecho mili-
tante, empecé a ¡aburar corno un loco:
asambleas, movilizaciones, despelotes me-
dio absurdos. Pero yo estaba metido en
eso y no podía parar.
Ese es el último recuerdo de A en relación a los
acontecimientos que rodearon el acceso de Perón al
gobierno. Pero ese recuerdo es importante pues cosas
parecidas quedaron en el recuerdo de gran parte de los
integrantes de las capas medias; lo que, unido a las in-
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III LI O G ÍA
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