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EXTRACTO DEL MANUAL PARA SER UN SUPERHÉROE.

El profeta de la educación ha muerto, ha sido asesinado por la nueva sociedad, una


sociedad donde pervive lo erótico y abunda la violencia. Se le vio por última vez distraído
comprando algunas revistas y periódicos en una megaurbe, distante de todos, pensando
en sus problemas de aritmética y cómo resolver algunos de álgebra, pensando en que ya
no es como antes, que repartía libros de los griegos en las escuelas, aconsejando la
higiene a los niños.

Al parecer a pesar de su capacidad de comprender y resolver enigmas


matemáticos, no pudo comprender la realidad que lo rodeaba, pensaba que el mundo se
había vuelto una broma. Se lo vio fantaseando y balbuceando entre dientes: -¿cómo
resolver los problemas sociales?, a mí me toca, entonces soy un superhéroe.

Sinceramente lo extraño, se que actuaba bien y la sociedad que no reconoce su


trabajo algún día dirá, como los jóvenes cuando se vuelven viejos: el maestro tenía razón,
lástima que no le puedo dar las gracias para reconocerle su trabajo.

Sin embargo, los molinos se han vuelto más grandes. Esta nueva sociedad agresiva,
necesita de la ayuda de los superhéroes. Sí, los superhéroes existen, son gente con talento
alejado de lo común, algunos opinan y escriben libros, esos son los verdaderos
superhéroes.

Ellos son los que ayudarán a esta nueva sociedad. Pero debemos tener en cuenta
que estos superhéroes al igual que los dioses griegos tienen sentimientos y por lo tanto
defectos y, como todo superhéroe, debilidades.

La sociedad ha sido pintada por ellos como un caso en donde la existencia es un


pesar y un aburrimiento. El puente entre la ficción literaria y lo real es el autor, es la unión
de sus experiencias y visión de la realidad parodiada, influenciada y plasmada en un
escrito, ya sea su novela, cuento o historieta como la de Alan Moore. Que tiren la primera
piedra los que no están libres de los prejuicios de su tiempo, que no la tiren los que si
están libres.

Es una tarea de un hermeneuta, el conocer de un vistazo la configuración del


pensamiento de la sociedad actual. El Diario de Rorschach es un vivo ejemplo de ello, el
ahogamiento de la información que sobreabunda en la sociedad, la pérdida de la voz en
un mundo caótico, la consecuencia de la pérdida de valores, el deseo de sobresalir sobre
mucho más gente, millones, el deseo de hacer el bien, hacen de Rorschach un ser
inigualable: -Diario de rorschach. 12 de octubre de 1985. Un perro muerto en la calle esta
mañana. Marcas de neumático en su estómago destrozado. Esta ciudad me teme. He visto
su verdadero rostro. Las calles son arroyos, y los arroyos están llenos de sangre… y cuando
los desagües se atasquen, todos los gusanos se ahogarán. Toda la inmundicia de su sexo y
violencia hará espuma a su alrededor, y todo los políticos y las prostitutas mirarán arriba y
gritarán: ¡sálvanos!... y yo miraré abajo y diré: ¡no!.

Conozco un chiste: un hombre va al doctor. Dice que está deprimido, dice que la
vida le parece cruel, dice que se siente solo en un mundo amenazador, en el que todo es
vago e incierto. El doctor dice: -el tratamiento es simple. El gran payaso Pagliacci está en la
ciudad. Esta noche. Vaya a verle. Eso le animará. El hombre estalla en lágrimas. Dice: -
Pero doctor… yo soy Pagliacci.

Como explicarlo más detalladamente, no se puede, el mundo actual es reflejo de


una sociedad que se le ha olvidado su historia, ha resurgido como el ave fénix, pero
desgraciadamente vuelve a empezar a aprender de nuevo. Recordemos los consejos de
una pequeña que sufrió una devastación familiar, y murió por consecuencias de la guerra,
me refiero a Ana Frank, en su Diario también nos plasma el sentimiento y la madurez que
le propinaron estar encerrada en la casa de atrás, leyendo libros y escribiendo su delicado
diario. Al finalizar el texto la desconozco como niña y la veo como un ser que ha vencido la
guerra, y su pensamiento de vivir, aferrarse a la vida, lo más posible. Me impresiona su
forma de vivir, tan pocos, con muchas carencias pero vividos exprimiéndole todo el jugo
de la vida. Ahora me enseña esa niña que debo vivir lo mejor que pueda. Sus consejos
todavía quedan en mi mente. Yo creo que Rorschach miró a una niña como Frank morir
injustamente, vio el abismo y el abismo le devolvió la mirada y no la soportó.

Diario de Ana Frank. Viernes, 24 de diciembre de 1943.

Montar en bicicleta, bailar, silbar, mirar el mundo, sentirme joven, saber que soy
libre, eso es lo que anhelo, y sin embargo no puedo dejar que se me note, porque
imagínate que todos empezáramos a lamentarnos o pusiéramos caras largas ¿Adónde
iríamos a parar?...

Soportar la mirada del abismo, no decaer en la insensibilidad, en la locura del


desorden, sino a pesar de ello dominarla, someterla en nuestro interior, y canalizarla es lo
que nos queda, ese es el consejo de Ana Frank, una niña que miró el abismo, le devolvió la
mirada y superó la mirada.

Aprendió que el caos es un ruido pero del ruido hizo música. Un poco extraña.
Difícil de comprender, porque nadie podía entender al ruido, al caos de la humanidad, el
erotismo en la sociedad, la violencia en los medios de comunicación.

Diario de Ana Frank. . Miércoles, 3 de mayo de 1944.

¿Para qué?, ¡ay!, para qué diablos sirve la guerra, por qué los hombres no pueden
vivir pacíficamente, por qué tienen que destruirlo todo... La pregunta es comprensible,
pero hasta el momento nadie ha sabido formular una respuesta satisfactoria. Yo no creo
que la guerra sólo sea cosa de grandes hombres, gobernantes y capitalistas. ¡Nada de eso!
Al hombre pequeño también le gusta; si no, los pueblos ya se habrían levantado contra
ella. Es que hay en el hombre un afán de destruir, un afán de matar, de asesinar y ser una
fiera, mientras toda la Humanidad, sin excepción, no haya sufrido una metamorfosis, la
guerra seguirá haciendo estragos, y todo lo que se ha construido, cultivado y desarrollado
hasta ahora quedará truncado y destruido, para luego volver a empezar… De todos modos,
cuando acabe la guerra…

¡Cuando de pronto!, el flautista de Hamelin con un ademán, abrió la montaña para


ellos, revelando un mundo mágico de dulces, juegos y felicidad eterna. Todos entraron y la
montaña se cerró, para no abrirse nunca más, dejando atrás al pobre niño que con sus
muletas, no había podido correr a la par de los demás. Como el flautista había predicho,
Hamelin se convirtió entonces en la ciudad más triste del mundo, donde todas las madres
y padres lloraron la pérdida de sus hijos y se turnaron en la crianza del único niño que no
pudo partir.

La sociedad resiente una crisis derivada por el caos de la violencia, la sociedad de la


información empieza a hacer una denuncia, pero la sociedad se ha quedado absorta por la
magnanimidad de sus progresos. No se le puede curar atendiendo a los síntomas sino
debemos atender a la enfermedad. El nudo de Gordium representa el problema pero se
necesita falsear la solución, no se puede contra el problema pero si se puede estropear su
sistema, falseando sus reglas para resolver el problema tal como lo hizo Alejandro Magno.
¿Qué cómo? ¿Falsearla? ¿Y yo que tengo que ver en esto? Tal vez nos lo explique Freud,
en este extracto de una carta contestada a Einsten:

Viena, Septiembre de 1932. Estimado señor Einstein:

Vemos, por consiguiente, que hasta dentro de una misma colectividad no se puede
evitar la solución violenta de los conflictos de intereses. Sin embargo, las necesidades y los
fines comunes que resultan de la convivencia en el mismo terreno favorecen la
terminación rápida de esas luchas, de modo que en estas condiciones aumenta sin cesar la
probabilidad de que se recurra a medios pacíficos para resolver los conflictos. Pero una
ojeada a la Historia de la Humanidad nos muestra una serie ininterrumpida de conflictos
entre una comunidad y otra u otras, entre conglomerados mayores o menores, entre
ciudades, comarcas, tribus, pueblos, Estados; conflictos que casi invariablemente fueron
decididos por el cotejo bélico de las respectivas fuerzas. El ser viviente protege en cierta
manera su propia vida destruyendo la vida ajena. Pero una parte del instinto de muerte se
mantiene activa en el interior del ser; hemos tratado de explicar gran número de
fenómenos normales y patológicos mediante esta interiorización del instinto de
destrucción. Hasta hemos cometido la herejía de atribuir el origen de nuestra conciencia
moral a tal orientación interior de la agresión. Como usted advierte, el hecho de que este
proceso adquiera excesiva magnitud es motivo para preocuparnos; sería directamente
nocivo para la salud, mientras que la orientación de dichas energías instintivas hacia la
destrucción en el mundo exterior alivia al ser viviente, debe producirle un beneficio.
Partiendo de nuestra mitológica teoría de los instintos, hallamos fácilmente una fórmula
que contenga los medios indirectos para combatir la guerra. Si la disposición a la guerra es
un producto del instinto de destrucción, lo más fácil será apelar al antagonista de ese
instinto: al Eros. Todo lo que establezca vínculos afectivos entre los hombres debe actuar
contra la guerra. Estos vínculos pueden ser de dos clases. Primero, los lazos análogos a los
que nos ligan a los objetos del amor, aunque desprovistos de fines sexuales. Usted se
lamenta de los abusos de la autoridad, y eso me suministra una segunda indicación para la
lucha indirecta contra la tendencia a la guerra. El hecho de que los hombres se dividan en
dirigentes y dirigidos es una expresión de su desigualdad innata e irremediable. Los
subordinados forman la inmensa mayoría, necesitan una autoridad que adopte para ellos
las decisiones, a las cuales en general se someten incondicionalmente. Debería añadirse
aquí que es preciso poner mayor empeño en educar una capa superior de hombres
dotados de pensamiento independiente, inaccesibles a la intimidación, que breguen por la
verdad y a los cuales corresponda la dirección de las masas dependientes…

¡Nos faltan esos héroes que tenían facultades especiales!, ahora todos podemos
destacar, formemos superhéroes porque necesitan de mentores. Mueren las utopías,
resurge la responsabilidad del ser humano. Irónicamente has de ser un superhéroe para
creer en el héroe que tienes dentro y hacerlo surgir, gracias a tu voluntad. Creer en ti
mismo y tu propio potencial es el primer paso para descubrir ese potencial, cualquier
persona podría hacerlo, aplicando lo que aprende y ordenando los pensamientos de una
forma inteligente, es posible conseguir casi todo. Posible para una persona normal.
Ridículo. No existen personas normales.

Pero ha llegado la imagen del maestro que busca redimir a la nueva sociedad, es
representada por el flautista de Hamelin.

Nota encontrada del flautista. 23 de junio de 1984.

La sociedad no ha pagado mis servicios es por ello que tomo a sus hijos para que
no sean como sus padres. … Quizás algún día, cuando los corazones de los hombres se
vuelvan puros como los de los niños y pierdan su avaricia y traición, la montaña se vuelva
a abrir.

Un tipo circunda las calles cargando un cartel anunciando que el fin del mundo es
esta noche. Ignoraría los hechos si no aceptara esas cosas como fuertes posibilidades.
Todo depende de nosotros, de si individualmente queremos una destrucción o un nuevo
mundo de potencial, fabuloso y sin límites. Creo que hay gente que quiere de veras, aún
inconscientemente, el fin del mundo. Quieren ahorrarse las responsabilidades de
mantener este mundo, ahorrarse el esfuerzo imaginativo que requiere construir el futuro.
Y, por supuesto, hay otra gente que desea vivir. Veo a la sociedad del siglo veintiuno en
una especie de lucha entre la luz y la extinción. En un lado tienes a los cuatro jinetes del
apocalipsis... y por el otro unas personas aferrándose a vivir. Para empezar este cambio se
debe despertar del sueño, como lo hace ver Savater, en su libro El gran laberinto. Luego
aceptar las responsabilidades de vivir en este mundo, explotar tu potencial, ser tu mejor
yo, ayudar a tus alumnos sin pretextos. Toda gran responsabilidad necesita de un gran
talento. ¡Listo! Eres ya, ahora, superhéroe.

La primera tarea que tienes, es luchar contra la plaga emocional, esa que afecta a
varias personas ya maduras de diversas clases, desde que las personas empiezan a tener
conciencia del mundo; hasta intelectuales se dejan contaminar por ella. Ese sufrimiento
que les causa el vivir, el luchar por la vida, el desgano por las actividades, esa especie de
crisis existencial. Sabes te advierto que no es fácil. Había escuchado que para resucitar a
esos muertos tienes que permitir saborearles el éxito, y luego provocar su búsqueda, ello
implicará el uso de tus talentos adquiridos al máximo. Si tú la padeces tienes que
inmunizarte antes. Porque si no lo haces estropearás el trabajo de otros superhéroes.

Luego organízalos y ponlos a trabajar para beneficio de sus vidas, si te contestan


que los ejercicios que les das no sirven, diles que sólo es un ejercicio para enfrentar la
vida, que la vida es real y no ficticia como tus ejercicios. Es como una vacuna que le
ayudará a superar las enfermedades de la sociedad, no seas una persona dura con ellos,
entiéndelos, tienen los síntomas que el Doctor Wilhem Reich predijo.

Si aún acabas de nacer como superhéroe, necesitas conocerte a ti mismo. Si sabes


volar, practica. Si sabes correr, ejercítate. Si sabes leer, estudia mucho. Eso te ayudará a
que no hagas el ridículo en tus primeras aventuras. Y corresponderá a la seguridad en tus
acciones. Maximiza tu potencial. Cuando veas pasar un superhéroe mejor que tú, y sientas
opacada tu labor, canaliza tus sentimientos y aprende, cómo llegó a ser mejor superhéroe,
y sigue fortaleciéndote. Cuando veas comentarios en secreto de ti, no pienses que estás
haciendo mal las cosas, es que los has impresionado. Pero no reveles aún tu identidad
secreta. El honor a veces necesita ir enmascarado.

Pero sobre todo cuando vean el cambio en ti, le habrás demostrado que todos tus
esfuerzos han servido para algo, que cuanto mejores tú los impulsarás a seguirte.
Bienvenido al mundo de los superhéroes, yo soy viejo y no dejo de ejercitarme. Pero te
encargo la tarea de construir el mundo que tú quieras, la grandeza de tu sueño será la
medida. No lo hará otro, ni esperes que el único superhéroe que tiene poderes en este
mundo te ayude, porque él quiere que tú las hagas, que tú aprendas a sobrevivir como
persona, por ti misma, que tú como ser humano seas autónomo. Como tú le dices a tus
discípulos. Recuerda es tu responsabilidad, y tenemos que luchar para que no venga otro
superhéroe como el doctor Manhatan a tirar bombas de taquiones para preservar la paz.
Acuérdate también que todos los superpoderes que obtengas son hereditarios. Y después,
cuando cruces la montaña, allí te recibirán como a los césares, con gran vitoreo,
escucharás el sonido de los aplausos. Tu recompensa ya la tienes. Todos esos
superpoderes serán para ti, para siempre.
JOEL HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ,
GRUPO 6,
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.
E-FORMADOR: LIC. JOSÉ CARLOS ROMÁN

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