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INTRODUCCIÓN
Fernando Vallespín citando a Maier, Rausch, Denzer reproduce esta declaración: “<<nos referimos a un
clásico del pensamiento político, únicamente cuando su obra alguna vez (…) ha estado en el centro de las
ideas y percepciones políticas de su época, cuando fue representativa de una sociedad y cuando –y ésta
es una condición ulterior nada despreciable—lleva dentro de sí la posibilidad de su extensión universal,
así como la fuerza para seguir influyendo en la historia>>”. VALLESPÍN, FERNANDO, Historia de la
teoría política I. Madrid, Alianza, 1990. pág. 37.
VALLESPÍN, FERNANDO, op. cit. pág. 38.
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pertenece tanto a la filosofía (la teoría filosófica) como a la ciencia (la teoría
científica) (…) requiere un alto nivel de elaboración mental”.” 3
EGÜES, CARLOS, “Objeto y método en Historia de las Ideas Políticas”, en: Investigaciones y Ensayos
49. Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1999. pág. 203.
MARÍAS, JULIÁN, “Introducción”, en : La Política. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales.
1983. pág. 5-6.
EGÚES, CARLOS, op. cit. pág. 195.
Ello no quiere decir que estas preocupaciones de un Aristóteles “Hombre de su tiempo” no se
enmarquen dentro de un pensamiento filosófico que implique un mayor nivel de abstracción, o que lo
haga ‘trascender’ en el tiempo.
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este sentido este trabajo es en cierto modo un reto, porque trata de buscar un Aristóteles
hombre, antes que el gran Aristóteles filósofo que conocen todos. Pero aún así la
perspectiva de este trabajo se circunscribe aún más, ya que busca un ‘Aristóteles
hombre’ en relación con su época, un Aristóteles histórico. Todos los hombres que
vivimos en una determinada época, tenemos preocupaciones e inquietudes en relación
con los sucesos que recaen en nosotros por estar insertos en esa época. Todos los
hombres somos producto de nuestro tiempo, no podemos escapar a él. Werner Jaeger
reconoce que la obra cumbre de Aristóteles “descansa sin embargo, sobre la ancha base
empírica” de las múltiples formas de la vida política real7. Aristóteles también estuvo
inserto en su tiempo, y como a todos, la realidad que vivía debió de suscitar en él
inquietudes, anhelos y preocupaciones. Este trabajo analizará esa preocupación
aristotélica en cuanto ‘hombre de su tiempo’ que recibe la acción de su época. Por eso
nuestro objeto de análisis será: Orden, desorden, y estabilidad en la Política de
Aristóteles.
ARISTÓTELES Y LA REALIDAD
Podemos concordar en que muchas veces lo que pasa por la mente de una
persona, en especial sus preocupaciones e inquietudes, quedan de alguna manera
reflejados en su habla, en sus palabras8. Basta hacer un sencillo experimento en la vida
diaria para llegar a la conclusión de que por lo general la gente habla de aquello que le
preocupa o le interesa. Aristóteles habla (gracias a los textos clásicos que nos han
quedado). En La política habla de la polis. Evidentemente le interesa la polis. ¿Pero
cuáles son las preocupaciones históricas, en cuanto hombre que vive en un periodo
determinado para que hable de la polis? La respuesta que se ha dado, muchas veces se
ha referido al objetivo final. Así se ha dicho que Aristóteles quería ‘salvar la polis’9. Esa
respuesta obviamente responde a la pregunta ¿qué pretendía?, y es una explicación
teleológica, pero la pregunta que queremos responder es más bien ¿qué le preocupaba?,
es decir que no se trata del fin u objetivo al que quería llegar sino de la inquietud en
razón del momento histórico. Pareciera que se trata de lo mismo pero hay una
diferencia, ya que es algo que no tiene que ver con los fines, sino que se acerca más a las
causas. En realidad es un punto intermedio que está entre ambos (las causas y los fines).
JAEGER, WERNER, Aristóteles. México, Fondo de Cultura Económica, 1946. pág. 203.
Aristóteles decía: “…la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y
es exclusivo del hombre…”. ARISTÓTELES, La Política, Versión de Julián Marías. Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1983. 1253 a.
Esta es la postura de Julián Marías al señalar que a partir de las guerras médicas y con la guerra
del peloponeso la polis había entrado en crísis y se habían alterado los valores y el modo de vida
tradicionales. MARÍAS, JULIÁN, op. cit. pág. 7-10.
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Porque tampoco nos interesa el tiempo pasado, el qué pasó para que Aristóteles hablara
de la polis, sino más bien qué le está pasando a Aristóteles, qué le preocupa, cual es su
inquietud, qué lo está inquietando. Los griegos tenían un tiempo verbal para expresar
mejor lo que queremos significar, es el tiempo Imperfecto10, es cuando la acción no se
queda en el pasado sino que sigue desarrollándose de modo que puede incluso
extenderse hacia el futuro. Podemos decir que hay como cierta permanencia (ya que la
acción es permanente). A ello apunta este trabajo, no al pasado ni tampoco al objetivo
final, sino a la preocupación aristotélica que a partir de lo que le ofrecía la realidad, era
una inquietud constante y que se prolongaba en el tiempo. Es por eso que para entender
esta inquietud aristotélica vamos a desarrollar tres conceptos relacionados: orden,
desorden, y estabilidad11.
“Veamos que toda ciudad es una comunidad, y que toda comunidad está
constituida en busca de algún bien, porque los hombres siempre actúan mirando a lo
que es bueno; y si todas tienden a algún bien, es evidente que más que ninguna, y al
bien más principal, la principal entre todas y que comprende todas las demás, a saber,
la llamada ciudad y comunidad civil.” 12
Se trata de una descripción sencilla que se cierra en sí misma. Es decir que Aristóteles
no ve que sea necesario añadir otros elementos. Esta idea de que la polis (o ciudad)
es una comunidad dirigida al logro del bien común, nos transmite la idea de orden13.
En primer lugar porque la comunidad está ordenada hacia el bien común, pero
BERENGUER AMENÓS, JAIME, Gramática Griega. Barcelona, Editorial Bosch, 1999. pág. 73.
Aristóteles para referirse a lo que queremos significar usa más bien otros términos tales como
permanencia, cambio, obediencia, sedición, lucha, etc. En este trabajo se ha preferido hablar (sin llegar a
caer en anacronismos) de orden, desorden y estabilidad por que en el lenguaje actual de nuestro idioma
transmiten de una manera clara el significado que queremos resaltar.
ARISTÓTELES, La Política. Op. cit. 1252 a.
De los múltiples significados del vocablo orden, en este trabajo tomamos el de orden entendido
como: “1. Colocación de las cosas en el lugar que le corresponden. 2. Concierto. Buena disposición de
las cosas entre sí.”. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española, XXI edición,
tomo II. Madrid. 1992.
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también porque este logro del bien común significa un orden no alterado, ya que no
se contempla en esta primera caracterización de la polis ningún elemento que tienda a
alterar este orden.
Este primer párrafo es importante en el sentido de que nos presenta una imagen
donde no hay conflictos ni disturbios, donde la comunidad tiende al bien común.
La estabilidad, y el orden son por lo tanto los conceptos más compatibles con una
sociedad estable dirigida al bien. Pero no siempre ocurre el orden y la estabilidad en
la polis y Aristóteles se referirá mucho a ello. Julián Marías en alusión a las luchas
de clase declara que “Toda la Política aristotélica está cruzada por esta preocupación,
y sus técnicas de gobierno consisten muy principalmente en tener en cuenta esta
situación”14. Por eso el concepto de desorden se va a contraponer a los dos primeros. Y
de la interrelación de estos tres conceptos conoceremos a un Aristóteles ‘hombre de su
época’.
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natural que se tienda a esta comunidad (la polis) y que es natural que el hombre lleve
armas “para servir a la prudencia y la virtud”19. Pero si Aristóteles reconoce que en la
polis son necesarias las armas para servicio de la misma, significa que este orden puede
ser amenazado. Es decir que el orden se puede quebrar o puede ser roto, cometiéndose
en ese caso una ‘injusticia’, pues Aristóteles al definir la justicia dice: “La justicia es
el orden de la comunidad civil”20 y relaciona este orden con discernir lo que es justo.
Esto concuerda con el significado de orden entendido como que cada cosa debe estar
colocada en su lugar. Entonces la preocupación21 de Aristóteles, es que cada cosa esté
en su lugar, que no exista la injusticia, y que por consiguiente la polis sea objeto del
desorden.
ARISTÓTELES, La Política.
ARISTÓTELES, La Política, ibidem.
Decimos ‘preocupación’ pues Aristóteles se referirá a las causas de las revoluciones y sediciones que de
algún modo alteran el orden de la polis.
ARISTÓTELES, La Política. 1256 b.
ARISTÓTELES, La Política.
ARISTÓTELES, La Política. 1257 a.
ARISTÓTELES, La Política. 1260 b.
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añade que el que ‘todos’ se atribuyan algo como de su propiedad “no conduce a la
concordia”26 (cursivas propias).
“Además no será fácil para los organizadores de una comunidad tal prevenir conflictos
como agravios, homicidios involuntarios o voluntarios, contiendas e injurias (...) La comunidad
de mujeres e hijos parece más útil para los labradores que para los guardianes. En efecto, si los
hijos y las mujeres son comunes, habrá entre ellos menos cariño, y esta condición debe darse en los
subordinados para que obedezcan y no tramen revoluciones. Creemos en efecto, que la amistad es el
mayor bien de las ciudades puesto que puede ser el mejor remedio para las sediciones”27.
Aristóteles ve mal que los ricos se empobrezcan, ya que en ese estado es difícil
que no hagan revoluciones. Por eso no basta con que se iguale la propiedad sino
que debe proponerse un término medio y para ello se debe igualar las ambiciones de
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la propiedad lo cual solo es posible mediante la educación ya que el hombre –dice
Aristóteles- delinque para calmar sus deseos. De la riqueza de la ciudad dice que no
conviene que sea tanta que los vecinos la codicien ni tan poca que no se pueda afrontar
una guerra con un enemigo semejante.
Cuando se hace referencia a las leyes, también está presente la inquietud
por el desorden derivado de la violación de la ley. Aristóteles no ve bueno que las
leyes permanezcan invariables sino que “algunas leyes y en determinadas ocasiones
deben ser susceptibles de cambios, aunque advierte que “es funesto que los hombres
se acostumbren a cambiar fácilmente las leyes (…) pues el cambio no será tan
útil como dañino al introducir la costumbre de desobedecer a los gobernantes”32.
“(…) hemos dicho entre otras cosas que el hombre es un animal político y, por tanto,
sin tener necesidad de auxilio mutuo, los hombres tienden a la convivencia, si bien es verdad que
los une la utilidad común, en la medida que cada uno corresponde una parte del bienestar. Este
es, efectivamente, el fin principal, tanto de todos en común como aisladamente; pero también se
reúnen simplemente para vivir y constituyen la comunidad política (…)”34 (cursivas propias).
Nótese que además del bienestar, la polis tiene como finalidad el ‘simplemente
vivir’, la ‘convivencia’. Pero esta convivencia se da aún cuando no hay necesidad
de “auxilio mutuo”. Es decir que estando garantizada la seguridad, la polis implica un
convivir. Convivir que por supuesto debe realizarse dentro del orden y la seguridad
pública y que solo es posible si no hay desorden; ya que este rasgo del mero vivir “tiene
cierta dosis de bondad”35.
Es a esto a lo que aludimos cuando hablamos de estabilidad, pues queremos
significar una convivencia estable y que no se vea amenazada por revoluciones o
sediciones; pero no solo referido a la convivencia sino también a una permanencia
estable del orden de la comunidad civil. Julián Marías en este mismo sentido dice: “En
principio, el tema de la política es la realidad de cada régimen, por tanto los requisitos
ARISTÓTELES, La Política. 1269 a.
ARISTÓTELES, La Política. 1276 b.
ARISTÓTELES, La Política. 1278 b.
ARISTÓTELES, La Política.
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de su perduración. Hay que ver qué es la monarquía, la oligarquía, la democracia, la
tiranía, etc., en qué consisten, qué las <<constituye>> y qué tienen que hacer para
conservarse y perdurar.”36 La estabilidad es una noción que está relacionada con lo que
Aristóteles llama “régimen de gobierno”. Para Aristóteles el que unos regímenes sean
rectos y otros defectuosos va a depender de si se mira o no al bien común y la justicia,
elementos siempre presentes cuando existe la convivencia. Es por eso que va a definir
como el fin de la polis el “vivir bien”, el cual es mucho más que la sola convivencia ya
que tiene que ver con “las buenas acciones”37.
Aristóteles clasifica como monarquía al gobierno de uno, aristocracia al
gobierno de pocos y “república” (politeia) al gobierno de la masa siempre y cuando
tiendan al bien común. De lo contrario las desviaciones de estos regímenes son la tiranía
de la monarquía, la oligarquía de la aristocracia, y la democracia de la república dado
que tienden al interés del monarca, de los ricos, o de los pobres.
En la clasificación de las formas de gobierno Aristóteles va percibiendo la
existencia del conflicto entre pobres y ricos (que surge cuando no se tienen en cuenta
sus intereses) que será un obstáculo para la estabilidad.
Luego de haber analizado ‘en lo teórico’ las formas de gobierno, se produce una
variación: Aristóteles busca de las formas existentes las que no fallen en la práctica, y
agrega que el legislador debe hacer esto “partiendo de los existentes” y “poder remediar
las faltas de los regímenes existentes”38. En este nuevo enfoque Aristóteles quiere
concentrarse más en lo que ve en la realidad. Define ‘República’ como una mezcla de
oligarquía y democracia39. La inquietud por la estabilidad de las formas de gobierno
se evidencia cuando Aristóteles dice: “(…) intentaremos exponer en qué estriban la
destrucción y la conservación de los regímenes (…)”40. Al hablar de la “república”
observamos la importancia que Aristóteles le da a un régimen que permanezca estable
cuando dice:
Afirma que entre ricos y pobres “lo intermedio es lo mejor” y dice que sus
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ciudadanos “son los más estables porque ni codician lo ajeno (…) ni otros desean lo
suyo”42. Aristóteles, como vemos, prefiere ciudadanos estables, libres de protagonizar
sediciones o revueltas. Para Julián Marías “la lección que se desprende de la historia
es melancólica e inquietante: inestabilidad, fracaso de todos los regímenes; por tanto,
alteración de las ciudades, que al cambiar de constitución se convierten en otras (…)”43.
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las oligarquías “cuando los oligarcas oprimen al pueblo”, pero también ve “causas
internas de revolución”; esto es cuando dentro de los oligarcas “actúan demagogos”48.
Otra causa de revolución es cuando los oligarcas pierden sus fortunas privadas. En
cuanto a la “república” se producen revoluciones cuando las funciones de gobierno
están “fundadas en la propiedad” debido al cambio que con el tiempo se producen
en las mismas49. También señala que si uno es grande y capaz de ser mayor, aspira a
ejercer la monarquía lo cual implica obviamente una revolución. Además de todo lo
mencionado, una causa fundamental de la ‘destrucción’ de repúblicas y aristocracias, es
la desviación de la justicia dentro del régimen mismo. Esto ocurre si en la república no
está “bien mezclada” la democracia con la oligarquía; y en la aristocracia la oligarquía
y la democracia con “la virtud”. Y es por este hecho que Aristóteles ve más estable a
la república que tiende más a la masa, ya que los muchos son más fuertes y están más
contentos con una participación igual. En cambio cuando los ricos tienen el poder ve
que “tienden siempre a insolentarse y a tomar más de lo que les corresponde”50.
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en el régimen”55. Al considerar la permanencia de la monarquía señala que “La tiranía
se destruye… desde fuera si hay un régimen contrario más fuerte”, y agrega: “la
realeza es el régimen menos susceptible de ser destruido desde fuera, y por eso… más
duradero”56.
Finalmente Aristóteles propone también una solución para la pobreza: dar
a los pobres lo suficiente para que tengan un pequeño terreno, o para emprender el
comercio o la agricultura, por eso “Es propio de una clase superior hábil e inteligente
distribuirse los pobres y darles los medios necesarios, orientándolos a algún trabajo”57.
En definitiva, señala Julián Marías, que la lección que se desprende de la historia
es la inestabilidad. Ante ello Aristóteles aporta la solución: la perduración de los
regímenes o requisitos de perduración; es decir la estabilidad de los regímenes.
CONCLUSIÓN
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Entonces surgirá en un momento dado de La Política la preocupación por
la revuelta, la sedición, el cambio de los regímenes de gobierno y los requisitos
necesarios para su permanencia. Este trabajo constituye una aproximación breve a
estas inquietudes de un Aristóteles en cuanto hombre de una época que sin duda fue
turbulenta y experimentó diversos cambios. Por eso este trabajo lleva el título de Orden,
desorden, y estabilidad en La Política de Aristóteles. De ningún modo es este un tema
cerrado, sino tan solo una aproximación cercana de un Aristóteles comprometido con
las vicisitudes de la polis, con los conflictos que veía atravesar a las poleis griegas.
Aristóteles busca una solución, pero lo hace por la preocupación que tiene ante lo que
la experiencia le presenta. Es en este sentido que observa con visión aguda las causas de
los cambios que producen las caídas de los regímenes de gobierno y propone lo que es
necesario para su permanencia.
Aunque quizá muchos encuentren el La Política de Aristóteles; uno más
idealista y teórico, más cercano a Platón; y otro más práctico, realista y utilitario,
preocupado por la realidad, en ambos casos podemos decir que de una u otra manera
hay un hilo conductor, hay una preocupación aristotélica, ya sea enfocada en una u
otra forma. Esta es la preocupación por la polis. Todo en Aristóteles va a girar en
torno a la polis. Ello queda reflejado cuando Aristóteles se refiere a la educación, y
piensa que la educación no debe ser privada sino que “concierne a la ciudad” dado
que “ningún ciudadano se pertenece a si mismo”, pues “todos pertenecen a la ciudad”59.
Por supuesto que en este trabajo solo se han citado algunos fragmentos o
pensamientos de la parte más “realista”, más “empírica” de Aristóteles, que muestran
un Aristóteles más terrenal, preocupado por una realidad concreta: los conflictos que
atentaban contra el orden de la polis. Precisamente la cuestión que hemos planteado
del orden, el desorden, y la estabilidad alcanzan su expresión máxima en los libros
considerados más ‘empíricos’ de La Política. Los problemas del orden, el desorden,
y la estabilidad de la polis lo llevan a Aristóteles a ‘bajar’ de un estado que Jaeger
llama “ideal”. Es como señala W. Jaeger: “Pero en estos libros tardíos le llevó la
imparcial observación de la realidad empírica a un modo completamente distinto de
tratar las cosas, que parte de los fenómenos particulares y trata de descubrir su ley
interna (…)”60.
BIBLIOGRAFÍA
ARISTÓTELES, La Política. 1337 a.
JAEGER, WERGNER, op. cit. pág. 311.
16
BERENGUER AMENÓS, JAIME, Gramática Griega. Barcelona, Editorial Bosch,
1999.
FUENTE PRIMARIA
ÍNDICE
PORTADA 1
INTRODUCCION 2
ARISTÓTELES Y LA REALIDAD 4
CONCLUSIÓN 14
BIBLIOGRAFÍA 16
ÍNDICE 17
16