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Marcia Stacey Chiriboga, DON FRANCISCO

ATABALIPA EL AUQUI CHICO © Dra. Marcia


Stacey Chiriboga de Valdivieso
Lun, 04/28/2008 - 03:38 — margagua

Marcia Stacey Chiriboga, DON FRANCISCO ATABALIPA EL AUQUI

CHICO © Dra. Marcia Stacey Chiriboga de Valdivieso

INTRODUCCIÓN:

Existen muchos libros sobre los Incas, está gran civilización

sudamericana, que encontraron los españoles a su llegada a las

tierras que trataban de conquistar. Toda América estaba habitada.

Desde cuándo? Aún no lo podemos saber, pero cada vez se

encuentran vestigios más antiguos. En principio se habló de 500

años, pero ahora, se ha llegado a 4.500 años en arqueología y en

otras huellas llegamos hasta más de 20.000 años. Y así se sabe ya de

períodos más lejanos, que nos abren un escenario mucho mayor de lo

que se pensaba. Nosotros podemos referirnos al testimonio escrito

por los cronistas más antiguos y luego por los cronistas indígenas

como Gracilazo de la Vega y Guamán Poma de Ayala, además de

otros y de documentación que aparece en diversos archivo, en.

distintos lugares del mundo. Pero la arqueología y las técnicas de

investigación actuales nos remontan a otros seres superiores que

habitaron suelo americano. Tal es el caso de los restos arqueológicos

encontrados en Lambayeque-Perú, que se remontan a 3.500 años


como el Sr. de Zipán, que se piensa que fue una cultura superior a

los Incas. Hace poco se ha encontrado cerca del lugar donde se

excavaron los restos fúnebres ya dichos, otros más antiguos que

estos y engalanados con joyas, preciosamente pulidas, con mejores

técnicas, que se remontan a más de 8.000 años. Es decir, que se

puede pensar que América estuvo habitada desde hace miles de

años, por etnias diferentes, por seres que desaparecieron en alguna

catástrofe y que sus huellas quedaron sepultadas hasta ahora.

Y qué podemos decir de las maravillas de sarcófagos, mascarillas,

joyas, juguetes y más piezas encontradas en la isla “La Tolita” del

Ecuador?. Nadie puede aún dar un diagnóstico, ni siquiera

aproximado sobre su origen, sobre su magnificencia, cada pieza es

una maravilla, esculpidas en oro y piedras preciosas, de técnicas

desconocidas para nosotros, que nos hacen pensar en otros pueblos:

tal vez los desaparecidos Mayas? O se trata de pueblos como los

Fenicios, de quienes se ha probado que estuvieron en América, o de

otros también desaparecidos ?, tal vez de origen egipcio?. En fin,

hasta el momento no podemos aclarar muchas cosas. Pero sí

conocemos que a la llegada de los españoles América estaba habitada

por más de 10´000.000 de personas. Cada territorio, que hoy es

independiente y forma un país, tenía diferentes etnias. Creo que no

se ha contado cuántas de ellas están clasificadas por los españoles y

los portugueses, solo en América del Sur y no digamos en América

del Norte y del Centro. Fueron muchísimas. Sin embargo se las

sometieron a todas, con la fuerza de unas pocas culturas europeas: la

española, la inglesa y la portuguesa y con tres grandes valores que

anonadaron, enmudecieron y vencieron a todas las etnias que se

encontraron en cada territorio conquistado. Estos fueron:


· El respeto al caballo, enorme animal que les fascinó, porque no

habían visto un animal tan grande y útil, las tribus que se sublevaron

y se mantuvieron aislados por siglos, lograron obtener caballos, para

poder, con ellos alejarse y estar prestos para la guerra.

· La pólvora: el fuego que ella producía y la muerte de los congéneres

con su uso, no les permitió superarse y se vencieron ante ella. Fue el

segundo de las aspiraciones de las tribus que no se dejaban someter.

· La escritura: les desconcertó el papel y todo lo que se podía

representar fue para ellos algo imposible de superar, de comprender

y les sintieron a los españoles muy superiores a ellos. Solo pocos

lograron aprender y regresar a sus pueblos, pues la escritura les

hacía ya aspirar al blanqueamiento.

Los sucesos posteriores a la Conquista y los principio de las

fundaciones de ciudades y la colonización, han minimizado el destino

de los nobles que sobrevivieron a este drama, que les sorprendió en

medio de una guerra fratricida, por la que no fue posible valorar su

extinción casi total, de la faz de la tierra. Por ello nos preguntamos: ¿

Qué pasó con los hijos del último Inca: Atahualpa, que nunca se

coronó, pues le llegó la conquista en el momento mayor de su gloria:

cuando había triunfado y se creía invencible?. Sin embargo, en Quito

habían quedado algunos de sus hijos y por medio de documentos se

ha podido seguir su huella y saber los sucesos posteriores, cuando ya

se organizaron las ciudades y se llenaron de españoles, que venían

de ultramar, buscando el éxito y huyendo de una España

empobrecida, y, poco tiempo luego, se llenó de mestizos.

Como resultaría muy largo este tema al generalizarlo, solo vamos a


referirnos a Don Francisco Atabalipa, llamado el Auqui Chico, por ser

reconocido como el hijo mayor de Atahualpa y su heredero.

Antecedentes:

La conquista española desarticuló todas las acciones de los Incas, que

en ese momento se encontraban en crisis por la muerte del última

Inca: Huaynacapac. El gran imperio que se había formado con las

conquistas de TupacYupanqui y de Huayna Capac durante 80 años, se

extendía por el norte desde Pasto en Colombia; al sur hasta el río

Bibío en Chile; al este hasta Bolivia y Argentina, sumando también los

mares, sus costas y sus alrededores. Huaynacapac, a su muerte,

había dividido su imperio en dos: el norte para su hijo amado

Atahualpa y el sur para su hijo legítimo Huáscar. Este último no

aceptó la decisión de su padre y se reveló contra ella, negó los

derechos de su hermano y le declaró la guerra. Atahualpa bajó con

sus huestes, con sus generales, desde Quito y arrasó con el Cuzco y

asesinaron a cuanto noble pudieron. Atahualpa se dirigió a Cajamarca

a descansar en los balnearios y mandó a tomar preso a su hermano

Huáscar. Cuando le comunicaron que lo traían prisionero, justo en

ese momento le avisaron también que habían llegado unos

“Viracochas” blancos y barbados, montados en unos animales

enormes y que vomitaban fuego. Avisados los guerreros que traían a

Huáscar, de la llegada de los extraños, lo mataron en el camino, y se

regresaron a contar lo que sabían.

Así Atahualpa, triunfante, no pensó que caería en manos de los

españoles. Les dio la bienvenida y fue traicionado, se lo tomó

prisionero. Ya en la cárcel, demostró una inteligencia poco común y


aprendía rápidamente todo cuanto lo enseñaron. Permitieron que

mantuviera su estatus y sus sirvientas de la nobleza para que lo

atendieran. El intérprete de Francisco Pizarro: Don Martinillo había

inventado algunas argucias sobre los generales de Atahualpa, decía

que venían ejércitos enormes para salvarlo. Colaboró también el

hecho de que dicho intérprete se hallaba encantado con la Coya,

esposa de Atahualpa, a quien ni siquiera podía alzar la mirada, pues

debería morir ese instante, entonces, intrigó contra Atahualpa, para

que desapareciera.

Para los españoles era un peligro mantener a este “Rey”, llamado El

Inca. Pensaban que en un reino no podían haber “ dos Reyes”. Luego

de meses de prisión y, pese a su oferta de “llenar una pieza de oro y

plata, hasta donde se estirara el brazo” y de un juicio “justo”, fue

condenado y ahorcado con un torniquete a un garrote.

Almagro había ofrecido a Atahualpa “proteger” a sus tiernos hijos,

todos naturales, habidos en sus múltiples concubinas, pues apenas

para el viaje al sur, en defensa de su heredad, se había casado con

Imasuma, una bella joven hija de un sacerdote, a quien había

seleccionado entre las “Vírgenes del sol”.

Es por esta razón, que no existían hijos legítimos de Atahualpa,

además porque la Coya con la que se había casado, no era su

hermana, y por esta razón, sus posibles hijos no podían ser

herederos. Sí hubieron excepciones en la línea de sucesión, pero, en

lo posible trataban de mantener este orden y el Inca, no podía

encontrar una esposa más digna y de su mismo nivel, que su propia

hermana. De allí que esto también fue un motivo de acusación de los


españoles hacia los Incas, pues para ellos esto era un incesto, un

pecado muy grave.

Hascar se había casado c.Chuqui Llanto, Coya, pero no tuvo hijos,

entonces sus hermanos legítimos fueron los que entraron a la

sucesión, que los españoles quisieron continuar y dos de ellos

pasaron a ser Incas: Tupac Huallpa ( f. 7 meses luego) y Manco Inca.

Es desde aquí, donde inicia esta genealogía y añadiremos todos los

datos que hemos podido encontrar sobre uno de los hijos de

Atahualpa: Don Francisco Atabalipa, llamado el Auqui Chico.

ANCESTROS:

Del lago Titicaca salieron dos personajes que formaron el Imperio

Inca:

El Primer Inga fue el Hijo del Sol y de la Luna

( en realidad fue hijo de Mama Uaco, una hechicera. Se la llamaba

Coya y Reina del Cuzco)

1. MANCO CAPAC YNGA Cc. MAMA OCLLO o Mama Uaco, su madre.

2. CINCHE ROCA YNGA Cc. CHIMBO URMA, COYA

3. LLOQUI YUPANQUI YNGA Cc. MAMA CORA OCLLO, COYA

4. MAYTA CAPAC YNGA Cc. CHIMBO URMA MAMA YACHI

5. CAPAC YUPANQUI YNGA C1c. CHIMBO UCLLO MAMA CAUA

C2c. CUCI CHIMBO MAMA MICAY, COYA, OCLLO

6. YNCA ROCA Cc. CUCI CHIMBO MAMA MICAY, COYA,

7. YAVAR YACAC INGA Cc. YPA UACO MAMA MACHI, COYA.

8. VIRA COCHA INGA Cc. MAMA YUNTO CAYAN, COYA

9. PACHACUTI INGA YUPANQUI Cc. MAMA ANA UARQUE


10. TOPA INGA YUPANQUI PACHACUTI Cc. MAMA OCLLO

11. (H) GUAYNA CAPAC INGA Cc. RAUA OCLLO, COYA

FF. c. CHACHAPOYA

12 TOPA CUCI GUASCAR YNCA

Cc CHUQUI LLANTO COYA

12 (H) ATAGUALPA INGA.

DON FRANCISCO ATABALIPA

HIJO DE HUAYCO OCLLO

2. ATAHUALPA

Llamado también Atagualpa o Atabalipa.

Nació en el Cuzco, hijo del Inca Huayna Capac y de una noble

cuzqueña, que se estableció en Cochasquí, antigua cuna de la

nobleza, desde donde se desplazaban a Quito, Otavalo, Cayambe y

Caranqui, ya dentro de la conquista de los Incas, que llegaron hasta

más allá de Pasto. Como parte de la conquista iban siempre un grupo

de mitimaes de la nobleza Incas o Chachas, para casarse con los

nobles del lugar conquistado y así afianzar los vínculo al relacionarse

con nobles llactayos[1].

La madre de Atahualpa pertenecía a la panaca de Pachacutic. Fue

esposa en primeras nupcias del Ango de Carangue, por esta razón los

Ango y sus derivados eran parientes del gran Inca Atahualpa. [2]

De los apellidos de la nobleza que se formaron luego de la llegada de

los españoles y de los bautizos, que adoptaban un nombre cristiano y

un apellido al azar, dentro de su tradición y que luego poco a poco

pasaron a ser hereditarios, vamos a enumerar unos pocos:


Nobles Parientes de Atahualpa

Ati Ango

Cajamarca Anco

Carangue Arrango

Coya Anchango

Collaguazos Anrrango

Collín Cacuango

Cuzco Cango

Duchicela Congo

Inga Chunganrro

Ica Coquilango

Inca Farinango

Ñusta Panquilango

Palla Salazar y Ango

Paulla Topa Inca

Pillajos Palla Cañar

Quilaco

Quito

Quispe Ica y Sigcho

Sigcho

Yupanqui

El apellido Quilaco, sin ser Ango, era usado por las mujeres nobles

parientes de la madre de Atahualpa.

Atahualpa vino a Quito de 3 años de edad y de allí se lo llevó a

Caranqui, donde creció y se educó junto a la familia de su madre y

estando siempre muy cerca de su padre. De 13 años se lo llevó a

Pachacapac, para recibir instrucción militar como le correspondía a su

rango y regresó a los 17 junto a su padre, que lo reclamaba


constantemente “ por el mucho amor que lo tenía” y que falleció a

poco de eso.

Al dividirse el Imperio, como así lo había querido el Gran Inca Huayna

Capac, Huáscar no lo aceptó y le declaró la guerra. Atahualpa se

empeñó en la guerra y salió al sur con todos sus generales y sus

ejércitos. Cuando Atahualpa atacó el Cuzco por primera vez, cayó

preso y en la lid, perdió una oreja, cosa que le afectó mucho a su

vanidad y siempre se tapaba. Logró huir con mucha astucia y decía

que le había ayudado su “padre El Sol”.

Las huestes de Atahualpa, luego entraron triunfantes al Cuzco y

exterminaron realmente a la panaca de su hermano Huáscar.

Quemaron la momia de Huayna Capac y asesinaron a 80 niños y 300

adultos de la familia real. Se dice también que allí murieron muchas

parientes de Atahualpa y posiblemente su madre, de allí que tuvo un

gran desconsuelo y no pudo festejar su triunfo sobre Huáscar que ya

venía preso.

Durante el juicio a Atahualpa, ya preso por los españoles, estos

trataron de darle la Biblia; como no oyó nada y al probarla no sintió

ningún sabor la lanzó al suelo.

Fue bautizado como Francisco, al consentir que lo hagan, como

testifica su hermana Inés Yupanqui. Lo bautizó Fray Vicente de

Valverde, primer Obispo del Cuzco y quien finalmente fue comido por

las tribus caníbales de la isla Puna en Ecuador-frente a Guayaquil.

El Gran Inca Atahualpa fue ahorcado la noche del sábado 26-VII-

1533, luego de que Hernando Pizarro, su defensor, había dejado

Cajamarca el 13-VI-.por orden de Francisco Pizarro. Primero había

sido condenado a morir quemado vivo, pero como consintió

bautizarse, la pena se cambió a ser ahorcado por garrote hasta la


muerto; se le colocó un madero, que se ajustó a su cuello, se lo

apretó hasta que dejara de respirar.

Sus restos fueron llevados desde la prisión al lugar de los sacrificios

en la plaza de Cajamarca, donde lo expusieron, colocándole al medio

de la plaza, acompañado del sonido de trompetas. Y allí lo dejaron

para que viera su gente…

Cuando ya fue condenado y se vio perdido, se lamentó diciendo que

dejaba en Quito hijos pequeños y que él los hubiera querido educar;

rogó a Almagro que se hiciera cargo de sus hijos, enumerándolos con

mucho cariño y sufriendo por su destino, pues no sabía cuál sería la

suerte que correrían en adelante.

La legitimidad en los Incas venía del matrimonio del Inca[3] y una

mujer pariente suya en el grado más cercano posible. Por lo que,

generalmente, una hermana suya debía ser su esposa, la Coya[4],

reina y esposa del Inca. Atahualpa tuvo numerosos hijos en

diferentes concubinas de sangre real, de los que hay noticias, se sabe

que Benalcázar arrebató a Rumiñahui 11 de ellos y los llevó a

Riobamba, para entregarlos a Almagro. Otros habían huido con sus

madres a tierras de Yumbos.

Los hijos de Atahualpa que quedaran en Quito fueron:

1. TUPAC ATAUCHI, AUQUI: Don Francisco Atabalipa, Llamado El

Auqui Chico[5]. Fue hijo en Hayco- Ocllo.

2. ATOPAS CANAL : Don Carlos Atabalipa, hijo de Mama Usica.

3. Felipe Atabalipa

4. Isabel cc. el blanco Diego Gutiérrez de Medina

5. INCA ROCCA, llamado también Tupac Huallapa, ( según algunas

versiones fue el único hijo legítimo de Atahualpa)

6. María Atabalipa Panquilango, hermana entera del anterior.


Rumiñahui se había apoderado de la herencia de Atahualpa e insistía

en que él, Rumiñahui[6], General de Atahualpa y su posible hermano,

había sido ungido por los hijos de Atahualpa y por la reina Mama

Occllo Cori Duchicela, la Coya, de la realeza Cuzqueña y Quiteña.[7]

Según el padre Juan de Velasco fue la única hermana paterna de

Atabalipa, y prima hermana de su madre Paccha Duchicela, nacida de

la unión de Huaynacapac y Quispi Duchicela.. Así, siendo su único

hijo legítimo Huallpa Capac.

Si bien, la posición de Rumiñahui fue verdadera, la segunda parte,

sobre la legitimidad de Huallpa Capac, no es verdadera. Por esta

razón no había derecho a sucesión. Pero en la práctica el hijo mayor

de Atahualpa Don Francisco Atabalipa, al llamarlo El Auqui Chico y

concederle todas las tierras que se le adjudicaron, se le estaba

reconociendo su derecho como hijo mayor de Atahualpa y su

heredero. Por su rangoespecial pasó a educarse y a vivir donde los

padres Franciscanos y como su apoderado lo nombró a Don Alfonso

Ango.

A los dos últimos hijos se los entregó Sebastián de Benalcázar a

Almagro y éste a los padres Franciscanos para que los educara

3. TUPAC ATAUCHI, AUQUI: Don Francisco Atabalipa,

EL AUQUI CHICO

El Auqui Chico ( príncipe), aunque era ilegítimo, se lo reconoció como

el hijo mayor y el heredero de Atahualpa, concediéndole los derechos

que correspondían a los españoles.

Fue hijo de Hayca- Ocllo o Paico Vello ( madre de reyes), cuzqueña.

Nació en Cajamarca y se dice que cuando vino a Quito le


acompañaron más de 5.000 indios, pues al ser hijo de una noble y de

padre soltero, lo había elegido la “Huaca” u oráculo, como el heredero

o el elegido.

En tiempo de la conquista, los cronistas dicen que Atahualpa

recomendó el cuidado de sus hijos a Almagro, y así se hizo: se

recogió a todos los niños de la realeza y a unos se los llevó al Cuzco a

las órdenes de los Padre Dominicos para que los educaran y a otros a

Quito, encargándoles a los padres Franciscanos la educación de los

niños reales.

Así, Don Francisco Atabalipa, el Auqui Chico, fue un de los niños

recogido por Benalcázar, tal vez el más importante y entregó al

cuidado de los padres Franciscano junto a muchos niños de

descendencia real, de la nobleza y de los caciques, que luego figuran

en algunos documentos como personajes importantes:

En 1547 y ya terminada su educación, formó parte del grupo que

marchó al país de la Canela. Por 1547 se casó con Doña Beatriz Ango

Coquilango, f. en 1589, hermana de su protector Alonso Ango, Señor

de Caranqui, quien pasó a ser su cuñado, residían en Otavalo. En

1550 comandó las tropas de indios, que lograron sofocar el

alzamiento de los Quilcas y Litas. Es allí, que Fray Francisco Morales

en 1556 escribe al rey, indicándole que Don Francisco Atabalipa, hijo

de Atahualpa, no tiene con qué suetntarse. Y añade a su nombre el

vocablo Popauchi, deformación de Tupac, por haber sido gran

guerrero. Y viaja a España con la misión de recuperarse

económicamente de su rango. Por 1554 regresa y se lo nombra como

“ Capitán y Justicia Mayor de todos los indígenas de la región

Andina”, como príncipe heredero, con poderes extraordinarios.

Luego, concedidas las mercedes, pasa a vivir en Quito y es dueño de


múltiples casas, donde presta hospitalidad a su gente.

En realidad fue de temperamento muy tímido y usaba una especie de

sotana a diario, dentro de su casa; para salir y en las ceremonias,

que no lo hacía muchas veces por su mismo carácter, utilizaba “ropa

de uso antiguo”, que debió heredar de sus antepasados, rica y bella

ropa, de fina textura y colores suaves.[8]

Sin embargo, la aceptación de los españoles de su rango como hijo

mayor de Atahualpa, le permitió usar todos los recursos legales de los

vasallos españoles y se lo encuentra a los largo de la historia del siglo

XVI y sus hijos tuvieron sus derechos y reclamaron hasta por lo

menos el siglo XVII. Mientras sus otros hijos pasaron al anonimato,

por así quererlo ellos.

El Auqui, con su jerarquía de Capitán General podía ayudar a su

gente, que lo veían como en realidad fue: un heredero del Inca. Sus

múltiples casas eran posadas para parientes y amigos que venían a

hacer gestiones en Quito. Estas casas las fue adaptando de típicas

cuzqueñas, dándoles un toque hispánico y las comodidades que se

podían dar en ese tiempo.

Don Francisco con el cargo y poder de su autoridad y pese a que para

los llactayos era solo un descendiente de los cuzqueños, logró redimir

en algo a los indígenas y por orden del Rey despacha las Cédulas de

1578 con la reformación, y las demasías y defendió sobretodo a los

Yanaconas que sufrían mucho por el despojo de tierras. Luego se le

añadió el “DON” para caracterizar su estatus personal.

Sin embargo nunca tuvo el poder total de su padre, sino el limitado

que le permitieron los españoles, pero eso, sí, fue el paño de lágrimas

de los indios, sin distinción, que llegaban a su mansión de San Roque,

que con innumerables casas recibía, hospedaba y alimentaba a


cuanta persona necesitaba de su ayuda, inclusive a los blancos. Su

vida la llevó con una autoridad tranquila y más bien dulce, suave, que

sabía manejar a la gente, con mucho tino y cariño, tanto a los unos

como a los otros, por lo que fue muy estimado y muchas veces las

autoridades le designaban cantidades de dinero para solucionar

problemas de sus indios.

Fue nombrado por muchos años como superintendente de las obras

de Quito; construyó innumerables caminos vecinales y vías que unían

el norte con el sur de Quito. Su mansión estaba siempre llena de

gente: administradores blancos para sus bienes, yanaconas para su

servicio, vecinos que ayudaban en sus obras y en fin personas que

asumían la administración de su hogar, siendo importante su esposa

Beatriz en muchos casos. Sin embargo se le acusa de no haber

velado por sus hermanos, que tenían mala situación económica.

Testó el 16-XII-1582 y debió morir de vejez por 1584.

Hijos:

1. Don Alonso Atabalipa Ango, hijo legítimo y heredero de Don

Francisco Atabalipa, n. en Quito. Muere en España.S.

Hijos naturales:

Don Carlos. Mestizo, hijo de española seguramente. Recibió muchas

mercedes junto con su hermana Mencia. Asumió todas las

Mayor de naturales de la ciudad de Quito. Mercedes de su padre.

Alcalde

Cc Doña Juana Azarpay, de la nobleza cuzqueña.

Hijas:

111.. Doña María Atabalipa Azarpay cc. Don Francisco García Ati. Ss.

112. Doña Juana Atabalipa Azarpay, Cc. Don Andrés Hacho de Narvez

Choco. Ss.
Doña Mencia, Hijas habidas en Dña. Francisca Carua (g)

Cc. Francisco Ulloa v. de Quito.

Hija:

121. Doña Bárbara Atabalipa Ayo n.1600 Cc. Don Tomás Cabrera en

1624.

Hija:

211. Doña Ma. Cabrera Atagualipa Cc. Don Francisco García Ati. F. en

1672 Ss.

1.4 Don Gregorio f.n.

1.4. Doña Isabel f.n.

2. Ana Aparca, Coya, Cc. José Orozco y Gamarra. Español Los dos

nobles.

Vivieron primero en Lima, donde fueron muy bien recibidos y luego

en el Cuzco.

Hijos:

2.1. Don Bartolomé Inga Orozco, viaja a España, regresa a Quito y

desaparece.

2.2. Don Francisco Carguacóndor . Cc ?

Hijos:

2.1. Luis Inga

2.2. Francisca Paula Laguachay

2.3 Juan Inga

2. Juana Atabalipa, h.n. que vivió siempre a su lado, fue la hija

mayor llamada.

“COYA”,. por ser hija en una coya cuzqueña. Antes del matrimonio

con la Ango. C1c. Juan González Lozano, blanco. Hija: Doña Isabel

González Atabalipa oDoña Isabel Atabalipa, Coya. C1c. Don Pedro

Álvarez Cordero. Ss.


C2c. Álvaro de Saavedra, Ss.

C2c. Domingo Muñoz, sastre.: Hija: Doña Juana Atabalipa Muñoz.,

Cc. Diego de Rivera, una hija que desaparece.

4.. PROPIEDADES:

Don Francisco Atabalipa tuvo un trato preferencial por parte de los

conquistadores, quienes le trataron como el personaje de más alta

jerarquía étnica, que había quedado del antiguo Reino de Quito. Por

lo mismo recibió muchas mercedes, consistentes en propiedades, que

fueron asignadas algunas de ellas por Gil Ramírez Dávalos en 12-

VIII-1556:

Se le concedió la cantidad de 300 pesos para que no padezca

necesidades y además tierras:

1. Gran solar en San Francisco, de varias chacras, donde tenía

yanaconas a su servicio y siembras, tanto de los productos propios de

la tierra como de otros adoptados de los españoles. En la parte más

cercana de estas tierras, que lindaba con el convento de San

Francisco construyó solares para su renta. Estas casas se

construyeron sobre restos de construcciones incásicas, según se sabe

por documentos de 1609. Estas casas tenían zócalo de piedra sillar de

más de 2 metros de alto y con puertas trapezoides. El segundo piso

de bahareque, con ventanas y techo de teja.

2. Otro solar en San Sebastián, donde vivían parte de su parentela.

Ya dividida en varios solares con casas mestizas , que hereda su hija

Juana.

3. Gran solar en San Roque, donde tenía animales, propios de la

tierra y de los adoptados. En la casa de habitación, tenía muralla y

una portada de piedra señorial de grandes dimensiones, que la

vendió el nieto del Auqui: Carlos Atabalipa, dice que había sido
propiedad de su abuela Beatriz. Con esta piedra del muro y la

portada se construyó gran parte de la Iglesia de San Roque.

4. Casa de vivienda en San Blas, donde habitaba con su familia:

esposa, e hijos. Aquí fue donde pasó varios años de su vida. Doña

Beatriz Ango, ya viuda de Don Francisco Atabalipa hace donación de

varias casas en San Blas a sus nietos: Carlos y Mensia Atabalipa.

Estas casas eran construcciones nuevas de dos pisos, de tipo hispano

y portada de piedra tallada, con sus adornos mestizos. Fue varias

veces reconstruida y engalanada por los descendientes del Auqui

Chico Don Francisco Atabalipa.

No se sabe cuándo se le dio más mercedes y así fue dueño también

de: propiedades agrícolas.

El AUQUI CHICO fuedueño de una gran propiedad agrícola en

Cumbayá, “La tierra de las Guabas”. Está propiedad pasó a llamarse

como él “El Auqui Chico”, que limitaba: por la quebrada de Cruz

Huayco al norte. Al sur por la quebrada de Rojas, que desemboca en

el río San pedro, limitando con este por el este. Y al oeste por

terrenos de otros propietarios. .[9]

Estas eran unas tierras muy apreciadas por los Incas, ya que luego

de las guerras permanentes que mantenían, descansaban en las

aguas termales de Cununyacu , que lindaban con el Auqui Chico y

gozaban del buen clima. Tenían cacería de tórtolas, conejos y

sembríos de maíz, fríjol, ocas, papas, guabas, chirimoyas tunas,

moras de árbol (moros), capulíes y otros frutales de estos lugares

que eran endémicos, antes de que se introdujeran variedades

foráneas que adoptaron de los españoles.[10]

La encomienda de Francisco Tupatauchi Atabalipa pagaba doctrina a

los padres Franciscanos. Al morir Don Francisco, su esposa Beatriz


hereda las tierras de Cumbayá. Las traspasa a su hijo Alonso y éste a

su hn. Mencia. Para 1600, Mencia deja las tierras a su hija Bárbara.

Según Loreto Rebolledo, esto constituía una cuña, pues estaba dentro

del territorio de los españoles y no de los indígenas. Puesto también

que hubo una purificación de sangre en los hijos de Don Francisco

Atabalipa: o se casaban con noble o se casaban con español.

Desgraciadamente la estirpe desaparece, pues hay una esterilidad en

las mujeres y los varones, los pocos que hay, tampoco tienen

descendencia o mueren niños.

Los herederos de Don Francisco venden por lotes los terrenos del

Auqui Chico y en 1701 ya Juana de Arauz compra un pedazo que se

adhiere a la hacienda Rojas.

El Auqui Chico fue concedido como merced a Don Francisco Atabalipa,

el Auqui Chico, con una extensión de 12 caballerías, equivalente a

132 ha.[11]

Dice en algunos documentos que estas tierras fueron muy apreciadas

por el “Sapa Inca”. [12]

En 1804 se vendió el último lote que quedaba en manos de

indígenas, posibles familiares del Auqui Chico o tal vez donaciones de

alguna de las coyas que falleció ss.

[13]

CONCLUSIONES:

Es una pena que aun nos falte investigar mucho sobre los indígenas y

su descendencia, pues sus nombres se pierden en la Historia y no es

posible seguir su huella. Hemos tratado de obtener información sobre

este personaje tan importante como fuera Don Francisco Atabalipa, el

Auqui Chico. TUPAC ATAUCHI, AUQUI. Pero se debe buscar en

archivos del exterior, esperando que en el futuro haya suerte y se


pueda recuperar mucho de la memoria dentro de documentos, que

nos aclaren más aún todos los sucesos de la primera época de la

colonización y del rol que pudieron algunos nobles indígenas

mantener con dignidad en una sociedad que los estigmatizó desde el

principio, acusándolos de su color y de su cultura, sin que se puedan

defender.

Sin embargo no deja de ser fascinante la búsqueda de cualquier dato

que nos pueda aclarar algo más sobre el Inca y sus descendientes,

que, como hemos visto, se extingue por falta de sucesión.

El estudio de la misma personalidad del Auqui Chico, se la debe

estudiar bien. Pues gracias a ciertos rasgos que se anotan en

diferentes documentos se puede concluir, que su vida fue la

excepción que confirma la regla.

BIBLIOGRAFÍA.

- COSTALES Piedad y Alfredo.- “Los señores naturales de la Tierra”

Xerox del Ecuador S.A., diciembre de 1982. Quito-Ecuador.

- HEMMING Jhon: “ The Conqueron of the Incas”

- HOLGUÍN UTTERMANN DE YÉPEZ, Irma. “ Reseña Histórica de

Cumbayá”, Colección SAG. C.T. No.16.

- JURADO NOBOA Fernando.- “ Las Coyas y Pallas del Tahuantinsuyo”

Xerox del Ecuador S.A., diciembre de 1982. Quito-Ecuador.

- JURADO NOBOA Fernando: “ El destino doble de la élite indígena de

tipo mitimae en Popayán y Almaguer durante el siglo XVI”. BOLETÍN

DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA. No. 173. Quito-Ecuador –

Año 2003.

- PIZARRO Pedro: “ Récit de la découverte et de la conquête des


Royaumes du Pérou”. Editions du Félin. París 1992.

- REBOLLEDO G. Loreto.- “ Comunidad y Resistencia”. El caso de

Lumbicí en la Colonia: Colección Tesis Historia.. ABYA YALA 1992.

Quito-Ecuador. Propios de la tierra.

[2] Jurado Noboa – Fernando: “ El destino doble de la élite indígena

de tipo mitimae en Popayán y Almaguer durante el siglo XVI”.

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA. No. 173. Quito-

Ecuador – Año 2003.

[3] Inca: jefe máximo, equivalente a rey.

[4] Coya: princesa o esposa del Inca.

[5] Auqui Chico = heredero del Inca, título regio, utilizado solo para

el heredero.

[6] Rumiñahui: significa Cara de Pedra y se supone que fue hermano

de Atahualpa.

[7] . Esto refiere el Padre Juan de Velasco, pero no ha sido

confirmada la posibilidad y existencia de Mama Cori .

[8] La mayor parte de estos datos han sido obtenidos de la obra .

“Los señores naturales de la tierra”, de Piedad y Alfredo Costales.

[9] COSTALES. Piedad y Alfredo. “Las señoras Naturales de la Tierra”

. Plano pág. 131

[10] Rebolledo G. Loreto.

[11] HNH. Sección tierras. Cumbayá,

[12] REBOLLEDO. Loreto. Idem

[13] ANH. Sección Notarial . Not. 1.

© Dra.Marcia Stacey Chiriboga

www.margaritaguarderas.com

Marcia Stacey Ch. es una cultora de la Historia Social ecuatoriana

desde 1986; con 10 obras publicadas sobre diferentes temas y más


de 160 ponencias sostenidas en el ámbito nacional e internacional:

Historia, Genealogía,Costumbres y dos especialidades: la genealogía

de haciendas y análisis de apellidos indígenas. Todas las

investigaciones son rescatando documentadamente los pilares

angulares del tema seleccionado. Ahora, la ponencia para el Congreso

de Nobleza en Córdoba versará sobre "Don Francisco Atabalipa, el

Auqui Chico" V-2008

Marcia Stacey Ch. es una cultora de la Historia Social ecuatoriana

desde 1986; con 10 obras publicadas sobre diferentes temas y más

de 160 ponencias sostenidas en el ámbito nacional e internacional:

Historia, Genealogía,Costumbres y dos especialidades: la genealogía

de haciendas y análisis de apellidos indígenas. Todas las

investigaciones son rescatando documentadamente los pilares

angulares del tema seleccionado. Ahora, la ponencia para el Congreso

de Nobleza en Córdoba versará sobre "Don Francisco Atabalipa, el

Auqui Chico" V-2008.

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