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Medición y diagnóstico
de la patología psiquiátrica en inmigrantes
Resulta importante valorar el modo de
medir y diagnosticar la patología psiquiá-
trica de estos pacientes minimizando los
posibles sesgos en la medida de lo posible,
sobre todo si queremos realizar estudios clí-
nicos fiables y reproducibles sobre los pro-
blemas de salud mental de este grupo de
población.
Clasificaciones internacionales
de enfermedades mentales
Las dos más empleadas son el Manual
diagnóstico y estadístico de las enferme-
dades mentales, 4.ª edición revisada (DSM-
IV-TR), de la Asociación Psiquiátrica
Americana, y la Clasificación Internacional
de Enfermedades, 10.ª edición (CIE-10), de
la Organización Mundial de la Salud.
Aunque en Europa estamos más acostum-
brados a utilizar la CIE-10, el DSM-IV-TR se
considera más sensible a los temas cultura-
les y puede resultar más útil en este con-
texto. La introducción de un capítulo dedi-
cado a los factores culturales en el desarro-
llo de la enfermedad mental, la interpreta-
ción cultural de los síntomas, cómo la cul-
tura modifica la expresión de estos sínto-
mas y las enfermedades ligadas a la cul-
tura, aparece por primera vez en el Manual
DSM en su cuarta edición (Asociación
No conozco ninguna visión más dulce
para los ojos de un hombre que la
de su propio país.
HOMERO, LA ODISEA, s. IX a.C
Psiquiátrica Americana, 2002), segura-
mente motivado por el importante
aumento de la diversidad cultural en
Estados Unidos (Guarnaccia y Rogler,
1999).
Entrevistas estructuradas
y semiestructuradas
En cuanto a la utilización de entrevistas
estructuradas o semiestructuradas para el
diagnóstico de estos pacientes, los estudios
que han comparado los posibles sesgos
diagnósticos que aparecen entre la pobla-
ción inmigrante y la autóctona parece que
se reducen al utilizar este tipo de entrevis-
tas, observándose sólo pequeñas diferen-
cias en cuanto a la prevalencia de los distin-
tos trastornos psiquiátricos, comparado con
las diferencias en el diagnóstico en estos
grupos de población que aparecen cuando
se utilizan entrevistas abiertas, aun cuando
estas entrevistas están estandarizadas para
la población mayoritaria del país (Escobar y
cols., 1988). Una de las entrevistas estruc-
turadas más utilizada es la CIDI (Composite
International Diagnostic Interview), dise-
ñada especialmente para el diagnóstico psi-
quiátrico en distintas culturas y lenguajes,
ya que ha sido validada en distintos países y
culturas. No obstante, presenta algunas
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limitaciones como, por ejemplo, para diag-
nosticar síntomas somatomorfos en pobla-
ción hispana, seguramente debido a cues-
tiones como los síndromes culturales que
no son reconocidos por la medicina occi-
dental, y diferencias de lenguaje entre los
pacientes y los médicos. Este hecho nos
lleva a cuestionar las altas tasas de somati-
zación en latinos en estudios previos que
han empleado instrumentos estructurados
para el diagnóstico. A pesar de las ventajas
de los instrumentos estructurados, habrá
que clarificar su capacidad para ajustar
exactamente los diagnósticos psiquiátricos
en algunos grupos culturales y clínicos
(Villaseñor y Waitzkin, 1999).
Escalas psicométricas
Resultan imprescindibles para la comuni-
cación entre los clínicos y la replicación de
estudios de investigación. Su empleo es
complejo, pues existen una serie de normas
para la traducción y validación de las esca-
las en otras culturas. Sin embargo, parece
excesivo pretender que se puedan enten-
der los problemas psiquiátricos o de otro
tipo con instrumentos basados en los pre-
supuestos de una cultura distinta (Klein-
man, 1988). Los estudios actuales demues-
tran que, entre los instrumentos psiquiátri-
cos para valorar patología psiquiátrica en
diferentes países, los dos más utilizados
son el General Health Questionary (GHQ),
Salud mental e inmigración
para evaluar malestar psicológico en pobla-
ción general y pacientes de atención pri-
maria y consultas médicas, y la Brief Psy-
chiatric Rating Scale (BPRS), que estudia la
patología psiquiátrica en pacientes de las
consultas de salud mental o del hospital
(Ritsner y Ponizovsky, 1999).
Existen otras escalas validadas para diag-
nosticar diferentes patologías psiquiátricas
o síntomas o síndromes en población inmi-
grante, pero que no se pueden extrapolar a
inmigrantes en otras regiones. Por ejemplo,
una de éstas sería el Cultural Mistrust
Inventory (CMI), que en un estudio ha
demostrado validez y fiabilidad para medir
aspectos culturales de la paranoia en la
población psiquiátrica negra de Estados
Unidos, así como buena validez conver-
gente con la medida de la paranoia no clí-
nica (Whaley, 2002).
En conclusión, cuando se utilizan escalas
estandarizadas para distintos grupos étni-
cos, sobre todo si se realizan dentro de
grupos de profesionales multiétnicos, las
diferencias en cuanto al diagnóstico y tra-
tamiento tienden a desaparecer (Akpaf-
fiong y cols., 1999), aunque no debemos
olvidar que para utilizar este tipo de esca-
las es imprescindible su traducción y vali-
dación, por lo que su utilización sin validar
puede llevar a errores diagnósticos y tera-
péuticos.