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Espeleobuceo y medicina
Á. Poudereux de Andrés
Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Santa Bárbara. Soria
INTRODUCCIÓN
Si bien del nombre de esta especialidad se
podría deducir que consiste en una combina-
ción de ambas actividades, espeleología y bu-
ceo, lo cierto es que el espeleobuceo es mu-
cho más. Es mucho más peligroso, estresante
y exigente de dominio técnico que la práctica
deportiva habitual de las otras dos activida-
des.
De entrada el ambiente en que se desarrolla
une la hostilidad del medio acuático, en el
que dependemos de un complejo equipo y
de unas inmisericordes leyes físicas que pare-
cen haberse confabulado para destruir nues-
tro organismo, a la condición de cavidad
cerrada que nos dificulta, en ocasiones de
forma desmesurada, el acceso a la superficie.
Si a todo esto unimos la oscuridad absoluta,
la frialdad en la que habitualmente permane-
cen las aguas en todas las épocas de año, la
existencia de pasos estrechos y paredes y te-
chos irregulares donde fácilmente podemos
quedar atrapados, el trazado laberíntico que
suele adoptar la planta de la cavidad, junto
con la presencia casi asegurada de una finísi-
ma arcilla en el suelo y en las repisas que al
mínimo movimiento brusco nos sumergen en
una impenetrable niebla, configuran un cú-
mulo de circunstancias que se alían para
nuestra más absoluta desorientación.
Estas condiciones extremas obligan al espe-
leobuceador a un extraordinario dominio téc-
nico del complicado equipo requerido, a un
estricto control de la flotabilidad y de los mo-
vimientos natatorios que impidan el enturbia-
miento y a una gran acuaticidad, palabra
desgraciadamente no admitida, pero indis-
pensable para expresar la cualidad que per-
mite al buceador afrontar con serenidad, se-
guridad y eficacia, los numerosos problemas
que pueden presentarse a lo largo de la in-
mersión. Además, le exigen hacer uso de téc-
nicas exclusivas de esta actividad, como son
la instalación correcta del cordino guía a lo
largo de todo el trayecto, con indicación de
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132 MEDICINA CRÍTICA EN MEDIOS HOSTILES Y DE AISLAMIENTO
la distancia y la dirección de la salida, sin el
cual sería imposible el regreso. Otro manda-
miento que no puede ser jamás obviado por
el espeleobuceador es la regla de los tercios:
un tercio de sus reservas de gas se emplean
para el avance, otro tercio para la salida, y el
tercer tercio siempre debe reservarse para
emergencias (1).
Pero es que por otra parte, el espeleobucea-
dor es, además de un deportista, un explora-
dor. El espeleobuceo es una actividad relati-
vamente joven. La propia dificultad de acceso
a muchas de nuestras cavidades inundadas,
las ha protegido hasta el momento actual de
las visitas humanas y permanecen vírgenes. El
avance en las exploraciones va estrechamen-
te unido al progreso de las técnicas y de los
equipos para el buceo y la descompresión.
Nuestro país es rico en largos sifones y pro-
fundas simas inundadas. En su momento
(1986) fue récord mundial la exploración del
Túnel de la Atlántida, en Lanzarote, en cuan-
to a longitud (1.618 m). También lo ha sido
actualmente (1992) el Pozo Azul, en Burgos,
con sus 1.950 m. En cuanto a profundidad se
han alcanzado (2001) los –100 m en el se-
gundo sifón de la Fuentona de Muriel (Soria)
(creo que un equipo ha sobrepasado esta
NITROX
Las mezclas Nitrox se obtienen, sencillamen-
te, enriqueciendo en O2 el aire comprimido
que rellena las botellas del buceador. El obje-
to de tal enriquecimiento no es otro que dis-
minuir el porcentaje de N2 de la mezcla resul-
tante, ya que es el N2 el responsable de nues-
tros quebraderos de cabeza en las inmersio-
nes largas y profundas (10, 11).
En este tipo de inmersiones, todos los tiem-
pos activos se ven condicionados por los pe-
ríodos de descompresión. Cuanto mayor sea
el tiempo de inmersión y mayor la profundi-
dad (y por lo tanto la presión alcanzada por
el gas respirado), más largas serán las des-
compresiones, y el principal responsable de
profundidad durante este año (2003) para el
programa de TVE Al Filo de lo imposible, y en
noviembre de 2002 se alcanzaron –120 m en
la Fuente Azul (Burgos).
Todas estas exploraciones habrían sido impo-
sibles sin hacer uso de las nuevas mezclas de
gases de buceo como las denominadas
Nitrox, con las que es posible alargar el tiem-
po de inmersión y disminuir los tiempos de
descompresión (2, 3) (para acortar los cuales,
también se usa el oxígeno puro) (4, 5, 6), in-
crementando la velocidad de desaturación
del nitrógeno de los tejidos corporales. Para
evitar los riesgos de toxicidad del nitrógeno
cuando se alcanza cierta profundidad, el es-
peleobuceador emplea otras mezclas de ga-
ses que se denominan Trimix. De todas estas
mezclas hablaremos a continuación de forma
somera, ya que su dominio requiere cursillos
especializados que, por otra parte, ya impar-
ten de forma solvente muchos clubs y fede-
raciones de buceo.
El frío, la deshidratación tras una aproxima-
ción extenuante cargados en exceso, el es-
trés, el consumo de alcohol previo a la inmer-
sión, introducen factores de riesgo (7-9) a los
accidentes de la descompresión.
esto es el N2, ya que al ser un gas inerte y no
reciclado por el organismo, queda íntegra-
mente disuelto en los tejidos, debiendo ser
eliminado de forma gradual durante el perío-
do de descompresión.
Para la identificación de las mezclas Nitrox,
internacionalmente se utilizan las siglas EAN
(Enriched Air Nitrox) seguidas del porcentaje
de O2 que contengan. Así un Nitrox EAN 32
contiene un 32 % de O2 y un 68 % de N2. La
etiqueta identificadora EAN debe figurar
siempre en la botella. Además, suelen identi-
ficarse las botellas que contienen Nitrox con
una banda de color verde o verde y amarillo.
Por lo demás, tanto las botellas como el resto
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del equipo (griferías, reguladores...) son idén-
ticos a los empleados con aire comprimido,
pero ¡atención!, esto sólo es cierto para
Nitrox con EAN inferior a 40. Para EAN supe-
riores, las juntas deben ser especiales y los
gases nunca deben entrar en contacto con
grasas (ni siquiera los lubricantes de silicona),
ya que reaccionarían produciendo CO (muy
tóxico incluso a baja concentración).
El inconveniente del Nitrox es que al estar en-
riquecido de O2, la profundidad máxima per-
mitida disminuye a medida que aumenta el
porcentaje de O2, debido a su toxicidad al
aumentar la presión parcial (Pp O2) (12-14).
Hay dos efectos conocidos, por los que el O2
se hace tóxico al organismo:
— Efecto Lorrain-Smith. Es una intoxicación
por exposición crónica que aparece al
cabo de cierto tiempo de respirar O2 a
una Pp igual o superior de 0,5 ATA. El
tiempo máximo de seguridad se calcula
por la fórmula:
t = (10/Pp O2) 3
donde t es el tiempo expresado en minutos.
Los síntomas de este tipo de intoxicación son
los producidos por irritación de la mucosa
bronquial: tos, edema pulmonar... Sin embar-
go, para el buceador deportivo este efecto
carece de interés ya que nunca llegará a los
tiempos de exposición requeridos.
— Efecto Paul Bert. Es una intoxicación agu-
da. Se produce al respirar O2 a una Pp
superior a 1,7 ATA, aunque la NOAA
(National Oceanic and Atmospheric Ad-
ministration) recomienda una Pp de segu-
ridad de 1,6 ATA en buceadores profesio-
nales y 1,4 en buceadores deportivos (fig.
1). La toxicidad se produce por saturación
del transporte de O2 de la hemoglobina,
lo que dificulta el transporte de CO2, cau-
sando síntomas neurológicos: temblores,
náuseas, alteraciones visuales, espasmos,
convulsiones y coma.
ESPELEOBUCEO Y MEDICINA 133
Así, para calcular la presión máxima autoriza-
da (PA) para una determinada EAN, utilizare-
mos la fórmula:
PA = Pp O2 / (EAN /100)
Por ejemplo: ¿qué profundidad máxima po-
drá alcanzar un buceador profesional con un
Nitrox EAN 36?
PA = 1,6 / 0,36 = 4,44 bar = 34 m
de profundidad
Pero si fuera un buceador deportivo, la pro-
fundidad máxima (para una Pp de O2 de 1,4)
sería de 28 m.
Como vemos, el uso de Nitrox es una limita-
ción en cuanto a la profundidad de buceo,
pero sus ventajas se comprueban cuando se
comparan los tiempos de descompresión uti-
lizando estas mezclas con los tiempos utili-
zando aire. Para calcularlos utilizando las ta-
blas de descompresión para aire, deberemos
averiguar la profundidad equivalente (PrEq)
mediante la fórmula:
PrEq = { [ [ EAN/100 (PrReal + 10) ] ] / 0,79 } – 10
Así, por ejemplo: si hemos buceado con Ni-
trox 36 a una profundidad de 20 m, la pro-
fundidad equivalente es 3,6 m. Es decir, para
los efectos de descompresión, es como si hu-
biéramos estado buceando con aire compri-
mido a 3,6 m.
Afortunadamente, hoy disponemos de tablas
y, sobre todo, de la posibilidad de introducir
en los ordenadores de buceo actuales la con-
centración de O2 que vamos a utilizar, evitán-
donos así cálculos engorrosos (fig. 2). Sin
embargo, el espeleobuceador riguroso proce-
derá a una cuidadosa planificación de sus in-
mersiones, realizando los cálculos (hay pro-
gramas informáticos que los facilitan) (15)
previamente, según las profundidades y los
tiempos previstos. Todo ello lo llevará escrito
en tablillas sumergibles para poder consultar-
las en cualquier momento.
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134 MEDICINA CRÍTICA EN MEDIOS HOSTILES Y DE AISLAMIENTO

Profundidad
Superficie
(m)
10

20

30

40

50
55 Nitrox,
% Ox.
21 30 35 40 45 50 55 60
Aire

Fig 1. Riesgo de hiperoxia y descompresiones necesarias, buceando con diferentes mezclas de Nitrox (gráfico
elaborado por José Medina Ferrer. Fuente: masdebuceo.com).

Profundidad
Superficie 36,7 m 25 m 18 m 13,3 m 10 m 7,5 m 5,6 m 4m
(m)
43,3 m 30 m 22 m 16,7 m 12,9 m 10 m 7,8 m 6m

10

20

30

40

50

60

70

Nitrox
80 óptimo
20 30 40 50 60 70 80 90 100 % Ox.

Fig. 2. Profundidades sin descompresión utilizando diferentes mezclas de Nitrox y profundidades máximas con
riesgo de hiperoxia. En rojo, tiempo de inmersión inferior a 45 minutos, inmersión en condiciones óptimas. En
azul, para inmersiones sin esfuerzo y duración de hasta 120 minutos. En verde, para inmersiones con cualquier
condición de esfuerzo y frío, con duración hasta 50 minutos. La línea amarilla representa la profundidad equiva-
lente de narcosis para Nitrox respirado e indica la profundidad a la que, respirando Nitrox, se produce un efecto
narcótico equivalente al de respirar aire a una profundidad de 40 m. (Gráfico elaborado por José Medina Ferrer.
Fuente: masdebuceo.com).
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¿Qué utilidad proporcionan
las mezclas Nitrox en
espeleobuceo extremo?
Habitualmente se utilizan un mínimo de dos tipos
de mezclas. En primer lugar una mezcla de trán-
sito (por ejemplo EAN 31), que se emplea du-
HELIOX
Consiste en una mezcla de oxígeno con el
gas inerte helio que difunde más rápido que
el N2 y no es tóxico hasta presiones parciales
extraordinariamente altas; por debajo de los
350 m puede producir el síndrome nervioso
de las altas presiones (SNAP).
Esta mezcla, adaptando las proporciones de
O2 y He a las diversas profundidades, sería
ideal (15, 16) (de hecho es la mezcla emplea-
da en el buceo profundo profesional en cam-
pana hiperbárica, donde las condiciones me-
dioambientales pueden ser rigurosamente
TRIMIX
A partir de los 40 m de profundidad (5 bar)
cualquier mezcla Nitrox nos produce una Pp O2
superior a 1,6 con grave riesgo de hiperoxia. Por
otra parte, el aire comprimido a esta presión nos
produce una Pp N2 mayor de 4, con aparición
de la temida narcosis nitrogenada (borrachera
de las profundidades), responsable de muchos
de los accidentes en buceo profundo.
Para evitar, o mejor dicho, retrasar esta toxici-
dad por gases, se utiliza otro tipo de mezclas
denominado Trimix (15, 17). Consiste en una
mezcla de tres gases: oxígeno, helio y nitró-
geno. El fundamento de estas mezclas es
el de reducir la toxicidad del O2, disminuyen-
do su concentración (por ejemplo: 15 %),
y la del N2 (por ejemplo: 50 %), con lo que
obtendríamos un Trimix 15/35/50 (es decir:
15 % de O2, 35 % de He y 50 % de N2).
ESPELEOBUCEO Y MEDICINA 135
rante la inmersión hasta alcanzar una profundi-
dad de 35-40 m. En segundo lugar una mezcla
de descompresión hiperóxica (por ejemplo EAN
65), e incluso en ocasiones directamente oxíge-
no 100 %, en los últimos metros de descompre-
sión, lo que permitirá acortar drásticamente di-
chos tiempos con el consiguiente ahorro de bo-
tellas y de riesgo de hipotermia (fig. 2).
controladas), ya que evita los riesgos de nar-
cosis y de hipoxia, si no fuera por tres incon-
venientes: el He es un gas extremadamente
caro, inaccesible para el buceador deportivo;
aumenta considerablemente la pérdida de
calor corporal, favoreciendo la aparición de
hipotermia (efecto muy negativo para el bu-
ceador), y tiene la posibilidad de provocar la
aparición de fenómenos laberínticos por con-
tradifusión cuando volvemos a pasar a aire.
Por lo tanto, en el momento actual no es una
mezcla a considerar por el buceador deportivo.
Una mezcla de estas características respirada
en superficie produciría un coma hipóxico de
forma inmediata. De ahí la necesidad de utili-
zar las mezclas de tránsito.
La mezcla Trimix ideal debe ser calculada por
el espeleobuceador para cada inmersión. En
ocasiones, incluso, serán varias las mezclas a
utilizar a distintas profundidades.
El cálculo del porcentaje de O2 se realiza sa-
biendo que la Pp O2 nunca debe sobrepasar
1,4 bar en las mezclas de fondo. En las mez-
clas de descompresión puede llegarse hasta
1,6 bar. El porcentaje de N2 se calcula para
que en la profundidad a la que deseamos lle-
gar no se superen los 4-5 ATA, por encima
de los cuales el N2 produce narcosis. El resto,
hasta completar el 100 %, será He.
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136 MEDICINA CRÍTICA EN MEDIOS HOSTILES Y DE AISLAMIENTO
Por ejemplo: en nuestra inmersión tenemos
previsto alcanzar –110 m. ¿Cuál será la mez-
cla Trimix ideal?
Aplicando la ley de Dalton: Pp = ( % / 100)
Pa, luego: % / 100 = Pp / Pa. Así pues, como
la Pp que deseamos es 1,4 ATA y la presión
máxima autorizada es 10 ATA (correspon-
diente a 110 m de profundidad):
% / 100 = 1,4 / 10 = 0,14
Es decir, el porcentaje de oxígeno del Trimix
será 14 %.
ADECUACIÓN DE LAS TABLAS DE INMERSIÓN A LA ALTURA
Éste es otro de los problemas habituales del
espeleobuceo (18) porque, con mucha fre-
cuencia, las cavernas inundadas se encuen-
tran a cierta altitud, en ocasiones a gran alti-
tud.
Las tablas tradicionalmente utilizadas para las
descompresiones (tablas US Navy) (19) fue-
ron corregidas en la década de 1960 por
Pegg y Cross. Posteriormente se han publica-
do nuevas tablas (Bühlmann, NOAA, Deco
2000, MN 90...) (20-22). Por otra parte, to-
dos los ordenadores de buceo permiten
corregir las curvas de descompresión con la
altura a la que se realiza la inmersión.
En cualquier caso, como ya hemos dicho pre-
viamente, el espeleobuceador riguroso siem-
pre debe planificar su inmersión, calculando
las correcciones. Esto se realiza según la fór-
mula:
Prof. Equiv. Mar = (Prof. Atm. Mar / Prof.
Atm. Altura) × Prof. Actual
Una vez más, el buceo con Nitrox en altura
es favorable con respecto al buceo con aire,
DESCRIPCIÓN RESUMIDA PARA PREPARAR UNA INMERSIÓN
El espeleobuceador se decide a explorar un
pozo que calcula debe tener una profundi-
Para calcular el % de N2:
% / 100 = 4 / 10 = 0,4
El porcentaje de nitrógeno del Trimix será 40,
y el de helio 46, es decir:
Para –110 m usaremos Trimix 14/46/40, pero
muy probablemente, como medida de segu-
ridad, en los últimos metros emplearemos
una mezcla de fondo de 11/65.
ya que la fórmula de corrección es transfor-
mada en la siguiente:
Prof. Equiv. Mar = (1 / Prof. Atm. Altura )
x PEA
Siendo PEA la profundidad equivalente con
aire:
PEA = [( P. absoluta buceo × % de N2 en
la mezcla – 1) / 79 ] × 10
Un ejemplo: realizamos una inmersión de
– 35 m en un sifón situado a 1.800 m de al-
tura (presión atmosférica revisando tablas de
presiones y tomando presión para 2.000 m
para mayor seguridad: 0,79 bar):
1.º Con aire: Pr. Eq. Mar = (1 / 0,79)
× 35 = 44 m
2.º Con Nitrox EAN32: PEA = [(4,29 × 68 –1)
/79] × 10 = 36,8
Pr. Eq. Mar = (1 / 0,79)
× 36,8 = 46,5 m
Es decir, utilizando Nitrox hemos ganado
2,5 m.
dad de unos 110 m. Al sifón se llega tras
una galería seca de unos tortuosos y estre-
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chos 400 m a lo largo de cada uno de los
cuales habrá que arrastrar las pesadas bo-
tellas y cuya entrada se encuentra en un
macizo montañoso a unos 2.100 m de alti-
tud. Los cálculos de cantidad de botellas y
el tipo de mezclas a emplear, y su prepara-
ción comenzarán semanas antes. Hay que
pensar no sólo en el material empleado por
el equipo de punta sino en el de los equi-
pos de apoyo que a diferentes profundida-
des acompañarán y ayudarán a los prime-
ros. Esto nos dará un total de... ¡uff! por-
teos.
El explorador de punta lleva a la espalda un
cuatribotella dividido en dos grupos (con sus
correspondiente griferías independientes),
con dos mezclas diferentes de Trimix para
distintas profundidades. En su costado dere-
cho, entre la hombrera derecha y la parte
inferior de su botella derecha, lleva colgada,
con mosquetones y con su correspondiente
SISTEMAS DE CIRCUITO CERRADO O SEMICERRADO
¿Seguiremos en el futuro calculando, mez-
clando y acarreando botellas, arrastrando re-
guladores y cambiándolos bajo el agua, con
el consiguiente peligro de equivocación?
La repuesta a esta pregunta es que, en un
plazo no excesivamente largo, probablemen-
te, no será necesario. El futuro del buceo téc-
nico quizá resida en los sistemas de circuito
cerrado o semicerrado.
A lo largo de la década de los noventa se
han venido desarrollando unos sistemas
(Azimuth, Alción y Dolphin, entre los de sis-
tema semicerrado, Inspiration entre los circui-
tos cerrados) que se denominan genérica-
mente rebreathers (se podría traducir como
recicladores), a partir de la experiencia militar
y científica de este tipo de sistemas.
¿En qué consiste este tipo de circuitos?
Básicamente estos sistemas se fundamentan
en el hecho de que el único gas de la mezcla
ESPELEOBUCEO Y MEDICINA 137
regulador, una mezcla Nitrox EAN 31 como
mezcla de tránsito. En su costado izquierdo
lleva el Nitrox EAN 65 para la descompre-
sión (a veces las botellas de tránsito y des-
compresión quedan ancladas a la profundi-
dad en que se realiza el cambio). ¿Qué
más?... ¡Ah sí!, para compensar el traje seco
lleva el biberón de argón (que reduce la
transmisión térmica) sobre el casco, lleva
cuatro potentes linternas, pero por seguri-
dad y para evitar deslumbrar al compañero,
cada vez que lo mira, la iluminación princi-
pal la alimenta con una enorme batería su-
jeta al cuatribotella, unida por un cable al
foco que porta en la mano izquierda, ya que
la derecha la necesita para ayudar a desen-
rollarse sin que se enrede el carrete de cor-
dino de guía....
A las cualidades de deportista y explorador,
el espeleobuceador debe añadir una terce-
ra... locura o masoquismo, o ambas.
que se consume es el oxígeno, produciéndo-
se a cambio una cierta cantidad de CO2.
Basándonos en esto, bastaría una pequeña
cantidad de gas diluyente (aire, Nitrox o Trimix,
según la profundidad que queramos alcanzar),
otra de oxígeno puro para reponer el consumi-
do, un sistema de eliminación de CO2 (depósi-
to de cal sodada) y un sistema de análisis de
gases con sus correspondientes sensores, todo
ello controlado mediante un ordenador que
deja pasar mayor o menor flujo de O2.
¡Qué complicado todo para la mente del bu-
ceador acostumbrado a controlar en todo
momento su inmersión, cambiando la mezcla
según la profundidad, vigilando los tiempos y
las presiones...! Probablemente el buceador
de circuito cerrado tenga que olvidar todo lo
que sabe de circuito abierto y comenzar de
cero. Sin embargo, el gran aumento de auto-
nomía que obtendrá con el menor tamaño
de las botellas, seguramente le compensará
del cambio.
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138 MEDICINA CRÍTICA EN MEDIOS HOSTILES Y DE AISLAMIENTO
ACCIDENTES EN EL ESPELEOBUCEO
Después de conocer las dificultades técnicas
de la práctica que entraña esta actividad y de
sus peligros objetivos, deberíamos suponer
que los accidentes son frecuentes y mortales,
y por lo tanto considerar a estos deportistas-
exploradores como unos locos suicidas que,
además, ponen en peligro a sus rescatadores.
Pues bien, aunque las dificultades de la reco-
gida de datos nos impiden por ahora dispo-
ner de unas estadísticas fiables, podemos
afirmar que los accidentes del espeleobuceo
no son muy frecuentes, aunque parece que sí
muy letales (ni siquiera esto se puede asegu-
rar, ya que cabe suponer que muchos de los
pequeños accidentes sin consecuencias mor-
tales no son comunicados y pasan inadverti-
dos).
Desde 1973 la National Speleological Society
Cave Diving Section (NSS-CDS) viene reco-
giendo los informes sobre accidentes de bu-
ceo (23-25). Esta entidad, junto con Dave
Desautels de la National Association for Cave
Diving (26, 27) que comenzó un proyecto si-
milar, más o menos en el mismo tiempo, han
recogido información, hasta 1999, de 478 ac-
cidentes (194 mortales) ocurridos en siete paí-
ses (España no está incluida en ellos). La ma-
yoría de los accidentados no tenía certifica-
ción específica de buceo en cavidades, no
usaba cordón de seguridad y casi la mitad de
ellos sólo utilizaba una fuente de iluminación.
¿Y en nuestro país?
Fidel Molinero, uno de los mejores espeleo-
buceadores de nuestro país, me ha propor-
cionado los resúmenes de 19 accidentes
mortales ocurridos en España desde 1965.
Probablemente sea el 100 % de los ocurri-
dos. A continuación presento el resumen de
las causas que concurrieron en los mismos.
Excluyo tres accidentes ocurridos antes de
1980 (las técnicas no habían sido desarrolla-
das) y otro ocurrido en 1981 al intentar supe-
rar un sifón en apnea.
1. 28-8-1980. Manantial de Itxaco (Navarra).
1 muerto. Nula experiencia. Material ina-
decuado. Agotamiento de reservas.
2. 20-07-1982. Cova de Moraig (Alicante).
2 muertos. Un solo manómetro. Agota-
miento de reserva. Nula experiencia.
3. 7-08-1984. Sistema Caballos-Valle (Can-
tabria-Vizcaya). 1 muerto. Posiblemente
gas letal tras superar el sifón.
4. 21-09-1985. Cueva del Tío Manolo
(Cuenca). 1 muerto. Equipamiento insu-
ficiente. Inexperiencia. Exceso de lastre.
Mal tendido del cordel guía.
5. 5-11-1985. Pozo del Infierno (León). 2
muertos, uno por aguas muy frías (¿hi-
drocución?) y otro por pánico (exceso de
inflado del chaleco).
6. 11-11-1989. Fuentona de Muriel (Soria).
1 muerto. Muerte repentina.
7. 21-07-1990. Cova del Francés (Girona).
1 muerto. Agotamiento de reservas. Pér-
dida del cordel guía.
8. 21-09-1992. Cova de Moraig (Alicante).
1 muerto. Agotamiento de reserva. Ex-
ceso de confianza (no se respetó la norma
de los dos tercios).
9. 29-03-1996. Cueva del Agua (Murcia). 2
muertos. Aguas muy turbias.
10. 29-09-1996. Pozo Azul (Burgos). 1 muerto.
Imprudencia. Inexperiencia. Pérdida del
cordel guía.
11. 21-07-1997. Tres Coves-Cova de las Ve-
tes (Girona). 3 muertos. Mala visibilidad.
Inexperiencia. Agotamiento de reservas.
12. 31-8-1998. Cova del Francés (Girona). 2
muertos. Agotamiento de reserva. Posi-
ble equivocación de cueva.
13. 29-01-2000. Fuentona de Muriel (Soria).
1 muerto. Muerte súbita.
14. 19-08-2000. Fuente Azul (Burgos). 1
muerto. Agotamiento de reserva de Tri-
mix. Uso de Nitrox en profundidad exce-
siva (hiperoxia).
15. 9-09-2001. Artiguo Bajo (Huesca). 1 muerto.
Flotabilidad excesiva (lastre insuficiente).
En total, pues, 21 muertos a lo largo de 23
años de historia de espeleobuceo.
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Resumiendo las causas de los accidentes
mortales ocurridos en España (en algunos de
los accidentes pudieron concurrir dos o más
causas), tenemos:
1.º Agotamiento de reserva 11 casos.
2.º Falta de experiencia 9 casos.
3.º Imprudencia 2 casos.
4.º Peligros objetivos
Gas letal 1 caso.
Aguas frías 1 caso.
Aguas turbias 5 casos.
5.º Problemas técnicos
Equipo insuficiente 4 casos.
Pérdida o mal uso del cordel
de seguridad 3 casos.
Deficiente manejo de las
mezclas 1 caso.
Mal control de la flotabilidad 3 casos.
El agotamiento de la reserva está presente en
un buen número de accidentes mortales,
aunque en algunos de ellos no pueda ser
considerada causa principal. Este hecho des-
taca la necesidad imperiosa de cumplir siem-
pre el principio de los tercios.
La imprudencia sólo puede ser considerada
causa principal en dos casos. El espeleobuce-
ador no debe ser calificado como suicida in-
consciente.
El inadecuado uso del cordel guía y la turbi-
dez de las aguas están presentes en ocho ca-
sos. La técnica de colocación y uso de dicho
cordel se destaca como muy importante en la
seguridad.
Las mezclas (Nitrox, Trimix) llevan muy pocos
años empleándose y su deficiente uso ya ha
sido causa directa de un accidente mortal. La
formación adecuada y rigurosa de los espe-
leobuceadores en la utilización de estas mez-
clas es fundamental.
El mal control de la flotabilidad no sólo pro-
duce enturbiamiento del agua al rozar el sue-
lo y las repisas, sino que puede ser causa di-
recta de accidente fatal, ya que el espeleobu-
ceador puede quedar atrapado en grietas del
ESPELEOBUCEO Y MEDICINA 139
techo de la cavidad cuando la flotabilidad es
excesiva, o ser víctima de un exceso de agota-
miento si el lastre supera a la compensación.
En esta serie se ha presentado la muerte sú-
bita inesperada en dos ocasiones. En la pri-
mera (Fuentona de Muriel, 1989) tuve la
mala fortuna de vivirla de cerca, ya que fui
requerido por los compañeros del fallecido
para intentar llegar al diagnóstico. Asistí a su
necropsia. Los hallazgos fueron muy poco
concluyentes. Una obstrucción del 40 % de
la arteria coronaria derecha nos hizo sospe-
char el diagnóstico de parada cardíaca hipó-
xica por arteriosclerosis, pese a que no se en-
contraron signos isquémicos miocárdicos. Lo
que más destacaba del examen macroscópi-
co era la gran cantidad de secreción espumo-
sa en el árbol bronquial, es decir, edema pul-
monar (EAP).
Aquel mismo año (1989) fue publicado un
trabajo en The Lancet (28) en el que se des-
cribía el síndrome del EAP de nadadores y
buceadores, que consiste en la aparición de
EAP al sumergirse en agua fría, posiblemen-
te, como consecuencia de una vasoconstric-
ción periférica desproporcionada que produ-
ciría un aumento de la presión pulmonar.
Todos ellos tenían varios años de experiencia
como buceadores o nadadores antes del pri-
mer episodio, pero después tuvieron varios
episodios. Cuatro de ellos, aunque eran nor-
motensos en el momento del accidente, de-
sarrollaron hipertensión entre 1 y 16 años
después. Recientes estudios (29, 30) han sa-
cado a la luz nuevas series de individuos
(ocho en una y tres en otra), que en una o en
varias ocasiones presentaron este síndrome,
cuya patogenia equiparan al edema pulmo-
nar de gran altitud (HAPE). Los autores sugie-
ren que la prevalencia de esta patología pro-
bablemente está subestimada por mal diag-
nóstico. Así pues, los médicos relacionados
con estos deportes debemos estar prevenidos
ante la aparición de sintomatología leve en
buceadores o nadadores, ya que muy proba-
blemente estos síntomas serán más graves en
sucesivas ocasiones y si ocurren en el interior
de una cueva pueden ser mortales.
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140 MEDICINA CRÍTICA EN MEDIOS HOSTILES Y DE AISLAMIENTO
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