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de latín
Profesora: María Alejandra Pertini.
Integrantes del grupo: Lucía Ciruelos, Sofía Costa, Julieta
Esses y Agustina Trajtemberg.
Año y división: 1º 3ª.
Tema: “Prodigios, histeria religiosa. Muerte de Tulo” y
“Anco Marcio rey. Guerra con los latinos. Lucumón”
Los romanos, por consejo de sacerdotes o por la misma voz del monte, hicieron
también sacrificios públicos durante nueve días. Así, cada vez que se advertía un
prodigio parecido se celebraba una fiesta de nueve días.
Algún tiempo después los romanos padecieron una epidemia, que derivó en que
decayera su espíritu militar. Al principio, el rey no dejó que cesara el ejercicio de las
armas (porque consideraba que los cuerpos gozaban de mejor salud en los campamentos
que en la ciudad), hasta que el propio rey enfermó. Entonces, comenzó a vivir esclavo
de toda clase de supersticiones e influenció así al pueblo. La gente quería volver a la
situación existente en el reinado de Numa, porque esperaban de los dioses paz y
clemencia.
Pero como Tulo hacía sacrificios ocultos sin respetar adecuadamente el rito, por
lo que Júpiter lo castigó, lo alcanzó con su rayo y lo abrasó en su palacio. Había reinado
32 años.
Sin embargo Numa, que había fijado las prácticas religiosas, quiso fijar también
las prácticas de la guerra, para que se desarrollaran pero también fueran declaradas de
acuerdo a un rito. El rito funcionaba así: el legado llega a la frontera con la cabeza
cubierta con un filum (velo de lana) y recitaba la reclamación, la repetía luego al primer
hombre que encontraba y, así, hasta atravesar todo el pueblo. Si dentro de los 33 días no
se cumplía con la reclamación, se declaraba la guerra también con una fórmula
sacramental. En la fórmula se invocaba a los dioses Júpiter y Jano Quirino. El emisario
volvía a pedir consejo al rey, el rey consultaba a los senadores y, luego, decidían seguir
adelante con la guerra que, así, consideraban justa.
Anco encargó el cuidado del culto a los flamines y demás sacerdotes, alistó
tropas y tomó por asalto Politorio, ciudad de los latinos. Trasladó toda la población a
Roma y les asignó el Aventino. Entonces, los sabinos poblaban el Capitolio y los
albanos el monte Celio.
Al quedar vacía, Politorio fue ocupada por los latinos y los romanos tuvieron
que destruirla para que no la usaran de refugio los enemigos. Toda la guerra del Lacio
quedó concentrada en Madulia y se prolongó debido a la potente guarnición que
protegía la ciudad. Anco empleó todas las tropas y consiguió su primera victoria a
campo abierto. Regresó a Roma con el botín y con los latinos, a quienes les asigna
residencia junto al templo de Murcia para unir el Aventino y el Palatino. También el
Junículo fue unido a Roma, para evitar que esa posición fuese alguna vez del enemigo.
Se lo protegió con una muralla y se tendió un puente de madera para unirlo a la ciudad.
Anco también construyó el foso de los Quirites para defender el acceso del lado de la
llanura.
Roma le pareció lo más indicado, ya que era un pueblo nuevo donde la nobleza
era reciente y debería haber un lugar para un hombre como su esposo.
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