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UNIVERSIDAD DE MORELIA (UDEM)

ARTE DE LA PREHISTORIA Y MESORIENTE

Ensayo

EL CONTEXTO DEL HOMBRE DEL


PALEOLÍTICO Y SU RELACIÓN CON LA
PINTURA RUPESTRE
Por Gabriela Saldaña Benítez

Morelia, Michoacán. Septiembre 2010.


El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

INTRODUCCIÓN

Para entender la pintura rupestre —una de las más antiguas manifestaciones


artísticas documentadas—, es necesario tomar en cuenta el contexto del hombre
primitivo para conocer las condiciones que lo animaron a crear éste tipo de
expresiones pictóricas.

¿De que manera influye el contexto natural y cultural en el desarrollo del hombre
primitivo?, ¿Estos contextos, modifican su manera de ver el mundo y la pintura
rupestre es un reflejo de ello? Utilizando como punto de partida la obra
cinematográfica “La búsqueda del fuego” del director Jean-Jacques Annaud y
apoyado en diversas fuentes bibliográficas, se busca reflexionar éstas
interrogantes.

En la primera parte, se ofrece un panorama general del Paleolítico, las


condiciones naturales y culturales que, distintas razas humanas que cohabitaban
el planeta encontraban a su paso; posteriormente, se intenta reflexionar acerca de
la influencia del contexto natural y cultural y su manifestación en la pintura
rupestre del hombre primitivo.

EL CONTEXTO NATURAL Y CULTURAL EN EL PALEOLÍTICO

La etapa del Paleolítico comprende el período más primitivo del hombre, desde el
momento en que aparece en el planeta, hasta el dominio de la agricultura y la
domesticación de animales, dichas actividades se vuelven fundamentales y a
partir de entonces se transforma de nómada a sedentario. (Bolaños, 1992, p. 28.).

Dentro de la Era Cenozoica, en la que se ubica el Paleolítico, en el Pleistoceno


(hace 1 millón de años) los glaciares cubrieron la mayor parte de Europa, América,
Antártica e Himalaya; al fundirse periódicamente estos hielos ocasionaron una
elevación del nivel de los mares. Europa y América del Norte al quedar hundidas
por el peso de los hielos sobre ellas, comienzan a levantarse. En España la acción
glaciar, aunque se presenta en las principales cadenas montañosas fue menos
intensa. Las sucesivas etapas glaciares ocasionan la muerte y desaparición de
muchas plantas en Europa, y únicamente sobreviven las especies y variedades
más resistentes, e. g. en América y Asia es mayor la variedad de plantas capaces
de subsistir y la vida en el mar era muy parecida a la que observamos
actualmente.

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El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

Probablemente estos cambios geográficos y de vegetación motivaron al hombre


primitivo a desplazarse hacia zonas más favorables, ya que a diferencia del
Pleistoceno, en el Holoceno (hace 10 mil años) las situaciones climáticas se
equilibraron gradualmente y la creciente sequedad originó climas desérticos en
regiones del Norte de África y Medio Oriente. Los bosques y las selvas empezaron
a extenderse por toda Europa, la vegetación de estepas frías o tundras es
sustituida por abedules y álamos; después, por avellanos, y más tarde, por robles
y saucos. (Debenhan, 1964, pp. 128-129.). Esto nos hace pensar que el hombre
sufrió un importante cambio en sus hábitos de alimentación, inclusive, en los
recursos para la construcción de rudimentarias viviendas y utensilios para la caza.
Existían tres formas de vivienda: En campamentos al aire libre; en cabañas
hechas de ramas, seguramente a orillas de ríos y lagos, en un medio cálido y
húmedo en la parte media del continente europeo; o bien en cavernas, en algunas
de las cuales, se han encontrado restos de hogares y sepulcros, lo que prueba su
sentido de comunidad y de familia. (Alvear, 2008, p. 16.)

En la película “La búsqueda del fuego” podemos observar esa transición del
Pleistoceno al Holoceno, ya que al inició se mostraba un ambiente más gélido y
adverso, pero conforme fueron moviéndose hacia regiones más cálidas y propicias
para la vida, iba cambiando también el paisaje, el clima, la vegetación y la
variedad de animales. (Annaud, 1981.)

En la etapa Paleolítica hubo cuatro razas humanas que cohabitaron el planeta: 1)


El Hombre de Cromagnon era alto, de esqueleto esbelto y con un cerebro
voluminoso, probablemente proveniente de Asia, introduce la cultura Auriñaciense
y la Cantábrica, como podemos observar en el arte rupestre de las cuevas de
Altamira, Castillo, entre otras; 2) La raza Broken-Hill, también conocida como
Hombre de Rhodesia, es una raza que probablemente está relacionada con el
Hombre de Saldanha; 3) El Hombre de Solo, cuyos restos se han descubierto en
Java tienen importantes semejanzas con el Hombre de Neandertal; y 4) Éste
último (Hombre de Neandertal), habitó en las cavernas durante la última
glaciación. Tenía frente huidiza, de complexión robusta y de baja estatura, era
contemporáneo del Homo Sapiens y su capacidad craneal tenía cierta
equivalencia a la del hombre actual. (Debenhan, 1964, p.142.).

Los protagonistas de la película de Annaud eran Neandertales y fueron atacados


por una horda de hombres de Cromagnon entre otras razas, se puede observar
diferencias en el nivel de evolución por sus actitudes y formas de organización.
(Annaud, 1981.)

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El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

Los hombres de esa época se agrupaban en hordas formadas por pocos


integrantes que vivían de la caza, la pesca y la recolección de vegetales. Mamuts,
rinocerontes, uros, bisontes, jabalíes, ciervos, caballos salvajes, cabras monteses,
entre otros, eran la base de su alimentación. Para poder cazar a los animales
desarrollaron diversas técnicas, e. g. trampas en las veredas de los abrevaderos y,
ya en la etapa final del Paleolítico el uso del arco y la flecha. Las cuevas fungían
como un refugio seguro ante las inclemencias del tiempo y la presencia de
animales salvajes.

Con la finalidad de hacer más fácil su


trabajo, el hombre del Paleolítico fabricó
una serie de armas, como hachas de
mano, puntas de lanza y de flecha;
utensilios como raspadores,
perforadores, buriles, navajas; y otros
instrumentos en piedra, madera, hueso,
asta o marfil. (Bolaños, 1992, pp. 29-31.).
(Figura 1)

Además de la importancia de los


utensilios, el fuego era un símbolo de
Figura 1: Bifaz achelense del Paleolítico Inferior. Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Paleol%C3%ADtico_Inferior poder ya que de alguna manera
garantizaba la supervivencia del grupo
que lo poseía; debido a esto se daban fuertes enfrentamientos entre las distintas
hordas, con el fin de robárselo unos a otros, ya que no tenían los conocimientos
para producirlo. Este aspecto es el tema central de la película a la que hacíamos
referencia anteriormente, el grupo de neandertales poseía el fuego pero no sabia
producirlo, su conservación va a propiciar diversos enfrentamientos con otras
razas humanas para asegurar su supervivencia y por ende el poder. (Annaud,
1981.)

LA PINTURA RUPESTRE

El arte rupestre corresponde a la última fase del desarrollo artístico prehistórico y


tiene su apogeo en el período Magdaleniense en el que la técnica del dibujo y el
colorido se enriquecieron notablemente. (EML, 1988, p. 1101.) A partir de diversas
fuentes, propongo la siguiente definición: La pintura rupestre es la representación
sobre superficies rocosas de figuras antropomorfas, zoomorfas, representaciones

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El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

de manos y trazos simbólicos que se realizan en cuevas, abrigos de roca y en


paredes al aire libre. (Alvear, 2008 y Groenen, 2000.) Francia es el territorio más
rico en hallazgos de este tipo de arte con cerca de 150 sitios identificados,
siguiéndole la Península Ibérica con 128 sitios aproximadamente. (Groenen, 2000,
p. 18.)

Las superficies rocosas donde se realizan las pinturas rupestres son irregulares,
tienen áreas planas, cóncavas, convexas, elevadas o presentan grietas, el hombre
que realiza la pintura escogía el lugar idóneo para plasmar la figura haciendo
coincidir las irregularidades de la piedra con las partes a destacar de la imagen
deseada, ese juego de luz y sombra le dan a lo representado un sentido de
profundidad y con la ayuda de las lámparas de grasa se consigue dar un cierto
movimiento a las representaciones.

En las figuras antropomorfas — las más escasas—, la cabeza es la parte más


representada con dos ojos redondos y en ocasiones el esbozo de una boca;
aparecen de cuerpo entero y de frente. Los hombres muestran un trazado filiforme
a diferencia de las mujeres, quienes son representadas con un perfil evocador,
con senos hipertrofiados y glúteos prominentes, como lo muestra la escultura de
La Venus de Willendorf; incluso acéfalas en ocasiones.

En el caso de las representaciones zoomorfas, algunos


de los animales que aparecen con mayor recurrencia
son bisontes, renos, caballos, jabalíes, toros, entre
otras especies. Los colores más utilizados eran el
negro, rojo, café, amarillo o azul, y los pintaban en
ocasiones de perfil. En casi todas las pinturas
rupestres existe una distorsión de la perspectiva, e.g.
pintaban el cuerpo de perfil y los cuernos de frente.
(Figura 2)
Figura 2: Pintura rupestre del
De manera casi general se piensa que los animales
hombre de Toquepala. Región de
Tacna, en la Cueva del Diablo. 9,000
representados en las cuevas, son el resultado de un
a. C. (Perú) Fuente:
pensamiento orientado a la magia por parte de los
http://www.monografias.com/trab
ajos68/primeros-hombres-hombres cazadores, quienes con el propósito de
peru/primeros-hombres-
peru2.shtml
garantizar una cacería fructífera y combatir el hambre,
hechizaban a los animales, dibujándolos, con la esperanza de atraerlos a la cueva
y cazarlos. Aunque otros autores refieren que los huesos encontrados en las
cuevas, no corresponden a los animales representados en las paredes. (Groenen,
2000; Alvear, 2008; Bolaños, 1992).
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El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

En cuanto a las representaciones de manos, éstas


reúnen grabados de formas curvas con uno o más
dedos o mediante un objeto y rayas pintadas. Existen
dos formas de representación de las manos: 1) Las
manos en positivo (de color rojo), obtenidas por la
impresión directa sobre la pared, siendo éstas las más
escasas; y 2) Las manos en negativo, para su
Figura 3: Representación de manos impresión, el colorante finamente triturado se aplicaba
y figuras cuadrangulares tabicadas. de diversas formas como: el tamponado, aerografiado
Fuente:
http://rotafolio.wordpress.com/20 y salpicado, tanto alrededor de los dedos, de la palma
09/08/21/chamanga-aspira-a-ser- de la mano y en algunas ocasiones alrededor de la
patrimonio-mundial/
muñeca o el antebrazo; aparecen dedos completos y
otras veces mutilados o probablemente solo replegados.(Figura 3) Las
representaciones son numerosas y se encuentran tanto en techos como en
paredes, en zonas de acceso y lugares aislados, así como en los huecos de las
paredes. (Groenen, 2000, pp. 46,48)

En cuanto a los trazos simbólicos, estos son


más numerosos y variados que las figuras
zoomorfas. Se clasifican en dos categorías:
1) Los trazados complejos como los
tectiformes, aviformes y cuadrangulares
tabicados, los cuales representan motivos
formales recurrentes y están limitados a una
región concreta; y 2) Los trazados simples
como las puntuaciones, bastoncillos, manos
frotadas y trazados indeterminados, los
Figura 4: Parte de un panel de inscripciones en el
sitio Grota Funda. Carnaúba dos Dantas. Río Grande cuales están omnipresentes en cuevas de
del Norte. (Brasil) Fuente: Francia y España y son el resultado de
http://www.viafanzine.jor.br/site_vf/pag/2/fonseca
_artigo7.htm
acciones llevadas a cabo sobre la pared.
(Groenen, 2000, p. 43). (Figura 4)

CONCLUSIONES

Después de describir el contexto natural y cultural del Paleolítico así como las
principales características de la pintura rupestre, es posible regresar a las
preguntas que nos hacíamos al principio de este ensayo. El contexto natural —el
clima, el cambio de flora y fauna—, así como el contexto cultural —el ser nómadas
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El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

por no conocer la agricultura y la domesticación de animales y el hecho de vivir en


hordas con comportamientos mínimos de convivencia entre ellos y otras razas—,
obliga a los hombres del Paleolítico a abandonar sus cuevas y recorrer grandes
distancias en busca de alimento y en general mejores condiciones de vida.

Así, el contexto modifica su manera de ver el mundo en la medida en que para


protegerse de las inclemencias del tiempo, de los animales y de las otras razas
necesita vivir en comunidad, de esta manera el hombre no se encuentra solo en el
mundo, sino es él con otros y su entorno. Esa convivencia lo que conlleva es
generar una organización para lo cual es fundamental la comunicación por medio
de lenguajes —gestual, gutural, sígnico y por supuesto, pictórico—, para el
hombre primitivo el lenguaje pictórico en un principio no representaba una obra de
arte tal como lo entendemos hoy en día, era una acción motivada por la impresión
que le provocaba su entorno; posteriormente con su paulatino conocimiento de las
técnicas, materiales y habilidades psicomotrices, el hombre no se limitó a
reproducir lo que veía, sino que su creatividad lo llevó a representar signos más
elaborados y animales compuestos y fantásticos producto de su imaginación. Otro
uso que pudieran haber tenido las pinturas rupestres era una forma muy elemental
de transmisión de conocimiento, es decir, educación. Es fundamental enseñar a
las nuevas generaciones dentro de la horda, aspectos de la caza o la recolección;
es lógico pensar que un niño no podía participar en las actividades de la caza
hasta alcanzar cierto desarrollo físico, sin embargo, a través de la pintura rupestre
podía conocer —aunque sea en forma esquemática— a lo que se iba a enfrentar
después. Para clarificar estos planteamientos presento varias observaciones
particulares de algunas de las categorías de la pintura rupestre.

En relación a las figuras zoomorfas que aparecen en diversas cuevas, la hipótesis


planteada por Reinach apunta a que los animales representados no coinciden
totalmente con los que formaban parte de su alimentación. Es por eso que digo
que las representaciones no necesariamente se relacionan con el aspecto mágico
que buscaba la atracción de las presas, sino más bien tendría que ver con la
admiración y observación del mundo que les rodea. Los animales existentes en su
contexto, por su fuerza, su tamaño, su agilidad, su inteligencia animal entre otras
cualidades, los impresionaba —tal y como sucede inclusive en las altas culturas
como Mesoamérica, donde el jaguar, el cocodrilo y la serpiente por sus cualidades
se les mitifico a tal grado de convertirse posteriormente en deidades—, es por eso
que los representaba de manera frecuente.

En las figuras antropomorfas, me parece que los trazos y detalles de las figuras no
tiene relación con la falta de habilidad para representarlos; sino a la importancia
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El contexto del hombre del Paleolítico y su relación con el arte rupestre — Gabriela Saldaña Benítez

que daban a ciertos elementos y rasgos corporales. Podemos ver que destacan
ojos y boca únicamente e ignoran o no le dan tanta importancia a otros rasgos
como la nariz y los oídos; esto puede deberse quizás a que representaban lo que
para ellos era importante en ese momento para su supervivencia, e. g. los ojos por
la importancia que tiene la visión para protegerse de los peligros externos y la
boca por ser la vía para la ingesta de alimentos y probablemente también denote
una actitud de comunicación gutural.

En lo referente a los signos, podemos comprobar su importancia, ya que


solamente en las once cuevas de Ariege, de un total de 2600 grafemas, 678 eran
de animales y 1400 de signos. (Groenen, 2000, p. 40.). Los signos deben verse
como un medio de comunicación y no sólo como ensayos o trazos aislados para
futuras representaciones antropomorfas o zoomorfas. Sería importante analizar los
signos desde una perspectiva semiótica para entender mejor el significado que
probablemente, los hombres del Paleolítico, le quisieron dar a estos dibujos.

Estas reflexiones y otras más que posteriormente se deriven dejan el camino para
continuar estudiando una de las más antiguas manifestaciones artísticas
producidas por el hombre.

BIBLIOGRAFÍA

Alvear A., C. (2008). Introducción a la historia del arte. México: Limusa.

Annaud, J-J. (Dir.). (1981) La búsqueda del fuego. [Video]. Canadá-Francia-EUA:


International Cinema Corporation-Ciné Trail- Stéphan Films-Belstar Productions-
Gruskoff Film Organization-Royal Bank of Canadá-Famous Players Limited.

Bolaños M., R. (1992). Historia de la humanidad. De la Antigüedad a la Edad


Media. México: EPSA.

Debenham, F (Dir.). (1964). El Atlas de Nuestro Tiempo. México: Reader´s Digest.

Groenen, M. (2000). Sombra y luz en el arte paleolítico. España: Ariel, S. A.

(1988). Enciclopedia Metódica Larousse. Tomo 4. México: Editorial Larousse.

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