Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
cabeza. Sin embargo, no nos ofendemos, sino que nos guardamos de él, pero no como
de un enemigo. Así suceda aproximadamente en las otras situaciones de la vida. No le
prestemos atención a las muchas cosas que hacen aquellos hombres que son, por decirlo
así, nuestros compañeros de gimnasio. Es posible, esquivarlos sin odiarlos ni tenerlos
por sospechosos.
Haciendo deporte alguno nos habrá pegado, arañado o nos habrá arremetido con la
cabeza. Sin embargo, no nos ofendemos, sino que nos guardamos de él, pero no como
de un enemigo. Así suceda aproximadamente en las otras situaciones de la vida. No le
prestemos atención a las muchas cosas que hacen aquellos hombres que son, por decirlo
así, nuestros compañeros de gimnasio. Es posible, esquivarlos sin odiarlos ni tenerlos
por sospechosos.
Haciendo deporte alguno nos habrá pegado, arañado o nos habrá arremetido con la
cabeza. Sin embargo, no nos ofendemos, sino que nos guardamos de él, pero no como
de un enemigo. Así suceda aproximadamente en las otras situaciones de la vida. No le
prestemos atención a las muchas cosas que hacen aquellos hombres que son, por decirlo
así, nuestros compañeros de gimnasio. Es posible, esquivarlos sin odiarlos ni tenerlos
por sospechosos.
Haciendo deporte alguno nos habrá pegado, arañado o nos habrá arremetido con la
cabeza. Sin embargo, no nos ofendemos, sino que nos guardamos de él, pero no como
de un enemigo. Así suceda aproximadamente en las otras situaciones de la vida. No le
prestemos atención a las muchas cosas que hacen aquellos hombres que son, por decirlo
así, nuestros compañeros de gimnasio. Es posible, esquivarlos sin odiarlos ni tenerlos
por sospechosos.
Haciendo deporte alguno nos habrá pegado, arañado o nos habrá arremetido con la
cabeza. Sin embargo, no nos ofendemos, sino que nos guardamos de él, pero no como
de un enemigo. Así suceda aproximadamente en las otras situaciones de la vida. No le
prestemos atención a las muchas cosas que hacen aquellos hombres que son, por decirlo
así, nuestros compañeros de gimnasio. Es posible, esquivarlos sin odiarlos ni tenerlos
por sospechosos.