16 de septiembre de 2010

"Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de
sueño. No sabían qué decirle." Marcos 14:40

Lápices (por Daniel Pérez Cliffe)

Hoy se recuerda el 34 aniversario de una noche trágica de Argentina: La noche de los
lápices. Cuando 10 jóvenes fueron secuestrados por fuerzas de seguridad nacional y
llevados a cuarteles clandestinos donde fueron torturados acusados de ser subversivos. 6
de ellos siguen desaparecidos. Estos muchachos y chicas habían estado manifestando en
La Plata por un boleto estudiantil. Eran días violentos en Argentina en el año 1976, días
de ideales y de utopías. Fueron días oscuros para nuestra historia y hoy se celebraron
muchas marchas recordando este hecho.

Y escuché un comentario de una señora mayor, que participó en una de esas marchas.
Esta mujer dijo: "Recordamos aquellos chicos que tuvieron el valor y la determinación de
luchar por sus ideales. Censuramos a la juventud de hoy que no tiene objetivos ni visión.
Es bueno recordar a aquellos que la tuvieron". Y tiene razón. Hoy los adolescentes y
jóvenes viven en la indiferencia y la ambigüedad. Transitan por la vida, y no se involucran
con nada ni con nadie. Sin compromiso, sin responsabilidad, sin ideales, sin utopías. Se
acabaron los sueños, se terminaron los objetivos superiores. Vivimos en una sociedad de
zombies, dormidos.

Podés estar de acuerdo o no con aquellos chicos, con su metodología o su forma de

actuar. Pero hay una realidad innegable. Ellos tenían un sueño y lucharon por verlo hecho
realidad. Y eso es algo que hoy no tenemos. Vivimos días de comodidad sin ataduras.

Este mal está también dentro de la iglesia. Y cada vez es más difícil encontrar cristianos
que tengan ideales altos, visión espiritual, compromiso con la misión, que miren más allá
de su facebook o su celular la realidad que los rodea y sean consientes que el llamado de
Dios es a hacer cosas grandes. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un sueño grande
para Dios? ¿Cuál fue tu último objetivo impactante en el Reino de Dios? ¿Tuviste alguna
vez alguno?

Estamos dormidos, nos acostumbramos a la rutina que nos impone esta sociedad y nos
amoldamos al poco vuelo de la gente que nos rodea. Estamos dormidos como los
discípulos. Jesucristo está en plena lucha y nosotros estamos a un costado, cabeceando.
¡Es hora de despertarnos! ¡que vuelvan las utopías!

REFLEXIÓN — Volvé a tener ideales altos.

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