Sábila también conocido como aloe, nativo de las regiones secas
de África y Oriente Medio, pertenece a la familia de las Lilies con alrededor de 400 especies, puede sobrevivir por largos períodos de tiempo sin agua pero es muy sensible al frío, y se cosecha durante todo el año.
La sábila que se encuentra en las hojas se usa para calmar
quemaduras menores, heridas y diversas afecciones cutáneas, como el eccema y la tiña. Su efecto calmante es casi inmediato, además de aplicar sobre las heridas una capa que se supone reduce los cambios producidos por cualquier infección.
Hay pocos estudios correctamente dirigidos sobre los posibles
efectos beneficiosos de ingerir el gel de Aloe, debido a que sus extractos ingeridos en exceso son tóxicos y cancerígenos.
Las propiedades curativas de la planta se deben a la complejidad
de sus elementos constitutivos, que le permiten operar como antibiótico, coagulante, agente contra el dolor e inhibidor en la formación de cicatrices de acuerdo a lo que informa el Instituto de Investigación de la Sábila.
La sábila “tiene cerca de 200 elementos constitutivos que trabajan
en forma conjunta produciendo numerosos efectos benéficos difíciles de contabilizar”, entre ellos aminoácidos, esteroles (un subgrupo lípido de los esteroides que actúa como la cortisona para combatir la inflamación), y el ácido salicílico, similar a la aspirina, asegura un miembro Consejo Científico Internacional de la Sábila, Gene Hane.