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FUNDAMENTOS DE NECESIDAD DE AMPLIACIÓN Y ADAPTACIÓN DEL CÓDIGO DE

ÉTICA Y DEONTOLOGÍA FARMACÉUTICO

Es innegable, la necesidad de actualizar el Código de Ética y Deontología Farmacéutica, en los tiempos


actuales, de modo tal que, brinde al farmacéutico una guía amplificada y reformada, acorde a los nuevos
“desafíos” de la profesión y las ciencias de la salud. La actual situación a la que se enfrentan los
farmacéuticos, y todo profesional de la salud, otorgan carácter urgente al replanteo de este conjunto de
principios, ante los conflictos que pudieran surgir como consecuencia de los vertiginosos cambios
científicos, tecnológicos, comerciales y sociales, que vienen dándose aceleradamente en las últimas
décadas.

Estos acelerados y profundos cambios científicos y tecnológicos, como el desarrollo de la genética y la


genómica, en la naciente biotecnología aplicada al diseño de fármacos y dispositivos biomédicos, sumados
a la modificación de los hábitos y conductas sociales, reestructuración demográfica de la población, etc.,
han puesto a los profesionales de la salud ante situaciones en las cuales es necesario hacer prevalecer los
valores éticos por encima de normas legales ó presiones socio-económico-políticas que alejan al
profesional sanitario de su objetivo primario definido tan sencillamente como: “el respeto a la vida,
derecho a la salud y a la integridad del ser humano”, y que reafirmen el concepto que postula:
“los profesionales farmacéuticos, avalan sus actuaciones con el apoyo de normas legales y principios
éticos”, declaraciones éstas de sentido común, efectuadas por la Federación Internacional Farmacéutica
(FIP).
El origen de toda norma es social y, por tanto, se comprende que las normas deontológicas estén en
constante evolución, según progrese o se modifique la sociedad que las genera. Por lo tanto, un código
ético es el referente para que la sociedad conozca lo que puede esperar de nuestra profesión y lo que puede
exigir a los farmacéuticos que la ejercen.

Estamos convencidos que la conducta de los farmacéuticos debe estar avalada por su grado de
asentimiento y apoyo al CÓDIGO DEONTOLÓGICO que recoge los VALORES ÉTICOS de su
profesión, además del respaldo y control ejercido a través de esa herramienta por los colegios que han sido
creados y son gobernados por ellos mismos.

La elaboración de un código deontológico es un proceso dinámico que debe adaptarse a los cambios y a la
realidad social de cada momento ya que si bien, las normas deontológicas no son normas jurídicas, tienen
el valor de normas legales de obligado cumplimiento para los colegiados sin que puedan ser invocadas
como un simple marco de referencia. Las trasgresiones a dichos principios por parte de los colegiados,
deben ser sancionadas, con la correspondiente constancia, de la presunta infracción, y con datos
fehacientes del denunciante, previa comprobación de la falta y aceptados los descargos del afectado. Las
sanciones podrán consistir en advertencia privada o en presencia del Consejo Directivo, censura en la
misma forma; suspensión de hasta seis meses en el ejercicio de la profesión o cancelación de la matrícula,
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o multas que determine el Tribunal de Disciplina. Todo ello, no sin antes intentar de modo ameno y
cordial, un llamado a reflexión por parte tanto del infractor como del denunciante, a fin de llevar a buen
fin la cuestión motivo de discordia, para lo cual el Tribunal de Disciplina puede disponer instrucciones
educativas, plazos para enmiendas, modelos de buenas prácticas, y todo otro accionar que arribe a
acuerdos consensuados, sin necesidad extrema de amonestar, evitando la sanción.

Creemos que con estos principios, la Sociedad tiene la garantía que el propósito y la obligación del
farmacéutico es contribuir al uso eficiente y equitativo de los recursos para la salud, en materia de
medicamentos.

Se hace imperioso aprobar el nuevo Código, con el consenso mayoritario y el debido esmero y atención de
todos los involucrados, desde el profesional académico, hasta el farmacéutico de oficina comunitaria,
hospitalaria, sindical ó industrial.

Afirmamos que el Código de Ética y Deontología Farmacéutico, debe admitir la posibilidad de la


objeción de conciencia además de la objeción de ciencia, que explícitamente lo contiene, en la
dispensación de productos farmacéuticos, como un derecho profesional básico. El ejercicio de la libertad
ideológica que emana de la Constitución Argentina, como un derecho natural, deber ser siempre el
fundamento común al ejercicio de la objeción de conciencia, sea cual sea el caso concreto en el que se
presenta.

Se entiende por Objeción de Conciencia, prevista en el Principio III, punto B, a la responsabilidad y


libertad personal del farmacéutico que lo faculta a negarse a la dispensa de medicamentos puntuales y
en ciertos y determinados casos, respetando de ese modo y a su entender, el derecho a la vida y la salud
del paciente.
La denominada Objeción de Ciencia, prevista en el Principio III, punto A, consiste en la posibilidad de
que el farmacéutico pueda cuestionar la conveniencia de determinados tratamientos farmacológicos,
basándose en su competencia y calificación técnico-científica, sin recurrir a la objeción de conciencia y
promoviendo la buena praxis profesional. Estos dos conceptos se basan en el hecho incuestionable que
posee el farmacéutico de libertad de conciencia y el deber ineludible de responsabilidad por sus actos, uno
con otro estrechamente vinculados.

No podemos negar el derecho del profesional farmacéutico a la Objeción de Conciencia, ya que está
íntimamente ligado al principio declarado de la Objeción de Ciencia, por la cual el farmacéutico está
capacitado para abstenerse de actuar en aquellos casos donde considere que sus servicios puedan atentar
contra la vida, la dignidad humana u otro derecho del hombre. Es decir que, la responsabilidad y libertad
en sus actos, faculta al farmacéutico a ejercer su derecho a la Objeción de Conciencia, respetando de este
modo la libertad y el derecho legítimo a la vida y la salud de todo ser humano. Bajo ningún concepto se
pretende modificación alguna a las normas legales vigentes, sólo la consideración para con aquel

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farmacéutico objetor de conciencia, u objetor de ciencia, y con el único fin, que las autoridades y
colegiados, presten asesoramiento, considerando estas actuaciones como procedentes.

Las relaciones de la industria de Investigación y Desarrollo, con los profesionales de la salud


deberán propender por el beneficio del paciente y apoyar una sana práctica de la medicina y demás
profesiones relacionadas con la salud; proporcionando la información científica y educativa, veraz y
debidamente documentada, así como apoyando la investigación y el desarrollo. La industria farmacéutica
está comprometida con el respeto de los más elevados estándares en todas sus actividades de
comercialización.

En consecuencia compromete a que, las prácticas promocionales de la industria farmacéutica, dirigidas


a los profesionales de la salud, cadena de distribución, pacientes y usuarios en general, respondan a los
más altos estándares éticos y códigos internacionales.

Por último, creemos que el farmacéutico del nuevo siglo, se encuentra en una disyuntiva de adaptación al
cambio, mediante una evolución y transformación del quehacer profesional, que lo asigne como
“experto”, garantizando servicio farmacéutico, como modelo de éxito sanitario. Esto, creemos sólo es
posible si el farmacéutico lucha activa y persistentemente en intervenir con el consentimiento legal
oportuno, en todo el ámbito relacionado con el medicamento y los dispositivos biomédicos: en su política
sanitaria, aspectos que involucran su producción, elaboración, comercialización, utilización, vigilancia,
dispensación, fármaco-economía; participación en protocolos clínico-farmacológicos, derecho
farmacéutico, desechos de fármacos, participante activo y directo de la seguridad social, contralor de
sistemas de facturación, validación y realización de vademécums de obras sociales, participante consultor
de políticas estatales del medicamento, auditor, etc. Para todo esto deberíamos resumir el nuevo rol
farmacéutico como una reformulación respecto de las incumbencias y alcances legales del ejercicio
profesional, adaptando las normas a los cambios vigentes y aquellos que ya se vislumbran.

CODIGO DE ETICA FARMACEUTICA

PRINCIPIOS, OBLIGACIONES Y PAUTAS

INTRODUCCIÓN

El Código de Ética pretende establecer normas de conducta profesional que compete a todos los
farmacéuticos en el ejercicio de su profesión, cualquiera sea la modalidad en que la practiquen. Pretende
actuar como directriz de la conducta en todo el ámbito del quehacer farmacéutico.

Comprende 10 (diez) principios básicos y generales, que están complementados por “deberes” u
“obligaciones” inherentes a tales principios y que atañen al ejercicio de la profesión. Estos deberes u
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obligaciones, constituyen un conjunto de “normas”, que pretenden a modo de guía, ayudar a la
interpretación del Código, puesto que describen el quehacer farmacéutico, y sus responsabilidades
respecto del paciente, sus colegas, la sociedad y otros profesionales de la salud.

Las pautas desarrolladas en estos capítulos, no pueden abarcar todas las situaciones que pudieren
presentarse en el accionar de la profesión, por lo que, cuando existan dudas, debe buscarse el
asesoramiento del Tribunal de Disciplina del Colegio y/o las correspondientes Autoridades Sanitarias,
según sea la gravedad o complejidad de la situación. Una cuestión ausente en el Código de Ética puede dar
lugar a una denuncia por mala conducta profesional, pero el Tribunal de Disciplina, cuando considere
aplicar una sanción, tomará en cuenta las circunstancias del caso en particular y no se limitará únicamente
a las cuestiones mencionadas a continuación, sino que agotará todos los recursos posibles, antes de
manifestar una resolución.

El incumplimiento de los principios de este Código constituye una falta deontológica, susceptible de
sanción, de acuerdo a las normas disciplinarias fijadas en los Estatutos y Reglamentos del Colegio de
Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires.
Según la norma legal vigente, quien decide qué constituye mala conducta profesional es el Tribunal de
Disciplina, contra cuyas decisiones erróneas (en un supuesto) se puede apelar ante el Juzgado Contencioso
Administrativo.

DEFINICIONES

Las definiciones siguientes se aplican a los términos correspondientes empleados en este Código de Ética:

Servicios Profesionales Farmacéuticos: Con vistas a la interpretación del Código, por servicios
profesionales se entiende: la dispensación de prescripciones; la interpretación de recetas y la distribución
de los medicamentos dispensados; suministro de productos medicinales, dispositivos biomédicos,
instrumental y ropa quirúrgica, de tóxicos y productos químicos, accesorios y artículos de higiene
relacionados con la salud; servicios de medición de la presión arterial y colocación de inyectables;
servicios de vacunación, provisión de medicación a residencias de ancianos, asilos y domicilios privados;
proporcionar educación sanitaria e información sobre el cuidado de la salud , consejos e instrucciones
relacionadas con la medicación y el buen uso de dispositivos biomédicos donde el farmacéutico aplica su
conocimiento científico. El farmacéutico del nuevo siglo interviene en la cadena del medicamento y
dispositivos biomédicos, la política sanitaria, producción, comercialización, utilización, vigilancia,
dispensación, fármaco-economía, participación de protocolos clínico-farmacológicos, derecho
farmacéutico, desechos de fármacos, participante activo y directo de la seguridad social, contralor de
sistemas de facturación, validación y realización de vademécum de obras sociales, participante consultor
de políticas estatales del medicamento, auditor, etc.

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Ética: Es una parte de la Filosofía, que se ocupa de los principios morales, y obligaciones del hombre, que
permiten discernir entre el bien y el mal, así como de las consecuencias de las acciones

Deontología: Ciencia ó tratado de los deberes u obligaciones.

Bioética: Es el estudio sistemático de los principios morales aplicados a las ciencias de la salud y la vida,
empleando metodologías éticas en un marco interdisciplinario. Puedo decirse que la Bioética aborda los
aspectos éticos en la Medicina y Biología, analizando la inclusión de valores, deberes, responsabilidades y
bondades en la toma de decisiones sanitarias a fin de optimizar y garantizar excelencia en servicios de
salud.

Fuentes
*Código de Ética farmacéutica del Colegio de Farmacéuticos de Buenos Aires, 1983.
*Código de Ética Farmacéutica de la Royal Pharmaceutical Society, 1992.
*Federación Internacional farmacéutica (F.I.P )
*Enciclopedia of Bioethics (Año 1995) MacMillam (USA)

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PRINCIPIOS

1. Todo farmacéutico debe privilegiar el bienestar, tanto del paciente como de la sociedad,
anteponiendo este objetivo a su propio bienestar pecuniario. El profesional farmacéutico está
comprometido con el deber primordial de velar por la higiene y salud pública, por lo que deberá
encaminar sus actos a tal fin.

2. Todo farmacéutico debe mantener una conducta honorable, de manera que, la dignidad, honradez y
templanza en todos los actos de su vida, enaltezcan el ejercicio de su profesión. No comprometiéndose
con actividades que pudieran desacreditar a la misma.

3. Todo farmacéutico será consciente que este Código de Ética, no cercena en absoluto las libertades,
obligaciones y derechos que acuerdan la Constitución Argentina y demás Leyes Nacionales. Por ello,
no lo priva de actuar en el orden social, político ó religioso, siempre y cuando lo haga, acorde a las
responsabilidades y deberes que le caben como profesional del arte de curar.

4. Todo farmacéutico debe ajustar su conducta a las leyes y regulaciones aplicables a la práctica
farmacéutica y mantener en alto, el ideal de servicio farmacéutico, asegurándose que éste sea eficaz.

5. Todo farmacéutico debe respetar el secreto profesional asumiéndolo como un deber, que nace de la
esencia misma de la profesión. La confidencialidad de la información relativa a un paciente o a su
familia, adquirida en el curso de la práctica profesional, no debe develarse a nadie sin el
consentimiento del paciente o del tutor apropiado, a menos que el interés del paciente o el de la
sociedad requieran tal divulgación.

6. Todo farmacéutico debe mantenerse actualizado sobre avances, modificaciones u otras novedades en
el área de la investigación científica, esforzándose por ampliar y perfeccionar sus conocimientos
académicos. Tratando siempre de alcanzar el más alto nivel de idoneidad profesional dentro de su
actividad.

7. Todo farmacéutico no debe acceder a ejercer su profesión sometido a cualquier condición que
comprometa su independencia y/o juicio profesional, ni imponer tales condiciones a otros
farmacéuticos, auxiliares u otros individuos que desarrollan su actividad en el ámbito farmacéutico.

8. Todo farmacéutico debe intentar siempre cooperar con sus colegas de profesión y con los miembros
de otras profesiones de la salud, de modo que se beneficie la sociedad. Toda relación entre
farmacéuticos, deberá caracterizarse por el respeto, cortesía, lealtad y solidaridad, reglas que, impuestas
en todos los actos de convivencia, ejemplifican un elevado ejercicio de la ética y consideración entre sus
pares.

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9. Todo farmacéutico puede proporcionar información acerca de los servicios profesionales
disponibles, siempre que no comprometa la dignidad de la profesión ante la sociedad. La publicidad no
debe pretender o implicar superioridad de ningún tipo sobre el servicio profesional proporcionado por
otros farmacéuticos o establecimientos farmacéuticos, debe ser digna y condecirse con el fin loable de
mejorar la salud pública.

10. Todo farmacéutico que ofrezca sus servicios directa ó indirectamente al público debe hacerlo en
establecimientos que reflejen el carácter profesional del mismo. Todo acto farmacéutico brindado con
esmero a la comunidad, constituye el derecho a percibir honorarios dignos de tal práctica, sin que por
ello derive su labor en transacciones comerciales que desacrediten su ejercicio profesional.

PRINCIPIO UNO

Todo farmacéutico debe privilegiar el bienestar, tanto del paciente como de la sociedad, anteponiendo
este objetivo a su propio bienestar pecuniario. El profesional farmacéutico está comprometido con el
deber primordial de velar por la higiene y salud pública, por lo que deberá encaminar sus actos a tal
fin.

OBLIGACIONES

A. Un farmacéutico debe actuar siempre de manera que promueva y salvaguarde la salud de la


sociedad, por lo que será debidamente prudente en sus consejos y recomendaciones al público, promoverá
siempre la consulta médica y conforme a sus conocimientos, habilidad y juicio profesional debe impedir el
suministro de cantidades innecesarias y excesivas de medicinas y otros productos medicinales,
particularmente de los que son susceptibles de mal uso, o que pretenden disminuir el apetito, impiden la
absorción de los alimentos o reducen los líquidos corporales, o aquellos que sean capaces de producir
dependencia psíquica ó física, sin la debida prescripción médica, en tiempo y forma.

B. El farmacéutico que rehusase, sin causa que lo justifique, dispensar medicación debidamente
prescripta, será penalizado, según la gravedad del caso. Algunos medicamentos de libre dispensación y
productos medicinales son susceptibles de abuso, que en este contexto usualmente significa consumo por
un período prolongado y/o consumo de dosis substancialmente más altas que las recomendadas. Las
peticiones de tales productos debe atenderlas el farmacéutico personalmente y debe negarse a la venta si
está claro que la compra no es para un propósito genuinamente medicinal o si la frecuencia de compra
sugiere abuso. Productos conocidos como susceptibles de abuso, están sujetos a cambios, y los
farmacéuticos deben mantenerse al día de las tendencias nacionales e internacionales.

C. Un farmacéutico tiene la responsabilidad profesional de controlar todos los productos


medicinales y relacionados a la salud, que adquiere o suministre. No debe comprar, vender o suministrar
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ningún producto si tiene cualquier razón para dudar de su seguridad, calidad o eficacia, considerándose
satisfecho si tanto el proveedor como el distribuidor de cualquier medicina ó producto biomédico,
adquiridos son de garantía. Debe prestar la debida atención a las condiciones de almacenamiento antes de
la compra y a las etiquetas, folletos, aspecto, origen y cadena de suministro del producto de que se trate.
Debe tomar las medidas necesarias para asegurar que todos los productos químicos y disolventes,
especialidades medicinales bajo prescripción ó de venta libre, así como preparados magistrales, y otros
productos de uso medicinal, se usarán para un propósito correcto y en las circunstancias apropiadas.

D. Un farmacéutico debe asegurarse que los medicamentos, en el local de farmacia no sean


accesibles al público para auto selección o autoservicio. Un farmacéutico no debe participar en ningún
método de promoción o campaña que aliente al público a equiparar los medicamentos con artículos de
comercio ordinario ó estimular a la compra de más productos medicinales de los que sean necesarios.

E. Los métodos por los que se dispensa al público productos medicinales para uso humano deben
reflejar la responsabilidad profesional del farmacéutico, y la necesidad de mantener la confianza del
público en el conocimiento, habilidad, juicio y posición del farmacéutico como garante del interés público
en la seguridad, calidad y eficacia de los medicamentos. Un farmacéutico no debe tomar parte ni intentar
alentar la promoción al público por medio de muestras gratuitas, premios, regalos, competiciones,
circulares (correo directo o de puerta en puerta), vales, rebajas de temporada, compensaciones, descuentos
u otras ofertas. En absoluto deberá alentar el beneficio de un donativo que depende de la adquisición de un
medicamento.

F. Un farmacéutico no debe sustituir ningún fármaco por otro fármaco de nombre genérico
específico distinto, (excepto en caso de emergencia) sin la aprobación del médico que lo prescribió. Ni
debe desviarse de las instrucciones del prescriptor, cuando dispensa, salvo cuando sea necesario con el
único fin de proteger al paciente.

G. Un farmacéutico debe tomar todos los recaudos necesarios para asegurarse que las condiciones de
trabajo son tales que, esté adecuadamente protegida la seguridad del público y de las personas que trabajan
en el establecimiento farmacéutico. Debe, además, asegurarse que se toman todas las precauciones cuando
desecha productos medicinales y químicos, respetando las normas vigentes de desecho de productos
considerados residuos patogénicos.

H. Un farmacéutico que lleva a cabo la entrega de medicación al domicilio del paciente, debe
asegurarse que la medicación será administrada correctamente, confirmar la dirección del envío y
considerar toda otra medida que garantice una eficiente y segura entrega de medicamentos. Si la entrega a
domicilio no lo realiza el farmacéutico personalmente, éste debe instruir y entrenar a la persona encargada
del envío, supervisando la calidad del servicio, haciéndose responsable de ello. Bajo ningún concepto el
auxiliar que hace entrega de medicación a domicilio, puede dar instrucciones de dosificación u otro detalle
de uso del medicamento, puesto que esta facultad es de competencia exclusiva del farmacéutico. Si surge
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la necesidad de información, será el farmacéutico quien responda al paciente, por otras vías de contacto
disponibles. El farmacéutico debe llevar un registro donde consten todos los datos y características del
envío a domicilio de medicación, para de este modo poder responder ante cualquier duda, queja ó
inconveniente que pudiere surgir.

I. Un farmacéutico no debe entregar ningún producto medicinal a un niño. La excepción será el


suministro urgente de medicación. El farmacéutico debe asegurarse de que, tal producto se entregará con
seguridad a un adulto y a éste le llegará la información apropiada. Asimismo, cuando dispense un
medicamento a una persona que no es el paciente, es deber del farmacéutico, antes del despacho de
medicación, asegurarse que el paciente recibirá toda la información posible sobre el tratamiento y uso
correcto del medicamento prescripto. Para estas cuestiones debe considerarse la posibilidad de contacto
por otras vías de comunicación, como por ejemplo, telefónicamente.

J. Un farmacéutico no debe distribuir ni animar a la distribución de cualquier producto medicinal por


correo. Esto es, por los riesgos que representa esta modalidad, tanto para el destinatario, como para quien
la ejerce, puesto que la seguridad del servicio de provisión de medicación escapa al área de ejercicio de la
profesión. La excepción está en aquellos casos donde la distancia que separan al paciente del centro
expendedor de la medicación, es considerablemente alejada. Esta situación particular obliga al
farmacéutico, a tomar medidas de precaución y de organización para que el paciente reciba la medicación
correcta y formalmente instruido sobre su empleo seguro. Debe también considerar el mecanismo por el
cual se enviará la medicación, envoltorio, indicación del contenido en el paquete, condiciones de
temperatura adecuadas a cada fármaco, restricciones inherentes al envío en cierta medicación, y toda otra
cuestión que asegure que el paciente acceda en tiempo y forma al medicamento, como a todo consejo
relativo a él, por los medios que le sean posible, en forma segura, eficaz y responsable.

K. Un farmacéutico debe tomar las medidas razonables para asegurarse que productos químicos y
disolventes no serán usados en preparación de pirotecnia, explosivos, u otro mal uso causante de
intoxicaciones. No sólo debe abstenerse de la dispensa de productos con estas características, a menores
de 18 años, sino que debe además, corroborar que su manejo será con propósitos correctos. A este fin, el
farmacéutico debe estar informado respecto de las modalidades que van surgiendo en la población sobre
mal uso y abuso de productos químicos y disolventes y hacer cumplir los requisitos legales sobre
seguridad de Venenos y Tóxicos, en el expendio de estos productos, acatando siempre las regulaciones
sanitarias sobre estas substancias peligrosas.

L. El expendio de especialidades medicinales de venta “bajo receta” debe estar a cargo del
farmacéutico, en lo posible, de lo contrario éste entrenará a sus auxiliares adecuadamente, a los fines de no
infligir en las normas legales vigentes. Estos fármacos no deben estar al alcance del público ó personas
ajenas al ámbito farmacéutico.

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M. Los medicamentos cuyo expendio está catalogado por la Autoridad Sanitaria, como “Venta bajo
Receta de Archivo”: Estupefacientes y Psicotrópicos Lista II, deben siempre ubicarse en toda oficina de
farmacia, por separado del resto de las especialidades medicinales, posicionados en armarios u otros
muebles apartados y bajo llave, de modo que sólo el farmacéutico tenga acceso a ellos, para cumplir y
hacer cumplir las leyes vigentes específicas de estos fármacos.

PRINCIPIO DOS

Todo farmacéutico debe mantener una conducta honorable, de manera que, la dignidad, honradez y
templanza en todos los actos de su vida, enaltezcan el ejercicio de su profesión. No comprometiéndose
con actividades que pudieran desacreditar a la misma.

OBLIGACIONES

A. Los actos de dispensa de productos medicinales para uso humano deben reflejar la responsabilidad
profesional del farmacéutico, y la necesidad de mantener la confianza del público en el conocimiento,
habilidad, juicio y posición del farmacéutico como garante del interés público en la seguridad, calidad y
eficacia de los medicamentos.
B. El farmacéutico que se desempeña en el área industrial, deberá asegurarse que todos los productos
medicinales, cuya elaboración, desarrollo ó manipuleo que se encuentran bajo su dirección y control, sean
respaldados por un adecuado procedimiento de elaboración y un completo servicio técnico, y se realicen
bajo estrictas normas de garantía de calidad. Deberá actuar con apego a las normas nacionales y/o
internacionales de buenas prácticas de fabricación, y cumplir y hacer cumplir suficientes pruebas de
calidad, seguridad y eficacia de los productos medicinales bajo su responsabilidad.
C. Un farmacéutico debe mantenerse informado y actualizado sobre las novedades acerca de la
seguridad y el empleo de los medicamentos y dispositivos biomédicos. Un farmacéutico implicado en la
dispensa de los productos asociados con el mantenimiento de salud debe conocer de inmediato sobre
medidas tales como, la retirada u observaciones sobre determinados productos ó lotes de ciertos
medicamentos, cuestionados por la Autoridad Sanitaria que regula las normas y condiciones de las
especialidades medicinales, drogas y substancias químicas así como otros productos de su incumbencia.
D. Un farmacéutico debe asegurarse la compra, posesión, venta y dispensa de medicamentos
debidamente registrados y habilitados por la Autoridad Sanitaria, a fin de no exponerse a una sanción
disciplinaria ó legal.
E. El engaño de productos medicinales incluye: el mal etiquetado, identidad fraudulenta, condiciones
de cadena de refrigeración adulterada, información en prospecto deficiente ó engañoso, fuente de origen
con datos incompletos ó ineficientes, leyendas con promociones cuestionables, sospecha de medidas de
peso ó volumen inexactas y todas aquellas situaciones donde crea que la buena fe de la sociedad se vea
comprometida.
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F. Un farmacéutico no debe manifestar expresiones que tengan el efecto de aconsejar sobre la
elección apropiada de un producto medicinal ó sugerir una especialidad registrada. Sólo debe limitarse a la
sustitución de principios activos, de acuerdo a las disposiciones de la ley específica, cuando el paciente y
la circunstancia así lo requieran con el objeto de contribuir a que el tratamiento farmacológico se lleve a
cabo.
G. El farmacéutico debe asegurarse que el paciente, por medio de consejos e instrucciones concluya
con éxito la farmacoterapia. Debe ser explícito e instruir sobre medidas de prevención; uso de vacunas, su
cronograma y cumplimiento; negarse al expendio de medicamentos posibles de abuso, sin una debida
receta médica en óptimas condiciones.
H. Cuando el paciente es una persona minusválida, ciego, incapacitado físicamente, analfabeto ó no
domina el habla española, debe asegurarse por todos los medios posibles que éste paciente reciba y
comprenda los consejos sobre el empleo correcto de la medicación.
I. Un farmacéutico no debe permitir que otros usen su nombre, título académico, dirección o
fotografía en relación con la promoción al público de cualquier producto medicinal.
J. Cuando un paciente solicita consejos sobre determinados síntomas, el farmacéutico debe brindar
información exacta y adecuada sobre el cuidado de la salud, remitiendo al paciente inmediatamente a la
consulta médica. Si la sintomatología está asociada a problemas potencialmente relacionados con la
medicación, deberá sugerir al paciente la comunicación con el médico que lo asiste, o bien puede intentar
dicha comunicación personalmente, para de este modo cooperar en la solución del caso.
K. El farmacéutico hospitalario ó clínico, está ligado de modo particular a todo el equipo de
especialistas en el cuidado y servicios de salud, por lo que debe adecuar su accionar a fin de cooperar con
médicos y/o enfermeras ú otros profesionales de la salud, supervisando, registrando, informando y
comunicando toda cuestión relacionada con la farmacoterapia en la historia clínica de los enfermos de la
institución.

PRINCIPIO TRES

Todo farmacéutico será consciente que este Código de Ética, no cercena en absoluto las libertades,
obligaciones y derechos que acuerdan la Constitución Argentina y demás Leyes Nacionales ó Derechos
Naturales. Por ello, no lo priva de actuar en el orden social, político ó religioso, siempre y cuando lo
haga, acorde a las responsabilidades y deberes que le caben como profesional del arte de curar.

OBLIGACIONES

A. Ningún paciente quedará privado de servicios farmacéuticos a causa de las convicciones


personales o creencias religiosas de un farmacéutico. La excepción la constituye la Objeción de Ciencia,
es decir, cuando a juicio y criterio profesional responsable, el farmacéutico considere que la medicación
asignada al paciente pone en riesgo su vida, ó la relación riesgo-beneficio no es óptima para su salud.
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B. Un farmacéutico puede objetar por Razones de Conciencia, la dispensación de ciertos
productos medicinales,-citando sólo a modo de ejemplo-, la interrupción del embarazo u otros casos.
En tales ocasiones, el paciente implicado debe ser aconsejado adecuadamente sin efectuar ninguna
condena ni crítica de su petición y debe hacerse un esfuerzo para tratar dicha situación de una manera
discreta y confidencial

C. La toma de decisiones respecto de las dos normas precedentes, A y B, requiere de una reflexión
adecuada y profunda de los casos particulares en que pueda darse. Deben apoyarse en la Bioética,
procurando la resolución de casos concretos, aplicando los principios éticos generales y universales: 1-
Autonomía (respeto a la autonomía de la persona y derecho a su protección) 2- Beneficencia (obligación
de no causar daño) 3- Justicia (equidad en la distribución y no discriminación) 4- No Maleficencia
(respetar la vida física y psíquica del ser humano). Todo farmacéutico puede ampararse en estos principios
para ejercer su derecho a objetar determinadas prácticas farmacéuticas.

D. El farmacéutico que quiera actuar y desenvolverse en ámbitos diferentes a los de su profesión,


esto es, en cuestiones de índole social, como ONG, Instituciones Religiosas ó Políticas, cuyas actividades
sean de carácter público ó privado, puede hacerlo siempre que, su accionar se ajuste con decoro al
cumplimiento de otras normas, sin utilizar su condición profesional ó título académico con fines
favoritistas, evitando todo acto que derive en el descrédito de la profesión.

PRINCIPIO CUATRO

Todo farmacéutico debe ajustar su conducta a las leyes y regulaciones aplicables a la práctica
farmacéutica y mantener en alto, el ideal de servicio farmacéutico, asegurándose que éste sea eficaz.

OBLIGACIONES

A. Toda receta dispensada debe poseer el nombre genérico del producto medicinal prescripto, un
farmacéutico no puede dispensar un medicamento, si el nombre genérico, dosis y posología de ese
medicamento es diferente de lo que aparece en la receta.

B. Para evitar confusiones y en interés del paciente, un farmacéutico debe asegurarse que, al
dispensar cualquier producto medicinal, toda la información del envase o recipiente, necesaria para el
empleo seguro y efectivo del medicamento, esté debidamente presente y sea comprensible al consumidor.

C. Un farmacéutico no deberá aceptar productos medicinales de manera distinta a su envasado


original. Puede, sin embargo, retirar en el momento de dispensar una lámina ó blister íntegro y cuyas
unidades sean mínimas, a discreción del farmacéutico, para ayudar al cumplimiento del tratamiento.

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D. En casos de incertidumbre en la interpretación de una receta, el farmacéutico debe hacer todo el
esfuerzo posible para ponerse en contacto con el prescriptor, antes de dispensar. Si esto es imposible, debe
usar su juicio y criterio profesional y decidir, consideradas todas las circunstancias, qué acción redundaría
en mayor beneficio del paciente. Cuando no se pueda resolver el problema y si sospecha un riesgo
potencial para el paciente, el farmacéutico puede decidir, correctamente, no dispensar la receta. De
cualquier modo, al tomar esta decisión, el farmacéutico debe evaluar el daño relativo que resultaría de esta
negativa.

PRINCIPIO CINCO

Todo farmacéutico debe respetar el secreto profesional asumiéndolo como un deber, que nace de la
esencia misma de la profesión. La confidencialidad de la información relativa a un paciente o a su
familia, adquirida en el curso de la práctica profesional, no debe develarse a nadie sin el
consentimiento del paciente o del tutor apropiado, a menos que el interés del paciente o el de la
sociedad requieran tal divulgación.

OBLIGACIONES

A. El secreto se puede recibir bajo dos formas, a saber: el secreto explícito, formal y textualmente
confiado, y el secreto implícito, que resulta de la naturaleza de las cosas, que nadie impone y que
involucran las relaciones entre pacientes y profesionales. Ambos son inviolables, a excepción de los casos
considerados por la ley como de denuncia obligatoria.

B. A los profesionales del arte de curar les está prohibido revelar el secreto profesional, fuera de los
casos establecidos por la Ley y la Deontología. El secreto profesional es una Obligación. Revelarlo sin
causa justa causando ó pudiendo causar daño al paciente involucrado, es un delito previsto en el artículo
156º del Código Penal Argentino

C. La revelación del secreto profesional, es el acto de hacer pasar el hecho revelado, del estado de
hecho secreto al de hecho conocido. No siendo necesario publicar el hecho para que exista revelación,
basta la confidencia a una persona aislada.

D. El farmacéutico acusado o demandado bajo la imputación de un daño culposo en el ejercicio de


su profesión, tiene derecho a defenderse, revelando el secreto profesional.

E. Pueden hacerse excepciones en las circunstancias siguientes: cuando la información debe


compartirse con otros que participan o asumen responsabilidades en el cuidado del paciente, y serían
incapaces de proporcionar ese cuidado sin dicha información; cuando el descubrimiento de la información
está dirigido a un fiscal, juez u otro funcionario que preside un juzgado. O cuando sea necesario llevar a

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cabo un proyecto de investigación médica que ha sido aprobado por un comité ético reconocido, el
descubrimiento se justifica por el interés público; por ejemplo, para ayudar a la prevención,
descubrimiento o persecución de un delito ó cuando el descubrimiento pueda prevenir un riesgo para la
salud pública.

F. Cuando el paciente es un niño, el farmacéutico puede decidir proporcionar información a sus


padres ó tutor y en determinadas ocasiones, a las autoridades, sin el consentimiento de las partes, siempre
para mayor beneficio del niño.

G. Nada de lo expuesto anteriormente, impide el estudio de los datos contenidos en los registros de
los pacientes, a condición de que se presenten de modo anónimo, con el propósito de investigar o como
información a una fuente comercial interesada. La información anónima está exenta de las prohibiciones
de la Ley de Protección de Datos.

PRINCIPIO SEIS

Todo farmacéutico debe mantenerse actualizado sobre avances, modificaciones u otras novedades en el
área de la investigación científica, esforzándose por ampliar y perfeccionar sus conocimientos
académicos. Tratando siempre de alcanzar el más alto nivel de idoneidad profesional dentro de su
actividad.

OBLIGACIONES

A. El farmacéutico debe revisar continuamente su nivel de conocimiento y capacidad profesional, y


poner continuamente esmero en actualizarse en sus conocimientos por todas las modalidades posibles con
la participación regular en programas de educación.

B. Además de mantenerse actualizado en materias farmacéuticas, es deber del farmacéutico estar


informado de los cambios legislativos que afectan a establecimientos farmacéuticos y ponerlos en práctica
inmediatamente.

C. No deberá asumir que la posesión del título de farmacéutico confiere automáticamente habilidad
a un individuo para llevar a cabo todas sus funciones en establecimientos farmacéuticos. En áreas
especializadas se requiere a menudo un entrenamiento adicional dentro del propio trabajo.

D. Los farmacéuticos deben tener un papel activo en la educación de otros profesionales de la salud
en todas las materias relativas al uso seguro y efectivo de los medicamentos y dispositivos biomédicos.

E. Los farmacéuticos que por ejercer su profesión en ámbitos donde se realizan investigaciones ó
ensayos clínicos, respecto de medicamentos ó productos medicinales, en seres humanos voluntarios,
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deberán obtener “consentimiento pleno, donde se manifieste la libre voluntad de participación” por parte
de los pacientes, no sin antes brindar toda la información necesaria para efectuar tales prácticas, haciendo
comprensible a estos pacientes, la modalidad , mecanismo detallado, riesgos y beneficios, ciertos ó
probables, de las prácticas y toda otra información que le sea requerida.

PRINCIPIO SIETE

Todo farmacéutico no debe acceder a ejercer su profesión sometido a cualquier condición que
comprometa su independencia y/o juicio profesional, ni imponer tales condiciones a otros
farmacéuticos, auxiliares u otros individuos que desarrollan su actividad en el ámbito farmacéutico.

OBLIGACIONES

A. Un farmacéutico debe estar libre para ejercer su juicio profesional cuando lleva a cabo sus
deberes y no debe aceptar un empleo en el que esta libertad se vea comprometida. De acuerdo a la ley, un
farmacéutico Director Técnico es responsable de la gestión del establecimiento farmacéutico, en tanto que
se ocupa de la adecuada preparación, distribución y dispensa de productos medicinales.

B. Por lo que respecta a Oficinas de Farmacia, en las cuales el farmacéutico se desempeña como
Director Técnico, éste es profesionalmente responsable de la observancia de todos los requisitos legales y
profesionales y de la determinación de todas las cuestiones relativas a la naturaleza y extensión del
servicio farmacéutico o que implican de alguna manera conocimiento farmacéutico o conducta
profesional.

C. Toda la responsabilidad recae sobre el farmacéutico encargado de un establecimiento


farmacéutico si, como resultado de su abandono o inactividad, otra persona ejerce funciones que son
responsabilidad propia de éste.

D. Ningún farmacéutico podrá ser excusado de prestar servicios farmacéuticos denominados bajo la
modalidad de “guardias ó turnos “, excepto por causa de fuerza mayor debidamente justificada y
anunciada al público y Autoridades competentes, a la mayor brevedad posible.

E. Son considerados actos que desacreditan la independencia y/o juicio profesional del farmacéutico,
todo hecho celebrado por contratos, franquicias, integración de cadenas u otra modalidad que implique
sometimiento en el ejercicio profesional.

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PRINCIPIO OCHO

Todo farmacéutico debe intentar siempre cooperar con sus colegas de profesión y con los miembros de
otras profesiones de la salud, de modo que se beneficie la sociedad. Toda relación entre farmacéuticos,
deberá caracterizarse por el respeto, cortesía, lealtad y solidaridad, reglas que, impuestas en todos los
actos de convivencia, ejemplifican un elevado ejercicio de la ética y consideración entre sus pares

OBLIGACIONES

A. Un farmacéutico no debe asociarse con fines comerciales con ningún otro profesional del arte de
curar, ni debe formar parte de organizaciones cuyos fines puedan comprometer la independencia
profesional. Debe abstenerse de todo ejercicio ilegal que signifique una usurpación de las facultades que
atañen a otras profesiones.

B. Debe estimularse una estrecha cooperación profesional entre médico y farmacéutico para
beneficio de los pacientes. Ningún farmacéutico puede discutir con un paciente, la composición, dosis ó
efecto terapéutico de una receta. A los pacientes insistentes en esta cuestión, se les recomendará dilucidar
sus dudas con el médico. El farmacéutico sí puede añadir instrucciones ó advertencias en las etiquetas ó
envases de medicamentos, ó bien rotular con fines informativos, para un buen uso de la medicación y
cumplimiento de la farmacoterapia.

C. El farmacéutico Director Técnico y/o su reemplazante debe estar presente en los horarios en que
el establecimiento se encuentre en labores de producción (laboratorios), atención al público (farmacias
oficinales), preparación de despacho, o recepción de drogas o medicamentos (droguerías), o en los
horarios de funcionamiento de las farmacias de hospital.

D. Ante una prescripción médica u odontológica, todo paciente tiene derecho a presentarla para su
dispensación en cualquier farmacia de su elección. Esto ayuda a asegurar que no se desarrolle entre un
profesional del arte de curar y un farmacéutico ninguna relación de negocios indeseable, que pueda ejercer
una influencia mutua indebida, y también demuestra al público la independencia de cada profesión. Un
farmacéutico no debe dirigirse a un médico, a un equipo médico, a una obra social, a una empresa de
medicina prepaga y/o a cualquier empresa integrante del sistema sanitario para asegurar el
direccionamiento de las recetas a una Oficina de Farmacia determinada.

E. El farmacéutico debe establecer y mantener contacto regular con aquellos profesionales de la


salud con quienes desarrolla su práctica diaria en un servicio hospitalario ó clínico. La información sobre
medicamentos es un servicio clínicamente orientado que proporciona un centro hospitalario u otra
institución de salud, para la recopilación, organización, evaluación y difusión de la información relativa a
todos los aspectos del empleo de los medicamentos. Este servicio debe facilitarse entre los farmacéuticos
y los demás profesionales del cuidado de la salud.

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F. Las relaciones entre farmacéuticos debe caracterizarse por el trato cortés y amable, lealtad y
ayuda mutua, así como respeto y consideración. Todo farmacéutico está obligado a solidarizarse con aquel
colega que solicite consejo profesional ó abastecimiento de medicación en caso de emergencia. Deberá
evitar toda práctica de competencia que pueda perjudicar a un colega ó emplear métodos desleales que
puedan influenciar en la libre elección de oficinas farmacéuticas a los pacientes, y todo otro accionar que
afecte el desenvolvimiento profesional de un colega.

G. Los farmacéuticos colegiados deberán asumir con responsabilidad la obligación del voto para
constituir el Consejo Directivo, las Comisiones Directivas y Tribunal de Disciplina que ejercerán el
gobierno del Colegio. Deberán informarse sobre las propuestas de quienes se postulen e interiorizarse con
la respetuosa y activa participación, en los temas que se traten. El farmacéutico colegiado tiene el derecho
y debe ejercerlo, a cuestionar, solicitar información, consejo ó explicación y debatir con sus representantes
y otros miembros del Colegio, las cuestiones inherentes al ejercicio de la profesión, siempre que lo haga
con el debido respeto, inalterable voluntad de cooperación e indiscutible interés por los acontecimientos y
nunca por cuestiones particulares ó en beneficio propio.

H. Los farmacéuticos miembros del Consejo Directivo, Comisiones Directivas y Tribunal de


Disciplina del Colegio, representan a los farmacéuticos ante la población y Autoridades Sanitarias. Bajo
ningún concepto deberán negar consideración y apoyo a un colegiado, información, u otra solicitud
correctamente peticionada. Tendrán el máximo interés por las cuestiones que atañen al conjunto de los
colegiados y demostrarán verdadera solidaridad comportándose con la más escrupulosa honestidad. No
podrán hacer uso de las funciones oficiales para obtener ventajas particulares, ni llevar a cabo actos ó
expresiones que atenten contra la igualdad de condiciones de todos los farmacéuticos. Ofrecerán en su
comportamiento sobradas muestras de tolerancia y respeto en las divergencias ideológicas, con esmero se
abocarán a la solución de problemas que afecten a sus colegas y ofrecerán a los colegiados una
participación demócrata y pluralista, para con todos y cada uno de sus deberes de dirigentes.

PRINCIPIO NUEVE

Todo farmacéutico puede proporcionar información acerca de los servicios profesionales disponibles,
siempre que no comprometa la dignidad de la profesión ante la sociedad. La publicidad no debe
pretender o implicar superioridad de ningún tipo sobre el servicio profesional proporcionado por otros
farmacéuticos o establecimientos farmacéuticos, debe ser digna y condecirse con el fin loable de
mejorar la salud pública.

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OBLIGACIONES

A. La distribución y el contenido de la publicidad de los servicios profesionales deben ser dignos y


moderados, de modo que causen en el público la impresión de que los medicamentos no son artículos
ordinarios de comercio

B. La publicidad, cubre toda forma de anuncios o información dirigida al público en general o a los
profesionales del arte de curar, acerca de servicios ofrecidos por los farmacéuticos o los establecimientos
farmacéuticos. La publicidad en el ámbito farmacéutico abarca toda forma de comunicación, periódicos,
impresiones, avisos, señales, material de empaquetado, etiquetas, sistemas públicos de dirección ó
teléfonos y anuncios por radio y televisión u otros medios como los informáticos, la Web, etc.

C. La publicidad de servicios profesionales, además de cumplir la condiciones arriba mencionadas,


debe ser real, digna y moderada y no desacreditar los servicios profesionales de otros farmacéuticos o
establecimientos farmacéuticos, ni pretender superioridad, expresa o implícita, a este respecto.

D. Se permite a las entidades que representan a los farmacéuticos, realizar publicidad conforme al
Código de Ética para intentar promover la profesión como un todo y en pos del bienestar general.

E. La publicidad de servicios profesionales no debe contener más que el nombre, dirección, número
de teléfono y horario de atención al público de la farmacia o de otros establecimientos farmacéuticos;
puede contemplar un sistema organizado para difundir los servicios de emergencia ó de guardias
farmacéuticas, una indicación sobre la disponibilidad de medios de consulta adecuados a fin de facilitar el
acceso de la población a la dirección de los hospitales locales y sus números de teléfono, a las farmacias
de turno, ó la ubicación geográfica del establecimiento farmacéutico, junto con un mapa con detalles
sobre el transporte, obras sociales que atiende, servicios que brinda.

F. La información proporcionada sobre los servicios profesionales debe presentarse de modo que
permita a quien la recibe decidir acerca de qué servicios va a usar, sin verse sometido a presiones.

G. Al anunciarse en la guía de teléfonos y en otros directorios locales, se acepta la letra resaltada,


siempre que sean anuncios completos o parciales que no entren en conflicto con otras normas ni con las
obligaciones contenidas en el Código de Ética.

H. Un farmacéutico no puede hacer mención de sus servicios ni de algún establecimiento


farmacéutico, en consultorios médicos u odontológicos ó de cualquier otro profesional del arte de curar, ya
sea de carácter privado ó estatal, ni en ninguna otra dependencia ó institución médica u odontológica ó
afín a la sanidad pública.

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I. Los métodos por los que se promocionan al público productos medicinales para uso humano,
deben reflejar la responsabilidad de todo agente sanitario, y la necesidad de mantener la confianza del
público en el conocimiento, habilidad, juicio y posición del farmacéutico, como garante de la seguridad,
calidad y eficacia de los medicamentos. Es por ello que no se debe utilizar la modalidad “on line”, para
provisión de medicamentos, hasta tanto no se obtenga un mecanismo fehacientemente seguro y que esté
debidamente reglamentado por normativas legales ejecutadas por las Autoridades Sanitarias.

PRINCIPIO DIEZ

Todo farmacéutico que ofrezca sus servicios directa ó indirectamente al público debe hacerlo en
establecimientos que reflejen el carácter profesional del mismo. Todo acto farmacéutico brindado con
esmero a la comunidad, constituye el derecho a percibir honorarios dignos de tal práctica, sin que por
ello derive su labor en transacciones comerciales que desacrediten su ejercicio profesional.

OBLIGACIONES

A. Un farmacéutico debe asegurarse que la apariencia externa e interna de los locales de la Oficina
de Farmacia y de las Farmacias Hospitalarias inspiren confianza en la naturaleza del cuidado de la salud
que proporcionan y que el establecimiento satisfaga los requisitos de las Normas de buenas prácticas
profesionales.

B. Un farmacéutico debe establecer y mantener sistemas seguros de trabajo, para eliminar, en tanto
que sea posible, los errores en cualquier componente del servicio farmacéutico. Esto es particularmente
importante en la interpretación de recetas y en la dispensación y suministro de medicamentos.

C. La elaboración de productos que serán empleados para el consumo humano debe estar de acuerdo
con los principios de Buenas Prácticas de Fabricación en todos los momentos del proceso. Los
procedimientos de control de calidad en las adquisiciones de materias primas o en la preparación de
productos farmacéuticos deben ser tales que cumplan todas las normas aceptadas. Un farmacéutico que se
ocupa del control de calidad de los productos elaborados, debe asegurarse de que se han cumplido todas
las normas de Buenas Prácticas de Fabricación, antes de dar salida a un lote.

D. Todos los componentes usados en la producción deben estar sujetos a control de calidad, y debe
hacerse un examen de calidad del producto terminado, que debe llevar un número de lote y fecha de
caducidad. El número de lote de todas las materias primas empleadas se deben registrar en la
documentación del lote. La documentación debe contener también una descripción completa y exacta de
todo el proceso de producción. Esto incluye el pesado de los componentes, los métodos empleados en el
proceso de producción, los ensayos durante el proceso, los procedimientos de esterilización (si procede),
la toma de muestras para control de calidad, el envasado y etiquetado, y la limpieza de equipos.
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E. Al dispensar, hay que cuidar un alto nivel de limpieza personal. Ningún personal puede fumar o
preparar o consumir comidas en ningún área donde se dispensan medicamentos.

F. En el servicio de Farmacia Hospitalaria la información acerca de un paciente es una base


importante para su asesoramiento, o para la vigilancia de un tratamiento con medicamentos. Cualquier
información pertinente que surja de esos servicios debe añadirse al registro médico del paciente.

G. Las condiciones de trabajo deben estar organizadas de modo que se proteja la seguridad del
público y del personal que trabaja en los locales.

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