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Una de las personalidades que ha alzado su voz contra las novelas de la mafia
fue el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, quien a principios de febrero
dijo que este tipo de novelas están haciendo un gran daño a su país porque
"con nombres bonitos exaltan el narcotráfico, robo y atraco".
Sin Tetas no hay Paraíso, transmitida en 2007, fue primera en su género. Ésta
fue lanzada por Caracol Televisión en 2006 y de inmediato se convirtió en la
manzana de la discordia provocando protestas en Pereira, ciudad donde se
recreó la historia. María Adelaida Puerta interpretó a Catalina, una joven que
abandonó los estudios para meterse a "prepago", pero había un detalle,
necesitaba un par de implantes de silicón para atraer la atención de un
adinerado narcotraficante.
La censura no es la salida
El escritor justifica así la existencia de las narco novelas como una expresión
del contexto en el que se encuentra no sólo un país, sino el resto de
Latinoamérica, que consume dichos productos porque también se sienten
identificados o acorralados por las injusticias y desigualdades sociales
reflejadas en dichas tramas.
Marlon Moreno, estrella de El Capo, dijo que la narco novela que protagonizó
en la pantalla de RCN desde agosto de 2009 hasta febrero pasado, es la misma
historia de la psicología de cualquier colombiano que ha tenido que nacer en la
pobreza. "Estamos en un país donde no hay muchas oportunidades, que
solamente se fija en las personas a la hora de pedir impuestos, pero no hay
posibilidades de educación y se cae en eso: en una deformación social que ve
en el tráfico de drogas una salida a sus necesidades básicas. Y que con el
tiempo se va convirtiendo en un poder que va obnubilando la mente y crea
monstruos que después el mundo no puede contener".
Cognitivismo en Narcotráfico
"Este trabajo es bonito (...) pero eso sí, es peligroso”
- Narcotraficante
“Lo hice por amor, era la única forma de volver con mi marido y de ayudarlo”.
Ésta es la explicación-confesión que dio la abogada María Cecilia Ried
Valdebenito (52) para justificar su actividad como distribuidora de clorhidrato
de cocaína en el sector centro-oriente de la capital.
Valderrama Gómez fue condenado en 1993 por tráfico y María Cecilia Ried lo
ayudó a obtener el beneficio de libertad vigilada. Entre ambos surgió un amor
apasionado y se casaron, pero no tuvieron hijos. La mujer volcó todos sus
sentimientos en su perfil de Facebook.
“La canción que adoro es ‘Tu amor me hace bien’, de Marc Anthony, porque
me la regaló el amor de mi vida, al igual que ‘Amada amante’, de Roberto
Carlos, dos canciones que guardan para mí un profundo significado”, escribió la
abogada. También subió románticas fotos con el narco.
Ella afirma que ésta es la primera vez que ingresa droga a Chile, pero la policía
cree que lo hizo en otras ocasiones.
Como sea, el martes la mujer fue capturada cuando entregaba parte del
cargamento a Guillermo Javier Méndez Pérez (60), quien también fue detenido.
La Fiscalía Oriente los formalizó por tráfico de drogas en el 4º Tribunal de
Garantía de Santiago y ambos quedaron en prisión preventiva.
El fiscal Andrés Iturra explicó que el nombre de María Cecilia Ried surgió en el
desarrollo de investigaciones por venta de cocaína en el sector oriente de
Santiago. También se informó que estuvo vinculada como proveedora de
drogas de Claudio Spiniak.
“De vez en cuando también hago mi labor de asistente social como un aporte a
esta comunidad que me integra cada día en su quehacer y que me permite
desarrollarme en búsqueda de ser un mejor ser humano… los presos ocupan
gran parte de mi vida”, afirma.
Conductal
Podría decirse en este momento que “la narcocultura” es una forma de
identidad de estos sujetos que tienen una manera muy especial de vestirse, de
llevar alhajas, de hablar e incluso en sus pueblos de origen son muy populares
y aceptados por los mismos habitantes de estos lugares de provincia porque
hacen mucho por el bien de estos lugares, es decir, cubren la cuota que el
mismo gobierno no hace: obras públicas, empleos, viviendas, etc. que
favorecen a las personas de estos lugares.
Pero cómo son los que forman parte de esa narcocultura tan hablada en el
trabajo, cómo es la vida de estos seres: .”En el estereotipo, visten pantalón
vaquero, camisa de seda estampada, sombrero texano, cinturón piteado y
botas de piel de víbora. Lucen cadenas y esclavas de oro, anillos de brillantes,
relojes Rolex. Cargan radiotransmisores y teléfonos celulares. Viajan en
camionetas Ram o Suburban con vidrios polarizados, donde llevan R-15 y
cuernos de chivo. Escuchan a todo volumen música de la onda grupera. Son
léperos y bravucones, prepotentes y ostentosos, mujeriegos, gastadores,
generosos con los suyos”