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Los conquistadores del incario quiteño disponen que, inmediatamente, una expedición
se traslade hasta las tierras de Alvarado, el territorio de Manabí y funde una ciu
dad bajo su dominio. Había que reafirmar la tenencia de estas tierras al conquista
dor de Quito. No había otra razón para venir a Manabí sino la de asumir la posesión de l
as tierras que había recorrido Alvarado.
El Padre Juan de Velasco en su “Historia del Reino de Quito en la América Meridional”
escrita en 1789, bajo el título “Tenencia de Puerto Viejo”, respecto a la fundación de M
anta escribe lo siguiente:
“Fundación de las ciudades de Manta y Puerto Viejo.- Esta es una sola parte de la an
tigua provincia de Manta, cuya dilatada nación, con propio y matriz idioma, muy ri
ca, y muy entregada a su religión idólatra, ocupaba desde la ensenada de Charapotó, ha
sta toda la provincia de Chongón, llamada después de Santa Elena. En la parte más sept
entrional o primera provincia de esta nación, la cual hace la primera tenencia, fu
ndaron los españoles dos ciudades, que aunque pequeñas, eran muy útiles, por el buen p
uerto, y por la gran pesca de las perlas.
“Concurrieron a efectuarlas, el capitán Pedro de Puelles, mandado con gente de Quito
por Belalcázar, y el capitán Francisco Pacheco, mandado por Almagro, con gente de S
an Miguel de Piura. Tuvieron los dos grandes diferencias, sobre cuyo era el dere
cho de verificar las fundaciones. Dirimió la discordia Francisco Pizarro y las efe
ctuó Pacheco como propias, y pertenecientes al Reyno de Quito, según referí en la Hist
oria Antigua.
“Las fundó ambas en 1534, una a corta distancia de la otra. La primera con el nombre
de Manta, sobre el puerto marítimo llamado Cancebí, donde arribó la primera vez Almag
ro en seguimiento de Pizarro, en 58 minutos de latitud meridional; y en 2 ½ grados
de longitud occidental. La otra con título de ciudad de San Gregorio de Puerto Vi
ejo, al oriente de la de Manta, sobre la ribera del río del mismo nombre, en 1 gra
do de latitud meridional y en 2 grados de longitud occidental.”
La Cultura Manteño – Huancavilca es la cultura aborigen en cuyo territorio, se insta
la el español el 12 de marzo de 1535 al fundar la villa de San Gregorio de Portovi
ejo, cuya acta de fundación le corresponde a Francisco Pacheco. Es, en todo caso,
fundada primero que San Francisco de Quito (6 de diciembre de 1535) y antes de S
antiago de Guayaquil, dado que es desde Portoviejo que partirá Orellana para reali
zar la fundación definitiva de la Perla del Pacífico.
El puerto de Manta
El puerto aborigen de Jocay transformado en San Pablo de Manta debe soportar tre
s siglos de dominación española.
Durante ese tiempo se reduce su población hasta convertirse en una desolada caleta
de pescadores, a pesar de lo cual es sitio obligado en la ruta Panamá – Lima.
Poco a poco comienza a recuperar su esplendor como centro de exportaciones de la
industria del sombrero, paja toquilla, mocora, pita, cabuya, zarzaparrilla, art
esanías, cacao, etc; es también centro de contrabando; sufre ataques y destrucción por
parte de los piratas y se convierte en lugar de desembarque de ejércitos e import
antes personajes en tránsito al sur o a Quito.
Durante la Colonia, como puerto forma parte del Distrito, Partido o Provincia de
Puerto Viejo, nombre con el que se conoce a la región provincial de Manabí, partici
pando, directa e indirectamente, en la actividad económica y en la formación de la i
dentidad cultural manabita.
"Los navíos que tocaban Puerto Viejo, solían anclar frente a Jocay o Manta, como lla
maban los españoles a este pueblo de indios. Al Presidente Fernando de Santillán en
1565 se le ocurrió fundar allí una ciudad, bautizando al puerto con el nombre de San
Pablo", cita don Próspero Pérez en su trabajo "Relatos Protohistóricos y Prehistóricos
de la Provincia de Jipijapa".
“Todos los navíos que vienen de los Reyes y van a Panamá tienen que anclar en dicho pu
eblo de indios (la antigua Jocay) que tiene solamente una iglesia y dos ventas d
e españoles y está a un tiro de ballesta”, reseña Salazar de Villasante.
Víctor Emilio Estrada Icaza, citando el documento “Descripción de la Gobernación de Guay
aquil” que data de 1605, señala: "El pueblo de San Pablo de Manta es en el puerto qu
e se llama de Manta, que es el primer puerto de Piru, llamóse San Pablo de ocho años
a esta parte (1597), luego que se descubrió le llamaron Manta, los naturales le l
lamaban Tocay, no se tiene memoria de su primera fundación..."
La historiadora, Maritza Aráuz, cita: “El puerto de Manta atraía a un comercio de cabo
taje entre los pueblos peruanos y los puertos del sur de la Nueva Granada. Desde
Paita y Piura se introducían víveres, mientras que de la provincia se embarcaban fi
bras silvestres, como la pita o cabuya, la mocora, y artesanías, como albardas, ha
macas, sombreros, elaborados con estas mismas fibras, botijuelas de miel, y en m
enor cantidad el cacao, cuyo cultivo se había extendido hacia finales del siglo XV
III, en el valle de Chone y La Canoa.
“Aunque es difícil de estimar, el comercio ilícito se vio también favorecido con la pres
encia de otros puertos naturales como las Ensenadas de Cabo Pasado, Cayo, Machal
illa o Bahía de Caráquez. Por el puerto de Manta se introducían mercaderías de Castilla,
traídas desde Panamá, y transportadas por tierra a Guayaquil provocando quejas de l
os comerciantes guayaquileños. De igual manera se hacían embarques clandestinos de c
acao, tabaco y pita.
“En esta economía mercantil, pareció insertarse desde épocas tempranas la población indígen
, mayoritaria en Jipijapa y Montecristi: sea como arrieros, transportando mercad
erías desde el puerto de Manta a otras poblaciones del mismo Partido (Portoviejo)
y a Guayaquil, suministrando víveres y mantenimientos a los navíos que hacían escala e
n Manta, o comercializando fibras naturales y sus artesanías, especialmente en el úl
timo cuarto del siglo XVIII, cuando se inicia el tejido del sombrero de la paja
toquilla.”
Para mediados del siglo XVIII, se incrementa la producción y la exportación reflejándo
se los siguientes datos: 60.000 libras anuales de cera, 70.000 libras anuales de
pita y cabuya “para los navíos de aquel mar”.
Este esplendor del puerto de Manta atrae a los piratas que la asaltan y destruye
n en los años 1543, 1607, 1628 y 1741, obligando a sus habitantes trasladarse a la
s faldas del cerro Montecristi llevándose consigo a la Virgen de Monserrate, obseq
uiada por el Rey Carlos V. En Manta sólo quedan dos vigías o centinelas para divisar
a tiempo los buques piratas, relata Wilfrido Loor.
En 1741, Manta era el pueblo “mas aprovechado en concurrencia y comercio, por el o
rden de la situación de su Puerto, y ser el primero y más oportuno, y frecuentado d
e las embarcaciones que navegan de tierra firme, y de los Puertos de Nueva España,
para los del Perú, e intermedios de los Valles, tomando víveres y haciendo reparos
y ranchos, que se necesitan para seguir el viaje”, relata don Dionisio de Alsedo y
Herrera al realizar una descripción de Portoviejo (Manabí) señalando que existen dos
mil indios, quinientos españoles y un mil quinientos mestizos, negros y mulatos, d
istribuidos en Manta, Montecristi, Picoazá, Charapotó, Pichota y Jipijapa que es la
población más habitada.
Carmen Dueñas de Anhalzer, la “Historiógrafa de Manabí”, cita al cacique Baltasar Samán de
harapotó quien reúne a 100 indígenas de su comunidad para defender a Manta de los pira
tas ingleses. Así lo hace saber al rey y viaja a Madrid para pedir el nombramiento
de Gobernador de los indígenas de Manabí. Este afán de alianzas estratégicas lo destac
a Carmen como una característica del modo de ser de los manabitas cuyos antecedent
es lo encontramos en la estructuración de la Liga de Mercaderes que la Cultura Man
teña mantenía en sus relaciones comerciales.
El historiador Padre Juan de Velasco, en su obra “Historia del Reino de Quito en
la América Meridional”, refiriéndose a Manta y Portoviejo, escribe: “Ambas florecieron
grandemente a los principios, con el comercio de las naves de Panamá y Nicaragua,
y principalmente con la abundante pesca de perlas, que fue atrayendo a muchos me
rcaderes, e hizo que se estableciesen las familias más ricas con sus esclavos dest
inados para la pesca. Fue esta decayendo, hasta casi acabarse, por causa de los
monstruos marinos que cargaron a esa parte, cebados en los pescadores de las per
las, que llaman buzos. Mucho más decayeron ambas ciudades, desde que los piratas e
xtranjeros se cebaron también en las costas del sur; por lo que saqueadas, e incen
diadas repetidas veces se hallan reducidas a infelices pueblos”.
Wilfrido Loor Moreira, en su obra “Manabí desde 1822” destaca: “Manta fue siempre un lug
ar de mucho interés, aún estando despoblado, por ser puerto de obligada estadía en los
viajes de Panamá al sur, y estuvieron en Manta el Príncipe Esquilache en 1615, los
Académicos franceses en marzo de 1736, Juan Antonio Zelaya y Vergara, Presidente I
nterino de la Real Audiencia de Quito en 1776, el obispo de Cuenca José Calama en
1790, en visita episcopal a Montecristi y Jipijapa para luego seguir a su diócesis
; el gobernador de Guayaquil, Juan de Urbina, en 1796, en fin casi todos los per
sonajes grandes o pequeños que en los tres siglos de gobierno de España pasaron de P
anamá a Quito, Lima o cualquier otro lugar del sur.”
Manta en la Gran Colombia
Finalizadas las luchas por la independencia y unificado el territorio de la nuev
a República Gran Colombiana, se crea la Provincia de Manabí el 25 de junio de 1824 a
l promulgarse la primera Ley de División Territorial emitida por el Congreso de la
Gran Colombia que divide a estos territorios del sur en tres departamentos: Ecu
ador, Cuenca y Guayaquil. El Departamento de Guayaquil comprende las provincias
de Guayaquil y Manabí. Manabí tiene tres cantones: Jipijapa, Montecristi y Portoviej
o. Manta forma parte del cantón Montecristi.
“En el corto período en que Ecuador es parte de la Gran Colombia, los puertos tienen
un distinto trato ya que el puerto de Guayaquil acapara la carga de este sector
en detrimento de los demás, especialmente con el de Manta que sufre las consecuen
cias de una política errada y comprometida impidiéndosele su uso como tal, lo que oc
asionó grandes pérdidas económicas especialmente de los agricultores”, señala el Dr. Abel
Josecruz Alava Rivera, en su tesis doctoral “El derecho portuario marítimo contemporán
eo en el Ecuador, citando datos de la obra “Síntesis Histórica de San Pablo de Manta” de
l historiador Viliulfo Cedeño Sánchez.
Con igual criterio, Wilfrido Loor señala: “En tiempos de la Gran Colombia en un afán a
bsurdo de centralismo suprimen a Manta como puerto y la diputación manabita entabl
a una lucha heroica para que vuelva a hacerlo, y lo consigue en tiempos de Rocaf
uerte, en 1837”.
La cantonización
La cantonización de la parroquia es un proceso que se inicia en 1888 cuando los ha
bitantes de la pequeña parroquia, plantean al Congreso, el cambio de la cabecera c
antonal, de Montecristi a Manta. Montecristi reaccionó furibunda y hace valer la i
nfluencia política de sus hijos.
Pero Manta continúa en su prosperidad. Para 1905 se establece la Casa Tagua, filia
l de la Tagua Handellschaft que capta gran parte del comercio exportador e impor
tador funciona hasta 1941 en deja de operar en el país a causa de la II Guerra.
Sus barcos atracan cada quince días llevando carga de tres mil a cuatro mil sacos
entre tagua, cacao, café y otros productos como caucho, palo de balsa, higuerilla,
sombreros de paja toquilla. Esta misma firma importaba cemento Alsen, telas y t
ejidos, alambre de púas, alambre liso, zinc para techos, machetes, artículos galvani
zados, baldes, hachas y otras mercaderías.
Se establecen otras importantes casas comerciales, nacionales o extranjeras, que
giran con buenos capitales figurando entre estas a ciudadanos italianos, sirio
s y chinos.
El café para la exportación es traído desde Jipijapa, producto que lleva a Manta a su
esplendor durante las décadas de los años 60 y 70. La tagua, cacao, caucho y otros p
roductos agrícolas son traídos desde Santa Ana, Sucre y Bajo Grande. El algodón y la l
ana de ceibo desde Portoviejo y Rocafuerte. Los cueros de res desde Charapotó, San
ta Ana, Montecristi y otros lugares. Los sombreros desde Montecristi, Jipijapa,
Picoazá y Sucre.
En 1909 se comienza a construir el ferrocarril a Santa Ana pasando por Montecris
ti y Portoviejo. Fue construido con fondos propios de la Cía Inglesa The Central R
ailway of Ecuador y financiada con un impuesto a la exportación de la tagua. Don P
ablo Gonzenbach contrata la obra que empieza a funcionar normalmente en 1913 con
una anchura de 0,75 metros y una longitud de 60 kilómetros.
Para 1911, la parroquia Manta es el segundo puerto de la República.
La cantonización de la parroquia Manta no fue cosa fácil.
Tres ilustres ciudadanos destacan en esta epopeya local: el mantense, don. Ascar
io Paz, el más entusiasta promotor desde antes de 1910. don. Pedro Elio Cevallos,
portovejense que estaba de Capitan del Puerto en 1922. Y, el diputado don Sergi
o Domingo Dueñas, de Canuto.
En 1912 la voz rebelde de don Ascario Paz Bonilla plantea públicamente la indepen
dencia seccional y despliega actividades para lograr la cantonización. En julio 23
organiza el primer comité pro-cantonización, En septiembre lanza una petición publica
al Gobierno Nacional. La tenaz oposición de Montecristi frustra este primer inte
nto.
Pero el ideal no muere. Durante los 10 años subsiguientes, sus mensajes van molde
ando el civismo de estos ciudadanos porteños. Incansable, sigue gestionando a todo
nivel y aprovecha toda oportunidad para demostrar la importancia de la cantoniz
ación de la parroquia Manta. El tiempo le daría la razón.
Cuando las gestiones personales de don Ascario Paz estaban avanzadas, una gran a
samblea del pueblo, reunida el 7 de julio de 1922, organiza otro Comité Pro – Canton
ización eligiéndose como Presidente a don Pedro Elio Cevallos. Al día siguiente se co
nforman tres comités filiales presididos por Flavio Reyes, Ricardo Pablo Santana y
Cosme Mena. Tres meses después, el 29 de septiembre, el Presidente de la República
firmaría el decreto de cantonización.
Fue una epopeya de valientes que enfrentaron fuertes intereses y salieron venced
ores. La ciudadanía conoce los nombres de esos ilustres conciudadanos quienes nun
ca desmayaron en su ideal.
Ubaldo y Calixto Gallo, José Braulio. Escobar, Francisco J. Cantos, Luis T. Cantos
, Carlos M. Caravedo y Barreiro., Efrén Gómez, Carlos T. Camacho, Efraín M. Alava, Fil
emón Vásquez, Aquilés Paz, Carlos Klaschen, Juan Zanky, Ramón Miranda Alarcón, Celio E. Ri
palda, los hermanos Delgado Pinto, Espinoza Cahan, Luis Alfonso Moreno, son, ent
re otros, símbolos de la tenacidad y del esfuerzo de los 4.161 habitantes de esta
caleta cuya nobleza histórica se arraiga en la cultura aborigen de los Mantas.
Esos hombres y mujeres nos dieron una nueva fecha de nacimiento y una nueva proy
ección en el futuro de América.
Personalizo a los hermanos Delgado Pinto: Pablo, Gil, Ricardo y Gustavo, porque
el progreso de Manta estará ligado a sus sueños y realizaciones..
Se destacan comisiones a Quito y se encuentra apoyo decidido en el diputado mana
bita Sergio Domingo Dueñas.
El 30 de Agosto de 1922 el proyecto de cantonización se presenta a la Cámara de Dipu
tados que lo aprueba el 6 de Septiembre.
El 22 de ese mismo mes lo aprueba la Cámara del Senado.
El 25 de Septiembre, el Congreso Nacional de la República decreta la elevación, a la
categoría de cantón, de lo que venía siendo parroquia Manta, separándola de Montecristi
, jurisdicción a la que había pertenecido desde antes de 1822.
El 29 de Septiembre de 1922, a las 5 p.m. el Presidente de la República Dr. José Lui
s Tamayo pone el ejecútese en el mencionado decreto y lo convierte en ley.
El decreto de cantonización se publica en el Registro Oficial No. 602 del 30 de se
ptiembre.
El 8 de Octubre de 1922, en el Parque Eloy Alfaro, fue leído por Bando.
El historiador manabita, Dr. Wilfrido Loor, en su obra “Manabí desde 1822” reseña lo si
guiente:
“Según el Código Civil las leyes regían, en Quito seis días después de su publicación, y en
s demás lugares de la República un día más por cada veinte kilómetros. Como Manta estaba a
580 kilómetros de Quito, según el itinerario de distancias de aquel año, el decreto d
e cantonización rigió el 4 de noviembre, y en Manta se lo publicó en este mismo día por
bando, con el único fin de despertar el júbilo popular. Desde entonces se celebra el
4 de noviembre como aniversario de la fecha en que Manta adquirió la categoría de c
antón.”
El 24 de noviembre se posesiona el primer Jefe Político, don Filemón Vásquez.
El 14 de enero de 1923 se realiza la primera elección de concejales.
El 4 de Febrero de 1923, en los salones de la Aduana de Manta, se posesiona el
Primer Concejo Municipal presidido por el señor Luis T. Cantos. Entre los concej
ales se encuentra Ricardo Delgado Pinto.
Manta comienza su vida independiente. Todo cuanto ocurra dependerá de la dedicac
ión de sus hijos.
Jocay, la milenaria capital de la Confederación Manteña recuperaba liderazgo y auton
omía para conducir su destino.
Manta de 1922
En 1922 la ciudad era todavía pequeña, de calles cortas y casas con típicos rasgos col
oniales. Levantada frente al mar, cada mañana se saludaba con la blanca espuma de
sus olas, en unas amplísimas playas, donde se recostaban los botes de estibadores
y pescadores desde La Tebaida hasta Los Esteros.
A pesar de ser pequeña poseía muchas casas comerciales extranjeras y nacionales, com
pañías navieras, una sucursal del Banco Comercial y Agrícola, una institución de ahorro
s (La Equitativa), Agencias, Hoteles, Salones, y Cantinas, Imprentas, Fábricas de
velas, fideos, sodas, destilerías, tejidos de paja, Cuerpo de Bomberos, un lazaret
o, dos escuelas fiscales para ambos sexos, clubes deportivos y sociales, Compañía pa
ra la pesca de perlas, un ferrocarril hasta Santa Ana y dos boticas. En la Boti
ca Manabita de don José B. Escobar, el boticario era mi padre, Víctor Elías Sánchez.
El número de habitantes era de 4.161. Don Pablo E. Delgado Pinto como Secretario
del Manta Sport Club -Centro Democrático de Instrucción y Recreo- condujo el primer
censo poblacional de Manta que reveló las siguientes cifras:
En la ciudad 2.985. En la Ensenada 861; Ensenada Chica 195, Los Esteros 120. T
otal 4.161 habitantes.
Los sitios más poblados son: San Lorenzo con 600 habitantes; Pacoche con 600; Chac
ras de Manta con 500; y El Aromo con 600 aproximadamente.
Desde el principio se identificó como centro comercial, portuario y pesquero. La
pesca de perlas era productiva. Barcos de toda nacionalidad fondeaban en la bahía
. La tagua y los sombreros eran los principales artículos de exportación. Se impor
taba de todo. Las principales firmas mantenses establecidas para este comercio
de importación y exportación eran: Ramón V. Azúa, J.R. Roca, Zarquiz - Hanze, César A. Bal
da, César M. Chávez, Juan Gallo, J.S. Sembrada. Se comerciaba con EE.UU Alemania,
Italia, España, Cuba, etc, A través del ferrocarril con el interior de la provinc
ia.
La Jefatura Política del Cantón Manta eEs la institución más representativa. El Sr. File
món Vásquez B. es el primer funcionario público del nuevo cantón. Asume el despacho de
la Jefatura Política de Manta el 25 de noviembre de 1922. Ese mismo día designa a d
on J. Ubaldo Gallo como Secretario titular y a don Pablo Delgado Pinto como Secr
etario del Registro Civil “en consideración a sus aptitudes y relevantes dotes de ci
udadano”
La actuación del señor Filemón Vásquez B. es extraordinaria en la estructuración y
ordenamiento del nuevo Cantón. Su gran capacidad administrativa, acrisolada hones
tidad y espíritu progresista se reflejan en el ejercicio de su cargo, desde la des
ignación de las primeras autoridades, recopilación de datos sobre el cantón, la primer
a observación sobre los limites cantonales, estructuración de las oficinas públicas, e
tc.
Permanecerá en el cargo hasta el 25 de abril de 1924, siendo reemplazado por el Sr
. Miguel Bowen.
El primer Municipio
El 14 de enero de 1923, como estaba previsto, se efectúan las elecciones para el p
rimer Cabildo del naciente Municipio del cantón Manta.
Dos bandos perfectamente identificados participan en esta activa contienda cívica.
El Partido Colorado liderado por don Ascario Paz y el Partido Blanco en el que
se habían agrupado lo que se opusieron a la cantonización pero que, una vez consegui
da, inmediatamente se preparan para la toma del poder.
Con fecha 22 de diciembre de 1922, se había conformado el club electoral “Juventud m
antense” a quienes el Jefe Político les comunica que “ se ceñirá estrictamente a cuidar y
facultar la amplia garantía eleccionaria que la Ley establece. “
La intensa y larga campaña de cantonización había generado una tenaz oposición de Don As
cario Paz y su Partido Colorado. Se emplearon todos los recursos para impedir su
ascenso al Municipio.
Los partidarios de Paz denunciaron que el día de las elecciones se les amedrentaba
y escupía, con la indiferencia policial se los empujaba para sacarlos de las fila
s y finalmente que sus votos fueron escamoteados.
La Corporación Municipal de Portoviejo, responsable del proceso electoral, con fec
ha 9 de enero de 1923, había designado a los señores Luis A. Torres y Medardo Pico
como Comisionados, principal y suplente, de la Junta Electoral
El 24 de enero de 1923, el Jefe Político entrega los nombramientos expedidos por e
l I. Concejo de Portoviejo e invita a los ungidos para la posesión oficial.
Al Sr. Dn. Luis T. Cantos como primer Concejal principal para el bienio 1923 i 1
924.
A los concejales principales, señores Aquiles Paz, Ricardo Delgado Pinto, Celio E.
Ripalda, Augusto V. Alvarado, Ramón Miranda Alarcón y J. Alipio Avila M.
A los concejales suplentes, señores Aurelio Salazar, J. Lizandro Reyes, J. Salvado
r Mata, Efraín M. Alava y José B. Escobar.
Para este trascendental acto, el Jefe Político despliega una activa e intensa prom
oción. Invita al Gobernador de la Provincia, Don Arnaldo F. Gálvez y a las principal
es autoridades provinciales y cantonales.
Del archivo manuscrito de la Jefatura Política rescatamos la siguiente comunicación:
“Manta, 24 de enero de 1923
Señor Presidente de la Corte Superior
Portoviejo.
“El Ilustre Concejo Cantonal de Portoviejo, en uso de las facultades que le conced
ió la Legislatura última, ha señalado el día 4 de febrero próximo para efectuar la instala
ción i posesión de los miembros que regirán los destinos del Municipio de este nuevo C
antón, durante el bienio 1923 i 1924.
“Como esto constituye un acto de trascendencia local i pública, el suscrito, en su c
arácter de Jefe Político i por lo tanto, fiel intérprete de los sentimientos altruístas
del generoso pueblo de Manta, que a honra tiene representar como su primer mand
atario del Cantón, se permite invitar a Ud. y por su digno órgano a todos los honora
bles Ministros que componen el Tribunal de la Corte Superior que preside, para q
ue, con su presencia, den realce a tan solemne acto, y acompañe a los habitantes d
e este puerto, el día indicado, en su justo regocijo.
“No dudo que Ud. i todos los señores Ministros aceptarán esta espontánea invitación; i enví
les el reconocimiento y gratitud ingenua de los habitantes del laborioso pueblo
de Manta, que por mi intermedio, de antemano brindan a Uds.-
“Dios y Libertad.-
“(f) Filemón Vàsquez B.”
Aparte de los oficios circularon 350 invitaciones para la instalación del Primer C
abildo Municipal que fueron elaboradas en la Imprenta “La Idea” con 350 sobres impre
sos. El importe fue de veinte sucres.
En la fecha prevista, 4 de febrero, los señores concejales asumen sus funciones “med
iante la promesa constitucional de estilo” ante el Sr. Jefe Político quien destaca s
u confianza en los nuevos ediles “para cimentar todos los actos públicos de este nue
vo Cantón, en su vida política e independiente; pues que con justo orgullo, aspira a
su rápido y eficaz progreso.”
El Sr. Luis T. Cantos es designado Presidente Municipal y el Sr. Aquiles
Paz, Vicepresidente de la Corporación.
La naciente institución municipal acomete la dura tarea de organizar la ciudad y e
mprender las obras básicas.
El Padre Julo Pierregrosse comunica que desde el 3 de febrero ha sido nombrado C
ura Párroco del Cantón.
El 10 de febrero asume la Presidencia del Concejo Cantonal el Sr. Aquiles Paz.
El Presidente titular solicitó a la Jefatura Política una licencia de 15 días para t
rasladarse a Guayaquil.
Las primeras Ordenanzas Municipales que entran en vigencia son:
- Ordenanza para el cobro de los impuestos generales.
- Ordenanza de alumbrado público.
- Ordenanza de venta de licores extranjeros y nacionales.
- Ordenanza de juego.
- Ordenanza de sanidad; y
- Ordenanza de salubridad.
Son publicadas por bando para conocimiento de la ciudadanía, tarea que ejecuta el
Escribano Público.
El 23 de febrero, las autoridades municipales y la Jefatura Polìtica enfrentan una
epidemia de tosferina que hace estragos entre los niños de menor edad.
Los reportes comparativos de las inscripciones de nacimientos, defuncion
es y matrimonios permite comprender la magnitud del problema:
En enero: 24 nacimientos, 6 defunciones y 3 matrimonios.
En febrero: 40 nacimientos, 19 defunciones y 1 matrimonio.
El 7 de marzo el Sr. Aquiles Paz vuelve encargarse del despacho de la Presidenci
a del Concejo. El Presidente titular asume la Jefatura Política del Cantón por lic
encia del titular.
El Vicepresidente Municipal continúa al frente de la Presidencia del Concejo, hast
a el 3 de abril. El titular había solicitado licencia para viajar a Guayaquil, sit
uación que se repite el 30 de julio.
Ya para octubre de 1923, el señor Aquiles Paz Bonilla es designado, en su calidad
de segundo concejal y Vicepresidente, como Presidente titular del Municipio de M
anta.
El 11 de noviembre se inician las elecciones para Concejales Municipales y poste
riormente se designaría al Sr. J. Federico Reyes Páez, sexto concejal principal com
o Presidente del I. Concejo Cantonal quien continuará hasta ser reemplazado en 19
24 por el señor Israel Azúa Carrión.
Correo.-
Para que este importante ramo llegue a ocupar en este puerto la categoría que le c
orresponde y pueda atender debida y oportunamente con su cometido, especialmente
al comercio, se impone las siguientes reformas:
1.- Implantar el servicio directo para el despacho de paquetes postales por impo
rtación y exportación, pues como actualmente está dispuesto que sea por intermedio de
las oficinas de Guayaquil y Bahía de Caráquez, trae por consecuencia lógica, el retard
o consiguiente, lo cual ha motivado y motiva aún, las justas peticiones de los com
erciantes en general, que son los principales perjudicados en sus intereses, con
la rémora actual en el despacho de tan importante sección de esta oficina de corre
os;
2.- Disponer la instalación del sistema de casillas, en igual forma y número al que
actualmente existe en la oficina de correos de Portoviejo; lo cual al mismo tiem
po que da facilidad al público produce utilidades para el fisco; y,
3.- Gestionar la consecución de la cantidad necesaria para completar las reparacio
nes del local en que funciona esta oficina y proveerla de los muebles indispensa
bles para su servicio interno. De la inspección ocular que he verificado en dicha
oficina, por motivo de mis visitas mensuales ha cortitantear sus cuentas, me he
convencido del total abandono en que se encuentra debido a la ninguna seguridad
del local y de la falta absoluta de muebles, como es mesas, sillas, etc., según l
o manifesté a ud. con anterioridad por medio de mi oficio nùmero 85, fechado el 13 d
e enero del presente año; pues la cantidad de $220 que, por Acuerdo Ejecutivo número
232 de febrero 13 próximo anterior, se dispuso invertir en reparaciones del menci
onado local; ha sido sumamente reducida, ya que solo ha servido para medio asegu
rarla, cuyo techo, paredes, piso, etc, se encuentran en deplorable estado.
Telégrafos.-
Mucho y bastante ha mejorado en estos últimos meses el servicio de este importante
Ramo, en lo que al oportuno despacho de los partes telegráficos respecta, debido
a la buena y atinada dirección del actual jefe de dicha oficina en este puerto; y
de desear sería que se le provea de los muebles necesarios ya que, por ser una ofi
cina diariamente visitada por nacionales y extranjeros, da mal aspecto ver que
todos sus empleados, desde el Jefe hasta el Cartero, tienen por asiento cajones
vacíos y una silla inservible, con solo las 2 columnas delanteras.
Todo esto lo ha notado el mismo señor Jefe de Telégrafos de la Provincia, y los dist
intos Visitadores Fiscales, sin que hasta hoy se haya remediado tan palmaria fal
ta.
Policía.-
Como única observación a este importante factor para el orden del Cantón de mi mando,
debo hacer presente que el reducido número de gendarmes –siete individuos- con que c
uenta para la vigilancia diaria de este importante puerto, es insuficiente para
implantar un régimen de seguridad diurna y nocturna; seguridad que se impone impos
tergable si se toma en cuenta la existencia de importantes casas comerciales de
importación y exportación, las agencias del Banco Comercial y Agrícola y de “La Equitati
va”, Administración de Aduana, etc., etc., que conservan en sus depósitos ingentes can
tidades de dinero y mercaderías; que si bien es cierto que hasta hoy no se registr
an casos extraordinarios de robos, es debido al temperamento honrado, pacífico y t
rabajador de sus habitantes, y el esfuerzo propio de las respectivas autoridades
del Ramo para sostener el imperio de las leyes y hacer respetar las propiedades
de los ciudadanos en general.
Mas, tomando en cuenta el inmenso y progresivo desarrollo consecutivo de inmigra
ntes extranjeros, sería muy del caso el aumento de Celadores.
Cárceles.-
Existe una en los bajos de la Casa Municipal, que a más de reducida, insegura y an
ti-higiénica, consta de un solo departamento, imposible de hacer la correspondient
e reparación que debe haber entre los contraventores de ambos sexos; ya que al ef
ectuar esa reunión, resultarían actos punibles y de responsabilidad moral y materia
l para todas las autoridades civiles encargadas de velar por la estabilidad de l
os asociados.
Por lo tanto, es de suma necesidad la construcción de una cárcel adecuada para el ob
jeto, o botar una cantidad de dinero suficiente para proceder a la reparación e in
novación de la que actualmente presta este servicio, que no es únicamente para el ca
stigo de simples contraventores de Policía sino también para tener en seguridad prec
aria a los sentenciados por crímenes que consecutivamente son remitidos de Portovi
ejo a la Penitenciaría de la Capital de la República, y que en espera de las embarc
aciones que deben conducirlos a su destino, tienen indefectiblemente que hacer e
staciòn en este puerto.
Obras publicas.-
A más del relleno que servirá de base para el Edificio de la Plaza de Mercado y el a
ljibe con capacidad para cinco mil botijas de agua, ambas obras construidas por
la Junta de Obras Públicas de la Provincia, no existe ninguna otra de significación.
El aljibe diera óptimos resultados siempre que la estación del invierno fuera exacta
en todos los años, pero si esta se repite como en el año actual, en que dicho recep
táculo no ha recogido de aguas-lluvias sino la cuarta parte, tenemos que la provis
ión de ese elemento a expensas de la estación lluviosa, es eventual.
El problema complejo para la subsistencia de la vida en este puerto, es por cons
iguiente la provisión de agua; y a este respecto deben dirigirse afanosamente los
buenos propósitos de los señores representantes ante el Congreso Nacional.
Manta es para Manabí, se puede decir que el centro de las operaciones comerciales
para la mayoría de todos los cantones de la Provincia; el puerto obligado por la f
acilidad que presta la vía férrea y la benignidad y salubridad de su población, para g
ozar del aire puro marino, de casi la generalidad de los habitantes de la provin
cia que desean restaurar sus fuerzas y energías agotadas por el exceso de trabajo
o por efecto de enfermedades, privándose muchos de estos de recibir tan saludable
beneficio que brinda la naturaleza, por la enorme valla que opone la falta de ag
ua y el precio exorbitante a que puede conseguírselo. Todos estos inconvenientes d
esaparecerán con la instalación del servicio de agua potable.
Después de conseguido esto, Manta necesitará la implantación de dos obras más de grande
necesidad: un muelle y luz eléctrica.
Ferrocarriles.-
Debido al mal estado de casi todo su material rodante en primer lugar sus locomo
toras, eventualmente corre de este puerto a la población de Santa Ana (cuarenta ki
lómetros), con estación en Montecristi y Portoviejo, la única máquina medio servible de
que dispone en la actualidad la compañía inglesa denominada “The Central Railway of Ec
uador Ltd”; y se impone, para seguridad de los ciudadanos que en el viajan, la dis
posición terminante de que dicha Compañía haga reemplazar si posible, absolutamente to
do, o principalmente sustituir la actual máquina vieja con otras nuevas, que hagan
del servicio ferrocarrilero, un itinerario fijo, sin ningún contratiempo ni riesg
o para el pasajero, salvo los de caso fortuito o fuerza mayor.
También es de palmaria necesidad la construcción de un ramal hasta el vecino cantón d
e Jipijapa, fuente inagotable de dos valiosos e importantes productos exportable
s: la tagua y el café. Este último el de mejor clase de toda la provincia, por su e
xcelente calidad.
Privilegios y minas.-
Desde hace más o menos 5 años, la única compañía que se ha dedicado en esta Provincia a la
explotación de las minas de petróleo, es la que se denomina “International Petroleum
Company”, de procedencia inglesa y mediante la licencia concedida por el Ejecutivo
.
Hasta mediados del año próximo anterior efectuó sus trabajos de estudios y localización
en el sitio de Jaramijó perteneciente al cantón Montecristi, pero tuvo que abandonar
los por el motivo de no haber encontrado la sustancia apetecida, a pesar de habe
r practicado la perforación de un pozo que llegó a la profundidad de tres mil pies;
y desde entonces trasladose al sitio de “Pacoche” de esta jurisdicción cantonal, donde
ha comenzado las perforaciones del caso, y según las características del terreno, s
e tiene casi la seguridad de la existencia de petróleo en esa sección.”
Para fines de 1923 se registran en Manta 375 nacimientos, 45 matrimonios, 123 de
funciones y 4 reconocimientos en el Registro Civil.
Manta fabril
Hasta 1928, se registran en Manta importantes instalaciones fabriles entre las q
ue citaremos: Fábrica “La Sirena” del señor Luis Arboleda Martínez que produce fideos, ga
lletas, caramelos ,confites, chocolates y hielo. Posteriormente producirá la popul
ar kola patito.
La Fábrica del Sr. Carlos Voelcker que ocupa el primer lugar en la industria manab
ita, por su capacidad productiva de jabones, pomadas para el calzado, perfumes,
velas, aceites medicinales, vaselinas perfumadas, pomadas mentoladas y sacos de
yute. Al fundarse la Cámara de Comercio en 1927, el señor Voelcker es designado prim
er presidente quien inicia gestiones para la construcción del muelle y el agua pot
able. Durante la II Guerra Mundial se incauta esta factoría en consideración que su
dueño era de origen alemán. Pocos años más tarde es vendida a los señores Álvarez - Barba q
ienes la instalan como Fabrica Ales en 1943.
El señor Aquiles Paz Bonilla, en una guía comercial que se publica en 1928 escribe:
“Manta debido a su activo movimiento comercial, cuyo radio de acción se extiende a m
edia Provincia, haciendo de este puerto así como de nuestro vecino el progresista
puerto de Bahía que se haya en iguales circunstancias, uno de los mejores de la Re
pública, pues su comercio según las estadísticas oficiales es el que más produce al país d
espués del puerto de Guayaquil.
“Desde Manta se vende al exterior y se exportan para seguidamente convertirse en o
ro, más de la mitad del café y de la tagua que Manabí produce. La producción de sombrero
s de Manabí es casi en su totalidad exportada por Manta, con la circunstancia de q
ue las montañas de este mismo cantón producen en su mayor parte la paja toquilla, ma
teria prima de que se tejen los sombreros manabitas de fama mundial.”
Ciudad de Pesquerías:
“El mar al cual la Cultura Manteña estaba íntimamente ligado, formaba parte de la tril
ogía de sustentos auto renovables con que contaban los Manteños. El mar proveía pescad
o, crustáceos, conchas, caracoles y otros comestibles como también materias primas p
ara adornos y utensilios”, señala el antropólogo Olaf Holm en su obra “Cultura Manteño -
Huancavilca”.
“A lo largo de toda la costa de este mar (refiriéndose a Manta), los indios son habi
lísimos pescadores; las barcas que emplean, tanto para pescar como para navegar, s
on a manera de armadija formadas por tres, cinco, siete, nueve u once palos lige
rísimos, y semejante a una mano, pues el palo de en medio es más largo que los demás.
Estas embarcaciones las construyen largas unas, cortas otras, llevando según su am
plitud y extensión, un mayor o menor número de velas”, forma parte del relato del ital
iano Girolamo Benzoni en sus viajes por el Ecuador de 1547 a 1550.
Juan de Velasco, en su Historia del Reyno de Quito (1789), refiriéndose a Manta y
Portoviejo dice: “Ambas florecieron grandemente a los principios, con el comercio
de las naves de Panamá y Nicarahua, y principalmente con la abundante pesca de per
las, que fue atrayendo muchos mercaderes, e hizo que se estableciesen las famili
as más ricas, con sus esclavos destinados para la pesca”.
Entre balsas, bongos y tradicionales veleros se fue desenvolviendo la pequeña ciud
ad de principios del siglo XX. Entre los años 50 y 60 surcarán los pequeños cañeros de S
olano Muentes, Joniuax o Chopitea transformándose en la poderos flota pesquera de
Manta que es hoy más grande del Pacifico Sur.
A principios del siglo XXI la ciudad se identifica plenamente con la pesquería de
la que obtiene los mayores ingresos económicos y genera ocupación, directa e indirec
ta, para más del 50 de la población porteña.
A fines de la primera década del siglo XXI Manta es ya capital mundial del atún, con
una Subsecretaría de Pesca, un puerto pesquero artesanl que se construye en San M
ateo y con poderosas organizaciones como ATUNEC.
Ciudades de comunicaciones:
Su primer muelle de 1930 se transformó en las obras portuarias de 1966 que aspiran
convertirse en puerto de transferencia internacional de carga bajo la responsab
ilidad de su Autoridad Portuaria que cada 12 de noviembre celebra su aniversario
institucional.
Su aeropuerto Eloy Alfaro de 1939 con CEDTA (Cía Ecuatoriana de Transportes Aéreos)
se convierte en el más moderno del país, habilitado desde octubre del 2001 con fi
nanciamiento del Gobierno Norteamericano y es hoy una de las más modernas pistas aér
eas de América Latina.
Su ferrocarril a Santa Ana en 1.911 se convirtió en carretera a Portoviejo en 1934
y se prolongó hasta Quevedo en 1.957.
Su vía marginal costanera se inicia con el Dr. César Acosta quien, como Prefecto Pro
vincial, impulsa la construcción de la carretera a San Mateo que nos conecta ahora
con Puerto Cayo y Salinas.
A su Avenida 4 de noviembre de los años 70 hay que incorporar la carretera Manta -
Rocafuerte, gestionada por el Dr. Medardo Mora, mientras fuera diputado provin
cial, la Vía de Circunvalación de Manta que se inaugura en el 2005, la vía puerto – aer
opuerto en uso desde el 2008 y la avenida de la Cultura, desde el 2009, para int
erconectar la ahora llamada Vía Spondillus que nos conecta con Bahía y Pedernales h
acia Esmeraldas o con Puerto Cayo para interconectarnos con Salinas y Guayaquil,
hacia el sur.
Hoy sigue discutiéndose la Vía Interoceánica que proclaman las provincias centrales de
l G-8 y se plantea el ferrocarril Manta-Guayaquil y el ferrocarril Manta Latacun
ga, en línea recta al puerto fluvial de Napo.
Sus periódicos y periodistas, sus radios y locutores, desde El Porvenir que circuló
en 1884 a El Mercurio de 1924; desde su Radio Manta en 1950 a su radio Gaviota e
n el 2001.
El agua, su fortaleza:
Manabí no es tierra seca. Es lo contrario, tierra desde donde mana el agua. Mas, e
n esta zona de Manta donde se asienta la Cultura Manteña, sus primeros habitantes
construyeron albarradas para recolectar el agua y proveerse durante las sequías; d
emuestra aquello la capacidad estratégica para resolver los problemas por venir,
Albarradas se ubican en la ciudadela Los Algarrobos, Barrio La Dolorosa, Barrio
Buenos Aires y Barrio San José, de los que pude observar en mi niñez.
Mas tarde, se construyeron aljibes y cisternas. El agua, así como la tierra, se co
nvierte en recurso de enriquecimiento, acumulación y poder. Las consecuencias soci
ales de este estructuración social se resumen en la obra de Othón Castillo, “Sed en e
l Puerto”.
El pueblo comienza a organizarse, surgen nuevos líderes populares y Diario El Merc
urio nace como vocero de la sed en el puerto. Las gestiones dan sus frutos, Para
1935, se concluyen los trabajos del sistema Pacoche desde cuyas vertientes vien
e el agua para impulsar el desarrollo de esta ciudad que ya gestiona muelle, cam
po de aviación y carreteras. Es primera ciudad manabita que cuenta con agua entuba
da.
En la década de 1950 va a constituirse la Junta de Agua Potable bajo el impulso vi
goroso de don Emilio Bowen Roggiero aprovechando su amistad con el Dr. Velasco I
barra. Para 1962 el agua llega a Manta a través del sistema de Caza Lagarto – Colora
do, las familias comienzan a sentir nuevos aires de progreso. En las playas de T
arqui se instalan duchas de agua dulce en la que se recrean los turistas venidos
de todos los cantones y de todas la provincias: incluso reinas de belleza se so
rprende de las duchas en las playas. Un logro extraordinario gracias al esfuerzo
de Emilio Bowen, Ramón González Artigas Díaz, Pablo Coello, Galo Muentes, Hugo Andrad
e.
Para 1970, don José Camacho Miranda como Presidente del Municipio crea la Empresa
Municipal de Agua Potable de Manta a lo largo de cuya década destaca el President
e Municipal, Dr. Medardo Mora, quien logra mantener la independencia del sistema
de agua para Manta oponiéndose férreamente a la pretensión del CRM que quería absorver
Caza Lagarto para su Sistema de Poza Honda.
En 1984, los Alcaldes Alberto Cantos y Onofre DeGenna destacan en la gestión por e
l aprovisionamiento del agua, el primero con un paro cívico de larga data que logr
a los recursos financieros y, el segundo con la implementaciòn de nuevos equipamie
ntos para incrementar el caudal en 40.000 metros cúbicos para la ciudad.
El agua es fortaleza e identidad de esfuerzos. A inicios del nuevo siglo, se des
taca el diputado Jaime Estrada Bonilla quien gestiona la incorporación de la Plant
a de Tratamiento de El Ceibal con lo que el puerto asegura un aprovisionamiento
para los próximos 10 años. Una brillante gestión que la ciudadanía reconoce.
Sin embargo de ello, la administración de la EAPAM de ese entonces ha merecido el
repudio ciudadano por la inadecuada inversión de 4 millones de dólares en una obra d
e alcantarillado sanitario para la parroquia urbana Tarqui, la misma que no ha s
ervido para nada a pesar de los informes de la Contraloría que alegra a los referi
dos funcionarios pero que no resuelve el problema agravado por una creciente con
taminación ambiental con la permisividad cómplice de aquellos.
Pero Manta no se detiene. Su EAPAM es ahora EPAM, Empresa Pública Aguas Manta cuyo
Presidente, el actual Alcalde, Jaime Estrada logra conseguir del Gobierno Nacio
nal la financiación de una nueva interconexión desde la Estación de Colorado hasta San
ta Martha y 40 millones de dólares para iniciar la construcción del Plan Hidrosanita
rio de la ciudad.
Ciudad de cultura:
Desde su Jacha Huasi, establecido en Jocay para la formación de líderes indígenas, a s
us escuelas y colegios, privados o fiscales, donde niños, jóvenes, maestras y maestr
os comparten el proceso de la enseñanza aprendizaje del conocimiento científico, tec
nológico y cultural para fortalecer la paz del mundo.
De su Lira Manteña con don J. Ruperto Mena en 1928 a su Conservatorio de Música Blan
che de Pablo. Sus orquestas populares, la Saint Louis Blue o la Rodríguez Junior c
ompitiendo ritmos en el Coliseo Obreros. Dacho Pablo en el Playita Mía, con su Jaz
z Brother impulsando voces como Chucula Bailón, Ortiz, o formando escuela con Tedd
y Benítez cuya presencia honramos como hijo predilecto del arte musical.
El Dúo Manta de Chong y Delgado, el compositor Ramón Chávez o Domingo Olmedo, las cuer
das de Chonillo enredando el alma de recuerdos, las manos del joven pianista Jac
obo Jara rivalizando con los sensibles dedos de la maestra Fanny Rodríguez para de
jarnos llevar en la melodiosa voz de Melissa vigorizados en el arte de nuestros
niños y jóvenes estudiantes mientras en la zona rural le cantan a la patria en el Fe
stival de la Música Nacional de Cecilia.
Sus pintores, desde Higinio Anchundia con su plumilla montecristense forjando el
escudo de Manta, al mimetismo de José H. Pozo y Raúl Trampuz, al sincretismo de Ale
x Chávez, a la espátula de Rómulo Santana o la plumilla de Jakquelina de Munizaga, riv
alizando con la creatividad de nuestros fotógrafos artistas que tienen en el maest
ro Javier García o en Xavier Mendoza pasados de expresión en blanco y negro..
Su arte literario vigorizándose con el Grupo Cultural Manta de 1966, el Grupo Hugo
Mayo o el Literalúdico La Cueva, esparciendo la lírica de los hermanos Egas, Cedeño,
Flores, Espinoza, Flor, Valdivieso, Cuesta, o la vigorosa poesía realista de Arias
, Gil, Holguín, Fuentes, Cañizarez o la naciente expresión poética de Alexis Cusme.
Su arte teatral paseados en escenarios de recuerdos como El Rialto o El Capitol
para reencontrarse en el Chusig donde el Festival Internacional de Teatro lidera
do por el Grupo La Trinchera de Nixon García alcanza renombre internacional compar
tiéndose con Portoviejo, Quito y Guayaquil mientras nos enorgullece la expresión sin
crética y extraordinaria de Rocío Reyes.
Su danza con Balsamaragua, Montedearte y Frama, construyendo asombros, críticas y
comentarios con su “Palos de lluvia”, su “Umiña danzando con la muerte” o “El pescador de L
s Esteros”.
La identidad manabita, su ser y quehacer en la expresión espontánea y extraordinari
amente universal de Raymundo Zambrano “don Pascual” que ha logrado percibir y susten
tar el valor de la cultura costeña y manabita, compartiendo honores con Carlos Val
encia, actor de sello universal que honra a Manta para expandirse en el celuloid
e con “Un hombre y un río”, mientras degustamos a “Manabí su comida milenaria” construida
on la pluma de Libertad Regalado mientras Wilman Ordóñez Iturralde baila su “Alza que
te han visto”.
Ubaldo Gil nos detiene para presentar los nuevos títulos de la Editorial Mar Abier
to de la ULEAM.
Ciudad de rebeldías;
Sus hombres y mujeres en los movimientos revolucionarios de Eloy Alfaro desde el
Colorado de 1860 donde insurge como “Águila Roja” para triunfar en 1895 con su revolu
ción Alfarista y liberal.
El paro cívico del 15 de septiembre 1958 que reivindica la condición portuaria de Ma
nta, condición y vocación que ostenta durante 1.500 años de vida histórica.
El movimiento de su Junta Cívica de 1975 presidido por don Gil Delgado Pinto, que
gesté e impulsé siendo su Secretario, resiste la dictadura militar de Guillermo Rod
ríguez Lara para reclamar sus obras de alcantarillado pluvial y sanitario. Cinco líd
eres cívicos son apresados para los que reclamo honor y gloria: Pedro Balda Cucalón,
César Acosta Vásquez, Guillermo Proaño, Gonzalo Vera y Enirque Largacha.
Sus organizaciones populares como la Sociedad de Obreros y la Asociación de Emplea
dos de 1939 a los vigorosos movimientos sindicales liderados por don Luis Valdiv
ieso Morán, convertido en héroe cívico del pueblo de Manta.
Sus masivas protestas populares de 1984 exigiendo una nueva dotación de agua potab
le, su marcha cívica en defensa de la actividad pesquera, su juventud confrontando
a la delincuencia mientras reclama seguridad ciudadana.
Ciudad de deportes
El fútbol con el Delfín S. C. de los Hnos. Delgado, evocando al Estibadores Navales
de Octavio Villacís, América de Raúl Delgado, Juventud Italiana de Luiggi Benincaza, R
iver Plate de Jorge Gorozabel o el 9 de Octubre de Pedro Azua, acompañando al básket
de los Hermanos Barreiro en el Coliseo Obreros con el Tigre de Lorgio Pinoargo
te y Pedro Balda.
Basta leer a Tucho Velásquez para reencontrar el sabor de la victoria que enarbola
n los recuerdos de los Tucker, Carreto Bailón, Salerito, Pepito Delgado o recrear
la virtuosidad de Delgado Mena para compartirla con el esfuerzo de Johnny León o l
as estrategias de nuestros jóvenes ajedrecistas comandados por el maestro Alberto
Santos.
Manta, puerto del café de los años 60, ciudad que empieza a construir altos edificio
s en la década de los 70’s, ciudad universitaria y capital pesquera de los años 80’s, mu
nicipio turístico de fines del siglo 20, puerto de transferencia en el siglo XXI.
Ciudad oceánica y portuaria:
“Salve, Oh Manta, Nereida que asomas, al océano, tu espléndida faz.
“Salve, Oh puerto de amor y trabajo, salve Oh tierra de gracia y de paz.”
Así se canta Manta, se recuerda así misma como una nereida que tiene en el trabajo,
el amor, la gracia y la paz.
El mar es nuestra herencia, nuestra identidad,. Por eso somos ciudad oceánica, som
os un “jardín policromo del mar”.
“Dicha ciudad de Manta, situada en la playa, era una de las principales de esta co
sta, y tenía, antes de que los españoles penetraran al país, más de veinte mil pobladore
s”, escribe entre 1547 y 1550 el italiano Girolamo Benzoni.
Somos ciudad de playa, de mar, de puerto, ciudad oceánica. “Manta ha creado su propi
o mar. Y, es un mar diferente. Una mar donde el agua es blanca cuando se juega p
icarescamente entre los dedos, pero es azul, cuando miles de gotas se juntan y s
e unen en profundidad y tiempo. Y, son azules porque nuestra esencia de hombre e
s hecha de cielo y mar, mientras nuestra esperanza es de color verde, como nuest
ras campiñas, como los árboles son flechas que apuntan al infinito, en ascenso conti
nuo, en marcha ininterrumpida. Esto es Manta.” Así siente y define a este pueblo el
historiador y poeta Viliulfo Cedeño Sánchez.
Manta tiene una identidad y un destino portuario que nace en sus orígenes y se vig
oriza a lo largo de su historia.
Esta Jocay, capital aborigen de la Cultura Manteña es el centro administrativo de
la Liga de Mercaderes que comercia, con sus balsas, a lo largo de todo el Pacífico
, desde Chile hasta México.
Bautizada por España, el 2 de marzo de 1534, como San Pablo de Manta, asume su pap
el de puerto marítimo y se convierte en punto obligado de la ruta Panamá - Lima dura
nte la Colonia.
Cuatro meses después de fundarse la República, la Asamblea Constituyente reunida en
Riobamba, el 6 de septiembre de 1830, lo rehabilita como puerto de cabotaje. Sie
te años más tarde, en 1837, durante la Presidencia de Vicente Rocafuerte, se designa
a Manta como Primer Puerto Marítimo de Ecuador. El 15 de octubre de 1841 al crear
se la Aduana de Manta, en la segunda administración del Gral. Juan José Flores, se l
o habilita como puerto de exportación e importación.
No se equivoca Diario El Comercio de Quito cuando afirma que este puerto de los
manabitas es el puerto más antiguo de Ecuador.
Su primer muelle, de 50 metros de longitud, se construye en 1930, por gestiones
de su Cámara de Comercio creada en 1927, siempre preocupada por el progreso de la
ciudad.
Desde el 6 de noviembre de 1939 el Municipio de Manta percibe un pequeño impuesto
sobre las importaciones y exportaciones, destinado a la construcción de las obras
portuarias de la ciudad que, publicado en el Registro Oficial 83 del 9 de noviem
bre, fue reformado por otro Decreto Legislativo del 26 de agosto de 1940 que se
publica en el Registro Oficial 2 del 3 de septiembre.
El 27 de octubre de 1955 se dicta Decreto Legislativo que crea una cuenta especi
al denominada “Obras Portuarias de Manabí, Esmeraldas, Los Ríos y El Oro” que, publicado
en el Registro Oficial 964 del 8 de noviembre, dispone la entrega a Manta del 4
5% y a Bahía de Caráquez el 15% del 0,5 % ad-valorem del total de las importaciones
y exportaciones del país.
A ese fondo van a ingresar los valores recaudados por el Municipio y que perman
ecen depositados en la Sucursal del Banco Central del Ecuador de Manta.
Los años 50 son años de agua potable, años de puertos, años de movimientos cívicos, años de
sacrificios. Manta reclama su puerto. En 1955 se conforma la Junta de Institucio
nes, que integra a todos los sectores sociales encabezada por el Presidente de l
a Cámara de Comercio.
El 18 de abril de 1956, el Gobierno Nacional, mediante Decreto Ejecutivo 644, cr
ea el Comité de Obras Portuarias. El 9 de mayo se publica en el Registro Oficial 1
118. Está integrado por el Representante del Presidente de la República quien lo pre
side, Director de OO.PP., Presidente del Concejo, Capitán del Puerto y Representan
te de la Cámara de Comercio. Don Pedro Maspons y Vigas es el primer Presidente.
En 1957, los dos organismos: Junta de Instituciones de Manta y Comité de Obras Por
tuarias gestionan ante el Gobierno Nacional se promueva en Washington un Concurs
o Internacional para los estudios de las Obras Portuarias de Manta adjudicándoselo
s a la Compañía Rider & Associates, por un monto de US $ 347.400.
1958 es un año de grandes decisiones. En Junio se convoca a licitación para la const
rucción de las obras portuarias de Manta. Se presentan tres compañías: SIMAR, INCA y G
RANDA CENTENO, pero se la declara desierta.
El pueblo de Manta pide que se convoque inmediatamente a una nueva licitación y el
15 de septiembre de 1958 se declara un histórico Paro Cívico que reúne a los mantense
s de toda condición social, recorren calles, solicitan el respaldo del resto de lo
s 13 cantones, detienen sus actividades, se confunden mujeres, viejos, niños, en u
n reclamo sin precedentes que logra su objetivo cuando el Gobierno Nacional conv
oca a una nueva licitación.
La nueva licitación se publica el 16 de septiembre y concursa sólo la compañía SIMAR a l
a que se le adjudica la obra.
El 20 de febrero de 1959, el Presidente de la República, Dr. Camilo Ponce Enríquez,
en los bajos del Municipio de Manta firma el Contrato con la compañía SIMAR por un m
onto de $ 82’871.680 con un plazo de entrega de 3 años, en dos etapas consecutivas,
obra que tarda mas de 8 años, tiempo durante el cual se crea la Autoridad Portuar
ia cuyo Directorio, en sesión inaugural, se reúne el 12 de Noviembre de 1966.
Somos un puerto natural, un puerto de mar abierto, estratégico y competitivo. Por
decreto nos declararon Primer Puerto Marítimo del Ecuador en el siglo XIX. Por dec
reto nos declararon Puerto de Transferencia Internacional de Carga en el siglo X
X (1997).
En tan sólo 6 años, de 1966 a 1972 demostramos que somos el puerto del Ecuador. Toda
la carga pesada para el oleoducto trans ecuatoriano, para la refinería de Esmeral
das, la dotación de armas y aviones para nuestras fuerzas armadas, todo pasó por nue
stro puerto.
Esa generosidad manabita hizo que prestáramos el dinero para construir el puerto d
e Esmeraldas que convierte en nuestra competencia. Ahora exigen que demos dinero
para el puerto de San Lorenzo.
Si los puertos no se hacen por decreto, Manta tiene los decretos, la vocación, la
naturaleza y la convicción de que somos el Puerto del Ecuador y de América Latina pa
ra la integración amazónica.
Ciudad universitaria
Mas hoy, se debe hablar del Manta antes de 1985 y después de 1985. La fecha señala l
a creación de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí cuya presencia ha significa
do una visión nueva del porvenir manabita. No sólo es un centro de discusión científica
y tecnológica sino que ha sabido promover la cultura, el folklor, la música y la tra
dición para fortalecer la identidad cultural manabita.
Manta es ciudad universitaria. Su Uleam ha retomado el papel del viejo faro que
señalaba el rumbo de los navegantes de siglos pasados y se ha convertido en un far
o de ciencia y cultura para señalar el rumbo de las nuevas generaciones.
Ya no es sólo un academia de tercer nivel, ahora es un centro de Post grado para e
studios de alto nivel reconocida ya en América Latina.
Mientras gestionábamos nuestra Universidad, nos reunimos un día de 1975 en el auditóri
um de Autoridad Portuaria. Allí proclamé que, en un futuro no lejano, de las aulas d
e nuestra Alma Mater saldrán los dirigentes del Manta del mañana que guiarán el destin
o de América Latina. No me equivoqué. Hoy, ellos están pensando en Latinoamérica.
Vamos a cumplir el primer cuarto de siglo como ciudad universitaria. ¿Ha crecido t
u pensamiento pasando de la lógica aristotélica a la lógica cuántica para enredarnos en
el pensamiento complejo?
“Me hice constructor naval desde los 8 años, cargando las herramienta y mirando”, sost
iene José Baque Vera, un cholo manteño curtido por el sol quien recrea su memoria hi
stórica mientras mira al mar con nostalgia y orgullo.
“Manta es un contraste de bondades y sorpresas. En 1953, llueven cuatro días y cuatr
o noches seguidas. Quedan aislados Manta y Tarqui. El rio Manta se lleva la mita
d del puente. Lo cortó por mitad mientras arrastraba burros y vacas ahogados, casa
s y cañas, techos y colchones.
Para ir a Manta desde Tarqui había que pasar en canoa. Don Modesto Mero hacia el
trasbordo. Amarrado con un cabo grueso se jalaban de una orilla a otra.
La gente que vivía en el “centro” venía a Tarqui a surtirse de los alimentos. En Manta n
o había nada. Todo entraba por Tarqui. La bajada del río duro casi dos meses. El daño
del puente dura casi un año para ser reparado.
Después que amainó la bajada del río, la gente pasaba por la playa con marea seca, arr
emangándose pare evitar pagar un sucre que costaba el paso en el bote. Cuando llen
aba la marea había que pagar obligadamente.
La INEPACA, recién instalada corrió un tremendo riesgo porque delante tenía el mar y p
or atrás corría la desembocadura del río que llegaba al mar donde hoy está el edificio d
el Banco Central, en pleno Malecón Jaime Chávez Gutiérrez. La INEPACA recibía los camaro
nes que pescaban los cholos como yo.
Entre INEPACA y la desembocadura del río estaba el Hotel Miami, más cerca del río. Cas
i se lo lleva. Le pusieron muros de piedra.
Con la INEPACA se inicia la pesca del atún por los años 48 y 50, entonces se inicia
la construcción de buques pesqueros. Aparece el constructor pesquero, el carpinter
o naval. Entre los primeros que recuerdo están: José Rosendo Vera, abuelo de Carlos
Vera Quinde, hijo de Ángel Vera. José Parrales era yerno del abuelo. Era una familia
de carpinteros navales.
Entre los primeros armadores de los buques cañeros, recuerdo a Solano Muentes, Nel
son Mero, Luis Piguave, Ernesto Delgado, Cristóbal Carrera, Pepe Agudo. Había dos am
ericanos cuyos nombres no recuerdo. También estaba Gaspar Orente, un cubano quien
trajo un barco que llamaba Conchita.
La INEPACA traía barcos pequeños y contrataba personal para la pesca y capitanes nac
ionales. Todo era escaso porque recién comenzaba la actividad pesquera. En esta époc
a coge fama el capitán Celso Peralta quien capitaneaba el B/P Susy porque siempre
venía cargado de atunes.
Entre 1959 y 1960 se inicia una nueva era. Ahí entro yo, José Baque Vera, a los 15 año
s asumo la construcción del B/P San Pedro, cañero, de Virgilio Piloso. El astillero
estaba ubicado en la desembocadura del río Manta. También se construían otros barcos:
Don Manuel, Virgen María, Javiercho, Don Augusto de Lucho Mantuano.
En 1964 arranca una nueva era en la construcción de barcos pesqueros. El astillero
se ubica ahora frente a lo que es hoy la Capitanía. Allí se hicieron 30 barcos.
Recuerdo como armadores a Ricardo Bowen, Agustín Jiménez, Los Joniaux, Medardo Ceval
los, Víctor Carofile, Dionisio Chopitea,
En esta época ya era más profesional. Dirigía los trabajos. Daba la forma de las embar
caciones. Esto me nació desde quera era pequeño cuando acompañaba a mi abuelo. Cogía tro
zos de balsa y les daba forma de embarcaciones. Allí fui aprendiendo. Nació en mí. En
balsa construí el motovelero “5 de abril” que venía desde Guayaquil trayendo las provisi
ones para Manta.
Entonces, como que me cebé y comencé a hacer cualquier bote que veía.
Con el transcurso del tiempo uno se perfecciono. Hoy diseño, capto la idea, la dib
ujo a escala y la construyo en madera, fibra, etc.
Su conversación se pierde con el viento marino. Ya me voy, se me hizo tarde. Y así s
e fue José Baque Vera, un carpintero naval, un artista hoy que ha presentado su ar
te a muchas instituciones, desde el Municipio pero no acogen sus ideas de constr
uir en réplica los primeros buques cañeros que él aún recuerda y que deben formar parte
del museo histórico del pescador mantense.
Calles de cascajo
Yo era pequeña pero me encantaba caminar por las calles de cascajo. Crujían. Era un
ruido bonito porque me hacía sentir que yo estaba allí. Es María Esther Parrales. Con
mi familia vivía en la calle Padre Solano. Sólo por la García Moreno caminábamos en la c
inta. El resto de las calles, por los años 50 eran de tierra, polvo en el verano,
lodo en el invierno, entonces el Municipio mandaba cubrir las calles con el casc
ajo de tagua. Manta exportaba tagua y había bastante cascajo, las calles eran de c
ascajo. Yo me acuerdo desde niña.
El aljibe de agua
El aljibe estaba en la Tungurahua, en la esquina de la familia Benítez, a una cuad
ra del mercado central. Los vecinos hacían fila con su tarro para coger el agua. A
veces se amontonaban y había un griterío porque no se respetaba el turno. Del aljib
e se sacaba el agua con una bomba. Cuando se agotaba el agua había que esperar que
pasen los burros con los barriles de agua, costaban cuatro reales cada carga o
que el tanquero del Municipio vuelva a llenar el aljibe. Si llovía se llenaba con
la lluvia, también era una buena agua.
La cinta y la redonda
La ciudad terminaba en el Hospital. La García Moreno era la calle principal porque
tenía la cinta. La cinta era un pavimento de dos metros que el Municipio había cons
truido en el centro de la calle, desde la Iglesia La Merced. Era la modernidad.
En la esquina de la García Moreno y Tungurahua estaba la redonda, una escalinata c
ircular que tenía un asta en el centro donde se izaba la bandera en las fechas cívic
as. Allí se reunían los vecinos del barrio que le pusieron “8 de Diciembre” porque todos
los años, en cada 8 de diciembre, había una procesión de la Virgen desde la Iglesia L
a Merced. Allí celebraba la misa, hablaban los políticos, proclamaban las reinas y l
os niños subían para jugar. ¡Qué tiempos aquellos! Todos éramos unidos y buenos vecinos, n
o había asaltos ni robos.
El chino y su red
En la loma de Tarqui vivía el chino. Tenía dos redes. Cada madrugada levantaba a su
familia y se hacía a la mar llevando su red. Desde la playa, el cabo estaba asegur
ado. De pronto, un grito, y todos empezaban a jalar la red. El viento era frío y e
l agua mojaba sin temor. A medida que se acercaba la cesta a la playa la red se
hacía más pesada, la gente jalaba más rápido, estaba llena, había para todos. Llegaban pin
chaguas, guapuros, lisas, agujas, oyocos, cangrejos, hasta mantas y botoringos,
pero había pescado para todos. El Chino parecía bravo pero era generoso con quienes
jalaban la red. Un día,el Chino se fue para la 20 de mayo y no lo volvimos a ver.
Ya nadie lanza redes en la playa de Tarqui porque los persiguen desde lo marinos
hasta los cañeros que denuncias que se está acabando la carnada con cada jalada de
red. Ya no hay peces en la playa de Tarqui, solo hay basura.
El Playita Mía
Don Plutarco Bowen creó el Playita Mía en la playa de Tarqui. Estaba en la esquina d
el malecón de Tarqui y la calle 106. Todos los jóvenes iban allí a tomar su cerveza po
rque Dacho Pablo tocaba su acordeón con su hermano en el conjunto Jazz Brothers. A
l otro lado, en la calle 104 estaba la Carpa Miramar. Era una competencia de músic
a y “cocolones” que todos los sábados salían a bailar. Allá estaban los hermanos Romero co
n Yenyeré. Cuando la playa de Tarqui cambió con la modernidad, el Playita Mía había hec
ho tanta fama que a la Playas de Tarqui se las conoce como Playita Mía y al pasaca
lle del mismo nombre, la gente dice que es la playa de Tarqui.