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Época de siembra
La época de siembra es apenas hayan pasado los peligros de heladas. El terreno debe alcanzar la temperatura
mínima de germinación, 10-15 ºC, y disponer de humedad para que las plantas emerjan. El hoyo de siembra debe
quedar sobre el perfíl de la humedad lograda con el riego de marcación. Si se conoce la presencia de plagas en el
terreno que pudieran afectar las plantulas al momento de la germinación, conviene tratar la semilla con insecticidas
previo a la siembra. La cantidad de semilla necesaria por hectárea es de 2-3 kg.
Suelo
Prospera bien en suelos de textura media, bien aireados. También pueden lograrse buenos culticos en suelos
pesados o arenosos si están bien provistos de materia orgánica y fertilizados. Los arcillosos son poco permeables,
dificultan el desarrollo del sistema radical y favorecen el desarrollo de enfermedades micóticas y bacterianas. Los
arenosos presentan poseen baja capacidad de retención de agua y poca fertilidad. La planta de zapallo es
medianmente tolerante a la salinidad. Son necesarias rotaciones trienales con otras cucurbitáceas.
Preparación del terreno
El suelo debe tener una profundidad mínima efectiva de 0,50 m, estar bien labrados proporciando una cama
mullida y pareja dado que el 75 % de las raíces se encuentran en los niveles superiores (0,30-0,45 m). El trazado
de los surcos en el sentido de la menor pendiente favorecen una mayor eficiencia de riego.
Para la preparación de terrenos franco – arenosos las labranzas previas al cultivo consisten en: una arada, dos
rastreadas cruzadas, un surcado, una incorporación de estiercol y fertilizante en banda bajo la líniea de siembra.
Una formación de la cama de siembra, un riego de marcación para la siembra.
Distancia de plantación
Las distancias de plantación son variables de acuerdo a la cultivar que se emplee. Los de planta grande como
Frontera INTA, Cuyano INTA, Criollo crespo o valencianos, etc., se adaptan a distancias de 2,50 – 3,00 m entre
hileras y de 0,70 - 1,50 m entre hoyos con 1-2 plantas. Los de tamaño intermedio como Waltham Butternut, Coco,
etc. se adaptan a distancias de 2,00 – 2,50 m entre hileras y de 0,50 – 1,00 m entre hoyos. Los sistemas de
plantación son a simple o doble cara.
Fertilización
El zapallo responde bien a las fertilizaciones fosfatadas y medianamente a las nitrogendas. El fósforo (P), conviene
aplicarlo de pre-siembra; su deficiencia influye notablemente en el rendimiento. El nitrógeno (N), conviene aplicarlo
después de la emergencia y luego del inicio de la floración. La mayoría de los suelos de Cuyo están bien provistos
de potasio por lo que no se recomienda realizar este tipo de enmiendas. También son exigentes en materia
orgánica. La incorporación tanto del fertilizante químico como el orgánico se puede realizar en forma conjunta en
banda bajo la línea de siembra. Como fertilización base pueden incorporarse 250 a 350 kg por hectárea de
superfosfato triple de calcio (0-46-0) o fosfato diamónico (18-46-0) y 10 t por hectárea estiércol de caballo bien
fermentado y maduro, para suelos con contenidos medios de N y P.
Herbicidas
Existen herbicidas selectivos que pueden controlar la mayoría de las malezas de hojas angosta (gramíneas), para
las de hoja ancha no existen muchas alternativas de control químico. Las estrategias de control de malezas, en
general, es por labranzas. Los terrenos muy poblados con malezas perennes (“corregüela”, “chepica”, “clavel
amarillo”, “cañota”, “tamascan”, etc.) conviene evitarlos. Una práctica eifcaz para evitar la competencia que
producen las malezas es la preparación de “camas envejecidas”.
INTA – Centro Regional Mendoza – San Juan
En ballenas
En galpones
Enterrados
Espectro varietal:
El hombre ha domesticado diferentes especies de zapallo para su alimentación. Las más difundidas son:
Cucurbita. maxima, C. pepo y C. moschata. De cada una de ellas se han creado diversos cultivares en el INTA y
otros organismos de investigación. Estos materiales han sido ampliamente aceptados por los productores
nacionales y compiten en el mercado de la semilla, con los cultivares importados, generalmente híbridos. Las
principales cultivares desarrolladas son:
En la especie Cucurbita maxima:
Cultivar Pecas INTA: pertenece al tipo “delicioso”. El destino es para el consumo Pecas INTA
al estado de fruto maduro. Las plantas son guiadoras con rendimientos medios de
20 toneladas por hectárea. Se destaca por poseer frutos excelente sabor y pulpa
granulosa especial para purés. La forma de los frutos es redonda con ambos polos
aplanados. Y su color es plomizo con pecas más oscuras. El peso medio del fruto
es de 1,200 kg. Otra ventaja frente a sus competidoras es que es de polinización
abierta y por ello su semilla es de menor costo.
Cultivar Zapuco INTA: pertenece al tipo “Pink Banana”: Es única en el comercio Zapuco INTA
nacional. El destino es para la industria del deshidratado. Posee plantas guiadoras
con rendimientos medios de 25 toneladas por hectárea. Los frutos son grandes
con extremos puntiagudos. La pulpa es de color anaranjado y la cáscara es
blanda y de color rosada-anaranjada con líneas blanca cremosas. Se destaca por
su elevado rendimiento industrial, 12 % en sólidos totales, y por su excelente
calidad del producto final que es utilizado en la preparación de caldos y sopas.
INTA – Centro Regional Mendoza – San Juan
Cultivar Veronés INTA: pertenece a la variedad botánica de zapallito redondo del Veronés INTA
tronco. Existen muchas cultivares de frutos claros y oscuros y todas son de origen
nacional. El destino es para consumo de sus frutos al estado inmaduro. Las plantas
de esta cultivar son de crecimiento determinado con una sola guía y su producción se
concentra en la base de la misma. Los rendimientos medios son de 40 t por hectárea
de frutos tiernos. Veronés INTA se destaca del resto de los cultivares por el
rendimiento y por la tolerancia en el campo al marchitamiento causado por hongos del
suelo. Cabe destacar que el consumidor prefiere frutos brillantes y sin líneas
longitudinales porque de lo contrario los asocia con el sabor amargo que les confiere
su ancestro Cucurbita andreana. Esto se da cuando se producen contaminaciones por
cruzamientos espontáneos producidos por los insectos polinizadores durante la
producción de semilla. C. andreana es una especie silvestre que se reproduce en
forma natural en campos incultos. La sustancia que produce este sabor amargo
además es tóxica para los seres vivos.
En la especia C. moschata:
Cultivares Cokena INTA, Paquito INTA, Frontera INTA y Cuyano INTA: pertenecen al tipo Anco o “anquito”: Es la
especie más difundida en el país. El destino es para el consumo de sus frutos al estado maduro. Las plantas son
guiadoras y expansivas y además son tolerantes al marchitamiento causa por hongos del suelo. Los frutos son de
formas acampanadas o piriformes con la cavidad seminal ensanchada que se ubica en el ápice. La cáscara es
blanda y fácil de extraer. El rendimiento medio es de 35 toneladas por hectárea. Los dos primeros poseen frutos
de color exterior anaranjado con bandas irregulares y los otros dos de color ocre cremoso. Cuyano INTA se
diferencia notablemente de todos los cultivares comerciales por su arquitectura de planta que es arbustiva hasta
el inicio de la floración y por la uniformidad de sus frutos, produce un 60 % con calidad de exportación.
En híbridos:
Cultivar Aconcagua: Es un híbrido interespecífico entre C. maxima y C. moschata. Esta vía de Aconcagua
cruzamiento es similar a los híbridos tipo Tetsukabuto, pero en este caso el destino es la
industria del deshidratado. Compite en el mercado industrial con los del tipo Anco. Posee
plantas muy vigorosas y expansivas por la heterosis que se obtiene en la F1. El extraordinario
vigor de las plantas se ve reflejado en los rendimientos medios que superan las 50 toneladas
por hectárea. Los frutos son de tamaño intermedio. El peso promedio es de 1,700 kg. La
forma es ovalada y el color es anaranjado con bandas irregulares. También tiene un
excelente rendimiento industrial que supera el 14 % en sólidos totales.