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discute su origen cultural. Al estar formado por cuatro consonantes hebreas –Y, H, V,
H– se denomina también tetragrámaton2 (es decir, palabra compuesta de cuatro letras).
Yahveh es la forma que la Biblia emplea como nombre propio de Dios en español;
también aparece en la forma abreviada YAH, o JAH (español antiguo) especialmente en
los salmos (se encuentra en el Antiguo Testamento unas 6.000 veces).3 Además de este
nombre propio, en las escrituras se aplican distintos títulos y atrutos para Dios entre
ellos están : *Adón, Señor. 'Adonay, Mi señor.
• El
• Elyón -
• Eloah
• Elohim (distintas formas para Dios)
Etimología [editar]
Según dice Exo 20:2 " אYo soy יהוהIaHVéH tu Elohim, quien los sacó de la tierra
de Mitzrayim, fuera de la casa de esclavitud." Aunque Tanto el pueblo Judío, como
los hebraistas están de acuerdo en que la pronunciacion correcta es IaHVéH la forma
latinizada más popular es YaHVéH
La palabra "Anokí" (yo soy) es egipcia y no hebrea. pero así figura en los escritos
originales, y precede a ( יהוהiud, hey, vav, hei) cuya traducción literal de la forma
hebrea es una connotación del verbo ser que quiere decir "El que es, fué y será." La
Raiz hebrea ( יהiud + hey: IáH) Hace referencia a Él, El que Es; El Único. La palabra
mas antigua para alabarle en todos los idimas es Aleluyah: HAllel-U-IaH: alabemos
nosotros a IáH
Según la tradición hebrea, El Padre pone Nombre al Hijo, no el hijo al padre: De IaH-
véH se desprende IaH-Shua, que significa IaH Salva- Salvador-.
El apartarse de la traducción original ha hecho que surjan muchas teorías acerca del
Nombre del Padre:
El significado preciso del nombre es aún objeto de disputas entre los especialistas. De
acuerdo con una teoría, correspondería a una modificación del texto de Éxodo 3:13-14,
en el que Dios Yahveh indica a Moisés que diga al pueblo de Israel que «Yo Soy
(arameo: אהיה, 'Yo soy' )?» lo ha enviado.Esto tambien se pronucia en el nuevo
testamento según los cristianos jesús dice asi: En verdad les digo que antes de que
Abraham existiera, Yo Soy.( biblia|Jn|9:58-59.) Otra variante afirma que se trata de una
combinación de las formas de pasado ()היה, presente ( )הוהy futuro ( )יהיהde la raíz del
verbo ser, para indicar la eternidad de la existencia divina. Apocalipsis 1:8
De acuerdo con una tercera versión, se trataría de la forma causativa del mismo verbo,
significando ‘el que causa el ser’. Muchos otros nombres en árabe y hebreo responden a
esa forma, lo que parece avalar la hipótesis.
De acuerdo con una cuarta versión, se trataría de la forma acusativa, estado imperfecto,
del verbo hebreo hawáh (‘llegar a ser’). Entonces Yahvéh significaría: ‘ÉL CAUSA
QUE [todo] LLEGUE A SER’. A pesar de todo, algunos han llegado a la conclusión de
que el nombre de Dios: YaHVéH, es una derivación del verbo hebreo "Yah" que se
podría traducir en la parte donde se revela a Moisés como: "Yo Resultaré Ser Lo Que
Resultaré Ser", quedando de acuerdo con el propósito de la Biblia, pues, YaHVéH
Elohim llegaría a ser lo que fuera para poder cumplir con su voluntad.
Yahvéh (Yahweh) es uno de los nombres hebreos arcaicos, tales como Jacob, José, Israel, etc.
(cf. Ewald, Lehrbuch der hebr. Sprache, 7.ª ed., 1863, p. 664), derivado del imperfecto de
tercera persona de modo que atribuye a una persona o cosa la acción de la cualidad expresada
por el verbo después de la manera de un adjetivo verbal o un participio. Furst ha coleccionado la
mayoría de estos nombres y llama a la forma participialis imperfectiva. Como el Nombre
Divino es una forma imperfecta del arcaico verbo hebreo «ser», Yahvéh significa ‘El que es’,
aquel cuya nota característica consiste en ser, o simplemente ‘el existente’. Aquí somos
confrontados con la cuestión, si Yahvéh es el hiphil imperfecto o el qal imperfecto. Calmet y Le
Clere creen que el Nombre Divino es una forma hiphil; por tanto significa, de acuerdo a
Schrader (Die Keilinschriften und das alte Testament, 2.ª ed., p. 25), ‘aquel que trae a la
existencia, el creador’, y de acuerdo a Lagarde (Psalterium Hieronymi 153), ‘aquel que causa la
llegada’, ‘aquel que cumple sus promesas’, ‘el Dios de la providencia’
Enciclopedia Católica.
Pronunciación [editar]
Al analizar la pronunciación, a causa del desuso de su forma oral, y de las
características de la grafía hebrea (abyad), que emplea sólo las consonantes, es difícil
indicar con exactitud cual sería la pronunciación apropiada, por el desconocimiento de
las vocales implicadas en ello.
Cuando alrededor del siglo V se comenzaron a emplear signos adicionales para indicar
las vocales en el texto bíblico (los llamados puntos masoréticos o nekudot), el nombre
divino se conservó tal como estaba, sin vocal alguna, para respetar el mandamiento que
prohíbe usarlo en vano. Debido a ello, y a las distintas reglas para transliterarla al
alfabeto latino en distintos idiomas, existen múltiples versiones del nombre.
Normalmente los hebraístas apoyan la forma "Yahveh" (la cual origina la variación
Yavéh), como la pronunciación más probable. Señalan que la abreviatura del nombre es
Iah (Yah en la forma latinizada), como en el Salmo 89:8 y en la expresión Hallel-u-Iáh
{¡Aleluya!} (que significa "¡Alabemos nosotros a Iah!").(Sal.104:35; 150:1,6.)
También, las formas Yehóh, Yoh, Yah y Yá.hu, que se hallan en la grafía hebrea de los
nombres Yehoshafat (trasliterado al español como Josafat), Yehú (trasliterado al español
como Jehú), Yehosuá' (trasliterado del hebreo al español como Josué y del griego al
español como Jesús), Sefatyah (trasliterado al español como Sefatías) y otros, pueden
sugerir el nombre divino Yahveh. Las transliteraciones griegas del nombre divino que
hicieron los escritores cristianos, a saber, I.a.bé o I.a.ou.é (que en griego se
pronunciaban de modo parecido a Yahveh), pueden indicar lo mismo. Sin embargo, no
hay unanimidad entre los eruditos en cuanto a la pronunciación exacta; algunos
prefieren incluso otras pronunciaciones como Yahuwa, Yahuah, Yahwuéh o Yehuah,
aunque la W no es una letra existente en el hebreo.
Otra hipótesis es que al combinar los signos vocálicos de Adonai y Elohim con las
cuatro consonantes del Tetragrámaton se formaron las pronunciaciones Yehowah y
Yehhowih. La primera de éstas dio origen a la forma latinizada "Jehová"; aunque esta
hipótesis es discutida.
En hebreo, el verbo "ser" es "hayah". Pues bien, se cree que una forma arcaica de la
tercera persona del singular del presente de indicativo es, precisamente, "yahweh",
siendo su traducción literal "él es". Conviene pues recordar lo que Dios le comunicó a
Moisés cuando éste le preguntó por su nombre. Dios respondió: " 'ehyeh asher 'ehyeh "
(= yo soy el que soy). Por tanto, "él es" se adapta muy bien al significado literal de
Yahweh.
Escritura [editar]
En los antiguos textos hebreos sólo se escribían las consonantes, es decir, las vocales no
figuraban. Cuando el lector llegaba a la palabra formada por el tetragrama "yhwh", y
debido a una tradición judía no bíblica, no podía pronunciar "yahweh", porque el
nombre de Dios, según dicha tradición era impronunciable. Sin embargo, para no ir
contra esta norma, cuando el lector llegaba a "yhwh", pronunciaba "'adonay" (mi
Señor).
Con el tiempo, cuando se adoptó el uso de escribir las vocales, como dicha tradición se
mantenía, se escibieron las vocales de "'adonay" ("a" débil, "o" y "a") sobre las
consonantes de "yhwh", resultando escrito "yehowah" (Hay que tener en cuenta que la
"a" débil de "adonay" no es soportable bajo la "yod" inical de "yhwh", convirtiéndose
en "e" débil). Por tanto, según esta hipótesis respaldada por serios biblistas, la palabra
"yehowah", sería el tetragrama "yhwh" con las vocales de "'adonay".
El Tetragrámaton [editar]
Esta forma de escritura apareció debido a que en algún momento surgió entre los judíos
la idea de que era incorrecto hasta pronunciar el Nombre Divino (representado por el
Tetragrámaton). No se sabe a ciencia cierta qué base hubo originalmente para dejar de
pronunciar el nombre. Pero se barajan varias hipótesis, cada una con sus puntos a favor
y en contra. Hay quien cree que esta escritura surgió de la enseñanza de que el nombre
era tan sagrado que no lo debían pronunciar labios imperfectos. Sin embargo, en las
mismas Escrituras Hebreas no se describe que ninguno de los siervos de Dios tuviese
reparos en pronunciar su nombre. Los documentos hebreos no bíblicos, como, por
ejemplo, las llamadas Cartas de Lakís, muestran que en Palestina el nombre se usaba en
la correspondencia durante la última parte del siglo VII a. C.
Esta forma de escritura apareció debido a que se habría pretendido evitar que los
pueblos no judíos conocieran el nombre y lo usaran mal. Sin embargo, en los mismos
escritos bíblicos se aprecia el deseo de Dios que haría que ‘su nombre fuera declarado
en toda la tierra’ (Éx 9:16; compárese con 1Cr 16:23, 24; Sl 113:3; Mal 1:11, 14), para
que incluso sus adversarios lo conocieran. (Isa 64:2.)
También se ha dicho que el propósito era evitar que se utilizara en ritos mágicos. En tal
caso, hubiera sido una medida equivocada, pues cuanto más misterioso se hiciera por su
desuso, más proclive sería a que lo utilizaran en sortilegios.
Sin embargo, cualquiera que hubiese sido el propósito de tal creencia, lo cierto es que
éste dejó de pronunciarse a tal grado que hoy se desconoce por completo la vocalización
de esta escritura; esto, a su vez, fue una de las causas que han originado las discusiones
sobre las variaciones existentes en su pronunciación.
Tal como no se sabe con seguridad la razón o razones originales por las que dejó de
usarse el nombre divino, de la misma manera hay mucha incertidumbre en cuanto a
cuándo se arraigó realmente esta costumbre. Algunos alegan que empezó después del
exilio en Babilonia.
Sin embargo, esta teoría que se basa en una supuesta disminución del uso del nombre en
la última parte de las Escrituras Hebreas, no tiene tanta solidez a la luz de los hechos.
Por ejemplo: Esdras 1:2 nos muestra que Ciro, un rey pagano usó el Tetragrámaton en
una carta oficial, lo que muestra que no era desconocido, en el período postexílico por
los no judíos. Si bien es cierto que en el libro de Ester no aparece el Tetragrámaton, en
el capítulo 1:20, hay lo que algunos han llamado "un acróstico invertido del
tetragrama". Malaquías, uno de los últimos libros de las Escrituras Hebreas —escrito en
la última mitad del siglo V a. E.C.—, da gran importancia al Nombre divino.
Muchas obras de consulta dicen que el nombre dejó de emplearse alrededor del año 300
a. E.C. Se cita como prueba la supuesta ausencia del Tetragrámaton (o una
transliteración de éste) en la Septuaginta, traducción griega de las Escrituras Hebreas
que se inició alrededor de 280 a. E.C. Es cierto que los manuscritos más completos de la
Septuaginta que se conocen en la actualidad sustituyen sistemáticamente el
Tetragrámaton por las palabras griegas Ký·ri·os (Señor) o The·ós (Dios), pero estos
manuscritos importantes solo se remontan hasta los siglos IV y V E.C. Hace poco se
han descubierto fragmentos de manuscritos más antiguos que prueban que en las copias
más antiguas de la Septuaginta aparecía el Nombre divino.
Por tanto, al menos por escrito, no hay prueba sólida de que el nombre divino hubiera
desaparecido o caído en desuso antes de nuestra era. Es en el siglo I E.C. cuando se
empieza a observar cierta actitud supersticiosa hacia el nombre de Dios. Cuando Josefo,
historiador judío perteneciente a una familia sacerdotal, relata la revelación de Dios a
Moisés en el lugar de la zarza ardiente, dice:
“Dios entonces le dijo su santo nombre, que nunca había sido comunicado a ningún hombre; por
lo tanto no sería leal por mi parte que dijera nada más al respecto”.
(Antigüedades Judías, libro II, cap. XII, sec. 4.)
Sin embargo, las palabras de Josefo, además de ser inexactas en lo que tiene que ver con
que se desconociera el nombre divino antes de Moisés, son vagas y no revelan con
claridad cuál era la actitud común en el siglo I en cuanto a la pronunciación o uso del
nombre divino.
“Es extremadamente difícil decidir qué valor histórico debe atribuirse a las tradiciones de la
Mishná. El tiempo que puede haber oscurecido o distorsionado los recuerdos de épocas tan
dispares; los levantamientos, cambios y confusiones políticas que ocasionaron dos rebeliones y
dos conquistas romanas; las normas de los fariseos (cuyas opiniones registra la Mishná),
distintas de las de los saduceos [...]. Todos estos son factores que deben sopesarse a la hora de
valorar la naturaleza de las afirmaciones de la Mishná. Además, mucho del contenido de la
Mishná persigue como único fin el diálogo académico, al parecer sin pretensión de ubicarlo
históricamente”.
(The Mishnah, traducción al inglés de H. Danby, Londres, 1954, págs. XIV, XV.)
Algunas de las tradiciones de la Mishná sobre la pronunciación del nombre divino son:
“Los sacerdotes y pueblo estaban en el atrio y cuando oían el Nombre que pronunciaba
claramente el Sumo Sacerdote, se arrodillaban, se postraban con el rostro en tierra y decían:
‘Bendito el Nombre de la gloria de su Reino por siempre jamás’”
(Yoma 6:2)
“En el templo se pronunciaba el Nombre como está escrito, en la provincia con una sustitución”
Sota 7:6
y añade que en un juicio que tuviera que ver con una acusación de blasfemia, se usaba
un nombre sustitutivo hasta haber oído todos los hechos; luego se le pedía en privado al
testigo de cargo: “Di, ¿qué oíste de modo explícito?”, y se empleaba, como es lógico, el
Nombre divino.
Cuando Sanhedrin 10:1 menciona a los “que no tienen parte en la vida futura”, observa:
“Abá Saúl dice: También el que pronuncia el nombre de Dios con sus letras”.
Sanhedrin 10:1
Sin exagerar su importancia, estos puntos de vista tradicionales tal vez indiquen una
tendencia supersticiosa a evitar el uso del nombre divino ya antes de la destrucción del
templo de Jerusalén en 70 E.C. De todos modos, se dice de modo explícito que eran
principalmente los sacerdotes quienes usaban un nombre sustitutivo para el nombre
divino, y eso sólo en las provincias. Por otra parte, como hemos visto, es discutible el
valor histórico de las tradiciones de la Mishná.
Por lo tanto, no hay ninguna base sólida para asignar al desarrollo de este punto de vista
supersticioso una fecha anterior a los siglos I y II E.C. Ademas las escrituras del Nuevo
Testamento muestran que Jesus utilizó y pronunció el Tetagramatón (San Juan 17:6,26),
un ejemplo de ello es cuando entró en la sinagoga de Nazaret y leyó del libro de Isaias
(San Lucas 4:16-19) Sin embargo, con el tiempo, el lector judío empezó a utilizar los
términos ’Adho·nái (Señor) o ’Elo·hím (Dios) en sustitución del Nombre divino
representado por el Tetragrámaton, y así evitaba pronunciarlo cuando leía las Escrituras
Hebreas en el lenguaje original. Así debió ocurrir, pues cuando empezaron a usarse los
puntos vocálicos en la segunda mitad del I milenio E.C., los copistas judíos insertaron
en el Tetragrámaton los puntos vocálicos de ’Adho·nái o de ’Elo·hím, seguramente para
advertir al lector de que pronunciara esas palabras en lugar del nombre divino. Por
supuesto, en las copias posteriores de la Septuaginta griega de las Escrituras Hebreas, el
Tetragrámaton se hallaba completamente reemplazado por Ký·ri·os y The·ós.
Las traducciones a otros idiomas, como la Vulgata latina, siguieron el ejemplo de las
copias posteriores de la Septuaginta. Por esta razón, la versión Scío San Miguel, basada
en la Vulgata, no contiene el Nombre divino, aunque sí lo menciona en sus notas. Otro
tanto ocurre con la versión Torres Amat (excepto en unas pocas ocasiones que sí
aparece), mientras que La Biblia de las Américas emplea SEÑOR o DIOS para
representar el Tetragrámaton en las Escrituras Hebreas cada vez que aparece, lo mismo
se puede decir de La Nueva Versión Internacional.
Yahweh [editar]
El lector juicioso percibirá que la pronunciación samaritana Jabe probablemente es la que más
se acerca al sonido verdadero del Nombre Divino; los otros escritos primitivos transmiten
únicamente abreviaturas o corrupciones del nombre sagrado. Insertando las vocales de Jabe en
el texto consonántico hebreo original, obtenemos la forma Yahvéh (Yahweh), que ha sido
generalmente aceptada por los modernos eruditos como la verdadera pronunciación del Nombre
Divino. No meramente está estrechamente conectada con la pronunciación de la antigua
sinagoga por medio de la tradición samaritana, sino que permite la legítima derivación de todas
las abreviaturas del nombre sagrado en el Antiguo Testamento
Enciclopedia Católica
Sin embargo, si bien muchos eruditos están de acuerdo con ello, esto último no tiene
consenso universal, el profesor francés Gertoux argumenta lo siguiente:
[Debo hacer] una observación al libro de Theodoret (Quaestiones in Éxodum, cap. XV), que es
citado muy a menudo como soporte a la pronunciación yahweh, debido a la siguiente sentencia:
«El nombre de Dios es pronunciado Iabe». Esta observación es verdadera, pero Theodoret
especifica que está hablando de los samaritanos, y agrega que los judíos pronunciaban este
nombre aïa.
En otro libro (Quaestiones in I Paral., cap. IX) escribe que «la palabra netinéo significa en
hebreo ‘regalo de Iaô’, quien es Dios». De acuerdo a Theodoret había tres diferentes formas,
pero lo que Theoderet probablemente ignoraba es que en esa época había muchos sustitutos del
nombre. Al revisar el período anterior a la destrucción del templo, el Talmud (Sotah 7,6 Tamid
33b) deja claro que en la liturgia se utilizaban sustitutos del nombre. Estos sustitutos eran
numerosos, como muestra la literatura de aquel tiempo (2 M 1:24-25; 15:3; Si 23:4; 50:14-19).
El griego Iaô (el cual viene del antiguo hebreo Yahu) y el samaritano Iabe (que viene del
arameo Yaw) no son la pronunciación del único nombre YHWH. El nombre Aïa probablemente
representa la transcripción de la forma ’Ehyeh. Aun si el nombre Yahweh es ampliamente
usado, sus bases son muy inciertas. Por eso la mayoría de los eruditos prefieren la forma
YHWH. En la actualidad hay dos tipos de teorías: 1) unos eruditos piensan que la forma YHWH
es equivalente a su etimología ‘Él es’ y obtienen la forma Yahve, Yahwoh, etc.; 2) otros tratan
de leer sólo la filología en el nombre. Por ejemplo, el erudito francés Antoine Favre d'Olivet usó
Ihôah en su traducción de la Biblia (1823), el traductor judío Samuel Cahen usó Iehovah en toda
su Biblia (1836),
el doctor judío J. H. Levy prefirió el nombre Y'howah (1903), y así por el estílo.
Gérard Gertoux5
En el texto bíblico aparece también la forma abreviada Yah (en inglés Jah), sobre todo
en el Libro de los Salmos. Esta forma parte de la conocida expresión hebrea aleluya,
que significa ‘¡alaben a Yah!’. Asimismo la forma abreviada del Nombre Divino
aparece incluida en el significado de muchos nombres hebreos. Esa forma Yah se utiliza
ahora principalmente entre los rastafaris de Jamaica.
Al escribir el Nombre de Dios los judíos lo hacían así: YHWH, cuatro consonantes, sin
vocales. Lo más curioso es que, por respeto al Nombre de Dios y a que algunos rabinos
empezaron a enseñar que pronunciar el Nombre de Dios acarreaba un castigo eterno, la
pronunciación de YHWH cayó en desuso. Al llegar a esa palabra, se inclinaba la
cabeza, se hacía una pausa y proseguía la lectura.[cita requerida] Con el correr de los siglos y
de tanto no pronunciar YHWH, se olvidaron de cómo eran las vocales y, cuando
quisieron recuperarlas, los que leían la Escritura ya no sabían cuáles eran. Fueron unos
sabios judíos, entre los siglos VI y X después de Jesucristo, quienes empezaron a
escribir la lengua hebrea con vocales. Fue toda una novedad, pero una ayuda muy
grande para quienes no sabían leerla bien. Idearon una serie de puntos y rayitas que
ponían por encima, dentro o por debajo de las consonantes (las llamadas masoras, que
derivaron en los textos masoréticos). La palabra YHWH los frenó. Ni ellos sabían qué
vocales poner.[cita requerida] Entonces se les ocurrió tomar las vocales de la palabra hebrea
Adonai,[cita requerida] que quiere decir ‘Señor’, y las intercalaron entre las consonantes de
YHWH. Sin adentrarse en disquisiciones lingüísticas,[cita requerida] fue así como surgieron
la palabra Yehovah y sus variaciones.
Jehová [editar]
Para muchos el término Jehová se considera una traducción, e incluso otros grupos han
postulado que no tendría relación con el nombre en hebreo. En cambio otros lo han
calificado como la forma más común y frecuente de traducción a idioma español que
usamos al traducir otros nombres del hebreo a idiomas como el español, en el que se
realiza el cambio de Y a J; y otros grupos incluso indican que sería la pronunciación
original.
Con respecto al uso del término Jehováh (Jehová), la Enciclopedia Católica explica:
Algunos eruditos han sostenido recientemente que la palabra Jehováh data sólo del año 1520.
Drusisus pone a Peter Galatinus como el inventor de la palabra Jehováh, y a Fagius como
propagador en el mundo de los eruditos y comentadores. Pero los escritores del siglo dieciséis,
católicos y protestantes están perfectamente familiarizados con la palabra. Galatinus mismo
pone la forma como conocida y recibida en su tiempo. Además, Drusius la descubrió en
Porchetus, un teólogo del siglo catorce. Finalmente la palabra es encontrada incluso en la Pugio
fidei de Raymund Martin, una obra escrita cerca de 1270. Probablemente la introducción del
nombre de Jehováh predata incluso a R. Martin. [...] No sorprende entonces que esta forma haya
sido considerada como la verdadera pronunciación del Nombre Divino por eruditos como
Michaelis, Sier y otros.
6
La hipótesis más conocida sobre el origen de la palabra Jehová, indica que estaría al
calcar erróneamente la grafía alemana en que la j representa el mismo fonema (la
consonante aproximante palatal, [j]) que la i española, lo mismo que ocurre con el
nombre Jesús (en hebreo Yeshua o Yahushua), Jeremías (en hebreo Yavet) y otros, que
usamos frecuentemente sin problemas a pesar del cambio de Y a J. La elección de una
forma escrita u otra se debe por lo general a motivos históricos. En español, las
ediciones católicas del texto bíblico que no usan sustitutivos como «Señor» o «Dios»,
optan por Yahveh. En cambio las ediciones protestantes que muestran el tetragrámaton
emplean Jehová.
El célebre músico ruso Modest Músorgski compuso en 1877 una obra coral basada en
una historia que tuvo lugar en tierras bíblicas titulada Jesus Navinus (que se traduce
“Josué, hijo de Nun”). Tanto en esta obra como en su revisión de 1874 de La derrota de
Senaquerib, Músorgski se refiere a Dios utilizando la pronunciación rusa del nombre
divino, el cual se representa en las Escrituras Hebreas con cuatro consonantes —יהוה
(YHWH)— y aparece unas siete mil veces.7
Así, por siglos la forma Jehová (Jehovah) ha sido una forma de pronunciar el nombre de
Dios que cuenta con reconocimiento internacional. Como dijo el profesor Oehler: “Este
nombre ahora ha llegado a estar más naturalizado en nuestro vocabulario, y no puede
ser reemplazado”. (Theologie des Alten Testaments [Teología del Antiguo
Testamento]).
«La forma abreviada de Jeho [usada en muchos nombres propios hebreos] supone la forma
completa Jehováh. Pero la forma Jehováh no puede explicar las abreviaturas Jahu y Ja, en tanto
que la abreviatura Jeho podría ser derivada de otra palabra».
Enciclopedia Católica
Aún así no todos los expertos están de acuerdo con esta última declaración:
Con respecto a ello, el profesor Gérard Gertoux indica que el término jahu (Yahu)
significa ‘Yah mismo’, y ja (Yah) es una abreviatura del nombre, con lo cual la forma
Jehová aún podría ser posible.9
Entre los 163 nombres propios que llevan un elemento del nombre sagrado en su composición,
48 tienen yeho o yo al inicio, y 115 tienen yahu o yah al final. Mientras que la forma Yahvéh
jamás aparece en tal composición.[..] Por otra parte, Driver (Studia biblica, I, 5) ha mostrado
que estas formas cortas son las abreviaturas regulares del nombre completo
Enciclopedia Católica
Dado que la Biblia contiene muchos nombres de personas y lugares que incorporan una
forma abreviada del nombre divino, ¿hay la posibilidad de que éstos nos den alguna
idea de cuál era la pronunciación del nombre de Dios?
La hay, según George Wesley Buchanan, profesor emérito del Seminario Teológico
Wesley, de la ciudad de Washington (E.U.A.):
“En la antigüedad, los padres solían dar a sus hijos nombres que incorporaban el de sus dioses, y
cuya pronunciación dependería de la del nombre de la deidad. El Tetragrámaton se empleaba en
los nombres propios y siempre se usaba la vocal intermedia”.
Veamos algunos ejemplos bíblicos de nombres de persona que incluyen una abreviación
del nombre divino. Jonatán, que en la Biblia hebrea es Yoh·na·thán o Yehoh·na·thán,
significa “Yaho o Yahowah ha dado”, indica Buchanan. Así mismo, considera que el
nombre hebreo del profeta Elías, ´E·li·yáh o ´E·li·yá·hu, quiere decir: “Mi Dios es
Yahoo o Yahoo-wah”. Igualmente, el nombre hebreo Jehosafat (Josafat), Yehoh-
scha·fát, significa “Yaho ha juzgado”.
Una pronunciación bisílaba del Tetragrámaton, como Yavé, no permitiría que la vocal o
formara parte del nombre divino. Pero éste aparece incorporado en decenas de
sustantivos bíblicos con la vocal intermedia, tanto en la forma completa como en las
abreviadas; sirvan como ejemplos Jehonatán y Jonatán. De ahí que Buchanan diga
tocante al nombre divino:
“En ningún caso se omite la vocal oo u oh. El término se abreviaba a veces Ya, pero nunca Ya-
weh. [...] Cuando la pronunciación del Tetragrámaton era monosílaba, se decía Yah o Yo.
Cuando era trisílaba, debe de haber sido Yahowah o Yahoowah. Si alguna vez se abreviaba a
dos sílabas, sería Yaho”
(Biblical Archaeology Review Vol.21 Nº2, Mar/Apr 1995, Queries & Comments, The
Tetragrammaton, How God’s Name Was Pronounced).10
Esta explicación nos ayuda a entender el comentario que hizo Wilhelm Gesenius,
hebraísta del siglo XIX.
“Quien cree que [ יהוהYe-ho-wah] era la pronunciación real [del nombre divino] no carece por
completo de base para sustentar su opinión. Así pueden explicarse mejor las sílabas abreviadas
[Ye-ho] y [Yo], con las que empiezan muchos nombres propios”
Hebrew and Chaldee Lexicon to the Old Testament Scriptures (Léxico Hebreo y Caldeo del
Antiguo Testamento).
Lo más probable es que los entendidos prosigan con el debate. Los judíos dejaron de
pronunciar el nombre del Dios verdadero antes de que los masoretas elaboraran el
sistema de puntuación vocálica. Por ende, no hay forma concluyente de demostrar qué
vocales acompañaban a las consonantes YHWH ()יהוה. Con todo, los nombres de
algunos personajes bíblicos —cuya pronunciación correcta nunca se perdió—
constituyen una clave innegable sobre la pronunciación del nombre divino en la
antigüedad. Por esta razón, al menos algunos eruditos coinciden en señalar que, al fin y
al cabo, la pronunciación Jehová no debe ser considerada “equivocada” en otros
idiomas tales como el español, en el que igualmente usamos frecuentemente sin
problemas el cambio de Y a J al traducir otros nombres del hebreo a estos idiomas.
Por lo tanto si bien la forma Yahvéh (con sus variantes) es la preferida en algunos
círculos, no se tiene absoluta seguridad de que efectivamente sea la pronunciación que
utilizaban los antiguos israelitas o que, además, este hecho obligue a que estas
pronunciaciones deban usarse en otros idiomas. Así, la diversidad de variantes indica
que no se debe considerar a alguna de ellas como una manera inexacta o errónea de
verter el tetragrámaton.
Entre los textos cuya autoría se adscribe a la Tradición yavista se incluyen la segunda
versión de la creación, en Genesis 2:4-25, la primera parte del Éxodo, la recepción de
los Diez Mandamientos, así como muchas otras partes del Génesis, el Éxodo y
Números.
Probablemente sean las fuentes más antiguas conservadas en el texto bíblico, aunque se
conocen testimonios independientes de algunas de sus fuentes, entre ellas el poema de la
bendición de Jacob (utilizado en Genesis 49:1-27 y el poema del cantar del mar,
empleado en Éxodo 15:1-18.
Los fragmentos bíblicos de la Tradición yavista son sin duda los más elocuentes del
texto, y el crítico literario Harold Bloom ha considerado a su autor el más capaz e
influyente escritor de la literatura universal. En el texto masorético —en el cual se basan
las versiones actuales de la Biblia hebrea— el tetragrámaton aparece 6.823 veces, más
que cualquier otra forma alternativa; las diferencias con el texto de la Septuaginta —
basado en otros manuscritos— son pequeñas.
“Hemos visto que en muchos de estos ciento treinta y cuatro casos en que el texto recibido de la
actualidad dice Adonaī en conformidad con esta masora, algunos de los mejores MSS. y
ediciones antiguas emplean el Tetragrámaton, y surge la pregunta: ¿Cómo predominó esta
variación? No hay que ir muy lejos para hallar la explicación. Desde tiempo inmemorial los
cánones judíos decretaron que el nombre incomunicable ha de pronunciarse Adonaī como si
estuviera escrito ’[ ינראAdho·nái] en vez de [ הוהיYHWH]. Por lo tanto, nada fue más natural
para los copistas que poner como sustitución la expresión que presentaba lo que se había de
pronunciar en lugar del Tetragrámaton que les estaba prohibido pronunciar”.
Gins.Mas, tomo IV, p. 28, sec. 115
Según la misma obra en sus páginas 368 y 369 los Soferim cambiaron el tetragrámaton
por el sustituto Elohim en 8 lugares más.
A pesar de existir, esta práctica no fue generalizada, entre los escribas hebreos y gracias
a ello, aún sabemos que el Tetragrámaton existe. Por otra parte los masoretas --nombre
por el que se llegó a conocer a los copistas siglos después de Cristo-- se dieron cuenta
de las alteraciones que habían hecho los soferim y las registraron en el margen o al final
del texto hebreo. Estas notas marginales llegaron a conocerse como la masora y han
servido en muchos casos para restituir el nombre a su lugar original.
La más antigua traducción del texto hebreo de la Biblia al griego, conocida como la
Septuaginta o versión de los Setenta, también nos puede dar información sobre el
nombre divino. Hoy en día la mayoría de las copias más completas de la Septuaginta
datan de los siglos III y IV después de Cristo aproximadamente. En éstas el nombre
divino está sustituido sistemáticamente por los títulos Señor (Kyrios) y Dios (Theós).
Lo mismo se puede decir de la Peshita siríaca que utiliza el término Mar·ya (Señor).
Al comentar sobre este papiro, Paul Kahle escribió en Studia Evangelica, editado por
Kurt Aland, F. L. Cross, Jean Daniélou, Harald Riesenfeld y W. C. van Unnik
“Una característica del papiro es el hecho de que el nombre de Dios se vierte mediante el
Tetragrámaton en caracteres hebreos cuadrados. Un examen de los fragmentos del papiro que se
han publicado, emprendido a petición de mí por Pater Vaccari, resultó en que él llegara a la
conclusión de que el papiro, que debe haberse escrito aproximadamente 400 años antes del
Códice B, contiene quizás el texto más perfecto que nos ha llegado de Deuteronomio como lo
presenta la Septuaquinta”.
Berlín, 1959, p. 614
Otros
• 4Q LXX Levb Este manuscrito en papiro, hallado en la Cueva 4 de Qumrán, fue
fechado del primer siglo aEC. Un informe preliminar de este manuscrito se
presentó en Supplements to Vetus Testamentum, vol. IV,1957, p. 157. vierte el
nombre divino con caracteres griegos (IAO) en Le 3:12; 4:27.
• LXXP. Oxy. VII.1007 Esta hoja de vitela, fechada del siglo III E.C., fue
publicada en The Oxyrhynchus Papyri, parte VII, edición con traducciones y
notas por Arthur S. Hunt, Londres, 1910, pp. 1, 2. Vierte el nombre divino por
una yud doble en Gn 2:8, 18.
• Ambrosiano O 39 sup. Este códice, fechado de fines del siglo IX E.C., tiene
cinco columnas. La primera columna contiene una transliteración del texto
hebreo al griego, la segunda columna tiene la versión griega de Aquila, la tercera
columna tiene la versión griega de Símaco, la cuarta columna contiene la LXX
(Septuaginta) y la quinta columna contiene la versión griega de Quinta. Una
edición facsimilar de este palimpsesto, junto con una transcripción del texto, fue
publicada en Roma en 1958 por Giovanni Mercati bajo el título Psalterii
Hexapli reliquiae [...] Pars prima. Codex rescriptus Bybliothecae Ambrosianae
O 39 sup. phototypice expressus et transcriptus. Vierte el nombre divino por el
Tetragrámaton escrito en caracteres hebreos cuadrados en las cinco columnas en
los siguientes lugares: Sl 18:30, 31, 41, 46; 28:6, 7, 8; 29:1, 1, 2, 2,3, 3; 30:1, 2,
4, 7, 8, 10, 10, 12; 31:1, 5, 6, 9, 21, 23, 23, 24; 32:10, 11; 35:1, 22, 24, 27; 36;
Enc, 5;46:7, 8, 11; 89:49 (en las columnas 1, 2 y 4), 51, 52.
Nombre Divino en el Nuevo Testamento [editar]
Sin embargo, no todos están de acuerdo con los puntos anteriores, para muchos parece
por lo demás extraño la súbita desaparición de un nombre que tiene tanta
preponderancia en todo el antiguo testamento. Con respecto a ello, R. B. Girdlestone,
anterior director del Wycliffe Hall (Oxford), presentó la siguiente premisa:
“Si aquella versión [la Septuaginta] hubiera retenido el término [Jehová], o siquiera hubiera
utilizado una palabra griega para Jehová y otra para ’Ădônây, es indudable que tal uso se habría
retenido en los discursos y argumentaciones del N[uevo] T[estamento]. Así nuestro Señor, al
citar el Salmo 110, en lugar de decir, ‘Dijo el Señor a mi Señor’, hubiera podido decir ‘Jehová
dijo a ’Ădônîy’”.
Entonces ¿será posible que en un principio los manuscritos del nuevo testamento
contuvieran el nombre divino, y que posteriormente éste fuera reemplazado, tal y como
ocurrió con la Septuaginta?
Por ello en cuanto al nombre divino en el nuevo testamento ( al igual que con el
antiguo) encontramos dos opiniones muy diferenciadas:
• Los que piensan que es erróneo utilizar el nombre divino, ya que no hay
manuscritos que lo respalden.
La mayoría de los traductores siguen esta premisa, por lo que los términos Señor y Dios
son los únicos que aparecen.
En esta línea podemos notar la traducción de Mateo al hebreo por Shem-Tob ben Isaac
Ibn Shaprut, y que incorpora su obra ’É·ven bó·jan realizada en el Siglo XIV, donde usa
el tetragrama en las citas del antiguo testamento hechas en este evangelio.En tiempos
modernos La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, editada por los
testigos de Jehová, se ha hecho conocida y muchas veces criticada por incorporar el
tetragrámaton, bajo la forma Jehová, 237 veces en el nuevo testamento.
“En esta traducción hemos seguido la tradición judía ortodoxa y sustituido el nombre ‘Yahweh’
por ‘el Señor’ y la frase ‘el Señor Yahweh’ por la frase ‘el Señor Dios’. En todos los casos en
que ‘Señor’ o ‘Dios’ representa un ‘Yahweh’ original empleamos letras mayúsculas de tamaño
pequeño”.
Entonces, aconsejando un proceder que varía en gran manera del de la tradición de los
judíos que leían YHWH pero lo pronunciaban “Señor”, el prólogo dice:
“Por tanto, basta con que el que desee retener el sabor del texto original lea ‘Yahweh’
dondequiera que vea SEÑOR o DIOS”!
“Por dos razones el Comité ha vuelto al uso más familiar empleado por la Versión del Rey
Jaime [es decir, omitir el nombre de Dios]: 1) La palabra ‘Jehovah’ no representa con exactitud
ninguna forma del Nombre que se haya usado en hebreo; y 2) el uso de cualquier nombre propio
para el Dios que es uno y único, como si hubiera otros dioses de los cuales él tuviera que ser
distinguido, fue descontinuado en el judaísmo antes de la era cristiana y es enteramente
inapropiado para la fe universal de la Iglesia cristiana”.
Los editores de la Biblia de las Americas dan la siguiente explicación sobre la forma de
traducir el tetragrámaton en su versión:
EL NOMBRE DE DIOS. Para el nombre de Dios hay varias palabras en hebreo: uno de los
más comunes es "Elohim" traducido "Dios"; otro es "Adonai" traducido "Señor"; pero el
nombre asignado a Dios como su nombre especial o su nombre propio, tiene en hebreo estas
cuatro letras: "YHWH". Este no era pronunciado por los hebreos debido a la reverencia que
tenían a lo sagrado de este nombre de la divinidad, y lo sustituían por otro de los nombres de
Dios. La versión griega del Antiguo Testamento, conocida como la Septuaginta (LXX), o
versión de los Setenta, traduce "YHWH" generalmente por "Kurios" (Señor), y la Vulgata
Latina, que tuvo también una gran influencia en la traducción de la Biblia a muchos idiomas, lo
traduce por "Dominus" (Señor). En La Biblia de las Américas® hemos usado el nombre de
"SEÑOR" (todo en mayúsculas) para traducir el tetragrámaton. Cuando este nombre ocurre
junto al nombre hebreo "Adonai" (Señor) entonces "YHWH" es traducido "DIOS" (todo en
mayúsculas) con la nota correspondiente. Algunas versiones traducen este nombre por "Jehová"
y otras por "Yavé" o "Yahveh".
La Biblia de las Américas Nueva Biblia de los Hispanos The Lockman Foundation
La Santa Sede, siguiendo una directiva de Benedicto XVI, pide omitir el término
«Yahvé» en la Liturgia, oraciones y cantos (septiembre de 2008). El texto explica que
este término debe traducirse de acuerdo al equivalente hebreo «Adonai» o del griego
«Kyrios».15
2.- Aquellos que utilizan alguna forma conocida en el idioma local (en el caso del
español Yahveh o Jehová)
“[Los traductores] llegaron a la convicción unánime de que una superstición judía, que
consideraba al Nombre Divino como demasiado sagrado para pronunciarlo, ya no debe dominar
en la versión en inglés del Antiguo Testamento, ni en ninguna otra [...] Este Nombre
Conmemorativo, explicado en Éx. III, 14, 15, y enfatizado vez tras vez como tal en el texto
original del Antiguo Testamento, designa a Dios como el Dios personal, como el Dios del pacto,
el Dios de la revelación, el Libertador, el Amigo de su pueblo [...] Este nombre personal, con su
caudal de asociaciones sagradas, se restaura ahora al lugar a que tiene derecho indiscutible en el
texto sagrado”.
“Jehova. Hemos retenido este nombre del Dios del Pacto de Israel porque el lector ha estado
acostumbrado a él por años”.
Steven T. Byington, traductor de The Bible in Living English (La Biblia en inglés vivo),
explica por qué usa el nombre de Dios:
“JEHOVAH.— El empleo de esta forma inglesa del nombre Conmemorativo (Éxo. 3:18) en la
actual versión del Salterio no brota de duda alguna en cuanto a que la pronunciación más
correcta sea Yahwéh; más bien, únicamente de evidencia práctica, seleccionada personalmente,
de lo deseable que es mantener la comunicación con el oído y el ojo públicos en un asunto de
esta clase, en que lo principal es la intención de que se reconozca fácilmente el nombre Divino”.
• La Versión Reina Valera, publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas utiliza
Jehová en su texto principal por todo el antiguo Testamento
• La Versión Torres Félix Amat (Católica), utiliza Jehová en Salmos 82:19
[83:18] e Isaías 42:8.
• La Version Latinoamericana (Católica), usa Yavé en algunas ocasiones y
"Señor" en otras.
- La Versión Reina Valera 1990 utiliza El Eterno en la mayoría de las ocasiones, pero
en otras, lo sustituye por Señor
De fuentes extrabíblicas también hay prueba del uso extenso que se daba al nombre
divino en la antigüedad.
Otro ejemplo del uso del nombre de Dios se halla en las llamadas Cartas de Laquis.
Estas cartas, escritas en tiestos, fueron halladas entre los años 1935 y 1938 en las ruinas
de Laquis, una ciudad fortificada que figuró prominentemente en la historia de Israel.
Parece que fueron escritas por un oficial de una avanzada de Judá a su superior, llamado
Yaos, que se hallaba en Laquis, aparentemente durante la guerra entre Israel y Babilonia
hacia el fin del siglo séptimo a. de la E.C.
De los ocho tiestos leíbles, siete comienzan su mensaje con un saludo como éste: “¡Que
YHWH haga que mi señor vea esta temporada con buena salud!”. En total, el nombre de
Dios aparece 11 veces en los siete mensajes, lo cual indica claramente que el nombre de
YHWH se empleaba cotidianamente para fines del séptimo siglo a.C.19
“Kemos me dijo: ‘¡Ve, priva de Nebo a Israel!’ De modo que fui de noche y peleé contra él
desde rayar el alba hasta el mediodía, y lo tomé, y los maté a todos [...] Y tomé de allí los vasos
de YHWH, y los arrastré delante de Kemos”
.20
Fuera de la Biblia, éste es probablemente el registro más antiguo del uso del nombre
divino.
Con referencia a estos usos no bíblicos del nombre de Dios, cabe señalar que quienes
apoyan el término Jehová como pronunciación original, indican que el Theologisches
Wörterbuch zum Alten Testament (Diccionario teológico del Antiguo Testamento), en
el tomo 3, columna 538, dice:
“Así, unas 19 pruebas documentales del Tetragrámaton en la forma jhwh testifican a este
respecto en cuanto a lo confiable del T[exto] M[asorético]; se puede esperar más, sobre todo de
los Archivos de Arad”.
(Traducción del alemán.)
; aunque hay que tener en consideración que esta última referencia realmente es muy
discutida y la gran mayoría de eruditos acepta como original el Tetragrámaton YHWH.
Referencias [editar]
1. ↑ Éxodo 3
2. ↑ Si el nombre de Yahvé era impronunciable, era también intraducible. No es
correcto lo que dicen algunos exegetas cuando afirman que los LXX traducen
Yahvé por Kýrios (Dominus). Ni los LXX ni la Vulgata traducen el nombre de
Yahvé, sino el de ´Adonay, que lo sustituía en la lectura. La única interpretación
semántica del nombre es la que hace Dios en la fórmula de la revelación: “Soy el
que soy”, sin el pronombre personal “yo” que emplean las versiones griega y
latina. “Así dirás a los hijos de Israel: SOY me envía a vosotros” (Éxodo 3, 14).
3. ↑ EnciclopediaCatolica.com/J/Jehovah.htm (Enciclopedia Católica en línea).
4. ↑ EnciclopediaCatolica.com/J/Jehovah.htm (Enciclopedia Católica en línea).
5. ↑ Gertoux.Online.fr/DivineName/FAQ/A09.htm (sitio de Gérard Gertoux.
Respuesta a la pregunta n.º 9: Today, is the pronunciation Yahweh widely
accepted? [La pronunciación Yahweh, ¿es ampliamente aceptada en la
actualidad?]).
6. ↑ EnciclopediaCatolica.com/J/Jehovah.htm (Enciclopedia Católica en línea).
7. ↑ La Atalaya anunciando el Reino de Jehová 1 de septiembre de 2007. Artículo:
El nombre de Dios en la música rusa.
8. ↑ DivineName.net (sitio web de Gérard Gertoux).
9. ↑ Gertoux.Online.fr/DivineName/FAQ/A14.htm (artículo en inglés: «Are the
two names Yah and Yahu, which are found at the end of some Hebrew proper
names, abbreviations of the Tetragram?», ‘Los dos nombres Iah y Iahu, que se
encuentran al final de algunos nombres propios hebreos, ¿son abreviaturas del
tetragrama?’).
10. ↑ Biblical Archaeology Review Vol.21 Nº2, Mar/Apr 1995, Queries &
Comments, The Tetragrammaton
11. ↑ ¡Despertad! 22 de enero de 2004. Artículo: Dios tiene nombre.
12. ↑ Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias), 1987,
Apéndice 1C "El nombre divino en antiguas Versiones Griegas", pág. 1559,
Editado por los Testigos de Jehová
13. ↑ Un total de 117 fragmentos de LXXP. Fouad Inv. 266 se publicaron en Études
de Papyrologie, vol. 9, El Cairo, 1971, pp. 81-150, 227, 228. Zaki Aly y Ludwig
Koenen publicaron una edición fotográfica de todos los fragmentos de este
papiro bajo el título Three Rolls of the Early Septuagint: Genesis and
Deuteronomy, en la serie “Papyrologische Texte und Abhandlungen”, tomo 27,
Bonn, 1980.
14. ↑ Noticia en Zenit.org.
15. ↑ El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, Cardenal Francis Arinze, envió una carta a las conferencias
episcopales del mundo en la que solicita no utilizar el término «Yahvé» en las
liturgias, siguiendo una directiva de Benedicto XVI. [1] [2]
16. ↑ conforme a un informe en el Israel Exploration Journal (Periódico sobre
exploraciones en Israel), volumen 13, núm.
17. ↑ Israel Exploration Journal (volumen 16, núm. 1)
18. ↑ (Biblical Archaeology Review [Revista de arqueología bíblica], marzo/abril de
1983, página 18.)
19. ↑ Óstracon IV de Lakiš,La Sabiduría del Antiguo Oriente, pág. 252
20. ↑ En 1873 se restauró la Estela Moabita, cuando se le añadieron vaciados en
yeso de porciones del texto que faltaban, y se expuso en el Museo del Louvre, en
París, donde ha permanecido. Se puede ver un facsímil de ella en el Museo
Británico, en Londres
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