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CAPITULO II.

TENSIONES EN PUGNA: LA CUESTION AGRARIA EN EL VALLE

DEL CAUCA

Durante la Hegemonía conservadora, 1880 a 1930, por medio de la constitución

del año 1886, se consolidó un régimen agrario con amplio beneficio para los

latifundistas de la época. Desde el siglo XVIII y durante la vida republicana se

dieron condiciones para la “legalización” de hectáreas, para la normal expansión u

ampliación de propiedades. En los inicios del siglo XX, con el cambio de poder

político entre los dos partidos tradicionales, conservador-liberal, se inicia una

época significativa, en cuanto a la reivindicación de tierras por parte del

campesinado en las zonas rurales más importantes del país. No fue ajena a estas

características la estructura agraria y de poder el Valle del Cauca 48. De gran

consideración fueron las distintas leyes expedidas durante la hegemonía liberal,

que culminarían en la Ley 200 de 1936, durante el gobierno López Pumarejo. Ley

que pretendió establecer una función diferente a la propiedad del suelo,

reduciéndose finalmente a una forma de aclarar y sanear títulos; dando inicio así a

una fase histórica de lucha por la tierra en Colombia bajo el referente de la Ley

200 de 1936.

Antes de referirnos a la situación específica en el Valle del Cauca, consideramos

necesario hacer una retrospectiva de los problemas legislativos que se


48
Por ejemplo, en 1931 el Gobernador del Valle señalaba que uno de los obstáculos para el
desarrollo Rural era “la vasta extensión de las propiedades que no tienen un uso económico
correcto [impidiendo] la explotación y valorización de la tierra”; Presidencia de la República,
Carpeta 23, Folio: 136. A.G.N, Bogotá.

3
presentaron durante los años 20´s e inicios de los 30´s, ya que son necesarios

para el análisis que haremos para nuestro departamento.

Elsy Marulanda nos señala que en la legislación republicana, desde 1874, se

había intentado establecer una política productiva para la adjudicación de baldíos,

la cual disponía el derecho de propiedad por medio del cultivo 49; de ahí en

adelante la historia de la legislación agraria de la era republicana empezó a

contemplar el problema del carácter de función de la tierra, basada en dos criterios

pugnantes: (1) El hecho jurídico de la inscripción del registro en donde la

propiedad es un derecho natural cuya función es servir al individuo y (2) el hecho

de la ocupación material en donde la propiedad tiene una finalidad social e impone

obligaciones por parte de quienes la poseen. Desde 1933 se notaba en algunas

de las declaraciones que hacían los miembros del liberalismo, como Turbay Ayala,

señalamientos en ese sentido:

“Vamos a llevar hasta los último extremos la revolución que

iniciamos en 1930. A organizar un régimen jurídico de la

propiedad que acabe con el latifundio e instituya las funciones

de la propiedad mas de acuerdo con los postulados del día”.50

Es notoria la emergencia de un nuevo discurso insinuante de la propiedad.

Cambio de aquel orden anquilosado en los postulados de los tiempos coloniales,

de ahí el panorama poco optimista expuesto por Francisco José Chaux en 1932,
49
La que podríamos calificar de una política implícita, ya que en la Ley 61 de 1874, en su Artículo 1
dice: “Todo individuo que ocupe terrenos incultos pertenecientes a la Nación, a los cuales no se
les haya dado aplicación especial, por la Ley, y establezca en ellos habitación y labranza, adquiere
derecho de propiedad sobre el terreno que cultive, cualquiera que sea su extensión”.
50
Correo de Cauca, Martes, Mayo 02 de 1933. Página: 03. Banco de la República. Santiago de
Cali. El subrayado es nuestro.

4
“hemos estado en situación permanente de incertidumbre

sobre la propiedad de la tierra […] la incertidumbre sobre la

propiedad de la tierra se advierte con solo ojear el Diario Oficial

en toda su extensión”.51

Estas declaraciones dejaban entrever que se avecinaba un cambio, que hoy por

hoy es recordado como un hito político en la historia de nuestro país, La Reforma

Constitucional de 1936, en la que se modificaron diversas disposiciones

constitucionales como: límites geográficos, división territorial, funcionamiento del

congreso, el carácter de la educación, disposiciones laborales y por supuesto, el

régimen de propiedad que desembocó en la Ley 200 de 1936.

1.0. Viejos Problemas No Resueltos

A comienzos del siglo XX y durante sus primeras tres décadas, se presentaron las

primeras organizaciones campesinas y también se mostraron los primeros

disturbios urbanos. El escenario que se conformó durante este período originó el

primer y más serio intento de una reforma agraria importante en Colombia. Ese

intento estaba cimentado en una combinación de desigualdades e injusticas

tensionadas con el crónico hecho de que la tierra al final de la “era cafetera”

(1880-1930) se hacía cada día más valiosa, pues el café se había convertido en el

producto de mayor rentabilidad, de ahí que el gobierno central decidiera aumentar

las inversiones públicas en infraestructura desencadenando así el aumento de

51
Memorias del Ministerio de Industrias al Congreso de la República en sus sesiones Ordinarias de
1934, Francisco José Chaux; Archivo del Congreso de la República, Imprenta Nacional, Bogotá,
1934. Página: 335.

5
valor de la tierra y creando las condiciones suficientes para una crisis del conflicto

agrícola, en cuyo panorama se vislumbraba un momento de crisis para la

hacienda y la tenencia real de la tierra.

Los campesinos habían empezado a amenazar el latifundio desde inicios de la

República pero las distintas leyes expedidas por los gobiernos no los había

favorecido52, los latifundistas habían logrado crear medios para alcanzar una

apropiación del trabajo campesino así como de los baldíos que tenían en disputa,

ya en 1924, el Ministro de Industrias, Diógenes A. Reyes, denunciaba la

apropiación de grandes extensiones por parte de los terratenientes:

“Las cualidades de las tierras baldías … han sido causas de

que resuciten antiguas escrituras de enajenación de tierras,

adjudicadas en tiempos de la Colonia, y abandonadas por

épocas larguísimas; o de que se aleguen mercedes y

concesiones ya caducadas en concepto de este Ministerio; o

de que se extienden los linderos de las fincas que poseen con

justo titulo a porciones comprendidas en los baldíos

nacionales; o de que resulten crecidos excesos denunciables

dentro de las adjudicaciones decretadas por el gobierno de la

República; o que se denuncien y embarguen en los juicios

ejecutivos los terrenos de la nación como propiedad de la parte

52
W. P. McGreevy, señala que “El sistema político de 1850 elimino varias instituciones tradicionales
que obstaculizaban la explotación de las masas rurales de manera que la libertad que proclamaban
las reformas era, en realidad, la libertad de las elites para aprovecharse las desigualdades
existentes y del monopolio del poder”. Historia Económica de Colombia 1845 1930. Tercer Mundo,
Bogotá, 1975. Página: 94.

6
demandada”.53

Es para este mismo periodo, años 20´s y 30´s, cuando la hacienda entra en crisis,

como señala Kalmanovitz, un proceso de ruptura con las formas de trabajo y el

desafío al poder de la hacienda54. Dicha crisis se debería, en gran parte, al gran

desarrollo capitalista que vivió el país, con particular notoriedad de 1925 a 1929,

en ese lapso se hizo necesaria la construcción de una infraestructura de

comunicaciones, vías y puertos, para así conectar el interior con el mercado

mundial, un mercado que se hallaba justificado con una fiebre de exportaciones y

más aun por un crédito externo que para 1927 estaba alrededor de US$ 67

´464.000 y que en 1928 la cifra llegaría a US$ 77´785.000 mas 1´600.000 libras

esterlinas con destino al Banco Hipotecario de Bogotá55. Con todo ello, surge un

gran requerimiento de trabajo asalariado para el desarrollo de las urbes, la mano

de obra, por supuesto escasa, saldría de las zonas rurales, ya que los salarios

reales serian, en forma determinante, superiores a los registrados por las

haciendas, resaltando que los jornales más altos se hallaban en las obras

publicas56. La situación para la hacienda se pondría más grave aún, cuando el

53
Memoria del Ministro de Industrias, Diógenes A. Reyes, Imprenta Nacional, 1924. Página: 63.
54
Ver: Kalmanovitz, Salomón. El Desarrollo de la Agricultura en Colombia. Carlos Valencia
Editores. Bogotá, 1982. También: Marulanda, Elsy, Colonización y Protesta Campesina. Tercer
Mundo Editores. Bogotá, 1991. “para los años 20 y 30 los conflictos predominantes van a enfrentar
a los grandes hacendados contra el campesinado. […] los conflictos entre las elites […]
desaparecieron […] éstas unificaron sus intereses económicos y superaron sus contradicciones”.
Página: 74-75.
55
Ver: Kalmanovitz, Salomón. El Desarrollo de la Agricultura en Colombia. Carlos Valencia
Editores. Bogotá, 1982. Ortiz Herrera, Ángel Eulises, Historia Agraria de Colombia, 1926-1930 o el
Fin de la Hegemonía Conservadora, Tomado de la Web el día 27 de Octubre de 2008.
56
Ibíd., Kalmanovitz, “el salario paso de $0.70 en 1924 a $1.01 en 1927”, página: 28. Ver también:
Ortiz Herrera, argumenta que el promedio del jornal en 1928 se hallaba en $1.20.

7
desarrollo urbano e industrial empezó a demandar productos agrícolas y esta fue

incapaz de responder a tal llamado.

Para 1926, el Congreso aprobó la Ley 74 de 1926, con la que se intentaba abrir la

frontera agrícola y paralelamente dar vía al poderoso desarrollo del capital, con lo

que se empezaría a desfavorecer a los presuntos propietarios ya que los títulos de

propiedad fueron puestos en duda; pero lo que realmente alarmaría a los

productores agrícolas sería una ley de emergencia en la que se permitiría la

importación de alimentos para abastecer a la naciente urbe del país, con lo que los

afectados señalarían su inmediata inconformidad puesto que no se hallaban en

condiciones de competir con los bajos precios de otros países, esta emergente ley

no duraría mucho. La llegada de la Crisis de Wall Street o el Crack de 1929,

presentaría un panorama aun más crítico para la hacienda, como consecuencia

del licenciamiento masivo de obreros en las obras publicas, los campesinos que

retornaban nuevamente al campo reclamaban: el fin de los servicios gratuitos en

las haciendas, pago de salarios iguales a los de las obras publicas y el derecho a

sembrar cultivos de mercado en los lotes de pan coger. No se puede negar que

habían tenido un contacto directo con huelgas y agitadores propios de las urbes,

de ahí la exigencia de mejores salarios y un papel menos servil en el escenario

rural57. Al respecto Pierre Gilhodes dice lo siguiente:

“la crisis se extendió a otras regiones: las zonas cafeteras del

Tolima, las grandes haciendas del Valle del Cauca

57
Bajo éstas circunstancias se crea la “Liga de Defensa” con la pretensión de que sirviera como
mediadora en los conflictos presentados entre los campesinos y propietarios.

8
[particularmente Roldanillo y Buga] donde las peticiones de

alza de salarios y los conflictos sobre el uso de parcelas de

subsistencia fueron característicos”.58

Son los cambios económicos y políticos propiciados por los comienzos de la

industrialización (años 20´s), en cuanto al problema de asegurar abastecimientos

agrícolas abundantes y baratos para las ciudades, que pusieron en primer plano la

cuestión agraria y que le dieron un nuevo contenido a las luchas por la tierra ya

que los imperativos del crecimiento económico comenzaron a asociarse con la

necesidad de reformar la estructuras de la tenencia de la tierra.

Para algunas administraciones en el Ministerio de Industrias se había vuelto

evidente que las constantes invasiones se debían fundamentalmente a la

existencia de predios muy grandes sin explotar y casi siempre consolidados de

manera ilegal. Uno de los ministros de industrias que mayor énfasis hacía de las

circunstancias era Francisco José Chaux (1933) quien reconocía parte de las

causas del “problema de las tierras” con lo que delimita:

“Desde hace algunos años viene presentándose en el país con

numerosa frecuencia serios conflictos agrarios que, en un

principio inconexos e independientes, muestran ahora un ritmo

genérico que tiende a crear un estado de alma colectivo en

torno del problema de las tierras. La repetición de estos

conflictos, al paso que sitúa grandes masas campesinas en

58
Gilhodes, Pierre. Las Luchas Agrarias en Colombia. Editorial La Carreta, Medellín, 1972. Página:
35.

9
posiciones desventajosas para la economía y la tranquilidad

nacional, ha servido para despertar vívidamente en la

conciencia pública la preocupación por este problema, que ya

se considera como uno de las mas ponderosas atenciones que

embargan el espíritu del país. Tanto en las corporaciones

legislativas y en el Gobierno como en la prensa, en la política y

en la sociedad, se percibe una saludable agitación, que se ha

apoderado de los conflictos de la tierra y busca afanadamente

las soluciones que puede convenirle”.59

El problema, estructural era la forma de la tenencia de la tierra, que básicamente

se encontraba en disputa por los latifundistas, que basaban la producción en

grandes extensiones de tierra (de las cuales no todas eran explotadas y cuyos

títulos de propiedad eran de dudosa legitimidad); y por campesinos (arrendatarios

y colonos) que tenían un modo alternativo basado en un sistema de parcelación

de tipo familiar. Este último modelo fue el que, primordialmente, causó el

resquebrajamiento de la hacienda, pues los arrendatarios empezaron por poner en

tela de juicio la legitimidad jurídica de los títulos de los latifundistas por medio de la

posesión de terrenos que denominaron baldíos, ya que el desmonte fue la

justificación para tal denominación junto con la explotación o productividad que

podían realizar, además de que la legislación agraria vislumbraba la necesidad de

impulsar la productividad de la tierra o la funcionalidad que debe tener la

59
Ibíd., Francisco José Chaux, 1934. Página: 359.

10
propiedad en la economía de una nación, el entonces Ministro de Gobierno Darío

Echandía, aducía que

“El gobierno no admite que el derecho de propiedad no

represente una finalidad social; que no es partidario de abolir la

propiedad privada sino de cambiar el concepto individualista

que hoy existe en el concepto social y que no protegerá las

propiedades que no realicen una función social”.60

Para 1935, la propuesta de una ley al régimen de propiedad, ya era bien recibida

por las comisiones de estudio de la Reforma Constitucional en 1935, incluso, ya

venía siendo discutida desde hace algunos años, pues según Catherine LeGrand,

en 1933 el Ministro de Industrias Francisco José Chaux, había presentado a la

Cámara un proyecto de ley sobre dominio y posesión de tierras, a este se le

considera como el ensayo de una reforma al régimen de tierras, muy cercano en

intención a la posterior Ley 200 de 1936, pues éste planteaba, básicamente, el

trabajo como elemento primordial de una definición del principio de propiedad. De

ahí que algunos sectores señalaran que el gobierno liberal transitaba por

vericuetos caminos que conducirían al caos vivencial. En el diario conservador del

Valle, Correo del Cauca, se leía que:

“[…] una mayoría liberal en ella significaría el implantamiento

de una legislación atea y que vendría a atentar contra el

derecho de propiedad a subvertir todo lo bueno de nuestra

legislación, y de allí que todas las fuerzas representativas del

60
El Relator. Santiago de Cali, Diciembre 04 de 1935 y Marzo 31 de 1936.

11
orden y de la Libertad de la justicia se congregaran para

oponerse al triunfo de un Partido que lleva como ideal la

destrucción de la República Cristiana”

“el desconocimiento del derecho de propiedad son los

basamentos en el que el liberalismo colombiano levantará el

nuevo edificio constitucional”.61

2.0. El Valle No fue Ajeno al Conflicto Agrario

El departamento del Valle

“experimentó un crecimiento rápido después de 1915 cuando

se completó el Canal de Panamá y el Ferrocarril que

conectaba a Cali con el Puerto de Buenaventura y se abrió la

Costa Pacífica de Colombia al comercio internacional”.62

Se aprecia que hubo iniciativa departamental en las tres primeras décadas del

siglo XX, en cuanto al desarrollo de la estructura vial del departamento.63

Con el surgimiento del Ferrocarril del Pacifico en las zonas más dinámicas de la

economía del Valle del Cauca, el transporte fluvial perdió cierta importancia.64

61
Correo del Cauca, Mayo 01 de 1933, Página: 03; Viernes 05 de Mayo de 1933, Página: 03.
Banco de la República, Santiago de Cali. El subrayado es nuestro.
62
LeGrand, Catherine. Colonización y Protesta Campesina en Colombia, 1850 – 1950. Centro
Editorial de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá,1988. Página: 161
63
Arroyo, Henry. Empresarios en Cali, 1920-1930. Tesis en Historia, Facultad de Humanidades,
Universidad del Valle, Santiago de Cali, 1991. Página: 16
64
Ver: Oscar Almario. Sociedad Política y Cultura en la Formación del Valle del Cauca, 1910-1940,
Tesis de Maestría, Universidad del Valle. En esta se discute de manera amplia la importancia del
Ferrocarril para el Valle del Cauca.

12
Años después, el proyecto para la construcción de la carretera Central del Valle le

quitó importancia al ferrocarril hasta desplazarlo en un gran porcentaje. El año de

1934 incide notoriamente en el futuro desarrollo vial departamental; se establece

el plan general de carreteras y caminos en el Departamento y se creó el Concejo

Departamental de vías de Comunicación.65

La carretera Central del Valle y otras obras como Cali-Candelaria, el Puente

Carlos Holguín, el Muelle Malecón y la Carretera Cali-Buenaventura fueron

construidos con dineros del erario público en predios de las haciendas para buscar

la salida de los productos del Valle hacia otras regiones del interior del país y, lo

más importante, hacia el exterior de la precaria nación colombiana.

Para estas primeras décadas del siglo XX, el sector de la parte nororiental del

Departamento del Valle, tuvo un papel de liderazgo por parte de la colonización

antioqueña, la cual avanzaba

“firmemente hacia el sur, a lo largo de la cordillera occidental.


Balboa, fundado como municipio en 1907 […] ha sido seguido
de una docena de poblados posteriores […] entre estos se
hallan Trujillo y los corregimientos de El Cairo, Albán, La María,
Betania, El Águila y el Porvenir. Todos están en las lomas de
las vertientes de la misma cordillera tanto tiempo desdeñado
por el pueblo de la llanura. Algunos como Versalles y Restrepo,
están después de atravesar la línea de La Cumbre, dentro de
la hoya del Pacifico, limitados hacia el oeste por la selva virgen
y lluviosa de las hoyas bajas y húmedas de Calima y San
Juan.”66
65
Archivo de la Gobernación del Departamento del Valle, Ordenanza No.: 13, 1934
66
Parsons, James. La Colonización Antioqueña. Ediciones Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá, 1986. Página: 115

13
Se presentó una espiral de poblaciones en conflicto por la tierra, al parecer muy

ligadas al crecimiento poblacional que se tenía de 1905 a 1936 (Cuadro

Poblacional), en los que se puede caracterizar que la mayoría de la población en

las zonas era de origen antioqueña y caldense, y que la mayoría de los

hacendados y terratenientes de la parte plana tenían grandes inversiones en la

parte norte del departamento, recordemos que el vapor o la navegación por el rio

Cauca daba indicio de aquellas inversiones, como las realizadas por los Garcés,

así como por Santiago Eder67.

Cuadro 01. Índice de Crecimiento Poblacional del Valle Del Cauca, 1905 a 1938. Construida a
partir de los datos suministrados en: Almario, Oscar. Sociedad Política y Cultura en la
Formación del Valle del Cauca, 1910-1940. Tesis de Maestría. Universidad del Valle.

Esta gama de actores sociales se caracterizaban por diversos métodos para


apropiarse de la tierra ya que:
“La Lucha por la tierra cobró plena fuerza entre 1910 y 1940

cuando a la manipulación del Conflicto Agrario se sumó la

escasez de terrenos en el plan debido al desarrollo de la


67
Ver: Hernández, Gustavo. Configuración del Valle del Cauca desde lo Político Administrativo.
También: Valencia, Galia, La configuración Política del Departamento del Valle, 1886-1910,
Departamento de Historia, Facultad de Humanidades, Universidad del Valle.

14
agroindustria azucarera”.

De este modo los hacendados recurrieron al cercamiento de baldíos como nos

dice LeGrand:

“muchos hacendados con títulos coloniales en las tierras

planas de los valles comenzaron a cercar también baldíos en

las montañas. Estas entre los propietarios de las fincas

ganaderas, azucareras y cafeteras y los centenares de

colonos antioqueños, quienes recientemente se habían

desplazado hacia el sur en esa región”.68

A diferencia del Tolima y Cundinamarca, donde hubo reivindicación colectiva por la

tierra, en la zona montañosa al norte del departamento del Valle, adquiriendo

carácter individual mediada por adhesiones partidistas de tipo clientelista. En el

sector rural las elites liberales y conservadoras manipularon los procesos

electorales, al tanto de lograr difundir el sectarismo político entre los mismos

colonos para que pelearan por un gamonal o un cacique.69

Es importante resaltar que el conflicto se presentó en un momento de cambio de

hegemonía, lo que hizo que se vinculara a agentes locales de poder central en la

presión desde lo físico administrativo para parcializar fallos de pleitos agrarios

para estimular hacia el cambio de filiación partidista. La respuesta de los

supuestos propietarios a la popularización de la colonización fue el desalojo a

través de pleitos sin demanda70. En 1932 se mantenían “ocupaciones en muchos

68
LeGrand
69
LeGrand. Pp.: 207
70
LeGrand. Pp.: 165-66

15
municipios del Valle incluidos Ansermanuevo, Toro, Obando, Cartago, Caicedonía,

Rio Frio, Pavas”71, en el mapa siguiente se pueden estimar los nudos o

concentraciones de conflictos, así como ver los corredores por los que transitaban

los colonos en su avanzada por los baldios.72

71
LeGrand. PP.: 161-62
72
Mirar en anexos, al final del texto, los listados que se sacaron de los reclamos de ejidos en el
valle del Cauca.

16
17
Fue la finca cafetera la que contribuyó a la consolidación de la economía

exportadora, como también al desarrollo en materia de infraestructura:

“Desde finales del siglo pasado, probamente desde finales

de la década de 1870, hasta el comienzo de la década de

1930 se habían constituido alrededor de unas 20.000

pequeñas fincas cafeteras en las vertientes de las Cordillera

Occidental y Central. Este proceso se acentuó debido a las

condiciones que se iban creando en torno a la economía del

café, construcción de caminos, otorgamiento de créditos,

extensión de la red del ferrocarril […] la exportación de café

al lado del influjo de capital extranjero constituyó la elevación

económica de la Colombia de la posguerra”.73

En medio de las guerras del siglo XIX, las haciendas y propiedades de familias

como los Cabal Galindo, Rivera Escobar, Francisco A. Vásquez y Santiago Eder,

sin olvidar, por supuesto a los Carvajal, mejoraron su productividad, además de

haberse reubicado. Otras familias hacendadas vieron caer sus producciones y

cultivos así como perder sus posesiones sobre la tierra. No olvidando que en la

disputa por la tierra se involucraron desde hacendados tradicionales (como lo eran

los residentes en Popayán) hasta algunos nuevos, entre ellos extranjeros, como lo

eran los Simmonds, Cerruti, Blum, Eder, Sardi.74

73
LeGrand, pp. 129
74
Ver: Torres del Rio, Cesar. Grandes Agresiones Contra Colombia, Ediciones Martínez Roca,
Bogotá, 1994.

18
Lo expuesto por varios autores citados indica la coexistencia de economías de

subsistencia campesina con la gran propiedad hacendataria. Fue desde finales de

siglo XIX y durante las tres primeras décadas del veinte, cuando se fortaleció la

agroindustria azucarera en el Centro y Sur al igual que la actividad exportadora de

Ganado en el Norte y Sur del Gran Cauca.

Se presentó paralelamente la formación de un sector de clase, en el que se

“entrecruzaron” los intereses tradicionales con los de algunos inmigrantes

extranjeros, formando un sector de clase solido con proyectos claros de desarrollo

económico empresarial.75

La segunda mitad de la década del veinte y primera del treinta son de Depresión

Económica y muchos sectores de la población que emigraron hacia las ciudades

en los años diez y principios de los veinte para trabajar en obras públicas,

“ahora los hacen pero hacia el campo”76. “Durante estos años

los precios internos de los alimentos se elevaron

desenfrenadamente. Entre 1923 y 1929 los precios de los

productos agrícolas aumentaron en más del 100%... la

respuesta del gobierno instituyo la Ley de emergencia

Número: 3 de 1926”.77

Las cosechas de frutos alimenticios, que en términos generales era buena,

distaban mucho de ser autosuficiente para el consumo, debido a la restricción de

cultivos, por el alza de jornales. Los jornales pagados variaban bastante, mientras
75
Ver: Correo del Cauca, Santiago de Cali, Junio 09 de 1925, página: 01.
76
Correo del Cauca, Septiembre 30 de 1930, página.: 06. También ver: Mensajes del Gobernador,
Archivo Gobernación del Valle, 1931, página: 08.
77
LeGrand, Pp: 134.

19
que en Nariño a los peones de la agricultura se les pagaba $0.30 a los de

Manizales y Pereira se reconocía entre $1.20 y $1.6078. Para 1929 como

consecuencia del licenciamiento masivo de obreros en obras públicas, muchos

campesinos debieron regresar al campo –lugar del que habían salido por motivos

salariales-, así que a su regreso se puede intuir que habían tenido un contacto

directo con las huelgas y movimientos de reivindicación, llevando “ideas

sediciosas”, como lo fueron, mejores salarios, mejora en las condiciones laborales

y un papel menos servil y pasivo frente a los desmanes de sus patronos.

En 1931, un mensaje del gobernador del Valle del Cauca, revela una situación de

brazos caídos en la población de Buenaventura por la finalización de la obra del

muelle del Malecón, así como por la innovación tecnológica en el muelle en las

actividades de cargue y descargue.79

Desde el Ministerio de Gobierno, Carlos E. Restrepo desde Bogotá, dirigió a los

señores gobernadores un oficio, en el cual expresó su preocupación por la

angustiosa situación laboral del país, ordenando un vasto plan a través de los

gobernadores.

“[…] permítame indicarle la conveniencia de reunir en la

gobernación de ese Departamento a un grupo de las personas

más capaces y de mayores recursos para ponerles de presente

la posibilidad de incrementar las obras publicas y particulares,

78
Ver: Ortiz Herrera, Ángel. Historia Agraria de Colombia, 1926-1930 o Fin de la Hegemonía
Conservadora. Tomado de http://www.villarica.galeon.com/, el día junio 26 de 2009.
79
En los archivos de “Mensajes del Gobernador” se encuentra que después de inaugurada la obra,
se empezó a sentir en el municipio de Buenaventura cierto malestar producido a causa de la
carencia de Trabajo. Archivo Gobernación del Valle, 1931. Página: 08.

20
de emitir empréstitos internos para aquellas y de emprender las

ultimas en las ciudades y los campos”.80

Se evidenciaban varios aspectos como:

• El no deslinde entre los grupos económicos pujantes y las acciones de la

intervención estatal.

• El reconocimiento desde el Gobierno Central de una inminente crisis social.

• Reconocimiento de que el Estado debe buscar las soluciones que permitan

Indica, a su vez, la necesidad de volver a emplear numerosos obreros en el

fortalecimiento de la infraestructura vial.

Todo esto ayudó a que se propendiera el establecimiento de colonias agrícolas

para integrar delincuentes, vagos y desempleados a la actividad agrícola. Casi

siempre éstas colonias favorecieron el entorno colonizador de otros grupos de

personas en busca de una franja de tierra para cultivar y vivir. Sin embargo, el

proceso de titulación de los predios en querellas fue lento y demorado. Por

Ejemplo: una cesión de 5000 hectáreas de tierras concedidas al Departamento del

Valle del Cauca por la vía de la Ley 42 de 1920 fue ordenada ocho años después

a través de la ordenanza No.: 33 del 04 Mayo de 1928.

Vale la pena aclarar que esta legislación de colonias pro-agrícolas se gestó

durante los años diez y veinte, ratificándose su despliegue hacia los años treinta.

No obstante la realidad es que una década después de ser promulgada la ley, se

hizo efectiva en la región, a pesar de los terrenos estar ocupados de hecho desde

años anteriores.
80
Mensajes del Gobernador, Archivo Gobernación del Valle, Santiago de Cali, 1931. Página: 09.

21
2.1. Ciertos Conflictos significativos entre 1920-1932 en el Valle del Cauca

En el Valle del Cauca la tierra también fue objeto de disputa, tal vez no con la

misma intensidad que registraron otras regiones y departamentos. Se presentaron

invasiones en Cali, Dagua, Candelaria, Yotoco, Restrepo, Buga, La Cumbre,

Palmira, Obando Cartago, Jamudí, entre otras localidades, que generaron

conflictos significativos motivando una política agraria por adjudicación de tierras.

Las quejas y peticiones fueron constantes. (Ver: Anexos 01. Tabla de

Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1934 – 1938.)

Entre 1918 a 1926, y de acuerdo a las leyes 110 de 1912 y 71 de 1917, la

Gobernación del Valle, otorgó a 566 peticionarios cerca de 11.146 hectáreas, la

Ley 71 señalaba en su Artículo 1 que:

“Toda persona que como colono o cultivador, quiera adquirir


título de propiedad sobre los terrenos baldíos en donde haya
establecido casa de habitación o cultivos artificiales, tales como
plantaciones de café, cacao, caña de azúcar y demás de
carácter permanente o sementeras de trigo, maíz, arroz, etc.,
en una extensión no mayor de veinte hectáreas y sobre otro
tanto de lo cultivado deberá solicitar la adjudicación respectiva
por medio de un memorial de denuncio, dirigido al Gobernador
del departamento en que está ubicado el terreno o al
Intendente Nacional, según el caso.”81

81
Diario Oficial. Cuarto Trimestre de 1917. Archivo del Congreso de la República. Bogotá. Página:
345.

22
Como se observa en el artículo anterior, la ley tenía por objeto estimular la

conformación de pequeños productores campesinos, entre menores de 20

hectáreas, pretendiendo que los pequeños cultivadores tuvieran un acceso a la

tierra, pero las adjudicaciones registradas demuestran la poca efectividad de la

ley. Los resultados reales fueron bastante precarios: 10.619 hectáreas en 638

adjudicaciones en un lapso de tiempo entre 1912 y 1917, con un promedio de 16

hectáreas por adjudicatario82. La situación no fue distinta entre 1918 y 1926 (Ver

cuadro: 02. Adjudicaciones Valle del Cauca, 1918-1926). De 11.145 hectáreas y

566 peticiones las adjudicaciones oscilaron entre 19 y 20 hectáreas por

adjudicatario un poco más frente al promedio que se registraba anteriormente,

1912 -1917. Pero observamos que el número de adjudicatarios disminuyó (1918-

1926) mientras las hectáreas adjudicadas registraron un pírrico aumento con sólo

526. Demostrando que las variables que se presentaron en un nuevo periodo y

con la expedición de una nueva ley no fueron muy diferentes.

Cuadro 02. Adjudicaciones Valle del Cauca 1918-1926.


Elaborado por David Velasco y John Alejandro Gutiérrez, a partir de los datos extraídos de
las adjudicaciones hechas entre 1918 a 1926. Ministerio de Fomento-Baldíos. Archivo
82
Al respeto véase: Benítez Vargas, Regis Manuel. Gestión y Resultados de la Reforma Agraria
en Colombia. Contraloría General de la República. Bogotá, D.C., 09 de Junio de 2005. Tomado de
internet el día: 17-05-2007.
http://www.contraloriagen.gov.co/html/RevistaEC/pdfs/309_2_5_La_reforma_agraria_en_colombia_
vigente_y_por_hacer.pdf

23
General de la Nación.
NUMERO DE
MUNICIPIOS PETICIONES EXTENSIONES
Alcalá 2 36 Hectáreas
Ansermanuevo 80 1579 Hectáreas con 5000Mts
Buenaventura 6 180 Hectáreas
Buga 10 166 Hectáreas
Bolívar 29 570 Hectáreas
Cartago 324 6375 Hectáreas
Cali 65 1284 Hectáreas
Dagua 3 58 Hectáreas
Guacarí 1 20 Hectáreas
Pavas 2 20 Hectáreas con 5000 M2
Roldanillo 8 160 Hectáreas
Rio Frio 4 80 Hectáreas
San Pedro 1 20 Hectáreas
Yotoco 22 416 Hectáreas
Zarzal 1 20 Hectáreas

TOTAL 566 Adjudicatarios 11.145 Hectáreas

Más tarde con las leyes 185 de 1920 y 47 y 74 de 1926, se inicia, con la primera

una intención de titulación de hasta 2500 hectáreas para ganadería y 1000 para

agricultura, las grandes adjudicaciones fueron tenidas en cuenta pero solo para

lograr un fortalecimiento y conformación de grandes propietarios; con las otras dos

se pretendió animar la colonización de baldíos entre colonos y cultivadores

fomentando la agricultura y la inmigración con lo que se empezaba a moderar los

procesos de colonización campesina.

En 1928, según las cartas enviadas de la Gobernación al Ministerio de Fomento-

Baldíos, se presentaban quejas por parte de los funcionarios, en las que

24
señalaban que muchas de las adjudicaciones de baldíos habían sido revocadas

por los alcaldes locales,

“Más de cien colonos han solicitado adjudicaciones de terrenos


baldíos ubicados en el municipio de Rio Frio. La Gobernación
ordenó enviar las diligencias al respectivo Alcalde con el fin de
que certificara la buena reputación de los declarantes y si
sobre si dichos lotes eran reconocidos como baldíos. Hoy han
sido devueltas todas esas diligencias con un certificado del
señor Alcalde en el cual manifiesta que se abstiene de certificar
sobre la buena reputación de los declarantes y sobre su
vecindad, lo mismo sobre si dichos lotes son o no, baldíos, por
cuanto no conoce ni personalmente a los declarantes y que no
sabe si dichos lotes sean o no baldíos, por cuanto se están
practicando deslindes cuya línea no se conoce todavía.
Además el señor Ricardo Rivera E., como apoderado de su
padre Don Gabriel Rivera M., se opone a que se declaren
dichas adjudicaciones por cuanto dice que todos esos lotes de
terreno se encuentran comprendidos […] dentro de la Hacienda
La Cuanca [puesto que] los linderos expresados en las
escrituras de venta otorgadas en Buga [así como] del plano
trazado por los ingenieros que practicaron el deslinde y
amojonamiento, separando esos terrenos de los baldíos de la
Nación, así lo han demostrado.”83
Aunque en el caso anterior cabe anotar que en un informe enviado por el Inspector

de Trabajo, Mateus Seravia, de Tulúa, informa que la Hacienda Cuanca se

83
Tomado de: Ministerio de Fomento-Baldíos. Santiago de Cali, Enero 04 de 1928. Tomo: 68,
Pagina: 243. Archivo General de la Nación. El subrayado es nuestro.

25
encuentra “tristemente abandonada”, lo cual hace suponer a las autoridades del

gobierno que ese motivo había propiciado invasiones ya que esos terrenos habían

sido dados por baldíos por los colonos asentados.

Otro caso de idénticas similitudes se presentaba con el Alcalde de Zarzal, en

donde nuevamente el opositor era Ricardo Rivera apoderado de Gabriel Rivera.

“[…] ocurre que hoy día el jefe de la sección de baldíos tiene


para resolver más de 150 asuntos (pequeñas adjudicaciones),
en las cuales el señor Alcalde municipal de Zarzal manifiesta
que los testigos no le son conocidos y que por los informes de
personas de notorio abono, no existen terrenos baldíos en ese
municipio […]”84
Es claro que el Alcalde se abstuvo de hacer la adjudicación debido a una falta de

conocimiento en cuanto a terrenos considerados baldíos en su jurisdicción

territorial. Aunque es de resaltar que las quejas de los funcionarios van

encaminadas a saber qué hacer en estos casos o con estos asuntos, es decir, si la

Gobernación con dichos certificados debe decretar o negar la adjudicación. Por lo

que se nota cierta deficiencia por parte de las leyes para esta clase de

adjudicaciones, sobre todo cuando se presentan oposiciones por parte de notorios

personajes locales.

Así mismo, podemos constatar en un telegrama enviado por un


representante de colonos, Daniel Hoyos, en donde señalan que:

“Mas de 400 colonos cultivadores de terrenos reputados

84
Ministerio de fomento de baldíos. Santiago de Cali, Enero 25 de 1928. Tomo: 68, pp: 241-242.
Gobernación del Valle. Relacionado con el expediente de adjudicaciones de pequeños baldíos al
Ministerio de Industrias. Bogotá. Archivo general de la nación.

26
baldíos nacionales hanse establecido desde más de veinte -20-
años su mayor parte “descuajaron selvas vírgenes que servían
de morada a fieras, peligrando vidas hanlas convertido en
fuente de riqueza para departamento Valle, Nación; hoy
extraese abundantísimos productos café, plátano, panela de
azúcar, ganaderías lanar cabalgar, cerda, vacuno, agricultura,
hortalizas toda clase para consumo mercados, donde tiene
también sus casas de habitación. Cuando terrenos estado
producción hallabanse, abriosele codicia latifundista Emilio
Quintero llamándolos pertenecientes su propiedad antigua
Hacienda La Merced, ubicada circuito Roldanillo […]
lanzamiento ocupación de hecho pidió protegieralo entidades
Ramo administrativo. Llevándose de calle. Las fiscales, civiles
favorecedoras colonos, estos encuentranse consternadisimos
por lanzamiento decretado, verificarlo posesión. Ante
Gobernación Cali ventilanse solicitudes varios colonos sobre
adjudicación pequeños lotes, a titulo cultivador mismo terrenos.
Comentase multitud colonos, ignorancia, enviscares defender
derechos sacrificando vidas, día lanzamiento. Honor Patria,
apoyo pobres cultivadores, solicitamos respetuosamente tome
medidas protección. Firman: Daniel Hoyos G.; Rosendo
Echeverría; José Guarín; Francisco Arias; Pastos Cortez; Víctor
Ocampo; Pablo Emilio Ospina L.; Ramón Arboleda y otros”85

Por lo que el ejecutivo nacional, para evitar este tipo de casos, expidió el Decreto

1144, decreto que ordenaba que los expedientes de menores adjudicaciones se

85
Ministerio de fomento-baldíos. La unión, Junio 05de 1929.Tomo:69 pp205 A, B y C. Archivo
General de la Nación. Bogotá.

27
archivaran en el Ministerio, así no serian devueltos a las Gobernación. A lo que

algunos funcionarios opinaron que

“los colonos son agentes que habitan en sus finquitas, lejos de


las poblaciones, son personas ignorantes y rusticas a quienes
se les dificulta todo […] el Ministerio podría seguir enviando a
esta oficina las diligencias de pequeñas adjudicaciones y una
vez que se haya hecho registrar la Resolución Ministerial, se
envían los expedientes a ese Ministerio para que sean
archivados. De esta forma se cumple con el Decreto y al Propio
tiempo se les facilita a los colonos el medio para adquirir sus
títulos de propiedad”.

La desproporción en cuanto a tierras adjudicadas de menor y mayor cuantía se

muestra para el año de 1931, en donde:

“se hicieron por el Ministerio de Industrias nueve

adjudicaciones de Mayor Cuantía (de más de 20 Hectáreas) con

una extensión total de 4576 hectáreas con 5346 mts2; durante el

mismo año de 1931 se hicieron treinta y seis adjudicación de

Menor Cuantía (de 20 o menos hectáreas) de 648 hectáreas con

7389 mts2”86.

El promedio de adjudicaciones de menor cuantía (menos de 20 hectáreas) no

hallaron prosperidad en muchas de las peticiones de adjudicación presentadas,

86
Ministerio de Fomento. Tomo: 76, Bogotá, Febrero 17 de 1932. El oficial archivero del
Departamento le dirige una carta al jefe del Departamento de Baldíos. Archivo General de la
Nación, Bogotá. Página: 69.

28
debido en muchos casos a la ignorancia del colono al momento de presentar la

petición o en otros porque los opositores encontraban eco en las autoridades

locales, quienes les reconocía el derecho de dominio.

Los conflictos por tierras baldías se presentaron en casi todos los municipios, en

donde la atestiguación por parte de terceros, ya que las autoridades locales eran

más cercanas a los terratenientes de ahí el “aparente” desconocimiento por parte

de las autoridades locales de las tierras que los colonos reclamaban como

baldías.

Las adjudicaciones por menor cuantía en muchos casos tendían a desmembrar

grandes fracciones de tierras; algunos colonos utilizaron tácticas para hacerse

con más cantidad de tierra. Carlos Echeverri Cortez señala que en muchas

ocasiones

“la adjudicación de pequeños lotes baldíos presentan muchas


irregularidades […, y] el alcalde no se presenta en muchas
ocasiones a la diligencia la hace a veces desde la oficina […]
En ninguna de esas entregas se cita a los colindantes para que
presencien el terreno que se pretende adjudicar existen otros
dueños legítimos que por no haber sido citados y haber sido
hecha la diligencia sin su conocimiento, no se han dado cuenta
de las pretensiones de peticionarios de baldíos. En la Mayoría
de los casos los tres testigos que concurren a la información
sumaria, son ex profeso o que aquí llamamos comprados y
como el juramento se volvió cuestión secundaria […] esos
testimonios no se rinden por conocimiento sino unas veces por
interés pecuniario y otras por consideración al amigo, al
compadre, etc. Otra de solicitar los baldíos consiste en dividir

29
un gran lote en otros pequeños y hacer que estos sean pedidos
en adjudicación por varios miembros de la casa, aunque estos
sean menores de edad”.87

Estos son muchos de los señalamientos que hacen las partes opositoras al

momento en que un colono presentaba solicitud para una adjudicación de Menor

Cuantía, señalan que en muchas ocasiones los terrenos solicitados para

adjudicación no eran baldíos y que los solicitantes eran conocedores de ese

hecho88.

Pero por otro lado, los colonos aducían que los alcaldes locales se hacían

cómplices de los terratenientes, además de presentar falsos testigos que

ayudaban a propiciar el desalojo. La amenaza de ir a la cárcel por negarse a

desalojar era un arma bastante efectiva que se utilizaba para presionar a los

colonos, tal y como se demuestra en el testimonio de Eusebio Victoria y otros,

quienes se quejan contra el señor Cristóbal Uribe por haberlos despojado de sus

87
Ministerio de Fomento-Baldios.Tomo:70. Tulúa, Octubre 21 de 1930. Página: 36. Archivo General
de la Nación. Bogotá.
88
Ministerio de Fomento-Baldíos. Tomo: 69. Páginas: 256. Santiago de Cali Febrero 06 de 1929.
Carlos Holguín en una carta de dirigida al Ministerio de Industrias señala que “tiende a
generalizarse en algunas regiones del Departamento, en sentido de denunciar como baldíos
terrenos de propiedad particular dándoles otro nombre en la solicitud de adjudicación para evitarse
oposiciones de los legítimos propietarios. Archivo General de la Nacion. Bogotá.

30
cultivos que ha título de colonos tenían en el Municipio de Cali.

“[…] ha sido vulnerado hasta la crueldad por alcaldía este distrito


con aprobación gobernación este departamento señor Cristóbal
Uribe llamándose propietario de tierras cultivadas, probando
propiedad con testimonio jurado tres empleados suyos con
aprobación Alcaldía como si propiedad bienes raíces pudiera
acreditarse esa manera ha intentado querellas policía contra
nosotros aprovechándose ordenanzas este Departamento en
tales juicios nunca, absolutamente nunca hemos tenido razón en
nuestras peticiones todo se nos ha negado en cambio uno de
nosotros ha logrado recursos para solicitar adjudicación y
pasado negocio a conocimiento jueces ha logrado comprobarse
que Uribe no tiene derechos de propiedad como sostiene en
Alcaldía con aceptación autoridad municipal literatura oficial y
legal hacia especial protección fomentadores agricultura y
defensa derechos colonos es letra inútil ante realidades como

31
estas no solo se nos condena a abandonar nuestros cultivos
llevando hambre a nuestras familias sino que estamos
condenados a pagar cien días de cárcel por el delito de haber
trabajado donde se crea una Ley para castigar el trabajo y ella
se aplica rigurosamente contra miserables colombianos como
nosotros, es una vergüenza vivir y posiblemente la iniquidad
haga daño algún día a los verdugos de hoy. Angustiosamente
pedimos a ustedes nos amparen contra los abusos, pedimosles
contribuyan hacer cumplir en nuestro caso las leyes vigentes
sobre el cultivo de baldíos tres de nosotros recibiremos la
contestación este telegrama en la cárcel pues estamos
condenados por petición del señor Uribe a pagar cien días de
prisión y está dictada la orden de detención como finalización de
tres juicios de policía civiles las autoridades del país no conocen
el bajo fondo de esta lucha del terrateniente contra el miserable
cultivador que va asumiendo en toda esta región una situación
escandalosa por injusta arbitraria y cruel pedimos justicia
[Firman] Manuel Santos Calambras; Mónico Lugo; Hipólito
Hurtado; Andrés Berrío; Hipólito Tuami; Andrés Núñez; Isaac
Pino Florentino; Galindo Patricio Victoria; Gerardo Narváez;
Wenceslao López y Otros que dicen no saber firmar”.89

Entre las quejas más comunes de los colonos se encontraba que muchos

terratenientes con escrituras falsas se habían apoderado de grandes extensiones

de tierra, además el hecho de que la mayoría de los colonos fueran analfabetas

contribuía a que este tipo de engaño se presentara continuamente. Para la solicitud

89
Ministerio de Fomento – Baldíos. Tomo: 69. Santiago de Cali, 19 de Julio de 1929. Paginas: 367
– 371. Archivo General de la Nación. Bogotá.

32
de una adjudicación debían comprar papel sellado y mandar el dinero 90 del envío

de la respuesta por parte de la gobernación o del Ministerio de Fomento y Baldíos,

el papel moneda era bastante escaso para el colono, lo cual indicaba su dificultad a

la hora de adquirir el papel sellado y el dinero de envió de respuesta. Estos rasgos

inclinaban en cierta medida la balanza en contra de los colonos, a pesar de que

estos se dirigían a múltiples actores políticos en solicitud de ayuda, como en el

caso de la siguiente carta enviada al Presidente de la República Enrique Olaya

Herrera.

“[…] Muchos ricos avarientos so pretexto de escrituras falsarias


o uno de dos pesos de decho, se han apoderado de grandes
extensiones de tierra para sacar a los agricultores pobres, y,
convertirlas en madrigueras de anfibios y otras fieras. // […]
Como nosotros tenemos una colonia agrícola en el indiviso de
Parraga se nos quiere lanzar afuera sin reconocernos mejoras
de ninguna clase, pedimos a su excelencia se digne ordenar al
señor Gobernador del Valle que nos haga respetar nuestras
posesiones mientras sale la correspondiente Ley de
parcelación para que los agricultores […] compren a precios
módicos y por contados los terrenos indivisos e incultos
[Firma:] Casimiro Torres Roa y 28 personas más”.91
90
Ver Anexo 1: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1928 – 1938. Ministerio
de Baldíos, Tomo: 75. Página: 206. Santiago de Cali, Diciembre 11 de 1932. Carta Dirigida al
Alcalde de Cartago, en Cuanto a la Adjudicación de Varios Baldíos y la pérdida de los documentos
diligenciados. En uno de sus apartes señala que: “A este respecto le diré que a mi mesa no han
llegado; si así hubiere sido habría expedido la copia inmediatamente. Pudiera suceder que algún
otro empleado hubiera sacado el paquete, y como aquí saben que a veces me remiten dinero
dentro de las diligencias de los colonos, nada de raro tiene que las hubieran abierto, sacando el
dinero y de ese modo se perdieran las diligencias. Es la única manera que me explico esto[Firma]
Ignacio Holguín”. Archivo General de la Nación. Bogotá.
91
Ministerio de Fomento-Baldíos. Tomo: 75. Página: 254.Candelaria-Valle, Octubre 06 de 1932.
Camilo Torres Roa y otros, envían una carta al presidente donde solicitan les sean adjudicados

33
Otra carta enviada al Ministerio de Fomento-Baldíos, Casimiro Torres Roa, señala

que el gobierno debe propender leyes adecuadas que fomenten la agricultura para

así disminuir el número de desocupados que se presentaba para la época,

además de intentar limar las asperezas que ya estaban empezando a

manifestarse.

“De nada sirve la simulación de amparo a los agricultores si no


se les facilita tierra para el cultivo y demás elementos
necesarios. // […] // Muchos labriegos que ignoran la causa de
la situación actual nos han preguntado que si tendrán
necesidad otra vez de libertarse, a los cual les hemos
contestado que esperamos la Ley de Parcelaciones”.92

Es bajo estos rasgos que el ejecutivo colombiano empieza a manifestar una

preocupación por los conflictos sociales generados a partir de la propiedad de

terrenos cultivados por personas que señalaban su condición de colonos de tierras

baldías y en el que otras reclamaban como de su propiedad. En 1935, como

señala Darío Mesa, de acuerdo a disposiciones legales, el Estado colombiano era

el mayor latifundista de la Nación, ya que la mayoría de los casos de propiedad

privada en el país, carecían de autentica titulación, por lo que era inevitable una

reversión de esas tierras al Estado.93

unos terrenos en Candelaria-Valle.


92
Ministerio de Fomento-Baldíos. Tomo: 75. Pagina: 276. Bogotá, 15 de Oct. 1931. Este
comentario de Casimiro Torres Roa se encuentra en una carta de respuesta enviada por el
Ministerio, en donde este último asevera que no se le ha dado solución a la disputa de Candelaria
a falta de papel sellado, a lo que los colonos responden que se enviara dinero para la compra del
papel sellado si es necesario.
93
Ver: Mesa, Darío. El Problema Agrario en Colombia, 1920-1960. Editorial Tigre de Papel,
Medellín, 1972.

34
“El gobierno no admite que el derecho de propiedad no
represente una finalidad social; que no es partidario de abolir la
propiedad sino de cambiar el concepto individualista que hoy
existe en el concepto social y que no protegerá las propiedades
que no realicen una función social”.94

Es por ello que en el Congreso Nacional propuso la necesidad de cambios

significativos en las leyes de tierras, ya que las existentes no parecían cubrir las

verdaderas necesidades que requería el país, o así lo concebía este organismo,

que para 1935 en sesiones extraordinarias pidió considerar la propiedad como una

función social a la cual puede imponer el Estado las limitaciones o

transformaciones que exija el interés de la comunidad.95 Ya el Concejo de Dagua

se expresaba así:

“El Concejo de Dagua considera inaplazable un cambio

fundamental de la anacrónica concepción del principio de

propiedad y solicita un estatuto agrario que se ajuste mejor a

las nuevas exigencias sociales revocando el viejo dogma de la

propiedad derecho inviolable para sustituirlo por el nuevo

principio propiedad función social e instrumento de

producción.”96

94
El Relator. Jueves 04 de Diciembre de 1935. Martes 31 de Marzo de 1936.
95
Ver: Anales del Senado. Sábado 16 de Noviembre de 1935. Sesiones Extraordinarias. Archivo
del Congreso de la República, Bogotá. Informe de la comisión que estudió para el segundo debate
el proyecto de “Acto Legislativo Reformatorio De La Constitución”.
96
Anales del Senado. Sesiones Ordinarias 1930. Concejo Municipal de Dagua, en la que se
transcribe una Proposición. Archivo del Congreso de la República, Bogotá. Pagina.:188

35
Así se veía como necesidad por parte del gobierno dar un impulso de carácter

social a la propiedad rural, el cual incursionaba en el discurso de las élites de

turno, así el partido de gobierno dispuso la discusión en el congreso de la

república la entrada en vigencia de la ley de tierras que hasta ese momento

histórico había sido tomada por los anteriores gobiernos como un código fiscal.

2.2. Disputas Por La Tierra, 1934 – 1938.

Las adjudicaciones mayores de 20 hectáreas, fueron escasas pero las que se

ejecutaron fueron relativamente extensas en el Valle del Cauca. Entre 1936 y

1939 se registraron 46 solicitudes, de las cuales cuatro fueron aprobadas, para un

total de 4851 hectáreas adjudicadas de mayor cuantía, 105 hectáreas por

solicitante (Ver Anexo 1), que en comparación con las 6269 hectáreas

adjudicadas de menor cuantía, realizadas durante el mismo periodo, se revela un

aumento significativo en las adjudicaciones menores, en las que se presentaron

375 colonos con un promedio de 16 hectáreas por solicitud aprobada. Pero en

comparación con el periodo de 1918 a 1926 (Ver cuadro 02. Páginas: 64-65)

disminuyó el promedio del número de hectáreas adjudicadas, puesto que el

promedio de hectáreas por adjudicatario era de 19 ha, mientras en el periodo

1934-1939 se adjudicaron en promedio 16 hectáreas por solicitante y

paralelamente el número de solicitantes también decreció.

36
La adjudicación de baldíos solo favorecía a grandes propietarios, propiciando la

concentración de la propiedad de tierra, ya que entre 1910 y 1934 se titularon a

nivel nacional, 936.353 hectáreas, de las cuales el 93.7% son de Mayor Cuantía,

se adjudica a 5.553 solicitantes con un promedio de 158 hectáreas por

adjudicatario, mientras el 6,3% restante de hectáreas se le adjudicaron a 3690

familias, con un promedio general de 16 hectáreas por solicitud.97

En el Valle del Cauca el proceso de colonización de baldíos entre 1934 a 193898 se

presentó en 29 municipios, que registraron solicitudes de adjudicación de baldíos

por un total de 12348 hectáreas solicitadas, de las cuales fueron adjudicadas

10883 Hectáreas, en esta cifra se incluyen las adjudicaciones por Mayor Cuantía

(Superiores a 25 hectáreas), las cuales ascienden a 4851 Hectáreas. Entre las

adjudicaciones hay extensiones de 50Ha hasta algunas que rondan por las 1000

Ha, veamos algunos casos:

- Álvaro Jaramillo. Municipio de Tulúa, 1938: 999 hectáreas con 8780 M2.
- Alfredo Correa. Municipio de Toro, 1938: 435 hectáreas con 7813 M2.
- Anthony Choy. Municipio de Dagua, 1936: 605 hectáreas con 5467 M2.
- María Francisca Perlaza. Municipio de Jamudí, 1935: 532 hectáreas.
- José M. Barrios T. Municipio de Buga. 1935: 599 hectáreas.
- Jaime Castro. Municipio de Cali, 1934: 131 hectáreas.
En siguiente mapa (Mapa: 02.Adjudicaciones de Baldíos en el Valle del Cauca, 1934

-1938) del Valle del Cauca se muestran los niveles totales de solicitudes de baldíos

por municipio:

97
De acuerdo al balance de los datos encontrados. También ver: Benítez Vargas, Regis Manuel.
98
Tomamos este periodo de tiempo ya que nos permite ver las solicitudes en curso para la ley de
tierras con el código fiscal que funcionaba, hasta pasar por la ley 200 de 1936 que da amplio
margen para posible solicitudes.

37
Cuadro: 03. Adjudicaciones de Baldíos en el Valle del Cauca, 1934 – 1938.
Elaborado por John Alejandro Gutiérrez y David Velasco, a partir de los datos extraídos
del Ministerio de Industrias, Tomos: 50 a 81. Archivo General de la Nación. Bogotá.
Entre 51 a 150 Solicitudes por Baldíos
ANSERMANUEVO
Total Solicitudes Adjudicadas 65
Total de Solicitantes 67
Total de Hectáreas Adjudicadas 2433Hectareas con 5000M2
Total de Hectáreas Solicitadas 2473 Hectáreas con 5000 M2
BUENAVENTURA
Total Solicitudes Adjudicadas 134
Total de Solicitantes 135
Total de Hectáreas Adjudicadas 30 Hectáreas con 7240 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 30 Hectáreas con 7440 M2
RESTREPO
Total Solicitudes Adjudicadas 43
Total de Solicitantes 85
Total de Hectáreas Adjudicadas 337 Ha con 7112 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 954 Ha con 3099M2
Entre 23 a 50 solicitudes por Baldíos
DAGUA
Total Solicitudes Adjudicadas 44
Total de Solicitantes 49
Total de Hectáreas Adjudicadas 1435 Hectáreas con 5267 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 1518 Hectáreas con 5267 M2
GUACARI
Total Solicitudes Adjudicadas 25
Total de Solicitantes 29
Total de Hectáreas Adjudicadas 417 Hectáreas
Total de Hectáreas Solicitadas 497 Hectáreas
JAMUNDI
Total Solicitudes Adjudicadas 25
Total de Solicitantes 26
Total de Hectáreas Adjudicadas 1022 Hectáreas Con 6082 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 1030 Hectáreas Con 6082 M2
BUGA
Total Solicitudes Adjudicadas 29
Total de Solicitantes 43
Total de Hectáreas Adjudicadas 1090 Hectáreas con 5150 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 1330 Hectáreas con 5150 M2
TORO
Total Solicitudes Adjudicadas 23
Total de Solicitantes 23
Total de Hectáreas Adjudicadas 780 Ha con 7813 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 780 Ha con 7813 M2
YOTOCO
Total Solicitudes Adjudicadas 19
Total de Solicitantes 23
Total de Hectáreas Adjudicadas 405 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 475 Ha

Entre 11 a 22 Solicitudes por Baldíos


BOLIVAR
Total Solicitudes Adjudicadas 13
Total de Solicitantes 14
Total de Hectáreas Adjudicadas 240 Hectáreas
Total de Hectáreas Solicitadas 260 Hectáreas
CALI
Total Solicitudes Adjudicadas 13
Total de Solicitantes 14
Total de Hectáreas Adjudicadas 249 y 9660 m2
Total de Hectáreas Solicitadas 250 Hectáreas 2260 m2.
CARTAGO
Total Solicitudes Adjudicadas 16
Total de Solicitantes 17
Total de Hectáreas Adjudicadas 343 Hectáreas Y 920 m2
Total de Hectáreas Solicitadas 361 y 920 m2.
ROLDANILLO
Total Solicitudes Adjudicadas 14
Total de Solicitantes 14
Total de Hectáreas Adjudicadas 167 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 167 Ha
LA CUMBRE
Total Solicitudes Adjudicadas 3
Total de Solicitantes 3
Total de Hectáreas Adjudicadas 50 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 50 Ha
PAVAS
Total Solicitudes Adjudicadas 16
Total de Solicitantes 19
Total de Hectáreas Adjudicadas 283 Ha con 2800 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 331 Ha con 2800 M2
YUMBO
Total Solicitudes Adjudicadas 0
Total de Solicitantes 9
Total de Hectáreas Adjudicadas 0 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 87 Ha
OBANDO
Total Solicitudes Adjudicadas 8
Total de Solicitantes 11
Total de Hectáreas Adjudicadas 202 Ha con 3223 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 262 Ha con 3223 M2
Entre 1 a 10 Solicitudes por Baldíos
VERSALLES
Total Solicitudes Adjudicadas 6
Total de Solicitantes 6
Total de Hectáreas Adjudicadas 115 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 115 Ha
VIJES
Total Solicitudes Adjudicadas 1
Total de Solicitantes 8
Total de Hectáreas Adjudicadas 20 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 126 Ha
CAICEDONIA
Total Solicitudes Adjudicadas 2
Total de Solicitantes 2
Total de Hectáreas Adjudicadas 40 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 40 Ha
TULUA
Total Solicitudes Adjudicadas 2
Total de Solicitantes 2
Total de Hectáreas Adjudicadas 1011 Ha con 8780 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 1011 Ha con 8780 M2
FLORIDA
Total Solicitudes Adjudicadas 1
Total de Solicitantes 1
Total de Hectáreas Adjudicadas 20 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 20 Ha
RIO FRIO
Total Solicitudes Adjudicadas 4
Total de Solicitantes 4
Total de Hectáreas Adjudicadas 77 Ha con 4800 M2
Total de Hectáreas Solicitadas 77 Ha con 4800 M2
SAN PEDRO
Total Solicitudes Adjudicadas 1
Total de Solicitantes 2
Total de Hectáreas Adjudicadas 6 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 56 Ha
LA VICTORIA
Total Solicitudes Adjudicadas 1
Total de Solicitantes 1
Total de Hectáreas Adjudicadas Número de Hectáreas desconocida
Total de Hectáreas Solicitadas Número de Hectáreas desconocida
ZARZAL
Total Solicitudes Adjudicadas 3
Total de Solicitantes 3
Total de Hectáreas Adjudicadas 1950 M2 y un área desconocida
Total de Hectáreas Solicitadas 1950 M2 y un área desconocida
SEVILLA
Total Solicitudes Adjudicadas 1
Total de Solicitantes 1
Total de Hectáreas Adjudicadas 4 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 4 Ha
ULLOA
Total Solicitudes Adjudicadas 1
Total de Solicitantes 1
Total de Hectáreas Adjudicadas 2,5 Ha
Total de Hectáreas Solicitadas 2,5 Ha
ALCALÀ
Total Solicitudes Adjudicadas 09
Total de Solicitantes 11
Total de Hectáreas Adjudicadas 98 Hectáreas
Total de Hectáreas Solicitadas 126 Hectáreas
Las adjudicaciones realizadas en el periodo de 1934 a 1938 fueron bastante

frecuentes, pero no quiere decir que no se presentaran disputas entre

poseedores de grandes extensiones y los colonos. Lamentablemente, en

cuanto a disputas, en los archivos figuran muy pocos casos, debido a perdida

de documentos o incendios que en muchas ocasiones beneficiaban a

poseedores de tierras, ya que los reclamos quedaban como inexistentes. Pero


antes de 1934 se vislumbra una protesta campesina bastante amplia y

masiva99, lo cual nos lleva a intuir que existió una querella más significativa de

lo que parece, pero la ausencia de datos primarios para años posteriores a

1932 nos impide, en cierta medida, la descripción histórica de ese momento.

Las fuentes consultadas existentes nos revelan los baldíos solicitados

registrando el número de hectáreas así como su ubicación geográfica,

asimismo las adjudicaciones otorgadas y negadas nos permiten acceder al

panorama del conflicto agrario en este periodo, 1934-1939, en donde podremos

apreciar las características que presentaron las disputas en este periodo.

En el historial de solicitudes para adjudicación de baldíos se observa que en el

municipio de Restrepo hay gran listado de adjudicaciones negadas que igualan,

aunque levemente, al número de adjudicaciones otorgadas, pero que el

número de hectáreas aprobadas es casi tres veces menor al solicitado (ver:

Cuadro No. 03. Adjudicación de Baldíos, 1934 -1938, Restrepo). Este tipo de

casos también se presentan en otros municipios, como en el caso de Vijes, en

donde a 8 solicitantes por 126 Ha (1935) solo se adjudica a una sola persona

un baldío de 20 Ha, siendo la única adjudicación en el cuatrienio 1934-1938 en

dicho municipio. Caso de igual similitud presenta Yumbo, en donde todas las

solicitudes son negadas, el municipio se presenta como opositor para

adjudicarlas como baldíos, ya que presentan títulos de propiedad100.

Pero así mismo, los datos obtenidos a partir de las adjudicaciones realizadas

en dicho cuatrienio, revelan que las concesiones en algunas localidades

99
Ver Anexo 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1928 – 1938.
Archivo General de la Nación. Bogotá.
100
Ver Anexo 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1934 – 1938.
Yumbo: INCORA. Libro 67 y 72. Resoluciones de Menor Cuantía. 1936. Ministerio de Industrias
y Trabajo. Departamento de Baldíos. Bogotá. Archivo General de la Nación.
aumentaban en un año y al siguiente disminuye101. En Buga entre los años

1935-1936, las adjudicaciones fueron 26 con un total de 1045 hectáreas,

incluida una por Mayor Cuantía de 599 Ha, para un promedio restante de 17.8

hectáreas por adjudicatario. Para 1937-1938, solo se presentan 9 solicitudes

por 152 Ha, de las cuales son aprobadas dos solicitudes por 37 hectáreas.

En Dagua, las solicitudes enviadas son 49 para 1518 hectáreas, pero son

aprobados 44 baldíos que significan 1435 hectáreas, y 599 Ha (1934) son por

mayor cuantía, siendo 836 hectáreas las adjudicadas por Menor Cuantía, con

un promedio de 19 Ha por adjudicatario. Presenta los mismos rasgos que

Buga, entre 1934-1936, las solicitudes son de 36 con 665 Ha (exceptuando la

de Mayor Cuantía), y en 1937-1938 descienden a 12 con 253 hectáreas.

Este mismo rasgo presenta Restrepo, Cali, Guacarí, Roldanillo, Versalles,

Vijes, Yumbo. Entre los años 1934 - 1936, se presentan 489 solicitudes en todo

el Valle del Cauca, de las cuales son aprobadas 399 peticiones de baldíos con

7883 hectáreas adjudicadas; pero para los años 1937 a 1938 las solicitudes

descienden considerablemente a 137 solicitudes por baldíos y 117 son

aprobados o adjudicados con cerca de un total de 2949 hectáreas. Tanto

solicitudes como adjudicaciones disminuyen en un poco más de un 50%102.

Las disputas entre colonos y grandes poseedores de tierra fueron bastante

comunes, unos y otros hicieron lo posible por lograr poseer tierra.

En Restrepo se presentaron múltiples invasiones a la Hacienda La Esneda,

propiedad de José María Escobar. Se registraron cerca de 3 solicitudes de

101
Ver: Tabla No.: 03. Adjudicaciones de Baldíos en el Valle del Cauca, 1934 – 1938. Paginas:
79, 80 y 81.
102
Ver Anexo 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1934 – 1938.
Archivo General de la Nación. Bogotá.
baldíos dentro de la hacienda, por parte de los siguientes colonos: Ismael

Antonio Sánchez, Lisimaco Lozano (Ver cuadro: 04) y Manuel Peucar, quienes

reclamaban como baldíos 50 hectáreas. En las respuestas emitidas por el

ministerio se observa que existen más peticionarios y un personaje que los

ayuda con las diligencias para el reclamo de baldíos, esto nos hace intuir que

el número de colonos es más alto que los solicitantes registrados ya que en

registros del Ministerio de Industrias y Trabajo se encuentra la intervención de

un sujeto en los reclamos de baldíos a favor de los solicitantes.

Cuadro: 04. INCORA. Libro: 73. Resoluciones de Menor Cuantía. 22 de Octubre de 1936 a 17 de
Noviembre de 1936. Ministerio de Industrias y Trabajo. Dirección General de Tierras, Aguas y
Bosques. División de Adjudicación, Reserva, Destinación y Control General de Baldíos. Bogotá.
Lisimaco Lozano Solicitó 20 Hectáreas en Restrepo, Corregimiento: Conto; Baldío: La
Providencia. Se le revoca la Adjudicación ya que presenta oposición
José María Escobar, quien señala que el baldío hace parte de la
Hacienda “La Esneda”, para lo cual presenta títulos de propiedad. Es de
tener en cuenta que el inspector ocular señaló: “uno de los testigos que
actuaron en la diligencia de la inspección de que antes se habló, el
señor Laverde Bunch, aparece como testigo en el acta de entrega, y es
al mismo tiempo el apoderado tanto del interesado en estas diligencias,
como de otros solicitantes de adjudicaciones de terrenos baldíos
ubicados dentro de los límites de la Hacienda “La Esneda”. Resolución
# 1049. 09-Nov-1936. Pagina del Tomo: 303.

Así mismo en el Municipio de Buga se presentaron cinco colonos que

reclamaban como baldíos 87 hectáreas, haciendo oposición a ello Maximiliano

Sanclemente, quien argumentaba que los supuestos baldíos se encontraban

dentro de la Hacienda Monterrey cuya escritura era la número 251 de Julio 12

de 1921 registrada en Buga, que lo acreditaba como poseedor de dichas

tierras. Los colonos reclamaban ese terreno como baldío desde 1933, pero sólo

hasta 1937 el Ministerio dicta una resolución, en donde reconoce las escrituras

y propiedad de Maximiliano Sanclemente, considerando que los peticionarios


habían invadido La hacienda Monterrey.102

Igualmente en Guacarí se registraban tres solicitudes de baldíos por 60

hectáreas, presentando oposición Carlos Barona Patiño quien presenta los

títulos de propiedad correspondientes, conllevando a la negación de una

posible adjudicación.

En Vijes encontramos a 4 colonos que solicitaron 66 hectáreas, las cuales

fueron negadas ya que presentaran oposición Benjamín Navarro y María R. de

Perea, quienes le compraron las Haciendas El Nilo y El Porvenir a Alejandro

Acosta. Navarro y de Perea, decían que los colonos entraron en calidad de

arrendatarios, presentando un documento firmado por ellos, de ahí que el

Ministerio decida no adjudicar los baldíos. Este caso era bastante común,

muchos colonos siendo analfabetas firmaban documentos sin saber el

contenido del mismo, y como consecuencia no se les reconociera las mejoras

sobre aquellos terrenos.

En Restrepo apareció otro colono solicitando un baldío por 20 hectáreas y

presentó oposición Ana Bolten viuda de Bolt, quien argumenta que dichos

terrenos se los compró a Alejandro Acosta. Es probable que Acosta, al

momento de vender las haciendas el Nilo y el Porvenir, estas últimas

estuvieran en un abandono o en bancarrota y la existencia de colonos

antecediera a la venta que él realizó.103

Este caso revela que no existió una revisión ocular al momento de la venta de

la Hacienda ya que se encontraban colonos y sus mejoras dentro de ella,

102
Ver Anexo 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1934 – 1938.
Buga. INCORA. Libro: 79. Resoluciones de Menor Cuantía, 1937.Ministerio de Agricultura y
Comercio. Departamento de Tierras y Aguas. Sección Tierras. Archivo General de la Nación.

103
Ver Anexo 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1928 – 1938
Restrepo. INCORA. Libro 67. Resoluciones de Menor Cuantía. 1936. Ministerio de Industrias y
Trabajo. Departamento de Baldíos. Sección 02. Bogotá.
algunos de los colonos eran señalados de presentar documentos y testigos

falsos y copias al carbón, quedando anulado el recurso del artículo 4 de la Ley

200 de 1936 (Ver Anexo 2). Asimismo ésta había conferido la facultad de

obtener los títulos de propiedad necesarios para exigir derechos de posesión

dando concesión a la creación de títulos de propiedad que antes no existían, a

pesar de que los títulos entre particulares se referían a terrenos fuera del

patrimonio nacional.104

La acusación de falsos testigos fue motivo para la negación de baldíos. En

muchos casos existió solidaridad en disputa por la tierra entre colonos, quienes

presentaban como testigos a otros colonos para justificar su ocupación (en la

solicitud era necesario presentar dos testigos) para la adjudicación de baldíos.

La existencia de intereses comunes entre colonos lo que impedía su

participación como testigos, según establecía el Ministerio de Industrias.

Casos similares se encontraban en: Obando, Pavas, Vijes, Yotoco, Versalles,

entre otros municipios del Valle del Cauca.

A los colonos se les señalaba que los terrenos ocupados, en determinados

casos, estaban circunscritos a haciendas o fincas, pero el afán por la posesión

los llevaba a desmontar zonas explícitamente prohibidas por la ley, de ahí

algunos de los reclamos dirigidos por parte de hacendados y terratenientes,

ante el Ministerio de Industria, expresando su inconformidad de la siguiente

manera:

“[…] contra el inaudito crimen que contra la patria cometen

todos los días que amanece: me refiero al destrozo inútil de

los bosques de las montañas. Inútil porque el colonizador

104
Ver: Marulanda, Elsy. Colonización y Conflicto. Las Lecciones del Sumapaz. Tercer Mundo
Editores, Bogotá, 1991. Página: 190.
pobre –usted lo sabe- no hace otra cosa que sembrar

rastrojos. […] El todo es capturar tierras […] La locura del

hacha está acabando con una gran riqueza”.105

La queja de los hacendados en cuanto a que el colono conoce de antemano que


el terreno que desmonta y solicita no es baldío es bastante común en los casos
de adjudicaciones negadas. Como se había expresado anteriormente, en
muchas ocasiones el terrateniente contaba con la amistad de las autoridades
locales, quienes desestimaban la existencia de baldíos. En los informes del
Ministerio se encuentra:
“penetró […] desmontó y estableció algunos pequeños
cultivos y empezó la construcción de un rancho, el que quedo
inconcluso pues la Alcaldía de ese lugar, suspendió las
siembras y demás obras a Marín por medio de un Statu Quo
provisional a petición del señor Serafín Holguín”.106
Por otro lado, la negación de adjudicaciones en municipios como Restrepo en

donde el índice de solicitudes era elevado, algunas de las adjudicaciones

negadas se debían principalmente a la presentación de

“declaraciones que la integran en copias al carbón por lo que se deduce que no


fueron recibidas de forma ordenada […] según el Artículo 684 del Código
Judicial y por lo tanto carecen de todo merito legal y valor probatorio”.
Otros casos comunes eran las enmendaduras, tachones y fechas erradas que

se encontraban en el formato diligenciado. Las peticiones sobre baldíos ya

solicitados o adjudicados también eran constantes entre los mismos colonos,

mientras a otros sólo les interesaba desmontar para luego exigir el pago de

105
Anexos 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1928 – 1938. Dagua,
Ministerio de Fomento-Baldíos. Tomo: 76. Carta de José María Echeverri, la dirige al Ministerio
de Industria. Archivo General de la Nación. También ver: Tomo: 76, Zarzal, Agosto 05 de 1932;
“individuos extraños a la Hacienda están haciendo desmontes a las orillas de Rio Paila y del
Rio Cañas, como también en la quebrada del Pital, sin dejar los 200 metros que ordenan las
leyes de la República”.
106
Ver Anexo 01: Cartas y Adjudicaciones Generales en el Valle del Cauca, 1928 –
1938.Tomo:70. Resoluciones de Menor Cuantía. Yotoco. Número: 717 a 842 de 1936.Ministerio
de Industrias y Trabajo. Dirección General de Tierras, Aguas y Bosques. División de
Adjudicación, Reserva, Destinación y Control de Baldíos. Bogotá.
mejoras a los hacendados.

Las caracterizaciones antes descritas, con la ayuda de los datos obtenidos a

partir de los informes registrados por el Ministerio de Industrias y el Ministerio de

Fomento-Baldíos, nos permitieron conocer cuáles fueron los rasgos más

comunes o fundamentales en la disputa por la tierra que tuvo lugar en el Valle

del Cauca, en especial, en el centro y norte del departamento (mirar Mapa 2.

Adjudicaciones de Baldíos en el Valle del Cauca, 1934 – 1938). Desde ahí se

hizo posible lograr un acercamiento al conflicto agrario, que fue distinto al

registrado en otras zonas del país, pero que consideramos tuvo similar

importancia.

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