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PATRONES GENERALES DE CAZA Y PESCA EN COMUNIDADES NATIVAS Y

ASENTAMIENTOS COLONOS ALEDAÑOS


A LA RESERVA COMUNAL YANESHA
(VALLE DEL PALCAZÚ, PASCO, PERÚ)

José A. González

Doctor en Ciencias Biológicas


Consultor en Manejo de Fauna Silvestre
y Áreas Naturales Protegidas

Trabajo de consultoría elaborado para Pro Naturaleza, dentro del proyecto


“Conservación de los Bosques de la Amazonia Alta en la Selva Central del Perú”
Al pueblo yanesha
Añpa_ añecop yaneshachnocop

AGRADECIMIENTOS

Estoy en deuda con todo el personal del proyecto “Conservación de los Bosques de la
Amazonia Alta en la Selva Central del Perú”, especialmente con Pedro Aguilar y Manuel
Palacios, por el apoyo logístico y por todas las facilidades brindadas durante mis estancias en
Oxapampa y en el valle del Palcazú. Un agradecimiento muy especial a mis guías locales,
Espíritu Bautista y Juan Quijano, por su sincera amistad y por compartir conmigo toda su
sabiduría. También deseo agradecer a Pedro Vásquez, por sus consejos durante las etapas de
planificación del trabajo, a Hernán Ortega por su apoyo en el análisis de los datos de pesca, y
a Thomas Moore (USAID) por facilitarme la consulta de documentos inéditos del Proyecto
Especial Pichis-Palcazú.
INDICE

RESUMEN ..................................................................................................................... 1

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 2

ÁREA DE ESTUDIO........................................................................................................ 3

METODOLOGÍA............................................................................................................. 7

RESULTADOS.............................................................................................................. 11
Patrones generales de alimentación y consumo de proteína animal ..................... 11
Patrones generales de cacería........................................................................... 15
Especies animales más importantes para la cacería ............................................ 20
Análisis de las especies principales .................................................................... 25
Captura y consumo de otros grupos animales .................................................... 28
Especies usadas como mascotas o para otros usos............................................. 29
Patrones generales de pesca............................................................................. 31
Especies piscícolas de mayor importancia .......................................................... 33

DISCUSIÓN ................................................................................................................ 37
Alimentación y fuentes de proteína animal ......................................................... 37
Caza y consumo de carne de monte .................................................................. 38
Pesca y consumo de pescado............................................................................ 42

CONCLUSIONES GENERALES ....................................................................................... 46

RECOMENDACIONES DE MANEJO ................................................................................ 48

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 51

ANEXOS ..................................................................................................................... 55
RESUMEN

Se estudian los patrones de caza, pesca y consumo de proteína animal en nueve comunidades
nativas y cuatro asentamientos de colonos del valle del río Palcazú, en base a una extensa
encuesta realizada en 153 viviendas (877 personas; aprox. 8.3% de la población del valle). El
pescado constituye la principal fuente de proteína animal en el área de estudio, contribuyendo
con el 54.6% de la biomasa animal consumida por los pobladores. Le siguen en importancia
los animales domésticos (21.0%) y la carne de monte (20.2%). Resulta también significativo el
elevado consumo de invertebrados, especialmente caracoles, que pueden representar hasta un
4.1% de la biomasa animal capturada. En general, los pobladores del valle prefieren utilizar los
terrenos pertenecientes a sus propias comunidades para cazar y pescar; la utilización de las
áreas protegidas que flanquean al valle (Parque Nacional Yanachaga-Chemillén, Reserva
Comunal Yanesha, Bosque de Protección San Matías-San Carlos) para las actividades de caza y
pesca es muy escasa.

Al menos 44 especies animales son cazadas en el valle, de las cuales un 40.9% son
mamíferos, un 52.3% son aves y un 6.8% son reptiles. Las especies capturadas con mayor
frecuencia son el zamaño (Agouti paca; 16.0% de las capturas), el quirquincho (Dasypus
novemcinctus; 12.7%), las palomas (Columbidae; 10.2%), el cutpe (Dasyprocta sp.; 8.6%),
las perdices (Tinamus spp.; 7.1%) y la pucacunga (Penelope jacquacu; 6.5%), habiéndose
estimado una captura promedio anual de 37.8 animales/vivienda (172.6 kg/vivienda). En
términos de biomasa cazada, los mamíferos (87% de la biomasa capturada) destacan
claramente sobre los demás grupos animales, siendo las especies más importantes el zamaño
(29.1%), el sajino (Tayassu tajacu; 14.0%), el quirquincho (9.7%), el cutpe (8,5%) y el
venado (Mazama americana; 7.5%).

La pesca constituye una actividad esencial para la economía local, siendo practicada
semanalmente por más del 90% de los entrevistados. Los instrumentos de pesca más
utilizados fueron el anzuelo y la tarrafa, destacando también el elevado número de pescadores
que emplean habitualmente técnicas destructivas como el cube o barbasco (36%) y la
dinamita (30%). Al menos 23 especies de peces son capturadas para consumo, siendo el
boquichico o chupadora (Prochilodus nigricans) la especie más importante para la pesquería
local (27.6% de las capturas), seguida en importancia por la carachama (Pterygoplichthys
multiradiatus; 14.9%), el sábalo (Brycon sp.; 12.0%) y la corvina (Salminus affinis; 7.7%). El
promedio anual de capturas estimado fue de 471.5 kg/vivienda.

Se discuten los posibles cambios en los patrones tradicionales de caza y pesca en el valle
provocados por la construcción de la carretera Villa Rica-Iscozacín y los impactos secundarios
asociados a la misma (colonización, deforestación, transformación en pastizales, efectos sobre
la migración y abundancia de peces, sobrecaza de ciertas especies de fauna silvestre, etc.).
Asimismo, se proponen diversas medidas de manejo con el fin de garantizar la provisión de
pescado y carne de monte para las futuras generaciones de pobladores del valle, y se
establecen una serie de lineamientos generales que podrían facilitar el manejo y
aprovechamiento sostenible de la pesca y la fauna silvestre en la Reserva Comunal Yanesha.

1
INTRODUCCIÓN

El proyecto “Conservación de los Bosques de la Amazonia Alta en la Selva Central del Perú”,
actualmente ejecutado por Pro Naturaleza, con el apoyo financiero de la cooperación técnica
holandesa (Embajada Real de los Países Bajos), tiene como objetivo general el de contribuir a
la conservación de la diversidad biológica y al mantenimiento de las funciones ambientales de
un importante sector de bosques tropicales en la Selva Central (provincia de Oxapampa,
departamento de Pasco).

Dentro de la estrategia del proyecto, se considera el desarrollo de diversas actividades en los


valles del Palcazú y de Oxapampa-Pozuzo, integrando el manejo del Parque Nacional
Yanachaga-Chemillén (PNYCH), la Reserva Comunal Yanesha (RCY), el Bosque de Protección
San Matías-San Carlos (BPSMSC) y las zonas de transición. Con este objetivo, el proyecto
propone el manejo de dichas áreas bajo el concepto de Reserva de la Biosfera, dentro del cual
correspondería a INRENA la gestión del PNYCH, y a Pro Naturaleza la implementación
participativa de los planes de manejo de la RCY, el BPSMSC y las zonas de transición entre los
dos valles.

En este marco se encuadra el presente trabajo de consultoría, planteado como un documento


base cuyo objetivo es analizar los patrones generales de caza y pesca, así como identificar las
especies ícticas y de la fauna silvestre más importantes para la economía de los moradores del
valle, haciendo también una primera aproximación a las necesidades de proteína animal
silvestre existentes tanto en las comunidades nativas como en los asentamientos colonos, con
el fin de extraer conclusiones y recomendaciones para el futuro plan de manejo de la Reserva
Comunal Yanesha.

2
AREA DE ESTUDIO

El valle del Palcazú, ubicado en el Departamento de Pasco, y con una extensión aproximada de
190,000 ha, está flanqueado por la cordillera de Yanachaga al Oeste, que lo separa del valle
de Oxapampa-Pozuzo, la cordillera de San Matías al Este, que lo separa del valle del río Pichis,
y la cordillera de San Carlos al Sur (Fig. 1). El rango de altitudes en el valle varía desde
aproximadamente 300 m.s.n.m. en las partes más bajas, hasta los 3,600 m.s.n.m. en las
cumbres más altas de la cordillera de Yanachaga.

El valle del Palcazú está ocupado por una población cercana a los 10,500 habitantes,
aproximadamente la mitad de los cuales son nativos del grupo yanesha agrupados en diez
comunidades, correspondiendo el resto a colonos de ascendencia austro-germana, colonos de
origen andino, y algunos nativos del grupo ashaninka. Las tierras ocupadas por las
comunidades nativas (45,178 ha), especialmente en las partes altas del valle, mantienen gran
parte de su cobertura boscosa, mientras que las tierras ocupadas por colonos en las partes
bajas presentan un alto grado de intervención por actividades ganaderas y agrícolas.

Aunque el valle inferior fue originalmente clasificado como zona de vida “Bosque húmedo
tropical”, estudios recientes demuestran que las precipitaciones son mucho más altas de lo que
en principio se creía, estando el 85% del valle inferior en la zona de vida “Bosque muy
húmedo tropical” o en la transición cálida de la zona de vida “Bosque muy húmedo
premontano tropical”. Esto significa que la precipitación promedio es de 3,300-5,000 mm
anuales, pudiendo sobrepasar los 6,000 mm anuales en varias partes del valle.

Los suelos del valle del Palcazú son notoriamente pobres. Los suelos arcillosos-rojos de las
extensas colinas onduladas en la parte inferior de valle son sumamente ácidos (pH 3.8-4.5)
debido a una abundancia de aluminio y a que son altamente lixiviados y consecuentemente
casi desprovistos de los principales nutrientes. También son comunes en el valle las terrazas
ribereñas antiguas, con suelos franco-arenosos blancos, los cuales son todavía más infértiles
que los suelos arcillosos-rojos (Hartshorn 1985). Este hecho, unido a la alta precipitación, hace
que la mayor parte de las tierras del valle sean sólo aptas para protección o para producción
forestal, mientras que las actividades agrícolas y ganaderas quedarían restringidas a las tierras
aluviales de las partes más bajas.

El valle del Palcazú cuenta con una fauna y una flora muy rica y diversa, con numerosas
peculiaridades y endemismos dentro del contexto de la Amazonia, debido a que esta zona ha
sido identificada como uno de los refugios del Pleistoceno (Lamas 1979, Brack 1981).

El valle del Palcazú ha estado históricamente ocupado por grupos nativos de la etnia yanesha,
los cuales mantenían una economía basada en la agricultura de subsistencia, complementada
con la caza, la pesca y pequeñas actividades de recolección de productos forestales (Smith
1977). La historia reciente del valle del Palcazú es muy similar a la de otras partes de la
Amazonia peruana. En las primeras décadas de este siglo, la principal actividad comercial del
valle fue la extracción de caucho. Antes de 1945 existía solo un pequeño grupo de colonos de
origen europeo al Norte del valle; en 1947 de funda Iscozacín y se inicia la colonización de la
parte central y meridional del valle; entre 1960 y 1980 llegaron al valle nuevos colonos para
dedicarse a la ganadería. La escasez de maderas finas en otros mercados, provocó que entre

3
los años 1970 y 1975, grupos de madereros penetrasen al valle talando grandes cantidades de
árboles, si bien esta extracción duró poco debido a las dificultades que presentaba el terreno
(Aguilar 1986). La construcción de la carretera Villa Rica-Iscozacín, terminada en 1985,
probablemente ha sido el acontecimiento que ha tenido un mayor impacto en la vida del valle,
al facilitar la entrada de numerosos colonos de origen andino, y transformar la economía de la
sociedad yanesha de manera importante al abrir rutas de mercado hacia las grandes ciudades.
En tiempos recientes, el valle y sus habitantes han sufrido también los embates del fenómeno
terrorista (1986-1990) y del narcotráfico (1990-1993).

Entre 1982 y 1986 se ejecutó en el valle un megaproyecto de desarrollo financiado a través de


USAID, denominado Proyecto Especial Pichis-Palcazú (PEPP), que tuvo continuación en años
posteriores con apoyo del Gobierno peruano. Los principales logros de este gran proyecto han
sido: la titulación de tierras a 10 comunidades nativas, el establecimiento de un sistema
natural de manejo forestal basado el la tala en bandas, la formación de la primera cooperativa
forestal nativa en el país (si bien esta iniciativa fracasó poco después de su puesta en marcha),
el establecimiento del Parque Nacional Yanachaga-Chemillén (D.S. Nº 068-86-AG), ubicado en
la parte occidental del valle del Palcazú, y del Bosque de Protección San Matías-San Carlos
(R.S. Nº 0101-87-AG/DGFF), con el fin de proteger los bosques altos de las cabeceras de los
ríos Pichis y Palcazú.

Si bien muchos de los componentes del PEPP fracasaron en el corto o medio plazo, no se
pueden negar éxitos importantes como la protección de los dos flancos que bordean el valle
(Yanachaga y San Matías) y el control de la extracción forestal, todo ello derivado del hecho de
haber sido el primer proyecto de desarrollo en el país que contemplaba un componente de
protección ambiental dentro de sus prioridades (Aguilar 1986). Además, mediante la titulación
de tierras a las Comunidades Nativas, el proyecto evitó una colonización espontánea y
desorganizada del valle, cuyas consecuencias hubieran sido catastróficas.

Asimismo, en 1988 se estableció la Reserva Comunal Yanesha (R.S. Nº 0193-88-AG) con el


objetivo de conservar la fauna silvestre y los recursos ícticos para beneficio actual y futuro de
las comunidades nativas yanesha asentadas en el valle, actuando además como una zona de
amortiguamiento entre el PNYCH y las áreas ocupadas por las comunidades y los
asentamientos de colonos. Las 34,745 ha que forman la RCY contribuyen a asegurar que las
poblaciones nativas, teniendo en cuenta su actual ritmo de crecimiento demográfico, puedan
satisfacer sus necesidades en el futuro, y continuar realizando actividades ancestrales como la
caza, la pesca y la recolección de productos forestales, preservando de este modo los valores,
la identidad y la cultura yanesha.

4
5
METODOLOGÍA

La información de base para nuestro estudio se obtuvo a través de una extensa encuesta
realizada durante los meses de diciembre de 1998 y junio de 1999 en un total de 9
comunidades nativas y 4 asentamiento de colonos ubicadas en el valle del río Palcazú, en
zonas aledañas a la Reserva Comunal Yanesha. Un cuestionario para entrevistas, estructurado
en 30 preguntas (ver Anexo I), se usó para: (a) analizar los patrones generales de caza y
pesca, así como estimar el consumo de pescado y carne de monte en el área de estudio; (b)
determinar cuales son las especies cinegéticas más importantes y estimar las cantidades
cazadas anualmente en la zona; (c) determinar las especies piscícolas capturadas más
frecuentemente y estimar las cantidades pescadas anualmente en la zona; (d) evaluar el grado
de uso de la RCY para las actividades de caza y pesca; y (e) obtener información de base que
pueda ser aplicada para el manejo de la fauna silvestre en la RCY.

Se realizaron entrevistas en un total de 153 viviendas (877 personas; 5.8±2.5


persona/vivienda), lo cual representa un tamaño muestral de aproximadamente un 8.3% de la
población asentada en el valle. El número de entrevistas efectuadas en cada comunidad osciló
entre 5 y 28 dependiendo del tamaño del caserío y del número de pobladores presentes
durante los días de visita (Tabla 1). Adicionalmente, aprovechando las fiestas distritales de los
días 23 y 24 de junio, se mantuvieron varias entrevistas en el pueblo de Iscozacín con
moradores de algunos de los sectores que no pudieron ser visitados durante el estudio. No se
encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los nativos y los colonos en
cuanto cantidades de carne de monte y pescado consumidas, ni en cuanto a la frecuencia de
caza y pesca (tests de Kolmogorov-Smirnov; P>0.05), por lo cual se han analizado
conjuntamente todos los datos.

Tabla 1. Número de entrevistas realizadas, distribuidas por comunidades y


sectores.

Nº de viviendas
Comunidad Sector encuestadas

Nativos Colonos Total

San Pedro de Pichanaz San Francisco 8 8


Azulís 6 6

Santa Rosa de Pichanaz Santa Rosa 5 5

Santa María Santa María 3 4 7

Loma Linda-Laguna Nueva Aldea 8 8


Loma Linda 7 7

6
Laguna (Raya) 13 13

Shiringamazú Progreso 9 2 11
Pueblo Libre 5 5

Gallinazo Shiringamaz 1 7 8

Alto Iscozacín Alto Iscozacín 6 6

Alto Iscozacín Sector Colonos 1 5 6

Playa Caliente Playa Caliente 3 6 9

Mucñiz Lontananza 1 1

Siete de Junio Villa América 14 14


Centro Palma 4 4
Centro Castilla 1 1
Centro Esperanza 1 1
Centro Conaz 1 1

Nueva Esperanza San Carlos 5 5


San Juan 1 1
Nueva Esperanza 6 6

Buenos Aires Buenos Aires 11 11

Santa Rosa de Chuchurras Santa Rosa 6 3 9

TOTAL 125 28 153

Si bien las encuestas y entrevistas personales constituyen una valiosa herramienta que puede
ser usada para el estudio de un amplio espectro de actividades humanas relacionadas con la
vida silvestre (Filion 1987), siempre debe tenerse presente que éstas son potencialmente
objeto de fuentes de error importantes, que podrían sesgar los resultados finales (Wright
1978). Las principales fuentes de error que consideramos podrían afectar a nuestro estudio
son:

(a) Sesgo de prestigio: en encuestas de cosecha de caza resulta frecuente que los
cazadores que no han tenido éxito informen de haber sido exitosos o de haber
capturado un número mayor de animales que los cosechados realmente;

7
(b) Efecto telescópico: existe una cierta tendencia de algunos individuos a informar sobre
eventos en un tiempo dado, diferente del tiempo en que realmente ocurrió el evento;
en nuestro caso este efecto podría manifestarse en el hecho de que algunos cazadores
incluyesen en los datos de cosecha anual animales capturados durante más de un año;

(c) Sesgo de temor: dado el nivel de protección de que goza la RCY y las restricciones
legales existentes en cuanto a caza y pesca, se puede esperar que algunos moradores
desconfiados tiendan a ocultar sus viajes de caza o pesca al interior de la Reserva, o
bien que infravaloren el número real de capturas realizadas.

En nuestras visitas a las comunidades éramos acompañados y presentados por dos personas
(Espíritu Bautista y Juan Quijano, un nativo y un colono respectivamente) ampliamente
conocidas en todo el valle, con buenas dotes de comunicación y con muy buena reputación, lo
cual facilitaba la creación de un rápido clima de confianza entre el investigador y los
entrevistados y una mayor colaboración por parte de los mismos, repercutiendo en una mayor
fiabilidad de los resultados.

Para el análisis del total de ejemplares capturados de cada una de las especies se realizaba
una interpretación in situ de los valores estimados por el encuestado (véase Pierret y
Dourojeanni 1966). Así, cuando el encuestado no recordaba con precisión o no era capaz de
calcular el número de animales capturados al año, se le preguntaba el promedio de los que
mata en un mes y el encuestador multiplicaba esta información por los meses del año,
haciendo conocer el resultado al encuestado a fin de que este diera su conformidad (otra
opción usada con frecuencia, era preguntar cuantos ejemplares había cazado en lo que va del
presente año). Esta misma aproximación se utilizó para valorar la biomasa de peces capturada
mensualmente.

De forma adicional, con objeto de minimizar el sesgo potencial existente en las respuestas, se
incluyeron en el cuestionario varias preguntas reiterativas cruzadas con la finalidad de detectar
el grado de precisión de las respuestas, especialmente en lo referente a las estimaciones de
cosecha (Anexo I; véanse p. ej.: preguntas 3, 6, 17 y 21). En caso de observarse
contradicciones importantes en las respuestas a estas preguntas cruzadas, se solicitaba al
entrevistado que meditase sobre ello y precisase mejor su contestación. A pesar de ello, un
total de 15 encuestas (9.8%) fueron descartadas del análisis final por considerarse que las
respuestas eran muy contradictorias (poco coherentes) o tendentes a la exageración (sesgo de
prestigio). Otros 6 cuestionarios (3.9%) se incluyeron parcialmente en algunos análisis, pero
fueron considerados como dudosos debido a que los entrevistados tendían a responder con
mucho temor o a admitir un número de capturas inferior al que parecían indicar sus demás
respuestas (sesgo de temor).

El análisis de datos efectuado resultaría bastante preciso para evaluar los patrones de caza y
pesca predominantes en el área de estudio (frecuencia de caza y pesca, épocas y lugares,
armas y aparejos, técnicas más usadas, etc.), así como para estimar la importancia relativa de
las distintas especies utilizadas. Sin embargo, debe señalarse que las cifras correspondientes a
las cantidades absolutas de animales cazados o pescados en el área de estudio deben ser
tomadas con mucha cautela y considerarse únicamente como aproximaciones a la tasa anual
de cosecha para cada especie, ya que no se puede descartar que haya habido ciertas

8
imprecisiones por parte de los moradores en algunas de sus respuestas (véase Silva y Strahl
1997).

RESULTADOS

Patrones generales de alimentación y consumo de proteína animal

El pescado constituye la principal fuente de proteína animal en el área de estudio; más del
48.5% de los entrevistados manifestaron consumir pescado 1-2 días por semana, mientras que
un 44.7% consumen pescado más de 3 días a la semana (Fig. 2). Al pescado le siguen en
importancia las aves de corral (gallinas y patos) y la carne de monte; ambos tipos de carne
son consumidos en cantidades similares por la mayoría de los moradores del área de estudio,
siendo las frecuencias de consumo más habituales la de 1-3 veces/mes y la de 1-2
veces/semana (Fig. 2).

Resulta especialmente significativa la frecuencia de consumo de invertebrados, especialmente


caracoles o churos (Pomacea sp.), que se sitúan como la cuarta fuente de proteína animal en
importancia, y son consumidos semanalmente por casi el 40% de las familias entrevistadas
(un 4.1% manifestaron consumir caracoles más de 4 días por semana).

Las carnes de chancho, res, ovino y cuy son, en general, poco importantes para la
alimentación en las comunidades estudiadas. Más de un 50% de los entrevistados
manifestaron consumir este tipo de carnes menos de una vez al mes (Fig. 2). El consumo de
carne de chancho y res resulta algo más elevado en aquellas familias que se dedican a
actividades pecuarias o a la ganadería.

El promedio estimado de consumo diario por habitante resultó ser de 83.0 g para la carne de
monte, 226.7 g para el pescado, 87.0 g para la carne de animales domésticos (gallinas, patos,
vacas, chancho, ovinos, cuy), y 17.1 g para los invertebrados.

El promedio de carne de monte consumida mensualmente por vivienda resultó ser de 7.2 kg
(SD=6.3; rango: 0-32). En cuanto al pescado, el promedio de consumo mensual resultó ser de
15.6 kg (SD=9.9; rango: 2-40).

9
10
> 4 días/semana 3-4 días/semana 1-2 días/semana 1-3 días/mes < 1 día/mes

100

80
Frecuencia de consumo (%)

60

40

20

0
Caza Pescado Gallinas Chancho Res Ovino Cuy Invertebrados

Figura 2. Frecuencia de consumo de las distintas fuentes de proteína animal en el área de estudio.

11
12
En cualquier caso, debe señalarse que estas cifras reflejan únicamente los valores medios de
consumo a lo largo del año, pero existen grandes diferencias estacionales en cuanto a la
importancia del pescado y la carne de monte en la alimentación. Así, más de la mitad de los
entrevistados manifestaron consumir significativamente más carne de monte y pescado
durante los meses de verano que durante los meses del invierno (Fig. 3). El mayor consumo
de carne de monte tiene lugar entre los meses de junio y octubre, cuando la actividad
cinegética es más intensa; el pescado es consumido en mayores cantidades durante todo el
verano (especialmente cuando se producen las mijanadas) y a principios del invierno.

La mayor parte del pescado y la carne de monte son consumidos en fresco. Sólo un pequeño
porcentaje de los entrevistados manifestaron secar (17.4%) o ahumar (7.6%) habitualmente
el pescado o la carne de monte. Estos métodos de conservación se utilizan preferentemente

Figura 3. Estacionalidad en el consumo de pescado y carne de monte, representada como el


porcentaje de moradores que manifestaron consumir más cantidad en una época o la otra.

En verano En verano

En invierno Por igual En invierno Por igual

Carne de monte Pescado

cuando se cazan numerosos animales o algún animal de gran tamaño, o bien cuando se
pescan grandes cantidades de peces (ej.: usando dinamita o barbasco en época de mijano).
En cualquier caso, lo más habitual es la venta directa en fresco del exceso de pescado o carne
de monte, bien en la propia comunidad o bien en los poblados de Iscozacín o Bella Esperanza
(“Chatarra”).

Los precios de venta de la carne de monte varían entre los 3 y los 8 soles/kg, dependiendo del
lugar y de la oferta existente (_ = 5.6; SD = 1.2). En general, los precios son ligeramente más
altos en la parte alta del valle (Bella Esperanza), donde se llega a pagar hasta 8-10 soles por

13
kilogramo de zamaño. En las partes bajas del valle, los precios más habituales son de 5-6
soles/kg. En cuanto al pescado, el precio oscila entre los 2.5 y los 5 soles/kg en fresco (_ =
3.4; SD = 0.7), si bien algunos pescados grandes como los zúngaros (Zungaro zungaro)
alcanzan habitualmente precios más elevados en las inmediaciones del pueblo de Iscozacín (5-
6 soles/kg).

Un 30% de los entrevistados manifestaron no comprar o vender nunca pescado ni carne de


monte a lo largo del año. El resto comercializa habitualmente sus excedentes, o compran
carne y pescado cuando tienen necesidad y disponibilidad económica para ello (Tabla 2).

Tabla 2. Estimación del volumen de compra-venta de excedentes de pescado y


carne de monte en 132 viviendas del valle del Palcazú.

Carne de monte Pescado

Nº de vendedores habituales 39 38

Estimado de ventas/mes (kg) 148 222

Promedio venta (kg/familia/mes) 3.8 ± 2.8 5.9 ± 5.8

Nº de compradores habituales 62 54

Estimado de compras/mes (kg) 217 238

Promedio compra (kg/familia/mes) 3.5 ± 4.7 4.4 ± 5.9

La compra-venta de carne de monte y pescado es más frecuente en la parte baja del valle,
donde residen más trabajadores asalariados (docentes, comerciantes de Iscozacín, empleados
del PEPP o de las haciendas ganaderas, trabajadores del sector forestal, etc.). En la parte alta
del valle es muy frecuente la venta de zamaños en Bella Esperanza, donde existe un
restaurante que compra un mínimo de 2-3 zamaños diarios durante todos los días del año. El
hecho de que aquí se paguen los mejores precios, hace que los pobladores de los valles del
Pichis y el Palcazú prefieran traer a vender sus zamaños a este lugar, incluso desde zonas
bastante alejadas.

Patrones generales de cacería

Más de tres cuartas partes de los entrevistados (86.2%) admitieron cazar de forma habitual.
Preguntados sobre las zonas más habituales de cacería, un 79.8% manifestaron cazar en
terrenos pertenecientes a su propia comunidad, un 16.0% utilizan zonas dentro de la Reserva

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Comunal Yanesha, mientras que un 4.2% dijeron cazar preferentemente en el Bosque de
Protección San Matías-San Carlos. Un 13.8% de los entrevistados manifestaron no haber salido
a cazar nunca durante los últimos años.

La mayoría de los entrevistados (62.3%) manifestaron cazar significativamente más durante


los meses de verano que durante los meses de invierno. Los hábitats más utilizados para
mitayear fueron el monte real o bosque primario (74.3% de los cazadores) y las chacras o
campos de cultivo (29.4%).

La mayor parte de los cazadores entrevistados manifestaron cazar en zonas cercanas a su


vivienda, habitualmente a menos de 2 horas de distancia (59.4%), o bien a una distancia de
entre 2 y 4 horas (20.3%). Un porcentaje muy bajo se desplazan a zonas alejadas (>6 horas)
para cazar (Fig. 4). La duración de los viajes de cacería es, en general, inferior a 1 día, es decir
que los cazadores salen y regresan en el mismo día o en la misma noche; sólo un 14.1% de
los entrevistados manifestaron cazar durante varios días consecutivos pernoctando en el
monte.

15
Distancia a las zonas de caza Duración de los viajes de caza

<2 horas
<1 día

No cazan No cazan
> 6 horas >3 días
2-4 horas 4-6 horas 1-3 días

Hábitats de caza preferidos Frecuencia de salidas a cazar

Monte real 1-2/semana

>3/semana

Quebradas
1-3/mes No cazan
Purmas Chacras <1/mes

Figura 4. Patrones generales de cacería de subsistencia en el valle del Palcazú.

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Escopeta

Arco/flecha

Trampas

Perros Propia Prestada

0 20 40 60 80 100
Porcentaje de cazadores

En collpa

En comederos

En trochas

En playa

Con trampas

0 10 20 30 40 50 60 70
Porcentaje de cazadores

Figura 5. Técnicas y lugares de caza usados más frecuentemente en el área de


estudio.

17
Se registró mucha variabilidad entre los entrevistados respecto a la frecuencia de las salidas a
montear. La frecuencia más habitual resultó ser de 1-3 veces al mes (37.0%), seguida de 1-2
veces por semana (26.1%). Un pequeño porcentaje (11.6%) sale a cazar menos de una vez al
mes; parte de este grupo corresponde a las personas que suelen cazar a cierta distancia de la
comunidad, permaneciendo varios días en el monte. Finalmente, un 11.6% cazan más de 3
veces por semana, siendo este grupo el que registra el mayor índice de capturas y consumo de
carne de monte (Fig. 4).

La escopeta es el instrumento de caza más utilizado; un 89.9% de los cazadores manifestaron


emplearla habitualmente; de ellos, un 56.1% son propietarios del arma, mientras que el
43.8% restante usan escopetas prestadas por algún familiar o amigo (Fig. 5). El 46.2% de los
cazadores manifestaron utilizar habitualmente arco y flechas para cazar, siendo más frecuente
esta técnica entre las comunidades nativas que entre los colonos. Un 47.1% usan también
trampas de distinta naturaleza para cazar, siendo la más frecuente la “trampa de cartucho” (el
17.6% de los entrevistados poseían este tipo de trampa); otras trampas usadas comúnmente
son las jaulas, las trampillas aplastadoras y los lazos. Un 23.5% admitieron cazar
habitualmente con la ayuda de perros cazadores.

Las formas de caza más utilizadas son: la espera en comederos artificiales de yuca o de
frutales (59.7% de los cazadores), la espera nocturna en collpas naturales (51.3%), la caza
caminando por trochas (49.6%), y el uso de trampas colocadas en comederos o en sendas de
los animales (47.1%).

La noche es el momento preferido para cazar por la mayoría de los cazadores entrevistados.
Un 46.2% manifestó cazar preferentemente en la noche, un 22.7% manifestó cazar
preferentemente durante el día, mientras que un 31.1% cazan indistintamente de día y de
noche.

Un total de 14 especies animales fueron mencionadas por los pobladores locales como las
carnes de monte preferidas, destacando claramente el zamaño (Agouti paca), seleccionado
entre sus tres primeras preferencias por más del 85% de los entrevistados, seguido en
importancia por el venado (Mazama americana) y el sajino (Tayassu tajacu). Entre el resto de
las especies preferidas se encuentran seis mamíferos y cinco aves (Tabla 3).

Tabla 3. Especies de la fauna silvestre preferidas como alimento por los pobladores
locales; se representa el número y porcentaje de entrevistados que escogieron a
cada especie entre sus tres primeras preferencias.

Nombre científico Nombre local N %

Agouti paca Zamaño 114 86.4

Mazama americana Venado 86 65.2

18
Tayassu tajacu Sajino 48 36.4

Dasyprocta sp. Cutpe 25 18.9

Dasypus novemcinctus Quirquincho 18 13.6

Mitu tuberosa Paujil 18 13.6

Tinamus spp. Perdiz 14 10.6

Penelope jacquacu Pucacunga 9 6.8

Tapirus terrestris Sachavaca 2 2.3

Nasua nasua Achuni 2 1.5

Lagothrix lagothricha Choro 1 0.8

Potos flavus Chosna 1 0.8

Pipile cumanensis Pava 1 0.8

Ramphastos sp. Pinsha 1 0.8

Especies animales más importantes para la cacería

Con objeto de analizar la importancia relativa de las distintas especies animales en la caza y la
alimentación local se han valorado tres parámetros: el número total de ejemplares de cada
especie capturados anualmente por los entrevistados, la biomasa de los mismos, y el
porcentaje de entrevistados que manifestaron haber cazado cada especie a lo largo del último
año.

Al menos 44 especies de animales silvestres son cazadas habitualmente en el área de estudio


(Tabla 4). De ellas 18 son mamíferos (40.9%), 23 son aves (52.3%) y 3 son reptiles (6.8%).
Adicionalmente se ha registrado el consumo de tres especies de anfibios y varias especies de
invertebrados, que serán tratados en un capítulo aparte.

En total se ha estimado que en las 132 viviendas encuestadas se caza anualmente un


promedio de 4,984 animales (37.8 animales/vivienda/año), con una biomasa estimada de

19
22,790 kg (172.6 kg/vivienda/año).

Si para medir la importancia relativa, utilizamos el número y porcentaje de cazadores


entrevistados que manifestaron haber cazado cada especie alguna vez a lo largo del último
año, los animales más importantes resultan ser el zamaño (79.5% de los cazadores), el
quirquincho (72.0%), el cutpe (68.9%), la pucacunga (60.6%) y las perdices (50.8%). Estas

Figura 6. Importancia relativa de los distintos tipos de carne de monte

Mamíferos

Mamíferos

Reptiles Reptiles

Aves

Aves
Número de capturas Biomasa capturada

cinco especies fueron las únicas capturadas en el último año por más de la mitad de los
cazadores (Tabla 4).

Las especies cazadas en mayores cantidades en las 132 viviendas encuestadas fueron el
zamaño (799 ejemplares/año; 16.0% de las capturas), el quirquincho (634; 12.7%), las
palomas (511; 10.2%), el cutpe (431; 8.6%), las perdices (357; 7.1%) y la pucacunga (324;
6.5%).

En cuanto al total de biomasa cazada de cada especie, destaca significativamente la


importancia del zamaño (6,632 kg; 29.1% de la biomasa capturada), seguido del sajino (3,200
kg; 14.0%), el quirquincho (2,219 kg; 9.7%), el cutpe (1,940 kg; 8.5%) y el venado (1,710
kg; 7.5%).
Así pues, los mamíferos resultan claramente las especies más importantes para la cacería en la
zona de estudio en cuanto a biomasa consumida. En cuanto a frecuencia de captura y número
de ejemplares capturados, destacan de nuevo los mamíferos, pero cobra también bastante
significación el grupo de las aves (Fig. 6).
Algunas especies adicionales no se registraron en el cuestionario pero también son cazadas

20
ocasionalmente. Así, es común la caza de gavilanes (especialmente Buteo, Micrastur) que
actúan como predadores de pollos de gallina; por esta misma razón es perseguido también el
manco (Eira barbara). La iguana (Iguana iguana) también suele ser consumida
ocasionalmente, si bien no poseemos datos sobre su verdadera importancia. Varias especies
de pequeños paseriformes (Tyrannidae, Icteridae, etc.) son también cazadas en grandes
cantidades, especialmente por los niños utilizando tirachinas de jebe. Adicionalmente, en San
Pedro de Pichanaz se nos informó de la existencia de una cueva donde anida el guácharo
(Steatornis caripensis), cuyos pichones, dotados de un alto contenido graso, son recolectados
ocasionalmente por los moradores de la comunidad.

21
Tabla 4. Estimación del número y biomasa de animales cazados anualmente en una muestra de 132 viviendas del valle del
Palcazú. Se representa, además, el número y porcentaje de entrevistados que manifestaron haber cazado cada especie durante el
último año.

Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada


Nombre científico Nombre común año (kg)a

N % N % B %

MAMIFEROS

Tapirus terrestris Sachavaca 8 6.1 9 0.18 1440 6.32

Mazama americana Venado 41 31.1 57 1.14 1710 7.50

Tayassu pecari Huangana 9 6.8 18 0.36 576 2.53

Tayassu tajacu Sajino 57 43.2 128 2.57 3200 14.04

Dasyprocta sp. Cutpe 91 68.9 431 8.65 1940 8.51

Hydrochaeris hydrochaeris Ronsoco 9 6.8 16 0.32 560 2.46

22
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a

N % N % B %

Agouti paca Zamaño 105 79.5 799 16.03 6632 29.10

Dinomys branickii Machetero 2 1.5 3 0.06 39 0.17

Dasypus novemcinctus Quirquincho 95 72.0 634 12.72 2219 9.74

Nasua nasua Achuni 42 31.8 220 4.41 660 2.90

Sciurus sp. Ardilla 15 11.4 80 1.61 64 0.28

Lagothrix lagothricha Choro 22 16.7 62 1.24 539 2.37

Cebus apella Mono martín 4 3.0 12 0.24 41 0.18

Potos flavus Chosna 32 24.2 106 2.13 318 1.40

Eira barbara Manco 1 0.8 2 0.04 10 0.04

Coendou bicolor Puercoespín 9 6.8 61 1.22 250 1.10

23
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a

N % N % B %
Bradypus variegatus Pelejo 2 1.5 4 0.08 15 0.07

Didelphis marsupialis Zorro 1 0.8 3 0.06 3 0.01

REPTILES

Geochelone denticulata Motelo 7 5.3 11 0.22 50 0.22

Podocnemis unifilis Taricaya 4 3.0 7 0.14 39 0.17

Caiman crocodilus Lagarto blanco 31 23.5 79 1.59 624 2.74

AVES

Mitu tuberosa Paujil 42 31.8 84 1.69 260 1.14

Penelope jacquacu Pucacunga 80 60.6 324 6.50 421 1.85

Chamaepetes goudotii Pishaco 2 1.5 4 0.08 3 0.01

24
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a

N % N % B %

Aburria aburri Huariño 8 6.1 24 0.48 34 0.15

Pipile cumanensis Pava 6 4.5 12 0.24 14 0.06

Ortalis guttata Manacaraco 44 33.3 311 6.24 187 0.82

Cairina moschata Pato 4 3.0 5 0.10 18 0.08

Tigrisoma spp.b Pumagarzas 7 5.3 17 0.34 14 0.06

Tinamus spp.c Perdices 67 50.8 357 7.16 500 2.19

Crypturellus spp.d Perdices 40 30.3 244 4.90 98 0.43

Psophia leucoptera Trompetero 3 2.3 5 0.10 5 0.02

Amazona sp. Loro 5 3.8 19 0.38 10 0.04

Ara sp. Guacamayo 1 0.8 8 0.16 13 0.06

25
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a

N % N % B %
Ara severa Maracana 3 2.3 48 0.96 38 0.17

Odontophorus sp. Porotohuango 28 21.2 186 3.73 93 0.41

Columbidae Palomas 48 36.4 511 10.25 102 0.45

Ramphastos sp. Pinsha 16 12.1 77 1.54 46 0.20

Opisthocomus hoazin Shansho 1 0.8 6 0.12 7 0.03

a
Los pesos individuales promedio de cada especie aparecen reflejados en el Anexo II, junto con las correspondientes referencias bibliográficas.
b
Incluye las especies Tigrisoma lineatum y Tigrisoma fasciatum.
c
Incluye las especies Tinamus major, Tinamus tao y Tinamus guttatus.
d
Incluye las especies Crypturellus cinereus, Crypturellus undulatus y Crypturellus sp.

26
Finalmente, resulta interesante mencionar que tanto el consumo de carne de monte como el
de pescado están fuertemente influenciados en buena parte del valle por las creencias
religiosas de la población. Así, existen ciertas comunidades (ej.: Loma Linda, Nueva Aldea, Alto
Iscozacín, etc.) donde hay numerosos practicantes de la religión adventista, la cual prohíbe a
los creyentes el consumir animales del monte que no sean rumiantes con pezuñas, de modo
que el único animal silvestre que pueden cazar y consumir en la práctica es el venado;
asimismo, sólo les está permitido consumir aquellos pescados que poseen escamas, de forma
que no consumen especies tan apreciadas en otras comunidades como los zúngaros, cunchis y
bagres (Pimelodidae).

Análisis de las especies principales

Zamaño o Majaz (Agouti paca)

Es la primera especie en importancia, tanto en número de individuos capturados como


en biomasa. Los zamaños son capturados mayormente durante la noche en comederos
de yuca o fruta, que la gente coloca en sus chacras o cerca de ellas. También es muy
frecuente su caza con trampas de cartucho, que se instalan en las sendas del animal y
que se disparan automáticamente cuando el animal pasa por el lugar.

Quirquincho o Carachupa (Dasypus novemcinctus)

Es la segunda especie en cuanto a número de capturas y la cuarta en cuanto a


biomasa capturada. Su caza tiene lugar mediante la búsqueda de sus madrigueras, lo
cual se facilita enormemente con el uso de perros; los mayores cazadores de
quirquinchos (ej.: que cazan más de 10 al año), son siempre personas que cuentan
con perros cazadores.

Cutpe o Misho (Dasyprocta sp.)

Es la tercera especie en número de capturas y en biomasa capturada. Su caza tiene


lugar de diversos modos, destacando el uso de comederos, la espera en collpas, la
caza a lo largo de trochas, y el empleo de la trampa aplastadora (“tamhell”). La
especie más común y más capturada es Dasyprocta variegata, pero según varios
cazadores existe otra especie de cutpe en la zona (probablemente D. fuliginosa).

Perdices (Tinamus spp.)

El grupo de las perdices grandes constituye el quinto en cuanto a número de capturas,


si bien su significación a nivel de biomasa es escasa, ocupando el lugar doceavo. Las
perdices se cazan durante el día o al atardecer, ubicándolas a través del canto que
emiten, fácilmente audible a gran distancia. En ocasiones se practica la técnica de
imitar su canto (“remedar” o “puquear”) para atraer al ave. También es frecuente su

27
captura en trampas aplastadoras o de lazo. Al menos tres especies de perdices grandes
son cazadas en la zona: Tinamus major, T. tao y T. guttatus (puquiadora), siendo esta
última la capturada con mayor frecuencia.

Pucacunga o Pava (Penelope jacquacu)

Constituye la sexta presa en cuanto a número de capturas, si bien tiene poca


significación en cuanto a biomasa. Las pucacungas se cazan durante el día, caminando
a lo largo de trochas y localizándolas por los estridentes sonidos que emiten. Además,
también es frecuente esperarlas al acecho en sus collpas, a donde acuden en grandes
números para ingerir aguas con sales.

Palomas (Columbidae)

Varias especies de palomas están presentes en el área de estudio y se han agrupado


bajo un mismo epígrafe, dado que los entrevistados no siempre contabilizan el número
cazado de cada especie. Si bien constituyen la cuarta presa en número de capturas, su
importancia en cuanto a biomasa es poco significativa. La captura de palomas está en
muchos casos ligada al uso de tirachinas (“ondas”) de jebe, con las cuales los niños se
dedican a dispararles, especialmente en las chacras o en las cercanías de la casa.
También son capturadas en grandes cantidades usando trampas de jaula o trampas
aplastadoras. Las especies más capturadas pertenecen probablemente al género
Leptotila.

Sajino (Tayassu tajacu)

Si bien esta especie es poco importante en cuanto a número de capturas, debido a su


mayor peso (25 kg en promedio) es la segunda especie en cuanto a biomasa total
capturada. Aparentemente los sajinos son ya muy escasos en los territorios cercanos a
las comunidades, siendo todavía bastante comunes en la Reserva Comunal y otras
zonas adyacentes. También se les persigue por ser perjudiciales para ciertos cultivos.
Su captura se asocia principalmente con esperas al acecho en chacras o en collpas, y
con viajes de cacería a áreas alejadas de la comunidad (RCY, BPSMSC).

Venado (Mazama americana)

Es poco importante en número de capturas, pero constituye la quinta presa en


importancia en cuanto a biomasa. Al igual que otros grandes mamíferos, sólo se le
encuentra ocasionalmente en territorios cercanos a las comunidades. Su captura tiene
lugar principalmente mediante esperas al acecho en collpas, o bien caminando por
trochas en bosque primario, generalmente en zonas alejadas de las comunidades.

Captura y consumo de otros grupos animales

Si bien no alcanzan la importancia de la caza y la pesca, otros tipos de animales son


habitualmente recolectados para consumo por los moradores del valle del Palcazú, destacando

28
entre éstos varias especies de invertebrados (moluscos, crustáceos, larvas de coleópteros) y
tres especies de anfibios.

La recolección de invertebrados es especialmente significativa en el caso del caracol churo


(Pomacea sp.), que es consumido por el 73.1% de los entrevistados. La frecuencia más
habitual de consumo de churos oscila entre 1 y 6 veces por mes, pero existen familias que
normalmente consumen churos más de 4 veces por semana. El total estimado de consumo
anual en una muestra de 119 familias fue de 3,583 kg, siendo el promedio estimado de
consumo por familia de 2.5 kg/mes. Los churos se recogen en los ríos y quebradas,
buscándolos levantando las piedras, especialmente en los meses de verano. Dada la
importancia de este recurso, podría pensarse en la instalación de criaderos o granjas familiares
de churos, similares a las que ya existen en otras partes de la Amazonia peruana.

Otros invertebrados de importancia son las larvas de ciertos coleópteros de las palmeras,
conocidas localmente como suris (Rynchophorus palmarum, Rhinostomus spp., Metamasius
spp.), que son consumidas por un 49.6% de los moradores. Se ha estimado un consumo anual
promedio de 3.7 kg/vivienda. En general, los suris se recogen de árboles de pijuayo que han
sido talados previamente.

Los cangrejos presentes en los ríos y quebradas son también capturados frecuentemente para
su consumo. Un 44.5% de los entrevistados manifestaron consumir cangrejos de forma
habitual. Si bien existen dos especies en la zona, la mayor parte de las capturas corresponden
al cangrejo rojo de quebrada (Pseudothelphusa aequatorialis?). Los cangrejos son capturados
con anzuelo o bien mediante el uso de la churana (nasa artesanal hecha de tamshi), usando
como cebo tripa de gallina o de algún otro animal. Se ha estimado un consumo anual de 3.5
kg/vivienda.
También resulta relativamente frecuente (37% de los entrevistados) el consumo de camarones
(Macrobrachium sp.), que se suelen pescar con churana o con pequeñas canastas fabricadas
de tamshi, principalmente en las pozas que van quedando aisladas cuando los ríos comienzan
a secarse. Cuando se captura poca cantidad, los camarones son usados como empate (cebo)
para la pesca con anzuelo, pero cuando se captura un buen número suelen ser consumidos en
la casa (shipanados en hoja de bijao).

Los anfibios también son objeto de recolección en el valle del Palcazú, siendo tres especies las
más usadas. El hualo (Leptodactylus pentadactylus), de gran tamaño, casi ha desaparecido de
la cercanías de las comunidades, probablemente por una sobrecaza; a pesar de ello, fue
capturado en el último año por un 5.3% de los entrevistados, estimándose una captura total
anual de 47 kg.

La especie de anfibio más frecuentemente consumida es conocida localmente como “carahua”


(sp. no identif.); esta rana fue consumida en el último año por el 40.9% de los entrevistados y
se estima un consumo total anual de 212 kg en las viviendas visitadas. Es capturada durante la
noche, en los meses de junio-agosto, cuando se concentra en los ríos para reproducirse. Otra
especie de rana, conocida localmente como “huahuat” (sp. no identif.), también es consumida
pero en menores cantidades (4.5% de los entrevistados; consumo anual estimado: 19 kg).

29
Especies usadas como mascotas o para otros usos

A lo largo de las entrevistas se observó el uso de 12 especies animales como mascotas (Tabla
5). Un total de 42 viviendas de las 132 visitadas mantenían algún animal silvestre como
mascota. Las especies más frecuentes fueron la cotorra (Pionus menstruus; 37.5%), el
pihuicho (Brotogeris cyanoptera; 21.4%) y el pichico (Saguinus sp.; 10.7%).

Tabla 5. Especies animales criadas como mascotas en el área de estudio.

Nombre común Nombre científico Nº individuos %

Pionus menstruus Cotorra 21 37.5

Brotogeris cyanoptera Pihuicho 12 21.4

Saguinus sp. Pichico 6 10.7

Amazona ochrocephala Loro 3 5.4

Agouti paca Zamaño 3 5.4

Dasyprocta sp. Cutpe 3 5.4

Tayassu tajacu Sajino 2 3.6

Penelope jacquacu Pucacunga 2 3.6

Nasua nasua Achuni 1 1.8

Mitu tuberosa Paujil 1 1.8

Ortalis guttata Manacaraco 1 1.8

Aratinga weddellii Pedrillo 1 1.8

Ninguno de los entrevistados manifestó vender los cueros de los animales cazados; sin
embargo pudimos observar un cuero de boa (Boa constrictor) y otro de nutria (Lutra sp.) a la
venta en una de las comunidades visitadas. Además se registró el uso de cueros de sajino y
cutpe para la elaboración de tambores.

30
La captura de boas para usar su grasa con fines medicinales es algo muy común en el área de
estudio, si bien no se pudo hacer un cálculo del total de ejemplares capturados anualmente
para este fin. Otras especies que son cazadas por sus propiedades medicinales incluyen el
achuni (Nasua nasua), el puercoespín (Coendou bicolor), el zorro (Didelphis marsupialis) y
algunas especies de ranas, entre otras.

Patrones generales de pesca

La pesca es una de las actividades más importantes para los habitantes del valle y es
practicada por casi todos ellos de forma generalizada, independientemente de cual sea su
ocupación principal. Sólo dos de los entrevistados (1.5%) manifestaron no salir a pescar
nunca. La frecuencia de pesca es variable, siendo el caso más común el de los que pescan 1-2
veces por semana (46.7%), seguido de 3-4 veces semanales (28.9%), y de más de 4 veces a
la semana (15.6%) (véase Fig. 7).

Los hábitats de pesca más utilizados son los ríos (91.7% de los pescadores), seguidos por las
quebradas (31.6%) y las cochas (3.0%). La pesca en quebradas tiene lugar preferentemente
durante el invierno, cuando los ríos están demasiado crecidos. La mayor parte de los
pescadores manifestó pescar más durante los meses de verano que en el invierno, a pesar de
que con el comienzo del invierno se registra otro importante pico de actividad pesquera.

Prácticamente todos los entrevistados pescan cerca de su comunidad o a menos de 2 horas de


distancia de la misma. Sólo 4 (3.0%) manifestaron pescar de vez en cuando dentro de los
límites de la Reserva Comunal Yanesha. En general, ninguno de los pescadores hace viajes
largos para pescar, siendo todas las salidas de menos de un día de duración.

Las técnicas de pesca más utilizadas en el valle fueron el anzuelo (98.5% de los pescadores), y
la tarrafa o atarraya (90.2%) (Fig. 8). Resulta muy significativo, también, el elevado
porcentaje de pescadores que manifestaron utilizar dinamita (30.1%) y cube (raíz de
Lonchocarpus densiflorus), también conocido localmente como barbasco (36.1%). Otras
técnicas poco usadas son las mallas o redes de enmalle, la flecha o arpón y el método
denominado tapar-brazo, consistente en cerrar con piedras o redes algunos brazos del río
durante los meses de verano, cuando éstos comienzan a secarse. También se usan
ocasionalmente técnicas de pesca como la captura a mano (únicamente en verano) o la pesca
con churana (nasa).

31
Figura 7. Frecuencia de las salidas a pescar
3-4/semana

>4/semana

Nunca

1-3/mes

1-2/semana

Figura 8. Técnicas de pesca más utilizadas en el área de estudio.

Anzuelo

Tarrafa

Barbasco

Flecha

Dinamita

Tapar-brazo

Red enmalle

Otros

0 20 40 60 80 100 120
Porcentaje de pescadores

32
La actividad de la pesca tiene lugar tanto en el día como en la noche, si bien hay un cierto
grupo de pescadores que muestran preferencia por la pesca nocturna (33.8%), mientras que
otro grupo prefiere pescar durante el día (21.1%). En general, durante el día se utilizan la
flecha, el barbasco, la dinamita, el anzuelo, el tapado de brazos y la recogida a mano. En las
noches se pesca principalmente con tarrafa, anzuelo o red.

Especies piscícolas de mayor importancia

Con objeto de analizar la importancia relativa de las distintas especies piscícolas en la


alimentación local se han valorado dos parámetros: la estimación de biomasa total de cada
especie pescada anualmente, y el porcentaje de entrevistados que manifestaron haber
pescado cada especie en el último mes.

Al menos 23 especies de peces son capturadas habitualmente en el área de estudio (Tabla 6).
En total se ha estimado que en las 132 viviendas encuestadas se pesca anualmente un
promedio de 62,243 kg de pescado (471.5 kg/vivienda/año). En cualquier caso debe señalarse
que existe una gran diferencia entre las comunidades de la parte alta del valle y las de la parte
baja, en cuanto a la diversidad y cantidad de la pesca. En general, en la parte baja del valle se
pesca un mayor número de especies y en mayores cantidades que en la parte alta, a donde no
llegan muchas de las especies migratorias o de gran tamaño. Esto es especialmente
significativo en el caso del zúngaro y los grandes bagres, que apenas son pescados en las
comunidades de la mitad alta del valle, pero que constituyen un recurso pesquero de gran
importancia en las comunidades de la parte baja.

La pesca de numerosas especies está altamente vinculada a las migraciones que estas realizan
(“mijanos”). Así, peces como las chupadoras remontan los ríos en grandes cardúmenes
durante los meses de julio-agosto, momento aprovechado por los pobladores del valle para
capturar grandes cantidades. Otros peces de importancia económica con un comportamiento
migratorio similar serían los sábalos, corvinas y los grandes zúngaros.

Utilizando el número y porcentaje de pescadores entrevistados que manifestaron haber


pescado cada especie en el último mes, destaca claramente la importancia de las chupadoras
(Prochilodus nigricans) y las carachamas (Pterygoplichthys multiradiatus, y otros Loricariidae),
capturadas por un 89.4% de los pescadores.

Las especies pescadas en mayores cantidades fueron la chupadora (27.6% de las capturas),
las carachamas (14.9%) y el sábalo (Brycon sp.; 12.0%), seguidos a distancia por la corvina
(Salminus affinis), varias especies de cíclidos (Cichlasoma, Aequidens, Crenicichla), el huasaco
(Hoplias malabaricus) y varios bagres (Pimelodidae) (Tabla 6).

Como ya se ha mencionado para el caso de la caza, la pesca también está influenciada por las
creencias religiosas en buena parte del valle, de tal modo que los practicantes de la religión
adventista no consumen peces sin escamas (ej.: Pimelodidae, Gymnotiformes, etc.).

Los grandes zúngaros (Zungaro zungaro, Pseudoplatystoma fasciatum), si bien son escasos en

33
la actualidad en las partes altas y medias del valle, tienen gran importancia localmente en las
partes más bajas (comunidades cercanas a Iscozacín), donde suele haber un comercio
importante para estas especies, que alcanzan los mejores precios del mercado.

34
Tabla 6. Importancia relativa de las distintas especies piscícolas capturadas en el valle del Palcazú. Se representa el estimado de
biomasa anual pescada en una muestra de 132 viviendas, así como el porcentaje de entrevistados que manifestaron haber
pescado cada especie durante el último mes.

Nº pescadores último mes Biomasa capturada/año (kg)


Nombre científico Nombre local
N % B %

Prochilodus nigricans Chupadora 118 89.4 17208 27.6

Pterygoplichthys multiradiatus Carachama 118 89.4 9261 14.9

Brycon sp. Sábalo 94 71.2 7459 12.0

Salminus affinis Corvina 100 75.8 4814 7.7

Hoplias malabaricus Huasaco 97 73.5 3550 5.7

Zungaro zungaro Zúngaro 31 23.5 2684 4.3

Pseudoplatystoma fasciatum Doncella 18 13.6 1755 2.8

Cichlidae Bujurquis, etc. 107 81.1 5506 8.8

35
Nº pescadores último mes Biomasa capturada/año (kg)
Nombre científico Nombre local
N % B %

Pimelodus spp. Cunchis 51 38.6 2223 3.6

Pimelodidae Bagres/Motas 83 62.9 3242 5.2

Schizodon fasciatus/Leporinus sp. Lisa 42 31.8 1179 1.9

Characidae Anchoveta, Mereto 74 56.1 1774 2.9

Piaractus brachypomus Paco 25 18.9 246 0.4

Colossoma macropomum Gamitana 2 1.5 128 0.2

Mylossoma sp. Palometa 1 0.8 48 0.1

Serrasalmus sp. Paña 10 7.6 216 0.3

Gymnotiformes Macanas/Anguila 23 17.4 450 0.7

Potamotrygon sp. Raya 11 8.3 380 0.6

36
Nº pescadores último mes Biomasa capturada/año (kg)
Nombre científico Nombre local
N % B %
No identificados Otros peces 4 3.0 120 0.2

37
DISCUSIÓN

Alimentación y fuentes de proteína animal

El pescado constituye la principal fuente de proteína animal en el valle del Palcazú,


contribuyendo con más del 50% de la biomasa consumida (Fig. 9). Le siguen en importancia
los animales domésticos (principalmente gallinas y chanchos) y la carne de monte (21% y
20% respectivamente). Es muy probable que la importancia de la carne de monte haya sido
muy superior a la de los animales domésticos en épocas anteriores a la construcción de la
carretera Villa Rica-Iscozacín, cuando la crianza de animales menores estaba todavía muy poco
desarrollada y la fauna silvestre era más abundante en el valle (Bayley 1981).
El promedio de consumo estimado de carne de monte en el área de estudio resultó ser de 83.0
g/persona/día, próximo al consumo estimado por Gaviria (1981) en el río Pichis (64.8
g/persona/día), y a los valores estimados por Pierret y Dourojeanni (1967) para el curso
inferior del río Ucayali (52 g/persona/día). El consumo estimado de pescado por habitante y
día resultó ser de 226.7 g, algo inferior a los valores reportados por Gaviria (1981) para los
ashaninkas del río Pichis (279.6 g/persona/día), pero superior a la estimación realizada por
Bayley (1981) en la comunidad de Shiringamazú (122 g/persona/día), y a la estimación de

Figura 9. Importancia relativa de las distintas fuentes de proteína animal.

Animales domésticos
Reptiles/Anfibios
Aves

Carne monte
Mamíferos

Pescado
Invertebrados

Pierret y Dourojeanni (1967) (135.6 g/persona/día).

El consumo estimado de carne de animales domésticos (gallinas, patos, vacas, chancho, cuy,
ovino) es de 87.0 g/persona/día, valor muy superior al estimado por Gaviria (1981) (11.2
g/persona/día), y al estimado por Pierret y Dourojeanni (1967) (34.1 g/persona/día), lo cual
probablemente sea debido al mayor desarrollo que ha alcanzado la cría de animales menores

38
durante los últimos años en esta región.

Caza y consumo de carne de monte

La denominada “carne de monte” siempre ha constituido un renglón importante en la


producción de los bosques amazónicos (Terborgh et al. 1986). Miles de familias rurales han
obtenido de la fauna silvestre las proteínas necesarias para su bienestar, y si no fuera por este
recurso gratuito, su régimen alimenticio en muchos casos no hubiera sido adecuado (Pierret y
Dourojeanni 1967, Redford y Robinson 1991, Bodmer et al. 1994). De los casi tres millares de
especies de vertebrados terrestres que existen en la Amazonia, sólo poco más de un centenar
han sido aprovechados directamente por el hombre. Sin embargo, el aporte de los
relativamente escasos animales usados ha sido muy significativo para la economía regional y,
en particular, para el bienestar de las poblaciones locales (Dourojeanni 1990).

Gaviria (1981) encuentra que en el valle del río Pichis, los animales pequeños tales como el
majaz o zamaño (Agouti paca), el añuje o cutpe (Dasyprocta sp.) y el quirquincho o carachupa
(Dasypus novemcinctus) constituyen la base de la dieta carnívora de los nativos ashaninkas.
En el río Pachitea, los animales que más contribuyen a la alimentación de los habitantes
ribereños son el venado (Mazama spp.), el motelo (Geochelone denticulata), el sajino (Tayassu
tajacu) y el zamaño (Pierret y Dourojeanni 1966). En el curso inferior del río Ucayali, son la
huangana (Tayassu pecari), el zamaño, el sajino y la sachavaca (Tapirus terrestris), los
animales que más aportan a la alimentación (Pierret y Dourojeanni 1967).

En la Reserva Nacional Pacaya-Samiria (Loreto), Bodmer et al. (1997b) encuentran que los
animales más frecuentemente cazados son el majaz, la huangana, el añuje, el mono negro
(Cebus apella), el coto mono (Alouatta seniculus), la chosna (Potos flavus), la carachupa y la
sachavaca; sin embargo en cuanto a biomasa consumida, la especie más importante resultó
ser la sachavaca (35% de la biomasa de mamíferos extraída), seguida por la huangana (32%)
y el majaz (10%). Similares resultados fueron reportados por Bodmer et al. (1994) para la
Reserva Comunal Tamshiyacu-Tahuayo, donde los ungulados (sajino, huangana, sachavaca,
venado) fueron las presas más importantes, representando el 78% de la biomasa extraída por
los cazadores locales.

Nuestros resultados resultan comparables a los de los estudios realizados por Pierret y
Dourojeanni (1966) y Gaviria (1981) en zonas cercanas y similares fisionómicamente a nuestro
área de estudio, siendo los animales de pequeño o mediano tamaño, especialmente el
zamaño, el cutpe, el quirquincho, el sajino y el venado, los que más contribuyen a la
alimentación local (68.8% de la biomasa de carne de monte extraída).

Dourojeanni (1981) y Brack (1981) consideran que la mayor parte de las poblaciones de
animales silvestres del valle del Palcazú se encuentran por debajo de los niveles que podrían
garantizar un aprovechamiento comercial sostenible de las mismas. Si bien no se han realizado
hasta la fecha estimaciones poblacionales que puedan corroborar esta afirmación, coincidimos
con estos autores en que sería recomendable el establecimiento un veda inicial, en tanto en
cuanto no se realicen los estudios pertinentes. De esta veda quedarían exceptuadas las
especies más frecuentemente capturadas con fines de subsistencia por los nativos y que se
adaptan mejor al modelo de desarrollo que predomina actualmente en el valle (ej.: zamaño,

39
cutpe, quirquincho, palomas y algunas otras aves).

Especies como el zamaño, el cutpe o el quirquincho se adaptan bien a la presencia humana y


se ven altamente favorecidas por la presencia de un paisaje en mosaico formado por bosques
primarios cercanos al climax, bosques secundarios o purmas, campos de cultivo y pastizales;
en este tipo de paisajes, las especies antes mencionadas encuentran alimento abundante en
las chacras y purmas, alternando con zonas boscosas que les brindan cobijo y protección
(Brack 1981). Estas tres especies representan casi el 50% de la biomasa cazada anualmente
en el área de estudio y resultarían fácilmente manejables con fines de subsistencia en los
terrenos de propiedad de las comunidades nativas, tal y como se ha venido haciendo en los
últimos años. Este manejo sería de tipo extensivo y poco costoso, requiriendo únicamente de
la realización de evaluaciones poblacionales simples (obtención de índices de presencia o
abundancia; Overton 1971) y de un monitoreo anual del número de capturas realizadas. Las
cuotas iniciales propuestas deberían ser conservadoras y se irían reajustando en los años
subsiguientes en base a las evaluaciones poblacionales y los registros de cosecha. Algunas
especies de aves como las palomas (Columbidae) y ciertas perdices (Tinamidae) también
podrían resultar adecuadas para este tipo de manejo.

Otras especies de gran importancia para los habitantes locales, como el sajino y el venado, en
cambio, son más sensibles a la presión de caza y la presencia humana, si bien pueden verse
favorecidas por la apertura de claros en el bosque, con lo cual podrían ser perfectamente
manejadas en bosques destinados a extracción maderera, así como en bosques de protección
(Dourojeanni 1981). A juicio de los cazadores entrevistados, tanto estas especies como la
sachavaca, antes muy comunes en el valle, resultan ya muy escasas en el territorio de las
comunidades debido a la sobrecaza a que fueron sometidas durante los últimos años, y su
manejo debería comenzar por el establecimiento de una veda temporal (3-5 años) en los
terrenos de las comunidades, combinado con un programa de investigación que permita
diseñar un plan de aprovechamiento sostenible de estas y otras especies de interés dentro de
la Reserva Comunal Yanesha.

En una primera etapa debería procederse a realizar una evaluación precisa del estatus
poblacional de las principales especies cinegéticas presentes en la RCY (en base a censos por
transectos; véase p. ej., Burnham et al. 1980, Bodmer et al. 1997a, Peres 1997), y establecer
simultáneamente un sistema de monitoreo permanente de la cacería con participación de las
comunidades y los cazadores locales, siguiendo para ello una metodología similar a la utilizada
en la Reserva Comunal Tamshiyacu-Tahuayo por Bodmer et al. (1997a).

Con los datos recogidos aplicando esta metodología y utilizando uno de los varios modelos
teóricos de sostenibilidad desarrollados en los últimos años (véase p. ej., Robinson y Redford
1994) se podría, en un plazo breve de 2-3 años, calcular la cuota óptima de cosecha sostenible
para cada especie. En tanto en cuanto no se obtiene esta información, imprescindible para un
buen manejo técnico intensivo de la fauna silvestre en el valle, la cacería debería seguir
concentrándose únicamente en el territorio de las propias comunidades nativas y sólo en las
especies más abundantes y productivas.

Las posibilidades del uso de ciertas especies con fines de producción de cueros (sajino,
huangana, venado, ronsoco, lagarto) o pieles (nutria, lobo de río, jaguar, tigrillo, chosna), así

40
como la caza deportiva (jaguar, oso de anteojos) y la caza para fines de investigación
biomédica (mono pichico, musmuqui, etc.), han sido discutidas en extenso por Dourojeanni
(1981), pero consideramos que resultan alternativas poco viables, al menos a corto plazo,
debido al reducido tamaño poblacional de la mayor parte de estas especies en el valle del
Palcazú.

También se ha analizado la posibilidad de la crianza en cautiverio o semicautiverio de


determinadas especies (Dourojeanni 1981), siendo el ronsoco el que cuenta con las mejores
perspectivas para ello, si bien también se están desarrollando experiencias de cría de zamaño
en semicautiverio dentro del propio valle (ej., Sr. José Roca). El manejo del ronsoco constituye
una interesante posibilidad en grandes pastizales como los existentes en la parte baja del
valle, a los cuales esta especie se adapta muy bien en caso de existir agua disponible y
pequeñas parcelas de bosque cercanas. A nivel local, el ronsoco es muy perseguido por
considerarse nocivo como competidor del ganado vacuno; sin embargo en los llanos de
Venezuela se ha demostrado ampliamente que, en densidades adecuadas, el ronsoco no
compite con el ganado, y constituye una excelente alternativa económica dada su mayor
eficiencia reproductiva y digestiva (Ojasti 1991). Esta alternativa debería ser explorada en el
área de estudio con mayor detalle, si bien las poblaciones actuales de ronsoco parecen ser
escasas y deberían recuperarse previamente con una veda temporal.

A la hora de la implementación de cualquier plan de manejo en la zona, sugerimos la


aplicación de un modelo similar y basado en las mismas premisas que el utilizado por el equipo
de Richard Bodmer en la Reserva Comunal Tamshiyacu-Tahuayo (Bodmer et al. 1997a). Este
modelo, denominado genéricamente como “co-manejo de recursos”, implicaría la participación
simultánea de cuatro grandes agentes activos: las comunidades nativas, las instituciones
gubernamentales, personal de extensión (ONGs) e investigadores. Las comunidades serían las
encargadas de tomar las decisiones sobre los asuntos de manejo y uso del recurso, pero sus
decisiones estarían influenciadas por los programas gubernamentales (plan maestro de la RCY
y normas legales pertinentes), así como por los resultados de las investigaciones. El papel de
los trabajadores de extensión (promotores comunales, ONGs) sería el de servir de nexo de
unión entre las regulaciones gubernamentales, las investigaciones y las propias comunidades
nativas; este último papel, esencial para el buen funcionamiento del plan de manejo, podría
perfectamente ser desempeñado por los promotores del proyecto “Conservación de los
Bosques de la Amazonia Alta en la Selva Central del Perú”, ejecutado por Pro Naturaleza.

Pesca y consumo de pescado

La pesca es una de las principales actividades del poblador amazónico, en cuanto a que
provee la mayor parte de la proteína animal consumida en su dieta (Pierret y Dourojeanni
1967, Ríos et al. 1973, Gaviria 1981). Nuestros datos corroboran esta tendencia e indican que
el pescado representa casi el 70% de la proteína animal consumida por los moradores del valle
del Palcazú.

En cualquier caso los patrones de pesca en el Palcazú son diferentes a los observados en otras
partes de la selva baja del Perú, donde el pescado es mucho más abundante y la pesca se
orienta más hacia la comercialización que hacia la subsistencia (Montreuil et al. 1997, Tello
1997).

41
Al menos 23 especies de peces son habitualmente consumidas en el valle, pero la lista podría
extenderse mucho más de incluir las especies no comerciales o consumidas sólo
ocasionalmente. Las principales especies capturadas localmente son parcialmente migratorias,
destacando entre ellas la chupadora o boquichico (Prochilodus nigricans), que representa más
del 25% de la biomasa capturada (podría representar hasta el 70%, según Bayley 1981) y es
la especie más importante para la pesquería local. La chupadora realiza típicamente largas
migraciones, lo cual implica la existencia de variaciones estacionales en cuanto a la abundancia
del recurso y en cuanto a la biomasa capturada. Otras especies piscícolas capturadas
habitualmente en la zona y que poseen un comportamiento migratorio similar serían el sábalo
(Brycon sp.), la corvina (Salminus affinis), el paco (Piaractus brachypomus) o la lisa (Schizodon
fasciatus), entre otras.

Debido a ello, el manejo del recurso pesquero en el valle del Palcazú debe enmarcarse dentro
de una perspectiva regional más que local, ya que la pesquería comercial que tiene lugar
aguas abajo, especialmente en el río Pachitea, puede indudablemente afectar el stock de
peces migratorios disponibles para la pesca en el Palcazú (Bayley 1981). El patrón migratorio
más habitual en el valle consiste en la llegada de los peces (“mijano”) procedentes de aguas
abajo (Pachitea, o incluso partes del Ucayali), típicamente entre los meses de julio y
septiembre; estos peces se alimentan en las partes altas del río o en sus afluentes, donde
acumulan nuevas reservas grasas. Muchos de los adultos e inmaduros permanecen en las
partes altas del río y sus afluentes durante la época de creciente, pero la mayor parte migran
de nuevo aguas abajo con la llegada de las primeras inundaciones. Existen también en la zona
subpoblaciones residentes que no migran aguas abajo.

En general, la captura por unidad de esfuerzo suele incrementarse considerablemente en los


meses de agosto-octubre, con la llegada de los peces migratorios procedentes de aguas abajo.
El índice de capturas desciende luego durante el período de máxima creciente de los ríos
(diciembre-febrero), si bien no todos los peces emigran después de las primeras inundaciones,
y los individuos residentes pueden seguir siendo capturados en los pequeños ríos y tributarios.

Las especies no migratorias poseen, en general, menor importancia económica, exceptuando


las carachamas (Pterygoplichthys multiradiatus, Loricariidae) y varias especies de cíclidos
(Cichlidae), que representan casi un 15% y un 9% respectivamente del total estimado de
capturas, y son especialmente importantes para los moradores de las partes más altas del
valle, donde la abundancia de peces migratorios y de gran tamaño es mucho menor (ej.:
apenas se encuentran zúngaros, doncellas, pacos, etc.).

La tarrafa y el anzuelo son los métodos más utilizados por los pescadores locales, si bien
resulta muy preocupante el elevado uso del cube (barbasco) y la dinamita. La tarraya
constituye una de las técnicas más efectivas y rentables en aguas superficiales (excepto
cuando éstas están muy claras), y puede ser usada durante las noches con gran eficiencia. Se
usa principalmente para la pesca de chupadoras, pero no tanto para peces de mayor tamaño
como los zúngaros o el paco, que son pescados preferentemente con anzuelo.

El uso de dinamita no es reciente en la zona (ver Bayley 1981) y es probablemente el principal


factor limitante de la producción pesquera del valle. Cuando la dinamita es empleada en aguas

42
superficiales, la mayor parte de los peces aturdidos son recuperados por los pescadores (a
menos que las aguas estén turbias); pero desafortunadamente también se usa mucho esta
técnica en pozas profundas, donde la mortalidad de peces es mucho más alta que la
recuperación.

El uso de venenos como el cube o barbasco se ha generalizado también en los últimos años y
existe una cierta polémica en cuanto a sus efectos, existiendo defensores que alegan que esta
técnica ha sido utilizada por los nativos desde tiempos ancestrales y que los venenos vegetales
son biodegradables, pero existiendo también detractores que la consideran incluso como más
dañina y perjudicial que la propia dinamita (Bayley 1981). Como bien apunta Dourojeanni
(1990), es probable que la “barbasqueada” sea justificable mientras existan poblaciones
humanas pequeñas que aplican la técnica cumpliendo reglas precisas, pero cuando el uso de
estos venenos se generaliza, los efectos sobre los stocks de peces pueden llegar a ser
dramáticos.

Un caso concreto que apoya esta idea es la recuperación rápida de los stocks de peces en los
ríos y quebradas de la comunidad nativa de Tsachopen (valle de Oxapampa), después de una
protección estricta de dos años contra el uso de barbasco y dinamita. La mayor parte de los
pescadores entrevistados son conscientes de que estas dos técnicas resultan altamente
perjudiciales para la conservación a largo plazo del recurso pesquero y se mostrarían a favor
de su prohibición, pero reconocen que en ciertas ocasiones la necesidad les obliga a recurrir a
ellas.

Bayley (1981) alertó sobre la posibilidad de que la producción pesquera en algunas zonas del
valle se viera afectada adversamente por la construcción de la carretera Villa Rica-Iscozacín.
Por una parte, la migración de ciertas especies hacia la partes más altas del valle podría verse
afectada, perjudicando de forma notoria a las comunidades situadas aguas arriba (ej.: San
Pedro, Santa Rosa, Loma Linda). Por otra parte, el incremento de sólidos en suspensión y
sedimentos en el agua podría afectar a las subpoblaciones que permanecen en la zona durante
la época de creciente, y en especial al boquichico o chupadora debido a sus particulares
hábitos alimenticios. Quedaría por demostrar si el descenso del rendimiento pesquero en los
últimos años y la escasez actual de peces en las comunidades de la parte alta del valle
(admitida por la mayor parte de los entrevistados) puede atribuirse directamente a la
construcción de la carretera o bien a alguna otra variable desconocida.

En la actualidad existe un nuevo factor potencial de perturbación en la zona, ya que se está


procediendo a construir una central hidroeléctrica en las cercanías de la comunidad nativa de
Loma Linda-Laguna. Si bien esta obra parece importante y necesaria para el desarrollo del
valle, deberían tomarse todas las precauciones del caso, para evitar que las nuevas
infraestructuras pudieran afectar la producción pesquera y perjudicar a los habitantes de esta
y otras comunidades aledañas (MOPT 1989).

43
CONCLUSIONES GENERALES

1. El pescado constituye la principal fuente de proteína animal en el área de estudio,


contribuyendo con el 54.6% de la biomasa animal consumida. Le siguen en
importancia los animales domésticos, principalmente gallinas y chanchos (21.0%), y la
carne de monte (20.2%).

2. La mayor parte de los cazadores salen a mitayear en terrenos de la propia comunidad


(habitualmente a menos de 2 horas de la vivienda), y únicamente un 20.2%
manifestaron cazar ocasionalmente en la Reserva Comunal Yanesha o en el Bosque de
Protección San Matías-San Carlos. Los meses de verano son los preferidos para la
práctica de la caza y los hábitats más frecuentados para cazar son el bosque primario
(monte real) y los campos de cultivo. La escopeta es el instrumento de caza más
utilizado, seguido de varios tipos de trampas (de cartucho, aplastadora, jaula) y del
arco y la flecha. Casi una cuarta parte de los cazadores se ayudan de perros para
cazar.

3. Al menos 44 especies animales silvestres son cazadas habitualmente en el valle, de las


cuales 18 son mamíferos (40.9%), 23 son aves (52.3%) y 3 son reptiles (6.8%).
Adicionalmente también son recolectadas varias especies de anfibios e invertebrados,
destacando entre estos últimos, los caracoles o churos (Pomacea sp.), que son
consumidos por un 73% de los entrevistados, siendo el promedio estimado de
consumo familiar de 2.5 kg/mes.

4. Las especies cazadas con mayor frecuencia resultaron ser el zamaño (Agouti paca;
16.0% de las capturas), el quirquincho (Dasypus novemcinctus; 12.7%), las palomas
(Columbidae; 10.2%), el cutpe (Dasyprocta sp.; 8.6%), las perdices (Tinamus spp.;
7.1%) y la pucacunga (Penelope jacquacu; 6.5%). En cuanto al total de biomasa
capturada, las especies más significativas fueron el zamaño (29.1%), el sajino
(Tayassu tajacu; 14.0%), el quirquincho (9.7%), el cutpe (8.5%) y el venado (Mazama
americana; 7.5%). Se ha estimado una captura promedio anual de 37.8
animales/vivienda, con una biomasa total estimada de 172.6 kg/vivienda.

5. Existen buenas perspectivas para el manejo extensivo de las especies más comunes y
mejor adaptadas a los ambientes en mosaico predominantes en las partes bajas del
valle (mezcla de bosque primario, purmas, chacras y pastizales). Entre estas especies
destacan por su importancia el zamaño, el cutpe y el quirquincho, las cuales que
representan casi el 50% de la biomasa capturada anualmente en el área de estudio.

6. Varias especies silvestres son usadas como mascotas por los moradores del valle del
Palcazú, si bien este tipo de uso no alcanza proporciones significativas. Las especies
más frecuentemente mantenidas en cautividad son las cotorras (Pionus menstruus) y
los pihuichos (Brotogeris cyanoptera).

7. La pesca es una de las actividades más importantes en la economía del valle, siendo
practicada semanalmente por más el 90% de los pobladores. La pesca tiene lugar
cerca de la propia comunidad y sólo un 3% de los pescadores manifestaron pescar en

44
ocasiones dentro de la Reserva Comunal Yanesha. Las técnicas de pesca más utilizadas
son el anzuelo y la tarrafa o atarraya, pero también resulta muy elevado el porcentaje
de pescadores que manifestaron usar habitualmente dinamita (30%) y barbasco
(36%).

8. Al menos 23 especies de peces son capturadas habitualmente en el área de estudio. La


captura promedio anual estimada fue de 471.5 kg/vivienda. La especie piscícola más
importante en términos de biomasa capturada fue el boquichico o chupadora
(Prochilodus nigricans; 27.6%), seguido de las carachamas (Loricariidae,
principalmente Pterygoplichthys multiradiatus; 14.9%), el sábalo (Brycon sp.; 12.0%) y
la corvina (Salminus affinis; 7.7%). Los grandes zúngaros (Zungaro zungaro) tienen
cierta importancia local en las partes más bajas del valle (cerca a Iscozacín), donde
suele haber un mercado importante para esta especie.

45
RECOMENDACIONES DE MANEJO

1. De cara a la elaboración de los futuros planes de manejo de la Reserva Comunal


Yanesha (RCY) y del Bosque de Protección San Matías-San Carlos (BPSMSC), resulta
urgente la realización de inventarios de flora y fauna en estas zonas, especialmente en
lo referente a las especies animales de mayor importancia socio-económica. Estos
inventarios deberían incluir estudios taxonómicos de los grupos más problemáticos y
menos estudiados hasta la fecha (ej.: peces, anfibios, invertebrados).

2. Establecer una veda parcial de aquellas especies cinegéticas importantes cuyas


poblaciones se han visto reducidas en el valle durante los últimos años (especialmente
la sachavaca, la huangana, y quizás el venado y el sajino); esta veda tendría como
objetivo permitir una recuperación de las especies que más han sufrido por la
sobrecaza, facilitando al mismo tiempo la realización de evaluaciones poblacionales y la
aplicación de modelos teóricos de sostenibilidad que permitan, en un plazo de tiempo
lo más corto posible, el establecimiento de planes de manejo sostenibles. La veda no
afectaría, por supuesto, a la caza de subsistencia de las especies más comunes
capturadas en el valle como el zamaño, el cutpe, el quirquincho y algunas aves
(Columbidae, Tinamidae).

3. De cara al futuro plan de aprovechamiento de la fauna silvestre en la RCY, se


recomienda realizar cuanto antes censos poblacionales de las principales especies
cinegéticas presentes, especialmente de aquellas con mayor importancia actual o
potencial para la caza de subsistencia y la caza comercial (especialmente los grandes
ungulados como sajino, huangana, venado, sachavaca). Dichas evaluaciones deberían
ir acompañadas de la puesta en funcionamiento de un sistema eficaz de control del
número de capturas realizadas de cada especie, bien mediante cartillas de caza que
serían rellenadas por los propios cazadores, o bien mediante un sistema de monitoreo
periódico en una serie de familias seleccionadas aleatoriamente, tal y como se propone
más adelante para la pesca.
4. A la hora de implementar el plan de manejo de la fauna silvestre en la RCY se
recomienda aplicar un modelo de co-manejo similar al desarrollado por Bodmer et al.
(1997a) en la Reserva Comunal Tamshiyacu-Tahuayo, que implicaría la participación
simultánea de cuatro grandes agentes activos: las comunidades nativas, las
instituciones gubernamentales, personal de extensión (ONGs) e investigadores. Las
comunidades serían las encargadas de tomar las decisiones sobre los asuntos de
manejo y uso del recurso, pero sus decisiones estarían influenciadas por los programas
gubernamentales (plan maestro de la RCY y normas legales pertinentes), así como por
los resultados de las investigaciones. El papel de los trabajadores de extensión
(promotores comunales, ONGs) sería el de servir de nexo de unión entre las
regulaciones gubernamentales, las investigaciones y las propias comunidades nativas.

5. Sería recomendable investigar el efecto de la caza con perros sobre ciertas especies
todavía comunes como el quirquincho y el zamaño. La generalización del uso de perros
adiestrados para la caza podría, a corto o medio plazo, traducirse en una disminución
significativa de las poblaciones naturales de estas especies en las cercanías de las
comunidades.

46
6. Se recomienda, asimismo, iniciar experiencias de manejo de algunas especies de la
fauna silvestre en condiciones de cautiverio o semicautiverio, siendo las principales
candidatas para realizar estas experiencias piloto, el ronsoco y el zamaño. Dado que
existen buenas posibilidades de comercialización para la carne de estas especies, el
éxito de estos programas de manejo contribuiría a reducir sensiblemente la presión
sobre sus poblaciones naturales.

7. La recuperación de la productividad pesquera del valle pasa necesariamente por


asegurar la protección del régimen hidrológico, para lo cual debe mantenerse una
estricta protección en las cabeceras de los ríos (PNYCH, BPSMSC), evitando
colonizaciones espontáneas y talas indiscriminadas de vegetación arbórea.
8. Asimismo debe controlarse de modo estricto el uso de técnicas de pesca destructivas
como la dinamita y el cube (barbasco). Esta prohibición debe constituirse en una
premisa fundamental a la hora de establecer los planes de manejo para la Reserva
Comunal Yanesha, pero también debe incidirse sobre este aspecto en el terreno de las
propias comunidades nativas a través de campañas de educación y concientización.

9. Las piscigranjas pueden constituirse como una buena alternativa, todavía no


suficientemente explorada y fomentada, a la sobreexplotación de los recursos
pesqueros en la zona y al abuso de técnicas nocivas de pesca. En este punto debería
darse preferencia a la cría de especies nativas (boquichico, sábalo, cíclidos) en lugar de
especies foráneas como la tilapia o la carpa. La cría de churos (Pomacea sp.) también
debería fomentarse de modo experimental en el valle.

10. Debe establecerse un sistema de monitoreo del consumo anual per cápita de cada
especie piscícola; este programa de monitoreo podría centrarse en una serie de
familias seleccionadas aleatoriamente y debería realizarse todos los años cubriendo las
dos grandes estaciones climáticas (ej.: podría hacerse un seguimiento periódico del
volumen de peces capturados entre febrero-abril y entre agosto-octubre, en base al
cual se podrían hacer extrapolaciones bastante precisas sobre el total anual de pescado
capturado en el valle).

11. En general, debería aumentarse el grado de participación de las comunidades nativas y


de sus instituciones representativas en todos los programas de investigación y en los
procesos de toma de decisiones dentro de los proyectos de cooperación que se
ejecutan en el valle. En este mismo orden de cosas, debe fomentarse la realización de
cursos de capacitación y talleres participativos sobre temas relacionados con el
manejo de la fauna silvestre y los recursos pesqueros.

47
BIBLIOGRAFÍA

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50
ANEXOS

Anexo I
Modelo de encuesta utilizado durante la investigación

51
Nº ENCUESTA: COMUNIDAD:

1. Nº personas en la vivienda (Nº unidades familiares):


2. Principales actividades económicas (rangos): agricultura, ganadería, pesca, caza, forestal, otras

ALIMENTACIÓN

3. Cuantas veces por semana comen:


Carne de monte Aves de corral Pescado Cuy
Carne de res Chancho Ovinos Invertebrados

4. En que épocas del año se consume más carne de monte? Y pescado?

5. Cuantos kilos de carne de monte comen mensualmente en la casa? Cuantos de pescado?

6. Tipo de conservación de la carne/pescado consumido: fresco, seco, ahumado?

7. Cuantos kilos de carne de monte vende al mes? Cuantos kilos compran?

8. Cuantos kilos de pescado vende al mes? Cuantos compra?

9. Precios de la carne de monte

10. Precios del pescado

CACERÍA

11. En que época del año suele salir a mitayear con más frecuencia?

12. Cuales son las zonas a las que va a cazar (RCY, PNYCH, BPSMSC, otras zonas)

13. En que tipo de áreas prefiere cazar (monte real, purmas, chacras, quebradas, etc.)?

14. A cuantas hora de distancia de la comunidad suele ir a cazar?

15. Cuantos días permanece en el monte cazando?

16. Cuantas veces por semana sale a mitayear?

17. Que tipo de armas usa mayormente: escopeta (propia?), flecha, trampas, perros, otros.

18. Cuando prefiere cazar: de día o en la noche? En collpa, en comederos, en trochas, en quebradas?

19. Cual es la carne de monte preferida por usted (cite las 3 especies preferidas):

20. Que hace con las pieles de los animales que caza? Si las vende, a quien y a que precios?

52
21. Cuantos ejemplares caza anualmente de cada especie (según la hoja con dibujos adjunta).

22. Cría algún animal silvestre como mascota en la casa? Que tipo de animales y cuantos?

PESCA

23. En que épocas del año suele ir a pescar con más frecuencia?

24. En que tipo de zonas pesca (quebrada, río, cochas, pozas)? Donde (RCY, PNYCH, otros)?

25. A que distancia de la comunidad (cuantas horas) suele ir a pescar?

26. Cuanto tiempo permanece pescando en esas zonas?

27. Cuantas veces a la semana sale de pesca?

28. Que tipo de aparejos usa: redes, tarrafa, anzuelo, flecha, barbasco, dinamita, tapar-brazo, otros.

29. En que momento suele pescar preferentemente: de día o en la noche?

30. Que especies de pescado captura con mayor frecuencia (estimado de kg/mes):

Chupadora Zúngaro Otras spp.

Doncella Sábalo

Palometa Lisa

Paña Corvina

Gamitana Carachama

Paco Huasaco

Cunchi Bujurqui

Barbón Mota

Acarahuazú Macana

53
Anexo II. Pesos estimados de las principales especies cazadas en la zona de estudio.a

Nombre común Nombre científico Peso (kg)

Tapirus terrestris Sachavaca 160.0

Mazama americana Venado 30.0

Tayassu pecari Huangana 32.0

Tayassu tajacu Sajino 25.0

Dasyprocta sp. Cutpe, Misho 4.5

Hydrochaeris hydrochaeris Ronsoco 35.0

Agouti paca Zamaño, Majaz 8.3

Dinomys branickii Machetero 13.0

Dasypus novemcinctus Quirquincho 3.5

Nasua nasua Achuni 3.0

Sciurus sp. Ardilla 0.8

Lagothrix lagothricha Mono choro 8.7

Cebus apella Mono martín 3.4

Potos flavus Chosna 3.0

Eira barbara Manco 5.0

Coendou bicolor Puercoespín 4.1

Bradypus variegatus Pelejo 3.8

Didelphis marsupialis Zorro 0.9

Geochelone denticulata Motelo 4.5

Podocnemis unifilis Taricaya 5.6

Caiman crocodilus Lagarto blanco 7.9

60
Nombre común Nombre científico Peso (kg)

Mitu tuberosa Paujil 3.1

Penelope jacquacu Pucacunga 1.3

Chamaepetes goudotii Pishaco 0.8

Aburria aburri Huariño 1.4

Pipile cumanensis Pava 1.2

Ortalis guttata Manacaraco 0.6

Cairina moschata Pato 3.5

Tigrisoma sp. Garza 0.8

Tinamus spp. Perdices 1.4

Crypturellus spp. Bocuñuy 0.4

Psophia leucoptera Trompetero 1.0

Amazona sp. Loro 0.5

Ara sp. Guacamayo 1.6

Ara severa Maracana 0.8

Odontophorus sp. Porotohuango 0.5

Columbidae Palomas 0.2

Ramphastos sp. Pinsha, Tucán 0.6

Opisthocumus hoazin Shansho 1.2

a
Obtenidos a partir de las siguientes referencias bibliográficas: Peres (1997), Bodmer et al. (1997a), del
Hoyo et al. (1992), Terborgh et al. (1986), Ayres et al. (1991).

61
Anexo III. Listado de nombres yanesha de las especies de fauna silvestre y pescados de
mayor importancia económica en el área de estudio.

Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha

MAMIFEROS

Tapirus terrestris Sachavaca Ato_

Mazama americana Venado Ma_ñorr

Tayassu pecari Huangana Oyhua

Tayassu tajacu Sajino Ap˜a

Dasyprocta sp. Cutpe, Misho Ro_quëp˜

Hydrochaeris hydrochaeris Ronsoco Amo

Agouti paca Zamaño, Liebre, Majaz Yap

Dinomys branickii Machetero Arom

Dasypus novemcinctus Quirquincho Asho_sh

Nasua nasua Achuni Chom˜

Sciurus sp. Ardilla Posho_ll

Lagothrix lagothricha Mono choro Co_ch

Cebus apella Mono martín Toch

Potos flavus Chosna Ots

Eira barbara Manco, Umairo Acmue_

Coendou bicolor Puercoespín Tonte_ll

Bradypus variegatus Pelejo Remosh

Didelphis marsupialis Zorro Beshe_llque

62
Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha

REPTILES

Geochelone denticulata Motelo Cajore_

Podocnemis unifilis Taricaya Shem˜per

Caiman crocodilus Lagarto blanco Sañere_

ANFIBIOS

Leptodactylus pentadactylus Hualo Huarro_

Otras spp. No identificadas Hua_huat, Carahua_

AVES

Mitu tuberosa Paujil Cosht˜e

Penelope jacquacu Pucacunga Huepo

Chamaepetes goudotii Pishaco Pueyaren

Aburria aburri Huariño Huello

Pipile cumanensis Pava Anarr

Ortalis guttata Manacaraco Morra_t˜

Cairina moschata Pato Pañt˜o

Tigrisoma fasciatum Garza negra Tarnacosh

Tigrisoma lineatum Puma garza Rroll

Tinamus guttatus Perdiz puquiadora Arrot˜e_tañ

Tinamus major Yungururo Soncor

Tinamus tao Perdiz huancho Rrot˜

Crypturellus undulatus Panguana Masancua_

Crypturellus cinereus Yanayuto Som˜

63
Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha

Crypturellus sp. Bocuñuy Sholle

Psophia leucoptera Trompetero Chaca_m˜

Odontophorus sp. Porotohuango Cha_huar

Ara severa Maracana, Papagayo Shabe_

Pionus menstruus Cotorra Tome

Brotogeris cyanoptera Pihuicho Chelloque_

Columbidae Palomas Arot

Ramphastos sp. Pinsha, Tucán Chancorr

PECES

Prochilodus nigricans Chupadora, Boquichico Cac

Zungaro zungaro Zúngaro Omañe_

Pseudoplatystoma fasciatum Doncella Huabe

Pterygoplichthys multiradiatus Carachama Meshe_t

Brycon sp. Sábalo Mamore_

Schizodon fasciatum Lisa Cohuana_

Salminus affinis Corvina Sheb˜

Piaractus brachypomus Paco Comuere_

Pimelodus sp. Cunchi Sheco_r poñe_spen

Pimelodidae Bagres Sheco_r

Cichlidae Bujurquis Mero_

Hoplias malabaricus Huasaco Tsesma

Electrophorus electricus Anguila Chebe_

64
Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha

Gymnotiformes Macanas Tsonquere_

Potamotrygon sp. Raya Shet˜om

INVERTEBRADOS

Pomacea sp. Churo No_cho

Macrobrachium sp. Camarón Yocor

Pseudothelphusa aequatorialis? Cangrejo rojo Yell

Coleoptera (larvas) Suri Ompa

65

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