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José A. González
AGRADECIMIENTOS
Estoy en deuda con todo el personal del proyecto “Conservación de los Bosques de la
Amazonia Alta en la Selva Central del Perú”, especialmente con Pedro Aguilar y Manuel
Palacios, por el apoyo logístico y por todas las facilidades brindadas durante mis estancias en
Oxapampa y en el valle del Palcazú. Un agradecimiento muy especial a mis guías locales,
Espíritu Bautista y Juan Quijano, por su sincera amistad y por compartir conmigo toda su
sabiduría. También deseo agradecer a Pedro Vásquez, por sus consejos durante las etapas de
planificación del trabajo, a Hernán Ortega por su apoyo en el análisis de los datos de pesca, y
a Thomas Moore (USAID) por facilitarme la consulta de documentos inéditos del Proyecto
Especial Pichis-Palcazú.
INDICE
RESUMEN ..................................................................................................................... 1
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 2
ÁREA DE ESTUDIO........................................................................................................ 3
METODOLOGÍA............................................................................................................. 7
RESULTADOS.............................................................................................................. 11
Patrones generales de alimentación y consumo de proteína animal ..................... 11
Patrones generales de cacería........................................................................... 15
Especies animales más importantes para la cacería ............................................ 20
Análisis de las especies principales .................................................................... 25
Captura y consumo de otros grupos animales .................................................... 28
Especies usadas como mascotas o para otros usos............................................. 29
Patrones generales de pesca............................................................................. 31
Especies piscícolas de mayor importancia .......................................................... 33
DISCUSIÓN ................................................................................................................ 37
Alimentación y fuentes de proteína animal ......................................................... 37
Caza y consumo de carne de monte .................................................................. 38
Pesca y consumo de pescado............................................................................ 42
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 51
ANEXOS ..................................................................................................................... 55
RESUMEN
Se estudian los patrones de caza, pesca y consumo de proteína animal en nueve comunidades
nativas y cuatro asentamientos de colonos del valle del río Palcazú, en base a una extensa
encuesta realizada en 153 viviendas (877 personas; aprox. 8.3% de la población del valle). El
pescado constituye la principal fuente de proteína animal en el área de estudio, contribuyendo
con el 54.6% de la biomasa animal consumida por los pobladores. Le siguen en importancia
los animales domésticos (21.0%) y la carne de monte (20.2%). Resulta también significativo el
elevado consumo de invertebrados, especialmente caracoles, que pueden representar hasta un
4.1% de la biomasa animal capturada. En general, los pobladores del valle prefieren utilizar los
terrenos pertenecientes a sus propias comunidades para cazar y pescar; la utilización de las
áreas protegidas que flanquean al valle (Parque Nacional Yanachaga-Chemillén, Reserva
Comunal Yanesha, Bosque de Protección San Matías-San Carlos) para las actividades de caza y
pesca es muy escasa.
Al menos 44 especies animales son cazadas en el valle, de las cuales un 40.9% son
mamíferos, un 52.3% son aves y un 6.8% son reptiles. Las especies capturadas con mayor
frecuencia son el zamaño (Agouti paca; 16.0% de las capturas), el quirquincho (Dasypus
novemcinctus; 12.7%), las palomas (Columbidae; 10.2%), el cutpe (Dasyprocta sp.; 8.6%),
las perdices (Tinamus spp.; 7.1%) y la pucacunga (Penelope jacquacu; 6.5%), habiéndose
estimado una captura promedio anual de 37.8 animales/vivienda (172.6 kg/vivienda). En
términos de biomasa cazada, los mamíferos (87% de la biomasa capturada) destacan
claramente sobre los demás grupos animales, siendo las especies más importantes el zamaño
(29.1%), el sajino (Tayassu tajacu; 14.0%), el quirquincho (9.7%), el cutpe (8,5%) y el
venado (Mazama americana; 7.5%).
La pesca constituye una actividad esencial para la economía local, siendo practicada
semanalmente por más del 90% de los entrevistados. Los instrumentos de pesca más
utilizados fueron el anzuelo y la tarrafa, destacando también el elevado número de pescadores
que emplean habitualmente técnicas destructivas como el cube o barbasco (36%) y la
dinamita (30%). Al menos 23 especies de peces son capturadas para consumo, siendo el
boquichico o chupadora (Prochilodus nigricans) la especie más importante para la pesquería
local (27.6% de las capturas), seguida en importancia por la carachama (Pterygoplichthys
multiradiatus; 14.9%), el sábalo (Brycon sp.; 12.0%) y la corvina (Salminus affinis; 7.7%). El
promedio anual de capturas estimado fue de 471.5 kg/vivienda.
Se discuten los posibles cambios en los patrones tradicionales de caza y pesca en el valle
provocados por la construcción de la carretera Villa Rica-Iscozacín y los impactos secundarios
asociados a la misma (colonización, deforestación, transformación en pastizales, efectos sobre
la migración y abundancia de peces, sobrecaza de ciertas especies de fauna silvestre, etc.).
Asimismo, se proponen diversas medidas de manejo con el fin de garantizar la provisión de
pescado y carne de monte para las futuras generaciones de pobladores del valle, y se
establecen una serie de lineamientos generales que podrían facilitar el manejo y
aprovechamiento sostenible de la pesca y la fauna silvestre en la Reserva Comunal Yanesha.
1
INTRODUCCIÓN
El proyecto “Conservación de los Bosques de la Amazonia Alta en la Selva Central del Perú”,
actualmente ejecutado por Pro Naturaleza, con el apoyo financiero de la cooperación técnica
holandesa (Embajada Real de los Países Bajos), tiene como objetivo general el de contribuir a
la conservación de la diversidad biológica y al mantenimiento de las funciones ambientales de
un importante sector de bosques tropicales en la Selva Central (provincia de Oxapampa,
departamento de Pasco).
2
AREA DE ESTUDIO
El valle del Palcazú, ubicado en el Departamento de Pasco, y con una extensión aproximada de
190,000 ha, está flanqueado por la cordillera de Yanachaga al Oeste, que lo separa del valle
de Oxapampa-Pozuzo, la cordillera de San Matías al Este, que lo separa del valle del río Pichis,
y la cordillera de San Carlos al Sur (Fig. 1). El rango de altitudes en el valle varía desde
aproximadamente 300 m.s.n.m. en las partes más bajas, hasta los 3,600 m.s.n.m. en las
cumbres más altas de la cordillera de Yanachaga.
El valle del Palcazú está ocupado por una población cercana a los 10,500 habitantes,
aproximadamente la mitad de los cuales son nativos del grupo yanesha agrupados en diez
comunidades, correspondiendo el resto a colonos de ascendencia austro-germana, colonos de
origen andino, y algunos nativos del grupo ashaninka. Las tierras ocupadas por las
comunidades nativas (45,178 ha), especialmente en las partes altas del valle, mantienen gran
parte de su cobertura boscosa, mientras que las tierras ocupadas por colonos en las partes
bajas presentan un alto grado de intervención por actividades ganaderas y agrícolas.
Aunque el valle inferior fue originalmente clasificado como zona de vida “Bosque húmedo
tropical”, estudios recientes demuestran que las precipitaciones son mucho más altas de lo que
en principio se creía, estando el 85% del valle inferior en la zona de vida “Bosque muy
húmedo tropical” o en la transición cálida de la zona de vida “Bosque muy húmedo
premontano tropical”. Esto significa que la precipitación promedio es de 3,300-5,000 mm
anuales, pudiendo sobrepasar los 6,000 mm anuales en varias partes del valle.
Los suelos del valle del Palcazú son notoriamente pobres. Los suelos arcillosos-rojos de las
extensas colinas onduladas en la parte inferior de valle son sumamente ácidos (pH 3.8-4.5)
debido a una abundancia de aluminio y a que son altamente lixiviados y consecuentemente
casi desprovistos de los principales nutrientes. También son comunes en el valle las terrazas
ribereñas antiguas, con suelos franco-arenosos blancos, los cuales son todavía más infértiles
que los suelos arcillosos-rojos (Hartshorn 1985). Este hecho, unido a la alta precipitación, hace
que la mayor parte de las tierras del valle sean sólo aptas para protección o para producción
forestal, mientras que las actividades agrícolas y ganaderas quedarían restringidas a las tierras
aluviales de las partes más bajas.
El valle del Palcazú cuenta con una fauna y una flora muy rica y diversa, con numerosas
peculiaridades y endemismos dentro del contexto de la Amazonia, debido a que esta zona ha
sido identificada como uno de los refugios del Pleistoceno (Lamas 1979, Brack 1981).
El valle del Palcazú ha estado históricamente ocupado por grupos nativos de la etnia yanesha,
los cuales mantenían una economía basada en la agricultura de subsistencia, complementada
con la caza, la pesca y pequeñas actividades de recolección de productos forestales (Smith
1977). La historia reciente del valle del Palcazú es muy similar a la de otras partes de la
Amazonia peruana. En las primeras décadas de este siglo, la principal actividad comercial del
valle fue la extracción de caucho. Antes de 1945 existía solo un pequeño grupo de colonos de
origen europeo al Norte del valle; en 1947 de funda Iscozacín y se inicia la colonización de la
parte central y meridional del valle; entre 1960 y 1980 llegaron al valle nuevos colonos para
dedicarse a la ganadería. La escasez de maderas finas en otros mercados, provocó que entre
3
los años 1970 y 1975, grupos de madereros penetrasen al valle talando grandes cantidades de
árboles, si bien esta extracción duró poco debido a las dificultades que presentaba el terreno
(Aguilar 1986). La construcción de la carretera Villa Rica-Iscozacín, terminada en 1985,
probablemente ha sido el acontecimiento que ha tenido un mayor impacto en la vida del valle,
al facilitar la entrada de numerosos colonos de origen andino, y transformar la economía de la
sociedad yanesha de manera importante al abrir rutas de mercado hacia las grandes ciudades.
En tiempos recientes, el valle y sus habitantes han sufrido también los embates del fenómeno
terrorista (1986-1990) y del narcotráfico (1990-1993).
Si bien muchos de los componentes del PEPP fracasaron en el corto o medio plazo, no se
pueden negar éxitos importantes como la protección de los dos flancos que bordean el valle
(Yanachaga y San Matías) y el control de la extracción forestal, todo ello derivado del hecho de
haber sido el primer proyecto de desarrollo en el país que contemplaba un componente de
protección ambiental dentro de sus prioridades (Aguilar 1986). Además, mediante la titulación
de tierras a las Comunidades Nativas, el proyecto evitó una colonización espontánea y
desorganizada del valle, cuyas consecuencias hubieran sido catastróficas.
4
5
METODOLOGÍA
La información de base para nuestro estudio se obtuvo a través de una extensa encuesta
realizada durante los meses de diciembre de 1998 y junio de 1999 en un total de 9
comunidades nativas y 4 asentamiento de colonos ubicadas en el valle del río Palcazú, en
zonas aledañas a la Reserva Comunal Yanesha. Un cuestionario para entrevistas, estructurado
en 30 preguntas (ver Anexo I), se usó para: (a) analizar los patrones generales de caza y
pesca, así como estimar el consumo de pescado y carne de monte en el área de estudio; (b)
determinar cuales son las especies cinegéticas más importantes y estimar las cantidades
cazadas anualmente en la zona; (c) determinar las especies piscícolas capturadas más
frecuentemente y estimar las cantidades pescadas anualmente en la zona; (d) evaluar el grado
de uso de la RCY para las actividades de caza y pesca; y (e) obtener información de base que
pueda ser aplicada para el manejo de la fauna silvestre en la RCY.
Nº de viviendas
Comunidad Sector encuestadas
6
Laguna (Raya) 13 13
Shiringamazú Progreso 9 2 11
Pueblo Libre 5 5
Gallinazo Shiringamaz 1 7 8
Mucñiz Lontananza 1 1
Si bien las encuestas y entrevistas personales constituyen una valiosa herramienta que puede
ser usada para el estudio de un amplio espectro de actividades humanas relacionadas con la
vida silvestre (Filion 1987), siempre debe tenerse presente que éstas son potencialmente
objeto de fuentes de error importantes, que podrían sesgar los resultados finales (Wright
1978). Las principales fuentes de error que consideramos podrían afectar a nuestro estudio
son:
(a) Sesgo de prestigio: en encuestas de cosecha de caza resulta frecuente que los
cazadores que no han tenido éxito informen de haber sido exitosos o de haber
capturado un número mayor de animales que los cosechados realmente;
7
(b) Efecto telescópico: existe una cierta tendencia de algunos individuos a informar sobre
eventos en un tiempo dado, diferente del tiempo en que realmente ocurrió el evento;
en nuestro caso este efecto podría manifestarse en el hecho de que algunos cazadores
incluyesen en los datos de cosecha anual animales capturados durante más de un año;
(c) Sesgo de temor: dado el nivel de protección de que goza la RCY y las restricciones
legales existentes en cuanto a caza y pesca, se puede esperar que algunos moradores
desconfiados tiendan a ocultar sus viajes de caza o pesca al interior de la Reserva, o
bien que infravaloren el número real de capturas realizadas.
En nuestras visitas a las comunidades éramos acompañados y presentados por dos personas
(Espíritu Bautista y Juan Quijano, un nativo y un colono respectivamente) ampliamente
conocidas en todo el valle, con buenas dotes de comunicación y con muy buena reputación, lo
cual facilitaba la creación de un rápido clima de confianza entre el investigador y los
entrevistados y una mayor colaboración por parte de los mismos, repercutiendo en una mayor
fiabilidad de los resultados.
Para el análisis del total de ejemplares capturados de cada una de las especies se realizaba
una interpretación in situ de los valores estimados por el encuestado (véase Pierret y
Dourojeanni 1966). Así, cuando el encuestado no recordaba con precisión o no era capaz de
calcular el número de animales capturados al año, se le preguntaba el promedio de los que
mata en un mes y el encuestador multiplicaba esta información por los meses del año,
haciendo conocer el resultado al encuestado a fin de que este diera su conformidad (otra
opción usada con frecuencia, era preguntar cuantos ejemplares había cazado en lo que va del
presente año). Esta misma aproximación se utilizó para valorar la biomasa de peces capturada
mensualmente.
De forma adicional, con objeto de minimizar el sesgo potencial existente en las respuestas, se
incluyeron en el cuestionario varias preguntas reiterativas cruzadas con la finalidad de detectar
el grado de precisión de las respuestas, especialmente en lo referente a las estimaciones de
cosecha (Anexo I; véanse p. ej.: preguntas 3, 6, 17 y 21). En caso de observarse
contradicciones importantes en las respuestas a estas preguntas cruzadas, se solicitaba al
entrevistado que meditase sobre ello y precisase mejor su contestación. A pesar de ello, un
total de 15 encuestas (9.8%) fueron descartadas del análisis final por considerarse que las
respuestas eran muy contradictorias (poco coherentes) o tendentes a la exageración (sesgo de
prestigio). Otros 6 cuestionarios (3.9%) se incluyeron parcialmente en algunos análisis, pero
fueron considerados como dudosos debido a que los entrevistados tendían a responder con
mucho temor o a admitir un número de capturas inferior al que parecían indicar sus demás
respuestas (sesgo de temor).
El análisis de datos efectuado resultaría bastante preciso para evaluar los patrones de caza y
pesca predominantes en el área de estudio (frecuencia de caza y pesca, épocas y lugares,
armas y aparejos, técnicas más usadas, etc.), así como para estimar la importancia relativa de
las distintas especies utilizadas. Sin embargo, debe señalarse que las cifras correspondientes a
las cantidades absolutas de animales cazados o pescados en el área de estudio deben ser
tomadas con mucha cautela y considerarse únicamente como aproximaciones a la tasa anual
de cosecha para cada especie, ya que no se puede descartar que haya habido ciertas
8
imprecisiones por parte de los moradores en algunas de sus respuestas (véase Silva y Strahl
1997).
RESULTADOS
El pescado constituye la principal fuente de proteína animal en el área de estudio; más del
48.5% de los entrevistados manifestaron consumir pescado 1-2 días por semana, mientras que
un 44.7% consumen pescado más de 3 días a la semana (Fig. 2). Al pescado le siguen en
importancia las aves de corral (gallinas y patos) y la carne de monte; ambos tipos de carne
son consumidos en cantidades similares por la mayoría de los moradores del área de estudio,
siendo las frecuencias de consumo más habituales la de 1-3 veces/mes y la de 1-2
veces/semana (Fig. 2).
Las carnes de chancho, res, ovino y cuy son, en general, poco importantes para la
alimentación en las comunidades estudiadas. Más de un 50% de los entrevistados
manifestaron consumir este tipo de carnes menos de una vez al mes (Fig. 2). El consumo de
carne de chancho y res resulta algo más elevado en aquellas familias que se dedican a
actividades pecuarias o a la ganadería.
El promedio estimado de consumo diario por habitante resultó ser de 83.0 g para la carne de
monte, 226.7 g para el pescado, 87.0 g para la carne de animales domésticos (gallinas, patos,
vacas, chancho, ovinos, cuy), y 17.1 g para los invertebrados.
El promedio de carne de monte consumida mensualmente por vivienda resultó ser de 7.2 kg
(SD=6.3; rango: 0-32). En cuanto al pescado, el promedio de consumo mensual resultó ser de
15.6 kg (SD=9.9; rango: 2-40).
9
10
> 4 días/semana 3-4 días/semana 1-2 días/semana 1-3 días/mes < 1 día/mes
100
80
Frecuencia de consumo (%)
60
40
20
0
Caza Pescado Gallinas Chancho Res Ovino Cuy Invertebrados
Figura 2. Frecuencia de consumo de las distintas fuentes de proteína animal en el área de estudio.
11
12
En cualquier caso, debe señalarse que estas cifras reflejan únicamente los valores medios de
consumo a lo largo del año, pero existen grandes diferencias estacionales en cuanto a la
importancia del pescado y la carne de monte en la alimentación. Así, más de la mitad de los
entrevistados manifestaron consumir significativamente más carne de monte y pescado
durante los meses de verano que durante los meses del invierno (Fig. 3). El mayor consumo
de carne de monte tiene lugar entre los meses de junio y octubre, cuando la actividad
cinegética es más intensa; el pescado es consumido en mayores cantidades durante todo el
verano (especialmente cuando se producen las mijanadas) y a principios del invierno.
La mayor parte del pescado y la carne de monte son consumidos en fresco. Sólo un pequeño
porcentaje de los entrevistados manifestaron secar (17.4%) o ahumar (7.6%) habitualmente
el pescado o la carne de monte. Estos métodos de conservación se utilizan preferentemente
En verano En verano
cuando se cazan numerosos animales o algún animal de gran tamaño, o bien cuando se
pescan grandes cantidades de peces (ej.: usando dinamita o barbasco en época de mijano).
En cualquier caso, lo más habitual es la venta directa en fresco del exceso de pescado o carne
de monte, bien en la propia comunidad o bien en los poblados de Iscozacín o Bella Esperanza
(“Chatarra”).
Los precios de venta de la carne de monte varían entre los 3 y los 8 soles/kg, dependiendo del
lugar y de la oferta existente (_ = 5.6; SD = 1.2). En general, los precios son ligeramente más
altos en la parte alta del valle (Bella Esperanza), donde se llega a pagar hasta 8-10 soles por
13
kilogramo de zamaño. En las partes bajas del valle, los precios más habituales son de 5-6
soles/kg. En cuanto al pescado, el precio oscila entre los 2.5 y los 5 soles/kg en fresco (_ =
3.4; SD = 0.7), si bien algunos pescados grandes como los zúngaros (Zungaro zungaro)
alcanzan habitualmente precios más elevados en las inmediaciones del pueblo de Iscozacín (5-
6 soles/kg).
Nº de vendedores habituales 39 38
Nº de compradores habituales 62 54
La compra-venta de carne de monte y pescado es más frecuente en la parte baja del valle,
donde residen más trabajadores asalariados (docentes, comerciantes de Iscozacín, empleados
del PEPP o de las haciendas ganaderas, trabajadores del sector forestal, etc.). En la parte alta
del valle es muy frecuente la venta de zamaños en Bella Esperanza, donde existe un
restaurante que compra un mínimo de 2-3 zamaños diarios durante todos los días del año. El
hecho de que aquí se paguen los mejores precios, hace que los pobladores de los valles del
Pichis y el Palcazú prefieran traer a vender sus zamaños a este lugar, incluso desde zonas
bastante alejadas.
Más de tres cuartas partes de los entrevistados (86.2%) admitieron cazar de forma habitual.
Preguntados sobre las zonas más habituales de cacería, un 79.8% manifestaron cazar en
terrenos pertenecientes a su propia comunidad, un 16.0% utilizan zonas dentro de la Reserva
14
Comunal Yanesha, mientras que un 4.2% dijeron cazar preferentemente en el Bosque de
Protección San Matías-San Carlos. Un 13.8% de los entrevistados manifestaron no haber salido
a cazar nunca durante los últimos años.
15
Distancia a las zonas de caza Duración de los viajes de caza
<2 horas
<1 día
No cazan No cazan
> 6 horas >3 días
2-4 horas 4-6 horas 1-3 días
>3/semana
Quebradas
1-3/mes No cazan
Purmas Chacras <1/mes
16
Escopeta
Arco/flecha
Trampas
0 20 40 60 80 100
Porcentaje de cazadores
En collpa
En comederos
En trochas
En playa
Con trampas
0 10 20 30 40 50 60 70
Porcentaje de cazadores
17
Se registró mucha variabilidad entre los entrevistados respecto a la frecuencia de las salidas a
montear. La frecuencia más habitual resultó ser de 1-3 veces al mes (37.0%), seguida de 1-2
veces por semana (26.1%). Un pequeño porcentaje (11.6%) sale a cazar menos de una vez al
mes; parte de este grupo corresponde a las personas que suelen cazar a cierta distancia de la
comunidad, permaneciendo varios días en el monte. Finalmente, un 11.6% cazan más de 3
veces por semana, siendo este grupo el que registra el mayor índice de capturas y consumo de
carne de monte (Fig. 4).
Las formas de caza más utilizadas son: la espera en comederos artificiales de yuca o de
frutales (59.7% de los cazadores), la espera nocturna en collpas naturales (51.3%), la caza
caminando por trochas (49.6%), y el uso de trampas colocadas en comederos o en sendas de
los animales (47.1%).
La noche es el momento preferido para cazar por la mayoría de los cazadores entrevistados.
Un 46.2% manifestó cazar preferentemente en la noche, un 22.7% manifestó cazar
preferentemente durante el día, mientras que un 31.1% cazan indistintamente de día y de
noche.
Un total de 14 especies animales fueron mencionadas por los pobladores locales como las
carnes de monte preferidas, destacando claramente el zamaño (Agouti paca), seleccionado
entre sus tres primeras preferencias por más del 85% de los entrevistados, seguido en
importancia por el venado (Mazama americana) y el sajino (Tayassu tajacu). Entre el resto de
las especies preferidas se encuentran seis mamíferos y cinco aves (Tabla 3).
Tabla 3. Especies de la fauna silvestre preferidas como alimento por los pobladores
locales; se representa el número y porcentaje de entrevistados que escogieron a
cada especie entre sus tres primeras preferencias.
18
Tayassu tajacu Sajino 48 36.4
Con objeto de analizar la importancia relativa de las distintas especies animales en la caza y la
alimentación local se han valorado tres parámetros: el número total de ejemplares de cada
especie capturados anualmente por los entrevistados, la biomasa de los mismos, y el
porcentaje de entrevistados que manifestaron haber cazado cada especie a lo largo del último
año.
19
22,790 kg (172.6 kg/vivienda/año).
Mamíferos
Mamíferos
Reptiles Reptiles
Aves
Aves
Número de capturas Biomasa capturada
cinco especies fueron las únicas capturadas en el último año por más de la mitad de los
cazadores (Tabla 4).
Las especies cazadas en mayores cantidades en las 132 viviendas encuestadas fueron el
zamaño (799 ejemplares/año; 16.0% de las capturas), el quirquincho (634; 12.7%), las
palomas (511; 10.2%), el cutpe (431; 8.6%), las perdices (357; 7.1%) y la pucacunga (324;
6.5%).
20
ocasionalmente. Así, es común la caza de gavilanes (especialmente Buteo, Micrastur) que
actúan como predadores de pollos de gallina; por esta misma razón es perseguido también el
manco (Eira barbara). La iguana (Iguana iguana) también suele ser consumida
ocasionalmente, si bien no poseemos datos sobre su verdadera importancia. Varias especies
de pequeños paseriformes (Tyrannidae, Icteridae, etc.) son también cazadas en grandes
cantidades, especialmente por los niños utilizando tirachinas de jebe. Adicionalmente, en San
Pedro de Pichanaz se nos informó de la existencia de una cueva donde anida el guácharo
(Steatornis caripensis), cuyos pichones, dotados de un alto contenido graso, son recolectados
ocasionalmente por los moradores de la comunidad.
21
Tabla 4. Estimación del número y biomasa de animales cazados anualmente en una muestra de 132 viviendas del valle del
Palcazú. Se representa, además, el número y porcentaje de entrevistados que manifestaron haber cazado cada especie durante el
último año.
N % N % B %
MAMIFEROS
22
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a
N % N % B %
23
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a
N % N % B %
Bradypus variegatus Pelejo 2 1.5 4 0.08 15 0.07
REPTILES
AVES
24
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a
N % N % B %
25
Cazadores en último Ejemplares cazados Biomasa cazada
Nombre científico Nombre común año (kg)a
N % N % B %
Ara severa Maracana 3 2.3 48 0.96 38 0.17
a
Los pesos individuales promedio de cada especie aparecen reflejados en el Anexo II, junto con las correspondientes referencias bibliográficas.
b
Incluye las especies Tigrisoma lineatum y Tigrisoma fasciatum.
c
Incluye las especies Tinamus major, Tinamus tao y Tinamus guttatus.
d
Incluye las especies Crypturellus cinereus, Crypturellus undulatus y Crypturellus sp.
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Finalmente, resulta interesante mencionar que tanto el consumo de carne de monte como el
de pescado están fuertemente influenciados en buena parte del valle por las creencias
religiosas de la población. Así, existen ciertas comunidades (ej.: Loma Linda, Nueva Aldea, Alto
Iscozacín, etc.) donde hay numerosos practicantes de la religión adventista, la cual prohíbe a
los creyentes el consumir animales del monte que no sean rumiantes con pezuñas, de modo
que el único animal silvestre que pueden cazar y consumir en la práctica es el venado;
asimismo, sólo les está permitido consumir aquellos pescados que poseen escamas, de forma
que no consumen especies tan apreciadas en otras comunidades como los zúngaros, cunchis y
bagres (Pimelodidae).
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captura en trampas aplastadoras o de lazo. Al menos tres especies de perdices grandes
son cazadas en la zona: Tinamus major, T. tao y T. guttatus (puquiadora), siendo esta
última la capturada con mayor frecuencia.
Palomas (Columbidae)
28
entre éstos varias especies de invertebrados (moluscos, crustáceos, larvas de coleópteros) y
tres especies de anfibios.
Otros invertebrados de importancia son las larvas de ciertos coleópteros de las palmeras,
conocidas localmente como suris (Rynchophorus palmarum, Rhinostomus spp., Metamasius
spp.), que son consumidas por un 49.6% de los moradores. Se ha estimado un consumo anual
promedio de 3.7 kg/vivienda. En general, los suris se recogen de árboles de pijuayo que han
sido talados previamente.
Los cangrejos presentes en los ríos y quebradas son también capturados frecuentemente para
su consumo. Un 44.5% de los entrevistados manifestaron consumir cangrejos de forma
habitual. Si bien existen dos especies en la zona, la mayor parte de las capturas corresponden
al cangrejo rojo de quebrada (Pseudothelphusa aequatorialis?). Los cangrejos son capturados
con anzuelo o bien mediante el uso de la churana (nasa artesanal hecha de tamshi), usando
como cebo tripa de gallina o de algún otro animal. Se ha estimado un consumo anual de 3.5
kg/vivienda.
También resulta relativamente frecuente (37% de los entrevistados) el consumo de camarones
(Macrobrachium sp.), que se suelen pescar con churana o con pequeñas canastas fabricadas
de tamshi, principalmente en las pozas que van quedando aisladas cuando los ríos comienzan
a secarse. Cuando se captura poca cantidad, los camarones son usados como empate (cebo)
para la pesca con anzuelo, pero cuando se captura un buen número suelen ser consumidos en
la casa (shipanados en hoja de bijao).
Los anfibios también son objeto de recolección en el valle del Palcazú, siendo tres especies las
más usadas. El hualo (Leptodactylus pentadactylus), de gran tamaño, casi ha desaparecido de
la cercanías de las comunidades, probablemente por una sobrecaza; a pesar de ello, fue
capturado en el último año por un 5.3% de los entrevistados, estimándose una captura total
anual de 47 kg.
29
Especies usadas como mascotas o para otros usos
A lo largo de las entrevistas se observó el uso de 12 especies animales como mascotas (Tabla
5). Un total de 42 viviendas de las 132 visitadas mantenían algún animal silvestre como
mascota. Las especies más frecuentes fueron la cotorra (Pionus menstruus; 37.5%), el
pihuicho (Brotogeris cyanoptera; 21.4%) y el pichico (Saguinus sp.; 10.7%).
Ninguno de los entrevistados manifestó vender los cueros de los animales cazados; sin
embargo pudimos observar un cuero de boa (Boa constrictor) y otro de nutria (Lutra sp.) a la
venta en una de las comunidades visitadas. Además se registró el uso de cueros de sajino y
cutpe para la elaboración de tambores.
30
La captura de boas para usar su grasa con fines medicinales es algo muy común en el área de
estudio, si bien no se pudo hacer un cálculo del total de ejemplares capturados anualmente
para este fin. Otras especies que son cazadas por sus propiedades medicinales incluyen el
achuni (Nasua nasua), el puercoespín (Coendou bicolor), el zorro (Didelphis marsupialis) y
algunas especies de ranas, entre otras.
La pesca es una de las actividades más importantes para los habitantes del valle y es
practicada por casi todos ellos de forma generalizada, independientemente de cual sea su
ocupación principal. Sólo dos de los entrevistados (1.5%) manifestaron no salir a pescar
nunca. La frecuencia de pesca es variable, siendo el caso más común el de los que pescan 1-2
veces por semana (46.7%), seguido de 3-4 veces semanales (28.9%), y de más de 4 veces a
la semana (15.6%) (véase Fig. 7).
Los hábitats de pesca más utilizados son los ríos (91.7% de los pescadores), seguidos por las
quebradas (31.6%) y las cochas (3.0%). La pesca en quebradas tiene lugar preferentemente
durante el invierno, cuando los ríos están demasiado crecidos. La mayor parte de los
pescadores manifestó pescar más durante los meses de verano que en el invierno, a pesar de
que con el comienzo del invierno se registra otro importante pico de actividad pesquera.
Las técnicas de pesca más utilizadas en el valle fueron el anzuelo (98.5% de los pescadores), y
la tarrafa o atarraya (90.2%) (Fig. 8). Resulta muy significativo, también, el elevado
porcentaje de pescadores que manifestaron utilizar dinamita (30.1%) y cube (raíz de
Lonchocarpus densiflorus), también conocido localmente como barbasco (36.1%). Otras
técnicas poco usadas son las mallas o redes de enmalle, la flecha o arpón y el método
denominado tapar-brazo, consistente en cerrar con piedras o redes algunos brazos del río
durante los meses de verano, cuando éstos comienzan a secarse. También se usan
ocasionalmente técnicas de pesca como la captura a mano (únicamente en verano) o la pesca
con churana (nasa).
31
Figura 7. Frecuencia de las salidas a pescar
3-4/semana
>4/semana
Nunca
1-3/mes
1-2/semana
Anzuelo
Tarrafa
Barbasco
Flecha
Dinamita
Tapar-brazo
Red enmalle
Otros
0 20 40 60 80 100 120
Porcentaje de pescadores
32
La actividad de la pesca tiene lugar tanto en el día como en la noche, si bien hay un cierto
grupo de pescadores que muestran preferencia por la pesca nocturna (33.8%), mientras que
otro grupo prefiere pescar durante el día (21.1%). En general, durante el día se utilizan la
flecha, el barbasco, la dinamita, el anzuelo, el tapado de brazos y la recogida a mano. En las
noches se pesca principalmente con tarrafa, anzuelo o red.
Al menos 23 especies de peces son capturadas habitualmente en el área de estudio (Tabla 6).
En total se ha estimado que en las 132 viviendas encuestadas se pesca anualmente un
promedio de 62,243 kg de pescado (471.5 kg/vivienda/año). En cualquier caso debe señalarse
que existe una gran diferencia entre las comunidades de la parte alta del valle y las de la parte
baja, en cuanto a la diversidad y cantidad de la pesca. En general, en la parte baja del valle se
pesca un mayor número de especies y en mayores cantidades que en la parte alta, a donde no
llegan muchas de las especies migratorias o de gran tamaño. Esto es especialmente
significativo en el caso del zúngaro y los grandes bagres, que apenas son pescados en las
comunidades de la mitad alta del valle, pero que constituyen un recurso pesquero de gran
importancia en las comunidades de la parte baja.
La pesca de numerosas especies está altamente vinculada a las migraciones que estas realizan
(“mijanos”). Así, peces como las chupadoras remontan los ríos en grandes cardúmenes
durante los meses de julio-agosto, momento aprovechado por los pobladores del valle para
capturar grandes cantidades. Otros peces de importancia económica con un comportamiento
migratorio similar serían los sábalos, corvinas y los grandes zúngaros.
Las especies pescadas en mayores cantidades fueron la chupadora (27.6% de las capturas),
las carachamas (14.9%) y el sábalo (Brycon sp.; 12.0%), seguidos a distancia por la corvina
(Salminus affinis), varias especies de cíclidos (Cichlasoma, Aequidens, Crenicichla), el huasaco
(Hoplias malabaricus) y varios bagres (Pimelodidae) (Tabla 6).
Como ya se ha mencionado para el caso de la caza, la pesca también está influenciada por las
creencias religiosas en buena parte del valle, de tal modo que los practicantes de la religión
adventista no consumen peces sin escamas (ej.: Pimelodidae, Gymnotiformes, etc.).
Los grandes zúngaros (Zungaro zungaro, Pseudoplatystoma fasciatum), si bien son escasos en
33
la actualidad en las partes altas y medias del valle, tienen gran importancia localmente en las
partes más bajas (comunidades cercanas a Iscozacín), donde suele haber un comercio
importante para estas especies, que alcanzan los mejores precios del mercado.
34
Tabla 6. Importancia relativa de las distintas especies piscícolas capturadas en el valle del Palcazú. Se representa el estimado de
biomasa anual pescada en una muestra de 132 viviendas, así como el porcentaje de entrevistados que manifestaron haber
pescado cada especie durante el último mes.
35
Nº pescadores último mes Biomasa capturada/año (kg)
Nombre científico Nombre local
N % B %
36
Nº pescadores último mes Biomasa capturada/año (kg)
Nombre científico Nombre local
N % B %
No identificados Otros peces 4 3.0 120 0.2
37
DISCUSIÓN
Animales domésticos
Reptiles/Anfibios
Aves
Carne monte
Mamíferos
Pescado
Invertebrados
El consumo estimado de carne de animales domésticos (gallinas, patos, vacas, chancho, cuy,
ovino) es de 87.0 g/persona/día, valor muy superior al estimado por Gaviria (1981) (11.2
g/persona/día), y al estimado por Pierret y Dourojeanni (1967) (34.1 g/persona/día), lo cual
probablemente sea debido al mayor desarrollo que ha alcanzado la cría de animales menores
38
durante los últimos años en esta región.
Gaviria (1981) encuentra que en el valle del río Pichis, los animales pequeños tales como el
majaz o zamaño (Agouti paca), el añuje o cutpe (Dasyprocta sp.) y el quirquincho o carachupa
(Dasypus novemcinctus) constituyen la base de la dieta carnívora de los nativos ashaninkas.
En el río Pachitea, los animales que más contribuyen a la alimentación de los habitantes
ribereños son el venado (Mazama spp.), el motelo (Geochelone denticulata), el sajino (Tayassu
tajacu) y el zamaño (Pierret y Dourojeanni 1966). En el curso inferior del río Ucayali, son la
huangana (Tayassu pecari), el zamaño, el sajino y la sachavaca (Tapirus terrestris), los
animales que más aportan a la alimentación (Pierret y Dourojeanni 1967).
En la Reserva Nacional Pacaya-Samiria (Loreto), Bodmer et al. (1997b) encuentran que los
animales más frecuentemente cazados son el majaz, la huangana, el añuje, el mono negro
(Cebus apella), el coto mono (Alouatta seniculus), la chosna (Potos flavus), la carachupa y la
sachavaca; sin embargo en cuanto a biomasa consumida, la especie más importante resultó
ser la sachavaca (35% de la biomasa de mamíferos extraída), seguida por la huangana (32%)
y el majaz (10%). Similares resultados fueron reportados por Bodmer et al. (1994) para la
Reserva Comunal Tamshiyacu-Tahuayo, donde los ungulados (sajino, huangana, sachavaca,
venado) fueron las presas más importantes, representando el 78% de la biomasa extraída por
los cazadores locales.
Nuestros resultados resultan comparables a los de los estudios realizados por Pierret y
Dourojeanni (1966) y Gaviria (1981) en zonas cercanas y similares fisionómicamente a nuestro
área de estudio, siendo los animales de pequeño o mediano tamaño, especialmente el
zamaño, el cutpe, el quirquincho, el sajino y el venado, los que más contribuyen a la
alimentación local (68.8% de la biomasa de carne de monte extraída).
Dourojeanni (1981) y Brack (1981) consideran que la mayor parte de las poblaciones de
animales silvestres del valle del Palcazú se encuentran por debajo de los niveles que podrían
garantizar un aprovechamiento comercial sostenible de las mismas. Si bien no se han realizado
hasta la fecha estimaciones poblacionales que puedan corroborar esta afirmación, coincidimos
con estos autores en que sería recomendable el establecimiento un veda inicial, en tanto en
cuanto no se realicen los estudios pertinentes. De esta veda quedarían exceptuadas las
especies más frecuentemente capturadas con fines de subsistencia por los nativos y que se
adaptan mejor al modelo de desarrollo que predomina actualmente en el valle (ej.: zamaño,
39
cutpe, quirquincho, palomas y algunas otras aves).
Otras especies de gran importancia para los habitantes locales, como el sajino y el venado, en
cambio, son más sensibles a la presión de caza y la presencia humana, si bien pueden verse
favorecidas por la apertura de claros en el bosque, con lo cual podrían ser perfectamente
manejadas en bosques destinados a extracción maderera, así como en bosques de protección
(Dourojeanni 1981). A juicio de los cazadores entrevistados, tanto estas especies como la
sachavaca, antes muy comunes en el valle, resultan ya muy escasas en el territorio de las
comunidades debido a la sobrecaza a que fueron sometidas durante los últimos años, y su
manejo debería comenzar por el establecimiento de una veda temporal (3-5 años) en los
terrenos de las comunidades, combinado con un programa de investigación que permita
diseñar un plan de aprovechamiento sostenible de estas y otras especies de interés dentro de
la Reserva Comunal Yanesha.
En una primera etapa debería procederse a realizar una evaluación precisa del estatus
poblacional de las principales especies cinegéticas presentes en la RCY (en base a censos por
transectos; véase p. ej., Burnham et al. 1980, Bodmer et al. 1997a, Peres 1997), y establecer
simultáneamente un sistema de monitoreo permanente de la cacería con participación de las
comunidades y los cazadores locales, siguiendo para ello una metodología similar a la utilizada
en la Reserva Comunal Tamshiyacu-Tahuayo por Bodmer et al. (1997a).
Con los datos recogidos aplicando esta metodología y utilizando uno de los varios modelos
teóricos de sostenibilidad desarrollados en los últimos años (véase p. ej., Robinson y Redford
1994) se podría, en un plazo breve de 2-3 años, calcular la cuota óptima de cosecha sostenible
para cada especie. En tanto en cuanto no se obtiene esta información, imprescindible para un
buen manejo técnico intensivo de la fauna silvestre en el valle, la cacería debería seguir
concentrándose únicamente en el territorio de las propias comunidades nativas y sólo en las
especies más abundantes y productivas.
Las posibilidades del uso de ciertas especies con fines de producción de cueros (sajino,
huangana, venado, ronsoco, lagarto) o pieles (nutria, lobo de río, jaguar, tigrillo, chosna), así
40
como la caza deportiva (jaguar, oso de anteojos) y la caza para fines de investigación
biomédica (mono pichico, musmuqui, etc.), han sido discutidas en extenso por Dourojeanni
(1981), pero consideramos que resultan alternativas poco viables, al menos a corto plazo,
debido al reducido tamaño poblacional de la mayor parte de estas especies en el valle del
Palcazú.
La pesca es una de las principales actividades del poblador amazónico, en cuanto a que
provee la mayor parte de la proteína animal consumida en su dieta (Pierret y Dourojeanni
1967, Ríos et al. 1973, Gaviria 1981). Nuestros datos corroboran esta tendencia e indican que
el pescado representa casi el 70% de la proteína animal consumida por los moradores del valle
del Palcazú.
En cualquier caso los patrones de pesca en el Palcazú son diferentes a los observados en otras
partes de la selva baja del Perú, donde el pescado es mucho más abundante y la pesca se
orienta más hacia la comercialización que hacia la subsistencia (Montreuil et al. 1997, Tello
1997).
41
Al menos 23 especies de peces son habitualmente consumidas en el valle, pero la lista podría
extenderse mucho más de incluir las especies no comerciales o consumidas sólo
ocasionalmente. Las principales especies capturadas localmente son parcialmente migratorias,
destacando entre ellas la chupadora o boquichico (Prochilodus nigricans), que representa más
del 25% de la biomasa capturada (podría representar hasta el 70%, según Bayley 1981) y es
la especie más importante para la pesquería local. La chupadora realiza típicamente largas
migraciones, lo cual implica la existencia de variaciones estacionales en cuanto a la abundancia
del recurso y en cuanto a la biomasa capturada. Otras especies piscícolas capturadas
habitualmente en la zona y que poseen un comportamiento migratorio similar serían el sábalo
(Brycon sp.), la corvina (Salminus affinis), el paco (Piaractus brachypomus) o la lisa (Schizodon
fasciatus), entre otras.
Debido a ello, el manejo del recurso pesquero en el valle del Palcazú debe enmarcarse dentro
de una perspectiva regional más que local, ya que la pesquería comercial que tiene lugar
aguas abajo, especialmente en el río Pachitea, puede indudablemente afectar el stock de
peces migratorios disponibles para la pesca en el Palcazú (Bayley 1981). El patrón migratorio
más habitual en el valle consiste en la llegada de los peces (“mijano”) procedentes de aguas
abajo (Pachitea, o incluso partes del Ucayali), típicamente entre los meses de julio y
septiembre; estos peces se alimentan en las partes altas del río o en sus afluentes, donde
acumulan nuevas reservas grasas. Muchos de los adultos e inmaduros permanecen en las
partes altas del río y sus afluentes durante la época de creciente, pero la mayor parte migran
de nuevo aguas abajo con la llegada de las primeras inundaciones. Existen también en la zona
subpoblaciones residentes que no migran aguas abajo.
La tarrafa y el anzuelo son los métodos más utilizados por los pescadores locales, si bien
resulta muy preocupante el elevado uso del cube (barbasco) y la dinamita. La tarraya
constituye una de las técnicas más efectivas y rentables en aguas superficiales (excepto
cuando éstas están muy claras), y puede ser usada durante las noches con gran eficiencia. Se
usa principalmente para la pesca de chupadoras, pero no tanto para peces de mayor tamaño
como los zúngaros o el paco, que son pescados preferentemente con anzuelo.
42
superficiales, la mayor parte de los peces aturdidos son recuperados por los pescadores (a
menos que las aguas estén turbias); pero desafortunadamente también se usa mucho esta
técnica en pozas profundas, donde la mortalidad de peces es mucho más alta que la
recuperación.
El uso de venenos como el cube o barbasco se ha generalizado también en los últimos años y
existe una cierta polémica en cuanto a sus efectos, existiendo defensores que alegan que esta
técnica ha sido utilizada por los nativos desde tiempos ancestrales y que los venenos vegetales
son biodegradables, pero existiendo también detractores que la consideran incluso como más
dañina y perjudicial que la propia dinamita (Bayley 1981). Como bien apunta Dourojeanni
(1990), es probable que la “barbasqueada” sea justificable mientras existan poblaciones
humanas pequeñas que aplican la técnica cumpliendo reglas precisas, pero cuando el uso de
estos venenos se generaliza, los efectos sobre los stocks de peces pueden llegar a ser
dramáticos.
Un caso concreto que apoya esta idea es la recuperación rápida de los stocks de peces en los
ríos y quebradas de la comunidad nativa de Tsachopen (valle de Oxapampa), después de una
protección estricta de dos años contra el uso de barbasco y dinamita. La mayor parte de los
pescadores entrevistados son conscientes de que estas dos técnicas resultan altamente
perjudiciales para la conservación a largo plazo del recurso pesquero y se mostrarían a favor
de su prohibición, pero reconocen que en ciertas ocasiones la necesidad les obliga a recurrir a
ellas.
Bayley (1981) alertó sobre la posibilidad de que la producción pesquera en algunas zonas del
valle se viera afectada adversamente por la construcción de la carretera Villa Rica-Iscozacín.
Por una parte, la migración de ciertas especies hacia la partes más altas del valle podría verse
afectada, perjudicando de forma notoria a las comunidades situadas aguas arriba (ej.: San
Pedro, Santa Rosa, Loma Linda). Por otra parte, el incremento de sólidos en suspensión y
sedimentos en el agua podría afectar a las subpoblaciones que permanecen en la zona durante
la época de creciente, y en especial al boquichico o chupadora debido a sus particulares
hábitos alimenticios. Quedaría por demostrar si el descenso del rendimiento pesquero en los
últimos años y la escasez actual de peces en las comunidades de la parte alta del valle
(admitida por la mayor parte de los entrevistados) puede atribuirse directamente a la
construcción de la carretera o bien a alguna otra variable desconocida.
43
CONCLUSIONES GENERALES
4. Las especies cazadas con mayor frecuencia resultaron ser el zamaño (Agouti paca;
16.0% de las capturas), el quirquincho (Dasypus novemcinctus; 12.7%), las palomas
(Columbidae; 10.2%), el cutpe (Dasyprocta sp.; 8.6%), las perdices (Tinamus spp.;
7.1%) y la pucacunga (Penelope jacquacu; 6.5%). En cuanto al total de biomasa
capturada, las especies más significativas fueron el zamaño (29.1%), el sajino
(Tayassu tajacu; 14.0%), el quirquincho (9.7%), el cutpe (8.5%) y el venado (Mazama
americana; 7.5%). Se ha estimado una captura promedio anual de 37.8
animales/vivienda, con una biomasa total estimada de 172.6 kg/vivienda.
5. Existen buenas perspectivas para el manejo extensivo de las especies más comunes y
mejor adaptadas a los ambientes en mosaico predominantes en las partes bajas del
valle (mezcla de bosque primario, purmas, chacras y pastizales). Entre estas especies
destacan por su importancia el zamaño, el cutpe y el quirquincho, las cuales que
representan casi el 50% de la biomasa capturada anualmente en el área de estudio.
6. Varias especies silvestres son usadas como mascotas por los moradores del valle del
Palcazú, si bien este tipo de uso no alcanza proporciones significativas. Las especies
más frecuentemente mantenidas en cautividad son las cotorras (Pionus menstruus) y
los pihuichos (Brotogeris cyanoptera).
7. La pesca es una de las actividades más importantes en la economía del valle, siendo
practicada semanalmente por más el 90% de los pobladores. La pesca tiene lugar
cerca de la propia comunidad y sólo un 3% de los pescadores manifestaron pescar en
44
ocasiones dentro de la Reserva Comunal Yanesha. Las técnicas de pesca más utilizadas
son el anzuelo y la tarrafa o atarraya, pero también resulta muy elevado el porcentaje
de pescadores que manifestaron usar habitualmente dinamita (30%) y barbasco
(36%).
45
RECOMENDACIONES DE MANEJO
5. Sería recomendable investigar el efecto de la caza con perros sobre ciertas especies
todavía comunes como el quirquincho y el zamaño. La generalización del uso de perros
adiestrados para la caza podría, a corto o medio plazo, traducirse en una disminución
significativa de las poblaciones naturales de estas especies en las cercanías de las
comunidades.
46
6. Se recomienda, asimismo, iniciar experiencias de manejo de algunas especies de la
fauna silvestre en condiciones de cautiverio o semicautiverio, siendo las principales
candidatas para realizar estas experiencias piloto, el ronsoco y el zamaño. Dado que
existen buenas posibilidades de comercialización para la carne de estas especies, el
éxito de estos programas de manejo contribuiría a reducir sensiblemente la presión
sobre sus poblaciones naturales.
10. Debe establecerse un sistema de monitoreo del consumo anual per cápita de cada
especie piscícola; este programa de monitoreo podría centrarse en una serie de
familias seleccionadas aleatoriamente y debería realizarse todos los años cubriendo las
dos grandes estaciones climáticas (ej.: podría hacerse un seguimiento periódico del
volumen de peces capturados entre febrero-abril y entre agosto-octubre, en base al
cual se podrían hacer extrapolaciones bastante precisas sobre el total anual de pescado
capturado en el valle).
47
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50
ANEXOS
Anexo I
Modelo de encuesta utilizado durante la investigación
51
Nº ENCUESTA: COMUNIDAD:
ALIMENTACIÓN
CACERÍA
11. En que época del año suele salir a mitayear con más frecuencia?
12. Cuales son las zonas a las que va a cazar (RCY, PNYCH, BPSMSC, otras zonas)
13. En que tipo de áreas prefiere cazar (monte real, purmas, chacras, quebradas, etc.)?
17. Que tipo de armas usa mayormente: escopeta (propia?), flecha, trampas, perros, otros.
18. Cuando prefiere cazar: de día o en la noche? En collpa, en comederos, en trochas, en quebradas?
19. Cual es la carne de monte preferida por usted (cite las 3 especies preferidas):
20. Que hace con las pieles de los animales que caza? Si las vende, a quien y a que precios?
52
21. Cuantos ejemplares caza anualmente de cada especie (según la hoja con dibujos adjunta).
22. Cría algún animal silvestre como mascota en la casa? Que tipo de animales y cuantos?
PESCA
23. En que épocas del año suele ir a pescar con más frecuencia?
24. En que tipo de zonas pesca (quebrada, río, cochas, pozas)? Donde (RCY, PNYCH, otros)?
28. Que tipo de aparejos usa: redes, tarrafa, anzuelo, flecha, barbasco, dinamita, tapar-brazo, otros.
30. Que especies de pescado captura con mayor frecuencia (estimado de kg/mes):
Doncella Sábalo
Palometa Lisa
Paña Corvina
Gamitana Carachama
Paco Huasaco
Cunchi Bujurqui
Barbón Mota
Acarahuazú Macana
53
Anexo II. Pesos estimados de las principales especies cazadas en la zona de estudio.a
60
Nombre común Nombre científico Peso (kg)
a
Obtenidos a partir de las siguientes referencias bibliográficas: Peres (1997), Bodmer et al. (1997a), del
Hoyo et al. (1992), Terborgh et al. (1986), Ayres et al. (1991).
61
Anexo III. Listado de nombres yanesha de las especies de fauna silvestre y pescados de
mayor importancia económica en el área de estudio.
MAMIFEROS
62
Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha
REPTILES
ANFIBIOS
AVES
63
Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha
PECES
64
Nombre científico Nombre local castellano Nombre yanesha
INVERTEBRADOS
65