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LA EDUCACIÓN OBLIGATORIA: SU SENTIDO EDUCATIVO Y SOCIAL

José Gimeno Sacristán

Editorial Morata
Madrid, 2001

La educación prepara para entender y participar en el mundo

Para llegar a la meta de aprender a aprender, hay que hacerlo aprendiendo algo

No podemos educar desde el vacío, sino con nutrientes culturales, tampoco


podemos educar para el vacío o para una sociedad inexistente, sino para
habilitar a los sujetos para que entiendan y puedan participar en su
cultura, en las actividades de la sociedad, en la contemporaneidad de su
mundo, de su país y de su tiempo

SOCIALIZACIÓN

La educación es una forma de vivir la cultura, no de almacenarla; es hacer de ésta tejido


de nuestro pensamiento, herramienta utilizable para otras adquisiciones.

El contacto directo con la realidad natural, social y con los objetos creados es otra
posibilidad de aprender cultura.

Currículum
común flexible

Educación igualadora Educación igualadora


y pedagogías y pedagogías
uniformadoras divergentes Desarrollo
Desarrollo curricular y
curricular y aprendizaje
aprendizaje Educación desigual Educación desigual heterogéneos
homogéneos con pedagogías con pedagogías
uniformadoras uniformadoras

Currículum
diferenciado
¿Reprobar lo reprobado?
16 de octubre de 2010
4 comentarios | 1,315 lecturas

Para un estudiante, reprobar no sólo implica repetir el curso, sino también


una marca: “ser un reprobado”, “un burro”, “un looser”. “Reprobado” es un
calificativo que no admite matices ni explicaciones, es el anuncio de la
incompetencia que antecede cualquier esfuerzo del alumno, es la
advertencia que despierta un prejuicio en profesores, padres y compañeros.
Repetir el curso no necesariamente mejora el rendimiento académico, por el
contrario con frecuencia desmoraliza e impregna un estigma: el de ser un
fracasado. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos estima
que alrededor del 13% de los estudiantes de sus países miembros repiten
algún curso; y señala que en Escandinavia, en países del este de Europa y
de Asia son escasos los reprobados.
La Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Escolar,
realizó una prueba de las habilidades de lectura, a estudiantes de 10 años
de edad procedentes de 45 países. Los niños franceses hicieron una lectura
tan fluida como la mayoría de sus pares europeos. Pero cuando se les pidió
valorar su propia habilidad de lectura se colocaron en los últimos lugares
apenas por encima de sus pares de Indonesia y Sudáfrica, donde el
analfabetismo es un grave problema. Para los especialistas el problema del
sistema educativo francés es que se basa en métodos de enseñanza y
evaluación del siglo XIX y soslaya el papel de los deportes, la educación
musical, artística y emocional, así como el desarrollo de habilidades sociales
en la formación de los estudiantes; problemas que también padece el
sistema educativo de México.
En diversas partes del mundo se pretende trascender el sistema tradicional
de educación en el que rigen las normas “cállate, siéntate, escucha, copia
del pizarrón, lee en silencio, memoriza y repite” por uno en el cual el
alumno se vea incentivado a aprender, donde las normas sean: “pregunta,
investiga, propón, descubre, interactúa, juega, practica, diviértete mientras
aprendes y debate”.
Los alumnos no debieran estudiar para evitar ser reprobados, sino para ser
alumnos de excelencia, para ganar becas, para aprender a hacer mejor lo
que les gusta, para divertirse y ser exitosos. Hay una profunda diferencia
entre el enfoque de estudiar por temor a la calificación, y estudiar por lograr
expectativas. El primero ve la evaluación como un fin en sí mismo y lleva a
realizar lo mínimo necesario para no ser estigmatizado como fracasado,
mas no garantiza el aprendizaje: los alumnos pueden dedicar una noche
completa para aprobar un examen, hacer trampa o tener suerte al contestar
preguntas de opción múltiple. El segundo enfoque ve a la evaluación como
una herramienta, mas no se trata de aprobar por aprobar a los alumnos, se
basa en identificar qué le gusta hacer al alumno, en motivarlo y ofrecerle
herramientas para que él mismo desarrolle sus habilidades.
En su libro “El Elemento” Sir Ken Robinson ofrece números ejemplos de
personajes mundialmente reconocidos por su trabajo, quienes encontraron
el éxito gracias a su obstinación por desarrollar habilidades para sus
actividades preferidas, a pesar de recibir una educación tradicional (vgr.
Matt Groening, Guillian Lynne y Paul McCartney).
Para Robinson, las pruebas estandarizadas de cociente intelectual sólo nos
permiten evaluar la habilidad para resolver problemas mediante el
razonamiento matemático y verbal: sólo mide cierto tipo de inteligencia. Por
ello, la pregunta fundamental en la educación tradicional ¿qué tan
inteligente eres?, debe reformularse en ¿de qué modo eres inteligente?
Responder la pregunta que titula este artículo exige preguntarnos ¿en
relación con qué (vgr. los estándares de la OCDE, las necesidades de la
economía global, la situación hace diez o cincuenta años) deberíamos
valorar al sistema educativo de México? Es evidente que la educación en
México tiene graves rezagos en comparación con los países de la OCDE y
algunos países en desarrollo, pero la pregunta pertinente es ¿cómo
mejorarlo?
Presidente de Poder Cívico, AC

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