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Nació en
Caseros, en el
Gran Buenos
Aires, el 20 de Mayo
de 1949. Desde hace
varios años conduce el
clásico programa de radio La venganza
será terrible, que tiene gran éxito, sobre
todo entre el público joven.

El programa se inició en radio el Mundo


con el título Demasiado tarde para
lágrimas. Con el mismo título, años mas
tarde, se trasladó a Radio Rivadavia,
para finalmente afincarse en
Continental. La Venganza es quizás el
más exitoso programa de la
radiodifusión argentina actual. Se emite
diariamente entre las 0:00 y las 2:00 de
la madrugada.

En 1987 escribio "Crónicas del Ángel Gris". En 1996 decide renovarlo, cambiando de editorial, agregando nuevos
capítulos, suprimiendo otros y reformando algunos. Las ilustraciones de la vieja edición estaban a cargo de Carlos
Nine, y el de la nueva versión por el dibujante uruguayo Hermenegildo Sábat.

Un importante anhelo del Negro Dolina era grabar un disco, hasta que en 1995 empezó a producir "Lo que me costo
el amor de Laura", una excelente creación que caratuló como "opereta criolla".

"Durante mucho tiempo me ha gustado creer que


todo buen verso estaba al final de un camino lleno de
espantos y pena. El sendero poético que me atreví a
imaginar conducía a un lugar más glorioso cuanto
mayores eran los sufrimientos del camino. Los
malvados elegían un camino fácil, que no llevaba a
ninguna parte."
"Más tarde, Robert Graves me reveló una verdad:
existe la musa y es la mujer que uno ama."

"Desventuras de última hora me hicieron ver que tal


vez ambas intuiciones son ciertas. El camino difícil es
el camino del enamorado y del poeta. Ese camino es
el que conduce a la diosa, que es la mujer amada y la
única que conoce -o nos hace conocer- la música
buscada."

2007 - UNA GRAN TRISTEZA. Con la -para nosotros- inesperada e infeliz decisión de llevar a partir de 2007 su
clásico prograna radial "La Venganza" a Radio 10, Dolina nos ha privado de seguir escuchándolo en vivo. Ni
mamados, ni aunque prometieran una comunicación con el mismo Borges desde el más allá, orientaríamos el dial
hacia esa radio. Por supuesto que el Negro, a quien seguímos desde hace muchísimos años en sus migraciones
radiales, tiene todo el derecho del mundo de hacer lo que se le cante. Nosotros también. De todas maneras ¡suerte,
querido y admirado Negro!

TRES AÑOS DESPUES... POR FIN DOLINA EN RADIO NACIONAL. Dolina pasa su clásico de medianoche a Radio
Nacional. Desde el primero de febrero de 2010, "La venganza será terrible" continuará con su horario habitual pero
ahora en la emisora estatal. A la radio también se sumarán los conductores Horacio Embón y Alejandro Apo con sus
propios programas.

En un comunicado de la emisora estatal, se informó que Embón abordará la actualidad matutina de 6 a 9, Apo
conducirá un magazine de 15 a 17 y Dolina encabezará su clásico de medianoche de 0 a 2.

Estos tres probados profesionales de la radio se suman a un staff de Nacional en que también se cuentan Jorge
Halperín, Roberto Perfumo, Héctor Larrea, Sandra Russo, Miriam Lewin, Liliana Daunes, Eduardo Aliverti, Tom Lupo,
Carlos Ulanovsky, Mona Moncalvillo y Mario Wainfeld, entre otros.

"Cuando la gente aplaude, hay que tener


cuidado"

Entrevista a Alejandro Dolina por Matías Marini, Fernando


Paz, Fabrizio Zotta

[De la redacción de Areópago]

Dolina entró en el Café Tortoni de Buenos Aires, lugar


desde dónde hace tiempo conduce su programa, pasadas
las once. Mientras recorría con su mirada el histórico bar,
era evidente que buscaba algo o alguien. Desde aquellas
mesas que supieron escuchar a Borges, Macedonio,
Marechal, nosotros aguardábamos el instante de la nota.
Detenido en el medio del café y buscando a un productor que nunca llegó, Dolina esperaba que le dijeran: - Disculpe
Alejandro, nosotros teníamos una entrevista para hoy...

- Sí, sí, a ustedes estaba buscando.

Se sienta sin dilaciones en nuestra mesa y saluda:

"Que tal, che".

El que está frente a nosotros es el


Dolina de "Demasiado tarde para
lágrimas", programa que conducía
con Mario Mactas y el de "La
venganza será terrible", la cita
inevitable de todas las noches en
Radio Continental, junto a Guillermo
Stronatti y Gabriel Rolón. Su último
libro "El Fantasma" cierra la tríada de
obras literarias del "Negro", que se
completa con "Crónicas del Angel
Gris" (1987) y la opereta criolla "Lo
que me costó el amor de
Laura" (1998), quizá su mejor
producción, según declara.
Multifacético, Dolina se mueve en
todas las ramas del arte. Es escritor,
músico, ha protagonizado películas
(que siempre desea olvidar), ha
conducido programas de TV y radio y,
como si esto fuera poco, en
septiembre sube al escenario para la
representación teatral de su opereta.
Hay temas que lo obsesionan y se
encuentran transversalmente a lo
largo de todos sus trabajos. La
Muerte, El Artista, El Amor, La Mujer,
el fatalismo del destino y el sentido
trágico de la vida, son algunas de las La venganza será terrible - Fragmento de Locos por el canto
musas que inspiran sus historias. Sus
fuentes se pueden encontrar en textos
de Homero, Virgilio, Dante, Petrarca, Borges, Marechal, Unamuno, entre otros. Ahora, en su morada de todas las
noches, Alejandro Dolina responde distendido y amable, con la simpleza de los grandes.

"Soy existencialista porque tuve una camisa a cuadros, y eso es ser existencialista, o al menos, así me dijeron".

- Dolina, ¿está en el acto creador la posibilidad de alterar el determinismo del destino?

- Habría que hacer una salvedad. Yo creo que en el amor hay una porción de libre albedrío. Octavio Paz dice que,
ciertamente, el amor sucede, el amor es algo que nadie puede prever, que uno no puede evitar, incluso. Pero en
algún punto se puede decidir, después que te sucedió podés decidir. Podés renunciar, por ejemplo, si el objeto amado
no responde; mejor dicho, podés renunciar a las acciones emergentes de tu amor. Hay un campo en el que se puede
decidir, en el que se puede elegir la dignidad a la satisfacción. En el resto de los sucesos de la vida también parece
haber una grieta, diría Borges, en el fatalismo, en el determinismo. Es posible que la regla general sea el
determinismo, pero es posible que haya detalles en los cuales uno pueda decidir. Las grandes rutas, parece ser,
están decididas, pero uno puede decidir por su propia voluntad en algunos detalles y es posible que el arte sea
justamente el foro donde los detalles tienen más importancia. Yo creo verdaderamente, junto con los griegos en este
caso, que el artista es, en cierto modo, un instrumento de la musa. Lo que se puede discutir es quién es finalmente la
musa. La musa puede ser, según Graves, la Mujer Amada. También puede ser la memoria, como que la memoria era
la madre de las musas. Las musa puede ser, si uno es un poco más prosaico, estas serie de contingencias que hacen
a lo social y a lo político, es decir, las circunstancias de la época en que el artista vive. La musa puede ser la Muerte,
como he tenido el tupé de sostener en una charla no hace mucho. Es decir, si usted suma todas estas cosas queda
muy poco para que el artista diga, si el artista es hijo de su época, es hijo de las circunstancias socioeconómicas en
las que le toca vivir, si es hijo finalmente de los escritores que ha leído, de los pintores que ha visto, de las vivencias...
bueno, qué va a decidir el artista si ya todo está decidido de antemano, incluso cuando un poeta nace en un lugar
está decidido el idioma en que habrá de escribir. Algunos van más allá, como esa historia que me gusta contar
siempre acerca de quienes dicen que una agricultura de monocultivo genera un libro como el Martín Fierro, genera la
poesía gauchesca, a lo que Borges decía que por ejemplo en Oregón y en Montana que tenían las mismas
economías que en la pampa, se habían abstenido entusiásticamente de redactar el libro del gaucho Martín Fierro.
Pero bueno, ciertamente hay un montón de fuerzas que parecen escribir todo y al artista le queda poco pero a mí me
parece que ese poco que le queda es lo que hace valiosa la obra artística, es lo que la hace singular y lo que pone el
detalle personal. ¿Qué diferencia a un gran novelista de uno mediocre?, probablemente ése detalle personal. Aquel
artista que alcance a escribir algo más, digo escribir porque estamos hablando de escritores, aunque no se si
estamos hablando de escritores después de todo, digo, aquel artista que agregue algo más a lo que ya está
determinado por todas esas musas que acabamos de citar, será un artista singular y el que se limite a seguir los
dictados de la Diosa pues, será uno del montón.
- ¿Las leyes del mercado, condicionan al artista?

- Yo creo que el verdadero artista no debe pensar


en la industria al momento de escribir, no es que
uno se oponga de un modo cerril a la industria ni
Dolina pasa su clásico de
por el gusto de oponerse. Se ha escrito mucho al medianoche a Radio Nacional
respecto, Adorno y todos esos tipos han escrito
mucho acerca de la industria. Pero algunos han Desde el primero de febrero de 2010, "La
visto alguna virtud en la industria. Por empezar, venganza será terrible" continuará con su
ha acercado la industria al gran público obras que horario habitual pero ahora en la emisora
hasta nuestro siglo permanecieron solamente en estatal. A la radio también se sumarán los conductores
los salones de la gente muy pudiente. Ha hecho Horacio Embón y Alejandro Apo con sus propios programas.
masiva algunas obras que antes estaban
reservadas, insisto, a un parnaso exquisito; esa Dolina con el clásico de la medianoche en Nacional
puede ser una virtud. La otra es que ha Alejandro Dolina, Horacio Embón y Alejandro Apo se
promovido una especie de destreza profesional sumarán desde el 1ero. de febrero a la programación diaria
que si bien se mira no está mal como para de Radio Nacional.
empezar. En general puede decirse que la
industria acepta el talento, incluso lo promueve, lo En un comunicado de la emisora estatal, se informó que
prohíja. Lo que rechaza la industra más bien es el Embón abordará la actualidad matutina de 6 a 9, Apo
genio y la heterodoxia. Eso rechaza la idustria. conducirá un magazine de 15 a 17 y Dolina encabezará su
Podríamos decir que en estos tiempos que nos clásico de medianoche de 0 a 2.
toca vivir en nuestro país, este rechazo de la
industria por la heterodoxia es, podríamos decir, Estos tres probados profesionales de la radio se suman a un
hasta grosero porque la industria se limita a staff de Nacional en que también se cuentan Jorge Halperín,
seguir una recetas repetidas hasta el hartazgo Roberto Perfumo, Héctor Larrea, Sandra Russo, Miriam
como una fórmula de éxito. De manera que, creo Lewin, Liliana Daunes, Eduardo Aliverti, Tom Lupo, Carlos
yo, el verdadero artista sigue o más bien se Ulanovsky, Mona Moncalvillo y Mario Wainfeld, entre otros.
desliza por unos caminos que también le son
fatales, en tanto que artista. Él no puede desoír
ciertas voces interiores, si es que es un artista verdadero, aún cuando estas voces le indicaren caminos que le van a
garantizar el fracaso económico o en lo que se llama el mundo del espectáculo, de modo que creo que conviene no
seguir las recetas del éxito y mucho menos aquellos lugares comunes que a veces son aplaudidos por sectores
supuestamente entendidos. Hay no solamente un éxito comercial o una tentación de orden económico que hace que
los artistas sigan unas anchas avenidas, sino también cierta ortodoxia que la industria se encarga de producir por sí
misma. Los medios de comunicación hoy en día, no es que siguen una ortodoxia preexistente, sino que la producen.
Naturalmente esa ortodoxia consiste por lo general en evitar cualquier complejidad. Cada una de las dificultades que
uno propone al consumidor contribuye a restar el número de ellos, cuanto más alta es la competencia que se le pide
al que consume arte, menos serán los consumidores.

- Teniendo en cuenta que para hacer arte es conveniente el conocimiento de la técnica, la transgresión de la norma
establecida ¿es necesariamente una forma de arte?

- No es necesariamente arte. En algunos casos la transgresión es comprendida después de un tiempo. El artista


heterodoxo atraviesa unos alambrados, empieza a recorrer unos terrenitos por los cuales no había andado nadie y
naturalmente los amigos de lo que está establecido, quiero decir, el espíritu filisteo que necesita que las cosas estén
en su estante, que necesita unos escalafones ya consagrados, generalmente rechaza la heterodoxia. Después de un
tiempo suele ocurrir que, si realmente hay verdaderos valores, el transgresor es comprendido y aceptado por todos y
su obra, que en un tiempo era heterodoxa, pasa a formar parte de la ortodoxia. Lo que no hay que decir nunca es que
toda transgresión es gran arte. Algunos transgresores, efectivamente cruzan el alambrado pero van para el lado de
los tomates. Hay un punto, sin embargo, en que la discusión y el reconocimiento de lo que es arte y lo que no lo es se
hace complejo. En el medioevo se había creado una máquina, en realidad no era una máquina, sino un método
combinatorio entre algunas palabras, y se decía que utilizándola las discusiones filosóficas iban a ser como las
discusiones entre dos contadores, es decir, podríamos estar en desacuerdo pero bastaba con sacar la cuenta para
saber quién estaba en lo cierto. En verdad en la filosofía no sucede eso y en el arte tampoco, no es tan sencillo
establecer quién está en lo cierto y quién equivocado. Lo que no quiere decir, de ningún modo, que sea imposible,
que es lo que dicen algunos, "sobre gustos no hay nada escrito", por ejemplo, me parece un gigantesco error. Pero
hay cuestiones arduas. Alguien se aparta de las reglas y hay que apartarse uno también de las reglas, empezar a
transitar terrenos inexplorados para saber si estamos ante la presencia de un gran artista o ante la presencia de un
loco o de un farsante.

- El artista, como el filósofo, muere y renace diariamente porque no tiene verdades absolutas. La filosofía y el arte
¿recorren el mismo camino?
- No, no todos los artistas son problemáticos. Yo digo que hay personas que son problemáticas. Algunos artistas lo
son, los más grandes generalmente. Los filósofos sí, podría decir que son todos problemáticos porque su misión es
hallar problemas.

- ¿Es correcto hacer una analogía entre los "Hombres Sensibles" y los artistas, en oposición a los "Refutadores de
Leyendas"?

- No hay "Refutadores de Leyendas"


químicamente puros, todos somos una
mezcla de lo que en este torpe libro (N "¿Sabe por qué
de A: se refiere a su libro "Crónicas del defiendo a Maradona?
Angel Gris". Ed. Colihue.) se llaman Por personas como
"Hombres Sensibles" que serían los de
temperamento dionisíaco, romántico,
usted"
lunar y los que se llaman "Refutadores de
Octubre 2009. Tras los
Leyendas" que serían más bien los
polémicos dichos de Diego
cientistas, aquellas personas que como
Maradona, Alejandro Dolina,
el personaje de Flaubert, que era un
ante el mensaje de una
farmacéutico que vivía refutando
oyente, se expidió con
leyendas. A mi me parece que no
vehemencia sobre el
siempre el artista es un "Hombre
Maradonagate:
Sensible", hay artistas que son
perfectamente clásicos, que siguen
"Una oyente dice: 'Estimado Dolina, ¿ya no defiende más a
patrones ya establecidos y no
Maradona? ¿O acaso ya no hay ningún Sargento Cruz? Vea: Ud.
necesariamente son malos artistas, a
ayudó a alimentar al monstruo que tan bien nos hace quedar ante la
veces son artistas considerables. Lo que
prensa mundial. Cordialmente. Ingrid Hammer'.
pasa es que uno prefiere los artistas
románticos, esos que, más que en la
Mi respuesta es SÍ. Yo he resuelto -después de un extravío- bancar
razón, creen en lo que Pascal llamaba
a Maradona en esto. ¿Sabe por qué? Por personas como usted. La
"las razones del corazón", pero el arte
indignación burguesa que sucedió al exabrupto de Maradona fue
también es una mezcla, una sabia
totalmente patética y asqueante. Un mundo totalmente hipócrita, el
mezcla de Hombre Sensible y Refutador
mundo de la radio, donde se escucha eso mismo que Diego dijo bajo
de Leyenda. Hay ciertamente mucho de
emoción violenta, pero libreteado (y en la televisión ni hablemos),
dionisíaco que es deseable pero en algún
ese mundo se indignó. Esos tipos se indignaron. Y esa indignación
punto la razón tiene que acudir aunque
burguesa me hace ponerme inmediatamente en la vereda de
sea para saber cuán locos estamos.
enfrente.
-De acuerdo con su obra, la mujer es
Y lo que un tipo dijo, obnubilado por el momento, por la emoción, por
quien conjuga en un único ser lo infernal
su propia historia, y por su propia condición, después fue repetido ad
con lo celestial, ¿Cómo es posible que lo
nauseam por todos los noticieros, con subrayados, subtitulados,
mismo que condena sea
duplicaciones, ampliaciones y circulación por Internet, por tipos que
simultáneamente el portal de la
no estaban ni obnubilados, ni en estado de emoción violenta, ni
salvación?
perturbados por ninguna cosa, sino que lo planearon diecinueve mil
veces. Esos tipos ahora se ponen en la superioridad moral de
- Siempre fue así desde el punto de vista
preguntarme a mí si lo defiendo a Maradona. Bueno, sí, lo defiendo.
poético. Los Pelasgos, que vivieron antes
Si es contra ustedes, lo defiendo. Lo defiendo totalmente.
que los griegos en el sur de Europa,
tenían una sociedad matriarcal. Ellos
Y eso de "que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial"...
adoraban a una diosa. Esta diosa, La
¡Cipayos provincianos que quieren quedar bien con sus supuestos
Luna, tenía tres aspectos: uno el de
amos europeos! ¡Yo no tengo ningún interés en quedar bien ante la
doncella, el de virgen; el otro, el de
prensa mundial! ¡No es ésa nuestra obligación! ¿Qué tenemos que
madre y el otro el de hechicera. Una
quedar bien ante nadie? ¿Ante quiénes? ¿Ante gobiernos que
misma diosa era las tres cosas, la que
aniquilan a sus enemigos? ¿Ante quién tenemos que quedar bien?
prometía, la que te engendraba y la que,
¿Dónde esta la Fiscalía del Universo? ¿Dónde está la reserva moral
por ahí, te hechizaba. Y esto, de distintas
de la Humanidad? ¿En Estados Unidos? ¿En Europa? ¡Déjeme que
formas, con distintas alegorías, ha
me muera de risa, Ingrid Hammer!
aparecido muchísimo y sigue
apareciendo en la poesía, esta
Y otra cosa: muchas veces, pero muchas, en los medios se dicen
polivalencia de la figura femenina como
cosas muy interesantes. Yo he escuchado casi revelaciones, a
guía en Dante, como guía que ayuda a
veces, dichas por tipos a los que yo admiro mucho. A veces son
uno a atravesar los infiernos y también
intelectuales, como, no sé, el finado Casullo, o Dubati, o José Pablo
como causante del propio infierno, como
Francesca en Dante. Paolo y Francesca
encuentran el amor que los conduce al Feinmann, tipos que realmente tienen un pensamiento interesante.
infierno. De manera que yo no hago más Otras veces son artistas, o incluso locutores, del calibre de Larrea, o
que seguir en este caso una ortodoxia, de Carrizo, tipos que por ahí dicen cosas que te hacen decir "pero
pero una ortodoxia poética que no tiene mirá que bien pensó éste". Bueno, a esos NUNCA, nunca los vi
estantes y que, por ser metafórica, duplicados en los noticieros, con subtitulados y subrayados. No los vi
también permite ciertos desvíos de la nunca porque a esta gente no le interesa el pensamiento ni la
ruta. No es una ancha avenida por cierto. inteligencia, le interesa la BASURA. Y entonces Maradona dice esto
y ellos lo repiten ciento diez mil veces. Eso es un asco.
- Dolina, ¿Existe una relación entre la Así que ¿a qué jugamos? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto de
moral burguesa y la decadencia del indignarse, de enojarse y de sorprenderse? Lo dice un Senador de la
relato mitológico o poético? Nación, y es un piola. Lo dice Maradona, y aparece todo el racismo,
todo el desprecio por los pobres, aparecen los de siempre, los
- No sé si la hay, porque no estoy seguro muchachos de siempre, a indignarse: ¡oh, la cultura! ¡Nuestro
de que las relaciones entre los sucesos embajador! ¿Qué embajador? Es Diego Maradona, viejo. Los que
socioeconómicos y las expresiones tienen que ser cultos son ustedes, no él. Él tiene que dirigir la
artísticas, que ciertamente las hay, sean Selección de Fútbol, y si lo eligieron a él, bueno, es ése, y no
tan claras. A veces incluso se dan Pancho Ibáñez.
relaciones en beligerancia. Una época
materialista y filistea puede estar Así que sí, lo defiendo a Maradona. Ante usted lo voy a defender
acompañada por artistas que, en siempre".
resistencia, practican un arte romántico
justamente contrario a lo antedicho. Así
que no sé si realmente hay una relación entre la moral burguesa y la decadencia de la épica. Pero la decadencia de la
épica tiene ya varios siglos y sin embargo, en la historia de las letras, es probablemente la que más tiempo
prevaleció. Yo diría que hasta el siglo XII o XIII, que es cuando aparece la poesía provenzal, cuando nace esta idea
del amor que profesamos hoy, cuando nace la idea de la dama como objeto de homenaje, etc. Pero hasta ese
momento nunca dejó de haber épica. Siempre el género principal de toda la literatura fue la épica, al menos lo en
occidente, después ya no. Después de esa última expresión, de ese corte, comienza sí la decadencia de la épica y
parece tener razón usted porque justamente coincide con el crecimiento de la clase burguesa, su dominio de la
sociedad, no solamente en lo económico sino también, como decíamos antes, en la producción de ortodoxia, en lo
que Gramsci podría llamar "la creación de una visión del mundo que es la dominante". Y al predominar la visión
burguesa del mundo, ciertamente la épica decae. Pero puede ser que sea de casualidad, ¡yo que sé!, ¡¿cómo quiere
que se lo diga?!

- Marshall McLuhan afirma que los medios de comunicación son iguales a los poetas porque ambos explican la
realidad desde sus propios supuestos ¿Ud. qué cree al respecto?

- En ese sentido son verdaderamente iguales. Si Ud. empieza a compara a partir de estructuras, hallará algunas
similitudes. Similitudes que han de desaparecer en cuanto Ud. sitúe el problema viéndolo desde otras colinas. La
principal diferencia entre el artista y el publicitario me parece que debe buscarse en lo que se propone cada uno de
ellos. Hay en el artista una cierta fatalidad. Yo no creo que el artista escriba para complacer a sus sobrinos o para
ganar algún dinero, aunque hay artistas que lo hacen, naturalmente. Sino que yo creo que el artista hace lo que hace
porque no puede evitarlo. No puede evitarlo, le juro que no puede evitarlo, ¡no puede evitarlo!. El escritor de ningún
modo halla placer escribiendo. Es posible que un músico que toque o que componga encuentre algún placer en su
actividad. Un escritor le garantizo que no y muchos artistas tampoco. Un escultor, imagíneselo Ud. a Miguel Angel
pintando la Sixtina, Ud. me dirá "pero Miguel Angel no tuvo más remedio que hacerlo porque lo habían contratado..."
No podía evitarlo, no podía evitarlo. Naturalmente, el publicitario no tiene ninguna de esas fatalidades en su espíritu.
El artista está describiendo su alma porque no puede menos que describirla. No importa aquello que escribiere o
pintare. Dice Sabato "cuando vemos estos girasoles amarillos que pintaba Van Gogh, no estamos obteniendo mucha
noticia sobre la agricultura en el centro de Francia, pero si estamos obteniendo noticia del alma de Van Gogh". El
artista esta vinculado con su obra, ella se le parece, especialmente si se trata de un artista romántico. El publicitario
es un trabajador que trabaja con opiniones ajenas. Muchas veces el publicitario no opina exactamente como diseña o
como escribe. Es muy fácil imaginar a un publicitario que no use los productos que promociona. Pero eso no importa
porque sería una pobre descripción. Lo que sucede es que hay un propósito enteramente técnico. Se trata de
comunicar del modo más rápido y masivo la calidad de ciertos productos y servicios. Eso es la publicidad. Si Ud.
enfoca desde el punto de vista de la estructura, hallara formas en que ambos parezcan sostenerse en los mismos
andamios. Pero basta que Ud. se corra dos grados para que empiecen a aparecer las diferencias.

- Si el artista es víctima de sí mismo porque su necesidad expresiva lo rebasa, ¿Cuál es su recompensa?

- No la hay. Salvo que la recompensa esté en su satisfacción, aunque me parece esta una pobre palabra, una palabra
filistea. La recompensa esta en haber hecho la obra. Pero no sé, eso a menudo no es una recompensa. La mayoría
de los artistas después de haber hecho algo más que una sensación de dicha sienten arrepentimiento o
insatisfacción. La sensación de que hubieran podido hacer algo mejor o, peor todavía, la sensación de que no
hubieran podido hacer algo mejor. De manera que yo creo que no hay recompensa. Y no creo que uno sea artista
buscando una recompensa, una especie de estado de felicidad que viene por añadidura, mas allá de aquellas que
revisten formas mundanas como el premio "no sé cuanto"...

- El conocimiento, ¿también es un fin en sí mismo que no necesita de recompensas?

- Claro. El conocimiento, me parece, es una de las pocas buenas noticias del universo. Aprender es lindo siempre.
Mientras que la obra artística es dolorosa, el aprendizaje es gozoso. Y es que uno adiestra el cuerpo y el alma para
disfrutar de ese goce. Eso que dicen algunos acerca de que conviene evitar el conocimiento, yo creo que no es
verdad. Es posible que las primeras nociones duelan un poco, pero finalmente es un placer aprender. Y en este caso
sí, ¿cuál es la recompensa por comer algo rico?, estar comiéndose algo rico, ¿cuál es la recompensa por oír una
sonata?, pues eso es, oír. Pero en el caso de ciertos sufrimientos o ciertos actos de grandeza la cosa es distinta
porque el tipo por ahí elige un camino que sabe que no lo va a conducir a la felicidad. Sin embargo lo elige igual. Y no
porque esa grandeza le vaya a producir algún goce o porque se la vayan a gatillar en alguna otra vida, no. Hay algo
de fatal en los espíritus grandes: sienten que tienen algo que hacer y lo hacen. ¡Eligen la grandeza!. Algunos utilizan
la siguiente chicana leguleya para refutar esto: "el mártir fulano, o el Cristo o el General San Martín (gente que ha
elegido un camino que de antemano sabían los iba a conducir a la desdicha, al dolor, al sufrimiento) eligen ese
camino porque, después de todo, ellos encuentran ahí la felicidad, son distintos a todos y en vez de encontrar la
felicidad en tener una casa con parque y una lancha, la encuentran en dar la vida por el genero humano". Eso es una
chicana, no es verdad. Eso equivale a decir que los héroes son simples locos que tienen cambiada la idea de
felicidad, "mientras a mi me gusta ir a milonguear a La Enrramada, a ellos les gusta libertar el Perú". Eso es una
falacia, no es que les guste, no les gusta, lo hacen sufriendo, y aunque no les guste, ¡lo hacen igual!. Eso se llama
valor. Eso se llama heroísmo, y no es nada que se parezca a tener cambiadas las cosas que lo hacen feliz a uno. Los
burgueses dicen "ah bueno, ¡que vivo que era Jesucristo!, si a mi me gustara ser crucificado también lo hubiera
hecho". Pero él lo eligió, ¡no es que le gustaba!. No se trata de comprender estas actitudes, se trata de admirarlas en
lo que tienen de absurdo y finalmente de extraordinario.

- En la elección del camino difícil por parte del héroe y del artista, ¿hay implícita una búsqueda de superación de la
mediocridad?

- Mire, si ese fuere el desafío, yo igual lo hubiese perdido. Superar a la mediocridad es para mi tan difícil como
superar a la muerte. Creo que no es para vencer a la muerte que los artistas eligen el camino difícil, al menos no
siempre. Hay algo de compadrada en eso. El manierismo y el barroco solían crear dificultades para luego vencerlas,
eso les parecía noble. Y en verdad hay cierta nobleza en elegir un camino difícil. Pero también hay cierto alarde.
Aunque en otro orden de cosas, elegir un camino difícil no es solo escribir una página sin usar la letra A o dibujar en
espiral como hacían los manieristas... Elegir un camino difícil a veces es simplemente renunciar a las tentaciones de
la industria, de lo que es fácil, de la misma pereza. No contentarse uno con triunfos pequeños es también una forma
de elegir el camino difícil. Y eso ya más que un alarde o una compadrada, es un mérito de orden ético y no sólo
estético. Sabiendo que ciertas avenidas en declive le garantizan cierta facilidad de creación y además cierto éxito, el
tipo desdeña esas avenidas en bajada y agarra por una camino lateral muy estrecho y lleno de abrojos. Ahí ni si
quiera cabe el alarde porque a veces sucede que las dificultades de ese camino no son ni registradas por el resto de
las personas. Y hay también una actitud de heroísmo y ciertamente un mérito ético.

- La elección de ese camino noble, ¿implica convivir con la conciencia del destino trágico de la vida del hombre?

- Sí, pero convivir con eso no quiere decir estar pensando todo el tiempo en eso. Ni quiere decir que los que tiene el
sentimiento trágico de la vida sean personas que estén todo el tiempo moqueando o lamentando una mina que se le
fue en 1939. Eso no me parece aceptable. Se puede tener verdaderamente un espíritu unamunesco, se puede tener
un apetito de eternidad, se puede tener la certeza de que este apetito no será saciado y al mismo tiempo salir de joda
con los amigos y disfrutar de los placeres más prosaicos de la vida. No le estoy hablando del deleite que nos
producen los poemas de Sor Juana, sino el deleite que puede producirnos las cosas más banales como un chiste
contado por un amigo o una gorda que nos levantamos en la paternal... para no hablar de los grandes amores porque
esos si forman parte de placeres exquisitos. Nos están corriendo porque acabamos de rajar sin pagar de la pizzeria
"Ottonelli"; mientras nos reímos y pegamos saltos para evitar que nos alcancen los mozos, es decir, en el momento
menos metafísico, pensamos: "si, está muy bien, pero somos mortales".

-Teniendo en cuenta que quien elige el sendero más difícil generalmente no es reconocido, ¿hay una exigencia mayor
del común de la gente para ese tipo de artista?. Esto lo relacionamos con su programa y la gran exigencia de sus
oyentes para con Ud. al cuestionarle que ha pronunciado una palabra mal sabiendo que el cuidado del lenguaje en su
programa es fundamental.

- Primero, no me coloque a mí entre quienes han elegido el camino difícil porque yo no estoy seguro de nada. Yo trato
de hacer lo que modestamente hago de la mejor manera. Pero yo no estoy tan cierto de ser un buen ejemplo para su
pregunta. Pero sacando eso, si Ud. me pregunta qué me parece a mí, si después de hacer los esfuerzos que uno
hace encuentra que otros cuestionan asuntos menores... es duro. Pero no me consta que sea siempre así y
finalmente no me importa que sea así porque yo creo que el camino que uno elige no debe estar relacionado con lo
mucho o lo poco que lo aplaudieren. Uno elige un camino artístico, y si tiene la mala suerte de no ser reconocido por
nadie, ¡sonaste!. Quizá tenemos suerte y nos aplauden algunos y entonces nos vamos a festejar al boliche de la
esquina, pero a veces sucede que no y entonces, ¿Qué es lo que hacemos? ¿Cambiamos nosotros? ¿Vendemos
nuestras más intimas convicciones al precio de un aplauso?, pues no. O no hacemos mas nada, o seguimos haciendo
lo mismo tratando de hacerlo mejor aún, muchas veces con la dramática certeza de que hay aplausos que no vendrán
nunca. Cuando aplaude la gente, hay que tener mucho cuidado. Como cuando el general victorioso que entra en
Roma y todo el mundo lo ovaciona, el esclavo le susurra: "Acuérdate que eres mortal". Y eso es mucho decir. A veces
un aplauso es peligroso. El aplauso no es una certificación de nada. Hay gente que es muy aplaudida y muy poco
talentosa; hay gente muy aplaudida y muy talentosa; hay gente poco aplaudida y muy talentosa y finalmente hay
gente poco aplaudida y poco talentosa. Frente al aplauso hay que ser cauteloso porque puede ser un aplauso
inmerecido como hay tantos. Como el caso de estos premios que han dado ahora, los "Martín Fierro"...Bueno, yo he
tenido la suerte de sacármelo y utilizo intencionalmente la expresión "sacármelo" como quien dice "me saque un perro
en una kermesse". Yo veo después la lista de premiados y me pregunto ¿será este un aplauso merecido como en el
caso de algunos o inmerecido como en el caso de tantos otros?, no lo sé. Entonces, ¿qué conclusión saco yo de
haber obtenido el Martín Fierro?, absolutamente ninguna. ¿Qué conclusión saco yo de que me aplauda un tipo, o dos,
o quince?, ninguna. Ojalá sea merecido el aplauso, ojalá sea merecido el premio. Pero eso tendremos que indagarlo
en otros foros.

Fuente: www.megafon.dialogica.com.ar

"Cambié a Radio 10 porque se me dió la


gana"
Periodista: Es el comienzo de una nueva etapa...
Dolina: Creo que sí. Pero no es un cambio
catastrófico. Por empezar hay una modificación en el
staff, hay una modificación en nuestros hábitos de
tiempo que, en algún caso por casualidad y en otro
por cálculo, me parece que le da al programa un
contenido más variado, más ágil y más cuidado en lo
que se refiere a la estructura de cada bloque. Me voy
a explicar: nosotros tenemos que cumplir en nuestro
programa horarios más estrictos con los noticieros, es
una radio más ordenada. Esto al principio parecía una
limitación molesta, pero finalmente causó el siguiente
efecto: nosotros estamos conscientes de en qué
momento del desarrollo conceptual o humorístico
estamos.
–¿Esto quiere decir que después de un tiempo largo
descubrió algo nuevo, algo que hasta ahora no había
experimentado en radio?
–No tanto como eso. Estoy haciendo lo de antes.
–¿Pero usted cuánto cambió?
–Cambié, pero no catastróficamente. Yo no he
cambiado por haberme cambiado de radio. Yo he
cambiado en estos años.
–¿Por qué usa la expresión "catastróficamente"?
–Porque hay cambios que son cataclísmicos. Se produce una rajadura en la tierra, de golpe hay destrucción y nueva
construcción. Ese es un cambio violento, drástico y decidido. Los cambios que se producen en este programa en
general se perciben a lo largo del tiempo. Como casualmente aquí hubo un cambio de emisora que implicó también
cierto cambio en el personal, por ahí hay algunas cosas que se notan más.
–Justamente, el cambio de emisora es lo puntual aquí porque la mudanza a Radio 10 generó muchos comentarios.
–Comentarios del mundo mediático, que parece haberse instalado de golpe en la fiscalía del universo. Los contenidos
del programa son los mismos de siempre. Y yo he estado en muchas radios, ninguna de las cuales estaba gerenciada
por la madre Teresa de Calcuta. Los empresarios son empresarios. Ustedes mismos trabajan para un empresario. Yo
también trabajo para un empresario y eso no quiere decir que yo sea su socio o su compañero de conspiración. Lo
único que yo he hecho en todas las radios es buscar una excelencia que no me ha sido gratuita. Yo podría ser mucho
más próspero de lo que soy (levanta la voz) si hubiera aceptado cosas que los mismos medios que comentan mi
cambio de radio no comentan de otros. Un tipo que ejerce la estupidez durante veinte años, en un medio cualquiera,
sigue siendo un estúpido por más que lo haga en un medio políticamente correcto. Yo trato de huir de la estupidez y
puedo decir que he estado durante muchos años en distintas radios tratando de hacer lo mejor que mi modestísima
dotación puede. ¿Cómo se entiende que cada tipo que venga acá a mi casa me pregunte por Radio Diez? ¿Son
todos santos y los de Radio Diez son todos ladrones? ¿Por qué no lo publican directamente en vez de hacer tanto
eufemismo? Por qué no dicen: "¿Por qué está usted en una radio de fascistas?". ¿Por qué no lo dicen? Porque no se
atreven a decir en esos medios lo que ellos mismos piensan internamente. Y además le voy a decir una cosa: ¿sabe
lo que es el fascismo? Es juzgar a la gente no por su responsabilidad personal sino por la pertenencia a un grupo.
Entonces cuando un tipo es judío, es negro o pertenece a una clase social que no es la que está en el poder, ese tipo
es culpable aunque no haya cometido ningún delito o desliz. Eso es fascismo. Yo estoy trabajando en una radio que
lo único que significa para mí es una frecuencia en el dial donde me pueden encontrar. Significa también mejores
condiciones de trabajo. No más plata. Mejores condiciones de trabajo que las radios progresistas no me dieron nunca.
Aprovecho para decirlo. Y significa también un mayor respeto al público porque salgo por una emisora que se
escucha mejor, que recibe al público en un salón que le cuesta 20.000 pesos por mes y lo pagan. Lo pagan por
respeto al público. No me la llevo yo esa plata, es un dinero que va destinado a atender mejor a la gente. Las radios
progresistas atienden donde pueden tarde y mal.
–¿Radio Diez es una radio fascista?
–Si fuera una radio fascista yo no estaría allí. En todo caso, ¿qué es una radio fascista? ¿Una radio donde alguno de
los conductores es fascista? No lo sé eso.
–¿Eduardo Feinmann qué es?
–Bueno, yo no lo escucho porque no forma parte, naturalmente, de mis santos. Pero tampoco soy su cómplice.
Hablemos, si usted quiere, de otras radios.
–Pero en cuanto a la línea ideológica. Radio Diez tiene una línea ideológica, clara, concreta, particular…
–Una radio no tiene una línea ideológica, una radio no es un club ni un movimiento conspirativo que presuma una
conducta homogénea de quienes participan. El que vende Coca Cola, vende Coca Cola, no es un agente del
imperialismo yanqui. En todo caso, si es una radio fascista, allí estaremos nosotros para hacer antifascismo como lo
hemos hecho siempre y para defender el pensamiento libre, el pensamiento crítico y la inteligencia. El que dude de
eso, que escuche el programa, a ver de lo que hablamos.
–¿El público de Radio Diez es un desafío nuevo, diferente?
–No nos engañemos. El público es el de Dolina de siempre.
–¿Cree que el público de Dolina, en todo caso, acepta el cambio de radio?
–Algunos sí y otros no.
–¿Y eso cómo le cae?
–Me produce una gran perplejidad porque se supone que si, por un lado, son partidarios de la libertad de conciencia
y, por otro lado, juzgan que resulta un acto fascista el poner el dial en un número determinado, eso me parece una
superstición, por favor. La radio es un acto mecánico, es la selección de una onda. Después, que ellos comercialicen
esto de un modo homogéneo está bien, pero no hay ninguna obligación de que yo tenga que compartir el ideario ni de
Feinmann ni de ninguna de las personas que están o estaban en Radio Continental, en Radio Mitre, en la Rock &
Pop, en ninguno de los otros lugares. Yo no estoy de acuerdo ni con estos tipos ni con ninguno de los otros. Y si yo
tuviera que estar en una radio totalmente a mi gusto y adaptada a mi forma de pensar, la verdad es que tendría que
comprarme una.
–Los periodistas a veces tenemos ese problema. Nunca estamos en concordancia con los dueños de…
–Yo tengo la suerte, que no tienen algunos periodistas, de poder hacer lo que me da la gana.
–¿Con Hadad cómo se lleva?
–Lo conozco a él, lo conocí, lo saludé y es un tipo muy correcto pero yo qué sé lo que hace.
–¿Hablaron alguna vez de las diferencias ideológicas que hay entre ustedes?
–No, en absoluto. Es más, la reunión que tuve fue muy protocolar. Yo hice mis arreglos con otras personas, no con él.
Fue todo muy correcto. ¿Qué me va a decir? "Hágame el favor, defienda a la derecha." No funcionan así las cosas,
muchachos. Funcionan de un modo peor a veces. Hay medios que cacarean progresismo y que en realidad trabajan
de un modo distinto y además tienen una conducta empresaria absolutamente canallesca.
–¿Su partida de Continental tiene que ver con eso?
–Mi partida de Continental tiene que ver con conflictos estrictamente laborales y no ideológicos. Yo nunca tuve
ninguna instrucción en ningún aspecto.
–De todos modos estas situaciones de estar en terreno escabroso, minado, conflictivo…
–Yo creo que es mentira eso, no es un terreno conflictivo. A los medios les resulta interesante que esto parezca
conflictivo. ¿Qué raro? Parece que todo el mundo puede cambiar de radio menos yo. ¿Por qué no le hacen la misma
pregunta a Rolando Hanglin? ¿Por qué me la hacen diez veces a mí y ninguna a él? ¿Cuál es el asunto? Yo sé cuál
es el asunto, pero no se los voy a decir. No quiero contribuir a aquello a lo que me estoy oponiendo.
–Está identificado como un referente del libre pensamiento, su público es progresista…
–Y lo soy.
–¿Usted se define como progresista?
–Si tuviera que definirme, lo aceptaría. Contestar esa pregunta es aceptar sus términos. Yo no me defino.
–¿Por que no le gusta que lo encasillen?
–No, el progresismo parece también, especialmente en la Argentina, un grupo de personas que tienen ideas
supuestamente avanzadas en todo aquello que no toque ningún privilegio.
–¿Dónde se para ideológicamente entonces?
–Donde estuve siempre. Podría definirme como alguien que está cerca de las izquierdas pero también como alguien
que comprende que la libertad es un punto que no se debería negociar. Y por lo general, cuando tenemos proyectos
colectivos muy fuertes, aparece de algún modo lesionado el individuo. La experiencia, la historia de las izquierdas en
estos últimos años obliga a un replanteo. Y yo creo que, como tantos que han creído a veces con cierta ingenuidad en
algunos proyectos utópicos, que han creído en el socialismo, que han creído en la Argentina del peronismo, estamos
en un momento en el que aquellos sueños no han sido reemplazados por otros. Pero si quieren que les diga en pocas
palabras todo esto, les voy a decir que si bien soy un hombre de izquierdas y simpatizo con las causas más
populares, me parece que las utopías nos conducen a veces por el rumbo incierto de los tomates. Como dice el
pensador barcelonés Jorge Wasenberg, lo mejor son utopías pero que no duren dos mil años sino que puedan irse
modificando conforme a las circunstancias históricas varias.
–¿Con el kirchnerismo cómo se lleva?
–Bastante bien. Aplaudo que hay algunos pobres menos. Que hay alguna firmeza ante ciertas presiones exteriores. Y
aplaudo mucho más cuando miro para atrás y observo el universo neoliberal del que salimos.
–¿Hay algo que le hace ruido de esta sensación de bonanza poscrisis?
–Después de tanto tiempo hay que disfrutar. Son felicidades burguesas. ¿Por qué renunciar a ellas?
–¿Usted se aburguesó?
–Seguramente, sí. No hay más remedio. Me aburguesé en mis maneras de vivir.
–¿Cómo son sus maneras de vivir?
–Son estas que ves aquí, muy sencillas. En mi trabajo no me he aburguesado. Por el contrario, en general, buscamos
caminos difíciles.
–¿Esto de tener que explicarse en esta radio es un camino difícil para usted?
–No. Esto no es más que la consecuencia de cierto grado de estupidez mediática.
–¿Qué es lo que más felicidad le da en este momento de su vida, en esta etapa?
–Yo diría que hay tres puntos: el amor, los afectos de los hijos y la inteligencia.
–¿Y el paso del tiempo?
–El paso del tiempo es lo que me impide gozar de las tres cosas que le acabo de nombrar.
–¿Le molesta?
–Me impide disfrutar cada segundo. Cada felicidad que vivimos es irrecuperable. Y más cuando uno llega a una edad
en que ha perdido mucho. Que se han muerto algunos. Se han muerto muchos mayores, se han muerto maestros.
Evidentemente comienza lo que uno llamaba el sentimiento trágico de la vida, que de todos modos yo lo tengo desde
los quince años. No es una cuestión de edad. Pero con la edad, el paso del tiempo se hace patente. A los dieciocho
años, uno es inmortal. Alguien tuvo la mala idea de obsesionarme con este asunto y entonces no pude disfrutar de la
inmortalidad ni siquiera cuando lo era. Ahora que pasa el tiempo, el temor a la vejez tiene características de
inminencia. Sin embargo, me parece a mí que esta finitud que tenemos, esta esclavitud del tiempo, es el precio que
debemos pagar por el amor.
–¿Teme a la muerte?
–Da más miedo la idea de que todos los que amamos se van a morir. Cuando era chico no tenía miedo a morirme yo,
tenía miedo de que se muriera mi vieja.
–¿Y las mujeres?
–Las mujeres bien. Las mujeres son una forma de ilusionarse con la inmortalidad. Hay una edad, un momento de la
vida en que uno desaparece como objeto de deseo. Después de ese momento, la vida amorosa que se tiene es de
segundo orden. Algunos tienen la suerte de prolongar ese mantenimiento del modo que sea. Por suerte, por
casualidad, porque sos flaco. Y por ahí te parece que sos inmortal.
–¿Tiene debilidad por las chicas jóvenes?
–No. Tengo debilidad por la belleza, y la belleza, en general, es joven. No es que tenga debilidad, sucede así.
–¿Siente la exigencia del público? ¿Le preocupa estar a la altura del Dolina que la gente espera?
–No, el público más bien quiere que uno siga haciendo las gracias más sencillas y más directas. Es conservador.
–¿En las ideas?
–Conservadoramente progresista.
–Lo llevo a un tema del pasado que salta en el archivo: su apoyo a Ruckauf…
–Bueno, eso fue un error. Un error mío. Pero los que me criticaban también se equivocaron. Yo me equivoqué con
Ruckauf, pero me parece que mucha más gente se equivocó y mucho más feo con De la Rúa, así que… todos nos
equivocamos.
–¿Sus ideas entraron muchas veces en contradicción con estas cosas? Digo: Ruckauf, las radios, los medios de
comunicación, las radios, en su época, los milicos.
–¿A qué se refiere?
–A haber hablado alguna vez con Ruckauf, a estar ahora…
–Déjense de joder. Yo trabajaba en la revista Humor cuando muchos de ustedes estaban escondidos debajo de la
cama. Así que váyanse al carajo. Y qué me querés decir, yo nunca estuve cerca de nada. ¿Qué me querés decir?
Fijate bien en los archivos. Por ahí encontrás de dónde vengo.
–En Radio El Mundo, cuando todavía estaba manos de la Marina, ¿es probable?
–No. Yo no trabajé durante la dictadura. Ese era otro, eh. En la dictadura trabajé pero en Humor, que no estaba
intervenida por los militares. Ustedes son muy piolas para preguntar pero resulta que muchos de los tipos que me
vienen a preguntar boludeces estaban escondidos debajo de la cama. Así que mi respuesta es váyase al carajo. Yo
estoy harto de todo esto. Yo soy un tipo de lo más decente que puede encontrar y que me venga a preguntar si
alguna vez estuve hablando con Ruckauf… ¡Dejate de joder! ¿Por qué no preguntás quién soy yo y cuántos amigos
me mataron?
–No es nuestra intención ofenderlo. Estamos preguntando.
–Rechazo la pregunta y mi respuesta es váyase al carajo. Terminamos la nota. ¡Me venís a faltar el respeto! ¿Qué
soy yo? Andá a la mierda, loco.
–Lamentamos que se pongas así.
–Pero cómo querés que me ponga, a mí me venís a decir, a mí que tengo muertos en la familia, me venís a decir:
"¿Cómo sintió usted sus contactos con radios intervenidas por los milicos?".
–Sólo se lo estamos preguntando…
–Lo estás preguntando mal. ¿Pero cómo no me voy a enojar? Toda la nota ha sido una demostración de fascismo y
de intolerancia. A ver: ¿por qué mierda me cambié yo a la Radio diez? ¡Porque se me dio la gana!

[Publicado en febrero de 2007 en Revista Veintitrés y reproducido en distintos medios]

La conspiración de las mujeres


hermosas

Cuando Jorge Allen, el poeta, se cruzaba con


alguna mujer hermosa, caia en el mas hondo
desasosiego.
Esta muchacha no será para mi, pensaba, mientras
la veia doblar para siempre la esquina.
Es que cada mujer que pasa frente a uno sin
detenerse es una historia de amor que no se
concretará nunca. Y ya se sabe que los hombres de
corazón sueñan con vivir todas las vidas.
En ocasiones especiales, Allen usurpaba el tranco de las más buenas mozas para
decirles algo.

-Vea: si no me conoce, no podrá usted darse el lujo de olvidarme.

Pero casi siempre ocurría lo mismo. Las pibas de Flores no mostraban el menor
interés en olvidar o recordar al poeta.
Cabe ahora mismo salir al paso de la suspicacia general, aclarando que Allen era
un joven de grata y recia figura. Además era muy versado en amorosas cuestiones.
En verdad, casi no se ocupaba de otra cosa.
Una tarde, envenenado por la fráa mirada de una morocha en la calle Bacacay, el
hombre tuvo una inspiración: sospechó que la indiferencia de las hembras más
notables no era casual. Adivinó una intencion común en todas ellas. Y decidió que
tenía que existir una conjura, una conspiracion.
El la llamo La Conspiración de las Mujeres Hermosas.
Allen nunca fue un sujeto de pensamientos ordenados. Pero su idea interesó
muchisimo a las personas mas reflexivas del barrio de Flores. El primer fruto que se
recuerda de estas inquietudes fue la memorable conferencia en el cine San Martin
pronunciada por el polígrafo Manuel Mandeb.
Su título fue "De las mujeres mejor no hay que hablar" vale la pena transcribir
algunos parrrafos conservados en la dudosa memoria de supuestos asistentes.

"...Nadie puede negar el poder diabólico de la belleza. Se trata en realidad de una


fuerza mucho mas irresistible que la del dinero o la prepotencia. Cualquiera puede
despreciar a quien lo sojuzga mediante el soborno o el temor. Por el contrario uno
no tiene mas remedio que amar a quien le impone humillaciones en virtud de su
encanto. Y esta es una trágica paradoja.
"...Las mujeres hermosas de este barrio conocen perfectamente la calidad de sus
armas y las utilizan con el único fin de provocar el sufrimiento de los hombres
sensibles. Ostentan su belleza y sin embargo no permiten que uno la disfrute.
Cuentan dinero delante de los pobres. Esta perversa conducta no puede ser
inconsciente. Obedece, sin duda a un plan minuciosamente pensado.
"...Cada vez que me acerco a una señorita para presentarle mi respeto.
no recibo otra cosa que gestos de desagrado, gambetas ampulosas y aun
amenazas de escandalo. Ya no se puede ceder el paso a una dama sin que se
sospeche que esta por permitido perpetrarse una violacion."

Desde la cuarta fila, un grupo de colegialas le retruco al conferenciante, llamando


su atencion acerca del comportamiento de los conductores de camionetas.
Opinaban las niñas que estos profesionales, mas que requerirlas de amores
parecían proponerse insultarlas.
Este que escribe opina que la objecion es interesante. Con toda frecuencia se ven
por las calles individuos que lejos de postularse como admiradores de las señoritas
que se les cruzan, proceden a agraviarlas con frases puercas.
Aqui surge un tema polémico. En que consiste el piropo? Cual es su objeto y
escencia?
Algunos sostienen que se trata de un género artístico: Un hombre ve a una mujer,
se inspira y suelta parrafos. No existe la esperanza de una recompensa, basta con
la satisfacción de haber cumplido con los duendes interiores.
Si este es el criterio correcto, la actitud de los conductores de camionetas es
perfectamente comprensible. Tal vez quepan reparos de índole académica. Se
puede opinar que es artísticamente superior un madrigal que un manotazo, pero
ambas expresiones se encuadran rigurosamente en la definicion que se ha
sugerido anteriormente.
Otra corriente -menos desinteresada- piensa que todo piropo manifiesta la intención
de comenzar un romance. Vale decir que se espera de la dama que lo recibe una
respuesta alentadora.
Dificil sera -por cierto- que alguien obtenga una sonrisa a cambio de uan groseria.
El asunto es apasionante y fue desarrollado por el propio Mandeb, mucho despues,
en un libro que se llamó "La objecion de las colegialas", título que despertó un
equivocado entusiasmo entre los conductores de camionetas.
Pero volvamos a la conferencia.
Manuel Mandeb presentó durante su exposicion a un italiano y a un brasilero,
quienes -dificultosamente-expresaron que, en sus países, los idilios se concertaban www.ColombianCupid.Com/
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en forma rápida entre personas desconocidas y que muchas veces bastaba con
leves gestos para entenderse bien.
Curiosamente, el propio conferencista desautorizó a sus invitados.

"...Está muy bien reclamar la tolerancia de las señoritas. Pero todo amorio debe presentar una cantidad razonable de
escollos. Para serles franco, no quisiera saber nada con una mujer capaz de entreverarse en dos minutos con un tipo
como yo."

La conferencia terminó en un tumulto. Varias conspiradoras asistentes empezaron a quejarse de recibir propuestas
indecorosas de los caballeros vecinos. Probablemente se trataba de conductores de camionetas.
Los Refutadores de Leyendas hicieron oír su voz algunos días más tarde. En una de sus habituales reuniones
manifestaron que no creian en la posibilidad de la conspiracion. El argumento de los racionalistas merece
consideracion: segun ellos las mujeres hermosas se odian entre sí y es inconcebible cualquier tipo de acuerdo.
Declararon tambien que es falso que esta estirpe no haga caso de lso hombres: todos los dias uno ve hermosas
muchachas acompañadas por algun señor.
Ya en el colmo de la locura, los Hombres Sensibles contestaron que allí estaba el punto: el señor que acompaña a las
mujeres hermosas es siempre otro y esto provoca aún más tristeza que cuando uno las ve solas.
No sería extraño que estas damas y sus acompañanates no fueran sino íncubos y súcubos que recorren el mundo
para der dique a las almas sencillas.
Ives Castagnino, el musico de Palermo, razonaba de este modo: si el propósito de las mujeres terribles es hacer sufrir
a los hombres, tienen dos maneras de lograrlo: 1) No viviendo un romance con ellos.
2) Viviéndolo.
Segun parece, al músico lo aterrorizaba mucho más la segunda posibilidad.
Como puede suponerse, las muujeres hermosas consultadas negaron siempre la existencia de la conjura,.De
cualquier modo, hay que reconocer que la encuesta no fue demasiado amplia. En primer lugar, las señoritas
entrevistadas desconfiaban de los encuestadores y pensaban -con toda razon- que trataban de seducirlas. Y por otra
parte resulta una verdadera ingenuidad que, quienes son capaces de una gesta tan oscura, se presten a revelar el
secreto precisamente a sus victimas.
Como suele ocurrir en estos casos, el tema de discusion se bifurcó innumerables veces y tomó el rumbo de los
tomates.
Hubo quienes pidieron que se aclararan los limites de la hermosura para saber cabalmente quienes eran las mujeres
que alcanzaban esa categoria.
La cuestion es ardua, como todo juicio estético. Se pueden tener en cuenta -quiza- algunos indicios. Se dice que si
una dama es muy linda, las demas la tendrán por tonta. Pero no puede tomarse este lugar comun como precepto,
pues es cosa evidente que existen mujeres que, siendo tontas, son al mismo tiempo feas. Inclusive hay gente que
sostiene haber conocido señoritas hermosas e inteligentes, lo cual para mi gusto es demasiado.
El asunto se torna todavía más complejo a causa de la acción de los Agrandadores de Loros, unos caballeros más
bien babosos, que con halagos y falsedades consiguen que ciertos bagayos se crean la reina del corso.
Así, los hombres de corazon llegan a padecer la violencia de verse rechazados por damas que jamás pensaron
seducir. La tarea de los Agrandadores ha ido muy lejos y ha llegado incluso a las tapas de las revistas y avisos de
publicidad, donde se proponen a la admiracion de la gente de toda clase de pescados con disfraz de Colombina.
Pero los Hombres Sensibles siempre supieron cuando se hallaban ante la presencia de una mujer hermosa. Sentian
lo que Mandeb describia como una patada en el corazón. Y no se equivocaban nunca.
A decir verdad, jamás se alcanzaron a reunir pruebas convincentes sobre la existencia de la conspiracion. Pero sus
efectos se siguieron padeciendo.
Pese a todo, Allen, Mandeb y todos sus amigos siguieron recorriendo las esquinas haciendo fuerza para creer que
detrás de alguna puerta iba a aparecer la mujer que les salvaría la vida.
Por suerte para los muchachos, hubo siempre entre las damas conjuradas algunas Traidoras Adorables.
Naturalmente toda traición tiene su precio y muchas veces la exigencia era el amor eterno. Los Hombres de Flores
pagaban una y otra vez este arancel. La denuncia de Jorge Allen ya ha sido olvidada en el barrio del Angel Gris. Pero
aunque nadie converse sobre el asunto, basta con asomarse a la puerta para comprobar que las cosas siguen como
entonces.
Allí están las mujeres hermosas, en Flores y en toda la ciudad, gritando con sus miradas de hielo que no estan en
nuestro futuro ni en nuestro pasado.
Allí esta la abominable secta de las Chicas con Novio, poniéndonos ante la espantosa verdad de que siempre hay un
hombre mejor que uno.
El camino para derrotar a esta muralla es largo y penoso, pero seguirlo es deber de los criollos arremetedores.
No hay más remedio que quererlas a pesar de todo. Y más todavía, tratar de que a uno lo quieran. Esta segunda
labor es especialmente complicada y puede llevar la vida eterna. Consiste -por ejemplo- en ser bueno, aprender a
tocar el piano, convertirse en heroe o en santo, estudiar las ciencias, comprarse una tricota nueva, lavarse los
dientes, ser considerado y tierno y renunciar a los empleos nacionales.
Una vez hecho todo esto, ya puede el hombre enamorado, pararse en la calle y esperar el paso de la primera mujer
hermosa para decirle bien fuerte:
-He sufrido mucho nada mas que para saber su nombre.

Seguramente, la tipa fingira no haber oido, mirara al horizonte y seguira su camino.


Pero será injusto.

Balada del amor imposible

Los cronistas más serios del barrio del Angel Gris coinciden en destacar la propensión
de sus habitantes hacia los amores imposibles.
Así, mientras los jóvenes de otros barrios se enamoran de muchachas groseramente
posibles, los hombres de Flores parecen condenados a amar - casi siempre en
secreto - a mujeres que no serán para ellos.
Y en honor a estas damas es que los Hombres Sensibles hacen lo que hacen.
Algunos emprenden desde chicos el estudio del violín, únicamente para aprender a
tocar un vals en obsequio de su amada. No importa que ella no alcance jamás a oírlo.
Ese no es el punto.
Otros indagan los secretos de la versificación y se sumergen en el dolor para lograr una poesía.
Hay quienes se ejercitan en el coraje y cultivan la guapeza. Y no faltan los que eligen la melancolía o la locura.
Piensan los Hombres Sensibles que siendo mejores merecerán ser amados. Y para la ética sentimental de este
barrio, los mejores hombres son artistas, valientes, tristes o locos.
Por eso los muchachos más virtuosos de Flores sufren por amor.
Esta realidad ha despertado la atención de todos y la piedad de muchos.
Cada semana, los enamorados de Flores reciben el consejo de sus amigos sabios de otras barriadas.
- ¿Por qué amar a la Gran Marquesa del Norte, que es en realidad un duende? ¿Por qué no conformarse con la hija
del yesero?
Son voces tentadoras que exponen las ventajas del amor razonable.
A estas exhortaciones, los Hombres Sensibles responden - no sin acierto - que en el amor no existe el libre albedrío y
que nadie puede decidir de quién va a enamorarse.
Sin embargo - ya a riesgo de caer en especulaciones psicológicas fuera de tono - cabe reconocer que los muchachos
del Angel Gris tienden a aproximarse sentimentalmente a las mujeres que menos les convienen.
Los tratadistas de Villa del Parque y los Refutadores de Leyendas sostienen que buscar pareja es una tarea
enteramente racional y hasta científica.
Vale la pena citar la novela didáctica "Hoy te amo con la cabeza", del profesor Amadeo Battista. Esta obra esconde -
apenas - la tesis antedicha, entre los rotosos pliegues de su trama.
Parecidos criterios auspicia la esposa de este pensador, la doctora Alba C. de Battista en su libro "Me casé con un
cretino".
Muchos hombres de negocios, comerciantes e industriales de la zona han entendido que el amor imposible es cosa
nefasta, no sólo para el que ama, sino también para el desarrollo de las actividades productivas en general.
Declaran estos lúcidos mercaderes que, por lo común, los enamorados sin esperanza son pésimos empleados, más
atentos al recuerdo de unos ojos pardos que a la correcta realización de una nota de débito.
Tratando de reducir el número de desencuentros amorosos en beneficio de la felicidad general, los Refutadores de
Leyendas con la ayuda de dos contadores de la Sociedad de Fomento de Villa Malcolm, prepararon las Tablas del
Amor Infalible, especie de regla de cálculo según la cual las medidas del cuerpo del hombre, su coeficiente
intelectual, su edad, su educación, fortuna y berretines determinaban de un modo preciso a la mujer más conveniente
para sus planes amorosos.
Esto es ni más ni menos que la refutación de una leyenda o - lo que es peor - su reducción a términos científicos. La
leyenda es ésta:
"Hay para cada hombre una mujer, una sola, que reúne todas las virtudes que ese hombre sueña. Su belleza está
hecha para deslumbrar a ese hombre.
Su voz ha sido creada para seducirlo. Su inteligencia, para suscitarle y sugerirle ideas amables. Su ternura, para
hacerle dulce el diario sufrimiento.
Esa mujer existe y anda por esas calles. Pero el destino ha decidido que nunca jamás se crucen los caminos de
ningún hombre con la mujer que para él fue concebida."
Manuel Mandeb asegura en sus Memorias que cierta tarde creyó reconocer a lo lejos a la mujer que le correspondía,
conforme a la leyenda. Inmediatamente se trabó en lucha con el destino y trató de alcanzar a la muchacha. Lo
consiguió en la esquina de Artigas y Avellaneda. Luego de interceptarle el paso, procedió a explicarle la vieja creencia
de los Hombres Sensibles, mientras se secaba el sudor y trataba de recobrar el aliento.
Pero la mujer no conocía la leyenda, o tal vez la conocía y la acataba puntualmente: dio media vuelta y se fue por
Artigas hacia el norte.
Y ya que mencionamos a Manuel Mandeb, conviene recordar que su ilegible prosa se alzó solitaria frente a los
tratados racionalistas y a los inventos de los Refutadores de Leyendas.
El polígrafo de Flores dejó un voluminoso estudio caratulado Registro de amores imposibles en la línea del Sarmiento.
La obra consta de 914 fichas que corresponden a otros tantos casos concretos de amor sin recompensa. Está
dividida en cuatro capítulos:
El primero, subtitulado Nunca le dije nada, es el más extenso y registra episodios protagonizados por enamorados
silenciosos.
El segundo, Negativas expone 115 rechazos, sus motivos, sus términos y consecuencias, para no hablar de otros
detalles más bien superfluos que suelen recargar toda la obra de Manuel Mandeb.
El tercer capitulo, Amargo desengaño, cataloga 126 decepciones, incluidas cuatro padecidas por el propio autor.
El cuarto y último capitulo es un inspirado texto romántico que se conoce como Elogio del amor inconcluso. Veamos
este párrafo:
"...Así como las personas que mueren en la plenitud nos ahorran el recuerdo de su vejez, los amores interrumpidos
abruptamente siguen viviendo en nuestro corazón no como brasas agonizantes, sino como horrorosas llamas que
queman cada noche...
"...No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen
inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre
pasión."
Pero dejemos ya a Manuel Mandeb y reflexionemos sobre ese delicado asunto. Es cierto que infinidad de personas
decentes viven la módica dicha del amor común y corriente.
Pero el amor imposible, aquél del cual solamente son capaces los Hombres Sensibles de Flores, es el único
cabalmente maravilloso y digno de admiración.
Ocurre así: un muchacho se enamora de la Mujer Más Hermosa.
Desde ese momento, su vida no tiene otro sentido que ese amor.
Sin embargo, el hombre sabe que no tiene chance en esa carrera, pues las Mujeres Más Hermosas suelen casarse
con otros caballeros, generalmente ricos o buenos mozos o ambas cosas.
Sus buenos amigos le aconsejarán el olvido, pero este hombre ha nacido en Flores y no tiene la menor intención de
gambetear el dolor.
Y cada día deja mansamente que la tristeza le invada los huesos y que tiña hasta el último de sus pensamientos.
A veces, las distracciones y los mundanos asuntos amenazarán con hacerle olvidar siquiera por un momento su amor
y pesadumbre. Pero el hombre reaccionará inmediatamente y se sumergirá otra vez en su propio abismo.
Que nadie se engañe. Este hombre que ríe a carcajadas cuando algún conocido le refiere el cuento de los
supositorios, está pensando en su amor imposible.
Y la sangre que hincha sus venas es negra y espesa.
Pero, atención. Este amor que lo hace desgraciado es el que le hace mejor. El ya ha renunciado a la Mujer Más
Hermosa. Jamás padecerá decepciones. Su pasión no envejecerá ni se envilecerá. Nadie podrá engañarlo.
Y a fuerza de bañarse cada día en el sufrimiento, habrá aprendido el secreto de la resignación.
Los caballeros exitosos no conocerán jamás la verdadera esencia de amor imposible. Ellos jamás juegan su vida a
una sola baraja. Con toda prudencia realizan inversiones en uno y otro lugar para compensar con unas las pérdidas
ocasionadas por otras.
Pero el amor imposible no es cosa de prudentes sino de Quijotes.
Sólo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza Lorenzo.
Jamás cruzaron palabra. Pero eso le bastó para vivir en ella y por ella.
Sin esperar recompensa.
Por eso, señores, si acaso atesoran ustedes uno de estos metejones locos, a no arrepentirse. Sigan soñando y
esperando lo imposible. Aunque sepamos que nuestras ilusiones no habrán de cumplirse nunca, sigamos
acariciándolas. Lo contrario sería - como pensaba Wimpy - confundir una ilusión con un pagaré.
Será una larga jornada. Muchas veces tendremos ganas de contar nuestra pena, pero no podremos hacerlo, para no
profanarla. Siempre estaremos solos y tristes, pero no es para tanto. Después de todo, ya se sabe que los únicos
paraísos que existen son los paraísos perdidos.

El psicoanálisis en Flores
La historia del psicoanalisis en el barrio de Flores es bastante curiosa.
Quienes conocen a los Hombres Sensibles ya sospecharan que las teorias de Freud
no fueron formuladas pensando en ellos. Y aunque estos varones siempre fueron
aventureros y buscadores de sueños, cuesta bastante imaginarlos en el sillon de un
psicoanalista.
Sin embargo, muchos profesionales alcanzaron cierto exito en el barrio del Angel Gris.
Algunos fueron consultados por los Hombres Sensibles y hasta existieron escuelas y
corrientes opuestas que dieron lugar a apasionantes polemicas.
El primer analista que se establecio en Flores fue -segun dicen-el doctor Mauricio D.
Finkel.
Los comienzos no fueron faciles y su consultorio de la avenida Rivadavia permanecio desierto durante meses. Los
vecinos creian entender que Finkel adivinaba la suerte o tiraba las cartas o tal vez vendia rifas.
Con esa idea se presento un dia de invierno el primero de sus pacientes.
Se trataba del poeta Jorge Allen, quein buscaba consuelo a un desengaño amoroso y penso que no estaba del todo
mal intentar alguna solucion magica.
Finkel lo hizo recostar en su divan y lo invito a hablar. Allen le conto minuciosamente como habia sido abandonado
por cierta señorita de La Paternal, la forma en que sufria y otros detalles menores. Transcurrido un buen rato, Finkel
se levanto y dio por terminada la entrevista.

-Bien -dijo Allen -. Que hago?


-Venga el jueves a la misma hora.
-Para que ?
-Vea, se trata de que usted vaya comprendiendo su propio problema.
La solucion la encontrara precisamente en esa misma comprension.

Allen regreso varias veces. Comprendio perfectamente su caso, lo cual no le sirvio de nada: la chica de La Paternal
se caso con un consignatario de Alberti. Enterado de esta tragedia, el enamorado anuncio a Finkel su decision de
interrumpir el tratamiento.

-Usted no entiende -sentencio el analista -; el punto es ubicarlo a usted ante la realidad para que acepte y supere el
dolor.
-No deseo superar el dolor. Ya he perdido a la mujer que queria : Pretende usted dejarme tambien sin el sufrimiento?
Digame cuanto le debo.

A pesar de este primer fracaso, Finkel hizo carrera. Cuando los Hombres Sensibles se enteraron de la teoria del
subconsciente, creyeron encontrarse ante una hermosa leyenda.
En la plaza, los Narradores de Historias sorprendian a su auditorio manifestando que todos llevabamos dentro a otro
señor, que es en verdad el que domina nuestra persona.
Agregaban que este señor oculto aparecia en los peores momentos, poniendo en nuestras vidas notas de lujuria,
bestialidad y groseria.
La leyenda del subconsciente se fue transformando vigorosamente y algunas de sus versiones son asombrosas.
Durante mucho tiempo se creyo en Flores que todo acto indecoroso era responsabilidad del subconsciente, quedando
a salvo la inocencia de quien lo perpetrara. Asi, los guarangos de la zona justificaban sus gritos, zafadurias y
provocaciones culpando al extraño que llevaban dentro.
Las personas decentes y rectas se jactaban de no tener subconsciente y muchos padres amenazaban a sus hijos con
disponer la extirpacion quirurgica del intruso responsable de sus travesuras.
Manuel Mandeb afirmo una madrugada que el tenia varios subconscientes, la mayoria de los cuales estaba en contra
suya.
Casi en los confines de Villa del Parque, algunos grupos de fanaticos creyeron que el subconsciente salia de su
envoltura carnal en las noches de luna llena para cometer toda clase de perversidades.
Sea por el auge de esta leyenda, sea por la improbada labor de grupos de lechuguinos procedentes del centro, el
caso es que el doctor Finkel y algunos otros psicoanalistas llegaron a disponer de una regular clientela.
Los Refutadores de Leyendas no se opusieron a esta actividad, pues habian oido decir que se trataba de algo
cientifico. Tambien es cierto que no concurrian a los consultorios, lo cual es una lastima: no debe haber nada mas
apasionante que los sueños de un racionalista.
Con la aparicion de nuevos profesionales, empezaron tambien los diferentes enfoques, las herejias y las discusiones.
Finkel era ortodoxo: no dialogaba con sus pacientes, se ponia lejos de su vista y no les permitia que lo miraran. Sus
enemigos afirmaban que el hombre aprovechaba para dormir.
Otros aseguraban que se iba a la cocina y regresaba sobre el final de la sesion. Y no faltaban los que creian que
atendia a dos o mas personas al mismo tiempo, dando vueltitas de inspeccion entre pieza y pieza.
Otros psicoanalistas prefirieron enfrentar a sus clientes y discutir con ellos. Una rama de la calle Bilbao se llevo esta
actitud al extremo. Asi nacio la Escuela Psicoanalitica de la Mala Sangre.
Los medicos que siguieron esta novedosa tecnica se propusieron reaccionar ante el relato del paciente de un modo
evidente y hasta exagerado, para que el enfermo comprendiera que se lo compadecia.
Por ejemplo: si un señor contaba que su esposa lo tenia harto, el analista lloraba amargamente hasta caer en la
desesperacion.
Claro que esta terapia tuvo, algunas veces, consecuencias desagradables.
Asi, cuando alguien contaba que castigaba a sus hijos, no faltaba el psicologo taura que se plantaba frente al
escritorio y gritaba: "¡Por que no me pegas a mi, sinverguenza!".
Las actividades de la Escuela Psicoanlitica de la Mala Sangre cesaron, mas que nada, a causa de las quejas de los
vecinos.
Un negocio bastante interesante fue el de los psicoanalistas a domicilio.
La idea surgio a partir de la fuerte necesidad que muchos pacientes tenian de sus analistas a toda hora. Ciertos
neuroticos pudientes pensaron que una buena solucion era contratar a un psicoterapeuta de modo permanente.
Entonces se hizo bastate frecuente la costumbre de tener un analista en la casa, lo que -de paso -eliminaba la
molestia de someterse a una sesion, pues no tenia mayor sentido contarle al profesional lo que este podia ver con sus
propios ojos.
Lo cierto es que, en el caso de los psicoanalistas ortodoxos, su funcion en el domicilio del enfermo no era mucho mas
activa que la de un florero. Se limitaban a recorrer las habitaciones murmurando "jem" y asintiendo con la cabeza.
Muchos de ellos todavia siguen en las casas de familias adineradas, algunos como jardineros, otros como primos o
entenados.
El auge de la actividad psicoanalitica en el barrio de Flores popularizo sus tecnicas mas sencillas. Cualquier modista
sabia lo que era el complejo de Edipo o una neurosis obsesiva. Los Hombres Sensibles se sintieron fascinados por el
juego de la interpretacion. Para ellos no se trataba de un ejercicio cientifico, sino mas bien artistico. Y no les faltaba
razon.
Alguien deja un paraguas olvidado en el bar La Pilarica. Interpretacion: existe el deseo de volver al establecimiento.
Alguien cuenta chistes todo el tiempo. Interpretacion: hay una pena oculta.
Alguien siente horror por los cuchillos. Interpretacion: Hubo un accidente en la niñez.
Desde luego, los poetas del barrio acuñaron interpretaciones nuevas muchas de ellas de alto valor literario. Veamos:
Alguien se mete el dedo en la nariz. Interpretacion: Esta buscando su alma.
Una mujer es demasiado hermosa. Interpretacion: se trata del demonio.
Un hombre come terrones de azucar. Interpretacion: es tucumano.
Un hombre afila su cuchillo en el cordon de la vereda: venganza segura.
El mismo mecanismo se observo en la interpretacion de los sueños.
Segun los Hombres Sensibles, soñar con una mujer es amarla, soñar con zapatos negros es morirse, soñar con
caerse es el cincuenta y seis.
Otra de las consecuencias de esta vocacion psicologica fue el convencimiento general de que todo tiene origenes
mentales. Asi, cuando un muchacho se ensartaba un clavo en el pie, algunos medicos aplicaban la vacuna
antitetanica y otros preguntaban por la relacion del ensartado con sus padres.
De cualquier modo, el entusiasmo fue decayendo. Tal vez el principal responsable fue Manuel Mandeb. El pensador
arabe empezo a deconfiar de quien trataba de abarcar el alma con menesterosas definiciones.
No le gustaba tampoco la ausencia del pecado en aquellas construcciones donde no habia canallas, sino enfermos y
donde los sinvergüenzas eran llamados psicoticos.
De estas inquietudes surge una obtusa monografia titulada "Locos eramos los de antes".
En realidad el trabajo consiste en la exposicion de ciento nueve casos de personas que concurrieron al psicoanalista,
sin curarse de nada y -lo que es peor -adquiriendo una espantosa satisfaccion de si mismas.
La verdad es que el trabajo de Mandeb carece de todo rigor cientifico, pero consigue dejar la extraña sensacion de
que al psicoanalisis tampoco le sobra este rigor.
Esto es quizas falso. Pero uno no termina de convencerse, tal es el efecto que los pensadores pasionales, como
Manuel Mandeb, producen en las personas razonables.
Hoy en dia, supongo yo, los grandes investigadores del alma transitaran otros caminos menos pintorescos. Ya no
parece tener mucho sentido contarle nuestras fantasias a un señor durante veinticinco años para ver si conseguimos
dormir tranquilos.
Mis amigos ilustrados me cuentan que hay nuevas tecnicas y que la ciencia adelanta a modo bestial.
Como quiera que sea, el sencillo proposito de esta nota ha sido llamar la atencion sobres aspectos esteticos del
psicoanaliss. No importa que no sirva para nada: sus rituales, sus aristas absurdas, sus tiros en la noche, sus
metaforas, su solemnidad son elementos que un verdadero artista no deberia desechar jamas.
Tal vez llego tarde y todos han comprendido esto. Quizas los terapeutas y sus pacientes no hacen mas que jugar,
semana tras semana, un juego apasionante en que las fichas son sueños, ilusiones, fantasias, recuerdos, angustias,
amores, desencuentros y frustraciones Esto es casi tan bueno como curar manias persecutorias.

Balada de la primera novia

El poeta Jorge Allen tuvo su primera novia a la edad de doce años. Guarden las
personas mayores sus sonrisas condescendientes. Porque en la vida de un hombre
hay pocas cosas mas serias que su amor inaugural.
Por cierto, los mercaderes, los Refutadores de Leyendas y los aplicadores de
inyecciones parecen opinar en forma diferente y resaltan en sus discursos la
importancia del automovil, la higiene, las tarjetas de credito y las comunicaciones
instantáneas. El pensamiento de estas gentes no debe preocuparnos. Despues de
todo han venido al mundo con propositos tan diferentes de los nuestros, que casi es
imposible que nos molesten.
Ocupemonos de la novia de Allen. Su nombre se ha perdido para nosotros, no lejos de Patricia o Pamela. Fue tal vez
morocha y linda.

El poeta niño la quiso con gravedad y temor. No tenia entonces el cinico aplomo que da el demasiado trato con las
mujeres. Tampoco tenia -ni tuvo nunca-la audacia guaranga de los papanatas.
Las manifestaciones visibles de aquel romance fueron modestas.
Allen creia recordar una mano tierna sobre su menton, una blanca vecindad frente a un libro de lectura y una frase,
tan solo una: "Me gustas vos."
En algun recreo perdio su amor y mas tarde su rastro.
Despues de una triste fiestita de fin de curso, ya no volvio a verla ni a tener noticias de ella.
Sin embargo siguio queriendola a lo largo de sus años. Jorge Allen se hizo hombre y vivio formidables gestas
amororsas. Pero jamas dejo de llorar por la morocha ausente.

La noche en que cumplia treinta y tres años, el poeta supo que habia llegado el momento de ir a buscarla.
Aqui conviene decir que la aventura de la Primera Novia es un mito qeu aparece en muchisismos relatos del barrio de
Flores. Los racionalistas y los psicologos tejen previsibles metaforas y alegorias resobadas. De ellas surge un estado
de incredulidad que no es el mas recomendable para emocionarse por un amor perdido.
A falta de mejor ocurrencia, Allen merodeo la antigua casa de la muchacha, en un barrio donde nadie la recordaba.
Despues consulto la guia telefonica y los padrones electorales. Miro fijamente a las mujeres de su edad y tambien a
las niñas de doce años. Pero no sucedio nada.
Entonces pidio socorro a sus amigos, los Hombres Sensibles de Flores. Por suerte, estos espiritus tan proclives al
macaneo metafisico tenian una nocion sonante y contante de la ayuda.
Jamas alcanzaron a comprender a quienes sostienen que escuchar las ajenas lamentaciones es ya un servicio
abnegado.
Nada de apoyos morales ni palabras de aliento. Llegado el caso, los muchachos del Angel Gris actuaban
directamente sobre la circunstancia adversa: convencian a mujeres tercas, amenazaban a los tramposos, revocaban
injusticias, luchaban contra el mal, detenian el tiempo, abolian la muerte.
Asi, ahorrandose inutiles consejos, con el mayor entusiasmo buscaron junto al poeta a la Primera Novia.
El caso no era facil. Allen no poseia ningun dato prometedor. Y para colmo anuncio un hecho inquietante:
-Ella fue mi primera novia, pero no estoy seguro de haber sido su primer novio.

-Esto complica las cosas-dijo Manuel Mandeb , el poligrafo-. Las mujeres recuerdan al primer novio, pero dificilmente
al tercero o al quinto.

El musico Ives Castagnino declaro que para una mujer de verdad, todos los novios son el primero, especialmente
cuando tienen caracter fuerte. Resueltas las objeciones leguleyas, los amigos resolvieron visitar a Celia, la vieja bruja
de la calle Gavilan. En realidad, Allen debio ser llevado a la rastra, pues era hombre temeroso de los hechizos.

-Usted tiene una gran pena-grito la adivina apenas lo vio.


-Ya lo se señora... digame algo que yo no sepa....
-Tendra grandes dificultades en el futuro....
-Tambien lo se....
-Le espera una gran desgracia....
-Como a todos, señora....
-Tal vez viaje....
-O tal vez no....
-Una mujer lo espera....
-Ahi me va gustando... Donde esta esa mujer?
-Lejos, muy lejos... En el patio de un colegio. Un patio de baldosas grises.
-Siga... con eso no me alcanza.
-Veo un hombre que canta lo que otros le mandan cantar. Ese hombre sabe algo....Veo tambien una casa humilde
con pilares rosados.
-Que mas?
-Nada mas... Cuanto mas yo le diga, menos podra usted encontrarla.
Vayase. Pero antes pague.

Los meses que siguieron fueron infructuosos. Algunas mujeres de la barriada se enteraron de la busqueda y fingieron
ser la Primera Novia para seducir al poeta. En ocasiones Mandeb, Castagnino y el ruso Salzman simularon ser Allen
para abusar de las novias falsas.
Los viejos compañeros del colegio no tardaron en presentarse a reclamar ecovaciones. Uno de ellos hizo hizo una
revelacion brutal.

-La chica se llamaba Gomez. Fue mi Primera Novia -Mentira! -grito Allen.
-Por que no? Pudo haber sido la Primera Novia de muchos.

Entre todos lo echaron a patadas.

Una tarde se presento una rubia estupenda de ojos enormes y esforzados breteles. Resulto ser el segundo amor del
poeta. Algunas semanas despues aparecio la sexta novia y luego la cuarta. Se supo entonces que Jorge Allen solia
ocultar su pasado amoroso a todas las mujeres, de modo que cada una de ellas creia iniciar la serie.

A fines de ese año, Manuel Mandeb concibio con astucia la idea de organizar una fiesta de ex-alumnos de la escuela
del poeta.
Hablaron con las autoridades, cursaron invitaciones, publicaron gacetillas en las revistas y en los diarios, pegaron
carteles y compraron masas y canapes.
La reunion no estuvo mal. Hubo discursos, lagrimas, brindis y algun reencuentro emocionante. Pero la chica de
apellido Gomez no concurrio.
Sin embargo, los Hombres Sensibles-que estaban alli en calidad de colados-no perdieron el tiempo y trataron de
obtener datos entre los presentes.
El poeta converso con Ines, compañera de banco de la morocha ausente.

-Gomez, claro -dijo la chica-. Estaba loca por Ferrari.


Allen no pudo soportarlo.
-Estaba loca por mi.
-No, no... Bueno, eran cosas de chicos.
Cosas de chicos. Nada menos. Amores sin calculo, rencores sin piedad, traiciones sin remordimiento.
El petiso Caceres declaro haberla visto una vez en Paso del Rey. Y alguien se la habia cruzado en el tren que iba a
Moreno.
Nada mas.
Los muchachos del Angel Gris fueron olvidando el asunto. Pero Allen no se resignaba. Inutilmente busco en sus
cajones algun papel subrepticio, alguna anotacion reveladora. Encontro la foto oficial de sexto grado.
Se descubrio a si mismo con una sonrisa de zonzo. La morochita estaba lejos en los arrabales de la imagen, ajena a
cualquier drama.

-Ay, si supieras que te he llorado....! Si supieras que me gustaria mostrarte mi hombria... Si supieras que lo que
aprendi desde aquel tiempo...

Una noche de verano, el poeta se aburria con Manuel Mandeb en una churrasqueria de Caseros. Un payador
mediocre complacia los pedidos de la gente.

-Al de la mesa del fondo le canto sinceramente....

De pronto Allen tuvo una inspiracion.

-Ese hombre canta lo que otros le mandan cantar.


-Es el destino de los payadores de churrasqueria.
-Celia, la adivina, dijo que un hombre asi conocia a mi novia....

Mandeb copo la banca.

-Acerquese, amigo.

El payador se sento en la mesa y acepto una cerveza. Despues de algunos vagos comentarios artisticos, el poligrafo
fue al asunto.

-Se me hace que usted conoce a una amiga nuestra. Se apellida Gomez, y creo que vivia por Paso del Rey.
-Yo soy Gomez -dijo el cantor-. Y por esos barrios tengo una prima.

Despues pulso la guitarra, se levanto y abandonando la mesa se largo con una decima.

-Aca este amable señor conoce una prima mia que segun creo vivia en la calle Tronador.
Vaya mi canto mejor con toda mi alma de artista tal vez mi verso resista pa' saludar a esta gente y a mi prima, la del
puente sobre el Rio Reconquista.

Durante los siguientes dias los Hombres Sensibles de Flores recorrieron Paso del Rey en las vecindades del rio
Reconquista, buscando la calle Tronador y una casa humilde con pilares rosados. Una tarde fueron atacados por
unos lugareños levantiscos y dos noches despues cayeron presos por sospechosos. Para facilitarse la investigacion
decian vender sabanas.
Salzman y Mandeb levantaron docenas de pedidos.
Finalmente , la tarde que Jorge Allen cumplia treinta y cuatro anios, el poeta y Mandeb descubrieron la casa.

-Es aqui. Aqui estan los pilares rosados


Mandeb era un hombre demasiado agudo como para tener esperanzas.

-No me parece, Vamonos.

Pero Allen toco el timbre. Su amigo permanecio cerca del cordon de la vereda.

-Aqui no es, rajemos.

Nuevo timbrazo. Al rato salio una mujer gorda, morochita, vencida, avejentada. Un gesto forastero le habitaba el
entrecejo. La boca se le estaba haciendo cruel. Los años son pesados para algunas personas.

-Buenas tades. -dijo la voz que alguna vez habia alegrado un patio de baldosas grises.

Pero no era suficiente. Ya la mujer estaba mas cerca del desengaño que de la promesa.
Y alli, a su frente, Jorge Allen, mas niño que nunca, mirando por encima del hombro de la Primera Novia, esperaba un
milagro que no se producia.
-Busco a una compañera de colegio-dijo-. Soy Allen, sexto grado B, turno mañana. La chica se llamaba Gomez.

La mujer abrio los ojos y una niña de doce años sonrio dentro suyo. Se adelanto un paso y comenzo una risa
amistosa con interjecciones evocativas. Rapido como el refucilo, en uno de lo procedimientos mas felices de su vida,
Mandeb se adelanto.

-Nos han dicho que vive por aqui... Yo soy Mnauel Mandeb, mucho gusto.

Y apreto la mando con toda la fuerza de su alma , mientras le clavaba una mirada de suplica, de inteligencia o quizas
de amenaza.
Tal vez inspirada por los angeles que siempre cuidan a los chicos, ella comprendio.

-Encantada-murmuro-Pero lamento no conocer a esa persona.


Le habran informado mal.
-Por un momento pense que era usted -respiro Allen-. Le ruego que nos disculpe.
-Vamos -sonrio Mandeb-. La señora bien pudo haber sido tu alumna, viejo sinverguenza....

Los dos amigos se fueron en silencio.


Esa noche Mandeb volvio solo a la casa de los pilares rosados. Ya frente a la mujer morocha le dijo:
-Quiero agradecerle lo que ha hecho....
-Lo siento mucho... No he tenido suerte, estoy avergonzada, mireme....
-No se aflija. El la seguira buscando eternamente.

Y ella contesto, tal vez llorando:


-Yo tambien.
-Algun dia todos nos encontraremos. Buenas noches, señora.

Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. En ese unico sentido es
indispensable buscar a la Primera Novia. El hombre sabio debera cuidar -eso si-el detenerse a tiempo, antes de
encontrarla.
El camino esta lleno de hondas y entrañables tristezas. Jorge Allen siguio recorriendolo hasta que el mismo se perdio
en los barrios hostiles junto con todos los Hombres Sensibles.

El corso triste de la calle Caracas


Segun una difundida leyenda, el Carnaval fue alguna vez una fiesta popular, con
personas disfrazadas, musica, baile, bromas y murgas. En verdad, cuesta creer
semejante cosa. Como quiera que sea, la legendaria gesta ha muerto ya. Sin
embargo, como silenciosas habitaciones vacias, han quedado ciertas fechas del
almanaque a las que la terquedad general insiste en adjudicar la condicion de
carnavalesca. Esos dias son utilizados no ya para festejar sino mas bien para
reflexionar y añorar la ausencia de la fiesta.
Se trata, segun se ve, de un curioso destino: pasar del entusiasmo a la nostalgia, de la
pasion a la meditacion, de la alegria a la tristeza. Muchos espiritus taciturnos se
solazan con este estado de cosas y afirman que la farra y el desenfreno de otras epocas fueron apenas un paso
previo e inevitable, cuyo noble fin se cumple ahora, en el ejercicio del recuerdo.
Los Hombres Sensibles de Flores simpatizaban en cierto modo con este criterio. Para ellos el Carnaval no solamente
servia para seducir señoritas en las milongas sino tambien para pensar en el paso del tiempo.
Puede afirmarse sin caer en el infundio que esta ilustre manga de atorrantes jamas consiguio entender el sentido de
los Carnavales.
Manuel Mandeb pensaba que las gentes se ponian contentas en virtud de algun suceso que todos conocian menos
el. Sus amigos padecian un desconcierto de la misma clase.
Esto puede explicar la extraña conducta de los Hombres Sensibles en los corsos y en los bailes.
Durante un rato hacian fuerza para sentirse alegres: bailaban, comian chorizos, se ponian caretas, hablaban con voz
finita y mojaban a las damas con pomos de colores. Despues comprendian que todo aquello era inutil y entonces se
iban a otros bailes, discutian con los mozos, miraban las orquestas, evocaban antiguos Carnavales y cantaban el
tango Siga el Corso. Ya en la madrugada maldecian el Carnaval, se estacionaban en las esquinas desoladas y se
burlaban de los caminantes que volvian a sus casas.
Pero una tarde de verano Manuel Mandeb tuvo una inspiracion genial.
Se le ocurrio organizar todos los años el Corso Triste de la Calle Caracas.
Se trataba de una idea interesante: Mandeb pensaba que en los Carnavales vulgares todos disimulaban la tristeza
disfrazandose de personas alegres.
Su proyecto consistia en adoptar disfraces y actitudes melancolicas para ver si detras de ellos se instalaba la alegria.

" Si bajo la sonora risa del payaso se adivina siempre una lagrima, es posible que encontremos una sonrisa si
sacamos nuestras caretas de victimas"

Si el proposito de Mandeb fue lograr un clima de pesadumbre, hay que decir que lo consiguio. El Corso Triste de la
Calle Caracas era francamente tenebrosos. Todas las luces estaban apagadas. Los asistentes deambulaban como
sombras fingiendo toda clase de sufrimientos.
Las murgas entonaban canciones tragicas y tangos de Agustin Magaldi.
Los disfraces eran lastimosos: de condenado a muerte, de novia abandonada, de jugador expulsado, de deudor
hipotecario, de vendedor de libros y de intoxicado.
Con el tiempo el Corso Triste se fue haciendo mas ambicioso y complejo.
Jorge Allen, el poeta, empezo a escribir versos murgueros con pretension literaria.

"Si parliamo' del destino bororom bobom bobom...


?Quien conoce su camino?
Bororom bobom bobom....
Nadie puede contra la suerte la ultima carta es la de la muerte borobobom bobom bobom borobobom bobom bobom."

Los muchachos tristes de otros barrios se acercaron poco a poco y pronto circularon carrozas de hojas secas y
automoviles con las ventanillas cerradas.
En el tercer año, se constituyo un jurado y se realizaron concursos y torneos.
Las comparsas se sacaban chispas para ver cual era la mas deprimente.
Los Lonyipietros del Desengaño, los Decrepitos del Mañana y Chispazos de Soledad fueron las agrupaciones mas
renombradas.
Las reinas del corso eran bellisismas, pero inaccesibles y perversas. El premio anual de mascara suelta lo gano
siempre el mismo individuo Hablamos -desde luego -del celebre actor Eladio del Prado, quien no tenia rival en la
tecnica de la caracterizacion.
Sus primeros disfraces fueron sencillos. Una noche aparecio disfrazado de esclavo persa y todos se condoliana al ver
su espalda surcada de latigazos y su cuerpo encorvado bajo el peso de enormes cadenas.
Despues, sus creaciones fueron mas complejas. Un domingo fue ciclope y a la mañana siguiente revoluciono todo el
barrio buscando el ojo que se habia sacado. Fue tambien mendigo escoces y la gente lloraba al verlo soportar la
nieve de Glasgow en la Calle Caracas.
Cuentan que Del Prado, entusiasmado por sus exitos, resolvio seguir con sus disfraces durante todo el año. Dicen
que su destreza crecia junto con su crueldad.
Una noche de invierno, los Hombres Sensibles saltaron de alegria al ver reaparecer al Tonio Berardi, el pibe que
murio en Paris. Organizaron una gran fiesta, y en el momento en que alzaban las copas para celebrar la resureccion,
Del Prado se saco el guardapolvo, se lavo las rodillas, volvio a poner cara de persona mayor y aparecio tal cual era.
El ruso Salzman estuvo dos semanas en cama y Jorge Allen casi se queda tartamudo.
EL ultimo Carnaval del Corso Triste, Eladio Del Prado se disfrazo para siempre de recuerdo y nadie volvio a verlo por
el barrio del Angel Gris.
La comision organizadora del Corso pronto advirtio que la creacion de Mandeb tenia interesantes posibilidades
economicas. Esto resulta un poco sorprendente si se recuerlda la nula capacidad de los Hombres Sensibles para los
negocios. De cualquier manera, es un hecho que durante largos años los muchachos del Angel Gris vendieron papel
picado. Emplearon la conocida tecnica que ha enriquecido a tantos mercaderes: en la primera jornada las bolsitas
estaban llenas de papelitos brillantes e inmaculados.
Cuando termianaba la fiesta, barrian el piso y volvian a embolsar el papel.
Noche tras noche, el producto se ensuciaba y envilecia, hasta que en la muerte del Carnaval las bolsitas estaban
llenas de tierra, tapitas de cerveza, caramelos empezados y otras porquerias. Algunos memoriosos creen reconocer
todavia hoy en los bailes de Villa del Parque, restos del papel picado primogenio que se vendia en el Corso Triste.
Para contribuir a la pesadumbre de la concurrencia, Mandeb vendia pomos llenos de lagrimas que -si ha de creerse a
sus detractores -falsificaba con agua y sal.
Los Refutadores de Leyendas, en su caracter de comparsa racionalista, solian acercarse a la fiesta de la calle
Caracas para buscar camorra.
Tosos recuerdan sus afinados pregones:
" Los Refutadores señoras, señores, llegan con sus ritmos y sus silogismos .
Los desafinados a exponer sus ilusiones y a confrontarlas con nuestras refutaciones ..."

Las olimpicas razones de la murga encontraban muchas veces contundente respuesta y dentro de un clima polemico
y agudo, solian armarse formidables peleas que -por cierto -daban lustre y renombre al Corso Triste.
Año tras año, los Carnavales de la calle Caracas fueron poniendose mas divertidos. Naturalmente, esto provovo su
decadencia.
Los Hombres Sensibles de Flores, al observar el jolgorio, comprendian que el proyecto inicial iba camino del fracaso.
La sobria melancolia de los primeros tiempos iba dando paso a sonrisas complacientes cuando no a risotadas sin
freno.
Ah! -se lamentaban -¡Carnavales eran los de antes!
Y entonces contaban anecdotas de los corsos de antaño, austeros y silenciosos, comparandolos con la insoportable
algarabia que tenian ante sus ojos.
Pero en realidad la verdadera esencia del fracaso hay que buscarla por otros rumbos.
Como ya se ha dicho, lo que buscaban Mandeb y sus amigos era un dejo de alegria que debia aparecer al quitarse la
mascara tragica.
Y lo cierto es que nunca encontraron tal cosa.
Cada vez que -con toda ilusion-abandonaban sus disfraces de atormentados, encontraban debajo nuevos tormentos
que, para peor, eran reales.
Por eso, comprendiendo que la dicha no estaba en el Carnaval y quizas en ninguna parte, los Hombres Sensibles
disolvieron para siempre el Corso Triste de la Calle Caracas.
Hoy, cuando la fama de los muchachos del Angel Gris ya encontro su tumba en los vientos de la estacion Flores, hay-
aunque pocos lo adivinen centenares de versos tristes. Y son mucho mas tristes que el de la calle Caracas, pues su
tristeza es involuntaria y su proposito es la alegria.
Tal vez ha llegado el momento de comprender qeu los criollos no hemos nacido para cieras fantochadas. Que se rian
los brasileños. Tengamos, eso si, fiestas y reuniones populares. Pero no dejemos de ser quienes somos.
Si nuestra extraña condicion nos ha hecho comprender el sentido adverso del mundo, agrupemonos para ayudarnos
amistosamente a soportar la adversidad.
A lo mejor, los Carnavales de antaño, tan añorados por los animadores de la radio, no eran mas que eso: una reunion
de gente triste que buscaba consuelo.

El catálogo de horrores

Cien veces se ha dicho que casi todos los libros de Flores se han perdido. Los pocos
textos que aún pueden conseguirse corresponden a breves fragmentos citados de
segunda mano o a melancólicos retazos de páginas salvadas de catástrofes
desconocidas. Que tantas obras hayan sufrido igual destino es cosa que despierta
sospechas. El libro perdido es quizá un género literario, y bien puede pensarse que
todos los textos del barrio nacieron como se nos presentan ahora: mutilados,
incompletos, descalabrados, asolados de interpolaciones. Nadie puede negar las
ventajas de un arte que no produce obras, sino recuerdos (y olvidos) de obras. El
artista sensible nos deja siempre la sensación de haber perdido algo (el amor, la
juventud, la ilusión, la inmortalidad); en los libros de Flores esa sensación se multiplica: la página que se duele por la
ausencia está también ausente. La lágrima corre la misma suerte que aquello que llora. Tal vez las bibliotecas del
Angel gris se fundaron ya incendiadas o saqueadas. Gracias a tan sabia medida, los volúmenes faltantes pueden
imaginarse a capricho. Todas las posibilidades artísticas y científicas caben en ellos. En realidad, la aparición de un
libro perdido es siempre un desengaño. Con parecido criterio, los Hombres Sensibles decían que siempre es
preferible estar ausente. El Catálogo de Horrores, que ahora examinaremos, es también un libro despedazado por el
tiempo o por la voluntad de su autor. Las páginas extraviadas conceden la posibilidad de capítulos superiores,
períodos geniales, un orden revelador o un sorpresivo final que justifique la obra. Lo que queda es apenas un registro
de presencias extraordinarias o sobrenaturales en las calles del barrio. Temo que su estilo se proponga el susto antes
que la persuasión. Sin embargo, ciertas minuciosidades impiden su inclusión en el género fantástico. Los seres y
lugares espantosos descriptos en el Catálogo no parecen existir: Pero no por tratarse de invenciones caprichosas,
sino tal vez por haberse perdido ellos también en la misma niebla que borró a los Hombres Sensibles, sus libros, sus
recuerdos y el recuerdo de sus recuerdos. Sin más reflexiones, pasemos a nuestra modesta transcripción.

LA SERPIENTE DEL ARROYO MALDONADO

Hace muchos años, los Brujos de Chiclana engendraron una serpiente gigantesca y la arrojaron al Maldonado. El
arroyo tiene ahora una avenida como lápida, pero la criatura permaneció oculta en el cieno y siguió creciendo.
Algunos dicen que su cola está en Liniers y su cabeza en la vecindad del Hipódromo. Otros le adjudican un sentido
inverso. Lo cierto es que cuando llueve, cabeza y cola suelen asomar por las bocas de tormenta. La serpiente se
alimenta de las inmundicias que arrastran las cloacas. Pero su manjar preferido lo constituyen los pelirrojos. Muchos
de ellos desaparecen a través de las alcantarillas, especialmente los que salen de las pizzerías cercanas al puente de
Pacífico. Tal vez la serpiente tenga colas más pequeñas o quizá existan serpientes subordinadas, pues hay quienes
la han visto recorriendo desag•es laterales bajo las calles estrechas y hasta en las rejillas de los patios sombríos.
Como la J"rmungandr boreal, su destino es crecer hasta rodear el mundo, o -por lo menos -el barrio de Flores.

LA VITROLA DEL TANGO FATAL

En un bar cercano a la plaza hay un pasadiscos mecánico que funciona con monedas. Los parroquianos eligen
inocentemente sus canciones preferidas, sin conocer el horrible secreto que encierra el artefacto. Ha de saberse que
en su interior se oculta un perverso enano, esclavo de los demonios, que hace funcionar los mecanismos. entre todas
las piezas musicales que se postulan al oído, hay un tango fatal que causa la perdición de quien lo elige. Se discute si
ese tango es El entrerriano o Noches de Colón. Tampoco está muy claro el carácter de las desgracias dispensadas.
Es innegable -eso sí -que casi todos los clientes de este bar han padecido algún infortunio, con la excepción de unos
pocos, que seguramente no gustan de El entrerriano o Noches de Colón.

EL ARREBATADOR DE SOMBRAS

El gigante Gorrindo se presenta ante los peregrinos y, utilizando un facón luminoso, les corta las sombras y se las
apropia. A la hora del último sol, Gorrindo proyecta al mismo tiempo todas las sombras robadas, y es entonces
cuando cae la noche en Flores. Con los años, el gigante ha perdido algo de su vista. Esto es muy grave porque a
veces se equivoca y se apodera de las personas, dejando las sombras abandonadas. Los damnificados suelen
intentar una razonable defensa con fuertes voces de aviso: -¡Gorrindo, las sombras no gritan! Pero el gigante no hace
mucho caso de estos argumentos, porque se está volviendo un poco sordo o un poco cruel.

LAS BARRERAS DE LA MUERTE O LAS SIMPLEGADAS DE FLORES.

Cuando los Argonautas viajaban rumbo a Cólquide a buscar el vellón de oro que colgaba de un árbol, encontraron
unas rocas siniestras llamadas Simplégadas, o Planctai, o Cianeas. Envueltas perpetuamente en la niebla marina,
defendían la entrada del Bósforo. Cuando un navío trataba de pasar entre ellas, se unían y lo aplastaban. Así, el paso
a nivel de la calle Granaderos custodia el ingreso al Norte de Flores. Cuando un automóvil adverso está cruzando las
vías, las barreras se cierran instantáneamente y lo dejan atrapado. Pronto aparecen trenes mortales que destrozan
los vehículos y a los ocupantes que no tuvieran la prudencia de huir. Ciertos astutos conductores de camionetas
emplean la siguiente estratagema: envían delante suyo una carretilla que es arrollada por el tren. Saciado por un
instante el infernal apetito, los sagaces choferes aprovechan para pasar a toda marcha. Existen en el barrio otras
barreras demoníacas que se cierran cuando no hay peligro y conceden el paso un segundo antes de la irrupción de
horribles locomotoras asesinas.

EL BESO INVISIBLE

En las tinieblas de la calle Bacacay acecha un beso malvado. Esto es lo que sucede: el joven paseante siente de
pronto que lo besan en la boca. Sin embargo, no ve a nadie. Este beso es el último que recibirá en su vida. Las viejas
dicen que una Dama Invisible prodiga los besos de clausura. Las personas instruidas prefieren imaginar un beso
suelto. Los muchachos timoratos se tapan la boca con pañuelos y bufandas. Unos vivillos del barrio pretenden haber
descubierto un contrahechizo que consiste en besar inmediatamente a una mujer de carne y hueso. Los mozos
arremetedores recorren a la calle Bacacay, fingen ser besados y se abalanzan sobre las niñas más cercanas en
busca de un beso redentor. Por cierto, ninguna se niega.

LA ESFINGE CANTORA

Rostro de mujer, alas de águila, cuerpo de león, cola de serpiente. Clásica en su estampa, la Esfinge de Flores se
distingue por preferir los enigmas musicales. En las noches oscuras, sale al paso de los viajero y les canta
fragmentos de tangos, valses, estilos y pasodobles. La víctima debe identificar cada pieza. Al que no acierta, la
Esfinge lo devora. nadie consigue pasar la prueba, pues el monstruo elige canciones olvidadas y es capaz de cantar
durante horas hasta provocar el error que justifique su crimen. NOTA: Manuel Mandeb se jactaba de haber vencido a
la Esfinge. Según su dudoso testimonio, una noche fue capaz de reconocer obras tales como "Milonga Fina", "La
Montonera", "La Canguela", "Llueve" y "Recordar". Después cantó él mismo. La horrible criatura no conocía el estilo
"Palanganeando" y, en consecuencia, se suicidó.

EL GATO INSPIRADOR

Los artistas de barrio son visitados a veces por un gato barcino que los ayuda en su creación, o redondamente les
ordena obras a su antojo. La intervención de este animal no es para nada beneficiosa. Sea por un criterio estético
equivocado o por pura malevolencia, ocurre que el gato inspira creaciones lamentables. Algunos críticos son capaces
de descubrir hasta sus influencias más insignificantes. El gato produce metáforas, alegorías, hipálages, catacresis,
anadiplosis, epanalepsis, apóstrofes, y parisosis con la misma torpeza. También pinta o compone música. Suele
presumirse la existencia de más de un animal, debido a la formidable cantidad de obras que presentan huellas de sus
indicaciones. Al parecer es muy difícil o imposible ahuyentarlo. En verdad, hay quienes piensan que el gato es genial
y por eso lo invocan e imitan. Los racionalistas juzgan que todo el asunto es una farsa urdida por artistas mediocres
para disimular sus desaciertos. En general, se admite que el gato ocasiona un estilo artificioso y rebuscado. Si esta
página hubiera sido inspirada por él, sería francamente alegórica y el gato representaría la tentación de ser original.
Una modesta paradoja: bien puede el gato dictar un texto que niegue su intervención.

EL TREN DEMASIADO LARGO

Las autoridades del ferrocarril han armado un tren colosal. Lo forman miles y miles de vagones. El furgón está contra
los paragolpes de la estación Once y la locomotora al fin del ramal de Ingeniero Luiggi. Su destino es la inmovilidad.
Nadie sabe si todavía no ha partido o si ya ha llegado. Se trata de un tren inútil.

Más vale prevenir contra los espantos, el Catálogo de Horrores atrae hacia ellos. Este que escribe halla infinitamente
más pavorosas las implacables descripciones cósmicas de los manuales de divulgación. Difícilmente la fantasía
pueda concebir entidades más crueles que ese Universo indiferente e impenetrable que a nadie saluda. No hay nada
peor que la nada.

La decadencia de la amistad
Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Moron fumando con
Jorge Allen, el poeta. Muchas veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el
otro estaba alli.

Muchos pensadores han creido notar que, en estos tiempos, la amistad es mas un
tema de conversacion que una actividad concreta.

Por cierto, es relativamente facil encontrar personas dispuestas a componer canciones


sobre los amigos. En cambio es bastante dificil conseguir que esas mismas personas
le presten a uno dinero.

Segun parece, el sentimiento amistoso se halla en decadencia. Todos los dias uno tropieza con canallas que lejos de
preocuparse por la escasez de amigos, se jactan de ella.

-Yo, amigos, lo que se dice amigos, tengo muy pocos, o ninguno- nos gritan en la cara . Y no advierte que el sujeto
esta esperando que lo feliciten por semejante hazaña.

En los años dorados de Flores, cuando alcanzaban su apogeo la comprension, la poesia y el juego del codillo,
tambien existian enemigos de la amistad que preocupaban a los Hombres Sensibles.

Manuel Mandeb, el metafisico de la calle Artigas, coleccionó algunas de sus obtusas opiniones en un opusculo
titulado maliciosamente:

Los amigos.

Como ya es costumbre, transcribimos algunos parrafos.

- La amistad debe nacer en la juventud o en la infancia. Nuestros amigos son aquellos que aprenden junto a nosotros
o, mejor todavia, los que viven aventuras a nuestro lado. Y por lo general, la gente aprende y vive aventuras en la
juventud.

Despues casi todo el mundo consigue algun empleo en casas de comercio y ya resulta imposible adquirir
conocimientos nuevos o pelearse con una patota.

-A los once o doce años, uno empieza a hartarse de la familia y encuentraque los muchachos de la esquina son
mucho mas divertidos que el tio Jorge. Durante mas o menos una decada nadie estara mas cerca de nuestro corazon
que esos muchachos. Y si uno quiere aprovisionarse de amigos, debe hacerlo en ese periodo. Despues sera
demasiado tarde...

Segun se aprecia, el criterio de Manuel Mandeb es interesante y tal vez verdadero.


Sucede que en cierto momento de la vida uno descubre que esta rodeado de extraños: compañeros de trabajo,
clientes, acreedores, vecinos y cuñados.

Los amigos de verdad estan lejos, probablemente encerrados en circulos parecidos.

Algunos empecinados insisten en cultivar amistades nuevas. Los matrimonios maduros se visitan mutuamente y
desarrollan palidas parodias de la amistad verdadera: se cuentan una y otra vez episodios antiguos, vividos con los
amigos viejos, que ya no estan. Cuando uno es joven no cuenta historias a sus amigos: las vive con ellos.

A pesar de estas sabias reflexiones de Mandeb, existió en Flores una agencia destinada a ofrecer amistad a los
solitarios.

Fue la celebre Proveeduria de Amigos de Ocasión. Sus fines de lucro eran innegables. Todavia hoy se recuerda su
slogan publicitario: -Tenga un amigo desinteresado. Páguelo en cuotas.

Con solo acercarse al mostrador, el cliente ya notaba un clima amistoso y amplio. Los empleados sabían como
atacar.

-Buenas tarde. No sabés lo que me hizo esta mañana la bruja de mi mujer.

Y a los treinta segundos uno se sentía entre amigos. Después, entre palmadas, guiños, pellizcones y confidencias, los
comerciantes iban mostrando el amplio catálogo de la proveeduría.

Tenian amigos silenciosos, dispuestos a escuchar cincuenta veces la historia de una operación. Amigos
complacientes, siempre amables y elogiosos.

Amigos efusivos que saludaban con abrazos y se despedían a los gritos.

Amigos divertidos, ruditos en cuentos picantes y expertos en bromas pesadas.

Tambien se prestaba un servicio un tanto oneroso, especialmente para personas encumbradas.

Consistía en el alquiler de una cohorte de adulones que acompañaban al cliente a todas partes, se reian de sus
chistes, aplaudian sus ocurrencias y suscribian con entusiasmo cualquiera de sus pensamientos.

Precediendo a esta comparsa, solia marchar un corneta, que abria la puerta de los bares y asomando la cabeza
gritaba:

-Ahi viene el doctor Del Prete...!

El trabajo se hacia tan bien, que muchos de los contratantes ya no podian prescindir de él, nunca más. Muchos
profesionales del barrio extinguieron su fortuna pagando este servicio de la agencia.

Un asunto que molestaba a los clientes era el rigor de los Amigos de Ocasión en sus horarios. Cuando vencía el
plazo estipulado, se terminaba la amistad.

Sin saludar, los contratados daban media vuelta y se iban, muchas veces interrumpiendo una carcajada o librandose
bruscamente de un abrazo fraternal.

Sin embargo, hay que admitir que algunos aspectos del funcionamiento de la prooveduria eran bastante nobles.

Por ejemplo, la Seccion Niños permitia que los padres eligieran a los amigos de sus hijos, sin correr riesgo alguno.

Para ello se contaba con un numeroso plantel de chicos e incluso enanos, adiestrados en diferentes actitudes.

Segun el gusto paterno, podian encontrarse pibes atorrantes para avivar a los pequeños pelandrunes, niños
estudiosos para estimular a los adoquines, y criaturas educadas y juiciosas para serenar a los más piratas.

Desde luego, no pudo evitarse que muchos chicos se resistieran a la decisión de los padres. Asi se oían con toda
frecuencia en Flores frases como esta:

- Camine a jugar con los amiguitos que le alquilo su padre, caramba...!


Asimismo existía un departamento para Damas, con un amplio surtido de chimentos. Algunos malintencionados
decian que las mujeres no contrataban amigas, sino enemigas, pero ese es otro asunto.

El fracaso más estruendoso fue el de la sección Amistades Mixtas. Nada cuesta razonar que los caballeros que
solicitaban amigas escondian casi siempre otras intenciones.

No se espante el lector pensando que nos internaremos en un tema tan manoseado como el de la amistad entre la
mujer y el hombre. Vale la pena -eso sí- recordar lo que dijo Manuel Mandeb a una amiga suya, tal vez alquilada en la
proveeduria.

-Vea. Yo puedo ser su amigo si usted quiere. No trataré de seducirla ni me pondré romántico ni le haré propuestas
indecorosas. Pero sepa que yo necesito que exista un amor potencial. Me resulta indispensable que exista una
posibilidad en un millón de que algo surja entre nosotros.

Le aclaro que es probable que si se da esa circunstancia yo salga corriendo. Pero es únicamente en virtud de esa
remotísima chance que yo estoy aquí oyendo su conversación como un imbécil.

Los Hombres Sensibles nunca fueron buenos clientes de la agencia Amigos de Ocasión.

Quizá porque sus presupuestos eran muy humildes. O a lo mejor porque les gustaba que los quisieran gratis. En
cualquier caso, los muchachos del Angel Gris tenian un criollo pudor en estas cuestiones.

Para ellos andar declarando públicamente el grado de amistad que sentian por alguien era cosa de afeminados.

Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Moron fumando con Jorge Allen, el poeta. Muchas
veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el otro estaba alli.

Ya en su última etapa, la preveeduría empezó a ofrecer viejos amigos.

En un principio la idea consistia en rastrear -a pedido del cliente- el paradero de personas ausentes y lejanas. Pero
como advirtieron que la tarea era demasiado complicada, resolvieron que era mas facil inventar antiguas amistades
que rescatarlas del pasado.

Se preparó entonces un magnifico grupo de viejos mentirosos que ante la entrada de algun candidato de cierta edad,
fingían reconocerlo y le soltaban cuatro o cinco recuerdos para ir tomando confianza.

Esta sección trabajaba mucho en las cenas anuales que suelen realizar los ex-alumnos de los colegios. Su misión
consistia en ir reemplazando a los fallecidos y mantener siempre firme la concurrencia.

Asi, en cierta reunión de egresados del Colegio Nacional Nicolas Avellaneda, promoción 1921, se dió el curioso caso
de que ninguno de los asistentes habia pisado jamas ese establecimiento, lo que no les impidió evocar a profesores,
reirse de pasadas, travesuras y brindar por encuentros futuros.

Con el tiempo, la actividad de la agencia fue amenguando. Contribuyó a este hecho cierta mala prensa que siempre
tiene la amistad entre los espíritus escepticos.

En Flores, y en todos los barrios, se contaban leyendas sobre las traiciones de los amigos y sobre las ventajas de la
soledad.

Todavía en nuestro tiempo hay personas que se complacen en declarar que los perros son mas leales y sinceros que
los humanos. Cabe sobre esto una pequeña reflexion.

Tal vez sea cierto que los perros no traicionan. Pero esto no es en realidad una virtud del animal. Ocurre
simplemente, que la modica organizacion mental del perro le impide realizar procesos tan complicados como una
estafa. Es decir: los perros no pueden traicionarnos, por la misma razón que no se les permite escribir novelas.

Hoy cuando ya no existe la Agencia Amigos de Ocasión, vale la pena preguntarse si no sera necesario inventar algo
para reemplazarla.

Sera difícil, desde luego. Nadie podrá rescatar a los amigos perdidos. Poco podra hacerse para librarnos de los
desconocidos que llenan nuestro tiempo.

En todo caso, cada uno de nosotros deberá cuidar lo poco que tenga. Sin componer canciones ni escribir poemas. Se
trata únicamente de sentarse un rato en la vereda o de matear en silencio con los que estan más cerca de nuestro
espiritu.

Si uno no tiene ya a los de antes, cabe decir que tal vez existen en el mundo amigos viejos a los que todavía no
conocemos.

Yo mismo, las otras noches resolvi salir de mi encierro y lleno de ilusiones me encamine a cierta esquina que
conozco. Tenía ganas de fumar en silencio junto a tres o cuatro sujetos que se estacionan en ese lugar.

Pensaba además cosechar algun guiño amistoso despues de estos años en que estuve tan ocupado.

Pero algo raro debe haber sucedido, porque no habia nadie.

Los árboles del Azul

A pesar de los exasperantes testimonios de los traficantes de yuyos y de los


recitadores criollos, puede afirmarse enérgicamente que la gran mayoría de los
árboles del pueblo de Azul no presenta ninguna singularidad.
El interés de los botánicos y de los supersticiosos proviene del comportamiento
heterodoxo de unos pocos ejemplares.
Sería absurdo creer que todos los árboles del pueblo caminan de un lado para otro. A
decir verdad, un árbol peregrino es un fenómeno excepcional y hasta algunos
incrédulos se atreven a negar de plano su existencia. Yo mismo tengo en el fondo
cuatro fieles naranjos, de lo más sedentarios, que permanecen en su puesto llueva o truene. Hay un dato central que
dificulta la certeza: los árboles se mueven en secreto, cuando nadie los ve. Peor aún, se dice que los involuntarios
testigos pierden la razón o la memoria.
Los primeros indicios fueron más bien confusos: plátanos que desaparecían de sus veredas; sauces llorones que
cruzaban el arroyo; tilos inconstantes que emigraban hacia el norte. No había en realidad pruebas concluyentes de
que los árboles caminaran. Nadie estaba seguro de que el nogal aparecido en un baldío fuera el mismo que faltaba
en la plaza. Después de todo, la identificación de un árbol se realiza principalmente señalando el lugar donde está
plantado y es raro que se puntualicen sus rasgos y particularidades morfológicas.
El primero en denunciar un traslado comprobable fue un enamorado. El farmacéutico Heraldo Barcalá dibujó su
nombre y el de una dienta en un álamo del parque bajo el cual habían intercambiado las caricias más vulgares.
Tiempo más tarde vino a encontrar el álamo y la inscripción en la calle Rivadavia, a casi seiscientos metros del
emplazamiento original.
Debo admitir que el farmacéutico fue prolijo: tomó fotografías, convocó a un escribano y publicó un pequeño artículo
en el diario El Tiempo.
Ya sabemos que la superstición es contagiosa. Algunos vecinos empezaron a contar historias de árboles inquietos
que venían manteniendo en secreto por temor al ridículo.
El famoso automovilista Cacho Franco me juró que, durante una carrera, marchó casi cien kilómetros detrás de un
pino que siempre estaba en el horizonte.
Los guardianes del parque registraron siete árboles sobrantes cuyo origen resultaba inexplicable.
La señora Esther Cristaldo, viuda de Montanari, denunció que la higuera que siempre había tenido en el fondo de su
casa aparecía ahora, del modo más ilegal, en el terreno de su vecino, sin que se despertaran en éste intenciones
resarcitorias de ninguna clase. La viuda de Montanari aprovechó para recordar que el citado vecino ya comía los
frutos de aquella higuera en tiempos de su locación anterior.
Tengo para mí que estos relatos, sin ser enteramente falsos, pueden ser hijos del cansancio visual, de errores de
recuento o de viejos resentimientos contiguos.
Poco después, el farmacéutico Barcalá y su clienta terminaron su romance. Quien conoce los procedimientos
conjeturales de la ignorancia no se caerá de la silla al saber que muchos indoctos creyeron que la razón de aquella
ruptura estaba en el influjo maléfico del álamo.
Los brujos de las sierras y las Organizaciones Supersticiosas de la región vieron en el caso la confirmación de un
disparate que siempre habían sostenido: existen precisas conexiones entre los árboles y los destinos humanos. Es
posible averiguar el diseño de esas regularidades descifrando las claves que la naturaleza esconde hasta en los más
humildes sucesos cotidianos.
Según estos obtusos criterios, todo árbol que camina tiene un mensaje que dar o una misión que cumplir. Los
astrólogos de la Municipalidad hablaban de la existencia de un árbol del amor, bajo el cual nadie se resistía a nadie.
Al parecer, las fragancias o el polen de aquel vegetal operaban como un formidable afrodisíaco, de modo que los
caminantes que pasaban bajo su sombra entraban en un estado de escandalosa lujuria. No decían los astrólogos cuál
era ese árbol. Recomendaban, eso sí, no buscarlo, sino más bien esperarlo. Si uno era sincero en sus pasiones, el
árbol se acercaría tarde o temprano. Debo decir que algunas parejas ansiosas se revolcaban a la sombra de frondas
indiferentes y eludían de este modo la responsabilidad de sus excesos venéreos.
Muy pronto los charlatanes perdieron todo pudor. Instituyeron árboles del olvido y del recuerdo. El olmo del rechazo
aseguraba una negativa a cualquier ruego formulado bajo su influencia. El menos interesante era quizás el árbol del
aburrimiento: bastaba con recostarse contra su tronco durante cuatro o cinco horas para que el tedio se apoderara de
uno.
Las viejas contaban que había en la plaza un caldén en cuyas hojas estaba escrito el porvenir. Cada habitante del
pueblo tenía una hoja asignada y la escritura era sólo visible para él. Quien examinara hojas ajenas no vería más que
nervaduras sin sentido.
Nadie pudo jamás encontrar la hoja que le correspondía pero, otoño tras otoño, las muchachas del pueblo pasaban
las horas buscando una palabra reveladora. Algunos poetas incrédulos afirmaron que todas las hojas decían lo
mismo.
El anciano Nereo Fuentes, que adivina la suerte por dos pesos, me dijo una tarde, a los gritos, que los árboles del
Azul tenían un plan y que ese plan era malvado y fatal para los habitantes de la ciudad. Yo preferí no creerle, por
pereza. Pero algunas noches más tarde, Inés, una criolla que a fuerza de trayectos repetidos llegué a considerar mi
novia, me confesó que tenía miedo de los árboles y me pidió que en lo sucesivo camináramos siempre por el medio
de la calle. De todos modos, ella empezó a tornarse distante. Cada vez nos veíamos menos, nuestra pasión iba
amainando y he de reconocer que la mayoría de las veces yo prefería quedarme en casa.
Una mañana, demasiado temprano para mi gusto, recibí la visita del viejo Nereo.
—Váyase —me dijo—, váyase del Azul, usted que es empleado del ferrocarril. Los ómnibus ya no circulan. Se acerca
la catástrofe y la gente ni siquiera tiene espíritu para huir.
—¿Por qué no me explica qué es lo que sucede? —alcancé a decir medio dormido.
—No me diga que usted no se ha dado cuenta. Son esos árboles. Ahora caminan sin pudor. Anoche, yo mismo me
crucé con una tropilla de paraísos que andaban a paso redoblado por el balneario. Y nadie hace nada. Los vigilantes
ya ni salen de la comisaría, los vecinos miran todo el día la televisión, los negocios están cerrados. Algo pasa, se lo
juro. Yo me iría a pie, pero no tengo fuerzas. Vayamos a la estación y colémonos en el primer tren.
Lo despedí casi sin palabras. Y volví a la cocina, a la silla de paja que empecé a preferir en los últimos días. Por la
radio me enteré que las clases estaban suspendidas. Después, tuve que escuchar emisoras de Buenos Aires, las de
aquí estaban silenciosas. Ayer se cortó la luz.
A veces trato de extrañar a Inés, pero no puedo. Hace rato que no tengo noticias de ella, ni en verdad de nadie. Por
suerte no tengo hambre ni sed. Ya casi no escribo. El viejo Nereo está loco... Yo no me muevo de Azul. Éste es mi
pueblo, ésta es mi casa, ésta es mi silla. El lugar exacto en que ha de transcurrir mi vida. Mi cuerpo saluda al
amanecer inclinándose hacia la ventana. Frente a ella pasan mis cuatro naranjos, soberbios, agitados, chucaros,
galopando rumbo al centro.

[De Bar del infierno]

Askar y Lusig
Más allá del río Amu Daria, lejos de Samarkanda pero sin llegar a Urganch, la
geografía es confusa. Los ríos son indecisos y parecen no saber en qué mar morirán.
Las cadenas montañosas se entreveran y los valles se suceden de modo tal que
resulta muy difícil diferenciar uno de otro.
No sólo los viajeros se pierden en aquellas regiones. Los propios campesinos
sedentarios suelen equivocar el camino de sus casas. Sólo los conductores de
caravanas muestran firmeza en el andar. Pero es porque van lejos, tan lejos que
cualquier camino es bueno para ellos.
Ul Saidzhak, historiador oficial de Yangibazar en el siglo XI, ha escrito:
La región de los bienaventurados que describen los libros santos es, ciertamente, esta en que vivimos. Los valles son
fértiles, las montañas pródigas en manantiales, los inviernos suaves y amables los estíos. Las gentes del lugar son
pacíficas y se sujetan humildemente a sus bondadosos señores.
Embajadores de otros reinos han preferido redactar informes de inverso dictamen. En todos ellos se señala la
extrema pobreza de aquellas poblaciones, la asiduidad de las catástrofes naturales y la imposibilidad de registrar los
asesinatos a causa de su número prodigioso.
Los hombres de la comarca no saben con certeza quién es su señor.
Los grandes imperios de la China y de los zares simulan una jurisdicción que, sin embargo, no se hace patente en la
vida diaria. Apenas si cada diez años, o acaso veinte, una leva, un saqueo, un tributo forzoso, da a los lugareños la
señal de que son parte de una nación real.
Los principes y khanes de las regiones cercanas son inconstantes en su dominio y sus mapas se modifican
constantemente.
Sólo el odio pone claridad y vuelve nítidos los límites más borrosos.
Allí donde las montañas o las lenguas son insuficientes, la cartografía del encono nos deja saber quién es quién. Los
príncipes intuyen esta verdad y sacralizan las controversias con sangre. Al cabo de pocos años, los crímenes vuelven
definitivo cualquier conflicto banal. Después de la caída del khan de Kipchak una minúscula dinastía se instaló en
Yangibazar. Durante algunos años, los gobernantes se sucedieron en paz. Cuenta Ul Saidzhak que en el año 969 el
senor de Yangibazar esperaba dos hijos de distintas concubinas. Quiso el destino que ambos nacieran la misma
noche. Aunque no fue posible determinar cuál habia sido el primero, la preferencia del padre y luego la costumbre
general ubicaron al príncipe Askar como heredero de aquel señorío. El otro niño, Lusig, fue cuidadosamente educado
por su madre en la virtud y en el resentimiento.
Según los relatos oficiales los niños se adiestraron juntos en el arte del combate, en la poesía de los árabes y en
aritmética de la India. Uf Saidzhak insiste en que ambos se profesaban un gran cariño. Abundan en su texto los
episodios en que uno rescata al otro de una corriente traicionera o del ataque de una fiera. También se dice que
ambos se parecían extraordinariamente. En el capitulo 9 de los anales de Yangibazar se aclara que Askar se
diferenciaba de su hermano por tener un lunar detrás de la rodilla derecha. En el capitulo 36, ese lunar -o acaso otro-
pertenece a Lusig y se halla entre sus omoplatos.
Cuando murió el señor de Yangibazar, Askar tomó su puesto y enfatizó su llegada al poder con un baño de sangre. Al
frente de sus crueles soldados recorrió las aldeas de sumisión mas incierta y las sometió violentamente.
La leyenda agigantó aquellas atrocidades. Algunos decían que la guardia personal de Askar se alimentaba
positivamente con carne humana. Otros preferían creer que quienes se comían a las personas eran unos perros del
Turkestán que habían sido adiestrados para la guerra.
Los tributos impuestos por el nuevo señor provocaron gran descontento. Entonces, el príncipe Lusig, inspirado por su
madre, empezó a creer que el había nacido primero y se dispuso a reclamar su derecho al trono.
Junto con un grupo de nobles leales se retiró a Bukhoro y allí se declaró señor legítimo de Yangibazar. Lo
acompañaba su madre y su concubina favorita, la bella Vartana. Lusig se hizo amigo de los pobres y por las noches
recorría el barrio de los indigentes, a quienes obsequiaba odres de vino u hogazas de pan salado.
Los partidarios póstumos de Lusig juraban que el príncipe tañía la guzla y cantaba versos íntimos. Todavia hay, los
juglares cantan una copla que se le atribuye:
Oh tú, que olvidaste al irte
Apagar la brasa de mi lujuria ...
Vuelve.
Askar ordenó la muerte de su hermano y envió una hueste numerosa para aniquilar a sus partidarios. Los hombres de
Lusig eludieron el combate, refugiándose en las montañas y disimulando su condición de rebeldes. El propio Lusig
solía disfrazarse de mendigo ciego. Su madre y su concubina guiaban sus pasos y recogían las limosnas.
La invisibilidad de sus enemigos inquietaba a Askar. Cada día se tornaba más desconfiado. Estableció recompensas
para los delatores y en las puertas de su palacio se reunían cada mañana centenares y hasta miles de sicofantas que
esperaban turno para denunciar a sus vecinos o familiares.
En el año 994, pasó por el camino de la China una caravana en la que viajaba el mago Tsu Wang, astrólogo oficial del
Hijo del Cielo. Para salvar su vida, el mago obsequió a Askar una caja de ébano dentro de la cual descansaba una
esmeralda, o acaso un rubí. La gema tenía la propiedad de cambiar de color ante un testimonio falso. El único que
podía verificar tales mudanzas era el dueño de la piedra.
Askar empezó a llevar consigo aquella caja y espiaba su contenido ante cada frase que oía. Al saber que nadie podía
mentirle, abandonó toda piedad, pues el perdón se lleva mejor con la duda que con la certeza. Todos los días, al
levantarse, gritaba que él era el hijo mayor de su padre y el señor indiscutido de Yangibazar. Y con un solo ojo
consultaba el dictamen de la esmeralda, que acaso era un rubí.
Al comenzar el año 1000 sucedieron numerosas catástrofes. Ignorantes del calendario juliano, los pobladores de la
región atribuyeron las inundaciones, las plagas y los terremotos a oscuros enojos de los dioses tártaros a los que
decían adorar. Pero Lusig aprovechó la poca fe del pueblo para sugerir que los tiranos son la causa eficiente de toda
calamidad. Los indoctos y los sabios aprobaron ese juicio y muchos de ellos dieron el más firme apoyo a la causa de
Lusig.
Finalmente, hubo lucha. Una lucha confusa, cuyos resultados eran imposibles de apreciar. En medio del cieno de las
crecidas, entre los rescoldos de bosques incendiados, encanecidos por las cenizas de los volcanes, grupos de
hombres enloquecidos peleaban hasta morir, muchas veces sin saber por qué. Las lealtades y las traiciones fueron
arborizándose de tal modo que nadie sabía quienes eran propios y quienes forasteros.
La invasión musulmana de Abdel al Razah trajo más infortunio y más incertidumbre. En verdad, el caudillo árabe tomó
Yangibazar creyendo que se trataba de Samarkanda. A pesar de las declaraciones de los prisioneros que había
tornado, Abdel al Razah se mantuvo en aquella creencia durante casi dos años y se instaló en el palacio del principe
Askar. Se autotituló visir de Samarkanda, hasta que recibió un mensaje de Tammur, el verdadero khan de
Samarkanda quien lo desafiaba a cometer sus usurpaciones en el lugar pertinente. Los musulmanes se fueron a
cumplir con sus propósitos originales, pero dejaron la ciudad en ruinas. Askar volvió al palacio y después de consultar
su caja de ébano, acusó a su hermano de haber sido cómplice del invasor islámico.
Una noche, una patrulla reconoció a Lusig mendigando al borde de un abismo. Tal vez llamó la atención que un ciego
pidiera limosna en un lugar tan desolado. Inmediatamente lo apresaron. Su madre y su concubina pudieron huir,
nadie sabe cómo.
Al enterarse, Askar ordenó la decapitación de su hermano. Los astrólogos le recordaron que ambos habían nacido la
misma noche y por lo tanto recibían idéntica influencia de las estrellas. Era peligroso tentar al destino con posibles
simetrías. Askar consultó a la esmeralda mágica y la piedra dio la razón a los hechiceros. Askar dispuso entonces que
Lusig fuera encerrado para siempre en la prisión más secreta del país. Eran unas instalaciones confusas, que no
tenían nombre y cuya ubicación no era conocida ni siquiera por presos y carceleros, que eran conducidos allí con los
ojos vendados.
Sofocada la rebelión, Askar debió ejercer su crueldad en ámbitos civiles. Para festejar su propia gloria tuvo la idea de
construir dos palacios en las afueras de la ciudad, unidos por una ancha avenida. Impuso para ello tributos fortísimos
a los campesinos y comerciantes que aún no habían muerto en la guerra, en las inundaciones, en los terremotos o en
manos de criminales privados. La obra no alcanzó a completarse nunca. En realidad sólo se construyó la avenida.
Hoy todavía puede vérsela como un inexplicable empedrado que no va a ninguna parte. Por el contrario, el informe
del historiador oficial Ul Saidzhak fue escrito en su totalidad y describe con todo entusiasmo las amplias maravillas
que no llegaron a construirse.
El palacio del norte, el mas pequeño, está construído sobre una montaña artificial. En las primorosas laderas crecen
árboles frutales y los senderos están bordeados de estatuas, kioscos y pabellones. En la cumbre, una torre de granito
sirve de sostén a una linterna cuyo fuego arde día y noche para facilitar la orientación de las caravanas.
Cuando ocurría alguna desgracia, los partidarios de Lusig veían acrecentar su esperanza de derrocar a Askar. Cada
vez que un incendio destruía el barrio de los pobres, la hermosa Vartana y su anciana suegra saltaban de alegría y
hacían sonar unos humildes instrumentos de percusión.
Poco a poco se fue organizando otra rebelión. Todos coincidían en que era indispensable rescatar a Lusig. El nombre
del príncipe encarcelado se había convertido en símbolo del resentimiento de los oprimidos. En las frecuentes
decapitaciones, las víctimas gritaban ¡Lusig!, como despedida o como insulto. A veces en la alta noche algún
borracho o algún joven rebelde dejaba oir su grito desafiante.
-¡Lusig!-
En el año 1011, Vartana tomó contacto con un grupo de bandoleros tártaros que mataban a las personas por algún
dinero. Con gran minuciosidad planearon la muerte de Askar. Estudiaron las entradas del palacio, sobornaron a los
guardias, lograron que algunas muchachas rebeldes ingresaran como concubinas y, finalmente, los tártaros se
filtraron en los aposentos reales una noche en la que se celebraba un banquete.
Los conspiradores no sabían que Askar había muerto algunos meses antes, víctima de la peste. Sus generales
resolvieron mantener en secreto aquel suceso y sustituyeron al príncipe fallecido por un primo que se le parecía
lejanamente y sobre el cual pensaban influir del modo más terminante.
Los tártaros apuñalaron al primo sustituto y huyeron al galope. Los generales de Askar no tardaron en encontrar un
nuevo primo, cuyo primer acto de gobierno fue mostrarse en las puertas del palacio y prometer la decapitación a
quienes estaban haciendo correr el rumor de que el príncipe había sido asesinado. Pasaron diez anos de desgracia
creciente. Los generales eran mas crueles que Askar. En 1018 hubo una invasión de ratas que no retrocedían ni aun
ante las lanzas del ejército de Yangibazar. Se instalaron en la ciudad durante un año y sólo se marcharon cuando ya
no quedaba ni un grano ni un queso ni una migaja para devorar.
En el ano 1021 la madre de Lusig, la bella Vartana y un grupo de 70 soldados lograron encontrar la innominada
prisión donde padecía Lusig. Los guardias se rindieron sin luchar. Eran hombres viejos que no recibian salarios ni
relevos desde hacía muchos años.
Hallaron a Lusig en la celda más oscura. Las dos mujeres acariciaron con ternura su cuerpo sucio y esquelético.
Al poco tiempo comprendieron que aquel hombre no las reconocía. La madre recordó el lunar que lo identificaba.
Buscó primero detrás de la rodilla y después entre los omóplatos. Ante los nulos resultados de aquella inspección,
Vartana opinó que acaso era Askar el de los lunares. El jefe de los carceleros puso fin a la discusión, mostrándoles
una llaga horrible, una marca de fuego que decía Lusig en las regiones menos dignas del cuerpo del prisionero.
En seguida lo llevaron a un oasis cercano a Saragt y alli lo cuidaron amorosamente. Le hablaron de los pobres, de la
rebelión, de los poemas y de la esperanza del pueblo. Pero a pesar de sus esfuerzos, no pudieron conseguir que el
príncipe recordara su pasado.
Unos días después, la anciana madre tomó una decision solemne. -Es necesario que Lusig esté al frente de la hueste
vengadora ... Pero tambien es indispensable que nuestro jefe sea diestro en la lucha y lúcido en el pensamiento.
Dejemos a mi hijo aqui al cuidado de unos sirvientes y hagamos que un hombre vigoroso tome su lugar.
Esa misma noche, un primo de Lusig, que se le parecía lejanamente, ocupó su lugar. Mientras el verdadero príncipe
se esfumaba de la historia, todos marchaban hacia Yangibazar gritando de valle en valle:
-¡Lusig!... Lusig ha vuelto ...
En cada pueblo se les unían centenares de campesinos enloquecidos.
Todos querían marchar a la capital y poner a Lusig en el trono de Askar.
Dos meses mas tarde, los rebeldes pelearon la batalla final. Las tropas de Askar y sus perros de guerra no pudieron
resistir.
Lusig entró al palacio en llamas. Los enemigos ya empezaban a huir.
Había cadáveres por todas partes. En la más recóndita de las habitaciones, Askar fue capturado e inmediatamente
llevado ante la presencia de su hermano.
Cuando los hombres estuvieron frente a frente, los testigos de aquella escena sintieron una gran emoción.
Ul Saidzhak escribió:
Los hermanos se miraron a los ojos. Seguramente recordaron los años de la infancia y la juventud. Askar debió
pensar que una vez había rescatado a aquel hombre de las aguas de un arroyo. Lusig tal vez se vio a sí mismo
salvando a su hermano del ataque de una fiera. Todos los presentes lloraban porque sabían que detrás de los
enconos estaban los lazos de la sangre que los unía fatalmente.
-¡Maten a este hombre, quien quiera que sea!- gritó Lusig.La anciana madre y la bella Vartana gobernaron la región a
través del supuesto Lusig. Les esperaba una tarea muy ardua.En primer lugar, tuvieron que decapitar a los esbirros
de Askar, a sus ministros, sus concubinas y sus partidarios en general. La reconstrucci6n del palacio obligó a imponer
enormes tributos.
En el sur, aparecieron rebeldes que utilizaban el nombre de Askar como grito de guerra. Fueron aplastados a sangre
y fuego.
En el año 1028 sucedieron horrorosas catástrofes naturales. El pueblo no tardó en murmurar que los tiranos son la
causa eficiente de todo desastre. El historiador oficial Kalik Mutavar, que había sustituído a Ul Saidzhak, escribió:El
reinado de Lusig vino a traer paz y prosperidad a la regi6n. Las gentes del lugar, inc1inadas por naturaleza a
sujetarse a instancias superiores, cumplieron con sumisión las sabias órdenes del nuevo principe. Lusig vivió hasta
edad avanzada junto a su anciana madre y su amada esposa, la bella Vartana.

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