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ISBN -13: 978-84-606-4866-6


ISBN:
Imprenta:Cervantes Impresores - Tel. 952 47 03 16
Imprime:
Depósito Legal: MA 1268-2010
Edita: Museo Histórico Etnológico de Mijas.
Diseño Cubierta: José María Fernández Doña

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Tesorillo
Tesorillo monetario
monetario bajoimperial
de época bajoimperial

del Cerro de la Casa de la Condesa

(Mijas, Málaga).

Juan Ramón García Carretero


Juan Antonio Martín Ruiz
Marcelino Carcedo Rozada

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ÍNDICE
Introducción………………………………………….……………………………………………….……………………..67
Capítulo 1. El lugar del hallazgo……………………………………………………..………………………….89

17
Capítulo 2. El depósito monetario………………………………………………………..........................16
17
2.1. Composición…………………………………………………………………………………………….16
21
2.2. Metrología………………………………………………………………………………………………..20
24
2.3. Iconografía y leyendas……………………………………………………………………………23
36
2.4. Períodos de emisión y circulación…………………………………………………………35
39
2.5. Cecas……..………………………………………………………………………………………………….39
46
2.6. Irregularidades e imitaciones…………………………………………………………………46
51
2.7. Fecha del ocultamiento………………………………………………………………………….51

Capítulo 3. El poblamiento humano en el ager suelitanus


53
durante el Bajo Imperio…………………………………………………………………………54

61
Conclusiones………………………………………………………………………………………………………….……62
63
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………….…….64
71
Cuadro inventario…………………………………………………………………………………………………….…71
81
Cuadro General……………………………………………………………………………………………………….….80

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INTRODUCCIÓN.
El término municipal de Mijas es pródigo a la hora de aportar
información de carácter numismático, puesto que son ya varios los depósitos o
tesorillos hallados en el mismo que podemos adscribir a distintas épocas. Así,
alguno de ellos puede situarse en las postrimerías del Alto Imperio, como
acontece con el que nosotros mismos publicamos hace unos años en esta
colección sobre un ocultamiento monetario proveniente del Cortijo de Acevedo,
en tanto otro se inscribe en los inicios de la Edad Media, según vemos en un
tesorillo de dirhems de plata califales que podemos vincular con el yacimiento
que ahora nos interesa, y del que tendremos ocasión de volver a hablar en las
páginas que siguen.

A estos dos hallazgos monetarios podemos sumar el que ahora se


publica, y que es un análisis más profundo de un estudio que ya se presentó en
noviembre del año 2007 con ocasión de la realización de las III Jornadas de
Historia y Etnografía Villa de Mijas, lo que convierte a este municipio en uno de
los más destacados de toda la provincia desde el punto de vista de los
ocultamientos monetarios.

Hemos de hacer constar que este trabajo se circunscribe al análisis de 83


monedas que se conservan en una colección particular, careciendo de un
contexto preciso con el cual pueda vincularse salvo que procede de una antigua
villa, si bien, y al igual que acontece en otras tantas ocasiones con hallazgos de
esta naturaleza, no podemos estar seguros de que las monedas que aquí
presentamos conformen la totalidad del hallazgo monetario, siendo incluso lo
más probable que a éstas deban sumarse un número indeterminado que no
nos ha sido posible localizar.

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En este texto que el lector tiene ahora entre sus manos no sólo
encontrará un detallado estudio de carácter numismático, sino que también
pretendemos insertar dicho hallazgo en el yacimiento del que proviene, para lo
que contemplamos la poca información que tenemos al respecto, al mismo
tiempo que procuramos hacer lo propio con el momento histórico en el que se
sitúa, razón que explica el que dediquemos unas páginas a repasar el escaso
conocimiento que hasta el momento se tiene del Bajo Imperio en lo que fue el
antiguo ager suelitanus, pues no cabe duda de que este ocultamiento tuvo
lugar en un territorio que antaño perteneció al núcleo urbano de Suel.

Para finalizar estas breves líneas introductorias deseamos expresar


nuestro agradecimiento a D. Cristóbal Vega Vega, Cronista Oficial de
Fuengirola, por su inestimable ayuda a la hora de bucear entre los
innumerables legajos y documentos conservados en los distintos archivos de la
provincia, así como al artista que ha diseñado la cubierta, D. José Mª Fernández
Doña y, naturalmente, al Museo Histórico Etnológico del Ayuntamiento de Mijas
por incluir la publicación de esta obra en su Colección Osunillas.

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CAPÍTULO 1. EL LUGAR DEL HALLAZGO.
Como hemos indicado las monedas provienen de un cerro muy próximo
a la costa en el que se localiza un yacimiento de época romana y medieval, muy
mal conocido en términos generales y que en la actualidad ha sido
prácticamente destruido para la construcción de unas edificaciones modernas,
de tal manera que en este momento apenas queda algún rastro que pueda
indicar su existencia.

Según las referencias orales de que disponemos este grupo de monedas,


83 como dijimos, apareció después de que una máquina excavadora hiciese un
rebaje del terreno en lo que sería la parte más alta del cerro, llegando hasta la
roca base del mismo. Las monedas aparecieron en los restos de tierra que
quedaron sobre la pizarra en una reducida superficie que no excedería el metro
cuadrado, siendo muy posible que el número de numismas fuera mayor pero
desaparecieron con la tierra extraída por la máquina.

Figura 1. Plano de situación del yacimiento.

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Esta elevación se sitúa al este del núcleo de población de La Cala de
Mijas, al norte de la actual autovía de la costa y junto al margen izquierdo de la
desembocadura del arroyo de la Realenga. Próximo a él discurre también el
arroyo de La Cala, el cual conforma un fértil valle fluvial al pie de las
estribaciones más occidentales de la Sierra de Mijas. Aunque carecemos de
estudios geo-arqueológicos al respecto, en la Antigüedad debió estar situado en
plena línea de costa, emplazándose como un farallón rocoso en el borde mismo
de lo que pudo ser una pequeña ensenada.

Su ubicación es idónea al encontrarse junto a un excelente embarcadero,


como lo pone de manifiesto el hecho de que a lo largo de los siglos XVI a XVIII
fuese éste uno de los lugares preferidos por los corsarios berberiscos para
efectuar sus desembarcos, dada la proximidad al arroyo de La Cala, excelente
vía de penetración hacia el interior. Tan es así que desde los primeros años de la
conquista cristiana, como es 1497, existía una estancia de abrigo que fue
sustituida por una almenara en 1513 erigida sobre un promontorio rocoso,
hasta que, ya en el siglo XVIII, se construyó un fortín artillado junto a la playa
(Fresnadillo, 1996: 285-289 y 309).

Figura 2. Fotografía aérea antes de la urbanización de la zona.

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No cabe descartar la posibilidad de que alguna vaga referencia literaria
que se remonta al siglo XVIII haga alusión a este yacimiento, puesto que Medina
Conde menciona la existencia de tres antiguas poblaciones al oeste del cerro del
Castillo de Fuengirola, las cuales todavía eran visibles en su época (Rodríguez,
1982: 58; Gozalbes, 1986: 54), si bien lo exiguo de la información que aporta
hace que, como es lógico, no podamos estar plenamente seguros de la
identificación de este emplazamiento con alguno de ellos.

Algo más certera es la referencia que se consigna en el “Mapa de la Costa


del Reyno de Granada con sus nueve partidos”, documento anónimo del
Servicio Geográfico del Ejercito de 1761, en su tramo Calahonda-Chilches,
donde leemos “Ruinas de una Población antigua” aunque situadas con unos
trazos rojos en una posición al este de nuestro hallazgo, más cercanas al Arroyo
de los Moros (S.G.E.,1761).

Figura 3. Mapa del siglo XVIII que recoge la presencia de restos en la zona de estudio.

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Una cuestión que necesita una aclaración previa es la denominación que
debemos otorgar al yacimiento, puesto que son varios los nombres con los que
se le conoce en la bibliografía consultada, algo que también puede explicarse si
tenemos en cuenta la existencia de diversos restos pertenecientes a distintos
períodos repartidos por un área muy próxima y que, al menos hasta el
momento, no ha sido investigada de manera sistemática.

Así, en la bibliografía existente sobre el mismo hallamos que a veces es


aludido como “La Curva de la Cala” (Gozalbes, 2005: 36-37), teniendo en cuenta
para ello su proximidad a la moderna carretera A-7. En otras ocasiones aparece
consignado como Arraijanal, en virtud del nombre dado a una urbanización
existente en la parte alta del cerro (Palomo et alii, 2003: 844). Por nuestra parte,
hemos preferido basarnos en el topónimo más antiguo documentado en la
cartografía histórica existente, como es el de “Casa de la Condesa”, el cual se
encuentra recogido en un mapa del año 1897 conservado en el Archivo
Histórico Provincial de Málaga1.

Figura 4. Mapa del siglo XIX que hace referencia al topónimo “Casa de la Condesa”.

1 Agradecemos a D. Cristóbal Vega Vega, Cronista Oficial de Fuengirola, el habernos aportado este interesante dato que
Agradecemos a D. Cristóbal Vega Vega, Cronista Oficial de Fuengirola, el habernos
aclara definitivamente la cuestión.
aportado este interesante dato que aclara definitivamente la cuestión.
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Figura 5. Detalle de La Cala del Moral en el mapa anterior.

Respecto a su extensión cronológica podemos decir que, a tenor de la


exigua información disponible, ésta se iniciaría con una ocupación bajoimperial
no precisada pero que ocuparía al menos el siglo IV d. C., según ponen de
manifiesto algunos materiales carentes de contexto que provienen de este
mismo lugar, como son algunas monedas acuñadas en tiempos de Teodosio y
Arcadio, así como parte de una pequeña tabla de bronce que conserva los
restos de una inscripción latina (Ayala, Gozalbes, 1996: 61) (figura 6). También
procede de este lugar un platillo metálico de una balanza con cuatro
perforaciones y decoración de líneas incisas concéntricas en su interior (figura
7), así como un fragmento de vaso abierto de terra sigillata lucente que
podemos fechar grosso modo desde finales del siglo III d. C. hasta comienzos del
siglo V d. C. (Carandini, 1981: 5-6) (figura 8).

El mencionado fragmento de placa broncínea grabada, pieza de singular


rareza por cuanto hasta el momento únicamente se conocen otros siete
ejemplares más en toda Hispania, parece corresponder a un diploma militar por
medio del cual se licenciaba y concedía la ciudadanía romana a su titular
(Beltrán, Loza, 2007: 202-203).

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Figura 6. Placa de bronce con inscripción latina.

Figura 7. Platillo de balanza decorado.

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Figura 8. Fragmento de terra sigillata lucente.

Una nueva fase, esta vez mejor documentada al haberse llevado a cabo
una excavación arqueológica de urgencia en este sector del yacimiento, puede
datarse entre el siglo X y los comienzos del XI d. C. (Palomo et alii, 2003: 8446-
850). Estos trabajos permitieron documentar parte de una alquería constituida
por edificaciones de planta rectangular, cuyas estancias interiores de grandes
dimensiones se articulaban alrededor de un espacio central abierto (figura 9).
Estas viviendas fueron construidas mediante muros con zócalos de piedra,
además de tégulas y ladrillos romanos reutilizados, sobre los que se levantaría
una pared de tapial.

Figura 9. Planta de las estructuras medievales de Arraijanal.

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Con idéntica cronología se conoce también un tesorillo integrado por
533 dirhems califales de plata, 5 dinares de oro acuñados en el norte de África
que estaban envueltos en una tela de lino de calidad y otros 252 fragmentos de
dirhams también de plata, todos ellos ocultos dentro de una jarrita cerámica y
que fueron acuñados en tiempos de Abd al Rahman II y Al Haken II (Ayala,
Gozalbes, 1996: 61-76; Gozalbes, 2005: 36- 37, 55-58 y 90).

Por último, otros materiales medievales localizados en este lugar son un


colgante de oro con engarce de vidrio (figura 10), dos espátulas de bronce, un
plato de balanza y dos conteras de puñal hechas con este mismo material
(Gozalbes, 2005: 71-73).

Figura 10. Colgante de oro con engarce de vidrio.

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CAPÍTULO 2.
CAPÍTULO 2.EL
ELOCULTAMIENTO
DEPÓSITO MONETARIO
MONETARIO.

2.1. COMPOSICIÓN DEL DEPÓSITO.

El material procedente de este hallazgo parece corresponder a un


conjunto cerrado del que hemos podido estudiar un total de 83 monedas, aun
cuando no cabe descartar que su número fuese mayor. Todas ellas son de
bronce y despliegan las efigies de once miembros de tres dinastías imperiales,
como son la constantiniana, la valentiniana y la teodosiana (figura 11).

Podemos decir que la conservación es mala o pésima en la mayor parte


de los casos, siendo posible apreciar roturas y desperfectos junto al desgaste de
las piezas más afectadas por su circulación, a lo que debemos sumar el hecho de
que una decena de ejemplares muestren signos evidentes de haber estado en
contacto con el fuego. Todo ello, unido a veces a su exiguo tamaño, ha
dificultado en buena medida su adscripción a un determinado tipo, ceca,
periodo o muy especialmente su emisor, que en treinta y cuatro ocasiones no
ha podido ser identificado, algo que afecta al 40,9% de estas piezas que
estudiamos. Asimismo, el lugar de acuñación nos es desconocido en el 56,6%
de las monedas y el tipo de reverso en las trece piezas indeterminadas que
ofrecen un 15,7%.

De igual forma, ha resultado problemática la discriminación entre


numismas oficiales muy devaluados y circulados de aquellos otros que podrían
ser emisiones de imitación, por lo que hemos optado por analizarlos de forma
conjunta dentro de las diversas series numismáticas.

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En cuanto al contenido del depósito que nos ocupa, cabe indicar que no
aparecen antoninianos de fines del siglo III o sus imitaciones, las cuales suelen
estar presentes en este tipo de ocultamientos de una forma residual tras haber
sido amortizados durante un largo tiempo (Ripollés, 2002: 209). Tampoco
contamos con ejemplares de principios del siglo IV emitidos por Constantino I,
cuya reforma monetaria del año 313 dio como resultado que el panorama que
ahora vemos reflejado en la composición de los depósitos numismáticos
posteriores a esa fecha sea radicalmente distinto a los atesorados en los inicios
del siglo (Cepeda, 2004: 105). En este sentido las primeras amonedaciones de
nuestro conjunto corresponden a su hijo Constantino II, así como a las
emisiones conmemorativas de Roma y Constantinopla. Amplían el repertorio de
los hermanos de Constantino II, Constante y Constancio II, junto a su primo
Constancio Galo y el hermanastro de este último, Juliano II que cierra la dinastía
constantiniana. La siguiente familia en el poder usurpado por militares la
encabeza Valentiniano I, así como su hermano Valente y los hijos del primero,
Graciano y Valentiniano II, a los que finalmente sucede Teodosio I, elevado por
Graciano a la púrpura para sustituir a Valente, quien concluye el elenco ya
como representante de la casa teodosiana.

No tenemos constancia de la aparición de piezas talladas por Crispo,


Delmacio, Hanibaliano, Nepotiano, Vetranio, Magnencio, Decencio, Joviano,
Procopio, Magno Máximo, Eugenio, Honorio o Arcadio, que sí hallamos en otras
localizaciones peninsulares.

Los tipos monetarios del siglo IV se registran con gran profusión en


yacimientos y tesorillos debido a los procesos inflacionarios de la época y en
consecuencia su dispersión geográfica es asimismo amplísima. La composición
que aquí podemos documentar coincide en su estructura con la conocida en
multitud de depósitos o hallazgos localizados principalmente en la mitad norte
peninsular, especialmente identificables por la profusión del tipo del jinete caído
y que, formados básicamente a partir de la reducción ponderal de 337, reflejan
de forma clara las fases de máximo aporte de numerario de todo el siglo, en
especial los periodos 335-341, 341-348 y fundamentalmente 348-360. Nuestro
conjunto monetario no responde a una tesaurización selectiva de numismas de
pesos elevados, sino que incluye una muestra heterogénea del medio circulante
en los tres últimos cuartos del siglo IV, si bien predominan las piezas monetarias
más devaluadas dentro de los nummi constantinianos. Su ocultación podría ser
explicada como reacción a la aparición de las maiorinae de Graciano y
Teodosio, cuya escasa muestra aquí tan sólo incluye tres ejemplares.

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Durante este periodo y a través de un dilatado proceso de amortización
se fueron incorporando a la masa monetaria las emisiones de carácter
extraoficial, ocupando en ciertos casos casi un tercio de su volumen (Ripollés,
2002: 212), como vemos, por ejemplo, en Grau Vell donde alcanzan el 35%
(Gozalbes, 1999: 83), y perdurando en muchos lugares hasta bien entrado el
siglo V. Aunque la disparidad cronológica entre los tipos oficiales y sus
imitaciones debe ser tenida en cuenta, resulta difícil de cuantificar por lo que se
incluyen juntos ambos tipos de acuñaciones ratificando la heterogeneidad del
conjunto.

La tipología de tesorillos de fines del siglo IV en la Bética está conformada


predominantemente por AE2 de procedencia oriental que, sin embargo, no
surten a la mitad norte de Hispania, donde en cambio son característicos los
conjuntos de AE4. En nuestro caso, predominan los AE3 con un 71% junto a un
25,4% de AE4 y tan sólo un 3,6% de AE2 (figura 13), por lo que el depósito
tiene un difícil encaje en las clasificaciones que se han elaborado con ellos. Sin
embargo, encontramos conjuntos perfectamente extrapolables al nuestro en la
cercana ciudad de Malaca, más concretamente en el área del teatro romano
que ha ofrecido tres ejemplos de depósitos formados básicamente por AE3 y
AE4. Los dos primeros, con alrededor de quinientas piezas uno y sesenta y
cuatro el otro, se cierran con las emisiones valentinianas de SECVRITAS
REIPVBLICAE y su composición es muy similar a la del Cerro de la Casa de la
Condesa (Mora, 2005: 238), al igual que acontece con el tercero que contiene
treinta y nueve ejemplares y resulta ser un tanto más tardío ya que su última
emisión corresponde al 404-406 con reverso CONCORDIA AVG (Mora, 2005:
242).

El momento de acumulación de nuestro depósito parece corresponder a


una etapa transitoria en el desarrollo de la circulación monetaria, donde aún no
predomina plenamente el AE2 sino las emisiones de periodos anteriores, siendo
posible citar algunos tesorillos peninsulares que muestran esa escasa presencia
de AE2, como pueden ser Clunia, Conímbriga E, Conímbriga A y Castro de Fiaes
II (San Vicente, 1999: 591). Ya dentro de los formados principalmente por AE4
pero también con bajo porcentaje de moneda teodosiana, se encuentra
Sarandón donde predominan las monedas tipo FEL TEMP REPARATIO y faltan
las acuñaciones de Arcadio y Honorio (San Vicente, 1999: 601).

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Nº de Nº DE
EMPERADOR
INVENTARIO MONEDAS (%)

Conmemorativas (330-346) 1, 2 2 2, 4 %

Constantino II (337-340) 3, 4 2 2, 4 %

Constante (337-350) 5, 9, 10 3 3, 6 %

Constancio II (337-361) 12, 15--30, 33,

41--43, 45-49, 52 27 32, 5 %

Constante/ Constancio II 11, 13, 14 3 3, 6 %

Constant. II/ Constante/ Constancio II 6--8, 31, 32,

34-39, 50, 51 13 15, 6 %

Constancio Galo (351-354) 40 1 1, 2 %

Juliano II (360-363) 44 1 1, 2 %

Valente (364-378) 53--56, 58--63 10 12, 1 %

Valente / Valentiniano I (364-378) 57 1 1, 2 %

Graciano (367-383) 64--67 4 4, 8 %

Valentiniano II (375-392) 68 1 1, 2 %

Teodosio I (379-395) 69, 70 2 2, 4 %

71--83 13 15, 7 %
Indeterminadas
TOTAL 83 100 %

Figura 11. Porcentajes de la composición del depósito por emisor/ emperador. (Ver atribuciones
no confirmadas en el cuadro general donde se incluyen como indeterminadas).

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2.2. METROLOGÍA.

Aunque contamos con una referencia escrita que alude al numerario


existente a mediados del siglo IV d. C. como es el Codex Theodosianus, el cual
menciona las denominaciones de maior pecunia (o decargyrus nummus) y
centenionalis nummus, lo cierto es que su identificación como una sola -con sus
nombres oficial y popular- o como dos denominaciones distintas (Pearce, 1972:
29-30) no queda suficientemente aclarada por lo que sigue siendo una cuestión
todavía debatida por los investigadores. La compleja relación de equivalencia
entre bronce, plata y oro, así como entre sus unidades y los respectivos
divisores, sumada a las constantes reducciones de peso desde los inicios del
siglo en el transcurso de las repetidas reformas, no ayuda precisamente a
despejar dicha incógnita.

Toda esta problemática que se puede hacer extensiva a la totalidad del


siglo IV obligó a los numismáticos británicos en los años 60 a utilizar un forma
de clasificación artificial más específica para estos tipos en consideración a sus
dimensiones: AE2, AE3 y AE4, donde AE2 correspondería a la maiorina y AE3, o
nummus, se podría equiparar al centenionalis de mediados de siglo (Cepeda,
2000: 172). El término minimi, utilizado aquí de forma eminentemente
descriptiva y no como denominación, podría asimilarse a nuestro grupo de AE4
tardíos o imitativos.

El término genérico de nummus se tiende a utilizar frente al de follis


reducido para aludir exclusivamente a las denominaciones posteriores a la
reforma constantiniana del año 318, que a partir de 330 verían disminuir su ya
escaso contenido argentífero y bajarían a un peso de 2,45 gr. (1/132 de libra)
para los tipos VRBS ROMA y CONSTANTINOPOLIS, los cuales se empiezan a
acuñar en dicha fecha bajo el mencionado patrón (San Vicente, 1999: 71).

Tras la muerte de Constantino en 337 y la reforma de ese año, se impone


el patrón de 1/192 de libra (1,69 gr.), que para GLORIA EXERCITVS y
VICTORIAE DD AVGGQ NN, con ciertos descensos, continuó durante el periodo
341-348. A partir de este momento descartamos el término nummi para aludir a
las piezas y encontramos que la situación se hace más compleja si cabe con las
sucesivas reformas de Magnencio, Constancio II y Juliano II. Únicamente nos
interesa reflejar que en 354 se impone el patrón de 2,68 gr. (1/120 de libra)
para las emisiones del jinete caído en AE3, acuñadas en abundancia por
Constancio II desde Oriente, quedando desmonetizadas todas las
denominaciones anteriores en bronce (San Vicente, 1999: 81). Junto al

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mencionado AE3, aparece a partir de 358 un AE4 con reverso SPES REIPVBLICE,
que no superaría los dos gramos (1,93 gr.=1/168 de libra) y no presentaría
contenido alguno de plata (San Vicente, 1999: 82).

Las reformas valentinianas instituyen desde 363 un AE3 similar al anterior


(2,72 gr.) para GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE, y a partir de
381 bajo Graciano para VOTA, se acuña un AE4 con 1,49 gr. en tanto que para
aquellas que muestran en reverso REPARATIO REIPVB se produce un AE2 de
5,25 gr. Este último patrón, al que pertenece nuestro ejemplar con leyenda
GLORIA ROMANORVM, fue también aplicado por Teodosio, aunque
nuevamente reducido, a unas emisiones que constituyeron la última tentativa
de mantener un sistema monetario fuerte basado en las denominaciones de
bronce, ya que a partir de 395 tan sólo se mantuvieron en este metal los AE4
(Pearce, 1972: 29).

Los módulos de las piezas de nuestro depósito oscilan entre los 10 y los
23 mm, si bien predominan los más reducidos: una masa de AE3 (71%), que en
nuestro caso comprenden desde los 13 a los 20 mm, mas otros veintiún AE4
(25,4%) que, aunque oscilan entre 10 y 16 mm., incluyen alguna clara muestra
de verdaderos minimi. Tan sólo corresponden a la denominación de AE2 o
maiorina (21-23 mm.) los ejemplares nº 64, 65 y 70, que consecuentemente
arrojan los pesos más altos de todo el conjunto como, por ejemplo, el nº 65 con
reverso REPARATIO REIPVB que alcanza los cinco gramos (figura 13).

Dentro de las diversas series numismáticas observamos como sus pesos y


módulos no son en modo alguno homogéneos, sino que en el mismo grupo
encontramos piezas que encajan con la metrología oficial junto a una mayoría
de numismas que podemos considerar devaluados o irregulares. Así, por
ejemplo, en los reversos FEL TEMP REPARATIO el peso oscila de 0,5 a 3,1 gr. y el
diámetro de 10 a 20 mm. En realidad la tónica general del depósito nos muestra
pesos ostensiblemente bajos asociados a módulos reducidos, si bien dejaremos
para más adelante el examen de las implicaciones que se derivan de esta merma
en sus características metrológicas. No obstante, los pesos medios de las series
monetarias mejor representadas y sus denominaciones correspondientes a
tenor de las dimensiones de sus módulos quedan resumidos en los dos cuadros
que reproducimos a continuación:

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TIPO PESO MEDIO

GLORIA EXERCITVS 1, 18
VICTORIAE DD AVGGQ NN 1, 37
FEL TEMP REPARATIO 1, 74
SPES REI PVBLICE 1, 53
GLORIA ROMANORVM (Valente) 1, 35
SECVRITAS REIPVBLICAE 1, 78
IndeterminadaS 1, 26

TOTAL 1,61

Figura 12. Peso medio de algunas series monetarias.

Periodo Ae2 Ae3 Ae4 total

337-340 - 9 1 1o
347-348 - 5 - 5
350-361 - 23 2 25
355-363 - - 12 12
364-378 - 11 - 11
378-395 3 2 2 7
Indeterminadas - 9 4 13

TOTAL 3 59 21 83

Figura 13. Distribución en base a las denominaciones.

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2.3. ICONOGRAFÍA Y LEYENDAS.

Podemos comenzar este nuevo apartado indicando que los ejemplares


conmemorativos de Roma y Constantinopla muestran en sus anversos el busto
femenino alegórico a la ciudad, tocado con casco y orientado a la izquierda, si
bien en el resto de numismas la orientación es a la derecha. En cuanto a los
bustos de los emperadores, podemos decir que suelen presentarse drapeados y
con coraza mientras que sus cabezas van diademadas y/o laureadas, con la
excepción de la de Constancio Galo que está desprovista de tales atributos por
su calidad de César y no de Augusto (nº 40). Excluyendo las piezas
conmemorativas (VRBS ROMA y CONSTANTINOPOLIS), las leyendas incluyen
los nombres y títulos de los emperadores: DN (Dominvs Noster) Nuestro Señor,
FL (Flavivs) Flavio, PF (Pivs Felix) Pío y Bendito, AVG (Avgvstvs) Augusto e IVN
NOB C (Ivnior Nobilisimvs Caesar) Joven y Noble César.

Las primeras amonedaciones del conjunto, que abarcan desde el año


337 al 340, corresponden a una etapa inflacionaria que se inicia a partir de 335
con una nueva reducción del peso del nummus (Ripollés, 2002: 211). Sus
reversos incluyen las acuñaciones conmemorativas de las ciudades de Roma y
Constantinopla, ambas anepígrafas, la primera mostrando la loba y los gemelos
(nº 1) (figura 33) y la segunda dos guerreros con un estandarte y la leyenda
GLORIA EXERCITVS (nº 2) (figura 14), teniendo en cuenta que esta última debe
considerarse una variante del prototipo mayoritario para CONSTANTINOPOLIS
que incorpora una Victoria sobre proa. Nuestro ejemplar fue emitido en
Nicomedia, pero el mismo tipo se acuñó, además, en otros talleres como Cícico,
Constantinopla, Heraclea y Tesalónica, que curiosamente también hibridaron
GLORIA EXERCITVS con anverso VRBS ROMA .

Otros reversos atípicos o minoritarios, igualmente documentados en R.I.C.


para la alegoría de Constantinopla en anverso son VOT XX MVLT XXX, acuñado
en Heraclea y Cícico, VICTORIA AVG, VICTORIA AVG NN, VICTORIA AVGVSTI,
RESTITVTOR REIP e incluso FEL TEMP REPARATIO, todos ellos de la ceca de
Roma (Kent, 1981).

Una plausible hipótesis que explicaría la hibridación del anverso


CONSTANTINOPOLIS con el reverso GLORIA EXERCITVS postula que ante el
mayor desgaste y rotura de los cospeles de reverso estos se sustituyeron por
otros contemporáneos aunque correspondientes a distinta tipología.

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Figura 14. Pieza nº 2, anverso CONSTANTINOPOLIS y reverso GLORIA EXERCITVS.

El resto de reversos con la citada leyenda GLORIA EXERCITVS (nº 3-9),


que de forma similar contienen el motivo de dos soldados en pie con lanzas y
escudos apoyados en el suelo, situados a ambos lados de un estandarte
emplazado en el centro, alcanzan tan sólo un 8,4% con otros siete ejemplos
asociados a Constantino II, Constante y posiblemente en algún caso a
Constancio II. Así mismo, atribuimos a Constante el nº 10: SECVRITAS REIP con
figura femenina apoyada sobre una columna, en tanto hacemos corresponder
a uno de estos dos últimos emperadores mencionados las emisiones de los años
347 y 348 en las que podemos leer VICTORIAE DD AVGGQ NN (nº 11-14)
(4,8%), las cuales muestran dos victorias aladas enfrentando sendas coronas
junto con VOT XX MVLT XXX (nº 15), estando dicha leyenda inscrita dentro de
una láurea (figuras 15, 16 y 17).

Figura 15. Pieza nº 3, reverso GLORIA EXERCITVS de Constantino II.

25
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Figura 16. Piezas nº 5 y 6 con reverso GLORIA EXERCITVS y nº10 con reverso SECVRITAS REIP
emitidas por Constante.

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Figura 17. Piezas nº 11 y 12 con reverso VICTORIAE DD AVGGQ NN y nº 15 con reverso VOT
XX MVLT XXX de Constancio II.

27
27
En el siguiente periodo de acuñaciones, que transcurre desde el 350 al
361, asistimos a nuevas devaluaciones del numerario efectuadas por Constancio
II (Abad, 1994: 155) con la característica serie FEL TEMP REPARATIO
conformando el grueso del conjunto hasta alcanzar el 30,2% con veinticinco
reversos (nº 16-40), dieciséis de ellos identificados como acuñaciones de
Constancio II (19,2%), junto a una de Constancio Galo (nº 40). En ellos podemos
ver a Virtvs o a un soldado romano en pie alanceando a un jinete bárbaro que,
herido de muerte, cae del caballo, de ahí la denominación anglosajona: falling
horseman. También numerosa (14,5%) es la serie SPES REI PVBLICE que abarca
desde 355 a 363 y que asciende a once ejemplares (nº 41-43 y 45-52) a los que
se suma el nº 44 de Juliano II, apareciendo en ellos Virtvs o el emperador de pie
a izquierda sosteniendo un globo y una lanza (figuras 18 y 19).

Figura 18. Emisiones de Constancio II. Piezas nº 16 y 19 con reverso FEL TEMP REPARATIO.

28
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Figura 19. Emisiones de Constancio II y Constancio Galo (FEL TEMP REPARATIO) y de Juliano II.
(SPES REI PVBLICE). Piezas nº 25, 40 y 44.

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A un nuevo periodo, que esta vez abarca desde 364 a 378, y que
conlleva un descenso general en el aporte de numerario (Abad, 1994: 155-156),
corresponden las emisiones de Valente (nº 53-56), y posiblemente de
Valentiniano I (nº 57), del reverso GLORIA ROMANORVM ofreciendo un
porcentaje que alcanza el 6%, y mostrando al emperador levantando a un
cautivo mientras marcha con un lábaro, así como del reverso SECVRITAS
REIPVBLICAE (nº 58-63), el cual arroja un 7,2%, donde una victoria en marcha
hacia la izquierda porta una corona y una palma (figuras 20 y 21).

Figura 20. Emisiones de Valente. Piezas nº 53 y 58 con reverso GLORIA ROMANORVM y


SECVRITAS REIPVBLICAE .

30
30
Figura 21. Emisiones de Valente. Piezas nº 59 y 61con reverso SECVRITAS REIPVBLICAE.

La última fase de las emisiones del siglo IV, comprendida entre los años
378 y 395, corresponde a Graciano, Valentiniano II y Teodosio, dando comienzo
con REPARATIO REIPVB (nº 64 y 65), en las que el emperador porta una victoria
sobre un globo que lo está coronando y levanta a una cautiva arrodillada y
tocada con corona turriforme, seguido de los anteriormente mencionados VOT
MVLT (nº 66 y 67), VICTORIA AVGGG (nº 68 y 69) y GLORIA ROMANORVM (nº
70) si bien en este último caso se representa al emperador sosteniendo globo y
lábaro (figuras 22 y 23).

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31
Figura 22. Emisiones de Graciano. Piezas nº 64 y 65 con reverso REPARATIO REIPVB
y nº 66 con reverso VOT XV MVLT XX .

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32
Figura 23. Emisiones de Graciano (VOT MVLT), Valentiniano II (VICTORIA AVGGG )
y Teodosio (GLORIA ROMANORVM). Piezas nº 67, 68 y 70.

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33
Las leyendas de los reversos incluyen, al igual que sucede en épocas
anteriores, una amplia y variada panoplia de lemas militares, políticos y
propagandísticos con el objeto de afianzar la confianza en el emperador y su
grandeza las cuales se ven menoscabadas cada día dada la inestabilidad propia
de esos momentos. Así, contamos con aquellas que ensalzan a las ciudades
sede del Imperio, como pueden ser Roma y Constantinopla, o bien a la gloria
del ejército (GLORIA EXERCITVS), o a la del pueblo romano (GLORIA
ROMANORVM), así como a las victorias de nuestros Señores y Augustos
(VICTORIA AVGGG y VICTORIAE DD AVGGQ NN). En otras ocasiones aluden a
la Esperanza, la Seguridad y la restauración de la República (SPES REI PVBLICE,
SECVRITAS REIPVBLICAE y REPARATIO REIPVB), aunque en la escena que
desarrolla esta última se ha querido interpretar al emperador Graciano que,
simbolizando a Occidente, ayuda a levantarse a Constantinopla tras su
humillación por parte de los bárbaros (Velázquez, 1983: 129). Otro lema
profusamente extendido alude al retorno de los tiempos felices (FEL TEMP
REPARATIO), y se ve reflejado iconográficamente en una escena bélica donde
se aplasta al enemigo bárbaro. Un mensaje también con matices
propagandísticos contienen nuestros ejemplares de la serie VOT MVLT, en la
que tras una serie de años en el poder se hacen votos para auspiciar un nuevo
periodo de gobierno. La costumbre romana era prometer con estos votos la
realización de sacrificios o la entrega de ofrendas monetarias a las deidades, o
bien a la Iglesia cristiana durante los reinados de Constancio II y Graciano, a
cambio de garantizarles una serie de favores, en este caso la permanencia en el
poder.

Además de los aspectos políticos podemos apreciar algunas


connotaciones religiosas asociadas al cristianismo, como puede ser el lábaro (nº
6, 7 y 70), estandarte militar romano decorado con el crismón, el cual
representaba el monograma cristiano compuesto por las dos primeras letras
griegas del nombre de Khristos (chi-ro), y que fue adoptado por Constantino el
Grande como forma de asociar lo divino al poder imperial y reconciliar así la
tradición pagana con la cristiana.

34
34
EMPERADOR TIPO Nº i n v. C R O N.

Conmemorativas LOBA 1 (337-340)

GLORIA EXERCITVS 2 (337-340)

Constantino II GLORIA EXERCITVS 3, 4 (337-340)

Constante GLORIA EXERCITVS 5, 9 (337-340)

SECVRITAS REIP 10 (337-340)

Constancio II VICTORIAE DD AVGGQ NN 12 (347-348)

VOT XX MVLT XXX 15 (347-348)

FEL TEMP REPARATIO 16 – 39 (350-361)

sPES REI PVBLICE 41 -- 43, 45 -- 52 (355-363)

Constantino II / Constante / GLORIA EXERCITVS 6-8 (337-340)

Constancio II

Constante / Constancio II VICTORIAE DD AVGGQ NN 11, 13, 14 (347-348)

Constancio Galo FEL TEMP REPARATIO 40 (352-354)

Juliano II SPES REI PVBLICE 44 (355-361)

Valente GLORIA ROMANORVM 53 – 56 (364-367)

SECVRITAS REIPVBLICAE 58 – 63 (364-378)

Valentiniano I / Valente SECVRITAS REIPVBLICAE 57 (364-367)

Graciano REPARATIO REIPVB 64, 65 (378-383)

VOT… MVLT… 66, 67 (378-383)

Valentiniano II VICTORIA AVGGG 68 (383-388)

Teodosio I VICTORIA AVGGG 69 (383-388)

GLORIA ROMANORVM 70 (393-395)

Figura 24. Tipos monetarios asociados a su emisor y periodo de emisión. (Ver atribuciones no
confirmadas en el Cuadro General donde se incluyen como indeterminadas).

35
35
2.4. PERIODOS DE EMISIÓN Y CIRCULACIÓN.

Tras el repaso de las diferentes series numismáticas caracterizadas por la


simbología de sus reversos, cuantificaremos ahora este ocultamiento en función
de las fechas de acuñación de dichas series para extraer conclusiones sobre el
comportamiento de la circulación monetaria en las costas de la Bética y, más
ampliamente, en Hispania en estos momentos.

SubPeriodo Nº M o n e d a s % Monedas / A ñ o

337-340 10 14, 2 % 2, 5

347-348 5 7, 1 % 2, 5
350-355 3 4, 2 % 0, 5
352-355 3 4, 2 % 0, 75
353-358 15 21, 4 % 2, 5
355-361 16 22, 8 % 2, 2
364-378 11 15, 7 % 0, 7
378-383 4 5, 7 % 0, 6
383-388 2 2, 8 % 0, 3
393-395 1 1, 4% 0, 3

TOTAL 70 * 100 % -

Figura 25. Porcentajes y número de monedas por subperiodos de emisión. (* No se han incluido
las 13 monedas cuyo periodo de emisión desconocemos).

36
36
Periodo Nº M o n e d a s % Monedas / A ñ o

337-340 10 12, 1 % 2, 5
347-348 5 6% 2, 5
350-361 25 30, 2 % 2, 2
355-363 12 4, 4 % 1, 5
364-378 11 13, 3 % 0, 7
378-395 7 8, 4 % 0, 4

TOTAL 70 * 100 % -

Figura 26. Porcentajes y número de monedas por periodos de emisión. ( * No se han incluido las
13 monedas cuyo periodo de emisión desconocemos).

Los diferentes periodos y subperiodos en que hemos encuadrado


nuestros numismas podrían englobarse en tres grandes fases que pasamos a
describir someramente a continuación:

1ª Fase: 337-348 d. C. Se inicia con la muerte de Constantino y finaliza con la


reforma monetaria llevada a cabo por sus hijos Constante y Constancio II en
348. Incluiría los nummi conmemorativos de ciudades y los de la familia
constantiniana: Constantino II, Constante y Constancio II, que en nuestro caso
alcanzan los quince ejemplares (18,1%). Los tipos urbanos y GLORIA EXERCITVS
fueron implantados ex novo tras la reforma de Constantino en el año 330.
Podemos observar una representación homogénea y mayoritaria de dos series:
GLORIA EXERCITVS y VICTORIAE DD AVGGQ NN, además de alguna intrusión
minoritaria como SECVRITAS REIP y VOT XX MVLT XXX. En Hispania se constata
en esta fase, a pesar de ser la de menor duración, la circulación monetaria más
intensa de todo el siglo IV, y que afecta especialmente a las zonas costeras
(Abad, 1994:155; Ripollés, 2002:211), siendo representativo de lo expuesto el
hecho de que en las ciudades romanas de Baelo Claudia y Conimbriga se
alcanzan el 43,9% y el 43,4%, respectivamente (Depeyrot, 1987: 85). Sin
embargo, este extremo no es posible ratificarlo en nuestro caso, puesto que sólo
un 18,1% pertenece a estos momentos, siendo la siguiente fase, como veremos,
la que ostenta la representación más intensa.

37
37
2ª Fase: 348-364 d. C. Iría desde la ya comentada reforma monetaria de 348
hasta la muerte de Juliano II, último representante de la familia de Constantino.
Incluye las piezas acuñadas por Constancio II, Constancio Galo y Juliano II que
ascienden a treinta y siete (44,6%), pertenecientes veinticinco de ellas (30,2%) a
la serie FEL TEMP REPARATIO y el resto a SPES REI PVBLICE, si bien ambas series
contienen algunos ejemplares de mayor calidad frente a una mayoría de piezas
devaluadas. Debido a la elevada presencia del tipo monetal del jinete caído en
el conjunto que estudiamos, esta fase, y en particular el segmento entre 353-
361, se consolida como la de mayor presencia de numerario de todo el siglo IV,
hecho que veremos repetirse en numerosos lugares como, por ejemplo, en el
Teatro romano de Málaga (Mora, 2005: 238-239), tanto si atendemos a los
ocultamientos como a los hallazgos de circulación. Otros depósitos andaluces
con presencia relevante de FEL TEMP REPARATIO y SPES REI PVBLICE además
de los hallados en Malaca (Mora, 2005: 238, 242), podrían ser el de Acci en
Granada y el de Orippo en Sevilla (Cepeda, 2000: 179).

3ª Fase: 364- 395 d. C. Comienza con la llegada al poder de la familia


valentiniana y se cierra con la muerte de Teodosio. Podemos incluir en esta fase
hasta dieciocho monedas (21,7%) emitidas por Valente, Valentiniano I,
Graciano, Valentiniano II y Teodosio, las cuales pertenecen a tipos comunes
como son las series de Valente GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS
REIPVBLICAE (364-378) y las maiorinas de Graciano -REPARATIO REIPVB- y de
Teodosio - GLORIA ROMANORVM- (378-395), cerrando el grupo algún reverso
como Vota o Victoria.

En la Península Ibérica disminuye en estos momentos el aporte de


numerario, creándose un vacío en el registro numismático, siendo éste un
fenómeno que se aprecia en menor grado en las costas y en la zona norte
(Ripollés, 2002: 212). Así, cabe apreciar cómo en Baelo, ejemplificando dicha
tónica general, desciende sensiblemente el número de monedas por año en el
periodo 364-378 (Vidal, 1983: 375). Sin embargo, en el caso del depósito mijeño
(13,3%) dicho periodo arroja muestras de que la actividad comercial no se
detuvo y trajo consigo la necesaria renovación del monetario, de tal manera
que, pese a claros signos de reactivación particularmente en el área
mediterránea al final de la fase teodosiana (378-395) con los AE2 de
procedencia oriental, a partir de 395 se hace efectiva en toda Hispania la
práctica desaparición del numerario oficial (Ripollés, 2002: 212). En nuestro caso
el AE2 GLORIA ROMANORVM (393-395) de Teodosio se nos presenta como
único y débil signo de dicha reactivación aunque ya como preludio de un
completo desabastecimiento.

38
38
2.5. CECAS.

Para abordar el estudio de las cecas en las que fueron acuñados estos
numismas, debemos indicar que únicamente ha sido posible establecer este
centro de origen en un número limitado de ejemplares que arrojan un 43,4%
del total, y ello con las lógicas reservas en varios casos debido al pésimo estado
de conservación. Aun así, podemos constatar la presencia de producciones
procedentes de once ciudades del Imperio que acuñaron moneda en el siglo IV,
ya que en esta centuria Hispania carecía de talleres oficiales (Cepeda, 2004:
103). Así, encontramos reflejadas cecas del Mediterráneo Oriental como
Antioquía, la más alejada, Cícico, Constantinopla y Nicomedia en Asia Menor, en
tanto las cecas occidentales están presentes a través de las balcánicas Tesalónica
y Siscia, las itálicas Roma y Aquileia, y finalmente las gálicas Arlés, Tréveris y
Lyons.

Figura 27. Cecas representadas en el depósito monetario del Cerro de la Casa de la


Condesa: 1. Arelate/Constantina (Arlés, Francia), 2. Lugdunum (Lyons, Francia), 3. Tréveris,
Treveri (Trier, Alemania), 4. Roma (Italia), 5. Aquileia (Italia), 6. Siscia (Sisak, Croacia), 7.
Thesalonica, Tesalónica (Thessaloniki, Grecia), 8. Constantinopolis, Constantinopla, (Estambul,
Turquía), 9. Nicomedia (Izmir, Turquía), 10. Kizicus, Cícico (Kapu Dagh, Turquía), 11. Antiochia,
Antioquía (Antakiyah, Siria).

39
39
EMPERADOR CECA
CRONO.
Conmemorativas (337-340) NICOMEDIA
Constantino II (337-340) ROMA, ANTIOQUÍA
Constante (337-340) TRÉVERIS, CÍCICO, ROMA
Constancio II (337-361) ARÉlate (2), ROMA (2),
TESALÓNICA (2),
CONSTANTINOPLA, CÍCICO (4),
ANTIOQUÍA (2),
Constante/ Constancio II (337-348) ARÉlate
Constant. II/ Constante / (337-361) Lugdunum
Constancio II SISCIA (2)
Constancio Galo (352-354) AQUILEIA
Juliano II (355-363) TESALÓNICA
Valente (364-378) ROMA (3)
Valentiniano I / Valente (364-367) ¿ ANTIOQUÍA ?
Graciano (378-383) ROMA (4)
Valentiniano II (383-388) ¿ ROMA ?
Teodosio I (383-395) ¿ ROMA ?, CÍCICO

Total Atribuibles 36 (43, 4%)

CECA Indeterminada 47 (56, 6%)

TOTAL 83 (100%)

Figura 28. Cecas asociadas al emisor/emperador. (Ver atribuciones no confirmadas en el Cuadro


General donde se incluyen como indeterminadas).

40
40
TIPO CECA OfFICINA Nº i n v. C R O N.
GLORIA EXERCITVS NICOMEDIA CUARTA 2 (337-340)
GLORIA EXERCITVS ANTIOQUIA CUARTA 3 “
GLORIA EXERCITVS ROMA - 4 “
GLORIA EXERCITVS TRÉVERIS - 5 “
GLORIA EXERCITVS SISCIA - 6 “
GLORIA EXERCITVS SISCIA - 7 “
GLORIA EXERCITVS LUGDUNUM - 8 “
GLORIA EXERCITVS CÍCICO PRIMERA 9 “
SECVRITAS REIP ROMA - 10 (337-340)
VICTORIAE DD AVGGQ NN ARELATE - 11 (347-348)
VOT XX MVLT XXX ANTIOQUIA PRIMERA 15 (347-348)
FEL TEMP REPARATIO ARELATE - 16 (353-355)
FEL TEMP REPARATIO ROMA CUARTA 17 (352-355)
FEL TEMP REPARATIO ROMA - 18 (355-361)
FEL TEMP REPARATIO TESALONICA SEGUNDA 19 (350-355)
FEL TEMP REPARATIO TESALONICA - 20 “
FEL TEMP REPARATIO CONSTANTINOPLA - 21 (355-361)
FEL TEMP REPARATIO CÍCICO QUINTA 22 “
FEL TEMP REPARATIO CÍCICO - 23 “
FEL TEMP REPARATIO ANTIOQUIA 12ª 24 (350-355)
FEL TEMP REPARATIO AQUILEIA PRIMERA 40 (352-354)
sPES REI PVBLICE ARELATE SEGUNDA 41 (355-360)
sPES REI PVBLICE CÍCICO CUARTA 42 (355-361)
sPES REI PVBLICE CÍCICO - 43 “
sPES REI PVBLICE TESALONICA PRIMERA 44 “

Figura 29. Cecas y officinae constantinianas asociadas a los tipos monetarios.

41
41
SECVRITAS REIPVBLICAE ¿ ANTIOQUIA ? - 57 (364-367)
SECVRITAS REIPVBLICAE ROMA PRIMERA 58 (364-378)
SECVRITAS REIPVBLICAE ROMA TERCERA 59 “
SECVRITAS REIPVBLICAE ROMA CUARTA 60 “
REPARATIO REIPVB ROMA - 64 (378-383)
REPARATIO REIPVB ROMA - 65 “
VOT XV MVLT XX ROMA - 66 (378-383)
VOT… MVLT… ROMA - 67 “
VICTORIA AVGGG ¿ ROMA ? - 68 (383-388)
VICTORIA AVGGG ¿ ROMA ? - 69 “
GLORIA ROMANORVM CÍCICO PRIMERA 70 (393-395)

Figura 30. Cecas y officinae valentinianas y teodosianas asociadas a los tipos monetarios.

aR Lu tR RO AQ SS TS CO NI CC AN = IND =
337- - 1 1 2 - 2 - - 1 1 1 =9 1 =10
340
347- 1 - - - - - - - - - 1 =2 3 =5
348
350- 1 - - 2 1 - 2 1 - 2 1 =10 15 =25
361
355- 1 - - - - - 1 - - 2 - =4 8 =12
363
364- - - - 3 - - - - - - 1 =4 7 =11
378
378- - - - 6 - - - - - 1 - =7 - =7
395
3 1 1 13 1 2 3 1 1 6 4 =36 34 =70

Figura 31. Cecas asociadas a los periodos de emisión. (Abreviaturas: AR: Arelate, LU: Lugdunum,
TR: Tréveris, RO: Roma, AQ: Aquileia, SS: Siscia, TS: Tesalónica, CO: Constantinopla, NI:
Nicomedia, CC: Cícico, AN: Antioquia, IND: Ceca Indeterminada). (En las indeterminadas no
están incluidas las 13 monedas cuyo periodo de emisión se desconoce). (Ver Cuadro General).

42
42
aR Lu tR RO AQ SS TS CO NI CC AN
337- - ¿? ¿? ¿? - ¿? - - 4ª 1ª 4ª
340
347- ¿? - - - - - - - - - 1ª
348
350- ¿? - - 4ª 1ª - 2ª ¿? - 5ª 12ª
361
355- 2ª - - - - - 1ª - - 4ª -
363
364- - - - 1ª 3ª 4ª - - - - - - ¿?
378
378- - - - ¿? - - - - - 1ª -
395

Figura 32. Officinae asociadas a sus cecas y periodos de emisión. (Abreviaturas: AR: Arelate, LU:
Lugdunum, TR: Tréveris, RO: Roma, AQ: Aquileia, SS: Siscia, TS: Tesalónica, CO: Constantinopla,
NI: Nicomedia, CC: Cícico, AN: Antioquia).

Si atendemos al origen de las monedas globalmente, veremos cómo los


aportes orientales representan una cifra elevada con un 33,3% del total,
destacando Cícico y Antioquía sobre Constantinopla y Nicomedia (figura 31).
Por otra parte, Roma ofrece trece numismas (18,5%) seguida por Arelate y
Tesalónica en una proporción mucho menor, además de Siscia y, ya con un solo
ejemplar, Lugdunum Tréveris y Aquileia.

Es preciso señalar que este comportamiento acerca de la procedencia


oriental del aprovisionamiento no coincide plenamente con los parámetros
habituales en los principales yacimientos mejor estudiados como pueden ser
Tarraco (17,5%), Grau Vell (23,5%), Baelo (23,7%) y Conímbriga (26,1%), siendo
quizás el Portus Ilicitanus el que ofrece más similitud con un 29% de ejemplares
procedentes de Oriente (Gozalbes, 1999: 85).

Entre las primeras incorporaciones al depósito con las que contamos para
el periodo 337-348 destacan los talleres occidentales, Roma, Siscia y todos los de
la Galia, frente a los orientales. El predominio que ostentan las cecas galas en
Hispania desde 337 (Abad, 1994: 156) no parece ser muy acentuado en nuestro
caso, sino que más bien tiende a equilibrarse con el resto de zonas emisoras,
hecho que puede deberse al carácter meridional y costero del asentamiento.

43
43
Para la siguiente fase que se inicia con la reforma de 348 y se prolonga
hasta 364, podemos contemplar en términos generales un aumento en la
diversificación del repertorio de cecas orientales (Abad, 1994: 156; Ripollés,
2002: 212), extremo que en nuestro caso se ve reflejado en el predominio de
Cícico, y en la aparición como novedad de la ceca de Constantinopla,
contribuyendo todo ello a un tímido intento de alcanzar la igualdad porcentual
con los talleres occidentales (Roma, Tesalónica, Aquileia y Arlés).

En una última etapa que se extiende hasta 395, aumenta con bastante
intensidad el porcentaje de cecas orientales dentro del numerario que surte a
Hispania, incremento debido a los contactos comerciales marítimos (Depeyrot,
1987: 89) y a la influencia política cada vez más acusada del poder imperial que
reside en Oriente (Cepeda, 2004: 108). Sin embargo, dicha zona emisora no
parece experimentar un gran auge en el Cerro de la Casa de la Condesa, ya que
aquí predomina ostensiblemente la ceca de Roma sobre los dos ejemplares
procedentes de Antioquía y Cícico.

Entre las leyendas de los reversos situadas en los exergos hemos podido
identificar dieciséis officinae lo que representa el 44,4% del total (Figura 32).
Estas marcas de ceca incluyen tanto letras latinas como griegas que representan
numerales alusivos a la officina (P, S, T, Q, ó A, B, ī, ǻ, ȯ) y suelen cerrar, o en
ocasiones iniciar, las abreviaturas del exergo que habitualmente comienzan con
las siglas SM (Sacra Moneta) para continuar con las iniciales que aluden a la
ciudad emisora. Esporádicamente aparecen símbolos, cuya interpretación se
nos escapa, como la hoja que se intercala en las marcas de las monedas de
Valente acuñadas en la ceca de Roma (nº 58 y 59), y que parecen ser indicativos
de series numismáticas específicas dentro de un determinado taller cuyo
funcionario responsable dejaba así su marca personal en ellas.

Las primeras emisiones cuyas sucursales registramos son orientales y


corresponden al tipo GLORIA EXERCITVS con la cuarta officina de Nicomedia
para la variante de la emisión urbana CONSTANTINOPOLIS, también la cuarta
pero de Antioquía para Constantino II y la primera del taller de Cícico en una
acuñación de Constante.

El repertorio más amplio lo muestran las acuñaciones de Constancio II


con un ejemplar inicial del tipo VOT MVLT de la primera officina de Antioquía,
otros tres pertenecientes a la serie del jinete caído que proceden de Tesalónica
(segunda), Cícico (quinta) y Antioquía (decimosegunda) y dos con reverso SPES
REI PVBLICE de Arlés (segunda) y Cícico (cuarta). Ya para concluir con las

44
44
emisiones de la familia constantiniana nos resta citar el FEL TEMP REPARATIO
de Constancio Galo de la primera oficina de Aquileia, así como el SPES REI
PVBLICE de Juliano de la primera del taller de Tesalónica (figura 29).

En cuanto a las producciones valentinianas, cabe indicar que la ceca de


Roma acapara los tres numismas documentados de la serie SECVRITAS
REIPVBLICAE salidos de la primera, tercera y cuarta oficinas, mientras que la
última marca identificada corresponde a la maiorina GLORIA ROMANORVM de
Teodosio producto de la primera officina del taller de Cícico (figura 30).

Podemos constatar, igualmente, alguna marca parcial donde sólo leemos


el final indicativo de la oficina como ǻ (nº 1) o ī (nº 54) sin que logremos
determinar en estos casos el taller de procedencia.

Además de las marcas dispuestas en los exergos documentamos otras


que hacen referencia al taller de procedencia en los estandartes de la serie
GLORIA EXERCITVS, tales como el crismón (nº 6 y 7), la S (nº 8), la M (nº 5) y
puntos a ambos de sus lados (nº 3). Asimismo aparecen en el campo de algunos
reversos FEL TEMP REPARATIO, sobre todo en su lado izquierdo, como por
ejemplo el nº 16 (D), el 19 y 20 (A), el 21 (·M·), el 22 (*) y el 40 (II). Por último la P
centrada en el campo de la nº 11 del tipo VICTORIAE DD AVGGQ NN y la
estrella de nuevo a la izquierda en el numisma nº 44 con reverso SPES REI
PVBLICE. Todas estas inscripciones parecen responder a series numismáticas
específicas de un taller, e indicarían variaciones en el peso y módulo de las
piezas.

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45
2.6. IRREGULARIDADES E IMITACIONES.

El defectuoso estado del material numismático no permite por lo general


obtener apreciaciones estilísticas sobre la iconografía que despliegan, salvo en
contadas excepciones. Normalmente, las imitaciones suelen presentar, además
de sus reducidas dimensiones, un arte tosco y sumamente esquemático con
leyendas irregulares ya sea en su factura o en su lectura (Marot, 2000: 800;
Arroyo, 1980: 91). Los tipos más imitados suelen ser FEL TEMP REPARATIO,
GLORIA EXERCITVS, VICTORIAE DD AVGGQ NN y SPES REI PVBLICE (Gozalbes,
1999: 90; Marot, 2000: 800-801).

Como podemos constatar en el apartado reservado a la metrología, el


posible carácter de emisiones de imitación de diversos ejemplares incluidos en
este conjunto podría asimismo argumentarse aludiendo a la merma en sus
características metrológicas, los cuales en nada respetan los patrones oficiales
imperantes y sólo rescatan la iconografía de los tipos monetarios que eran o
habían sido más populares.

En el primer grupo de producciones podemos destacar que la pieza


conmemorativa de Roma (nº 1) (figura 33) no encaja en absoluto con las
acuñaciones oficiales por su tosca y sumaria iconografía y, sobre todo, por su
reducidísimo módulo (11 mm.) y escaso peso (0,6 gr.), más acordes con el
patrón metrológico tardío de los AE4. Por tanto, creemos que debe tratarse de
una de las llamadas emisiones de imitación inspiradas en prototipos del periodo
330-341, pero probablemente acuñadas a fines del siglo IV o inicios del siglo V,
y que hasta el momento tan sólo se han documentado en algún tesorillo como
el de Barcino (Marot, 2000: 800; Lledó, 2004b: 211) y en yacimientos como
Baelo o Grau Vell (Sienes, 2000: 79, 81-82). Consideramos muy posible, además,
que en este caso pudiera haberse imitado el tipo R.I.C. 16 de Alejandría cuya
fecha corresponde a los años 337-340 (Kent, 1981: 539).

En cuanto a los nummi con reverso GLORIA EXERCITVS (nº 2-9), ninguno
supera los 1,4 gr., llegando a pesar la mitad en el caso del número 9 y arrojando
una media de 1,18 gr., de tal forma que se aleja de los 1,69 gr. de las emisiones
oficiales. Por otra parte, el peso medio de la serie VICTORIAE DD AVGGQ NN
resulta ser un poco más elevado con 1,37 gr., en tanto contamos con una
posible imitación perteneciente a este grupo (nº 13), cuyo anverso y reverso se
han realizado de forma sumaria, aunque su deplorable estado de conservación
no nos permite ir más allá.

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Figura 33. Imitación del tipo Urbs Roma (pieza nº 1, mide 11 mm. y pesa 0,6 g.).

Por lo que respecta a la serie del jinete caído (nº 16-40), cuyas frecuentes
copias de factura, peso y dimensiones irregulares parecen haber sido acuñadas
incluso en momentos del siglo V (Ripollés, 2002: 213), debemos reseñar al
menos un ejemplar cuyo retrato degenerado en el anverso y sus menguadas
características metrológicas denotan que corresponde a una de esas imitaciones
(nº 31) (figura 34). Estas se han registrado en tesorillos y hallazgos del norte
peninsular compuestos básicamente por AE3 y AE4, hecho apreciable de igual
forma en yacimientos del sur como Casabermeja y Riogordo en Málaga, Baelo
en Cádiz y La Lantejuela y Sevilla, ambas en esta última provincia andaluza
(Sienes, 2000: 118).

Figura 34.Imitación del tipo FEL TEMP REPARATIO (pieza nº 31, mide 10 mm. y pesa 0,5 g.).

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Asimismo, en este grupo con reverso FEL TEMP REPARATIO observamos
once ejemplares (44%) con módulo inferior o igual a 15 mm., e igual número
que arroja un peso inferior a la media de nuestra serie que es de 1,74 gr. Resulta
evidente que estos pesos se encuentran lejos de los parámetros de este tipo en
AE3, que alcanzaba 2,68 gr. desde el año 354, de manera que este patrón sólo
se ve superado por el ejemplar nº 20 con 3,1 gr. si bien contamos con cinco
monedas que superan los dos gramos. También algo distanciada del estándar
oficial podemos mencionar la serie SPES REI PVBLICE, que correspondía ya a la
denominación de AE4, y que arroja un peso medio de 1,53 gr.

Volvemos a observar, en momentos de las fases correspondientes a las


acuñaciones valentinianas y teodosianas, la ya comentada reducción de peso y
módulo en numismas de las series SECVRITAS REIPVBLICAE (nº 60, 62) y
VICTORIA AVGGG (nº 68 y 69), siendo estos dos últimos ejemplares de
reducidísimas dimensiones, de ahí su denominación de minimi. Inscrita sobre el
último ejemplar mencionado de Teodosio (nº 69) (figura 35) podemos
documentar una tipografía defectuosa en su reverso, donde además echamos
en falta una “G” de la leyenda VICTORIA AVGGG. Es este un fenómeno
degenerativo que afecta a las leyendas en tipos monetarios también de la
segunda mitad del siglo IV, y que se ha documentado, entre otros lugares, en
Valencia (Arroyo, 1980: 93), Tarragona y los depósitos de Torre y de Galiana
(Sienes, 2000: 62, 66 y 79).

Conservamos, por tanto, ejemplos de imitaciones de diferentes prototipos


de todo el siglo IV: VRBS ROMA (337-340), FEL TEMP REPARATIO (350-361) y
VICTORIA AVGGG (383-388), aunque sólo el tipo del caballero caído fue
verdaderamente popular como tipo a imitar, siendo los dos ejemplares restantes
mucho menos frecuentes (Marot, 2000: 801-802). Todos ellos son claramente
identificables como los mencionados minimi, a cuyo patrón metrológico cabría
añadir, con las debidas reservas, tres monedas más de entre las indeterminadas
(nº 79, 81 y 83) sin olvidar que, aunque dificultado por la mala conservación y la
escasa calidad numismática del conjunto, podríamos atisbar algún otro (nº 68),
especialmente entre los nummi con reversos FEL TEMP REPARATIO (nº 29, 38 y
39) y SPES REI PVBLICE (nº 52).

Las constantes devaluaciones a que era sometido el numerario y


finalmente su escasez llevarían incluso al extremo de partir o recortar el metal de
los AE3 en circulación, sobre todo a partir del cese de su producción en el
segundo cuarto del siglo V y durante el siglo VI, con objeto de adaptarlos al
sistema de AE4 y a las consecutivas reducciones de peso que estos sufrían

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(Marot, 2000-2001: 137). Algunos de nuestros numismas parecen haber sufrido
cortes premeditados (nº 17,18, 26, 27, 33 y 60) (figura 36), si bien la
conservación general del depósito muestra numerosas deficiencias que hacen
que algunos aparezcan fragmentados y sea difícil relacionarlos con roturas
intencionadas. En dos de las piezas indeterminadas (nº 79 y 81) se observa
cómo, o bien se acuño sobre un cospel mucho más reducido que el cuño, o
quizás se ha cortado un módulo redondo de 11-12 mm. a partir de un cospel
que originariamente era mucho mayor.

Figura 35. Imitación del tipo VICTORIA AVGGG (pieza nº69, mide 12 mm. y pesa 0,8 g.).

Figura 36. Pieza del tipo FEL TEMP REPARATIO con recorte (pieza nº 26, peso 1,4 g.).

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Figura 37. Posibles imitaciones de los tipos VICTORIAE DD AVGGQ NN (nº 13) y FEL TEMP
REPARATIO (nº 38 y 39).

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2.7. FECHA DEL OCULTAMIENTO.

La pieza que podemos tomar como término post quem para conocer la
fecha del ocultamiento de estas monedas es la maiorina de Teodosio con
reverso GLORIA ROMANORVM (nº 70), la cual corresponde al tipo 27a de la
primera officina de la ceca de Cícico (Pearce, 1972: 246), y fue acuñado desde
enero del año 393 a enero de 395 d. C. (Cepeda, 2000: 164). Este tipo
numismático en AE2, unido al emitido previamente en los años 381-387, como
es REPARATIO REIPVB, gozó de una amplia implantación, más marcada en la
Bética y Lusitania, y a pesar del corto periodo de acuñación y de su
desmonetización en el año 395, fue objeto frecuente de tesaurización. Ambos
numismas aparecen formando parte del circulante de finales del siglo IV y
cerrando numerosos depósitos en las primeras décadas del siglo V, de lo que
podemos citar algunos ejemplos procedentes del sur peninsular cuya última
emisión corresponde a dichos AE2 como sucede en Cádiz (Los Algarbes, Tarifa),
Jaén (Cástulo-1959), Córdoba (Navaluenga, Blanco Belmonte, Montoro, Pangía
y Llano Medina), Sevilla (Itálica, La Lantejuela, Orippo y Palmar de Troya),
Extremadura (Torrecaños y Garciaz) y en Portugal (Manta Rota (Faro)) (Cepeda,
2000: 176). En la provincia de Málaga estos GLORIA ROMANORVM se
encuentran profusamente representados, hecho que se ha relacionado con su
zona de llegada a la Península (San Vicente, 1999: 587), por lo que aparecen
tesorillos de AE2, entre otras localizaciones, en Manilva (Rodríguez, 1979: 838-
845), Ronda (Aguayo et alii, 2001: 782), Coín, Campillos, Antequera, El Valle de
Abdalajís (Gozalbes, 2002: 149-150), Estepona (Abad, 1989: 249), disponiendo
igualmente de algunos hallazgos aislados registrados en Marbella (Mora,
Beltrán, 1993: 74-77), Alhaurín (Andérica, 1983: 62-63), Cártama (Mora, 1993:
138) y, más tímidamente, en la ciudad de Málaga (Mora, 2005: 239-241).

Respecto a su encuadre cronológico, constatamos que la perduración de


estos numismas se ha documentado con cierta frecuencia durante el siglo V
(Marot, 2000-2001: 134-135; Cepeda, 2000: 175) e incluso en contextos
arqueológicos del siglo VI (Marot, 2000: 802), tendiendo a circular lejos de su
fecha de acuñación a pesar de su supuesta desmonetización en 395 y de la
pretendida usurpación de estos territorios por parte de Eugenio (San Vicente,
1999: 589). Dicha perduración se ha postulado para las mencionadas provincias
del sur hispano donde abundan, en consideración al desgaste de las piezas que
presuponía un largo periodo de amortización, aunque progresivamente van
apareciendo evidencias arqueológicas que la respaldan, como podría ocurrir en
el caso de Baelo (Marot, 1996-1997: 1001), y sobre todo en la Tarraconensis. En
el vertedero del foro provincial de Tarraco se llevan las emisiones en AE2 al 440-

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450 tomando como referencia una clara datación de los materiales que las
acompañan (Lledó, 2004b: 271-272).

Por lo que respecta a las imitaciones, baste recordar en este sentido los
casos de Tarraco, Barcino y Rhode, donde predominan como tipos imitados FEL
TEMP REPARATIO y SPES REI PVBLICE, los cuales no se encuentran en contextos
arqueológicos del siglo IV sino que ofrecen en todos los casos fechas avanzadas
de los siglos V y VI (Marot, 2000: 801). De igual forma, la cronología de las
emisiones de imitación presentes en este yacimiento del Cerro de la Casa de la
Condesa (nº 1, 31 y 69) parece apuntar claramente a momentos tardíos, es
decir, bien entrado el siglo V. Creemos que estas imitaciones, caracterizadas por
su ínfima metrología, debieron ser acuñadas en ámbitos locales o regionales en
unos momentos en los que era necesario hacer frente a la falta de suministro
monetario procedente de las cecas oficiales (Marot, 2000: 803). En
consecuencia, estos minimi, sumados a otras incorporaciones extraoficiales tales
como las piezas manipuladas mecánicamente, se adaptarían ya en el siglo V al
patrón metrológico de AE4, a la par que convivirían con una reutilizada masa
monetaria del siglo IV, y tratarían así de paliar la ausencia de renovación
procedente del aprovisionamiento imperial, dando de esta forma continuidad a
una economía monetaria que, como vemos en algunas ciudades portuarias
como Barcino (Lledó, 2004b: 592) o Malaca (Mora, 2001: 136), se siguió
mostrando dinámica incluso hasta el siglo VI.

La amortización de las piezas a largo plazo y el recorte de las mismas para


adaptarlas al patrón de los AE4 impuesto a partir de 395, es un aspecto que
puede también argumentarse para la datación del conjunto del Cerro de la Casa
de la Condesa si atendemos al alto grado de desgaste que mayoritariamente
presentan por un lado y al número de monedas cortadas por otro.

Algunos tesorillos paralelizables con el nuestro por su mala conservación


pueden ser en el caso de la Bética, Tarifa y Manilva, cuya ocultación se ha
relacionado con las oleadas vándalas en el año 421 y su posterior paso del
Estrecho de Gibraltar en 429, mientras que en la zona norte continental y en la
Carthaginensis, también a partir de 420, cabe recordar los ejemplos de Clunia,
Conímbriga E, Conímbriga A, Castro de Fiaes I y Castro de Fiaes II (San Vicente,
1999: 600)

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52
CAPÍTULO 3. LA OCUPACIÓN HUMANA DURANTE EL
PERÍODO BAJOIMPERIAL.

Antes de abordar el estudio de la ocupación humana durante la fase a la


que podemos adscribir este hallazgo numismático, como es el Bajo Imperio,
parece conveniente recordar que se trata de una zona que en la Antigüedad
tardía formaba parte del antiguo ager suelitanus, territorio que podemos decir
es muy mal conocido en términos generales, siendo ésta una cuestión que se
hace particularmente grave si nos alejamos de la franja litoral, espacio
geográfico este último que resulta ser el único en el que hasta el presente se
han documentado yacimientos pertenecientes a este período que ahora nos
ocupa, tratándose por lo general de yacimientos de los que a veces solamente
se han publicado algunas escuetas noticias.
Tradicionalmente el área comprendida entre el río Fuengirola y el arroyo
de La Cala ha sido una zona idónea para la existencia de instalaciones
destinadas a la agricultura, como vemos ya desde el siglo VI a. C. en el enclave
de Roza de Aguado (Suárez et alii, 2001: 627-629). En este lugar, situado algo al
interior, se excavó parcialmente una estructura de planta rectangular que
parece corresponder con una pequeña unidad productiva, al modo de los
modernos cortijos, la cual fue erigida mediante un alzado de tapial que se
levanta sobre un zócalo de piedras. Una de sus principales características es la
aparición de una cultura material en la que se encuentran indistintamente
elementos cerámicos indígenas y fenicios, pero en la que abundan sobre todo
los recipientes destinados a almacenamiento y transporte de alimentos,
particularmente las ánforas.
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Figura 38. Vista de la edificación rectangular de Roza de Aguado.

Ya adentrándonos en la fase que ahora nos incumbe cabe indicar que el


poblamiento gira en torno a un asentamiento principal, Suel en el actual Cerro
del Castillo, alrededor del cual se localizan algunas villas, como son Cortijo de
Acevedo, Butibamba, Finca del Secretario y Torreblanca del Sol, teniendo
presente que yacimientos como la Butiplaya desaparecen durante el siglo III d.
C. (Corrales, 2001: 345-346). Una indudable dificultad con que contamos a la
hora de abordar este período es la total falta de datos relativos a las áreas de
enterramiento, pues no tenemos el menor dato acerca de ninguna de ellas,
tanto si nos referimos a Suel como si nos fijamos en las diversas villas que
acabamos de mencionar.

En realidad debemos reconocer que es muy poco lo que conocemos


sobre Suel en estos últimos siglos de vida del Imperio, pues varias de las
intervenciones realizadas esperan aún su publicación. Desde el punto de vista
de las fuentes literarias tan sólo aparece citada en las localidades recogidas en el
Itinerario de Antonino (405, 8), fechado en el siglo IV d. C., así como en el
Anónimo de Rávena (305, 7 y 344, 1) de los siglos VI-VII (Rodríguez, 1981: 53).

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Casi toda la información nos remite a las instalaciones industriales de que
se dotó la ciudad, como sería un horno para la fabricación de objetos de vidrio
que ha sido datado hacia el siglo IV d. C. (Hiraldo et alii, 2006: 734), y una serie
de piletas de salazón de pescado muy próximas a la playa que, a tenor de los
materiales que las colmataban debieron estar en uso hasta esta última centuria
(Corrales, Mora, 2005: 183).

En cuanto a los restos materiales que podemos adscribir a esta fase


bajoimperial, cabe citar la existencia de terra sigillatas africanas C y D
pertenecientes a las formas Hayes 50 A y B, 61, 76 y 99, así como algunas
lucentes (Hiraldo et alii, 1999: 408; Hiraldo et alii, 2006: 733), sin olvidar dos
sólidos de oro con la efigie del emperador Honorio (Corrales, Mora, 2005: 183).

Figura 39. Piletas de salazón de pescado de Suel.

Algo más al norte, en el valle del río Fuengirola, se sitúa la villa del Cortijo
de Acevedo, de la que para esta fase, los siglos IV-V d. C., únicamente se
conocen una serie de estancias de reducidas dimensiones que han sido
consideradas como posibles almacenes sin que aún esté claro si podrían
corresponder a la pars frumentaria o a la pars rustica de la misma, por lo que
nada sabemos de la zona residencial. En otras dependencias, algo mayores esta
vez, se han recogido restos de objetos de vidrio, fragmentos de mármol, agujas
de hueso, clavos de hierro, restos de plomo y escorias de un metal no
determinado (Rodríguez, Loza, 1991; Corrales, 2001: 351).

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Figura 40. Piletas y estructuras de la villa del Cortijo de Acevedo.

En la Butibamba, villa antaño situada sobre una elevación en plena línea


de costa, se ocupa la parte más occidental del yacimiento tras su decadencia en
el siglo III d. C., habiéndose dado cuenta de la existencia de materiales que
perduran hasta la siguiente centuria, además, es ahora cuando se ciega un
antiguo pórtico dividiéndolo en varias estancias de dimensiones más pequeñas
(Beltrán, Loza, 2007: 201-202).

La zona limítrofe al cerro de la Casa de la Condesa se asocia a una villa


que se ubicaba en la orilla opuesta del arroyo de la Realenga. Su último tramo
es conocido como arroyo del Tejarillo por los restos cerámicos que aparecían en
ambas orillas y en su cauce. Dicha villa y su necrópolis fueron completamente
destruidas por la ampliación de la autovía, la construcción de edificios y la
canalización y embovedamiento del arroyo. Únicamente quedan algunos
vestigios en la superficie del cerro y junto a la desembocadura del arroyo,
aunque sumergidos bajo las aguas. En este punto, cuya localización es muy
cercana a la costa, aparecen restos de ánforas, dolias, ladrillos, tégulas y trozos
de opus incertum que han debido ser arrastrados por las crecidas del arroyo
hasta el mar.

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Figura 41. Ánfora olearia visible junto a la desembocadura del Arroyo de la Realenga.

En cuanto a la Finca del Secretario, cabe señalar que son estos sus
momentos finales, ya que será abandonada en el siglo IV d. C. Aquí se
documentó la existencia de unas termas pertenecientes a una villa que en la
Antigüedad debió estar situada en la línea de costa, la cual contaba con varios
hornos para confeccionar ánforas destinadas a contener salazones de pescado
como evidencian las piletas detectadas, conociéndose, además, la presencia de
vertederos en los que se arrojaban los productos defectuosos de estos hornos
(Villaseca, Hiraldo, 1993: 385-386; Villaseca, 1997: 261-263).

Entre los materiales conocidos de este emplazamiento y que pueden


fecharse en estos siglos se encuentran una serie de placas cerámicas en relieve
decoradas con motivos vegetales y geométricos, las cuales todavía conservan
restos de policromía (blanco y rojo) así como, en ocasiones, también de
argamasa dado su carácter de recubrimiento ornamental (Loza, 1995: 586),
habiéndose defendido que se trata de piezas elaboradas en talleres locales que
trabajaban de manera independiente de los norteafricanos (Loza, 1991-92:
252). Del mismo modo, podemos recordar la aparición de vasos de sigillata
africana tipo D, en concreto fragmentos de ejemplares pertenecientes a las
formas Hayes 58A y 61A, amén de cerámicas de cocina (Atencia, Márquez,
1978: 80).

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Figura 42. Villa de la Finca del Secretario. Zona de las termas.

Nos resta comentar los hallazgos efectuados en Torreblanca del Sol para
este período, por lo que nos interesa ahora su segunda fase, que ocupa desde
mediados del siglo III a finales del IV d. C.; es en este momento cuando la zona
termal de la villa es completamente remodelada para convertirla en piletas de
salazón que conforman una pequeña factoría en la que han podido
documentarse, además de las piletas ya citadas, canalizaciones para la
conducción de agua y un aljibe. Entre los materiales arqueológicos exhumados
cabe mencionar las lucernas paleocristianas y las terra sigillatas africanas, en
particular las pertenecientes a la clase D (Puertas, 1986-87: 147-148; 1991-92:
235-236). Así mismo, se conocen varias placas cerámicas en relieve, de las que
se ha sugerido fueron reutilizadas tras haber sido extraídas de la villa del
Secretario una vez que ésta fue abandonada (Loza, 1995: 586).

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Figura 43 .Villa de Torreblanca. Zona de las termas.

Como hemos podido comprobar tras este somero repaso a la escasísima


información disponible para estos siglos finales del Imperio romano, las villas
parecen basar su potencial económico en la explotación de los recursos
marinos, en lo que supone una cierta reactivación de este tipo de actividad
económica que en la zona malacitana decaerá definitivamente en el transcurso
del siglo V d. C. (Corrales, Mora, 2005: 180), iniciándose esta reactivación
justamente en unos momentos en el que el aceite bético es sustituido en Roma
por el procedente del norte de África (García, Ferrer, 2001: 591-593).

Se advierte en estas edificaciones una serie de transformaciones respecto


a las etapas precedentes, señal de una acomodación a los nuevos tiempos, en
los que ya no se explota el mármol de las canteras de Mijas como se había
hecho durante el Alto Imperio, pues ésta cesa a lo largo del siglo III d. C. siendo
a partir de entonces prácticamente residual (Beltrán, Loza, 2003: 44-46).

Factores como la inestabilidad política, la creciente presión fiscal de un


estado imperial cada vez más voraz, unidas a las revueltas sociales y a la presión
de los pueblos bárbaros hacen de este siglo una etapa conflictiva en la que,
aunque ciertamente se produjo un auge de las villas, verdaderos centros

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económicos (Fernández, 1974: 16), aún así la decadencia durante esta centuria
de las ciudades hispanas no fue tan acusada como se ha planteado hasta no
hace mucho (Arce, 1986: 104), ya que no afectó a todas por igual, sino que lo
hizo fundamentalmente sobre aquellas que se basaban en el antiguo modelo
esclavista alto imperial, lo que supuso un cambio en un modo que ahora gira
cada vez más en torno al ámbito rural. Como es lógico todo ello representará
una fuerte convulsión social que afectara de distinta forma a los distintos grupos
que conforman la sociedad romana bajo imperial (López, 1988: 275-276).

Por otro lado, el abandono de la Finca del Secretario en el siglo IV d. C.,


unida a la presencia de signos de que las monedas del Cerro de la Casa de la
Condesa estuvieron en contacto con el fuego quizás a comienzos del siglo V d.
C., denotan la existencia de algún suceso que convulsionó esta zona. Aunque,
dada la total falta de contexto de estas amonedaciones resulta imposible
establecer con precisión cuál pudo ser la causa de su ocultación, parece
probable que ésta deba ponerse en relación con algún suceso acaecido no en
el siglo IV d. C., sino ya en la siguiente centuria. Hemos de confesar que en este
sentido resulta difícil discernir si se trató de un incendio fortuito o éste estuvo
relacionado con alguna revuelta social como pueden ser los bagaudas, aun
cuando la actividad de estos últimos se centró sobre todo en la Tarraconense
(Tovar, Blázquez, 1982: 151-152) o incluso con la invasión de bárbaros que tuvo
lugar el año 409 y que perduró hasta el 411 d. C., llevando a los vándalos a la
Bética con resultados devastadores.

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4. CONCLUSIONES.

Una vez estudiadas estas monedas cabe plantear algunas conclusiones


que podemos deducir del mismo. Así, en primer lugar hemos de examinar la
fecha de su ocultamiento, pues si bien en una primera instancia podríamos
inclinarnos a pensar que se trata de un ocultamiento realizado a finales del siglo
IV d. C, más concretamente el año 395, como resultado de valorar la cronología
aportada por la moneda más reciente que, en esta ocasión, corresponde a un
numisma acuñado por Teodosio I, tal vez debamos retrasar esta fecha si
tenemos presente la continuidad que presentan estas monedas a tenor de
diversos contextos en los que han aparecido, así como de una serie de
numismas, en este caso las imitaciones, que no pueden datarse antes del 400 d.
C. (Marot, 2000: 801).

En efecto, en la actualidad queda fuera de dudas que gran parte de la


masa monetaria acuñada en el siglo IV continuó en circulación hasta bien
entrado el siglo V e incluso las primeras décadas del VI d. C. (Marot, 2000-2001:
134; Ripollés, 2002: 214). Ejemplos como el de la Tarraconense avalan esa
afirmación, señalando la perduración de numerario en la circulación monetaria
sobre todo tras los sucesos que tuvieron lugar el año 409, fecha en que los
bárbaros entran en Hispania, circunstancia que vino a representar el cese del
abastecimiento monetario desde el exterior (Lledó, 2004a: 121-122). Más cerca
desde el punto de vista geográfico también los recientes hallazgos efectuados
en Algeciras avalan esta afirmación, por cuanto en las excavaciones practicadas
estas monedas del siglo IV han sido recogidas en contextos que alcanzan las
primeras décadas del siglo VI d. C. (Arévalo, Bernal, 2004: 246).

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61
Cabe apreciar cómo durante todo el período cronológico que abarca
nuestro estudio conviven las amonedaciones oficiales junto a una masa
monetaria de carácter irregular, tal y como acontece en Málaga (Mora, 2005:
239). Por tanto, presenciamos aquí los efectos de las sucesivas devaluaciones
realizadas sobre el numerario, lo que se suma a alguna escasa representación
de las emisiones de imitación, todo ello unido a la alteración de piezas, que
amplían la cronología a momentos del siglo V.

Las fechas de emisión de los primeros numismas y del último distan unos
sesenta años, espacio temporal que podría dilatarse si tenemos en
consideración la existencia de imitaciones y recortes que corresponderían ya a
momentos del siglo V. Por tanto, este atesoramiento se realizaría a lo largo de
una o, tal vez, dos generaciones en el seno de un asentamiento costero
mediterráneo con relevantes relaciones comerciales con núcleos urbanos, Suel y
Malaca, y con el Norte de África. Todo ello encaja con lo poco que sabemos al
respecto de las irregularidades que caracterizan ciertos aspectos de la
circulación monetaria en el siglo V y de los asentamientos y depósitos que las
albergan (Marot, 2000-2001: 135).

No cabe duda que este ocultamiento debe relacionarse con algún suceso
violento, como pone de manifiesto el hecho de que algunas de ellas muestran
signos de haber estado en contacto con el fuego. Sin embargo, resulta
imposible aventurar cuál pudo haber sido la causa que lo originó el incendio de
esta villa, ya que no cabe descartar un acontecimiento fortuito, por más que la
cronología no impida en absoluto que podamos vincularla con algún saqueo
provocado por la invasión bárbara de vándalos que asoló el mediodía
peninsular a comienzos del siglo V d. C. y antes de que éstos pasaran el Estrecho
de Gibraltar camino de Cartago.

En este sentido cabe recordar algunos episodios de abandono o


destrucción se han producido en torno a algunos depósitos, principalmente de
AE2, en lugares diversos como Manilva, Conimbriga A y E, Fiães I, Solar C/ Gavín
(Zaragoza), Punta de I’Illa en Cullera (Marot, 1996-1997: 998).

En definitiva, podemos decir que nos encontramos ante un hallazgo


monetario que cabe vincular con una villa costera perteneciente al ager
suelitanus, y de la que apenas sabemos nada pero que estuvo en uso al menos
durante los siglos IV-V d. C., villa que probablemente resultó destruida por un
incendio, no sabemos si provocado, tal vez en las primeras décadas del siglo V
d. C.

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69
69
70
70
CUADRO INVENTARIO DEL OCULTAMIENTO MONETARIO.

ABREVIATURAS EMPLEADAS:

I: número de inventario / número de ilustración.

II: leyenda del anverso.

III: leyenda del reverso.

IV: marca de ceca. (c)=campo, (ci)=campo izquierda, (est)=estandarte.

V: ceca y referencia bibliográfica (R.I.C. XIII y IX).

VI: cronología de las emisiones.

VII: peso (gr.).

VIII: módulo (mm.). AE2 (21-23 mm.), AE3 (13-20 mm.), AE4 (10-12 mm.).

IX: posición de cuños (h.).

71
71
72
72
CUADRO-INVENTARIO.

73

73
74

74
I II III IV V VI VII VIII IX

337-340

1 [vrbs-rom]A Anepígrafa. Tipo Loba >«@ǻ - (337-340) 0,6 11 6

2 [constan-tinopoli] GL[or-ia e]XE[rc]-ITVS [s]MNǻ NICOMEDIA 17 (337-340) 1,5 14 12

3 CONST[an]-TINVS AVG [glor-ia exerc-itvs] 60$1ǻ ANTIOQUÍA 51 (337-340) 1,4 16 11

4 [vic constantinv]S AVG [glor]-IA EXER[c-itvs] R*[p/q] ROMA 24 (337-340) 1,3 15 6

5 [constans]-PF AV[g] [gl]ORI-A EXER-[citvs] M (est) TRÉVERIS ¿110-112? (337-340) 1,4 15 12

6 CON[...] [gl]OR-IA EXER[c-itvs] Chi-ro (est) SISCIA (337-340) 1,0 14 6

7 CONS[...] GLOR-[ia exerc-itvs] Chi-ro (est) SISCIA (337-340) 1,0 15 6

8 [consta]N[…] [glor-ia exer-citvs] S (est) LUGDUNUM 13-16 (337-340) 1,2 14 12

9 CONS[ta]-NS P[f] AV[g] GLO[r ÂL-a exer-citvs] SMKA CÍCICO 13 (337-340) 0,7 15 6

10 [d n fl] CONSTAN[s avg] SEC[vr]ITAS [rei p] - ROMA (337-340) 1,7 15 12

347-348

11 CONST[…] [vic]TORIAE DD AV[ggq nn] P (c) ARÉLATE 83-87 (347-348) 1,4 14 5

12 CONS[tan]T[i-vs pf avg] [vic]TORIAE DD [avggq nn] - - (347-348) 1,2 15 12

13 - [victoriae] DD AV[ggq nn] - - (347-348) 1,5 14 5

14 - [vic]TORIAE DD [avggq nn] - - (347-348) 1,4 13 12

15 [dn constan]-TIVS PF AVG VOT XX MVLT XXX ANTA ANTIOQUIA 118 (347-348) 1,4 15 6

75

75
350-361

16 [dn constan]TIVS PF AVG FEL TEMP R-EPARATIO D (ci) ARÉLATE 222 (353-355) 2,5 18 12

17 [dn cons]TAN-TIVS [pf avg] F[el temp]-REPARATIO RQ ROMA ¿272? (352-355) 1,9 20 6

18 [dn constantivs pf avg] [fel temp repar]ATIO [r]·M·[p] ROMA 314 (355-361) 1,7 16 6

19 [constan-]TI[vs pf] AVG FEL TEMP-REPARATIO A (ci) TESALÓNICA 189 (350-355) 2,1 16 12

SMTS

20 [dn co]NSTAN-TIVS [pf a]V[g]? [f]EL TEMP-REPARAT[io] A (ci) TESALÓNICA 189 (350-355) 3,1 15 5

21 […]ONSTAN[…] [f]EL TEMP R-[eparatio] ·M· (ci) CONSTANTINOPLA (355-361) 1,9 15 5

137,139,142,144

22 DN [constantiv]S PF AVG FEL TEMP-REPARATIO * (ci) CÍCICO 113 (355-361) 1,6 18 11

S[m]Kȯ

23 [dn constan]TIVS P[f avg] FEL TEMP [reparatio] SMK[…] CÍCICO ¿110? (355-361) 1,7 15 6

24 [dn constan-tivs pf avg] [fel temp re-p]ARATIO ANBI ANTIOQUIA 132 (350-355) 1,5 15 7

25 DN CONS[tan]TIVS PF AV[g] FEL TEMP-REPARATIO - - (353-358) 2,6 18 7

26 D[n constantiv]S PF AVG [fel temp] REPARATIO - - (353-358) 1,4 19 5

27 [dn constan]TIVS PF AVG [fel temp re]PARAT[io] - - (353-358) 1,1 17 7

28 [dn]CON[stantivs pf avg] [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,6 17 12

29 [dn c]ONSTAN[tivs pf avg] [fel temp repa]RA[tio] - - (353-358) 1,3 12 12

30 [dn c]ONSTAN[tivs]PF AVG [fel temp reparatio] - - (353-358) 2,2 17 12

31 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 0,5 10 6

76

76
32 - [fel] TEMP-[reparatio] - - (353-358) 1,7 17 6

33 DN CONST[antivs pf avg] [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,8 17 6

34 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,0 15 6

35 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,8 15 12

36 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 2,2 15 6

37 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,5 15 7

38 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,6 17 12

39 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,5 14 12

40 DN CONSTANTIVS [fel temp] REPARATIO II (ci) AQUILEIA 209 (352-354) 1,9 19 6

IVN NOB C AQP

355-363

41 [dn constan]-TIVS PF A[vg] [spes rei -p]VBLICE SCON ARÉLATE 275 (355-360) 2,0 15 6

42 DN [constan]-TIVS PF AVG [spes rei-pvblice] 60.ǻ CÍCICO 117 (355-361) 1,9 16 12

43 DN CONSTAN-TIVS [spes rei-pvblice] […]MK[…] CÍCICO ¿117? (355-361) 1,9 16 12

PF AVG

44 DN IV[lia-nvs pf a]VG SPES [rei- pvblic]E * (ci) TESALÓNICA 216 (355-361) 1,5 16 12

SMTSA

45 DN CON[stantivs pf avg] [spes rei]-PVBLICE - - (355-363) 1,6 15 1

46 DN CON[stantivs pf avg] SPES REI [pvblice] - - (355-363) 1,0 16 6

47 DN CONSTAN[tivs pf avg] SPES REI [-pvblice] - - (355-363) 2,1 16 6

77

77
48 [dn] CONSTAN[tivs pf avg] [spes rei-pvblice] - - (355-363) 1,3 14 6

49 DN CONS[tantivs pf avg] SP[es rei-p]VBLICE - - (355-363) 1,1 15 7

50 - [spes rei- pvblice] - - (355-363) 1,8 15 12

51 - [spes rei-pvblice] - - (355-363) 1,6 14 6

52 [dn constan]TIVS PF AV[g] [spes rei]-PVBLICE - - (355-363) 0,6 13 6

364-378

53 [valens]-PF AVG [gl]ORIA RO-[manorvm] - - (364-378) 1,2 15 12

54 [valen-s pf ] AVG [gloria ro-m]ANORVM >«@ī - (364-378) 1,6 15 6

55 - [gloria ro-manorvm] - - (364-378) 1,6 16 6

56 - [gloria ro-manorvm] - - (364-378 ) 1,0 15 ¿6?

57 - [secvritas reipvblicae] ¿ANT[…]? ¿ANTIOQUIA 12 ? ¿ 364-367 ? 1,2 14 6

58 DN VALEN-S PF AVG SECVRITAS REIPVBLICAE


SM 5 RP
ROMA (364-378) 2,4 18 7

24 b-8 / 28 a-8

59 [d]N VALEN-S PF [a]VG SECVRITAS REIPVB[licae]


SM 5 RT
ROMA (364-378) 1,8 19 12

24 b-15 / 28 a-15

60 [dn va]LEN-[s pf avg] SECVRI[tas reipvblicae] R· QVART[a] ROMA (364/378) 1,1 16 7

17 b / 24 b (tipo 12-b)

61 [dn v]ALE[n]-S PF AVG SECVRITAS REIPVBLICAE - - (364-378) 3,1 18 7

62 ¿[dn va]LEN-[s pf avg]? [secvritas reipvblicae] - - (364-378) 1,1 15 12

63 - [secvritas] REIPVB[licae] - - (364-378) 1,8 14 5

78

78
378-395

64 DN GRATIA-NVS PF AVG REPARATIO-REIPVB [s]MR[…] ROMA 43 a (378-383) 4,1 23 1

65 DN [g]RA[tia]-NVS P[f] AV[g] [reparat]IO [reipvb] [s]MR[…] ROMA 43 a (378-383) 5,0 22 12

66 DN GRATIA-NVS PF AVG VOT XV MVLT XX - ROMA 51a (378-383) 1,6 14 12

67 DN GRA[tia]-NVS PF AVG Tipo VOT MVLT - ROMA 50/ 51a (378-383) 1,7 14 6

68 [dn valen]TINIA[nus pf avg] [victori-]A A[vggg] - ¿ROMA 57 a ? (383-388) 1,1 12 7

69 DN THEODO-[sivs pf avg] [vict]ORIA AVGG[g]? - ¿ROMA 57 c ? (383-388) 0,8 12 1

70 DN THEODO-SIVS PF AVG GLORIA ROMANORVM SMKA CÍCICO 27 a (393-395) 4,8 21 5

INDETERMINADAS

71 ¿[dn cons]TANT-[ivs pf avg]? - - - - 1,6 16 ¿?

72 Busto a derecha ¿dos victorias? - - - 1,6 16 ¿?

73 Busto a derecha - - - - 1,4 13 ¿?

74 Busto a derecha ¿victoria? - - - 1,4 15 ¿?

75 Busto a derecha - - - - 1,0 13 ¿?

76 Busto a derecha figura masculina - - - 1,5 16 6

77 Busto a derecha figura masculina - - - 1,1 15 8

78 - figura masculina - - - 1,2 14 ¿12?

79 - - - - - 1,0 12 10

80 Busto a derecha figura masculina - - - 1,1 12 ¿?

81 - - - - - 0,9 11 ¿?

79

79
82 - - - - - 1,2 13 ¿?

83 - ¿dos victorias? - - - 1,5 10 ¿?

80

80
CUADRO GENERAL.

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CULTURA

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