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TRABAJO FINAL

PROBLEMAS GEOGRAFICOS
LATINOAMERICANOS

1º CUATRIMESTRE
2008
Tema:
Desigualdad Social en Latinoamérica

Problemática:
Asentamientos marginales en Brasil

Problema bajo estudio:


Contraste socio-territorial por la instalación de las Favelas en Río de Janeiro

Justificación:
No es nuevo decir que Latinoamérica se caracteriza por la existencia y persistencia de
niveles de desigualdad en el nivel de desarrollo de personas, grupos y regiones muy por
encima de otros continentes.
Dentro de la región latinoamericana nos interesó estudiar el problema de la desigualdad
social en Brasil, debido a que la enorme concentración del ingreso y de la riqueza es
marca registrada en este país, que hasta es llamado “el país de los desiguales”; y
particularmente decidimos poner énfasis en la organización espacial de las favelas de
Río de Janeiro donde nos pareció impactante ver, en una ciudad tan importante, cómo la
pobreza y la opulencia conviven lado a lado.

Objetivos Específicos:
- Analizar los procesos que propiciaron los asentamientos marginales de las
favelas en Río de Janeiro.
- Investigar acerca de la desigualdad social y territorial en Brasil medida en la
existencia o no de una marcada brecha entre ricos y pobres.
- Analizar en qué condiciones (salud, higiene, vivienda, etc.) viven los residentes
de estos asentamientos marginales.

Hipótesis:
El asentamiento de favelas en Río de Janeiro es producto del modelo político-
económico desarrollado en Brasil.

Metodología:
Se realizará inicialmente un trabajo descriptivo, mediante el método del mismo nombre,
de la zona en cuestión; combinado con el método interpretativo que nos permitirá, luego
de analizar todo el material bibliográfico, además de diferente cartografía, llegar a una
conclusión sobre el problema bajo estudio.

Tareas Específicas:

- Recopilación de datos
- Análisis de datos
- Producción de mapas e informes
- Corroboración de hipótesis
- Realización de los objetivos

Fuentes y bibliografía básica:


- http://www.armazemdedados.rio.rj.gov.br
- http://www.citiesalliance.org
- http://www.ihs.nl

- Rio de Janeiro de carne y hueso, de Eloana Morales

- Busquets, Joan (1999) La urbanización marginal (Ediciones UPC, Laboratori de


Urbanisme)

- Diferentes artículos periodísticos

INDICE:
1 INTRODUCCION

2 BRASIL EN LATINOAMERICA
2.1 . Reseña político-económica y el acogimiento de la globalización
2.2 . Mapa

3 RIO DE JANEIRO
3.1 . Datos generales
3.2 . Ubicación geográfica
3.3 . Localización (esquema)
3.4 . Mapa
3.5 . Historia
3.6 . Regiones administrativas
3.7 . Esquema

4 FAVELAS DE RIO DE JANEIRO


4.1 . Historia de las favelas
4.2 . Los intentos de erradicación
4.3 . La urbanización de las favelas (por las propias comunidades)
4.4 . Programa Favela-Barrio
4.5 . Situación actual
4.6 . Mapa

5 CONSIDERACION EN AMERICA LATINA

6 CORROBORACION DE HIOTESIS

7 CONCLUSION

1- INTRODUCCION
Este trabajo tiene como objetivo principal, plantear de manera sintética una serie de
elementos concernientes a analizar los procesos generadores de los cambios en el uso
del territorio por la instalación de las Favelas en Río de Janeiro.

En tal sentido, introduciremos en primer lugar algunas reflexiones sobre las


desigualdades sociales en relación a los asentamientos marginales de las favelas
instaladas en la ciudad en cuestión; teniendo en cuenta que éstas comienzan a formarse
a mitad del Siglo XX con el éxodo rural con personas en general venidas del campo, o
con gente sin recursos que buscaban terrenos desocupados, vacíos, en áreas insalubres o
de topografía difícil, escapando del control público.

En segundo término, abordaremos la relación directa con los procesos económicos y


políticos que según nuestro punto de vista merecen especial análisis.
Dedicaremos un espacio importante a explicar la integración de Brasil en el contexto
latinoamericano y su acoplamiento a la globalización.

Luego de analizar estos factores, daremos un paneo general de la situación para luego
introducirnos en el análisis profundo de los roles que cumplen los diferentes actores
comprometidos en el problema.

También realizaremos una comparación con otra región que comparta la misma
problemática, lo que nos permitirá elaborar nuevas conclusiones al respecto.

Por ultimo haremos una conclusión general que llevará inmersa una reflexión del
equipo de trabajo.

2- BRASIL EN LATINOAMERICA

2-1.RESEÑA POLÍTICO-ECONOMICA Y EL ACOGIMIENTO DE LA


GLOBALIZACIÓN

Al igual que la mayoría de países en América Latina, Brasil ha optado en un primer


momento por estrategias de tipo neoliberal, dirigidas desde los organismos FMI, BM,
OMC y el Washington Consensus.
Más si es muy interesante observar como un país de magnitudes enormes, tanto
geográfica como demográficamente, se ha visto en la necesidad de buscar alternativas
hacia la globalización que le permitan un desarrollo más equitativo en el interior de su
propio territorio.
La República Federal de Brasil tiene una superficie de 8.514.877 km2 tiene una
población de 186.405.000 habitantes, es decir, es el 5º país más poblado del mundo.
Cuenta con un PIB de US$ 1.903.500 y un PIB per cápita de US$ 10.231,
Esto refleja de manera latente una gran desigualdad, pero algo aún más acusante es la
distribución inequitativa del propio país ya que el 40% de la población más pobre de
éste tiene unos ingresos salariales entre ½ y 1 salarios mínimo ,mientras que el 10% de
la población más rica tiene unos ingresos salariares superiores al 13 salarios mínimos.
De igual forma cabe señalar que más o menos 70 millones de personas viven en la
pobreza, esto plantea grandes retos y una transformación social y económica de carácter
urgente.El crecimiento, sin embargo, aún creando un tejido industrial prácticamente
completo, no se tradujo en más desarrollo.
Todo esto se traduce en movimientos migratorios masivos desde las zonas más rurales
hacia las urbanas. Además, esto contribuyó de manera decisiva a la conformación de un
número muy amplio de trabajadores asalariados con sueldos bastante bajos y una mano
de obra más o menos cualificada con sueldos bastantes altos, perfilando ya
desigualdades laborales. Esta dicotomía provocó una gran división en la sociedad.
Generando una concentración extremadamente elevada de riqueza en ciertas capas
sociales.
Debido a este proceso de industrialización, se crean incontables tensiones inflacionistas,
con una dinámica cada vez más vigorosa, impidiendo así obtener la estabilidad
necesaria para el crecimiento y desarrollo económico.
El Plan Real, que surgió a finales de los 80 y principios de los 90, pretendía una
liberalización de la economía, asociada a una fuerte apreciación del tipo de cambio, es
decir, que con la entrada de la competencia externa, las disputas de las rentas en el
mercado interno, se vieron subyugadas. Por lo tanto, la liberalización tomó como base
la estrangulación de una pequeña clase media y unas reducciones salariales de hasta un
30% del valor real. Los altos costos socio-económicos aun hoy son palpables, a lo que
se añade una corrupción de los recursos públicos, las asociaciones de carácter religioso
y un aumento significativo de la violencia y la criminalidad.
La política de sostenibilidad financiera, de estabilización monetaria, sumió al gobierno
en la necesidad de expandir el peso de las contribuciones sociales, a la vez que creaba
formas institucionales para manejar estos ingresos y lograr un ajuste macroeconómico,
colocando un techo al gasto social y posibilitando un efecto desplazamiento de los
gastos financieros sobre el gasto social.
Hoy en día, el sistema bancario brasileño es el sector que representa la mayor
rentabilidad en la economía con una media de 17% frente a una rentabilidad media de
5.6 % de los otros sectores.
Las características del sistema bancario brasileño responden a una concentración del
77% del los activos en 20 entidades bancarias, de las cuales 5 bancos públicos
responden por el 39% del total de activos del segmento bancario. La mayor parte de los
bancos nacionales se privatizaron y los bancos privados tradicionales se incorporaron a
varios grupos internacionales o se vendieron. Es decir, el éxito inicial del plan real, la
liberalización económica y la actuación del banco central como agente regulador y
fiscalizador del sistema permitieron un boom en las inversiones, en las entradas masivas
de capital al país y en un aumento de los gastos privados, especialmente en el
endeudamiento de las familias.
MERCOSUR, el Mercado Común del Sur, es un bloque económico cuyos principales
Estados miembros son Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y, más recientemente,
Venezuela. Entre sus propósitos se encuentra el promover el libre intercambio y
movimiento de bienes, personas y capitales entre los países que lo integran, y avanzar
en una mayor integración política y cultural entre sus países miembros y asociados.
El MERCOSUR, como proyecto de integración a nivel de América Latina, prevé la
incorporación de más Estados que conforman la región. De igual forma, también señala
proyectos bastante interesantes como la cooperación en la educación, la búsqueda de
una integración del sistema educativo entre Argentina y Brasil (2006) con el objetivo de
poder crear en un futuro la propia Universidad MERCOSUR. Además, se resolvió la
libre residencia y circulación de personas, firmada en el Acuerdo sobre Residencia para
Nacionales de los Estados Parte del MERCOSUR, Bolivia y Chile.Los flujos
migratorios, desde la perspectiva de la globalización de la economía mundo, son
bastante interesantes, en un país como Brasil de más de 186 millones de habitantes y
con un capital humano que representa casi un 60% del total de su población.
Aunque es importante no sólo destacar la creciente movilidad interna y externa de los
brasileños, tanto fuera como dentro del país, sin embargo, habría que señalar, sin lugar a
dudas, aquellas concentraciones urbanas y tal vez más prosperas de la sociedad
brasileña, que mantiene los desequilibrios económicos y sociales, especialmente entre
las regiones del suroeste y nordeste del país.
En los inicios del Plan Real se mantuvo la economía en alza, con los procesos de
liberalización que habían triplicado la inversión en el país y todo un conjunto de
medidas que tenían como objetivo la creación de una base trabajadora en servicios y
manufacturas. Se fueron perfilando hacia mayores inversiones e incentivos para las
importaciones que se dirigían solamente al sector de los servicios (las
telecomunicaciones, la energía, etc) y cada vez menos a la industria, lo que en sí
significaba una merma importante en las exportaciones manufactureras y de bienes
primarios, importando aquellos servicios que ven en Brasil un mercado interno bastante
interesante. Todo ello, más los desajustes estructurales, la inflación crónica y una deuda
externa superior al 55% del PIB, son elementos del contexto en los cuales el presidente
Lula da Silva proveniente del PT, el Partido de los Trabajadores, fue elegido por primera
vez en el año 2002.
Lula da Silva se presentó como la alternativa de cambio hacia una globalización e
integración económica más equitativa. El cambio tan esperado no planteó grandes
mecanismos de choque contra la pobreza y tampoco fue un modelo alternativo para la
economía neoliberal tan seguida en América Latina. Precisamente, señalar los desajustes
estructurales del sistema político económico brasileño ayuda a comprender por qué un
cambio radical no fue posible. La economía, en un primer momento, aumentó, mas los
primeros críticos se hicieron escuchar, la política monetaria se caracterizó por su
conservadurismo, los tipos de interés se mantuvieron estables, la inversión en Brasil ya
no era vista como un riesgo. Las inversiones sociales fueron pocas aunque bastante
significativas, los programas de “hambre cero” llegaron a un gran número de la
población, mas no a todos los que lo necesitaban. El gobierno de Lula optó por una
estrategia económica muy cautelosa en la conducción de la política macroeconómica,
para evitar el nacimiento de cualquier tensión inflacionista, aunque sea a un coste
político dentro del propio Partido de los Trabajadores. Lo que le ha significado al
Presidente Brasileño una menor concentración del voto en la reelección del 2006 y una
menor legitimidad y apoyo popular.

2-2. MAPA
3- RIO DE JANEIRO
3-1.DATOS GENERALES

La ciudad de Río de Janeiro cuenta con una población de cerca de 6 millones de


habitantes, ubicados en un área de 125.528 hectáreas. Río de Janeiro es la segunda
mayor ciudad de Brasil, capital del Estado de mismo nombre y núcleo de la también
segunda mayor Región Metropolitana del país que abriga un total de más de 10 millones
de habitantes.
Antigua capital colonial, imperial y republicana, Río fue, durante mucho tiempo, el gran
centro económico, político y cultural del país, atrayendo poblaciones de todos los
estados de la federación, sobre todo, migrantes rurales. Aún hoy, conserva su posición
de destaque, tanto en el escenario nacional, cuanto en el internacional, siendo
considerada una de las megalópolis mundiales, y una típica ciudad global. Enfrenta, por
eso, problemas en escala también global. Uno de esos mega-problemas es el déficit
habitacional en lo cual las favelas cariocas son componentes destacado.

País Brasil
• Estado Río de Janeiro
Ubicación 22°54′00″S, 43°13′59″O
• Altitud 11 msnm
Superficie 1.182 km²
Fundación 1 de marzo de 1565
Población 6.094.183 hab. (2005)
• Densidad 5.155,8 hab./km²
Gentilicio Carioca
Código postal 12.345
Fuente: WIKIPEDIA. La enciclopedia libre.

3-2.UBICACIÓN GEOGRAFICA

La ciudad de Río de Janeiro, en la región sudeste de Brasil, está situada entre las
montañas y el Océano Atlántico, lindando con los Estados del Espíritu Santo, de Minas
Gerais y de Sâo Paulo.
Su ubicación geográfica exacta es: 22º54’00”S, 43º13’59”O.

3-3. LOCALIZACION
3-4. MAPA
Fuente: www.comercioexterior.ub.es

3-5.HISTORIA

Rio de Janeiro fue descubierta el 1 de Enero de 1502 por Gaspar Lemos, un navegante
portugués que confundió la bahía de Guanabara, con un río. Por éste motivo, la región
fue conocida como Río de Janeiro (Enero).
La ciudad fue fundada oficialmente en 1565, por Estácio de Sá, con el nombre de São
Sebatião de Río de Janeiro. Floreció con la fiebre del oro que se registro en Minas
Gerais a principios del siglo XVIII, cuando el preciado metal era transportado por su
puerto para llegar a Portugal. En 1763 fue nombrada Capital colonial tomando el lugar
de Salvador. Pero fue la instalación en Río de la familia real portuguesa (1808-1821),
que había abandonado Lisboa ante la aproximación de las tropas invasoras de Napoleón,
el motivo que transformó radicalmente a la ciudad colonial en una capital de tipo
europea. Más tarde, se convirtió en la Capital de Brasil hasta que en 1960 Brasilia la
sustituyo. Entre 1808 y 1815 fue la capital del Reino do Portugal e dos Algarves,
como era oficialmente designado Portugal en la época. Entre 1815 y abril de 1821, fue
la capital del Reino Unido de Portugal, Brasil e Algarves ante la elevación de Brasil a
parte integrante del Reino Unido.
En agosto de 1834, fue separada del resto de la provincia de Río de Janeiro
(actualmente estado), transformándose en Municipio Neutral. En 1992, la ciudad fue
sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo
(CNUCED), más conocida como Río-92. Fue la primera reunión internacional de peso
desde el fin de la Guerra Fría y contó con la presencia de delegaciones de 175 países.

3-6. REGIONES ADMINISTRATIVAS


Administrativamente la ciudad está compuesta por 33 regiones que agrupan 159 barrios.

3-7. ESQUEMA

Regiones Administrativas de Río de Janeiro

I. Portuaria X. Ramos XIX. Santa Cruz XXVIII. Jacarezinho


II. Centro XI. Penha XX. Ilha do Governador XXIX. Complexo do Alemâo
III. Río XII. Inhaúma XXI. Ilha de Paquetá XXX. Maré
Comprido XIII. Méier XXII. Anchieta XXXI. Vigário Geral
IV. Botafogo XIV. Irajá XXIII. Santa Teresa XXXII. (Número no
V. Copacabana XV. Madureira XXIV. Barra da Tijuca asignado)
VI. Lagoa XVI. Jacarepaguá XXV. Pavuna XXXIII. Realengo
VII. Sâo XVII. Bangu XXVI. Guaratiba XXXIV. Cidade de Deus
Cristovâo XVIII. Campo XXVII. Rocinha
VIII. Tijuca Grande
IX. Vila Isabel
Fuente: http://www.mundocity.com/ame

4- FAVELAS DE RIO DE JANEIRO

4-1. HISTORIA DE LAS FAVELAS EN RIO

Las primeras manifestaciones de la crisis de la vivienda en Río de Janeiro remiten al


período que comprende la segunda mitad del siglo XIX y las tres primeras décadas del
siglo XX. Es el período de urbanización/industrialización, de cambios de orden
económico, social, político, cultural y espacial. Entre ellas destacan la abolición de la
esclavitud, la formación de mercados y la mercantilización de bienes, la decadencia de
la cafeicultura, el desarrollo de los sectores secundario y terciario de la economía, las
grandes migraciones, etc. El crecimiento urbano fue intenso. En esta coyuntura un gran
contingente de pobres buscó medios de supervivencia en el área central, donde se
concentraban la vivienda y el trabajo y la vida urbana bullía. En el centro se
multiplicaron las viviendas viables para esta población: los cortiços (colmenas). Éstos
eran viviendas de alquiler minúsculas y precarias, generalmente subdivididas, con
iluminación y ventilación insuficiente, que ocupaban los viejos terrenos y sobrados de
las fincas.
Se tramitaron varias medidas para eliminar los cortiços. Se construyeron algunas
viviendas higiénicas y modernas en las áreas de expansión de la ciudad pero sus costes
eran prohibitivos para los pobres.
En los inicios del siglo XX, el alcalde Pereira Passos (1902/1906) aliado con el
gobierno republicano realizó la primera gran intervención urbana en Río de Janeiro; se
inició la reestructuración de la ciudad, redefiniendo el centro y las áreas residenciales,
oficializando la segregación espacial entre ricos y pobres y convirtiéndose,
paradójicamente, en el gran responsable de la consolidación inicial de las favelas. La
ciudad se modernizó efectivamente.
Una de las mayores intervenciones fueron las demoliciones y construcciones con una
revalorización brutal del suelo urbano, el centro de la ciudad ya no podría albergar a los
pobres: los cortiços habían sido demolidas literalmente.
La legislación aprobada en 1903 dificultó más la instalación de la población pobre en la
zona suburbana, puesto que prohibía la auto-construcción e imponía normas de
construcción onerosas además de impuestos elevados. Expulsados del centro de la
ciudad e impedidos económicamente de instalarse en áreas distantes, los más pobres
fueron a ocupar los morros vacíos próximos al centro de la ciudad. Se iniciaba así la
expansión de las favelas. La modernización urbana carioca presenta otra paradoja: las
clases acomodadas provocaron una demanda de servicio doméstico y de construcción
civil que solamente la población más pobre podría satisfacer. Esta población acabó
instalándose junto a su lugar de trabajo y así pasó a ocupar los morros próximos a las
fuentes de trabajo.
Otra conexión importante se observa también, respecto a la acción del Estado, a través
del Decreto nº 391, de 1903, que, si por una parte, prohibía terminantemente tanto la
construcción como cualquier mejora, obra o arreglos en los cortiços, por otra parte
toleraba la construcción de «barracões... en los morros que todavía no tuviesen
viviendas... ».
Tras la reforma de Pereira Passos, las contradicciones del espacio urbano en Río de
Janeiro se agravaron más. Diversas asociaciones locales ejercieron presión sobre el
nuevo alcalde, Prado Junior (1926/1930) solicitando un nuevo plan para intentar
controlar el desarrollo de la forma urbana de Río de Janeiro. El Club Rotario, por
ejemplo, cuyos miembros ejercían mucha influencia en la Alcaldía, anticipaban la idea
de una remodelación de la ciudad y defendían la contratación de un urbanista extranjero.
Se invitó entonces al francés Alfred Agache para dar una serie de conferencias sobre la
ciudad y elaborar el primer proyecto urbanístico para la ciudad, un plan de
remodelación, embellecimiento y expansión de la ciudad.
El Plan Agache es el primer documento donde las favelas son tratadas por primera vez
de forma explícita, fueron consideradas un «problema social y estético». El plan
propuso como solución su eliminación total.
Finalmente el plan de Agache nunca se aplicó.
Con el nuevo régimen, la burguesía industrial se afianzó en el país, sobre todo durante
la segunda guerra mundial y consolidó su poder. Con la decadencia de la agricultura y la
fuerte industrialización, se formaron intensos movimientos migratorios hacia las
ciudades. Los emigrantes llegaban a la capital y se instalaban en los suburbios distantes
o en las favelas. La distancia entre el lugar de trabajo y el domicilio aumentó
considerablemente junto con la necesidad de vivir cerca del sitio de trabajo, por eso las
favelas se propagaron por las zonas industriales. En morros, suelos inundables y de
propiedad dudosa. Hubo en este período algunos derribos de favelas seguidas de
realojos en parques de vivienda obrera construidos por el gobierno. Pero el poder
público no se manifestó frente al aumento del flujo migratorio, dado que el aumento de
la mano de obra barata era necesario para la industria en crecimiento, que el suelo
ocupado por las favelas era público o poco valorado y que, por su carácter populista (en
la fase democrática, entre 1945 y 1964) por lo que las favelas pasaron a considerarse
como fuente de numerosos votos.
Los años 40 fueron el período de proliferación más fuerte de las favelas en Río de
Janeiro. Fue en esta época cuando se realizó el primer Censo oficial. Una de las
informaciones del Censo mostraban que la población favelada era pobre, joven y
emigrante, que la mayoría trabajaba en industrias en la construcción civil y servicio
doméstico.
En el Censo nacional de 1950 por primera vez se elaboró una definición de las favelas
como «agrupamientos urbanos», que poseían total o parcialmente algunas
características: aglomeración mínima de 50 unidades, tipo de vivienda precaria,
construcción irregular, falta de infraestructura pública adecuada y falta de urbanización.
A partir de los años 50 el país conoció un notable desarrollo industrial, Río de Janeiro
perdió su estatuto de capital del país a favor de Brasilia. A pesar de esto, los flujos
migratorios continuaron dirigiéndose hacia Río de Janeiro y la ciudad no paró de
expandirse, de densificarse y sobre todo de verticalizarse. El intenso desarrollo
económico provocó un efecto inflacionario, los salarios reales bajaron y la devaluación
de la moneda provocó la revalorización del suelo urbano. La crisis de la vivienda
popular se generalizó y las favelas proliferaron todavía más.
En 1964, un golpe militar instaló en Brasil una dictadura militar que permanecería
durante más de veinte años. En este contexto la política urbana en Río de Janeiro era
extremadamente represiva: muchas favelas fueron sistemáticamente arrasadas y sus
habitantes expulsados de suelo muy revalorizado. A medida que la expansión urbana
sobrepasaba los límites del municipio, se manifestaba un nuevo modelo de vivienda
popular, configurándose como área metropolitana. Las alternativas para la población de
baja renta se limitaban a las periferias cada vez más distantes, donde, a partir de los años
cincuenta se multiplicaron las parcelaciones del suelo: parcelas pequeñas, sin
infraestructuras urbanísticas, de difícil acceso y, por eso mismo, baratas.
Según fuentes oficiales (COHAB-GB) entre 1964 y 1974, 80 favelas, fueron derribadas,
desalojando a una población de 139.218 personas. Estos habitantes fueron realojados en
conjuntos habitacionales construidos en la periferia, muy distantes del mercado de
trabajo. Una gran parte de la población no se adaptó y muchos volvieron a las favelas
que no habían sido afectadas por la acción del gobierno y erigieron otras nuevas.
Después de 1975, varios conjuntos habitacionales fueron abandonados. A pesar del
empeño en la destrucción de las favelas tanto el número de estas como su población
continuó creciendo.
Al comienzo de los años 80 con el proceso de apertura política y el fin de la dictadura
militar, las políticas oficiales de vivienda pasaron a ser menos autoritarias. Los
habitantes de favelas pasaron a considerarse trabajadores y no sólo marginales y, la
favela comenzó a percibirse como el resultado lamentable de un desarrollo industrial y
de un crecimiento rápido y sin planeamiento. En este contexto aparecerán las políticas
de «legalización». La pobreza urbana se expandía no sólo debido a las migraciones
rurales sino al empobrecimiento de los trabajadores urbanos, que se agravaba con el
proceso inflacionario.
Los barracos se hacían cada vez más sólidos, a medida que la albañilería sustituía a la
madera, que los habitantes se organizaban y construían ellos mismos las redes, ahora
precarias, de agua y alcantarillado.
Una de las caras más escandalosas de la crisis y de la pobreza en la «década perdida»
fue la población sin techo. Los pobres de la calle, al contrario de lo que se suponía, no
eran mendigos, alcohólicos y gente parada, sino en su mayoría trabajadores,
pensionistas, desempleados y principalmente familias enteras cuya renta no era
suficiente para pagar ningún tipo de vivienda.
En 1983 aparecieron algunas tentativas de legalizar las favelas. Pero el verdadero plan
de urbanización sistemática de las favelas comenzó en 1994 cuando la recién creada
Secretaría Municipal Extraordinaria de Habitação acometió, entre otros programas, el
denominado «Favela-Bairro» que consistió, como su nombre indica, en transformar las
favelas en barrios. No se transformó efectivamente ninguna favela en barrio formal
legal pero el programa benefició a un centenar de favelas de la ciudad con obras de
infraestructura y urbanización.

4-2. LOS INTENTOS DE ERRADICACION

Durante las décadas de los sesenta y setenta, con el fenómeno urbano, las migraciones
demográficas, los desequilibrios regionales y la industrialización obedecían a la
organización previa de las infraestructuras viales y a un hipotético control reglamentario
del uso del terreno
No es de extrañar que las favelas, cuya ubicación, apropiación y construcción violaban
las reglas urbanísticas, fueran consideradas una patología de la ciudad. Y, por ello, no
sólo las políticas gubernamentales, sino también gran parte de la ideología urbanística
dominante encontraron una única solución: su erradicación y su realojo en zonas más
ajustadas a la legalidad, mediante la edificación de viviendas en polígonos,
normalmente de promoción pública.
En América Latina las megaciudades fueron las áreas que más crecieron
demográficamente, por eso, cuando en la década de los sesenta las favelas empezaron a
ser objeto de políticas de erradicación, con el consecuente traslado de sus habitantes a
polígonos, el problema alcanzaba ya tal magnitud que no podía ser resuelto por esas
ofertas públicas de residencias.
Pero lo más importante era que estos nuevos polígonos -simulacro de la ciudad real-
seguían una lógica distinta de aquella que formó las favelas, por lo que gran parte de sus
habitantes lo vendieron o traspasaron para volver a las favelas.
Por otro lado, esta política de erradicación despertó los vínculos sociales y comunitarios
que habían caracterizado el origen de las favelas. Fue necesario unir voces y vecinos
para vencer el miedo a encontrarse frente a un poder público todavía insensible a
aquella forma de vida irregular e informal, así se propició la creación de asociaciones de
vecinos, de federaciones, de grupos políticos. Así, de forma organizada, pudieron
defender por sí mismos los barrios marginales y consiguieron así el instrumento que los
apartaría por fin de la ilegalidad: el título de propiedad.
A mediados de los años setenta se cerró el capítulo de la eliminación de las favelas. Las
instituciones se esforzaron en diagnosticar el problema de una manera más sistemática,
cuantificarlo y cualificarlo, ya que no todas las favelas tenían el mismo nivel de
urbanización.

4-3. LA URBANIZACION DE LAS FAVELAS (por las propias comunidades)

A inicios de los ochenta había un clímax de mayor comprensión de la dimensión del


fenómeno. El escenario estaba dominado por la recesión económica y se comenzaba a
constatar una estabilización del crecimiento migratorio y demográfico. Además, los
nuevos sistemas políticos, más democráticos, hacían posible una mayor participación de
las comunidades de vecinos, ya que los habitantes de las favelas representaban, entre
otros aspectos, un fuerte capital electoral.
``La favela es la solución'', aseguró el urbanista inglés John Turner, invitado a Río de
Janeiro para proponer una `solución' al `problema'.
``¡Hay que urbanizar esos barrios, hay que dotarlos de los servicios de los que
carecen!''. Éste comenzó a ser un eslogan compartido e imbricado en los nuevos
enfoques urbanísticos. La aceptación de la realidad de las favelas empezó a formularse
desde distintas perspectivas, y gobiernos y comunidades se pusieron a trabajar para
dotarlas, primero, de redes de alcantarillado, cloacas y electricidad, y, después, de
edificaciones que albergaran las asociaciones de vecinos, equipamientos sociales y
deportivos, etc.
Se establecieron entonces las pautas principales de la llamada `urbanización
comunitaria': la idea era considerar a sus habitantes como consumidores con derecho a
ser atendidos por todas las agencias gubernamentales. Para facilitar la financiación, las
nuevas redes de servicios se formaban con mano de obra de la propia comunidad, con
recursos públicos, técnicas reglamentadas y control técnico. El objetivo era conectarlas
con las infraestructuras de los barrios colindantes.
Al final de la década, la revisión de la política sobre las favelas había alcanzado tal
dimensión que se introdujo como tema de debate en la cámara legislativa. Se aprobaron
decretos que condenaron definitivamente la política de erradicación, tal y como recoge
el Plan Director de la Ciudad de Río de 1993.
4-4. PROGAMA FAVELA-BARRIO

Los años noventa empezaron con buenos augurios para las favelas. Aprovechando los
ecos de la conferencia de medio ambiente Río'92, el gobierno recién electo apostó por
su recuperación y por la dignificación de sus calles y de sus barrios, y lo hizo a través de
dos ambiciosos proyectos: Rio-Cidade, para la ciudad formal, y Favela-bairro, para la
ciudad informal.
El programa se apoyaba, obviamente, en la experiencia de políticas asistenciales
puntuales y de los programas de infraestructuras básicas que utilizaban mano de obra de
las propias favelas.
Sin embargo, sólo a partir del liderazgo de un poder político decidido a enfrentar el
tema se acometió de forma más amplia y más compleja la transformación e integración
de las favelas. El gobierno municipal de Maia y Conde, bajo un entendimiento común
del urbanismo como acción pública y no como pasiva formulación de códigos estériles,
diseñó el programa, buscó financiación externa y fue capaz de arrastrar a la sociedad y a
la opinión nacional e internacional para llevar a cabo el proyecto a lo largo de ocho años
y con un enorme éxito social y urbanístico.
Para ello consiguió un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo del 60% del
coste total, que fue de 320 millones de dólares. Sobre esa base se formuló una estrategia
de intervención urbanística, en la conciencia de que la normalización del espacio, la
integración formal, favorecería la integración social, la ciudadanía plena de sus
habitantes.
La Prefeitura de Rio seleccionó, para la primera etapa, quince áreas de favelas de
tamaño mediano, asentamientos de 500 a 2.500 viviendas en las que existía una
organización social ciudadana. Realizó un concurso público de profesionales Los
participantes debían definir propuestas metodológicas para afrontar el programa de
acuerdo con las siguientes finalidades:
Respetar y mantener las viviendas existentes, levantadas con el esfuerzo de años por las
familias, respetando los valores constructivos y espaciales propios de los asentamientos.
Configurar o complementar la estructura urbana principal (saneamiento y vías de acceso
fundamentalmente) y ofrecer condiciones físicas y ambientales para la consolidación del
barrio como parte del tejido formal de la ciudad.
Introducir valores urbanísticos propios de la ciudad formal: calles, plazas,
infraestructuras, servicios públicos y sociales, etc.
Considerar la participación de los diversos grupos sociales de las barriadas en la
planificación de los proyectos urbanísticos y en los programas de equipamiento.
Resolver los problemas de riesgo ambiental por deslizamientos de terreno,
inundaciones, etc., definiendo, en su caso, programas de realojo en el área.
Los resultados de estos quince proyectos, llevados a cabo en un corto periodo de tiempo
y con una rápida puesta en marcha, fueron inmediatamente visibles.
El balance cuantitativo se resume en 124 kilómetros de canalización de torrentes y de
conducciones de aguas de drenaje, 800.000 m2 de calles pavimentadas, 7.800 farolas
puestas en funcionamiento, 58.000 m2 de superficie de laderas estabilizadas, 292.000
metros de alcantarillas para cloacas y 7.100 piezas de mobiliario urbano y señalización.
Pero junto a esta normalización de infraestructuras, hay que destacar la creación de
351.000 m2 de áreas de ocio, un centenar de cooperativas de trabajadores locales, seis
centros de informática, tres áreas deportivas de dimensiones olímpicas y 90.000 m2
edificados para escuelas, guarderías y viviendas para la población que hubo de ser
realojada (algo que sólo precisó un 1% del total).
Por encima de todo ello, los habitantes de las favelas gozaron de la dignidad adquirida
sobre la base del propio espacio: accesos al resto de la ciudad que rompían el gueto y
permitían la entrada de otros ciudadanos, de ambulancias, de bomberos, de policía;
calles abiertas de dimensiones adecuadas, con aceras, arbolado, escaleras e iluminación
publica, papeleras y buzones; calles pavimentadas donde antes había lodazales, con
drenaje, cloacas, suministros de agua y electricidad... Calles, en definitiva, como las de
cualquier otra ciudad.
Quienes viven en las favelas tienen hoy una percepción de ciudad nueva que también
comparten los vecinos de los barrios colindantes.
El programa está aún inacabado y existen grandes áreas todavía no atendidas. Sin
embargo, el enquistamiento en estas zonas aún desatendidas -y no en las favelas- de los
problemas de delincuencia y narcotráfico muestran cómo la incorporación a la ciudad
normal de estos asentamientos informales no sólo ha sido una conquista social de sus
habitantes, sino también una garantía de integración social para el conjunto de la urbe,
orgullosa de que donde antes había una favela, ahora tiene un barrio.

4-5 SITUACION ACTUAL

El reconocido periódico de Brasil O Globo presentó un informe en donde se denuncian


las persecuciones y censuras que los narcos y policías emplean en las Favelas de Río de
Janeiro. El trabajo periodístico demuestra como los grupos de narcotraficantes y de
paramilitares ejercen presiones sobre las vidas cotidianas de los habitantes de las zonas
más pobres de la ciudad.
Estos grupos manejan que medios de comunicación consumir, que música escuchar y
hasta que ropa vestir. Los niveles de determinación a la que son sometidos son altísimos
y por supuesto existen castigos como la exclusión o la muerte para quienes intenten
transgredir los mandatos.
Las Favelas de Río tienen el más alto porcentaje de muertes de adolescentes y jóvenes
de todo Brasil. Los más jóvenes pagan el precio de vivir en una región gobernada por
las armas y el miedo.

Cada grupo de narcotraficantes o paramilitares operan en determinadas regiones. La


exaltación de la lucha, los enfrentamientos y las rivalidades son llevadas a las máximas
expresiones cuando determinan estilos de música, frases y vestimentas que pueden ser
utilizados es su “territorio”. Inclusive si sector pierde su zona de poder, las personas que
viven en ese barrio deberán readaptarse a las nuevas prácticas impuestas por el grupo
vencedor.
Las Favelas de Río son tierra de nadie, o mejor dicho son tierra de apropiadores que
persiguen, matan y oprimen a los ciudadanos que tienen sus hogares allí. Este territorio
libre para las mafias, drogas y trata de personas es gobernada por “el más fuerte” sin
existir protección estatal o gubernamental que pueda proteger a los habitantes
Las favelas brasileras son mundialmente conocidas por regirse bajo los reglamentos del
crimen organizado.

Para enfrentar esta situación, el Presidente de Brasil, Lula Da Silva anunció que su
gobierno destinará casi 2 mil millones de dólares para mejorar las condiciones en las
que se vive en los asentamientos de Río de Janeiro.
Con esta inversión el gobierno brasilero plantea una estrategia concreta para intentar
enfrentar la problemática de exclusión y criminalidad que envuelve a estos barrios. El
mismo Presidente denunció que esas zonas de la ciudad están regidas y administradas
por un Estado paralelo manejado por el narcotráfico.
Este plan económico y político propuesto por el mandatario, es presentado luego de
infinidad de denuncias. El último caso que acaparó los titulares mundiales fue el de la
muerte de 19 personas a manos de las fuerzas de seguridad en las favelas de Río de
Janeiro generó repudió de las organizaciones de derechos humanos nacionales e
internacionales. Hasta Amnistía Internacional publicó un comunicado consideró como
una “masacre” el accionar policíaco de la ciudad de Río.
Ahora, el Gobierno está dispuesto a hacer en los próximos cuatro años una inversión
millonaria en obras de habilitación y saneamiento, sobre todo en tres grandes favelas
cariocas: Rocinha, la más conocida por los turistas; Complexo do Alemão, la más
violenta, y Manguinhos, en el centro de la ciudad.
Lula ha escogido las simbólicas favelas de Río para iniciar un ambicioso plan
urbanístico que se extenderá a todo el país, donde faltan ocho millones de viviendas.
Esta carencia es lo que hace que las favelas se multipliquen en el territorio nacional.
casas con el objetivo de mejorar la temperatura que confieren al interior de las viviendas
los bloques de cemento.
También se quiere asfaltar los actuales caminos de barro, que se vuelven intransitables
cuando llueve, y almacenar convenientemente el agua de la lluvia para los sanitarios.
Además, se planea contruir en cada barrio una comisaría de policía, un puesto de
atención sanitaria pública y un centro cultural.
Según el alcalde de la ciudad, Cesar Maia -creador años atrás de Favela Barrio, una
iniciativa para convertir las favelas en barrios dignos-, se trata de "llevar la ciudad al
interior de las favelas, con todos sus privilegios". Por el momento, son las favelas las
que bajan a la ciudad. Y generalmente suelen sembrar el pánico entre la población.
Ahora, la preocupación de las autoridades de Río es cómo llevar a cabo esta revolución
en las favelas y al mismo tiempo controlar los miles de millones de euros que se
gastarán en ellas sin que el narcotráfico -un poder paralelo al del Estado en el seno de
las barriadas pobres- encuentre el modo de adueñarse del proyecto.
Para conseguirlo, el Gobierno va a necesitar el apoyo de las comunidades de residentes
que ya trabajan dentro de las favelas y que suelen ser los únicos interlocutores válidos
con las fuerzas del orden. Aunque ocurre en ocasiones que también en esas
comunidades consiguen infiltrarse los traficantes de drogas, que acaban imponiendo su
voluntad.
Muchas son las ideas y las propuestas en la vidriera gubernamental, habrá que observar
de cerca y ver si son puestas en escena alguna vez.
4-6. MAPA
5- CONSIDERACIONES EN AMERICA LATINA
Las condiciones de pobreza junto a la desigualdad hacen que 44 por ciento de la
población de América Latina viva en ciudades perdidas o barrios precarios, que sólo les
aportan las condiciones mínimas para sobrevivir, según un estudio de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La mayor parte de estas zonas precarias se concentra en las ciudades, donde viven tres
de cada cuatro latinoamericanos, de acuerdo con el documento Pobreza y precariedad
del hábitat en América Latina, que preparó la organización, con sede en Santiago.
Del total de hogares asentados en barrios precarios, 76 por ciento presenta problemas en
la calidad de su construcción y de sus servicios básicos, además de seguridad en su
tenencia.
En su mayoría son hogares encabezados por mujeres, que hacen a la vez labores de ama
de casa y jefe de hogar, y no forzosamente su estado de pobreza se debe a la
informalidad del trabajo que realiza el proveedor.
”Las familias que viven en tugurios y malas viviendas no necesariamente subsisten
sobre la base de empleos informales, así como muchos hogares que dependen de un
trabajo informal disfrutan de una buena casa”, señala el texto.
Añade que la situación de precariedad se incrementa más en los barrios asentados en las
pequeñas ciudades de los países de la región, donde en su mayoría no alcanzan a llegar
los recursos estatales de ayuda.
La Cepal prevé que en los próximos 15 años la población en las grandes ciudades de la
región aumentará 2 por ciento anual, cifra que se eleva a 3 por ciento en Bolivia,
Guatemala, Haití, Honduras y Paraguay, los países más pobres de América Latina

En cualquier ciudad relativamente grande de América Latina ya es parte del paisaje


cotidiano la presencia de asentamientos humanos irregulares. Reciben diversos
nombres: favelas, cantegriles, callampas, tugurios, villas miserias, barrios marginales;
pero el fenómeno es siempre el mismo.
Son, en definitiva, expresión del fracaso de los modelos económico-sociales en juego, al
igual que otras tantas manifestaciones que hacen al espectáculo urbano de la región:
niños de la calle, ejércitos de vendedores ambulantes informales, basura esparcida,
transporte público deplorable, a lo que contrasta la presencia de barrios privilegiados
amurallados y ultra protegidos. Cara y cruz de una misma moneda, sin dudas.

El surgimiento de un importante conjunto de programas de mejoramiento de barrios en


las ciudades Latinoamericanas, forma parte tanto de gobiernos nacionales como locales,
y es parte de la agenda principal de organismos de financiamiento como el Banco
Interamericano de Desarrollo.
En los países del sur del subcontinente, básicamente hay dos tipos de programas: Los
nacionales y los locales. En el nivel nacional se destacan entre otros en Brasil, el
Programa Habitar-Brasil, en Chile el Programa Chile-Barrio y el Programa Nacional de
Mejoramiento de Barrios, en Uruguay el Programa de Integración de Asentamientos
Irregulares, en Bolivia el Subprograma de Mejoramiento de Barrios y en Argentina el
Programa de Mejoramiento de Barrios. A nivel local se destacan los programas de Río
de Janeiro, como el Programa Favela-Bairro y el Programa Nova Baixada, y el
programa de Bogotá, denominado Programa Desmarginalizacion.

En el caso del Programa de Desmarginalizacion de la Alcaldía de Bogotá, cuya


característica saliente es la flexibilidad de ejecución y variedad de las intervenciones,
parte de tres objetivos que son muchos más básicos (fundantes de ciudadanía) que otros.
Ellos son:
1) elevar en forma masiva y contundente la calidad de vida de la población de los
estratos 1 y 2
2)generar entre los habitantes sentido de pertenencia sobre su entorno físico
3) transmitir a la comunidad mediante obras y acompañamiento social, confianza en las
instituciones distritales.

En Chile, el Programa Chile Barrio, de alcance nacional, presenta la particularidad de


haber evolucionado desde un programa de centrado en la problemática de
infraestructura de los barrios a uno centrado en la problemática social. El Programa
tiene como principal objetivo “contribuir a la superación de la extrema pobreza
mediante acciones de corte intersectorial, focalizada territorialmente” Para ello tiene
cuatro ámbitos de intervención:
a) el desarrollo comunitario; b) la habilitación laboral y productiva; c) mejoramiento
del hábitat; y d) fortalecimiento institucional.
Este programa se articula con el Programa Entornos del Ministerio de la Vivienda y con
el otro Programa nacional Chileno, el Programa Nacional de Mejoramiento de
Barrios del Ministerio del Interior. Este ultimo tiene como objetivo también “contribuir
a mejorar la calidad de vida de la población de extrema pobreza que habita en
condiciones de marginalidad sanitaria”. Para ello el programa contempla como líneas de
acción, la construcción de infraestructuras sanitarias (núcleos mínimos en cada lote),
construcción de redes sanitarias, y el trazado de calles y demás obras complementarias.

En Uruguay el Programa de Integración de Asentamientos Irregulares, de alcance


nacional, presenta una interesante articulación con los municipios.
Sus objetivos son:
a) mejorar la localización y coordinación de políticas gubernamentales dirigidas a la
reducción de la pobreza urbana;
b) promover cambios en las normas urbanísticas y mecanismos institucionales del sector
de vivienda, de modo de favorecer la oferta de tierras urbanizables y de viviendas de
bajo costo;
c) articular acciones del sector público y de organizaciones de la sociedad civil,
estimulando la organización barrial y la integración social de las comunidades
beneficiadas por el Programa.

En Bolivia el Subprograma de Mejoramiento de Barrios, para el logro de sus


objetivos financia proyectos integrales, que incluyen los siguientes componentes:
Construcción o mejoramiento de las redes de agua potable y alcantarillado sanitario
incluyendo instalaciones domiciliarias, energía eléctrica y alumbrado público,
construcción y/o refacción de módulos sanitarios en cada vivienda, drenaje pluvial y
mejoramiento vial, equipamiento social (guarderías infantiles, centro comunal y campo
deportivo), Obras de protección ambiental (arborización y forestación), desarrollo
comunitario, regularización del derecho propietario y Fortalecimiento Municipal. Su
diferencia destacable es la realización de concursos nacionales para la selección de los
barrios.

El PROMEBA, Programa Mejoramiento de Barrios de Argentina, es un programa


nacional con base federal, que se presenta como un programa social para transformar el
hábitat popular. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de la población con
necesidades básicas insatisfechas, asentada en barrios con carencia de infraestructuras,
problemas ambientales y/o de regularización dominial. La característica saliente de este
programa es el sistema de unidades ejecutoras y direccionamiento de recursos
provinciales a prioridades nacionales.

6- CORROBORACION DE HIPOTESIS

Luego de realizar el trabajo y evaluar toda la información recopilada podemos afirmar


nuestra hipótesis de trabajo; ya que el fenómeno de las favelas en las grandes metrópolis
brasileñas es un reflejo directo de un país líder en desigualdad entre ricos y pobres, “con
un modelo económico que inviabilizó el acceso a la tierra de los más pobres”, los
cuales invadieron las áreas que el mercado no podía ocupar, como zonas de riesgo o con
fragilidad ambiental.
Es así que las favelas de Río de Janeiro surgen a partir de la ocupación marginal de los
cerros, como una respuesta espontánea a la necesidad de asentamiento reforzada por la
inexistencia de una política de estado para proveer de viviendas a los más pobres de la
ciudad. El modelo de desarrollo político-económico brasilero hace que las favelas se
extiendan durante todo el siglo XX; hoy viven en ellas cerca de un millón de habitantes
de Río, que se encontraban en condiciones precarias e inaceptables hasta la aparición
del programa Favela-Barrio.

7- CONCLUSION

La lucha contra la pobreza y la mejora de los niveles de cohesión social en Brasil y


también en América Latina se han convertido en prioridades centrales de las políticas de
desarrollo. Sin embargo, pese a que la región ha experimentado significativos logros los
niveles de pobreza están estancados. Las dinámicas de la desigualdad en Latinoamérica
son persistentes; por ello las soluciones son complejas y es necesario buscar un
equilibrio entre un enfoque holístico, que aborde las causas profundas, y la adaptación
de las políticas públicas a las circunstancias específicas nacionales y regionales.
Estabilidad económica, crecimiento, empleo digno, así como políticas sociales y fiscales
redistributivas son elementos imprescindibles, pero precisan de la construcción de un
consenso social basado en una ciudadanía participativa que tenga como objetivo
culminar con los contrastes socio-territoriales y económicos, como los que hemos visto
durante el desarrollo de este trabajo, en Río de Janeiro. Solo si algunos sectores de la
sociedad renuncian a algunos de sus privilegios se podrá avanzar hacia un patrón de
desarrollo más equitativo y remover las estructuras que perpetúan la pobreza y la
desigualdad.
Concluimos nuestro trabajo habiendo cumplido nuestros objetivos en su totalidad, mas
nos quedamos con el desafío de retomar nuestra investigación en otro momento
habilitando nuevos objetivos y ampliando nuestra hipótesis.

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