Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Obdulia Alvarad
PERSONAJES
NARRADOR
NIÑA
HIJA
MAMÁ
NIÑO 1
NIÑO 2
CHÓFER
ACOMPAÑANTE
NARRADOR.
"Hubo un intérprete de la ley que se levantó un día y dijo a Jesús, para probarle:
Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
Jesús le dijo: “¿Qué esta escrito en la ley? ¿Cómo lees?”
PRIMERA PARTE
(Una niña entra por un lado del frente, montando una bicicleta, y llega hasta el medio
y simula un repentino mareo, deja caer la bicicleta y poco a poco se deja caer como
muerta. A un costado del altar se encuentra una ventana en la cual se encuentra
asomando una mamá. Un poco atrás de ella se encuentra su hija hablándole en forma
impaciente.)
HIJA. ¡Mamá! Hazme caso. Hace rato que te estoy llamando. ¿Qué tanto miras por la
ventana?
NARRADOR. En muchas ocasiones nos damos cuenta de que alguien necesita ayuda
pero nuestras ocupaciones nos hacen indiferentes al mal que está sufriendo nuestro
prójimo.
Quizás podemos preguntar, como aquel intérprete de la Ley, que queriendo
justificarse a si mismo, dijo a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”
Pero, ¿qué está pasando en nuestra historia? No muy lejos viene alguien: una o dos
personas que pueden auxiliar a esta niña que está desmayada. Veamos que pasa...
SEGUNDA PARTE:
NIÑO 2. Ahora es tu oportunidad. Está como caída del cielo. ¡Corre y llévatela!
Apúrate, antes que te vean.
NIÑO 2. Tú no te fijes. ¡Es tuya! ¿No ves que ni siquiera se mueve? Si está dormida
peor para ella. Ni cuenta se va a dar.
NIÑO 1. ¿Y si se despierta?
(Se suben a la bicicleta y dejan tirada a la niña que está inconsciente. Se cierra la
cortina y continúa hablando el narrador.)
NARRADOR. ¿Con qué facilidad las cosas materiales nos ciegan para no darnos cuenta
de que hay un Dios que nos está mirando? La actuación de estas dos personas es como
la de aquellos ladrones de los que Jesús estaba hablando al intérprete de la ley.
¡Malvados ladrones!
Claro que no todas las personas son así. Me recuerdo que Jesús continuó su historia al
intérprete de la ley así: "Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino y
viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole,
pasó de largo....
TERCERA PARTE
(Aparecen por un lado del frente un carro con chofer y acompañante escuchando la
radio en la estación cristiana y vienen comentando sobre la predicación que están
escuchando, caminan hasta donde está la niña en el suelo.)
CHÓFER. ¿En verdad crees que la venida del Señor está tan cerca como dicen? ¿O será
que sólo tratan de asustarnos para tenernos todo el tiempo metidos en la iglesia?
Lo que pasa es que muchas veces nos asustamos porque no estamos preparados para
ese gran día.
ACOMPAÑANTE. No, no... Está con la cara al sol y hace mucho calor. Detente, vamos a
ver si podemos hacer algo para ayudarle.
CHÓFER. Te digo que no. Podemos meternos en problemas. Los que viven ahí cerca son
los que deben llamar a la policía. Nosotros... ¡como que no vimos nada!
ACOMPAÑANTE. No creo que esté bien, por favor, vamos a regresarnos. ¿Por qué no me
contestas? Ah, ya sé... tú corazón se ha endurecido... ¡Qué triste! Yo me siento mal
por no haberme bajado a ayudar a mi semejante.
ULTIMA PARTE
ACOMPAÑANTE. (Levanta la cara al cielo.) Dios, no puedo ser yo quien le ayude a esta
persona. Perdóname. Pero te pido que envíes pronto tu ayuda, envía ángeles, o... Sí,
sí señor, ¡envía un buen samaritano! ¿Quién será ese buen samaritano?
NARRADOR. ¿Quién es ese buen samaritano? Jesús dijo que ese samaritano,
acercándose, viendo sus heridas, echándoles aceite y vino y poniéndole en su
cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y
los dio al mesonero, y le dijo: “Cuídamelo y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré
cuando regrese”.
Le preguntó Jesús al intérprete de la ley: “¿quién, pues, de estos tres te parece que
fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”